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VAIKRÁ 25 LEVÍTICO

333 BEHAR TORÁ

PARSHAT BEHAR

CAPITULO 25
Shemitá (Año sabático)
1ª 1 Hashem le habló a Moshé en el monte Sinaí, diciéndole: 2 Transmíteles a
aliá
los israelitas (lo siguiente). Diles: Cuando ingresen a la Tierra que les daré,
la tierra deberá observar un período de descanso sabático consagra-
(también)
do a Hashem. 3(De modo que) seis años podrás sembrar tu campo y seis años
podrás podar tus viñedos y recoger su fruto. 4Pero al 7º año la tierra deberá
tener descanso absoluto, Shabat (año sabático) consagrado a Hashem (Brindarle un
año de descanso a la tierra es un medio natural para permitirle enriquecerse y mejorar así la calidad
de las cosechas posteriores. Pero el versículo, al declarar que se trata de un descanso sabático
consagrado a Hashem, nos previene de que no es ésa la motivación de este mandamiento; sino,
el solo propósito de cumplimentar Su voluntad, independientemente de los beneficios que se
pudieran derivar. Por eso dice el versículo “consagrado a Hashem”. Darle descanso a la tierra el 7º
año es reconocer la autoridad de Hashem sobre el universo, y nosotros -como dependientes de Él-
aceptamos Sus mandamientos de manera incuestionable. La enseñanza es por demás elocuente:
Cualquier cosa que hagas, siempre debes hacerla con el carácter de consagrado a Hashem. Incluso
aquellas actividades vitales, como dormir, comer, etc., también ésas debes hacerlas en honor a
Hashem — el cuerpo las necesita para fortalecerse y así poder ponerse al servicio de Hashem). Tu
campo no deberás sembrar, ni tu viñedo podar. 5Tampoco deberás segar lo
que siga creciendo espontáneamente de tu cosecha (anterior) ni recoger las
uvas que te hayas reservado de tus viñedos. Es un año de descanso para la
tierra. (O sea, pasan a ser bienes públicos — cualquiera puede tomar de ellos lo necesario para
su consumo). (Metafóricamente, los seis años del ciclo de Shemitá -Año Sabático- aluden a los seis
milenios de existencia del universo. Y el séptimo año alude a la Era mesiánica). 6 (Lo que la tierra
produzca) espontáneamente en el año sabático será para que lo coman Uds., tu
sirviente, tu sirvienta, tu jornalero y los residentes que vivan contigo. 7Y
también para tus animales de ganado y otros animales que haya en tu tierra,
ese producto (de la tierra que surja espontáneamente) servirá como alimento. (Resu-
miendo: De los frutos que produzca tu tierra en el 7º año podrás recolectar lo suficiente para tu
consumo personal inmediato, pero no para acopio. Esto significa que todos tienen el mismo
derecho que tú sobre esos productos — tú no eres el dueño de los mismos, pues son un bien
público. Y como tales, también tú puedes consumirlos).

Iovel (Jubileo)
8 Deberás contar para ti siete años sabáticos, o sea siete veces siete años. El

período de siete años sabáticos será de 49 años. 9Entonces, el 10º día del 7º
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Nota a los vers. 1, 2: Explica Rashi: ¿Por qué la Torá menciona específicamente que fue
Hashem en el monte Sinai quien transmitió el mandamiento del Año Sabático? Para enseñarnos
que así como las normas del Año Sabático, hasta en sus más ínfimos detalles, fueron
enunciadas por Hashem en el Sinai, lo mismos es aplicable a todos los preceptos: todos
fueron enunciados por Hashem en el Sinai. Cuestiona el autor del Jatam Sofer: ¿Pero por qué
Rashi elige el precepto del Año Sabático para ilustrar que todos los preceptos fueron
transmitidos por Hashem? Porque en verdad, el precepto del Año Sabático es una evidencia
inobjetable de que la Torá nos fue entregada por el Supremo, pues ninguna persona puede
prometer que la cosecha del sexto año sería suficiente para tres años. (pues debe alcanzar
para lo que reste del sexto año, para todo el séptimo año y para el octavo año, hasta que
produzca nuevamente — vers. 20.)
Nota al vers. 2: “Año Sabático” es Shemitá en hebreo, cuyo significado literal es “liberar”.
Esto comprende dos aspectos: la liberación de la tierras (en el sentido de la prohibición de
trabajo agrícola) y la liberación (condonación) de las deudas.
Nota al vers. 2: “La tierra... debe consagrarse a Hashem”: “Tierra” en hebreo es eretz, voz
relacionada con ratzón, “voluntad”. De modo que la frase en cuestión bien podría significar
“la voluntad debe consagrarse a Hashem”, pues el nvel más excelso es cuando uno logra
sublimar y consagrar su voluntad a la Voluntad Suprema.
Nota al vers. 2: “La Tierra deberá observar un período de descanso sabático consagrado a
Hashem”: El Shabat no es posesión exclusiva de los judíos, pues también la Tierra Prometida tiene
su propio Shabat. Ella produce durante seis años para su dueño, pero en el séptimo es propiedad
exclusiva del Creador. El valor de la Tierra de Israel no está limitado a lo que ella puede producir en
términos de agricultura, más bien la Tierra de Israel tiene un valor intrínseco, propio e
independiente de aquél. Durante el año de Shemitá, el Año sabático, honramos a la Tierra no
por su producción y por el beneficio que podamos derivar de ella, sino por su valor esencial.
Nota al vers. 3: “Durante seis años podarás tu viñedo”: El Profeta Isaías denomina
“viñedo” al Pueblo de Israel: “Pues viñedo de Hashem son las huestes de la Casa de Israel”
(Is. 5). Así como se poda y se cuida un viñedo, cada uno debe trabajar en limpiar y
desmalezar su propio viñedo interior, deshaciéndose de los malos hábitos que impiden la
revelación de su esencia más pura.
25 LEVÍTICO
334 BEHAR VAIKRÁ TORÁ

mes, el día de Iom HaKipurim (Día del Perdón), harás sonar el shofar (anunciando
el Jubileo) a través de toda la tierra de Uds. 10Deberán santificar el 50º año
declarando en toda la tierra la libertad para todos sus habitantes (-se refiere a la
liberación de los esclavos). Será Año de Jubileo (Iovel) para Uds., (año) en el que
todos retornan a su propiedad original y todos retornan a sus familias (inclusive
el esclavo que al finalizar los 6 años originales de trabajo prefirió la esclavitud a la libertad - Éx.
21:6). 11 El50º año es Año de Jubileo, en el que no deberán sembrar ni segar
lo que crezca en forma espontánea (de la tierra), ni recolectar los racimos de los
viñedos que Uds. se hayan reservado — 12es el Año de Jubileo, es sagrado
para Uds. (Sagrado significa que si vendió los frutos del Año Sabático o del Jubileo, la santidad
de los mismos se traspasa al dinero que recibió a cambio). Podrán comer el producto del
campo. (O sea, podrán comer de lo que hayan acopiado en sus casas, siempre y cuando esté
disponible en el campo el mismo producto. P. ej., si en el campo ya se acabó el trigo, Uds. deberán
deshacerse del trigo que tengan acopiado para consumo privado). 13En
el Año de Jubileo
2ª 14(Por eso,)
aliá
cada uno retorna a su posesión original. cuando compren o
vendan (una tierra) a un semejante, no se engañen mutuamente: 15de acuerdo
a la cantidad de años que resten hasta el Jubileo le comprarás la tierra. Y de
acuerdo a la cantidad de cosechas-año (que resten hasta el Jubileo) te será vendida
(Para establecer el precio de una tierra que desees comprarle a tu semejante, deberás calcular
cuántos años faltan hasta el Jubileo y cuánto la tierra puede producir en tal período. Y ése es el
valor de la tierra). 16Si
el número de años (que restan hasta el próximo Jubileo) fuese
mayor, incrementarás su precio. Y si quedan pocos años disminuirás su
precio, pues él te vende la cantidad de cosechas (que puedas obtener desde aquí
hasta el Jubileo). 17De modo que no sean desleales unos con otros. Teme a tu
2ª aliá si se leen combinadas

Elokim, pues Yo soy Hashem, Elokim de Uds. (O sea, no engañen, ni humillen, ni


ofrezcan consejos fraudulentos. No crean que nadie percibirá la deslealtad, Yo conozco muy bien
las intenciones de Uds.) 18 Cumplan
Mis decretos y observen Mis leyes y cúm-
3ª aliá

planlas. Así podrán vivir seguros en la Tierra (de Israel). [ ]19Y además la
tierra dará su fruto: comerán hasta saciarse y vivirán seguros en ella.

Bendición del Jubileo


20Y si se cuestionasen: “¿Qué comeremos en el 7º año, ya que no podremos

sembrar ni recoger nuestros productos?”. 21(Tengan bien en claro) que Yo dirigiré


Mi bendición a Uds. en el 6º año, de modo que la tierra produzca suficiente
cosecha para los tres años (para una parte del 6º año, para el 7º año y para una parte del
8º año, hasta que la nueva cosecha esté disponible). 22 Sembrarán en el 8º año, pero
continuarán comiendo la cosecha vieja hasta el 9º año; hasta que esté dis-
vru, 25 - vf trehu rvc 334
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VAIKRÁ 25 LEVÍTICO
335 BEHAR TORÁ

ponible la (nueva) cosecha, continuarán consumiendo la (cosecha) vieja. (Conti-


nuarán consumiendo la cosecha vieja hasta Sucot del 9º año -aprox. en septiembre u octubre- ,
que es cuando se lleva al acopio la cosecha del 8º año). 23 La
tierra no puede venderse a
perpetuidad, pues Mía es la tierra — Uds. son sólo forasteros y residentes
respecto de Mí. 24En toda la tierra de propiedad de Uds. deberán conceder
el derecho a rescatar la propiedad. (El versículo se refiere a que no sólo el titular puede
rescatar la propiedad, sino incluso los parientes cercanos. Por «propiedad» se entiende «inmuebles»
y «judíos vendidos en esclavitud»).

Rescate de la propiedad
4ª 25Si
aliá tu hermano cae en la ruina y vende alguna de las tierras que haya
heredado, su pariente más próximo podrá ir y rescatar lo que su familiar
haya vendido. 26Y (lo mismo es aplicable) cuando el hombre no tuviera quién
rescate su propiedad, y logre reunir lo necesario para rescatarla él mismo;
27entonces deberá calcular cuántos años hay desde que la vendió (hasta el

Jubileo) y el resto deberá devolvérselo a aquel a quien se la vendió.Entonces


podrá retornar a su propiedad hereditaria. (Resto significa el importe original de la
venta menos el valor de los años trabajados por el comprador. El cálculo es así: Primero: se divide
el importe de la venta original por la cantidad de años que había desde el momento de la venta hasta
el Jubileo. Segundo: Se multiplica el importe resultante por la cantidad de años que la propiedad
estuvo en manos de aquel comprador. Tercero: Al primer importe se le resta el segundo. Y eso es
lo que debe pagar para rescatar su propiedad). 28Pero si no tuviese suficientes medios
para recuperarla, la propiedad quedará en poder del que la compró hasta el
Año del Jubileo. En el Año de Jubileo saldrá de su poder, de modo que (el
dueño original) recupere su herencia ancestral (El hombre no es dueño de la tierra para
tener sobre ella un derecho a perpetuidad. Cuando uno compra una tierra, lo que adquiere en verdad
3ª aliá si se leen combinadas

es el derecho de explotación hasta el Jubileo).

Rescate de propiedades en ciudades amuralladas


5ª aliá

[ ]29Si un hombre vende una residencia en una ciudad amurallada, ten-


drá derecho a recuperarla durante un año completo a partir de la venta — su
derecho a recuperarla será de un año. 30En caso de no ser recuperada durante
el año, la residencia dentro de la ciudad amurallada quedará como propiedad
a perpetuidad del que la compró y (pasará como herencia) a sus descendientes, y
no saldrá de su dominio en el Jubileo (Se refiere a la venta de una casa en una ciudad
amurallada de la época de la conquista de la Tierra Prometida a manos de Iehoshua -Josué- bin
Nun. Dichas ciudades —por ejemplo Ierushaláim— tienen una santidad especial, y por eso la Torá
viene a desalentar la venta de cualquier residencia comprendida dentro de sus límites). 31Pero
las casas de las ciudades abiertas que no están rodeadas por murallas, serán
consideradas como las (casas) de los campos abiertos del país — (siempre)
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Nota al vers. 23, 28: “Uds. son sólo forasteros y residentes respecto de Mí... Mía es la tierra:”:
Es decir: “Yo, el Supremo, soy el Propietario de la tierra, y no Uds., que son meros forasteros y
residentes temporarios. Y por eso Uds. no están autorizados a vender la tierra a perpetuidad.” Un
análisis minucioso del contexto derivará en que el versículo no está indicando que la causa por la
cual no se debe vender la tierra a perpetuidad es que la Tierra pertenece al Supremo; o dicho de
otro modo, el hecho de que la tierra pertenezca al Supremo no es motivo suficiente para que un
popietario se vea privado del derecho de vender su propiedad a eternidad a un tercero, ¿pues
cuál es la diferencia de que la propiedad esté en poder de uno o de otro, siendo que de
cualquier manera le pertenece a Él? Más bien, el versículo viene a indicar lo siguiente:
“Cuando llegue el Jubileo, no sientas resentimiento por tener que reintegrar la propiedad a su
dueño original en vez de poder venderla a perpetuidad, pues en definitiva no eres tú el titular
de la misma, sino el Supremo, por lo que es Él, y no Tú, Quien determina el destino de ella.”
Nota al vers. 23: “Uds. son sólo forasteros y residentes respecto de Mí”: Otra lectura: “Uds. son
sólo forarseros y residentes para Mí”: Cuanto más uno se considera un mero forastero o un
residente temporario en relación con este mundo, cuanto más uno libera su ser interior de las
cuestiones materialistas, más próximo está del Supremo. Y viceversa...
Nota al vers. 25: “Si tu hermano cae en la ruina y vende alguna de las tierras que haya
heredado, su pariente más próximo podrá ir y rescatar lo que su familiar haya vendido”: Al
ingreso del Pueblo de Israel en la Tierra Prometida, la misma fue dividida entre las tribus, de
modo que a cada familia le tocó en suerte una determinada propiedad. Los derechos de la misma
son propiedad hereditaria irrevocable de cada familia y se transmiten de generación en
generación. “Si tu hermano cae en la ruina y vende una tierra (o propiedad)”: La frase está
implicando quie sólo está permitido vender una propiedad en caso de extrema necesidad.
“Alguna de las tierras”: Viene a implicar que sólo está permitido vender alguna de las tierras
(o propiedades): sólo algunas, pero jamás todas. “Podrá ir y rescatar”: No es coercitivo, si no
quiere no lo rescata. Y si decide rescatarlo, el comprador del bien, o sea el que lo compró de
la persona empobrecida, no puede oponerse. Y sin embargo, éste tiene derecho de poseerlo y
usufructarlo por espacio de dos años. Una vez transcurridos los dos años, el que viene a
rescatar la propiedad debe pagarle por los años que quedan hasta el Jubileo (vers. 27).
Nota al vers. 26: “Cuando no tuviera quién rescate la propiedad, podrá rescatarla él mismo”:
Se refiere a que no haya alguien que disponga de dinero suficiente para rescatar el bien.
Entonces él mismo puede rescatarlo.
25 LEVÍTICO
336 BEHAR VAIKRÁ TORÁ

estará vigente su derecho de redención y en el Año del Jubileo serán


(automáticamente) liberadas (para volver a su dueño original, sin que este deba pagar nada por
recupear su proiedad). 32Respecto de las ciudades de los levitas, los levitas ten-
drán siempre el derecho de rescatar las casas que estén dentro de sus ciuda-
des. 33Si uno compra una casa o una ciudad de los levitas, (la misma) quedará
en libertad (y vregresará al dominio de su dueño original) en el Jubileo. Pues las casas
en las ciudades levitas son su herencia ancestral entre los israelitas. (Para las
ciudades levitas no existe la diferencia de si la ciudad está amurallada o no — en cualquier caso
pueden rescatar la propiedad cuando lo deseen, pues dichas ciudades son la única propiedad de los
levitas entre los israelitas). 34 Las
áreas abiertas alrededor de las ciudades de ellos
tampoco serán vendidas a perpetuidad, porque son posesión eterna para
ellos (En Lev. 27:20 dice que si un israelita no-levita consagra un campo para usufructo del
Templo, y el tesoro del Templo vende el campo a un tercero, el dueño original pierde su derecho
a rescatarlo. Y al llegar el Jubileo el campo pasa a ser propiedad de los Sacerdotes. En cambio, este
versículo expone que si es un levita el que entrega el campo para usufructo del Templo, y el tesoro
del Templo lo vende a un tercero, el levita no pierde jamás su derecho a recuperarlo).

Trato humanitario
35Si tu hermano empobrece y pierde su habilidad para la auto-manutención,

deberás sostenerlo -sea prosélito o residente- para que pueda vivir junto a ti.
(O sea, debes socorrerlo antes de que cayese). (Se entiende por toshav, “residente”, a aquel no
judío que -sin convertirse al judaísmo- se compromete a no hacer idolatría. El toshav puede ser
referido también como guer toshav, “residente extranjero”. Tiene el status de residente porque a
diferencia de otros no judíos, él sí puede establecerse en la Tierra de Israel. Según otras opiniones,
para merecer el status de guer toshav debe compremeterse a la observancia de los 7 preceptos
universales. El guer, “prosélito”, es aquel que se convirtió al judaísmo y se comprometió a la
observancia de todos sus preceptos. En general, la expresión guer, “extranjero”, alude al oriundo
de otra tierra; y específicamente se refiere a un “prosélito”).

Prohibición de usura o interés


36No le cobres usura o interés — teme a tu Elokim, para que pueda vivir tu

hermano junto a ti. (Lit.: “neshej umarbit” -usura o interés- Significan lo mismo — la Torá
menciona a ambos para responsabilizar doblemente al transgresor - Rashi. Lit., neshej significa
«mordedura», pues el pago de intereses significa para el deudor una muerte lenta, como la provo-
cada por la mordedura de un perro enfermo). 37 No le prestes tu dinero a interés ni le des
alimentos por los que deba pagar usura. 38Yo soy Hashem, Elokim de Uds.,
que los saqué de la tierra de Egipto para entregarles la tierra de Kenaan, para
ser Elokim de Uds.
vru, 25 - vf trehu rvc 336
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Nota al vers. 32: "Ciudades de los levitas”: A la conquista de la Tierra Prometida,
Iehoshúa bin Nun (Josué), sucesor de Moshé en el liderazgo del pueblo, entregó a los
levitas 48 ciudades distribuidas en todo el territorio (ver infografía 21) —puesto que los
levitas no requerían de tierras por estar destinados a servir y oficiar en el Gran Templo
en nombre de todo el Pueblo. Dichas ciudades comprendían una franja perimetral de
campo de 2000 amá (1 codo = 1 amá = aprox. 48 - 60 cm.)
Nota al vers. 32: “Los levitas tendrán siempre el derecho de rescatar sus casas”: Los
levitas podían rescatar su propiedad inmediatamente, incluso antes de transcurridos dos
años de haberla vendido. Esta aclaración es válida porque el vers. 25 (ver nota “podrá ir
y rescatar” en pág. 335 hebreo) establece que los no levitas tenían derecho a redimir su
propiedad recién después de haber transcurrido dos años desde la venta. Las 48
ciudades de los levitas (ver nota anterior) comprendían también un área de campo
circundante de 2000 codos a la redonda (1 codo = 1 amá = aprox. 48 - 60 cm.) Estos
2000 codos —que se medían desde el muro de cada una de esas 48 ciudades hacia el
exterior— se dividían así: los 1000 codos interiores eran espacios abiertos, mientras que
los 1000 codos exteriores estaban destinados a la agricultura (Devarim, Números,
35:4). La norma de que los levitas podían rescatar su propiedad en todo momento,
incluso antes de transcurridos los dos años de la venta, se aplicaba también a estas
áreas de campo, puesto que también ellas eran parte de las ciudades.
Nota al vers. 32: “Los levitas tendrán siempre el derecho de rescatar sus casas”: En
sentido figurado: Las “casas” representan la materia. Los “levitas” son una metáfora de
quien ha logrado refinar su ser a través del trabajo consigo. Cuando uno accede al nivel de
“levita” se le allanan todos los caminos para rescatar la materia y permearla de divinidad.
Nota al vers. 35: En general, los versículos precedentes están parafraseados en segunda
persona del plural. En cambio, cuando la Torá viene a referirse a la ayuda a los
necesitados, plantea la cuestión en segunda persona del singular, dirigiéndose a cada
individuo en forma personal. Pues cuando un necesitado acude a sus semejantes en
busca de ayuda, siempre -casi a modo de respuesta instintiva- se trata de derivarlo a un
tercero con la excusa de que aquel se encuentra en mejor posición económica que uno.
Por eso, en este caso el versículo procura dirigirse a cada uno individualmente, como
diciendo: “Eres tú -personalmente- aquel sobre quien recae la responsabilidad de
socorrer a tu hermano. Es tuya la obligación de ayudarlo”.
Nota a los vers. 36 - 38: Si tu prójimo empobrece debes prestarle la ayuda necesaria.
Pero bajo ningún concepto le prestes a interés, “teme a tu Elokim..., pues Yo soy
Hashem, Elokim de Uds., que los saqué de Egipto”. “Y así como en Egipto supe discernir
entre primogénitos y no primogénitos -para castigar a los primeros-, también ahora
puedo discernir -y subsecuentemente castigar- a aquel que se abusa de su semejante”.
VAIKRÁ 25 LEVÍTICO
4ª aliá si se leen combinadas
337 BEHAR TORÁ

Trato humanitario para con los esclavos


6ª aliá

[ ]39Si tu hermano empobrece y es vendido a ti (o sea, si se ve obligado a venderse


a ti como sirviente para saldar su deuda con su trabajo), no lo hagas trabajar como esclavo.
(O sea, no le asignes trabajos denigrantes); 40(sino) que trabaje para ti como (cualquier)
empleado o como (mano de obra extranjera) residente (en la tierra). (O sea, encárgale trabajos
agrícolas o de artesano). Trabajará para ti hasta el Año del Jubileo 41y luego saldrá
de tu dominio — él y sus hijos con él — y retornará a su familia y a la tierra
hereditaria de sus ancestros. 42Eso obedece a que ellos (los israelitas) son Mis
sirvientes (y no son sirvientes de nadie más). Yo los saqué de Egipto y no podrán ser
vendidos como esclavos (es decir, el amo de un esclavo no deberá denigrarlo exponiéndolo
públicamente para su venta.) 43No lo subyugues con trabajos innecesarios (con la única
finalidad de atormentarlo). ¡Teme a tu Elokim! 44Podrás tener (además, otros) sirvientes
y sirvientas — sirvientes y sirvientas que adquirirás de las naciones vecinas de
Uds. (pero no podrán adquirir esclavos de los pueblos que habitan la tierra de Kenaan, pues a
dichos pueblos se debe eliminar.) 45También podrán adquirir (sirvientes) entre los hijos
de los residentes que viven junto a Uds. (O sea, podrán adquirir como sirviente a aquél
nacido en Kenaan cuyo padre no sean de Kenaan. Pues en tal caso sería considerado un kenaanita,
y como tal habría que exterminarlo. ) Uds. podrán comprar (sirvientes) entre ellos y entre
las familias que ellos den a luz en la tierra de Uds. Y serán propiedad de Uds.
46Ellos (dichos esclavos) formarán parte del acervo hereditario que Uds. dejarán
a sus hijos. Ellos podrán ser sirvientes de Uds. a perpetuidad. Pero en cuanto
a sus hermanos israelitas, que no impongan unos a otros trabajos innecesarios.

Sobre esclavos hebreos en poder de no-judíos


7ª 47(Esta es la ley) si un extranjero que reside contigo (o sea un residente no judío) se hace
aliá
rico mientras tu hermano empobrece estando con él y es vendido a un extranjero
que reside contigo, o a un ídolo de una familia extranjera. (O sea, es vendido como
sirviente a disposición del ídolo, para las tareas serviciales necesarias para su culto. P. ej.: cortar leña
para quemar sacrificios al ídolo. Pues si hubiera sido vendido para practicar la idolatría, no habría
obligación de rescatarlo.) 48Después de haber sido vendido, deberá ser redimido (in-
mediatamente): uno de sus hermanos deberá rescatarlo, 49o su tío, o su primo
deberán rescatarlo. O algún pariente cercano deberá rescatarlo. O si obtuviese
los medios (por ejemplo a través de un préstamo), que (él mismo) adquiera su propia
libertad. 50Entonces deberá calcular junto con el que lo compró cuántos años
hay desde que se vendió (como esclavo) hasta el Jubileo (o sea, el año en que automáticamente
recupera su libertad). El valor por el cual fue vendido deberá ser prorrateado por la
cantidad total de años, como si hubiese sido un empleado (contratado por esa suma
durante ese tiempo). (O sea, para recuperar su libertad deberá reintegrarle al que lo compró la suma por
la cual aquel lo adquirió como esclavo menos el prorrateo correspondiente al período en que el esclavo
vru, 25 - vf trehu rvc 337
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Nota al vers. 43: “No subyugues (al esclavo) con trabajos innecesarios”: Literalmente
expresa “trabajos forzados”. No hay nada más denigrante que a uno lo fuercen a hacer
trabajos innecesarios, los cuales reprimen la realización del potencial del individuo.
Nota al vers. 43: “No subyugues (al esclavo) con trabajos innecesarios”, teme a tu
Elokim”: Sólo uno sabe si realmente el trabajo que le encarga es necesario o no, y por
eso señala el versículo “Teme (en reverencia) a tu Elokim”: que todos tus actos sean
con ánimo de reverencia a Él, para así trascender de tus consideraciones subjetivas.
Nota al vers. 46: “No impongan unos a otros trabajos innecesarios”: El versículo 43 se
refiere a la prohibición a los amos de imponer trabajos denigrantes a los esclavos,
mientras que el versículo 46 se refiere a la prohibición a los dirigentes de imponer
trabajos denigrantes a sus dirigidos.
Nota al vers. 43, 46: “No impongan unos a otros trabajos innecesarios (lit.: trabajos
forzados)”: Un gran maestro —dueño de una cuantiosa fortuna— estando sentado a la
mesa junto a sus discípulos, hizo sonar la campanilla convocando a su sirviente. Pero
éste no se presentó. Hizo sonar nuevamente la campanilla, pero tampoco entonces se
presentó; dejó pasar unos minutos antes de hacer sonar la campanilla por tercera vez...
pero siempre con el mismo resultado. Sorprendidos, sus discípulos le propusieron que
impusiese una disciplina más estricta al criado, pero el maestro, con una sonrisa
reflejada en el rostro y con voz apacible, respondió: “En verdad, me significa un gran
alivio que no se sienta impelido a responderme. Constantemente vivo mortificado por la
posibilidad de llegar a transgredir involuntariamente el mandamiento de “no imponer
trabajos forzados” a través de una disiplina mordaz. ¡Para mí es sumamente gratificante
comprobar que mi sirviente no está amedrentado ni se siente intimidado por mí!
VAIKRÁ 25 LEVÍTICO
338 BEHAR TORÁ - HAFTARÁ

efectivamente trabajó — pues dicho período ya fue pagado con sus servicios, como un empleado
que trabaja a cambio de un sueldo. Supongamos que en el momento en que se vendió como esclavo
faltaban 20 años para el Jubileo, y que el patrón pagó por él $20, a razón de $1 por año. Si al cabo
de 5 años el esclavo quiere recobrar su libertad deberá abonarle a su patrón sólo $15, pues deberá
deducirse $5 en concepto de los 5 años que trabajó). 51 Si aún quedan muchos años (hasta
el Jubileo),deberá devolver más dinero, en proporción a los años (que le quedan
aún por servir). 52 Y si falta poco para llegar al año de Jubileo, deberá devolver
menos dinero, en proporción a los años que le quede (por servir). 53Tendrá el
mismo status (ese sirviente) que un empleado contratado por año, que no lo
humille con trabajos innecesarios ante tus ojos (o sea, no permanezcas pasivo ante
semejante eventual situación). 54 En caso de que no pueda recuperar su libertad (por
alguno de los medios mencionados), saldrá libre (espontáneamente) en el Año del Jubi-
Maftir

leo —él junto con sus hijos. Maftir 55Pues los israelitas son Mis sirvientes (y
no son sirvientes de ningún otro). Yo los saqué de Egipto. Yo soy Hashem, Elokim
de Uds. (El que los subyugue en la Tierra enfrenta la grave responsabilidad de estar subyugando
paralelamente la Fuente divina de sus almas).

CAPITULO 26
1 No se hagan ídolos, ni erijan estatuas o pilares (para idolatría), ni coloquen
piedras (sobre el piso) en la tierra de Uds. para prosternarse, pues Yo soy Hashem
(ver Éx. 6:2), Elokim de Uds. 2 Cuiden Mis días de Shabat y reverencien Mi
Santuario. Yo soy Hashem (Yo, Hashem, soy fiel pagador de recompensas).

Haftarat Behar: Irmeiá (Jeremías) 32:6-27


Cuando Behar- Bejukotai se leen combinadas, corresponde
entonces la haftará de Bejukotai (pág. 346)

Irmeiá (Jeremías) 32

Irmeiá compra un campo


6Dijo Irmeiá (Jeremías): Se me reveló la Palabra de Hashem, que decía: 7“Mira,

Janamel, el hijo de tu tío Shalum está viniendo hacia ti para decirte: Compra
para ti mi campo situado en Anatot (cómpralo tú antes que se lo venda a un extraño),
vrypv - vru, 25 - vf trehu rvc 338
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Nota al vers. 55: “Los israelitas son Mis sirvientes”: Conceptos “hijo” y “sirviente” en el
servicio al Supremo: En este contexto la Torá se refiere a los israelitas como “sirvientes” del
Supremo, aunque en otros se refiere a ellos como “hijos” (Dev., Deut., 14:1). Cada concepto
de éstos refleja una faceta diferente de la naturaleza de la relación con Él: En cuanto a lo
corporal, uno es sirviente del Supremo, uno debe aceptar el Yugo divino tal como un sirviente
debe reconocer el yugo de su amo. Pero en cuanto a nuestras almas, éstas lo sirven a Él a
través del amor genuino, como el amor de un hijo a su padre. La más básica distinción entre
los dos conceptos se da en la motivación de la relación con el superior. Ambos, “sirviente” e
“hijo”, sirven a su superior —al amo o al padre respectivamente— pero mientras un hijo lo
hace con amor y placer, el sirviente lo hace no porque necesariamente quiera hacerlo, sino
ante todo porque debe. Técnicamente, si bien ambos prototipos llevan a cabo las mismas
acciones, existe una diferencia abismal en la naturaleza, calidad y el impacto de una acción
impulsada desde el amor a otra realizada desde la subordinación al deber. Lo antedicho,
que constituye una virtud del servicio divino desde el amor a Él, es en sí mismo una virtud
del servicio como deber y subyugación por sobre el servicio basado en el amor y en la
propia buena voluntad, pues mientras este último depende de la buena predisposición de
uno, el anterior —el servicio del tipo “sirviente”, basado en la subordinación— deja de lado
toda consideración personal para entregarse al cumplimiento de su deber por el deber
mismo. En otras palabras, en tanto el servicio del tipo “hijo” depende del amor que uno
sienta hacia su padre, es expresión del ego y como tal, sumamente subjetivo. En cambio, el
servicio de tipo “sirviente” no depende del sujeto en tanto éste se subordina al objetivo; el
“sirviente” tiene la virtud de despojarse de su propia voluntad, de su propio ego, en aras de
la voluntad del Amo: porque más que su ego, es su devoción al objetivo la que lo motiva.
Nota al vers. 1: “No se hagan ídolos”: La Torá advierte al que se haya vendido como esclavo
a un no-judío, que no aprenda de él prácticas ajenas al judaísmo. Todos los temas tratados en
el cap. 25 responden a un orden secuencial: Primero la Torá advierte sobre el descanso de
la tierra en el séptimo año y la prohibición de comercializar tales productos. Pero si la codicia
lo induce a hacerlo se verá en la necesidad de vender sus pertenencias (vers. 14). Y luego
sus tierras y su vivienda. Y luego deberá tomar préstamos a interés. Luego se verá com-
pelido a venderse como esclavo: primero a un judío y finalmente, incluso, a un no-judío.
32 JEREMÍAS
339 BEHAR IRMEIÁ HAFTARÁ

pues tú tienes el derecho de redimirlo comprándolo (cómpralo tú, pues tú eres el


pariente más cercano)”. 8Mi primo Janamel se presentó ante mí en el Atrio del
Confinamiento (especie de prisión), tal como dijera Hashem, y me dijo: “Por
favor, compra para ti mi campo que está en Anatot, en territorio de Biniamín,
pues tú tienes el derecho de rescatarlo. Cómpralo para ti”. Yo sabía que esta
era la Palabra de Hashem (yo sabía que adquirir el campo era un acto de trascendencia
profética más que una mera transacción comercial). 9Entonces le compré a mi primo
Janamel el campo que estaba en Anatot. Pesé la plata para entregársela en
pago: 7 shekel y 10 piezas de plata. 10Firmé la escritura, la sellé y la hice
certificar con testigos. Y pesé la plata en una balanza (para darle la cantidad
exacta). 11Luego tomé el contrato de venta, tanto el que estaba sellado de
acuerdo a los usos y costumbres (de aquellos días) como el que no estaba sella-
do. (El primer documento era en el que estaba asentada la transferencia del domino de la propie-
dad. El segundo, era un documento no sellado que atestiguaba que la venta era legalmente váli-
da). 12La escritura de venta se la entregué a Baruj -hijo de Neriá, hijo de
Majseiá- en presencia de Janamel -mi pariente- (en presencia) de los testigos
que firmaron el documento y (en presencia) de todos los judíos que estaban en
el Atrio del Confinamiento. 13Le di instrucciones a Baruj, en presencia de
ellos, diciendo: 14‘Así dice Hashem de los Ejércitos, Elokim de Israel: Toma
estos documentos, esta escritura de propiedad -tanto la sellada como la que no
está sellada- y ponlas en una vasija de cerámica, para que se conserven duran-
te mucho tiempo’. 15Pues así dice Hashem de los Ejércitos, Elokim de Israel:
“En esta tierra volverán a comprarse casas, campos y viñedos”. (Comprando el
campo de Janamel, Irmeiá simbolizó que los judíos volverían a su tierra y la reconstruirían).

Irmeiá (Jeremías) alaba a Hashem


16Después de haberle dado el contrato de compra a Baruj, hijo de Neriá, oré

a Hashem así: 17“¡Ay de mí, Hashem Elokim! Mira, Tú hiciste los cielos y
la tierra con Tu gran poder y con Tu brazo firme y no hay nada oculto ante
Ti. 18Tú obras benévolamente hasta con la milésima generación. Tú casti-
gas a los hijos por el pecado de sus ancestros (en la medida que los hijos sigan en la
mala senda de aquellos). Eres É-l, Grande y Poderoso. Hashem de los Ejércitos es
Su Nombre. 19Eres Grandioso en Tus planes y Poderoso en Tus obras. Tus
ojos ven todo lo que hacen los hombres y a cada uno le retribuyes de acuer-
do a su proceder y de acuerdo a lo que merecen sus acciones. 20Tú hiciste
milagros y maravillas en Egipto, (que se recuerdan) hasta el día de hoy, tanto
en Israel como entre los demás pueblos. Te hiciste un gran Nombre hasta
vrypv 32 - ck vhnrh rvc 339
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Nota al vers. 16: “Oré a Hashem”: En hebreo, “orar”, lehitpalel, es un verbo reflexivo,
porque la acción recae sobre el mismo sujeto que la realiza, y su significado literal es
“autojuzgamiento”. Mientras “orar” y “rezar” son formas transitivas, en que la acción
emerge del sujeto y se dirige hacia otra entidad, lehitpalel significa que uno se juzga a sí
mismo y se pone en relación respecto del contexto. Lehitpalel es tomar conciencia de la
posición real de uno. Por eso, no es que oras porque Hashem necesite de tus plegarias,
sino más bien eres tú mismo que necesitas evaluarte y conocer tu verdadero estado y
situación como medio para determinar cómo superarte y trascender.
IRMEIÁ 32 JEREMÍAS
340 BEHAR HAFTARÁ

hoy día. 21Sacaste a Tu pueblo Israel de Egipto con milagros y maravillas,


con mano poderosa y con brazo firme, y con gran terror (para los egipcios, que
vieron los milagros de Hashem), 22 y les diste esta tierra que juraste a sus ancestros
que se las entregarías, tierra de la que fluye leche (de cabras) y miel (de dátiles).

Jabad culmina aquí

23Ellos fueron y la poseyeron, pero no obedecieron Tu voz y no se conduje-

ron en base a Tu enseñanza. Todo lo que les dijiste que hagan, no lo hicie-
ron. Entonces causaste que todo ese desastre recayera sobre ellos. 24Mira,
las catapultas, están llegando a la ciudad para conquistarla. La espada el
hambre y la peste van a hacer que la ciudad caiga en manos de los Kasditas
(Caldeos), que la están atacando. Hashem, lo que dijiste ya se está cumpliendo
y Tú lo ves. 25¡Y tú, Hashem Elokim, me dijiste: “Compra el campo y
págalo ante testigos”, mientras la ciudad está siendo entregada a los Kasditas!
(¡Para qué necesito el campo!) 26Entonces la Palabra de Hashem se revelo a Irmeiá,
que decía: 27“Mira, Yo soy Hashem, Elokim de todo ser. ¿Crees acaso que
hay algo que Yo no pueda hacer?”.
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