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Ricardo

Todo sumo sacerdote es escogido de entre los


hombres. Este sacerdote está encargado de ayudar al
pueblo en su servicio a Dios, haciendo ofrendas y
sacrificios por los pecados. 2 Él es un hombre débil
como los demás, por eso es comprensivo con los que
pecan por ignorancia. 3 El sumo sacerdote ofrece
sacrificios por los pecados de la gente, pero como él
también tiene debilidades, tiene que ofrecer
sacrificios por sus propios pecados. 4 Es un honor ser
un sumo sacerdote, pero nadie elige por sí mismo
este trabajo, sino que tiene que ser llamado por Dios,
tal como fue llamado Aarón. 5 Lo mismo sucede con
Cristo: no fue él, sino Dios, quien le dio el honor de
ser sumo sacerdote.
Dios le dijo:

«Tú eres mi Hijo; hoy me he convertido en tu Padre»


Hebreos 5: 1 – 5 (PDT)

Víctor
Dios le ordenó a Moisés: «Dile a cada uno de los jefes de
tribu que te traiga una vara, con su nombre escrito en ella.
En total, serán doce varas. En la vara de Leví escribirán el
nombre de Aarón. 4 Lleva las varas al santuario, y ponlas
delante del cofre del pacto. »Yo voy a hacer que florezca
una de las varas, y el dueño de la vara que florezca será mi
elegido para guiar al pueblo. Entonces Moisés les dijo a los
israelitas que cada jefe de tribu debía llevarle una vara con
su nombre escrito en ella. Las varas serían doce en total,
entre las que estaría la de Aarón. Cuando le llevaron las
varas, Moisés las puso delante del cofre del pacto. 8 Y al
día siguiente, cuando Moisés entró en el santuario, vio que
la vara de Aarón había retoñado y hasta tenía flores y
almendras maduras. 9 Entonces Moisés sacó del santuario
todas las varas y se las mostró a los israelitas. Luego que
los jefes las examinaron, cada uno de ellos se llevó su
propia vara.
Dios le dijo a Moisés: «Toma la vara de Aarón y ponla ante
el cofre del pacto. Allí se quedará guardada, y les servirá
de advertencia a los rebeldes para que dejen de protestar.
Si me obedecen, no morirán».
Números 17: 1 – 10 (PDT)

Dayana
Ustedes mismos, hermanos, saben que nuestra visita a
ustedes no fue en vano. 2 Más bien, aunque, como ya
saben, antes habíamos sido insultados y maltratados en
Filipos, Dios nos ayudó a anunciarles a ustedes su
evangelio, con todo valor y en medio de una fuerte lucha.
3 Porque no estábamos equivocados en lo que
predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas
intenciones ni con el propósito de engañar a nadie. 4 Al
contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y
así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente,
sino a Dios, que examina nuestros corazones. 5 Como
ustedes saben, nunca los hemos halagado con palabras
bonitas, ni hemos usado pretextos para ganar dinero. Dios
es testigo de esto. 6 Nunca hemos buscado honores de
nadie: ni de ustedes ni de otros. 7 Aunque muy bien
hubiéramos podido hacerles sentir el peso de nuestra
autoridad como apóstoles de Cristo, nos hicimos como
niños entre ustedes. Como una madre que cría y cuida a
sus propios hijos, 8 así también les tenemos a ustedes
tanto cariño que hubiéramos deseado darles, no sólo el
evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas.
¡Tanto hemos llegado a quererlos!
1Tesalonicenses 2: 1 – 8 (DHH)

Sagira
5 Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo
estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te
abandonaré.
6 »Sé fuerte y valiente, porque tú serás quien guíe a este
pueblo para que tome posesión de toda la tierra que juré a
sus antepasados que les daría. 7 Sé fuerte y muy valiente.
Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que
Moisés te dio. No te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la
izquierda. Entonces te irá bien en todo lo que hagas. 8
Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita
en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo
lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y
te irá bien en todo lo que hagas. 9 Mi mandato es: “¡Sé
fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes,
porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que
vayas”».
Josué 1: 5 – 9 (NTV)

Sandra
5 Entonces yo exclamé: ¡Pobre de mí! Ya me doy por
muerto porque mis labios son impuros, vivo en medio de
un pueblo de labios impuros y, sin embargo, he visto al
Rey, al SEÑOR Todopoderoso». 6 Entonces uno de los
serafines voló hacia mí. Él tenía en su mano un carbón
ardiente que había agarrado con unas tenazas de las
brasas del altar. 7 Tocó mis labios con él y dijo:
«Mira, esto ha tocado tus labios; se limpia tu culpa, se
perdona tu pecado».
8 Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré?
¿Quién irá por nosotros?
Entonces yo dije:
Aquí me tienes, envíame a mí.
Isaías 6: 5 – 8 (PDT)

Andrea
No hay que avergonzarse:
6 Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa
capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis
manos sobre tu cabeza. 7 Porque el Espíritu de Dios no
nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a
los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una
buena vida cristiana.
8 Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro
Señor Jesús. Tampoco te avergüences de mí, que estoy
preso por servir a Jesucristo. Al contrario, tienes que estar
dispuesto a sufrir por anunciar la buena noticia. ¡Ya Dios
te dará las fuerzas necesarias para soportar el sufrimiento!
9 Dios nos salvó y nos eligió para que seamos parte de su
pueblo santo. No hicimos nada para merecerlo, sino que
Dios, por su gran amor, así lo planeó. Dios ya nos amaba
desde antes de crear el mundo, pues desde entonces
pertenecíamos a Cristo Jesús.
2 Timoteo 1: 6 – 9 (TLA)

Margelis
Samuel respondió:
No tengan miedo. Es verdad que hicieron todo ese mal,
pero no dejen de seguir al SEÑOR. Sirvan al SEÑOR de
todo corazón. 21 ¡Los ídolos son sólo estatuas que no los
pueden ayudar en nada! No los adoren, ellos no los
pueden ayudar ni salvar. ¡No son nada! 22 Sin embargo, el
SEÑOR no abandonará a su pueblo. Al SEÑOR le agradó
hacerlos su pueblo. Así que, por amor a su nombre, no los
abandonará. 23 Y en cuanto a mí, nunca dejaré de orar por
ustedes, porque si dejara de hacerlo, entonces pecaría
contra el SEÑOR. Seguiré enseñándoles el camino recto
para vivir de la manera que él manda. 24 Pero respeten al
SEÑOR y sírvanle de todo corazón. ¡Recuerden todo lo
maravilloso que hizo por ustedes!
1 Samuel 12: 20 – 24 (PDT)

Orlando
Yo, Pablo, preso por la causa del Señor, les ruego
que vivan de acuerdo con el llamamiento que
recibieron de Dios. 2 Sean siempre humildes,
amables, tengan paciencia, sopórtense con amor
unos a otros.
Así no nos portaremos como niños, ni seremos como
un barco a la deriva arrastrados por cualquier nueva
enseñanza de quienes buscan engañarnos con sus
trampas. 15 Por el contrario, maduraremos y
seremos como Cristo en todo sentido, enseñando la
verdad con amor. Cristo es la cabeza, y 16 el cuerpo
entero depende de él. Por medio de él, todas las
partes del cuerpo están ligadas y se mantienen
unidas. Cada parte cumple su función y así todo el
cuerpo crece y se fortalece por el amor.
Efesios 4: 1 -2, 14 – 16 (PDT)

Ramón
11 Pero tú, hombre de Dios, huye de todo esto. Lleva
una vida de rectitud, de piedad, de fe, de amor, de
fortaleza en el sufrimiento y de humildad de
corazón. 12 Pelea la buena batalla de la fe; no dejes
escapar la vida eterna, pues para eso te llamó Dios y
por eso hiciste una buena declaración de tu fe
delante de muchos testigos. 13 Ahora, delante de
Dios, que da vida a todo lo que existe, y delante de
Jesucristo, que también hizo una buena declaración
y dio testimonio ante Poncio Pilato, te mando 14 que
obedezcas lo que te ordeno, manteniendo una
conducta pura e irreprensible hasta la venida
gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.
1Timoteo 6: 11 – 14 (DHH)

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