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Il El surgimiento del capital LOS ANTECEDENTES DE LOS CICLOS SISTEMICOS DE ACUMULACION El surgimiento del sistema de libre empresa contemporineo como estructura dominante de la economia-mundo capitalista constituye la iltima etapa de un pro- ceso de diferenciacién de las empresas comerciales frente a los gobiernos que ha du- ado seis siglos. Siguiendo a Frederic Lane, podemos distinguir entre estos dos tipos de organizaciones atendiendo a sus objetivos, métodos empleados y consecuencias sociales de su actividad. Los gobiernos son organizaciones orientadas hacia la obten- cién de poder, cuyos medios caracteristicos para alcanzar sus objetivos son la guerra, la fuerza policial y los procedimientos judiciales, suplementados con la apelacién a los sentimientos morales, que generan sistemas definidos por la ley y por las rela- ciones de fidelidad. Las empresas comerciales, por el contrario, son organizaciones orientadas hacia la obtencién de beneficio, cuyas actividades cotidianas son la com- pray la venta, que generan sistemas de produccién y distribucién (Lane, 1979: 38): Al examinar las organizaciones realmente existentes en el mundo occiden- tal alrededor de 1900 no resulta demasiado dificil clasificarlas como gobiernos ‘© empresas comerciales. Pero al examinar la expansién ocednica de los siglos XV y XVI, no podemos clasificar de este modo a las organizaciones inicialmente protagonistas de 1a misma. Si consideramos sus motivos, sus método’ o sus consecuencias, llegamos a la conclusion de que los principales esfuuerzos inno- vadores habitualmente combinaban caracteristicas propias de los gobiernos con caracteristicas especificas de las empresas. (Lane, 1979: 38-39.) 107 Como veremos, las compaitias que dirigieron la expansién ocednica de los siglos XV y XVI mostraron ya una considerable especializacién en el ejercicio de sus funciones gubernamentales o empresariales; por otro lado, al filo de 1900 la mencionada diferenciacién entre organizaciones gubernamentales y empresa- riales no era tan completa como se desprende de las observaciones de Lane. La observacion de Lane captura, no obstante, la dinamica de la pauta evolutiva de la economia-mundo capitalista desde sus inicios en la Europa de la Baja Edad Media hasta la actualidad. Inicialmente, las redes de acumulacién de capital se hallaron totalmente in- crustadas en las redes de poder y subordinadas a las mismas. En estas circuns- tancias, para tener éxito en la obtencién de beneficio era necesario que las organizaciones empresatiales fueran Estados poderosos, como lo demuestra la experiencia de las oligarquias del norte de Italia, que fueron lideres no sélo de los procesos de acumulacién de capital, sino también de los procesos de cons truccién del Estado y de organizacion de la guerra. Sin embargo, a medida que las redes de acumulacién se expandieron hasta llegar a abarcar todo el globo, adquirieron una autonomia y ejercieron un dominio cada vez mayor sobre las redes de poder. Como resultado de ello, para tener éxito en sus estrategias de poder los gobiernos deben ser lideres no tinicamente en los procesos de cons- truccién del Estado y de organizacién de la guerra, sino también en los proce- sos de acumulacién de capital. La transformacion de la economia-mundo capitalista, que paso de ser un sis- tema en el que las redes de acumulacion se hallaban totalmente incrustadas en las redes de poder y subordinadas a las mismas, a convertirse en otro sistema en el que las redes de poder se hallan totalmente incrustadas en las redes de acue mulacién y subordinadas a éstas, ha tenido lugar a través de una serie de ciclos sistémicos de acumulacion; cada uno de estos ciclos ha estado definido por una fase de expansion material (DM) a la que ha seguido una fase de expansion fi nanciera (MD’). Como vimos en la «Introducciéns, la nocién de ciclos sistémi- cos de acumulacién se deriva de la observacién efectuada por Braudel sobre el hecho de que todas las expansiones comerciales fundamentales de la economia- mundo capitalista han anunciado su «madurez» alcanzando una etapa de ex- pansion financiera. Siguiendo a Braudel, nosotros identificamos el inicio de las expansiones financieras con el momento en que las agencias empresariales lide- res de la expansién comercial precedente desplazan sus energias y sus recursos desde la actividad comercial hacia la actividad monetaria. Y, como Braudel, tomamos la recurrencia de este tipo de expansién financiera como la principal expresién de una cierta unidad de la historia capitalista desde finales de la Edad Media hasta nuestros dias. A diferencia de Braudel, sin embargo, noso- tros concebimos explicitamente las expansiones financieras como largos perio- 108 | dos de transformacién fundamental de las agencias y de la estructura de los procesos de acumulacién de capital a escala mundial. Desde este punto de vista, nuestros ciclos sistémicos de acumulacién se asemejan a las etapas del desarrollo capitalista concebidas por Henri Pirenne. En su examen de la historia social del capitalismo a lo largo de mil aiios, desde sus inicios primigenios en la Europa medieval hasta principios del siglo Xx, Pi- renne observa que en cada uno de los periodos en que podria dividirse esta his- toria existié una clase de capitalistas especifica e independiente. Es decir, el grupo de capitalistas de una época dada no surge del grupo capitalista de la época precedente. En cada cambio que se produce en la organizacién econémica encontramos una ruptura de la continuidad. Es como si los capi- talistas que han estado hasta ese momento en activo, reconociesen que son incapaces de adaptarse a las condiciones que imponen necesidades des- conocidas hasta ese momento y que reclaman métodos no empleados hasta esa fecha. Estos capitalistas se retiran de la lucha y se convierten en atisto- cracia, que si vuelve a desempefiar un papel en los negocios, lo hace tini- camente de una manera pasiva, asumiendo la funcién de socio silencioso. (Pirenne, 1953: 501-502) Su lugar en la promocién de la expansi6n ulterior es ocupado por una nue- va clase de capitalistas «que se dejan impulsar por los vientos que corren y que saben cémo organizarse para aprovecharlos, hasta que llega el dia en quie a st vez se detienen y son aventajados por nuevos grupos que disponen de fuerzas frescas y que se dirigen hacia nuevas direcciones». En resumen, no puede postularse la permanencia a través de los siglos de una clase capitalista, resultado de una evolucién continua, que se transfor- ma a si misma para adaptarse a circunstancias que se han modificado. Por el contrario, existen tantas clases de capitalistas como épocas en Ia historia econémica. Esa historia no se presenta a si misma al ojo del observador bajo se asemeja por el contrario a una escalera, la forma de un plano inclinad en la que cada peldaiio surge abruptamente sobre el que le precede. No nos encontramos en presencia de un ascenso suave y regular, sino ante una serie de saltos. (Pirenne, 1953: 502.) Nuestra sucesion de ciclos sistémicos de acumulacién constituye en realidad «una serie de saltos», resultado cada uno de ellos de las actividades de un com- plejo particular de agencias gubernamentales y empresariales dotado con la ca- pacidad de llevar la expansion de la economia-mundo capitalista un paso mas 109 i i | alla de lo que podrian o habrian hecho los promotores y organizadores de la expansion precedente. Todo paso adelante implica un cambio de guardia en los puestos de mando de la economia-mundo capitalista y una «revolucién organi- zativay concomitante en los procesos de acumulacién de capital: cambio de guardia y revolucién organizativa que histéricamente siempre se han producido durante las fases de expansion financiera. Las expansiones financieras se consi- deran, por consiguiente, como precursoras no tnicamente de la madurez de una etapa particular de desarrollo de la economia-mundo capitalista, sino tam- bién como el itiicio de una nueva etapa. Asi pues, el punto inicial de nuestra secuencia de ciclos sistémicos de acumulacién, que tomaremos como «grado cero» del desarrollo del capitalis- mo como sistema-mundo, est constituido por la expansi6n financiera que siguio a la finalizacién de la expansion comercial de finales del siglo XII y principios del siglo x1v. Como ha mostrado Janet Abu-Lughod (1989), esta expansion comercial ha implicado a puntos concretos (en su. mayor parte ciudades) de toda Eurasia y partes de Africa. No puede afirmarse que haya sido una tnica agencia o complejo organico de agencias quien ha promovido u organizado tal expansién. Las ciudades-Estado del norte de Italia, que se hallaron entre los principales beneficiarios de la expansién comercial y se convirtieron en lideres de la subsecuente expansién financiera de la econo- mia-mundo europea, desempefiaron una funcién esencial en la creacién de vinculos regionales a lo largo de la cadena transcontinental de transacciones que se extendio desde Inglaterra hasta China. Pero ni individual ni colecti- vamente puede afirmarse que estas ciudadesEstado fueran las promotoras y organizadoras de la expansion comercial transcontinental que perfilé sus des- tinos, A este respecto, stt papel fue importante pero secundario, tanto absolu- ta como relativamente, frente a otras organizaciones; en primer lugar y fun- damentalmente respecto al imperio mogol. (Véase Abu-Lughod, 1989: cap. 5; y Barfield, 1989 sobre el impacto del ascenso y hundimiento del imperio mo- gol en el sistema comercial eurasiatico.) La expansion comercial de finales del siglo XIII y principios del XIV y la ex- pansién financiera que siguié a la misma no pueden considerarse un ciclo sis- témico de acumulacién, ya que definimos éste como una fase de expansién ma- terial seguida por una fase de expansién financiera promovida y organizada por la misma agencia o grupo de agencias que protagonizaron la anterior fase de ex: pansién material. No obstante, fue en el curso de esta expansion financiera cuando se formaron las agencias que Ilevaron a cabo el primer ciclo sistémico de acumulacion y se perfilaron las caracteristicas esenciales de todas las subse- cuentes expansiones financieras. No pueden comprenderse totalmente ni los origenes ni la estructura de los ciclos sistémicos de acumulacién sin un examen 110 preliminar de las fuerzas que operaron en la expansién financiera de finales del siglo XIV y principios del siglo Xv. La caracteristica primordial de este periodo, como la de todas las fases de conclusién de los ciclos sistémicos de acumulacion, fue una tepentina intensi- ficacion de la competencia intercapitalista. En ninguna otra parte fue mas evi- dente esta intensificacion que en el enclave capitalista del norte de Italia, que se convirtio en la sede principal de la expansién financiera. Durante la expan- sién comercial precedente, las relaciones entre los centros de acumulacion de ese enclave, es decir, sus ciudades-Estado, habian sido fundamentalmente coo- perativas. La cooperacién se basaba basicamente en una division del trabajo en- tre las ciudadesEstado que realizaban diversas actividades comercial- industriales. Incluso las «cuatro grandes» ocupaban nichos de mercado clara- mente distintos en el sistema comercial vigente. Florencia y Milan se hallaban ocupadas en las actividad manufacturera y en el comercio por tierra con el no- roeste de Europa; pero mientras que Florencia se especializé en el comercio textil, Milan lo hizo en el comercio metaltirgico. Venecia y Génova se hallaban especializadas en el comercio maritimo con el Este; pero mientras Venecia se especializé en los negocios con el circuito del sudeste de Asia, basado en el comercio de especias, Génova lo hizo en los negocios con el circuito del centro de Asia, basado en el comercio de la seda. La diferenciacin estructural entre los comercios de las ciudades Estado no impidié tinicamente que sus expansiones comerciales interfirieran entre si Cred, lo cual reviste mayor importancia, fuertes vinculos de complementarie- dad entre las actividades comerciales de las mismas, haciendo depender asi el éxito de cada centro del éxito de los restantes. Como ha subrayado John Hicks en su anilisis tedrico de lo que él denomina «la economia mercantil... en su primera forma, cuando se concretiz6 en un sistema de ciudadesEstado», en el comercio, como en la industria, existen tendencias a obtener rendimientos ge- nuinamente crecientes, ya que un elevado volumen de comercio puede organi- zarse mejor que un volumen reducido, reduciéndose los costes de las operacio- nes. En parte, estas economias son einternas» al centro comercial o a la empresa individuales, en tanto que pueden remitirse a la mayor escala y alcance de sus operaciones. En parte, sin embargo, se deben a lo que Alfred Marshall ha de- nominado «economias externas»: es decir, economias debidas al hecho de que el centro comercial o la empresa individuales se benefician de formar «parte de un organismo de mayor dimensién» (Hicks, 1969: 47, 56). En un sistema de ciudadesEstado, «un organismo de mayor dimension» significa un mayor ntimero y variedad de centros comerciales auténomos poli- ticamente. A medida que el ntimero y la variedad de tales centros se incremen- ta, se diversifica mas la gama de mercancias que puede movilizar cada centro

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