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María del Pilar Benítez Pineda

Heinz
Hartmann
(1894-1970)
Psicología del
Yo
María del Pilar Benítez Pineda

Introducción

La personalidad ha sido un aspecto anhelado por investigar y definir por varios


psicólogos, filósofos, entre otros. Sobre todo a finales del siglo XIX e inicios del XX
cuando el psicoanálisis estaba en pleno despegue y varios psicólogos publicaban
sus propias teorías, algunos más alejados de lo que Freud iba trabajando en la
época.

Este es el caso de la psicología del Yo, Heinz Hartmann y sus colaboradores


implementaron una nueva concepción de lo que el psicoanálisis introducía en esos
años, así que esta nueva posición es un término psicoanalítico que hace referencia
a las doctrinas psicoanalistas que hacen más referencia al yo y a sus mecanismos
de defensas que a los instintos.

Siendo ya que la personalidad implica elementos cognitivos, motivadores y estados


efectivos y el grado de estabilidad o de cambio que le concedemos a la misma
personalidad, la psicología del Yo postulaba cierta importancia a las funciones
consideradas secundarias del yo que son estables y propuso conceptos como la
autonomía del yo y la neutralización que permitían al individuo adaptarse a su
ambiente.

Acepta elementos como valores morales y factores sociales y culturales vinculados


con el superyó y su influencia en el comportamiento humano.
María del Pilar Benítez Pineda

Biografía
Fundador de la corriente de la Ego Psychology- y gran figura de la escuela
neoyorquina de psicoanálisis, Heinz Hartmann nació en Viena y fue educado en un
ambiente intelectual sin confesión ni pertenencia religiosa, fenómeno raro para la
época. Provenía de la gran burguesía vienesa, elitista y refinada. Su padre había
sido profesor de historia antes de ser nombrado embajador en Berlín, y su abuelo
materno era el famoso ginecólogo Rudolf Chrobak (1843-1910), quien había puesto
a Sigmund Freud en la pista de la etiología sexual de la histeria. En su juventud,
Hartmann había sido atendido por Josef Breuer. De modo que tenía vínculos con la
familia Freudiana. Después de haber sido alumno de Julius Wagner-Jauregg, viajó
a Berlín, donde se familiarizó con el pensamiento de Max Weber (1864-1920) y de
Kurt Lewin (1890-1947).

Paralelamente realizó un primer análisis didáctico con Sandor Rado en el marco del
prestigioso Berliner Psychoanalytisches Institut (BPI). De vuelta en Viena, se integró
en 1925 a la Wiener Psychoanalytische Vereinigung (WPB), y después emprendió
un segundo análisis con Sigmund Freud, quien lo consideraba uno de sus mejores
alumnos de lo que se ha convenido en llamar la segunda generación. A partir de
1932 fue uno de los directores del Interantionale Zeitschrift.für Psychoanalyse; en
1937 emprendió la revisión de la segunda tópica Freudiana, lo que lo llevaría a la
Ego Psychology.

Obligado a huir de Francia en 1939, Hartmann se refugió en Suiza, en la casa de


Raymond de Saussure, donde se reunió con Loewenstein. Los dos emigraron a los
Estados Unidos en 194 1, y en Nueva York Hartmann comenzó una segunda vida
de jefe de escuela, convirtiéndose en el principal representante de la ortodoxia
Freudiana. Director del Instituto de Nueva York entre 1948 y 1951, presidente de la
New York Psychoanalytical Society (NYPS) entre 1952 y 1954, presidente de la
International Psychoanalytical Association (IPA) entre 1953 y 1959, murió colmado
de honores.
María del Pilar Benítez Pineda

Psicología del Yo
En la Psicología del Yo de Hartmann, el Yo desplaza en importancia al Ello y al
Superyó. Freud afirmaba que el Yo se diferencia a partir del Ello, mientras que
Harman decía que el Yo no surge a partir del Ello, sino que Yo y Ello provienen de
una matriz común, la llamada fase indiferenciada. Por lo tanto, según sus teorías
los aparatos rudimentarios del Yo ya están presentes en el momento de nacer.

Hartmann le otorgó al superyó un destacado lugar junto al yo en la conformación de


la personalidad. Todavía es actual el capítulo que publica en 1964, en un libro
escrito junto a Kris y Loewenstein. En Papers on Psychoanalytic Psychology, los
tres autores atribuyen a esta estructura -al igual que Freud- funciones destinadas a
la conciencia moral o normas éticas internalizadas, a la autovaloración crítica y,
finalmente, a los ideales personales. El superyó posee un origen o prerrequisito
necesario de base biológica anterior a las internalizaciones objetales y debido
posiblemente al desamparo tanto orgánico como psicológico del niño al nacer, así
como en la subsecuente inevitable, prolongada y estrecha dependencia en relación
con la madre o personas a su cuidado. Para Hartmann y sus copensadores, el
superyó se va desarrollando mediante un proceso de incesante identificación con
las figuras de los padres y de otras figuras significativas del mundo, que rodean al
niño y le fijan normas y deberes. En la formación de esta estructura ético-normativa
de la personalidad, concurren factores sociales y culturales que integran la tradición.
Se hace hincapié en la postulación freudiana de que el superyó deriva del complejo
de Edipo, de la diferencia de los sexos y la castración

Sobre la personalidad
Heinz Hartmann distinguió dos grupos de funciones del Yo: las funciones
específicamente involucradas en los conflictos y las funciones que constituyen la
esfera del Yo libre de conflictos. Estas funciones del Yo, afirmaba Hartmann, son de
importancia fundamental en la adaptación de la persona a su ambiente. Hartmann
María del Pilar Benítez Pineda

concebía la estructura de la personalidad como el resultado de la interacción entre


la herencia y el ambiente, y añadía que en el curso del desarrollo del individuo se
diferenciaban los rasgos del carácter.

Heintz Hartmann postuló la existencia de funciones primarias autónomas del Yo, “la
autonomía del Yo“, cuyo desarrollo sería independiente de los impulsos. Las
funciones comprendidas en esta área eran la percepción, la intuición, la
comprensión, el pensamiento, el lenguaje, ciertas fases del desarrollo motor, el
aprendizaje y la inteligencia.

Pero, cada una de estas funciones puede también participar de forma secundaria
en conflictos durante el curso del desarrollo del sujeto. Hartmann puso el énfasis en
los factores comunes que podían influir en el proceso de desarrollo, estableciendo
una relación entre la aparición de los factores autónomos primarios y lo que él llamó
el “entorno de expectación por término medio“.

Además Hartmann pensaba que una parte de las energías del Yo se deriva de
fuentes no impulsivas. También propuso el concepto de Neutralización que sería
como una generalización del concepto freudiano de Sublimación. Según el concepto
de Neutralización la medida en que se neutraliza la energía instintiva está en función
de la fuerza del Yo. Sin embargo, el Yo puede perder su autonomía si la influencia
de los impulsos crece mucho. La autonomía del Yo puede también disminuir por
una enfermedad.

Hartmann le otorgó al superyó un destacado lugar junto al yo en la conformación de


la personalidad.

El niño al nacer trae consigo una dotación innata de elementos para su adaptación
inicial, es decir, un "estado de adaptabilidad", orientado a un "ambiente promedio
probable", para luego paulatinamente llegar a un estado de adaptación intencional.

Según Hartmann, toda la capacidad funcional del yo y de la personalidad, con sus


estructuras componentes, depende de una función rectora, coordinadora y de
autorregulación: la función de organización.
María del Pilar Benítez Pineda

Contribuciones y aportes de Hartmann

-Postula que el desarrollo yoico comienza desde una matriz indiferenciada en las
que se encuentran el Ello y además los impulsos.

-La evolución se produce por “un ambiente promedio esperable”; en el que es


importante el papel de la madre en los procesos de adaptación. (Quien cumpla con
la función materna).

-Eleva el papel del narcisismo en el estudio de la personalidad y la psicopatología.

-Nos dice que el narcisismo es una catexis de las representaciones del self y no del
Yo.

-Realiza una mirada nueva sobre la formación del Superyó

-Elabora una teoría de los valores morales.

-Adjudica a la frustración la causa de la agresividad, junto con condiciones innatas.

-Para él, el Yo no es una modificación del Ello, resultado pasivo de las influencias
del mundo externo sobre +el.

-El Yo recibe influencias culturales y sociales en su evolución.

-No está de acuerdo con el instinto de muerte y habla de un impulso agresivo que
tiene raíces innatas.

-Su idea sobre la relación de objeto señala: Constancia de objeto (se logra cuando
la relación de amor perdura y es estable, que permanezca en ausencia del objeto y
que el principio de realidad depende de esta.
María del Pilar Benítez Pineda

Conclusión

En conclusión Hartmann toma mucha importancia sobre el yo y también sobre el


mundo exterior y como le afecta a este. Trabaja la neutralización o sublimación así
como la autonomía del Yo para que el ser humano busque un mejor camino para
su adaptación y evitar dificultades a lo que él llamó la esfera libre conflicto.

Pero de igual manera esta liberación de conflicto no podría realizarse por lo que la
función yoica sería a la inversa, defensiva. Hartmann postulaba que estos cambios
en las funciones producían los rasgos en el carácter y actitudes, lo que podría
considerarse como aspectos de la personalidad.

Finalmente se diría que aunque Hartmann no trabajó específicamente en el estudio


de la personalidad, sus aportes resultados importantes para dar explicación para
rasgos de esta y de teorías posteriores que serían un parteaguas para una
investigación más amplia de este constructo.
María del Pilar Benítez Pineda

Fuentes:

-Morales, M. (2017). HEINZ HARTMANN TEORIAS PSICOLOGICAS II.


Recuperado de: https://slideplayer.es/slide/10999135/

-Guirao, M. (2012). Heinz Hartmann y la Psicología del Yo. Recuperado de:


http://psicoterapeutas.eu/heinz-hartmann-y-la-psicologia-del-yo/

-PSICOPSI. H. Hartmann y la Psicología del yo (El pensamiento de Hartmann).


Recuperado de: http://psicopsi.com/H-Hartmann-Psicologia-yo-pensamiento-
Hartmann

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