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FACULTAD DE EDUCACIÓN

ESCUELA DE EDUCACIÓN FÍSICA

ENSAYO

ACTIVIDAD FÍSICA
Y SALUD
“Mens sana in corpore sano, Mente sana en cuerpo sano” Juvenal.

NOMBRE: Diego Cid


RAMO: Fundamentos de la Ed. Física
PROFESOR: Héctor Poblete
FECHA: 18 de Junio 2013
INTRODUCCIÓN

La actividad física es todo tipo de movimiento corporal que realiza el ser humano
durante un determinado periodo de tiempo, ya sea en su trabajo o actividad laboral
y en sus momentos de ocio, que aumenta el consumo de energía
considerablemente y el metabolismo basal, Considere la actividad física como una
solución para combatir el cansancio, el aburrimiento y el estar fuera de forma.

Cada uno de nosotros es la misma persona a lo largo de su vida pero nuestro


aspecto está cambiando constantemente. Con los años uno va aprendiendo a ver
muchos de estos cambios cuando se mira en un espejo, sobre todo si tiene cerca
unas fotografías de años anteriores. Experimentamos diferentes etapas, algunas
llenas de mayores capacidades, como la pubertad y la adolescencia, y otras llenas
de experiencia, pero también con pérdidas de capacidades como es la senectud.

El aumento de la esperanza de vida en la sociedad actual ha dado lugar a un


aumento de la población en la franja de edad que hemos venido llamando “tercera
edad”. En este sentido la actividad física es un factor que contribuye a la mejora
de la salud y a una mejor calidad de vida en estas edades.

La práctica de actividad física regular es una de las prioridades en salud pública


como forma de prevención de enfermedades crónico-degenerativas.
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD

Se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que


respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el
mundo). Además, se estima que la inactividad física es la causa principal de
aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de
los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía
isquémica.

Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos: reduce el riesgo de


hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer
de mama y de colon, depresión y caídas; mejora la salud ósea y funcional, y es un
determinante clave del gasto energético, y es por tanto fundamental para el
equilibrio calórico y el control del peso.
Los niveles de actividad física recomendados por sus efectos beneficiosos en la
salud y como prevención de enfermedades no transmisibles se pueden consultar
aquí.
La actividad física no debe confundirse con el ejercicio. Este es una variedad de
actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo
relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la
aptitud física. La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades
que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de
juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las tareas domésticas y de
actividades recreativas.
Aumentar el nivel de actividad física es una necesidad social, no solo individual.
Por lo tanto, exige una perspectiva poblacional, multisectorial, multidisciplinaria, y
culturalmente idónea.

Lalonde, M. (1996), concluyó que la salud de una comunidad viene


determinada por la intersección de cuatro variables: la biología humana, el
medio ambiente, la asistencia sanitaria y el estilo de vida. De estos cuatro
determinantes, el que más afecta a la salud de las personas, es el estilo de
vida.
La OMS ha propuesto una serie de recomendaciones acerca de que tiene que
hacer de actividad física de acuerdo a distintas edades, para mejorar la salud de la
población.

Las recomendaciones que figuran en ese documento distinguen tres grupos de


edad: 5-17 años, 18-64 años y más de 65 años. A continuación se indican las
recomendaciones para cada grupo de edad. Para más información, haga clic
abajo y descargue el documento completo, o pulse un grupo de edad concreto
para consultar las recomendaciones específicas.

Jóvenes (5 a 17 años)

Para los niños y jóvenes de este grupo de edades, la actividad física consiste en
juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o
ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades
comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares
y la salud ósea y de reducir el riesgo de ENT.

Adultos (18 a 64 años)

Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en en


actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o
en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas,
juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades
diarias, familiares y comunitarias.
Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud
ósea y de reducir el riesgo de ENT y depresión.

Adultos mayores (de 65 años en adelante)

Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en


actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos
caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía
desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios
programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.
Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud
ósea y funcional, y de reducir el riesgo de ENT, depresión y deterioro cognitivo.

La actividad física es muy relevante para la mejora de la salud hoy en día y se le


tiene que dar mucho más auge, ya sea en iniciativas de gobierno, privados, a nivel
educativo, etc. Y así combatir todas las enfermedades que esta conlleva si no
hacemos ejercicio físico.
CONCLUSIÓN

La actividad física diaria debe aceptarse como piedra angular de un estilo


de vida sano; por tanto la actividad física debe integrarse en los hábitos
cotidianos. Un primer paso lógico consistiría en usar escaleras en lugar de
ascensores y recorrer trayectos cortos en bicicleta.

Hay que ofrecer a los niños y adolescentes las instalaciones necesarias y la


oportunidad de participar en programas diarios de ejercicio agradable para
que la actividad física se convierta en hábito que dure toda la vida.

Es preciso animar a los adultos a aumentar su actividad física habitual poco


a poco, con el fin de que puedan hacer a diario por lo menos 30 minutos de
ejercicio físico de intensidad moderada, por ejemplo caminar rápido y subir
escaleras. Otras clases de ejercicios más fatigoso, como trote lento, el
ciclismo, los juegos de campo y cancha (fútbol, tenis, etc.) y la natación,
pueden reportar beneficios adicionales.

Conviene ofrecer una variedad de oportunidades y más estímulo a las


mujeres para que dediquen tiempo a ejercicios saludables.

Las personas con discapacidades o enfermedades crónicas deben recibir


orientación con respecto al ejercicio y contar con instalaciones apropiadas a
su capacidad.

Es preciso divulgar ampliamente los beneficios que reporta comenzar una


actividad física a cualquier edad.

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