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Yendo y viniendo Ya florecen los árboles, glorietas de caracolas

voyme enamorando: Juan: y ramas de pino verde.


una vez riendo ¡mala seré de guardar!
y otra vez llorando. Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Gar, ¿qué faré yo?, Ya florecen los almendros Al verla se ha levantado
¿cómo vivre yo? y los amores en ellos, Juan, el viento que nunca duerme.
Est´al-habib espero, mala seré de guardar. San Cristobalón desnudo,
por él murré yo. Ya florecen los árboles, lleno de lenguas celestes,
Juan: mira a la niña tocando
Ay Deus, se sab' ora meu
¡mala seré de guardar! una dulce gaita ausente.
amigo -Niña, deja que levante
com' eu senneira estou en Mi pena es a causa de un
tu vestido para verte.
Vigo! hombre violento: si salgo Abre en mis dedos antiguos
E vou namorada. con males me veré la rosa azul de tu vientre.
Tres morillas me enamoran no me deja mover o soy
en Jaén, recriminada. Preciosa tira el panadero
Axa y Fátima y Marién. Madre, dime, qué haré. y corre sin detenerse.
Dícenme que el amor no El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.
Tres morillas tan garridas fiere,
iban a coger olivas, mas a mí muerto me tiene. Frunce su rumor el mar.
y hallábanlas cogidas Los olivos palidecen.
en Jaén, Dícenme que el amor no Cantan las flautas de umbría
Axa y Fátima y Marién. fiere, y el liso gong de nieve.
ni con fierro ni con palo,
Y hallábanlas cogidas, mas a mí muerto me tiene, ¡Preciosa, corre, Preciosa,
la que traigo de la mano. que te coge el viento verde!
y tornaban desmaídas
¡Preciosa, corre, Preciosa!
y las colores perdidas ¡Míralo por dónde viene!
en Jaén, Dícenme que el amor no
Sátiro de estrellas bajas
Axa y Fátima y Marién. fiere, con sus lenguas relucientes.
ni con palo ni con fierro,
Tres moricas tan lozanas, mas a mí muerto me tiene Preciosa, llena de miedo,
tres moricas tan lozanas, la que traigo de este dedo. entra en la casa que tiene,
iban a coger manzanas Ya cantan los gallos mas arriba de los pinos,
a Jaén, amor mío y vete; el consul de los ingleses.
Axa y Fátima y Marién. cata que amanece.
Asustados por los gritos
Luna que reluces, tres carabineros vienen,
toda la noche alumbres. Vete, alma mía, sus negras capas ceñidas
más tarde no esperes, y los gorros en las sienes.
Ay, Luna que reluces, no descubra el día
blanca y plateada, los nuestros placeres. El inglés da a la gitana
toda la noche alumbres Cata que los gallos, un vaso de tibia leche,
según me parece, y una copa de ginebra
a mi linda enamorada!
dicen que amanece. que Preciosa no se bebe.
Amada que reluces, Y mientras cuenta, llorando,
toda la noche alumbres. Ya cantan los gallos su aventura a aquella gente,
amor mío y vete; en las tejas de pizarra
Si la noche se hace escura
cata que amanece. el viento furioso muerde.¡Oh
y tan corto es el camino,
¿cómo no venís, amigo? madre, mi amigo
Su luna de pergamino se va y no vuelve!
Preciosa tocando viene Dime qué haré, madre,
La media noche es pasada si mi pena no afloja.
por un anfibio sendero
y el que me pena no viene: de cristales y laureles.
mi desdicha lo detiene, El silencio sin estrellas, ¡Tanto amar, tanto amar,
¡qué nascí tan desdichada! huyendo del sonsonete, amigo, tanto amar!
Háceme venir penada cae donde el mar bate y canta
¡Enfermaron unos ojos
y muéstraseme enemigo. su noche llena de peces.
En los picos de la sierra brillantes
¿Como no venís, amigo?
los carabineros duermen y duelen tan mal!
Ven, oh hechicero:
guardando las blancas torres
un alba que está con fogor donde viven los ingleses.
cuando viene pide amor. Y los gitanos del agua
levantan por distraerse
Olas del mar de Vigo, ¿Por qué me besó Perico, En Sevilla a un sevillano siete
¿Visteis a mi amigo? ¿por qué me beó el traidor? hijas le dio Dios, todas siete
¡Ay Dios! ¿vendrá pronto? Dijo que en Fraia se usaba fueron hembras y ninguna fue
y por eso me besaba, varón. A la más chiquita de
ellas le llevó la inclinación de ir
Olas del mar agitado, y también porque sanaba a servir a la guerra vestidita de
¿Visteis a mi amado? con el beso su dolor. varón. Al montar en el caballo
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto? ¿Por qué me besó Perico, la espada se le cayó; por decir,
por qué me besó el traidor? maldita sea, dijo: maldita sea
¿Visteis a mi amigo, yo. El Rey que la estaba
aquél por quien yo suspiro? Si los delfines oyendo, de amores se cautivó,
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto? —Madre los ojos de Marcos son
mueren de amores,
de hembra, no de varón. —
¡triste de mí! Convídala tú, hijo mío, a los
¿Visteis a mi amado, ¿Qué harán los hombres rios a nadar, que si ella fuese
quien me tiene tan que tienen tiernos hembra no se querrá desnudar.
preocupada? los corazones? Toditos los caballeros se
¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto? ¿triste de mí! empiezan a desnudar, y el
¡Tanto amare, tanto amare, ¿Qué harán los hombres? caballero Don Marcos se ha
habib, tanto amare! retirado a llorar. Por qué llora
Enfermeron olios nidios Vd. Don Marcos por qué debo
En la fuente del rosel, de llorar, por un falso
e dolen tan male. lavan la niña y el doncel. testimonio que me quieren
levantar. No llores alma querida
La luna vino a la fragua En la fuente de agua clara, no llores mi corazón, que eso
Con su polisón de nardos.
con sus manos lavan la cara que tú tanto sientes, eso lo
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando. él a ella y ella a él: deseo yo.
lavan la niña y el doncel.
En el aire conmovido En la fuente del rosel,
mueve la luna sus brazos
lavan la niña y el doncel.
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Cuando el alba me despierta
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
los recuerdos de otras albas
habrían con tu corazón me renacen en el pecho
collares y anillos blancos. las que fueron esperanzas.
Quiero olvidar la miseria
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
que te abate, pobre España,
te encontrarán sobre el yunque la fatal pordiosería
con los ojillos cerrados. del desierto de tu casa.
Por un mendrugo mohoso
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
vendéis, hermanos, la
-Niño, déjame, no pises entraña
mi blancor almidonado. de sangre cocida en siesta
que os hace las veces de
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
alma.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,


bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,


¡ay, como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,


dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

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