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Economía ganadera
La distribución del inventario bovino por municipios muestra tres grupos bien
definidos (Figura 3):
Municipios con nivel de inventario bajo. Aquí se ubican doce municipios que tienen
el 13,4% del hato del departamento (219 mil bovinos), pero registran las mayores tasas de
natalidad (61%).
En la orientación de cría:
- El 60% de los productores obtienen ganancias de peso diario (GPD) que oscilan
entre 101 y 200 gramos (nivel tecnológico bajo).
- El 35% de los productores tienen GPD entre 201 y 300 gramos (nivel tecnológico
medio).
- Sólo el 5% de los productores tienen GPD entre 301 y 400 gramos (nivel tecnológico
alto).
- Respecto a la edad de sacrificio, el nivel tecnológico bajo termina los animales entre
37 y 42 meses.
Tabla 1. Meta: Indicadores productivos por orientación del hato y nivel de tecnología.
Grupos focales. Caribe Seco: Bolívar, Guajira, Cesar y Magdalena. Caribe Húmedo:
Córdoba, Sucre y Bolívar. Orinoquia: Vichada y Casanare. Centro - Sur: Huila, Tolima y
Caquetá. Andina: Cundinamarca, Boyacá, Antioquia y Nariño.
Este apartado representa una parte esencial dentro de los proyectos de inversión, ya que
permite conocer y cuantificar el capital necesario para la creación, instalación y puesta
en marcha de una nueva empresa, hasta la distribución y venta de los bienes o servicios
que se van a producir, en éste caso específico, una planta embotelladora de refrescos. La
determinación de las inversiones a realizar, así como el conocer susmontos respectivos
pueden significar un factor muy importante en el financiamiento y en la rentabilidad de
la empresa.
Las inversiones se canalizarán hacia una empresa de nueva creación, de iniciativa privada
y con el objetivo económico de obtener utilidades, a través de la producción, distribución
y venta de refrescos.
Desde el punto de vista económico, las inversiones 31 se clasifican en: fijas, diferidas y
en capital de trabajo.
- El uso de la tierra
- Erosión
En el caso de los potreros, la compactación resultante del tránsito de los animales afecta de
forma negativa el flujo del agua a través del perfil y la estabilidad estructural, procesos que
causan erosión superficial y deslizamientos.
"Los ecosistemas de páramo y alta montaña han sido afectados desde hace más de 40 años
por sistemas productivos de ganadería y agricultura altamente nocivos" afirmó González.
Estos ecosistemas, conocidos también como fábricas de agua, tienen como función natural la
regulación de flujos de agua y recarga de acuíferos. Dentro de las características de su suelo
está la porosidad que les permite almacenar grandes cantidades de agua que es liberada poco
a poco. Del agua que producen estos ecosistemas depende el 75 % de la población
colombiana y la ganadería los ha estado afectando.
- Baja productividad
Además del enorme costo ambiental que supone el actual sistema de producción ganadero en
Colombia, la ganadería en el país dista mucho de ser productiva. Precisamente, indicadores
como el ciclo ganadero (cinco años), la capacidad de carga (0.6 cabezas/hectárea) y el
número de terneros/vaca/año evidencian el pobre rendimiento de esta actividad económica
ampliamente difundida por todo el país. Esto quiere decir que la ganadería en Colombia no
es un buen negocio ni para el ambiente ni para el bolsillo de los ganaderos.
Soluciones Potenciales
Bajo este orden de ideas han surgido propuestas que recomiendan una combinación de
estrategias educativas, tecnológicas, políticas y económicas. Precisamente, en los últimos
años los sistemas silvopastoriles han cogido fuerza entre los ganaderos del país, gracias a un
trabajo conjunto entre la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), el Centro para la
Investigación en sistemas sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), The Nature
Conservancy, el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez, el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Los sistemas silvopastoriles son arreglos agroforestales que combinan el cultivo de arbustos
forrajeros para alimentación del ganado asociados a pasturas tropicales mejoradas con
densidades que fluctúan entre los 25 a 500 árboles por hectárea. Este tipo de sistemas pueden
desarrollarse también asociados al cultivo de árboles maderables o frutales para el
autoconsumo, la industria o la protección de la biodiversidad y la conexión de paisajes
fragmentados.