Anda di halaman 1dari 8

1) Describa las características más relevantes de las distintas corrientes político

sindicales del movimiento obrero argentino durante las primeras dos décadas
del siglo XX. Brevemente intente explicar las razones del éxito de la
interpelación ácrata entre los trabajadores hasta el Centenario. Compare las
respuestas del estado hacia el conflicto obrero durante el Régimen
Oligárquico y el primer gobierno radical.

Las principales corrientes del sindicalismo obrero a comienzos de siglo XX en la


Argentina son tres; a la distinción evidente entre socialistas y anarquistas, tanto en
lo que respecta a formas de lucha y concepción del sindicato como herramienta o
medio para el fin reivindicativo de la clase obrera, se opondrá una tercera corriente
que surge de la escisión del socialismo: el llamado sindicalismo revolucionario.

a) Socialistas: creían que debía existir estrecha cooperación entre sindicato y


partido, tratando de agrupar a todos los trabajadores en el sindicato sin distinción
ideológica. Piensan en alcanzar reivindicaciones económicas inmediatas para los
trabajadores mediante la vía legislativa (preponderancia en la persecución del poder
político). Preponderancia por la participación política, entendida esta como
intervención en la lucha electoral, participación en el parlamento y presión sobre los
poderes públicos para que otorguen leyes laborales beneficiosas para el
proletariado.

b) Anarquistas: Para los anarquistas organizadores o anarcosindicalistas1, el


sindicato era el escenario propicio para difundir la ideología ácrata que llevaría a la
revolución social2. Las organizaciones gremiales deben promover la filiación
ideológica, para no caer en ningún desvío economicista. La lucha se concentra para

1
A fines del siglo XIX convivieron en Argentina dos tendencias anarquistas; una “organizadora” que propiciaba
la participación de militantes en luchas de resistencia, y un bando “antiorganizador”, el cual se oponía a la
participación en luchas gremiales. Anarquistas ilustres como Pietro Gori, quien estaba a favor de los
organizadores, ayudan a inclinar la balanza, desplazando al bando antiorganizador al interior del anarquismo.
2
Autores como Belkin subrayan la importancia que otorga el anarquismo a la consecución del preciado
“objetivo final”; la supresión de la sociedad capitalista y la destrucción del Estado opresor. Por eso ven en
cualquier tipo de conflicto obrero el potencial para desencadenar una insurrección general que lleve a la
revolución social.
alcanzar el poder económico (su finalidad es establecer una federación de
productores libres).

La pugna inicial entre socialistas y anarquistas por el predominio de la representación


en el mundo obrero fue ganada ampliamente por el anarcosindicalismo (en 1904, la
UGT, organismo socialista, contaba cerca de 7400 afiliados, mientras que la FORA
anarquista contaba con 33000); el programa conservador de lucha sindical socialista
no convencía al grueso de los obreros, convocó preferentemente a sectores de
obreros calificados (trabajadores de "guante blanco", ligados a posiciones de elite
dentro de la fábrica, con situación laboral plenamente formalizada y con más
posibilidades de escalar posiciones al interior de la fábrica mediante las vías
"tradicionales" o institucionales). Mientras que el anarquismo, con un lenguaje claro
y sencillo, ligado a necesidades concretas de los trabajadores, en conjunto a una
acción política contundente orientada por los valores de una sociedad más justa y
solidaria, cautiva rápidamente a aquel sector obrero inmigrante descontento, quien
pensaba "hacer la América" en la Argentina, pero que ve sus esperanzas de ascenso
social frustradas al poco tiempo de llegar. La identificación entre anarquismo y obrero
inmigrante por parte de los representantes del Estado oligárquico argentino lleva a
la conclusión de la diáspora ideológica ácrata, importada por inmigrantes al país 3.
Debido a esto, se despliega una política de represión persecución inusitada hasta
aquel entonces hacia el inmigrante obrero y militante ácrata, de la cual el anarquismo
no logra reponerse, declinando definitivamente como alternativa política para las
masas obreras a fines de la primera década del siglo pasado.

Quiebre en el Socialismo y surgimiento del Sindicalismo revolucionario; a nivel


histórico presenta dos momentos clave, el primero vinculado al ascenso de Alfredo
Palacios a la cámara de diputados. Este se convierte en el primer diputado socialista
en ser elegido (durante las elecciones para diputados nacionales, del 13 de marzo

3
Mientras que, a comienzos de siglo XX los dirigentes del PS son en su mayoría argentinos, los anarquistas
eran en su mayoría inmigrantes; quienes además se creía propensos a actuar violentamente. Existe una
ligazón entre agitación popular-urbana y presencia migratoria, de ahí la Ley de Residencia promulgada en
1902, destinada a la expulsión de extranjeros por decisión administrativa y la campaña xenófoba contra el
extranjero, apoyada por las elites económico-políticas y respaldada en parte por las pseudociencias de corte
positivista que proliferaron a fines del siglo XIX.
de 1904). Cierto sector disidente aduce que el diputado debe cumplir más bien un
rol secundario y complementario, mientras que el sector "oficialista" percibía el triunfo
de Palacios como trascendental para el Partido. En estas posiciones contrarias se
evidencia, por un lado, una política que pretende hacer del movimiento obrero el
actor político central (a través del sindicato como forma de organización obrera por
excelencia) frente a otra que plantea plegarse de manera subordinada a los
mecanismos de representación tradicionales (la vía legislativa del reformismo
parlamentario pequeño-burgués). El segundo punto crítico - y que representa el
quiebre definitivo entre ambos bandos- sucede luego de la fallida revolución del
Centenario. Esta representa la excusa perfecta para el Estado, quien reacciona con
violencia indiscriminada frente a quienes se consideraba como opositores. Los
oficialistas adoptan una actitud pasiva y de cautela frente a la abierta y desatada
represión, mientras que el bando disidente plantea una resistencia revolucionaria
frente a lo que consideran una provocación (El Partido Socialista no estuvo implicado
en los hechos del 4 de febrero de 1905. En su discurso se establecía que el intento
motín correspondía a fracciones de la burguesía inmoral en disputa, frente a lo cual
los trabajadores no debían inmiscuirse). Esto hace estallar el conflicto en torno a la
militancia política socialista, terminando con el quiebre definitivo al interior del partido
y el surgimiento de la tercera corriente sindical; el sindicalismo revolucionario. c)
Sindicalismo revolucionario; asignan importancia fundamental a la lucha obrera,
aceptando medios diversos. Reivindican la defensa de una acción puramente obrera,
sin que medie intereses ni representantes. Sostienen que lucha no debe limitarse a
lo económico, aunque remarcan preponderancia de la actividad sindical. Luego del
declive anarquista, logran convertirse en el movimiento sindical más importante
durante la segunda década del siglo XX.

El Estado Argentino asume dos formas coincidentes con los predominios anarquista
y sindicalista en el movimiento obrero argentino; una es el Estado oligárquico
represivo y la otra el Estado populista-liberal, respectivamente. Durante el primer
periodo (hasta 1916), el Estado es percibido por el anarquismo como un represor
descarnado al servicio del capital, imposible de reformar o conquistar (solo se debe
destruir). A su vez, el Estado solo ve en el movimiento sindical, el factor de desorden
perturbación social promovido por agitadores extranjeros, reduciendo el conflicto a
un problema policial; únicamente posible de resolver por la vía de la represión (Ley
de Residencia, Ley de Defensa Social, presencia policial, etc.).

Luego del ascenso del radicalismo al poder, se muestra una mayor sensibilidad
social. Es así como el Estado asume su segunda forma; la populista-liberal (1916-
1930). Yrigoyen tiene una concepción diferente del Estado respecto a sus
antecesores; cree que este puede (y debe) oficiar de árbitro en los conflictos
económicos entre sindicato y empresa. Por esto adopta una actitud paternalista
(consecuente con el espíritu liberal) con los sectores menos favorecidos. El estallido
de la Revolución Rusa (1917) fue motivo de efervescencia social en el movimiento
obrero (se veía como posible la superación del capitalismo y un gobierno de corte
obrero); el sindicalismo decide apaciguar las aguas, manteniendo relaciones
cordiales con la UCR. En recompensa, Yrigoyen resuelve el conflicto con los gremios
marítimos y ferroviarios, otorgando beneficios a huelguistas. Durante el periodo de
Alvear, hasta la segunda presidencia de Yrigoyen, se profundiza la relación entre
Estado y movimiento sindical, llegando a producirse una fuerte identificación
emocional de Yrigoyen con los trabajadores, encontrando apoyo en sectores obreros
con una intensidad desconocida hasta ese entonces4.

4
Debemos hacer hincapié en el hecho de que esta relación idílica entre el líder protector y los trabajadores
agradecidos solo aplica para los obreros sindicalistas. Los socialistas fueron opositores políticos tradicionales
del radicalismo, para ellos la política de represión siguió una línea similar a la del anarquismo durante la
década anterior.
2) A partir del texto de N. Botana “La Reforma Política…” analice las razones que
impulsaron la sanción y los resultados de la denominada ley de Saénz Peña.

Las circunstancias históricas que propiciaron la Ley Sáenz Peña son;

i) El quiebre de la alianza entre personalidades y grupos que apoyaban al


Partido Autonomista Nacional (PAN). El origen del conflicto entre fracciones
de la elite puede rastrearse desde fines del siglo XIX, en la pugna Roca-
Pellegrini. El primero, reelecto como presidente en 1898 (mediante el
mecanismo fraudulento del colegio electoral, que reflejaba el juego de
alianzas entre las oligarquías locales), solicita a Pellegrini -por ese entonces
aliado político- ayuda para gestionar un plan de unificación de la deuda
pública en Londres, este acepta asumir la defensa del proyecto en el
Congreso, pero no soporta el desaire de Roca quien decide quitar su respaldo
político al retirar el proyecto. Esto provoca una creciente escisión al interior
del grupo, la cual toma forma de impugnación pública al régimen, tachándolo
abiertamente de corrupto y fraudulento. El bando de Pellegrini busca
establecer una coalición con el mitrismo, y logra hacerse con el poder
nuevamente durante la presidencia de Figueroa Alcorta5 (1906). Sáenz Peña
llega a la presidencia impulsado por nuevo movimiento político, la Unión
Nacional (UN) se sumaba al PAN como representantes políticos de la
oligarquía. Pero, mientras el PAN manipulaba una ideología concordante con
las estructuras políticas, la UN reorientó su mensaje ideológico, cuestionando
la legitimidad de los mecanismos para elegir dirigentes. Así Peña logra
encabezar una renovación conservadora de la política.

ii) una creciente explicitación del conflicto durante el Centenario; se hace


evidente para los círculos intelectuales y académicos que el discurso
oficialista de una "Argentina feliz" y segura de su progreso ilimitado es

5
Paradójicamente recurre a los mismos mecanismos fraudulentos que dice atacar. Mediante la compra de
votos conquista las viejas máquinas electorales, asegurando de paso la continuidad del bando antiroquista
que posibilita el ascenso de Roque Sáenz Peña a la presidencia en 1910.
contradictorio con una realidad política marcada por el fraude electoral y los
recurrentes mecanismos informales en la distribución de cargos públicos. Los
primeros precursores de la ciencia política en el país prestan atención al
fenómeno político, ayudando a evidenciar la ficción del régimen y sus
sistemas políticos provinciales dominados por gobernadores, quienes
permanecían subordinados al poder central. Así nace la UCR (como todo
nuevo partido político que surge luego de una crisis político institucional),
encarnando una ideología con tintes morales evidentes en su estilo, haciendo
visible el conflicto en una fracción de las elites, sector que impugnaba las
prácticas del antiguo régimen político oligárquico.

iii) el conflicto se institucionaliza con la aparición de un nuevo partido político,


el cual no dependía de los recursos del gobierno, constituyéndose bajo la
nueva lógica de los partidos políticos modernos de masas (captación de
adherentes mediante cuadros organizados, difusión ideológica y elaboración
de un programa). El PAN, partido creado a la medida de Roca en 1880, fue
un instrumento eficaz para comunicar a las oligarquías locales entre sí,
nacionalizándolas dentro de un conjunto de relaciones de subordinación
estrictamente acatadas. Esto creaba una rígida estructura jerárquica de
dependencias, lo que facilitaba las crisis en épocas de sucesión, generando
las fricciones por el monopolio del poder. La UCR pudo sobresalir como gran
fuerza opositora frente a otras “ofertas” políticas de la época creando un
modelo o estructura similar al del régimen institucional; frente a gobiernos
locales tradicionales del régimen oligárquico, crea comités provinciales que
movilizaban expectativas de participación política, frente a las organizaciones
del poder nacional privilegiado, Yrigoyen de preponderancia estratégica a
organizaciones más fuertes de estructura parlamentaria (el comité provincial
de Buenos Aires). La UCR genera además, mediante la “revolución del
Parque”, la exigencia de reforma política más significativa gestada por un
grupo organizado incorporado el ejercicio del poder.
La sanción de la Ley Sáenz Peña refleja una de las contradicciones en la política
llevada a cabo por las elites argentinas. Esta ley surge como resultado de dos
tradiciones contradictorias; una que valorizaba el régimen político cerrado
implementado por el roquismo (articulado por grupos conservadores presentes en
provincias), frente a otra que valorizaba un régimen abierto de participación popular
(articulado por la UCR). El radicalismo, como partido político supo adaptarse bien a
los cambios, con una estructura de partido moderna, en cambio, los conservadores
quedaron anclados en la tradición. Esto imposibilito el establecimiento de un sistema
de partidos políticos competitivo, por falta de una estructura organizativa que
contrapesara actividad electoral del radicalismo. Aun así, la Ley Sáenz Peña da un
piso de legitimidad importante a los futuros gobernantes del país; gracias al
compromiso de cierto sector con los principios de la democracia representativa con
participación popular.
PRIMER PARCIAL DE
HISTORIA SOCIAL
ARGENTINA
SOCIOLOGIA UBA

Nombre: Rolando Jaime

Cátedra: Fanlo

Profesor: Cristián Aquino

Fecha entrega: 09/10/18

Anda mungkin juga menyukai