RESUMEN: EL PERU ESTA CALATO

Integrantes:

 Yarleque Zapata, Lourdes

 Odar Mogollón, Janela

La publicación de libros de reflexión sobre la realidad del país como el de Stiglich y

Ganoza es, sin lugar a dudas, una excelente noticia. Los autores merecen una
felicitación triple: por haberse animado a publicar, por haberse unido al club de los
pocos que se animan a decirle al Emperador del Statu-Quo que está desnudo y
por haber encendido el debate sobre cuáles son las reformas que hacen falta en el
Perú.

¿Estamos realmente calatos, o como dicen aquellos que defienden el actual

modelo económico a rajatabla estamos en condiciones de enfrentar la época de
las vacas flacas en buenas condiciones?

El avance económico del Perú no sólo es fácil de parar sino que está frenandose
sin que muchos se den cuenta, no por el ruido político o porque el gobierno no
haya sabido manejar las expectativas empresariales sino problemas profundos de
naturaleza económico e institucional el enfriamiento de la economía peruana es la
consecuencia de un conjunto de problemas económicos e institucionales que
fueron ocultados en los años de crecimiento pero nunca se resolvieron y nos están
integrando a la normalidad de un desempeño económico mediocre el problema de
fondo es el orden económico impuesto por los empresarios, gobernabilidad
neoliberal, como llama Nicolás Lynch grandes empresarios que manejan el poder
tras el trono

Se ha creído que el periodo de 10 años de prosperidad de bon que hemos vivido

durante la década dorada representa nuestro camino inexorable hacia el progreso
cuando en realidad es un impulso motivado principalmente por factores externos
que ya se agotaron y no se ha desarrollado motores interno de combustible que
nos den la capacidad de crecer sostenidamente.

El susto de mayor intensidad cardiaca se dio cuando Ollanta Humala, que

entonces se declaraba admirador de Velazco, pasó a la segunda vuelta con Alan
García en una elección que por primera vez fue comparada con tener elegir entre
el cáncer y el sida.
El ruido político del que tanto se habían quejado los empresarios y economistas
comenzó a perderse en medio de lo que al principio sonaba como un tímido
estribillo, se convirtió en una melodía sonora y contagiosa sobre la fortaleza de la
economía peruana.

A simple vista lo que ocurrió con el Perú ciertamente parece milagroso. La

economía peruana se volvió atractiva no solo en comparación con su realidad
anterior, sino también don el resto los países.

Si el milagro le ocurrió solo al Perú o si fue un fenómeno regional, entonces se

podría tratarse de tendencias globales que lo dieron un empujón a todos los países
latinoamericanos. Si ocurrió solo en el Perú, entonces podría haber indicios de una
dinámica de crecimiento interno, el crecimiento que se le atribuye al milagro no fue
más bien el resultado de elementos mundanos que no guardan que no guarden
relación con un proceso de desarrollo sostenido.

El país avanzo mucho más rápido que la región durante la década de oro y
también mejoro mas en comparación en comparación con su crecimiento de años
anteriores que los otros países.

Economistas, politólogos y otros profesionales está difundiendo la idea de que el

problema central en el Perú de hoy está en la existencia de instituciones débiles.
No sorprende que los acólitos del llamado milagro económico (el alto crecimiento
de los años 2003-2013) estén de acuerdo con este diagnóstico. Son los que
difunden la idea de que «los culpables de esta debilidad son “los gobiernos”. Son
los mismos que sostienen contradictoriamente que la causa del milagro de las
“realizaciones económicas y sociales” fue la Constitución de 1993. Fue una nueva
institución la constitución del 93 la que hizo posible el aumento de la inversión
privada (y también de la pública), generando, por lo tanto, crecimiento, creación de
empleo, disminución de la pobreza, etc.. La debilidad de los partidos políticos con
un sistema de partidos débiles es muy difícil que la democracia pueda implementar
políticas públicas que atiendan bien al ciudadano y que promuevan el desarrollo.
La idea de que la política es inevitable corrupta ha tomado tanta fijación que
hemos desistido de contar con los políticos para salir adelante, y los peruanos
parecemos estar decididos a lograrlo a pesar de ellos.