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) Armando Silva

Álbum de familia
La imagen de nosotros mismos

GRUPO F.D 11 0 R I AL NORMA


Barcelona Buenos Aires Caracas Guatemala
Lima M~xico Panamá Q uito San José San Juan San
Salvador Santa Fe de Bogotá Santiago
Contenido
PrimcrJ edición: abril de 1998
Armando Silva, 1998
Editorial Nom1a, S.A., 1!)()8 Prese11tad6n Il
Apart.1do 53550
S:rnra Fe de Bogotá. Colombia
C APÍTU LO 1
Dise,io: Camilo Unldlia Condicio nes del álbum de fotos de fam.ilia ,,, r9
Cuhi<'rtJ: Glori,1 de M oreno yYoland.i de Sierra,
el día de su pnmern comunión a conuen zos de
los ai1os st>Se111a en B O{(OL.Í. Álbum Je familia.
CAP ÍTULO 11
El archivo del álbum de fotografias 39
lmpl'l."So en Colombi.t-/lriutrd 111 Co/¡,111/,i,1
Impreso por Oargraphics S.A. - lmp~1ón dig11JI.
Prohilnda l;1 rcproducci611 tC'ltal o parcial por cualquier
mrJio sm ;1u1onnci611 tSI.TIU de la editorial.

E~•c libro se compuso t'n Monory¡'<' Bembo


CAPÍTULO 111
La imagen de la fotografia 0/
y L i1101) pe Sym.uc
u : 22200
ISBN \/58-04-4,ljy-8 CA PÍTULO IV
La fam.ilia y sus relatos e n fotografia 129

Al'íBXO 1
M etodología 207

ANEXO 11
Histogramas 2 15

ANEXO TlI 227


Fotografías d,: la investigación

Agradeci111ie11tos 297
Bibliogrefía 301
LTSTA DE D IA G RAM AS

D IAGRAMA r :
Precondiciones para la existe ncia de l álbum

D IAGRAMA 2:
Fó rmula de la visíón fotográfica

D IAGRAMA 3:
Triada de la visió n fotográfi ca

D IAGRAMA 4:
Trilogía estructural de la fotografta 1

D IAGRAMA 5:
Trilogía lógica de la fotografia 1

DIAGRAMA (í :
Trilogía psicoanalítica de la fotografia 1

DlAC llJ\MA 7:
O bservador en la estructura psíquica 1 Por mi hija, Laura lnés

D IAGRAMA 8:
T ríada visual y correlatos fotográficos 1

DIAGRAMA 9:
La foto en el álbum como la ve la familia 11

D IAGRAMA JQ:
E l álbum con fotos com o lo deduce la interpretación t

I
ntacl6n

Harcr este libro m e ha exigido varios años. H e visto


t h111 fotografias y cantidades de álbumes; conversado
on fami lias; he leído informes y observaciones redac ta-
•• por el equipo de investigación y revisado los da tos
numl·rkos del trabajo estadístico. No obstante, cuando
vudvo ,1 ver cada fotografia, así haya pasado un proceso •
lnc,•rpn•t,1tivo, siempre, esquiva, inatrapable, poderosa,
m, 1orprcnde una nueva visión de la misma. Quisiera
ftlllltilr esto: la fotografia, com o acontecinúento visual y
omunicativo, se coloca por e ncima de cualquier lectura
1iatcmática. Las propiedades de la imagen fotográfica, sus
ln,lkios, contornos, sombras -en fin, sus figuraciones-
admitcn, en sentido muy aproximado, comparación con
la mcn~e humana. ,
Titular este libro de la manera más simple y descrip-
tiva, 'álbum de fanúlia ', fu e la decisión que tom é, pues
4ui, e conservar del modo más sencillo el misterio que ya
,le por sí se nombra. Agregué: 'la imagen de noso tros
mismos', para repetir qu e- la fotograña de personas nos
representa en su núsma naturaleza, pues cuando su ima-
MCº capta al ser human o, más que a cualquier otro obj eto
o tema, representa el misterio de la revelación. Las foco-
grafias de nosotros mismos son imágenes que nos perte-
necen como le corresponde el revelado a la técnica de la
fotografía. No es extraño, c uanto coincidente, que a me-
di~dos del siglo pasado la· invención de la fotografia se
haya producido casi paralelamente al descubrimiento del
inconscien'te y que de esta-manera la obra de Freud pue-
da ser entendida como ei primer gran resultado para las
ciencias del hombre aJ revelar las fu erzas profundas que
predeterminan nuestra con ciencia; en e<.te sentido Freud
fue un fotógrafo profundo. Empero, la i¡;vención hecha
por Daguerre y Niepce de la fotografia también corres-
pondió a un hallazgo, se puede decir, de carác ter psicoa-
nalítico, al.sacar a la superficie visual el valor del gesto
humano imperceptible. Estas consideraciones sobre la
/ 11
12 fotografía y su inquietante relación con la mente y la mechones de pelo, uñas de manos y huellas de pies. El 13
cultura modernas, además del hecho mismo de valerme álbum, literalmente, es un pedazo de nuestros cuerpos.
tant~1s veces de la obra maravillosa del creador del psi- La investigación critica buscó reconstruir la narración
coanálisis para avanzar en alguna parte dificil de este colectiva del álbum a partir de distintos puntos de vista
escrito, me tuvieron a punto de subtitular este escrito famiHares: las regiones culturales, las da.ses sociales, la
'Freud y el álbum de fa mi'lia', pa ra expresar de alguna "sex uació n" de fa imagen, las generaciones representa-
manera gratitud a sus enseñanzas, pero me abstuve de das, los períodos históricos y los territorios afectivos. O
haced o. No es mi intención sugerir alguna lectura espe- sea que el álbum se cuenta según su comunidad cultural;
. cialista de escas páginas. en el caso colombiano, se narró rastreando las mezclas
No pretendo pues presentar este libro como resultado étnicas (las cruces indígenas, europeos y africanos) que
de una investigación científica; tampoco se trata de un podían afectar la pose fotográfica, siguiendo un reparto
compendio de arte o de fotografía. Me coloco, quizá, en racial y social en. tres ciudades prototípicas con diversos
el medio y digo que este libro es literatura, junto a su determinantes en su ascendencia: Bogotá, Medellin y
lectura crítica. Literatura porque no he estudiado la foto- Santa Marta, y a ellas se agregó N ueva York, debido a
grafia individualmente. sino inclujda en el álbum. como que allí habita una inmensa comunidad colombiana y
parte de un propósito mayor que es contar y comunicar me interesaba saber cómo se mostraban los nacionales
historias familiares. Y lectura crítica po rque sobre esas ciesde afaera de su tierra y cuánto los había afectado su
historias me he deslizado para entenderlas ea sus condi- 'americanización'. La narración da cuenta de los perio-
ciones inh erentes, como parte de una cultura y expre- dos que cubre la historia de la fotografia, en este caso tres
sión de una tecnología de la imagen. momentos: el primero desde sus comienzos en Colom-
He dividido el escrito en dos partes. En la primera, de bia hasta la mitad de este siglo; el segundo de los años
tres capítulos, comienzo con una breve introducción cincuenta hasta fina les de los setenta, y el tercero los últi-
para luego pasar a dos ohjetos de estudio de la fotografia mos años, cuando cambia de modo radical la técnica de
en el álbum que proponen igual número de capítulos: el archivo familiar al introducirse el video\\En lo que res-
archivo y la imagen. En la última parte, el capítulo 1v, me pecta a territorios afectivos sólo quiero expresar que una
dedico a sus relatos. El álbum es archivo, u no de los más pose se puede deber a que alguien se muestra para ser
inquietantes de la vida privada, y funciona con técrúcas visro así po r s;.i enamorado o enamorada, o que alguno
que le son propias, ideadas de modo espontáneo por sus se pretende doctor, trabajador, deportista, homosexual o
usuarios con el paso del tiempo. El álbum, enseguida, es artista y posa como tal para que así lo vean y lo reconoz-
fotografia, pues ella Jo fundamenta; se trata de una ima- can. A.demás de esos cinco puntos de vista familiar-es hay
gen mecánica , moderna, entendjda popularmente como otra cualidad grupal: alguien narra las historias, la familia,
reproducción cuando e-S sólo huella de un o bjetó rea'l su narrador colectivo; pero o tro las cuenta, por lo general
que 1c d io luz y •' ste proceso es fasc inante, pero debe ex- la madre, la abuela, Ja hij;.i mayor, la hermana o la tia y
plicitar..e. El áll>llm, al final, cuenta historias, pero no sólo esto l.o hace un cuento de mujeres. De esta manera el ál-
sobre fotos pues a él se le agregan otros objetos: tarjetas, bum no sólo se ve sino que, en especial, se escucha -con
avisos, recortes de periódico, reliquias y también pedazos voces femeojnas- y esto dimensiona su contenido en
de cuerpo : o mbligos de recién nacidos, gotas de sangre, otro sentido corporal, el del oído, y otorg.i otra natura-
14 leza pe rceptiva, el ritmo y la melodía de escuchar un por su estudio, con algo de secreta búsqueda p or extrañas 15
cuento. compensaciones afectivas. La muerte de un ser q uerido
A pesar de los varios esfuerzos realizados, no se en- ilumina sobrcmanerd la naturaleza visual de la fotografía,
contraron investigaciones en español ni e n otros idiomas pues la visión del mue rto se hace más poderosa en e lJa: ('l
occidentales en las que se estudiara el álbum de fami lia espanto de ver de m odo tan realista al recién desapare-
según la triple dimensión en que lo bace este estudio: cido que tanto más se desea vivo. Quedó mi h ija, la pe-
c ultural, visual y comurúcativa. Así, este trabajo puede queña Laura Inés, quien de manera extraordinaria para
constituir u na primicia y es e n varios aspectos novedoso, su corta edad, ante las difü:iles circunstancias personales
pe ro a su vez entiendo los riesgos de haber tenido que que viví durante el tie mpo en q ue escribí el texto en Ca-
proponer distintas técnicas y modos de abordado -si e n lifornia, me rodeó co n su apoyo, amor y colaboración
algo se logró- que puede n ser utilizados e n el futuro para darme el aliento requerido: no m e queda más que
como base para posteriores estudios. Si bien 'los puntos dedicadc el libro y d ecirle que sin e lla esta publicación
de vista' descr itos se conciben dentro de una m uestra de habría tenido que esp erar o tro m omento para su conclu-
una ~eografia fisica y cultural específica, quisiera enten- sión. Espero que estas páginas, que se dedican a m ostrar
der este trabajo ante todo como un aporte conceptual y fotos de nuestras vidas personales, también conte ngan
m etodológico en cuanto a cómo abordar el álbum de fa- algo de autobiografia para todos l.os lectores que me
milia de cualquier comunidad internacional· do nde éste acompañen con su lectura. Quisiera que el lector lea este
sea un hecho significativo e n su vida social. Pero tam- texto apoyado en su propio álbum de familia, pues elJo
bién sobre cóm o las nuevas tecnologías afectan la vida impedirá que cualquier dureza lógica y conceptual que
familiar y sus modos de representarse, lo cual excede brote en algunas partes de él se vuelva más impo rtante
c ua1qujer ámbito local de un estudio como el prese nte. que su propia experie nc ia existencial, que debe ser la
Al releer por última vez 1nis o rigina les inm ediata- que-e n verdad haga imagen. ·
mente antes de escribir esta nota de presentación, me H ablar del álbum de fotos y sus técnicas vii;uales y
siento e n la n ecesidad de confesar al lector que este libro, narrativas m e ha llevado a figurar al ser humano como
sin pro po nérmelo claro está, me ha afectado de la mane- sujeto integral y universal. Esta ca racterística existencial
ra más profunda, y no puedo evitar que algo de mí Ao te es dominante, de ahí q ue algunas páginas estuvieran , di-
entre sus páginas. Lo com encé hace ocho años, pocos ría que necesariamente, marcadas por alguna búsqueda
días dcspüés de lá muerté de mjs padres, cuando acababa insistente sobre aquello que está detrás de una represen-
de recibir la noticia de que mi compañera estaba e mba- tació n fotográfica. ¿De qué m ateria, diría que 6sica y
razada de nuestra única hija, largamente esperada. C uan- existencial, están hechas esas imágenes q ue nacieron para
do volví, acompañado po r mis cinco hermanos, a mirar representamos, para decir desde su inicio que somos
las fotos de tni fa.miJja, e n las cuales estaba buscando tal nosotros? Semejan te densidad en su ser hace de la foto-
vez rasgos perdidos e n nuestra memoria paterna y ma- grafia un capítulo importante en c ua lquier ref!exión
terna, allí n,jsmo, en esa doble expresión de naturaleza, la filosófica, psicoanalítica, lógica, comunicativa o literaria.
muerte y el nacimiento, alcancé a percihir que estaba ex- Sin embargo, la fotografía, estandarte de la modernidad,
presado el mito del álbum, aquel mismo del re nacer e n presenta hoy una crisis severa en su configuración como
cada cere1Í1on.i:1 , pero tambié n quedaba manifiesta la objeto, pues su imagen estática es cu estionada por el
esencia de la fotograña. b nuierte. Así nació mi pasió n dinamismo del vid~o. Sú esencial mirada al pasado se
16 transforma en la visió n del futuro de la nueva imagen acomodan mejor que los abuelos y los P.él.? 25
digit.-11 mie ntras su quietud y silencio inherentes son nuevos tiempos, necesitados de rapidev 1" ·
burlados por la foto exhibida en la pantalla e ncendida wacia, éxito, humo r, imagen del fütur ❖
del computador: su rede nción de la muerte es también bicionismo.
borrada por Jos nuevos hologramas que resucitan, vi- El libro presenta tres anexos. E l prime.
suaJmcnte, a todos Jos m uertos. El áJbum se desvanece. metodología, da cuenta de los pasos dado
Empieza a fluir entre hojas sue ltas y de consumo que re- cimiento de la idea hasta la conclusión del l
galan las casas com erciales con el revelado de cada foto. segundo se encontrarán los histogramas o proy
EJ álbum como libro. como reliquia que se guarda, casi estadísticas provenientes de la base de datos idc.
no sabe dónde estar; va qu edando sin sitio. creada para esta investigación. En el tercero aparece,,
Hablar del álbun1 de fotogrn íia del mism o m odo ter- fotos citadas e n el estudio, clasificadas progresivament
minó po r llevarme a otra o rilla, la de la familia, qu e tam- su selección se efectuó dependiendo de lo que cada una
bién se desintegra. La fami lia burguesa tal como ha sido de ellas exponía según cier to punto de vista y no en
entendida, aquella céntrica , de padre, madre e hijos uni- atención a su calidad fotográ fica que, si bien siempre se
dos por una relación sangu ínea y una convivencia bajo buscó que fücra la mejor, ello no podía desplazar la prin-
un mismo techo, cede su dominio y aparecen otras for- cipaJ función, cual era su vaJor info rmativo. Las fo tos se
m as de sobrevive nc ia que e n estas páginas se ban !Jamado citan con un número, y se me ndonan sus nombres en el
famjlias conexas y ampliadas, en las cuales conviven en texto c uando ello nos fu e autorizado expresamente por
hogares transitorios madres o padres con hijos de otros la familia, pues nuestro propósito sie mpre fue exponer
matrimonios o de diverso origen, quienes ocasio nal- este estudio dentro de la solidaridad y ei afecto que nos
mente comparten el ntism o tec bo o un motivo de re- merecen todos sus participantes, respetando su propia
unión. Para bien o para mal, las ataduras de organización volw1tad.
ágida familiar se desbordan, mientras al mismo tiempo El álbum de fotos de familia, en conclusión, es un
todos, niños,jóvenes, adultos, padres o abuelos, a su ma- tema que fascina pero también desborda; es decir, lo ena-
nera egoísta o amorosa, buscan hoy en día la felicidad de mora a uno y lo interioriza, p ero tambié n lo saca hacia
modo insistente y desbordado -diría insistenda mítica-, todo tipo de relacion es tanto afectivas como cuJturales,
de la misma manera que socialmente se instala un m ode- pues de una u otra forma nos muestra las mitologías so-
lo de juventud que todos desean disfrutar por largos ciales de cada é poca. Aun así, si bien es claro que tiene
ai'fos. Jo cuaJ se recoge en las fotos, y muy especialmente derecho a ser reconocido, poco ha !Jamado la atención
e,i los nuevos registros familiares e n video. Si la farniJfa académica. Su estudio m e ha llevado a los puntos más
está en crisis, el álbum también. Si el áJbum evidencia n eurálgicos de la sen sibilidad contemporánea, pues de él
fatiga y anacronismo, e llo es consecue ncia de las tecno- he aprendido sobre el cruce de nuevas tecno logías en la
logías y el com ercio que lo reorientan, pero también de representació n de nuestro ser , sus modos re-escriturales,
que su mismo objeto. la fa1nilia, tampoco sabe dónde sus archivos deconstruidos de modo p ermane nte,su fun-
está ni para dónde va. Este estudio mostrará la aparición ción literaria, su sentido artístico de instalación , la inter-
del nuevo héroe fumiHar en la fotografia, el hijo, sobre- vención del comercio, la industria y ia electrónica e n los
vivit!nte natural de la crisis y su misma e>rprcsió n . Los -espacios domésticos. En fin, investigarlo me ha colocado
niños se hao tomado las páginas de los álbumes, pues se ante el interrogante de cómo se construyen de modo vi-
i l L ..- _._ 6 - - •11 -
16 transforma en la visió n del futuro de la nueva imagen acomodan mejor que los abuelos y los padres a estos 17
digital mientras su qu ietud y silencio inJ1erentes son nuevos tiempos, necesitados de rapidez, poses elásticas,
burlados por la foro exhibida en la pantalla encendida Rracia, éxito, humor, imagen del futuro, felicidad y exhi-
del computador : su rcdcnció u de la muerte es también bicionismo.
borrada por los nuevos ho logramas que resucitan, vi- El libro presenta tres anexos. El primero, dedicado a la
suaJmente, a todos los muertos. El álbum se desvanece. metodología, da cuenta de los pasos dados desde eJ na-
Empieza a flufr entre hojas sueltas y de consu mo que re- cimiento de la idea hasta la conclusión del texto. En el
galan las casas comerciales con el reveJado de cada foto. segundo se encontrarán los histogramas o proyecciones
EJ áJbum como libro, como reliquia que se guarda, casi estadísticas provenien tes de la base de datos ideada y
no sabe dó nde estar; va quedando sin sitio. creada para esta investigación. En el tercero aparecen las
Hablar del Jlbum de fotogra6a del núsmo modo ter- fotos citadas en el estudio, clasificadas progresivamente;
minó po r llevarme a otra o rilla, la de la fami lia, que tam- su selección se efectuó dependiendo de .lo que cada una
bién se desintegra. La fam i.lia burguesa taJ como ha sido de ellas exponía según cierto punto de vista y no en
entendida, aqu ella céntrica, de padre, madre e hijos uni- atención a su caljdad fotográ fica que, si bien siempre se
dos por una relación sanguínea y una convivencia baj o huscó que füera-la mejor. ello no podía desplazar la prin-
un mismo techo, cede su dominio y aparecen otras for- cipal función, cual era su valor informativo. Las fotos 5e
mas d e sobreviv~ncia que en estas pág.inas se han llamado citan con un número, y se mencio nan sus nombres en cl
famil ias conexas y ampliadas, en las cua les convive n en texto cuando ello nos fue autorizado expresamente por
hogares tran itorios madres o padres con hijos de otros la familia, pues nuestro propósito siempre fue exponer
matrimonios o de diverso origen, quienes ocasional- este estu dio dentro de .la solidaridad y eí afecto que nos
mente comparten el mismo techo o u n motivo de re- merecen todos sus participantes, respetando su propia
unión . Para bien o para mal, las ataduras de o rganización voluntad.
ríg ida fami liar st: desbordan, mientras al mis mo tiempo El álbum de fotos de familia , e□ conclusión, es un
todos, niñ.o s,jóvenes, adultos, padres o abuelos, a su ma- te ma q ue fascina pero también desborda; es decir, lo ena-
nera egoísta o amorosa, buscan hoy en dfa Ja feli cidad de mora a uno y lo interioriza, pero también lo saca hacia
modo insistente y desbordado -diría insistencia mítica-, todo tipo de relaciones tanto afectivas como culturaJes,
de la misma manera que soc.ialmente se instala un mode- pues de una u otra forma nos muestra las mitologías so-
lo de j uventud que todos desean disfrutar por largos ciales de cada época. Aun así, si b ien es claro que tiene
años. lo cual se recoge en las fotos, y muy especialmente derecho a ser reconocido, poco ha ~Jamado la atención
eri los nuevos registros fam iliares en video. Si la familia académica. Su estudio me ha llevado a los puntos más
está en crisis, d álbum también. Si el álb um evidencia neurálgicos de 1a sens:ibilidad contemporánea, pues de él
fatiga y anacronismo, ello es consecuencia de las tecno- he aprendido sobre el cruce de nuevas tecno logías en la
logías y el comercio que lo reorientan, pero también de representación de nuestro ser, sus modos re-escriturales,
que su mismo objeto, la fa milia, tampoco sabe dónde sus archivos deconstruidos de modo permanente, su fun-
está ni para dónde va. Este estudio mostrará la aparición ción literaria, su sentido artístico de instalació n, la inter-
de l nuevo héroe famiJia r en la fotografía, el hijo, sobre- vención del contercio, la industria y la electrónica en los
viviente natural de la crisis y su misma expresión . Los -espacios domésticos. En fin, investigarlo me ha colocado
niños se hao to mado las páginas de los álbumes, p ues se ante el int.!rrogante de cómo se construyen de modo vi-
Álbum de famllla
Presentadón
18 sual los deseos y cómo se re insc riben los imaginar io~
grupales. El álbum de fa milia habla de nuestros oá genes,
• p ero tambié n de qué querem os hacer con nuestra vida Condiciones del álbum
e n el futuro. N osotros somos el álbum, convirtiéndose él de fotos de familia
mjsmo, en conciencia visual de nuestro tránsito po r el
tiempo y por la vida . •

Cuentos de familia

Este libro trat.:i de u n sujeto, la familia; de un obj ete


que hace posible mostrarla visualme nte, la fotogra6a, y
de un modo de arc hivar estas imágenes, el álbum de fo-
tografias. Podría titularse 'archivos de fotos de fa milia',
pero no sería acertado ni justo pues hay un c uarto aspec-
to que se desprende de los ante riores y que los modifica
como razón de ser: el álbum cu enta historias. E st.a voca-
ción narrativa del álbum de fotos familiares nos o rienta a
enfre ntar este tesoro visual también como hecho lite ra-
rio, pues algo diferentte va de guardar y clasificar fotos
para reconoce:- a algtú en en cuanto a marca, a hacerlo
para destacar a esa persona en caHdaci de mie mbro de un
grupo,j11ntando las iJnágenes para recrearse a la vista con
un relato caprichoso que se actuaJjza con el paso de los
años.
Y si se h abla de cuatro aspectos qt: e destaco como i.,-
tereses en los c ua)es centro este arc hivo visual, seria más
justo decir q ue esos crite rios correspca.de;'l a co~ciicio.:.
nes para que exista eJ álbttm famiHar. Ne ¡,uedc haber
álbum sin familia representada, sin foto revelada, o sin
predisposición a algún tipo de archivo; pero tampoco lo
20 habría sin contar o pretender contar una historia. Quizá un modo de mostrarse y de ser contada en el álbum. De 21
contar sea una condición distinta a las otras tres, pues la misma manera el tiempo de la foto, como impresión y
pertenece a una acción que supo;ie las anteriores. N o se archivo, establece reglas a la famjlia, como ·construir una
puede contar si no hay qué narrar Qo cual presupone la pose para el futuro observador.Así, sujeto, tiempo, espa-
foto, e1 álbum y la fa milia), pero una vez aparecen esas cio y relato se fraguan el uno al otro, se afectan y se mo-
tres exigencias ya se está narrando. Las cuatro condicio- difican.
nes nominales definen el nombre de lo que culturaJmen- Entonces lo que aquí Uamamos álbum de familia po-'
te IJamantos álbum de fa milia, de la siguiente manera: see condjciones específicas de construcción familiar. Se
construye por uno o varios miembros y se cuema' , a su
DLAGRAMA Nº 1: Preco11díd()t1es para la existencia del vez, por uno o varios famil iares. En él entran escenas de
l,/l,11111 la vida fami liar o ajenas a ella, pero que, de algún modo,
tienen que relacionarse con algunos de sus miembros,
- La famili a: el sujeto representado .. quienes en sn disposición de autoridad han resuelto no
- La foto: el medio visual de registr; " CO!)d1rn?nes d~ sólo tomar la foto sino, especialmente, colocarla en el li-
- E l a' lb um: tecmca
, • d e are uvo . ·/ • ·cx1
,..stenc1
• a del albu n
1 bro de su propiedad y creación colectiva.
-----------------
Contar: su condición narrativa
Mascaradas y punto de vista
La familia es suj eto colectivo que narra y tiene a su Además c;ie los requisitos no mina.les mencionados,
disposición el manejo y construcción de un espacio de quisiera agregar otras condiciones que se vinculan con el
ficción. La foto es el medio que produce· imagen, que proceso anafórico, el cuaJ relaciona lo mostrado con el
visualiza a la fa milia, y pertenece a su capacidad técnica usuario y su enunciación. M ás que a la foto ell cuanto
expresar un tiempo de exposició n. El archivo es una ma- acontecimiento factual, inscrito en un género, bajo re-
n era de clasificar y será propio de su técnica producir un glas y modos de ser y de ex'J)onerse, éste atiende a los
orden a la vista, posterior al tiempo en que las fotos fü e- modos de construirse y de comunicarse con cJ otro a
ron coleccionadas. La narración es relato y cnrrcga a sus quien va llirigido el álbum o a. qtúen se presupone puede
narrado res la potestad de manejar lás historias en !as que verlo. Esto acarrea, en tonces, aJ menos dos presupu estos
se envuelve la fa m.ifü y que han merecido su archivo potenciales en su comunicación.
como imagen. Así, h.1bría una condic1ón cxi1ttenciaJ, la El pr~nero tiene que ver con la manera misma de
familia; otra que marca la temporalidad comunic.ttiva, la producir un efecto die enunciació n, de interactuar con
foto; y otra qui.: crea la espacialidad, el álhmn como cua-
dernillo. Po r último, aquella acción misma del relato q ue 1. Las palabras en inglés 1111rrator y srorytellcr, permiten diferenciar
corresponde a su condición propiamente verbal y lite- entre quien narra dentro de la fotografia (o la novela si es eJ caso)
raria . Pero estos atributos se interrelacionan de modo que: sería el " nal'rador'' en español o en otras lenguas latinas como el
francés o el iraliano, y quien narra por fuera del medio. que seria el
sustantivo o nominal y actúan desde una lógica de con-
que cuenta, eJ u!ller en inglés. ?ara este estudio se prevé entonces las
junto. O sea que el lenguaje del relato presta su cap::ci- palabras "narrador", pa~ el que narra dentro de la foto o dentro del
dad al füero c,dstencial de la familia y así, ésta, cuando se 61bum como instancia vircuaJ y "relator'', para el que cuenta sobre las
prepara para salir en µna foto, ya lo hace preconcibiendo futos o el album, como instancia real y pragmática.
22 alguie n por medio del significado de sus imágenes, un rostro humano, por la posterior era una pelu
como parte de la pro piedad visual q ue posee por sí mis- una persona trágica equivalía a una máscara
mo. Esto es, tenemos que preguntarnos, esta vez, sobre gcdia" 2 • Se comprende 1a evolución de más,
q ué diferencia existe entre decir una frase com o "esta es persona, hacia carácter o incluso individua'
una familia" o más bien mostrarla com o " una fa milia máscara sin duda gua rda una íntima cercanía e,.
(típica) colo mbiana que cree e n Dios y Je entrega en tri- fotográfica, lo c ual es esencial para Jos intereses de ~
buto a su nueva hjja" fFoto N º • l. e n un escenario cere- estudio.
monioso y calcul.ldo parc1 ser foto de un álbum de E nunciar es actualizar una de las varias voces q ue de-
familia. Y lue~o de dilucidar el 'acto de mostrar' com o ben ser com prendidas por aquel con que se diaJoga; o
diferente al del dec ir, tendríamos que tratar de entender por aquella figura virtual a quien se dirige e l diálogo en
algo relacio nado con las pas.io ncs, como sería el caso de la Jjteratur-,1. Pe ro el problem a q ue inte resa es averiguar si
quien produce algo para mostrar, e l fotógrafo o su cüen- es posible hablar de, e nunciados, digamos visuales, com o
le, en caso d e que no coincidan el fotógrafo con quien en la fotograf:ía, o si por el contrario es una facu ltad re-
tonia la foto para el recuerdo. En ambos casos, sea el fo- servada a la lengua natural, como pueden sostener algu-
tógrafo e l mjsmo que toma la foto para el álbum o se tra- nos auto res, como sería el caso del narratólogo G érard
te de una persona contratada para h acerlo, en c ualq uier Genette l1972]. Lo que aquí importa no es adelantar un
situación , digo, hay un residuo de placer, de la familia debate especializado sobre los p roblemas de enuncia-
protagonista , que m e rece destacarse, agrcg-c1ndo que esta ción , sino situarlos para deducir cómo se pueden estable-
pasiór1 se cxtic--nde luego al deseo de seguir viendo la cer los modos como se coloca una foto para ser admirada
fo to o sus coleccio nes. Se trata. pues, de las pasiones, para o recibida desde un álbum y construida para unos espec-
realizar en este estudio el intento de comprender desde tadores .c ualificados en c uanto a su condic ión de fami-
la fotografia su subjetividad en el acto de mostrar. liares.
¿Cómo ~e e nuncia una frase o una oración ? En la lt•n- C uando Jean Pau l S.imon se refiere a la enunc i..ción
g ua 11atural cadc1 enunci;ldo. aqueUo q ue quisiera decir dicie ndo que " no convoca a un ~uj eto pleno y trascen-
una frase, posee m ás de un sqlo auto r si se identifica d dente, sino a un suje to codificado y códice" para des-
sujeto existe nciaJ con el lí ►1güístico. Baj tin ya insistjó bas- tacarla como un ejercicio virtual, recibe la siguiente
~nte en el concepto de po.lifonía, Jo c ual se tradu~e en respuesta de C ristian M ctz [1990, pág. 8]: "Aunque se
q ue vari,1s voces hablan simultáneamente en una misma _m e hable infatigablemente de enunciatario, p ienso en el
iase. De ahí que la literatura popular que le sirve de espectado r senciUat'nente para comprender lo que se me
m odelo, entendida como carnavalesca, es una especie de dice, aunque sé que e l espectado r está moldeado (en teo-
mascarada, pues "el autor to1na una serie de máscaras di- ría o por milagro) en el papel del enuociatario. La enun-
ferentes" com o lo destaca Os,~ Jd D ucrot [1985, pág. r39J. ciación tiene sin duda algo de antropoide". Se regresa así
Este sentido de máscara com o sustituto de p ersona nos al sentido o rigin al de examinar la relación Yo- Tú , desta-
pe rmite no sólo volver al o rigen latino de persona, m .is- cada por Emil.e Benveniste como el inicio de toda subje- •
cara de acto r, sino que resaJta s_u teatralidad, pues la m ás- tividad y p or tanto de . toda condición comunicativa.
cara era aq uello con Jo qu e, e n el teatro romano, el actor Quizás ayude la idea de lo antropoide para insistir e n
se c ubría la cabeza y m ediante la cual aume ntaba o hacia
más clara y po derosa su voz: por la parte anterior irr1jtaba z. Dicrlonnrio Ma111111{ útti110-Esp11iiol, r953, págs 99 y 370.
Álhu.... ,f.., l-.-111..
alguien por medio del significado de sus imágenes, un rostro humano, por la posterior era una. peluca. ''Así 23
como parte de la pro piedad visual que posee por sí mis- una persona trágica equjvalía a una máscara de tra-
mo. Esto es, cenemos que preguntarnos, esta vez, sobre gedia"'. Se comprende la evolución de máscara hacia
qué diferencia existe entre decir una frase como "esta es persona, hacia carácter o incluso individualidad. Y la
una familia" o más bien m ostrarla como " una fan,i lia máscara sin duda gua rda una íntima cercanía con la pose
(típica) colo mbjana que c ree en Dios y le e ntrega en tri- fotográfica, lo c ual es esencial para los intereses de este
buto a su nueva hija" lFoto N " 1], en un escenario cere- C.'ltudio.
monioso y calculado para ser foto de un álbum de Enunciar es actualizar una de las varias voces que de-
familia . Y Juego de dilucidar el 'acto de rnostr,u ' corno ben ser comprend idas por aqu~l co n que se dialoga; o
diferente al del decir, tendríamos que tratar de e ntender por aquella figura virtual a quien se dirige el diálogo en
algo relacio nado con las pasiones, como sería el caso de la literatura . Pero el problema que interesa es averiguar si
quien produce algo para m ostrar, el fotó grafo o su clien- es posible hablar de. e nunciados, ttigamos visuales, como
te, en caso de que no coincidan el fo tógrafo con quie n en la fotografia, o si por el contrario es una facultad re-
tonia la foto para el rec uerdo. En ambos casos, sea el fo- servada a la lengua natural, como pued en sostener algu-
tógrafo el mismo que toma la foto para el álbum o se tra- nos autores, como sería el caso del narratólogo G érard
te de una persona contratada para hacerlo, e n cualquie r Geoette l1 972]. Lo q ue aquí importa no es adelantar un
situación, <ligo, hay un residuo de placer, de la familia debate especializado sobre los problemas de enuncia-
protagonista, que merece destacarse, agregando que esta ción, sino situarlos para deducir cómo se pueden estable-
pasió11 se extiende Juego al deseo de seguir vie ndo la cer los modos. como se co loca una foto para ser admirada
foto o sus coleccio nes. Se trata, pues, de las pasiones, para o recibida desde un álbun1 y construida para unos espec-
realizar en este estudio d intento de comprender desde tadores .cualificados en cuanto a su condición de fami-
la fotografia su subjetividad e n el ac to de mostrar . . liares.
¿Cómo se enuncia una fuise o una oración ? E n la len- Cuando Jean PauJ Simoo se refiere a la enunc.i..ción
gua natural cada e nunciado, aquell.o que quisiera dedr diciendo que " no convoca a un ~ujeto pleno y trascen-
una frase, posee más de un s9l0 autor si se ide ntifica d dente, sino a un suje to codificado y códico" para des-
st~cto existencia l con el lit1güístico. Bajtin ya insistió bas- tacarla como un ej ercicio virtual, recibe la siguiente
tante en el concepto de polifonía, lo cual se traduce en respuesta de Cristian. Metz p 990, pág. 8]: " Aunque se
que variJs voces hablan simultáneamente en una misma .me hable infatigablem e nte de enunciatario, pienso en el
Íf'J'iC. De abí que la literatur.i popular que le irve de espectador sencillamente para comprender lo que se me
modelo, entendida como carnavalesca, es una especie de dice, aunque i1é que el espectador est.á moldeado (en teo~
lll,l'lt·,uada, pues "el autor to ma una serie de máscaras d i- óa o por milagro) en el papel del cnunciatario. La enun-
li.·rt•111l•s" como lo destaca O s,va.ld Ducrot [ 1985, pág. 139]. ciación tiene sin dudla algo de antropoide". Se regresa así
bll' St'niido de máscara como sustituto de persona nos aJ sentido original de examinar la relación Yo-Tú, desta-
p<·n11i1c ne, <1Ólo volver al odgen latino de persona, más- cada. por Enulc Benveniste como el inicio de toda subje-
c:,ar.1 J e ,tf tor, ~ino que resalta s.u teatralidad, pues la más- tividad y por tanto de toda condición comunicativa.
cara cr,1 ,1t111cllo con lo que, en el teatro romano, el actor Quizás ayude la ide·a de lo antropoide para insistir en
se cubría la cabeza y m ediante la cual aumentaba o hacía
más clara y poderosa su voz: por Ja parte anterior imitaba 2. Dicdor1ari,1 Manual La1i110-Espa,iol. 1953. págs 99 y 370.
algo muy human.o y sólo humano como es comunicar- observaría la foto una vez pi:cducida e imp;:esa sO'bre el 25
nos con palabras o con imágenes. Pero también podemos papel:
po nernos de acuerdo en que en la foto no están pre-
sentes, como e n un diálogo vivo, al mismo tie mpo (si- DIAGRAMA Nº 3: Triada de In visi6n fotográfica:
multaneidad), quien habla o c mmcia y quie n escucha o
Yo (posance)
inter preta, o sea, no están al mjsmo tiempo el que hace la
to ma, ei otro que se colocé\ para ser visto y el que poste-
riormente va a observar la foto. Se puede decir que e n la
foto se m11esfr,1 ¡>am después 11cr, e n una especie de diálogo
aplazado.
Sugie ro esta blecer una fórmula de comunicac ión co- Tu
(fotógrafo)
mo la sigui1..•nte:.1
·,•'
DlAC RAMA Nº 2: F cSr11111/a de In 11isi611 fotogr4ficn:
(m, mu"no , n 1, foro) Yo \ ~~•'Wm Él (m, m;rn ,focb=n'"")
Yo j'posa ntej te miro y Tú [fotógrafo! m e muestras
I
para que luego Él [observador ] m e mire.

YO<_____>TÚ<_____>ÉL
\"'i
Ti', (me mostraste)
--
(posa ntc) ................. (fotógrafo)............ (o bservador)
Esto q uie re decir que el acto de mirar es posterior, de
La fórmula m encionada corresponde al triángulo de un lado, y de otro significaría que siempre que saquemos
la visión fotográfica, el c ual no hace más que poner d la foto para mirarla o que por alguna razón la veamos,
sujeto en e.1 lugar del pronombre y así evocar la estruc- ésta parece dispuesta a dos acciones: a mirar a cualquier
ti.y:a psíquica que va a comportar lo que en e l capítulo 1,:, eventual observador y a su vez a ser vista por él mismo.
llam aré "el punto de vista gramatical". Lo evidenc io Pero esi:e juego de mjrar y ser mirado no es sólo un ejer-
den tro de los siguie ntes tres pasos q ue grafico a conti- cicio inocente, sino quizá la base de la creación de lo que
nuación como esque ma de la visión fotográfica, e n el voy a Uamar el pun~~ de vista fotográfico.
cua l el primer cuadro marca la relación de enunciación El trián gulo de la visión fotográfi ca se puede presen-
verbal, el segundo la prefigura como lo haría la misma tar, entonces, de modc gramatical de la siguiente m anera:
d mara fotográfi ca como objeto que va a producir una ' Yo te rrur.aré [futuro simple indicativo] + cuando Tú
imagen◄ y en e l lércc ro s'é'estabJece la mane ra como se me mires [fan:::o po,tencial subjuntivo] = punto de vista
fotográfico [presente indicativo].

3. Replanteo lo dicho por Benvenistc en la re_ladón Yo-Tú ac-


tualizado por Franccsco Casctti (Metz: .1990) cuando nombra la mi- incluso a.-gumentar que el.mismo trípode sobre el cual se asienta el
rada a la cámara didendo:Yo (euunciado r) y Él (personaje), Nosotros aparato posee también tres patas de ~oporte y entonces su ejercicio
(enunciado) te mfr:unos. , gráfico correspondería al mismo Je la cámara. Sobre este fenómeno
4- Sobre este aspecto de lo triaJ de la misma cámara. ~e puede trial de la visió n véase el capítulo 111.
26 Así el pnnto·de vista fotográfico reemplaza y cubre el la fotografia comparten su vocación de medio para cap- 27
sentido de la enunciación . El punto de vista es una ope- tar todo tipo de objetos- o refere ntes y para ser miradas
ración de iuteracGión y m ediación [Silva, 1986, pág. 88] según distintos puntos de vista, pero la foto se distingue
entre lo que se muestra, la foto, y quien la mira, los even- de la pintura en que nos hace mirar como pasado, según
tuales observadores, com o espacio abierto a futuros e im- se examinará luego, lo c ual da lugar a una sentencia pre-
previsibles modos de observarse. Pero también en el liminar como parte de su punto de vista en cuanto que
punto de vista se prevé la organización y distribuci.ón de lafoto sf mira}pero hacia atrás, cuando la mirada de la pin-
un saber, como lo explica Fontanille [1986, pág. 54], de n- tura-debe estar más relacionada con la instantaneidad del
tro del enunciado y los efectos de comunicació n que presente.
ello produce. Por tanto en la foto sie mpre estamos abie r-
tos a la creación de nuevos puntos de vista por su misma
colocación e n tiempos y lugares distintos, por los sujetos La foto como ado teatral
eventuales que Ja obse rvarán y por el saber que aporta Philippe Dubois [r986], uno de los autores que más
cada observador, lo que equivale a afir mar que en la vi- ha avanzado e n la comprensión de los m odos de
1
sió n del álbum se va a co11sttuir el punto de vista de ias sig1úficar de la fotografia, escribió sobre lo que él llama
generacion es que intervienen (abuelos, padres, hijos), las la pragmática de la fotografia en los siguie ntes términos:
regiones c ulturales, el de la edad 9 sexo de los narrado- "Las fotograñas, propiamente hablando, no tienen signi-
res. Y si- bien esto es cierto para todos los modos de ex- ficación en sí mismas: su sentido es exte rior a ellas, está.
presión del ser humano, desde el lenguaje natural hasta esencialmente determinado por su relación efectiva con
las comunicaciones de tecnología electró nica, lo es en su objeto (lo que muestra) y con su situación de enun-
especiiil e n la fotograña po r una razón: la fato sólo existe 1 ciación (con el que la mira)". De esta manera concluye:
paro ser 111iradn y en ese mismo acto de ser vista define su "La foto (entonces como índice) afirma. ante nuestros
su·erte de comunicación. N o puede decirse lo mismo deJ ojos la existencia de aquello que representa, (el 'eso ha
lenguaje que existe, digamos, para· ser escuchado, o del sido' de R oland Barthes),pero no nos dice nada sobre el
cine q ue está tam bién para producir efectos espectacu la- · sentido de esta representación; n o nos dice 'esto quiere
res coñ distintos códigos, como la música o la voz de los decir ta] cosa' . E l referente es representado por la foto
actores. La foto, que es-muda, sin olo res ni gusto, es sólo ·· como una realidad e mpírica, pero 'blanca': su significa-
pm ser m irada y e n esto comparte su pote ncial con eión permanece enigm ática para nosotros, a m enos que
o tras art~s. como la pintura. c uando ambas poseen la po- formemos parte activa de la situación de enunciación de
tencia1iczrd de mostr:u c uanto se propongan. De ahí que dende provien e la imagen" [1986. pág. 50). De ahí que
no este de acuerdo con Susan Sontag cuando afuma que establezcamos la diferencia entre narrar y relatar la foto
"la fotografía comprom.e te la captura del mayor número en el álbum; esto último es la manera de actualizar su
de objetos. La pintura nunca ha tenido tal mirada impe-
r iaJ"5. M ás bien puede decirse que tanto la pintura como
dora del 111,undo. Dice: Co11111eras beg1111 duplicati11g 11,e world at tl,at 1110111e11t
1vhe1t rl,e hu111a11 la11dsca¡1e slarted ro u11dcrgo 11 11crtig:11ous rafe ef chance
5. Susan Sontag en 011 P!,otograpl1¡, [1977, pág. 7 y sig.]. Otras (pág. r6}. Si bien ello es cierto, no lo es porque la foto duplique el
observaóones de esta autora van en el mismo seuliid~ de asumir .l;i mundo, afimiació n que viene de la ingenua creencia de sentido mi-
fotografia como la creadora de imágenes del mundo, como amplia- mético o incluso copista o reproductor de la fotografía.
28 sentido. Por este camfoo uno tiene que cuestio nar la foto Así , sobre la pregunta de cómo reemplazar la frase
com o calco de una realidad y "duµli cadora del mundo·· "esta es una fami lia" por su exhibición. en una foto, se
Y en su lugar·pensar que la foto, n11steriosa sin duda, n o podóa decir que, en principio, no admite reemplazo.
muestra un objeto, una persona, sino su huella, su índice Pero en su lugar queda el espacio para que en el álbum
(en la terminología di! Peirce, que luego se examinará). aparezca esta siguiente foto [Foto N º 2] en la cual una
O sea que no hay calco n j reproducción a ta vista, sino hija de la familia ora con fervor y deja ver su belleza in-
más bien la figuración de algo que allí estuvo y que pro- fantil mientras asume a Dios bajo severa obediencia ri-
dujo un efecto de luz. La foto no es el objeto ni la perso- tual. Esta foto cor;espondc más a un consecuente de una
na que se representa ante nuestros ojos, sino más bien su pose visual, que a una sentencia verbal; o sea, la e}l.l)lica
fan tasma: su efecto d e luz. Esta circunstancia acentúa el más la foto N" r , que cualquier otra frase. La foto, pues,
sentido imaginario de la intercomunicación siempre que actúa con su observador según las circunstancias afectivas
intt'rvcnga una fotograffa. e históricas que los enganchan y que permiten que una
A~í la foto podría ser ló q ue dice Dubois, un acto foto le e.liga algo a alguien. Su punto de vista es abierto a
fotográfico, pues "con la fotograíia ya no nos resulta im- los nuevos observadores, con quienes adquiere significa-
posihlc pensar la imagen por fu era del acto que la hace ción.
posihle". Sin embargo m e voy apenas por uno de sus Ja- Adem ás de los problemas reJativos a la enunciació n
dos. Convenimos en que es un acto, com o un acto de de la foto, entendida como hecho aislado y caracterizada
lenguaje, en el decir de Austin , con acciones Jocutivas por su poder visual independiente, en lo que nos atañe
(sintácticas) y efectos p er locutivos (sociales) de su enun- tenemos que agregar o tra variable, en este caso sin duda
ciació n. Pero decir acto fotográfico, a m i entender, nos estructural, como una de sus reglas ineludibles. La foto
encierra en el consecuente d e lo que se quiere examinar, 1del álbum esta puesta para ser vista antes o después de
pu:s definir ~u: la foto es fotogr~fi~a se hac': redundante ', otra. El álbum es libro que posee un comienzo y un final.
y sin fuero log'I CO. Pero esto quiza se pueda enmenda'r / Si bien no se trata de inicios y fina les ágidamente defi-
con o tra caracterización más sim ple y que creo m ás justa. nidos, sí los hay, en unos casos más que en otros. Si un
Lo foro es 1111 rielo teatral. Si se entiende por teatral to ac- álbum inicia su historia contándonos sobre el embarazo
tuado deliberadamente, la creación de un espacio de fü;- l de la madre y sigue con el nacimiento del niño y su vida
f
ció n .. <le unos personajes que actúan yde un público que posterior dentro de la familia central, hasta, digam os,
los disfruta. Pero aqueUo que más toma la focogra 6a del cuando se casa. (el entonces niño), habrá una coinc1den-
;eatro es algo tan obvio como inesperado, su condició n cia entre el comienzo y el fin de una historia, como lo
de máscara, como ya se dijo, de persona, su mascarada , ( hace una novela tradicio nal, realista. Pero no tiene que
pues tomarse una foto sin duda remite a algo ineludihle : ser así. Pues ser que, como veremos en el aparte fin al
"Cómo qucd<,rá mi imagen "; y luego, "quiénes la verán" sohre ricualidades en el álbum, la narración comience
(la apl~udirán). O sea que su acto es teatral, tanto desde el con la muerte de un ser querido, la madre, y siga con la
posante como desde quien hace la to ma, que siempre histo ria del nieto, dejando toda una generación eo. el ol-
tendrá que responder por la construcción de una escena vido o jgnorancia visual, imitando en este caso más que
que 1c sirva de mejor aliada para mostrar (y acaso dedr) la novela reafüta un c uento de suspenso, com o Ja litera-
lo que se propone con su actuaciónfl'ero también será tura enigmática de Edgar Allan l?oe, que ncs deja sólo
acto teatral en todos aquellos que la observacin. rastros que el espectador debe reconstruir. El álbum tie-
30 ne sus caprichos en .los m odos de mostrar u o lvidar, pero James Stewart, sino como mirada indiscreta7 que penetra 31
hay algo ineludible: el álbum posee un orden donde una donde está prohibido hacerlo a la visión normal, o sea, Ja
foto se encadena con la otra y por ta nto su 11isió11 prod11ce cámara en calidad de faflus y voyeur. Los diálogos y Jos pa-
lafig11m del 'salto', la c ual me parece una palabra que defi- sajes de Stewart con su novia, interpretada por Grace
ne bien este fenóme no, ya que debem os 'saltar' de una Kelly, a quien logra convencer de que al frente, en uno
foto a o tra para recomponer un propósfro gJoha l. Su de los apartamentos que se ofrece a su visión , se ha co-
enuncic1ción cambia, corno en el teatro, con cada puesra metido un crimen, no dejan duda de una concie ncia ex-
en escena, al introducirse una nueva foto que transforma traordim1ria del valor de la fotografia como objeto
el o rde n de las ya existe ntes. perverso. Hitchock sabe, desde Ja elección de su título,
Re,1r Wi11dow, que lc1 fotografía es la verdadera protago-
nista de su filme.
La foto co n pasió n
Una. de las acepciones de renr se puede traducir por
Y nos q ueda la parte pasional. Con esto quie ro decir retaguardia, lo q ue esta detrás, a la zaga. Se usa como rear-
.la acción emocional de la toma de la foto por parte de visiot1 o rearview mirror para indicar el espejo re trovisor,
un sujeto e mpírico carnal (no virtual, del e nunciado del núentras que 111i11do111, ya se sabe, no sól.o es ventana, sino
relato), quien la ejerce desde su comienzo. Se puede de- marco, cntrad;i de luz, y otras más. TJ1eA111erica11 Heritage
cir que corresponde a l fotógrafo, pero también a quien Dirtionary of tl,e E11glish La11g11age le da en especial tres
lo reemplaza imldinidamente en tocios los actos poste- acepciones: sentido de acceso u observació n; intervalo
riores de visió n; es decir, el observador. O sea q ue en la de tiempo durante el c ual una actividad puede tener lu-
pasión fotográfica el fotógrafo se convierte en observa- R3r y marco gue encierra un vidrio para cerrar y abrir'.
dor, es como si 'tú' se transformara e n 'él', respecto a un De esta manera la vea_tana es observación (mirada), in-
'yo' que permanece, como po$ante o como fotografiado. tervalo de tiempo (fotograma por fotograma) y marco
Po r lo gene ral existen tres metáforas sobresalientes sobre (objeto de exhibición),9 ; la rear window es una m.irada a las
los m odos como se representa al fotógrafo y a ]a fotogra-
fia , J e acuerdo con varios estudios importantes: la foto Goldman. Anastasia era una mujer que reclamaba ser la verdadera
en calidad de quien Jispara, y entonces poseerá algo de Gran Duquesa de Anastasia, la única hija sobreviviente dd zar de
\ criminal (ílarthcs)''; como.fi1/111s, e ntonces algo de sexual
(Metz, Kofinan , Sontag), o como actividad v<>ye1,1r, y en-
Rusia, Nicolás 11. C uando se le va a tomar una foto para atesciguar su
identidad visual, dado que dla había pecdido la memoria, el "dispa-
lO" dt la cámara (en 1!)24), la remite de inmcdjato al pasado, cuando
tonces algo de mirón- exhibicionista (Bettetini, Casetti).
otros disparos de revó lver acabaron con la vida de su fanülia y casi
,En el fi lme Renr Window Hitc hcock logra de modo tnn la de ella. Su mem oria, por el disparo de la foto, regresa mo01cn-
magistral contarnos la historia d e un fotógrafo inválido dnnmente. Se hace fotografia.
para evidenciarnos el uso de la cámara 110 sólo como 7, A propósito, con este título se tradujo la película en español:
sustitu.to de la visión (pues también es sustituto de la H-nt1t11a i11discretn.
pierna inválida), que la aumenta como un telescopio y 8. A men11s oJ access or obsen1atio11; 011 i11len'III oJtime d11ríng 111/iic/1 1111
,nl,,lty '"" or 11111st rake plncl" ami afr11me1vork t 11closi11g a pa11e ofglass for
en ocasiones así la usa el protagonista interpretado por
M dtl ope11í11g.
9, Además se podría agregar su homofonía con real (rear / real),
6. A esl' respecto es ~nernorable la escena de Amy ·lrvü1e, quien ... podría jug-...: una oúsi6n importante ,si se tratara de un análisis
rcp=enrn a Arme Anderson rn d filme A11astas{a, dirigido por James IDa,iano.
ventanas desde o tra ventana po r un fotóg rafo desocupa- pensando en Rear Wi,ufow, eJ o lvido del fotógrafo - en- a3
do. Observación de11tro de 1111 marco po r parte de intervalos tretenido más bien en su fiebre fetich e de ver por la ven-
de ti empo es lo que hace la fotog rafia cuando cualqu'it•r tana- de las caricias de su hermosa novia, cuando ella
fotógrafo se dedica a un objeto para fotografi arlo, y marco busca de modo insistente seducirlo: la sustitución de eUa
de exhibición por do nde muchas personas se exhiben (ac- por su pasió n por registrar para su vista y su cámara Jo
túan): una bailar.ina. un crimi11aJ , unos empresarios. que pasa al frente, interpretación que le da uno de sus
Tal feliz fusión entre ventana y cámara, al iguaJ q ue analistas, Zizek [1992, pág. 91J , a este fi lme.
entre fotografiado y asesino (quien oculta el cadáver de Pero, lo que Hitchcock puntualiza, a mi entender, es
su víctima en el solar de la casa y es descubierto por el una condición perversa de la fotografia pues, como en
fo tógrafo mientras le toma fotos) rne parece que inter- toda perversió n, se trata de dirigir una energía libidinal
preta bien el sentido de foto como uisparo y como fa /111s, hada Jo previam ente prohibido. En la foto subsiste un
p recisamente las dos más frecuentes forma.s en que los elemento perverso si admitimos que en eUa nos mueve
estudiosos d el género llaman a la cámara. Fnl/11s se puede la aspiración por registrar aqueUo que está más allá de lo
entender como orden de sign ificació n (o como ley para que la visión nos o frece. El carácter de elisión del objeto,
el o rden simbólico, en el sentido de Lacan) y como ó r- como lo señalan varios psicoanalistas posteriores a Lacan,
gano sexual en fa posición masculina (en el sentido de en ninguna o tra parte se manifiesta más que en la fun-
Freud). Pues la ventana es apertura, lo qu e se abre para ción del ojo. La foto nos incita, como objeto de deseo, a
q ue ene-re luz y aire, que es precisamente la definición traspasar las evidencias, a ro mper el marco de lo o bvio
r~ferencial del dicciona rio: " Abertura en la pared q ue para conseguir lo que está detrás (corno un intento por
sirve para dar paso al aire y a la luz y que permite .rbrir y captar lo real), que correspo nde, a propósito, a lo que lla-
cerrar ", lo cual es eq uiparable con el significado de cá- mamos una buena foto: aquella que logra mostrarnos lo
mara. Ta111bié11 diría q ue existe la evocación al ó rgano que está detrás del objeto fotografiado. No obstante,
1[
sexual masculino, qu e en este caso peneLra la ventana .también en la foto, digamos espo ntánea, sobrevive la pa-
para en focar (disfrutar) varias escenas, dependiendo de la sión por captar algo para el recuerdo - memo ria eterna-
ventana que mira. H ay ento nces aJgo más de fondo. La mente presente- y esta situación nos vuelve a colocar en
cámara del fotógrafo inválido (que no puede caminar) el comienzo: la fotografln posee 1111a 11atHraleza perversa por-,
trata de penetrar la escena de en frente por la ventana•. que, por principio, u na escena hecha para el olvido,
To m;ir las focos se torna una pasió n fetiche que, como como consecuencia del natural paso del tiempo, se quie-
explica Frcud mism o f 1927. págs. 2994-961, act(ia "como re mantener en el recuerdo, para seguirla viendo. Es
sustituto del pe11e. Pero no es eJ sustituto de un pene como si quisiéramos construir una especie de presente
cualq uiera si110 de uno determinado y muy particulaE, eterno. La fotografia lu cha a nuestro lado contra la muer-
que tu vo suma importancia en los primeros años de la te y el olvido. La pasión voyerista que no se satisface con
niñez (...)" En otros términos, ese pene bubo de ser eí tiempo presente sino que hace todo para preservar el
abando nado pero precisamente el fetiche está destinado goce en el futuro.
a preserva rlo de la desaparición, y seguirá en el proceso Rear Windo111 es, pues, una lección de fotogra:fia, sobre
fotográfico cuando, como veremos, Ja foto -:n sí misma pasión y punto de vista, más allá de cualquier o tra con.si-
como rectángulo de papel, y así Jo va a entender M etz deración. Su auténtico protago nista es la cámara fo tográ-
[1989], se torna un o hjetó fetiche. Q uizá así se explica, fica en sí misma ya que dependiendo de lo que ella
Álhum tfa 1,,.,.111-
pueda mostrar el filme cobra sentido. Así, cuando Stc- se constituye en aquello que h ace ser al álbum el deseo 37
wart descubre que habfa fotografiado al asesino y entra a de familia: un imaginario colectivo de un grupo, la fami-
buscarlo en el archivo de sus fotos, al encontrarlo se tor- lia, que así se rep resenta, p ero también se borra.
na en verdadero sospechoso. La foto brinda la evidencia El álbum , cuyo estudio acometemos, no se agota en la
que faltaba. Su novia, incluso, se hace más reaJ, como ob- fotografia. Al contrario, por varias razones se sale de ella.
j eto de deseo, cuando él la ve al frente, en el apartamento El álbum, como queda expresado, nace y es hijo de la
observado, donde precisam ente ocurrió el cr imen, al foto y del retrato pictórico con todas sus consecuencias
cual ella, en virtud de la audacia de su carácter se ha in- lógicas, comunicativas, técnicas y psico-culturaJes, p ero
troducido en búsqueda de prue bas y donde es descu- bordea Ja literatura y eJ teatro en su narrativa, y al arte en
bierta por el asesino, mientras Stewart los ve desde su su visu,tlidad, expresa·o ralidad en el modo de ser relatado
vent:m a, en frente. Estos juegos de desplazamiento del y acoge ciertas técnicas de clasificación en su sentido de
objeto de deseo donde eJJa, su novia, aparece en la esce- archivo familiar. Estas especificidades h acen de él un
na del asesino (la ventana en frente) y lu ego el. asesino se obj eto particular en sus relaciones con la percepción.
crnza al apartam ento deJ fotógrafo, da un sentido de Rompe con las estructuras del texto verbal o artístico
circlllaridad al 0 bjeto, que uno puede entender como tradicional: genera su propia lógica imaginaria. El álbum
indicació n de la pregunta existencial po r el otro. de familia se anuncia desde el otro lado de la foto como
Se puede decir, sin embargo, que el pacto de perversi- tal, aislada, no como tiempo instantáneo, inevitable, que
dad no desconoce, sino que evidencia la búsqueda. del consmne el sentido de la imagen úrúca, sino como tiem-
otro como prueba de amor en el acto de hacer fotografia po h~storizado y ritualizado, como mirada para el futuro
y en consecuencia lo convierte en obj eto de alta cons- y para unos observadores específicos, los fa miliares so-
trucción imaginaria. J. Flower M ac-Cannell Ir992; pág. brevivientes. Así, el cáJculo es opuesto al de la foto d e es-
4c] en su ensayo sobre el amor concluye:"Que podamos .tudio o espo!1tánea, que se hace para ~-er vista de modo
.t
amar sin sexo y tener sexo sin amo.r con stituye Ja ley aislado y de inmediato (por supuesto una vez revelada), , ►'
fundamental del gr upo. Pacientemente estamos en la pues la foto, pre-11ista para el álbum, nace aJ contrario,
absoluta alternancia entre sexo y amor pero en el verda- para ser mirada después (y p or lo general) por otros sere~ t~
dero sacrificio de uno por el otro encontramos la como- distintos a su mism o creador original; o sea, su destina-
didad por la cual rompemos esta alternancia". Sin duda tario corresp onde más a un evenn:1al imaginar io compa-
q ue ·esta alternancia señafada es consecuente con b bús- ñero de familia. Entonces el álbum es foto sólo a m edias;
queda del objeto del deseó fotográfico, cuando el fotó- la otra mitad se la debe a quienes lo coleccionan y lo
gr.afo envuelto en la gr.icia de la demanda de quien se cuentan.
coloca para ser convertido_en imagen se dispone a actuar En el álbum de familia, quizá más que en cualquier
para tomado como suyo. Es allí donde creo que trc1baja la otra for ma de exponer la fotografia, ésta deviene en rito.
alternancia entre el amor y el sexo, si se entiende .que la Y si es r ito lo es para ritualizar todo su saber, desde la
toma ei1 $Í es un acto pasional. toma de la foto, su pre-visi611 para el álbum o su ocasional
Pasional en el más ratUcal de los sentidos, lo cuaJ uno aceptación en la colección, su inclusión en una u qtra
puede comprobar desde el m omento en q ue eJ fotógrafo ceremonia familiar, su colección y cuidado, hasta su ob-
se asoma a la ventana de su cámara a m irar lo que se le servación en distintos momentos, e incluso su transfor-
pone en frente hasta sus actos posteriores, como guardar mación aJ cambiarlo y organizarlo en otra forma o hasta
38 contarlo, quienes lo relatan , en 1~ for ma que les conven-
ga. D e esta manera es claro que la imagen de la foto del
lálbum es actualizada po r o tro m edio, la palabra de su
El archivo del álbun1 de fotografias
~ 1
{ rehttor, cada vez que es co11tada a alguien. Entonces /ci
\
· original de /,, 1.1isió11 del á/1111111 es que s11 foto existe ara ser
• I
, /,ablad(I. ~ ., .
Si el álbum es rito, es memori,1.~ ~ _.rq_ esa m emori,Lh_a.
<le ente_nderse relacio nada con el olvido, pues los aconte-
cimfontos que guarda la familia en fotos no s011 todos los
de su vida, sino algunos que pasaron el proceso selectivo
puesto en el tiempo. Por tanto memoria y olvido actúan
de modo dialéctico; el o lvido no alcanza la memoria,
pero de alguna manera permanece en nuestro cuerpo.
Nietzsche nos habló de memoria de huellas y palabras,
mientras Freud se refirió a memoria 11·111ómica y a con-
ciencia presente, conceptos generosos para decir del ál- t Álbume_s lógicos, sueltos y en cajas
bum que es huellas, memoria, pero también palabras, La's álbumes no son todos iguales en su organjzación
conciencia e inconsc iencia, impresión. Probablemente ni tampoco se llenan por idénticas motivaciones, lo que
no hay una obra en la historia de la Jitcratura que mejor hace importante averiguar tanto sobre los distintos mo-
revele la naturaleza del álbum que la novefa monum,entaJ tivos de fos relatos como sobre las variedades de archivo
de Proust, En lmscn del tiempo perdido, donde el narrado r y coridicio nes, aspecto al que me dedicaré en este capí-
se pasea po r entre e.isas y familias, por entre recuerdos y tulo. El ~c_túvo es siempre una manera de guardar y j e-
las más disímiles asociaciones para rctrataq1os una histo- nrgyizar que dep_rod e de quien lo organiza, com o es
ria privada y sentimental. Dcleuze [ 1964] lo djjo: "El apenas natural, pero también del objeto mismo arclúva-
problema Je Pro ust es el mundo de los signos. Los signos ble y de su tradición~ La misma etimología de la paJabra
mundanos, pero igual los del amor e incluso los sensibles, '1bum da cuenta de una relación entre éste y el ojo, aJ
0 11 los signos de uJ1 tiempo perdido" . No podda prq¡- igual que con el colo r y con la acció n de guardar hojas.
nunciarsc mej or sentencia para definir el ál~)um. Si a algo En su remoto origen latino álbum es a/bus, alba, lo blan-
este aspira es a marcar con huellas, con vistas, con trozos co.Virgifto lo usó como sinónimo de blancura. Pero en
~de lugares, retratos, lo que el paso de la vida ha deja~o: el la práctica médica de los países latinos se hablaba en épo-
tiempo perdido. C uando la famjlia abre su álbum para cas de] renacimiento de álbum owli cels, para indicar Uus..:
( contarlo, reinstala ahí mismo su imaginario de eternidad tainente) "blanco de oj o". En la época romana de los
evocando el tiempo pasado en un_ presente continuo; Inicios del cristianismo se referían a " una tabla donde se
~ omo si ahora estuviera ocurriendo, sin mccliar lapso en- Inscribían las decisiones del pretor, los edictos y otras
tre eJ ,mtes y el presente. C uando lo cierra regresa a la
m áxima irrevocable y a su {uúca verdad posible: todo . .
fórmulás pertenecientes al f<\ro"". Es signific'ativo que

tiempo p¡Jsado está perciido -pa.ra ~iempre. TI . A ese respecto co11Sulté el Diccimlnrio lnti,w•espm1al (1953. pág.
1). También el Dicrio1wrio de /11 il'l~f!"ª espmioln (1990, pag, 183).
40
nfb11s, usado por célebres escr itores latinos hadendo refe- una foto, coleccionarla y, aún más, pon erla en un álbum
renda a blancura, derivara hacia próspero y feliz, hasta el de familia.Y es aquí, en d álbum, donde la pasión se to r-
mom ento en el cu:'11 n/11() pasó a significar en Horacio na más selectiva y se hace aún más un 'acto de amor',
"m arca r un día com o feliz". H e;: juntado el uso de la m e- pues no toda foto merece ser coleccionada y tampoco las
dicina, blanco de oj o, con el de la tabla del preto r y el día coleccionadas asegur:an su conservació n original, por
feliz de Ho racio, pues creo que estas tres acepciones so- cuanto quedan expuestos a recortes y elaboraciones so-
breviven hoy cuando nos referimos a álbum, relacio nado brc su mism a superficie, propios de los m odos pasionales
con una ser ie de hojas limpias para ser llenadas con fotos en que los seres humanos poseen su verdad profunda de
Y luego ser vista sobre todo com o sinónimo de 'blancur.i la foto: uno mismo como mito de su misma imagen.
famili<lr', de mo mentos felices del g rupo fami Liar. Pero su Pero vale la pena insistir en el acto de amor, en especial
organización varía, como qu iem mostrarlo en las siguien- en ciertas fotos de fanni lia que se inspiran más bien en un
tes notas, de una fam ilia qu e lo hace lógicamente a aquc- acntimienco de deseo po r mantener la imagen del otro.
llas que simplem ente lo guardan en cajas. Pero sin duda que el acto amoroso se puede comple-
Micn tras adelantábamos la investigació n sohre fotos mentar; donde dem andamos 'hacer el amo r', demanda-
familiares en lres duúades colo mbian as, Bogotá, Mede- mos 'hacer el morir'. Pues aJ fin y al cabo el. álbum
llín Y Sa nta M arta, nos encontramos un día con una fa- corresponde a un deseo de familia: el deseo de sobrevivir
rnilia en Bogotá, la cual. una vez concedida .la cita para a la muerte como esp ecie, como apellido, como rango,
ver y estudiar su álbum, nos recibió feliz en su casa con en fin , com o imagen.
I
una sorpresa: tenía diecisiete Mbumes12, todos puestos so- ,l.;
bre la mesa de su com edor a nuestra disposición. Le ha- ~
bíanios solicitado uno y nos tenía diecisiete. C reía que El otro de la foto
había reticencia a dejar ver sus áJbumes (pues se ha.bía ¿Qué anuncia el otro en la fotogra6a? La fotograña
demor.1do en darnos la cita). tal vez cierto pudor natural enseña que siempre se pone en el lugar del o tro. Se pue-
po r dejar ver algo tan íntimo, pero nos habíamos equivo- de afirmar incluso, y sobre ello insistiré más a.delante, que
cado; se habían tomado el tiempo necesario para aListar Id fotogréifTa no es más que otro'º. El descubrimiento de la
todo el mater ial q ue ahora ponían sin secreto aparente a fotografía a mediados deJ siglo pasado y su evolución nos
nuestro antojo. A:onducen al hecho irreversible de que todos actuaxnos
La fami lia Mora, de las primeras que visité, pertene- ¡,~ otros:fsi el otro no existe, yo no podría verlo,ti ero
ciente aJ sector social medio, no es una excepción en su tampoco él poclóa verme. Y quizá esta conciencia es-
volu ntad por m ostrar sus álbumes ya que fui descubrien- tructural. en la fotogr:afia ha h echo evolucionar los estu-
dios del lenguaj e hacia una pragmática que reconoce,
12. Sobre d número de :íJbumt>S de cada familia del estudio pue- eomo lo hace Lyotard [1993], qu e la interlocución de la
tll' revisarse t'I anexo Nº 2 titulado ~togra111as, dirigiéndose a aque- lengua sólo se transforma en derecho a la pttlabra si ésta
llos que llevan po r subtítulo " Número de álbumes que posee cada
familia". Debe tenerse presente que cad,1·ciudad se estudió en tres
clases:AJra IAI; M edia fDJ y f><>pul:tr fCJ y por tanto para o bservar el 10. E.n el capítulo II sobre al ált,u111 como archivo, y en ·el 1v sobre
fe nómeno en su tol'.3lidad se han hecho las proyecciones "totales" ~ tos, volveré al pro blema de "\I otro en la foco" e n el sentido
que consultaron cada tema en cada ciudad, para o btener un total dé pam:itical, reservándome ahora su reflexión ta n sólo com o ot redad
9 (3x3) histogramas po r cada tem ática estudiada. lbUnru tiva.
puede decir otra cosa de lo ya dicho: de be ammciar. "S, do que las famiJias, en su n arciso grup::i.1, desean ser vistas 41
la palabra no anuncia nada queda condenada a volver I en ellos,incluso cuando m edian razon es de investigación
~ecir y a conservar significaciones adqufridas (fun ción como en este caso. Mientras m e preparaba para emp ezar
principal de los mass-media). La interlocución n o es uu n te arduo trabajo de coleccio nar álbumes y preparaba la
fm en sí. Solo es legítima si por m ediación de otra p ersa- ficha técnica donde recogería la informació n'J, me fui
na, el O tro de mi inconsciente m e anuncia algo". encontrando con m uch as otras revelacion es, algunas de
Sin embargo, el álhum se ca.loca en el lado opuesto ollas en verdad inesperadas. Pero en este caso sólo hago
del anuncio de Lyotard. La funció n del álbum no sería mención de la manera com o los M ora entendían el ar-
precisam ente m ostrar nada nuevo, a no ser casos excep- hivo fotográfico que me ofrecían con tan grata espo n-
cio nales, sino antes bien conservar lo ya visto, ¡0 ya taneidad. Ese abun dante m aterial, que en conjunto podía
, ' anunciado una y o tra vez hasta to rnarse más b ien en el awnar más de 1000 fotos, man tenía un orden . Los álbu-
rito de un .teto reiterad~. El álbum de fotos de familia 110 mes estaban divididos po r generacio nes desde los de los
tiene por fun ción anunciar, sino conservar Jo muchas abuelos y los de Jos padres h asta los últimos, de los hij os.
veces anunciado po r la fo to o po r o tros medio? Le com- Tomamos como base la familia central, la segunda gen e-
pete al álbum m ostrar lo ya dicho : el matrimo nio ele los ración de los padres de los menores de la casa, quienes a
p ~dres; ~e11alar lo ya cvide11te : que la niria cumple lS 1u vez fu eron los relatores. Pero esta división no excluía
aJ1os; reiterar Jo exigí J o po r la pose: q ue la familia vive la conviveqcia, pues sus tres últimos álbumes eran de per-
fdiz; repetir una acción: el gesto de felicitación de los 10nas específicas: los nietos, o sea la tercera gen eración .
padres ante el triun fo, un grado o una com petencia de- Los demás estaban todos m ezclados, aunque le daban
portiva de sus hijos; o repetir el beso de cariño a los importancia a una u o tra generación. En nuestra charla
abuelos. Su interlocución visual es legítima po rq ue cada quedó claro que n o cambiarían el orden dado y que el
foto m e dice que ya pasó lo que allí representa, me lo principal o bjetivo de la relator.i principal, la madre, era
confirma por Ja siguiente foto, y m e lo vuelve a m ostrar dejárselos de herencia a sus pequeñ.c s hijos, de 15, n y 7
en otras (el mismo rito) para confirmar q ue 110 ha no- años respectivam ente. Su herencia de familia.
wad posible. f1sr, el ti~111po del á/11'.1111 se l,ace rirmlar. _T _
E l otro en fu foto tiene una triple acep ció n. E n pri-
m er _lugar, com o_~! elegido para ser preservado en la me-
E El archiv~ de los Mora p o~a enten~ers_e _así: d~visió1~
generacion es, por cerem onias y por 111d1v1duaJ1dades,J
o enumerad~ progresivamente. Los álbumes del l al 4
mon a. (madre, htJO, esposa) y que rne relaciona , pues es corresponden solo a los abuelos (hoy con cerca de 80
enunciado desde el n arrador del áJbum; o sea: 'm:i e.;-
posa', o 'mi m .. dre', o ' mi .hija'. E n segundo lugar eJ o tro 13. Sobre los asp~ctos metodológicos y los m odos como se desa-
como interlocució n, o sea la posibilidad de diálogo ,y nolla esta investigación, consúltese el anexo N º r sobre metodolo-
comunicación entre qui.e nes a fu erza de ser puestos en el ¡(a, donde doy cuenta de manera muy general d e los pasos que dimos,
m.ismo álbum deben 'dialogar' entre sí: interrelación en- ~n el equipo que me acompañó , desde el momento en que nació la
tre una foto y Ja otra o entre un posante y otro en la mis- lcfea en la Universidad Nacional de Colombia, en 1989, su formali-
m a escena. Y, en Sll sen tido mas analítico, el otro como llción en un proyecto que financió en parte Colciencias (Lnstituto
Colombiano de Ciencia y Tecnología) 19..92-94 y su desarrollo, hasta
aquello que m e hace mostrar Jo que ya está en mí. Eh 11 redacción final en la U nivers;dad de California, en Irvine, E U en
otras palabras, si muestro algo, al mism o tiempo dej o de 4195- 96 y su ampliación a la comunidad c;olombiana en Nueva York,
mostrar otra cosa y enton ces el Otro de mi inconsciente p¡10 premio concedido por la misma UCI.
42
ar1os) Y a ~u ~da ..anterior al matrimonio y poste rio r como lo mostraré e~ ~• capítu!o 1v. cuando r~e deteng~ / 43
pero todav1a sm IUJOS. La segunda ge neración , que aquí en los relatos de familia, que solo tienen un album y las
Uamamos padres (entre 40 y 50 años) está incluida desde fotos pegadas y regadas en distintas hojas, sin clasifica-
el álbum 6 hasta e.l 14 y c ubre todos los episodios, desde ción por edades, ni ceremonias, ni ritos, ni personas u
c uando Jos padres erttn solteros, su matrimonio, sus vitl,u otros cdterios. Más bien son álbumes que llam o 'sueltos',
familiares Y la llegada de l<>s hijos, aquí, la tercera genera- los cuales tie nden a ser la mayoría y no atienden a interés
ción. La clasificación respo nde a motivos que van desde distinto aJ de ten er un lugar donde guardar fotos para
el matrimonio de los padres, el bautizo, el cumpleaños y convertirse, en esta específica situación, en depósito des-
la primera. comunión hasta las fi estas de cele bración y ordenado, si bien se puede n captar otras lógicas rituales u
otras. En 'álbumes de individualidades' aparecen sólo los ocasionales, como efectivamente tratarem os de revelar.
f
de l_a tercera gene ració n y cada uno de los tres hijos, dos E'!!e_ero, a su vez, había álbumes que estaban guardados
111
u1e res Y u11 va ró n , a cada uno de los c uales se le hizo sencillamente en cajas y que se consideraron com o tales
un álbum aparte. al haber una conciencia de álb um en quien relataba. Es-
Así, puede verse que los M ora concibe n sus álbume~ tos casos, que se encontraro n con frecuencia, me ilumi-
como un documento serio y le dan el sentido de tcsti- naron sobre la idea de tesoro ya que por lo general tales
mo nio fa m iliar. A uno de los analistas Je confes.1 ro n su cajas se guardan, muc has veces, com o reliquia y a veces
espcci,1I cari,io por el álbum N º 6, que precisame nte con el sentido de cofre o hasta urna, donde se deposita-
marca la llegada de los ~buelos a la ciudad, provenientes ban restos.A esta últinna moda]idad de álbum la Uamo de
de un puehlo cercano a Bogotá, en el departame nto de 'fotos en caja' o 'fotos revueltas', álbumes desordenados
Boyacá. Este episodio es definitivo parc1 Jo que llaman el pero con indicios de un tipo de archivo, sin ninguna
prog reso y la educació n de sus hijos que hoy. debido a su clasificación técnica y sin pretensión de libro. A pesar de
bue n~• situación económica, pueden asi<itir a colegios pri- lo dicho, esas fotos revueltas poseen algo encanta9or y es
vad()s Y con el tiempo conseguirán ser, según expresaron, el hecho de que' el rdato es armado ¡por el rclatantc cada
" unos hucnos doctores"' 4 • El álbum, de este modo, 0 0 vez que las muestra , con mucha más libe rtad que aque-
sólo srría testimonio de fa111ili<1, s.ino su propio árbo l llas prediseñadas en el álbum como libro. Sobre lasfotos de
genealógico y "aspiracionaJ ". ,aja podemos sentar la 1,ipólesis de que fa oralidad, s11 rnento
M e he pe rmitido contar estas :mécdotas dehido a que literario, se so/Jrepo11e al código vis11af evidente de la fotogra-
en ellas en c uentro casi que un modelo de los modos fia y entonces este álbum posee la quintaeseucia del ál-
como operarían los archivos de fa mfüa cuando se asume bum que te rmfr1a sie ndo más para ser escuchaJo que
al álbum com e parte de una organización familiar, aun- ¡visto.
que e e modelo, digamos Jógjco, es excepcional. No to-
das las familias construyen su memoria fotográfica de
manera lógica, p e n" se puede decir que el orden ideal es Nesatlvo e Impresión
el seguido por los Mo ra. Hay varios, en el otro extrem o, En todos los casos en que me refiero a modos de
auardar las fotos de ]as familias, se está bordeando una
14. Entrevista con la tamilia Mo ra en Bogotá, octubre de 1990. problemática que veo cada vez más explicitada por im-
Sus testimonios fotogr:ífico~ quedaron en fotocopias y no en fotos portantes estudiosos del pensamiento contemporáneo: la
originales, como se hizo postenr rmente con otras familias. IIDCión de archivo. Creo qu.e este interés renovado por el
of4
archivo Y la memo ria se relacio na con una conciencia d( &ta nueva dimensión de observar las huellas psíquicas 45
frag ilidad y efimeridad de varios aspectos de nuestra sen como modo de archivo extrJño y paradójico, pero al fin
sibilidad contemporánea (o posmodernidad, si se quiere y al cabo archivo, me ha colocado en la necesidad de re-
en la cuaJ la presencia de los nuevos ,ncdios electró niw visar también baj o esta modalidad el significado que
Y la construcció n de una vida urbana sin centro únicc como técnic¡i de o bservación muy particuJa.r tiene el ál-
(descentrada) pueden constitu ir dos de sus máximas ex- hum de fotografias.
presio nes. Oigo los med ios electrónicos, pues en princi- El álbum de familia es ento nces archivo, sin duda. Lo
pio no dejan marca de impresión archivable, y me refiero es porque guarda imágenes (no sólo fotos), y las clasifica
también a vida urbana no céntrica, fim dada más en la de manera sjnguJar y quizá únka. Sobre esto n o hay ob-
circulació n, c.1tránsito y la velocidad que en lugares rese- jeción, sencillamente se trata de una constatación. Pe.ro
1
1ables, lo cual atecta todos los otros tipos dC' archivos, asi donde encuentro la sugerencia, al leer a D errida, es ea su
sean los más privados e íntimos, com o e.l 111.ismo álbum concepto de archivo como memoria y destrucción:"No
de fotog raftas. hay archivo sin lugar de referencia. No hay archivo sin
Q uiz.í esa conciencia de máxima transitoriedad y mí- exterioridad. De esta manera, no hay archivo sin envío a
nimo sentido de espacio. deben ir parej os con el intcréi un lugar externo que asegure .la posibilidad de memo-
actual por la noción de archivo, 11ue más bien se co loca rización, esta repetición misma, la lógica de repetición,
del lado de la conservación y <le la asignación de sitip. El en pro fundo, la repetición compuJsió n per manece, de
álbum puede entenderse como un tipo muy origjnal de acuerdo con Preud, indisociablc del instinto de muerte.
archi vo, sentimental r uanco espontáneo; privado cuanto Y aquello d ispuesto aJ archivo no es algo distinto a Jo
secreto e hjstórico, libre como riLUalístico, en el cual re- expuesto a la destrucció n, en verdad, aquello que es
tratamos las pasio nes familiares. Pero ento nces el álhum amenazado con ser destruido introduce 'apriori ' el olvi-
tienc q ue relacionarse con modos de la vich profunda, do y entonces lo archivable en el corazón del monu-
con imaginarios, ron evocacio nes y retóricas en la forma mento (...) El archjvo siempre trabaj a, aprio ri, contra él
como la famil.ia y los seres humanos concebimos la vicia. mismo".
O sea que el álbum tiene que deducirse no sólo en cuan- Este paradójico compo rtamiento se manifiesta dentro
to fu tografia y lenguaj e, sino tam bién desde el campo de las clásicas oposiciones freuruanas de 01a11atos y eros. Si
que se ocupa del sujeto humano como efecto del incons- lo que se archiva es lo que más podríamos olvidar, en-
cientc, esto es, de l::i sustancia misma del psicoanálisis. tonces se archiva por principio po r el temor a su olvido,
A este respecto, un rec iemc trab:tio de Jacques Ocrri- a su destrucción.Y me atrevo a decir que aquello que el
da l •9941 nos revela el problema del archivo relacio nado hombre más teme que se destruya es la v ida misi:na y por
con la obra de Freud y d psicoanálisis y su simbo.logía tanto también aquello que Freud entendió como princi-
más contemporánea. El estudio no deja dudas de su pro - pio de placer. ¿D e qué materia están hechas las fotos
pósito:"La.teoria del psicoanálisis ento nces se vuelve unJ como para pensar en el in1pulso a ere~ el álbum como
teoría del archivo y no sólo una teoría de la memo ria'''5. archivo? La respuesta parecería obvia: las fotos son re-

r5. En Jacques Derrida "Archive Fcvcr: a Frcudian lmpression", nos foe facilitada por el irúsmo Derrida, luego de su couferencm
conferencia dada en junio 5 de T!J94 en Londres durante el semina- re el tenu en Ja Universidad de California, lrvine, en mayo ele
rio I oternacio naJ tituJado: Mcmory:11,e Q11estio11 ,ifArd1i1-es. Copia de S, en su seminario de primavera. ·
44
archivo y la memoria se relaciona con una conciencia di ka nueva dimensión de observar las huellas psíquicas -4:5
fragilidad y efimeridad de varios aspectos de nuestra scll como modo de archivo extraño y paradójico, pero al fin
sihilidad contemporánea (o posmodernidad, si se quiere , al cabo archivo, me ha colocado en la necesidad de re-
en 1a cual la presencia áe los nuevos m edios electrónic~ visar también bajo esta modalidad el significado que
Y Ja construcción de una vida urbana sin centro únicc como técnic.i de observación muy particular tiene el ál-
(descentrada) pueden constituir dos de sus máximas ex- bum de fotografias.
presiones. Digo los medios electrónicos, pues en princi, El álbum de familia es entonces archivo, sin duda. Lo
pio no <lejan marca de impresión archiva ble, y me refi enl ti porque guarda imágenes (no sólo fotos), y las clasifica
también a vida urbana 110 céntrica, fundada más en la de manera singular y quizá única. Sobre esto no hay ob-
circulación, el tránsito y la velocidad que en lugares rese, jeción, sencillamente se trata de una constatación . Pero
ñables, lo cual ,tfecta todos los o tros tipos de archivos, asi donde encuentro la sugerencia, al leer a D errida, es en su
seao los más privados e íntimos, como el mismo álburn concepto de archivo como memoria y destrucción:"No
de fotografias. hay archivo sin lugar d e referencia. No hay archivo sin
Quizá esa conciencia de máxima transitoriedad y nií- exterioridad. De esta manera, no hay archivo sin envío a
njmo sentido de espacio, deben ir parejos cdn el interés un lugar externo que asegure la posibilidad de 111.emo-
actual por la noció n de archivo, que más bien se coloca rización, esta repetición misma, la lógica de repetición,
del lado de la conservació n y de la asignació n de sitio. El en profundo, la repetición compulsió n permanece; de
álbum puede entenderse como un tipo muy original de acuerdo con Freud, indisociable del instinto de muerte.
archivo, sentimental cuanto espontáneo; p rivado cuanto Y aquello dispuesto al archivo no es algo distinto a lo
secreto e h·istórico, libre como ritualistico, en el cual re- exp.uesto a la destrucció n, en verdad, aquello que es
tratamos las pasio nes famjliares. Pero entonces el álbum amenazado con ser destruido introduce 'aprio ri' el olvi-
riene que relacionarse con modos de la vida profünda, do y entonces lo archivable en el corazón deJ monu-
con imaginarios, con evocaciones y retóricas en )a forma mento (...) El archivo siempre trabaja, apriori , co ntra él
comn la fa milia y los seres humanos concebimos la vida. mismo".
O sea que el álbum tiene que deducirse no sólo en cuan- Este paradójico comportamiento se manifiesta dentro
to fotografia y lenguaje, sino también desde el campo de las clásicas oposiciones freud.ianas de thanatos y eros. Si
que se ocupa del sujeto humano como efecto del incons- lo que se archiva es lo que más podríamos o lvidar, en-
dente, esto es, ck la sustancia 11úsma del psicoanálisis. tonces se archiva po r principio por el temor a su olvido,
A este respecto, un reciente trabaj o de Jacques Derri- a su destrucción.Y me atrevo a decir que aquello que el
da l 19941 nos revela el problema del ard uvo relacio nado hombre má.s teme que se destruya es la vida m.isrna y por
con la obra de Freud y el psicoanálisis y su simbología tanto también aquello que Freud entendió como pri.nci-
más contemporánea. El estudio no deja dudas de su pro- pio de placer. ¿D e qué materia están hechas las fotos
pósito:"La .teoría del psicoanálisis ento nces se vuelve una como para pensar en el impulso a cre~r el áJbum €Omo
teoría del arclúvo y no sólo una te01ía de la m emoria"•s. an:hivo? La respuesta parecería obvia: las fotos son re-

r5. En Jacques Derrida·• Archive Fever: a Freudian Impression "-, ka nos fue facilitada por el mismo Derrida,Juego de su conferencia
conferencia dada en junio. 5 de t9"J4 en Londres durante el senúna- ábre el terna en la Universidad de California, Irvine, en mayo de
rio lnternacionaJ titulado: Me111"ty:171e Q 11estfo11 efArd,ir,es. Copiade 11)95, en su seminario de primavera.
46 c uerdos, impresiones de la vida, momentos que se quie- impresión recibida en la vida puede conservarse sin su- 47
ren preservar. Pero ¿cuáles se preservan? ¿Para quién? &ir cambios para luego repetirse en una imagen que la
¿Cuándo? ¿Hasta cuándo? ¿Con gué otros objetos se revela ulteriormente. La metáfora del cliché representa 1a
acompaña este archivo de familia?.Ahí mismo se toma fuerza compulsiva qu e detennina su retorno. "Lo que
complejo el archivo fotográfico, lo cu al amerita un estu- nosotros como niños hemos visto sin entender, puede e n
dio y reflexión analíticos. nuestra vida adulta volver en sueños".
La fotogra6a misma, y no puede ser por casualidad. le Esta idea del cliché es otra metáfora que, según Kof-
sirvió a pensadores como Marx, Freud y Nietzsche, en man, reemplaza e n Freud la idea de la cá mara de foto-
cuanto excepcional m etáfora, para señalar aspectos cen- grafia como relación con el inconscien te, para desde alú
trales en sus tcorias. En Marx la cámara oscura como constrnir los tres pasos que Jo acompañaron en su idea
ideología: en Freud , el negativo de la foto como incons- del análisis: tiempo de la infanda producida por un cli-
ciente y en Nietzsche, com o me táfora dd olvido necesa- ché negativo, como pe ríodo de la latencia; tiempo del
rio para la vida. Sara Kofman l 19nJ, precisamente, se dio revelado o del crecimiento y aquel de la imagen positiva,
a la tarea de rastrear algunas relaciones de Ja Í<ltograíia caracterizado por el paso de la oscuridad a la luz, de la
con estos pe nsadores. En el caso de Freud señala cóm o infancia a la edad adulta. Sin embargo, no sobra recordar
eu sus Tl·e.t e11s11y,,s s"bre la teorfa de Ir, --¡exHclfidt1d define la que esta idea de Kofman de progreso hacia la luz no va
neurosis como el negativo de la perversión y se1i.1la que ser mantenida por Freud cuando é l mismo reconoce
los fantasmas son conscientes en los perversos. Frc ud uti- posteriormente en El porvenir de 11t1a ilusión [1914] que
liza e l modelo de la cámara fotográfica para mostrar que no hay tanta claridad en las decisiones de la humanidad,
todo fenómeno psíquico pasa primero y necesariamente pero en todo caso aún en este libro sigue usando la idea
por una fase inconsc iente. po r la oscuridad , por el nega- --de 'futura luz', dejando en claro su uso metafórico con la
tivo, anees de ceder a la conciencia, de desarrolJarse en la cámara de fotografia.
claridad del positivo. Pero el negativo puede no ser reve-
lado (...) pues viene la censura que impide el paso claro
mente nús hipótesis sobre el álbum de fanúlia en su seminario (abril
al sa lón de la conciencia (pág. 48). ,. JS de 1995, Universidad de California, l rvine), nos confesó su re-
.. Esta idea de fases, en el sentido de lo oscuro hacia io nuencia a dejarse fotografiar, hasta un día en que un fotógrafo
claro o también de la•infancia hacia vida adulta, o de un fotografió a aJgtüen por la espalda creyendo que era éJ y publicó esta
mome nto de la vida a otro, que puede equipararse a lo foto como si fuera el mism o D errida. Fue tan negativa a sus propios
que.i.ios antropólo~os llaman ' ritos de paso; es conver- ojos la imagen del suplantador presentado, que desde enton ces De-
rrida a.d inite mostrarse él mism o para sus fotografías. En otras pala-
gente con el mism o álbum cuando sus protagonistas
br.as, decidió admitir su propio cliché. He mirado varias de las porradas
muestran de distintos modos su paso por la vid.i. E mpero dr los libros de D errida, su e peciaJ preferencia por m ostrar su ima-
quizá lo que m ejor se adapte a nuestro interés es la idea F" en la edición inglesa y, en realidad, me llama la atención la pose
relaciouada con la fotografia que Fre ud llama 'e/ clid1é', el lin pose que ha Logr.1do. Para ser francos, su pipa predispuesta, el
cual se puede e ncontrar en el escrito sobre el retorno de escenario, su aan6sfera, son muy teatrales (véase por ejemplo la po r-
r
lo"reprim.:ido 19_19J, Id para e ntonces entender cómo una cada del libro Poillfs ... Stanfoi:d University Press) pero su mirada
ligue siendo realista, com o s.i fuera para algui<m presente y no para
1qu1 '. que luego verá la foto. Oiría que D errida ha logrado ser un
r6. L1 jdea de cliché también admite el significado c!c estereoti- posudo natura!ista: posa deliberadamente para aparecer como no po-
po sobre la fotograffa . El profesor Derricb, cuando comentaba oraJ- sando. Quizá así ha resuelto parre de su remo r a ser visto en fotos.
48
También en honor a la fotografia y a su profunda re- ma foto suelta, pues en el álbum se puede ver un proceso, 4S
la~ió~ con Jo inconscien te hay que decir que el dcscu- ama foto relacionada y amarrada con otra, encontrándose
brmuento del otro Jado del ho mbre, el de la oscur idad, el ~nas que le sirven de cliché o de base generativa a otras,
de la no con_cicncia, aparece de m anera simultánea en el f orno vimos en la lfoto N º lj y su resultado psicológi-
s~~er fotográfico. Se pued e hacer una simple compara- co-social, expuesto en la [foto N º 2).
crnn de cómo se anunC'ian ambos descubrimjentos para • Lo que progresivamente se va revelando bajo toda su
ver sus interpelaciones. "La histori:i de la fotogra fia re:tl- descompuesta escenificación es nada m enos que cierta
m ente comienza en t830 cuando materiales sensibles a la ,nanera de hacerse y hacernos mem or ia Jvisual nosotros
Juz (de lo oscuro a la claridad) fuero n usados en la cáma- piism os, desde la edad adulta hacia atrás. Se trata de 111111
ra por primera vez" llanford, 1978, pág. 7J. Mientras tan- 11e111oria pensadll /wcill a,delante, hacia el futuro. Imágenes
to aJgo parecido ocurre unos años después, cuando los del futuro constituyen el álbum, podría d ecirse~ Detrás
historiadores del psicoanálisis reconocen, hahlando del de la fami lia está uno, su ídolo, con su puesto dentro de
inconsciente descubierto por Freud, g ue "no es un con- una genealogía, una gen eració n en relación con la otra.
ccpto anatómico. Com o Frcud IQ ha hecho notar una y Es uno con su cuerpo y su ros¡fo como principales fac-
otra vez, no hay localizació n anatómica. El ihconsdencc tores de identidad de sí mismo. Sobre todo, el á/l,11111 hace
de man era m erecida y corta se de be entender como 111 1 conciencia de 1111esíro pro¡,io e11vejeci111iento, del paso de los
proceso mental, com o una revelación hacia la claridad" años~Sin embargo esa manera de 'figurar' el envejeci-
[Reuben, 1973. pág. 37¡. E n otras paJabras, ~ la fotograffa núento de cada quien se elabora para ser dada a la visión
Y al p,;ico.máJisis los emparentan dos principios desde sus de otro miembro de la familia, y así cada g ru_po cerrado
descubrimientos respectivos. Primero, ambos son revela- actúa bajo el estigma de la tribu con sus ídolos, permi-
cio nes de la materia, de lo oscuro a la luz. Segundo, en tiéndose asistir a mi rar, en el áJbum tomado como gale-
ambos c;isos se produce una imagen (no anató mica decía ria, a la destrucción J e cada miembro de la comunidad.
Frt'ud) que muestra procesos m entales. Lo que se dic.:e de De esta manera el állJl/111 110 s6/o es memoria, también es..n,i-
la f~tografia le cabe al inconsciente; Jo gue se reconoce na. Y así eJ álbum nos prod uce asombro ante el recuerdo
deJ inconsciente define el lado pro fund o de fa foto&,_rafia. de u~'? ser visto, por estar allí su imagen; pero también nos
Fotografía Y psicoanálisis nos ven, por su naturaleza, des- ger.~ pánico aJ saber que ese ser ya no está vivo y q ue
de la penumbra y en proceso continuo de revefación. su foto es apenas.la impresi.ón de un inexistente. AJ mis-
Se_ y odría continuar diciendo que en todo álbum hay me tiempo proyectamos, en nuestra mente impresiona-
t~1ili1en un proceso q ue va de un comienzo a un final, si da, el día en q ue nuestra foto sea apenas otro hueco en la
bien el tiem_po cronológico no coincide, salvo en algu- cadena. Terror a la muerte y a la desap arición en el sen ti-
nos casos, con la colocació n de las fotos. Prima más bil'n do barthesiano [Barthes 1980. pág 23] de que la foto sólo
como veremos, un orden ritual, de mo tivos, u ocasio na/ adquiere su valor p leno "con la desap2rició n irreversible
Pero esto todavía lo acerca aún más a un tiempo circular del referente", la muerte del sujeto fotografiado.Y es esta
Y no lineal como sería el tiempo claro de la co nciencia. Lo núsma la paradoja del archivo que señala D errida en su
evidente Y constatable es que el álbum, de manera simi- insistente idea de que el archivo trabaja contra sí mismo,
lar a la fotogra fia, recoge impresiones y hace del cJiché su va autocontempJando su desaparición.
hábito. Q uizá en esto o btenga mayor putido que la mis-
' t
la última fotografla
cia a la muerte. Sólo en ocho aparecieron cadáveres'9 • 51
En varias ocasiones, durante nueve veces, se dej~ lato significa que a la rela,ción e ntre archivo y m emoria
constaJJCÍa en Jas hojas de rcciho de la información d~ 1ft c:I álbum habría que adicionade otra variable: lo que
nuestros auxiliares' 7 de que una vez que alguien habÍJ ID se archiva. Toda presentación de la muerte, el cadáver
mue rto se qwtaba esa persona temporalmente de los ál la misma enferm edad, constituye en profundidad lo
bumes y sólo volvía a aparecer cu ando había pasado u11 . .e motiva a nivel psicológico el propio ardúvo. La vida
tie mpo prudencial para el o lvido del trauma mismo cau- tontada de una m ujer o un ho mbre, desde su nacimie n-
sado por la desaparición del ser que r ido. Aquí, de n uevo, lD. sus sucesivos cumpleaños, matrimonio e hijos, hasta
se puede constatar la relació11 de duela q11e se traslada ti /~ ouando repentinamente se tronca al llegar la m uer te. En
rc¡1rese11((1ri611 del 11111erto e11 el nlh11111 y se testimonia a la ttras palabras, la muerte del padre o de la m adre como
imagen, como si se tratase del mismo cadáver o parte de econtecinúento no es figurada en los álbumes y, en-
él. Si bien se dijo que nunca una foto es m ás patética que tonces, su testimonio se convierte e n verdadera repre-
c uando muestra a alguien que ha muerto, lo es e n espe- 11nución por ausencia, un hueco en el álbum, un paso
cia l cu;.indo su muerte es reciente, debido probablernen- lnvi.tjble.
te a la circunstancia de que todavía luc hamos con el Digam os que el álbum existe, en principio, para con -
deseo J e mante ner vivo el objeto de nuestro :ifecto que tar la vida y sus momentos felices, no la muerte, pero el
ha orig.in;ido el cstaJo doloroso. miedo a la muerte es lo que lo configura como arc hivo.
Ln fc1rc1 de fa 11rrso11n 1111wrt11 llev.1 e11 si 111is111a s11 pmpin He estudiado por mi cuenta las últimas fotos de mis pa-
1te_(!acicl11 a 1111<1 ardtil'o, pues ya porta en sí la mnrca del final dtts, recientemente fa llecidos c uando se inició esta in-
J e una vida, por t::into toda foto de quien ya no vive asu- Vllrigadón, y he visto alguna disimetría. M i padre mucre
m e el rol trágico del muerto. Se p uede decir que toda Adminantemente de un ataque al corazón. Sus últimas
foro d1.: una pe rsona muerta es su última foro y que esta &:,tos no dan ninguna pista sobre su muerte imncdiata, a
inte rrupción de la vida rea l afecta su fi guración e n la fo- pesar de que en conversaciones con su secretaria había
Lografia. Existe una profimda y extraña rcladón entre las dejado e ntrever tristeza y hasta llanto, al vaticinar su
fotos y los seres vivos y a lo que más 1' teme un ser vivo muerte, cuando comen zaba la vejez (68 años) y se e n-
es, sin duda, a su óltim:-i fotogra fia. Si alguien supie ra que contrabas en perfecto estado de salud. Ante la familia,
"esta" es su última imagen probablemente tra nsformaría alempre fue o ptimista y sus fotos reclaman esa justicia de
su expresión . Si alguie n supiera que esta es su últim:i foco, .buen hombre de familia que mira al futuro esperanzador.
seguramente su rostro sería el de un muerto, o el de un Mi madre, dos años m e nor que él y poseedora de un
m edio muerto, para ser más exactos.
De los 170 álbumes estudiados•ll pocos hicieron refe-
mensa de fotos. Las foros de los rno álbwnes de la muestra central
Aatrron pasadas a datos visuales y con ellas se formu ló la base de datos
17. Ver couformación de equipo de trabajo en anexo Nº 1 sobre ff1C aparece en cada caso como histograma.
metodo logía.
19. Imágenes sexuales tampoco aparecen sino excepcionalmente
18. Distribuidos de-la siguiente manera. como se puede ver en el "' ti álbum, pero este aspecto lo tratamos en el capítulo 1v sobre
apéndice sobre metodología: 50 en la preparación del estudio, roo 1911101, pues es la muerte la que identifica el tiempo pasado de la
que co111pre11de11 la muestra central. más 20 que obtuve de familias A,copa6á y su estructura de archivo, m ás que "cualquier otro impulso
en Estados Unidos. Estos 170 álbumes conforman una muestra in- ,-k)uico.
52 gran afecto a la vida q ue siempre nos impresionó, desa- El modelo posfotogñflco
rrolla un cáncer ante la desaparición de su esposo. No Esta conciencia de la muerte e n las fotos que integran
supimos de su morta l e nfermedad sino una semana antes t1 álbum 2º la h e constatado en varios de los relato res de
1 de su fallecimiento, dos a ños después de la de 111.i padre. • tos episodios familiares. Po r lo general se dicen frases
1
AJ m irar las pocas fotos q ue le tomamos durante esos dos como: "Esta pe rsona (q-ue ya no vive), era tan clivina", o
años, pues el due lo no daba para más, puede verse cómo ••mire como se parece a ... (uno u o tro familfar sobrevi-
elJa asume e n sile nc io su traged ia de viuda y p ueden ~ ente)". Distintas expresiones q ue conducen a hacer del
leerse aJgunos signos de su inmine nte m uerte. En espe- desaparecido otra marca distinta a la de su cadáver: taJ
cial hay uno q ue m e impresio na: sus ojos se fu e ron h un- Yez en varias ocasiones se trata de una divinización del
die ndo muc ho, formando grandes ojeras a su alrededor, muerto.Y precisamente este motivo del arch ivo, del rnie-
como si ya no q uisiera ver más o conside rase que ya ha- do a la muerte, se relaciona con la naturaleza de la foto-
bía visto sufic ie nte. E sta idea de unos ojos que se hu11den grafía, resaltado po r var ios de sus estudiosos como el
mientras se está inc ubaJ1do la m uerte la h e com entado 1igno de la muerte por excele ncia. Se traca de un en-
con amigos que han vivido duelos sjmilares y algunos cue ntro entre la foto y su manera de coleccionarla. Pero
confirman est:i extraña mane ra de usar e l registro foto- el álbum no sólo es foto, ya lo dij e, y por tanto además de
) gr::ífi co como vaticinado r del fu turo inmediato. 111 parecido con la foto, permanece abierto a o tras man e-
Parece asombroso que si la mirada es un recorrido de as de ser visto, como son su relato y el archivo.
luz por el c ual captamos los o bjetos o estos nos im - La fa milia Mora, de la cuaJ hablaba, podría conside -
presionan para su señal cere bra l, se trataría de l mismo re-- rarse triunfante y sus diecisiete álbumes así .lo muestran,
corrido de la c5mara y de la fotogra fia , objetos que tiOdavía sin 11).uertos e n sus páginas ru en su vida real. Los
también captarían esas seña les fisicas. Si quien se prepara '1bumes han sido hechos en el transcurso de tres gen era.-
para salirse del mundo esconde sus ojos, la foto sólo repi- ciones, abuelos, padres e hijos y todos vivos todavía. D e
te en e l papel impreso esta coincidencia de u nos ojos los p adres de los abuelos, los bisabuelos, no hay registros
que ya no q uie ren ver. En estos casos la foto posee una y por tanto su vida, como archivo visual, es simultánea e
gran cantidad de infor mació n. Como ·si su objeto se en- idéntica al tiempo narrado en lo que nos mostraron. Es
contrara con lo ya pasado. Sería precisamente la d iferen - posible q ue su áJbum sea mostrado con o rgullo porque
cia y coincide ncia entre la información fotográfica de h1 todavía todos hablan sus fotos. Lo mismo puede decirse
imagen como mirada y la informació n fototónica q ue de o tros álbumes q ue las familias todavía guardan como
seria la imagen como efecto fisico-químko. Situac ionc,; parte de la casa, de sus objetos y de sus pensamientos. Se
de extremo padecim iento psíquico do nde el aspecto puede pensar que en un álbum como e l de los M o ra la
químico-tisico de tm aparato, la cám ara y la fotografía, se
vuelve señal en la imagen gue capta. The s011/ is 11<> more
tlum tl1e /l(l(fy, the b<>dy is 110 more tlu111 tite sor,/ [El alma no 20. Se pueden constatar en cl anexo 2 los histogramas " Motivo
es m ás que el cuerpo, el cuerpo no es má q ue e l a lma] fotogr'.tfico" donde, como se ve, no aparece la muerte como motivo
nos enseñó Walt Whitman en la muestra central del estudjo (100 á.lbumes) y luego comparar
con el d e "Objetos distintos a las fotos" 1'11 el cual se puede apreciar
que en ocasiones se agrcg:rn cujet:1s a los álbumes; algunas de esas
tarjetas corresponden a "tarjetas de dolor". llamadas sufragios, que
sólo por metonim.ia pueden dar testimonio del muerto.
54
famiJia está, utilizando el sentido de H eidegger, en el lo puntual, como fluj o sin rastro, donde impera el tránsi- 55
hogar como en su propia casa, en. un sitio idc;il donde to y la rapidez. El tiempo del álbum participa de todos:
todos, al m enos Jos que aJlí aparecen, interact(rnn con ele los dos momentos iniciales, tanto de la oralidad como
amor y gusto el uno con el otro. El álbum es la impresión de la escritura, ahora amenazado por la puntualidad elec-
viv-c1 que constata su existencia. erónica.
El álhum es un sobreviviente de un tipo de ar chivo 1
El álbum se constitu.irfa en legí.timo vestigio del siglo
que requiere una impresión y un lugar para depositarlo; pasado al hacer de la fotografia una forma por excelencia
o sea el álbum es, todavía. un o bjeto que se guarda y por de la modernidad. Fotografía y modernidad van de la
ende puede colocaf'ie al l.,do d e los objetos que D errida mano sj uno reconoce en la foto la inmersió n en la má-
considera de (efectiva) impresión , como la imprenta o la C1Uina, la cámara, y la repetición de un proceso mecánico
carta manuscrita y también la fotogra6a. Objetos entre ele un mismo original.También la cámara es modernidad
los cuales vivió el mismo Freud y que le permitieron la ~ el sentido de que produce un ícono que finalmente se
. corutrucción del psicoan:ílisis en los términos que hoy lo ule de los cánones del renacimiento, al concebir la ima-
conocernos. " La estructura técnica del archivo tambiéJl gen como expresión de, un mundo que se representa por
determina l:t estructura del co ntenido de lo archivahlc medio de luz medible, consecuencia de la técnica exacta,
aun cuando se relacione con el füturo ". Y continúa: y no ya como esfu erz.o manual ni de la mera intuición de
"Esto significa que en el pasado el psicoanálisis (no más los pintores. Las imágen es del mundo moderno, indus-
que o tros fonómenos) no hu biese sido Jo que fu e si el trial al fin y al cabo, son hechas, principalmente, por
correo electrónico, por ejemplo, hubiese existido". Mu- medios mecánicos, o sea que dependen de un sopo rte
chos de los conceptos de Freud que se han podido escla- distinto al mismo cue rpo humano que mo.difica y hace
r ecer'. en verdad no se podrían haber salvado si su ,u expresión. Quizá por esto se asocie la foto en forma
comunicaci6n hubiese sido por correo electró nico (e- aeiterada con la modernidad, pues de alguna manera se
m ail) u o tra escritura electrónica. Es posible que esta constituye en la técnica de la 'objetividad', quizá paran-
nueva m anera de escribir, sin impresió n, sin huella dura- gonando la verdad científica m edfüle, o también la ver-
dera, nos esté Uevando a otra dimensió n del ser humano dad de lo que está ocurriendo, para los m edios impresos
do nde y,, no pre~ervamos por sign os t·scritos, sino por de comunicación. Pero el mundo ' pos' (pos/industrial, •
un tiempo puntual com o un devenir sin rastro. Pierre pos/moderno), nos conduce a otra creación, ya no tanto
Lcvy l •991l propone hablar de tiempo de la oralidad, esp acial, como lugar, sino en caída de tiempo, como frag-
representado por un drcuJo y caracLerístico en b pre- mento sin espacio fijo, como flujo. Esto mismo lo pode-
histo ria; el de la escritura, re presentado por la linea y mos observar en la evolución de la fotografia cuando
ca usante del tiempo ltjstórico y el de Ja computador-c1, pasa de la pose estática a la captació n del fragmento de
representado po r el pixel electró nico para dirigirse más a ,cgundo, posible en las actuales cámaras.
En su bello ensayo sobre la fotograña, Rudolf Arbeim
(1977] sostiene una tesis esencial en la que diferencia dos
2 r. Po 11go por t:jcmplo la corre,s pondcncia entre Frcud y su cole-
ga Wilhclm Fliess, medico y biólogo de Dctlín. Emst Kris y Marie
fases en su desarrollo. El período en el cual la imagen,
Bo napartc, al publicar LM or(ee11es del psic11,111tl/isis, luego de la muerte por así decirlo, trasciende la presencia momentánea de
de Freud. obra que corresponde a las cartas entre los d os científicos los objetos retratados debido a la duración de la exposi-
de r897 a 1902. ción {podría ser, en sus mejores momentos, de varios
minutos cori el posante aguanta ndo la respiració n rn icn- tográfico, por ej emplo, uno puede hacer cualquier n {1- 57
tras el fotógrafo le hace la to ma) y a lo voluminoso del mcro de copias; preguntarse por c uál es la auté ntica no
equipo (que impedía un desplazamie nto o incluso la po- llene sentido", puesto que toda copia fotográfica seáa
sibilidad d e que el fotógrafo pasara inadve rtido); y la ,cproducció n de un origi nal. Pues ahora, ante la produc-
segunda fase. en la que se CKplota la posibilidad técnica ,ión ge nerativa del pliotosho¡r\ estamos al otro lado: cada
de captar el m ovimiento de una fracción de segundo. La "'Pia siilgular es un nuevo origi11al, p11es desaparece el 11egmivo
fotografía adquie re velocidad y desplazamien to. Se hace 10bre el cual se hace 11 las copias y todas las copias son
tiempo e inmediatez. Funciona a] lado de la efime ridad, 6nicas producciones, como se puede ver e n la [Foto Nº
1 '
de la c irculación, la descen tración . JJ. ¿Cuál es la original e ntre estas dos fotogra6as? ¿La
Ganar la fracció n dd segundo, la milésima o 111il/011ési- primera, e n que la rnadre dir.ige Ja mirada a su hija con la
111a para retmftrr fo i1111isiblc, para e xpon e r en e l revelado lo autoridad materna, o bien la segunda [Foto Nº 4] , c uan-
qne siempre fu e aj e no a la mirada, como captar el aleteo .do por efecto de l cambio de lugar de los posantes per-
de un p[lja ro micAtras ento na su canción , desplazándose mitido por el p rograma Color lt (p/,0(.(1s!,op) se realiza o,
a una velocidad mucho mayor que la 24/ roo po r segun- mejor, se produce un intercambio en e l topos de la foco-
do, que es la velocidad en que ve e l oj o humano (exact:i- arafía? Ahora la hija m arca la pauta y se pie rde aquí la at-
mente la de la visió n cine matogr:tfü:a), correspo nde a la mósfe ra de mando d e la madre sobre ésta . ¿Cuál es la
tcm poraJización de I<, foto, contra su cómo da espacia li- verdadera? Ninguna o ambas. ¿H ay una copia para sacar
dad heredada de l re nacimiento y que había hecho de e Ua duplicados? Nb. Ambas y todas las o tras variantes q ue se
un o bjeto con lugaF y sitio asegurado. La foto de la pri- quieran introduc ir con el comp utador serán únicas y
me ra fase, de Jos objetos que trascendía y c lcv:,ba a expo- 6ancionan como orig inales. Si antes, con Benjamín, ha-
sic ió n, el mo m ento d e su retratíscica, había encontrado blábamos de copias y reproducciones, ahora va a hablarse
un sitio do méstico que e ra el álbum de famjlia del cual idc "traducciones" de un programa a otro, de "conve rsio-
pocos se esc,1paro n. La foto tenía lugar y el álbum era su ,ies" de las representaciones o hasta de "impo rtaciones"
hogar más seguro. del sca1111er a la me mo ria, l,ard drive del computado r. La
Quizá estemos al bo rde de un final , y es seguramente nueva o pe rac ión se logra por la m em oria virtual del
ésta la razón po r la que desde la fotografia tambié n se computa do r que la re tie ne y la convierte en puntos para
anuncie la c risis y renovación de algm~os de los modelm luego editarla cada vez de una manera dife re nte, y así
de la mo de rnidad, uno de los cm1les sería la cámara mjs- hasta el infinito. E l ma nual lo dice todo: "Las imágenes
m a. parn así pasar al ritmo electrónico, la cámara electró-- pueden ser traídas al programa de Phocosho p por el
nica, el retrato en puntos capturado e n la pantalla del tscaneo de la fotografia, diapositiva o imagen; m ediante la
computador, como ya lo hace cualquier tienda de foto- captura de imágenes del video; o po r la importac!Ón
gra ffas en Estados Unidos. O bien la foto transmitida por electrónica de un diseño artístico creado po r un progra-
fax, o hasta aquella que yJ no es copia de un mismo ori- ma de pintura. Uno puede importar (a una hoja de traba-
ginal, posibilitada po r e l plwtoslwp, que permite trabáj ar
¡ u~a foto en e~ t~er y produc ir lo contrario de lo soste-
22. Programa diseñado para trabajar con foto¡2rafias y computa-
dor donde se prepara toda foto restau rándola, invirtiendo su objeto,
, nido p or B e111am111 .f 1969, pág. 224J en cuanto "en cual- por ejemplo colocando a quien está a la derecha a la izquierda, o
qufrr grado el trabajo de arte n.' produddo se vuelve modificando los rasgos, por ejemplo, agrandando ojo o volviendo
designado po r la reproduc tib ilidad. D esde el negativo fo- adunado un rostro occidental. ·
58 jo) tm doc ru:r.ento visoal en el formato y exportarlo en sino una tarjeta digital (disquetes) y en cada una se alma- 59

o tro distinto según las necesidades. En consecue ncia se cenarán tantas fotos c uantas le quepan en su memoria,
puede tnmferír muy .facilrnente un documento hecho en archivable.
el programa Photoshop a o tro documento hecho con Las nuevas tecnologí.as electrónicas nos conducen,
distiutas aplicacio n es. El programa Adobe Photoshop entonces, a otra memoria ahora artificial y a la. concep-
pe rmite pues co11tmlar el pmreso por el c ual la fotografía o ción de otros archivos. El uso social q ue se hace de la fo-
diapositiva se convierte en imagen digitalizada"•J. . · tografía, ya sea tomada como expresión de la realidad
Tal c ual p uede leerse, el nuevo vocabu lario nos habla "con la apariencia de un len guaje sin códigos" como se-
de impo rtar-exportar-crear imágenes dependiendo de ña.la B ordieu [1965, pág. 100], o sea baj o la pretensión de
las necesidades de l usuario y hace hinca pié en el con trol algo 'tan natural' com o lo que ven nuestros ojos, o como
que se puede tener en todo el proceso que Ueva a crear limpie huella, en el sentido lógico de un índice, como es
una nueva imagen digitalizada. Estamos, e n de finitiva, señalado po r autores com o Dubbois o Scheeffer, desde
ante un modelo posfotografico. La foto ya no es huella, una p erspectiva peirceana, marca una m anera de com -
11 sino nueva fi g uración.Ya no esta mm ante un proceso tic prenderla. Pero en todos los casos el uso social de la foto
copia y ni siquiera de d uplicación de un o bje to para re- de r eproducción electrónica está por verse.
producir su e ntorno, sino de una imagen que calcula, por
medio de un saber m ate mático, las apariencias de la que
,.unporta ' . Pero no so' 1o ca 1cula de m anera realista las apa- Los locos videos
rie ncias, pues como se vio, puede crear nuevas apaJ·ien- El álbum sufre e n esta época sus mutaciones definjti-
cias a partir de éstas, ya que el usuario está e n capacidad 1\'aS. Con la introducción del video doméstico aparecen
d e controlar todo el proceso. Se pierden, d igamos así, las familias que g uardan sus recuerdos de manera audio-
huellas de lo real que ammciaba,la: fotografia. Algo ha- visual. Y esto supone:,no sólo un cambio mecánico del
bremos perdido de b imagen de la modernidad. La foto- medio empleado, sino otra concepció n del archivo de
grafia e n un futuro inmediato, inspirada en el Photoshop imágenes personales y, a su vez, otra manera de vivir el
prescindir:1 de l negativo. Incluso ya no se necesitará recuerdo. En todo Estados Unidos este m edio es muy
comprar rollos, y por tanto las fotos ya no se guardarán popular, tanto q ue el program a A111erican's F11nn.iest Home
en cajas o álbumes. La cámara no utilizará 1:11ás rollo~, Videos se transmite a diario entre seis y siete de la noc he,
cuando la familia se reúne luego de r~gresa;r de la jor-
nada de trabajo. Este programa ofrece un pre mio de
23. l111nxes r,111 be bro11)1ht i1110 tl,eAdobe Pfl()tosl,op ¡iroL~m,11 by sca1111i11)1
10.000 dó lares diarios al m ejor video del día y 100.000
a p/l()U\f?mph, r1 slidc or a11 i111r1,¡ze; by Cllpturin,'< il11a)les Jm111 11hlco; or by
i111porti11)! clcrtronic ,1rt111C1rk crcatcd 111itl, a dm111i11j/ prc1.J!mltl. Yo11 cn11 irnµort ~ lares al mejor del sem estre. Alü llegan toda clase de vi-
1111 /111oge 1fow111e11r i11 011e .fomrnt mu/ exporl it in ,mother, depe11di11g 011 deos familiares y el programa, a su manera, ha hecho su
yo11r 11cc,/s. As a result }'VLI rn11 easi/¡1 lrt111{fer Adobe Plwtosl10p t/()c11111c111 to propia tipología, que se presenta según el día de la sem a-
other applicntim,s rmd co111puter pfrl!f()r111s.Adobe Photoshop pmgm111, al/ows fll. Podría decir que h ay tres clases de Home Videos: de
yoi, to co11trol 1/,e ¡,roffss t/inmgh 111/,ic/1 a pl1otograpl1 or slide is co,wertcd -.ñmales, de humanos en situaciones. erradas y de cere-
into a digitizcd i11u\~e. Adobe Pl,otos/1op LE. l.Íser Cuide. (1995). Los
subrayados SOi) mios para resaltar su fimción distinta a la de la foto
,n.c>nias fracasadas. Las tipologías se relacionan siempre
como copia de la c ual hablaba Benjamín y evidenciar, a su vez, la con algún. imprevisto: un animal .enfurecida com o con-
nueva figur.ició,, .fi1togriíjim. ;· 11euencia del baño, resuelve morder a su patrón en pleno
momento de cariño matutino; un señor enfermo de un ledc aJ cálc ulo, la fiesta se vuelve simulacro, los faniiliares
pie gue se sienta equivocadamente y sale disparado hacia amigos se transforman en actores y el fin último no es
atrás ocasionando una aparatosa caída , con silla y comida lanto guardar, archivar, sino buscar la caída, el lapsus, e l
que se riega sobre su rostro; también las cerem onias son ,rror, cuando no el euor fingido en la última modalidad
dignas de exhibirse si en una fiesta de m:Ítrimonio ella • Home Videos.
Uora amargamente o el anillo que le o frece el esposo cae, Pero m ás allá del video com o espectáculo para la telc-
se va rodando y se pi erde en uoa alcantarilla. Este estilo Wión, también el video transforma po r todos lados aJ
estadounidense, he redero del sonp opera y de los típicos llbum familiar. En un estudio paralelo a éste que se está
gaJ:s de los cómicos clásicos, como Laurel y Hardy o adelantando en Francial◄ , se Uega a conclusiones intere-
Abbo t y Costello o Jerry Lewis, ha sido exportado a todo 1111tes. Según Odin [1997] el video familiar exige estar
el mundo y hoy en Ja mayoría de los países hay alg{1n ,naJ hecho pues quien asiste a su exhibición deb e ser
programa semejante al del video cómico. En Colombia ,niembro de la familia, a costa de no e ntender nada de lo
tiene el sugere nte y revelador nombre de " Locos vi•- que está suced iendo pues la narración deja grandes va-
deos". dos que se llenan m ediante el diálogo de los asiste ntes
Esta nueva industria de los videos de casa está intro- 411c "recuerdan las escen as tomadas". Así, el video fa mi-
duciendo cambios fuertes en los modos de producció n liar -y e n general el aficionado- posee más cualidades
del archivo casero. E n muchas ocasiones el video se hace para portar como suyo lo privado o po niéndose aJ " im-
prem editando el posihlc e rror, la caída aparatosa o el ¡,eriaJismo del cine bien hecho". Estas anotac io nes son
c histe cruel, que le permita al afortunado camarógrafo justas e n uno de los aspec tos del desarrollo de esta indus-
ganarse un premio, adem ás de salir por la televisión. Esta Cria. En o tra dimensió n el video llevado a la televisió n y
situación se ha tornado bocho rnosa pues varias familias, pamado por las programadoras es absorbido por el cs-
o entre amigos, empezaron a actt1ar deliberadam ente pectácu lo y la banalidad de su cálculo comercial.
para hacer creer a la programadora de la televisión que se En .Bogotá ciertas familias del sector [A) nos pe mli-
trataba de un video espo ntáneo. Muy pronto, en la corta dcron conocer sus á lbumes y sus videos familiares. La
vida de esta industria, las programadoras se dieron c uenta diferencia fue notable. En la foto se vislumbraba una vi-
de e Uo y e n Estados Unidos, a partir del verano de 1995, lión a veces alegre, en ocas-iones nostálgica, de la vida del
abri eron una nueva secció n para los conc ursantes en la pasado. En todo caso se trataba de la captación de c iertos
cual se les pedía de modo abie rto que se actuara. El lw111e momen tos claves en su ritualistica, mientras en el video
video para la televisión entra en la espectacularización ,e notaba más rapidez, acció n , y el sentimiento predomi-
definiti va. Así, la pareja simula que está bailando pero nante era más la sorna, la burla o la exhibició n hacia el
resbala y cae;-el asunto es qué ta n natural l.o gran hacer fiaturo. Se puede pensar, con razón, que se trata de las di-
esta simulación los concursantes. También se actúa c uan- ferencias entre la foto y el cine. Empero también es cier-
do la cámara se esconde: a esto se le llama 'cámani oculta' .
Por ejemplo escuc har al j ovea que se levant.a can tando y
sorpre nderlo grabándole sus canc iones qve no tenían .24. Me refiero aJ trabajo coordinadQ por R ogec Odín sobre el
Wide<> aficionado dado a conocer en las 1:niversidades Javeriana y
otro fin que el gusto por cantar e n la mañana. Lo i11d11s-
Nacional de Bogoci (conferencia dictada en abril de 1997 y charla
rria del video,.pues, se está to1111111do lc,s archivos de la vidn.fnmi~ JtenonaJ con el auto r en la Facultad de Artes de la U niversidad Na-
linr i:11 111111 de sns di111e11sio11es, lo ((Í111ir11. La espo nt<meidad cional).
' I L ---- t
62 to que las familias se disponen de distinta manera a uno IOn los niños a quienes se les hacen álbumes completos 63
u otro registro. El h echo de que e n el álb11111 se e110/11cfo11c lin refere ntes familiares. Situación que, como se verá en
111ás /Jacia el protagonismo de los 11Ííios e11 las 1íllimas ge11emdo- ti capítulo LV , se refueirza por el tipo de áJbum de consu-
11e.s 1111 parejo con la i1!fi11e11cia del 11ideo S()bre la fotogrqffa como mo que hoy ofrecen las casas comerciales de fotografia.
registro estático. Quiero decir que el video exige nuevos En este aspecto invito aJ lector a ver las siguie ntes fo-
protagonism os de más dinamismo, y que ello se en cuen- cos elegidas por su valor constatativo, para poder captar
tr.i más en los jóve nes que e n Jos mayores'5 • el 'ptototipo' de fotos de cuatro períodos clistintos. Su-
Como motivo principal seleccionado po r nuestros giero entenderlas como conjunciones, e nce ndiendo por
relatances para definir su propio álbum e ncontramos, se- conjunción la relación. entre el que posa y q11ie11 lo presenta et1
gi.'u1 nuestra proyección estadística, dos aspectos sobresa- una 1111ev11for111a de emmciar s11s 111asc11radt1s. Por tanto busco
lie ntes. Prime ro, cuando preguntamos de manera oral a la comparación que se puede establecer entre el posante
la misma famil ia cuál e ra el motivo de lle nar su álbdm, y lo que muestra o la m anera de hacerlo, para encon-
nos respondi eron , e n -altas proporcio nes numé ricas, que ararnos frente a c uatro decisiones clistintas. En todas
e ra la fami lia; pero cuando el analista revisó el ~lbum con tomo como referencia el m odo como se representa a un
6
'oj o técn ico' encon tró que, como puede verse sobre todo infante.
16
en los histogramas correspondie ntes Uogotá y Santa r
En Ja foto Nº de los años treinta la madre presenta
Mar ta, primaba aJguno de sus hijos17 • Segundo, e n los ál- al hijo en un gesto 'oste11sivo- causal' como diciendo:"Este
bu m es estudiados ubicamos tres épocas: la an6gua hasta es mi hijo, os lo p resento". E n la siguiente [Foto Nº 6J,-. j
los años cinc uenta, la intermedia desde e nton ces hasta otra familia en los años cincuenta, la niña es quien pre-
come nzar los años och enta y la nueva desde entonces aenta su muñ.e ca de manera 'copHlativa', como diciendo:
hasta el presente. Se puede decir que la familia actúa º Aquí estoy yo y mi muñeca". En la otra, [Foto Nº 71
1~ como protagonista central sólo e-n--el período intermedjo lograda en los años -setr,nta, otra ni.i1a se presenta e n un
pues e n el primero el m otivo sí eran los miembros de la escenario que cada dí.a va a atravesar más el imagin ar io
fami lia pe ro e n pose individu:-11 al acudir al fotóg rafo infantil, la televisión , com o diciendo de m anera adversa-
para hacerse la toma fotográfica, y e n el nuevo pe r iodo lim: "Esta soy yo ante el televisor". En la última, [Foto
Nº 8] de los años noventa, al niño se le presenta solo, de
25. S-Ohrc este aspecto verse el anexo 2. histogr:1111as "Motivo prin- manera 'disy1111tiva-exclamativa', como una torta él mismo,
cipal del álbum•· en las tres rrgi oncs t'Studiadas. cual diciendo:"Aquí esta mi hijo, admírenlo". Estos pro-
26. U:11110 histogramas a las proyecciones estadísticas de distintos cedimie ntos: oste nsivos, copulativos, adversativos y ad a-
1c111as fotográficos que se dan a conocer en el anexo 2 con sus res-
mativos, no son casuales y por tanto las fotos elegidas no
pccúvos títulos. Tales proyecc:iorn:s parten del análisis visual a q~e
so111ctimos la nmestra cenrral (roo álbumes de familia) y creemos 10n arbitrarias. M ás bien responde n a figuraciC?nes proto-
que constituyen un aporte metodológico al dificil problema de· cómo dpicas.
tr;isladar la información visual de la fotor,-aGa a uo;u categorías con- Quizá el concepto psicoanalítico del ern:.uadre nos
ceptuales. ayude a expresar el aspecto gramaticaJ (de conjunción)
27. En Bogotá fBJ las fam ilias creen que el motivo del álbum es l:i de la foto. Si bien es cierto que Jos pronombres gramati-
familia en un 31%, mientras el an:iJist,1 cncuentr,1 que es el hijo sobre
la famil.ia en un 40'¾,.l'ambién puede verse en Santa Marta [BJ que la
cales desde donde se narra la foto nos son útiles para
misma faruiJia reconoce en niás del 40% que el motivo del álbum es captar el com etido familiar, como veremos luego, probe-
su hijo. mos ahora por la vía d el encuadre. En todo encuadre el
64 encuadrador es parte de lo encuadrado. Al fin y al cabo, 6,to del niño que se muestra alzado por la madre, y que 65
en todos los casos, en la sesión an alítica se trata de buscar lamé ostensiva, el encuadre es explicito y completo: la
la transferencia, o sea poner en hoca del analista aquello madre lo presenta. En el encuadre de la niña con la mu-
que no logra expresar, por estar ocu lto o reprimido, el lcca, que llam é copulativo, el encuadre es an exo pues la
analizante. De tal suerte que el encuadre por sí n,jsmo niña agrega algo, su muñeca. Mientras en el siguiente,
nos muestra una actitud psicológica de quien lo prepara. que llamé adversativo, se repelen la niña y el televisor,
Los enunciados de los p ro nombres personales nos per- pues ambos objetos pretenden mostrarse y se da el inicio
miten saber sobre la posición del fotógrafo de familia. o (por esto adversativo) de exclusión del enunciador (los
d e quien haga las veces de em,nciador, o sea, del narra- padres). En el último ya desaparecen los padres y sólo se
dor que está afuera de la foto pero la propone. El encua- presenta al hijo, como trofeo. Por esto lo U.amé aclamati-
dre, por su parte, determina el sentido de la foto, su '°· La foto sólo muestra lo enunciado y el enunciador
cnunci,1ció11, su enunciado en .la forografia. El analista queda por fuera. Es la diferencia entre dos acciones del
prepara el paisaje que va a ser visto por su analizante. mirar: " Miradlo" (en Ja ostensiva y la copulativa) , frente
Po ne así el diván; arriba u na pintu ra, quizá un paisaje al "Mírenlo" (en la adversativa y aclamativa). Si examina-
pHcido del romanticismo; al frente un escritorio con las mos el histograma "Generaciones que aparecen en el ál -
obras completas de Frcud o de otro maestro de su admi- bum" en la proyección estadística puede constatarse q ue
ración ; n la espalda un mecedo r de madera que evidencie los hijos dominan el panorama, en especial en las mues-
el paso de los a11 0s con el ruido del balanceo; en el techo, tras de los álbumes de los años setenta en adelante. Se
seguramente, una cenefa similar a las usadas en la Viena puede decir que hay un paso de lo copulativo, de agrega r
clásica de comienzos de siglo y así sucesivam ente. Blcger algo (la niña + el perro; la niña + la casa, etcétera), a Jo
djce que el encuadre es como un 'no-Yo', o mundo fan- adversativo (la niña, pero la casa; la niña, pero el televisor
tasm a, que represcmta una " metacomunicació n", colo- y así sucesivamente). En el histograma " Figura foca-
cándose de esta manera en el mi rno camino de Lotman lizada" qu e corresponde a la figura focalizada en la
Í 19891. pues éste lo definía como una instancia mitológi- narración de las fotos centrales18, los niños dominan el
ca cu.1ndo lo analizaba en el texto literario. "Es el aspecto panorama, después de 'grupos', en Bogotá, pero en Santa
de la mitologización del texto lo que se asocia primaria- Marta, en los sectores [Bl y [C] vemos que los niños co-
mente con el encuadre" 1David Danow, pág. 12 j. De esto rresponden a la figura central de sus nacraciones, por en-
se trata en la foto-recuerdo del álbum. De una mito logía ama de 'grupos y mujeres' u otros motivos. Esta
de fom:ilia frente al hijo, primero, y luego frente a todo el proyección a favor de los niños es constante en los álbu-
futuro, como factor imaginario esencial. mes más recientes.
' 'El encuadre, llevado a la fotografía, nos permite en- De tal suerte, se puede p ronosticar que la enuncíació n
tonces saber sobre los juegos del inconsciente a travé de de la foto del álbum evoluciona, en cuanto al modo de
los mecanismos psicológico· y sociales de exflfüición de archivar la· pose, desde un enunciado que se identifica
la fomfüa . Nos conduce :i saber qué muestmn, qué ocul- cor. lo que muestra, el ostensivo, pasando por otro co-
tan y cómo lo configuran. Razones po r las cuales se tratrr
de ,m querer }1 1111 st1ber de la familia expuesta. Las fotos del
28. En el apéndice sobre metodología expljco que la foto central
álbum son un tesoro (de culttJra) visual que hay que des- '-e aquella seleccionada como la principal por la mismo relatora del
cubrir y revelar. Así. se puede decir que mientras en la 8,un1 y por tanto su valor como insignia familiar.
fil
puJativo en el que se muestra al posa.nte más un agrega- ~hivos familiares de video, ampliamente dominad0s por
do, 'yo Y mi muñeca', continúa en uno adversativo, o sea los niños de los hogares. .
'yo, pero mi (casi adentro de) televisor' y concluye en Se hace así evidente una curiosa coincidencia entre la
uno disyuntivo-admirativo en el que el que lo muestra, J)aturaleza del medio, lo estático y lo pasado de la foto,
uno de los padres, no está para mostrarlo, como en la &ente a lo dinámico y lo futuro del video, y los motivos
ostensiva, lo cual se traduce eu mostrar algo para se-r acla- y los personaj es preferidos. La Joto vieja en la que priman
mado. No q uiere decirse que no haya fotos actuales eH -los abue/0s, e11 oposici6,i a la nueva Joto familiar en la que do-
Jas que la madre muestre a su hijo; las hay, por supuesto, minan los niiios. Los álbumes del niño cuando tenía un
p:ro el enunciado, las maneras visuales de hacer presen- .año, de la adolescente cuando cumplió sus quince años,
cia, de representar al hijo, cambia. de los padres cuando se casaron, de la fiesta cuando el
Los a1Jtcriores pasos corresponden a la evolución de -hijo se graduó. Total que no sólo tiende a desaparecer la
nn áJbum de famfüa en eJ que domfoaban los viej os, pa- ~ilia como representación colectiva, sino que el álbum,
~res y ab~1elos,_como condiciones ostensivas y copula- .digam.os, su archivo se superespeciaJiza, y se hace uno
tivas, hacia el album donde donlinan los hijos, como para cada ocasión, fragmentando la imagen del grupo o
condiciones adversativas y admirativas. Pero el paso de la .el archivo y entonces se produce uno para cada aspecto
adversativa, que implica una contradicción con lo que se del evento, como uno para el bebé cuando nace y otro
muestra, 'la niiia ante el televisió n', a la admirativa, do nde para quienes visitaron a la madre el día del nacimiento
más bien se se,iala !ti que está en la foto, 'el niño (indica- del bebé. Además, quienes aparecen en los nuevos álbu-
do) como torta' sentado en la mesa, es aún más d iciente mes tienden a mostrarse como si posaran para el video.
ya que el niño se ohjetualiza, se separa del contexto, 1~ El delirio como registro n arcisístico empieza a llenar las
fa miHa, y se muestra como valor por sí mism.o, como tro- páginas del que era el álb um de familias.
feo, para más bien ser admirado. La familia, como repre- El futuro del álbum es así incierto. Ea algunos casos,
sentaciór1. se va perdiendo para actuar mejor por fuera me refiero en especial a M edellín y a la colonia colom-
de la foto aclamando a rn heredero; su ídolo fetiche. El biana de Nueva York, hubo i1úormantes voluntarios que
álbum d e fami lia, donde desaparece el contexto de la ponían a nuestra disposición los videos familiares. Con el
famil ia para concentrarse en una figura admirada, mitifi- abaratamiento y la popularización del video es muy pro-
cada, es po r tanto un álbum más egoísta y ególatra. El bable que la foto pase a un segundo plano, al menos por
ni,10 crece ahora como el nu evo héroe, el rey de la casa un período de tiempo, y que esto haga cambiar la actitud
(que otro ra fuera el padre) al que se le da todo el escena- de los posantes familiares. Es muy posible que se gane en
rio visual y sobre quien la familia apuesta su futuro. Este espontaneidad, que la pose sea m.e nos rígida, qu~ se cap-
uiño es el mismo a guíen por fuera del álbum se le llena ten instantes insospechados y por tanto se gane más vi-
de consumos de toda especie,juguetcs incontables, estí- sualidad, pero también es cierto que el video ha nacido
mulos electró nicos sobremedidos, allumiendo tal vez que ,on mayor disposición a la. industria y la comerciali-
se Je debe dar de todo para que crezca_;No es claro que el ación.
niño de-los úios noventa tenga la palabra de la familia, , No es ajeno a lo dicho que se extienda la costumbre
confundida en la nueva Jucha de paradigmas masculinos .de asunúr el video como'casa comercial', donde se reali-
Y femeninos de las últimas décadas, pero sí posee en alto 11 un contrato con un experto, un técuico en video, para
grado la imagen de ésta. Esto se puede aprecia·r en los que realice la grabación de.la primera comunión, el ma-
68 trimonio o el grado; de esta manera el registro visual es 61 se incluyen otros objetos, también observables visual- 69
más una actitud profesional que la visión de un uúembro aente, pero no siempre de naturaleza fotográfica. Esto
de la familia, como sucedía en la fotografía antigua. El es, que el álbum es literalmente un libro abierto, no sólo
video fami liar, pues, muestra en ·varios ángulos una voca- .porque está dispuesto a recibir lo que venga en el futuro,
ción de ruptura con la tradición de la fotografía. Quizá la lino porque en él entran distintos obje tos de la más va-
úJtima ruptura correspo nda a las nuevas ofertas de las ca- riada naturaleza que se entremezclan con las fotos dando
sas comerciales de Estados Unidos, .las cuales permiten paso a un sentido de in terjuego entre sus usuarios, aun
que la foto pueda ser vista en las pantallas de los compu- cuando en general estos objetos hacen parte de lo que
tadores. Se constitu í.ría, de esta manera, un archivo elec- Damamos 'materia del álbum29• Si bien esta sustancia ma-
trónico que traería distintas consecuencias: al ver u:na terial afecta al álbum, la diferenciamos del relato visual
foto e n papel se destacan los rasgos de siJue ta de la ima- como h echo literario.
gen , sus características, que podrían llamarse estáticas, en Por aspecto material del álbum e ntendemos, pues,
un rostro, su tipo, nariz, oj os, etcétera; en un grupo, su ,odo aquello que interviene, distinto al sentido de reali-
j erarqufa, su orde n, sus relaciones e ntre uno y o tro. En la 1ación fotónica, fisico-químico, de la misma foto. O sea
foto vista e n pantalla por su parte. se destacan otros as- que hablo, además de los objetos que se le pegan, de ma-
pectos, que podrían llamarse dinámicos, como la acción, teriales referidos aJ álbum, tamalios de las fotos, condi-
el gesto del rostro o del grupo, el movimie nto. Po i:- tanto, Pi)lles cro máticas, agi:egados a las fotos, páginas de los
lo.t 1iuevos archi11os va11 hada la acción, a11tes que hacia la co11- '1bumes y número de éstas IJenas y vacías. Se puede decir
te111plació11. Si la foto de papel privilegia lo que Barthes c¡ue en este aparte hablamos de expresiones agregadas al
llamaba el p11nrtu11, (el pinc hazo que me genera una ex- n lor primario de la foto y de sus relatos.
presión en su q uietud) , e n la pantalla se privilegia o tra De las tres ciudades que comparten la investigación
c ualidad, su e ncendido, la sensación de ser lma imagen ..se, se. advierte que son las tres clases sociales de M ede-
iluminada, ambientada, que se reproduce casi a su antojo, llin las que, en general, más se destacan en cuanto al c u.i-
que se mueve, en fin , que se puede pre nder o tambiérJ dado material y presentación de las fotos y los álbumes.
apagar c uando se quiera. Tal locura por supuesto, en Ja Quizá sean tambié n quienes más cuidan sus detalles de
nueva dimensión del video casero, correspo nde al mis- .presentación. Aquí encontramos igualmente los álbum es
mo hecho de que cada vez somos más fotografiados, in- n más h ojas. Esto, si se quiere, conc uerda con un fuerte
cluso sin nuestra autorización, por las cámaras que tentimiento de aseo que puede descubrirse en el arreglo
vigilan los edificios poderosos: " ... veinte veces en pro-- ¡,ersonal de los antioqueños, en distintas situaciones,
m edio diar.i o si se vive en Nueva Yo rk" (TimeI octubre> como el trabajo, las ftestas, la vida urbana . Así, el álbum
r997). En Colombia ya se ha introducido en cadenas ho- 41e> seóa algo distinto a un objeto más de su cultura.
teleras, en espacios colectivos com o restaurantes y terra-
zas d e ho teles. 29. "Para responder a esta inqlúetud sobre la materia misma del
,n,um se pl:mtearon varios grupos de preguntas dentro del cuestio-
,lllrio y hubo instrncciones a los analisras para que recogieran en su
Objetos pegados a la.s fotos -.ervación directa de bos álbumes respuestas dirigidas en tal sentido.
De igual manera se trabajó en las copias de nuestro archivo de ál-
Aquello que culturalmente llamamos álbum famjjj ar "8ncs en la observació n del conjunto.Véase apéndice sobre meto-
suele ser también otra cosa y no sólo archivo de fotos. En _.togía.
70 En 1a clase [C] de M cdeUín, en el histograma "Cuán- las, pero sobresaJen los de 18, lo que quiere decir q ue 71
tos álbumes posee la fam ilia" se puede constata r e l gran por este Jado no se encontró una conve nc ión tan rígida.
núm e ro de ellos, (un relatante 1Jegó a co,ú esar que po- Las hojas libres en el [Bl son cero, lo que m arca una ten -
seía sesenta). El promedio en todo caso es alto. En cuanto dencia a conclui r la histo ria. Y en el [A] cerca del 70%
aJ color, se observa que eJ 100% fu ero n llenados con también llenó sus hojas hasta el final.
fotos a color o mix tas y ninguno en blanco y negro. Se puede comprobar q ue e n M edellín íC] los álb u-
R..especto aJ tam:1110, según e l Jústograma " Tamaño", se mes son más peq ueños y más estandarizad.os. La gran
puede consta tar q ue el 60% es de 9 x r2 c ms, tamaño que anayorfa son de diez hoj as y casi todos, u n 80%, están lle-
e n gen eral p arece ser e l que se estandar iza como conse- nos hasta la última página, en una actitud similar al [B] .
c uencia de Ja com ercialización masiva de las fotos po r las De igual m anera e l tamaño de 9 x T2 domina codo el
nuev-.is industrias que ya o pe ran en C o lo m bia. C on rela- muestrario.
c ión al ní",mcro de páginas, según el cuadro con eJ mis- En Santa M arta IA] 1os objetos que más aparecen son
m o títu lo, se puede apreciar que la g ran mayoría eslá ~ortes de periódico, tarje tas, muestras de cabello, es-
e ntre 10 y 18 y, po r lo general, te rminan la histo ria visual, lampas de santos y pe rga m inos. En el [BJ recortes de p e-
p ues sólo un 16% deja alguna hoj a libre. riódico, recordator ios, plantas y tarjetas de distintos usos
E n cuanto a los obj etos q ue se agregan a las fotos, en f en el [C] también tarjetas, postales, revistas y ramos.
M cdellín se pueden ver los histogra 111as con la m isma lllo demuestra que, en este asp ecto, hay unaninúdad en
de nom inación . Van desde las huellas de los niños hasta el las tres clases sa marias. E n c uanto a tamaños no hay m a-
p apel de navidad, los documen tos de las clínica donde ,or novedad . Excepto q ue en el [C) el tamaño de 10 x 15
nacen y los distintos escrjtos y mensaj es. En el sector fAI pvaliza en igu ales proporcio nes con el de 9 x 12 . Los tres
sobresal.e n las tarjetas, las postales y recortes de revistas, p pos te r minan las h oj as de sus álbumes.
los exáme nes m éd icos, las ecografías, las calcomanías, las En Bogotá lAJ predo mina la foto a color y m ixta, sus
facturas y los registros civiles. En el sector íBJ se destacan lamaños también son igualmente de 9 x 12 y el número
especialme nte tarjetas, recortes de pe riódicos y rosas di- 4e hoj as es de 10 e n un 45% de los álbum es, con algunos
secadas. Al p~1recer. en este concepto e l sector [AJ se • 60 h ojas y otras cantidades. E n el lB] el 70 % pone
m uestra más ostentosa y exhibicion ista. -&,tos a color y ninguna. en blanco y negro y su tamaño
En e l secto r fB l y fA1de M cdcllín casi un 50% de las ligue la medida estándar de 9 x 12. EJ número de hoj as sí
fotos son hechas en blanco y negro y las demás son ntlx- varia aquí, como se puede ver e n el histograma " Hoj as
cas y a colo r, lo cual perm ite ver que entre más alta es la que compo ne n el álbum". En Bogotá [B] pues, hay de
clase socia l, m ás posee fotos antiguas, ante rio res a los 10, 39, 49 y 20 páginas, entre otras cantidades.
años cinc uenta, en gene ral hechas en blanco y negro o En el IC] de Bogot.á encon tramos las m ayores dife-
en sepia. Sólo el abaratamiem o de las fotos y su pop ula- rencias m ater iales. N o en c uanto al colo r, pues sigue
rizac ió n ha permitido que en los ttltimos años, después dominando la polic romía, sino en cuan to al n úme ro de
de los och,~nta, los secto res populares se tornen consu- llc,j ilS que comp onen los álbumes el cual va desde 12 a
mido res de fotografias. El nttmero de hoj as del [B] ·se 8, lo q ue se pued e explicar por la mayo r influencia de
en cuentra e ntre ro y 46 y e n el [AJ, según se desprende p for matos com erciales. Tam bién hay d1fercncias en
del histo gram a " Hojas q ue com ponen el álbum",se divi- cuanto a las hojas lfürcs, ya que .sólo el 40% ha llenado
den todos los estudiados con exactitud entre 8 y 45 pági- MIi hoj as hasta 1a última página, quedando algunas así, o
72 sea que no se interesan por concluir materialmente la tes". El cuerpo, en otras palabras, no sólo es carne. 73
histo ria. cuerpo, se puede decir la imagen del cuerpo, es lo que
tenca el sentido. Para los analistas es también el lugar
l gocc.J
Pedazos de cuerpo
¿C uál.es residuos? Según Lacan, q uien se aucodeno-
~ El sexo, al igual que la palabra, significan po r de fin i- ·na el descubrido r de la 'petite a'*, la c ual nace como
c ió n la demanda del otro'. En su beJlo texto sobre la per- mplazo de la noció n de due lo de Frcud, "ese o tro
cepció n, M erlcau- Ponty [1 975, págs. 191 y sig.] po ne el aparecido y de q uie n hago duelo" es, pues, lo que va a
é nfasis necesa rio: " Un e nfermo ya no busca po r sí m is- ar 'p equeña a' (objeto a) . C uando Freud decía q ue e l
mo el acto sexual. lmágcnes, conversacio nes sexuales (...) ~eto hace duelo del o bje to perdido, " no decía de la pe r-
no hacen surgir en é l deseo n inguno". En realida d se tra- na perdida, dice el o bje to pe rdido" (residuo). ¿Quién
ta de un impotente. La percepción ha pe rdido su estruc- la persona amada? "La persona amada, a la cual Fre ud
tura e rótica. Así, en el caso de Schneide r, el paciente :,e refiere e n su texto sobre el duelo [ 1908], viene a ser
impotente, su c uerpo " no está en lo que hace". M ás ade- thora uoa de tres op cio nes: la imagen q ue yo amo de nú
lante nos ubica el siguie nte caso: "Una chica a q uie n su ,nismo; un cuerpo q ue p rolo nga el mío; es un rasgo de
madre le prohibe ve r al muchacho al q ue e11a quiere, .,uos que me identifica" com o lo sinteoza N asio lr988,
pierde e l sue ño, el apetito y fina lme nte el uso de b pala- fág.34]. En las tres respuestas la prime ra es una respuesta
bra". Estamos ante el sínto m a de la afonía. Lo que se ha aeal, la segu nda simbólica y l:i tercera imaginaria. El objeto
fijad o en la boca no es sólo la existe ncia sexual. sino de • no seria ho m ogén eo sino, al contrario, heterogéneo,
m ancrJ m,ts gene ral," las re laciones con el o tro de las q ue , ucs posee una naturaleza distinta a aquella simbó lica
las palabras son el vehículo". Aque llos dos sínto mas, en el propia del sistema. Lo sim bólico significa que los ele-
im poten te y en la afónica, describe n con sabiduría la ,nentos están e ncadenados, regidos por leyes lógicas, del
func ió n de l cuer po e n cuanto búsqueda y dem anda del lenguaje. Pero eJ objeto a escapa a la lógica, se resiste a
o tro: e n el impo tente po rque deja de estar en su cuerpo ~ marca de inscripción simbólica. La mej o r rep resen-
y e n la afó nica po rque la voz de la madre le evoca el tación de un residuo en un ser hablante y sexm1do será
trauma infantil; se trata de pedazos de cuerpo con lo., ,entonces lo q ue pierde el c uerpo. Lo primero q ue pierde
c uales perc íbimos, o dejamos de hacerlo. Es el cuerpo en ~ la placenta, luego las heces, posterio rme nte el se.no (e n
su unidad lo q ue nos pe rmite distingu ir la percepción de
un aquí y un ah o ra .
Pero es q uizá en los escritos de Lacan sobre el c uerpo
* La letra a fue propuesta por Lacan como la inicial de la palabra
lancesa Auue, que significa otro.Así, según su concepción psicoana-
[1 977, pág. 19¡ do nde se introduce con m ayor y más ltica, uno entra en el otro, (mitre) a través del lenguaje. La cultura
gráfica evidencia el sentido de residuo y faJta, lo c ual (lepresen tada en la función del padre) perm ea a toda criatura huma-
puede ayudarnos a entende r los modos de fraccion a- 1111 en cuanto se habla y en el lenguaje (orden simbólico) hace que el
• •
nuc nto corpo ral. Como fundam ento en Ja construcción oao entre en aú desde mi nacimiento y m e modele como humano.
imaginaria de la percep ció n de uno mism o y del otro Pero hay algo que se resiste a pensar, algo real qL1;da en mí, en cada
1 ller humano, que no se puede simbolizar que no pasa a Otro (0111,e) y
como hecho sociaJ: "EI cu e rpo, si se le to ma en serio,
eo se representa con la letra a, así en min úscula.También la letra a es
constituye e n primer Jugar todo lo que puede llevar fa ta primera del alfabeto y ello permite ponerla com o la letra que
marca apropiada para orde narlo en una serie de signi - búcia el proceso signific.inte (d el lenguaje y la cultura).
1 I L - ---- -t
su destete) y por este cami no vendrán Ja mi rada y la voz, IO se puede reconocer, a no ser q ue quien nos lo mues- 75
serie que constituye las cinco especies de residuc,s, de 111 lo explique oralmente. Se trata de pedazos de c ue rpos.
pé rdidas, que plantea la teoría psicoanalitica. Objetos y ¿Qué residuos de cuerpos se consjgnan en los áJ-
fragmentos que volverem os a reencontrar en distintas IMamcs? La anterior djscusión m e sirve para ilustrar el
escenificaciones del álbum, para ser ahora vistos. "EJ ob- 1111tido de residuo y marca en las fotos familiares. La cos-
jeto en el campo de la vjsión es la mjrada" repi te Lacan tumbre de agregar pedazos de cosas a los álbum es la h e
f 19731, quien usa justam ente la metáfora de la fotografía f<>dido observar desde e l p eríodo inicial30 (hasta los años
para m ostrar cómo vemos y somos vistos p or efectos de ncuenta) pero de manera distinta. En esta época se co-
luz: "Lo que me detennina e n el más profundo sentido, aban tarjetas de la ciudad, !Foto N º 9] sobre la Bo-
e n lo visible, es la mirada que está afuera. Es a través de la tá antigua, que se mezclaban con las fotos,· o se
mirada que yo recibo la luz y sus efectos (...) Yo soy _.-egaban fotos alrededor de una central [Foto N º ro] o
fotografiado" (pág. 105). La mirada se to rnará así en el ·en se fijaban las notas de fotos, como la bella estampa
sentido de recomposición, en el acto de leer el álbttm. ile una niña de 6 años [Foto Nº 11 ¡, tomada por la Casa
No sólo veo, sino q ue soy visto en lo que veo. A este res- odriguez en el año 1906.También se encontraron algu-
pecto no deja tfo ser sugestiv:i la anotación del mismo ~ obje tos, como tarjetas y residuos de cartas.
M c rleau- Ponty cuando revela k, comprohación de q ue En Jos siguientes periodos aumentan los objetos. En
no recon ocemos nuestra mano en una fotogra fia, como tl segundo (de los años c incuenta hasta comienzos de los
si se tratase de un pedazo de c uerpo que no nos pertene-
ce, (muchos in<livitluos vacilan incluso e n reconocer su
escritura), pero, por el contrario, cada uno reconoce su
*tchenta) ya aparecen rasgos más e motivos, colecciones
e.stampi Itas [ Foto N º 12J, recortes de periódicos e n los
tuales se cuentan histor ias [Foto N º 13], así en la primera
silueta o su modo de caminar, si es filmado." Así pues no te muestra el gesto triunfante de un conocido comer-
reconoce mos por la vista lo qu e no o bstante si hemos liante que desarrolla una actividad muy peligrcsa en
visto frecuentemente, y, en cambio, reconocemos al ins- Colombia , la explotació n de las minas de esmeraldas, y
tante la representación viswil de lo q ue no es invisible en ,n la sjguicnte [Foto Nº 14] se anuncia su muerte a con-
1111estr0 cuerpo". Se esconde algo enig-111.ílico e n la mis- aecuencia de un accidente aéreo. En la [Foto N º 15], p o r
ma acció n de la mirada, como si por momentos se per- tu parte, pueden verse resid uos de m ensajes de la prime-
diera la unidad del cuerpo como el lugar tlesde do nde • comunió n de una niña, donde se hace referencia a " un
intcgr.1111os la percepción de todos los fenómenos. Pero ancucntro con el señor (Dios)" el prime r día de uso de
es mu y cierto que, por vía imaginaria. fraccionamos el iuón.
cuerpo, h,s recuerdos, las iJnágenes. E l mismo álbum po- En el tercer período (de los oche nta aJ presente) los
see de por sí ese enig.1ua del no reconocimiento de lo ,objetos aumentan, de la misma manera que se dispara el
que antes hemos colocado para ser visto, o bje n porque consumismo de bienes en la economía internacio nal y
no deseamos recorda rlo, e n cuyo caso se trata de un sim- prácticame nte el c ue rpo se descuartiza. En la [Foto Nº
pk ejercic io def.::nsivo ante una evocación desagradable 16) aparecen huellas de pies de m1 recién nacido, acto
o impactante, o bien, y, en este caso la situación es más de
fra ccionamiento, po rque Jo que exponem os en e l álbum
30. Este estudio, como lo desarrollo en el capítulo IV. prevé tres
es ape nas un pedazo de algo, una metoni mia, y por tanto momentos en la construcción del álbum en Colombia, marcados
por circunstancias técnicas, pero también históricas y sociales.
' I L. . ~ _. _ I • ••
76 que hem os encontrado de manera reiterada en los úJti- crito y en nuestras proyecciones estadísticas. H emos 77
lt:JOS años. Casi se puede deci r que, al menos en Colom- visto objetos m uy particulares. En uno de los casos, en-
bia, marcar Jos pies se vuelve una especie de nuevo contrado en Bogotá, vem os un pedazo de torta de ma-
registro social de nacimiento, de entrada al álbum. En la trimonio que la hija envía a su madre por correo y que
!Foto Nº 17] vemos un pedazo de cabello, fragmento áta conserva en el álbum, además de la servilleta que en
corporal que corresponde al primero que le cortan al uno de sus bordes deja ver la inscripción "made in
niño, aludiendo a un primer tipo de castración simbóli- USA"; el trozo de torta U.eva almacenado más de es a1ios
ca, que se constin1yc en el primer residuo que va a parar y allí pem1anecerá, nos dijo su relatora. Trozos del vesti-
al álbum de fotogra6as. Representa un em blema de su do que llevaba la person a en el momento de morir, y
primera pérdida y en ocasiones lo acompañan trozos l~t -.ue se colocan en la foto más preciada del ser querido,
u11as y el mismo ombligoi•. La IFoto Nº r8l es interesan- ele la misma manera que se le entierra, según costumbre
te porque fa misma protagonista del álbum cuenta su local, con el vestido que m ejor Je quedaba en vida. Bole-
historia de ;imor en la página que reproduzco, pero no P de avión que dan cu enta del momento en que se
de izquierda a derecha. comb se lee en Occidente, sino conoció a la enamorada o al enamorado. R ecortes de
de manera quebrada, pues las imágenes de abajo corres- ,eriódico; anillos que con el paso de los años quedan pe-
ponden a su época de juventud, las de arriba a su ed,td fiueños e incluso gotas de sangre que recuerdan un ma-
adulta, y las de la parte superior derecha a su vida actllll l, ~imonio de honor (punzando el dedo pulgar cada uno
enamorada del joven que la acompaña. La narraci6 n de de los enamor'ados y jurándose amor) ... Todo ello se lle-
su minic pisodio tcrrnina con un mechón de pelo que le gó a encontrar en una hoja del álbum de fotos. D e ahi
o&~ece a su enamorado, en forma de compromiso corpo-'- que se p ueda decir que" el álbum no s6lo es foto, pues lo
ral. Al fin y al cabo, hablando materialmente, amar es en- ,compat1a11 residuos de 11arit1da t1.at1.1raleza prefigurando 1nodos
tregar a otro un pedazo de nuestro cuerpo: * expresi611 del deseo.fetiches, sublimr,ciones y modos perversos
-aue insisten en tener en la foto un pedazo del ser año-
La costumbre de agregar objetos ha aumentado y las
fami lias de la década de los och enta recurrieron m ucho a rado. I
eJJo, como puede verse en la [Foto N" 191, en la que la En una de las anotaciones, siempre exquisitas, Gom-
madre hace una composición con los m ensajes que le ,l,rich [1991, pág. 471 recuerda a su amigo Ernst Kris,
enviaron con motivo del nacimiento de su ºhijo, " el g ran quien veía en la image n satírica un instrumento de
amo r de la familia". Se encontraron en los álbumes ob-- pulsio nes hostiles, lo que hizo que desarrollara la tesis de
j ecos de toda naturaleza. algunos de los cuales hem os .que Ja caricatura nace precisamente cuando desaparece
decidido dejar sin registro fotográfico en el lfüro. No Ja m agia en nuestras sociedades y actúa un tanto como
obstante, por ser esta una investigación interpretativa de 1P reemplazo satírico. Así Kris, por lo demás gran amigo
un fenómeno social relevante, los consignamos por es- de Preud, se mostraba muy sorprendido, a] pensar en los
actos r ituales de magia, por " la sem ejanza entre este acto
• hosrilidad y la costumbre de prender fuego o quemar
3L La costumbre <le guardar c:I ombligo del recién nacid o j ugó a alguien en efigie, es decir, de son1et{!r la imagen del
una 111ala pasada a una de las analistas, quien lo perdió por un día
hasta que, buscándolo desesper.ida por todos los rincones: lo encon-
enemigo a la pena de muerte".Y no estamos lejos de esta
rró fmalmente detr.ís de un asiento, en u11a bolsita de plástico que le analogía crematoria en las fotos cuando afirmamos que
había sidt> anexada a su foto de nacimfrnto. · · DO sólo se pegan objetos, sino q ue se retiran o se cam-
78 bian o se malogran o hasta se queman en momentos muy o con tijeras la cabeza de alguna foto. Un adulto llegó 79
especiales. confesar que " le molestaba el corte de mujer que le
Pero además de magia y sortilegio, el álbum es esce- cían de pequeño, por Jo que cortó la cabeza de todas
nario de verdaderos 'actos sacrificiales', donde el victi- s fotos de cuando tenía dos años y lo peinaban como
mario no sólo ocasiona un maJ a la víctima, como el 111JJ na niña". Sólo una se salvó y hoy la conserva como la
de ojo, sino q ue ejerce sobre ésta algún tipo de contro l, ejor reliquia de sus primeros años.
con la ayuda de fu erzas ocultas y sobrenaturales. Una El maqujjjaje corresponde a una operación similar, tal
costumbre muy extendida que observamos es la de eli- mo se puede ver e n el histograma "Maquillaje", pues
1ninar la foto del ser amado del álbum c uando se ro mpe las fotos se colocan gafas, se les escriben especies de
la relación de manera abrupta, o incluso la de separar la femas o se intercam bian las figuras para que, según sea
cabeza de su cuerpo I Foto Nº 20] o hasta se pueden en- 1caso, el papá sea la mamá o viceversa. Estos juegos de
contrar cuerpos descabezados, pues puede ser que al- ,epresentación van parejos con la costumbre del uso del
g uien la saque de su cuerpo original y la coloque e n otro Jlis[raz, e l cual, sobre todo en Ja ci udad de Santa Marta,
lugar para h~1ccrla más evidente a su mirada; o simple- unque tam bién en los álbumes de Bogotá y M ede llín,
m ente capt,,c ión de las partes m,ís ocultas de la anatomía ncontramos como acción reiterada. En la [Foto N" 23J
ilustradas como residuo lúdico !Foto Nº 21) . También puede apreciar a dos samarios disfrazados de drácula:
nuestros ana listas hallaron a lgunos c:isos en los que la ~ figura del vampiro volando fue agregada luego a ésta,
enam orada clavaba alfileres e n el corazón de su amado' JObre d pec ho de l~ _ra masculjna, para completar la
mientras le pedía a los santos por su absoluta fidelidad , en jmagen de su evocación. En la siguiente, [Foto N º 24]. se
típico ej erc icio del rito 111nw111bfl brasileño. En una de las ued.e ver a niños bogotanos disfrazados de bo!11beros,
hoj as de información, el analista escribe texrualmcnte: con un aviso puesto p or su madre: " Ye füi el bomberito
"La relatora afirma que logra el control de su novio mc- ~ guapo". Estos ejemplos nos permiten ver ~1 valor
dfante el procedimiento evidente de clavarle una aguja ;vivo de la foto ea el álbum, y en tenderlo com o libro en
en el corazón de su prometido, pero no sólo en el cora- permanente inte rtextualidad. Allí se e ncuentran mode-
zón pues ta m bién se ven pinc hazos en sus ojos (Jcl foto- los de compo rtamiento de lo que acontece e n las pelíc u-
g rafiado)" 1J. las, en la televisión, e n las fiestas y carnavales o tambié n
Otra o peración simih1r es h1 del recorte o maqurnaje :,intertextos de los mismos deseos fa miliares.
de l,i foto. Como vem os en la IFoto Nº 221, hay un ras- Se puede, de esta m anera, constatar la naturaleza feti-
g:i_do qu e puede obedecer a un desenc uentro consigo che del álbum. La palabra fetiche es de por sí reveladora,
nusmo. ya que la fo to del coleccio nista del ~lbum guard,1 pues viene del portugués feti(o, pero en español se trasto-
íntima relación con· su imagen personal operando ~e ca con hechizo y ambas expresiones pt'Qvienen del latín
manera narcisista y si alguien no se encuentra bien con- "_J4<ticius. "Originalmente e l término fue aplicado a c ual-
sigo puede transferir su malestar hacia el :ílbum rom- ..quier objeto usado por la gente de la costa de G uinea y
pie ndo o rasgando su foto. E n cinco ocasiones los Jegiones vecinas com o talismán, amuleto u otro objeto
relatores de los álbumes nos confesaron que habían q uj- ..dt encantamiento, o recordados por ellos con temor su-
persticioso" [Thomas Sebeock, págs 51-65).Así, en el fe-
32. N ot.i de uno de los an~listas en el formulario N" 38 de Bo- tiche- encontramos tanto el duelo freudia no como la
gotá. . "pequeña a" lacaniana. Duelo porque eJ fetiche, de una u
80 otra forma , como ya se dijo, se rc.laciona con la muer te y nde é l mismo es espacio, donde se supone un aquí y 81
manifiesta lo que se quiere mantene r para hacer vivir, así ahora, también la percepción del álbum es la de un
sea en imagen, lo que de todos modos la foto ya repre~ cuerpo que se representa en distintas funciones de la
senta: un trozo de cadáver. Pero también e l fetiche ~ da en sociedad o privada y, a su vez, en trozos de él, o
sigiúfica p érdida (castración simbólka) y protección a pies, manos, uñas, y así sucesivame nte. Empero, tam-
coatrJ la pérdida. Una especie de talismán. La fotografia; ifn el álbum es el lugar, podríamos derir el cuerpo, donde la
dice M etz [1989j "es un corte déntro del referente, ella úlia re-e.scril,e íntimas pasiones 'q ue se re lacionan, en la
corta un pedazo de él, un fragmento, una parte del obje- ~yoría de los casos, con actos intrascedentes (infantiles)
to durante un largo viaj e sin regreso' ..Y en cuanto al fe- o con lo que podria lla marse la com eclia familiar. Digo
tiche, lo que se guarda en el álbum, los pedazos, los :comedia porque en el álbum se excluye, por principio
residuos, cump lirían fun cio nes metafóricas como un :risual, la tragedia. Es paradójico que si bien la foto es el
" phalus (en e l sentido de lacan) de bolsillo", pero ra111- iigno más evidente y constatable de la m uerte, e l álbum
biéa como m etonimia , una fu nción npotn1pnim, es dcdr, ciomo paradigma general se escapa e insiste en que su
" de al~jar e l pdjgn.1. de borrar la mala suerte" .Y si esto es tnisión no es trágica sino amistosa, y hasta risible (cuan-
la foto, el álbum amplía esta función de sorti leg10, talis- .-, se vuelve video), pasatiempo intrascedente. M o tivos,
mán de la G uinell, ya q ue é l guarda no sólo imágenes, l9ntonces·, habrá.
sino. como v imos, fragi:nen tos de cuerpo, con la espcr.111- Desde Aristóteles se afirma que la comedia trata de
za de hacer viva una ceremonia contra la muerte del ser llgunos vicios que caen bajo e l dominio de lo risible:
querido. O c:s tam bién al mismo tiempo hechizo, en su Lo risible es un defecto y una fea ldad sin dolor ni daño;
acepción castellana, para romper, destrozar, liquidar en la tp por ejemplo, la máscara cómica es fea y deform~. pero
forma de ritual íntimo a aquel a quien ya no se ama pero 11n expresión de dolo r ", mientras que la tragedia, junto
cuya prcscm:ia terrrúna constatándrn,c bajo la for ma Je n la epopeya, a la que se le identifica como género, se
una acción rontra su misma imagen. El álbum corre así ere a seres de elevado valo r moral o psíquico, "mueve
hacia atrás. e n d sentido de receptáculo primitivo, Jomle la compasión y tem or y obra en el espectador la purifi-
nos permitimos conductas de amor de cuando no éra- ión propia de estos estados emotivos" lAristóteles,
mos civiliz:-idús, cua ndo éram os niños y agredíamos o . 361 . Esta es la razón por la q ue, al realizar la' com edia,
adorábamos algo o a alg uien porque nos com p lada o nm poetas g riegos daba.o nombres propios a sus persona-
castigaba con una frustración insoportable. para hacerla verosímil y facil, mientras en la tragedia
apoyaban en su o nomástica, más en nombres de per-
ües para hacerla más grandiosa. Varias veces me he
La comedia del álbum
guntado sobre la for ma banalizada com o se ve el
El álhum como residuo, como pedazo de c ue rpo, m, bien sea por parte de la familia que Jo hace o de
como archivo de sustancias com<•~tiblcs y de objetos en lo mira o en el desinterés mismo q ue despier ta su
e m b lemáticos; o bien como maquillaje, cortes de tijera, dio.i>, y quizá parte de la respuesta esté en esta refe-
descabezamie ntos o disfraces, corre parejo coñ la cons- . aristotélica, al tomarse el álbum como una simple
trucción de la percepción del c uerpo y d e sus evocacio-
nes. Es parte de la idcnricfad de la tribu. O sea q ue. así J. Para responder a esta inquietud sobre la materia misma deJ
como r l cuerpo se som ete a un régime n de percepció n se plantearon varios grupos de preguntas dcncro del cuestio-
80 o tra forma, como ya se dijo, se relaciona con la mue rte y onde él mismo es espacio, donde se supone un aquí y 81
manifiesta lo q ue se quie re m antener para hacer vivir, así un ahora, también la percepción del álbum es la de u n
sea en imagen, Jo que de todos m odos la foto ya reprc.:. cuerpo que se representa en distintas fu nciones de la
sent.1: un trozo de cadáver. Pero tam bién el fetfrhe vida e n sociedad o privada y, a su vez, en trozos de él, o
significa pérdida (castración simbólica) y protecdón sea pies, manos, uñas, y así sucesivamente. Empe ro, tam-
contra la pérdida. Una especie de talismán . La fotografia, bién el álbum es el lugar, podrln111os decir el cuerpo, donde la
dkc M ctz [1989] "es un cor te dentro del referente, ella familia re-escribe íntimas pasiones .que se relacionan, en la
corta un pedazo de él, un fra~rncnto, una parte del o bje- mayoría de los casos, con actos intrascedentes (infantiles)
to durante un largo viaje sin rcgreso''.Y en cuanto al fe- o con lo que podría llamarse la com edia fa miliar. Digo
tic he, lo qu e se guarda e n el álbum, los peJ azos, los ..comedia porgue e n el álbum se excluye, po r príncipio
resid uos, c umplirían funcio nes 111ctafó ricas com o un visual la tragedia. Es paradójico que si bien la foto es el
" phalus (en el sen tido de Lacan) de bo lsillo", pero tam- .aigno más evidente y constatable de 1a muerte, el álbum
bién como metonimia, una fu nció n np,1tmpnim, es decir, como paradigma gene ral se· escapa e insiste en que su
"de alejar el pdigro, <lc bor rar la ma la sucrtc".Y si esto es misió n no es trágica sino amistosa, y hasta risible (cuan-
la foto, el álbum am plía esta fo ncióu de sor tilegio, talis- do se vuelve video), pasatiempo intrascedente. M otivos,
mán de la G uinea, ya 4uc él guarda no sólo imágenes, entonces, habrá.
sino, com o vimos, fragmemos de cuerpo, con la esµerJ n- D esde Ar istóteles se afirma que la comedia trata de
za de hacer viva una ceremo nia contra la mue rte del ser algunos vicios que caen bajo el dominio de lo risible:
que rido. O es también al m ismo tiempo hechizo, en su ..Lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor ni daño;
acepció n castellana, para rom per, destrozar, liquidar en la así por ejemplo, la máscara cómica es fea y deform~. pero
forma e.le ritual íntim o a aquel a quie n ya no se ama pero sin expresión de dolor", mientras que la tragedia, junto
cuya presencia termina constatándme baj o la forma de con la e popeya, a la que se le identifica com o género, se
una acción contra su m isma imagen. El álbum corre así refiere a seres de elevado valor moral o psíquico, "mueve
hacia atrás, en el sentido de recep táculo primitivo, J o nde a la compasión y temo r y obra en el espectador la purifi-
nos perm itimos conductas de am o r de cuando no éra- cación propia de estos estados em otivos" [Aristóteles,
mos civilizados, cuando éramos niños y agredíamos o pág. 36J. Esta es la razón por la q ue,al realizar lá com edia ,
adorábam os algo o a alguie n porque nos complacía o no, los poetas griegos daban nombres propios a sus persona-
castigaba con una frustrác ión insopo rtable. jes para hacerla verosínul y racil, m ientras en la tragedia
se apoyaban en su ono mástica, más en nombres de per-
S<>najes para hacerla más grandiosa. Varias veces m e he
La comedla del álbum
preguntado sobre la forma banalizada como se ve el
El álbum co mo residuo, como pedazo de c ue rpo, ilbum, bien sea por pa rte de la familia que lo hace o de
como archivo de sustancias com <'stiblcs y de o bje tos quien lo mira o e n el d esinterés mismo que d espier ta su
e mblem áticos; o bie11 como maquillaje, cortes de tijera, estudioll, y quizá parte de la respuesta esté e n esta refe-
descabezamientos o rusfraces, corre parejo con la cons- rencia aristotélica, al tomarse el álbum como una simple
trucció n de la pen;epció.n del cqcrpo y de sus evocacio-
nes. Es parte de la idcn l'idad de la tribu. O sea que, así 33. Para responder a esta inqujerud sobre la materia müma del
com o el cue rpo se som ete a un régimen de percepción 61bum se plantearon varios grupos de preguntas dentro del cuestio-
nstrucción' derricliana . Con el paso de los años, quien 83
82 com edia, con no m bres propios y con representaciones
visuales que sólo aspiran a contribuir a un pasatiempo muestra en el álbum deja de sonreír. Ahí se to rna en
familiar. personaje. Si parodia mos a Aristóteles, el álbum co-
La parte trágica de la vida, com o la 'representación dt ·enza por ser comedia, pues es persona identificada y
la mue rte o la enfe r medad, o escenas más reveladoras naval, pero ter mina siendo personaje, minihazaña, hé-
como representacio nes Se)l.."l..1ales, po r lo generaJ salen de e~El áJbum permite un reordenamiento andando ha-
la visión de l áJbum . N o obstante, lo que sigue· siendo a atrás, desde la última foto a la prime ra, como viaj e
emocionante de éste es precisamente ese don de inge- queológico a nuestra infancia, un recorrido po r las
nuidad y de descuido con que se le piensa. Lo que revela ellas de cómo 'yo' m e he vuelto el o tro para los dem ás
su profundidad, y al mismo tie mpo su tr-c1gcdia, es tal ca- de cómo 'yo m.ismo' he deseado ser visto. Pero el ál-
re ncia de impo rtancia, pues de una u otra fornia no po- m , sin proponérselo, termina sucumb i.e ndo ante la voz
seíamos hasta hace poco otro documento visual e n los e lo c ue nta, pues la imagen es ape nas u n pretexto para
archivos privados o fami liares para recoger la represenla- narrado ra. Sus imáge nes viven para ser escuchadas en-
c ió n de nosotros mismos y para respo nder, si no sohre e generaciones. ,
cómo nos vemos, al menos sí sobre cóm o he mos sido
vistos po r las d mar.is fotográficas. Se parece en ello al
expe rime nto de las llamadas cámaras escondidas antes de
la pose, como lo anoté e n otro estudio [Silva. 1987], en el
que se coloca de modo oculto, e n los estudios de foto
'
antes de que se tome la foto, quien allí va para ese fin. l .1s
i111presiones que se logran cuando la perso na está distraí-
da suele n ser de m ayor valo r informativo y expresivo
que aquelbs en las que la persona ya asume una pose
c1nte el fotógrafo. El álbum se parece a la foto oculta ya
t¡ue se coloc:m allí las imágenes de m odo distraído para
no ser vistas pCiblicamente. Sin e m bargo, e n la invescig-.1-
c ión surgió o tra causa, que puede ser más importante
que la anterior: el álbum se 11s11 pnm re-escribir. Lo que allí
se muestra es vuelto a escribir por los futuros sobrevi-
vientes, comportándose com o escritura palimpsesta. Se
le camhia el o rde n, se I<' escriben otros mensajes, en fin,
se trastocan los propósitos originales. Entonces d álbum
vive reconstruyéndose a la manera de pem1ane11te 'de-

nario y hubo instrucciones a los analistas para que recogieran en su


obscrv-,H:ió 11 directa de los álbumes respuestas dirigidas en tal ~cntido.
D1.· igual manera se trabajó en las copias de nuestro archivo de álbu-
mes en la observación del conjunto.Véa~e apéndice de m etodolob•Ía.
La imagen de la fotografía

ltetrato hablado

Ver nuestra imagen es el principio de una relación de


entidad, al menos como la más consolidada metáfora
al de uno mismo. Se nace en un lugar, se tienen pa-
•abuelos, hermanos o hermanas, tí.os, además de o tros
miliares. Luego, también llegan amigos, se trabaja , se
día, se vive; en fin, se viaja, se enamora, quizá se une
n otro u otros seres y se repite todo el proceso de pro-
ación e identidad con t1uevos hijos a quienes se co-
enza por dar un nuevo nombre. D ar un nombre al
o(a) es evidenter.1ente la forma más simple, más literal
más obvia de todos los símbolos de identidad . El nom-
del hijo reemplaza a un cuerpo que podáa ser la m ás
pable materia sobre la cual se hace una identificación,
' s de convertirse en su imagen visual. El nombre
hijo asume la retórica de un cuerpo que recién nace
en adelante, en cuanto persona, será evocado social-
nte con las letras de su no mbre,-las mar cas de su ape-
o y el contorno de su rostro.
El antropólogo Isaacs [ c989, pág 40] lo destaca así: "Él
ella ya es un producto de la h istoria y de los orígen es,
los ciJales, por haber nacido en esta famil id, en este
86 lugar, en este momento, se vuelve heredero(a). Auto• señorW iUiam Herschel . administrador en jefe de] Dis- 87
m:íticam ente adquiere la religió n de la familia y d e su o de Hohgly, en Bengala, se percató de esta costum-
grupo y se vueJve un reconocido poseedor de la nacio- difundida entre las poblaciones locales, apreció su
nalidad o se afilia a la condición· nacional, regio nal o tri- idad y pensó servirse de ella para el m ejor fuhciona-
bal de su gente (...) Éstos son los ídolos de todas nuestras ento de la administración británica en esa colonia. Por
tribus". La vida de un ser humano se mueve entre tales tonces se sentía gran necesidad de encontrar un ins-
grnpos primarios, com o la familia, y los otros secunda- mento de identificació n eficaz, no solamente en la
rios, como el Estado, el trabajo y simiJares. Pero en todos ·a, sino en todas las colo ruas britárucas, pues " los indí-
se cumplen procesos rituales que marcan las diferencia1 as eran analfabetos. pleiteadores, astutos, embusteros
de un estado a otro. El nacimjento, la circuncisión, el a los ojos de los e uropeos, todos iguales entte sí" (págs.
matrimonio, el sexo o la muerte serán estados registra- 9-162). De esta manera nace la huella ·como factor de
bles en ceremonias sociales, pero también algunos de ·n ción entre seres humanos, y para destacar que no
esos ritos m erecerán ser registrados en fotografía. os som os iguales.
Decimos que el álbum de funülia está narrado -con El otro paso se dio en París en 1879 cuando en la pre-
fotos, si bien no exclusivamente con éstas, pues ya v imos tura. de AJpho nse Baertillo n se elaboró " un archivo
que las suelen acom pa1i,1r otras.cosas que, la mayod:1 de ográfico o para identificar criminales", p ero entonces
las veces, cumplen funciones rituales dentro del rccono- recieron las preguntas céc1úcas y lógicas necesarias:
cim_iento de los miem bros de la famili,1. Parece oporttlllo 6mo ajsli .r elementos discretos (tal como !.os produci-
entender cómo l.1 foro representa u11a imagen, c.:u~les son por el alfabeto, base del lenguaj e oral y escrito) en un
sus cualiJ,1des y por qué razones o impulsos va a ser l.i tinuo (sin sílabas) de i,m agen? Se propuso comple-
seleccionada para darnos una identi.d ad visual, pr,,ctica- ntar el retrato con una descripción hablada, que viene
mentc ck sdc d origen <le este m edio fabuloso. Primero ter como una descripción analítica de las unidades dis-
tenemos que al retr.ito pictórico lo reemplazara la foto; s, tipo de nariz, ojos, o rejas, altura del sospechoso,
luego. de nuevo, aJ colocarse la foto como parte de los racial, etcétera. En ambos casos, el de la huella que
arch ivos oficiales de las naciones y después, con el desa- ntifica una seii.al b iológica y que se refiere a una
rrollo del álbum com o objeto depositario de las fotos en o (la de la persona que puso su h uella), y el de la foto
los a110s intermedios del siglo pasado, aparecerá una.clara e, complemen tada con lo que se habla de eUa, dice de
relación de identidad entte la foto de una persona y su crinúnal (pero también de un cuerpo, de w1 rostro),
far.Tilia. Q ue .iparezca la foto de alguien en el álbum trata de modelos de indicios3~ . La marca digital pasa a
significaba ser tratado 'familiarmente'. En efecto, para el rastto seguro de una persona dentro de m uchos
empezar a dcshaccr esta maJeja ele identidad eu tte foto y ·cios iguales; la foto de un rostro n os _indica, pan co-
¡1 persona, el historiador itali,lhO Cario Ginsburg í t983J nzar, la verdad buscada de un criminal. Esta foto
destaca en sus estudios sobre indicios la segura relación ada sigue siendo hoy, a finales dd siglo XX, un docu-
1 existente entre la huella dactilar y la foco. N os ubica en la
India, do nde existía la costumbre de estampª r sobre car-
J4- EJ m od elo indiciaJ descrito va a ser la base e pistemológica del
tas y documentos la yema. de un dedo untado de pez o nálisis freudiano. bajo la forma del estudio de los sínromas, que
de cinta, lo cual tenía probablemente carácter adi,"'Ínat o- re serán indicio de una verdad más profundn que se oculta en
rio y era reconocido como factor de identidad. En •860
88 mento valioso para identificar criminales por medio de uede ser la lógica del filósofo norteamericano C harles 89

testigos que los 'vieron' cometiendo un delito, como Peirce, quien continúa una larga tradición de los estu-
puede apreciarse en las cámaras de televisión de varios ·os del signo y del símbolo iniciada, en su sentido triaJ,
países, entre ellos Estados Unidos y Colombia. También de la tradición estoica y continuada por San Agustín
se sigue usando la foto com o factor principal de identifi- el medioevo.
cación en pasaportes, cédulas, carnés y otros documentos Esta tradición trial del signo se opone a la tradición
púb]jcos. Ello, po r lo demás, según ciertos criterios de uaJista de significante y significado, expuesta con tanta
' habla', como por ejemplo las advertencias que se colo- sonancia en.la época moderna por Saussure, p ero hoy
can en.el pe rmiso de residencia en Francia para que uno visada en todos sus ángulos desde varias exigencias, en
se comporte 'serio' ante la cámara aJ solicitar la identi- pecial por la semiótica de Peirce y las modalidades
ficación como extranjero o estudiante; al contrario, pre- tanciales de Greimás. El mismo filósofo americano
cisamente, de o tra advertencia de 'habla', esta vez en orda la relación entre el signo y su señal manual de la
CaJifor□ ia, Estados Unidos, cuando se le exige a quien 'guiente manera: "Si yo indjco con el dedo un objeto
quiere obtener su Hcencia de conducción 35 sonreír ante ara distinguirlo, no existe ninguna semejanza entre mi
el fotógrafo oficial. Esas dos maneras de hacer liablttr las do y el objeto, pero imito el efecto de una fuerza de
fotos, (quedarse serio en Franc ia o sonreír en Estados tracción aplicada al de do que de manera natural lleva el
Unidos), exponen , sin duda, una darn manera de repre- nsarniento de la pe rsona a la que me dirijo hacia el
sentarse estas dos naciones. En el caso -de c~, lifornia, se bjeto indicado" [MS 213jl6• Y para seguir con la rela-
trata d e presentar un ambiente feli z y distensionado en pión que est1blecimos antes e ntre el dedo y Ja foto, exa-
las nuevas posc iudades tipo lrvine, donde la amabilidad y . emos o tra cita pe irceana ahora e n relacjón con la
la sonrisa se han convertido en constataciones de las tografia: " Sabemos que en ciertos aspectos (las fotos) se
buenas inte nciones c iudadanas [Silva, r997]. recen exactamente a los objetos que representan. Pero
ÚI falo, 1mes, es ta111/Jié11 1111 f11dice, w 111tJ la 111arm del dedo ta semejanza se refiere a las fotografías que han sido
e11. q11c se i111pri111e la h11ell,1 para ide11t(ficamos. Índice del re- roducidas en circ unstanc ias en que se fu erzan a corres-
present:ido, pero tambjén de quien produjo la represen- onde r enteramente ai la naturaleza. Desde este punto de
tación. Se puede decir que el dedo no soy yo. pero m~ · ta, pertenecen a la s.e gunda clase de signos: los signos
conecta por alg una razón conm.igo, con mi persona y mi or conexión física" [2.281]. D ubois [1986], quien co-
personaJid:id hasta producirse la exacta m e tonimia: e/ oce la anterior cita, afirma que se ha superado así, con
dedo soy yo. Al revés también es válido. Lr foto no soy ye, irce, la concepción primitiva y deslumbradora de la
ni siquiera es mi dedo índice, pero al igual que este úJti- foto como mímesis, haciendo salta_r ese verdadero ob_:;-
r:i10, como una Aecha que mar.ca una dirección, m e indi- culo epistemológico de la.semejanza entre la imagen y
ca, me señala, me da cuerpo simbólico. Así , para entender
la foto hay que ente nder la huella, y .la vía más expedita, 36. Pefrce, C harles, Writings ef Cl,arles Peirce. A C hronological
~tion.V 3, (1872- 1878) ]ndiana University Press. "On repres,e nta-
por el momento, para captar los juegos de r epre·sentación
on''. A partir de ahora cito a Peirce, como ya es costumbre entre
estudiosos, en mayúsculas y con las iniciales del texto: M anus-
35. Esta doble experiencia con la foto como identificació n de critos (MS) y luego el número de página. Si son sus Collected Papers
'serio' o 'sonriente' la ha tenjdo quie11 escribe este libro durante su {CP) entonces se. colocará primero eJ volumen y luego el parágrafo
esta.ucia e n estos dos países. citado.
I
90 su referente. Pero ello se ha debido a que en Peirce no tido de que "la pintu ra icónica es una rama del arte 91
sólo se toma el mensaj e como tal, lo que u no ve, sino bólico; no es solam ente un arte sino algo más que un
como "el modo de producción mismo del signo" (pág, e, es una visión de Dios, un testimonio po r medio de
178) . Sin embargo, habria que entender mejor cómo se e" (pág. 12). El mismo Piero D ella Francesca, uno de
p roduce ·el signo de una imagen y Juego sí volver a en- artistas más comprometidos en la invención de la
contrarnos con las huellas del signo fotográfico. pectiva, produce una de sus obras de mayor visibili-
d, nsogn.o di Co11stan.tino - una de las más originales ex-
iones en la historia del arte italiano, parte del mural
, • La visibilidad moderna
ue hizo para la Chiessa dí S Francesco dí Arezzo-, dentro
El estudio de la imagen no siempre ha estado aso- una estructu.ra trial extra.ordinaria: en el primer plano
ciado a lo visual, aunque parezca paradójico, y quizá por os soldados vigilan al sirviente q ue cuida a un dur-
esto mismo la confusió n de entender el índ ice corno 'ente, quien aparece en segundo plano. Constan tino,
ícono, hasta el punto de que el estudio de las imágenes es ien a su vez se ocupa de la figura del fondo, duerme, o
entendido com o iconología, palabra que viene del grie~ jor, sueña. Pero esos tres planos se repiten también
go eíktJ11 (imagen, simil itud) y que en general se aplica ~ manera vertical para formar una auténtica cruz:
las tablas pintadas con técnica bizantina, " llamadas en rmiente, vigilantes y, arr iba, el Espíritu Santo, q uien
Castilla en el siglo xv tablas de Grecia"37• The A111erírn11 arece cerrando la tienda en la cual se encuentra Cons-
Heritnge D írtío11nry tf tite E11glish La11g11nge lo ub ica de tino. Esos tres niveles se abren en su significación
manera similar: "Una representación o pintura de un iados por su extraordinar ia arquitectura, pues los co-
personaj e cristiano sagrado en sí mismo y considerado evidencian luto, son oscuros, pero una luz penetra
como sagrado, especialmente en la tradición de las igle• ~ el durmiente: Constantino duerme, sueña con un
sias o rientales"3 ~. Luego ícono pasó a ser un signo que ~e divino que es transmjtido por su vocero, el Es-
mantiene una semejan za con el objeto representado, 'tu Santo. ¿Cuál mensaje? Lo sabemos po r la siguiente
cuando en verd,1d la mayor parte de las imágenes que resentación -la número 6 de las 12 del mu.ral- do nde,
vemos no son propiamente visuales o aún siéndolo no ' n la estructura narrativa de todos los frescos del mu-
cumplen correlatos o referencias visuales. Estudiar lA en el año 3r3 Constan tino derrota al rey Massenzio y
i magen como visibilidad es una conquista reciente. En el impone la ley, según la cual se acepta el cristianismo.
Renacimiento y en la Edad Media se identificó con ·lo que ya baj o la estructura tria] del signo, que veremos
religioso: ver era una manera de comp render el mensaje seguida y que va a ser recuperada por la lógica con-
divino. Autores como Anne Thibault- Lauran [1972] re- 1poránea, en el R enacimiento se sigue actuando bajo
cuerdan que aún en el Renacimiento el ícono n.o estaba presunción de w1a 'voz' divina que guía la representa-
hecho para ser mirado sino contemplado. Según una an- n visual. Su visión es la d e w 1 ser omnipresente que se
tigua costumb re, éste debía ser co.locado en lo más alto e ver en Ja pintura. Lo anterior plantea problemas de
de la pared par:'I atraer la mirada del creyente hacia el cit: religioso, por supuesto, relacionados con el tipo de
lo. D e ahí se explica la sentencia de S. Bulgakoff en el ·os figurativos que usa la iglesia católica para mos-
' o el por qué se recur re a la pin tura y no a la foto-
37. Diccio11arit> de In Rral A cademia Esp111ioln (pág. 548). a para figurar el rostro imaginado de un santo, por
38. ]7,c A 111erira11 HaifaJ?.1' Dictio11ary (pág. 653). plo; pero toca también aspectos centrales de la pro-
blem ática de la representación y nos remüe sobre todo al acimiento de la imprenta, que permite la divulgación 93

interrogante principal: qué es eso que llamamos visua- asiva de la literatura y la imagen, aparece el daguerroti-
lidad. o y con él la fotografia. Entonces ya estamos en la revo-
la cuestión de la visualidad de la imagen pasa a ser un ución y democratización abierta de la imagen, y sob re
~ro blcma más contemporáneo que antiguo. A fi nales del odo en los inicios de modernidad visual. El invento se
siglo xx_ no existe todavía un campo que se dediq ue a escribe así: "Fue Daguer re quien realmente realizó el
su estudio como disciplina convergente; aún se abord.1 ventó de Niepce, imagen en una cámara oscura que él
desde las disciplinas que po r una u o tra razó n contem- !amó poi11t de 11ue, utilizando químicos que el mismo
plan alguna parte de su problemática. Como hecho cul- iep ce nun ca vio. Su ingeniosa idea consistió en hacer
tural Y artístico se puede decir que han sido cam pos parecer la imagen utilizando vapor de mercurio. Prime-
~o mo el de la lingü.ística, pero muy en especial la semió- ro experimentó con biclo ruro de mercurio, lo cual hacía
tica y la filosofia dd lenguaj e y quizá el psicoanálisis y la parecer la imagen muy tenuemente; la mejoró median-
antropo l_~gía ~imb~li_ca, los que han tomado como suya te el uso de bromuro de mercurio, y finalmente en 1837,
la reflcx1on s1stemat1ca sobre la valoración del conoci- uego de once años de experimentación , descubrió que
miento y de la esteticicfad de Ja imagen. En este aspecto, si calentaba el mercurio, los vapores desarrollaban la
en •~ notas que siguen en este capítu lo, me propo ngo .imagen. l uego, fij ó la imagen de manera perfecta y per-
tan solo adelantar algunas ideas que me puedan ser útik-s manen te usando una solución de saJ común con agua
para entender el problema visual de fa fotografía y de caliente para disolver las partículas de yodo de plata que
esta p11r5fa en n/1,11111, como parte de un conjunto para ser no fu eron afectadas por la luz" lPollack Petcr, 1967, pág.
narrado y no sólo visto. M e interesa p lantear de qué ma- 34]. Como vemos, aho ra ya no se habla de aristas, de
nera la fotografia se convierte ella misma en uno de los punto de fuga, de línea en el horizonte, como lo hací~
pilares centrnks de una reflexión moderna de la imagen, los artistas renacentistas cuando aprendían la perspectiva,
probable111ente como lo fu e la pintura en el R enaci- sino de bromuro de mercurio, sal, agua, plata y luz que
mie~to, alrededor de algunas problemáticas que le son penetra sobre la solució n química. Se trata de un lengua-
pro pias: lo relativo al campo de visió n, la dcmocratiza- je más de la ciencia del siglo XIX, de experimentació n y
~ió n de sus observado res, la masificación de la visión , el :presencia de la máquina, como corresponde a la resu-
tiempo moderno <le la narración, la lógica trial de su rrección de la antigua cámara lúcida inventada ya desde
enunciado y su misma condición de mecan icidad en el el año 1038 por el árabe Al- H aitham y que consistía,
proceso de gen~rac'. ~n de su _imagen. /' como su no mbre lo indica, "en un cuarto oscuro, con u~o
l a democratizacron de la imagen en su camino h,,cia pequeño agujero en el techo, con una pare? o vent~na
la moder nidad se da aJ nüsmo tiempo que la de la litera- cerrada a través de la cual se proyectaba la vista exterior
tura. Po r lo tanto, no se puede o poner la civilizació n de aobre fa pared opuesta o sobre una pan talla al otro lado
la imagen a la de la escritura. "El s1glo x vu conoce cam- del agujero". Luego, a prop ósito de ese mismo invento,
bios profundos y simultáneos: la literatura se convierte hablarán Bacon, Leonardo Da Vinci y otros renacentistas,
en ar ma deJ pensamiento humano, 1a fi losofta descubre hasta su invenció n mecánica en la era m9dem a. Así, la
el contra~o s~cia~,_a l tiempo que la imprenta permite por imagen de la foto toma en parte la misió n del retrato
~n una .~1stn ~ac1on masiva y poco onerosa dél texto y la pictórico y permite a los grandes públicos urban?s co~-
imagen [Thtbault-Lauran, pág. r8J. Años después del ~ mporáneos su uso, dando lugar a una nueva nutologia
, • ,..,,u,,.,, doi la fot0&rafia
94
de la imagen que se identifica con 1
turas actuales Pero ·q , la d ' . e hombre de las cu)- De este m odo podría destacarse una relación de con- 95
. é ue 1stmgt1e fc ¡
retratos pict'on·cosr.. Q u .za, ade , d' o rma. mente' de Jos uidad entre expresiones como ciudad, pintura, litera-
1
cia1, de ser una imagen in ' , ~1as e 1a diferencia esen- ra y fotografía en la modernidad. Lo uno no se puede
ecan1ca y no . . J xplicar sin lo otro. La narració n realista de la literatura,
agregar otra la nueva 1 . , maoua • se pued1
, re ac1on entre ca
establece 1a fotografia ad , d rnpo Y cuadro que orno la de la pintura y luego la de la foto, corresponden
• ' • · emas e otros s · ,
,rucos y socfaJes que p fi . upuestos econo- mecanism os sociales similares. Por ejemplo, la foto h e-
. re iguran su l!Wención y reda de la pintura d e los siglos xvm y XIX su capacidad
a exam111ar brevemente. que paso
Para Gauthicr f 1986] . para hacer retratos y al mismo tiempo la literatura es
distinguir entre cam , precisam ente, es indispensable uenciada por la ciudad para salirse de las quejas y
po Y cuadro como b xaJtaciones rom ánticas y entrar más a la recreación de la
re presentación visual en la 61 , . ases para la
, ' pro emat1ca m od
po d na pensar, a mi parecer ue la . erna. Se iudad industrial, con sus contradiccio nes sociales, po-
quista del cuadro sobr • ' q m odcrmdad es la con- reza, desperdicios y demás. La foto, de otro lado, pasa sin
, .
tecnica así lo
1 =
. e e campo• ,.. qt1e st1 p rod ucciou ., uda a ser en esp ecial un fenómeno urbano, si uno en-
pcrnutc. La fotografí , 1
que los dos coinciden· " H · 'h a sena e caso fi nal en tiende sus usos cakulados para producir efectos de ciu-
· ,,y una omo l '
y cuadro; el campo de la foto es el ogi~ enn:e campo dadanía: registros de identidad, archivos de rostros para la
cuadro del ·. que se mscnbe en el po licía, foto en periódicos y en medios audjovisuales,
visor. que se convcrti ,
de la foto" A , 1 . , ra a su vez en el cuadro fotos familiares, pornografia, ceremon ias, álbumes y otras
· .si e campo sera f: T
sentido de la lingii1'st1·ca J 'ª:
~11111
, moocrna mie 11 t
al referente, en el ll"Ítualísticas. D ificilmcnte hoy puede existir un ser hu-
dro actuará del ¡3 . 10 d ·I . ifi ' ras que el cua- mano en cualquier parte del globo que no haya exper i-
'u e s1gn 1cant • " 1r.
será el esp" · ' e, e niera del campo m entado ver reflejado su rostro en una fotografia. Todo
nCIO no representado" ( , )
como limite de la .. ; · ' . pag. 22). I ero el cuadro, ello, en fin, crea una mitología y una .ritualidad urbanas
< VISIOll, no Siempre ,. .,
se fu e concibiendo le t cx1st10 y más bien propias de la cu ltura fotográfica actual. En este sentido la
. n a111ente. Una de las , .
tesis lo relaciona con la muralJa " N fr < _mas sugestivas relación entre la foto y mi imagen pasa a ser un capítulo
segundo milenio antes dc J . . o ue smo al final del central de la reflexión psicoanalítica, preocupada por en-
.1 esucn sto cuando ,
,11s ar la iniagen media 11 t se penso en tender las rupturas en las formas en que d Yo se ve y se
• • • e un marco cont·
s11111la r al de la muraJl.. d . muo, cercado proyecta.Y esto también es visión de la modernidad. El
" e 1a n udad " c I .
M cyer Shapiro fen Ga utb ' : • orno o cxphca psicólogo amerjcano G ibson sentenció que " no vemos
· · '.ler, P<tg. 36] Por tanto 1, el mundo como ana imagen plana, pero curiosam ente
existir una enigmática rel· . , · ·· , pot na
" ac1011 entre arquite tu .
vemos un cuadro plano como si fuese el mundo" [Gom-
gen totalmente plau .61 . c ra e una-
. s1 e cuando sabemo I 1
a cwdad amurallada h d ~ . s e pape que brich , 1984, pág. 97]. Algo de desdoblamiento en la visión
' . , a ese111penado en 1 . . .
occidental" , 1a mura lla daría ,.,
· Asi, e 1111agmano nos acompaña todos los días, sin siquiera percatarnos de
ventana la o rg-anización cf.. 1 e recor~e a1 campo y la ello.
cuad ro de la imagen p 0 d ,'" o que se exhibe · E n tonces el En su aspecto formal se impone entonces, tanto para
~ na tener su rem0 t ·
ciudad, si bien hou su fi . , o ongcn en la la pintura renacentista como para la foto, la forma rec-
; u11c10n sería
opuesta: J¡¡s fotos en 1 . exactamente la tangular, aspecto que remite a una fuerte convenció n
· marcan a cwdad 1
trozo, com o vista seleccion et .' , a .muestran como que ni siquiera ha existido siempre y que tampoco hoy
tamente. ª ª• como cuadro más exac- e1i aceptada por todas las culturas. ¿E xiste alguna relación
entre el campo y el marco rectangular? En realidad sólo
Album de famllla
dentro de ciertas épocas y c ulturas. Por ejemplo, el arte rtogonales, las líneas verticales, las aristas de las pilastras,
paleoütico ha ignorado tanto lo ano como lo otro. La los muros y otras sem ejantes. E l ojo esta pensado sólo
organización de sus pinturas e n las paredes de las caver- orno portador del vértice de la pirámide visual. La vi-
nas es diciente: "E l número de las especies animales es "ón periferica está totalm ente ignorada. "La perspectiva
poco elevado y sus relaciones topográficas son constan- nacentista es estrictamente foveaJ, en el sentido de que
tes: bisontes y caballos ocupan el centro de los paneles; presenta sólo aquello que se percibe en una mirada
cabras, m ontes y ciervos los e nmarcan sobre los bordes· 6nica, inmóvil" [Pierantoni, pág. 128). Esta perspectiva
leo nes y rinocerontes se sitt'.rnn e n la pcr.i fcria" !Ga uthie; 'neal que o rde na la representación 'realista' creando la
1986, pág. 25J. Esta o rganización o rientada más hacia la parie ncia de un fondo y que se desarrolla bajo dos dis-
periferia que hacia un centro me recue rda el mismo ál- ciplinas, la geometría y la ciencia de la pintura, se impo-
bum fotográfico en distintas clases, pero en especial en e en Europa con el espíritu racio nalista y científico e n
sectores po pulares latinoamericanos, como lo desar ro- 1m omento e n que, desde la economía, el capitalismo se
llaré en el próximo capítulo sobre relatos, sectores qne impone sobre el feudalismo. Si algo se de muestra no es
tampoco sii~ucn el código perspectivo y a su manera que se haya logrado ver con perfección y objetividad,
tambié n insisten e n narrar su histo ria po r m edio de fo- ues esto nunca será posible por la simple naturaleza
tos, pero con una fuerza hacia afuera, hacia los bordes, humana, sino las preocupaciones do minantes de esas
donde van colocando las fotos que aparecen después J e mism as sociedades "obsesio nadas po r el o rden y la racio-
una primera organización central. Lotman illtroduce en nalidad". Por esa aparie ncia de realismo tan extraordina-
sus escritos estéticos la diferencia entre c uJtura textu.il ria todavía hoy algunos siguen pensando -coincidiendo
(de tradició n oral) y c ultura gramatical (escrita), y nos con una visión premod erna que se resiste a ver o enten-
alerta sobre otro modo perceptivo distinto al renacentis- der por ejemplo una piintura cubista de Picasso-, que el
ta; Y Martín Barbero l 1987] e n Colo mbia destaca o tro código re nacentista es la captació n de la realidad obj etiva
tipo de narración c uando afirma que, "al estudiar relatos y no, como ciebe entenderse, un artificio teór ico refor-
populares, el lugar donde invesligam os no es la literatura zado precisam ente por la aparición de la fotografia. La
sino la c ulLura" (pág. 11 0) que rie ndo decir con ello que fotografia aparece como un nuevo artificio m ecánico,
el relato popular rstá más cerca de la vida que el arte, en científico y técnico que surge en un momento hhtórico,
su acepción formal. Algo pues subsiste por fue ra de la sujeto también al cambio. Entender cómo se logró ttans-
ce ntralidad perspectivísrica. poner la visión en el R..enacimiento con la inve nción de
La co11solid.1ció11 de tal organización rectangular pa~, la perspectiva fue un acierto extrao rdinario del espíritu y
p or el esfü erzo racio nalista del Renacimiento y al 1nis- de la sabiduría del hombre, pero también fue un hallazgo
mo tiempo si~1ifica el establecimiento de una form:1 rí- maravilloso el que los artistas impresio rú stas modernos se
g~d.i _de presentarse. AJ fin y al cabo hay una progresiva propusieran destacar los efectos de la luz sobre un obje to
pe_rcl1da de liberrnd e n la visión de las imágenes que te r- en un momento del día de terminando, como lo hizo
mma por inmovilizar al espect.1dor en otro espacio. La Monee en su registro de la Catedral de Rouen e n Parls.
invenció n de la perspectiva con pintores como U ccelli, captando los efectos del sol sobre su fac hada en pleno
Durero, G iotro y Piero D ella Francesca crea un espacio mediodía. Para M onet " la naturaleza o el modvo cambia
para el espectado r. Sobre el horizonte está determinado minuto a minuto e n tanto una nube tape el sol o el vien-
un solo punto de fu g.i sobre el que convergen todas las to rompa el reflejo en el agua". Por lo tanto, el impresio-

Álbum de bmllla
nismo puede ser, y así lo entiende Gombrich , el primer 'lrtnldad moderna
99
intento del hombre moderno por librarse de las at.1duras Es indispensable aho ra un recorrido por la imagen
rígidas del código perspectivo y figu rativo' 9 , y por lo de- omo tema de la lógica moderna . .El pensamiento de
m.'Ís entrar en la búsqueda del instante, de la nube que irce revela para la lógica el misterio trinitario que ya
pasa, com o también lo señaló Peirce en su critica a Kant bía sido abordado en la tradición gr iega por Sexto
cuando sostenía que hoy teníamos que guiarnos po r las mpírico o en la cristiana por San Agusrín,4° por lo cual
nubes, en perfecto movimiento, en lugar de la luna está- t.i va a servirnos de guia en nuestro interés.Antes seña-
tica. Fue esa revolución de impresiones modernistas la é algunos problemas de la representación explicitados
que llevó a la j oven fotografía a librarse del código realis- r H eidegger y que creo pertinentes para la ubicación
ta, cuando Man R.ay decide entrar en el campo del arte y ica de la imagen de la foto, m ás adelante.
hacer fotos com o efectos de formas, una vez aprendido Heidegger [ 1954, pág. 98] reconoce que Kant usa la
cJ decálogo del surrealismo desarroJJado po r André Bre- presión 'imagen' en tres sentidos: como aspecto inme-
tón, co mo Jo reconoce el mism o fotógrafo en su auto- diato de la esencia, como aspecto reproductivo dado de
bio~r.,fia: "El surrealism o se basa en la creencia de la ja esencia y fin almente como un aspecto de algo en'ge-
realidad superio r de ciertas formas de asociación antes ~ - El modo más común de procurar un asp ecto- ima-
negadas, en la omnipotencia del sueño, en el j uego des- ten es la intuición empírica. En este caso "Jo que se
interesado del pensamiento". Para R.ay, hacer fotos no :,evcla siempre tiene un carácter de un particular intuido
era un problema del arte, ni d e la ideología, ni de 1a m e- hunediatamentc (esto-aqw'). Por ejeroplo,el paisaj e como
cánica de la foto; ran sólo de la expresión . Sólo en la m o- una totalidad individual. E l paisaje se llama 'vista' (aspec-
den lidad visual la pintura se vuelve forma pur:i y se lO-imagen) cal como si ésta nos viera a n osotros. Una
crnpai·enta con l.1 m úsica, co mo lo hizo Kandinsky [1934j imagen, por lo tanto, es sie mpre un 'estoy-aquí' intuitivo.
quien a su vez aclaraba cómo al deshacerse del tiempo I n este sentido, cad a imagen que tiene el carácter de una
" la pintura podía presentar todo el compct1dio de la obra ,eproducció n, por ejemplo una fotografia, es sólo una
en un insta nte" (pág. 34). Pla mar la for ma como autó- copia de eso que se revela inmediatamente como ima-
no ma pcr se e;:n la pintura, como un sonido m usical acn". Como podrá deducirse, definir la fotografia como
liberado del tiempo, aumenta la visibilidad sobre el con-• aeproducción o copia nos volvería 2 anclar en el mime-
tenido en una obra .Y de esto trata el arte moderno. cismo denunciado anteriormente y por tanto la foto se-
pliáa siendo un.a sierva del referente y no un proceso
lndicial con su propia creación.
39. Gombri r h E.H TI,r Sr,11 y ,!fArt (r959).AI respecto es curiosa
Para reconocer una imagen debemos sensibilizar este
la anotación dd atl to r sobre cómo se recibieron los inventos de M onet, oncepro. Se puede decir: esto es una casa, un caballo, un
Mancr y otros en ~11 exposició,: , o lccriva llamada Impresión. Uno perro o un árbol ¿Pero de qué m an era el aspecto de esta
de los crítkos escribe en 187(,: ''An cxhi bicion hasj ust bcen opcrn:d ~ revela el 'cóm o' de la apariencia de casa en gen eral?
at rue D uran w hich allef:!e<lly cont:ains painrings. 1 e nrcr and 111y ..La casa. en sí mism a, en efecto, presenta un aspecto defi-
horriefied eyes bd10ld somethin~ terrible. Fivc o r six lunacics am ong
them a wom en, have joincd together and cxhibited thcic wo rks. 1
have secn peo ple rock with laughtcr in fro nt of these pii:rures. but 40. Citado por C.W. Spinks f1991, pág. 20]. Este autor puede
rny heart blcd whea I saw thcm .These would- be artists caU::h crnselve, consultarse para examinar .las reJaciones de Peircc con la trilogía cri&-
revolucionaries. 'lmpressionim' "·(pág. 393). dlna. Para el estudio de la tradición griega, César González, 1989.
100
njtivo. Pero nosotros no tenemos la posibilidad de saber ltantiana para la comprensión lógica de lo que consi- 101
cómo aparece esta casa en particular exactamente" [Hci~ ramos es u na imageo y su contenido visual.
degger, 1954]. .
En ententlimiento de la lógica Peirce define el signo,
Aquí estamos frente al problcm1 de cómo hacer de represe11tame11 -como él lo denomina- "como aquello
una huella una mímesis y ello no lo podemos resolver ue p ara algu ien to ma eJ lugar de algo e n algún sentido
~odavi~ con H eidegger. Lo sensible no no; da un aspecto o capacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea en la m ente
111med1~to d: I _concepto como unidad. Sin embargo, si lo esa p ersona un signo equivalente, o tal vez más desa-
q ue esta temat1cam ente representado en lo sensible no es rrollado. Ese signo que éste crea, yo lo llamo el interpre-
eJ dato e mpírico, ni tampoco el concepto aislado sino cJ tante del prime r signo. Este toma el lugar de aJgo, su
'indice' de, la ~egla que es la fu ente de la imagen,'en ton- objeto.Toma el lugar del objeto no e n todos los aspectos,
ces, este indice debe estudiarse rmís dete nidamente, lólo en referencia a u na idea, la cual a veces he llamado
co~o -~rete ndo hacerlo con las categorías peirceanas. Tal d fundam ento ('gro und') del represe11ta111en." [C.P.: 2. 228J.
sen~1-b1lidad toma lugar primordialmente en la -imagi- Una vez más tres m odos de ser del signo. Spínks [ 1991]
nac1o n. En palabras de K ant traídas p o r H eidegger " Id ,ostiene que e n Peirce siempre hay una trinidad: signo,
rep~:scmació n de un procedimie nto universal de imagi- .objeto, interpretan te; primero, segundo, tercero; o Padre,
na_c,o n que provc.:e u na imagen a un concepto, lo dc nn- Hijo y Espíritu Santo. En palabras del propio Peir~e :_"En
mmo el_esquema del concepto. Po r ej e mplo: d esqucn rn muchos aspectos esta trinidad coincide con la cn stiana;
necesa riam ente posee el carácte r de una imagen ". En- en efecto, n.o veo ninguno en que no conc uerde. El io-
tonces, de be mos distingu ir entre esquema- imagen y d terpretante evide nteme nte es el logos clivíno o paJ~bra; Y
aspc~t~ l'm píric.:o con tenido. "El contenido Jcl aspecto li es correcta nuestra sugerencia anterior en el sentido de
e m ptrtco se presenta corno uno de m uchos: es J ccir, que la referencia del interpretante es la paternidad, éste
con~o- particularizado por aquello que es representado también seria el hijo de D ios. El ground correspondería al
tem ,1ttc:unc nte como tal. Este particular ha remandado a Espíritu Santo ·en tanto que es requisito para c u~quier
ser solamen te cualquier cosa, y así, se ha con.vertido en comuni.cación con símbolos"'' lMS 359]. El sentido de
un ej emplo posible para aquel q ue regula los muc hos in- la imagen aparece así como una revelación . N ada meaos
difere ntes". El concepto. d1cc Heidegger al pensar en que como 'hijo de Dios' encarnado. En este sentido ya lo
Kant otra vez, s-iemprc se refiere al mism o esquema. vimos co n Piero Della Francesca, quien dio estricto
"¿ Los esquemas-imágenes de los conceptos matem áticos cumplimiento a la tradjción agustiruana de hacer del Es-
son :adecuados a sus conceptos?" Obviamente no pode- píritu Santo el portador de la verdad divina. Sól? ~ue en
mos pensar e n este c.1so la adecuación e n el sentido de Peirce esa interpretación es una labor ber men eut1ca de
rcpr~J ucción . " Kant está pe nsando en que si un esque- todo interpreunte del signo; y todo sign o, y por tanto
m a-m1agcn matemática da un triángulo, este de be ser todo ser humano que produce sjgnos, es siempre inter-
agu~~•.recto u obtuso; ello sería suficiente para agotar las pretació n. . .
pos1hil1dades de un triángulo. siendo que las posibjlida- Pero sj segujmos ahondando en la arquitectura perr-
d_e_s so n más numerosas <.: uando se tr.ita de la representa- ceana para la compre nsión de la imagen .visual, se puede
c10 11 de una casa" fHcidegger, pág. 103J. Yo c reo que
podem os recoger algunas ideas de Pejrce e n relación con
4r. Sobre estas categoáas se puede consultar Pcirce ;,, P/1i/osopl,;ca/
su filosofia de la representa..:ió n y buscar también la ayu- Writi,rgs of Peirce (pág.
101 y siguientes).
Album de famllla
102 decir que todo en su lógica está dividjdo en tres. Estas fcrida a cóm o el signo r epresenta su objeto. El signo 103

tres maneras de ser del signo corresponden a las tres ca- uedc deo~ rrÍinarse íco no, índice o símbolo'.Y aquí pue-
tego1ías de los elem entos inseparables de todo fe nó- n surgir muchos m alentendidos al usar las categorías
m en o: Primeridad (First11ess) que n o de pende de nada· circeanas ya que muchos autores las han entendido
Sec_undidad .<Seco11d11ess), que implica dependencia y Ter~ como to talidades indiv iduales cuando ello jamás es p osi-
cendad (1111rd11ess), q ue implica combinación. Podemos ble, tal como lo hace ver una de sus estudiosas [M.
deci~ ~mbién: cualidad positiva posible (la posibilidad estrepo, 1992] . Tene mos que reconocer cóm o funcio-
cualitativa); hechos existentes (que son de hecho reafos) nan la~ categorías dentro de la estructura sígnica.
y ley (ser de la ley) que gobierna los hechos en el futuro. Un ícono es un signo que se refi ere a su objeto por-
" La Primeridad es el m odo de ser que consiste en que "deno ta m eram en te en virtud de características de sí
qu e el sujeto s~a positivamente tal como es sin consi~ - anismo'' !C. P.: 1.588]. Su 'sem ejanza' se da in distintam en-
rar nada más. Esta sólo puede ser una posibiLidad '' (C.P.: te de que otro objeto realmente exista o no. El ícon o no
8.328]: cualquier color (roj o o verde) com o color sin es- .«:túa como un signo sino que es un primero en muchos
tar incorporado a na<l.i. Tiene una correspo ndencia con aspectos, como primera relación del signo con su objeto.
la p~imcra d ivisi~n de las tres tricoto mías. Un cualisigno La extmpo lació n de b marca de <. ualidad o carácter a la
es solo una cualidad que es un signo. Este no puede ac- similitud es todo el p roceso de generación del parecido.
tuar como signo sino cuando se incorpore, pero la incor- Un índice "es un sign o que se refiere al objeto que de-
poración ~o tiene_ nada q ue ver con su carácter de signo. nota en virtud de que realmente es afectado por tal obje-
La secun<l1dad e_sta conectada con lo que es real, eso que to. Por lo tanto, éste no puede ser un 'cualisigno' porque
es un hecho existente. Primeridad es el presente mie!n- en éste sus cualidades son lo que son , independiente-
tras que la sccundidad es el pasado. Tiene relación con el m ente de cualquier cosa. En tanto que el índice es afec-
'sinsi~o ', una cosa o suceso existente que es un sign o tado po r el objeto, necesariamente tiene alguna cualidad
que solo puede serlo a través de sus cualidades. Tcrceri- en común con éste, y es en relación con aquellas a las
dad se refi ere a las o tras dos. Se considera composición que se refi ere el objeto". U n símbolo es un sign o que se
com o medi¡ició11, es el futuro. E l curso de la vida es Ter- refiere al objeto que denota en virtud de una ley, usual-
ccridad: u~~ carretera ~or ejemplo es Secundjdad, pero mente una asociación de ideas generales que opera para
la acelcr.ic1on es Tercen dad . Es un 'legisigno', es una ley. hacer que el símbolo sea interpretado com o referido a
Esta ley es usualmente establecida p or .los seres humanos. ese objeto. Es, po r lo tanto, un tipo general o ley, esto es,
Todo signo convencional es un legisigno. El signo como un 'legisign o'.
representación , co~cerniente a una categoría lógica, "En este caso, si tom amos la representación , ésta asu-
puede ser una meJor explicació n de la terceridad. Eso · me el mism o proceso de un signo. To da representación
I
que rt>p_rcsem a es su o bjeto, lo que transmite su significa- ha de conformarse con tres condiciones esenciales. D ebe,
do y lc1 idea que origina su interpretante. en primer lugar, tener cualidades como cualquier objeto,
independientemente de su significado. Así , la palabra
HOMBRE impresa tiene seis letras que tienen cier tas for-
la foto y su fantasma
mas y son negras.Yo denomino estas características como
Si vamos a estudiar Ja foto en su condición in<lici:11 las cualidades materiales de la representación . Segundo,
ten em os que revisar brevem ente la segunda tricotonúa una re present.1ción d ebe tener realmente una con exión
104 105
causal con el objeto. Si una veleta de viento indica la di:. ponderia a una imagen de otra, de aquella concebida
r~cción de éste es porque el viento realmente la hace -en el proceso material. En otras palabras, a la imagen que
gtrar. Si un cuadro de un hombre de una generación mamos visual, representación figurativa de una cosa, le
pasada nos dice como se yefa, es porque su apariencia tecede su modelación y concreción técnioa. Así, en el
rea!~ente determinó la apariencia en e l cuadro por cau- roceso de la foto lb.abría tres pasos claros que luego re-
sacio n, actuando a través de la me nte deJ pintor (...). En pasaremos con Peirce: su fo.ente f15ica, Ja imagen foto-
tercer lugar, cada representació n se dirige h acia una gráfica y su observador. Se trata de un proceso donde
mente. Es una representación e n tanto que haga esto... cada uno está en de uda con el anterio r y se lo interpone.
Estas tres cond.IC1ones
· ·
sirven para definir la naturaleza de Si la foto posee y muestra algo ' real', no es una ima-
la represen~ación" fMS 212/Win ter-Spring 1873 ]. gen mimética, com o su ele decirse.A este respecto vuelve
,~~n Pe irce, pues, la tarea semiótica se convierte err el 1 ser revelador el trabajo de Peirce: si se comprende el
analts1s de l fun cio namiento del sig no "en e.l acto ii1<.Üvi- ,Indice se puede distinguir la realidad de la ficción, espe-
dua.l de semiosis" en tanto " l:-1do ejecutivo colocado en cialmente si se piensa en la fo to como índice:" Nada sino
Sa ussure p~r ~J ~r-..i de la semio logía" [Dascal: r97 8]. y lign.os dinámicos pueden distinguir la ficc ión a través de
como acto rnd1V1dual se acerca por esta vía a las te~das s índices del mundo real" [C.P: tomo 2, pág. 337]. Hay
de_la e nunc iación o a la filosofia del lenguaje, las cuales ,una causalidad que el mismo Peirce relaciona: los índices
se mteresan más por e l sentido de una o ració n o un tex- 100 "signos más o menos análogos a los síntomas" (C.P.:
to _antes que por e ntender las estructuras fundantes. De tomo 6, pág. 338]. O sea q ue ninguno de e llos com o el
ah1 que la semiología ''a lo Saussure" corresponda más a aigno sirve para mostrar los efectos de algo real sobre La
un estado, c uando
• en pe1rce
· se trata mas, de un proceso. imagen. "Un signo que se re fiere a un objeto qu e denota
La u~a n:1á~ estática; la o tra , por preocuparse por captar el en virtud de ser realmente afectado por tal objeto" [C.P.:
acto. md1v1duaJ, n1.s ma1111ca. Q u1za
a' d' , · • , otro elem ento de como 2 pág. 248).
Pe1rce que hoy reconocen sus especialistas es eJ hecho de Así, a la imagen fotográfica com o figura ya constitui-
que pr<~pt'.so,junto a la deducció n e inducción com o dos da simbólicamente le antecede el fluj o fotónico que la
procedm1 1e ntos de la lógica, un tercero, la abducció n , al indica, señalado por Scheeffer [1987] como su estatuto
~u-al . de~ne el mismo Peirce como u n procedimiento técnico, el ,mhé de la fotografía: " La imagen fotográfica
icon1co 'en el sen tido de que es la semejanza del h echo (diría m ás bien la m,irca que la antecede ya que La ima-
obse1·va<lo con otros hech os anteriormente conocidos lo gen seóa la que vemos) es una impresió n química. Es el
que lleva a la formulación de una hipótesis".Así e l hecho efecto químico de una casualidad fisica (electromagnéti-
~~~p~eo<lente se vuelve explicable [Castañares: 1988). Lo ca); o sea, un flujo de foto nes procedentes de un objeto
icomco es, ento nces, la semejanza, tanto e n lo visual (por emisión o por reflexión) que toca la su perficie sen-
como en lo conceptual. sible" [Scheeffer, pág: i4]. Si algo tien e la foto de ' real' es
, Pero si quere mos entender el sign o de la foto, ten- ese objeto que le dio la luz para que impregnara una im-
dn~mos que considerar .dos aspectos, con distintas m oti- presión. Impresió n en este caso sería " la señal que un
vacwnes lógicas, que no deben confundirse. En prim er c:uerpo físico imprime sobre otro". Así, el o~¡eto impreso,
lugar, el aspl~cto lísico- químico, materiaJ de la foto, y 9ue va a ser lo representado, será. distinto del flujo Jot6nico. Su
luego el aspecto propiamente representativo, lo que cul- representación mimética, lo que se llama el análogo
turah11e nte llam am os imagen , que en la fotografia co- fotográfico, no será " un análogo del fluj o perceptivo",
106 r
como esc.:rihía Eco 19781, sin.o consecl:cncia de una in- Vale la pena to mar en este punto a Lacan, autor de 107

dicación, de una huella. de una impresión químico- física. iración peirceana, para compararlo con li trilogía
Impres ión que bien sabemos se produce en forma dis- e nos ocupa. Lacan, desde sus primeros escritos, pro-
tinta ya que la cántara no toca a su ohjcco, sino que per- ne su célebre trilogía de lo real, lo imaginario y io
~ni te que se impregne de la luz que porta: el objeto bólico, que podemos relacionar con Pcirce de la si-
mva~e e~ su radiación la fotografia. Es como si de lc:jos
s~ ~eJara impregnar, como si 1111 primero tocara a 1111 scg111ufc1,
dma Peirce. OIAClv.MA N º 5: Trilogfa lógica de lafotogrnfla
Así que cuando aparece eJ tercer elemento del pro-
ceso, el ohscrvador, ya tenemos la imagen menta l que él Primeridad ........ posibilidad > cualidad
se hace de una representación q ue a su vez se genera de Secundidad ........ o bje to > hechos reales••
un Aujo de luz. Ahí está prod ucida la magia fotográfü·a, Terceridad .......... ley > mediació n/
el poder hacrr de lt, luz 1111 wcrpc> o su imagen, más exacta- interpretación
mente. Un cuerpo hecho nada más que de efectos lumi-
nosos. Así es como aparece Peirce para integrar estos tres Vo lviendo ahora a la divisió n de los signos establecida
elementos del proceso. no ólo en la estruc.:tura interna por Peirce en su relación con el objeto que representa,
sino como proceso total: desde el objeto q ue hace posi~ propongo este cuadro:
ble la to ma: la 'd mara' y su producto; una ' foto' y la con-
secuencia de al~uien que la mira conver tido en su D I AG RAMA Nº 6: Trilog fn psicoa11alftica de lafotogrr,jTa
destinatario: su 'observador'. Tenemos de nuevo esta es-
tructura tria1, si bien en tres mo mentos distintos: el de l.i icono (primeridad, cuaJidad) ...Rcal = instante de
c.ímara (en el sentido kantian o) como posibilidad de captación
producir una imagen; el de lea foco como hecho lograJ o indice (secundidad, objeto) .. .lmagioario = relació n con
Y el del observador como desti natario y realizador efec- o tro real
tivo, cada uno con su propia estructura trfal. Símbolo (terceri<lad, m ediación) ... Simbó lico = inter-
prctante producido
DIAGRA MA N° 4: Trilc~(!Ífl estn1Ct11rc1I de li,fotogr<!{Ta
Lo Real, como aquello q 1.1e se escapa a todo registro,
-
•t. •
como lo imposible que requiere un proceso de simboli-
C.1111.1r.1 <-> 10 10 <--> observJdor
rr!!!_IC'rQ ~ ndo Tercero zación, corresponde a la Primeridad de Peirce, eviden-
'osibilidad Hecho en
1111;1 ciada según sus e tudiosos así: " La proposición de que
Clnura Fot rolli.i Observa or cero (o) es un número, in'l.plica por un lado la posibjljdad
de escribir un primer número de la serie así como la
La foto es un índice po rque remite a una relación <le
continui<lad entre el ohj eto del que recibe la luz y la im-
42. En u cu ocasión. cu ando escribí Secuudidacl en un tablero de
presión que causa en el fll'gativo. Lo es tamhién porgue cb se, n1ve un lapsu~ y escribí: fccundidzd . Ahora pienso que puede
es af~ctada por el objeto y por eso núsmo posee algunas ter una mane n muy diciente de decir que es un hecho real:
propiedades en comú n co n el objeto al cual se refiere. Sccundidad = Fecundidad.
108 construcción del trazo que representa a nivel del signifi- elo natural es directamente reproducido en todas las 109

cante la falta de objeto" [Alemán: 198r]. Por esa relacjón dimensiones físicas. Sin embargo, cada vez que los
con lo ausente, de objeto faltante, Miller [1973, pág. ·stas abandonan la tercera dimensión y lo real de las
,r-24], el m ás destacado interprete de Lacan en Francia, ariencias físicas -lo que ocurre cuando una imagen se
ha propuesto llamar a tal la relación 'Lógica del signifi- loca en una superficie plana- entonces empiezan a
cante': "Exterioridad del sujeto respecto al campo del ~arse radicalmente de los prototipos naturales, de tal
otro que instituye el inconsciente" . Es así como obtene- nera que la conexión entre arte y naturaleza se oscu-
m os Ja siguiente operación, de estricto tinte lacaniano: el ce" (Riegl, pág. 14). De esta manera el ojo funcionará
sujeto es causado por el significante; el significante re- mo sentido a distancia, en contraste con los de rela-
presenta al sujeto. Lo cual desde Peirce se podría argu- 6n inmediata como el tacto, el gusto y hasta el olfato.
m entar más o menos así: todo primero relaciona a dos tos sentidos de contacto, tocar, gustar, oler, se cliferen-
pero sólo se expresa e interpreta en la terceridad. Sólo el n de aquellos a distancia como el oído y la vista, que
significante nos pennite acceder al sujeto en su incons- r razones mismas del soporte a distancia han permiti-
ciente, simbolizándolo. Se trata del efecto del lenguaje y que en la historia sean seleccionados como la base de
de la cultura sobre nuestro cuerpo. Total que en la cultu- dos grandes artes: la música y la pintura. Es posible
ra el hombre es un efecto de tres. ue, como testimonia Metz [1986] "le registre visuel semble
us proche du Jantasme que ne l'est /' auditíve" [El fantasma
rece más próximo al registro visual que al auditivo].Al
El tiempo de la foto
n y al cabo las pasiones más intensas pasan por el deseo
la foto, entont"es, si seguimos a Peirce y Lacan, es m1 ver, base de gran parte de las fantasías eróticas de la
f,,díce de hnse i11111gi11nrin por tres razones. Primero porque umanidad. ¿Y no es ci,erto que "la desnudez es un esta-
como represemación y en calidad de imagen cultural no sin expresión acústica" [Metz, 1986)?
corresponde a la base de su real efecto de luz. O sea, lo Y habría un tercer el emento para la construcción del
que nos dice y nos muestra la foto es algo distinto a lo po::-te de la base imaginaria. La foto es pasado. Además
que nos seifaJa la luz, entendida como acontecer mera- las capacidades literarias y narrativas de la fotografía,
mente fisico. Es como si el proceso se trastocara y Jo que 1a foto sostiene algo, q ue a1 ser pasado, constituye una
señala la luz como simple efecto fisico se tornara efecto prueba auténtica de la realidad. Aquí po?emos difer~n-
psicológico y estético. Segundo, debido también a otro ciar la imagen de la fotografia de la del em e o de la pm-
ingrediente, es el hecho de que la base del sentido imagi- mra. El objeto que captura una pintura, por ejemplo la
nario de la vista radica en aquellos sentidos llamados "de .ele Constantino en Piero Della Francesca, como vimos
distancia", según AJ0is Riegl [ i905 ], a quien le debemos antes, puede ser real o puede no serlo. En el caso de la
la tesis, muy creíble por cierto, de que en el e-ampo de las .i>to lo que ésta capta es real, al menos como un efecto
artes y de la sensibilidad occidental evolucionamos de lo de la luz. Gilles Oeleuze encuentra, por el contrario, que
háptico, el tacto, a lo óptico, Ja vista, h~sta perderse la re- 111tes que la imagen, es el movimiento en tanto montaje
lación inmediata y continua entre arte y naturaleza. Lo principal característitca del cine. Para Deleuze [1985]
expresa de la siguiente manera: "Esta conexion mttma ay tres niveles de percepción en el cine: la imagen-
entre arte y naturaleza, sin embargo, es más evidente en eccíón, que contiene algo mental (pura conciencia); la
algunos medios. Es más evidente en la escultura donde el gen-acción, que implica a la imagen- afección (con-
110
~e_p~ión), en la elección de los modos (construcción de nuevos signos en el proceso del observador aJ ver un 111
Jutc10). El cine como tal, puede ser imagen-mcnt,11 dro. De otra parte, el lector de una obra literaria fre-
c?,mo D eleuze entiende a Hitchcock. "Hace que Ja rela. entemente se involucra durante el proceso de lectma
caon del montaje en sí misma sea el objeto de la imagen percepción) en la creación de nuevos signos. ~n ~tras
y no mera~1?ent~ la que se muestra a la percépción, abras, el juego entre el autor (artista) y la audiencia es
unagen-acc1on e imagen-afección, sino que las encuadra enos importante en el arte pictórico que en la !itera-
Ytransforma. Con Hitchcock aparece una nueva clase de ra".
figura , son ~gu~as de pensamjentos. D e hecho, la imagen Lo anterior no deja dudas sobre la pintura y la !itera-
mental e~ s1 misma requiere signos particulares que 00 ra, pero ¿dónde ubicar la imagen de la foto en relación
son los nusmos de los de la imagen-acción" (pág. 2.03). n el tiempo y como fenóm eno de percepción· en el
La fotografía está en el otro lado. No hay movimiento. ervador? Sin duda que la foto sí reactiva la memoria
La foto es 'silencio e inmovilidad'.EI tiempo de la foto es l observador, sobre todo si s.e trata de una foto perso-
el pasado. R egistro de lo que ya no es. La relació n de Ja . Como se dijo antes, la foto sin contexto se torna una
fotografia con el objeto representado pasa por esta cir- agen pictórica, con más o menos información que la
cunstancia y si el registro fotográfico cambia a med io di- ue pueda deducir el observador a través de los trajes
námico, tal cual anotamos en el capítulo anterior, se ue usan los posantes, el clima, los rasgos étnicos y cultu-
p~oduce el 'loco video'. Si se mantiene la foto, se privile- es, el sexo, etcétera. Pero la foto con contexto, caso
gia la re~resentación del tiempo que ya no volverá. Así, la pecifico de la foto del álbum, sí que es una imagen-
foto es tiempo que ya existió. emoria, que transforma en familiar a su observador,
D e ahi se ueriva lo más importante: la foto narra de .pues al fin y al cabo está clirigida a él o eU~. Así, al contra-
manera similar a como lo hacen las artes visuales como rio de lo dicho por Uspensky, la foto del album va gene-
la pintura, pero coa su pro pia naturalcza. Asistimo~ a una ,ando signes miemras se mira y, dada la circunstancia de
complejidad _sígnica fundamental que podemos seguir que cada foto es parte de una totalidad, el álbum como
con fas rcfl exwnes de U spensky [ 1973], quien se ha pro..: igno participa de la naturaleza de la literatura y se torna
pu esto entender las artes a partir del efecto del tiempo n una expresión temporal.
sobre ellas y lle~a a la siguiente conclusió n: "En el arte Caso distinto es tomar la foto en su singularidad, pues
pic~órico, la percepción tiene lugar básicamente ell el es- ahí se hablaría de su imagen, y su lectura (temporal) de-
pacio y no necesariamente en el tiempo; en literatura la penderá de las posibilidades de reconocimie~to que d~ o
percepción tiene lugar, ante todo, ell Ulla secuencia te~1 - entregue a su observador. Sin embargo, aqm se hace m-
poraJ. El tea tro y el cine, sin embargo, parecen asumfr un dispensable distinguir entre varios correlatos de la foto,
grado más o menos concreto en amb~s planos, el tem- que pueden existir según su vor~ción_ ~ sua1; est~ es'. s~-
poral Y el espacial" (pág. 24). D e ahí que Ja literatura esté gún nos permita verla como des1gnac1on verbal, mclicial
en estr'.cta co~exión con la memoria, pues 'voy leyendo o como un poder visual.Aquí ya desbordamos el proble-
e~ el tiempo en cuanto voy descubriendo lo que me ma del tiempo y entramos al de la interpretación.
dice ~l relato, mientras el efecto de una imagen pictórica
en 1111 mente no está necesariamente ligado a la memo-
ria. Así pues "porque el arte visuaJ tiene uña lfolitación La inte'l)retacl6n fotográfic.a
para expresar el tiempo, hay poca o ninguna generación Si nos colocamos en el nivel del observador entonces
Álbum d" famlll2
112 la foto se vuelve ícono y sus efectos t;unhién puede expresarnos además con su gesto: " ¡Qué h cr- 113
una distribución tria) de la siguie nte m anera: está!" En este caso la indicación no es fiel a lo que
dice verbalme nte. Se trata, más bien, de una valoración
DIAGRAMA Nº 7: Observador c11 la estmctrm, pslq11irn talingüística. El c uerpo del hablante, la señal ín~ce,
uiere competencia y legitimidad sobre el enunciado
Foto + o bservador= efecto mimético-imaginario al.
Mostrar la image n es recrearla en su visibilidad, nc-
La foto como captación de algo, de un instante, postu- ndose a nombrarla. La luna es ya el imaginario que
la lo real y al mism o tiempo su reJ lidacl. u demostración cernos en nuestro inte rior: de la poesía, de la fabulosa
es el imaginario y su sentido la deducció n simbó lica. Si ograña, del arte y del amor de los enamo_~d~~- La
continuamos con la idea del e nc uadre, de la relación e n- a, imagen-imaginaria, adquiere mayor vlSlbthdad.
tre e l objeto y su observado r, habría que decir que en la ntonces mostrar la imagen es hacerla cumplir funcio-
foto el fotógrafo tambié n e nc uadra. A este ejerc ic io lo visuales o, de otra manera, estetizar su presencia,
llamamos de focalizació n visual, como lo mueslro cn- mo lo explica Garroni al referirse a una "estética che si
eguida siguiendo un ensayo que sobre el te1na escribí rticolnrizza, n,eglio: cl,e si a11tostoricizz11 [ 1986, pág. 55 l"•
antc r1o rme nte41 y que m e sirve de base para la interpre- omento do nde la imagen- imag inación se enc ue ntra Y
tació n fotográ fi ca. Pero a nucstrn idea de foca lizar lo vi- el mundo vuelve a aparecer cargado de potencia visual
sual le antecede lUJa explicació n de los correlatos de la jntraducible. Nueva relac ión cuerpo-expresió n que debe
imagen. N os aproximamos antes que todo a los tres ·stingu irse de la producción gramatical de las palabras Y
correl:ttos que reconocemos e n una imagen : La imagen es ele sus enunc iados. Quizá lo visual de la imagen aluda, en
no mhr:iua/ la imagen es indicada/ la imagen es mostraJ,1. la jerga freudiana, al momento en el cual el 'ello' se mues-
Nomhrar la imagen es darle un significado, como tra. Desgarrón de la conciencia para que aparezca lo des-
c uaJ1do alg uien da el no mbre a un obj eto reaJ o a una nocido; fu erzas inconscientes o nuevos emblemas de
fotogralia d e un o bjeto y lo lla ma por ejemplo, 'la fa milia rcepción aún no asimilados por La discursividad ordi-
unida'. La visualidad ha sido nombrada y entramos a la naria.
discursividad . Indicar la imagen es se,ialarla: cuando se- Se puede descubrir una relac ión entre estas tres ins-
ñalamos la imagen co n el dedo índice, hacemo precisa- tlncias presentada e n mi ensayo con la triada de Peirce,
me nte un signo ostensivo: nuestro dedo se dfrige a l.1 como lo sugiere M ariluz R estrepo, quien plantea que la
luna para e nscñari.i:"mire la luna" , aunque el fotcrl ocu- imagen corresponde ría al mismo símbolo verbal, a s_u
designación com o enunciado; indicarla corrc::pondena
43. fatc ;1partc lo l'l'tomo de mi ensayl) [Silva. t!)88I con distinus al índice, al gesto de señalarla, mientras que m ostrarla
modificac1one~. para a_iustarlo al presente libro. También adaro qut· apuntaría a la iconicidad, a las cualidades visuales en este
este capítulo plantea ,1l~ nos términos tfrnicos de la forografia que caso. D e esta manera se cumplirian los pasos para e nten-
fücron usados en las tir has téi.:nica~ en que recogimos y rranscribimo~ der la re presentación de un obje~o según Pcirce y, al mis-
la información vi~ual de la~ fotos o de los ~lbumrs, por lo cual invim mo tiempo, se dnría respuesta a la necesidad de establecer
al lc~tor a, fam~li~riurse con sus definiciones y así poder ajust.ir el
senudo mas proxm10 t·n los histogramas que aparecen en anexo Nº los corre latos de la imagen, como propuse en mi ya refe-
2_Yque se rcfi~ren a proyecciones est.adísticas de nuestras interpreta- rido escrito sobre Las condiciones de comunicabiJidad de
c1ones de los alhumes csn1diados. lo visual y de la image n visual. D e esta manera quedarían
114 establecidas las correspondencias entre la tríada lógica y cmos ver algo fascinante: la foto es tomada por una 115
la de los correlatos v i ·ual~ que propongo: • las madres de estas tres niñas justo en el 'instante' e n
ue un hermoso y juguetón pájaro se posa e ncima de la
D IAC RAMA N º 8: Tríada visual y C<>rrelatos fotogr4/irC1s beza de la niña a la derecha. Si se observa con cuidado,
tres jovencitas miran y vive n conmovidas la escena
esperada: la niña de Ja izquierda se ríe relajada (como
A B e
J ícono indice símbolo ·ciendo : " Qué chistoso "); la del medio lo hace asustada
2 JUOSU'll rI foto indicar/ foto hablar/ foto
presente
(como diciendo: "Oh, o h, p odría ser p eor "), quizá te-
1 pasado fumro
miendo la reacció n del animalito, por lo cual también
cierra el pu ño de su mano; la de la derecha, con los de-
C uando D cnis R oche, fotógrafo y teórico de la ima- clos en la boca, se ríe con suspenso (como diciendo: " Y
gen , se pregunta qué es la fotografia y responde " lo que ora qué hago ") sin sabe r cuáJ será el próxim o paso . .Si
se fotografia es precis,unente el instante en que se to ma ae m e permite diría q ue la primera vive el presente, se ríe
la foto " f1982, pá~. 73J está valorando e l mome nto fugi- esprevenida del acto ocasional ; la segunda y la de la de-
tivo de un real 'captado' que se escapa en la vaguedad del ,.:cha vive n (imaginando) el futuro, pues temen por lo
presente. Todo lo demás, hacer una be lla foto, singulari- que pueda oc urrir inmediatam ente después. Pero la dife-
zarla artísticam e nte, pasa a ser secundario e n re lación rencia e ntre la actitud de la niña de la m.itad y la de la
con el m o mento real del instan te fotográfi co. Q uizá sea derecha está en un de talle: .la de la derecha tiene el ave
éste su corre lato icónico, de la visibilidad, que rehúye encima de su cabeza y su idea mo me ntánea es más
toda sentencia y que por lo gene ral aparece de impre- "¿Qué hago yo ahora con esta ave encima de mi cabe-
visto (fu ente cristiana de l té rmino 'aparecimiento '). H a- za?" y por tanto su ser psíquico, si bien futuro, ya reposa
cer vale r ese instante supo ne rehuir la convenció n de la en un pasado concluido, mie ntras la niiia de la mitad
pose con toda su gramática de exigencias. Este instante señala otra sentencia: " Podría ser peor porque después
se puede captar <.'n todas aque llas que llamamos 'buenas (futuro) puede posarse e n rni cabeza". De esta manera la
fotos' (do nde prima e l correlato visuaJ) que sie mpre nos foto es tiempo porgue señala un acto pasado, pero tam-
impresio nan por esa cx tr::i ña captación de algo inespe- bién tiempo porque permite, en algunas ocasiones,
rado ("huellas de lo real". se podría decir, evocando a deducir una figuració n te mporal en los sujetos represen-
Lacan).Valg-a como ej emplo la excele nte foto de la esta- tados para su interpretación. Pe ro es también tie mpo
<lounidcnse Diane Arbus titulada /vforder vflí111ess, ◄◄ l,1 porque capta un instante: las niñas .ríen , se divierte n y
cual, simple me nte, capta e l mo m ento, instante, en el c ual gozan entre sí, pe ro nadie me negaría que el verdadero
una muje r grita aJ ser testigo inesperado de la escen a del protagonista sea o tro que la magiúfica ave visitante. Todas
crimen . Su grito coinc ide con Ja toma fotográfica, que las niñas miran el ave e xpresiva y n osotros observadores
lle na de espanto a la protagonista. Si examinamos la tam,bién , robándose ésta la visualida,d . Esta foto mantiene
lFoto N º 25J de nuescr,1 colecció n de fo tos de familia, algo real, muestra un instante y la foto se hace encanto
visual.
4-4, Expuesta en la exposició n " Hall ef Mirrors:A rt ami Fi/111 Si11cr
La indicació n m ás bien actúa e n cuanto se e nmarque
1945'' en T!1e M useum ofConcemporary Art. Los Angeles, mar.to r7 una relación de continuidad con algo otro y por tanto
- julio 28, ,99<í. actúa desde el pasado. El fotógrafo inglés D avid Dailey se
116
ideó una man era muy especial de hacer fo tografia sen• n del len guaje y la prohibició n sexual (Edipo), ~on- 117

~ua~ tapando algunas p¡trtes del cuerpo fem enino, par.i ye: " Durante el acto sexual, los participantes, qmenes
mdi~ar el resto. O sea q ue en vez de mostrar, ocuJca par.1. ó an hablar, rar,1 vez lo hacen . C uando se habla, es
precisamente, hacer ver lo descubierto. Por ejernplo, cu- nicamente sin sentido (expresiones como 'bueno',
b_re todo eJ cuerpo de alguna de sus mo delos con tela ico' 'delicioso', ' me gusta eso' ...), el mo do dominante
0
cm ta neg~ Y sólo dej a aJ descubierto uno de sus ,senos, c~municad ó n es a través de la expresión facial, los
q ue ~dema~ re_toca co n cierto color p álido. Así. el punto tos y la vocalización pre-lingüística". Sin embargo, ~o
de vista es mdicado y los oj os se van hacia el pecho des- • diciente es precisam ente que en la foto pornogra-
nudo. E n la IFoto Nº 26] muestro una fo to erótica indi- ca, donde los participantes actúan para 'señaJar' sensa-
cada de un recorte de revista que enco ntré en un álbum . nes sexuales, se trata más bien de una manera de hacer
Y q ue recordaba al BajJey. Com o se ve, el traje de baño blar la im agen ; o s:ca, de hacerla cumplir funciones
de la bella modelo es la figura de un tigre q ue se confim- rbales, como mostrarse excitado(a) con la lengua afue-
de con el tronco de ella. El contraste entre el rostro sere- 0 furioso(a) ante el encuentro sádico y o tras postu1:5
no Y angc_lical d~ la m ttier se hace inquietante po r el m ejantcs. Total que la foto po rnográfica es, en esenc1a,
gesto salV3Jc del ttgrc, con unos oj os que coinciden con na foto hablada. O m ej or, h echa hablar. La foto porno
Jos P:chos de ella y una boca abierta y am enazante con 0 dej a mostrar lo visual y sólo hace hablar la im agen , la
colnu llos que parece salieran de su vientre, de su ombli- ena de paJabrería.
go. Esta foco in dica literalm ente, ya que, si som os since- ' A unque parezca inconcebible, en la mayor parte d e
ros, el tigre es una coa rtada p ara señalarla a ella*. las fotos de familia prima este correlato ya que lo que
, Se p~cdc decir q ue hay ind icación en las fotos del jan ver es, en especial, la pose, el rito, que corresponde
album siempre ~ue las circuust:incias de indicació n pri- a una serie de instrucciones sobre cómo mostrarse en la
men sobre lo VlSual; la captación espontánea sobre lo {0to1.'La fo to en la que prima la visualidad sería, en rigor,
convencional, o sea el r ito ceremo nioso. En la !Foto Nº 11na liberación de las exigencias de la pose, como si por
2?1se pu eden apreciar tres nii'íos de la región de M ede- un m om ento la vida captada por el fotógrafo se dejase
!1111 ~osanc.~o con el carriel (bolso) y el sombrero que sorprender sin p revio aviso. Si se observa la [Foto N º 28],
identi.fica, ' md ica', esa regió n de Colombia. Estos n iños donde se exhibe un m atrimonio en Bogotá, se p uede
~u~ imjtan a .los padres con sus atuendos de vestir, está,; apreciar que la convención ha~~ la foto: ~ novia e~ en-
mdicados como paisas (de Mcdellín) y ese es el mo tivo tregada literalm ente po r su fa nn lia, padre, tia y ma_ma ~ la
fotog ráfi co.
~ quierda. El esposo, a la derecha, mira ~n poco dis~ra1do
Y en el aspecto denominativo, nombrar lo visual 110 el panorama, hacia afu era del m arco, rrucntras 1~ rruradas
encuentro mejor ejem plo q ue el suministrado por o 'ean de la fanúlia de la novia se concentran en la camara. Se
M~cCanncll 1~~89] sobre la foto p ornogrMica. l uego de puede decir que esta foto es hecha más para la _posesión
scnalar la relac10 11 entre la evolución humana, Ja adquisi- de la familia de la novia que para la del noVlo, como
efectivam ente sucedió, pues la foto provien e del álbu m
* U n claro _ejemplo de creación indicaci\13 de un escenario, e~ de la mamá de la recién desposada .
aquel de Beatriz Sarlo cuando cx:imina las fotos de ca111p ~ d 1 De lo ya dicho podemos ded ucir que la foto~fia Y
·d .. ana e
pr~• cnre FuJimori Y1~. d~?b~ disfrazado de ka ra teen para " hacer sus álbumes pueden pasar tam bién por los tres ruveles
creer que no es un polfoco y s1 más bien.japonés [Sarlo, r995J. que h em os descrito. Y así el álbum puede aumentar o
Álbum de famllla
119
~18 reducir sus capacidades visuales . d. . tramos - por ejemplo desde la cama- , enseguida un
en el sentido que se d.. I ' m, Jcattvas o hablant,••, ón que pasa y que divisamos a través de la ventana y
IJO en e capitulo .
exam.jnemos los correlat . . _anterior. Ahou go, quizá, descubrir la luna en el fondo del improvisa-
ción . os como cnten os de focaliz~
escenario.
La focalización en la narrativa d . No obstante, el ojo de la cámara fotográfica, distinto
plica Serrano [1990] .. d es1gna, como nos ex natural (al cual simula hasta donde le sea posible), debe
ª pai tlr e Genett I d l ·,
Ilecha por el anunciad .
· ora un St!_Jeto qt , e, a e 1egacrnu graduado por nosotros mismos. Quien se proponga
observado r El ob d ie conoce Jamado r una fotografia para conseguir sobreponer con ni-
· serva o r con .J .
focaliza: de este modo el ., d10 cua gmer protagonistá, dez el objeto que se enfoca con su representación en el
narra o r expone • ,.
d e vista • E, · vanos punto~ 'sor de la cámara debe servirse del dispositivo de enfo-
. . xanunernos el ar im ,
foco fo tográfico. gt ento desde el mismo e de distancia, que suele ser un anillo cuya escala se
Todo obj eto que pretenda ser ., ·cia con cero metros y termina con el signo que indica
mara fotográfica tiene d. ~egistrado por 1a cá- nito. Incluso existen cámaras fotográficas muy send-
' una 1stanc1a f; J
nosidad medibles a b . oca Y una lumi- que marcan , ellas mismas, ciertos enfoques progresi-
m as con exactitud L · ,
o togr,16cas
fc ~rfi . no tienen , . as imagencs ' t~Jes como: distancia corta para retrato; distancia
· por que ser nítidas d 1
supe icie. El control (1e .1as zonas de · ·d en to a a edia par.i grupo y distancia larga o infinita para paisaje.
resaltar elementos esp .· 1 d . llltJ ez permite El enfoque fotográfico, entonces, es selectivo: según
ec1a es e la imagen .
<festacar el fotógrafo r ..
· · L<I ex1.stenCJa de fo d que .quiera
. . abra la lente se toman distintas impresiones de la ima:-
panos
J desenfcocados, seca .' Ia JUSt
. .fi .·,a os, o pruneros n, aún desde el mismo punto de vista, en este caso
meno conocido co11,10 l ·1' . , I 1cac1on para el fenó- uivalente al ángulo de visión. La poca profundidad de
a I us1on de p ti d.d I d
fotografias El p d. . ro .un a en las
< • roce umento más ·u po, que se consigue m ediante la gran abertura, hace
aconsejaría cualquier m ,,nua " 1 eLOtográfi
senc1- o, co1110
d' . nos ue solamente un elemento, el focalizado, aparezca níti-
a
1 r nrofi.111didad d cu, para 1sm11111ir do, mientras el resto del escenario queda borroso o de-
e campo se , T
grandes de la lente E , ra ~1t1 izar aberturas m;ís nfocado. Por ejemplo: puede enfocarse el detalle del
c. . • n este sentido una fi d
Locada pierde el detall ,
, e atm cuando co , , · gura
1 esen- primer plano, mientras el fondo permanece desdibujado;
el bu en enfoque exigid que el fot , , iscrva o general: o bien puede concen~rarse la atención en las distancias
to po r fotografiar con 1 1 ogra o cuadre el obje- medias o al fondo,' dejando borroso el primer plano. De
. a ente que una vez . d
d,istancia y luz' mostrara', 1a .unagen 't' 'tid • orgamza ( a las anteriores notas, que parecen hechas para una ense-
ca111ara. u a en y ante) la
ñanza técnica de la fotografia, nos servimos para plantear
¿Cómo funcionan nuestros · nuestras tesis. El foco fotográfico sigue ento nces los si-
_monos situados en el centro de uOJOSh na_tur~l-es? Figuré-
guientes pasos:
la calle a través de la ve t ,na ~b1fac1on, mirando
' n ana, segun la m,a d. I. Selecciona un obj¡eto.
cuando empezamos 1 . · gen que unos 2. Focaliza: esto es, hace corresponder el objeto con la
- e pn mer capítul d .
No podemos percibir e . . 1 . . o e este escnto. distancia y luz apropiadas, lo cual se reconoce por la niti-
, 00 1gua mudez y d .
multanea el marco d 1 e manera s1- ~z de la imagen en el visor de la cámara.
. que p ' ¡
smo .e a .ventana y ·las casas de en frente
, or e contrano deb · ' 3.Toma la fotografia: esto es, el acto pasional de opri-
ojos a las diversas distan . . , D em os II acomodando los mir el obturador. En lo que va de la primera selección,
uas. e este m od d
rar, primero las flores a co t di . . o po emos mi- aquella de la búsqueda del objeto, que se hace sin mediar
. r a stanc1a de do nde nos en-
Athurn Aa f-s-rll ... 1 ~ ,_,.non ,t., l:o fntol!Taffa
120 la cámara, simplemente or . 121
resentació n , el poder de "el Estado soy yo", se com-
na cosa, hasta la toma 'J' . que qmero fotografiar al~u
electiva en la que 'ha fc enta con "yo estoy aquí (representado) para el Esta-
grafía ', hay un importante recorrid . go un_a .o to ". La imagen cumple una funció n ideológica explícita
seleccioné como ob.eto se v J . , ?· La cosa efectiva qut por tanto, el escenario de su figuración es previamente
grafiada. Tal foto,..;!r. , o v,,o imagen, imagen foto
5 'dllª reune os caractere d J tudiado y calculado para la historia.
11am am os represcntac'o' E
' 1 n. n este m ome
s b.e_ o . que Cuando el gran pintor expresionista Francisco de
gen viven como uno 1 b. nto o ~eto-1ma oya y Lucientes, pinta -por lo demás tiene que pintar-
que el obieto en....... J so o y ,en puede argumentarse
J « d ª mundo de la I c. , la reina Maria Luisa (a la horrible M aría Luisa como lo
precisamente cuando se 1 . cu tura tOtografic~
1ace 1magen Se trata , onfiesa en su diario) oculta en sus dibujos y aguafuertes
d e 1 sust1ntivo· fcotografla smo . su · · ·, ya no so1o ígrafes o secretos reveladores. En uno de los caminos
fotograíia - ' . enunciacron visual: J.1
' , como transformac1ón de l J e la serie Los caprichos escribe el epígrafe: "Todos cae-
como huella de un real I o rea , pero también ' n". En él alude a todos los amantes de la reina. En otro
.las redes de los se11t1'd . ngrleso de la cosa, del objeto, a
· os cu turales y , · cribe: "Ya van desplumados", evocando las grotescas
relación de d bl , ' · as, rmsmo salta la
o e vra entre deseo y r ., nganzas que la propia M aría Luisa ideaba contra las
autores de tra r •, ti . cpresentac1o n, que
, e ,c,on re ud1ana como Castori d 1 .5 m as de quienes sentía celos; en La mala t1oc/1e, recuerda
pag.901 destacan. Pues si "en F d 1 • ª f1995, aventuras nocturnas de la soberana "que al decir de
ría foru1ada por el d rcu a representación se-
eseo, caso espe 'fi d 1 s enemigos y el pueblo, dejaba su palacio para irse de
ocurre a veces que es la re r ~1, ico e os sue110s, esta" 4 s. La relación del diario con el álbum se hace evi7
deseo. Se trata de ll.n" 1 P_ :sentac1on la q ue suscitc1 el
" re ac1on compl t ente, en especial por dos razones. Primero p orque el áJ-
representación e a entre deseo y
que no puede ser 1 um puede entenderse como diario donde se consignan
habitual" L fc · · pensac a con la lógica
. a oto q ue se toma expresa d ucesos de la vida privada con fotos y otras maneras de
grafía como papel reacci I un eseo, la foto- critura; segundo porqu e, como Goya con sus pinturas,
deseos por medio de to ~a, a io~ _como representación,
ces la foto no sól e as sus v1s1ones posibles. Enton- u escritura es 'intertextual', se dice o se muestra algo,
o represen ta, sino hace d pero en otro documento se aclara. Po r ejemplo en el ál-
áJb um es un juego de d f¡ . . esear. Y el bum se coloca una foto y encima o debaj o una nota
fi cstos. cseos am1Liares latentes y maní-
aclaratoria explicita11do la razón o el m otivo de tal foto-
grafia.
Con lo anterio r también pretendemos citar un caso
El dia1io 'I el álbum
en el que la censura, o mejor, lo censutado, se tornaría
Examinemos unos ejemp los en imá en . , . m ater ia de focalización visual, a pesar de seguir siendo
C uando los monarcas s h . g es p1cton cas. materia oculta. Goya mostraba a la reina en la forma 'or-
• e acen pm tar·c .
Luis x,v en F · , ' orno por CJemplo
rancia, aquel que dijo "el Estad ,, denada' por el monarca. pero el epígrafe la descodificaba
h ace entonces que otro 1 . o soy yo ,
pintor, a cargo del r '. e prn
l to~, cuente su historia. El
ey, pmta, o pinta· ha .
dad entre quien hace 1 . • · Y una compbci- 45. En I de Bcrgyes, Dibujos y grabados de Goya (S /f de publicación).
' 1
a 11stona y aqu I J . .
entre el rey y el arti·sta M :1 JI _e que o d1buJa: En este texto se recogen los epígrafes del pintor y se anexan comen-
• · ec a 011es y p111 t d arios que el mismo Goya escribió en rn diario, dejando ver cómo
do Luis x 1v se han estu ..J: d [M . uras el perío-
wa o arm 1985) , tales "pensamientos'' verbales ya son p;,,..rte de la construcción visual
d ose una relación • encontran-
. entre poder político y poder de de sus pinturas.
' .. 1a lmuen de la fotografía
122 e n su propia y subjetiva apreciación . Su cliario y otros La pose: visión post ergada 123
elem entos de análisis (como djjimos en la nota anterior) Si te nemos e n cue nta lo dicho anteriorme nte, bie n
sirvieron para dcscifur sus escenarios, que n o por casua- demos decir que cuando tomamos una fotografia hay
lidad se ,tdjctivaron com o 'goyescos'. La palabra como n triple ejercicio: inten cional- pasio nal-cultural. En el
adjetivo puede ser la continuació n de esta re Aexió n e n la fuerzo intencional se basca, se selecciona un objeto; e n
que no inte nta mos algo ilistinto a rastrear el origen de l ejercicio pasional, 'deseo el obje to', lo mfro, lo quie ro
las imágenes o la~ paJabras que la~ no mbr:m .46 Po r lo anT echo imagen, e ntonces oprimo el botón para ganar la
tc rio r bie n se pu ede concluir q ue la imagen goyesca co- age n fotografiada. El tercer supuesto, más de o rden
rresponde a una imagen satírica, d esdoblaJ a, burlona, fal , da cuenta del hecho de que vivimos dentro de
casi siempre representando explícitamcm e el do ble sen- na 'cultura fotográfica' y esto nos hace 'sabe rnos m ira-
tido. dos' (soy mirado po r la fotogra fia, decía Lacan) lo cual
Las pinturas y medallas orde nadas por Luis x,v, como fluye. primero e n la pose y luego, <ligam os, en el mis-
los dfüujos y pinturas ej ecutadas por C.oya, son imágenes mo fotógrafo (para nuestros efectos un eventual narra-
puestas en e cenarios mayore . La imagen sólo la capt,l- dor), quien en la construcción de su escenario dejará
mos e n su sentido ni.is dinámico, si l.1 comprcndemm introducir en su narr.:1ció n huellas pe rmanentes de mi-
como el c~cenario mismo e n el c ual la figura interactúa rón- mirado.
con varios motivos, inclusive con aquellos que 110 vemos La imagen producida, para volver a nuestros proble-
porque no fueron re presentados, y que desde :.i fu ern del mas conceptuales de su comunicaciún, ha implicado una
c uadro afectan y cond icio nan el paisaj e de la visión. E11 el eración focalizantc: se to mó e! detalle, se reconstruyó
escr11nrio .fvt11J!.r1/im hay n{(!1> q11e 11e1110s )' nJ.~c1 i1111isi/,fe que /o el plan o general de un paisaje, o cosas semejantes. De
romlid(l11a; todo es parte de su construcción, bie n mate- quier mane ra, lo q ue era o bjeto efectivo se volvió
rial. bien socia l. pero skmpre com o parte de un proceso. image n y ésta accede a la dimensió n (cultural) estética: el
rden de la forma, el gusto o el rechazo, el o rden de !a
46. En efü• punto d lecmr puede rons1derar, además del adjetivo
belleza. Pe ro esta fotografia original. p..1esta e n circ ula-
"~oyesco" que y;i es areprndo por las 111is1rn1.s an de111ias de la lengu.1. ción social e n la rotación entre anugos, en el periódico u
el concepto m ismo de imJgen cxprcs1011ista, cuyo naci1111ento for- otro m eclio, ex igirá nuevas operaciones escénicas. En ri-
mal l'II el arte moderno sude vi11cu l.i~. por h,storiadort.-s de ,m e. r, cada quien volverá a escenificarla, a producir mascara-
con el mismo Goya. Nos l.larna la :iten ción, en l,1s no t:is que cn1cmm das. Lo hará tan to con la razón y la objetivic:l.1d com o con
en el texto, el origen de tales pm tu ra.s de Goya. cuando en abierta
la pasión y sus propios deseos. Puede ser que el de talle
com rad1cció11 con ~u di~posición laboral a cargo del rey, p111c.iba co11
rnb1,1 y p:tsión (contra su voluntad podrfa decirse) obteniendo como
central del fotógrafo pase a un segundo plano en el ob-
resulu do una 11na!,'í."n J e gr.111 capacidad expresiva: expresionista. E~- servador, entonces éste le dará valor -o nitidez- a lo que
cos :ispecro~. dl' diferencias entre lo qul' se quiere y lo que se ejecutJ. la fotografia presentaba secundario -o bo rroso-. Jue~os
esa cootndiccióo psicológica, no es extraña a la creación. pues y,1 emocionantes de la vida do nde el hombre vuelve a rern-
psicoanaljstJs como A. Ehrenzwig han hablado de percepción pro- terpretar las máquinas, asi sea aquella de la fotografia, que
fund,1y superficial y pl"rsonalidades como E. Kri~ ~e rcfierc11 al reino
ao dejan de tener en el hombre su único 'encuadrado r'.
J de lo parológico"en d que el )'O (consc1cme) ab.mdona s 11 suprema-
' La fotografia será observada po r cada quien de una
cía·•. El mism o Freud habla de estados de ebriedad en los qut el
.tdulro vuelve a ser niño y rl'Cupern el "derecho a pas.,r por alto las .manera muy partic ular (con sus propios ojos), pero de
li111itaciones." uno u otro modo cada que se ve una fotografia se produ-
• · - · -.. - -t .. · - ,..... _._..,.
124
ce _una n~eva escenificación. En la fotografía la vida psi onscientemente en el cuidado y factura de su imagen y, 125

qu1ca esta presente, representada. Para evjdenciar lo ante- or tanto, es más consciente de las circunstancias y mo-
rior, piénsese en los experimentos que se han hecho etl entos en los que le es dado mostrarse y sobre la identi-
los estuc:lios fotográficos con cámaras ocultas: una perso- d de su destinatario: quién va a tener su in1agen. Sobre
na llega para que le tomen u11 retrato y cámaras ocuJtas te punto volveremos en el próximo capítulo dedicado
le disparan tomas por todas partes; cuando fina lmente los modos de posar del hombre y de la m ujer.
ésta se sitúa frente al fotógrafo para la foto, se transforma La cámara, como ya se dijo, lleva la marca del testigo
y asume una pose. En este mom ento prepara su imagen truso que muestra quizás más de lo que uno puede
para el futuro. Y es ésta la definición que propongo de emutir. Así, entonces, si lo que nos interesa es la cons-
pose: i111agi11arse el po.rnute e11 el.f11t1.1ro y para unos destinata- ucción del encuadre fotográfico para la captación de la
rios espec[ficos que aceptan s11 visió11 presente. O sea: se trata se, son necesarios los siguientes pasos:
de un acto de visión postergada. r. La pre-figuración, o circunstancias sociales desde
_ AJ respecto se dice que los niiíos son desprevenidos y que se preparó el escenario fotográfico.
frescos ante las cám.aras y que esta situación es evidente 2. El escenario dentro del cual se encuentra la figura
en sus álbumes. No obstante, a medida que crecen apren- unciada.
den a posar, y el gesto espontáneo se vuelve deliberado, 3. La figura focalizada.
esquemático: posan según la oc1sión y la ocasión es la Podremos advertir que aquello a lo que aludimos en
.ordenada por Jas circWJStancias sociales. Las circunstan- 1primer punto,Ja pre-figuración, no existe visualmente~
cias sociales condicionan el escenario de un m.odo 'pre- unque se puede deducir. La pintura no nos dice ni ex-
figura!', así no aparezcan explícitamente en la fotografía, resa 'el rey ordenó pintarlo', pero por otros documentos
por lo ~ual reforzamos lo dicho de que la foto posuda xtrapictóricos podemos comprender tal circunstancia
llena la imagen de paJabras. Dejar ver más la coovención orlo menos incluida en códigos secretos), lo cual seóa
qu~ la ~ondición visual de la imagen. Un psicólogo 1caso de los epígrafes señalados por Goya, y expiicados
fM1l gran, 1977] cuenta una experiencia en la que se fue o en sus dibujos, sino e11 su diario. O sea, será prefigu-
de paseo por una ciudad en compañía de sus alumnos ción visual en el álbum de fotografias todo lo dicho
armados todos de cámaras, y cada uno preguntaba a lo~ r e.l relatan te del álbum que no aparece en la imagen o,
transeúntes: "¿Me permite tomarle una fotografia?" El bién, lo que pueda deducir un analista visual de una
resultado de esa curiosa encuesta mostró que eJ 35% ele {oto pero que no está representado en la imagen, si bien
los solicitados aceptó la fotografia, mientras que el 6s% ~lica su presencia.
se negó rotundamente: se cubrían el rostro con las ma- Los puntos 2 y 3 sí están presentes visualmente: la
nos, fruncían el ceiio y se alejaban temerosamente. Toda imagen representada y la figura detallada forman el esce-
esa r!ca gestuaJicbd demostraba que hay una coreografia ario material y puede ser que prime la norninación, la
propia _de la cuJtura de la fotografia que tiene que ver indicación o el mismo acto visual para ser más bien una
con la imagen que cada quien admite mostrar. Las mu- imagen del arte, en cuyo caso vale lo dicho por Dufren-
j eres, en este juego de ser fotografiadas,- se mostraron ne L1977] en el sentido de que se trata de una escritura
mucho menos dispuestas que los hombres. Un:a investi- poética que no produce un discurso sino un encanta-
gación más amplia en esta dirección quizá nos enseñe mie~1LO, no enuncia una verdad sobre el arte sino que
que en nuestra vida de occidente la mujer se educa más "exorciza la presencia de Jo que el arte expresa y nos ex-
126
horta ~ ser por un momen to sensíbJes a la expresión, sectores y se llegó a utilizar música alegre, soore todo 127
Despues de Jo c uaJ re tornaremos a la operació n del sa- cheras mexicanas, y a tomar 'fotos polaroid', en el
ber" . La P?_eticidJd está en eJ paisaj e que se construye, me nto de llevar el cadáver a la sepultura, como ofren-
pero tam b1en en los sentidos c ulturales que se logran. para decir adiós. Tales fotos no muestran al muerto,
Por, lo_cual ~I trabajo teórico del encuadre fotográfico, no la fiesta de despedida, que anotamos como su verda-
en ultim as, tiene relación con aquello que per mite ver ra prefiguración.
una reglamentadón no sólo de la fotogra6a sin o de IJ En c uanto a la foto erótica, ésta no es, e n principio,
cultura. gurable en los álbumes de familia. En rigor, sólo en
La focalización corresponde, pues, al acto de mostrar ontadas excepciones Las encontramos y cuando se nos
pero tam bién es una operación de ocultamiento. El olvi- ostraro n fu e dentro de estrictas medidas de secre to,
do _d e Jo que no se muestra en el áJbum puede ~er acto om o para asegurarse de que no fu eran a ser descubiertas
de!J~~rado deJ fotógrafo, de la fami lia o de los códigos or el resto de la familia, tal c ual sería el caso de carteles
fa nuliares, pero también puede ser inconsciente. En to- fotos recortadas de mujeres belfas que se guardaban e n
dos los casos se trata de algo o alguien que no aparecerá os álbumes de hombres. O también se hallaron al-
e n la ~scena visu~I. Y no aparecer puede signifi car que nos casos de fotos e róticas de la pareja, colocadas de
e l~o- existe e n ocasiones con mayor fu e rza que lo que ex- nera sigilosa o a veces como coar tada de pareja, como
plie1tam entc se muestra. M ás adelante volveremos sobre verá e n el próximo capítulo en el tema de los oculta-
algun~s te mas, pero aquí, con el fin de ejemplificar lo en tos.
m encio nado, propongo dos criterios: e l primero, que por D e este modo, la reconstrucción de los sentidos, de lo
su naturaleza habla de la razó n misma de la foto como ue nos muestran las fotos del álbum de las famili as co-
p~sado, según se advirtió desde el prim er capitulo: el ca- mbianas, pasa por la búsqueda que anotamos en el
da ver. El segundo, según se entie nda la foto com o tema aparte anterior dt: lograr captar las prefiguraciones. De-
excl uido para la fa milia: lo erótico. Si bie n encontramos ducir las circunstancias sociales e imaginarias mediante
álbumes en los cuales e l cadáver aparece incluso precedi- cuales se construye una foto y se relaciona con otras
do de honores fa miliares, en el primer corte que hfrimos como h istoria de fa milia es, ni más ni m enos, iniciar su
de~d~ com ienzos ele sigJo hasta 1948, aquél desaparece roceso de interpretación. Debe resaltarse que el sentido
pract1ca me11te de los registros familiar es durante e l se- que buscamos no es el del fot6gmfo de familia, ni siquiera el de
gundo corte, el inte rm edio de los años sesenta y finales 1',Jamilia concreta, si110 el de la arq11eologfa del álbum.Lo cual
de lo~ setenta, y vuelve a .-1parecer en los ochenta, sobre nos remite a una comprensió n de los hechos socia.les se-
to<lo_ e n a lgu nas regiones como M edellin y en sectores gún varias categorizaciones de pun_tos de, vista ~ocia~es,
med10s y po puL1res de Bogotá. En los sectores popuhres que fue como construimos el estudio. E l álbum mscnbe
forma una tradición que se m ezcla con creencias sobre la su relato según los siguientes seis puntos de vista que he-
manera de despedir al m uerto de famjJia, dond e la foto 01os reconstruido: regional, histórico, de género, de clase,
es parte del ritual. Pero tambifo en los años ochenta en generac ional y te~ritorial. M iremos sus disposiciones, so-
a_lgu nas regio nes del país, el cadáver se hizo signo ost~n- bre la base d e estos dos c uadros que sinte tizan la expe-
s1vo, pues los sep elios llegaron a ser modos exhibicionis- rie ncia visual del álbum. En el primero, tal como vemos
ta~ de los llamados 'dineros caJientcs' (de fa droga). Así, la la foto del álbum, donde lo no visible corresponde a lo
rm sma manera de llorar la muerte se transfor mó para ta- que ten emos que descubr ir, las prefiguraciones; en el se-
Álbum de famllla
128 ~ indo, tal c ual q ueda dispuesto una vez que la foto y el
album pasan por el proceso de análisis visual al que lo so-
rnetem~s según los c riterios expuestos en este capít ulo y
La familia y sus relatos en fotografía
co~ve~t1mos en técnica de análisis, como se expone en el
apendice de m etodologías.

DIAGRAMAN° 9: La foto en A n
el álbum como la ve la.fa111ilía ~-'---''-----e::::::---L_-..,...:..:.::__.....L.:=-:..:;
, escenario

D1AGHAMA N° IO: El álb,1111


con fotos co1110 lo ded11rc la A B
1 prefigur.tción escenario
interpretací611
La imagen de nosotros mismos

Diría, sólo por referencia,' que desde la pre historia se


De esta manera se muestra la foto, p ero deducimos la encuentran ej emplos del hombre haciendo imágenes de
familia. EJ diagrama N º 9 corresponde a la foto como ) mismo y del mundo que lo rodea . Por tacto podría
p uede ser vista por fuera de todo análisis, como la ve lá decirse que la fotografia es apenas un eslabón más de la
1fosma familia inserta de modo no consciente dentro de adena que e mpezó con los pictogramas faciales en rocas
unas c reencias y va lores tanto sociales como históricos 0 paredes. La pintura e uropea del R en acimiento, dedi-
estéticos. E~ el _diagrama N º 10 ya ha actuado la visión y da a los retratos, siempre tuvo la limitación del restrín-
su lectu ra tecmca p.:ira no sól.o deducir las fotos como . o número de personas que podían favorecerse eón la
urudaJ sino todo e l conjunto de imágenes que de manda cia de ver su propia imagen representada. Es e n el
la condició n de álbum y que hace de 1a visión no sólo 'glo xvm cuando la creciente clase m edia demanda m é-
figura solitaria sino e ncadenada, pero también palabra os para preservar su semblanza, exigencia que enton-
que l;is c uenta. El objetivo final de este libro, que se con- ces era satisfech a por la llamada 'pintura de miruatura', e n
creta en el próximo capítulo, queda descifrado así: averi- la cual se dibujaba el rostro de las personas a menor pre-
guar p~r los modos como la familia construye unos ·o que la de tamaño natural: tales miniaturas se guar-
escen~no~ Y_ arc hivos visuales valiéndose de la fotografia ban o exhibían en cajitas y otros utensilios . que se
Y segun d1st1ntos p untos de vista famjJiares. D e est.1 m a- :hicieron famosos, sobre todo en Francia, por las formas
nera la foto se hace visualidad familiar . es donde se colocab a el retrato, y que son la primera
rma de álbum fa miliar. Empero de manera definitiva se
ede afirmar que sólo con la invención de la silueta vi-
. eron a satisfacerse las demandas de la nueva burguesía.
ste contorno pictórico logrado por trazo de la figura

Au......... ..,.,. , ... _ ,1, ...


130 técnica doméstica de archivo que va a permitir el cul- 131
~ue da la sombra m ediante una lámpara q ue proyecta la
imagen, en papel negro, se volvió muy popular en ('( . o de imágenes de uno mismo y sus parientes más cer-
siglo xvm. " El invento tomó el nombre de Etienne Sil- canos. En un conúenzo el álbum lo constituyen tan sólo
houette, francés, ministro de las finanzas, cuyas políticas unas hojas su eltas, si bien edi.ta.das para tal fin , que se
favorecieron el desarrollo de esta manera econó mica de guardaban en armarios y escritorios, pero poco después
p~o~ucir imágenes de rostros" [13rian Coc, 1976, pág. 12¡. de m ediados del siglo pasado ya hay noticia de álbumes
S1 bien tales siluetas eran relativamente baratas, cada una que ·se editan como cuadernillos ilustrados con lujosas
de ellas tenía que ser dibujada o cortada individuaJmen- rtadas en países com o Francia , AJem ania, Inglaterra e
te. De este modo producir copias tomaba largo tiempo y Italia. Para su comienzo oficial suele evocarse a lngJate-
por esto po dían salir más caras que el orig inal. Posterior- ra con la publicación del álbum de los Mayall con tarje-
m ente vino el segundo paso inventado ahora po r G ilJes de visita (tarjetas con fotos personales) por parte de la
Louis C hretien desde 1786. "En su aparato el perfil lo- ')ia real. En Colombia se tiene noticia de uso de ál-
grado por la lámpara se dirigía a un plato de vidrio, tra- um es desde las últimas décadas del siglo pasado por
zado po r un operador que usaba un punzón conectado arte de las clases altas. En su organización "podían em-
rnediante un sistema de niveles a tm pantógrafo, para pezar con imágenes de Bolívar o Santander seguidas por
gr~ba r cada copia e11 distinto p lato. El nuevo plato ter- residentes, altos dignatarios del Estado, personalidades
111.m ado con detalles agregados podía ser regado en tinta · portantes de las ciencias, las letras, el teatro; por último
c.m~~res_o cuantas veces se quisicra".Este aparato se coo- aricntes y amistades" [Luz Marina Vargas, 1992] . Existen
v1rt10 as1 ~n la yrimera máquina reproductora de copias gunas publicaciones en regiones nacio nales como Pas-
d~ una nusm a 1111agen sobre matcri:iles m ecánicos y quí- ◄1 y Santa Marta48 en las que recientem ente se han
n~cos, como luego lo haría la fotografia. C uaudo apare- editado algunas de las fotos más destacadas de tales
c10 la fotografia con su capacidad productora de ca lco 0 pocas, en contradas precisamente en álbumes familiares
indicativ~s de imágenes, dcsaparcciemn las máquinas que ue han sido publicados simulando el mismo álbum. En
la preced ieron y se inició lo 4uc podía ser la revolttriót1 de tPasto se registran fotógrafos activos establecidos desde
la im11_<!<'11 de 11110 111is1110, no sólo por el h echo visua l en sí, 1873, caso de "R am írez Fernández" y "R. Pérez e Hijo"
lo cual acarrea inmensos problemas epistemo lógicos, ,y sus fotos se guardaban desde entonces en álbumes fa-
parte de los cuales han inspjrado este estudio, sino por miliares. E l mismo fenó meno ocurrió en Bogotá, como
sus costos, que pronto se abarataron, satisfa ciendo así l.i muestra Eduardo Serrano en La historia de la Jotografla eti
necesidad de ensanchar los comercios para q ue los nue- Colombia, do nde se evidencia que en la capital de Co-
vos descubrimientos llega ran a todos los públicos. La fo- lombia la fotografia IJegó prácticam ente desde su origen,
tografüi comj enza, como es obvio, a ser usada por la clase
alta p ero l~ntamcnte se po pulariza, hasta el punto de que 47. Pasto II rr1111és de la fotogrtifla. (María C ristina Gálvcs. Carmen
hoy no CXJste clase social ni región del mundo donde la Perini y María Díaz y Patricia LÓndoño:1985), texto escrito para
fotografia no esté cumpliendo la misión de ser la rea liza- acompañar una exposición sobre el tema en 1985, con ocasión de los
~ora más creíble y cotidiana de la representación de la 448 ai'ios de la fundació n de la ciudad.
48. S1111111 M11rt11 a tm11és de lafotogrtifl11 (Edit.Jose Dávila:Jose Ge-
imagen de nuestro rostro, cuerpo y ademanes.
necco, Luis Bonilla y Zaritai Abcllo: 1993). Se trata de otro catálogo
Sin emb~rgo, es el álbum de fotografias, del cual ya que m ee parte del mismo plan de la institución patrocinadora de
hay memo n a a los pocos años de inventarse la fotogra6a, aecoger información fotográfica regionaJ en Colombia.
'
132
concentrándose, como en otras ciudades, en el retrato. la fotografía com o del mismo objeto-álbum. A las 133
Sin embargo, también se c ultivaron otros gén eros. Se sa- tintas ciudades colombianas, como a todo el mundo
be ~ue "el barón Jean Batiste Gross, diplomático, pü1to1 rbano, ha llegado el com ercio masivo de las fotos que
y pio ne ro de la daguerrotipia e n el país, produjo imáge- uede evidenciarse en el frenéti co comercio establecido
nes de paisajes naturales tales como eJ Salto de Tequcn- r Foto Japón (una cadena de tiendas de fotografia que
d;rnu y d e parajes urbanos de J3ogotá co mo la Plaza de cesa y vende masivamente productos fotográficos) a
San Victorino y la Calle del Observatorio, foto lograda tir de la década de los ochenta, c uando se estabJece en
en 1842, para convertirse tal vez en la más antigua ima- país y poco a poco va introducie ndo un estilo de co-
gen fotográfica que se conserva en Colom bia " fSerra- ercio internacional que le es propio y dentro del c ual
no, r989, pág. r6J. Lo m ismo puede decirse de Medellín, destaca un tamaño de las fotos mayoritario (9 x 12), al
com o lo c uenta u11 estudio al respecto, donde "cr~ 1848 al que una m edida del álbum y otros aspectos como
F: r~ín lsaza ab~i6 un estudio de daguerrotipo con pro- olor, revelado masivo y, en fin , un estilo estándar que
pos1tos comerciales, convirtié ndose así en el primer percute sobre los usuarios e n la forma de contar sus re-
naciona l en incursionar en este tipo d e actividad " [He- atos.
rrera, r989 j.
Los anteriores aspectos, relacionados con lo que en el
Pero ¿cómo se produce la representació n de nuestra ~pítulo u llamé la m ate rialidad del álbum y la fotografía ,
i,~~agen en el álbum de fami lia? Es evidente, con~o ya se n en contravía del llamado plus-expresivo, pero también
dtJO d esde el primer capítulo, que quien toma una foto 1
:t10n m odos de po nerse en forma.Así que junto alomen-
no puede poseer desde entonces una intención clard y cionado podemos habl:u de un menos-formato que pone
consciente de lo que busca con su accionar. Q uizá el fo- ,en c uestión la expresió n individual en bien de intereses
tógrafo no es más q ue un m edio pa ra fines excesivos, comerciales que van estandarizando la pose, al igual que
cualidad ésta que le convie ne a toda la visualidad en el formatos, las hojas por llenar y hasta los procesos qui-
sentido de que siempre excede, va más allá, o digamos en .cos y físicos de la fotografía. Como bie n sabemos, el
tér mi nos técnicos del signo: su significante es siempre un elado, que puede inter venfr para resaltar u ocultar el
p/11s de lo que se propone.Y a(111 más. Ese p/11s expresivo se oficio (otográfico, se torna en este caso de una sola me-
patenta en todo su vigo r cuando hablamos de un obj eto ' da, lo m.ismo que las d istancias y los focos estandariza-
receptor de una colección de fotografias, com o es el caso idos impuestos por las cámaras que se vende n p ara los
del álbum, en cuanto no se puede ver una foto indivi- turistas en Foto Japón o tiendas similares; además, ya no
d.uaJ, a costa de perde r su valor icónico. con independcn- ttquiere semanas ni días la conclusión del proceso, pues
crn de las o tras que lo componen. Lo c ual quiere decir ,basta una ho.ra o pocos minutos para que se le entregue
que tratándose del álbum de fotografías siempre un;i foto al cliente su foto revelada.
se relaciona tanto con la anterior com o con la poste rio r
Y toda~ en co,~,.rnto revelan tanto un sentido literario
como visual que e:\.'Íge la comprensión del coajunto an- Fotos antiguas y nuevas
tes que de la fracción de uno de sus ele mentos. D e ahí En la presente investigación se ubican tres fases e n la
que, com o ya se anotó, un álbum puede legítimamente historia del álbum famifür colombiano, las cuales corres-
relacionarse con un libro o una novcJa. No obstante, ponden a mo mentos marcados, ya sea por el desarrollo
toda esa va loración lite raria riñe con la industria tanto de una técnica e n la misma fotogra6a, o por circunstan-
Álbum ,1,. funm~
134
cias del país ~ue acarrean un cambio de mentalidad que s por Heinrich von Stefan pero puesta en circulación 135

genera otro t:Jpo de representaciones visuales. Confio en 869 por el gobierno de Austria, aparecen ya en este
que esos tres grandes períodos, por distintas razones y o 'fotos de estudio' que hacían que los clientes asu-
con algunas adecuaciones, correspondan a los mismos e,ran poses altamente convencionales pues todavía se
períodos e.n la historia de la pose fotográfica en otras na: bían desplazar hasta el taller del fotógrafo y por tanto
ciones occidentales. Para el caso de nuestro estudio he- arreglos y formalidades se tornaban de primer orden.
mos decidido hablar de tres momentos. Tal división se te período tendrá algunas características visuales de la
logró examinando las características visuales e históricas ueva técnica de la fotografía, relacionadas con ciertas
d_e 1~, muestra de álbumes. Concordaría así con la apre- 'rcunstancias sociales y c ulturales del país. Los años que
c1ac1on que hacen historiadores nacionales en el sentido mprende este primer momento son numerosos, pero
de la existencia de esos momentos de ruptura4?. Te'n dría- o lo justificamos por dos razones: en primer lugar por-
mos entonces: ue se trataba de una técnica nueva y los efectos en las
Período r111tig1w: desde el nacimiento de la fotografía en es sociales sólo fueron dándose muy lentamente
Colombia hasta el asesinato del líder político Jorge Elié- uando los sectores medios criollos accedieron a estos
cer Gaitán en 1948, circumtancia que cambió radical- ienes de consumo y en segundo lugar porque, al estu-
~ent~ Ja vida del país, hasta el punto de que algunos los álbumes no se encontraron rupturas que pudie-
h1stonadores conside1·an ese hecho n e urálgico · como ran indicarnos un periodo anterior significativo distinto
base de la endémica violencia colombiana que perdura del 48, bajo las circut'lstancias ya mencionadas. La fi-
hasta nuestros clias. En lo internacional, aJ contrario, co- .gura central en este período son los abuelos, como c~n-
rresponde al inicio del período de posguerra mundial. ¡ecuencia de una severa autoridad paterna y un sentido
~ste período nos va a m ostrar un retr::ito antiguo caracte- :vertical de la familia que va desde los antepasados a las
rizado por un tiempo largo de e>..-posición, ejecutado en euevas generaciones, donde la familia se agrupaba en la
la mayoría de los casos por fotógrafos profesionales. La to alred~dor de los más viejos y sabios.
difusión social del retrato comienza con el !Jamado " re- Perfodo intermedio: comprendido eutre finales de los
tr~to- t~rjeta de visita" desarrollado por Audré Adolphe años cuarenta y finales de los setenta, pues el asesinato de
D~sde~1 (Francia, 1854) ... que en Colombia apareció sólo Gaitán ocasiona cambios profundos en la arquitectura, la
seis anos d espués, siendo los m ás solicitados Demetrio moda y la política colombianas. El centro de Bogotá fue
Paredes y Jul.io Racines [Vargas, 1992] de quienes hay prácticamente destruido como consecuencia de los in-
muestras en algunas fotografias que reproducimos en cendios y enfrent.amien.tos bélicos entre la muchedum-
este libro. Luego de la llamada "Foto Postal" ideada en bre enfurecida por el asesinato de su lid~r y la fuerza
pública aJ asumir que tal crimen provenía de la ~l~se po-
49, AJ respecro el Libro de Germán Colmenares Co1111e11ci011es ro 11 - lítica que veía en él a un enemigo para su estab1hdad en
lra I~ w/111r,1 (1988) hace un anáJisis concordante con 11uestro punto el poder. Gaitán, con ideas socialistas y de origen mes-
de vista. Algunas colecciones fotograficas publicadas reacientemente tizo, contrastaba con los ideales europeístas de la clase
permiten ver las fotos del 48 en Bogotá. S11queo de una í/11s;611 ( 1997, dirigente en franco proceso de identificación con un
Ed. Numero) fotos inéditas de Sady González cuando asesinaron a
Gaitá.n en r948 YRostros plm1ctarios de AJexander Honory, Engelbert
'afrancesamiento' de la cultura.
Theurct~bucher, y otros sobre B ogotá en 1997 esta comparación es
Este período lo extiendo, para la historia del álbum,
de por s1 una enseñanza sobre poses de dos periodos. hasta el final de los años setenta, cuando los costos de la
J..11••• _ ....... ~--'"-
136 fotografia disminuyen debido a su uso masivo y con ello tos para efectos de ganar un puesto en el íntimo álbum 137

aumen ta la posibilidad de ser utilizada por las clases me- famiJi a. Este período lo relaciono con el cine y co-
dias e incluso las populares. En lo social se considera un pondería a lo que Fredric Jameson [19911 llama 'el
período de distensio nanúento y en lo económico se omento del sonido'50, criterio q ue me pernúte ubicar
puede habJar de un proceso de industrialización de las dicho de Colombia en una mayor dimensión interna-
ciudades colombianas, sobre todo M edellín, Bogotá, ·onal.
Barranquilla, Cali y Bucaramanga. Estamos ea los años Periodo 1111evo: de los años ochenta en adelante. En éste
setenta lo que implica los hippies, el nudismo, el fervor producen transformaciones importantes en la técnica,
por la ?atura leza , denuncias a las guerras, ideales de paz y ma y archivo de las fotos familiares por la inven ción y
armoma, lecturas de filósofos emancipadores, todo lo ropagació n del V1deo y por la definitiva popularizació n
cual lleva a o tra gestualidad en el cuerpo y a otra manera -de las maquinitas portátiles y sencillas, hasta el extremo
de construir la pose en fotografia. En estos años la foto se de que el aparato fotográfico desaparece para much os y
relacio na con nuevos mo tivos, ::iparece t::imbién Ja foto a :el mismo roJlo se vende con cámara incluida, lo mal co-
color, que da más alegría y optimismo a los posantes y. en incide con profundos cambios en la mentalidad social
general, la autoridad paterna cede al embate de las nue- Estamos en los años g ue algunos críticos llaman de
vas confrontaciones entre los sexos lo que se traduce en posmodernidad , v ieja modernidad, capitalismo tar~ío o
la aparició n con fuerza inusual de la mujer en el álbum. bremodernidad, para indicar el cruce de tecnologias, el
Si en el anterio r período se Vlvió tma pose sobre todo rivilegio de lo eiectrónico sobre lo mecánico, la pre-
afra ncesada, por todo lo que empezó a representar Fran- tencia del computado r en los nuevos mo dos de archivo y
c!a para Colombia d urante ese período de independen- producció n de imágenes, la hibridación de todo, de los
cia cultural de España , ahora en los setenta encontramos aexos, de la cuJtura local y transnacional, los reclamos por
dos poses con orígenes sociales y culn1 rales d iversos: en respeto a las etnias y La defensa de las tercerías, el seguí-
la clase media-alta y alta la influencia estado unidense, ·ente de una nueva dimensió n de la feminidad y muy
co_n toda la simbolo~fa-gringa de fi esta, muriecos y ale- especialmente la proyección de familias pequeñas com-
g ria en la presentación, mientras en las clases medias y puestas tan sólo po r dos o muchas veces un solo hijo, lo
po pu lares se da más bien la pose mexicana, conocida mismo que el aparecimiento significativo de lo que se-
como charra , debido sobre todo a la inAuencia de las dan las familias extendidas, indicando con ello aquellos
películas de ese país, de las cuales estos sectores sociales grupos, no sólo conexos sino alternativos, que confor-
han sido obedientes y constantes espectadores en todo cJ man familias que no comparten sanguíneamente los
continente. D iría, de o tro lado, qu e la figura sobresa lien- núsmos padres. Pero también estamos en el momento de
te en la construcción fotográfica son los padres, por lo la globalización del contercio y la econonúa que lleva al
general j óvenes (menores de 35 años), quienes se reúnen aumento del 'consumo sin patria', es decir, de p roductos
con sus hijos am istosamente entre o tras cosas a hacer fo-
tog~as de fa'.niJia, un. tanto más abiertas, con la partici-
50. Fredric Jameson Pt1s111odemis111: Or tl,e Cultural Lo,fliC of l..Ate
pacro n de a1111gos y no sólo de la famiüa sanguínea. Se
Capitalism (1991.pág. 69). Según este autor,el cine pasa por eres gran-
trata de un ensanchamiento de lo que propongo llamar des momentos: "The first the silent period (...) second the sound
la.fi1111ilia cone:,ca: personas no unidas por lazos sanguíneos period, then coming as the dominace o f M ass-culturnl (and
pero que po r razones de amistad o trabaj o se asemejan a commercial) ...", como sería el video.
139
138 multinacionales y rnulticulturales, con lo que se estabJe- Los nuevos protagonismos femeninos y de la juven-
ce una profunda relación entre consumo y ser ciudada- d y la pérdida de sentido unitario del relato, más el
no, como lo destaca Garcfa Canclini ( r995J al examinar onsumismo de imágenes, van a ser captados en los álbu-
el consumo como "nuevo modo de ser ciudadanos". En es con serias transformaciones tanto en el formato
~l campo audiovisual m e gusta señalar como un punto orno en su sentido social. Por el lado del álbum y su di-
mteresante de referencia el magnífico video-comercial eño se puede constatar que aquel viejo álbum presen ~
con e! cual Apple introduce Macintos/1 en r984 , el cual, o en fo rma de libro, con hojas duras y elegante portada ,
ademas de ser considerado en la lústoria de los comer- d esaparece en muchas ocasiones como objeto de colec-
ciales como uno de los de más brillante factura técnica ción, en favor de aquel frágil, barato y de consumo que
es el primer? ~ue_ rehúye decir algún sentido en su argu~ obsequian las mismas e1npresas comerciales, linútado a
~1~~to pubhc1tan o y se dedica a mostrar imágenes que ser hojas soporte donde se ponen las fotos de un rollo
m1c1almen_te exaltan cierto autoritarismo, representado revelado en 4 o 5 páginas de plástico, sin portada distinta
en un nazi proyectado en una pantalla de un cuarto de al anuncio comercial de la firma que lo regala. En su sen-
cine, en el que irrumpe una mujer con una antorcha tido socia.1, de la misma manera, se percibe el desapareci-
libert:ria en .la mano que es lanzada contra esta figura, nnento lento de la familia, que coincide con la pérdida
estallando le en e.l rostro. La televisión ante la cual habla- de fervor por el áJbum o con el aparecinúento del álbum
ba .la figura militar en el cine se apaga y aparece allí la de consumo. Es inquietante ver desaparecer de las repre-
sola referencia a los computado res Macintosh que nacen sentaciones de la foto de familia no sólo los abuelos, sino
con esta pregunta: "¿ Volverá a ser 1984 lo nJismo Ju ego los padres mismos y en su lugar erigirse la fi gura heroica
~e M acintosh?" La resp uesta, hoy lo sabemos, es no. La del hijo o hija con sus distintas proezas, cotidianas desde
mtroducció'.1 de Macintosh a la electrónica, representado su nacimiento, y aún esta figura fulgurante tampoco se
p~r una muJer (protagonista de la escena) y afirmando eJ muestra con integridad en su cuerpo o en sus acciones,
mismo comercial una pérdida de sentido en los discursos sino en sus mo mentos; así, se hace un álbum para cuando
del entretenimiento audiovisual, se anticipa a aquelJo de cumple un año, o se colocan varias fotos con trozos de su
1~ ~,ue luego v~mos a ser testigos en el cine y en la tele- cuerpo, como una huella de pie, los dientes, su trasero, un
v1s1on, conver?d?s por momentos en 11ideo-games, como mechó n de pelo o las uñas recién cortadas. Como ya se
lo muestra la ultuna tendencia de Hollywood en filmes dijo, el nuevo reinado d el infante aparece simultánea-
como Misió11 imp<'sible o TI11ister5', inclinaciones que tam- mente con el surgimie nto del registro en vide? que
bién llegan a Ja fotografía. · tiende a veces al video-gan,e y así el álbum vive hoy su
más severa crisis, pues se ha quedado sin sitio y sin técni-
St. Dos _de las más exitosas películas del verano de 1996 en los
ca de archivo, lo cual evidencia su incapacidad de ade-
E~rad~s Unido~, pues ambas rompieron los récords de raquiJJa en la cuación a las nuevas exigencias sociales.
historia de la cmemarogn1fia con.el máximo de boletas vendidas en Si uno piensa precisamente en las fünciones visuales
una .serna na. Se trata en todo caso de una tendencia a una pérdida de de una imagen', en cuanto a que cumpla más o m enos
sentido Y no son casos aisl~dos, ya que este fenómeno ~s facil de con la tarea de hacer de lo visual el mensaj e en sí, se pue-
rastrear
. en la últiu1a producción de cine de H oll"'vood ,. . E n M w1111
.. · ,
de proponer una distribución que va desde una máxima
""Pfüi/Jlc su ~recur:sor oo es canto la s~rie conocida, sino, como lo
d~5caca ~1~1 ~rnc~ili~ta: "... arejame.< 13<1111{ t1ll(f sud, Steve11 Spíelberg proge11y
visualidad en los niños de ahora, a un mínimo en las
1
a5 Ja111s . fo11e (fLm 30-96.) abuelas de los cincuenta. En una imagen puede ocurrir
j
140 que importe más el gesto, como que la abuela tome en intermedios años ·setenta, como p uede verse e n la 141
su canco al nieto, más que la expresión de uno u otro. Foco N º 33], que muestra a la familia Osuna de Bogotá,
Pero esto que podría parecer obvio se torna un tanto os niños ya ej ercen predominio de primer plano sobre
más diciente si agregamos una regla que proponemos, a la abuela y sobre el papá, foto que empieza a ser muy
saber así: mando se reduce fa visibilidnd aumenta fa pose y, 11/ ual y e n la cual Jos infantes se van robando la visión de
ro11tmrio, el a11111e11tc1 de la visibilidad viene ro11 fo opri611 de b cámara, evidenciando, propiedades adversativas, es de-
1111n "'ª>'º' rapacidad estética. No afirmo que en el rtiño de cir, que rivalizan y reemplazan e n importancia a la abue-
', los ochenta no haya pose, sino que su espo ntaneidad Ja; en la [Foto N º 341 d e 1968 en M edellín, la familia
'
empieza a hacer parte de una nueva gramática del mos- Álvarez Salazar rodea a los padres, todos sonriendo en
trarse, que tie ne más que ver con eJ hallazgo de cie rtos fila bajo cierta actitud de camaradería propia del mo-
gestos que aparecen mientras se experimenta con las po- mento. La otra, del perí.odo nuevo [Foto N º 35] de la fa-
sibilidades expresivas de los inquietos y nuevos artistas de milia Oíaz, pe rtenecie n te al sector medio, ya exhibe la
la._ familia. Igual se puede advertir que ese nuevo prota- bnguidez de su tamaño y en ella posan los padres con sus
gonismo va parejo con una nueva fumifü1 nuclear m ás tres hijos m ientras dan un paseo por la ciudad. Y en la si-
peque ña y con Ja posihilidad de tener cada familia su guiente, también actwtl, [Foto N º 36], las niñas Laura y
propia cámara, así sea bastante limitada en c uanto a lo H eather M oline posan ante la cámara, una para mostrar
djcho anteriormente de l ' m enos-formato' . que sus dientes han empezado a caerse y la otra para lo
Exantine mos las sigu ientes fotos y podrán apreciarse contrario, pues sus die ntes nuevos se exhibe n en su son-
algunas de las anotac io nes. En la !Foto N º 29J de la fami- risa, según nos lo explicaron sus propias madres.Aquí te-
lia Alcántara e n Bogotá, tomada e n el año 19 15,se puede nemos la aclamación visual, que se evidenc ia más en la
ver la auto ridad de la ahuela q ue aparece scnt,da con los (Foto N º 37] de una bclbé bogotana, M ó nica Rueda, a la
hijos de pie y la nieta tomada po r ella. E l hecho de estar que se le prepara todo el escenario para señalarla como
sentado significó en e l período antiguo una relación de 6nico motivo; o en la ífoto N º 38] de la misma ciudad,
autoridad, como puede verse en la [Foto N º 30¡ de la en la c ual al más pequeño de la familia Franco se le con-
misma Bogotá de los años diez cuando e l cura de una de cede la gracia de estar sentado. Se llega, entonces, al uso
las veredas se sienta orondo rodeado por otras autorida- de planos, primerísimos planos, para magnificar la
des militares, mje ntras el pueblo permanece de pie, y en centralidad y enc uadre individual del infante, como pue-
la (Foto N " 3 1J de la familia Cárdenas Acosta, donde se .de verse en la sigu iente [Foto N º 39] en la que una niña
ubica de m anera estricta en el centro a la madre rodeada la clase alta de M edellin, familia González, se exhibe
de todos sus hijos c uras, mientras sus !tijas la acompañan ,en todo su poder de cercanía: la técnica de encuadre en
a su lado, también sentadas. Si seguimos mirando las an- primerísimo plano aJ servicio de la exaltación visual del
tiguas vamos a e ncontrar e n la fFoto N º 32] de los a ri os hijo.Al respecto puede consultarse e l b.istograma " Planos
c uarenta e n M cdcllin. pe rte neciente a una colección en la fotografia" para constatar el aumento del uso de los
privada , que el esquema visual se mantiene: los abuelos primeros planos en el periodo actual , en especial para
están sentados, sus ocho hijos de pie, al lado derecho se engrandecer las propiedades gestuales de los hijos, dejan-
encuentra e l hijo casado con su esposa y sus únicos dos do al descubie tto las refaciones entre sociedad, técnica y
11jetos vestidos de blanco, rodeando aJ abuelo. Poto más "-.-enología, p ero también señalando el .narciso posm.o-
bien de capacidad de mostrativa. Pe ro más adelante, en .derno en la figura ostentosa deJ h eredero.
142 143
, En dos fotos de la fam ilia D e Andreis/Abello/Fer• cual se invita a varios actores famosos del cine mexica-
nandez de Santa Marta se puede apreciar la evolución dr ' como Jorge N egrete y Pedro Infan te, a cantar en ~~s
la pose familiar en el mismo grupo de familia. La prime enarios colombianos. La [Foto N º 47], de la fanulia
ra, de 1934, [Foto N º 40], cuando eran apenas los Abello/ neo muestra un injerto de pose camp esina y mexica-
' ,
Andreis. E n ésta se descubre al centro la figura de los en un sector rural colombiano.Las fotos contempora-
abuel~:• rod~ados hacia arriba por los de la segunda gc- as evidencian ahora una estilística más consumista, con
nei:a,c1on, u~1cados de pie, y abajo, los de la tercera gene- ro predominio de la iconografia estadounidense, del
rac1on de ruetos, sentados en el piso. Descendientes de · fraz y 'disneyficación'. Si se observa la lFoto N º 48~ de
esa famil ia se reunieron en 1995, ahora como familia familia Tavera Castillo en su viaje a los Estados Unidos
Abello/Fernán dez, para producir la [Fo to Nº 4 c] en fa ara visitar a su hjja, el R ey León de la casa Disn ey los
~ual el esquema de autor idad pierde rigidez pues los ni- ompaña; o en [Foto N º 49) se puede ver en otro álbum
~os comparten desenfadados el primer plano, sentados M edellín una imagen de Disney muy familiar para
lite;al_mente sobre los abuelos o p r imeras generaciones. 0 el mundo·, en la celebración del cumpleaños de la
El u111co que está~sentado de la generació n de los padres, "ña Tatiana González, lo mjsmo que de la niña Judith
segunda, es el seno r a la derecha, pero tiene la majestad enas [Foto N º 50] en Bogotá. En la [Foto N º 51] se ve
de ser. uno de los fotógrafos de la fami lia, lo cual puede a otra niña colg.índose de su cuello la figura del Rudo/pi,
dedu: irse p~r la cámara que lo acompa1ia. La IFoto Nº e R ed-Nosed Rei11deer. Y en la [Foto N º 521 eJ lector
42J ~olo q 111ero presentarla com o una panorámica cx- puede ver la 'típica' pose gringa de esceoario_preparado:
ce? cJOnal de la misma fami lia, de más de dosc-ientos en este caso Lina Tavera se muestra com o s1 fuera una
nuem bros, re unidos en honor a su longevidad . chica bailar ina de Can-Can .
Para se1ialar la matriz francesa. g ringa o charra de los Sin duda las fotos de los últimos a11os evolucionan
períodos ubicados puede verse la !Fo to N º 43] de los es- bajo la m ecánica de la industria y del turismo, con to da
posos Mo l~no en 1938, caminando con su elegante vesti- la carga impositiva que ello trae. Si bien se trata ~e una
me~ta, traJe _oscuro, el sombrero de ella impo rtado de tendencia globalizante en el sentido de uso de bienes e
Pans Y ~I de el de Londres, p o r las calles de Bogo tá cuan- imágenes que traspasan las fronteras nacionales, d e otro
do apenas estaban cumpliendo los 19 y 2, años de edad. lado también se puede decir que hay allí un ex:tremo de
Esta foto podría ser la misma si el escenario fu era una secularización y que la iconografia religiosa se cambia
c~e frances~. En el mismo período el Sr. C arrito, [Foto por los muñecos de Disney o de la industria del entrete-
N 44), camina po r .las mismas calles de Bogotá con una nimiento. No deja de ser asombroso comparar fotos
ruana, dando una sensació n más local, si bien ambas fotos como la fFoto N º 53] en Ja que la niña es entregada a ~a
cor~es;ondcn a las clases altas de la ciudad. Del mismo potestad de la virgen , imagen reforzada por la presencia
pcnoao, fechada en 1934, se puede ver la [Foto N º 45J en de una un hermana cristiana, con la [Foto N º 54] en la
l,1 cw1l s~ evidencia la costumbre francesa de fa 'esquela' 0 que Luz Acero, proveniente del secto~ po_p.ular, presenta a
.·pr n~am1cnto con el cual se adornaban las fotos; en ésta la sus hijos a merced de las nuevas reliquias: la esposa de
rerrutcntc, doña Graciela Zambrano, le expresa su amor a Mickey M o use y su amigo conejo, ambos de la casa
un c:balle_ro de la capital. L1 fFoto Nº 46] evid encia en Disney. Si uno compara estas fotos con aquella en la cual
l~~ anos ~m cuenta la presencia de lo ch arro, la admira- b niña se cuelga de su cuello el R11dolpl1 se p odría pensar
c1oa continental por la música mexicana. Es la época en que antes, c-n otro contexto religioso, ella podría llevar el

, a familia v s us relatos en fotografla


144 dueto de la unión entre descenilientes de españoles y 145
escapulario de un santo cristiano en lugar de un muñeco
gringo. En ese sentido también vale 1a pena anotar el ele- gunas etnias indígenas, en especial la chibcha, aunque
vado número de ocasiones en que encontramos que las mbién hace parte del ancestro bogotano, en pequeñas
familias pequeñas reemplazan a los hermanos por muñe- porciones, la raza blanca proveniente de otras co-
cos, los cuales vienen adquiriendo propiedades cada vez nidades europeas, como italianos y judíos también
más humanas, como puede verse en la (Foto Nº 55], en escendientes de otros pueblos indígenas y de afroco-
la que la señora Castro-Zambrano, quien acaba de tener ombianos; Medellin, capital industrial de Colombia y
su segDndo hijo, le da un muñequito a su hija mayor para blada en especial por personas de raza· caucásica de
que ésta le dé tetero, como si se tratara de otro bebé. La igen vasco, comunidades judías y españolas y etnias
industria de la humanización de los muñecos toma estizas nacionales, además de contar con la presencia
caminos insospechados y ya es muy famoso en todo el e afroamericanos provenientes de la costa pacífica co-
mundo el sello de las "Barbies"; muñecas que lloran, lombiana; y Santa Marta, ciudad que elegimos en el
ríen, hablan, a las q ue también se les cambia de pañal y cstuilio como representante de la costa atlántica colom-
últin1amente hasta pueden quedar embarazadas. En Esta- biana, con una conformación racial de base en su mayo-
dos Unidos, según estadísticas reveladas5' por los fabri- ría afroamericana, pero con significativas presencias de
cantes, el 100% de Jas niñas de hoy han tenido aJ menos jas clases medias y altas de origen italiano, árabe y turco,
una Barbie, mientras que en Francia e.l promedio llega al ue han engrosado tales. sectores, provenientes de varias
92%. Las ventas en los dos últimos añ.o s superan los mil Jnigraciones en este siglo y el pasado; y la última región
millones de muñecas, lo que lo convierte en la mmieca colombiana que estudiamos no se encuentra ubicada
más vendida en la historia de la juguetería humaniza~te. dentro el país sino en Estados Urúdos, p ues se trata de
colo.mbianos que residen en Nueva York y que por su
amplio número, más de medio millón, y por presentar
Puntos de vista familiares
nuevos estilos en su representación, han sido selecciona-
Con el fin de explicar cómo se asu111ieron para el es- dos también como parte del estudio, en cuanto factor
tudjo las fotos del álbum de familia es necesario destacar quizá de síntesis de algunas de las hipótesis que presenta
la dimensió n técnica que le otorgamos al 'punto de vis- este libro. En 'punto de vista generacional' me refiero a
ta' . En este caso se reun:ieron"puntos de vista históricos, quienes narran el álbmn y en este caso también son, ~a
so~iales, regionales, sexuales, generacionales y territoria- mayoría de las veces, tres las generaciones que se consi-
J~s. En 'pun~o de vista hütórico' se trataron de ubicar pe- deran: se llama pri_rnera a la de los abuelos, segunda a la
nodos de ti.empo y por tanto las fotos se clasificaron de los padres y tercera a la de los hijos; todas respecto a el
según los tres momentos mencionados anteriormente. o la relatan te. En 'punto de vista sexual' me refiero lo na-
En 'punto d e vista social' se habla de tres clases también , rrado o relatado por mujeres u hombres, lo cual pesa en
la alta [Al, la media [B] y la popular [C]; en pLmto de vis- los modos de construir y contar las narraciones, pero de
ta regional se trataron cuatro regiones colombianas: Bo- la misma manera a los modos de mostrarse el hombre y
gotá, capital de país y con etnias de mayoría mestiza, la mujer en la pose fotográfica. Por último, el 'punto de
vista territorial' , con lo cual quiero decir que las narra-
52. lnfonnación contenida en la revista Time (junio de 1997) re- ciones, ocasionalmente, se pueden hacer desde una valo-
velada por la cadena Caracol de Colombia. , ,ación territorial o afectiva del narrador, como la de
- .,_ f
146 sólo un problema, digamos temporal, sino espacial Y 147
desta_car u na profesión, grado, oficio, deporte O un tipo
de ntual que acerca ocasionalmente a unos posantes, gu:rado. D e la misma manera aparece en escen~ un pro-
c?mo cuando la foto se hace para que en ella queden rc- ema factual y psicológico en cuanto que, segun la per-
g,1strados l?s compañeros del colegio o de un equipo de na desde donde se narre, se asume una perspectiva que
futboJ o crrcunstancias similares. be ser revelada por quienes se dediquen a estudiar los
Los anteriores p untos de v ista, que pueden englobar- untos de vista y la manen como se narra una historia.
/ se como hacedores y mecüadores de una cultura, signifi- Para efectos del estudio se entiende como 'narrador
ca(:!) q ue el encuadre, manera como se produce el sentido álbum' a la misma familia y por tanto se trata de un
de la fot? tal como se advirtió en el capítulo u , se hace ador colectivo que recibe el legado visual del fotó-
des~fe allí y_po r tanto su significación parJ el análisis varia o que hizo (enunció/encuadró) la fotografía, así sea
segun las circunstan cias. E ra mi intención encontrar di- r encargo, y en este caso externo a la familia, o c~mo
feren_cias entre los modos como se representa una cerc- ·embro familiar. Para el caso ya no importa el origen
mo,nia en las cuatro regiones o entre los sexos O entre un Jino la valoración de cómo entró a ser historia del ál-
periodo Y otro y así sucesivamente, m ezclando los distin- bum. A pesar de ser la familia el narrador colectivo, en
tos puntos de vista enumerados. Pero además de esos iones el álbum adquiere un narrador en primera
pun_tos de vista cu lturales destaco otro que es más bien rsona cuando quien lo arm a deja este reconocimiento
d~ tipo gr~matical, a p,~rtir del cual m e interesó averiguar expreso mediante la escritura personal d~ pie~ de f?tos _u
como se dispone el obJeto narrado. O como se diio en e1 otros artificios que lo identifican: pero aun as1 la histona
. , ~
pnmer capitulo, cómo se construye el o tro en Ja fotogra- ligue siendo de familia. Si el álbum era de sólo una ~~r-
6a familiar. sona, n o lo incluimos en el estudio por no ser fan~ar.
. Estudi~sos mo?ernos de Ja nar ratología suelen refe- De otro lado se ha distinguido' narrador' de 'relator'. Este
rirse a ent1dade~ ~Irt~iales para enfrentar el dificil prohJe- último, la persona de la familia que cuenta la histori~ del
n~a _de J~ narrac1o n literaria. D espués de Genette, puede álbum y por tanto su función es más bien constnur en
cüstrngu1rse entre Ja narración, el relato y la historia. En palabras una historia que ya está contada_ en ~otografias.
l:i narració n se di~tingue un tipo de autor que es virtual Muchas veces el relato coincide con la h1stona, pero no
pues_ lo que diga y quiera decir el narrador exced e lo siempre es así pues existen pormenores de la narración
quendo Y propuesto por el autor materi<!l , digamos el que no están. registrados en las fotos_'! son nove~osos en
autor en persona de uu cuento o novela. De ahí que su las palabras.de quien lo relata.Tamb1en debe decirse que
fi gura nos sea de utilidad para acercarnos a un problema no siempre se relata de la misma manera, pues como
que es más de intencionalidad social que de intenciones toda fabula, admite muchas e infinitas reinterpretaciones.
de ~ers?,nas ~ fotógrafosr En la historia y el relato la or- De la misma manera el relatante puede variar y el relato
garnzac1on del tema narrado se diferencia de ·un hecho un día puede ser contado por una persona de la familia Y
cronológico. Así, la historia no tiene que coincidir con el otro por alguien distinto. . .
relato donde se produce eJ espacio ficcionaJ del narrador. Narrar en primera persona en una foto qw ere decir
El relato, por parte deJ narrador, puede ser contado se- que el ·enunciador explicitado (en este caso el posante
gún tres puntos de vista en la enunciación del cüscurso al
ordena fotógrafo delegado) se compromete como ac-
gu_e pueden entenderse como entidades gramaticales; tor presente o ausente, y deben encontrarse marcas de
,prunera, segunda y tercera persona. Por ello se expresa ese reconocinúento. Corresponde a la primera persona
148 de!egar p~ra que se le tom e una foto y así el 'yo' quede ·gnifica que lo fotografiado adquiere fuerza expresiva 149

all1 m ate~1almente. También se narra eñ primera persona ,r sí mismo, pero como materia delegada por un 'yo'.

c uando sm estar presencialmente, 'estoy' porque se dio la Ocurre como un desprendimiento del e nunciador a lo
toma con tal emotividad que cualquiera sea el objeto de enunciado..,1E n la [Foto N º 57) los nirios Gómez apare-
iate~és fo tografiado, se puede reconocer su autor- prota- cen hacie~do su primera comunión en los intermedios
~omsta (que actúa 'enuncifodose') o porque aún no años cinc uenta. Son fo tografiados por sus padres para
sie ndo su autor ha dejado su presencia como ente repre- mostrar su estado de gracia y no hay duda de que ello se
sent~?º que se puede deducir. Es el caso de aquella foto logra: .los padres muestran a sus hijos como quien señala
fanuliar en la que el hijo le to ma una foto a su m adre a un tú.. En la foto e n segunda persona se produce una
con tal fu erza expresiva o conve ncional de hijo, que se diferencia entre el que produce la foto y el fotografiado,
puede deducir que en taJ imagen no domina la madre na distancia separa al enunciador de lo enunciado.
c uanto el hijo que la está mostrando, de tal suerte que el c urre aquí com o si los c hicos no tuvieran vida propia
problema e nunciativo se da sobre dos p lanos: sobre aquel y posaran para cumplir con un mandato de narración.
del n~rrado r mümo, la familia y el fotógrafo que la Pero también se produce, por ello mismo, su verdadera
Y,
e nunc~a, sobre ~I objeto representado, el posante, como figuración central. Están encuadrados por la familia en
e n~nc1ac1on realizada. Y en ambas situacio nes pueden uno de los ritos más importantes de l cristianjsmo.
registrarse las marcas de reconocimiento pe rsonal Pue- En un estudio que clirigí sobre etnografia visual en
do decir que las fotos en primera persona se producen Colombia, realizado por Guillermo Santos, uno de sus
muy especialmente e n el período antiguo, cuando el capítulos se preocupa por los modos enunciativos de
posante daba instrucciones y pagaba para ser representa- captación de l objeto indígena registrado por los estudio-
do e n la forma elegida, como puede verse en el caballero sos colo mbianos, y muestra que de roo fotos estudiadas
de apellido Durán , fFoto N º 561 en su estudiada manera sólo 12 son narradas en segunda persona, 21 de las res-
de aparecer, regiamente vestido, con su sombrero apa- tantes lo son en pr imera y la gran mayoóa, 67, en tercera
rentemente dejado al descuido en la parte derecha. Todo persona. Para Santos [1994] esto quiere decir que los
en esta foto muestra al be llo personaje calcuJado p ara ser etnógrafos visuales colombianos c ue ntan, relatan, h a-
visto en el futuro. ciendo desaparecer el sujeto enunciado. El e nunciado:c, el •
En segunda persona se incluye o se destaca el tú.Esta- fotógrafo-etnógrafo, se esconde, pretende adoptar una
mos ante un caso en e l cual aquel objeto que m ereció la distanc ia hasta desaparecer para crear la ilusión de objeti-
to ma cobra efectivamente posición central, no sólo en vidad en lo que muestra, como si nadie estuviera afü pre-
c uanto al encuadre entendido como argumento de com- senciando la escena, "El etnógrafo no hace parte del
posició n del paisaje, sino con un sentido más analítico. mundo que observa" . R enato Rosaldo [1991] dice,
Esto es, qu e no se trata sólo del paisaje q ue se vuelve vis- refiriéndose al et11ógrafo tradicional, que después de re-
ta para quien observa 1a foto, sino de Ja pre-elaboración copilar los 'datos' este etnógrafo solitario regresa a casa y
del mismo paisaj e. [a selecció n de un lugar, de una situa- · escribe una ' historia verdadera de la cultura'. " Ya fuera
ció~, de unas cosas y de unos individuos, compromete el que odiara, respetara, tolerara, favoreciera o se enamorara
sentJdo de lo dicho en la foto. Prioriz ar el tú , entonces, es de 'su nativo', el etnógrafo solitario era, sin más, cómpli-
~ mismo tiempo u na valoración de l paisaje en e l c uaJ se ce de la dominación colonial de su época" . La mascarada
mserta. D e esta manera la narració n de la foto en tú de .inocencia esconde su papel ideológico de perpetuar
150
el control colonial de los pueblos .
manuscritos y e n est y lugares d1stantes. Sm tales pueden apreciarse en el histograma "Total regio- 151
' e caso sus fot
presa globa l de su misi , . ·1· os, son p arte de la em es: sexo del relatante". En Santa Marta füeron contados
La narració n d:iscuri~a c;; ::adora occidental. excepc ió n por mujeres y en M edellín, área e n la c ual
cir, pues, que pr ima el p . . brcera persona quiere de- rticiparon más hombres, éstos sólo lo hicieron en un
. ais;ue so re los s ·
o, si se prefiere, los suict h ºb• UJetos expuestos %. Si relacionamos estos datos con el gráfico" Posició n
• • 'J os ex , idos se n1
pa1s,ue natural o exóf Y: . uestran como e quie n llenó el álbum" encontramos que se re fü erza el
ª,
pero lo m:ismo suced~c;~n v1~11os la ~o~o e tnográfica, sentido femenino de los álbumes. En Bogotá, por ejem-
álbum es menos p . . ~ o to fa1111lia. r. La foto de lo, éstas contribuyen así: [A) la madre en un 38,5% y la
. . . a1sa1e y mas p ers 1 .
pa1sa1e c uando se l o na • p e ro se torna Ua mayor en un 15,4%; la esposa e n un 7,7%, la hij a
r. . e restan a sus pos . .
a,ect1vas para en su luo-: l antes propiedades menor 7,7% y la ún:ica hija en 7,7%. Si se suman tene-
' l'<l r co oca 1 · ·,
com1,n en la foto f:a1111·1·- ' 1 r a vmon de l rito. Es mos que e n más del 86% de los casos el álbum es Uenado
l clr que 'lS pe d
y quede el rito atestigu d • rsonas esaparezcan por la mttjer, por tanto m enos del J 5% le correspo nde. al
• an o su esfun . d· .
sual. N o quie re dec· , 1cl a presenc1a vi- padre, un hermano u o tro varón de la familia. C ité la an-
ir que no estcn en 1. fc .
aparecen sin cspccial"s . a o to, sino que terio r región sólo para mostrar algo que ocurre e n todas
. ., . ... marcas personal 1
mclus1o n mdica n1a's 1. l b . es, por o que su las clases y en las tres regiones an alizadas. La mujer es,
. J1en a o ed,e .
preftiada por los juegos actor<1les n c1a a -l~na ceremonia pues, la encar gada de lle nar la m emoria visual. Es uno de
e l foco de atencio'11 . O tamb,e n ocurre que sus oficios hogareños o afectivos, pues no e ncontramos,
se reparte ent .
to nces la fig ura posante •· re v~n os mo tivos y en- ni siquie ra en hogares donde la madre trabaja o pe rtene-
no coora la d11 .,
como en los casos ante rior. . . 11ens10 11 de única, ce a algún sector intelectual o social, excepcio nes que
58 / de la fa n .,- M es. S, examuiam os la [Foto N º ame riten pensar que se rompe esta fu erte tradición. Qui-
.. . 11 'ª
h1Ja y nieta se repa rten 1
o nroy e n Bogotá
. , e' vem os que lllam;Í, zá es lógico, si se tiene en c ue nta que la mujer es la dele-
a atenc1o n co I fi
a1to, la virgen que s,·rv d n a ,g ura e n lo gada para ocuparse de la vida privada hogareña, y que se
' e e marco d
presentació n De , t Y e enc uadre a su encarga, además, en concordancia con lo que hace al ál-
. es a mane ra se 1 1
santes, las tres muie res . 1 ogra 1accr de las po- bum, de los asuntos estéticos y privados, como los ador-
.
1a virgen, 'J , a go secundario fi
a quien se Je d l ' ' rente a 1a c uarta, nos, los olo res, la comjda y todo lo que tiene q ue ver con
virgen enc uadra a las p a e poder de convocac ió n: la la imagen de las ' puertas hacia adentro de la casa', y aun-
• L osantes y ha . d 1
un sunp.le paisaje. ce e as tres muje res que se notan algun os cambios sociales, en Colo mbia no
han sido suficien tes como para dar otra proyección esta-
dística. H acer el álbum, tarea de las m ujeres, contrasta
Relatos y voces de mujeres
con q uie n toma las fotos donde, e n este caso, según los
Los álbumes de fotografi datos fi nales, es el ho mbre quien lo hace en el 66 % de
d os y contados po r las m . rns son po r lo aJ
d ' gener ' arma- los casos, lo cual muestra un predominio masculino, pero
l!Jeres e la casasJ Los g u-. .· urJSntos no po r mucho ti.empo ni e n todas las clases, pues la ten-
dencia en los sectores medios y altos es q ue la mujer
53- En los histogram as regionales "S .
compro bar q ue e n Dogot:í J • exo de los relatantes" pude
res en los siguientes por;ce, ~ _111t!}c res relataron las historias familia-
rr•J 11,,!)es: e n la da IAJ · mujeres relataron en la (AJ w 1 100%; en.la [BJ un roo% y en la ICJ
L'- ' e n un 53,84% y e n la (CJ 'se e n un 9.2,3%: e n la
e n un 85 75º/ E 11 S un roo%. E n M cdellfo, las mujeres relataron así: en la [Al un 8o%;en
· ' ro. anta Mana las
Álbum d~ familia la [B] un So% y e n la LCl un 80%.

La familia y sus relatos en fotograffa


152 153
también se encargue de tomar las fotos, sobre todo fa~ de abstracción y donde se focalizaba sencillamente un
que tienen que ver con los hijos y la famil ia. En vari,11 bjeto sin pretensión de querer decir algo distinto; la
ocasiones se nos informó que las m adres O hijas mayorc~ poética', en la cual las fotos se hacían sugeren;es ~ em-
toman _las fotos de la fami lia y de los paseos o viajes fucr, 1 Uecían alguna forma; la •rrónica', donde l~~~ bien se
de la cmdad, pero en los asuntos no precisamente fami. fectuaba una burla o se quería mostrar paradoJ1cam ente
liares, son los hombres de la casa quienes se ocupan de 0
distinto a lo mostrado; la 'obscena', en la que se re-
este oficio. laba un gesto impúdico y 'otras', donde cabía cual-
_ Lo .anterior quiere decir con claridad que el género uier otro tipo no considerado. Si se observa el cuadro
mterv1ene en la construcción del álbum familiar. El ál. tulado " Total regiones: narración fotográfica", se puede
bu~1 tiene_ la calidad de un relato sexuado que predispone comprobar que en un 90% las fotos y sus narraciones son
a _cierto hpo de fotos y de poses. Para el caso, Lucy realistas. C uando indagué sobre el origen sexual d:las
Ingaray [1985] sostiene que hablar se hace desde el sexo fotos irónicas O poéticas, como desviació n de las realistas,
Y por tanto deben buscarse marcas de enunciación en pude comprobar que casi la totalidad ~e las ve~es eran
c~da escritura. Por su parte ]. Flower- M acCannell (199 1, hechas también por h ombres. Esto me 1mp~1lsana a fo:-
pag 41 fonn ul_a la pregunta:"¿CuáJ es el vaJor de la 1mtjer mular la hipótesis de que el relato de muJeres todav1a
en la m odermdad luego del patriarcaJism o?", que la con- tiende a una especial conformació n realista. D e esta ma-
duce a ~tra mayor: ''¿Cuál es el ego privilegiado e□ la nera la mujer continúa captando el mo mento c_oncreto
m~den~dad, privilegiado por modelar un superego cuya de una acción, como su hijo cuando cumple a~os º. su
eX1stenc1a se exti ende? Mj respuesta es: el hermano" hija cuando se casa, pero se le escapan otros motwos m -
Í r991, p~g_- 4J. El hermano podría ser la figura, digamos esperados O poco se i~teresa po~ resal~ar la forma o los
emhlemattca, dentro de la pérdida de poder del hombre ambientes, circunstancias que senan mas frecuentes en el
com o instancia o rdenadora, vertical, para ceder más bien, hombre, históricam ente con mayor disposición_para hac-
en la representación visual de la familia, hacia lo conexo cer abstracciones. No parece asombrosa la antenor cons-
(amigos de la familia), o a lo extendido (famiJias alterna- tatació n . Si uno examina la historia de la pintura, la
tivas y no necesariam ente sa nguíneas) . La m arca sexua] literatura u otras artes y oficios puede llegar a conclu-
del ~uerpo y la pérdida de autoridad masculina pueden siones semejantes. En la historia de la pintut:1 moderna
seguirse en los relatos fotográficos como alusión a la abstracta, cubista o surrealista no hubo muJeres de _la
marca sexual desde donde se muestra Ja vida. proyección de los hombres bien conocidos. _El cambio
. En el aparte de los formularios técnicos de registro de estilo y la vuelta a uno y otro ismo ~e P1~asso o las
VISuaJ ,donde averiguamos po r el tipo de narración que proclamas de Bretón en el surrealis_mo liter~no, o tam -
se hacia con las fotos, dimos a nuestros analistasH cinco bién las iroiúas de un Goya o la funa expresiva del con-
opciones para que dentro de ellas tabularan su Jectura de temporáneo inglés Bacon, no tienen sinúlares en las
l?s álbumes estudiados: la 'realista', que consistía en un mujeres todavía. Pero también ~ cierto _que en as,mt?s
tlpo de foto, de encuadre y de narració n con un núnimo de vida in terior familiar la muJer ha sido vanguardia.
Cuando el presente estudio estaba por llegar a su final se
publicó el l.ibro Building Sex [Betsk:y: 1995] el cual, al
54- Se trata de t1na apreciación técnica de personas preparadas
para hacer cierto anátisis de im~genes. Véase anexo sobre rnetodo- analizar la arquitectura en el mundo moderno, ~ega a
l~a. _ conclusiones sem ejantes a las que propongo, pues su au-
Album de famllla La familia y sus relatos en fotografla
154 Y en esto el álbum ha ,sido otra de las tácticas de la mujer 155
tor insiste en que la casa, sus estructuras, sus coJunmas,
sus exteriores, ha sido hecha, casi siempre, por el hombre, para hacer del otro, de la familia, su silencios~ conquista
como m?do de vivir deprimido o a veces <_>presivo, pero ·entras pasa el tiempo. El álbum es de la muJer como su
sus mtenores son habitados por las mltjeres, quienes la . Es la manera de traer el exterior (las ceremonias, los
hacen agradable e íntima. No es extraño, entonces, que aseos, las fiestas, los viajes, el trabajo) a los límites de la
el reparto de espacios sea liderado por las mujeres cuan- sa, pero sin duda para desmaterializado como espacio
d? se as~gnan los usos de las casas, como lugar para fa hacer de la experiencia más bien una instalación tem-
vida social, para la cocina o la sexualidad. Es posible que ral, pues la foto aparece como de otra parte, sin lugar.
eJ uso de los espacios hogareños pase por la distinción más bien, evoca un lugar, pero imaginado.
e:ta?lecida por Michel de Certaud entre estrategias y No obstante, la interacción de las mujeres no para aJlí,
tact1cas, cuando llama "estrategia al cálculo que se hace pues el álbum es también contado de viva voz por ellas.
P?sibl~ cuando un sujeto de voluntad y poder (un pro- Recordamos q ue en la evolución de las artes se presenta
ptetano, una ciudad, una institución científica) puede jln cambio de lo háptico, lo corpóreo como la escultura,

aislar el ambiente. La estrategia asume un lugar que pue- a lo óptico, como la pintura u otra forma visual. Frente al
de ser circunscrito co mo propio pero que sirve de hase -1bum debe agregarse otra cualidad: el álbum está hecho
para gc~erar un exterior distinto (sobre competidores, para ser contado y por tanto hablado. Se trata de imáge-
ad;ers~no~.' client~s)". De otro Jado la táctica responde nes para escuchar y si la mujer lo arma, también lo cuen-
mas bien a un calculo que no puede contarse como ca. La diferencia entre el órgano del oído y el de la vista
propi? (espacial, institucional). No hay una frontera que ya la advirtió Derrida en su distinción entre continui~ad
constituya una to talidad visible. El' lugar de la táctica co- y discontinuidad55 • De cualquier manera, con _el 01do
rresponde al otro" (pág. 36). De esta manera mientras la uno oye y no puede no oír, mientras con la vista uno
estrategia se hace en un espacio al que confronta , la tácti- puede, si quiere, cerrar automáticamente los ojos, como
ca por sí misma insinúa otro espacio, el del otro precisa- lo hace cuando es víctima de una imagen aterradora o
mente. Y entonces en la estrategia se vislumbra un una pesadilla. Así, el oído está más presente, es continuo,
triunfo del espacio sobre el tiempo, cuando, si se admite mientras la vista es distinta pues puede interrumpirse, si-
gue la táctica no tiene espacio, su práctica depende del tuación que se puede ejemplificar viendo una película
tiempo.Así.se podría sugerir que,en lo concerniente a la en ]a cual uno cierra los ojos, pero sigue oyendo. Así, se-
casa y su reparto, el hombre, de modo estratégico, la ha ria más identificable lo que oímos que lo que vemos y así
ocupado tradicionalmente como el espacio desde donde mismo mayor complejidad ofrece analizar una obra vi-
arma sus exterioridades, del trabajo, de producció n, de sual, una pintura o una foto, que una composición musi-
sus amigos y enemigos; mientras la mujer se ha quedado cal, lo cual disfrutamos mientras se va interpretando. Y
con la táctica, y ha hecho de la casa un tiempo de aco- aquí de nuevo se puede decir que mediante esta cu~~ad
modación. Ella habita en cada lugar para consolidar sus táctica del álbum, la visión, lo espacial, queda cond1c10-
esperanzas, su futuro.Y si llevamos 1a distinción al álbum nado a la historia, a la literatura, a la táctica del tiempo
se hace más patética, pues aunque éste parezca una suce-
sión, de muchos espacios por donde se ha movido la fa-
milia desde incluso antes del nacimiento, en realida.d, en 55. Derrida (1-995) seminario de primavera de 1995 en la U1úver-
'su verdad' más profunda, el álbum es el paso del tiempo. Jidad de California, lrvine:" Queslicms tJJ Responsnbility".

Álbum de familia La familia y sus relatos en fotografía


156 nta Marta, al foto-estudio en Medellín y al salón en 157
Conta~ el álbum por las mujeres deparó varias sorpre-
sas al eqmpo de investigación, pues allí mismo pudimos ogotá. Si bien la foto por lo general es tomada por los
observar diferencias regionales. Mientras en Medellín las ombres, los escenarios, al contrario, son elegidos la ma-
mttieres tendieron a ser cordiales y afables al ofrecer sus óa de las veces por la mujer. De tal suerte que estos lu-
álbumes dando comida a los analistas y riéndose de cad~ es se vuelven de importancia femenina. Llama la
uno de los pasajes que narraban, en Bogotá las personas tención que los· escenarios que salieron en la proyec-
~:ron más formales y tornar copias de su álbum requi- ión estadística correspondían a lugares interiores, m ás
no, por lo general, autorización de su esposo o padre. En que exteriores de la casa. Sólo en Santa Marta aparece
Santa Marta_ hubo más autonomía femenina, por lo ge- con significación el patio, por lo cual se puede prever
neral las muJeres tomaban las decisiones sobre qué hacer que los lugares identificados a La casa siguen siendo los
con las fotos. Ea NuevaYork, a pesar de Ja dificultad en la elegidos por el álbum colombiano y ello supone una
dispo nibilidad de tiempo de las familias, se pudo notar evidente intervención femenina.
un predominio de las mt1jeres en contar y armar las
historias, si bien 1a participación masculina es más con-
Los protagonistas de las fotografías
sistente, debido, no tanto al hecho de vivir en Estados
Unidos, donde existe un mayor nivel de igualdad entre
los sexos, sino a que las fotos representan la~legitimación Mascaradas familiares
de su pasado, de su origen para las nuevas generaciones y El árbol de familia en el álbum se identifica así: ascien-
a que, com o se verá, la foto es, en ocasiones, la única de (hacia los padres y abuelos), desciende (hacia hljos y
constatación de varios de sus fa miJjares perdidos en la nietos), extiende (hacia hermanos y tíos), ce-extiende
migración. (hacia fa milias no sanguíneas) y se amplía (hacia amigos
O tros dos cuadros cierran el panorama femenino del y relacionados). En los nuevos álbumes aparece la familia
álbum. En primer lugar, el maquillaje o decoración al que coextendida y ampliada, pues los antiguos y m edios se
se someten distintas fotos. Si se observa el histograma caracterizan por la familia nuclear. ¿De dónde proviene
"Total regiones: maquillaje" se puede comprobar que la la familia de las regiones estudiadas? En Medellin llama
práctica más común de toda intervención (para utilizar la atención que el origen regional del padre y de la ma-
~a mis ~1a palabra de los movimientos actuaJes de arte que dre en la clase [A] en un 90% es del mismo departamento
mte~1enen ohjetos o espac ios) sobre la fotogra fia la de Antioquia, como lo p ude constatar en el histograma
constituyen el corte o "tijeretazo" y esta práctica está vin- " O r igen padre y madre"5('; en la [B] el 90% en el padre y
cula~a con actos pasionales contra seres amados que se 100% en la madre y en la (C] el 100% tanto en el padre
han ido o las han abando nado, como ;¡cto sacrificial. Se como en la madre. Contrasta con Santa Marta, no en la
encontraro n muy pocos casos en que el hombre cortara clase [A), cuyos ascendientes provienen en un 90% de los
las fotos, por lo que se puede considerar en especia] una departamentos costeños, pero sí con la [B) , donde se
práctica femenina. Los 'pies de fotos', se dan sobre todo muestra que el origen del padre sí es de la misma ciudad,
en Bogotá y Nueva York, y el pegado con esquineras
para lucir mej o r su presentación se loca]Jzó en Medellín. 56. Algunos histogramas que reproduzco dentro del texto, como
En el hütograma "Tota.l regiones: escenarios" puede ver- d presente, no los incluyo en el anexo N" 2 sobre proyecciones
se q ue el principal escenario corresponde a la sala en l:Stadísticas. · · •

Album de familia La famltla y sus relatos en fotografla


158
pero también de dcpar~~-
, ....,,.entos como Ano· .
yaca, y con la fCJ e 1 . . oquia y B o o será la que abre el relato, la última la que lo cierra y 159
o re ac1ones stmil
departam ento del H ·¡ E , ares, agregando el 1amos central a una foto, no por estar en el m edio,
más m ezcladas pero pUJ· a. n Rogota fas fa milias están o por ser la m ás representativa para el o la relatante57 •
· nma tm'1 co · ·,
ciudades de l cenero d 1 , • mpos1c1on de zonas o í, en las tres clases de Bogotá se notan diferencias im-
Doyacá, ToUma y Santeanpda1s,Tc codmo los de partamentos
er. o o ello · d .
d,· rtantes sobre su construcción actoral. En la [Al apare-
J
e e presentación en la d ' ' b . , m Jea una form,1 n un 30% de humanos y un 70% de animales; en la [B]
1stn uc,on f¡ ili
e n la pose como vere , am ar y sobre todo % de humanos y 62% de an.imales y en la [C] 50% para
r. . . ' mos mas acfe la t L
,anlllia tienden a ser cerrado n e. os grupos de a una de las categorías objetuales. D e ahí se despren-
nuclear, pero con ·, n1 . s, compuestos por la familia ría que las personas se focalizarian más en cuanto se
· portantes exc ·
aparecen en las fotos de Jos 'lb , epc1o~~s. ¿Quiénes sciende en la escala social. Ello contrasta con Santa
lombia? Segu' n ¡ h '
e 1stograma "F T
ª umes fam,1,ares e n Co- arta donde e n la íCJ el 80% de actantes se focalizan en
en el álbum" se deduce el . ' . amJ ,ares que aparecen rsonas; la [B] el 70% lo dedican también a personas y
los hijos, abuelos pad ,s1gt11ente orden de frecuen cia: la [Al e l 90%. Y si comparamos con Medellín tene-
. ' res, 1ern1anos y tí S
teJar con el de "C .. , os. e puede co- os que la [CJ es proporciona] en un 50% entre los dos
h ..ljos .,' en el cual se
ompos1cmn distint
d ta
d ·
. , a a pa res, abuelos e actantes; iguales proporc iones se encuentran en la fB],
es can en mas o .
mero, los tíos mate rno me nos ig ual 11ú- mie ntras la [Al da un 70% para humanos. De lo anterior
' s Ypaternos L ·
nos y luego las he rm . e siguen los herma- uno puede in ferir la importancia de los animales en las
. anas y al final ¡ .
aspecto nos sorprendió l . os amigos. En este fotos de familia. C laro que con diversas caracte rísticas y
paternos pues es co , . a presenc ia colateral de los tíos valoraciones.
mun que los h ..
dan más a la familia d I IJOS en Colombia ticn- Santa Marta se destaca como la ciudad que más mues-
. e a madre. H em os 1 .
nar este registro y .1 • vue to a exa nu- tra personas y Bogotá, excepto la clase [Cl, como la que
, puum1os aprecia r
p enodo antiguo como ' l que tanto en el menos se ocupa <le humanos. La re lación de las familias
. · en e nuevo es ·
en el intcro1edio s proporcional, pero con los animales es muy importante. Sobra poner de re-
· e nota pred0 11111110 · ·
teral materna. de la fami lia cola- lieve e l trabajo sociológico que se puede proyectar según
los animales que se prefieran y, claro, el uso y el -sentido
los animales preferirlos
Otro aspec t o para examma . , •
que se ha de11om · d I r en 1os a/humes sería lo 57. En la visita de nuestro analista a la fami lia que puso el álbum
iua o os 'a ta '
a consideración de esta investigación, se le pidió al relatante (quien
t,1ntcs como actores . d e ntes . H ablamos de ac-
focografrada y que ptq1eude esem,peñan roles en la famifü nos contaba la historia), que escogier,1 la foto central, que no era la
) , en ser 1uma . de la mitad, sino, antes bien, la que creyera más significativa en la
,ogo1a se puede dec· nos o anunales. En memoria fai11.ifür. A ésta se agregó la primera y la l'.1ltima del mismo
' ir que en las tr ¡
ron difl·rcncias que p d . . es c ases se encontra- álbum, según su colocación fisica, y de esa manera cream os un mini-
A :" Ac t<mtcs. humanos ue en apreciarse e J h ·
,.~· 1 . .º os istogramas relaco, que sobrepusimos a la historia principal, todo el álbum.En el
.. , ..,,101a es e 1namn d " p . trabajo estadístico rrnbajamos las dos historias paralelas, aquella de
vcst,gar este
. fc110' n1e no se separa . 1a os . ara in-
c.
relato - que de110111· ron tres iotos claves del todo el álbum y la que sobrepusimos según la decisión del relatante
mamos con · · con el analista; ello nos ayudó a comprender mejor la reconstrucción
cual se contó con ¡.. . . 10 mm1-relatos-, para lo
" particrpació d 1 • ~ de la memoria consignada en el álbum y valo rada por fuera de él
tes ayudados por nuestc; li n e _os nusmos relatan- según la elección de la foto centr.tl. Esta fue una de las estrategias
, os ana stas visuales · La p r11ue . ra
"lbum de famllia
para el esnrdio pragn,ático de la fotografía.

La familia y sus relatos en fotografla


160
que se dé a ellos para ampliarnos a sugerencias pragmá- 1gato, que goza de tan buena reputación como anim al 161
ticas. Esto tambié n puede ser a plkado a las regiones e in- doméstico. La vaca y el conejo, como los peces, aparecen
cluso a las generaciones. Se puede ver que en Bogot-á las en sus justas proporciones, p ero vale la pena destacar que
nuevas gen eraciones tie nden a aparecer más con los pe- en varias listas se nota la presencia de animales 'recupera-
rros, p or ej emplo, mientras las personas mayores se iden- dos', com o la !Jam a, que más bien se relacionan con na-
tifican más con el caballo; esto aJ m en os en c uanto a los ciones vecinas, com o Perú y Bo livia . Q uizá se deba a que
anjmales que prefieren para exhibir en las fotos. en Jos últimos afios se importan estos animales para los
V.1le la pe na examinar el c uadro. A: " Actantes anima- parques infantiles, lugar donde se toman fotos-recuerdos.
les" y observar el sector social de eUos. En M cdcllín la
[Al muestra al perro e n un 40% y le sigue el caballo en Las cosas que q11eremos
un 20% con los mismos porcent,ties de los peces. Luego Ea este caso se hace referencia a las cosas que rodean
viene el conejo y el chivo. En la (C] apa recen estas pro- o que construyen el escenario fotográfico. Com o es ob-
porcio nrs: TO% perro, gato y toro. En la fBl así: cJ per ro vio, los objetos vaóan con la época. E n Jas fotos antiguas
d 33%, el caballo el 25 % y siguen con un poco más del el objeto más fichado es la silla. Al respecto no resisto la
8% el loro, el cerdo, el hurro, la llama y la vaca. E n Oogo- tentación de iruciar esta nota con la [Foto Nº 61] de co-
tá la lista de animales es m ayor. En la IAJ el caballo en un mie nzos de siglo, e n la cual Ja fa milia Mo.lano se compla-
20%, luego el per ro con un 15%. Le sigue n con pequeñas ce haciendo una co mposición surrealista a una silla. Esta
m.:1rcacio nes pero presentes en todo caso: el conejo, fa bella estampa es excepcional pues por e ntonces la foto
!Jama, las ga llinas, los clefances. los micos, el gato, el vena- era costosa y de lento desarrollo, po r lo que se elegían
do, la jirafa. la tortuga, el león, el burro y el pato. En la miembros familiares para premiarlos con la distinció n de
[BI sobresale el per ro con u n 40% y le siguen con un ser fotografiados. Además de las sillas, el m obiliario anti-
10% el loro, los peces, las aves, el burro, la paloma y el guo destaca como objetos de su predilecció n prendas de
cabaJlo. Mientras e n la IC J tene mos en un 20% al p erro, vestir, sombreros y zapatos. En el peáodo intermedio
14% eJ caballo y el toro; Juego con un 9% el ternero y aparecen con notoriedad los carros, máquinas como el
enseguida con un 4%: pollos, ovejas, loros, cerdos y lla- tren, o las motocicletas como la del va11idoso piloto an-
m as. En Santa M art.1 lA] sólo aparece el te rnero. En la tioque ño de la [Foto N º 62J, objetos para paseos, como
ID]. el perro con un 20% , luego Jas garzas con un rn% y ollas y comida, lo cual puede apreciarse en la [Foto N º
e n la ICJ los perros con un 10% y los toros con un 10%. 63] de la familia Antolínez, en la que ésta aparece en el
De lo anterior sc despre nde que los animales mostra- muy reconocido, e n Colombia, paseo al río. Se trata de
dos son pro po rcio nales a la importancia que les da cada un período e n el cual los objetos que sirven para movili-
región. Tambié n se podría deducir que los animales pre- zarse ejercen especial fascinación , por lo c ual la muestra
dilectos, al menos pani ser fotogr-,i fiados, son el caballo y localiza incluso fotos de aviones y barcos. En el período
el perro, lo c ual es Hustrado en la IFoto N º 59] de los nuevo la iconografía se va h acia objetos de consumo,
años intermedios, donde el caballo es mostrado literal- pero hay dos de preferen cia: los tortas y las botellas. Esto
me nte como parte de la fanli lia y e n la [Foto N º 60], que se debe al hecho de que en to das las regiones colombia-
muestra el perro de la famfü a Acosta, el cual es mandado nas existe la costumbre de celeb.ra r todo acontecimien to
a peinar, baiiar y adornar con moños especiales en eJ sa- con éstas. Una foto muy propfa de este p eriodo es la
ló n canino. Aquellos dos serían preforid0s por encima !Foto N º 64] , en la cual los celebrantes de un cum-
Álbum de tamllla
111 u ,
162 16~
pleaüos de su bija de dos afios, Alicia Peña, colocan, 110 cas, de objetos convertidos en escenarios y de escena-
obstante, fa botella de licor en primer plano. Puede ob- s materiales. Aquellos para hacer creer, ilusionar, que
servarse eJ histograma ''Total regiones: objetos inanima- está en otro lado, como lo relata el bello cuento de
dos" para descubrir los porcentajes en el uso de objetos ediados de siglo del uruguayo Enrique Amorin [1942],
de los colombianos. Jotografla, en el cual Madame D upont, prostituta fran-
~mpero existen diferencias desde el punto de vista sa que vive en Montevideo, se manda ~oma~ un~ foto
reg10nal. En Santa Marta, entre los objetos más reitera- 'con telones como si se hallara en un lindo Jardín to-
dos se encuentran los diplomas de estudio, señalados para do el té" para enviársela a su madre en Paás. Bello
la foto como 1a figura central, tal cual puede advertirse ·emplo de este escenario de hacer creer es la (Foto Nº
en la [Foto N º 65], donde tres jóvenes samarios muestran .66], en la que alguien sostiene al niño detrás de la silla
sus diplomas de bachillerato; también las botellas y los para engañar a su futuro observador sobre el hecho. ~e
carros. En Medellín los objetos más reiterados son Jos que el infante es mantenido por un adulto. Pero tamb1en
carros Y las prendas de vestir.Y en Bogotá los carros, las me refiero a escenarios en los cuaJes se pone en escena
tortas Y las botellas. A lo anterior agregamos que el obje- un objeto fetiche, él mismo poseedor de algún rasgo
to posa para la foto en calidad de actor y no sólo como atractivo, como por ejemplo el tomarse una foto con un
parte de un escenario: en este caso el o bjeto hace el es- carro O con alguna persona importante. Examinemos al-
cenario y actúa en él. En el histograma "Total regiones: gunos casos sobresalientes. _
actantes inanimados" pueden verse Jas flores como el En cuanto a los objetos convertidos en escenarios en
principal actor nacional para la tres regiones, lo cual de- las fotos del álbum dentro de la muestra y según períodos
bemos reconocer como una virtud colombiana pues en y sexo, diáa q ue en el sexo masculino hay dos escenas
gcne_ral e_n. ~odas las clases sociales existe una especial favoritas: el carro y el equipo de fútbol, por lo general en
predispos1~10n por la naturaleza de ornamento. Aparecen tod~ las regiones y clases. En la [Foto Nº 67], de M ede-
luego las sillas, usadas sobre todo para la fotos de interior llín, se puede ver a algunos hombres que simplemente
o de estudio y luego las tortas en Antioquía y los árboles rodean con orgullo el automóvil. En la siguiente, del pe-
en Santa Marta, muy posiblemente relacionados con la riodo medio del álbum de la familia de la clase alta, tam-
búsqueda de sombra por tratarse de una zona bastante bién se coloca la familia junto al carro para la fotografía.
calien te del país. Si tuviéramos que hacer una caracteri- y en la siguiente, moderna, [Foto Nº 68], un joven de la
~ción en.tre actantes animales e inanimados en Colom- familia Wan, de origen oriental, ostenta su carro. En la
brn, con lo_ dicho en estos dos últimos apartes ya se puede siguiente, [Foto N º 69],simpleniente lo exalta con orgu-
crear Lma m1agen nacional: el perro y el caballo son sus ani- llo bajo evidentes rasgos pasionales y fetichistas. En la
males prc~ilectos; fos carros, tortas y botellas de licor sus o~¡etos [Foto N º 70], del periodo intermedio, de Bogotá, se pue-
usados, 1111cntrns las flores y sil/ns s11s exi,ibiciones. Esto nos da de apreciar una pose muy masculina como es la de colo-
una sensación p~randera, pero también coqueta y ador- carse formando un equipo de fútbol, en este caso con
nada de Colombia.Y creo que ello es cierto también por empleados del B¡:ico de Bogotá. .
fuera deJ álbum. Las mujeres aparecen de preferencia en dos obJetos-
escenarios: uno es la playa, como puede verse con las dos
Los esce11arios en la 1'psicopat<1logfa cotidiana" muchachas de M edellín de apellido Chaves de Lopcra
En este punto hablo de fabricación de ilusiones escé- en la [Foto Nº 71], o en la [Foto Nº 72], en la que la se-
Álbum de familia La familia y sus relatos en fotografla
165
ñora Marta Álvarez juega a diva de cine francés en 1111 recurrente, al igual que la presencia de varias gene-
paseo al río en Antioquia. Pero en esta exhfüición de pla iones en las poses. Lo anterior responde a etnias ce-
ya se trata _en especial de gente de Bogotá o Medellín, das, como en el caso de Medellín [C], donde en el
p ues_ los_ mismos costeños poco usan la playa como refo. istograma "Orígenes de los padres" muestra un 100%
re~cia VJsual. Otro objeto- escenario de mujeres es el ¡11.. la misma región. La importancia del rol paterno es
tenor ?e las casas, ilustrado con una bella foto antigua dl' damental, mientras en Santa Marta aparece más des-
B~gota en la cual la señora lndalecia de Almanza [Foto eable el rol materno en la visualidad fotográfica.
N 73], aparece con sus hijas en el patio de su casa en Las tres fotos de los mini-relatos fueron sometidas a
una pose singular, que no es la del equjp 0 de fútbol ;in<'I análisis de focalización por ocultamiento, para buscar
la de 'a~ededor de la silla ', que se dio mucho en el perío- quello que se revela más bien por su ausencia que por
do antiguo. manifiesta presencia y que fu era destacable. De las tres
En re_la?ión con los escenarios que podemos deducir tos, que llamo centrales58 fue elegida la más importante
de los num-relatos construidos por Ja relatora del álbum por la familia y por tanto porta en sí un dese~ manifies~o.
c?i:11º se _ex~licó en la nota de pie de pagina anterior: Una foto, cuando se mira, se da en la tercendad. En ter-
dma lo_s1gu1:n~e: en Bogotá las ceremonias que hacen minos peirceanos:"El deseo relaciona cualidades pero no
escenanos mas importantes por orden descendente son: una cualidad suelta. El objeto de experiencia como
en la [A] la primera comunió n, los paseos y luego la hija ,ealidad es segundo, pero el deseo que procura ligar uno
mayor; o los cumpleaños de la madre, el recién nacido u ~on lo otro es tercero o medio" 59 y por tanto ha de en-
o~OS. En la [BJ, en orden descendente: el cumple:üios la tenderse como un medio de expresión del cuerpo. La
pn_mera _:omunió_n , los paseos y luegQ fotos de estudio, (oto como tal ya reporta un alto nivel de socialización Y
q umce anos, matrimonio de los padres. En la íC] eucon- por tanto el deseo no satisface un placer ~ue podrí~ d_e-
tr_a,mos, ~~ orden descendente: paseos, primera comu- cirse de órgano, sino sublimado a la expenenc1a soc1al de
mon, rec1e~ nacidos, matrimonio de los padres y grados. representar a la familia . Las historias del álbwn son d~-
En ~ edellm, en _la [AJ, en orden descendente: hijos (en seos con su lógica perversa de manifestarse al contrano
espe~1al e~ su primera comunión), paseos, vida familiar,
m.atnmoru_~ Y madre. En la [B], en orden descendente: 58. Véase anexo Nº I de metodoJogía. . .
paseo~ rec1en nacidos y primera comunión.Y en la [CJ, 59. La. nota completa de Peircc dice: "Ho111e11er w/1<1t is desired 1s 110/
en o_r en ? e~cendente: recuerdos, fa111ilia, hijos, matri- a mere 1111t11tacl,ed q11ality; what is desired is tltat /he dream ef eati11g 011
apple pie sliould be realized i11 Me; a11d this Me is 011 object of experie11ce.
monio Y d1stmtas conmemoraciones, primera comu'.nión
TI,e dream itse!f has ,w pro111i11e11t third11ess; it is, 011 r/re co11trary, ut_tcrl!'
Y cumpleaños. En Santa M arta, en la [A]: matrimonio de frrespo11sible; it is 11111111 i>ver it pleases.11,e object of experience a~ a rea'.1ty ,s
los ~adres ~ fi estas de primera comunjóu. Luego cum- a seccmd. But the desire in seeki11g to attac/1 tire ,me to t/1e orl,er is.a r/11rd, or
pleano~'f rueto~._En 1a fB]: cumpleaños, madre, primera medi1m1." (Ms. r.342)
com~in1on, fanuha y grados. En la fC]: bautismo, matri- [Sin embargo,lo que es deseado no es una simple cualidad suelta;
m omo de los padres, escuela, luego primera comunión lo que es deseado es que el sueño de comer u~ pastel de manza~a
deberá ser ampliado por M_í; y este Mí es un ob3eto de expen enc1a.
grados Y 1üños. E nseguida cumpleaños de abuela navi~
El sueño mismo no posee Terceridad, es, a.l contrario, completamen-
~d, quince a110s y nacimientos. También se puede 'dedu- te irresponsable: es lo que quiera ser. El objeto de expe_riencia es en
cu que, dentro de los motivos son los aatJ·og
· ~
uenos los realidad lo segundo. Pero el deseo de búsqueda para unir lo uno a lo
que mas muestran una vida de familia. La foto- recqerdo otro es lo tercero, o medio.l

l Álbum de familia La famllla y sus relatos en fotografia


166
en ocasiones como se ded d
' uce e sus oc J · visuales de las regiones estudiadas, que no se quiere
e n tal panorama que 1 'Jb . . u tam1entos y e, 167
· e ª um constitu
VIsua/, pero tamb' ' I . ye una mcmorin e aparezcan, como trabajadoras del servicio domés-
, ien o contrano· ol 'd El .
solo es memoria en . . . VJ o. olvido no •co, familiares a quienes se desprecia, e namorados o c na-
.. pasivo, smo que h . .
positiva, como explic p · B ay una ac t1v1dad oradas a quienes se ha abandonado o, en fin , aquellos
d ar determinada . a ierre ertrand fr / aJ
inscrip .J S . 977 , no guar- iliares muertos o que viven en otro lugar.
c1011. e o lvida p o d .
manera, e incluso por n1o t· d ' rque e cierta H abría ta mbién algunas personas que desap arecen del
· ivos escono 'd
re recordar. En el álb c1 os, Do se quie- um tan sólo por un período de tiempo y bajo ciertas
um se guardan • d .
pero otros actos coti'd • . ' recuer os, sin duda ;circunstancias. Sería e! caso de algunos álbumes en los
. 1an os se quie ¡ 'd '
cie rto. Razón por I ¡ . ren o v 1 ar, también es que se observó que una vez muerto un ser querido es
, . . a c ua un estudio d
no solo debe examinar 1 'Jb e esta naturaleza retirado temporalmente, en señal de duelo, pero también
. e a um en aquell
s, no a veces extraor·-'' . o que muestra por te mor a ser visto. E n este aspecto confio en una cua-
' . umaname nte e 1
de mostrar. Freud · °
. . . , ' n que ha dej ado
nusmo ins1st10 e p ·
lidad semiótica de la fotografia ya discutida en el capítu-
vida rotidinnn ¡ ,90 1J g , . ' n 'Stri1pnto/ngfa de ¡11 lo 11, en cuanto que las propiedades visuales de la foto del
· ue e n e 1olvtd d
bació n de los te mas L ~ se trata e la pertur- recién muerto se m agn ifican al extremo de golpear a sus
. · a repugnancia d
uno de sus pacie ntes) S" fc , a. recor ar (caso de dolientes y obligarlos literalmente a retirarlo de su vista.
dad surg ió respecto a ot -.. re ena a u11 oh1 t 1 .
"l ~e o y a m capaci- Esta propiedad que he podido comprobar en distintas
ro. . os nombres . .
aparecen ya tan ¡ • .6 . d • sustitutivos 00 personas vuelve a apa recer en el álbum bajo distintas for-
• IlJllstJ lea os y aluden ,
pecie de transacción ta t 1 ' com o e n una es- mas. Una es retirar tempo ralme nte la imagen del ser
' n o a o que gu , ¡ "d
a lo q ue quería re d . en a o vi ar como querido de sus páginas para luego, en la medida que la
cor ar, 11lostrando 1 .
olvidar algo n o In t . c. que a llltenció11 de mente se adecua a su vacío, ponerlas de nuevo. Pero en
e. , • , nun,aco 1 por corn l .
rracaso en absoluto" ( , . p eto, ru tampoco este caso nuestra presunción sigu e operando: la foto re-
·, pag. 758). Existe una p . fu d
c1011 e ntre el nombre b d IO n a rcJa- gresa ni ni/mm cuando s11 poder visual deja de ser espa11toso.
usca o y el te . . .
cual opera también en el a' /b ma rcpnnudo, lo Cinco de las nueve familias que confesaron el duelo reti-
.,
tam b1cn en h foto , .
um como col ·,
ecn on , pero
• en l:Uanto captaci, 1 rando la foto de sus álbumes admitieron que el no tene r
te ma· •
fi~1ra
t> ' ,
o s·
1
· t
• uac1011.
. , on o rec 1azo de un allí a las personas les ocasionaba una sensación de injusti-
La tabfa sobre oc ultanúentos . cia, que a la postre se pagaba con el retorno de la imagen
las tres fotos del in · . 1 y olvidos se hizo sobre del desaparecido, en el puesto que antes tenía.
uu- re ato D
tograma " Total regiones: foc~izaectta manera e n ~l his- Fue Fre ud precisamente quien en sus Tres e11snyos para
se puede descubrir alo 0 d ·¡ on P?r ocultarn1ento" •~11a teoría sexual [1905) afirmó que lo bello posee en su
, ~ e os escenarios
pero si deseados o referidos d . .no m ostr ados orige n una design ación de algo sexualmente estimulante
un 50% lo que se . e m odo md1recto. En casi para que luego esas formas prohibidas a la visión y al
quiso mostrar p ,
parte del cuerno AJ . ero se oculto fue una tacto reaparezcan bajo la forma de arte. Se trata de la re-
, . . averiguar un ta 11 t 0 ,
del c uerpo y p or las ci· . . • mas por la parte lación profunda entre el placer sexual y el estético. Tam-
re unstanc,as s d d .
se hace referencia a z . ' e pue e cduc1r que bién en su magnífico estud.io sobre lo siniestro [19 19]
onas sexuales 1 , d
se deja de mostrar por p d _as ~1as e las veces y vuelve a considerar la teoría estética como una ciencia
· u or o razon s1mil y
ocasiones po r razo,1 . ar. en otras de las cualidades sensibles. En este caso, al analizar la voz
' es mo ra1es al ·d
También se ocultan per , cons1 erario o bsceno. alem ana 1mliei111/ic/1 la encuentra antónima de lieimiscl,,
sonas, segun anotaron los analis- que significa lo secreto, íntimo, familiar, hogareño, do-
Álbum de famllla

La famllla y sus relatos en totogra.ffa


169
168 méstico.Así, lo siniestro causa espanto precisamente por- r sus testículos, [Foto Nº 74], con orgullo manifiesto
que no es conocido, farrúliar, si bien no todo lo nuevo es su encuadre. En dos ocasiones se encontraron fotos
espantoso. Jcn tsh, citado por el mismo Freud, destacó inuantes' de juegos sexuales entre la pareja, pero
corno cas? po r exc_elencia de lo siniestro la duda de que uestas en paquete aparte del álbum, como secreto ma-
un,ser ammado deJe de serlo o "que un objeto sin vida imonial. Así el sexo en el álbum responde a criterios
este en alguna forma animado.Aduciendo a las muñecas 's bien morales que explícitam ente estéticos y sólo un
de cera o los autómatas" fFreud 1919, pág. 2489]. fuerzo de análisis puede enseñarnos que su represión
. Estas dos fuentes, la muerte y el sexo, p ueden consti- parte de una estrategia femenina de exhibir el sexo de
tturse en .los dos grandes temas de los ocu ltamientos en ,u infante varón como premio a su labor de madre y
el álbum y son precisamente la base de una teoría estéti- mujer de la casa, a su vez que impide la visión del sexo
ca psicoa~alítica. Tanto el sexo como la muerte se pue- de la niña, en su lógica cultural de mantener en secreto
de_n relacionar en el álbum con ausencia po r el vértigo lo que será la base de la reactivación del deseo masculino.
mismo que produce el ver lo ' no fat1tiliar1 , lo novedoso, El fallus insiste en un juego de inscripciones donde los
lo conmovedor. Perder a un ser querido puede relacio- roles masculinos y fe meninos son también parte de su
nars_e, con el ten:i-~ r a perder los ojos, temor a alguna cas- exhibición y estrategia visual.
trac1on, o tamb1en con el mismo terror a ver Jo que ya
no se ~t'.ede ver más en vida. Si lo espantoso se opone a
Los ritos y sus fotos
lo fam1har no hay duda de que ver en la foto al recién
m~1erto c;msa espanto porque también representa mi El mito es de naturaleza prelingüística y por tanto
misma muerte. C uando muere el ser amado o fa miliar, prelógico, pero trasciende estas condiciones. Si el ~to
cada quien_ se acerca un poco más a su pro pia muerte. corresponde a un sistema de creencias, valoradas social-
Algo parecido ocurre ,con las experiencias sexuales, que mente, en las cuales siempre se está inmerso pues no se es
s?n borradas del álbum por considerarlas no fam.iliares, consciente de su fabu la, el rito presta su conclición per-
sm po r eUo ser espantosas. La co nvención impide mos- formativa para rodeado de una ceremonia de realización.
trar _el sexo po r las mismas razones por las que eJ órgano Per.o tanto el mito como el l"ito tn tan de verdades que
va siendo reprimido y retirado de la visió n, reservándose están más allá del lenguaje y pueden u tilizar, com o .lo
co~10 órgano scc_reto de placer y como parte íntima y explicó Ernst Cassirer, íconos, leyendas u otros modos de
pnva~a. En las nuJes de fo tos que hemos v.isto para este expresión. Los antropólogos acostumbran llamar 'rito de
estuclio, se puede decir que los desnudos no aparecen en paso' a todo aquello que constituye un movimie~to ~-
Colo,~bia: como _seguramente tampoco en otros países, minar de transición de un estado a otro. Ceremoruas dis-
eu el amb1to Emulfar, y que el sexo se muestra en la in- tintas que van dejando constancia del paso del tiempo en
fanci_a pero sólo el del varó n. Fueron muy pocas las ex- la vida social. Marce! Mauss [ 1965) alude al rito como a
cepciones en las que el órgano femenino se mostró y actos tradicionales que versan sobre cosas llamadas sagra-
cuando ello ocurrió se hizo de manera m uy clistinta, das. Pero, ¿acaso lo sagrado no puede ampliarse a distin-
co~o algo bondadoso y puro, mientras que el sexo mas- tas prácticas que mantengan como lazo de unión Y de
c~l111~ se exhibe más en calidad de trofeo y estandarte: su acción lo simbólicot E/ mismo álbum es de por sí ritual ya
visualidad es carne y órgano. En uno de los álbumes de que muestra ritos, aunque también los impon.e. Sus caracterís-
Santa M arta un bebe varón, de la famil ia Calderón, deja ticas deben ser estudiadas en cuanto nos enfrentan a pro-

Álbum de familia La familia y sus relatos en fotografla


170
blemas de represcntac·, . ' d.· .
ton m e 1tos s1 se
proble mas de la antrop0 J . , • comparan con los bum. Luego de estudiar los ritos volveré a los temas 171
ogia social po t
tas e n forma visual g ' r ratarsc de puc~ ue se vuelven ritos, com o el 'paseo de o lla' o 'la foto
' ue poseen sus pr · .
representación Al h . op1as estrategias de 011 la virgen', que de tanto repetirse se tornan conven-
· respecto abría q d .
en el álbum actúa de d . • u~ ec1r que el rito ió n y pasan a ser ritos sociales q ue cumplen determina-
os maneras Pnn
tro de una cerem on1·a . .1 . 1ero como regis- os g rupos según los puntos de vista fami liar. O sea que,
' socia que él · '
bautismo o el n1atr· . n1Jsm o representa el ara ejemplificar, el 'paseo de o lla' puede atravesar las tres
' .111101110 en su . . 1 d '
y de transición. Pe ro ta b:, scnt'.( o e liminaridad gio nes estudiadas porque en las clases medias y popu-
. .
d uce distintas . m re n como n t .
reglas d o e n c uanto pro- lares todos lo practican; mientras que la 'foto con la vir-
' ' Y m o os de ser d ·
o guardado, y en esto c . _arm:i o, visto, leído gen' sería más un ritual bogotano. Así, el estudio de los
·, onsiste p recisa ,
c10 11 de libro sagrad0 d r. . ' . 11ente, su condi- ritos lo debemos particularizar hasta donde sea posible
. e ,a1111J1a con 1 , .
que v11110s en los do· .
. s primeros cap't
·
J
as car.:icten st1cas
y
hallar la frontera que cubre sólo a miembros que partici-
dalidades de rito actu' . . 1 u os. estas dos 1110 _ pan de un ' punto de vista familiar'. Es éste el desafio de la
an a1inten or del · ¡ ,
que lo impulsa · el 111i10 d I
. · e reunrcr. que .
nuro •
icgemonico interpretación.
renc ra privilegiada del :1•- , constituye la refe- En el histograma "Total regiones: orden cronológico
,1 oum en c uant .
d e la mue rte por la fc t ff , o a COl1Jt1ración y ritual" vemos aspectos muy significativos de la cultura
. 0 ogra a en cad -
lJar a la que se sobrevive. ' a ceremo 1ua fami - colombiana en relación coa la manera como organiza sus
E l álbu111 está consritllido . . espacios e instaura y vive sus ceremonias. Al to mar todo
o rig inarse e n temas y .· por histo rias que p ueden el áJbum (no sóJo los mini-relatos) como ritualistica en
• mo tivos o e n ·t
este estudio disting . . TI os, por lo c ual en sí, sorprende algo e n las tres ciudades6o. No concuerda el
d a c uenta de dos criter· urmos e1 m otivo d ·l . .
·1 . e rito. El motivo orden crono lógico con el ritual. Esto es, e n la narración
d estacan , y las razone ms. os temas y 1
. a manera como se de las histo rias d~ álbumes no se sigue el orden que mar-
llenar el álhum Los ~tquc ¡confiesan los relatores para ca el tiempo de desarrollo de una vida o de varias gene-
. · TI os, a contrari
que viven con indepe11d . · d 1 , o, son cere monias raciones, sino que se c uentan de manera desordenada,
bic n allí se instau ra•1 cnc1a e a /bu. m, pero que t:im-
. ,
por tanto es necesario encontrar la lógica desde donde se
r. ' con sus debida ·
LOrmalcs y visuales L . .. s partic ularidades cuenta. Lo anterior sugiere qu e en el álbum, al igual que
. . . . os mo tivos los constitu
ces, d istrntas situaciones de la vid f; . . yen, enton- en La literatu ra, se privilegia el relato sobre la historia; se
nocen las tamil· , a alntltar que reco- trata de un argumento más para destacar el sentido fic-
. • ias com o razon pa U
lnc/llir una foto c . ra . enar un álbum o ciooal de cóm o se hace el álbum. Pero ¿si no hay orden,
"Tc ' omo se p uede ve r e 1 1 .
o tal regiones: motivo foto ,fi " n e 11stognl111a existe álbum? Sí, pues el álbum antes que todo es un he-
lias seleccion aron co -~ ico en el cual Jas fami- cho literario con un narrador colectivo: la familia. En el
., ' · mo pr111c1pales l ·
mon, el matrimo nio 1 ' a pnmera comu- segundo capítulo señalé que existen tres tipos de áJbu-
y os paseos He .
11n temn o "" llloli Mo ·, . .i . . mos concluido que mes: lógicos, sueltos y de caj a; este último hace saltar
re, era"º lleude .
.fi>tográjico pnra mi ,,.i . . • n ronverftrse en rito como propia su esencia ficcionaJ al irse armando el rela-
• "q111r, r pmp,ednd
les de la reoi6" q11e lo . 'o es rn1t11ra1es 11111y especia- to e n la medida en que se sacan las fotos (de las caj as). El
.
nusmo puede gene
º 111sta11ra e e ta
. . s manera el álbum relator(a), como mago que m ete la mano a su sombrero,
' rar sus propios r .t . l
do ble maneio· rito so b re e1 modo d i os socia
;.i • . es en un
sualcs y también sob e repetn escenas vi-
re 1a-m aner.l de organizarlas en el
60. En el estadio central no se incluye Nueva York y por canto no
Álbum de famllla · hay proyección estadística de esta ciudad.

la famllla y sus relatos en fotografía


va improvisando las historias famili ares, sus tesoros. El das para la foto. Por ejemplo, varias secretarias se mues~ 175
o rden c ronológico sólo es seguido entre el 25 % y e l 35% tran bien arregladas, como si fueran para una fi esta. Sin
de la muestra. La ciudad más o rganizada es M ede llín, embargo, en el histograma "Escenarios" es la clase que
luego Bogotá y Santa M arta. Si lo comparam os con el más los multiplica, pues alli están las salas, la casa, las pis-
orden ritual, este último se sigue me nos, sólo e ntre e-1 cinas, los parques, los comedores, las fi ncas, etcétera. Lla-
10% y 30% del total. de .la muestra, y en este caso Bogotá ma la atenció n, al comparar el sector [C] de Bogotá con
füe la más rituaJizada. Pero si observam os en detalle las el de Santa Mar ta e incluso M edcllín, que los capitalinos
proyeccio nes por regiones podemos captar m ejor el fe- son más ceremoniosos y ágidos. Esto en c uanto a la
nóm e no a l colocarle otra variable de puntos de vista, pose, pero igual puede decirse resp ecto de los o bjetivos
com o el sexo y la clase social. visuales. Así, una cuarta parte de los álbumes populares
E11 Bogotá: el sector [A] - y luego e l mism o IAI de mostraron fotos con diplomas de estudio o m éritos, en
M cdcllín- es donde se pueden localizar narraciones con condición de cerem onias muy reconoc idas. Pero lo que
mayor orden tmto cronológico com o ritual, o a veces más 1lama la atención es el nún1ero de fotos de carros y
amhos. Del total de los álbumes se puede ver, en e l histo- de personas posando aJ lado del automóvil.
grama "Orde n cmno lógico y ritual de Bogotá", que el En el histograma " Ritos de paso" [C] de Bogotá el
cronológico lo sigue n un 49% en tanto que e l ritual casi matrimonfo es el más reiterado; le siguen los bautism os,
e l 70%; cifras que mu estran de manera mayori taria una los quince años de las hijas y la primera comunión, e n
n:irración escritu ra! y lógica. Le corresponde precisa- orden descendente. En todas estas cere monias se puede
me nte a este sector la construcció n más lógica de toda la decir que el sector [Cl corresponde, dentro de los nueve
muestra y co inc ide co n un sentido de organización tem- grupos cstudfados (tres por cada ciudad), al más rígido.
poraJ y tem ático. 1ncluso la colocació n de las fotos se dis- Los matrimonios, po r lo generaJ de vestido blanco, y la
pone muc ho más hacia la fo rma del cuadrado de papel y primera comunión o los quince años, com o días muy
no volteada,; o de lado com o ocurre, con mayor insisten- especiales y adornados, se constituyen en ceremonias de
cia. en otros sectores sociales. Igualmente e n M edellín amplfa y variada retorización formal. En el histograma
IAI, fue do nde m ás se encontraron fotos antiguas y álbu- "Ritos de paso segú n e l sexo": Bogotá [C] se pllede
mes de antes de los a,i.os cinc ue nta. Uno de los álbumes CQnstatar la casi exclusividad femenina de los motivos
del período nuevo de Bogotá fu e c uidadosa me nte llena- del álbum pues, dentro de las distintas ceremoruas, e! va-
do y dividido e o dos para contar la historia de la hjja. En rón sólo aparece -con bajo porcentaje- en la prim era
la prime ra parte se muestran las fotos de l acontecer de la comunión . Todo esto n os lleva a que en el histograma
niña e n orden c rono lógico y e n la otra se ubican las tar- " N ar ración fotográfica", el 92% de todas las fotos sean
j etas, como orde n ritual. Allí hubo espacio pard la foto realistas pues la foto se toma como testimonio de una
del pie de la niña cuando fu e registrada en la notaría y verdad: la del matrimonio, la primera comunión , etcéte-
para an cac ho del cabe llo de la pequeña. ra. En el histograma correspondiente a ese sector ICl se
En el sector [Bl de 0 ogotá el orden crono lógico y el puede reconocer que en un 90% no se sigue un orden
ritual descie nde n a u□ 23%. Este sector es muy conscien- nológico, núentras el ritual sólo se acompaña en un
te del papel de la fotografia com o registro esté tico y en escaso 30%, como parte de ese desorden lógico-escritu-
muchas ocasiones se encontraron p ersonas, sobre todo ra! al que hemos hecho mención.
m ujeres, aú n en álbumes actu ales, especialmente arregla- En Santa Marta : en el sector [C] no se aprecia ningún
Album de famllla 11 CIIC' 1 tn,:
174 .preferir el orden ritual sobre el cro nológico. M edellín 175
o rde11, n i ritual ni crono lógico. Lo mismo ocurre en
otras regionales de este grupo. Los temas preferidos son podría ser, de las ciudades estudiadas, no sólo la que más
fiestar., grados, re unio nes fami liares. De ntro de las fiesta~ emplea el orden ritual, sino la que hace más álbumes en
aparecen_varias personas to mando licor y disfra zadas en i>r ma de libros, pues en Bogotá una gran mayoría los
p~rc:ntaJes muy superiores al resto del estudio. De lo~ cenia en cajas o sueltos. En el histograma "Generaciones
diez :ilbumes de esta clase, c uatro muestran niños con lo, que aparecen e n el álbum" se de cubre que M ede ~lín es
testículos a la vista, centrando la toma e n el sexo del in- que con más cuidado sigue el p:iso de las gen erac1~~e~:
fa nte, siempre del sexo masculino, ya que no h,1y n ingu- bisabuelos, abuelos, padres e hijos. Este hecho perm1tma
na foto del sexo ~e algu na niria. E n anta M arta IA] se un o rden c ronológico, pero no es así, lo que n os condu-
p~edc ~er en el histogram a "Ritos de paso'' que e l ma- ce a pensar que estos relatos ma ntienen w1a supremacía
trrm onm se lleva el 40% de los ritos consignados vi- más como foto-recuerdo que como labo r de archivo or-
su~lme ntc. Le sigue n los quince años, el bautismo y la ganizado. E n relación con los ritos de paso en r-¿edellín ,
pnmcra comunión. E n este sector se p uede ver q ue en se puede observar e n el histograma correspondiente a la
c uanto a la ritualidad por sexo, aparecen n o sólo las ,~rn- clase [Al: matrimo nio 47%, primera comunió n 22,5%,
jcres,_ sino también los varo nes e-n cere mo nias com o el bautism o 20,7% y luego los quince at1os y el e mbarazo.
m atrm1onio. Siguen un orden cronológico sólo e n un Mientras el ma trimo nio corre parejo para el ho mbre y la
36% Y ritual apenas e n un 10%, lo q ue coinciJe con otras muje r, no sucede lo mism o con la primera comuni~n y
d as:s y re~iones sarmrias y paisas. En Santa M arta IBI, los quince años, expresio nes definitivamente fcm cnmas.
segun_cl histogram a "Orden crono lógico", se puede ver Si comparamos con la [CI e n los histogramas " Ritos de
que ~olo un 15%, e n promccüo, sigue c ual4uiera de l<X paso" se puede ver e n primer lugar la prime ra com~-
dos orde nes. Se ve también que la pr imera comunión nió n , con 42,3% y luego el matrimo nio, con 38,7%, ci-
apar~ce c~n un 34,9% de marcaciones, siguiéndo le el fras muy superiores a los otros ritos consignados. En
matnmo 1110 con un 30,2% y después el bautism o con un cuanto a la ífil, la primera comunió n supera todos los
J8%._ ~a ICI~ po r su parte, marca un 42% de primera co- demás ritos con la cifra del 65,3% de marcaciones; se tra-
m urno n, 34% de bauti,;rno y 12,5% de matrimo nio. En ta de la que más ir:n portancia concede a tal rito ubicado,
esta_ ~lase es, no ob-;tante, do nde más se e ncontró partici- igualme nte, como cerem onia fem enina, según el perfil
pac1o n _masculina en los rin rales, com o puede constatarse de " Rito según sexo"; los r itos fun erales en esta clase
en el b1srograma " Ritos de paso segú n sexo" [Cl. Los va- constituyen ta mbién una excepción dentro de la mues-
rones e· tán e n relativa cercanía de oportunidades visua- tra, lo cual no deja de llam ar la atenc ió n .
les.' t110to en e l acompañamiento al e mbarazo como e n la Fotos populares de las tres regiones: se colocan de mane ra
prime ra comunió n. más bien espontánea, dependiendo del espacio dispo ni-
E11 Mcdcllfn: seg{rn los histogramas "Orden c rono ló- ble, por esto e l modo mism o de hacer el álbum evita un
gic1; y ritual". tenem os que en la clase íCI se sigu e en un orden en la disposición de las fotos, con figurándose las
2 7t}o el orden cronológico, p ero es ca~i nulo el orden r i- más de las veces ca álbumes sin relatos coherentes. Un
~ual. E n la IOI s?!ºel 30% sigue un orde n c rono lógico, analista visual anotó en varias ocasiones que parecen ar-
ignorando t.1111b1e n e l ritual. En la IAI sí se e nc ue ntra un nudos al contrario. Po r ej emplo, un paseo y distintos
~o% que si~u~ el o rden crono lógico y un 20% e l ritual, temas, hasta llegar al matrimonio, centro del áJbum, y
sre udo este ulttmo segnl<'nto el prime ro d e la muestra en Juego focos de antes del mismo 1natrimonio, c uando los
, ......__._ ---···- La famllla y sus relatos en fotografla
206
vencia Las fc t · .
. o os 111~1\tcn e n un sentimi . .
que se extiende ¡,or d . ento de fel1c1d,11I
· oqu,cr, pues ahora '1 ,
smo que se nos em e,~,., 1 , no so o re,11111',
Y a esto la tccnofog'°'" cJ I
· • rc,r como m s . d
J ª cara a comerci,11 Anexo 1: Metodología
ª'" t' rcve ato 1 co t .b
de la figurJ algo más agrad,1hle ~ n uye para hac,·t
de la toma original o p . . ' modificando los errorn
1a pantalla del, computad c r1111t1endo q
. ue veam os la foto c11
.
los nusmos or , y en eJJo parti . .
posantes . cipan rndum
d ustria J el cntreteni . , quienes e n com J' 'd d
. p ict a con la i11
, m1cnto q111e ren im 1 .
que este es un mundo fc 1· y , poner a idea dt
e iz. asi todo d 'd
se conte ntos y activos . di s ec1 en mostrar
, • en me o de una , .
zon ante un futu . aute ntica dcsa
ro que no se q ui .
tecnológica se ha ere mirar: la nueva foto
. ce coartada de los nu .
goce del presente sin atad I evos ideales dr
uras a po rvc · .
pasado. Como rea . , ., rur. 111 cadenas dd
cc1on tarnb,cn e n .
preparada tcatrafment ,p,eza a darse la foro
e, como se ve e l lF
en la c ual la inAucnc·,a posmod crna n a . 1oto Nº .172]7', En este anexo doy cuen ta de cómo se fue realizando
nos sin rostro -o con d es cv1t ente: ciutlJda- investigación y a su vez expongo algunos términos
cara e mon tr d'
solados, sfo mfrarse s uos , sfi-azados-, dc- útiles para familiarizar al lector con la m etodología y al-
d csenc uentro entre l e unos a Otros h , .
h . acen patet:Jco el cances del trabajo.
. os seres umano L
mstalació11 teatral t1s I fc s. os autores de tal Este libro comenzó como ejercicio académico en el
an a Otogra6
expresión del deli · d
rro e un mundo
ª para hacer . .
visible la año de ( 1990)74, mome nto en el cuaJ se dieron los prime-
hace del prooreso la .. com erc,ahzado que ros pasos para concebir, mediante una serie de preguntas
r-· • e ncg,lc1o n de t1' fc
sentació n m ás hu . o as orm as de rc pre- sistematizadas, la creació n de una ficha técnica donde se
manas Y sociales.
colocaran observaciones visu;iles provenientes de la fo-
tografia. AJ mismo tiempo se inició la tarea de averiguar
en distintas lenguas y países sobre trabajos similares en
los que se tomara aJ álbum de familia como objeto de es-
tudio e n tres dimensiones: cultural, visual y comunicati-
vo; el resultado fue negativo pues no se encontraron
fu entes que concordaran con los propósitos previstos, lo

74. En el seminario que .1brí p.iJa iniciar la investigación del ál-


bum familiar en Colombia. partiriparon, en una primera recolec-
ción de material, los siguienll'1 Jlumnr·~ de la Facultad de Artes de la
Universidad Nacional de Colu111b1J: CiselJa Onofre,Jairo Gon.zález,
Diego Martínez,Aurora Fort·ro, (.;ustavo Cruz, Hugo Ranúrez. To-
73. Esta Foto circuló e11 Medcll' d dos eUos aportaron su prop111 ,ílhum de familia y luego consiguieron
de Arte Ci11dnd de Medr/1(11 • . . md urantc el Fnti,u/ l11temnrio1111/ otros disti ntos. entre dos y ttl'' oJ.i uno, con los cuales inicié la labor
• t II JUIUO e r9y7.
Álbum de famllla de elaboración de fa ficla.1 fruura para el análisis de relatos visuales.

207
208
cuaJ, de una p,11 l t• um 1,· b .
p e ro de otra con~tii'uí,1 unt ~:~u:~n re_fe rencias direc1" tral, la cual no corrl•, ponde a la de Ja mitad, sino, ,111-
en varios •isp•'cto~ . • • par<I abordar un tc1111 bien, a aquella que c r~yera más significativa en la m c-
' '"" ' IIH.'(1llO.
Entonces formé un cqui o ia familiar. A ésl:1 se Jgregó la primera y la úllima del
buena parte del pro. d . P q~•e m e acompar1aría 111 · mo álbum según '!U colocación fisica y bajo el cri-
, ceso e rnvest,gación
sente el proyecto C 0 1 . . y con e11os P ll' ·o narrativo de abrir y cerrar un relato; de esa manera
J e C,.1cnc1.a y Tecnología)ª c ie11c1as (lnstitut c ¡ .
amos un mini- relato, que sobrepusimos a la historia
a la . . o o omb1a1111
Colombia de don J y UruverSidad Nacional tlr ntral, la expuesta en todo el áJbum como conjunto. En
' oe soy profesor •·
El proyecto fue ap b d ea estctica e imagc11 trabajo estadistico se trabajaron las dos historias para-
ro a o en 199 r .
m ento con'figure' ll d y a partir de ese mo , aquella del áJbum como conjunto y la que sobre-
na meto 0 ¡0 • b d
nicas que presento aq , gia asa. a en cuatro tt\ simos, el 111.ini- relato, según la decisión del relatante
u, como hecho ya • ¡ ·
Hoja de tm11srripritS11 de datos . conc u1do. n el analista; ello nos ayudó a comprender m ejor la re-
técnica. En ella intcr . . . Constituye la princip,11 nstrucción de la me moria familiar, tanto Ja consignada
vm ieron un 're latant '
que contaba las historias de los álb ' ' e ' o yerso11,1 el álbum como la que quedaba fuera de él, según la
tra dudas y un 'analista visual' uie ~1111es ,Y res0Jv1a nut•s elecció n de la foto centraJ. O sea que elegir una foto
servó de mane- t ' . . 'q .Ue no los datos y oh como la principal del áJbum incluía una valoración de la
• 0 ecruca 1os 1 · .
cl.1boració n de esta 6 ·h , nate_n a1es disponibles. L., fotografía y su relación con la familia por parte de esta
. , . e a tomo va nos n '
acordo tnduir cuatro , d .
arcas e mfo · ,icscs y en ella st· misma. Esta fue una de las estrategias para el estudio
matizadas. En Ja p rimera d ' b º rn~~cion para ser sistc pragmático de la fotografia. Así el mini- relato es útil e n
· •, e u 1cac1on' •
origen reo-ionaler-
de 1·1 .-.a ·1· l
, " nu ta ·i co · ,•se, pcnso en d dos aspectos: primero por expresarse aUí el deseo de fa-
relatan te y las gen . '. ' mposicion familiar dd milia seleccionando la m ejor foto en su criterio; segun-
erac1011es me/ ·d .
segunda J e ,. . u, as en el album En 1, do porque estas tres fotos pudieron ser som etidas a
, iconografía' se ub · • ,.. . •
fico y de puntos d . ' ico el anal1s1s iconográ- análisis técnico como imágenes en sí, para averiguar su
c vista, me taforiza . , , .. ~
correlatos visuales (ve b I c1011 y anal1s1s de construcción fotográfi ca (color, planos, poses) y también
suales) que co1~0 s r ª1· es, gestuales y prop.ia111ente vi- para su análisis en condición de relatos, pue~ al tratarse
, e exp ica den tro d ·I
tea. encender qué funci, . 1 e texto, nos permi- de la primera y la última, m ás la otra elegida, en la inves-
' on v1sua c umple l fc
tercera, organización d 1 1 . a otografia. La tigación nos era dado detectar de qué m ateria literaria y
e re ato visual'
pasos rituales y al ord , . . 'corresponde a los cultural restaba hecho el álbum. C omo puede suponerse,
• en cronolog1c L
bªJº abierto' de los a ¡· ,
na istas, transcribe J
?· a cuarta, de 'tra- someter todas las fotos de todos los álbumes estudiados a
su 1ectura técnica de l 'Jb os resu1tados de un análisis narratológico e iconográfico no sólo sería
, ' a um segí1 · ·
As, , esta fi cb:1 se clise-, ' n cntenos de narración. una .labor imposible por su inmenso número, sino in(1til,
no para ser trab · d
con un rc latante f:a ·¡· a.,a a ea conjunto pues no todos !os álbumes poseen una estructura narrati-
, . m, iar en cada álb
ultima, en l.1 que sól.o I h ,_ uni.' exceptuando b va expresa, la cual sí logram os c uando se construyó
preparado para e~ta lahor.
o an ,1 el •·111·d1st ' a previamente
.
artificialme nte el mini- relato.
A1111/isis 11is1111/ del relato d d . Histograma y traúaJo estadfstico cmzado. Los 'histogra-
e11tendid,1s ro1110 111i111·-,<'lat, Ey '-e . ~ler,11111(ufas fotos-claves mas' o proyecciones estadísticas (árbolt:s lógicos) se cons-
·1· .os. n üt v1s1ta d •I ,,_
1111 Ja que puso el ·ílb . . e anawta a la fa- truyeron según determinadas variables de puntos de
., ' u111 a considc •· · d
gac1on, se le pidió a s la rac1011 e esta investi- vista. Llamo 'punto de vista' a una o peración de m edia-
u re tanre que escogiera la foto ción entre lo que se muestra y quien observa, para lo
Álbum de familia

Metodologla
ivo y que sirvió como t orroboración de los resuua uv~
210 pcual se trabajó
eríodo histó .con seis
, proyecto res: regional, clase social e la rouesrra. La sekcci6n de la ' muestra básica', las rres
rrito rios afect~::~•- ~;de:~;;;"d: : ~:ón en el_ ,í tbum y te~ iudades colo mbianas, i;c hizo teniendo en cuenta que
tor narrativo q ue hace cam b"iar e1 punto ran tres zonas determinantes en lo que entendemos
os constttuye
d . un fac-,
supone que las . . e vista. As1, se o rno carácter nacio nal colombiano, combinació n e ntre
regio nes estudiadas d d. .
estilísticas foto áfi.ca . pro ucen 1stmtas ancestros españoles y e uropeos, distintos grupos indíge-
_gr s, 1o mism o que lo hacen las d"fi -
n as y presencia afroam ericana, e n m ayores o me no res
rentes ~e ncrac1ones, clilses social ,. . .1 e
histó ricos. Lo que desi o es, g:nems o mo m e ntos pro porcio nes según se trate de cada una de las region es
con los e le mentos de afirmco~o tcrntoriaJ tie ne que ver legidas: lo andino (montañas mas y fu erte presencia
una foto algu ien deba aeton que c?nducen a que en m estiza) en Bogotá, lo paisa (zona c ultural de clima in-
. su postura a almm fact 'd ifi
catono, como una pre)1es1 e: . , c. . o r I cnt - termedio po blado por emias de primacía blanca y he-
o n , o11c1 0 o e,~ a ti .dad
y c uando me refi ero a l sexo c v1 pe rsonal. rederas de distintos grupos indígenas y afro mericanos)
foto y el áll , parto de la base de que la cm Medellín; y lo costeño (vida maritima del Caribe y
. . ' ,um poseen genero no sólo en 1 .
rrattvo sino en el 1 . • e sentido na- presencia afroam.ericana, europea y o riental) en Santa
sexu:i y que los h b 1
posa n djstinto o cuentan d d' o m res y as mujeres M arta.
En el anexo No l ·1 e ,versa_ m:rnera las historias. Las 11westras de estudio. Se reuruero n en total álbu-
170
• 2 e cctor · ,
citados dentro de la d . _en contrara los histogramas m es. El trabajo co m enzó en Bogotá con 50 álbumes y de
re acc 1 0 □ E l t I d 1 •
queda en e l archivo de la inv : . ~ca e _1 1sto~ramas allí se sacaron los diseños metodológicos descritos. Supe-
ris Work N º ). eSa gacio n (M acmtosh, Cla- rado ese primer mo mento se reunió una muestra de 100
4 álbumes que llam o en el texto ' muestra central' de la in-
:
Tra/}(ljo .
i11ter11rct a r,·110. M e re fi e ro tanto al r el vesti~ción , divididos po r regio nes así: 40 en Bogotá, 30
1os anahstas e n su lectu rn co . mo a 1del • rea iza o por
que se reserva el auto r d . . mo men to fi nal', en M edelHn y 30 en Santa M arta. Cada rcgio 11al, a su vez,
e esta mvest1mi •· · 11
las tres técnictls des,· g d _ n'·"ºI dY e n el cual se dividió propo rcio nalmente po r clases sociales; de cada
· na as ya aport
ven de base p'tra la lect . an rcsu ta os q ue sir- 30, correspo ndie ro n co para cada una: 10 alt.a, 10 media y
• ' · ura mtegraJ d , J ' Jb
entendidos como h' t . . e os a umes, ahora 10 po pular. Esta muestra es altam ente significativa ya que

e n que nos fueron apo rt d


1s o rias visuales
Í e n e 1 ~•smo ·
sentido permitió establecer diferencias regionales, además de los
interpretar· fi . ª os po r as familias. El análisis otros supuestos 1Ttencio nados como puntos de vista, de
ivo ma 1se hizo no , 1 •
cas de investia:1cio' n . . so o atc nd,cndo las técni- los cuales el regio nal y social consti::uyero n la base
0' , sino coteJando 11• .
program ática. Si bien roo parece un número peque ño,
tantc bibliog,ni(h d . d ' . · una amp a e 1111por-
, • < e ,stmtos autores ,
alg un mo me nto del trab . y pa1ses que en tén ~se presente que cada álbum posee una cantidad in-
3.JO resultaron útiJ determinada de fotos, que a la postre resultaro n entre 8,
ava nzar el pro¡:,ósito • . . .es para hacer
· mvesugac1vo para el más pequeño de los álbumes estudiados y 248,
Úls regiones mlt11mles. Las cuatr~ t ' . .
hoj a de transcriF:>CiÓll a1 ·1· _. . le cm cas mcnc1o mHlas: para el más grande. E nto nces 100 álbumes significó un
. · , 1a 1s1s v1sua es trab · , .
e mtcrpretativo se fu , d.
1 1cro n en 1fc
u· • 3JO estad1st1co materia\ muy amplio para responder a nuestros intereses.
trab,úo. El proce ·o se e 1· , . 1 . rentes momentos del Al número de álbumes ya mencionado se agregaron 20
un1p 10 uentro <le tr
de colombianos que viven en NuevaYo rk, los c ttaies no
tura les seleccio nadas para e l traba. o e , ~s zonas cul-
Santa M arta y M ' d 11' , ~ stad1st1co: Bogot;í; entran e n la proyección estadística y por tanto su lectura
. e e tn y un:i mas que se a re , aJ
Nueva Yo rk , para ser o lJJe . to so, 1o de análisis g inte go rpreta-
final, es m ás comparativa e interpretativa que técnica.
Metodología
Album de familia
206
vencia Las fc t · .
. o os 111~1\tcn e n un sentimi . .
que se extiende ¡,or d . ento de fel1c1d,11I
· oqu,cr, pues ahora '1 ,
smo que se nos em e,~,., 1 , no so o re,11111',
Y a esto la tccnofog'°'" cJ I
· • rc,r como m s . d
J ª cara a comerci,11 Anexo 1: Metodología
ª'" t' rcve ato 1 co t .b
de la figurJ algo más agrad,1hle ~ n uye para hac,·t
de la toma original o p . . ' modificando los errorn
1a pantalla del, computad c r1111t1endo q
. ue veam os la foto c11
.
los nusmos or , y en eJJo parti . .
posantes . cipan rndum
d ustria J el cntreteni . , quienes e n com J' 'd d
. p ict a con la i11
, m1cnto q111e ren im 1 .
que este es un mundo fc 1· y , poner a idea dt
e iz. asi todo d 'd
se conte ntos y activos . di s ec1 en mostrar
, • en me o de una , .
zon ante un futu . aute ntica dcsa
ro que no se q ui .
tecnológica se ha ere mirar: la nueva foto
. ce coartada de los nu .
goce del presente sin atad I evos ideales dr
uras a po rvc · .
pasado. Como rea . , ., rur. 111 cadenas dd
cc1on tarnb,cn e n .
preparada tcatrafment ,p,eza a darse la foro
e, como se ve e l lF
en la c ual la inAucnc·,a posmod crna n a . 1oto Nº .172]7', En este anexo doy cuen ta de cómo se fue realizando
nos sin rostro -o con d es cv1t ente: ciutlJda- investigación y a su vez expongo algunos términos
cara e mon tr d'
solados, sfo mfrarse s uos , sfi-azados-, dc- útiles para familiarizar al lector con la m etodología y al-
d csenc uentro entre l e unos a Otros h , .
h . acen patet:Jco el cances del trabajo.
. os seres umano L
mstalació11 teatral t1s I fc s. os autores de tal Este libro comenzó como ejercicio académico en el
an a Otogra6
expresión del deli · d
rro e un mundo
ª para hacer . .
visible la año de ( 1990)74, mome nto en el cuaJ se dieron los prime-
hace del prooreso la .. com erc,ahzado que ros pasos para concebir, mediante una serie de preguntas
r-· • e ncg,lc1o n de t1' fc
sentació n m ás hu . o as orm as de rc pre- sistematizadas, la creació n de una ficha técnica donde se
manas Y sociales.
colocaran observaciones visu;iles provenientes de la fo-
tografia. AJ mismo tiempo se inició la tarea de averiguar
en distintas lenguas y países sobre trabajos similares en
los que se tomara aJ álbum de familia como objeto de es-
tudio e n tres dimensiones: cultural, visual y comunicati-
vo; el resultado fue negativo pues no se encontraron
fu entes que concordaran con los propósitos previstos, lo

74. En el seminario que .1brí p.iJa iniciar la investigación del ál-


bum familiar en Colombia. partiriparon, en una primera recolec-
ción de material, los siguienll'1 Jlumnr·~ de la Facultad de Artes de la
Universidad Nacional de Colu111b1J: CiselJa Onofre,Jairo Gon.zález,
Diego Martínez,Aurora Fort·ro, (.;ustavo Cruz, Hugo Ranúrez. To-
73. Esta Foto circuló e11 Medcll' d dos eUos aportaron su prop111 ,ílhum de familia y luego consiguieron
de Arte Ci11dnd de Medr/1(11 • . . md urantc el Fnti,u/ l11temnrio1111/ otros disti ntos. entre dos y ttl'' oJ.i uno, con los cuales inicié la labor
• t II JUIUO e r9y7.
Álbum de famllla de elaboración de fa ficla.1 fruura para el análisis de relatos visuales.

207
208
cuaJ, de una p,11 l t• um 1,· b .
p e ro de otra con~tii'uí,1 unt ~:~u:~n re_fe rencias direc1" tral, la cual no corrl•, ponde a la de Ja mitad, sino, ,111-
en varios •isp•'cto~ . • • par<I abordar un tc1111 bien, a aquella que c r~yera más significativa en la m c-
' '"" ' IIH.'(1llO.
Entonces formé un cqui o ia familiar. A ésl:1 se Jgregó la primera y la úllima del
buena parte del pro. d . P q~•e m e acompar1aría 111 · mo álbum según '!U colocación fisica y bajo el cri-
, ceso e rnvest,gación
sente el proyecto C 0 1 . . y con e11os P ll' ·o narrativo de abrir y cerrar un relato; de esa manera
J e C,.1cnc1.a y Tecnología)ª c ie11c1as (lnstitut c ¡ .
amos un mini- relato, que sobrepusimos a la historia
a la . . o o omb1a1111
Colombia de don J y UruverSidad Nacional tlr ntral, la expuesta en todo el áJbum como conjunto. En
' oe soy profesor •·
El proyecto fue ap b d ea estctica e imagc11 trabajo estadistico se trabajaron las dos historias para-
ro a o en 199 r .
m ento con'figure' ll d y a partir de ese mo , aquella del áJbum como conjunto y la que sobre-
na meto 0 ¡0 • b d
nicas que presento aq , gia asa. a en cuatro tt\ simos, el 111.ini- relato, según la decisión del relatante
u, como hecho ya • ¡ ·
Hoja de tm11srripritS11 de datos . conc u1do. n el analista; ello nos ayudó a comprender m ejor la re-
técnica. En ella intcr . . . Constituye la princip,11 nstrucción de la me moria familiar, tanto Ja consignada
vm ieron un 're latant '
que contaba las historias de los álb ' ' e ' o yerso11,1 el álbum como la que quedaba fuera de él, según la
tra dudas y un 'analista visual' uie ~1111es ,Y res0Jv1a nut•s elecció n de la foto centraJ. O sea que elegir una foto
servó de mane- t ' . . 'q .Ue no los datos y oh como la principal del áJbum incluía una valoración de la
• 0 ecruca 1os 1 · .
cl.1boració n de esta 6 ·h , nate_n a1es disponibles. L., fotografía y su relación con la familia por parte de esta
. , . e a tomo va nos n '
acordo tnduir cuatro , d .
arcas e mfo · ,icscs y en ella st· misma. Esta fue una de las estrategias para el estudio
matizadas. En Ja p rimera d ' b º rn~~cion para ser sistc pragmático de la fotografia. Así el mini- relato es útil e n
· •, e u 1cac1on' •
origen reo-ionaler-
de 1·1 .-.a ·1· l
, " nu ta ·i co · ,•se, pcnso en d dos aspectos: primero por expresarse aUí el deseo de fa-
relatan te y las gen . '. ' mposicion familiar dd milia seleccionando la m ejor foto en su criterio; segun-
erac1011es me/ ·d .
segunda J e ,. . u, as en el album En 1, do porque estas tres fotos pudieron ser som etidas a
, iconografía' se ub · • ,.. . •
fico y de puntos d . ' ico el anal1s1s iconográ- análisis técnico como imágenes en sí, para averiguar su
c vista, me taforiza . , , .. ~
correlatos visuales (ve b I c1011 y anal1s1s de construcción fotográfi ca (color, planos, poses) y también
suales) que co1~0 s r ª1· es, gestuales y prop.ia111ente vi- para su análisis en condición de relatos, pue~ al tratarse
, e exp ica den tro d ·I
tea. encender qué funci, . 1 e texto, nos permi- de la primera y la última, m ás la otra elegida, en la inves-
' on v1sua c umple l fc
tercera, organización d 1 1 . a otografia. La tigación nos era dado detectar de qué m ateria literaria y
e re ato visual'
pasos rituales y al ord , . . 'corresponde a los cultural restaba hecho el álbum. C omo puede suponerse,
• en cronolog1c L
bªJº abierto' de los a ¡· ,
na istas, transcribe J
?· a cuarta, de 'tra- someter todas las fotos de todos los álbumes estudiados a
su 1ectura técnica de l 'Jb os resu1tados de un análisis narratológico e iconográfico no sólo sería
, ' a um segí1 · ·
As, , esta fi cb:1 se clise-, ' n cntenos de narración. una .labor imposible por su inmenso número, sino in(1til,
no para ser trab · d
con un rc latante f:a ·¡· a.,a a ea conjunto pues no todos !os álbumes poseen una estructura narrati-
, . m, iar en cada álb
ultima, en l.1 que sól.o I h ,_ uni.' exceptuando b va expresa, la cual sí logram os c uando se construyó
preparado para e~ta lahor.
o an ,1 el •·111·d1st ' a previamente
.
artificialme nte el mini- relato.
A1111/isis 11is1111/ del relato d d . Histograma y traúaJo estadfstico cmzado. Los 'histogra-
e11tendid,1s ro1110 111i111·-,<'lat, Ey '-e . ~ler,11111(ufas fotos-claves mas' o proyecciones estadísticas (árbolt:s lógicos) se cons-
·1· .os. n üt v1s1ta d •I ,,_
1111 Ja que puso el ·ílb . . e anawta a la fa- truyeron según determinadas variables de puntos de
., ' u111 a considc •· · d
gac1on, se le pidió a s la rac1011 e esta investi- vista. Llamo 'punto de vista' a una o peración de m edia-
u re tanre que escogiera la foto ción entre lo que se muestra y quien observa, para lo
Álbum de familia

Metodologla
ivo y que sirvió como t orroboración de los resuua uv~
210 pcual se trabajó
eríodo histó .con seis
, proyecto res: regional, clase social e la rouesrra. La sekcci6n de la ' muestra básica', las rres
rrito rios afect~::~•- ~;de:~;;;"d: : ~:ón en el_ ,í tbum y te~ iudades colo mbianas, i;c hizo teniendo en cuenta que
tor narrativo q ue hace cam b"iar e1 punto ran tres zonas determinantes en lo que entendemos
os constttuye
d . un fac-,
supone que las . . e vista. As1, se o rno carácter nacio nal colombiano, combinació n e ntre
regio nes estudiadas d d. .
estilísticas foto áfi.ca . pro ucen 1stmtas ancestros españoles y e uropeos, distintos grupos indíge-
_gr s, 1o mism o que lo hacen las d"fi -
n as y presencia afroam ericana, e n m ayores o me no res
rentes ~e ncrac1ones, clilses social ,. . .1 e
histó ricos. Lo que desi o es, g:nems o mo m e ntos pro porcio nes según se trate de cada una de las region es
con los e le mentos de afirmco~o tcrntoriaJ tie ne que ver legidas: lo andino (montañas mas y fu erte presencia
una foto algu ien deba aeton que c?nducen a que en m estiza) en Bogotá, lo paisa (zona c ultural de clima in-
. su postura a almm fact 'd ifi
catono, como una pre)1es1 e: . , c. . o r I cnt - termedio po blado por emias de primacía blanca y he-
o n , o11c1 0 o e,~ a ti .dad
y c uando me refi ero a l sexo c v1 pe rsonal. rederas de distintos grupos indígenas y afro mericanos)
foto y el áll , parto de la base de que la cm Medellín; y lo costeño (vida maritima del Caribe y
. . ' ,um poseen genero no sólo en 1 .
rrattvo sino en el 1 . • e sentido na- presencia afroam.ericana, europea y o riental) en Santa
sexu:i y que los h b 1
posa n djstinto o cuentan d d' o m res y as mujeres M arta.
En el anexo No l ·1 e ,versa_ m:rnera las historias. Las 11westras de estudio. Se reuruero n en total álbu-
170
• 2 e cctor · ,
citados dentro de la d . _en contrara los histogramas m es. El trabajo co m enzó en Bogotá con 50 álbumes y de
re acc 1 0 □ E l t I d 1 •
queda en e l archivo de la inv : . ~ca e _1 1sto~ramas allí se sacaron los diseños metodológicos descritos. Supe-
ris Work N º ). eSa gacio n (M acmtosh, Cla- rado ese primer mo mento se reunió una muestra de 100
4 álbumes que llam o en el texto ' muestra central' de la in-
:
Tra/}(ljo .
i11ter11rct a r,·110. M e re fi e ro tanto al r el vesti~ción , divididos po r regio nes así: 40 en Bogotá, 30
1os anahstas e n su lectu rn co . mo a 1del • rea iza o por
que se reserva el auto r d . . mo men to fi nal', en M edelHn y 30 en Santa M arta. Cada rcgio 11al, a su vez,
e esta mvest1mi •· · 11
las tres técnictls des,· g d _ n'·"ºI dY e n el cual se dividió propo rcio nalmente po r clases sociales; de cada
· na as ya aport
ven de base p'tra la lect . an rcsu ta os q ue sir- 30, correspo ndie ro n co para cada una: 10 alt.a, 10 media y
• ' · ura mtegraJ d , J ' Jb
entendidos como h' t . . e os a umes, ahora 10 po pular. Esta muestra es altam ente significativa ya que

e n que nos fueron apo rt d


1s o rias visuales
Í e n e 1 ~•smo ·
sentido permitió establecer diferencias regionales, además de los
interpretar· fi . ª os po r as familias. El análisis otros supuestos 1Ttencio nados como puntos de vista, de
ivo ma 1se hizo no , 1 •
cas de investia:1cio' n . . so o atc nd,cndo las técni- los cuales el regio nal y social consti::uyero n la base
0' , sino coteJando 11• .
program ática. Si bien roo parece un número peque ño,
tantc bibliog,ni(h d . d ' . · una amp a e 1111por-
, • < e ,stmtos autores ,
alg un mo me nto del trab . y pa1ses que en tén ~se presente que cada álbum posee una cantidad in-
3.JO resultaron útiJ determinada de fotos, que a la postre resultaro n entre 8,
ava nzar el pro¡:,ósito • . . .es para hacer
· mvesugac1vo para el más pequeño de los álbumes estudiados y 248,
Úls regiones mlt11mles. Las cuatr~ t ' . .
hoj a de transcriF:>CiÓll a1 ·1· _. . le cm cas mcnc1o mHlas: para el más grande. E nto nces 100 álbumes significó un
. · , 1a 1s1s v1sua es trab · , .
e mtcrpretativo se fu , d.
1 1cro n en 1fc
u· • 3JO estad1st1co materia\ muy amplio para responder a nuestros intereses.
trab,úo. El proce ·o se e 1· , . 1 . rentes momentos del Al número de álbumes ya mencionado se agregaron 20
un1p 10 uentro <le tr
de colombianos que viven en NuevaYo rk, los c ttaies no
tura les seleccio nadas para e l traba. o e , ~s zonas cul-
Santa M arta y M ' d 11' , ~ stad1st1co: Bogot;í; entran e n la proyección estadística y por tanto su lectura
. e e tn y un:i mas que se a re , aJ
Nueva Yo rk , para ser o lJJe . to so, 1o de análisis g inte go rpreta-
final, es m ás comparativa e interpretativa que técnica.
Metodología
Album de familia
212 213
Las clases sociales se denonunan dentro del texto asi: de alguna propiedad visual, la famifü m e h a firmado una
[AJ= Alta, [D]= Media y [C]= Daj a. Para deter minar la hoja dándom e su auto rización. También desta~o que las
clase se .:uvieron en cuenta varios indicadores; la auto- fotos elegidas no son las mejores en cuanto cahdad foto-
perc~pcto n de cada fanúlia, lo cual ha sido una buena y gráfica o expresiva, sino las que en cualquier momento
efectt; a estrategia; luego ingresos fam.i]jares, según Jas del Libro pudieron ma nifestar m ejor que otras una pro-
cuantias propuestas por eJ Dane (Departamento Nacio- piedad revelada por el estadio. El lector encontrará en ~1
nal de E~~tadística en Colombia): M edja-Alta, aquella que anexo 3," Fotografias de la investigación", las fotos ele~1-
ga~a mas de 15 salarios núnimos; M edia, entre 7 y 1 5; das, citadas con números en secuen cia. progresiva segun
Ba'J1a • menos de• 7 • AJ· u.uSU10
""; ·
tJempo se d eJO·, un espaCIO · se fueron incluyendo dentro de la redacción . Siempre,
en el fo_rmulano para que nuestro analista visual pudiera durante todo el proceso del análisis, tanto el autor com o
detc-~mrnar, segán su cr iterio, 1a clase correspondiente. sus colaboradores asumieron con somo respeto Y res-
~ue 111~eresante observar que dentro del trabaj o de análi- ponsabilidad el material fotográfico encomenda_d_o, pu~s
s1s se, vino ª. descu~rir que un criterio importante, quizá bien sabem os lo que representa una foto famillar. Sin
el m as efectivo y V1sual p ara fij ar la clase social, era la fo- embar go, poder sacar conclusiones sobre tan invaluable
tografia misma y por supuesto, el álbum. tesoro de representación grupal es un objetivo que es~e-
~os ~~ríodos históricos m encionados y base de la in- ramos compense tanto el riesgo que tomaron los pro_p1e~
V'esttgac10D fu eron tres, Jos cuales se denominan dentro tarios de los álbumes al prestár noslos, como la d16c1l
~el texto ~e.la siguiente manera:'antiguo',antes de 19 48; labor de estudio que ha tom ado varios años para su con-
tnterm edio , entre el año cuarenta y ocho y fina les de clusión . Con el fin de presentar de modo histórico los
los· setenta y ' n.uevo •, d esd e Jos anos
- ochenta hasta nues- conceptos que propone este libro las citas bibHográficas
tros d ías, se~m Jas justificaciones conceptuales qu e se se p resentan en el texto con el apellido del autor consul-
dan en el capitulo rv par::t to mar tales referencias. tado seguido en el mismo parentesis del año en el cual se
. La inforn?ación pa1·a el estudio se recogió en fo toco- hizo la publicación original y por este año debe buscarse
pias de los alhumes, los cu::1lcs fu eron clasificados uno en la Bibliografia. En el anexo sobre bibliografia ~od~ n
por u~o p::tra su dig italización, de algtmos se hizo copia encontrarse dos fechas: La primera señala la publicac1o n
fot~grafic~ .. Una vez se lograr on resultados se regresó a original y la segunda la edición consultada. Así.' p~r
vanas fa nulias i~ara q ue nos permitieran fotografiar algu- ejemplo si se alude a un concep to de Freud _[~1 fet1ch1s-
na~ representativas, con el fin de mantenerlas eu un ar- mo] se pondrá en el texto (1927) cuando or,1gmalmente
chiv~ _(el cual quizá quedará en la Biblioteca Nacional) y se publicó y en la bibliografía se agregara, 1981, que
tamb1cn para ? oder :.poyar con la foto original algunas correspin de a la edición española utilizada.
de ·las lafi r mac1011es que se sostienen en el texto. C onse- El equipo de trabajo que participó fue entren ado por
guir. e. material de álbumes 110 fue tarea rnc e.a ·il, si• b 1.en 1as el director del proyecto y quedó distribuido así: en B o-
fa nuhas que quisieron colaborar Jo hicieron espontánea- gotá lo coordinó Williarn Silva y se designaron como
~nente. Los temores más expresados para facilitarnos los analistas visuales a la p~icopedagoga Elsa B ocanegra Y
albumes no se refirieron a que sus fotos fueran publica- como recolectores zon:1lcs a los estudiantes -hoy diseña-
~as, lo q~e por lo general no parece causar tro piezos, dores- X imena Beta11(our y Juan Pablo Salamanca. En
su10 al m iedo de que ,se perdieran· En todos Jos casos en M edellín trabajaron el historiador Eduardo p onúnguez
que dentro del libro se muestra u na foto como ejemplo y la antropóloga y comunicadora Claudia Al~ rez, cada
Álbum de famllla Metodologla
214 uno de ellos con estudiantes que les colaboraro n en la
recolecció n del material. En Santa Marta lo coo rdinaron Anexo 2: Histogramas
la bibLiotecóloga Luz Paulina Travecedo quien ade1mlS 1

aportó una valiosa muestra fotográfica de esa ciudad y la \


antro pó loga Marta Elena Abello quienes contaron con la
participación de la historiadora Adriana Corzo. Como
djrecció n estadística de todo d proyecto se contó con los 1
servic ios de l asesor en sistemas William Silva. Todas las
personas que intervinieron ya habían tenido experiencia l
e n investigación y la mayoría había trabajado con el au-
tor de este libro en proyectos sim ilares, lo cual se valora
altamente d ebido a las cualidades de conocimiento e n
anáJisis visual que se exigía para esta investig-c1ción
La finan ciació n de esta investigació n estuvo a cargo
de Colcie ncias (Instituto Colo mbiano de C iencia y Tec-
no logía) que dio los aportes para realizar la hase de datos
en 1993-94, financió parte de mi viaje a Califo rnia
(1994) para su redacción final y me reconoció como uno
de los investigadores sobresalie ntes del país. durante 1995
y 1996, con un prcmjo de una pensión me nsual que ha
sido de indispensable utilidad. Tambié n recibí financia-
ción de la Universidad N acional de Colombia, que me ........ (.!'. !- -
concedió durante esos años (1990-92) media carga aca-
dé mica para hacer la investigación y durante dos años
( 1994-96) una comisió n de estudios en el exterior. Final-
m ente, c n _la parte de Nueva York, fui financiado po r b
Facultad <le Humanidades de b Universidad de CaJifor-
n il, que me concedió una beca de investigación.
_,
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l - --
215 ~
Alhurn ,la •~11n,llh1

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