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el conejo y la tortuga

Había una vez en un bosque muy hermoso un conejo y una tortuga entonces varios de los amigos
del conejo propusieron por qué no haríamos una carrera al cabo la tortuga es super lento el
conejo aceptó y dijo yo acepto claro que acepto porque yo soy el mejor la tortuga dijo bueno está
bien yo también acepto muy feliz entonces después de eso llegó el gran día y se pusieron a correr
el conejo ya iba súper adelantado cuando digo bueno la tortuga todavía no me alcanza así que yo
me voy a dormir y se durmió entonces cuando ya se despertó varios de los amigos dijeron la
tortuga ya te rebasó la tortuga ya te rebasó y el techo a correr entonces ganó la tortuga y varios de
los amigos del conejo para apoyarlo dijeron en la tortuga hizo trampa la tortuga hizo trampa y uno
de los otros animalitos digo claro que no la tortuga no al día siguiente es la tortuga como era muy
buena le di ya conejo tu tranquilo al cabo solar una competencia no te enojes lo que importa que
te diviertas y no y no pasa nada si pierdes o ganas igual pues que te dan \n\n\nMoraleja no hables
mal de las demás personas si no tú vas hacer como el conejo esta es tu lección

Cuento de flautista de hamelin

Hace mucho mucho tiempo hubo en Alemania una ciudad llamada Hamelín. Era una ciudad
rodeada por murallas, muy bonita y también muy próspera puesto que tenía un importante puerto
al que iban comerciantes de todo el mundo.

Todos sus habitantes vivían felices en Hamelín hasta que un día, mientras todos dormían,
empezaron a llegar a la ciudad cientos de ratas. Llegaron tantas que invadieron totalmente la
ciudad hasta dejarla totalmente infectada. No había un lugar en el que no se encontrara una rata.

La situación era tan terrible que el alcalde


mandó traer gatos para que acabaran con
ellos, trampas y ratoneras, pero no sirvió de
nada. Incluso probaron con matarratas, pero
no funcionaba. Las ratas eran cada vez más y
más.

En medio de esta situación llegó a Hamelín un


trovador que aseguró al alcalde que sería
capaz de limpiar la ciudad de ratas.
- ¿Vos sólo podréis hacerlo?

- Por supuesto. Pero a cambio pido mil monedas de oro.

- No os preocupéis. Si lo conseguís os daré un millón si es necesario.

El trovador llegó a la plaza del pueblo, sacó una flauta de madera de su bolsillo y empezó a tocar.
En ese momento, las ratas comenzaron a salir de todos los rincones de la ciudad. Cientos y cientos
se acercaron hasta él y comenzaron a seguirlo cuando empezó a recorrer todas las calles de
Hamelín.

El flautista continuó caminando hasta salir de la ciudad y llegar al río, donde se paró en la orilla y
siguió tocando. Las ratas estaban tan ensimismadas por la música que cayeron al agua y murieron
ahogadas.

De modo que el flautista volvió a ver al alcalde para pedir su recompensa.

- ¿Mil monedas de oro por una música? ¡Os daré como mucho cien monedas! - dijo el alcalde
riéndose.

- ¡Pero eso no es lo que me prometisteis! En ese caso lo lamentaréis.

El trovador salió del ayuntamiento y comenzó a tocar con fuerza su flauta. En esta ocasión, fueron
los niños, grandes y pequeños, los que empezaron a salir de las casas y comenzaron a seguirle allá
donde iba.

El flautista salió de la ciudad y todos los niños de Hamelín salieron con él y nunca más se los volvió
a ver.

Regreso de la tortuga toby

Toby aparece por primera vez en The Tortoise and the Hare, donde corre contra Max, la Liebre en
una carrera para ver quien es el mejor. Al principio Max adelanta a Toby con su gran velocidad, ya
que Toby es muy lento, pero Max empieza a confiarse demasiado, y mientras emplea el tiempo en
otras cosas, Toby logra adelantarle, y consigue ganar la carrera.

Vuelve a aparecer en Toby Tortoise Returns, donde se enfrenta de nuevo a Max, esta vez en una
pelea de boxeo. Y aunque parece que Max está a punto de vencerle, Toby logra ganarle.
El Rey Midas y el Toque de Oro

Una Leyenda de la Grecia Antigua Hubo un rey de Frigia cuyo nombre era Midas. Un día tuvo la
buena suerte de hacerle un favor al dios Dionisos. En pago por el favor recibido, Dionisos le
concedió hacer cualquiera petición que se le antojara y le sería concedida. Midas era un avaro.
Creía que no había cosa en todo el mundo mejor que el oro y pensaba que cuánto más oro tuviera
cuánto más feliz sería. Así suplicó al dios que le concediera que “todo cuanto tocara se convierta
en oro”. Dionisos se entristeció al oír este deseo tan miserable de parte de un rey, sin embargo, le
otorgó su petición. “Tu petición te es concedida”, dijo Dionisos al despedirse del avaro Midas.
Midas se sentó en su trono felicitándose por la buena suerte y por su sabiduría. Sus manos
cayeron sobre los cojines de seda. Al toque de sus dedos, los suaves y bellos cojines se enfriaron y
se pusieron duros y fríos. Su bello color carmesí desapareció dejando una brillante amarilla como
el color del sol. Se habían vuelto oro. Midas quedó encantado. Alargó la mano para tocar el oro y
con la manga de su manto los rozó para darle mayor brillantez. Sin duda alguna, ellos eran de oro,
¡de oro puro! Y con emoción creciente Midas anduvo por el gran salón de su trono tocando todo
de modo que resplandecía bajo los rayos del sol de la mañana. Cuando los muebles del gran salón
quedaron a su gusto, salió de su palacio, entrando en el bello jardín de rosas, dejando en el suelo
sus huellas de oro puro. El jardín era un lugar muy hermoso. Por todos lados había rosas de todos
colores, unas rosaditas, unas rojas encendidas y unas blancas como la nieve. Estas blancas eran el
deleite de su amada hijita. Su fragancia llenaba todo el jardín y subía para llenar el cielo celeste
que lo cubría. Por todos 2 lados se oía el canto de las aves y el zumbido de las abejas. Pero a Midas
no le importaba ninguna de esas bellezas. Impulsado por su sed de oro, anduvo rápidamente de
rosal en rosal tocando todos. Al fin, con la tarea terminada, dio la vuelta para entrar de nuevo en
el palacio. El retintín de las hojas y las flores movidas por la brisa le parecía la música más duce
que jamás había escuchado. Apresurándose entró de nuevo en el salón de su trono y mandó que
sus esclavos le sirviesen su comida. Le obedecieron, y él con gran apetito se acercó a la mesa para
comer. Pero en cuanto la comida tocó sus labios se endureció y se volvió oro. El vino y el agua,
haciendo ruido metálico, se asentaron asentándose en el fondo de los vasos, trocados en oro
puro. ¿De qué le servirían vasos y platos de oro, si a él le tocaba morir de hambre? Sus
pensamientos tristes fueron interrumpidos por el lloro amargo de una niña. Alzando la vista, miró
que su querida hijita entraba llorando en la casa llevando un ramo de rosas de oro en su mano.
“Oh, Papá”, gritó ella. “¡Alguien mató todos nuestros rosales!” “Yo los troqué en oro, Hijita mía”,
dijo Midas cariñosamente. “Así son más hermosas”. “No, Papaíto”, dijo la pequeña niña. “Hazlas
como eran”, suplicó echándose en los brazos de su padre. Cariñosamente él puso su mano sobre
su cabecita y comenzó a decir: “No llores, Hija mía”. En eso sintió que sus bracitos se pusieron
duro y al momento él estaba abrazando una estatua de oro. Horrorizado, la tomó en sus brazos y
la recostó sobre el lecho y gritando llamó a sus sirvientes. Pero ellos habían huido aterrorizados,
dejando solo al rey. Toda la mañana, el padre se quedó sentado llorando en el silencioso palacio al
lado de la estatua que había sido su hija esperando y aún deseando que la muerte viniera y le
llevase a él también. Por la tarde a la puesta del sol, Dionisos se le apareció otra vez, tal vez para
consolarlo y alegrarlo en el ambiente triste y solitario del palacio. Con cara seria, le preguntó a
Midas: “¿Estás contento y satisfecho?” Y Midas humildemente le contestó, “Me equivoqué. Hay
cosas mejores y mucho mejores que el oro. Yo las tenía sin saberlo. ¿Es demasiado tarde? ¿No
puedes hacerme el favor de quitarme este don tan fatal? Para mí no pido nada. Solamente que me
devuelvas la vida de mi hijita”. Entonces Dionisos le mandó a bañarse en el río que pasaba por su
jardín si él quería librarse de este poder detestable. Con una sonrisa de gratitud, el rey se volteó
para darle las gracias al dios, pero Dionisos ya había desaparecido. Midas salió corriendo al río y se
sumergió en las aguas. Al pisar las arenas de la ribera las dejó brillando, arenas doradas de oro.
Refrescado y de corazón ligero y alegre, llevó consigo agua del río para rociar los rosales en el
camino. Entonces regresando al lado de la bella estatua que antes era su hija, le dejó caer sobre la
cabecita las gotas que restaban. Con un suspiro la niña abrió sus ojos. Contempló a su padre y se
volteó para ver el ramo de rosas que sostenía en sus manos. “¡Oh, Papaíto!” dijo ella. “Soñé algo
horrible. ¡Soñé que alguien había trocado nuestros bellísimos rosales en pedazos de oro feo y
detestable!” “¿No quieres que vayamos a ver si es cierto?” preguntó Midas. Tomados de la mano
el rey y su pequeña amada, salieron al jardín y descubrieron que las rosas florecían una vez más.

Rey Neptuno
Rey Neptuno es el rey de los mares. Él es el marido de Anfitrite. Es discutible la persona
más poderosa en el mar (con Poseidón). Él es un mal, ardiente tritón templado. Le gusta
disparar a la gente con su tridente, pero lo llama punzante Mindy Neptuno (hija de su
especie corazón) a menudo lo convence de que tenga misericordia. Él es muy a la
defensiva sobre el tema de su pelo, él dice que no es calvo, sólo adelgazamiento. También
se cubrió la cabeza con una paperbag, como se ve en la imagen en la parte inferior
derecha de la página. Incluso estaba demasiado preocupado por su cabeza calva con este
tipo de aviso Planctons conquista "de Fondo de Bikini. Solía ser muy joven, con una cabeza
llena de cabello. Cuando está fuera del agua, como en pantalones Partido aguafiestas, su
pelo está más claro. Cuando vuelve, algunos de sus envejecimiento continúa. Como se ve
en Bob Esponja La Pelicula, es calvo, o "adelgazamiento", como él dice, aunque
obviamente calva. En SpongeHenge, se revela que él es a veces llamado Poseidón, el
nombre griego de Neptuno. Rey Neptuno cambiado considerablemente desde su primera
aparición en el episodio Espátula de Neptuno, donde fue joven, musculoso y tenía una,
illustious pelo largo. En este episodio que decía ser rey de la Atlantida, pero en la Atlántida
SquarePantis Señor Alteza Real, o LRH, para abreviar, es el rey. Su siguiente aparición fue
en el episodio aguafiestas Pantalones, donde él era una persona de la vida real con el pelo
blanco. La única explicación posible para estos cambios frecuente aparición se dio en el
episodio Krusty Torres, donde Calamardo pidió un cambio en su Krusty Towers Hotel
espacio para el tema "Neptuno la XIV sería 'agradable, cuando el cambio de imagen fue
completo que había un retrato del original Neptuno. Esto sugiere que ha habido más de
un Rey Neptuno y que no hay uno nuevo cada vez que lo veo. En La espátula de Neptuno,
el rey Neptuno utiliza algunos poderes como rayos pernos que salen de sus dedos, cambio
de tamaño, súper fuerza y control de las cosas con la magia. También es capaz de escupir
algo que se come (en perfecto estado) y comer de nuevo. Neptuno es comúnmente
conocido como Dios en los episodios regulares, que es una referencia a que Neptuno era
el dios romano del mar. Ejemplos de esto son los Personajesdiciendo "Hola," Neptuno ",
Neptuno me dan fuerza", "Lo que en el nombre de Neptuno?", "Por el amor de Neptuno",
o "barbas de Neptuno!".

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