Las emociones
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que pretenden la adaptación ante determinados estímulos internos y
externos. Es decir, son intentos de nuestro cuerpo para responder con eficacia ante el medio en el que vivimos.
Importancia
Reflejan nuestro mundo interno. Esto nos permite conocernos mejor y satisfacer nuestras necesidades y deseos y
entender muchas de nuestras conductas.
Dirigen una gran parte de nuestras conductas.
Nos indican cómo estamos evaluando y juzgando las diferentes situaciones que vivimos.
Nos ayuda a tomar decisiones, porque por mucho que analicemos y pensemos sobre los pros y contras de las cosas, al
final, lo que sentimos como resultado de dicho análisis, nos lleva a elegir.
Nos permite darnos cuenta de nuestros pensamientos y actitudes y nos ayuda a cambiarlos, cuando es necesario.
Puede regular la conducta de los demás, porque les muestra que actitud tomar frente a nosotros en esos momentos.
Tipos de emociones
Ira
Alergia o Felicidad
Asco
Miedo
Sorpresa
Tristeza
Culpa
Vergüenza
Orgullo
Celos
• MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad. Tendemos hacia la
protección.
• SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber
qué pasa. Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
• AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
• IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante. Nos
induce hacia la destrucción.
• ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad. Nos induce hacia la
reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
• TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo. Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Plutchik dibujó una rueda de las emociones, la cual consistía de ocho emociones básicas (alegría, confianza, miedo,
sorpresa, tristeza, aversión, ira y anticipación) que combinadas dan lugar a ocho emociones avanzadas (amor,
sumisión, susto, decepción, remordimiento, desprecio, alevosía y optimismo), cada una de ellas compuesta por dos
emociones básicas. Las emociones se van combinando en díadas primarias que formarán las emociones avanzadas, por
díadas secundarias y terciarias que dan lugar a emociones todavía menos frecuentes.
Según esta teoría, las emociones varían en su grado de intensidad. Por ejemplo, la ira es menos intensa que la furia e ira
más intensa que el enfado. Cuanto más intensa es una emoción más motivará una conducta afín a ella.
Alegría
Confianza
Miedo
Sorpresa
Tristeza
Aversión
Ira
Anticipación
Es una experiencia afectiva conformada por un conjunto de variables muy concretas: necesidad de vincularnos a alguien,
necesidades de intimidad, pasión, sexualidad, entre otros.
Uno de los científicos más reconocidos en el campo del enamoramiento y el amor es Robert Sternberg, que con su
“Teoría triangular del amor” describe los distintos elementos que componen este fenómeno, así como las posibles
combinaciones de estos elementos a la hora de formar los diferentes tipos de relaciones.
Las tres cualidades clave en las relaciones de pareja son: intimidad, pasión y compromiso.
Intimidad: La cercanía entre los individuos que componen una relación es lo que Sternberg nombra como intimidad.
Dicho de en otras palabras, es la conexión emocional. el afecto y la confianza que hay entre entre éstos.
Pasión: Este autor denomina pasión a la energía y la excitación que existe en la pareja. Es el impulso y la necesidad de
estar con el otro. Es la atracción física.
Compromiso: Es una decisión, el querer estar juntos a pesar de los malos momentos. Es tener una visión compartida del
futuro.
Estas cualidades se combinan y dan lugar a los diferentes tipos de relación. La expresión más intensa y gratificante del
amor es cuando estos tres aspectos aparecen juntos. Sternberg afirma que existen 7 formas de amar, son las siguientes:
La ira y su adicción
La ira es una emoción humana completamente normal, y en ocasiones resulta adaptativa, pero cuando escapa a nuestro
control y se vuelve destructiva, puede conducirnos a situaciones problemáticas en: el trabajo, en las relaciones, etc.
Afecta la calidad global de nuestra vida y nos puede hacer sentir como si estuviéramos a merced de una emoción
impredecible y poderosa. Es un estado emocional que varía en la intensidad, desde una leve irritación a la furia y la rabia
intensa. Al igual que otras emociones, está acompañada de cambios fisiológicos y biológicos.
-Un niño es adicto a la ira cuando no controla sus impulsos y no mide las consecuencias de sus actos. Es una actitud que
va mucho más allá de la simple pataleta o la rabieta o el berrinche. Es la pérdida total del control sobre los sentimientos
de desagrado o de rabia, con reacciones que se salen de las esperadas o las comúnmente manifestadas en esos
momentos. “Un niño con adicción a la ira empieza por dominar su entorno. Su actitud es tal que es capaz de hacerse a sí
mismo daño físico con tal de lograr sus objetivos, y con esto, despierta en sus padres sensación de miedo”.
Hay otro grado al cual puede llegar la ira que es lo que llamamos "la rabia", la furia. Ese es un grado muy grande de ira,
la ira normal no lleva a la agresión . Puede ser una agresión de palabra, que tampoco está bien, pero la rabia es una
forma muy fuerte de sentir ira. Es la más terrible y lleva a la violencia, a la agresión.
No hay que confundir ira o rabia con resentimiento. En el resentimiento hay su parte de ira también, que la persona va
almacenando, en lugar de soltarla. Esta piensa en lo que le hicieron y lo va guardando. Por eso se llama resentimiento,
pues significa volver a sentir. La ira va destruyendo a la persona que la siente, no al que causó el resentimiento. Esa
persona ni se entera. La ira siempre lo destruye a uno y el odio es el proceso final del resentimiento. Es una ira
congelada.
Hay personas adictas a la ira. ¿Cuándo se puede decir que una persona es adicta a la ira? Cuando no tiene control sobre
la ira y ésta es algo crónico, compulsivo. Entonces esa persona es adicta a la ira.
Manejo de la ira
Tomar plena conciencia de lo que se está sintiendo, en qué circunstancias y a qué se asocia.
Ubicar la ira y dirigirla hacia una acción que a conciencia pueda ser convertida en positiva.
Mejorar la comunicación: saber escuchar a los demás, reducir la velocidad y volumen en lo que vamos a expresar,
tomándonos el tiempo antes de hablar.
Al momento de tratar con un paciente con ira, debemos como odontólogos mantener la calma, analizar la conducta del
paciente, y saber que emoción subyacente presenta, ya que esto puede venir ligado a un temor o una ansiedad
presente. Aborda la situación con cuidado, y neutraliza su ira generando confianza en él. Trata de escucharlo, y buscar
el motivo de su comportamiento, y empieza a hablar con el paciente para que vaya canalizando su comportamiento
dándole confianza en ti y así la persona vaya bajando su nivel de ira transitoria.
El manejo de emociones empieza con la capacidad de reconocer los sentimientos y pensamientos propios, teniendo la
sensibilidad y la empatía para identificar los ajenos y de esa manera dirigirlos y expresarlos sanamente.
El manejo de emociones es la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno
mismo y en los demás. La inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. Jorge Raúl
Olguín
La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente
nuestras emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones para manejar los sentimientos de tal manera que
puedan ser expresados adecuadamente y con afectividad, permitiendo la sana convivencia y el conocimiento de uno
mismo. Daniel Goleman
Tanto la inteligencia emocional como el gobierno de emociones recaen en la habilidad para comprender y dirigir a los
hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas. Edward Thorndike
Interésate auténticamente por los problemas o asuntos que el paciente te quiera comunicar.
Procura ser un buen oyente, escuchando respetuosamente a tu paciente sin interrumpirle. Nunca.
Habla siempre de lo que tú sabes que le interesa al paciente (lo sabes porque lo has descubierto previamente con tus preguntas).
Muéstrate sincero, presta atención a tu tono de voz y a tu comunicación no verbal, y deja que la otra persona se afirme a sí
misma, sintiéndose importante.
Psicología positiva
Es el estudio de las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas. Se
centra en el estudio de esas cualidades positivas y en cómo desarrollarlas, porque no solo ayudan a vivir una vida más
satisfactoria, sino también a prevenir patologías que se producen cuando la vida está vacía o parece no tener sentido.
Así pues, la psicología positiva se dedica al estudio científico de aquello que hace que las personas o comunidades
prosperen saludablemente y lleven lo que podemos llamar una buena vida.
El uso de la psicología positiva en la realidad odontológica se concreta además en la capacidad del dentista en reconocer
las fortalezas personales del paciente en el transcurso de su enfermedad (Auto-control, auto-regulación, perseverancia y
diligencia) además de ensalzar cuando proceda la buena salud dental o los buenos hábitos de higiene y preventivos. En
esta misma línea, el dentista debería de reconocer la consecución de los pequeños hitos en el transcurso del tratamiento
bucal.
Primeramente, analizar nuestra propia felicidad, saber si somos felices como somos y con los que hacemos. Si no somos
felices es importante primero quitar esas barreras que nos afecta, como el rencor hacia alguien, dejar de ser negativos y
ver todo de los dos puntos de vista, bueno o malo; partiendo de esto, si podemos hacer felices a los demás cuando ya
tengamos nuestra propia felicidad, como lo hacemos: Saludar es un primer paso, dar un saludo sincero a quienes
tenemos en nuestro alrededor. Abrazar, dar abrazos es gratificante, ya que nos ayudan a sentirnos mejor. Ayudar, con
pequeñas cosas basta para ser felices y dar felicidad. Agradecer, a quienes te han ayudado o palabras que te han dado.
Escuchar, sin dar prejuicios a lo que te están contando, entendiendo a la persona dándole un apoyo. Estar en contacto,
saber cómo se encuentra la otra persona ayuda a dar un aumento de felicidad, con una simple llamada. Regalar, así sean
cosas mínimas es persona te agradecerá y será feliz con saber que te acuerdas de ella. Compartir, con personas que
necesitan más que nosotros harán feliz a esas personas.
Al momento de atender a un paciente es importante mantener una relación de confianza con él para así dar una buena
atención, llevando a cabo todas las emociones nombradas a continuación.
El odontólogo debe ser capaz de transmitir confianza y tranquilidad, para que ellos se sientan seguros en nuestras
manos, ser capaces de reconocer las emociones del paciente y entenderlo, darle un buen trato, escucharlos para
demostrar interés en ellos, mantener una buena comunicación es clave, y también debemos:
Para los pacientes, debemos saber que se encuentran relacionados con las emociones negativas que son miedo,
ansiedad, entre otras, ya que esto se produce cuando no se mantiene una relación buena entre el odontólogo y el
paciente, no hay comunicación ni confianza.