Además del padre del término que nos ocupa tenemos que subrayar que, a lo
largo de la Historia, han existido otros epistemólogos de gran importancia como
es el caso de Bertrand Russell que logró obtener un Premio Nobel en el ámbito
de la Literatura, que ofreció importantes trabajos en la filosofía analítica y que,
dentro de la ciencia que abordamos, se convirtió en uno de los principales
representantes del llamado neopositivismo lógico.
Lógica: Estudia las leyes que rigen el proceso de construcción del pensamiento
formalmente correcto: Conceptos, Juicio y Raciocinios.
Para entender bien qué es la ley natural conviene no olvidar que la noción de
ley es análoga. Lo que a nosotros nos resulta más conocido son las leyes
políticas emanadas por el Estado, y por eso existe el peligro de entender la ley
natural como la expresión de un poder que se nos impone, o bien como un código
inmutable de leyes ya hechas deducible especulativamente de una concepción
de la naturaleza humana, como en siglos pasados pretendió el racionalismo
La ley moral natural fundamentalmente está formada por los principios que la
razón práctica posee y conoce por sí misma, es decir, en virtud de su misma
naturaleza. La ley natural es la ley de la razón práctica, la estructura fundamental
del funcionamiento de la razón práctica, de todas sus evidencias y de todos sus
razonamientos. Pero hay que añadir inmediatamente que la razón práctica se
diferencia de la razón especulativa porque la razón práctica parte no de premisas
especulativas, sino del deseo de unos fines, que la ponen en movimiento para
buscar el modo justo de realizarlos. Por eso la razón práctica se mueve en el
ámbito de las inclinaciones naturales, de las tendencias propias de la naturaleza
humana (como son, por ejemplo, la sociabilidad, la creatividad y el trabajo, el
conocimiento, el deseo de libertad, la tendencia sexual, el deseo de amar y de
ser amado, la tendencia a la propia conservación y la seguridad, etc.).
La ley moral natural se llama “natural” porque tanto la razón que la formula
como las tendencias o inclinaciones a las que la razón práctica hace referencia
son partes esenciales de la naturaleza humana, es decir, se poseen porque
pertenecen a lo que el hombre es, y no a una contingente decisión que un
individuo o un poder político puede tomar o no. De aquí procede lo que suele
llamarse “universalidad” de la ley moral natural. La universalidad de la ley natural
no se debe concebir como si se tratase de una especie de ley política válida para
todos los pueblos de todos los tiempos. Significa simplemente que la razón de
todos los hombres, considerada en sus aspectos más profundos y estructurales,
es substancialmente idéntica. La universalidad afirma la identidad substancial de
la razón práctica. Si la razón práctica no fuese unitaria en sus principios básicos,
no sería posible el dialogo entre las diversas culturas, ni el reconocimiento
universal de los derechos humanos, ni el derecho internacional. Esta
universalidad coexiste con la diversidad de aplicaciones prácticas por parte de
los diferentes pueblos a lo largo de la historia, diversidad que se hace más
grande cuanto más lejos de los principios básicos están los problemas de que
se trata.
Nótese que (al revés de lo que muchos creen y acostumbran) el núcleo de una
legislación está en las leyes imperativas, y no tanto en las prohibitivas. El
legislador tiene por función indicar el camino que hay que seguir y, sólo
secundariamente, aclarar lo que no se debe hacer. Igualmente, una educación
correcta debe evitar ese exceso de prohibiciones que continuamente se están
imponiendo al educando. Educar significa conducir, no coartar.
b) Por su promulgación, la ley puede ser natural y positiva. La ley natural está
inscrita en la naturaleza. La ley positiva está escrita materialmente en un código.
La ley natural debe ser descubierta por el hombre y no es producto de la inventiva
de éste, en cambio la ley positiva es el resultado de una legislación especial. En
el capítulo siguiente estudiaremos las relaciones entre estos dos tipos de leyes.
c) Por su duración, la ley es eterna y temporal. La ley eterna siempre ha tenido,
y tendrá, vigencia. Por supuesto, sólo se concibe en la mente de Dios. La ley
temporal tiene una vigencia transitoria.
d) Por su autor, la ley es divina o humana. Hay que advertir que la ley natural
sólo puede ser divina (es decir, procede de Dios, creador de la naturaleza). En
cambio, la ley positiva puede ser divina o humana, pues tanto el hombre como
Dios pueden dictar leyes que expliciten la ley natural.
Entre todos estos tipos de leyes destacan tres, y en el orden que sigue:
Ley eterna
Ley natural
Ley positiva
NORMA SOCIAL
Norma social es una regla que se debe seguir o a la que se deben ajustar las
conductas, tareas y actividades del ser humano. La palabra moral proviene del
latín moralis, equivalente al griego éfhos. Sin embargo, la traducción latina
adquiere un matiz distinto de la griega y pierde parte del significado inicial. Moral
quiere decir carácter o costumbre, en cuanto algo que ha sido adquirido, y ya no
tiene el sentido de estructura originaria.
El sistema de normas, reglas o deberes que regula las acciones de los individuos
entre sí es lo que llamamos moral. Ésta, entonces, exige el cumplimiento de
aquellas normas, que se vuelven deberes morales adquiridos.
La sociedad es el origen de la moral. "Cada sociedad dicta las reglas que los
individuos deben acatar para vivir en ella y son la defensa de la estructura social,
que se vería quebrantada por el comportamiento desordenado de sus miembros
cuando obedece únicamente a los intereses particulares". Las reglas morales
representan necesidades sociales y colectivas, por lo que también son el origen
del derecho, el cual aplicará la coacción y la sanción, con el fin de que se
cumplan las leyes
La sociedad que tenemos hoy en día no es muy diferente, en lo que se refiere a
normas sociales, a aquellas del periodo romántico (siglo XIX). El sistema de
normas sociales relativas a los diferentes sistemas sociales y a los papeles rol
según posición social y que las personas identifican y asumen, lo estudia la
sociología.
Tipos de Normas
Las normas sociales pueden ser clasificadas según diversos criterios, uno de los
más habituales siendo agrupadas dentro de sistemas normativos según el grado
de la sanción que se aplica al infractor. Con este sistema obtenemos una
clasificación de los comportamientos desviados según su gravedad:
Normas penales: son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo
duro de cualquier sistema social. Recoge las normas que tutelan los bienes
fundamentales del grupo social (la vida, la propiedad, las instituciones...). El
incumplimiento de estas es un delito, y convierte al autor en delincuente.
Conlleva el tipo de sanción más grave: la pena.
Normas jurídicas: son las normas contenidas en reglamentos u ordenamientos,
su violación es un acto ilícito y conlleva sanciones de tipo pecuniario o
administrativo.
Normas sociales: es un amplio grupo de normas socialmente reconocidas, como
la moda, la tradición, los usos y costumbres, etc. Su incumplimiento no implica
una sanción institucionalizada, aunque sí algún tipo de recriminación o reproche
social. En las últimas décadas existe la tendencia a re conceptualizar estos
comportamientos de desviados en diversos
Moral individual: son las normas autoimpuestas, del tipo no comeré nunca en un
McDonald's. Incumplirlas tiene escasa relevancia social, pero puede ser
calificado como hipocresía.
En el diagrama podemos observar como los distintos sistemas normativos se
agrupan unos dentro de otros. Esto se hace porque, por ejemplo, aunque no
todas las normas sociales están en el código penal, todas las normas del código
penal son normas sociales. En realidad este modelo es una simplificación de
cómo se interrelacionan los sistemas normativos, ya que existen multitud de
excepciones: es habitual que alguna de las normas sociales existentes no sea
aceptada por la moral individual de algunas personas, lo que da lugar a la
aparición de las subculturas; también sucede a menudo que algunas normas del
sistema jurídico o penal no lleguen a integrarse dentro de las normas sociales.
Esto sucede sobre todo en los sistemas no democráticos, aunque también ocurre
en las democracias. Un ejemplo actual es la contradicción de muchas
legislaciones con la aceptación social de las descargas por internet. Cuando
existen fuertes contradicciones entre los sistemas normativos puede producirse
una crisis que los modifique. Por este motivo autores como Durkheim consideran
la desviación como un motor del cambio social.
Qué es Conciencia.
Como conciencia se define el conocimiento que un individuo tiene de sus
pensamientos, sus sentimientos y sus actos. Como tal, la palabra proviene del
latín conscientĭa, y esta a su vez del calco del griego συνείδησις (syneídesis),
compuesta por el prefijo συν- (syn-), que significa ‘con’, y είδησις (eídesis), que
traduce ‘conocimiento’, es decir: con conocimiento.
La conciencia es la capacidad propia de los seres humanos de reconocerse a sí
mismos, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su
entorno. En este sentido, la conciencia está asociada a la actividad mental que
implica un dominio por parte del propio individuo sobre sus sentidos. Así, una
persona consciente es aquella que tiene conocimiento de lo que ocurre consigo
y en su entorno, mientras que la inconsciencia supone que la persona no sea
capaz de percibir lo que le sucede ni lo que pasa a su alrededor.
Por otro lado, conciencia también tiene una connotación en cuanto sentido del
deber, como reflexión sobre la conducta y sobre los propios actos. De allí que
también tenga un carácter ético, pues permite distinguir al individuo entre aquello
que está bien y lo que está mal, de modo que a la hora de obrar pueda conducirse
de acuerdo a sus valores morales.
¿Conciencia o consciencia?
¿Cuándo escribir conciencia y cuándo consciencia? La duda sobre si estas
palabras son intercambiables en todos los casos es común, no obstante, hay
contextos donde esto no es posible. Por ejemplo, cuando queremos emplearlas
en un sentido moral, aludiendo a la capacidad de discernimiento entre lo bueno
y lo malo, entre lo correcto y lo incorrecto, lo aceptado es emplear la forma
conciencia: “Después de lo que hizo el presidente, su conciencia no lo va a dejar
en paz”. Por otro lado, cuando se usa con el sentido de percepción o
conocimiento, pueden utilizarse ambas formas, aunque se aconseja el empleo
de la escritura más simple conciencia: “Él conduce como si no tuviera conciencia
de los riesgos”.
Conciencia moral
La conciencia moral es aquella que nos señala si las acciones o actitudes que
tomamos son correctas o incorrectas. Como tal, la conciencia moral está
sustentada en el conjunto de valores morales que ostenta el individuo. Son los
valores los que orientan el comportamiento y las acciones de las personas,
siendo que quien se rige por ellos procura obrar bien, correctamente, de
conformidad con sus principios. La ausencia de valores, por el contrario, implica
un vacío de conciencia según el cual el individuo no se sentirá impelido a actuar
de tal o cual manera. Por su parte, aquel que, a pesar de actuar a conciencia,
obra malamente, empieza a experimentar aquello que llamamos cargo de
conciencia.
Conciencia histórica
La conciencia histórica es aquella que permite a un individuo percibirse a sí
mismo incurso en un devenir colectivo, partícipe de un momento particular en el
tiempo y en la historia de una sociedad. Como tal, la conciencia histórica dota a
la persona de la capacidad de comprender que todo lo que acontece en la
actualidad es resultado de un conjunto de acciones llevadas a cabo en el pasado.
En este sentido, el individuo con conciencia histórica es también capaz de darse
cuenta de que sus propios actos y los de los otros que con él cohabiten en su
tiempo tendrán consecuencias en el futuro en las vidas de otras personas.
Conciencia en Psicología
Para la Psicología, como conciencia se denomina el acto mediante el cual una
persona es capaz de percibirse a sí misma en el mundo. En este sentido, la
conciencia implica el hecho en sí de un individuo darse cuenta de aquello que
ocurre a su alrededor, fuera del Yo, como resultado de un conjunto de reflexiones
sobre las propias acciones y las realidades presentes en su entorno.
Un acto moral es aquella acción realizada por un individuo y que puede ser
valorada como buena o mala desde un punto de vista ético. Las acciones que
realizamos podrían dividirse en dos grupos: las que no tienen implicaciones
morales porque son neutrales (respirar, moverse, rascarse o protegerse de la
lluvia) y aquellas acciones que sí pueden tener alguna consideración moral, es
decir, pueden valorarse como buenas o malas. Este último tipo de acciones es
mucho más amplio de lo que parece a primera vista. Dar la mano a alguien puede
parecer neutral, pero dar la mano a un terrorista sanguinario ya se puede discutir
moralmente. Trabajar en una fábrica para ganarse el pan de la familia no tiene
una implicación moral, pero si la fábrica contamina un río y esto provoca
enfermedades, la neutralidad del trabajo en la fábrica desaparece. Esto quiere
decir, que casi cualquier acto es un acto moral en potencia, pues el contexto en
el que se produzca determinará una valoración determinada.
Un acto moral depende de varios elementos. Para que hablemos con rigor de
acto moral éste tiene que ser algo elegido libremente, sin ningún tipo de
coacción. Por otra parte, el acto debe tener una finalidad, un motivo por el cual
se realiza. Por último, el acto moral se encuentra dentro de un contexto humano
que condiciona cualquier análisis ético.
Cualquier acto moral se puede analizar desde perspectivas diferentes, es decir,
desde varios criterios éticos. Si tomo la decisión de ayudar a todo el que lo
necesita, alguien podría preguntarme por qué actúo así. Mi respuesta podría ser
muy diversa: 1. Considero que es mi deber hacerlo, 2. Entiendo que al ayudar al
necesitado estoy cumpliendo con lo que Dios quiere de mí, Mi conducta moral
se rige por mis sentimientos internos. Estas tres posibles respuestas a un acto
moral son ejemplos de las justificaciones racionales o criterios que podemos
emplear a la hora de llevar a término un acto moral.
Por último, vale la pena recordar que la mayoría de actos pueden tener una
dimensión moral y, por este motivo, estar sujeto a la discusión y al debate ético.
https://www.monografias.com/trabajos71/norma-social-norma-juridica/norma-
social-norma-juridica.shtml
http://www.racmyp.es/R/racmyp/docs/discursos/D54.pdf
https://definicion.mx/acto-moral/