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Así es la cultura de la basura en Japón

¿Es una cuestión de gobiernos o meramente cívica que en países como


Japón el 90% de los desechos estén perfectamente clasificados y
programados para su recolección y reciclaje?
Por Addi GutiérrezMiércoles 20 de agosto de 2014, a las 13:08

Qué ironía (y vergüenza) que mientras las noticias sobre algunos países en el
pasado Mundial de Fútbol eran peleas y malas costumbres, las de Japón eran
sobre sus aficionados recogiendo su basura después del partido. A nosotros,
los occidentales consumistas nos parece un acto hasta heróico, pero ¿qué lo
hace tan especial? Que no todos somos capaces de hacer sencillas acciones
para ocuparnos de los desechos que generamos.

Monserrat Loyde, una mexicana que reside en Japón explica que la razón
principal de que Japón sea limpio es la educación que se recibe desde la
infancia (tanto en escuelas como en hogares) sobre el comportamiento ante
la basura.

Así que esto no fue un plan para llamar la atención de los medios, pues en
Japón es una práctica normal. Y no, tampoco tiene que ver con el pretexto de
que no haya botes de basura en espacios públicos, pues Japón tampoco tiene.
La diferencia es que Los japoneses no comen mientras caminan en la vía
pública, no hay puestos ambulantes (salvo en festivales especiales) y los
pocos residuos que producen los llevan hasta su casa para depositarlos en sus
propios contenedores.
En las tiendas de conveniencia sí hay basureros para papel o envolturas,
botellas de vidrio, plástico o lata de los productos ahí comprados y
consumidos. Las maquinas de refrescos tienen su propio basurero, y la gente
no pone ahí basura diferente a botellas.

Separación de residuos (cc) Daniel Calonge / Flickr

En el metro también se pueden ver pequeños basureros pero sólo para


revistas o periódicos, papel y envolturas pequeñas, latas, botellas de vidrio y
plástico. Los envases de plástico, cartón o unicel se pueden tirar en
contenedores de los supermercados siempre y cuando estén limpios.

Cómo se separa y recoge la basura


La normativa obliga a que un simple recipiente de crema se divida de la
siguiente manera: la tapa es combustible, pero el resto es incombustible. Si es
una crema natural o bio, hay que quitarle el papel que le rodea. Luego, hay que
separar las piezas, lavarlas, secarlas y clasificarlas.

Las bolsas donde se guarda la basura también tienen normas, se han retirado
las bolsas negras comunes y se han sustituido por otras semitransparentes
que, al incinerarse, lanzan al aire menos toxinas. En los 23 distritos que
integran la capital dichas bolsas deben ser las reglamentarias y haberse
comprado en supermercados o grandes almacenes. Si son diferentes por
haberse adquirido en otra jurisdicción, la municipalidad no las recoge y a ver
qué haces con ellas.

Aunque todos estos requerimientos tienen algunas variaciones dependiendo


del distrito en el que te encuentres, todos exigen lavar las botellas de plástico
y cristal, retirar las etiquetas, enjuagar los empaques de cartón, así como
doblarlos y apilarlos para que ocupen menos espacio. Para que los habitantes
estén enterados de cómo se separa correctamente la basura, les son
entregados manuales con las especificaciones.

Separación de basura en Japón (cc) misskoco / Flickr

También existe un límite de medida de la basura que puede tirarse dentro de


las bolsas que se compran. Si ese límite se excede, un día al mes, previa cita
por teléfono, el basurero pasa a una hora especifica para recoger la basura
especial, la cual debe llevar el nombre, la dirección y el comprobante del
impuesto pagado. Por ejemplo, todos los aparatos electrónicos, muebles,
bicicletas o fierro entran en esta categoría especial. En el caso de la ropa
usada, se mete en los contenedores lavada y seca. Nada de bolsas chorreantes
haciendo un oloroso caminito de lixiviados en la banqueta.

Otra cosa, el camión de la basura es especial para cada tipo de resíduos, esto
porque los tritura in situ, al momento de recogerlos. Así pueden pasar
directamente a las plantas de reciclaje. Para incentivar estas prácticas se han
implementado sistemas de reciclaje con base en la utilización de una tarjeta
de chip. En dicha tarjeta, por cada botella de plástico se abonan puntos.
Cuando juntas 1.000 puntos, el establecimiento está obligado a canjearlos por
descuentos. Algo así como las máquinas que alimentan a perros cuando
reciclas botellas de PET o las que te dan acceso al transporte público a cambio
de latas y botellas implementados en algunas ciudades.

Si no te quedó muy claro, este vídeo de 2011, hecho por Sandyael Mikoku te
lo explica de otro modo:

Otra forma de pensar


Claro que no todas las calles de Japón son un paraíso, pero el esfuerzo que
hacen por mantener sus espacios limpios es admirable. Mahatma Gandhi
decía que:

El amor es la fuerza más grande del universo, y si en el planeta hay un caos


medioambiental es también porque falta amor por él. Hay suficiente en el
mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para
satisfacer su codicia.

Es ahí cuando nos damos cuenta que la diferencia cultural y de educación es


abismal. ¿Por qué no intentar cambiar esto, por qué no intentamos
comprometernos, no con el mundo, no con el país, sino con nuestro espacio y
con nosotros mismos? Esa calle que diario transitamos, ese parque en el que
vamos a correr, la oficina o simplemente con nuestra casa. El solo hecho de
separar la basura (y lavarla), no tirar envolturas y plásticos en la calle,
reutilizar los envases que nos sirvan y cumplir con las normas necesarias para
un mejor control del sistema de recolección de basura en nuestras ciudades.

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