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EL CANCER EN

COCHABAMBA
El cáncer de cérvix, mama, próstata y estómago son los
más frecuentes entre la población boliviana.
“Es importante la prevención, hasta el momento son
cuatro los tipos de cáncer más recurrentes en la
población femenina y masculina”, informó la
responsable del programa de Lucha Contra el Cáncer
del Ministerio de Salud, Silvia Paz, al momento de
inaugurar la feria de salud “Juntos todo es Posible”.
Del total de pacientes diagnosticados con algún tipo de
cáncer en el país, el 24% padece de cérvix, 17% de
mama; en el caso de los hombres, el 17% sufre de
próstata y el 8% de estómago.
En menor número, también se presentan casos de
cáncer en vesícula, ovario, pulmón y finalmente,
linfomas.
De acuerdo con datos del Registro Nacional de Cáncer,
cada año en Bolivia se diagnostican a 7.276 mujeres y
3.918 hombres con esta patología.
“Según estimaciones de la Organización Mundial de la
Salud, cada día entre 4 a 5 mujeres bolivianas mueren
por Cáncer de Cuello Uterino”, indicó Paz.
Día Mundial contra
el Cáncer
La Organización Mundial de la Salud, el Centro
Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer
(CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer
(UICC) celebran el [[4 de marzo ]] de cada año
como el Día Mundial contra el Cáncer,1 con el
objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a
la sociedad para avanzar en la prevención contra
el cáncer y control de esta enfermedad.2
Día Mundial del Cáncer - Crea un futuro sin
cáncer cervicouterino
El momento de actuar es ahora
La comunidad mundial celebra el Día Mundial
contra el Cáncer este 4 d febrero con un
llamamiento a actuar ahora para crear un futuro sin
cáncer. Este año, la OPS enfoca la campaña en el
cáncer cervicouterino, que puede prevenirse
mediante vacunación contra el VPH, tamizaje y
tratamiento de las lesiones precancerosas; y puede
ser curado si es detectado temprano y tratado
adecuadamente.
El cáncer cervicouterino es el tercero más común
entre las mujeres de América Latina y el Caribe.
Cada año, más de 72,000 mujeres son
diagnosticadas y más de 34,000 fallecen por cáncer
cervicouterino en la Región de las Américas.
La vacunación contra el virus del papiloma humano
(VPH) puede reducir significativamente el riesgo de
cáncer cervicouterino. La OPS recomienda vacunar
a las niñas de 9 a 14 años, cuando la vacuna es
más efectiva. Las vacunas de VPH están
disponibles en 35 países y territorios de las
Américas, pero las tasas de cobertura con las dos
dosis aún no alcanzan el 80% de las niñas. Junto
con la vacunación, el tamizaje, el diagnóstico
temprano y el tratamiento de las lesiones
precancerosas pueden prevenir nuevos casos y
muertes.
La Organización Mundial de la Salud ha priorizado
la eliminación del cáncer cervicouterino como
problema de salud pública. En las Américas, los
ministros de salud aprobaron un plan de acción
regional dirigido a reducir en un 30% los nuevos
casos y muertes por cáncer cervicouterino para
2030.
Con el fin de sensibilizar al público, la OPS lanzó la
campaña "Es hora de poner fin al cáncer
cervicouterino". Esta campaña es especialmente
relevante para mujeres, padres y madres, y
profesores, ya que proporciona información sobre el
cáncer cervicouterino y lo que pueden hacer para
prevenirlo.
Aunque el presidente Morales se ha enterado hace

poco del drama que viven los enfermos de cáncer en

Bolivia por la falta infraestructura, especialistas,

medicamentos, etc., ha habido mucha gente, desde

hace años, llamando la atención sobre las

precariedades del país en torno a esta enfermedad

A tal punto que se han formado asociaciones de


pacientes y de familiares que han llevado adelante
numerosas movilizaciones; se han crucificado, han
bloqueado, han clamado por acceder a tratamientos y
paliativos que mejoren su condición.
Junto con ellos, algunos especialistas con
sensibilidad humana fueron alertando a los medios de
esta situación y también de diversas irregularidades
que se presentan en los hospitales que tratan esta
enfermedad: desde ausencia de especialistas
adecuados (en cantidad y calidad) hasta tráfico de
pacientes. Un cuadro de absoluta desesperanza.
Sin embargo, no fue hasta que, en marzo pasado,
algunas de estas irregularidades rebasaron la
paciencia de las víctimas, que las denuncias tomaron
forma y Página Siete pudo finalmente recogerlas y
hacerlas públicas, derivando estas revelaciones en la
intervención de la Unidad de Radioterapia del
Hospital de Clínicas, el desarme de una red de
extorsión, engaños y tráfico de pacientes y la
aprehensión de seis personas entre médicos y
administrativos.
Así empieza una investigación que tiene un punto
culminante -que no final- el pasado jueves con la
publicación de un dossier de 16 páginas que retrata
el estado de los enfermos de cáncer en los nueve
departamentos del país.
La investigación, realizada con compromiso por
periodistas de Página Siete, desvela que el drama es
peor del que pensábamos. En La Paz, donde se inicia
este reguero de malas noticias, al menos se cuenta
con alternativas de tratamiento: en la mayor parte del
país -cinco de nueve departamentos- no existen
centros oncológicos; en algunos no hay ni un solo
especialista; en la mayoría no se puede diagnosticar
la enfermedad y tampoco acceder a ningún
tratamiento paliativo. Migrar o morir, es la realidad de
quienes padecen esta dolencia.
Mientras en el mundo se avanza en la prevención y
tratamiento de este mal -incluso se ha dado
recientemente un premio Nobel en medicina a una
alternativa para curar algunos tipos de cáncer-, en
Bolivia sigue siendo sinónimo de desgracia y muerte.
Las familias deben deshacerse de todos sus bienes
para migrar en búsqueda de tratamientos; o se
desestructuran ante el drama; o, como la madre del
niño que murió hace escasos días, el Chumita,
delinquir para poder acceder a los costosos,
inaccesibles, medicamentos que se requieren.
Algo está mal en un país donde sus autoridades no
sintonizan con sus más sentidas necesidades.
Mientras nuestro mandatario -que ha reaccionado
ofreciendo costear por un año el tratamiento a los
12 pacientes del principal hospital de La Paz que
requieren radioterapia- está tomando conocimiento
de este drama, las cifras hablan de 93.282 casos
de cáncer en Bolivia, 65,4% mujeres, de acuerdo
con el CEDLA. El promedio anual es de 18.656
casos; es decir, que 14 personas se reportan cada
día con esta enfermedad.
Si esto pasa con el cáncer, ¿qué sucede con tantas
otras enfermedades que requieren tratamientos
especializados
Lo que ha revelado este trabajo periodístico no es
más que la punta de un ovillo que nos ha ido
mostrando con crudeza la profunda crisis de salud
de nuestro país y la orfandad de los ciudadanos
bolivianos ante cualquier enfermedad: no hay
recursos ni materiales ni humanos cuando
enfermamos, esta es la triste conclusión.
Y esto es lo que se reclama a los gobernantes. No
es aceptable que se den por enterados cuando las
cosas llegan a este estado, ni que en el periodo de
mayor bonanza de nuestra historia no hayamos
podido salir de la miseria que caracteriza a nuestros
servicios de salud. Ofrecer tratamiento gratuito a un
puñado de pacientes o decir que se están
construyendo hospitales no resuelve un problema
para el que necesitaremos años y muchos recursos
económicos y humanos.
Bolivia ocupa el último lugar en la lucha contra
el cáncer, entre 12 países de la región, según
estudio del The Economist Intelligence Unit,
publicado en 2017, que hizo una medición de las
políticas de prevención y control del mal en América
Latina. Este y otros estudios muestran que si bien
nuestro país tiene una baja incidencia en algunos
tipos de cáncer, como el de mama, los pacientes no
siempre tienen acceso oportuno al tratamiento.
El estudio del The Economist Intelligence
Unit evaluó seis aspectos referidos a las políticas
de salud: planes estratégicos, supervisión del
desempeño (si hay un registro del cáncer de alta
calidad), disponibilidad de medicamentos,
disponibilidad de radioterapia, prevención y
detección temprana y finanzas (apoyo financiero
para ayudar a las personas con cáncer a acceder a
la atención).
Bolivia obtuvo una calificación de 7 sobre 30
puntos, ubicándose en el último lugar de la
tabla, mientras que Uruguay tiene el mejor abordaje
al ubicarse en el primer lugar, con 23 puntos,
seguido por Costa Rica, con 22.
Juana C., de 49 años, que asiste al Instituto
Oncológico, siente esta desventaja. Su cáncer de
mama no fue diagnosticado sino cuando ya estaba
en su fase 2, pues ya se había propagado a los
ganglios. No conocía de los estudios mamarios
hasta que de un día para otro su mama derecha se
hinchó. En dos años de tratamiento le han hecho
dos quimioterapias y una cirugía, y continúa
batallando contra el mal. Aunque le hicieron rebajas
en el precio del tratamiento porque fue
categorizada, ya ha gastado unos Bs 15.000, que
son costeados por sus hijos.
Una mirada al mal
Los avances en la medicina contra el cáncer de
mama fueron abordados durante el foro Roche
Press Day, realizado este mes en Cali (Colombia),
cita en la que estuvo EL DEBER y que sirvió
para hacer una radiografía de la situación actual del
cáncer en el continente. Se habló de la prevención,
de la detección temprana, tratamientos y desafíos
para un mejor control.
Durante el foro se conoció que el cáncer de mama
es el más frecuente entre las mujeres
latinoamericanas y su incidencia está aumentando
en la región. En 2012 se diagnosticaron
aproximadamente 152.000 nuevos casos y, si esta
tendencia continúa, se espera que más de 240.000
mujeres sean diagnosticadas para 2030, lo que
representa un aumento del 57%, según datos
publicados por Roche.
Bolivia tiene una baja incidencia, de 19,2 por cada
100.000 mujeres, muy distinto a lo que ocurre en
Uruguay y en Argentina, con las tasas más alta de
la región, de 90,7 y 74 por cada 100.000 mujeres,
respectivamente. No obstante, contrariamente
nuestro país presenta una de las tasas de
mortalidad más altas de la región, con 7,2 por
100.000 féminas, es decir, que el cáncer de mama
acaba con un tercio de las vidas de las féminas que
lo padecen, mientras que en Uruguay y Argentina la
mortalidad es de 24,3 y 12,3 por 100.000 mujeres,
respectivamente.

Pacientes con cáncer de


la Llajta serán atendidos
en el Oncológico
El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, y el
alcalde de Cochabamba, José María
Leyes, firmaron este jueves un convenio que
permitirá a los pacientes con cáncer de la Llajta
recibir tratamiento médico en Santa Cruz con el
acelerador lineal del hospital Oncológico.
En mayo, Costas firmó un convenio similar con el
alcalde de La Paz, Luis Revilla. Se
espera beneficiar a 4.000 pacientes.
En su intervención, el gobernador
cruceño recordó a Nathaly, una joven de 17 años
que murió de cáncer (por quien lleva su nombre el
bunker donde está instalado el equipo médico).
Refiriéndose a los pacientes con cáncer que se
hallaban en el lugar, Costas dijo: “Hoy veo en el
rostro de cada uno de ustedes, lo que vi en los ojos
negros de Natalhy, esa valentía, fe, esperanza y
alegría. Luego de ver la situación por la que pasaba
ella y su familia, decidí invertir el 30% de nuestro
presupuesto en salud, es por ello que el búnker
donde se encuentra el acelerador lineal lleva su
nombre”.
Al mismo tiempo, resaltó que el hospital Oncológico
de Santa Cruz se ha convertido en un centro
de referencia nacional, al igual que el hospital San
Juan de Dios, que cuenta con modernas salas de
terapia intensiva, con un hagiógrafo digital 3D,
único en el sistema público.
El alcalde de Cochabamba agradeció al
gobernador Costas por el apoyo y expresó:
“Quienes tuvimos la desgracia de perder un familiar
con cáncer, sabemos que esta etapa es dura, por
ello agradezco la predisposición de nuestro amigo
Rubén por la visión de dar mejor calidad de vida y
apoyar en esta batalla contra esta dura
enfermedad”.
Microbios y cáncer: más que
una hipótesis, menos que
una solución

El cáncer, uno de los mayores problemas de la


medicina moderna, es también uno de los más
profundos enigmas biológicos. Y no hay un solo tipo
de cáncer, sino que los diferentes cánceres tienen
orígenes, desarrollos y consecuencias
anatomopatológicas muy diversos. La
palabra cáncer proviene del hecho de que en la
antigüedad se veía una alteración en alguna parte
del cuerpo que tenía unas prolongaciones dentro
del tejido circundante que recordaban al cuerpo y
las patas de un cangrejo, cancer en latín.
Un cáncer se podría describir como una alteración
de la capacidad que tienen las células de ajustar su
velocidad de crecimiento a la de un determinado
órgano o al plan arquitectónico general del
organismo. Cuestiones como cuál pueda ser el
origen y causa del cáncer, si es debido a razones
externas o internas, si hay cánceres hereditarios, si
algunas personas son más propensas que otras a
padecerlo, plantean uno de los mayores problemas
que tenemos que resolver para luchar contra la
enfermedad.
«Se estima que el 21 % de la incidencia global
del cáncer está relacionada con procesos
infecciosos»
La implicación de organismos, como parásitos,
bacterias y virus, en los procesos oncogénicos se
conoce desde hace tiempo. Se estima que el 21 %
de la incidencia global del cáncer está relacionada
con procesos infecciosos. De ellos, más del 60 %
son virus, seguidos por la bacteria Helicobacter
pylori, causante de la úlcera gastroduodenal, con
aproximadamente un 35 %, y cerca del 1 % por
parásitos.
Se han identificado diferentes agentes infecciosos
que causan cáncer. Entre los virus están: dos
miembros de la familia del herpes, el virus de
Epstein-Barr (carcinoma nasofaríngeo y diferentes
tipos de linfomas) y el herpesvirus humano tipo 8
(sarcoma de Kaposi); los virus del papiloma
humano (cérvix de útero); los virus de la hepatitis B
y C; el poliomavirus (poliomavirus de las células de
Merkel); y los retrovirus (virus con ARN que pueden
copiarse a ADN).
Además de los virus, otros patógenos pueden
originar determinados tipos de cáncer, como la
bacteria H. pylori, causante de algunos cánceres
gástricos, y algunos parásitos, como el
gusano Schistosoma haematobium, principal
causa de cáncer de vejiga en Egipto. También los
parásitos Opisthorchis viverrini y Clonorchis
sinensis son factores importantes del
colangiocarcinoma y el carcinoma hepatocelular en
el sudeste de Tailandia y sur de China.
Varios premios Nobel de Fisiología o Medicina han
sido otorgados por demostrar la relación que existe
entre un agente infeccioso y un determinado
cáncer. En 1926 Johannes Fibiger fue premiado por
la hipótesis inflamatoria del cáncer determinada por
el gusano Spiroptera carcinoma. En 1966 Peyton
Rous fue premiado por demostrar que algunos
sarcomas (cáncer del tejido conjuntivo) en el pollo
estaban producidos por un virus (este
descubrimiento, totalmente incomprendido y
rechazado al principio, lo había hecho 55 años
antes, ¡en 1911!). En 1975 David Baltimore y
Renato Dulbecco fueron premiados por demostrar
la interacción de los retrovirus con el material
genético celular. En 1989 J. Michael Bishop y
Harold E. Varmus fueron premiados por el
descubrimiento de los oncogenes retrovirales. En
2005 Barry J. Marshall y J. Robin Warren fueron
premiados por el descubrimiento de la bacteria H.
pylori y su papel en la úlcera gastroduodenal. En
2008 Harald zur Hausen fue premiado por el
descubrimiento del papel que tiene el virus del
papiloma humano en el cáncer de cérvix.
Y aunque no recibieran el premio Nobel, existen
otras personas muy significativas a la hora de ver la
relación entre virus y cáncer. Entre otras, uno de los
primeros científicos que dio apoyo a la teoría vírica
del cáncer: Francesc Duran Reynals (Barcelona,
1899 – New Haven, 1958). En 1953, Duran Reynals
publicó en un libro sobre la fisiopatología del cáncer
el capítulo titulado «Tumores inducidos por virus y
la teoría vírica del cáncer». Y la persona que
demostró más claramente la relación que existe
entre los virus del papiloma y el cáncer de cérvix, y
por tanto la auténtica merecedora del Nobel de
2008, ha sido la investigadora colombiana Nubia
Muñoz, quien ha desarrollado toda su carrera
científica en la Agencia Internacional de
Investigación sobre el Cáncer de Lyon.
«Demostrar que un microorganismo es capaz de
inducir o provocar cáncer es difícil, ya que un
agente infeccioso puede desencadenar los
primeros pasos de la oncogénesis pero estar
ausente en el tumor final»
Demostrar que un microorganismo es capaz de
inducir o provocar cáncer es difícil, ya que un
agente infeccioso puede desencadenar los
primeros pasos de la oncogénesis pero estar
ausente en el tumor final. Desde que Robert Koch
(1843-1910) estableció en 1884 sus postulados,
que sirven para poder asegurar que un determinado
microorganismo es el responsable de una
determinada enfermedad, solo en el caso de H.
pylori se ha podido demostrar la relación entre la
infección por la bacteria y la aparición de gastritis,
que puede derivar en cáncer de estómago. Los
médicos australianos Marshall y Warren habían
observado frecuentemente en tejidos ulcerados y
malignos unas pequeñas bacterias helicoidales.
Pensaron que la bacteria y no el estrés era la causa
de la úlcera, como todos los médicos creían hasta
aquel momento. Para probar esta hipótesis,
Marshall ingirió un cultivo de H. pylori de un
paciente enfermo con úlcera y desarrolló los
síntomas típicos de una gastritis, preludio de una
úlcera. Con tratamiento con antibióticos se curó.
Cien años después de Koch, y siguiendo la misma
base conceptual, se llegó a la identificación del
agente etiológico de una enfermedad que podía
acabar en un cáncer.
Trabajos recientes han observado la relación que
puede existir entre el cáncer de colon y la
microbiota intestinal. Se ha encontrado que las
heces de personas con diversos cánceres de colon
tienden a tener una composición alterada de
bacterias (disbiosis). Si los cambios en la
microbiota en pacientes con cáncer de colon son
precursores de la enfermedad o son una
consecuencia del desarrollo de un tumor continúa
siendo una incógnita. ¿Qué va primero, el cambio
en la microbiota o el desarrollo del cáncer? Para
investigar esta cuestión, se han hecho estudios con
ratones tratados con antibióticos (que alteran la
microbiota intestinal) antes de la administración de
un agente carcinógeno y de un agente inflamatorio,
y se han comparado los resultados con los ratones
que habían recibido solo el carcinógeno y el
tratamiento inflamatorio, sin antibióticos. Los
ratones tratados con antibióticos tuvieron
significativamente menos tumores que los animales
con una microbiota inalterada, lo que sugiere que
las bacterias residentes estaban de alguna manera
promoviendo el cáncer. Y cuando se transfirió
microbiota de los ratones no tratados a los tratados
con antibióticos y a ratones criados libres de
microbios (se llaman animales gnotobióticos, es
decir, de “vida conocida”), los ratones desarrollaron
más tumores cuando se exponían a los agentes
carcinógenos. Así, los ratones gnotobióticos con
trasplante de microbiota de ratones que tienen
tumores también desarrollaron tumores. No
obstante, se ha observado que los ratones
gnotobióticos y tratados con elevadas dosis de
antibióticos responden peor a las terapias contra el
cáncer en ratones.
«Nueva información basada en el conocimiento
y la modificación terapéutica de la microbiota
ofrece posibilidades prometedoras en la
modulación de la terapia del cáncer»
La relación entre la microbiota humana y el cáncer
es compleja y aún falta mucho por estudiar.
Mientras que algunos microbios promueven la
proliferación celular, otros parecen protegernos
contra el crecimiento canceroso. Y en algunos
casos las condiciones que estimulan un cáncer
pueden tener el efecto contrario en otros.
Necesitamos saber qué hacen los microbios, cómo
interactúan entre ellos y con nosotros, cómo
responden a los cambios ambientales (por ejemplo,
a la dieta, el estilo de vida, etc.). Esta nueva
información basada en el conocimiento y la
modificación terapéutica de la microbiota ofrece
posibilidades prometedoras en la restauración de
una microbiota saludable y en la modulación de la
terapia del cáncer. Y, por tanto, aunque muy
despacio, habremos ganado otra batalla contra la
muerte.
LAS CAUSAS DEL
CANCER

El cáncer se produce por la interacción


entre factores genéticos, es decir,
características que nos vienen
determinadas en nuestro ADN, y factores
externos como el tabaco, la dieta, las
radiaciones o la contaminación. Según el
último World Cancer Report de
la International Agency for Research on
Cancer (IARC), más de un tercio de los casos
de cáncer se podrían prevenir, ya que están
causados por factores externos que, por lo
tanto, son modificables.
Hoy os vamos a hablar de los principales
factores de riesgo para cáncer que podemos
modificar. Principalmente nos centraremos
en el tabaco, el alcohol y el sobrepeso, ya
que los tres son muy frecuentes y muy
tolerados socialmente, pero tienen una
capacidad muy importante de enfermar
nuestro organismo. Hoy hablaremos solo
un poco de ellos. En futuros posts
detallaremos más su importancia.
El fumar tabaco es un hábito que está muy
claramente asociado a cáncer. El
consumo de tabaco es tan frecuente y tan
nocivo para nuestro organismo que causa
alrededor de 1 de cada 5 casos de cáncer
en el mundo. Aunque lo que todos
conocemos es su relación con el cáncer
de pulmón, el tabaco puede causar
muchos otros tipos de cáncer como el de
boca, esófago, laringe, faringe, riñón,
vejiga, páncreas, estómago y cérvix, entre
otros. No es raro que el tabaco cause
tantos casos de cáncer, ya que más de
1.300 millones de personas fuman en el
mundo. En Europa casi el 40% de los
hombres y el 20% de las mujeres son
fumadores.

Otro hábito muy frecuente que puede ser


también nocivo para la salud es el
consumo de alcohol. Un consumo de
moderado a alto de forma habitual se ha
relacionado con varios tipos de cáncer,
sobre todo del aparato digestivo, como el
cáncer de boca, de faringe, de laringe, de
esófago y, quizás el más conocido, el
cáncer de hígado. A mayor cantidad de
alcohol consumido, más riesgo de tener
cualquiera de estos cánceres. Según
datos de la OMS, los europeos mayores
de 15 años consumen una media de 10,9
litros de alcohol puro al año, lo que se
traduce algo más de dos vasos de vino o
de dos cervezas, o una copa o combinado
al día. Pero uno de los datos más
preocupantes en Europa es que casi un
tercio de los adolescentes de entre 15 y
19 años tiene un consumo excesivo
episódico de alcohol, es decir que toman 3
o más copas o combinados al menos una
vez al mes.
La obesidad es la gran epidemia del siglo
XXI y se asocia a un mayor riesgo de
cáncer de esófago, colon, recto, mama y
riñón, entre otros. Está claro que en
nuestras sociedades, llamadas más
desarrolladas, con un alto consumo de
productos muy elaborados y trabajos a
veces sedentarios, la tendencia a la
obesidad está aumentando, y actualmente
afecta alrededor del 25% de la población
en Europa y América. Para facilitar la
pérdida de peso y reducir así el riesgo de
cáncer se recomienda una dieta baja en
azúcar. También se ha demostrado que
un consumo elevado de carne roja
aumenta el riesgo de cáncer de colon y
recto, mientras que los productos lácteos
lo disminuyen. Por otro lado, el ejercicio
físico disminuye el riesgo de sufrir varios
tipos de cáncer, tanto por su contribución
a la pérdida de peso como por otros
mecanismos directos.
Las infecciones son al menos la causa del
16% de los casos de cáncer en el mundo,
principalmente de estómago, hígado y
cuello del útero, pero de este tema ya os
hablamos en otro post…
Por último, hay varios tipos
de radiaciones que se han relacionado con
el desarrollo de cáncer, uno son
las radiaciones ionizantes, como las que
generan las sustancias radioactivas o los
aparatos de rayos X, y otro son los rayos
del sol. Cuando nos exponemos a
cantidades importantes de radiación
ionizante, aumenta el riesgo de leucemia,
de cáncer de colon, de pulmón, de hueso,
de cerebro y de otros tumores. Y como es
bien sabido, la exposición excesiva a
la radiación solar es la causa de varios
tipos de cáncer de piel.
Campaña contra el
cancer
E specialistas en gastroenterología y endoscopia
digestiva de 18 países de Latinoamérica brindarán
atención especializada gratuita como parte de una
campaña preventiva de cáncer colo-rectal. La
campaña será parte del décimo tercer Curso
Internacional de Avances en Gastroenterología y
Endoscopia Digestiva que cuenta con el auspicio
del Instituto de Gastroenterología Boliviano
Japonés y que reunirá a 50 facilitadores y
especialistas en gastroenterología provenientes de
18 países que, de manera personalizada,
interactuarán con la población.

Cronograma de la campaña. La plaza Camacho


del centro paceño será el primer escenario de la
jornada de educación en salud sobre cáncer colo-
rectal para promover la detección temprana de la
enfermedad. El día 23, la campaña se desarrollará
en la plaza de La Banderas de Cochabamba, el 27
en el Hospital San Francisco de Asis de Villa Tunari
y concluirá el 29 de abril en el Parque Urbano de la
ciudad de Santa Cruz.

Impulsan la actividad el Instituto de


Gastroenterología Boliviano Japonés y el Centro de
Entrenamiento en Gastroenterología y Endoscopia
Digestiva para Latinoamérica de la Organización
Mundial de Gastroenterología.

10% de casos son detectados a tiempo. En un


comunicado se destaca que a pesar que la
detección precoz del cáncer de colon garantiza más
de un 90% de sobrevida, únicamente el 10% de los
casos son detectados a tiempo. Además, en Bolivia
se diagnostican aproximadamente 500 casos de
cáncer de colon o recto por año en la población
mayor de 50 años. Según el Instituto de
Gastroenterología Boliviano Japonés los
especialistas buscan redoblar esfuerzos para
informar a la población sobre la importancia de
detectar el mal en forma temprana. Para el efecto
instalarán un "Colon Gigante", un inflable que
simula el órgano y en cuyo interior se brinda
información gráfica y visual sobre el cáncer colo-
rectal, en lugares donde se desarrollará las
campaña.

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