Anda di halaman 1dari 5

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo práctico es de la materia “Derecho Procesal Civil I”, presenta cinco
Principios Procesales, que está incluido en la lección cuatro del programa. PEYRANO
señala que los Principios Generales del Proceso son construcciones jurídicas
normativas de carácter subsidiario, es decir, que se aplican ante vacíos de la ley
procesal.

Los principios que hemos elegidos son los siguientes:

Principio de moralidad: Hace referencia a la buena fe, lealtad y veracidad que las partes
deben mostrar en el transcurso del proceso.

Principio Iura Novit Curiae: Es una palabra latina que significa “el juez conoce el
derecho” para referirse a uno de los principios procesales.

Principio de Inmediación: En virtud del Principio de inmediación se pretende que el


juez tenga una permanente vinculación con los sujetos y elementos que intervienen en el
proceso

Principio de la defensa en juicio: Toda persona tiene derecho a ser jugada por tribunales
y jueces competentes, independientes e imparciales.

Principio de Libertad de Representación: Cuando la persona física actúa por sí, en


ejercicio de su propio derecho, el patrocinio de abogado es obligatorio.

1
1- El Principio de moralidad ( de buena fe, lealtad y veracidad)
Hace referencia a la buena fe, lealtad y veracidad que las partes deben mostrar en el
transcurso del proceso.

Es el conjunto de reglas de conducta, presididas por el imperativo ético, a las que deben
ajustar su actuación en el proceso todos los que en él intervenga: jueces, partes, terceros,
abogados, procuradores, funcionarios judiciales, etc.
Es decir que todos los responsables del proceso (citados más arriba) en todo momento
de la duración del proceso deben guardar: “Buena fe y ejercicio regular de los derechos.
El CPC reza en su artículo 51 lo que sigue “Las partes deberán actuar en juicio con
buena fe, y no ejercer abusivamente los derechos que le conceden las leyes procesales”.
El Principio de moralidad tiene como propósito adecuar el proceso a sus fines, evitando
actuaciones arbitrarias, maliciosas o temerarias.
Los litigantes y sus abogados tienen la obligación de actuar en juicio con buena fe y no
ejercer abusivamente los derechos, por una parte; y por la otra parte, los jueces tienen
también el deber de prevenir y sancionar todo acto contrario a la lealtad, probidad y
buena fe.
La vigencia de la regla moral en el proceso impide la utilización del mismo con fines
fraudulentos o para encaminar el juicio para favorecer a una de las partes.
El Principio de moralidad y sus conexos de buena fe, lealtad, veracidad y probidad, han
sido convertidas en normas jurídicas, estableciéndose una serie de sanciones para su
incumplimiento, que los artículos 55 y 56 del CPC lo especifica. Lo cual no es otra cosa
que la necesaria consecuencia de concebir al proceso como un instrumento para la
defensa de los derechos, que repele el propósito de pretender utilizarlo ilegítimamente
para perjudicar, ocultar la verdad y dificultar la recta aplicación del Derecho.
En el antecedente remoto de nuestro código procesal en el caso en la Partida 3, Tit. 22,
Ley 8 es establecía. “Los que maliciosamente, sabiendo que no tienen derecho a una
cosa, mueven pleitos a otros sobre ella causándoles gastos y molestias, es conveniente
que no queden sin pena para escarmiento de los demás”

2- Principio Iura Novit Curiae


Por este principio quiere decir que todos los jueces a priori deben saber las normativas
para luego aplicarlas según corresponda. Es una palabra latina que significa
“el juez conoce el derecho” para referirse a uno de los principios procesales.
El Principio “iura novit curiae” significa que el juez tiene suficiente libertad para
calificar la pretensión y determinar la norma que corresponde aplicar, con
independencia del criterio de las partes.
En virtud de este principio se otorga al órgano judicial la facultad de calificar la relación
jurídica sin atenerse a la particular apreciación de las partes y elegir la norma que
resulte adecuada para decidir la cuestión planteada.

2
3- Principio de Inmediación

En virtud del Principio de inmediación se pretende que el juez tenga una permanente
vinculación con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, a los efectos de
conocer e interiorizarse personal y directamente de todo el material de la causa.
Mediante su vigencia el juez se encuentra en estrecha vinculación personal con los
sujetos y con los elementos del proceso recibiendo directa y personalmente las
alegaciones de las partes y las pruebas, con el objeto de conocer efectivamente todo el
material del juicio desde el principio hasta el fin.
Por eso es importante que sea el mismo juez quien haya sustanciado el proceso el que
pronuncie la sentencia.
El juzgador no sólo debe escuchar las palabras de los testigos y de las partes, sino
observarlos para apreciar el grado de verosimilitud con que se expiden.
Contrario al principio de inmediación se tiene el de mediación, inspirado en el temor de
que el contacto del juez con las partes pueda afectar su imparcialidad; por ello sustenta
la conveniencia de que el juez observe una posición impersonal y distinta en el
procesamiento de la causa.
El principio de inmediación está vinculado a la oralidad, dice ALSINA, y mal se aviene
a nuestro sistema escrito en el que el juez ni conoce a las partes ni recibe las prueba,
sino excepcionalmente. Es así que el juez forma su criterio exclusivamente a base de las
constancias de los autos, que por mucha vida que tengan, no dan casi nunca la sensación
de realidad.
Pero nada impide que en un proceso escrito el juez asuma indirectamente el
conocimiento de las partes y de la prueba en audiencia y comparendos que permitan el
contacto y la comunicación.

4. Principio de la defensa en juicio


Este principio consagra que cada uno tiene derecho de defenderse. La Constitución
Nacional en el artículo 16 expresa lo que sigue:
La Constitución dispone: “La defensa en juicio de las personas y de sus derechos es
inviolable. Toda persona tiene derecho a ser jugada por tribunales y jueces competentes,
independientes e imparciales.
La norma Constitucional consagra el Principio de la defensa en juicio de las personas, la
cual debe darse en el marco del “debido proceso” (due process of law), siendo su
violación la máxima nulidad posible, la que puede ser ordenada de oficio por los jueces
y tribunales al tener conocimiento de ello por cualquier motivo o razón.
El Cód. Civil establece: “Cuando un acto es nulo, su nulidad debe ser declarada de
oficio por el juez, si aparece manifiesta en el acto o ha sido comprobado en juicio. El
Ministerio Público y todos los interesados podrán alegarla…”.

3
5. Principio de Libertad de Representación

La CN, el CPC y el COJ sustentan el Principio de la libertad en materia de


representación. Las personas capaces pueden hacerse representar o no en juicio.
Cuando la persona física actúa por sí, en ejercicio de su propio derecho, el patrocinio de
abogado es obligatorio.
“ni los jueces o tribunales, ni las autoridades administrativas, darán curso a presentación
alguna que no se ajuste a este artículo expresa el art. 65 de la Ley Nº 1376/88 de
Arancel de Abogados y el Art. 88 del COJ, no obstante se exceptúa dicho patrocinio
obligatorio en las actuaciones ante la Justicia de Paz, el Hábeas corpus.
Las personas jurídicas u otras entidades colectivas aunque tiene capacidad procesal,
necesariamente deber ser representadas cuando deben actuar en juicio (art. 87, 2ª p. del
COJ) por procuradores y abogados matriculados.
En el mismo sentido el art. 46, 2ª p. del CPC. Establece: “Las personas jurídicas sólo
podrán intervenir mediante mandatario profesional matriculado”.

4
Conclusión
El trabajo que concluye aquí fue de gran ayuda para nosotros porque hemos
profundizados algunos principio procesales.

Las personas tienen derechos y obligaciones a la hora se someterse a los procesos


judiciales. El estado tiene que controlar los principios procesales que le protege.

Estos principios procesales están consagrados en los ordenamientos y preceptos


jurídicos de nuestra legislación.

Anda mungkin juga menyukai