Anda di halaman 1dari 2

COLPORTOR - SACERDOTE Y APÓSTOL

DONG YU LAN

El Señor Jesús fue introducido en la realeza por medio del servicio sacerdotal de Juan el
Bautista y enseguida, envió a los apóstoles para que ejercieran Su autoridad por medio de
predicar el evangelio del reino. Necesitamos quedarnos impresionados con esta revelación y
percibir que hoy el Señor también nos envía, como apóstoles, con Su autoridad, para predicar
el evangelio del reino, pues ese es Su objetivo. Primeramente Dios usó un sacerdote de la
transición del Antiguo para el Nuevo Testamento a fin de introducir al Rey del reino de los
cielos. Este Rey, por su parte, envía a Sus apóstoles, dándoles autoridad para predicar el
evangelio del reino.

El Señor nos dio el encargo de ser colportores hace más de diez años. Inicialmente los
considerábamos vendedores de libros, pero poco a poco la Biblia nos fue revelando que ellos
son más que eso; son enviados por Dios. El colportor lleva una "bolsa" que contiene la palabra
de Dios. En el siglo XI, la Iglesia Católica Romana controlaba todo, y las personas comunes no
tenían acceso a la palabra de Dios, excepto algunas pocas que pertenecían al clero. En Francia
hubo un comerciante que tenía muchos vendedores. Él mandaba copiar ocultamente
porciones de las Escrituras, y éstas eran colocadas en una bolsa que los vendedores llevaban
colgada del cuello, debajo de una vestidura para que nadie pudiese verlas. En ella estaba la
palabra de Dios. Cuando estos vendedores contactaban a las personas y percibían que tenían
el deseo de recibir al Señor Jesús, sacaban una copia de las Escrituras y se las daban. Fue así
como surgió el término colportor en nuestro diccionario.

Entonces, el Señor nos mostró que Él no era sólo el Sumo Sacerdote según la orden de
Melquisedec, sino también el Apóstol. El sumo sacerdote lleva al hombre a la presencia de
Dios, y el apóstol trae a Dios al hombre. En Hebreos 3:1 leemos: "Por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra
profesión, Cristo Jesús". El Señor Jesús está en nosotros que creímos y desea hacer de nosotros
Su expresión. Un colportor funciona como un apóstol y sumo sacerdote, pues no sólo lleva
palabras espirituales a las personas, sino también, trae a Dios a los hombres.

Los colportores presentan la palabra de Dios a las personas, quienes al recibirlas, son llevadas
a Su presencia. En esta función, el colportor es como un sumo sacerdote. El sumo sacerdote
tenía una vestidura llamada efod sobre la cual era colocaba el pectoral (Ex 28:4). El pectoral
era doble, y en su interior estaba el Urim y el Tumim (v. 30). La vestidura del sumo sacerdote
además tenía dos hombreras donde estaban seis piedras preciosas en un hombro y seis en el
otro, en ellas estaba grabado el nombre de las doce tribus (vs. 9-12). Esto significa que, a pesar
de que el sumo sacerdote era de la tribu de Leví, no lo era sólo por esa tribu. Antes bien,
cargaba a las doce tribus de Israel en sus hombros, los cuales representan responsabilidad.

El pectoral también posee doce piedras preciosas, que representan a las doce tribus de Israel.
El sumo sacerdote no sólo debía cargar la responsabilidad de las doce tribus sobre sus
hombros, sino también sobre su corazón para amarlas (Ex 28:29). De igual manera, no porque
cierto hermano sea de la "tribu de Leví" cuidará sólo a esa "tribu". Necesitamos amar a todos
los hijos de Dios.

Aunque los colportores de hoy no llevan una bolsa que cuelga del cuello, pero en su maletín
llevan libros que explican la Biblia. Esto es equivalente al Urim y al Tumim del Antiguo
Testamento, que servían para explicar la palabra de Dios. Cuando recibí esta revelación,
comencé a animar a los hermanos a ser colportores. En ese tiempo surgieron varios
colportores. ¡Aleluya! Así que, el colportor, según la luz de la Biblia, es como un sumo
sacerdote. Por medio del Urim y el Tumim, que representan a los libros espirituales que
tenemos, el colportor por un lado trae la revelación de la palabra de Dios a las personas, y por
otro, lleva a las personas a la presencia de Dios.

El sacerdote introdujo al Rey, y el Rey introdujo a los apóstoles para llevar al hombre a Dios, y
traer Dios al hombre. El encargo de ellos es decir a los hombres que el reino de los cielos se ha
acercado. El Señor Jesús ya vino a la tierra, el Rey ya fue introducido. Por medio del evangelio
del reino que ellos predicaron, más personas son ganadas. Hoy tenemos claridad de que como
colportores, tenemos la función de sumo sacerdote y también de apóstoles. Todos nosotros
podemos ser colportores: por un lado podemos ser aquellos que dejaron la profesión, pero por
otro, podemos ser colportores con profesión. Lo importante es que cada uno de nosotros debe
ser un apóstol y sumo sacerdote. Dios nos quiere enviar.

El evangelio del reino necesita ser propagado. Esperamos que más personas tomen este
encargo del Señor y hagan un voto delante de Él: "Yo quiero ser un colportor". Si tenemos ese
deseo, podemos ser perfeccionados y después funcionar como colportores. El lugar para ser
perfeccionados es el CEPPEV (Centro de Perfeccionamiento para la Propagación del Evangelio).
¡Aleluya! Podemos no sólo llevar al hombre a la presencia de Dios como sumo sacerdotes, sino
también, traer al Rey a los hombres como apóstoles. ¡Amén!

Anda mungkin juga menyukai