El nuevo material es tan delgado (apenas tres átomos de grosor) que permite crear
una capa que funciona como antena y que podría, en teoría, cubrir toda clase de
objetos. De un auto a un avión y de la ropa que usted usa a la fachada del edificio en el
que vive.
En el documento del estudio, publicado el lunes por la revista Nature, se indica: “Las
propiedades electrónicas y mecánicas de esta clase de materiales los hace prometedores
para su uso en dispositivos electrónicos flexibles. Su grosor en la escala atómica y su
enorme capacidad de síntesis a gran escala podrían permitir el desarrollo de una
‘piel inteligente’, que podría transformar objetos ordinarios en una red inteligente
de sensores distribuidos”.
El desafío de tales redes sería la alimentación de energía, pero el desarrollo del MIT
solucionaría el problema al tomar la energía del ambiente, lo que crea la promesa, lejana
todavía, de un mundo libre de baterías, en el que no sería necesario llevar a todos lados
una reserva de energía porque esta sería fácilmente obtenible de señales inalámbricas.