Anda di halaman 1dari 29

Dr.

Héctor Nuila Ericastilla

1
La Desnutrición es el Rostro Humano del Capitalismo en Guatemala

Dr. Héctor Alfredo Nuila Ericastilla.


Médico y Cirujano MSC en Salud Pública con Énfasis en Salud Materno Infantil y Nutrición.

I. Introducción.

El presente documento se escribe con la intencionalidad de contribuir en lo posible al


debate nacional que debe concretarse para llegar a estudiar a profundidad la
multicausalidad de la desnutrición en Guatemala, la que tiene raíces históricas y
estructurales, las cuales si no llegan a superarse será imposible la erradicación de ésta cruda
realidad, la que a su vez determina el desarrollo del proceso de salud-enfermedad que
cotidianamente se vive en Guatemala y que se expresa en los daños a la salud perdida, por
causas prevenibles y que nos muestran los indicadores de enfermedad y muerte en el país.

A lo largo del documento, desde el análisis de la determinación social del proceso salud-
enfermedad, se hace el esfuerzo por generar el interés necesario para que por medio de la
discusión y la confrontación de ideas se llegue a establecer, que las raíces sistémicas
(históricas, económicas, políticas y sociales) que determinan la existencia, desarrollo y
reproducción de la desnutrición al menos, según el desarrollo histórico de Guatemala, hoy
se puede asegurar que el capitalismo guatemalteco atrasado expresado en el modelo
económico vigente y agotado, no solo determina la causalidad de la desnutrición, sino que a
su vez le da vida a su reproducción, con lo que como consecuencia permanente también
determina la inviabilidad de Guatemala como país.

Para los efectos de orden práctico se presentan inicialmente las aproximaciones para
establecer la magnitud del problema, en ese sentido se debe entender que se tiene
conciencia y claridad en el hecho de que lo que se describe es solamente un panorama
general de la problemática pues la misma para poderla presentar de una manera más
completa, precisa y sobre todo más amplia en su magnitud y alcances, se requiere de otro
tipo de esfuerzos y dedicación para su elaboración y presentación.

En lo que corresponde a la descripción y análisis de las raíces sistémicas de la desnutrición,


la intención de refrescar la memoria histórica nacional sobre esta problemática es básica, ya
que el sistema imperante la hace aparecer como algo circunstancial, aislado y focalizado a
determinadas zonas del país en donde “el cambio climático” es el único factor
determinante. Sin embargo como se podrá observar la situación tal y como se identifica es
totalmente diferente, por lo tanto se espera que sobre el tema que nos ocupa se retome en el
imaginario social guatemalteco la existencia y vigencia de la causalidad histórica y
sistémica de la desnutrición, así como otros elementos que actúan sobre esta realidad en
2
estos tiempos, los cuales como consecuencia del desarrollo histórico de la desnutrición en
Guatemala hoy por hoy son factores de reproducción de la misma problemática.

También se presentan de manera resumida los vacíos, contradicciones, deficiencias y hasta


deformaciones que tienen las diferentes intervenciones que ante la problemática han tratado
de implementar los últimos gobiernos, en donde prevalece como motivación principal el
clientelismo y manipulación partidista en cada uno de los programas que le dan sustento a
las diferentes intervenciones estatales y privadas, en donde el lucro de éstas últimas siempre
estará presente.

Finalmente se presenta una propuesta cuyo contenido responde a procesos y hechos


históricos que se han desarrollado en el país y que al retomarlos con seriedad,
responsabilidad y solidaridad nacional pueden representar una salida de la problemática en
el corto, mediano y largo plazos.

II. La magnitud del problema

La masividad de la Desnutrición Humana a nivel mundial es el resultado de la interacción


de una serie de factores que la determinan y la condicionan dentro de un contexto histórico,
económico, social y político, en donde los factores biológicos y psicológicos juegan el
papel que les corresponde, tanto en la etapa de creación de las condiciones para que el
proceso se dé y se instale, como en la parte en que la desnutrición actúa como enfermedad
social en un proceso de desarrollo constante, así como en el desenlace del mismo, ya sea
que éste a través de las intervenciones establecidas en la políticas públicas integrales y
profundas que sobre la materia los diferentes estados definan e implementen, ésta se
encamine a la recuperación y la rehabilitación individual y colectiva, o bien a pesar de las
mismas en caso existan, en su ausencia la desnutrición tenga como salida lógica la
cronicidad con todo y sus secuelas hasta llegar a la invalidez y-o la muerte.

La desnutrición se presenta ya en etapas avanzadas como una enfermedad (aunque algunos


no la consideran como enfermedad sino como fenómeno social) principalmente en la niñez,
comprendida entre los cero y los cinco años de edad. Los de cinco a nueve años, y los de
diez a catorce sufren las secuelas de la desnutrición que padecieron en etapas previas de
su vida, en donde entre otras secuelas irreversibles se destacan: la disminución significativa
de su talla, y sobre todo sus potencialidades intelectivas, mentales, físicas, fisiológicas,
psicomotoras y sociales, agravando así las limitaciones significativas a las posibilidades de
su desarrollo integral como persona humana de manera permanente para el resto de su
vida.

Es necesario resaltar la profunda e indispensable interrelación, entre el desarrollo cerebral


del ser humano y la nutrición, hecho que se desprende desde el mismo sentido común, hasta
su plena demostración científica la cual llega a establecer que el desarrollo cerebral
depende de factores genéticos, ambientales en donde se destaca todo lo referente a las
etapas preconcepcionales, el embarazo con cuidados adecuados, disponibilidad de
3
nutrientes para el desarrollo embrionario y fetal, lactancia materna adecuada, estimulación
temprana y una nutrición óptima desde los primeros años de vida. (Tomado de: La
Nutrición y el Desarrollo del Cerebro del Dr. Regino Piñeiro Lamas, Nuevo León México,
Octubre 2013).

En la misma fuente se resalta que el peso del cerebro al nacer equivale al 25% de su peso,
al cumplirse el primer año de vida el cerebro adquiere el 50% de su peso, alcanzando el
75% cuando se cumple el segundo año de vida, llegando a adquirir el 90% al cumplirse el
tercer año quedando por alcanzar el 10% restante a partir de los cuatro años.

La situación descrita hay que relacionarla con el hecho de que la drasticidad de la


desnutrición en Guatemala se focaliza principalmente en la niñez menor de cinco años
dejando daños irreversibles principalmente en el crecimiento del cerebro, así como en el
desarrollo de sus funciones.

La desnutrición también afecta a las mujeres embarazadas en donde el complejo


desnutrición-embarazo-infección también, constituye una de las causas básicas y
fundamentales de la mortalidad materna, a través de la creación de condiciones para que el
desarrollo de las complicaciones inherentes a los procesos infecciosos principalmente
durante el embarazo el parto o el puerperio se instalen y actúen con mayor drasticidad.
Además la desnutrición en la madre durante el embarazo se agrava, pues el feto para su
crecimiento y desarrollo se nutre a expensas de las reservas proteicas, calóricas y otros
nutrientes de la madre quien al sobrevivir o sea la madre lactante, sino supera su situación
nutricional adversa, su salud se deteriora de manera significativa introduciéndole mayores
grados de susceptibilidad ante otras agresiones patológicas que se le presenten.

La desnutrición está presente en menor escala en la población adulta, la cual se focaliza


principalmente en la población campesina y otros grupos poblacionales sometidos a la
pobreza-pobreza extrema, incidiendo de manera negativa en el desempeño de la fuerza del
trabajo, y sobre todo contribuye de manera significativa al hecho de que el desarrollo de
esta fuerza como componente esencial de las fuerzas productivas no se dé según las
exigencias del desarrollo propio del país.

Sobre la base del hecho de la sobreexplotación sustentada en el racismo para la justificación


y aplicación de las relaciones de producción capitalistas, expresadas en los salarios injustos
e inhumanos, la ausencia de programas de protección social y las prestaciones laborales que
sufre la mayor parte del campesinado, así como la población que se desempeña como
fuerza de trabajo en otros espacios productivos, a partir de la subalimentación crónica que
padece consume de manera permanente sus reservas calóricas y proteicas, así como la de
otros nutrientes, pues su alimentación cotidiana no les aporta lo qué requiere y necesita, la
salud en general de la mayoría de la población guatemalteca es precaria, por lo tanto la
misma es susceptible de complicaciones que la llevan a la invalidez y la muerte. En ese
sentido la desnutrición contribuye de manera significativa a la baja expectativa de vida al
nacer que prevalece en el país.
4
La desnutrición es una causa básica o fundamental de la mortalidad de la niñez menor de
cinco años, la cual en Guatemala en términos generales se expresa en alrededor de la mitad
de las muertes que ocurren en el país cada año (excluyendo de este cálculo a las muertes
causadas por la violencia criminal). Esta situación se presenta así, pues la desnutrición en si
misma se complica principalmente a partir de cualquier proceso infeccioso que se instale en
la niñez que la sufre, pues las infecciones según su naturaleza, de por sí solas consumen las
reservas proteínicas y calóricas que le queden al desnutrido, hecho que a su vez crea las
condiciones para que la letalidad (indicador que se utiliza para medir el riesgo a morir por
determinada enfermedad) de la desnutrición y la de los procesos infecciosos sea mayor, por
lo tanto el impacto negativo que el país sufre es inmedible. En ese sentido, la demanda de
atención médica por desnutrición resulta ser el principal motivo de consulta, hecho que en
Guatemala en los servicios de salud pública aunque en el mejor de los casos se
diagnostiquen, ésta tiene poco registro y por lo tanto la magnitud del daño se disfraza y se
esconde.

La magnitud del problema nutricional en Guatemala fue establecido con mayor precisión
en 1968 a través de la Encuesta Clínico Nutricional de Centro América desarrollas por el
Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá INCAP, organismo perteneciente a la
Organización Panamericana de la Salud OPS, el cual a su vez pertenece a la Organización
Mundial de la Salud de las Naciones Unidas. Esta encuesta identificó, que la población de
cero a cinco años en Guatemala padecía de algún grado de desnutrición, la cual afectaba al
81.6% de la niñez correspondiente a ese grupo etario, correspondiéndole: al grado I el 51%
o sea la niñez que deambula y trabaja en las calles, esquinas, cruce de vías, carreteras,
caminos y veredas, conocida como el niño delgado, quien en Guatemala es parte del
paisaje, al grado II el 25%, este grado de avance le corresponde al niño con desnutrición
más avanzada, hecho que lo obliga a demandar atención médica por cualquier complicación
de la desnutrición que sufra y al grado III el 5.6% o sea el más grave, por lo tanto como
consecuencia de este grado de deterioro de su situación nutricional está condenado a morir
por desnutrición, como causa básica o fundamental. La encuesta también identificó como
enfermedades nutricionales a las anemias por falta de hierro, la hipovitaminosis A, la
hiporiboflavinosis y el bocio endémico.

Dentro de ese contexto, en Guatemala más de la tercera parte de recién nacidos a término, o
sea los que son producto de embarazos de nueve meses de gestación tienen un peso y una
talla al nacer inferior al establecido dentro de los parámetros aceptados por las Naciones
Unidas. En ese sentido se señala que existen publicaciones que mezclan esta realidad al
confundirlos con quienes nacen de manera prematura.

Actualmente, organismos especializados sobre la materia han cambiado algunos parámetros


para el diagnóstico clínico de la desnutrición para luego hacer los análisis epidemiológicos
de la situación nutricional, los organismos internacionales especializados en referencia
reducen el problema a lo que ellos llaman “desnutrición crónica”. Sin embargo aunque
estos y él sistema se empeñen en esconder la realidad, la magnitud del daño en Guatemala
5
es de tal extremo, que a la misma los cálculos más conservadores le asignan una incidencia
y prevalencia, de alrededor del 50% de la niñez guatemalteca, sufre de desnutrición, lo
cual equivale a más de 1.5 millones entre niñas y niños desnutridos.

III. Raíces sistémicas de la desnutrición.

La desnutrición como fenómeno social y económico con las repercusiones clínicas y


epidemiológicas que tiene en Guatemala se puede decir, que es el resultado de la
“explotación del hombre por el hombre”, por lo tanto resulta ser “el rostro humano del
capitalismo en Guatemala”.

En Guatemala principalmente la desnutrición tal y como se presenta en estos momentos


tiene raíces coloniales, es decir que ésta no existía antes de la implantación del sistema
colonial el cual no solo es el punto de partida de los factores que la determinan y la
condicionan, sino también de su instalación y efectos. En ese sentido se puede señalar que
es posible que la desnutrición pudiera haberse presentado, y si así se dio no se desarrolló
con las características, magnitud y trascendencia que ésta tiene hoy en el país.

El médico y sociólogo chileno Alejandro Lipshutz en su libro El Problema Racial en la


Conquista de América destaca, que en una de las cartas que Cristóbal Colón le envía a la
Reina Isabel de España le relata la sorpresa que a éste le causa la talla y la corpulencia que
observó en la población que habitaba estas tierras previa a la llegada de ellos, pues según
parece Colón escribió “su tamaño y su fuerza de cada uno de ellos es superior a la dos de
cada uno de nosotros”. En ese sentido basta con hacer referencia al origen de los primeros
hospitales fundados en Guatemala durante la colonia, los cuales según la historia de la
medicina guatemalteca los objetivos de su creación se centraban en la recuperación
alimenticia del colonizado “como su comida es poco, son para poco”, “éstos se crean
para darles de comer a los tristes indios” (se cita a Fuentes y Guzmán y a Remesal como
historiadores de la colonia).

El capitalismo al fundamentarse en la explotación del hombre por el hombre, la voracidad


para la apropiación y acumulación privada de la riqueza nacional, y últimamente en su fase
neoliberal, en donde se da el hecho de que la transnacionalización del proceso descrito se
impone según las reglas del juego que el Estado guatemalteco monoclasista, etnocéntrico y
patriarcal establece como garantías a la imposición de los intereses y privilegios de las
clases dominantes, es el responsable único de la pobreza y la pobreza extrema que se vive
en Guatemala y por lo tanto de la desnutrición que sufre la población.

Paradójicamente y con la carga de ironía que esto conlleva, es a partir de los programas
clientelares y demagógicos, que hoy impulsan los gobiernos, los hambreadores del pueblo a
partir de los negocios privados y monopólicos de la producción, distribución, mercado y
consumo de alimentos de origen animal y vegetal, son los principales beneficiados de
programas como el de “hambre cero y las bolsas seguras” pues ellos le venden al gobierno
a gran escala todos los productos alimenticios que los programas consumen. El gobierno a
6
su vez como ya se señaló prioriza el uso clientelar y manipulador de esos programas, en vez
de impulsar el desarrollo económico y social que el país necesita para alcanzar el buen
vivir.

El proceso de deterioro y agotamiento del modelo económico guatemalteco dentro del


sistema neoliberal.

El agotamiento del modelo económico de Guatemala sustentado en la producción de


materias primas casi con exclusividad para la agroexportación y la acumulación de capital
sobre la base de la sobreexplotación del pueblo a partir de salarios por debajo del salario
mínimo nacional, impunidad y garantías para la especulación de los precios de los
productos de la canasta básica en general y la canasta alimentaria en particular, los
privilegios tributarios y fiscales, en donde las exenciones tributarias están a la orden del día,
la impunidad para la evasión y defraudación fiscal y tributaria, y sobre todo la especulación
financiera alrededor de las tasas de interés y principalmente el proceso de acumulación de
capital como componente esencial del negocio que genera la deuda pública interna por
medio de los bonos del tesoro, a través de los monopolios bancarios, tanto nacionales como
transnacionales garantizan en su conjunto, que el crecimiento económico del poder
económico oligárquico nacional y transnacional se dé a expensas del casi nulo crecimiento
económico real del país, así como la práctica de la corrupción a partir de la apropiación de
capitales provenientes del Estado especialmente expresados en los diferentes negocios entre
lo público y lo privado, y lo que le corresponde al lavado de dinero.

El modelo económico en términos generales -como ya se ha anotado- no ha sido capaz de


crear las condiciones mínimas para el impulso permanente del desarrollo de las fuerzas
productivas del país; más bien, a la potencial fuerza del trabajo la mantiene como reserva
de mano de obra barata y bajo control sobre la base de la exclusión económica, social,
política y cultural, en ese sentido se destaca que del cien por ciento de la población
económicamente activa, escasamente el treinta y tres por ciento tiene trabajo fijo, y este si
se tiene, se da con los grados de estabilidad, prestaciones y protección social relativos que
el Estado y el sistema garantizan en Guatemala; de esa tercera parte la iniciativa privada, o
sea el empresariado (clases dominantes) en general apenas llegan a generar el quince por
ciento de las fuentes de trabajo, y el Estado como fuente generadora de trabajo ha perdido
su capacidad de manera significativa, pues a través de las políticas neoliberales de ajuste
estructural, el Estado ha sido reducido a su mínima expresión, sobre todo a partir de la
apropiación privada de sus funciones y servicios públicos rentables a través de la alianza
público-privada establecida dentro del mercantilismo neoliberal,

En varias publicaciones de prensa y en las redes sociales basados en la Encuesta Nacional


Agropecuaria del año 2008 (ENA) se ha destacado que en Guatemala en el área rural
existen dos sistemas de producción agrícola, uno con grados de modernidad aceptables
ubicado en la Costa Sur Occidental como zona agroindustrial que opera en alrededor de
cinco departamentos 24.0% del total de departamentos del país (Retalhuleu, Suchitepéquez,
Escuintla, Santa Rosa y Jutiapa) en donde se desarrolla principalmente la producción
7
industrial de azúcar de caña cuyo volumen en un porcentaje elevado está destinado a la
exportación, y el otro sistema al estilo colonial y por lo tanto atrasado se focaliza
principalmente en seis de los veintidós departamentos del país (Guatemala, parte de
Retalhuleu, Izabal, Baja Verapaz, Alta Verapaz y Huehuetenango) o sea, que esta situación
se da en el 27.7 % de los mismos.

El sistema “moderno” no ha sido capaz de generar dentro del contexto del desarrollo de las
fuerzas productivas del país al proletariado agroindustrial, en ese sentido hay que señalar
que la mayor parte de la fuerza de trabajo contratada para esta actividad económica
solamente trabaja en las épocas de cosechas o sea en las zafras azucareras (éstas duran
solamente seis meses al año) como cortadores y cargueros de la caña de azúcar, y las
condiciones de trabajo apenas cubren el salario mínimo de ley y sobre todo la desprotección
en materia de protección y seguridad social pues éstas son casi inexistentes para ellos y sus
familias, o sea que las hijas e hijos de estos trabajadores están desprotegidos, además en los
últimos años a los trabajadores temporales cubiertos por la seguridad social se les ha
aumentado de manera significativa el tiempo “mínimo” para el uso de sus prestaciones para
entrar a la situación de retiro.

El identificado como “atrasado” conserva y opera dentro del sistema feudal de producción
sobre la base del colonato de origen colonial, sustentado en las relaciones de trabajo que
aún se rigen dentro de las relaciones colonizador – colonizado, en donde el patrono
(heredero del colonizador) impone el monto y la forma de pago por el trabajo, ya sea que
éste se de en dinero en efectivo por debajo del salario mínimo, o bien en especie, el mozo
colono (el colonizado) tiene que aceptar cualquier modalidad de pago, pues además se le
asigna un pequeño terreno dentro de la finca para vivir y poder sembrar granos básicos para
su sobre vivencia. En este sistema como parte de los resabios coloniales y feudales el hecho
de poder vivir dentro del territorio de la finca, no en pocas ocasiones al mozo colono y a su
familia se les considera por el finquero como parte del patrimonio de la finca, o sea
propiedad del patrón.

La estructura agraria en lo fundamental se sustenta en la existencia y reproducción del


latifundio y el minifundio, en donde en el primero la concentración de la mayor parte de
las tierras aptas para la agricultura está en manos de la oligarquía terrateniente la cual no
llega a constituir el 5% de la población guatemalteca, en ese sentido hay que destacar que la
oligarquía en gran medida no puede demostrar el hecho de tener certeza jurídica sobre la
propiedad de la tierra extendida por el Registro de Identificación Catastral RIC, y en el
segundo o sea el minifundio éste está conformado por pequeñas extensiones de tierras de
sobrevivencia, en donde habita la gran mayoría de la población guatemalteca ubicada en
esas micro extensiones territoriales (si así se les puede llamar) no aptas para la agricultura,
sobreviviendo en condiciones de pobreza y pobreza extrema, sufriendo y soportando a la
desnutrición de manera centenaria con las características descritas.

Medios de prensa han divulgado situaciones alarmantes acerca de la situación descrita,


recientemente Prensa Libre (uno de los principales medios escritos del país) citando como
8
fuente a la Secretaría de Seguridad Alimentaria SESAN del gobierno central, publicó que
95,121 familias que habitan en lo que se denomina como el Corredor Seco, el cual
comprende en su parte oriental a los departamentos de Jutiapa, Jalapa, Chiquimula, El
Progreso y Zacapa, y en su parte occidental a los departamentos de Baja Verapaz y Quiché
y el norte del departamento de Guatemala, no contarán ni tendrán acceso a granos básicos
por las malas cosechas ocasionadas por el cambio climático y el agotamiento productivo de
las tierras las cuales son de mala calidad. En ese sentido es de resaltar la unicausalidad
mediante la cual la SESAN se explica la situación, solamente significa la evasión
consciente, racional y voluntaria para el ocultamiento y negación de las raíces estructurales
e históricas, que han determinado en términos económicos, políticos y sociales de la
situación descrita.

A su vez la misma publicación señala que como consecuencia inmediata al problema


ocasionado por la Roya del Café alrededor de 50 mil familias campesinas se integrarían al
contingente poblacional que carecerá de granos básicos y por lo que demandarán
intervenciones urgentes, profundas, eficientes y eficaces de parte del Estado. También
señala la publicación que en el año 2013 alrededor de 933,171 familias no tuvieron acceso a
los productos alimenticios indispensables para su nutrición y alimentación.

Ante esa situación la misma SESAN señala la falta de presupuesto (dejando intactas las
raíces estructurales) para enfrentar y resolver la problemática, hecho que se agravará al no
ser aprobado el presupuesto de ingresos y egresos del Estado pare el año 2014. Sin
embargo, contrastando con la situación dentro de las gestiones de ampliación
presupuestaria que el organismo ejecutivo presenta al organismo legislativo, actualmente ni
siquiera se mencionan las necesidades y exigencias que la situación nutricional de
Guatemala y sobre todo, que la misma demanda las intervenciones estatales del caso, para
que al menos sirvan de paliativos iniciales para superar la cruda realidad.

La situación descrita es el factor determinante de las migraciones de compatriotas


pertenecientes la mayor parte de ellos y ellas a la población indígena, históricamente
descendientes de familias que por varios siglos han sido mano de obra barata o sea sobre
explotada, la mayoría constituida por la población adulta joven así como jóvenes
adolescentes con residencia rural, y contando como potencialidades de formación,
educación y capacitación solamente a las experiencias obtenidas a partir del trabajo manual
en la agroexportación, la industria de la construcción, y sobre todo como “animal de
carga” en bodegas, puertos, mercados para el acarreo de productos y otros más en
condiciones de sobreexplotación, con contratos temporales, sin capacitaciones y sin
ninguna prestación y protección social. Una de las principales características componentes
del agotamiento y fracaso de este modelo económico se expresa en el hecho de que las
remesas de divisas que los migrantes guatemaltecos ilegales envían al país, son
significativamente superiores a las divisas que aportan las exportaciones propias del
modelo descrito a la economía del país, las remesas de los “mojados” llegan a superar el
10% del PIB guatemalteco.

9
El modelo económico neoliberal implantado, agudiza el uso irracional y despiadado de la
fuerza de trabajo casi a expensas de la población indígena para el trabajo exclusivamente
agrícola, sobre la base del modelo agroexportador que se impone. Este modelo, como ya se
ha señalado con anterioridad sobre la base de sus raíces coloniales, ha generado sus propias
condiciones de continuidad, las cuales ya en los primeros cincuenta años de la recién
fundada República de Guatemala, y sustentada en la acción represiva del también recién
fundado Ejército Nacional (heredero histórico del ejército de ocupación español), da los
saltos cualitativos correspondientes, y para el efecto ejecuta los primeros despojos y
expropiaciones de tierras en la Boca Costa del Pacífico pertenecientes a los pueblos
indígenas, hecho que da origen en 1871, ya en la llamada “vida independiente”, a la
continuidad de las prácticas coloniales concretadas sobre la base de los despojos de tierras y
desplazamientos masivos de población indígena a tierras sin vocación agrícola, en donde
son confinados como reserva de mano de obra barata, especialmente para su uso en las
épocas de cosecha de los productos destinados a la agroexportación.

Diferentes organizaciones de pueblos indígenas a este hecho de la historia lo identifican


como el “segundo holocausto, ya que el primero fue la conquista española y la vida
colonial, el tercero la represión contrainsurgente y el cuarto la represión que el Estado
actualmente ejecuta en contra del pueblo en tiempos de paz”.

Al ser desplazada la población, el desarraigo resultante de la misma determina que ésta


sufra agresiones socioculturales las cuales inciden directamente en la situación de salud y
nutrición ya descritas, hecho que la obliga de alguna manera a modificar sus prácticas
económicas, sociales y algunos rasgos y elementos culturales. La práctica política no la
pierden, pues su concreción sustentada en la esencia de la cultura se realiza bajo diferentes
formas de clandestinidad, manteniendo así viva a la autoridad histórica, y el ejercicio de la
misma ejercida dentro de las competencias establecidas permite durante casi cinco siglos el
mantenimiento de la identidad, tradiciones y costumbres. Esta situación en sí misma
significa en la práctica histórica concreta, una forma heroica y con características inéditas y
muy particulares en lo que se conoce como la lucha popular.

Las pugnas y enfrentamientos armados entre liberales y conservadores en la segunda mitad


del siglo XIX y los primeros cuarenta y cuatro años del siglo XX, continúan con la
concreción de componendas entre las cúpulas de poder, hecho que en términos del
desarrollo histórico del país hace que fracasen en momentos diferentes los alcances y
perspectivas de la reforma liberal en 1871, y la derrota del modelo democrático, reformista
e independiente en 1954, con el derrocamiento del Presidente Jacobo Arbenz Guzmán
como consecuencia de la intervención del imperialismo yanquee y la complicidad de las
oligarquías liberales y conservadoras y sobre todo de los altos mandos del Ejército
Guatemalteco.

Como medidas de sobrevivencia como clase dominante y sobre la base de privilegios y


acumulaciones de capital a partir de las migajas que les dan las transnacionales (las migajas
representan para la oligarquía y los operadores gubernamentales el acceso y acumulación
10
de grandes capitales), hecho que ha permitido la gran acumulación de capital a las clases
dominantes guatemaltecas que constituyen el poder económico y político, hacen que la
independencia económica del país sea aún un sueño. Esta situación les ha limitado a las
clases dominantes guatemaltecas el hecho de desarrollarse como tal, por lo tanto no pueden
jugar el papel importante que sus homólogos han jugado en otros países del mundo
capitalista desarrollado, o sea que en un proceso que lleve a alcanzar la independencia
económica, política y social del país, a todas luces las clases dominantes guatemaltecas no
están dispuestas a jugar el papel que dentro del desarrollo histórico de la humanidad y
especialmente el correspondiente a Guatemala tendrían que jugar.

Los grupos oligárquicos haciendo uso pleno del Estado para el logro de sus objetivos, y con
las mismas actitudes de sumisión coloniales y a través de los diferentes gobiernos títeres,
entregan de manera irracional e incondicional a las grandes empresas transnacionales
extractoras de materias primas como la explotación minera y petrolera, a las generadoras y
distribuidoras de energía eléctrica con fines casi exclusivos para la exportación energética,
y sobre todo amplían la frontera agrícola para la producción y exportación de materias
primas para la producción de combustibles en los países industrializados, y de manera
solapada, oscura, antipatriótica e ilegal, además entregan el uso de la totalidad de la
capacidad instalada con la que el país cuenta en materia portuaria a las empresas
transnacionales que operan en el país, quienes para el efecto del éxito de sus operaciones
han conseguido que se privatice hasta la soberanía de las playas y las aguas territoriales,
en ese sentido, el caso de la empresa estatal “Empresa Portuaria de Puerto Quetzal” que
opera en las costas del pacífico es más que elocuente.

La situación descrita tiene como efectos inmediatos la continuidad de la apropiación


privada de tierras comunales y estatales, playas y mar territorial principalmente, por parte
de las empresas transnacionales que operan en el país. Ante esta situación el Estado, a
través de sus tres organismos sostiene y reproduce de manera arbitraria y antipatriótica las
fragilidades históricas existentes en el sistema de los registros catastrales y mercantiles.
Esta apropiación para su implantación, vigencia y reproducción ha generado e impulsado
nuevamente la criminalización y descalificación de sindicalistas, de alguna dirigencia de
consejos comunitarios de desarrollo entre otros, y sobre todo la ejecución inhumana y
despiadada de los desalojos y desplazamientos de población principalmente indígena y
campesina en los cuatro puntos cardinales del país.

Además de la expulsión de la población de su tierra y de su territorio, como consecuencia


directa del efecto destructor de la naturaleza que ésta modalidad económica genera, la
contaminación del ambiente a nivel de cielo, tierra, agua y aire es constante, el hecho que
en Guatemala la impunidad destructiva está garantizada por las grandes deficiencias y
vacíos existentes en la legislación ambiental, y reforzada a través de la legislación
específica en materia de energía eléctrica, minería, hidrocarburos y sobre todo la
inexistencia de la legislación agraria (Código Agrario) lo que determina que la
conflictividad agraria en los aparatos de justicia se maneje sobre la base del Código Civil.
La realidad se complica ante la inexistencia del marco regulatorio del desarrollo rural.
11
La extensión irracional de la frontera agrícola para la producción de caña de azúcar (la cual
no está destinada al consumo humano para mejorar su alimentación y nutrición, sino para la
producción de su exportación como combustible), la palma africana y otros productos para
los bio combustibles, provoca la disminución significativa de la disponibilidad de
extensiones de tierra apta para la producción de alimentos de origen animal y vegetal
indispensables para garantizar la seguridad alimentaria, y a su vez ésta garantice la
disponibilidad, acceso y consumo de alimentos indispensables para la alimentación y
nutrición requerida de toda la población Guatemalteca.

En ese sentido vale recordar que a inicios de la década de los años setenta del siglo pasado
el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO estableció que
el valle del Polochic, (extensión territorial ubicada al norte del país en los departamentos de
Alta Verapaz e Izabal) potencialmente podría ser el gran productor de granos básicos para
la alimentación de Centro América: paradójicamente hoy ese mismo valle es uno de los
escenarios principales de la ampliación de la frontera agrícola con fines exclusivamente
agroindustriales, y sobre todo escenifica uno de los puntos con mayor conflictividad social
del país siendo a su vez una de las zonas sumidas en la extrema pobreza con la consecutiva
presencia de la desnutrición.

Sobre esa base el carente modelo económico no es capaz de garantizar la alimentación y


nutrición de la población guatemalteca, o sea la de la sociedad en general. Como estrategias
de compensación a la situación principalmente los gobiernos de Berger Perdomo, Colom
Caballeros y Pérez Molina se han afanando -y el último de estos se afana- en señalar que la
crisis no es ocasionada por el modelo económico, sino por los efectos del cambio climático
y las agresiones que la naturaleza impone a través de los desastres naturales, y que es
esta situación la que repercute directamente en la simbólica producción de alimentos, y por
lo tanto el resultado se traduce en el déficit significativo en la baja o escasa disponibilidad
de alimentos para uso y consumo humano a nivel nacional.

Sustentados los gobiernos en lo que se ha señalado la situación nutricional pretenden


subsanarla sobre la base de la caridad internacional a través de donaciones de países
amigos y especialmente con la intervención del Programa Mundial de Alimentos PMA. En
ese sentido es de señalar que éste programa existe para intervenir en contingencias
alimentarias, y no para sustituir las consecuencias negativas sobre la materia, causada en
este caso por el modelo económico guatemalteco; a esta situación hay que sumarle que los
recursos que provienen del exterior son usados con fines políticos y clientelares sobre la
base de la corrupción pública y privada.

En síntesis el modelo económico impuesto a partir de 1871 ya descrito, actualmente y salvo


pequeñas variaciones en cuanto a la diversificación de productos entre tradicionales y no
tradicionales, sobrevive y continúa vigente (sin embargo esto no quiere decir que no esté
agotado).

12
Este hecho en la realidad guatemalteca se expresa en el bajo crecimiento real de la
economía del país, la persistencia de formas de acumulación de capital sobre la base de la
imposición de los privilegios descritos, el inexistente aporte del modelo al desarrollo
económico, social y político del país, el hecho de que las remesas traducidas en divisas que
envían al país las y los migrantes expulsados por la realidad (y que por eso obligadamente
abandonan la patria por falta de oportunidades), sea superior a las divisas que generan las
exportaciones tradicionales y no tradicionales y estas, las remesas a su vez representen más
del 10% del PIB, la no satisfacción de las necesidades básicas de la población guatemalteca
como el uso pleno de los derechos humanos de segunda generación como lo son el acceso a
la: educación, salud, vivienda digna, alimentación y nutrición según los requerimientos y
necesidades mundialmente aceptados, en síntesis que el “buen vivir” hace que cada día sea
una meta lejana para Guatemala, son los signos reales del agotamiento ya descrito.

Se suma a lo descrito el hecho de que en él neoliberalismo, la economía de mercado es uno


de sus pilares fundamentales, la cual se sustenta fundamentalmente en los principios
capitalistas de la propiedad privada, la libre empresa, la competitividad en base a la
liberación de precios en términos absolutos, la carencia y ausencia de los más elementales
principios éticos “el mercado no tiene ética”, en donde el consumidor (para este caso toda
la población que obligadamente como necesidad vital debe consumir productos
alimenticios) es visto únicamente como la demanda real y potencial del mercado de
productos esenciales para la vida, y como oferta el sistema presenta: limitaciones en
disponibilidad de alimentos en términos cualitativos y cuantitativos, especulación constante
en los precios de los mismos, pues su establecimiento es en sí un atributo exclusivo del
empresariado, por lo tanto el consumidor para poder adquirirlos tiene que pagar el precio
establecido en los precios dentro del mercado, y quien a su vez no goza de ningún derecho.
El derecho al consumo está implícito únicamente en la capacidad de pago que se tenga en el
momento de la compra.

En el neoliberalismo, el Estado juega el papel de brindar las garantías y privilegios plenos a


la economía de mercado, las cuales están establecidas en los principios y leyes económicas
del capitalismo principalmente en su fase neoliberal. Además de garante absoluto el Estado
juega el papel de neutralizador de las tensiones sociales que este modelo genera, en donde
además del proteccionismo, es el encargado de crear las condiciones sociales y políticas
para la reproducción del sistema, en ese sentido el Estado está obligado por los poderes
económicos nacionales y transnacionales a llegar a aplicar las medidas y acciones
represivas para su imposición, pasando previo a este extremo por el hecho de asumir los
costos económicos de la liberación de precios con medidas como los subsidios al
empresariado (el mejor ejemplo en la historia lo constituyen los subsidios al café, al azúcar
y al transporte urbano de la ciudad capital entre otros) y la aplicación de medidas de
contingencia en emergencias, así como de manera permanente institucionalizando la
evasión, elusión y hasta la defraudación fiscal y tributaria de parte del empresariado.

Como uno de los instrumentos diversionistas y neutralizantes en algún momento se crea la


Dirección de Defensa del Consumidor DIACO, institución adscrita al Ministerio de
13
Economía, la cual en términos institucionales es débil en su marco político, legal,
organizativo, alcances, eficiencia y eficacia. Su marco de acción en la cadena de precios se
centra en el distribuidor final, o sea al pequeño comerciante de tiendas y mercados
cantonales, a quienes se les aplica el peso de la ley existente en materia especulativa, la cual
es limitada, incompleta e inequitativa, pero a pesar de eso castiga a los últimos eslabones de
la cadena de precios identificada.

La Vice Presidenta de Guatemala en sus diferentes intervenciones sobre la materia


confirma lo señalado, pues a nivel mediático se demuestra que el gobierno actúa solamente
sobre el pequeño comerciante, en donde además de señalar que se le castigará si se continúa
con la especulación, los señala como los únicos responsables de los precios elevados,
eximiendo así de manera implícita a los grandes productores de alimentos, a los grandes
empresarios que monopolizan el almacenamiento y conservación de los mismos, a los
grandes acaparadores y distribuidores y a los intermediarios entre estos y el distribuidor
final.

La supuesta y demagógica negociación entre el Presidente e la República y los grandes


productores de huevos es más que elocuente, estos se comprometen a bajar simbólicamente
el valor de la caja de ese producto a nivel de las plantas productoras, dejando intactos los
demás eslabones de la cadena del establecimiento de los precios, y se deja la
responsabilidad plena a la DIACO para el control y sanción del pequeño comerciante, o sea
al vendedor final, en ese sentido hay que aclarar que para ciertos productos como la
producción avícola, quienes controlan la cadena de precios son los productores, pues ellos a
su vez son socios propietarios de las instancias implícitas en la cadena del mercado.

Siempre sobre la base de la especulación de precios sobre la canasta básica alimentaria fue
evidente la tolerancia cómplice del gobierno, al justificar a través de los ministerios de
Economía y el de Agricultura Ganadería y Alimentación el alza significativa de los precios
de la carne vacuna, a través de asumir de que el contrabando de la misma para su
exportación clandestina era incontrolable. Es de señalar que el precio final de esos
productos alimenticios subió en el mercado hasta tres o cuatro veces sobre el precio que
tenían antes del supuesto contrabando.

El Ministerio de Economía (MINECO), así como la Superintendencia de Administración


Tributaria (SAT) son cómplices encubiertos de la especulación, el MINECO al protegerla y
crear los mecanismos de impunidad tanto para la especulación de precios como para
favorecer el contrabando (defraudación aduanera) en las exportaciones de alimentos. La
SAT al concretarse únicamente a su función recaudadora, tolerando que las empresas
privadas gestoras de aduanas, las compañías navieras en los puertos y las aerolíneas en los
aeropuertos sean las que lleven el control de lo que se exporta, elaborando para el efecto los
manifiestos de la carga correspondiente a la mercadería a exportarse, y sobre esa base le
entregan a la SAT el monto de los impuestos que supuestamente les corresponde pagar a
los exportadores.

14
La situación descrita se hace más compleja pues especialmente en las exportaciones por la
vía marítima existe la categoría de “contenedores fuera de manifiesto”, así como las
restricciones de comprobación de contenidos a los contenedores refrigerados. Esta
dinámica de las exportaciones e importaciones en general y de alimentos en particular es
una de las determinantes de la escasez de alimentos como oferta en el mercado interno de
alimentos para el consumo nacional.

Incidencia de la represión en la situación de desnutrición.

En cualquier país del mundo que no sea Guatemala, el hecho de encontrar alguna relación
entre represión y desnutrición se correspondería a un ejercicio estéril y por lo tanto fuera de
lugar. Sin embargo las consecuencias desestabilizadoras que conlleva el tipo de represión
en contra del pueblo que se sigue aplicando en Guatemala principalmente sobre la
población campesina, sí crean en su seno las condiciones de desestabilización e inseguridad
económica, social y política, las cuales por las consecuencias ocasionadas por los
desplazamientos y desarraigos, éstos inciden directamente sobre la situación de
alimentación y nutrición y sobre las características inherentes al desarrollo del proceso de
salud y enfermedad que sufren las comunidades desalojadas, desplazadas y desarraigadas.

En tiempos de paz la modalidad represiva que se aplica como parte de las garantías que el
Estado le da a la imposición de los intereses y privilegios de las clases dominantes, y sobre
todo en cuanto a las que se corresponden frente al agotamiento del modelo económico
descrito, para los efectos de su prolongación en el tiempo la represión vuelve a ser uno de
los pilares fundamentales de esas garantías, pues hay que recordar que el mismo para su
implantación e imposición inicial contó dentro de sus componentes estratégicos con la
represión en contra del pueblo, y sobre todo, cuando consideraron que las luchas políticas y
sociales desarrolladas a partir de la lucha armada lo ponían en riesgo.

En ese sentido la situación actual del modelo económico neoliberal y sobre todo para
garantizar su sobrevivencia, los grupos de poder recurren de manera urgente y desesperada
a la implementación y ejecución de esta modalidad represiva en tiempos de paz, a través de
la alianza público - privada en materia represiva, constituida por el Ejército de Guatemala,
la Policía Nacional Civil y los aparatos de seguridad privada que como empresas privadas
(grupos armados) brindan servicio de seguridad a la llamada iniciativa privada.

Esta modalidad represiva salta a la luz pública en tiempos del gobierno de Oscar Berger
cuando en el mes de febrero de 2004 la fuerza pública con respaldo de los aparatos de
seguridad privados ejecutan un desalojo violento y represivo en contra de familias
campesinas que habitaban tierras que aparentemente pertenecían la familiares del Señor
Presidente de la República en la Costa Sur guatemalteca.

Posteriormente a finales de Agosto de ese mismo año se ejecutó el desalojo de campesinos


que residían en la Finca Nueva Linda ubicada en el municipio de Champerico del
departamento de Retalhuleu en la costa sur-occidental del país, en esta oportunidad los
15
resultados de este hecho reportaron en el seno de la población campesina: desapariciones
forzadas de dirigentes, heridos y muertos dentro de las y los habitantes de la finca
mencionada, en este desalojo a través de los medios de prensa y las pruebas presentadas por
las organizaciones campesinas demostraron las coordinaciones operativas que efectuaba el
gobernador departamental de Retalhuleu para garantizar la efectividad de la participación
combinada de fuerzas de la Policía Nacional Civil, el Ejército de Guatemala y elementos
integrantes de los aparatos de seguridad privados de la finca. Esta situación de manera
pública la minimizó el presidente Berger sobre la base que “él confiaba en el gobernador
departamental porque habían estudiado juntos en el colegio”.

Ya en el gobierno de Álvaro Colom también desde sus inicios, en Febrero del 2008 se
desalojaron campesinos que habitaban con la correspondiente autorización municipal en
una finca de propiedad de la Municipalidad de Livingston (departamento de Izabal), pero
que una persona individual reivindicaba ser la propietaria de la misma. Este desalojo
también represivo a pesar de la neutralización mediática, públicamente se conoció con los
resultados obtenidos, como las capturas de dirigentes campesinos, la persecución de parte
de la fuerza pública a la población campesina desalojada, el abandono a su suerte de la
población desalojada, y el no esclarecimiento sobre la legitimidad o no de la parte
demandante pues ésta nunca demostró la certeza jurídica sobre dicha propiedad en el
Registro de Identificación Catastral RIC; lo cierto es que esta acción también se ejecutó con
plena impunidad.

A finales de Agosto del 2009 los habitantes históricos de la Comunidad las Nubes del
Municipio de El Estor (departamento de Izabal) fueron desalojados por las fuerzas de
seguridad privada de la Compañía Guatemalteca de Níquel CGN contando para el efecto
con la presencia y anuencia de la Gobernadora Departamental de Izabal, así como con el
resguardo perimetral de la acción del desalojo a cargo de elementos de la Policía Nacional
Civil destacados según su naturaleza para el resguardo de la seguridad pública del
municipio de El Estor.

Los resultados reportados dan cuenta de un maestro del municipio muerto, la destrucción de
viviendas, siembras, templos y áreas de uso comunal, el desalojo y desplazamiento de la
población. A la gobernadora mencionada el gobierno de Colom solamente la cambió de
empleo y mediáticamente el hecho tuvo una cobertura discreta.

Durante el período de ese gobierno, la zona de operaciones de los desalojos represivos


abarcó también el Departamento de El Petén en el extremo norte del país, en las
intermediaciones del territorio ocupado por la Empresa Petrolera Perenco (de origen
franco-británico dedicada a la exploración y producción de petróleo) y el territorio
destinado al Mega Proyecto Cuatro Balam, todos ubicados en el extremo norte de ese
departamento. El resultado de los desalojos fue el desplazamiento masivo de familias
campesinas guatemaltecas hacia la hermana República de México, las cuales se ubicaron
principalmente en Tenosique municipio fronterizo con Guatemala; en esta oportunidad la
población guatemalteca desplazada estuvo sometida en territorio mexicano al asedio de sus
16
aparatos de seguridad, y la correspondiente presión militar en territorio guatemalteco
ejecutada por el Ejército de Guatemala en operaciones combinadas, las cuales a todas luces
responden a la táctica militar de yunque y martillo.

A mediados de Marzo del año 2011 en el municipio de Panzós del Departamento de Alta
Verapaz también al norte del país, se ejecutó el desalojo de catorce comunidades
campesinas (alrededor de 700 familias) que habitaban en terrenos que los dueños del
Ingenio Chabil Utz Aj reivindicaban como propios; este extremo no lo pudieron demostrar
los supuestos dueños, ya que el informe del Registro de Identificación Catastral RIC
demostró lo contario, sin embargo el desalojo se ejecutó “dentro de la ley” con la
participación de fuerzas combinadas de la Policía Nacional Civil, el Ejército de Guatemala
y los aparatos de seguridad privada del ingenio.

El resultado del desalojo según documentales audio visuales elaborados in situ por
organizaciones campesinas fueron: un campesino muerto, varios heridos, persecución y
desplazamiento de la población campesina, destrucción de viviendas, quema y destrucción
de siembras y cosechas pertenecientes a la población desalojada, repitiéndose así las
técnicas de la tierra arrasada usadas en su momento por la contrainsurgencia; dentro de los
documentales se encuentran evidencias de conversaciones telefónicas entre el gerente del
ingenio y el Ministro de Gobernación de ese entonces.

Ante este hecho y sustentada en los tratados internacionales sobre los derechos humanos de
la población desalojada, de los cuales Guatemala es signataria, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos dictó medidas cautelares y de resarcimiento en favor de la población
desalojada, medidas que las autoridades responsables sobre esa materia en el gobierno de
Colom, así como, en buena medida la Procuraduría de Derechos Humanos de ese entonces
no realizaron las diligencias correspondientes. En lo que lleva de gobierno Otto Pérez no se
han concretado integralmente las medidas establecidas por ese organismo internacional.

Para entender mejor la situación se resalta el hecho de que el incremento de la cantidad de


los efectivos del Ejército Nacional, así como el esquema de organización, ubicación y
dislocación de sus fuerzas en el territorio nacional que se inicia precisamente durante el
período de Álvaro Colom bajo el pretexto del combate a la narcoactividad, en la práctica
no se dio así, pues las zonas de operaciones de la narcoactividad que diferentes gobiernos
públicamente han divulgado no se corresponden con las zonas principales de ubicación y
dislocación de las tropas en referencia.

En ese sentido se hace necesario resaltar que el incremento de tropas del Ejército de
Guatemala y la dislocación de las fuerzas castrenses desde ese entonces, se concentra en las
zonas establecidas como de alta conflictividad social pues es precisamente en esas zonas
en donde se están imponiendo los proyectos de extracción petrolera, minera, los
correspondientes a la generación de energía eléctrica y la ampliación de la frontera agrícola
con fines agro industriales y otros mega proyectos; por lo tanto el incremento de tropas, su
ubicación e intervención no van dirigidos al combate a la narcoactividad, sino al resguardo
17
territorial de los intereses económicos de las empresas transnacionales que operan en las
regiones bajo resguardo del Ejército Nacional, el cual participa combinadamente con la
Policía Nacional Civil y los aparatos de seguridad privados que le brindan protección a
las diferentes empresas en referencia.

Sobre la base de lo señalado hay que resaltar que en esas vastas regiones del país
precisamente es en donde se encuentran según los mapeos epidemiológicos las más altas
tasas de incidencia y prevalencia de desnutrición en la niñez, la que de acuerdo a sus
características clínicas y epidemiológicas sufren las y los adolescentes y las y los adultos.
En ese sentido es necesario insistir que la agresión y violencia de la acción represiva de
manera directa aplicada en contra del pueblo que la sufre en términos generales se centra
en la población mayoritariamente adulta, y los efectos inmediatos al desalojo represivo
como la destrucción de siembras y viviendas, así como la implantación en tiempos de paz
del terror afectan a la totalidad de integrantes de las familias campesinas, las cuales en su
composición cuentan en su seno con un promedio mínimo de tres a cuatro niñas y-o niños
menores de cinco años.

El Estado como ya se mencionó luego de ejecutado el desalojo deja a las familias


integrantes de las comunidades desalojadas en el total, inhumano, despiadado e injusto
abandono, o sea se les deja a que su sobrevivencia sea producto de la lluvia del maná del
cielo. En ese sentido se insiste en que los deja sin tierra donde vivir y sobrevivir, y por lo
tanto su alimentación y nutrición está sujeta a la solidaridad que otras comunidades
igualmente sumidas en la pobreza y la pobreza extrema les brinden, así como a las
bondades que la naturaleza les proporcione, por lo tanto la consecuencia lógica es que los
indicadores de desnutrición en Guatemala en vez de tener perspectivas de disminución, su
tendencia sea de incremento.

IV. Otros factores que inciden sobre la desnutrición.

Dentro del análisis epidemiológico del proceso salud-enfermedad, se identifican los


factores que intervienen en el rompimiento de los equilibrios que deben mantenerse dentro
de ese proceso, por lo tanto al interactuar los factores determinantes y condicionantes,
estos hacen que se rompan los equilibrios mencionados por su interacción e incidencia.

A manera de recordatorio se menciona que son factores determinantes (ya identificados en


el numeral III) del proceso salud-enfermedad aquellos que en lo fundamental actúan de
manera directa y permanentemente en la creación de las condiciones psico-bio-sociales
para el rompimiento del proceso salud-enfermedad, que para el caso que nos ocupa se trata
de “la desnutrición que se vive en Guatemala”.

En síntesis son factores determinantes: la estructura agraria, el modelo económico


neoliberal, el despojo de la tierra para la ampliación de la frontera agrícola para la
implantación y desarrollo de la agroindustria para los bio combustibles, la apropiación
privada de la tierra y el territorio para la exploración y explotación minera, de
18
hidrocarburos y el sistema de generación y distribución de la energía eléctrica, la
imposición de megaproyectos de infraestructura y el turismo como el proyecto IV Balam
en él Petén y otros, estos factores de inmediato crean el despojo de tierras, la expulsión de
la población sobre la base de los desalojos, los desplazamientos y el desarraigo de las
poblaciones.

También son factores determinantes: los bajos salarios pues el salario mínimo no cubre el
costo de la canasta básica de alimentos, así como el hecho de que al ritmo de incremento
salarial establecido por diferentes gobiernos lleva a que en Guatemala escasamente cada
veinte años se pueda duplicar ese salario mínimo, las condiciones de trabajo para la
población sobre explotada, y como ya se señaló anteriormente la política especulativa de
precios principalmente los alimenticios que con plena impunidad y bajo el proteccionismo
del Estado imponen los grandes expendedores y distribuidores nacionales y
transnacionales, así como la tolerancia cómplice para el contrabando para la exportación de
alimentos de origen animal, el cual no solo disminuye la disponibilidad de los mismos para
el consumo nacional, sino que es una de las causalidades y a la vez excusa para la subida
exagerada e incontrolada de los precios, por lo tanto la plena inexistencia de la seguridad
alimentaria.

Son factores condicionantes aquellos que contribuyen de manera complementaria a la


instalación del proceso de enfermedad, o sea que no necesariamente tienen que existir ni
actuar para que en el caso que nos ocupa se desencadene la instalación de la desnutrición.

Para los efectos de orden práctico se identifica: La situación sanitaria del país y el precario
saneamiento ambiental como: los servicios públicos de agua potable, disposición de
excretas y otros desechos, la falta de vivienda digna. También son condicionantes la
situación educativa en Guatemala el presupuesto del Estado para la educación escasamente
llega al 3.5% del PIB, la falta de fuentes de trabajo de la totalidad de la población
económicamente activa solamente el alrededor de la tercera parte tiene trabajo permanente,
la falta de condiciones y recursos para mantener grados aceptables de equilibrios psico-
sociales tanto a nivel individual como en el colectivo.

Es de resaltar además de lo señalado que dentro de los condicionantes también se destacan:


la inexistencia de un sistema nacional de salud y dentro de este un modelo de atención en
salud que sea capaz de satisfacer la demanda de servicios de parte de la población en todos
los niveles de atención, los cuales deberían regirse por la también inexistente política
nacional de salud, hechos que se reflejan en la ausencia de planificación integral de la salud
a nivel nacional, se suman a los anteriores el deterioro crónico e histórico de la capacidad
instalada de los servicios públicos de salud a cargo del gobierno central, así como la
ausencia de coordinación entre el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y el
Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. El presupuesto que el Estado le asigna a la
Salud Pública no llega al 3% del PIB. La prevalencia de un modelo de atención que a su
vez reproduce el sistema y los procesos de determinación social de los problemas
existentes, siendo este basado en la modalidad público-privada de la atención, la
19
focalización y oferta de “paquetes básicos de servicios”, con características excluyentes, de
inequidad y limitación evidente del ejercicio de la salud como derecho de parte de la
población, además de su enfoque biologista, individual y curativo, este último poco factible
de abordar en el caso específico de la desnutrición.

El alto índice de ruralidad del país y las precarias condiciones de vida del medio urbano
hacen que la gran mayoría de la población guatemalteca no tenga condiciones psico-bio-
sociales para su sobrevivencia. En algunos medios urbanos focalizados en algunas zonas de
las principales ciudades del país escasamente el 10% de la población tiene condiciones de
vida aceptables y un 5% tiene condiciones de vida del primer mundo.

V. El sucio negocio, la demagogia y el clientelismo como respuestas.

En varios países de América Latina y en el África principalmente se desarrollan programas


alrededor del concepto da hambre cero, para enfrentar a la pobreza y la pobreza extrema,
estos programas no pretenden la erradicación de la pobreza y la pobreza extrema y sus
consecuencias, sino están establecidos para ser un muro de contención temporal de las
injusticias sociales o inequidades descritas. En ese sentido no están concebidos como
solución, sino como paliativos para aplicarse en un período de tiempo, en el cual en cada
país tanto la sociedad como el Estado deben hacer realidad las transformaciones
estructurales necesarias en el orden económico, social y político, en donde las relaciones de
poder y el carácter del mismo Estado son sujetos de transformación.

En Guatemala a través del concepto de cohesión social el gobierno de la Unidad Nacional


de la Esperanza (2008-2012) implementó varios programas paternalistas, asistencialistas y
clientelares, dentro de estos se identifican las llamadas bolsas solidarias y las remesas
condicionadas. El gobierno del Partido Patriota electo para el período (2012-2016) le da
continuidad a estos programas haciéndoles cambios de nombres y otros componentes
cosméticos, pero conservando las características originales que estableció la UNE, y a su
vez ha perfeccionado los mecanismos de manipulación, el clientelismo y principalmente los
referentes a la corrupción implícitos en una de las formas para el ejercicio del poder en
Guatemala.

Los grandes proveedores de estos programas son: los que mantienen el monopolio de la
comercialización de granos básicos, el monopolio del proceso productivo y de
comercialización del azúcar y del aceite como alimentos para el consumo humano, la
incaparina (suplemento nutricional de alto contenido de nutrientes y micronutrientes), y
otros componentes de lo que hoy se llama bolsa segura.

Los propietarios de los medios de producción y comercialización agropecuaria y de los de


la industria alimentaria, constituyen uno de los componentes principales de la estructura de
poder económico y político del país, son los responsables históricos de la sobre explotación
20
del pueblo, la discriminación racista y de la opresión cultural, son a su vez los generadores
y reproductores permanentes de la pobreza y pobreza extrema en que vive la inmensa
mayoría de la población guatemalteca.

La inmensa mayoría de la población se encuentra sometida a la situación descrita, la cual


dada la magnitud y drasticidad de su situación cada día muestra mayores grados de
desesperación, y paradójicamente es ésta población la que les sirve como elemento
reproductor y garantía del sistema, o sea para mantener el proceso de acumulación de
extrema riqueza a costas de la perpetuidad de la extrema pobreza, ya sea a través de las
características y dinámicas propias de la estructura económica del país, así como a manera
de sumatoria se sirven del hecho de ser los proveedores monopólicos de los recursos
materiales que el Estado usa en los llamados “programas sociales”.

Sobre esa base se debe señalar que precisamente desde hace varios años encontraron que a
expensas de la situación descrita la cual tiene sus efectos más dramáticos e inhumanos en
la desnutrición, ellos como clase dominante se aprovechan de la situación, no solo como ya
se señaló, para enriquecerse a expensas de esta realidad, sino además persiguen conseguir
objetivos políticos como por ej: el de pasar de victimarios a solidarios, de hambreadores a
benefactores, así como los objetivos diversionistas en cuanto a la magnitud del problema,
sus raíces, su causalidad y por lo tanto borrar las huellas históricas de su responsabilidad
como clase dominante, y sobre todo para desorientar, desubicar y confundir principalmente
a las capas medias, la intelectualidad y las y los profesionistas y tecnócratas, a las
juventudes y a las víctimas del sistema.

Como ya se señaló los más ricos de Guatemala encontraron otra buena fuente de
enriquecimiento a través de estos programas, y sus operadores comerciales y políticos
como en su momento lo fue la UNE y ahora el PP, a través de la corrupción como constante
en todo el proceso se acumulen los capitales correspondientes aunque estos para sus
impulsores y operadores sean jugosas migajas, las cuales por migajas que sean les
representan grandes ganancias, y sobre todo consigan dividendos políticos sobre la base del
clientelismo, la demagogia, la manipulación y la compra de la conciencia cívica de la
población que vive en la pobreza y la pobreza extrema y sobre todo a la que sufre en su
seno la desnutrición.

VI. Estrategia a seguir.

Previo a entrar en materia es necesario establecer que lo que se ha descrito se refiere


esencialmente al modelo capitalista atrasado guatemalteco, el cual históricamente ha creado
las condiciones estructurales de la economía nacional, el modelo político de dominación y
las repercusiones negativas que se han identificado en el seno de la sociedad guatemalteca.
Al respecto hay que señalar que en otros países aún con el modelo capitalista como
dominante la desnutrición como realidad nefasta no existe, y si se diera el caso que existiera
la magnitud del problema no tiene los alcances, dimensiones y consecuencias como las que
éste tiene en Guatemala.
21
También es indispensable señalar que dada la trascendencia, magnitud, alcances,
características y consecuencias que la desnutrición tiene en Guatemala, su enfoque y
tratamiento de una manera responsable, integral y profunda, deben resolverse a partir de sus
componentes estructurales, la situación exige que la erradicación de la desnutrición se dé
con la celeridad y urgencia del caso, o sea la niñez guatemalteca que sufre la desnutrición
no puede esperar más, y sobre todo tomar en cuenta que la viabilidad de Guatemala como
país, pasa necesariamente por la erradicación de la desnutrición como resultado directo
de la realidad descrita.

Otro aspecto que debe quedar muy claro es que la responsabilidad final de la erradicación
de la desnutrición por su propia naturaleza constitucional como RECTOR DEL BIEN
COMÚN le corresponde al Estado, responsabilidad que abarca todo el proceso que la
misma conlleva. Lo señalado no quiere decir que la sociedad en general, y dentro de ella
particularmente las clases sociales que detentan el poder económico, político y el control
social sobre la población no tengan responsabilidades que cumplir dentro de este proceso,
así como otros componentes de la sociedad guatemalteca.

No está demás señalar que la magnitud y alcances de lo que se debe de hacer tiene que
sustentarse en que en todo el accionar implícito en la erradicación de la desnutrición, el
“lucro implícito en toda acción e intervención empresarial privada” debe descartarse
totalmente como componente de las dinámicas propias a las diferentes intervenciones que
esta gran tarea nacional exige. En ese sentido la participación privada debe darse dentro
del marco de acción que se establezcan en las estrategias y políticas que el Estado emita,
como resultado de un proceso de elaboración, construcción y concreción lo más
participativo y representativo posible entre el mismo Estado y la sociedad en general.

La participación de la sociedad como ya se señaló debe ser lo más representativa posible,


por lo tanto la población afectada o sea la gran mayoría que vive en condiciones de pobreza
y pobreza extrema, como sujeto social beligerante y activo en el proceso de superación de
su realidad, debe tener una participación plena a través de sus representantes legítimos
quienes deben ser los garantes de que, lo que se establezca en las políticas de erradicación
de la desnutrición se corresponda plenamente en la satisfacción de sus necesidades, se les
reconozca además la categoría de sujetos de desarrollo y no de manipulación económica,
social y política, y sobre todo que en todo el proceso de fiscalización nacional sobre todos
los aspectos y componentes de la ejecución de las políticas ellos jueguen el papel
protagónico que les corresponde, pues hay que reafirmar que son seres humanos, que son
guatemaltecas y guatemaltecos, que son víctimas de la cruda realidad económica, política y
social que históricamente se ha impuesto, y que por lo tanto son los que sufren de manera
permanente, plena e integral la desnutrición con todas sus características, y sobre todo en
su magnitud y consecuencias.

Sobre la base de lo señalado se presenta lo que se considera que se debe de hacer:

22
Retomar y cumplir la agenda de la paz.

La agenda de la paz que se desprende de los acuerdos de paz sustantivos como


componentes del Acuerdo de Paz Firme y Duradera vigente en Guatemala a partir del 29 de
Diciembre de 1996, y posteriormente establecidos en la Ley Marco de los Acuerdos de Paz
como compromisos de Estado aprobada por el Congreso de la República a partir del mes
de Agosto del año 2005, constituye en sí misma la Agenda Nacional que al cumplirse
plenamente crea las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales para que la
viabilidad de Guatemala como país tenga perspectiva histórica, y por lo tanto tenga grandes
posibilidades de convertirse en una realidad.

En cuanto al hecho de retomar y cumplir la agenda de la paz es necesario superar los


errores, las deficiencias y sobre todo las desviaciones que sobre ésta temática se han
cometido de 1996 a la fecha, por lo tanto es necesario:

a) Interpretarlos y cumplirlos en su esencia, naturaleza y contenidos, es decir que se deben


abandonar las dinámicas manipuladoras y tergevirsadoras impulsadas por todos los
gobiernos a partir de la firma de la paz.

b) En el cumplimiento y aplicación de la agenda de la paz debe prevalecer el principio de la


integralidad, o sea que en una primera instancia hay que ver a la agenda y dentro de ella el
contenido de los acuerdos como un todo integrado, o sea un gran conjunto de posibilidades
emancipadoras y concretas cuyo espíritu y contenido presentan de manera coherente las
diferentes salidas a la situación particular contenida en los componentes temáticos que cada
acuerdo de paz sustantivo presenta.

c) Hacer realidad los esfuerzos políticos necesarios para evitar que el cumplimiento de la
agenda se dé exclusivamente bajo el manto partidista pues las circunstancias históricas así
lo exigen, o sea que el cumplimiento de la agenda debe hacerse para dar cumplimiento a
los compromisos de Estado, establecidos en los acuerdos de paz componentes de la Paz
Firme y Duradera.

d) Después de una evaluación profunda se deben implementar de manera simultánea, el


desarrollo y ejecución de las diferentes intervenciones que el Estado ha aplicado en materia
de combate a la pobreza, la pobreza extrema y la desnutrición, o sea que las acciones de
carácter técnico profesionales impulsadas para la contención de la magnitud del daño no
deben ser interrumpidas, pues aunque siempre sean complementarias al tratamiento
estructural, las intervenciones luego de las readecuaciones que se les deban hacer a partir de
las evaluaciones correspondientes, éstas tienen su importancia y trascendencia especiales.

f) Dentro del contexto señalado hay que tener claro que contener la magnitud del daño ya
instalado no lleva implícito la erradicación de la desnutrición, la cual se logrará hasta que
las causas estructurales señaladas sean superadas a nivel nacional. Sin embargo ésta gran
tarea histórica lleva su tiempo para hacerse realidad, por lo tanto la simultaneidad como
23
elemento táctico de incidencia estratégica para contener el incremento de la magnitud del
daño de la desnutrición, al aplicarse con eficiencia y eficacia crea las condiciones
epidemiológicas para que cuando llegue el momento de la incidencia nacional de las
transformaciones estructurales que la erradicación de la desnutrición exige, el impacto
como producto de su complementariedad estratégica tenga los resultados que la viabilidad
de Guatemala como país esencialmente la historia exige.

Definición y ejecución de la política nacional de nutrición y alimentación.

Sobre esta temática en este momento hay que señalar la existencia de políticas públicas
sobre la materia, sin embargo las mismas aun en el mejor de los casos si se cumplieran
(cuestión que no ha sucedido hasta la fecha), el marco de inspiración de las mismas carece
de una visión integral en correspondencia a las raíces históricas, económicas, sociales y
políticas de la problemática, por lo tanto el impacto de las políticas existentes ante la
realidad concreta siempre será superficial, parcial e insuficiente.

Como ya se señaló que la superación de la problemática es responsabilidad del Estado y de


la nación, por lo tanto a manera de ilustración se identifican algunos de los componentes
fundamentales de una nueva Política Nacional de Nutrición y Alimentación, la cual dada
las características y magnitud de la situación nutricional a nivel nacional debe establecer
dentro de las estrategias nacionales como una prioridad indiscutible la Política de
Protección Integral a la Primera Infancia (menores de seis años), población escolar,
adolescentes y jóvenes, creación de la institucionalidad especializada en educación y
neurociencia, y a su vez la Política Nacional de Nutrición y Alimentación debe tener como
componentes esenciales políticas específicas sobre:

a. Política de Producción de Alimentos para garantizar la disponibilidad que lleve a


conseguir la seguridad alimentaria nacional como uno de los grandes componentes
preventivos, de recuperación y de rehabilitación de la desnutrición, y sobre todo
garantizar la disponibilidad de alimentos a nivel nacional para satisfacer los
requerimientos y necesidades alimentarias y nutricionales de la población en general. En
ese sentido hay que tomar en cuenta que para el efecto es indispensable garantizar el
acceso a la tierra y el uso de la misma por el campesinado y detener el avance de la
frontera agrícola a expensas de la agroindustria para los biocombustibles.

b. Política de Control de Precios especialmente en el mercado de los alimentos básicos


y esenciales para una óptima alimentación y nutrición accesible a la población
guatemalteca. El control de precios es básico para conseguir la erradicación de la
especulación de los mismos, pues ésta conlleva la extorción poblacional en materia
alimenticia y poblacional, por lo tanto en ésta política debe quedar muy claro el
establecimiento del marco regulatorio específico, el cual debe establecer los grados de
autoridad necesarios a la institucionalidad del Estado (la DIACO) responsable de todo
el proceso sujeto al control, es decir que el control de precios parte desde la producción,
almacenamiento, castigo al acaparamiento de alimentos y el alza especulativa y
24
anárquica de los precios del mercado, principalmente en lo referente a los grandes
distribuidores a nivel nacional, regional y local, para superar así la situación de control y
castigo que se aplica con exclusividad al pequeño y al micro comerciante en mercados
cantonales, expendios improvisados y ambulatorios a nivel de zonas ,barrios, cantones,
comunidades y aldeas.

c. Política de Crecimiento y Desarrollo Económico y Social para regular la producción


agropecuaria en general y la de alimentos en particular, el Estado debe garantizar según
los acuerdos de paz el desarrollo rural integral y el acceso a la tierra para la resolución
de la problemática agraria en donde se reconoce al campesinado como sujeto de
desarrollo y no como objeto de uso, sobreexplotación, extorción social en cuanto a
precios y contrataciones laborales principalmente que éste sufre en la vida cotidiana, la
protección, fomento y uso de los recursos naturales para que a partir de su uso apropiado
en función de los intereses del Estado y la nación, se garantice el camino para alcanzar la
viabilidad de Guatemala como país y la vigencia plena del Buen Vivir. Esta política
debe garantizar el respeto a las tierras comunales que históricamente pertenecen a los
pueblos indígenas, el abandono de la política de desalojos de campesinos y sobretodo los
desalojos represivos.

d. Política de empleo y trabajo digno que incluya la Política de Salarios para cubrir la
canasta básica, y sobre todo los embates de la inflación en general y la devaluación de la
moneda. En esta política deben establecerse las prestaciones y garantías laborales y
sobre todo la Protección Social a la población, en síntesis el respeto pleno a los
derechos, intereses de la clase trabajadora del país.

e. Reformas al Sector Salud establecidas en los Acuerdos de Paz para garantizar el


establecimiento de la coordinación y comprometimiento entre el Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social
principalmente para la satisfacción eficiente, eficaz y sobre todo de alta calidad a la
demanda potencial de los servicios de salud en cada uno de los niveles de atención
establecidos en las Estrategias de la Atención Primaria en Salud. Este sistema
coordinado de salud debe de establecer su propia capacidad instalada para la atención
plena a la demanda que el problema nutricional genera en todos los niveles de atención
correspondientes a las respuestas que exigen en el proceso salud-enfermedad inherentes
a la situación de la desnutrición según modelos normativos existentes, es decir estar en
capacidad de satisfacer la demanda de atención de los servicios de salud cuando les
corresponda según las normas establecidas para su intervención. Reformulación del
Modelo de Atención, partiendo desde garantizar el acceso de la población, hasta los
mecanismos bajo los cuales se brinde, incorporando el derecho a la salud, la
interculturalidad, la perspectiva de género y el entorno ecológico y ambiental. En ese
contexto se deben establecer y ejecutar los planes y programas de formación y
capacitación de los Recursos Humanos en Salud y Nutrición como componente
25
esencial del desempeño del sistema, con enfoque, contenidos, metodología y pertinencia
cultural e intercultural.

f. Reforma Educativa contenida en los acuerdos de paz la cual establece que ésta debe
tener sentido histórico con un profundo sustento cultural y de identidad nacional, por lo
tanto debe ser emancipadora, creadora, investigativa, generadora de actitudes críticas y
autocríticas. Esta reforma educativa debe extender los límites de su universo a cubrir,
por lo tanto este se debe ampliar para incluir en los planes correspondientes a la primera
infancia (de 0 a 6 años), sin descartar a la población en edad escolar en los niveles
educativos de primaria, básicos, diversificado y universitaria. En las políticas de
formación de docentes se debe crear la carrera magisterial para la educación y
atención especializada de la primera infancia.

La reforma educativa descrita está contenida en la Reforma Educativa presentada por la


Coordinadora del Pueblo Maya de Guatemala al Ministerio de Educación Pública a
finales de la década de los años noventa del siglo pasado, en ese sentido es de señalar
que desde esas fechas hasta la actualidad las autoridades educativas no se han
pronunciado, sin embargo las mismas autoridades se han empleado a fondo para la
imposición de las políticas educativas provenientes del Banco Mundial.

g. Reforma fiscal y tributaria establecida como la forma principal para el financiamiento


del desarrollo nacional, o sea la concreción de la paz con contenido, la cual contempla la
erradicación de la desnutrición en varios de los acuerdos de paz sustantivos. Esta
reforma está concebida sobre la base de que la tributación deje de ser regresiva y pase a
ser progresiva, es decir que el principio universalmente aceptado, de que en función del
bien común tribute más el que más ganancias tenga y el que menos gane su aporte
tributario sea menor, o sea en correspondencia a su capacidades y posibilidades
tributarias tiene como sustento los principios de la justicia social y la solidaridad
humana. Lamentablemente este es uno de los compromisos más incumplidos por el
Estado en materia de la paz con contenido.

La reforma tributaria en referencia en el Acuerdo de Paz Sobre Aspectos


Socioeconómicos y Situación Agraria, establece que para el año 2000 la meta tributaria
debería llegar al 12 % del PIB y que el ritmo del crecimiento económico del país
estableciera la gradualidad de su incremento de manera permanente, hasta el momento
no se ha llegado a cubrir ni el 10% del PIB en materia de tributación. El acuerdo de paz
citado además establece que las asignaciones presupuestales para la salud y la educación
siempre para el año 2000 no deberían ser menores al 5% del PIB, hoy lamentablemente
los montos asignados para esos componentes del bienestar y el desarrollo no llegan a la
mitad de lo acordado como compromisos del Estado.

La no realización de esta reforma determina el incremento acelerado del endeudamiento


interno y externo del país pues el inbalance entre el monto de los ingresos tributarios y
26
las exigencias del funcionamiento, desarrollo y proyección del Estado en función de las
necesidades y requerimientos de la nación es compensado como ya se señaló a base
exclusiva del endeudamiento inmisericorde del país, el cual para algunos integrantes del
poder económico resulta ser uno de sus grandes negocios.

Para lograr la erradicación de la desnutrición y por lo tanto garantizar la viabilidad de


Guatemala como país, este momento histórico exige y llama a la conciencia nacional
sobre la necesidad imperiosa de concretar la reforma fiscal y tributaria en referencia. En
ese sentido se considera que el papel principal del poder económico de Guatemala, o sea
lo que se conoce como “sector privado” se materializa en el hecho de que no se opongan
ni entorpezcan, sino al contrario que participen y aporten en el proceso de elaboración,
discusión, aprobación, implementación y aplicación de la reforma fiscal y tributaria,
pues está demostrado que ésta estructura de poder ha participado en todos los intentos de
reformas sobre la materia, sin embargo también la historia registra que en el momento
oportuno para su concreción, es esta estructura de poder la que ha entorpecido y
distorsionado su materialización, determinando así la situación fiscal y financiera
deficitaria que el Estado tiene actualmente.

Necesidad de un pacto nacional de carácter urgente

La retoma de la agenda de la paz exige que la misma tenga como soporte a un gran pacto
nacional, como ya se señaló que el Estado guatemalteco como rector del bien común debe
ser el gran impulsor, articulador y conductor del mismo, y sobre todo el soporte principal
debe establecerse en la participación de la sociedad en general, en donde el único
compromiso que se adquiere con el país es la erradicación de la desnutrición.

El pacto mencionado debe cumplirse y ejecutarse, en ese sentido se hace indispensable que
dentro de la institucionalidad del Estado se hagan las readecuaciones necesarias para
conseguir la implementación de un sistema de coordinación y articulación
interinstitucional, en el cual deben establecerse los mecanismos, procesos y procedimientos
dentro del mismo Estado, como los correspondientes a la sociedad.

El sistema debe tener como propósito los grandes objetivos establecidos en la Política
Nacional de Nutrición y Alimentación, así como los establecidos en cada una de las
políticas complementarias descritas. Para el efecto se insiste que el compromiso de hacer
realidad la erradicación de la desnutrición es de urgencia nacional.

Como todo sistema este debe tener su estructura, sus dinámicas y procesos de
funcionamiento, desarrollo y proyección. Por lo tanto en una dimensión nacional
eminentemente participativa y representativa, como mínimo el sistema debe contemplar
tres grandes espacios y niveles de participación, ejecución y desarrollo así:

a. El primero se corresponde estrictamente a nivel del Estado así: Organismos Legislativo


y Ejecutivo (está incluido el MSPAS), los Gobiernos Municipales, el Sistema Nacional
27
de Consejos Desarrollo, y los niveles departamentales, municipales y comunitarios de
desarrollo, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Universidad de San Carlos
de Guatemala y otras instituciones descentralizadas que tengan alguna competencia para
la aplicación de las políticas.

b. El segundo le corresponde a la sociedad expresada en la institucionalidad privada


interesada, centros privados de educación superior, técnicos y profesionales, autoridades
y expresiones religiosas, organizaciones no gubernamentales afines a las políticas y
sobre todo la institucionalidad que se tenga en el seno de los pueblos indígenas,
organizaciones populares y sociales, obreras y campesinas, de mujeres, de jóvenes,
expresiones comunales y de barrio y otras más.

c. El tercero le corresponde a las instancias nacionales e internacionales de cooperación.


En este tercer nivel, dada las particularidades y complejidades propias de cada uno de
sus componentes, deben contemplarse y establecerse con la mayor precisión posible sus
responsabilidades y sus funciones, especialmente en lo que se refiere a la cooperación
internacional, de la cual se esperan principalmente los aportes que puedan compartir a
través de sus experiencias sobre la materia, y no solo buscarlas alrededor de lo
financiero, el financiamiento internacional no debe verse solo como un fin en sí mismo.

La funcionalidad y el desarrollo del desempeño del sistema debe establecerse sobre la base
de los requerimientos éticos y de solidaridad humana, y sobre todo de la puesta en práctica
de la conciencia nacional para que con el sustento de la eficiencia y eficacia en la
implementación y ejecución que las políticas exijan, la erradicación de la desnutrición sea
una realidad.

Sobre la base de lo señalado y como una primera aproximación como componentes


indiscutibles se identifican principalmente dentro de la funcionalidad en la institucionalidad
del Estado, la articulación entre salud y educación en términos generales la cual cae de su
peso, o sea que las acciones en la salud y la educación deben complementarse, sin embargo
en la práctica concreta aunque se tengan algunas coordinaciones, estas no presentan los
resultados que deberían tener, hecho que se refleja en la debilidad que sobre este aspecto se
tienen en el seno de la sociedad y el Estado. A manera de ejemplo, ante la situación
nutricional que se tiene en Guatemala la incomunicación sobre esta temática a nivel
interinstitucional es evidente.

El sistema para su operatividad, funcionalidad y desarrollo y sobre todo él éxito, no debe


repetir los errores y deformaciones que en intentos de esta naturaleza se han dado en
Guatemala, para el efecto debe tomar en cuenta las situaciones de desgaste político y social
que de manera acelerada han provocado en su contra los mismos gobiernos, y dentro de
éstos los llamados programas sociales, así como el alza inmisericorde del costo de la vida
especialmente el de los alimentos, la tolerancia cómplice que los gobiernos han mantenido

28
ante esta situación y sobre todo la corrupción y las arbitrariedades implícitas en la ejecución
de los mismos.

Como ya se vio, el problema nutricional tanto desde el punto de vista histórico, político y
técnico debe tener un enfoque y tratamiento integral profundo, es decir que debe entrar a
resolverse desde sus raíces históricas y estructurales, o sea la concreción de grandes
reformas de carácter estructural, lo que requiere de voluntad política férrea expresada en la
vocación de servicio y de solidaridad que la erradicación de la desnutrición exige. El
enfoque y tratamiento político, técnico y profesional debe ser multidisciplinario con
pertinencia cultural y sobre todo enmarcado dentro las exigencias que la ética y la
solidaridad nacional exigen.

Guatemala 21 de Febrero de 2014.

29

Anda mungkin juga menyukai