El cambio climático es definitivamente uno de los retos más grandes que actualmente
enfrenta la humanidad, tanto en la búsqueda de acuerdos que limiten la generación de
los gases contaminantes que causan este problema (llamados Gases de Efecto
Invernadero), así como en cuanto a implementar medidas que nos ayuden a adaptarnos
a los cambios que está causando esta alteración del clima. El cambio climático está
afectando y llegará a afectar a todos los sectores importantes de la vida nacional, desde
la producción de alimentos, la salud pública, la infraestructura y la misma seguridad
pública.
Y tercero, aunque se logre un acuerdo mundial para detener la generación de los gases
contaminantes, el efecto de calentamiento mantendrá su influencia en el clima global al
menos durante un siglo más. Esto implica que estamos forzados a adaptarnos a vivir con
un clima más cambiante.
¿Qué efectos concretos podemos esperar para Guatemala? Investigaciones que hemos
hecho en la Universidad del Valle de Guatemala preguntando a agricultores qué cosas
han notado con el clima, muestran que ya es evidente un aumento de la variación del
clima del país. Por su posición geográfica, Guatemala siempre ha tenido un clima muy
variable, pero esa variabilidad ha aumentado mucho más en las últimas décadas. Por
ejemplo, los agricultores reportan que es más difícil ahora predecir el inicio y el fin de la
época lluviosa. Esto por supuesto les complica mucho determinar cuándo hacer la
siembra. Las famosas “aguas de mayo” no han llegado en los últimos años ya que la
época lluviosa ahora está establecida hasta junio. Por cierto, los también famosos
zompopos de mayo cada vez se están convirtiendo más en zompopos de junio. Esto por
supuesto ha aumentado considerablemente el problema de inseguridad alimentaria y
hambrunas especialmente en el llamado corredor seco del país.
ESTUDIANTE: BRENDA TERESA RODRÍGUEZ FLORES
Un residente local trata de drenar el lodo de su calle en Amatitlán (Guatemala), tras las
inundaciones causadas por la tormenta tropical Agatha. Foto: Globovision / Flickr
Aunque estos porcentajes podrían no parecer muy altos a primera vista, si pueden
resultar en un aumento considerable del estrés hídrico que el país ya evidencia en varias
regiones, particularmente las regiones orientales del país y las áreas al sur de los
departamentos de Huehuetenango, Quiché y las Verapaces. Mucha de la falta de agua
ya observada en estas y otras regiones del país proviene del mal manejo que hacemos
de este recurso vital, especialmente en cuanto a la contaminación de aguas superficiales
al descartar nuestras aguas servidas sin ningún tratamiento previo. (Nota editorial: Más
de 90% de las fuentes de agua y más de 98% de los afluentes del país en Guatemala
tienen contaminación bacteriológica.) Por tanto, el cambio climático pondrá una presión
adicional para que Guatemala desarrolle una legislación adecuada para que podamos
manejar y conservar mejor nuestro recurso hídrico.
Es por ello que la cumbre en diciembre en Paris es de suma importancia para el futuro
de nuestra nación. Un acuerdo vinculante entre todos los países del mundo para reducir
emisiones, especialmente los que más contaminan que en la actualidad incluyen a China,
Estados Unidos, la Unión Europea y la India, permitirá mantener el aumento de
temperatura en un rango debajo de dos grados centígrados o menos. Guatemala también
debe hacer su propuesta de reducción de emisiones y la misma debería desarrollarse en
un proceso participativo liderado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales
(MARN).
Pero más allá de prestar atención a estas negociaciones, los guatemaltecos debemos
empezar a trabajar conjuntamente para construir nuestros planes nacionales y locales de
adaptación al cambio climático que estaremos enfrentando en el resto del presente siglo.
La tarea y la responsabilidad son de todos, tanto gobierno como sociedad civil.