Una Neurona (del griego νεῦρον neûron, ‘cuerda’, ‘nervio’1) es una célula componente
principal del sistema nervioso, cuya función principal es recibir, procesar y transmitir
información a través de señales químicas y eléctricas gracias a la excitabilidad eléctrica de
su membrana plasmática. Están especializadas en la recepción de estímulos y conducción
del impulso nervioso (en forma de potencial de acción) entre ellas mediante conexiones
llamadas sinapsis, o con otros tipos de células como, por ejemplo, las fibras musculares de
la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría de las neuronas no se dividen una vez
alcanzada su madurez; no obstante, una minoría sí lo hace.
La neurogénesis en seres adultos fue descubierta apenas en el último tercio del siglo XX.
Hasta hace pocas décadas se creía que, a diferencia de la mayoría de las otras células del
organismo, las neuronas normales en el individuo maduro no se regeneraban, excepto las
células olfatorias. Los nervios mielinizados del sistema nervioso periférico también tienen
la posibilidad de regenerarse a través de la utilización del neurolema,[cita requerida] una capa
formada de los núcleos de las células de Schwann.
Estos impulsos nerviosos viajan por toda la neurona comenzando por las dendritas hasta
llegar a los botones terminales, que se pueden conectar con otra neurona, fibras musculares
o glándulas. La conexión entre una neurona y otra se denomina sinapsis.
Las neuronas conforman e interconectan los tres componentes del sistema nervioso:
sensitivo, motor e integrador o mixto; de esta manera, un estímulo que es captado en alguna
región sensorial entrega cierta información que es conducida a través de las neuronas y es
analizada por el componente integrador, el cual puede elaborar una respuesta, cuya señal es
conducida a través de las neuronas. Dicha respuesta es ejecutada mediante una acción
motora, como la contracción muscularo secreción glandular.
El impulso nervioso
Bases iónicas
El primer registro detallado de un potencial de acción lo realizaron dos investigadores
llamados Alan Lloyd Hodgkin y Andrew Fielding Huxley, midieron las corrientes iónicas
que suceden durante el potencial de acción. Este registro histórico lo realizaron en el axón
de un calamar en 1939.17
El potencial de acción comprende tres fases:
Se determina la diferencia de potencial por la diferencia absoluta entre las cargas positivas
y negativas entre el interior y el exterior con relación a la membrana. Esta diferencia se
computa por la carga aniónica y catiónica entre ambos lados de esta membrana de todos los
iones existentes, potasio (K+), magnesio (Mg2+), calcio (Ca2+), sodio (Na+) y cloro (Cl-),
principalmente. Sin embargo, cuando un canal iónico se abre, el tránsito iónico es a favor
de su gradiente electroquímico, esto es, pretende equilibrar el número de iones,
independientemente del potencial trasmembrana actual. Este mecanismo circunstancial de
movimiento iónico permite el tránsito entre estados de polarización y despolarización. Un
ejemplo de este comportamiento paradójico reside en el mecanismo de los canales
aniónicos de cloro abiertos por estimulación gabaérgica: Si en un estado de reposo el
interior de la célula postsináptica se encuentra con carga negativa con respecto al exterior,
al abrirse este canal, los iones de cloro pasan al interior haciendo más negativa la célula,
esto pese a que el interior es ya negativo. Esto sucede ya que en un estado de reposo el
número de iones de cloro es superior en el exterior que en el interior, de modo que la
tendencia natural es equilibrar el número introduciendo allá donde hay menos, o sea, en el
interior, esto aunque el interior ya sea negativo, y no precisamente por el número de
aniones, sino por la carga negativa de todos los elementos celulares.
Este comportamiento es selectivo para los canales iónicos simples. Las bombas iónicas,
como la ATPasa de sodio-potasio, intercambian iones entre el interior y el exterior, y
viceversa, pero en contra de su gradiente electroquímico por lo que induce a la
despolarización. Este mecanismo permite que una célula dada, tiempo después de transmitir
una determinada señal eléctrica, entre en estado de reposo manteniendo el interior negativo
con respecto al exterior; esto sucede porque extrae más cationes de los que introduce (3
cationes de sodio por cada 2 de potasio).
La transmisión eléctrica en los axones de la neurona se realiza mediante la apertura
sincrónica de ciertos canales de sodio y potasio. Para que la transmisión entre las células
del axón sea efectiva es imprescindible que la carga absoluta de todas sus células en reposo
sea negativa. Esto permite que una carga concreta (positiva) tienda a descargar hacia la
célula negativa haciendo que esta sea positiva, de modo que tienda a su vez
a descargar hacia la célula adyacente, la cual también es negativa; esto, mientras que las
células ya descargadas vuelven a su estado natural haciéndose negativas nuevamente.
Hasta finales de la década de 1980, el dogma de la neurociencia dictaba que sólo las
conexiones y los neurotransmisores liberados por las neuronas determinaban la función de
una neurona. Las investigaciones realizadas por Rodolfo Llinás con sus colaboradores
durante los años 80 sobre vertebrados pusieron de manifiesto que el dogma mantenido
hasta entonces era erróneo. En 1988, Rodolfo Llinás presentó el nuevo punto de vista
funcional sobre la neurona en su artículo «The Intrinsic Electrophysiological Properties of
Mammalian Neurons: Insights into Central Nervous System Function»18 y que es
considerado un manifiesto que marca el cambio de mentalidad en neurociencia respecto al
aspecto funcional de las neuronas con más de 1250 citas en la bibliografía científica. El
nuevo punto de vista funcional sobre la neurona quedó resumido en lo que hoy es conocido
por la ley de Llinás.
Neurosecreción
Las dendritas son prolongaciones que salen de distintas partes del soma y tienen la función
de recibir impulsos de otras neuronas y enviarlos hasta el soma. Cada neurona tiene muchas
dendritas que se dividen formando un sistema de ramificaciones similar a un árbol.
El axón es una prolongación del soma que se extiende en dirección opuesta a las dendritas y
tiene la función de conducir un impulso nervioso desde el soma hacia otra neurona,
músculo o glándula del cuerpo humano. Al igual que las dendritas terminan en
ramificaciones.
Nódulos de Ranvier: son a las interrupciones que ocurren a intervalos regulares a lo largo
del axón en la vaina de mielina que lo envuelve. Estos ínfimos espacios (un micrómetro de
longitud), exponen a la membrana del axón al líquido extracelular. Su función es que los
impulsos nerviosos se trasladen con mayor velocidad.
Vaina de Mielina: La mielina es una estructura formada por las membranas plasmáticas que
rodean a los axones.