Maestría en Educación
Cátedra Mediaciones educativas y evaluación de los
aprendizajes
Paula Navarrete Benavides
Síntesis Crítica
Evaluación desde la comprensión de una obra de arte
Por ende, una obra para ser considerada arte, debe ser sometida a una aprobación,
inicialmente de su creador, pero en definitiva colectiva, compartida y pública, es decir, ceder el
poder del juicio y la estimación a todo aquel que la admire. ¿Qué sería de una obra de arte sin el
ojo que la observa, sin el corazón que se deja conmover, sin el hombre que se reconoce en ella?
¿Qué implicaciones conlleva este ejercicio reestructurante?, para Eisner (2004) “medir es
incompatible con las artes” (p. 219), así como el esfuerzo errado por normalizar la actividad
artística, tratando de homogenizarla y organizarla, siendo el caos el principal componente
creativo; como también, lo perjudicial que puede ser agregarle una calificación a un proceso de
aprendizaje, pudiendo obstaculizar la liberación del potencial creador. Por tal, esta apreciación
de la cual habla el autor, supone una “reeducación de la percepción” hacia el acto educativo,
visto tanto desde la enseñanza como del aprendizaje, es decir, contemplar el ejercicio de educar y
aprender como una obra de arte que está en proceso de formación, la cual debe ser sometida a
constantes juicios de valor para su significación, construcción y deconstrucción.
Así pues, vincular a los diversos actores dentro de la experiencia educativa y estética,
implica procesos de contemplación de la obra de arte-educativa desde la autoevaluación,
coevaluación y evaluación por compañeros (Anijovich, Malbergier y Sigal, 2004; Brown y
Glasner, 2007). Propiciando en esta lectura semiótica del acto creativo una reflexión por parte de
quien crea (autoevaluación), admitiendo la “representación que el alumno se hace de sus propias
capacidades y formas de aprender” (Anijovich, Malbergier y Sigal, 2004), así como de la
construcción de sus propias formas de aprendizaje; implicando tras de sí, una reflexión que es
sometida a juicios de valor por el mismo creador.
por una parte, el alumno recibe una información que contrasta con la suya; por la otra, el
alumno a grupo de alumnos que valora el trabajo de un compañero toma también
conciencia durante ese proceso de los aspectos más relevantes del contenido de
aprendizaje (Anijovich, Malbergier y Sigal, 2004).
En estos espacios de negociación, el estudiante adquiere la responsabilidad sobre sí
mismo y sobre el sujeto u obra educativa que juzga, permitiéndole tomar conciencia de otros
procesos de aprendizaje como sujeto que también está construyendo y creando.
Por último, la evaluación entre pares conlleva a realizar juicios sobre las obras de otros
desde criterios compartidos y negociados, compartiendo de esta manera, el poder sobre el
aprendizaje, de sí mismo y del otro (Brown y Glasner, 2007). De tal manera, la construcción de
significados es compartida y colectiva, pero sobre todo, puesta en contextos reales de quienes
aprecian.
Esta analogía entre acto educativo y experiencia estética – artística, reconoce nuevas
formas de construcción de realidad, viendo la evaluación como un acto de apreciación de la obra
arte en proceso de formación, que implica constantes transformaciones a lo largo de su creación,
basadas en juicios de valor por parte de quienes la contemplan y admiran, ya que como público
expectante, convergen realidades diversas, significados y significantes, lecturas semióticas,
contrastes constructivos y deconstructivos, no sólo por parte de quien es poseedor de la creación,
sino de todo aquel que desde su posición se identifique con la obra de arte.