paso a Secundaria
La transición entre la Educación Primaria y Secundaria se produce en una edad
clave en el desarrollo del alumno
10 de septiembre de 2008
Imagen: Marta
El itinerario académico de los escolares españoles está marcado por la evolución entre las
distintas etapas formativas que conforman el sistema educativo en nuestro país: Infantil,
Primaria y Secundaria. La transición entre estas etapas genera evidentemente significativos
cambios tanto en la organización escolar como en el desarrollo académico de los alumnos,
provocando en muchos casos situaciones de intranquilidad o incertidumbre entre las familias
ante el modo en que sus hijos se adaptarán a los nuevos retos en su educación; sobre todo,
en el paso de la etapa de Educación Primaria a Secundaria, donde los cambios escolares son
más relevantes y se combinan además con la transición en el desarrollo del niño a
la adolescencia.
Cambio de centro escolar: mientras que las etapas de Infantil y Primaria se imparten en el
sistema público de enseñanza español en los Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP)
o Centros de Educación Primaria (CEP) la ESO se imparte en los Institutos de Educación
Secundaria (IES), generalmente adscritos a los anteriores. Este cambio conlleva una mayor
libertad de movimientos al alumno, ya que el control del profesorado no es tan férreo como
puede ser en Primaria y se otorga mayor independencia al estudiante.
Que el alumno se adapte correctamente a estos cambios puede ser determinante en el éxito o
fracaso escolar durante esta etapa educativa y consecuentemente en el posterior paso del
estudiante a niveles educativos superiores. Por eso, el papel que deben desempeñar las
familias durante el primer año de Secundaria no debe estar relegado a la mera observación,
sino que debe ser participativo y activo de modo que facilite, dentro de la independencia que
se le debe dar al alumno en estas edades, su adaptación e integración tanto social como
académica. Estos son algunos consejos que los profesionales de la educación y orientación
recomiendan a los padres y familias de estudiantes que se incorporan a la etapa de
Secundaria para ayudarles a que la transición sea más fácil:
Mantener un contacto periódico y fluido con el tutor del alumno, que al igual que en Primaria
sigue siendo la persona de referencia para las familias; este contacto permitirá a los padres
conocer la evolución del estudiante en el centro y asimismo informar al tutor de cualquier
problema que se pueda detectar en casa.
Comunicarse con los hijos durante esta etapa es fundamental para su buen desarrollo y para
transmitirles la seguridad que necesitan en estas edades en las que su grado de madurez es
superior y asimismo aumenta su nivel de libertad pero también de responsabilidad. Es
conveniente enseñarles que ambos conceptos deben complementarse.
Y además...
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La transición de la Primaria a la
Secundaria. Ideas a partir de un
estudio de caso
Montserrat Fidalgo-García; Aleix Barrera-Corominas,
18/02/2014
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Puntuar
Pero ¿qué debemos entender por transición? Gimeno (1997) la define como el momento y la
experiencia de vivir la discontinuidad dentro de la natural multiplicidad, diversidad y
polivalencia del mundo social y cultural en que nos toca vivir en cierto momento (transiciones
sincrónicas que se producen en un determinado tiempo vital), o la experiencia y el momento
de pasar, sin poder volver, de un estadio a otro, de un estado a otro diferente, de un nicho que
superamos o que perdemos a otro diferente (transiciones diacrónicas).
En educación, la transición es el proceso que viven los alumnos cuando cambian de curso,
ciclo o institución; cambio que puede afectar a su ambiente social, a la metodología de
enseñanza, a su grupo de compañeros, a los profesores, etc. Este cambio se desarrolla de
forma positiva cuando permite la adaptación a la nueva situación sin que ello suponga ningún
tipo de contratiempo para el alumnado a nivel educativo, social o emocional. Sin embargo, la
experiencia nos muestra que en múltiples ocasiones la transición es vivida por los estudiantes
como algo traumático que acaba afectándoles, al menos temporalmente, en los niveles
mencionados.
Álvarez y Pareja (2011) establecen cuatro etapas diferentes dentro del proceso de transición,
para cada una de las cuales concretan la tipología de acciones que deberían tomarse en
cuenta. Las etapas definidas son: (1) la pre-transición, que incluye las acciones previas o de
preparación del cambio; (2) el cambio, que considera las acciones puntuales desarrolladas en
el primer momento de transición; (3) el asentamiento, que se relaciona con las acciones que
deben favorecer la adaptación; y (4) la fase de adaptación, que cierra el proceso de transición
garantizando la plena integración de los estudiantes al nuevo ambiente.
El presente escrito recoge los resultados de un trabajo de investigación1 cuyo objetivo era
analizar el proceso de transición entre primaria y secundaria, entre un centro de educación
primaria y un instituto de educación secundaria. La investigación parte de un estudio de caso
de corte eminentemente cualitativo. La recogida de datos se ha realizado mediante entrevistas
semiestructuradas con responsables de ambas instituciones y el profesorado implicado en el
proceso de transición; también con cuestionarios a los alumnos de último curso de primaria y
los alumnos de primer curso de educación secundaria, la observación de reuniones de
coordinación y el análisis de la documentación generada a partir de las mismas.
Los resultados que se presentan, estructurados a partir de las diferentes fases de la transición
definidas por Álvarez y Pareja (2011), intentan dar pistas a los gestores de instituciones
educativas sobre cuáles son las estrategias identificadas que mejor valoración han tenido por
parte de profesores y alumnado en cuánto a la organización del proceso de transición.
Fase de pre-transición, que es la que implica un mayor protagonismo del centro de primaria, y
concretamente los profesores que atienden a los alumnos que deberán cambiar de centro:
Canalizar desde la tutoría las inquietudes del alumnado sobre el cambio de etapa a
través de ratos de conversación o discusión sobre el tema. Intentando ofrecer a los
alumnos siempre una visión realista de la nueva situación sin crear falsas
expectativas.
Establecer que el instituto haga una visita a la escuela para informar (tanto a padres
como a alumnos) sobre cómo se estructura el instituto, las características del nuevo
centro, elementos clave a considerar, etc..
Organizar visitas de los alumnos de primero de secundaria (los que el año anterior
cambiaron de centro) al centro de primaria para dar a explicar su experiencia en la
nueva etapa y resolver dudas particulares que los alumnos que deberán iniciar la
transición puedan tener.
Organizar visitas al centro de secundaria, bien a través de las puertas abiertas o
mediante la organización de actividades lúdicas conjuntas en la que los alumnos
puedan conocer el centro que las acogerá y puedan empezar a socializarse con los
alumnos del nuevo centro.
Fase de cambio, durante la cual es muy importante la coordinación entre el centro de primaria
y el de secundaria. Algunas propuestas consideradas para mejorar este momento de cambio
son:
Adaptar las metodologías durante los primeros meses del nuevo curso para facilitar los
aprendizajes por parte de los alumnos.
Incrementar la acción tutorial y de seguimiento individualizado; sobretodo en los
alumnos que presenten mayor riesgo de exclusión académica y social.
Mantener durante este periodo las mismas normas y rutinas que en primaria,
sobretodo en relación a la presentación de trabajos, metodología, sistema de
evaluación, etc.. Introducir gradualmente las formas de trabajar y las rutinas del nuevo
centro.
En definitiva, para garantizar un buen proceso de transición primaria – secundaria hace falta
fomentar más la comunicación entre el profesorado de las escuelas y los institutos. La
coordinación de centros es un punto clave para una correcta transición educativa, ya que
ayuda a regular y mejorar las consecuencias que esta ejerce sobre los alumnos. Definir
proyectos interinstitucionales que coordinen el proceso de transición y enfaticen la
colaboración y coordinación de los centros se convierte en una de las estrategias más
efectivas para combatir las problemáticas que pueden afectar a los alumnos.
Referencias:
Álvarez, J.D. y Pareja, J.M. (2011). ¿Es posible una transición pacífica? La transición
educativa es una cuestión colectiva. Alicante: Universidad de Alicante
Notas al pie:
1.- Proyecto Fin de Grado (2013) realizado por Montserrat Fidalgo, tutorizado por Aleix
Barrera-Corominas, en el marco del Grado de Educación Primaria de la Universitat Autónoma
de Barcelona.
A medida que los niños avanzan en los diferentes grados de la escuela, se enfrentan a diferentes
desafíos. Además de que cambian las exigencias académicas y sociales, los alumnos también
experimentan cambios físicos (aparecen los principales cambios propios de la pubertad) y
emocionales.
Si bien los niños continuamente están en proceso de adaptarse a nuevos desafíos, los educadores y
los especialistas en salud mental coinciden en que hay ciertos puntos de transición críticos (com
el salto de primaria a secundaria) que pueden ser particularmente estresantes y requieren apoyo
y comprensión especial. Los padres y los educadores pueden ayudar a los niños a adaptarse a sus
diferentes experiencias escolares de varias formas.
Los principales cambios que experimentan los niños al pasar
de primaria a secundaria
Debes tener en cuenta que los principales cambios que van a vivir son tanto académicos como
personales. Se detallan a continuación los principales cambios que suelen experimentar:
1. Nuevo centro escolar: en el caso que donde hayan cursado la educación primaria no puedan
realizar la secundaria. Si se da el caso, también es probable que esté en distinta ubicación y puede
que más lejos de casa. Tanto el nuevo centro como donde se encuentra el barrio, el camino para
llegar a él, etc. representan importantes cambios para el niño.
2. Nuevas relaciones sociales: si cambian de centro verán caras nuevas, nuevos compañeros,
profesores nuevos, etc. y experimentarán cambios en sus relaciones sociales: nuevos temas,
inquietudes, opiniones, etc. para compartir con sus nuevos compañeros.
3. Cambio de estatus como alumno: en el último curso de primaria se podían sentir mayores y
superiores. Al llegar al primer año de secundaria pueden sentir inferioridad.
4. Rendimiento académico: existe la posibilidad de que experimente un descenso en su rendimiento
académico y esto se refleje en las notas. La exigencia y la dificultad aumentan y es, en cierta
medida, normal que las notas de secundaria sean menores que las de primaria, sobretodo en un
principio cuando el niño se está adaptando a las nuevas exigencias.
5. Nueva metodología didáctica: en la que tienen mucho protagonismo las exposiciones del profesor,
el libro de texto y aprendizaje memorístico. Se trata de actividades en las que todo el grupo hace lo
mismo y los profesores pueden estar un poco más distantes. Además, se encuentran con más
materias y más demanda de horas dedicadas al estudio.
6. Posible disminución del interés por los estudios: y aumento de interés por actividades como el
deporte, la música o las redes sociales.
7. Cambios en la relación con los padres: empiezan a ver a sus padres desde una nueva perspectiva.
En este sentido, si tu relación con ellos es fuerte y positiva desde niños, será más fácil mantener
vuestros lazos. Recuerda que el entorno y la situación familiar del momento influirán también en
ellos.
Todas estas situaciones que comporta la nueva etapa pueden crearles cierta confusión. Por eso es
recomendable controlar y vigilar cómo la llevan.
Etapa:
De 5 a 12 años
Tema:
Desarrollo y aprendizaje
Escuela
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