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“El nuevo medievalismo y la interpretación de los textos históricos”;

Jaume Aurell
0. Introducción
La historiografía se va a ver sacudida por nuevas corrientes a partir de los años 70 del
siglo XX, entre las que destaca la del postmodernismo. En este nuevo contexto intelectual,
los textos históricos medievales dejan de concebirse como un documento histórico poco
fiable. Las crónicas son analizadas ahora como una realidad coherente en sí misma, tanto
histórica como literaria.

Lo que se pretende es estudiar las nuevas metodologías que se han incorporado para el
análisis de los textos históricos medievales (analizando el nuevo medievalismo) y
estudiar la función del texto histórico considerado como artefacto literario.

1. Las propuestas del Nuevo Medievalismo

El término “postmodernismo” fue divulgado por Jean-François Lyotard para encerrar en


un mismo concepto el cúmulo de corrientes intelectuales dentro del campo de las ciencias
sociales que pretendían romper con la tradición. Esta corriente va a influir en el modo de
concebir, de interpretar y de escribir la historia.

Paul Freedman y Gabrielle M. Spiegel van a describir la emergencia de un “nuevo


medievalismo”, el cual no supondrá una ruptura con el viejo, pero si aportará un análisis
de la Edad Media desde nuevas perspectivas.

Se postula así una idea a la hora de tratar por ejemplo las crónicas, de las que interesa
tanto lo real como lo imaginario, lo verídico como lo ficcional, lo expresado como lo
silenciado. El nuevo medievalismo se convierte en una ciencia no de los hechos, sino de
los discursos. Para las nuevas tendencias, el texto contiene significaciones múltiples.

Prestigiosos académicos como Leslie Workman, han llegado a postular una sutil
distinción entre los estudios medievales, cuyo objetivo es el estudio científico de la Edad
Media, y el medievalismo, que representa la aplicación de las ideas de la época medieval
a las respectivas situaciones contemporáneas.

El viejo medievalismo postula los valores de la tradición heredada del método científico
del historicismo clásico; el nuevo medievalismo apuesta por un acercamiento presentista
a la realidad medieval (pero no rompe con la tradición totalmente).
Algunos medievalistas han denunciado que la disciplina medieval ha quedado aprisionada
por la asunción de una serie de técnicas (diplomática, paleografía, etc.) que asegurarían
un procedimiento desde el punto de vista formal, pero no garantizarían un acceso a la
realidad del pasado. El medievalista lo que no tiene que olvidar (sin desechar estas
técnicas) es que el documento contiene una ideología, el cual refleja una lectura del
mundo y requieren una interpretación crítica que les ponga en conexión con su contexto.

El nuevo medievalismo apostaría por una radicalización de sus temas, a ámbitos más
marginales como la marginalidad, la pobreza, la brujería o las manifestaciones macabras
de la vida y de la muerte.

Otra idea es que, a lo largo de la historia, ha habido intelectuales que han aspirado a
reemplazar la vieja historia por una nueva, que fuera más objetiva y menos narrativa, más
científica y menos literaria. Autores como Jacques Le Goff emplearán este término para
tratar nuevos problemas de la historia.

La nueva historia, va a reactivar una serie de temas que siempre habían sido considerados
residuales El trasfondo histórico de las narraciones de ficción, la historicidad de las
imágenes y de los símbolos, los vestigios arqueológicos o los documentos inquisitoriales.

2. La interpretación de los textos históricos al tercer nivel

Los textos históricos medievales dejarán de considerarse documentos sin más que daban
conocimiento determinado de una época determinada y pasarán a ser considerados
artefactos literarios. No sólo darán pistas del período al que se refieren sino además del
período desde el que han sido articulados.

Los textos históricos son ahora tratados desde una doble perspectiva Histórica y
Literaria.Hay un mayor vínculo estrecho. Documentos como las crónicas medievales son
construcciones literarias, sociales y políticas que deben ser estudiadas en todas estas
dimensiones. Los historiadores deben ser conscientes de su naturaleza discursiva, de
sus modos literarios y de sus condicionamientos ideológicos. El nuevo medievalismo
habla ahora de “un tercer nivel”:

 Primer nivel Labor de edición y fijación de textos históricos.


 Segundo nivel Contextualización de los textos históricos.
 Tercer nivel Interpretación y aplicación de nuevas corrientes (antropología,
lingüística y sociología).
Por lo tanto, el texto histórico adquiere ahora una perspectiva más amplia Como
artefacto literario, como narración histórica y como intermediario entre el presente
y el pasado. Las nuevas tendencias sugerirán una lectura del texto histórico no sólo como
intermediario de la realidad, sino también como constituyente de la realidad misma. No
solo leer el texto como tal e interpretarlo tal cual, sino buscar las motivaciones de quienes
lo escribieron y la mentalidad del período en sí.

3. El texto histórico como artefacto literario: El contenido de la forma

El “nuevo historiador” debe aspirar a una lectura integrada de las crónicas, que conjugue
historia con lingüística, antropología y sociología. Ya no se trata de distinguir lo
verdadero de lo falso. Se parte de la idea de que esas narraciones tienen una
intencionalidad concreta. Se huye de una lectura racionalista, y se busca una
interpretación que tenga en cuenta su simbología, sus mitos, medias verdades, etc.De este
modo se abarca la dimensión histórica de los textos (contexto) y su dimensión literaria
(basada en el logos).No pueden ser analizados por separado.

Dentro del “postmodernismo”, nos encontraremos con posturas más radicales como las
del historiador norteamericano Hayden White, que apuesta más por los aspectos
formales del texto que sobre el contenido en sí.

4. La lógica social del textos histórico

Las variaciones formales del texto histórico representan mucho más que unas simples
mutaciones gramaticales o idiomáticas. Por ejemplo:

 Francia del siglo XIII Felipe Augusto con su política expansiva de recuperación
del pasado glorioso del Imperio Carolingio.
 Cataluña del siglo XIIICrónica de Jaume I o Llibre del fets. Narración
epopéyica de las conquistas.

Ya no son suficientes las crónicas rimadas o la literatura épica de las canciones de gesta.
Es preciso modernizar el discurso y establecer nuevas técnicas.

A partir del conocimiento del contexto desde el que los textos fueron articulados, el
historiador es capaz de adentrarse en la intencionalidad, la ideología, la manipulación, las
motivaciones y los objetivos de los textos históricos. Las formas literarias adoptadas por
los textos históricos (annales, calendarios, cronologías, genealogías, crónicas, etc.) son
un reflejo de todos los condicionantes del contexto desde el que han sido generados.Los
textos deben ser estudiados como espejos de la sociedad y como generadores de las
realidades sociales.

5. La función de las genealogías: Mitificando el pasado para consolidar el presente

Este nuevo género histórico se divulga en Europa durante la segunda mitad del siglo XII
como un instrumento privilegiado para consolidar el poder monárquico, basado en la
transmisión dinástica y hereditaria. (DestacanGrandes Chroniques francesas, o Gesta
Comitum Barcinonensium).

La construcción de las genealogías es uno de los métodos más eficaces de unir pasado y
presente (de ahí surgen, en muchas ocasiones, los personajes legendarios fundadores de
dinastías). Al mismo tiempo, las genealogías de los siglos XII y XIII constituyen
probablemente la primera secularización del tiempo en un contexto cortesano. Ya no se
remontan a tiempos bíblicos, sino a los tiempos del fundador de la dinastía.

6. De las genealogías a las crónicas: Transformaciones literarias y mutaciones


sociales

A mediados del siglo XIII las genealogías pierden vigor. Habían sido eficaces para
legitimar la existencia de las nacientes dinastías, pero parecían insuficientes para
fundamentar ideológicamente las políticas expansivas del momento.

Lo que muestran todas estas mutaciones de la historiografía durante el siglo XIII es que
las transformaciones literarias en los textos históricos están estrechamente relacionadas
con los cambios sociales y políticos.

7. Conclusiones: Del historicismo al postmodernismo

La medievalista norteamericana Kathleen Biddick, establecería que lo que más


dominaba en aquel entonces era el “presentismo” frente al “preterismo”. Los
historiadores dedicados al análisis de la historiografía medieval deben superar la fase de
la desmitificación de los textos históricos y deben redescubrir el valor literario e histórico
de las crónicas y apreciar así su dimensión contextual. Los textos históricos deben ser
leídos en sí mismo como unos fenómenos culturales, devolviéndolos al contexto social
desde donde fueron creados y desde donde recibieron una forma y contenido precisos.

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