Los pulmones son como unos grandes depósitos de aire, constituidos por
millones de "saquitos microscópicos", que periódicamente se llenan y se vacían.
Cuando se llenan de aire puro rico en oxígeno, éste pasa a la sangre, cuya
hemoglobina lo fija, al propio tiempo la hemoglobina desprende el anhídrido
carbónico, que pasa al saquito, y este aire viciado es expulsado al exterior.
Los alvéolos, en
número aproximado
de 300 millones, y que
constituyen el destino
final del aire inspirado
en los pulmones, son
unos sacos diminutos
de paredes finísimas,
que se llenan de aire
durante la inspiración
y se colapsan
quedándose vacíos durante la espiración. Tan tenue resulta el espesor de las
células alveolares que el oxígeno y el anhídrido carbónico pasan a través de ellas
con toda facilidad. Cada alvéolo se halla envuelto por una tupida malla de vasos
capilares. Tales vasos poseen una finísima pared de células endoteliales, también
fácilmente permeable por los gases, que se hallan en íntimo contacto con las
paredes del alvéolo, esto facilita el intercambio de gases entre la sangre, que
circula por los capilares, y el aire del exterior que ha penetrado en el alvéolo.
Los pulmones son unos órganos distensibles y elásticos que se hallan
encerrados herméticamente en el interior de la caja torácica, la cual, gracias a la
acción de diversos músculos, es capaz de dilatarse y retraerse. Del mismo modo a
como actúa un fuelle, al dilatarse la caja torácica disminuye la presión del interior,
y el aire, empujado por la presión atmosférica reinante en el exterior, penetra
hasta que la presión se iguala. La posterior reducción del volumen del fuelle hace
aumentar la presión interior, lo cual origina la expulsión del aire.
El sistema respiratorio está conectado con los nervios sensoriales del cuerpo,
de tal manera que cualquier alteración influye directamente en nuestra respiración.
Una emoción desagradable o una sensación dolorosa puede acelerar nuestra
respiración y hacerla más superficial e incluso pararla momentáneamente; por el
contrario una emoción placentera alargará y hará más profunda nuestra
respiración. Observando la respiración podemos darnos cuenta de cómo las
distintas emociones la modifican.
El centro de respiración hace su trabajo basándose en el equilibrio
ácido/alcalino de la sangre. Desde el punto de vista de la salud, la sangre debe de
ser ligeramente alcalina. A veces la sangre está demasiado ácida debido al
esfuerzo físico, al estrés o a ciertas emociones. Para contrarrestar esta acidez, el
centro de respiración incrementa automáticamente el ritmo respiratorio, lo que
permite aumentar el oxigeno necesario y expeler el exceso de anhídrido
carbónico. La acidez respiratoria siempre coincide con un exceso de anhídrido
carbónico en sangre.
Por otra parte una respiración profunda y prolongada, relajará nuestro sistema
nervioso, por la estimulación del sistema nervioso parasimpático, que influirá en
nuestras emociones, haciendo que sintamos menos irritabilidad.
1. RESPIRACIÓN ABDOMINAL
En los dos ejercicios 1.1 y 1.2, estamos haciendo un semicírculo con los
brazos, en el relajante las manos bajan por delante del cuerpo al espirar, y en el
tonificante suben por delante del cuerpo al inspirar. En el 1.3, las manos se
mueven sólo por delante del cuerpo.
Para realizar este cerrojo, cuando los pulmones estén llenos, el diafragma
extendido, y aplicado el primer cerrojo, contraemos hacia dentro la pared
abdominal, concretamente la parte de debajo del ombligo. Esto empujará los
órganos abdominales hacia dentro y hacia arriba.
Con todos estos cierres el cuerpo pude tender a contraerse y a subir los
hombros. Todo esto tenemos que ir haciéndolo, al principio, poco a poco, sin
miedo y sin mucha solemnidad, de forma divertida, dejándonos llevar por las
sensaciones del cuerpo, y casi como un juego. Si lo hacemos así no nos
tensaremos y obtendremos mejores resultados.
Antes de hacer este ejercicio tienes que haber practicado, por lo menos, el
primer ejercicio y hacerlo sin esfuerzo.
Antes de hacer este ejercicio tienes que haber practicado los tres anteriores.
Antes de hacer este ejercicio tienes que realizar sin esfuerzo los anteriores.