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Capítulo III

JUAN BAUTISTA Y EL NUEVO SACERDOCIO INSTITUIDO POR CRISTO

3.1. El sacerdocio del AT y el sacerdocio del NT


El sacerdocio del AT1 era considerado como el mediador entre Dios y el
hombre, encargado de enseñar la verdad y ejercitar el culto divino. Los requisitos
para ser sacerdote eran: ser descendiente de Aarón, no tener defectos físicos,
ser puro2 y tener una conducta irreprensible. El sacerdote entraba en servicio
entre los 20 y 30 años. En el periodo del servicio no debía hacer luto, debía
obtenerse del vino y del matrimonio; dentro del templo debía estar descalzo y
vestir con ropa de lino, túnica blanca con un cinturón rojo y un turbante de lino
blanco. Su misión era servir a Dios ofreciendo sacrificios, atender el altar del
incienso, el candelabro de los siete brazos y la mesa de los panes. Debían cuidar
del templo, purificar a los leprosos y a las mujeres madres, instruir y guiar al
pueblo según la Ley, impartir la bendición sacerdotal, solo ellos podían tocar los
vasos sagrados y el Arca, acompañaban al ejército en la guerra para exhortarlos a
la victoria. El servicio más honorifico era el ofrecimiento del incienso el cual
únicamente se podía realizar una vez en la vida3.
Todo el valor del sacerdocio del AT adquiere plenitud y significado solo en
Jesucristo. Cristo no se declara jamás sacerdote, pero su misión es sacerdotal y
su muerte es el nuevo y verdadero sacrificio que perdona los pecados del mundo
e inaugura la nueva alianza eterna. Jesús es prefigurado en el cordero pascual del
AT (1 Cor 5,7). Es un sacerdocio nuevo y eterno (Heb 7,3). Cristo no
perteneciendo a la tribu de Levi es Sacerdote (Sal 110,4) y funda un sacerdocio
único y eterno e infinitamente superior al del AT. En Él están recapituladas las
misiones: del profeta con la cual como Verbo lleva a cumplimiento toda palabra

1
Recordemos que Dios escogió la tribu de Leví compuesta por tres clanes y les asignó una tarea a
cada una para el servicio del culto, de la tribu de Levi escogió el clan de Quehat, y del clan de
Quehat escogió a la familia de Aarón para encomendarles la tarea del sacerdocio. Todo
primogénito de esta familia seria sumo sacerdote, máximo jerarca de los hebreos.
2
No haber tocado o comido cosas inmundas, no haber tocado personas inmundas y no haber
tenido contacto con un cadáver.
3
Cf. A. MISTRO, Guida alfabetica alla Bibbia, 527-530.
profética, del sacerdote con la cual siendo hombre es el mediador perfecto entre
Dios y los hombres, del rey con la cual tiene una autoridad sobre el amor sin
límites. Cristo antes de subir al cielo, éste poder lo trasmitió a sus apóstoles (Jn
20,19-23) y estos a su vez a sus sucesores y a sus colaboradores por medio de la
imposición de manos (Hch 13,3; 14,22; 1 Tim 4,14) para ser dispensadores de los
misterios divinos (1 Cor 4,1). De tal modo el sacerdote del NT es constituido por
llamado divino (2 Tim 1,9-10; Heb 5,4), continúa entre los fieles el sacerdocio de
Cristo4.

3.2. La vocación del Bautista y el nuevo sacerdocio instituido por Cristo


Partiendo de lo conocido sobre Juan Bautista en los capítulos anteriores
afirmamos que él, aun siendo primogénito y de linaje sacerdotal no acepto y se
mostró contrario al sacerdocio levítico (Lc 3,7-9; Mt 3,7-10), no solo porque
nunca ejerció el ministerio sacerdotal sino porque su forma de vida lo dio a
conocer. Él era el precursor del Señor y abrió el camino para el nuevo sacerdocio
instituido por Cristo que se prolongaría por los siglos hasta la segunda venida del
Señor atraves de los sucesores de los apóstoles y sus colaboradores. De esta
manera el sacerdote del NT es figura del Bautista, en cuanto en el sacerdocio del
NT se pueden aplicar los títulos que se le han atribuido al Bautista en la Biblia
según su vocación. En seguida planteare la aplicación al sacerdocio del NT los
títulos del precursor de Nuestro Señor Jesucristo.

3.2.1. La familia santa y la vocación sacerdotal (Sacerdote)


La familia del Bautista era una familia santa, nos dice el evangelio que sus
padres eran justos ante Dios (Lc 1,6), y desde luego como padres santos supieron
trasmitir su santidad a su hijo Juan que desde el vientre materno era lleno del
Espíritu Santo (Lc 1,15). De la misma manera la familia de la nueva Alianza esta
llamada a la santidad, pues está fundada en el sacramento del matrimonio entre
un hombre y una mujer signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega

4
Cf. A. MISTRO, Guida alfabetica alla Bibbia, 530.

28
de Cristo por su Esposa la Iglesia; desde esta alianza de amor se despliega el
compromiso para formar una familia santa5. Los padres están llamados a cultivar
la vocación a sus hijos y de una manera particular la vocación a la vida sacerdotal
o religiosa. “La familia cristiana tiene la misión educativa de la Iglesia maestra y
madre”6; y como han afirmado los padres conciliares, la familia cristiana como
Iglesia domestica (LG 11) ha ofrecido siempre las condiciones favorables para el
nacimiento de las vocaciones, de tal manera que la familia sea un primer
seminario7.

3.2.2. El sacerdote y la formación en el desierto (voz que clama en el


desierto)
Juan Bautista antes de iniciar su ministerio tuvo una fuerte y grande
preparación en el desierto (Lc 1,80) donde adquirió la personalidad apta para ser
el precursor del Señor. De esta manera el sacerdote está llamado a entrar a un
lugar para prepararse y poder servir aptamente a Cristo y a su Iglesia. El
Seminario es el lugar apto para este objeto el cual debe ser dirigido por tal
persona cuya prudencia, autoridad y santidad sea suficiente para con su ejemplo
y su doctrina forme a los seminaristas de manera que salgan maestros
verdaderos de las almas8. Esta formación ha de estar enfocada conforme a las
cuatro dimensiones de formación que el magisterio nos propone9. De tal manera
que puedan crear verdaderamente un ambiente de desierto y así poder estar
preparados para ser precursores del Señor y ser sus testigos en medio del
mundo.

5
Cf. Documento de Aparecida, 433.
6
Pastores dabo vobis, 41.
7
Cf. Optatan totius, 2.
8
San Juan de Ávila, Escritos sacerdotales, 94.
9
Humana, espiritual, intelectual y pastoral. Pastores dabo vobis, 43-59.

29
3.2.3. El sacerdote lleno de gracia del Espíritu Santo (Juan)
Juan Bautista estaba lleno del Espíritu Santo desde el vientre materno (Lc
1,15). Se regocijó a la llegada de la Virgen María quien llevaba en su seno al
Salvador del mundo (Lc 1,41-44). De la misma manera el sacerdote está lleno de
gracia por medio del Espíritu Santo desde el momento de su bautismo y de modo
admirable en el momento de su ordenación de manera que pude hacerse
imitador de Dios y de amar como Cristo lo ama (Ef 5,2), adquiriendo de esta
manera una nueva vida en el Espíritu que consiste en dejarse inmolar por el
amor, en donarse en holocausto bajo el estímulo de la caridad10. Mediante la
docilidad al Espíritu el sacerdote puede vivir con fidelidad, ejercer con fruto su
ministerio, creer en aquello que anuncian, vivir aquello que creen y predicar
aquello que viven. El sacerdote se asemeja a la madre de Dios que es la llena de
gracia, en cuanto María por obra del Espíritu Santo concibió a Cristo y el
sacerdote ungido por el Espíritu Santo también da a luz a Cristo mediante la
palabra y la Eucaristía y los demás sacramentos11.

3.2.4. El sacerdote mensajero de la Buena Nueva (Mensajero)


Juan Bautista llevaba el mensaje de Dios, exhortaba y evangelizaba al
pueblo (Lc 3,18) de tal manera que estuviera bien dispuesto para escuchar el
mensaje traído por Cristo. El sacerdote con su evangelización animado por el
Espíritu Santo anuncia a todos el mensaje de salvación que el Padre por medio
de Cristo ofrece a los hombres. El contenido de la evangelización es la revelación
del amor con el cual el Padre por medio de Cristo mediante el don del Espíritu
Santo nos ha hecho sus hijos adoptivos12. El centro del mensaje del Bautista
siempre fue Cristo (Mt 3,1-2). Jesús debe ser el objeto formal del mensaje
porque es aquel que da fundamento y autoridad a todo anuncio, la persona de
Cristo debe ser el alma y la luz del mensaje cristiano13. “La identidad de
sacerdote esta signada por esta tarea. ¿Quién soy yo verdaderamente? Se

10
A. FAVALE, I presbiteri, 246.
11
R. CANTALAMESSA, L’anima di ogni sacerdocio, 101.
12
A. FAVALE, I presbiteri, 156.
13
R. CANTALAMESSA, L’anima di ogni sacerdocio, 59.

30
pregunta a veces el apóstol. Como el Bautista debe responder: yo soy una voz
que grita. La proclamación del evangelio constituye uno de los núcleos esenciales
de la identidad sacerdotal”14. El sacerdote antes de predicar debe de estar
dispuesto a dejarse conmover por la Palabra y convertirla carne en su existencia
concreta, así se comunica a los demás lo que uno ya ha contemplado15.

3.2.5. El sacerdote administrador de la gracia Divina (Más que un


profeta)
Juan administraba un bautismo pero su bautismo no daba la gracia, sino
preparaba para el bautismo con el Espíritu santo y fuego que daría la gracia (Lc
3,16; Mt 28,19). Juan no confirmaba con el Espíritu, pero después de que bautizo
al Señor, el Espíritu lo impulsó hacia el desierto en el que permaneció cuarenta
días (Lc 4,1-2). Juan, primogénito y de linaje sacerdotal nunca se ejercitó en el
templo como su padre, pero fue quien nos presentó al Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo (Jn 1,36) palabras que el sacerdote proclama para
presentar de la misma manera al Cordero inmolado al pueblo congregado en la
asamblea eucarística. Juan no perdonaba los pecados, pero su bautismo era un
bautismo de penitencia y de conversión para el perdón de los pecados que
dejaba entre ver la misericordia de Dios (Lc 3,3), las multitudes que venían a el
después de hacerse bautizar y confesaban sus pecados (Mc 1,5).
Juan no curo a enfermos, pero su mensaje fue signo de credibilidad
cuando los hombres vieron los milagros que realizaba Cristo (Lc 7,29). Juan, no
vistió como los sacerdotes de su linaje sino sencillamente (Mt 3,4), así los
sacerdotes del NT endosan el alba signo de la pureza, el cíngulo signo de la
castidad, la estola signo del servicio y la casulla signo de Cristo, Juan de linaje
sacerdotal del AT observo el celibato como el sacerdocio del NT, desaprobaba el
adulterio el cual atenta contra el matrimonio (Mt 14,4). De esta manera el
sacerdocio del NT trasmite la gracia por medio de los sacramentos expresión del
único misterio pascual de Cristo. Los sacerdotes son llamados a trasmitir a los

14
D. COLETTI, Vivere da prete, 48.
15
Evangeli gaudium, 150

31
hombres la salvación que celebran con los sacramentos, son signos eficaces de la
gracia, los cuales por la presencia operadora de Cristo contienen y producen
aquello que significan16.

3.2.6. El sacerdote precursor de Señor


Así como el Bautista fue precursor del Señor, el sacerdote es precursor de
Cristo en la Nueva Alianza. Cristo ha enviado delante de Él a sus apóstoles para
que le prepararan el camino (Lc 9,1-8; 10, 1-16). Dios Padre propone a los
sacerdotes el modelo de Cristo y a Él deben conformarse. No se trata de aquella
conformidad sacramental por medio del Espíritu Santo, sino de la sequela de
Cristo que cada uno debe realizar libremente17. De esta manera el sacerdote
para ser precursor del Señor se debe asemejar a Él para que cuando llegue la
hora de su glorioso retorno en su segunda venida encuentre a su pueblo bien
dispuesto, es decir un pueblo santo y perfecto. El sacerdote como precursor del
Señor debe de predicar el evangelio y santificar por medio de los sacramentos,
atender al prójimo, a las multitudes, y al último, pues son la prioridad en la
pastoral de Cristo18.

3.2.7. El sacerdote testigo del Señor


El sacerdote como Juan está llamado a ser testigo de la Luz (Jn 1,7-8)
mediante: la fuerza del Espíritu que Cristo trasmite, la fidelidad al mensaje que
ellos predican, y la vivencia del mensaje19. El testimonio pide ser fieles hasta el
final, ser constantes, perseverantes y leales. La vida sacerdotal no es fácil, desde
el inicio Jesús nos advirtió que seríamos como ovejas en medio de lobos (Mt
10,16-22). El sacerdote debe complacerse por las persecuciones y angustias
sufridas por Cristo y no refutarlas o evitarlas20. El sacerdote será capaz de
testimoniar a Cristo que es la Verdad si permaneció con Él desde el principio, es

16
A. FAVALE, I presbiteri, 179-182.
17
G. FERRARO, Il sacramento dell’ordine, 310.
18
K. HEMMERLE, Scelto per gli uomini, 175-178.
19
S. SABUGAL, La embajada del Bautista, 223-228.
20
D. COLETTI, Vivere da prete, 117-119

32
decir si fue fiel. El sacerdote debe ser testigo de la Verdad y lo debe testimoniar
con su vida y de ser la voluntad de Dios con el martirio. Quien sirve a la verdad
sirve a Cristo, así el Bautista quien fue elegido por Dios para preparar la via del
Señor y lo dio a conocer al pueblo como el Mesías y el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo. Dios consagro todo sí mismo y al fin murió por la Verdad21.

3.2.8. El sacerdote amigo del Esposo


El sacerdote es el amigo del Esposo que cuida de la Esposa hasta el
regreso del Esposo. El amigo se mantiene fiel hasta la muerte; un amigo
verdadero es aquel que no te abandona jamás, es un tesoro precioso para
cultivar22. El Señor nos llama amigos porque nos ha dado a conocer todo lo que
ha oído del Padre (Jn 15,15). No hay cosa mejor en esta vida que tener un amigo
que venga a compartir con nosotros los momentos de sufrimiento y los
momentos de alegría23. “Una relación personal llena de confianza y de amistad
es el alma de todo sacerdocio”24.

3.2.9. El sacerdote el más grande de los de nacido de mujer y el más


pequeño en el reino de los cielos
El sacerdote es la más grande de los nacidos de mujer por el hecho haber
sido tomado de entre los hombres y servir como intercesor e intermediario entre
Dios y los hombres ofreciendo sacrificios por sus pecados propios y por los del
pueblo; es grande porque fue llamado por Dios, es un don de Dios que ofrece al
sacerdote a su servicio y al beneficio de sus hermanos25. Es el más pequeño
porque sabe discernir la voluntad de Dios; es sabio porque tiene temor de Dios,
porque sabe vivir según el espíritu por medio de la oración, el silencio, la
simplicidad, pobre, humilde, hombre de sacrificio, ayuno, ascético, trasparente,
desapego a los bienes materiales, porque ama, ya no es él quien vive en él sino

21
S.S. FRANCISCO, Angelus 23 de junio 2013, plaza san Pedro.
22
M. GAGLIARDI, In memoria di me, 148.
23
G. CUCCI, La fuerza que nace de la debilidad, 312-313.
24
R. CANTALAMESSA, L’anima di ogni sacerdocio, 19.
25
G. FERRARO, Il sacramento dell’ordine, 131.

33
es Cristo quien vive en él (Gal 2,20s), ha querido disminuir y ha dejado que crezca
en su lugar Cristo (Jn 3,30).

3.2.10. El sacerdote luz que arde y alumbra


Cristo dijo a sus discípulos que eran la luz del mundo y no podían
permanecer escondidos. Ellos son una lámpara que se enciende no para ponerla
en un lugar escondido, sino para ponerla en un candelabro y así ilumine a
muchos; su luz debe iluminar delante de los hombres mediante sus buenas
obras, no para ser honorados, sino para dar gloria a Dios (Mt 2,14-16). Cristo
invita al sacerdote a tener un corazón puro y una mirada luminosa limpia, porque
los ojos son imagen de lo que tiene el corazón; si es limpio el ojo, el interior está
limpio, pero si está manchado, el cuerpo tiene tinieblas (Lc 11,33-36). El
sacerdote como el bautista es testigo de la luz, pero él no es la luz, solo da
testimonio de la Luz, Cristo es la Luz y el sacerdote es la lámpara que arde y
alumbra la Luz de Cristo que habita en él.

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