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Tratando de buscar un significado para la dignidad empecé explorando sus orígenes, lo que me llevo a encontrarme

con la religión, la idea de dignidad personal tiene su origen en el cristianismo, entonces fui a la única fuente confiable,
la biblia, para conseguir algo que me preste un significado o algunos parámetros.
Mateo 8, 1 “Jesús, al entrar a Cafarnaúm, se le acercó un centurión, rogándole: señor mi sirviente esta en casa
enfermo de parálisis y sufre terriblemente. Jesús dijo: yo mismo iré a curarlo. Pero el centurión respondió: señor no
soy digno de que entres en mi casa, basta que digas una palabra y mi sirviente se sanara” Luego encuentro un debate
entre el Apóstol Pablo y varios filósofos atenienses… Hechos de los apóstoles 17, 16-33 “mientras Pablo les
esperaba en Atenas, estaba interiormente indignado al ver la ciudad llena de ídolos. Discutía en la sinagoga con los
judíos, y con los que adoraban a dios y diariamente en el ágora con los que allí se encontraban. Trataba también
conversación con algunos filósofos epicúreos y estoicos. Unos decían: ¿Qué querrá decir esta charlatán? Y otros…
parece un predicador de divinidades extranjeras. Porque anunciaba a Jesús y la resurrección. Le tomaron y lo
llevaron al areópago; y le dijeron: ¿podemos saber cuál es esa nueva doctrina que tú expones?¿Pues te oímos decir
cosas extrañas y querríamos saber qué es lo que significan… Pablo, de pie en medio del Areópago dijo: Atenienses…
el dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es señor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios
fabricados por hombres… dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres
que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en que va a juzgar al mundo según su justicia,
por el hombre que ha destinado, dando a todos una garantía al resucitarlo de entre los muertos. Al oír la
resurrección de los muertos, unos burlaron y otros dijeron: sobre esto ya oiremos otra vez, así salió Pablo de en
medio de ellos”.
Lo que me llevo a considerar que para tener dignidad debías seguir ciertos parámetros establecidos por el cristianismo,
los cuales serían, aceptar un único dios verdadero, propagar la palabra de dios, glorificar a dios, demostrar gozo,
cuidarse del mal, estar unido con nuestros hermanos y distinguirse por su amor, como una significación parecida o
semejante a la de los diez mandamientos.
Me doy cuenta de que esa forma de encontrar la dignidad está cargada con un sentido de sometimiento, por la forma
en que Pablo expreso a su Dios “todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en que va a juzgar
al mundo según su justicia” a la vez cargada de culpa por la forma en que el Centurión se sentía al tener otras
creencias “no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastara para sanarme”. Entonces llego a la
conclusión de que creer en dios, es desvalorizarnos a nosotros mismos, reprimir nuestra voluntad de poder, mientras
más digno creo que soy más indigno me estoy transformando, lo mismo que cavilaba Nietzsche.
Fue entonces que pensé en Descartes y en desafiar al cristianismo, dije si dios es todo poderoso ¿podría cambiarme
esos parámetros para encontrar dignidad? ¿Son verdad esos parámetros? ¿Pero dios lo perdona todo?
Descartes me abre las puertas a un pensamiento único y libre a una libertad en cuanto a pensamiento, y que la
racionalidad es algo individual. Por lo tanto dejo de lado los parámetros impuestos por el cristianismo y tomo unos
que me sean universales y que vallan más allá de la religión… lo cual me llevo a encontrarme con Kant y sus
imperativos categóricos, “Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se
convierta en ley universal. Obra como si la máxima de tu acción pudiera convertirse por tu voluntad en una ley
universal de la naturaleza”; “Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio”; puedo deducir que su aspecto
más decisivo se encuentra en el reconocimiento del valor de la persona humana en el cual se pone de resalte su
naturaleza activa, en general, y ética en especial. La persona, el sujeto, no es una cosa, sino más bien las cosas son
productos del sujeto, porque en este tienen su origen la legalidad y el orden del mundo fenoménico, la estricta
causalidad y mecanismo que allí dominan. Pero el sujeto, por su parte no está sometido a tales leyes, estas surgen de
él, no el de ellas. Reflexionando en su aspecto noúmenico, como sujeto moral, es persona, cabe decir un ente libre
pleno de dignidad. En palabras de Kant “el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mi”, el cielo estrellado
simboliza la naturaleza, el maravilloso orden y armonía que en ella domina (y que están fundados en las leyes que la
propia razón dicta); el otro objeto de admiración reside en ese otro mundo, que ya no es el sensible, sino el inteligible;
el de la libertad, el mundo de la persona moral, ¿el de la dignidad?
Entonces los parámetros de la dignidad son esos imperativos categóricos, dos verdades que representan un mundo
ideal. Es moralmente digno quien hace de la ley moral su máxima, siendo la propia ley un motivo impulsor suficiente,
nosotros tenemos la libertad de actuar porque nuestro ideal de dignidad se cumpliría respetando esos imperativos, eres
un ser libre, racional que sabe de esa ley moral, depende de vos tu dignidad, eres responsable, sabes que existen esos
imperativos categóricos, cualquiera diría que la dignidad se encontraría en tratar de fundir ambos aspectos, el de la
naturaleza que serían las relaciones humanas y por otro lado, idear las pautas o reglas de convivencia en la mente
universales. Entonces si esto no puedo fusionarlo se manifestaría una sensación de culpa, porque tuve las posibilidades
pero no lo logre.
Entonces cuestiono… ¿Por qué debe haber una ley moral? ¿Por qué tengo que cumplir con los imperativos categóricos
para ser digno? ¿Si soy libre porque tengo que tener culpa? ¿Porque no puedo crear mis propios parámetros para la
dignidad? ¿Soy libre? ¿Soy digno?
Esto me recuerda a una cita de Nietzsche “obrar de modo tal que un horizontes de infinitos retornos no intimide,
elegir de forma que si uno tuviera que volver a vivir toda su vida de nuevo, pudiera hacerlo sin temor” lo que quiero
decir es que puedo manejar mi libertad como yo quiera sin sentir responsabilidad ni culpabilidad, soy digno de vivir
según mis propios imperativos, según mis propios parámetros para alcanzar la dignidad que todavía no sé qué es, de
nuevo retomo a Nietzsche y digo “es cosa de pocos ser independiente: -es un privilegio de los fuertes. Y quien intenta
serlo sin tener la necesidad, aunque tenga todo el derecho a ello, demuestra que, probablemente, es no solo fuerte,
sino temerario hasta el exceso.” Lo que me genera es que no importa el otro, si lo uso como medio o como un fin,
sino sentirme pleno con mi forma de vida, sin absolutos, esto transformaría la búsqueda por la dignidad en una suerte
de ley de la selva.
Sin embargo no estamos solos en el mundo y está bien que queramos ser libres, no obstante existe una condición en
nosotros por el solo hecho de ser humanos, es la que me muestra Sartre… cuando debate con un periodista llamado
Naville, que le dice “la realidad primera es la realidad natural, de la que la realidad humana no es más que una
función. Pero para esto es necesario admitir la verdad de la historia, y el existencialista, en general, no admite la
verdad de la historia, ni de la historia humana, ni de la historia natural en general, y, sin embargo, es la historia la
que hace a los individuos; es su propia historia, a partir del momento en que son concebidos, lo que hace que los
individuos no nazcan ni aparezcan en un mundo que sea para ellos una condición abstracta, sino que aparecen en un
mundo del que forman parte, por el cual están condicionados, y que contribuyen ellos mismos a condicionar de la
misma manera que la madre condiciona a su hijo y el hijo la condiciona a su vez desde que él está en gestación. Solo
desde este punto de vista tenemos derecho a hablar de condición humana como una realidad primera”. A lo que
Sartre le responde: “usted me habla de una condición humana que llama algunas veces pre-condición, y habla de una
pre-determinación… lo que nos ha dicho de determinación los sabíamos desde hace mucho tiempo”.
Entonces, aceptar la libertad para alcanzar la dignidad es un hecho humano, con todas sus derivaciones, con me esto
me quiero referir a lo que puede ocasionar la acción humana, algo que sea tomado como malo o algo que sea tomado
como bueno, pero el hombre por su propia condición y por su propia libertad de elegir esta, en un cierto modo
condicionado por esa libertad, la persona se puede equivocar, quizás no deba sentir ese sentimiento de culpa como se
manifestaba en Kant y en el cristianismo. Deduzco que los parámetros de la dignidad están en relación con los otros
porque lo que hago impacta, de una forma u otra, no importa el lugar donde me encuentre, en el otro, a partir de ahí
comienza, en un día a día, fabricándolos, aceptando los errores, comprometido en la búsqueda.
Veo personas manifestándose, peleado por una vida digna y el futuro de sus hijos, por la reivindicación de un salario
digno, igual a una canasta familiar, esto no lo debo tomar como algo menor, quizás en ellos pueda conseguir lo que
estoy buscando, me resulta ineludible no solo una toma de conciencia con respecto a las carencias en la calidad de
vida, sino que también es trascendental generar un compromiso por la defensa de la vida misma y descubrir cómo
cada uno de nosotros se maneja en el logro de la satisfacción de las necesidades esenciales.
Entonces la dignidad es una categoría ideal, que la definición entre los seres humanos es muy personal, cada uno la
termina tratando de encajar a una realidad que está viviendo dependiendo de sus valores, las situaciones, de las
connotaciones que le dé, porque funciona como un concepto que tratamos de tórnalo practica por ende al ser una
categoría ideal es muy difícil de alcanzar, porque nos la pasamos contrastando con la realidad pero que nunca se va a
dar a la perfección acá en la tierra.
Los parámetros de la dignidad, fueron cambiando según los criterios de poder, en cuanto se quiere tomar la
concepción del mundo como una concepción religiosa, como una concepción positivista etc., pero que en realidad hay
algo que se mantiene, que es esa libertad para actuar, y la responsabilidad que tienes para con los otros, lo fundamental
para buscar la dignidad seria encontrar un equilibrio.
Quizás la dignidad se encuentra con otros parámetros, lo que sí puedo ver es que nos lleva a tener que cumplir con
algo, a cargar con algo, como aquella figura de Cesare Ripa y su Obra Alegoría de la Dignidad, la cual está
representada por una mujer que mantiene una gran caja en sus espaldas. Al fin y al cabo esa carga seria la libertad de
donde se derivan los sentimientos.
Gran problema, a partir de ahora me urgen nuevas preguntas, ¿existe la dignidad?, ¿Qué es entonces una vida digna?
¿En una sociedad se puede llegar a ser digno?, ¿se puede construir una sociedad digna?

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