AN/449
Manual sobre
cizalladura del viento
a poca altura
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2/06
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Doc 9817
AN/449
Manual sobre
cizalladura del viento
a poca altura
ENMIENDAS CORRIGENDOS
Núm. Fecha Anotada por Núm. Fecha Anotado por
7/11/96 (ii)
PREÁMBULO
Entre 1964 y 1983,a se citó la cizalladura del viento a baja altura en por lo menos 28 accidentes
o incidentes de grandes aeronaves de transporte en los que, en conjunto, hubo más de 500 muertos y
200 heridos. La comunidad aeronáutica es cada vez más consciente del carácter peligroso e insidioso de
este fenómeno, lo cual se pone de manifiesto en el hecho de que el Consejo de la OACI lo consideró
entonces como uno de los problemas técnicos más importantes con que se enfrentaba la aviación.
a. Al publicarse el presente manual, el año 1983 era el más reciente respecto al cual existían informes completos en el banco de
datos de notificación de accidentes/incidentes de la OACI.
(iii)
(iv) Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Desde 1967 la FAA de los Estados Unidos ha tenido un programa minucioso destinado a
aminorar el peligro que significa para la aviación la cizalladura del viento a baja altura. Con arreglo a este
programa, se han tomado medidas sobre las recomendaciones del mencionado comité y las que formula
periódicamente la National Transportation Safety Board (NTSB) al investigar accidentes. A este respecto, la
FAA preparó un “Integrated Wind Shear Programme”, que requirió estrecha colaboración con varias
dependencias gubernamentales [p. ej., la National Aeronautical and Space Administration (NASA), la
industria aeroespacial, asociaciones de pilotos y la OACI] y abarcaba una ayuda para la instrucción sobre
cizalladura de viento, que se publicó en febrero de 1987. El programa tenía por objeto elaborar y mejorar
durante los cinco o diez años siguientes los procedimientos de enseñanza, instrucción y operacionales, los
medios técnicos de detección de la cizalladura del viento instalados en tierra y de a bordo y sistemas de a
bordo de guía del vuelo. Al mismo tiempo, se debía explicar el riesgo que supone la cizalladura del viento
mediante constante investigación científica de este fenómeno. En 1987, con la asistencia del WISTSG, la
OACI publicó la Circular 186 sobre Gradiente del viento, en la que se basa el presente manual.
Al publicarse dicho manual, se señaló en su preámbulo que “la mayor parte de la información
disponible sobre el gradiente del viento, y especialmente con respecto a los aspectos operacionales de
este fenómeno, no está aún lo suficientemente estudiada para poder convertirla en disposiciones
reglamentarias”. Constituyen pruebas de que el tema ha progresado considerablemente las enmiendas
subsiguientes a los Anexos y Procedimientos para los servicios de navegación aérea (PANS) pertinentes a
fin de tener en cuenta el requisito de proporcionar a los pilotos información sobre la cizalladura del viento y
el hecho de que la circular original se ha remplazado por el presente manual.
Dos tendencias principales han dado lugar al progreso logrado en los últimos dieciséis años. El
adelanto en el desarrollo de equipo, tanto de tierra como de a bordo, para detectar la cizalladura del viento
y emitir avisos, ha tenido lugar desde 1987. En particular, se han logrado avances considerables en los
radares Doppler y la tecnología de procesamiento de señales, lo que ha llevado al desarrollo de sistemas
de detección y aviso de cizalladura del viento basados en tierra especializados y muy eficaces. Avances
semejantes han permitido producir sistemas frontales de detección y aviso de cizalladura del viento para
satisfacer los requisitos operacionales para el equipo de a bordo. Se han enmendado los documentos
pertinentes de reglamentación de la OACI para tener en cuenta este progreso técnico.
Referencias
1. Report by the United States National Academy of Sciences Committee on Low-Altitude Wind Shear and its Hazard
to Aviation: 1983, National Academy Press, Washington, D.C., Library of Congress No. 83-63100.
2. OACI, 1974: Informe de la octava Conferencia de navegación aérea (Doc 9101), Montreal.
ÍNDICE
Página
3.1 Perfil del viento en los niveles inferiores de la atmósfera ..................................... 3-1
3.2 Flujo del viento en torno a los obstáculos....................................................... 3-6
3.3 Corrientes aéreas que acompañan a las superficies frontales ............................... 3-10
3.4 Brisa de tierra y brisa de mar .................................................................... 3-13
3.5 Tormentas .......................................................................................... 3-14
3.6 Climatología de la cizalladura del viento convectiva........................................... 3-32
3.7 Estadísticas sobre la cizalladura del viento a poca altura
en la proximidad de los aeródromos ............................................................ 3-33
3.8 Vórtices de estela ................................................................................. 3-34
3.9 Efectos aerodinámicos negativos de las fuertes lluvias ....................................... 3-38
5.1 Observación de la cizalladura del viento — observaciones en tierra y en vuelo ........... 5-1
5.2 Pronósticos de cizalladura del viento............................................................ 5-28
5.3 Notificación de cizalladura del viento............................................................ 5-46
(vii)
(viii) Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Página
Apéndices
3. Análisis matemático del efecto de la cizalladura del viento en la sustentación .................. AP 3-1
4. Alerta de cizalladura del viento y turbulencia en Hong Kong (China) ............................. AP 4-1
5. Perfilógrafo del viento UHF en el aeropuerto Nice Côte d’Azur ................................... AP 5-1
6. Requisitos de equipo de un sistema de cizalladura del viento a baja altitud ..................... AP 6-1
Bibliografía
Capítulo 1
INTRODUCCIÓN
1.1 La expresión “cizalladura del viento a poca altura”, en el sentido más amplio, abarca una familia
de movimientos del aire en las capas inferiores de la atmósfera, que varían desde remolinos y rafagosidad
a pequeña escala, que pueden afectar a las aeronaves en la forma de turbulencia, hasta la circulación a
gran escala de una capa de aire en relación con otra adyacente. Entre los fenómenos de gran diversidad
que pueden producir estos movimientos atmosféricos se pueden citar las tormentas, las brisas de tierra o
de mar, las corrientes en chorro a baja altura, las ondas orográficas y los sistemas frontales. Para
comprender, en este contexto, el denominador común que enlaza fenómenos tan variados, es necesario
explicar el significado de la expresión “cizalladura del viento”. La definición más corriente es la siguiente:
cambio de la velocidad o de la dirección del viento en el espacio, incluso las corrientes ascendentes y las
corrientes descendentes. Se sigue que cualquier fenómeno atmosférico o cualquier obstáculo material a la
circulación del viento, que produzca un cambio en su velocidad o dirección, ocasiona cizalladura del viento.
1.3 La importancia de la cizalladura del viento en la esfera de la aviación se justifica por sus efectos
en la actuación de las aeronaves, con las consecuencias negativas que ello puede tener para la seguridad
de los vuelos. Si bien la cizalladura del viento puede hallarse en todos los niveles de la atmósfera, su
presencia en la capa inferior [500 m (1 600 ft)] es el que reviste importancia especial para las aeronaves
que aterrizan y despegan. Durante las fases de ascenso y de aproximación, la velocidad aerodinámica y la
altura de las aeronaves se acercan a valores críticos, por lo que las aeronaves son especialmente
vulnerables a los efectos negativos de la cizalladura del viento. Como se verá en los capítulos siguientes, la
reacción de las aeronaves a la cizalladura del viento es sumamente compleja y depende de numerosos
factores, entre ellos tipo de aeronave, fase de vuelo, escala en la que se produce la cizalladura del viento
respecto a las dimensiones de la aeronave e intensidad y duración de la cizalladura del viento.
1.4 Una vez señalada a la atención la presencia generalizada de la cizalladura del viento en la
atmósfera y los peligros que este fenómeno puede presentar para las aeronaves, cabe indicar, para
mantener las cosas en su debida perspectiva, que si se tiene en cuenta el elevado número de despegues y
aterrizajes en todo el mundo, son muy pocas las aeronaves que encuentran dificultades que causen un
accidente y que la cizalladura del viento es un factor en una fracción de estos accidentes. No obstante,
dado que la cizalladura del viento ha contribuido a accidentes de aviación, es motivo más que suficiente
para que todos los que intervienen en las operaciones aeronáuticas comprendan las consecuencias
impresionantes que la cizalladura del viento puede tener en la actuación de las aeronaves, especialmente
durante las fases de aterrizaje y despegue.
1-1
Capítulo 2
CARACTERÍSTICAS DE LA CIZALLADURA
DEL VIENTO A POCA ALTURA
2.1 EL VIENTO
2.1.1 La definición más simple del viento es “movimiento del aire respecto a la superficie de la tierra”.
El viento sopla libremente en un espacio tridimensional y, puesto que posee a la vez velocidad y dirección,
debe considerarse como un vector que puede resolverse en tres componentes ortogonales. Respecto a la
tierra, se trata de componentes de las direcciones norte/sur, este/oeste y hacia arriba/hacia abajo. Respecto
a la trayectoria de vuelo de una aeronave, se trata de componentes de viento de frente/viento de cola
(longitudinales) de componentes de viento de costado izquierda/derecha (laterales) y componentes de corrientes
ascendentes/descendentes (verticales) (véase la Figura 2-1).
2.1.2 Salvo en casos especiales, la componente vertical del viento en la atmósfera suele ser pequeña
en relación con una o ambas componentes horizontales, particularmente en la proximidad del suelo, donde
el viento es forzado a circular en el plano horizontal. Como, por lo general, suelen predominar las
componentes horizontales, se supone que un viento horizontal sopla paralelamente a la superficie de la
tierra, descuidando así la componente vertical. Los casos especiales en los que predomina la componente
vertical del viento se deben a causas como nubes convectivas (especialmente tormentas), ondas orográficas
y térmicas. Los dos primeros de estos fenómenos están especialmente relacionados con la cizalladura del
viento y se examinan de manera detallada en el Capítulo 3.
2.1.3 Dado que la aeronave, por la elección apropiada de pista, suele siempre aterrizar o despegar
enfrentando al viento, la componente longitudinal de viento de frente/de cola tiene sistemáticamente la
tendencia a predominar sobre la componente de viento de costado o componente lateral. Debido a ello, se
insiste normalmente en los cambios de la componente de viento de frente/de cola (longitudinal), salvo en
los casos especiales ya mencionados y en que predomina la componente vertical (corrientes
ascendentes/descendentes). Además, al calcular la cizalladura del viento en el aeropuerto, debe tenerse en
cuenta la orientación de las pistas, lo que significa resolver todos los vectores cizalladura respecto a los
rumbos de la pista, proporcionando así cizalladura en forma de componentes viento de frente/viento de cola.
2-1
2-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
2.2.2 De lo expuesto resulta también que, aun cuando toda turbulencia lleva aparejada cizalladura
del viento, aun a muy pequeña escala, las cizalladuras del viento, especialmente a gran escala, no van
acompañadas forzosamente de turbulencia. La cizalladura del viento no es únicamente cierta forma de
turbulencia en aire claro; además, la cizalladura del viento a una escala que afecte a la actuación de la
aeronave no entraña necesariamente turbulencia.1
V EW
V NS VEW = componente este/oeste
V UD
VCROSS
V HT
VUD VCROSS = componente de viento de costado (lateral)
b) Componentes en relación con la orientación de la pista V = vector tridimensional del viento real
c) Componentes en relación con la orientación de la pista cuando V = vector bidimensional del viento
el componente vertical no se tiene en cuenta o es igual a cero
2.3.1 La cizalladura del viento, que es el cambio del vector viento de un punto en el espacio a otro,
viene dada por la diferencia entre los vectores viento en los dos puntos, la cual es por sí misma un vector
(por tener al mismo tiempo velocidad y dirección). La intensidad de la cizalladura del viento se calcula
dividiendo la magnitud de la diferencia entre los vectores en los dos puntos por la distancia que los separa,
utilizando unidades compatibles. El cálculo de la cizalladura puede efectuarse en forma gráfica sirviéndose
del triángulo de las velocidades o mediante sustracción de las componentes de los dos vectores viento, ya
sea manualmente o mediante computadora o por el método trigonométrico. Por ejemplo, consideremos un
viento V1 a de 240º/60 km/h (30 kt) en el punto A a 300 m (1 000 ft) por encima del nivel del suelo (AGL),
que cambia a un viento V2 de 220º/20 km/h (10 kt) en el punto B a 150 m (500 ft) AGL. En la Figura 2-2 a) y
b), el vector cizalladura del viento se calcula gráficamente por sustracción de los dos vectores viento ( V2 –
V1 ) o ( V1 – V2 ); se indica también su relación con el vector “viento resultante”, que se obtiene de la suma
de los dos vectores viento ( V1 + V2 ). La resultante únicamente puede tener una sola dirección, ya que ( V1
+ V2 ) = ( V2 + V1 ), pero la diferencia de los vectores puede tener una u otra de dos direcciones recíprocas
(con la misma velocidad), según se haga la sustracción de uno u otro de los dos vientos (dicho de otro
modo, ello depende del sentido en que el observador se traslada, del punto A al punto B o viceversa),
puesto que ( V2 – V1 ) ≠ ( V1 – V2 ) salvo en el caso trivial V1 = V2 , en que no hay cizalladura.
2.3.2 El hecho de que la diferencia de los vectores o el vector cizalladura del viento puede tener dos
direcciones recíprocas, según el sentido del cambio del viento, tiene importancia por sus efectos en las
aeronaves (véase el Capítulo 4 para más detalles). En 2.3.1 puede verse fácilmente que el vector
cizalladura del viento para un aterrizaje del punto A al punto B sería ( V2 – V1 ), mientras que para un
despegue del punto B al punto A, sería ( V1 – V2 ), es decir, que la velocidad sería la misma en los dos casos,
si bien la dirección sería en cada caso la recíproca de la otra. En la Figura 2-2, se ilustra el cálculo de la
diferencia de los vectores utilizando componentes y fórmulas normalizadas, respectivamente, En la práctica,
se dispone normalmente de tablas calculadas previamente que permiten obtener la magnitud de la
cizalladura del viento a partir de las velocidades de los dos vientos y del ángulo formado entre ellos [véase
la Figura 2-2 c) y párrafo 2.1.3].
2.3.3 El párrafo 2.3.2 ilustra la cizalladura del viento en el plano vertical tal como lo mediría un
anemómetro situado a 300 m (1 000 ft) y otro a 150 m (500 ft) AGL. Podría hacerse el mismo cálculo para
una cizalladura del viento en el plano horizontal, es decir, si ambos anemómetros tuviesen una separación
de 150 m (500 ft) entre sí a nivel del suelo. Dado los mismos valores del viento (240/30 y 220/10), se
obtendría exactamente el mismo vector cizalladura del viento y su dirección dependería nuevamente de que
el observador se trasladara del punto A al punto B o viceversa, como en el ejemplo en 2.3.2.
2.3.4 No se podría insistir demasiado en el hecho de que la cizalladura del viento es un vector y que,
por lo tanto, debe tenerse en cuenta la velocidad y la dirección de los dos vientos de que se trate. No es
posible calcular la cizalladura del viento por simple sustracción escalar de las velocidades del viento,
excepto en el caso concreto en que la dirección de ambos vientos sea exactamente la misma o las
direcciones sean exactamente recíprocas. Por último, cabe observar que el gradiente escalar (es decir, la
sustracción directa de las velocidades del viento, sin tener en cuenta sus direcciones) es siempre inferior o
igual a la cizalladura vectorial y que, por lo tanto, en la mayoría de los casos se subestima la magnitud real
de la cizalladura.
I. Por construcción [trácese a escala y mídase la magnitud (velocidad) y la dirección sirviéndose de una regla y de un
transportador]
Suma de vectores (V2 + V1) Suma de vectores (V1 + V2)
(resultado) (resultado)
El método gráfico más simple consiste en trazar los vientos en un diagrama polar, es decir, como una "hodográfica"
(véase ejemplo en la Figura 3-2).
Nota.— Los signos de las componentes son los recíprocos de los signos convencionales trigonométricos
usuales, siendo la dirección del viento la dirección de la cual sopla el viento.
La diferencia entre los vectores del punto A al punto B (p. ej., en el sentido del aterrizaje) = V2 – V1 .
Magnitud (velocidad) de la diferencia entre los vectores = V2 – V1 = ( −19, 6)2 + ( −7, 3)2 = 20, 9 = 21 kt .
( −7, 3)
Dirección de la diferencia entre los vectores = V2 – V1 = tan−1 = 20° .
( −19, 6)
Puesto que las dos componentes de la diferencia entre los vectores (cizalladura) son negativas, la dirección de la
cizalladura del viento es del cuadrante nordeste, y porque la componente este/oeste $ que la componente norte/sur,
la dirección = (090 – 020) = 070E.
C
ad ur a
iz a ll
de c
Ve c to r
a=
B
b
c
A V1 = 240/30
V 2 = 220/10
20°
A
Este es un caso en que se conocen dos lados de un triángulo y el ángulo que forman.
El lado “b" = 30, el lado "c" = 10 y el ángulo entre los vientos V1 y V2 = 240° – 220°
A = 20E
a² = b² + c² – 2bc cos A
= 436, 2 = 20, 9
= 21 kt .
Conociéndose ya los tres lados del triángulo (a = 21, b = 30 y c = 10), se puede hallar como sigue la dirección
del vector cizalladura:
b² = a² + c² – 2ac cos B
⎡ a 2 + c 2 − b 2 ⎤ −363
B = cos−1 ⎢ ⎥= = −0, 8684 = 150° .
⎣ 2ac ⎦ 418
Con arreglo a la configuración geométrica del diagrama, la dirección del vector cizalladura = (180° – 150° + 40°)
= 070° (o recíprocamente 250° según el orden de sustracción de los vectores viento).
2.4.1 En la Figura 2-2, la cizalladura del viento entre los puntos A y B es de 070º/42 km/h (21 kt),
y entre los puntos B y A de 250º/42 km/h (21 kt). La intensidad de la cizalladura en ambos casos es
21/5 = 8,4 km/h por 30 m (4,2 kt por 100 ft). Es práctica corriente dar la intensidad de la cizalladura del
viento en kilómetros por hora por 30 m o en metros por segundo por 30 m, o en nudos por 100 ft, puesto
que estas unidades son cómodas y fáciles de comprender para el personal aeronáutico. En el caso de las
aeronaves que aterrizan o que despegan en un punto en que la trayectoria de planeo o la trayectoria de
despegue corresponde a un ángulo fijo conocido, por ejemplo, trayectoria de planeo de 3º, y es conocida y
relativamente constante la velocidad de la aeronave respecto al suelo (GS), se puede efectuar la
conversión de la cizalladura del viento de kt/100 ft o m/s por 30 m a kt/s o a m/s por s, lo que da la
intensidad de la cizalladura del viento en unidades de aceleración (es decir, cambio de velocidad en el
tiempo), lo cual es especialmente útil para los pilotos (véase la Figura 4-5).2
2.4.2 Pueden obtenerse otras unidades de medida de la cizalladura del viento, frecuentemente
empleadas por los investigadores y que, por consiguiente, figuran en los informes de investigaciones y en
publicaciones científicas, mediante un análisis dimensional, como se indica a continuación:
unidades de velocidad L / T 1
Cizalladura del viento = (p. ej.,) kt por 100 ft es decir: = =
unidades de distancia L T
Donde
L = longitud, y
T = tiempo.
Por consiguiente, las unidades pueden expresarse en s–1. Mientras que en lenguaje científico s–1 debe
considerarse como la unidad apropiada de medición de la cizalladura del viento, desde el punto de vista
físico, la unidad es de difícil interpretación y en la práctica no es especialmente útil en la esfera de las
operaciones de aeronaves.
2.4.3 Si se resumen las tres formas de expresar la intensidad de la cizalladura del viento examinadas
en 2.4.1 y 2.4.2 en relación con el ejemplo dado en la Figura 2-2, en el caso de un viento que cambia de V1
en el punto A a V2 en el punto B (p. ej., en el aterrizaje), el vector cizalladura del viento entre los puntos A y
B es 070º/42 km/h (21 kt) por encima de 150 m (500 ft), por consiguiente:
a) la intensidad en km/h por 30 m = 8,4 km/h por 30 m o en kt/100 ft = 4,2 kt/100 ft;
b) la misma intensidad en unidades científicas = 0,07 m/s; y
c) la intensidad, tal como afectaría a una aeronave en el aterrizaje, en km/h por s (kt/s)
(es decir, aceleración) para una trayectoria de planeo de 3º y una velocidad respecto
al suelo de 300 km/h (150 kt) (es decir, una velocidad de descenso de 3,9 m/s (13 ft/s) =
1,09 km/h por s (0,546 kt/s) o 0,025 g, donde g = aceleración debida a la gravedad. Deben
calcularse las componentes reales de cizalladura viento de frente/viento de cola
resolviendo la diferencia entre los vectores a lo largo de los rumbos de la pista.
2.4.4 Cabe hacer la observación de que la cizalladura del viento que se ha examinado hasta ahora
se origina en la atmósfera libre y que existe independientemente de la presencia de una aeronave. En
realidad, los meteorólogos utilizan estas cizalladuras del viento al trazar holográficas o calcular el viento
térmico. En estos casos, se calcula la cizalladura entre los vientos que soplan en dos niveles de la
atmósfera efectuando la sustracción del vector viento en el nivel inferior del vector viento en el nivel superior,
es decir, ( V1 – V2 ) en el ejemplo dado en 2.3.1. En el Capítulo 4, donde se examina el efecto de la
cizalladura del viento en la actuación de una aeronave, resulta importante la dirección del vector cizalladura
del viento en relación con la trayectoria de vuelo de la aeronave. En particular, como se mencionó en
2.4.3 c), el vector cizalladura debe resolverse a lo largo de la orientación de la pista a fin de tener en cuenta
la derrota de vuelo de la aeronave durante el despegue y el aterrizaje.
Capítulo 2. Características de la cizalladura del viento a poca altura 2-7
2.5.1 Los métodos de cálculo de la cizalladura del viento expuestos en 2.3 sólo pueden utilizarse
cuando se dispone de información sobre el viento en dos puntos en el espacio, obtenida, por ejemplo, de un
informe de aeronaves en el descenso, un informe de radioviento sonda o de los datos de dos anemómetros
colocados a distintos niveles en un mástil o espaciados a lo largo de una pista. Esto limita
considerablemente la utilidad práctica de estos métodos, puesto que no se dispondrá, por lo general, de
información sobre los vientos en determinados puntos que interesan. Desde el punto de vista de las
operaciones existen otras dos limitaciones que también deben tenerse en cuenta. En el cálculo de la
cizalladura de dos vientos en puntos separados por determinada distancia se obtiene simplemente la
cizalladura global ente los dos puntos. Ello no indica si el índice de la cizalladura es lineal o, de no serlo, si
es por lo menos progresivo entre los puntos considerados, o si esencialmente se produce en una corta
distancia en alguna parte entre estos puntos. Por consiguiente, el cálculo no da forzosamente la cizalladura
máxima en la capa de aire, que es lo que el piloto necesita saber. La Figura 2-3 ilustra este problema
utilizando la cizalladura del viento calculado anteriormente en la Figura 2-2.
2.5.2 En el caso 1 de la Figura 2-3, la cizalladura entre 300 m (1 000 ft) y 150 m (500 ft) es
aproximadamente lineal y la cizalladura global de 42 km/h (21 kt) que ha sido calculado a razón de 8,4 km/h
por 30 m (4.2 kt/100 ft) (basado en los dos únicos vientos conocidos en los puntos A y B), reproduce muy
bien las condiciones reales. No ocurre lo mismo en los casos 2 y 3 donde, aun cuando la cizalladura global
calculada es aún 42 km/h (21 kt) u 8,4 km/h por 30 m (4,2 kt/100 ft), se encuentra concentrada en 60 m
(200 ft) en una cizalladura del viento local insospechada muy superior a 8,4 km/h por 30 m (4,2 kt/100 ft) en
los ejemplos dados y alcanza un máximo de 21 km/h por 30 m (10,5 kt/100 ft). Sin embargo, en la práctica
la cizalladura del viento lineal o por lo menos gradual a baja altura representa el caso más típico, mientras
que la no lineal es la excepción en determinadas condiciones (véase 3.1.5).
2.5.3 La segunda limitación se refiere al cálculo de la cizalladura del viento basado en los vientos
observados por radiovientosonda o por globo piloto.3 Estos vientos representan ya los vientos medios para
capas sucesivas de la atmósfera, obteniéndose por interpolación4 los vientos para determinados niveles,
por lo que tal vez no indiquen la cizalladura real del viento entre dos niveles en particular.
Cizalladura local
600′ 224/14 600′ 230/20 (700 ′ – 500′ ) 600′ 220/10
= 21 kt
(10,5 kt/100 ′ )
Referencias
1. Melvin, 1975: The dynamic effect of wind shear, Pilot Safety Exchange Bulletin, Flight Safety Foundation Inc.,
Arlington, VA.
3. Jasperson, 1982: The limiting accuracy of wind profiles obtained by tracking rising balloons, Journal of Applied
Meteorology.
4. Organización Meteorológica Mundial — Compendium of lecture notes, 1971: Determination of upper winds at
specified levels, WMO No. 291.
Capítulo 3
GENERALIDADES
3.1.1 Es un hecho bien conocido que, aun fuera de la influencia de determinados fenómenos
meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento, ésta se encuentra siempre presente en la atmósfera,
aunque en circunstancias normales no entraña dificultades para el piloto. Ello puede observarse
especialmente a menos de 600 m (2 000 ft), donde la resistencia al avance debida a la fricción ejercida en
la capa de aire más cercana a la superficie terrestre ocasiona cambios tanto en la velocidad como en la
dirección del viento con la altura. A esta capa se le suele denominar “capa de fricción”, la cual a su vez
puede subdividirse como sigue:
a) la “capa límite de superficie”, que se extiende desde la superficie terrestre hasta una altura
aproximada de 100 m (330 ft), en la cual el movimiento del aire se rige principalmente por
la fricción con la superficie terrestre; y
b) la “capa de Ekman”a, que se extiende desde unos 100 m (330 ft) hasta una altura de por
lo menos 600 m (2 000 ft), en la cual el efecto de fricción, aun cuando sigue siendo
importante, disminuye progresivamente a medida que aumenta la altura, en tanto que
otros factores determinantes, tales como la fuerza de coriolis y la fuerza del gradiente
horizontal de presión, adquieren cada vez más importancia.
3.1.2 En toda la capa de fricción, la velocidad del viento tiene tendencia a aumentar con la altura,
produciéndose el cambio más importante inmediatamente por encima de la superficie terrestre, en la capa
límite de superficie. En esta capa la dirección del viento tiende a permanecer constante con la altura, pero,
en toda la capa de Ekman, tiende a girar en el sentido de las agujas del reloj con la altura en el hemisferio
norte y en el sentido contrario en el hemisferio sur.
3.1.3 En la capa más baja de la atmósfera, por debajo de unos 100 m (330 ft), la dirección del viento
es aproximadamente constante con la altura, mientras que se ha observado un aumento de su velocidad
con la altura y que este cambio es sumamente más rápido inmediatamente por encima de la superficie.1
a. V. Walfrid Ekman (1874–1954), oceanógrafo físico sueco, conocido principalmente por sus estudios sobre corrientes oceánicas.
3-1
3-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Hay algunas dificultades para obtener, a base de principios físicos, una relación teórica entre la velocidad
del viento y su altura en la capa límite de superficie, en todas las condiciones posibles de estabilidad.2 Sin
embargo, es relativamente simple calcular esta relación para la condición especial de estabilidad neutral (es
decir, ni estable ni instable), en la que el gradiente adiabático real se supone igual al gradiente adiabático
seco en el aire no saturado, e igual al gradiente adiabático saturado en el aire saturado (y el movimiento
vertical debido a las fuerzas ascensionales es reducido comparado con el movimiento horizontal). Estas
condiciones se satisfacen aproximadamente en la capa límite de superficie siempre que los vientos sean lo
suficientemente fuertes para garantizar una mezcla turbulenta. Si el viento es muy flojo, especialmente en
condiciones de calma acompañado de inversiones acentuadas a baja altura, no se establece una capa
estable neutral, y la teoría no se puede aplicar. Suponiendo que la atmósfera sea estable y neutra en la
capa límite de superficie, la variación teórica de la velocidad del viento con la altura viene dada entonces
por la siguiente ecuación:
u* z
u= ln
k zo
donde
Esta ecuación, denominada “ley logarítmica del viento” o “ecuación de Prandtl”c, permite obtener el perfil
logarítmico de la velocidad del viento, que es bien conocido.
3.1.4 La ley logarítmica del viento concuerda muy bien con el perfil de la velocidad del viento en la
capa límite de superficie, siempre que se satisfaga la condición de estabilidad neutra. En los casos en que
es inestable la capa límite de superficie, la cizalladura de la velocidad del viento con la altura será inferior a
lo previsto conforme a la anterior ecuación y superior en condiciones estables [véase la Figura 3-1 a)].3
3.1.5 Un caso extremo de la condición estable, que puede afectar a la totalidad de la capa de fricción,
se produce cuando la estabilidad es tan acentuada (p. ej., al formarse una intensa inversión debida a la
radiación a baja altura durante la noche) que cesa la mezcla turbulenta y la transferencia de cantidad de
movimiento procedente de la corriente a gran escala por encima de la inversión. Esto causa vientos en la
superficie más flojos o en calma y, puesto que el viento que sopla por encima de la inversión queda
efectivamente desprendido de los efectos retardadores de la fricción en la superficie, se produce un máximo
de velocidad del viento por encima de la inversión (véase la Figura 3-1 b)).4,5 En algunos casos, por ejemplo
si la corriente de aire que cruza extensas llanuras ha sido desviada por una cadena de montañas, el viento
máximo se concentra en una banda relativamente estrecha, parecida a una corriente en chorro. A estos
vientos máximos se les suele denominar “corrientes en chorro a baja altura”. Como la velocidad máxima
puede ser superior a 120 km/h (60 kt), esta descripción parece ser apropiada. Esta terminología se utilizó
por primera vez para describir las máximas del viento a baja altura del tipo chorro que se encuentran
frecuentemente por encima de la región llamada Great Plains y en otras regiones en los Estados Unidos,
así como en los países escandinavos y a lo largo de la costa oriental de Arabia Saudita. En tales casos, la
cizalladura por debajo del chorro puede ser significativa y es proporcional a la magnitud de la inversión.6
Como el viento máximo suele soplar por debajo de 500 m (1 600 ft), este caso tiene un interés considerable
para la aviación.
b. Theodore von Karman (1881–1963), ingeniero húngaro conocido por haber aplicado matemáticas y física a la aeronáutica.
c. Ludwig Prandtl (1875–1953), físico alemán que contribuyó considerablemente a la aerodinámica.
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-3
3.1.6 La ley logarítmica del viento no tiene únicamente interés teórico, sino que también proporciona
un modelo básico de cizalladura del viento para su utilización en la homologación mediante simuladores de
sistemas de aterrizaje automáticod, así como para la instrucción de los pilotos. Sin embargo, debe ponerse
de relieve que, en todos los casos en que se utilice este modelo para simulaciones, el cambio en la
cizalladura del viento con la altura será gradual y continuo; en los aterrizajes simulados contra un viento de
frente en la superficie habrá siempre un viento de frente decreciente durante el descenso, mientras que en
los despegues simulados contra un viento de frente en la superficie, el viento de frente aumentará siempre
con la altura; por definición, no habrá nunca variación en la dirección del viento dentro de la capa. No
obstante, teniendo en cuenta estas limitaciones, el modelo representa las condiciones medias más
probables que el piloto puede encontrar en los niveles más bajos de la atmósfera por debajo de 100 m
(330 ft). En el perfil logarítmico, la cizalladura del viento alcanza el valor máximo por debajo de 30 m (100 ft)
y disminuye con la altura; la intensidad de la cizalladura puede ser superior a 10 km/h por 30 m (5 kt/100 ft)
en los primeros 15 m (50 ft) y disminuir a menos de 2 km/h por 30 m (1 kt/100 ft) por encima de 100 m
(330 ft). En el Capítulo 6 se examina la cuestión de la realización de modelos destinados a las simulaciones
basados en cizalladuras del viento más anormales.
150 500
u* = 0,5 m/s
zo = 0,01 m
120 400
Neutro Lateral
90 300
Altitud – m
Altitud – ft
Inestable Estable
60 200
30 100
Longitudinal
0 0
0 10 20 30 40 0 10 20 30 40
Velocidad del viento – kt Velocidad del viento – kt
a) Viento neutro, estable e inestable b) Muy estable (corriente en chorro a baja altura)
Figura 3-1. Perfiles del viento con arreglo a los efectos en la capa límite de la atmósfera
(según Ellis y Keenan, 1978)
d. Véase el Manual de aeronavegabilidad (Doc 9760), Volumen II, Parte A, Apéndice L del Capítulo 4.
3-4 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
LA CAPA DE EKMAN
3.1.7 Por encima de la capa límite de superficie, desde una altura aproximada de 100 m (330 ft)
hasta una altura de casi 600 m (2 000 ft), el efecto de fricción en el viento disminuye rápidamente con la
altura, y el gradiente horizontal de presión y las fuerzas de coriolis son cada vez más dominantes. Al igual
que en el caso de la capa límite de superficie, la velocidad del viento aumenta con la altura entre 100 m
(330 ft) y 600 m (2 000 ft) a medida que disminuye el efecto de fricción. Sin embargo, su dirección no
permanece constante con la altura, como se había supuesto en la capa límite de superficie, sino que gira en
el sentido de las agujas del reloj con la altura en el hemisferio norte y en el sentido contrario en el
hemisferio sur.
3.1.8 La teoría que permite explicar estos efectos matemáticamente fue elaborada inicialmente por
Ekman y es aplicable a la capa de la atmósfera comprendida aproximadamente entre 100 m (330 ft) y
600 m (2 000 ft), capa ésta a la que se ha denominado desde entonces la capa de Ekman. Aplicada a la
atmósfera, la ecuación de Ekman puede plantearse del modo siguiente:7
⎛ π ⎞
u = Vg - Vg 2 sen a e -Bz cos ⎜ Bz + − a ⎟
⎝ 4 ⎠
y
⎛ π ⎞
v = Vg 2 sen a e -Bz sin ⎜ Bz + − a ⎟
⎝ 4 ⎠
donde
uyv = son las componentes horizontales del viento en la altura z,
Vg = es el viento geostrófico,
a = es el ángulo entre el viento real al nivel del anemómetro y el viento geostrófico
(véase 3.1.10),
B = una constante que comprende los parámetros de viscosidad y de coriolis.
3.1.9 En toda la capa de Ekman, se logra un equilibrio entre la fuerza de fricción, la fuerza del
gradiente horizontal de presión y la fuerza de coriolis. En la parte inferior de la capa es igual el orden de
magnitud de las tres fuerzas y se consigue la corriente equilibrada debido a que el viento sopla a través de
las isobaras, hacia la más baja presión. El ángulo de esta corriente a través de las isobaras disminuye
exponencialmente con la altura a medida que decrece el efecto de fricción, hasta que se alcanza un nivel
en que es insignificante el efecto de fricción, donde se consigue un equilibrio entre la fuerza del gradiente
horizontal de presión y la fuerza de coriolis, y donde el viento sopla a lo largo de las isobaras.
3.1.10 El nivel al cual el viento sopla a lo largo de las isobaras se denomina nivel del viento geostrófico
o, simplemente, cima de la capa de fricción. En este nivel y por encima del mismo, los vientos calculados
con arreglo a la teoría de Ekman se aproximan mucho al viento geostrófico. Según esta teoría, el ángulo de
la corriente transversal a las isobaras en la capa de Ekman alcanza un máximo de 45º en la superficie o
apenas por encima de ella, y decrece exponencialmente por encima de una altura aproximada de 100 m
(330 ft) hasta 0º en la cima de la capa de fricción. Si los vientos calculados en la capa de Ekman se
representan por una hidrográfica, los extremos de los vectores viento describen una espiral equiangular,
llamada espiral de Ekman (véase la Figura 3-2).
3.1.11 En la práctica, se observa que la velocidad del viento suele aumentar con la altura en la capa
de Ekman, que el viento sopla a determinado ángulo a través de las isobaras, que este ángulo decrece con
la altura y que el viento gira en el sentido de las agujas del reloj con la altura en el hemisferio norte y en el
sentido contrario en el hemisferio sur. Sin embargo, la espiral ideal que se muestra en la Figura 3-2
raramente se consigue, y fuera de las regiones ecuatoriales donde la fuerza de coriolis es casi nula y el
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-5
viento puede soplar prácticamente desde cualquier ángulo respecto a las isobaras, el viento atraviesa las
isobaras a un ángulo que raramente superior a 30º. Si se combina el perfil logarítmico del viento y el perfil
de Ekman, se obtiene una representación adecuada de la cizalladura del viento “normal” (es decir, no
sometida a la influencia de determinados fenómenos meteorológicos que la ocasionan) entre la superficie y
una altura de unos 600 m (2 000 ft).
3.1.12 A raíz de la reciente labor intensiva para desarrollar sistemas integrados de observación del
viento en los aeródromos, tales como el sistema meteorológico de terminal integrado (ITWS), que se
describe en 5.1.31 y siguientes, y el sistema radar de perfil del viento, utilizado para el sistema de
separación de estelas turbulentas de las aeronaves (AVOSS) de la Administración Federal de Aviación y la
Administración Aeronáutica y Espacial (FAA/NASA) de los Estados Unidos, descrito en 3.8.3, se ha
compilado un considerable volumen de datos sobre perfiles del viento en la capa de Ekman y la
correspondiente cizalladura del viento. Con relativa frecuencia se han observado corrientes en chorro a baja
altura, con velocidades de viento superiores a 400 km/h por 30 m (20 kt por 1 000 ft) y numerosos casos en
que los vientos eran superiores a 40 km/h por 600 m (20 kt por 2 000 ft) en la zona Dallas/Fort Worth8
(Estados Unidos).
3.1.13 Estos perfiles del viento tienen un interés más que teórico en los aeródromos debido a que el
control de tránsito aéreo (ATC) tiene un creciente interés en utilizar la información sobre la estructura
detallada del viento hasta una altura de 600 m (2 000 ft) para aumentar la eficacia del aeródromo
permitiendo que se acepte un mayor número de aeronaves. Los estudios9 indican que si se permite a unas
pocas aeronaves adicionales aterrizar en cada hora en un aeropuerto con capacidad limitada, pueden
obtenerse ventajas financieras considerables [$17 millones, utilizando los datos sobre vientos en el área
terminal en el Aeropuerto Dallas/Fort Worth y $27 millones en el Aeropuerto internacional John F. Kennedy
(JFK) de Nueva York]. Aunque no se ha observado fuerte cizalladura del viento (o sea, de perfil no
convectivo), las cizalladuras de perfil superior exigen que los pilotos vigilen atentamente sus velocidades de
aproximación a fin de evitar las aproximaciones frustradas que no sean necesarias, así como los
correspondientes costos.
100 m 150 m
70 m
200 m
40 m
300 m
10 m
400 m
500 m
3.1.14 Se han obtenido empíricamente otros modelos que representan los perfiles del viento
atmosférico en condiciones de estabilidad no neutra.10,11,12 El más conocido es “ley de potencia” que enlaza
mediante un parámetro de estabilidad las velocidades de los vientos que soplan en dos niveles de la
atmósfera, como sigue:
γ
⎡z⎤
u = u1 ⎢ ⎥
⎣ z1 ⎦
donde
La ley de potencia se suele emplear en condiciones de viento adiabático, cuando sopla un viento fuerte en
la capa comprendida entre 10 m y 200 m.
3.2.2 La cizalladura del viento de este tipo que suele encontrarse con más frecuencia, especialmente
en los pequeños aeródromos, es la ocasionada por grandes edificios situados en la proximidad de una pista.
Si bien la altura de los edificios está limitada en función de la distancia que los separa del borde de la franja
de pista, con objeto de que no constituyan un obstáculo para las aeronaves, estos edificios suelen ser de
dimensiones laterales bastante grandes y, por diversas razones, tienden a hallarse agrupados en una
misma zona. Por consiguiente, aun cuando los edificios sean relativamente bajos (hangares y depósitos de
combustible, etc.) oponen una barrera ancha y compacta al viento dominante en la superficie. La corriente
del viento se desvía en torno a los edificios y por encima de éstos, lo que ocasiona variaciones del viento en
la superficie a lo largo de la pista [véase la Figura 3-3 a)]. La cizalladura horizontal del viento, normalmente
muy localizada, de escasa altura y turbulenta, afecta especialmente a las aeronaves ligeras que utilizan los
pequeños aeródromos, pero también puede afectar a las grandes aeronaves.13
3.2.3 A veces, los campos de aviación se hallan verdaderamente embutidos en grandes bosques de
coníferas y la pista se encuentra realmente en un “túnel” de árboles. Si la línea de árboles se encuentra
distante de la franja de pista y no constituye un obstáculo para las aeronaves, como la altura del bosque o
la bóveda de las plantaciones puede alcanzar 30 m (100 ft), es frecuente que no haya ninguna relación, o
casi ninguna, entre el viento en la superficie que sopla a lo largo de la pista y el viento dominante que sopla
por encima de la bóveda formada por el arbolado. Lo más frecuente es que el viento en la superficie sea
suave y variable o que esté en calma, independientemente del viento dominante [véase la Figura 3-3 b)].
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-7
3.2.4 Tienen interés general las pistas que se han tenido que construir en valles estrechos o a lo
largo de una cadena de colinas. En tal caso, el obstáculo es de tal magnitud que puede afectar al viento
que sople a baja altura en una extensa zona. Si una cadena de colinas bajas se extiende a lo largo de una
pista, su altura tal vez no sea suficiente para desviar el viento, pero el viento forzado a pasar por encima de
estas colinas adquiere una componente vertical (descendente) que, según la proximidad de las colinas en
relación con la pista, puede ocasionar localmente a lo largo de ésta corrientes descendentes a baja altura
[véase la Figura 3-3 c)]. Si las colinas o montañas son lo suficientemente altas para desviar el viento a baja
altura, el viento en la superficie puede encauzarse a lo largo de la pista [véase la Figura 3-3 d)]. En casos
especiales en que las colinas se elevan a ambos costados de la pista, la corriente del viento encauzada
puede experimentar un efecto Venturie que causa una aceleración del viento en la superficie.14
3.2.5 Puede también producirse un incremento en la cizalladura del viento si soplan fuertes vientos
en la superficie en un aeródromo donde no existan obstáculos importantes a la corriente del viento porque
en las capas de la atmósfera más cercanas al suelo, el viento fuerte incrementa la turbulencia mecánica.
Esto produce, a su vez, una transferencia de cantidad de movimiento a través de la capa y reduce la
cizalladura del viento en la proximidad del suelo, si bien ésta experimenta un incremento correspondiente
en los niveles más elevados de la capa límite de superficie.
3.2.6 La cizalladura del viento descrita en 3.2.1 a 3.2.4 se debe a los efectos mecánicos de los
obstáculos que se oponen al viento dominante. En determinadas circunstancias, además del efecto
mecánico, las propiedades termodinámicas de la atmósfera pueden actuar sobre el viento en movimiento
en torno a los obstáculos, creando de este modo condiciones especiales de cizalladura del viento..
3.2.7 El caso más corriente es el del viento catabático que sopla durante la noche por encima de
terreno en pendiente, sin nubes, cuando existe un leve gradiente de presión especialmente anticiclónico. El
viento se forma debido a la corriente gravitatoria hacia la parte inferior de la ladera, al aire más frío y más
denso que está en contacto con la pendiente, debajo del aire más caliente y menos denso que se encuentra
al mismo nivel, pero a alguna distancia de la superficie de la pendiente. Se producirá cizalladura del viento y
turbulencia a baja altura a lo largo del borde anterior y en la cima del aire frío a medida que éste fluye hacia
la parte inferior de la pendiente; su aparición puede ser a veces repentina, parecida a un débil frente de
ráfagas (véase 3.5.8 a 3.5.10). El aire frío y denso se encuentra como un “pantano” en el fondo del valle,
formando una inversión de la temperatura en la proximidad del suelo. Si esta inversión es lo
suficientemente fuerte, los vientos dominantes por encima de la superficie pueden deslizarse por encima de
este “pantano estancado” de aire frío acumulado en el fondo del valle, produciendo una cizalladura del
viento a alguna altura por encima del nivel del suelo a lo largo de la parte superior de la inversión. Dicho
efecto puede producirse a diferentes escalas, desde los denominados vientos de valle o de drenaje, en la
escala más pequeña, hasta los vientos de los fiordos de Noruega, el Mistral del sur de Francia, el bora del
Adriático y los fuertes vientos de escala continental que soplan desde Groenlandia y el Antártico.15 Para que
se produzcan estos efectos a gran escala, es preciso que se agrupen otros factores al efecto catabático,
tales como aire intensamente frío a gran altitud, orientación óptima de las isobaras y, por consiguiente,
corriente del viento dominante y, en el caso del Mistral, el efecto Venturi del Valle del Ródano (Francia), que
puede acelerar el viento frío del noroeste que sopla por las laderas hasta alcanzar velocidades de 140 km/h
(70 kt) o más.
3.2.8 Se ha mencionado en 3.2.4 el caso simple de una corriente de viento en la superficie forzada a
franquear una cadena de colinas poco elevadas en la proximidad de una pista. En una escala mayor,
cuando la corriente de viento ha de franquear una cadena de montañas, puede formarse una serie de
ondas estacionarias, según la velocidad y la estabilidad de la corriente de aire, en la ladera a sotavento de
las montañas.16 Algunas cadenas montañosas presentan características singulares (especialmente laderas
e. Giovanni Venturi (1746–1822), físico italiano que contribuyó al estudio de la dinámica de los fluidos y elaboró el tubo que lleva su
nombre.
3-8 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
abruptas) y condiciones meteorológicas favorables, como en el caso de las Montañas Rocosas en los
Estados Unidos, en las que se producen acentuadas ondas a sotavento. Las condiciones meteorológicas
más favorables para la formación de dichas ondas, son las siguientes:
a) una capa de aire estable intercalada entre dos capas menos estables, una próxima al
suelo y la otra a un nivel más elevado;
b) un viento de más de 30 km/h (15 kt) que sopla dentro de los 30º a ambos lados de la línea
perpendicular a la cresta;
d) una diferencia de presión a nivel del mar por encima de la barrera de montañas.
3.2.9 Si es suficiente la amplitud de las ondas que se desarrollan a sotavento, puede formarse una
corriente cerrada de remolinos por debajo de una cresta de ondas. En condiciones extremas, esta corriente
Viento por en
cima de la copa de
los árboles
ficie
super
a
a en l
en calm
to
Vien
a) b)
Viento d
ominan
te
c) d)
puede llegar a nivel del suelo e invertir el viento dominante en la superficie directamente por debajo de los
remolinos (véase la Figura 3-4). En tales condiciones extremas, se han conocido casos en que las ráfagas
en la superficie generadas por el remolino eran superiores a 200 km/h (100 kt), p. ej., durante los llamados
“temporales de viento” cerca de Boulder (Colorado).17 Aún no se comprenden bien los factores necesarios
para la aparición de estas condiciones extremas, pero se ha indicado que cierta resonancia natural y
amplificación podría desempeñar un papel determinante. Cuando la corriente de aire es suficientemente
húmeda, se forma una “nube de remolinos” muy turbulenta en la parte superior del remolino cerrado. Estos
sistemas de ondas estacionarias producen corrientes descendentes acentuadas a lo largo de la cresta de la
montaña y otras de menor magnitud a una distancia considerable de la ladera, en las ondas secundarias y
terciarias de la serie que se forma en la ladera a sotavento de la montaña.
Cresta
de
ondas
Remolino
cerrado
a
ntad
iller a orie r
Cord norte-su
Viento en la superficie
que sopla del este
3.2.10 Otro efecto que puede producirse cuando el viento se ve forzado a pasar por encima de una
cordillera es el “viento Foehn” (p ej., el “Chinook” del oeste canadiense y el “Santa Ana” de California,
Estados Unidos), que sopla hacia la parte inferior de las laderas a sotavento de las montañas. En la
mayoría de los casos, una de las condiciones que han de concurrir para que se origine dicho viento es que
la corriente de aire, forzada a pasar por encima de las montañas, sea lo suficientemente húmeda para que
se formen nubes y precipitaciones a lo largo de las laderas a barlovento. En estas condiciones, el aire
ascendente se enfría en el gradiente adiabático saturado y, siempre que el agua sea eliminada por las
precipitaciones en las laderas a barlovento, el calentamiento adiabático que ocurre cuando el aire
desciende por la ladera a sotavento de las montañas se produce en gran parte en el gradiente adiabático
seco. Por consiguiente, cuando el aire llega al suelo es en forma de un viento seco, perceptiblemente
caliente. El viento Foehn puede empezar a soplar de manera muy repentina, generando fuertes vientos
rafagosos en los aeródromos situados a su paso. En caso de una fuerte inversión de temperatura en la
proximidad del suelo, el Foehn se desliza por encima de la inversión, produciendo una cizalladura del viento
3-10 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
a lo largo de la zona de la inversión, a una altura comprendida entre 100 y 500 m (330 y 1 600 ft) por
encima del nivel del suelo. También se ha observado que el viento Foehn puede empezar a soplar sin que
se formen precipitaciones en la ladera de la cordillera. En estos casos se estima que el viento seco y
caliente que desciende por la vertiente tiene su origen más arriba de la cordillera, debido posiblemente a la
formación de una onda a sotavento estacionaria, según se describe en 3.2.8 y 3.2.9.
3.2.11 Existe otro tipo de ondas atmosféricas que se encuentran en algunas partes del mundo y no
son ondas estacionarias, sino ondas que se propagan a manera de una onda de gravedad en los niveles
inferiores de la atmósfera, especialmente al amanecer. Este tipo de ondas se observa más frecuentemente
en el Golfo de Carpentaria, en el norte de Australia, donde este fenómeno se denomina “morning glory”,18
probablemente debido a las espectaculares nubes rollo o serie de nubes rollo que acompañan a la
propagación de la onda. En la Figura 3-519 se muestra un corte vertical de las líneas de corriente asociadas
a una “morning glory” característica. Si bien las ráfagas registradas en los vientos en la superficie del paso
de una “morning glory” no suelen ser superiores a 10 m/s (20 kt), su aparición es repentina, el viento
cambia bruscamente de dirección (con frecuencia hasta 180º) y se producen fuertes corrientes
descendentes dentro de la propia onda.20 La propagación de la onda suele ser relativamente constante, por
lo general a más de 10 m/s (20 kt) y al paso de la onda se produce un fuerte gancho barométrico de
tormenta o de turbonada. No se comprende aún plenamente la causa de este tipo de onda, pero se piensa
que la desencadena una perturbación, por ejemplo un frente de brisas de mar, un frente de ráfagas o un
frente frío que se propaga a lo largo de una inversión nocturna y que actúa como guía de la onda por
delante del propio frente. Este fenómeno puede, evidentemente, afectar a la actuación de la aeronave
durante las operaciones de aterrizaje y de despegue. Aún queda por confirmar si tales fenómenos han
contribuido a accidentes de aviación, pero algunos investigadores consideran que sí.21
3.3.1 Las superficies frontales son zonas de transición que separan las masas de aire de diferentes
temperaturas y, por consiguiente, de distintas densidades. Cuando dos masas de aire entran en contacto,
se llega a un equilibrio de modo que el aire más frío y más denso permanece como una cuña por debajo del
aire más caliente y menos denso, formando el límite entre los dos un ángulo poco pronunciado respecto a
la horizontal. La inclinación de la superficie frontal se debe a la rotación terrestre, pero el grado de
inclinación depende también del contraste existente en la distribución de la temperatura y el viento a lo
largo del límite entre las dos masas de aire: cuanto mayor es este contraste más acentuada es la pendiente.
La dinámica de las superficies frontales exige discontinuidad en la velocidad del viento a través de la
superficie, especialmente en los niveles inferiores de la atmósfera; por consiguiente, la superficie frontal es,
por su propia naturaleza, una zona de cizalladura del viento.
3.3.2 La intersección de la superficie frontal con el plano horizontal indica la posición de la superficie
frontal a determinado nivel; a la línea de intersección con la superficie terrestre se le denomina frente de
superficie o simplemente frente. Los frentes se clasifican según sus movimientos y los cambios de
temperatura resultantes en el lugar por el que pasan; un frente frío (caliente) se define como un frente a lo
largo del cual el aire frío (caliente) reemplaza al aire más caliente (más frío) en la superficie. Los frentes
relativamente intensos presentan zonas de transición precisas y, por consiguiente, las apreciables
discontinuidades de la velocidad del viento son las que con mayor probabilidad producen cizalladuras del
viento que podrían afectar a las aeronaves.22 La pendiente media de un frente frío es del orden de 1/50 a
1/100, si bien la fricción con el suelo retarda el aire denso y frío próximo a la superficie, lo cual puede
producir pendientes aún más pronunciadas en las capas inferiores de la atmósfera, incluso, en
determinados casos, formar una “naríz” (un saliente) donde el aire frío que se encuentra justamente por
encima de la superficie avanza por delante del aire frío que se encuentra al nivel del suelo. Los frentes
calientes son menos profundos, con pendientes características del orden de 1/100 a 1/300, o incluso menos
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-11
1 500
12 000
z (m)
10 000
1 000
8 000
6 000 0
500
4 000 –400
300
2 000
Figura 3-5. Corte vertical de las líneas de corriente normales a la línea de nubes
en la “morning glory”, del 4 de octubre de 1979, con arreglo a los
datos anemométricos obtenidos mediante un teodolito doble
(según Smith y Goodfield, 1981, y adaptación por la OACI)
pronunciadas, hasta el nivel del suelo. Con arreglo a las pendientes características mencionadas
anteriormente se ve que, salvo en los casos de frentes fríos muy intensos en la proximidad del suelo, la
pendiente de los frentes incluso en los más acentuados tiende a ser menos pronunciada que la pendiente
de planeo usual de 3º (˜1/20) y mucho menos pronunciada que la trayectoria de ascenso habitual.
3.3.3 De lo expuesto resulta que el frente caliente se inclina hacia delante en dirección del
movimiento del frente, mientras que el frente frío se inclina hacia atrás en el sentido opuesto (véase la
Figura 3-6). Las consecuencias para un aeródromo por encima del cual pasan los frentes es que la
cizalladura vertical del viento a través de la superficie frontal ocurre:
a) encima del aeródromo situado más adelante del frente caliente, descendiendo el nivel de
la cizalladura del viento máxima hasta el nivel del suelo a medida que se aproxima el
frente caliente; y
b) en el sitio del frente frío y por detrás de éste, elevándose el nivel de la cizalladura del
viento máxima por encima del aeródromo desde el nivel del suelo después del paso del
frente frío.
3.3.4 Al nivel del suelo ocurre también cizalladura horizontal del viento a través del frente, pero es
probable que sea de corta duración dada la velocidad con que suelen pasar los frentes por encima de un
aeródromo. La cizalladura más importante desde el punto de vista de la aviación es la vertical a través de la
superficie frontal por encima de un aeródromo, por delante de un frente caliente que se aproxima o por
detrás de un frente frío que se aleja. Como los frentes calientes suelen desplazarse más lentamente que los
fríos, las condiciones de cizalladura del viento que existan delante de un frente caliente en la superficie
pueden afectar a un aeródromo durante más tiempo que las condiciones que sigan a un frente frío.
3-12 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
La cizalladura del viento que se examina aquí se relaciona con la propia superficie frontal, sin tener en
cuenta las cizalladuras producidas por las tormentas, etc., que pueden formarse a lo largo del frente. El
efecto de la cizalladura vertical frontal en una aeronave depende de la anchura de la superficie frontal (zona
de transición) y del tiempo de tránsito de la aeronave en vuelo a través de la zona, lo cual, a su vez,
depende de las pendientes relativas de la trayectoria de vuelo y de la superficie frontal, así como de la
velocidad de la aeronave respecto al suelo.
nte
lie
ca
n te
Fre
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Aire caliente
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fría
fro
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per
Aire frío Su Aire frío
3.4.1 Por encima de las áreas terrestres adyacentes a grandes extensiones de agua, tales como el
mar o grandes lagos tierra adentro, se produce una variación diurna bastante perceptible del viento en la
superficie. Este efecto se debe al gradiente de temperatura que se forma durante el día entre el aire sobre
la superficie terrestre calentada y el aire del litoral enfriado por el agua; esto es especialmente perceptible
cuando el viento dominante en los niveles inferiores es ligero y los días son soleados y las noches claras. El
viento en la superficie sopla desde el agua hacia tierra durante el día en forma de una brisa de mar o del
agua; con frecuencia empieza a soplar bastante bruscamente por la mañana y se invierte al llegar la noche,
para convertirse en una brisa de tierra o del litoral que sopla desde la tierra hacia el mar (véase la
Figura 3-7). Además del brusco cambio del viento en la superficie, la aparición de la brisa de mar se pone a
menudo de manifiesto con un descenso de la temperatura y un aumento de la humedad. Inicialmente la
brisa de mar sopla aproximadamente a ángulo recto con la costa a velocidades de 20 a 30 km/h (10 a 15 kt),
si bien puede superar los 40 km/h (20 kt) en zonas tropicales. La brisa de mar es mucho más fuerte que la
brisa de tierra y puede penetrar a mediados de la tarde hasta una distancia de 48 km (30 NM) tierra adentro
y alcanzar una altura de unos 360 m (1 200 ft) por encima del nivel del suelo (AGL). La brisa de mar deja de
soplar al atardecer, cuando el enfriamiento por radiación por encima de la superficie terrestre reduce el
gradiente de temperatura, y puede ser reemplazada antes del amanecer por una ligera brisa de tierra de
escasa altura.
3.4.2 La brisa de mar es esencialmente un frente de poca altura debido a que el aire frío reemplaza
al aire caliente; sin embargo, la pendiente y el gradiente de temperatura se parecen más a los de un frente
caliente que los de un frente frío. 23 La cizalladura del viento en la brisa de mar se produce
predominantemente en la superficie a lo largo del borde anterior a medida que el frente penetra tierra
adentro, si bien existe cizalladura del viento de menor magnitud en niveles superiores. La importancia del
efecto de la brisa de mar en determinado lugar dependerá mucho de la topografía circundante y, por
consiguiente, dicho efecto puede tener carácter muy local. Cuando es fuerte la brisa de mar y penetra a
alguna distancia tierra adentro, empieza a acusarse el efecto de la fuerza de coriolis y el viento termina por
formar una componente paralela a la línea de la costa. En el momento de desarrollo máximo de la brisa de
mar, al atardecer, el frente puede distinguirse por una línea de convergencia y por una vigorosa convección
que, en circunstancias favorables, puede originar líneas de chubascos o incluso tormentas. La brisa de
tierra o de mar puede producir diversos efectos sutiles según sea la topografía local, por ejemplo, la
formación de líneas de convergencia y de tormentas que la acompañan tierra adentro en una peninsula, o
el efecto de intensificación que ejerce una línea de costa “cóncava” en la convergencia producida mar
adentro por la brisa de tierra.
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3.5 TORMENTAS
GENERALIDADES
3.5.1 Las tormentas son sin duda la manifestación cotidiana más impresionante de las fuerzas de la
naturaleza, de las que pueden ser testigo la mayoría de las personas en todo el mundo. El término tormenta
es un término genérico que puede abarcar numerosos fenómenos producidos por nubes cumulonimbus en
estado de madurez, tales como truenos y relámpagos, lluvias torrenciales, granizo, vientos violentos y
tornados. La mayoría de estos fenómenos constituyen un peligro mayor para las aeronaves. La enorme
energía que se desprende durante el desarrollo de una violenta tormenta puede ser del mismo orden de
magnitud que una explosión atómica.
3.5.2 Los cumulonimbus, masa de nubes que se forman como una torre en las corrientes de aire
ascendente, constituyen una forma especialmente violenta y espectacular de convección atmosférica.
Cuando, por una u otra razón, la atmósfera se hace inestable, queda sometida a un movimiento convectivo.
Un ejemplo corriente es el de las térmicas resultantes del calentamiento de las laderas orientadas hacia el
sol. En condiciones favorables, la convección produce áreas de corrientes ascendentes localizadas lo
suficientemente fuertes para que se formen cumulonimbus y tormentas. Las tormentas suelen clasificarse
en dos tipos principales, según la fuente de inestabilidad, como sigue:
b) tormentas frontales.
Las tormentas de masas de aire o de calor tienen una variación diurna pronunciada y se producen más
frecuentemente por la tarde o al atardecer sobre la superficie terrestre debido a calentamiento solar. Se
producen también de manera más o menos errátil por encima de un área donde la masa de aire es
homogénea y donde las condiciones son uniformemente favorables. Sin embargo, aun cuando la norma es
que su formación sea errátil, no se necesita gran cosa para que se produzca una manifestación organizada
de este fenómeno dentro de la masa de aire homogénea. Esta organización puede ser causada por un
levantamiento orográfico a lo largo de una cadena de montañas o por un levantamiento a lo largo de una
línea de vientos convergentes que soplen a baja altura como, por ejemplo, a lo largo de la zona de
convergencia intertropical o en las bandas de convergencia en espiral relacionadas con los ciclones
tropicales. Las tormentas frontales suelen producirse unidas a frentes fríos y depresiones frontales donde la
convergencia en las bajas capas y el paso del aire frío por debajo del aire caliente proporcionan el
levantamiento necesario, como se ha descrito en 3.3.1. También pueden formarse tormentas a causa de
una convergencia a baja altura a lo largo de frentes de brisa de mar durante la tarde por encima de la
superficie terrestre o a lo largo de un frente de brisa de tierra que retrocede por encima del mar o de
grandes lagos interiores antes del amanecer.
3.5.3 Las tormentas se suelen formar por un conglomerado de varias células, cada una de las cuales
se comporta como una unidad de circulación convectiva, incluidas a la vez corrientes ascendentes y
descendentes. Cada célula pasa por su propio ciclo de vida en un período que varía entre 30 minutos y
una hora. Este ciclo de vida puede dividirse naturalmente en tres fases, según la dirección y magnitud de la
corriente del aire vertical que predomine en la célula (véase la Figura 3-8), como sigue:
La formación de células dentro de una tormenta puede producirse a distintos ritmos, pudiendo no acabar
algunas de las células su ciclo de vida, mientras que otras pueden desarrollarse más rápidamente a sus
expensas. En los casos en que dos células se desarrollen en la proximidad inmediata una de la otra y en
que una de las dos sea más fuerte, a menudo estas células se fusionan.24
3.5.4 La estructura de las corrientes de aire dentro y en torno a las tormentas ha sido conocida de
forma general desde los años 1940, especialmente gracias al importante proyecto de investigación
denominado “Thunderstorm Project” emprendido en los Estados Unidos en 1946–4725; las investigaciones
más recientes lo han confirmado. En los últimos diez años, el empleo de radares Doppler múltiples para
vigilar las corrientes de aire en aire claro y en las nubes, así como la simulación por computadora26 de la
dinámica de las tormentas ha permitido a los investigadores analizar con suma precisión la estructura de las
corrientes de aire (véanse 5.1.17 a 5.1.42 y la Figura 3-9, respectivamente). Como cabía esperar, los
resultados muestran que las tormentas constituyen un mecanismo termodinámico complejo si bien elegante
y eficaz. La estructura detallada de una célula tormentosa está formada por un conjunto de corrientes
ascendentes y descendentes bien organizadas que se entrelazan e interactúan para aprovechar lo más
eficazmente el exceso de energía producido por los excedentes locales de calor y de humedad. El hecho de
que la corriente de aire dentro y en torno a las tormentas en fase de madurez se concentre en tan potentes
corrientes aéreas es de suma importancia para la aviación.
3.5.5 La estructura celular de las tormentas y su grado de organización celular se ha revelado como
una característica frecuentemente identificable en el radar (especialmente en el radar Doppler) y se
relaciona de manera bastante sistemática con la violencia de la tormenta. 27 En general, cuanto más
organizada sea la estructura celular, más violenta es la tormenta. Esta característica constituye la base de
una clasificación de las tormentas más detallada de lo que hasta ahora ha sido posible, como se indica en
la Tabla 3-1. El grado de organización de las células de una tormenta, que a su vez guarda relación con la
intensidad de la tormenta, depende en definitiva de varios factores meteorológicos interdependientes,
incluida la estabilidad de la atmósfera, la convergencia y la divergencia de las corrientes de aire a distintos
niveles de la atmósfera y el perfil del viento con la altura. Las recientes investigaciones indican que los más
350 –38°C
300 –26°C
250 –16°C
100 +8°C
en
de
Cumulonimbus Cumulonimbus
nte
50 +17°C
s
Cumulus congestus
+28°C
Superficie Fuerte lluvia Frente de ráfagas Lluvia ligera muy extendida
localizada y
fuertes vientos
a) Fase de crecimiento b) Fase de madurez c) Fase de disipación
Región de precipitación
Centros de
corrientes
ascendentes
Corriente Corriente
descendente Eco del descendente
trasera gancho de oclusión
Frente de ráfagas
críticos factores para determinar la intensidad de la tormenta28 tal vez sean el perfil del viento (es decir, la
cizalladura del viento en el plano vertical) y la inestabilidad. Si hay suficiente inestabilidad, convergencia a
baja altura y humedad en la atmósfera, la intensidad de una tormenta tiende a aumentar en la medida en
que la fuerza del viento aumente y en que éste gire en el sentido de las agujas del reloj (hemisferio norte)
con la altura. Con el incremento de la cizalladura vertical del viento, el tipo de tormenta tiene tendencia a
cambiar, variando desde células únicas efímeras poco organizadas, hasta células múltiples organizadas y
hasta las denominadas “tormentas de supercélulas (unicelulares)”. Sin embargo, existe un límite superior
natural y, en la presencia de valores sumamente elevados de cizalladura vertical del viento, la célula
tormentosa puede resultar tan intensamente cizallada que finalmente se interrumpe la organización celular.
Existe aparentemente una combinación optima de inestabilidad y de cizalladura vertical especialmente
favorable para la formación de tormentas de supercélulas.29,30,31 Como se indica en la Tabla 3-1, estas
tormentas pueden causar enormes daños, no sólo directamente, en forma de granizo que afecte a una
extensa zona, sino también indirectamente, debido a las fuertes ráfagas descendentes y los tornados que
causan (véanse 3.5.23 a 3.5.27).
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-17
3.5.6 Las áreas localizadas de corrientes ascendentes, de las cuales depende el nacimiento de una
tormenta, son engendradas y mantenidas por una o varias causas: calentamiento de la superficie,
convergencia de corrientes de aire a baja altura, elevación frontal u orográfica, etc. La altura a la cual llegan
las corrientes ascendentes y la formación de nubes depende principalmente de la estabilidad, de la
humedad y del perfil del viento de la atmósfera. En una célula tormentosa en desarrollo, a medida que las
corrientes ascendentes se eleven por encima de la base de las nubes, las gotas de agua de las nubes
crecen rápidamente por coalescencia y condensación y empiezan a congelarse hasta que finalmente llegan
a ser tan pesadas que vuelven a caer a través de la corriente ascendente y se vuelven aún más pesadas al
llevarse las gotas de agua ascendentes. Este es el origen de las corrientes descendentes que, en esta fase,
se aceleran por el efecto de la gravedad. No obstante, cuando la corriente descendente llega a niveles
inferiores, el aire más seco procedente del exterior de las nubes, especialmente de los alrededores del nivel
de congelación, queda sometido al efecto de arrastre, lo que ocasiona la evaporación de las gotas de agua
decendentes y enfría rápidamente el aire circundante y acelera aún más la corriente descendente.32
3.5.7 Las gotas de agua de la corriente descendente que no se evaporan completamente caen de la
base de la nube cumulonimbus en forma de intensas lluvias localizadas, acompañadas de fuertes vientos
rafagosos procedentes de la corriente descedente de aire frío. Las corrientes descendentes lo
suficientemente fuertes para introducirse por debajo de la base de la nube se extienden horizontalmente en
todas direcciones poco antes de llegar al suelo en forma de corriente fría cuyo borde anterior se parece a
un frente frío de poca profundidad, al que se suele denominar “frente de ráfagas”. Las corrientes
descendentes que llegan al suelo no van siempre acompañadas forzosamente de intensa lluvia, pero
suelen estarlo. Incluso cuando las gotas de agua descendentes se evaporan completamente dentro de la
nube o en el aire justamente por debajo de la base de la nube en forma de “virga”, la corriente descendente
que las acompaña puede todavía penetrar por debajo de la base de nubes y llegar al nivel del suelo. Las
corrientes ascendentes y descendentes, y especialmente las relacionadas con las tormentas fuertes, tienen
una inmensa importancia en la esfera de la aviación y se examinan minuciosamente en la parte restante del
presente capítulo.
EL FRENTE DE RÁFAGAS
3.5.8 Aun cuando los meteorólogos y los pilotos conocen desde hace tiempo los efectos generales
del frente de ráfagas, y el propio término ha sido empleado por lo menos desde el comienzo de los años
1960, hasta hace relativamente poco no se ha adquirido un conocimiento cabal de su estructura.33 El frente
de ráfagas es el borde anterior del aire denso y frío de una corriente descendente tormentosa que llega al
suelo y se extiende en todas direcciones, introduciéndose por debajo del aire más caliente y menos denso
(véase la Figura 3-10). A este respecto, se parece a un frente frío de escasa profundidad, salvo que en el
frente de ráfagas las velocidades del viento, la cizalladura del viento y la turbulencia resultantes son por lo
general mucho más fuertes. Inicialmente, el frente de ráfagas avanza al nivel del suelo por igual en todas
direcciones, pero si la propia célula tormentosa se mueve, como suele ser el caso, el frente de ráfagas
avanza más lejos y más rápido por delante de la tormenta, en la dirección del movimiento de ésta (véase la
Figura 3-11). Este efecto puede acentuarse si la corriente fría descendente llega hasta el suelo
oblícuamente en vez de verticalmente como ocurre a menudo, lo cual propicia determinada dirección para
el avance de la corriente fría hacia el exterior. Se produce una fuerte cizalladura del viento horizontal a nivel
del suelo después del paso del borde anterior del frente y, como éste puede adelantarse hasta 20 km
(12 NM) a la célula tormentosa que lo ha originado, este cambio repentino del viento en la superficie puede
coger inesperadamente por sorpresa a los pilotos. El cambio de dirección del viento en la superficie suele
ser con frecuencia de hasta 180º y la velocidad de los vientos rafagosos después del paso del frente puede
ser superior a 100 km/h (50 kt).
3.5.9 Las tormentas se forman frecuentemente en líneas organizadas, especialmente en los trópicos;
los frentes de ráfagas que forman estas líneas de turbonada tienden a tener mayor longevidad y a alejarse
3-18 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
mucho más rápidamente y más lejos de las tormentas que los engendraron [hasta 35 km (22 NM)] que los
que generan las tormentas aisladas. Las líneas de turbonada sumamente organizadas son una
característica de la estación de las lluvias en toda África occidental.34 La profundidad del aire frío en el
frente de ráfagas puede alcanzar hasta 1 000 m (3 300 ft), y se puede producir una cizalladura vertical del
viento a lo largo de la superficie de discontinuidad entre el aire frío y el aire caliente. Al igual que en el caso
de un frente frío, la fricción tiende a demorar el aire frío más próximo al suelo, permitiendo de este modo
que el aire frío, que se encuentra a unos 200 m (600 ft) AGL, avance rápidamente y forme así una “naríz”
dentro de la cual se desarrollan circulaciones o vórtices en los cuales, y en su estela, son especialmente
intensas la cizalladura del viento y la turbulencia. Una célula puede producir una serie de corrientes
descendentes y de saltos de aire frío, cada uno de los cuales forma una “naríz” en la estela de su
predecesor.
3.5.10 Aun cuando normalmente los frentes de ráfagas se forman y circulan en aire claro sin que haya
nada visible que señale su desarrollo y su paso, algunas veces ocurre que el aire caliente preponderante, si
es lo suficientemente húmedo, produce una línea de nubes rollo lisas y brillantes por encima de la “naríz”
del frente de ráfagas que, rodeando la base de la tormenta y avanzando por delante del cinturón de lluvia,
ofrecen siempre un aspecto turbulento y amenazador. En algunas regiones, las corrientes descendentes, y
especialmente los vórtices dentro de la naríz del frente de ráfagas, ocasionan nubes de polvo o de arena
que se transforman en espectaculares cortinas móviles de arena. Son ejemplos los bien conocidos
“Haboobs” del Sudán y los “Andhi” del noroeste de la India.35 Se han observado con el radar meteorológico
instalado en tierra frentes de ráfagas en forma de líneas o arcos tenues pero definidos (llamados a veces
“ángeles” - parásitos) y se han observado líneas de turbonada en imágenes transmitidas por satélite. Los
frentes de ráfagas se detectan mejor mediante el radar Doppler, aunque para que este método sea eficaz
han de emplearse técnicas de detección automática.
LA RÁFAGA DESCENDENTE
3.5.11 La explicación dada en 3.5.6 y 3.5.7 respecto a la formación de fuertes corrientes descendentes
en las células tormentosas que han alcanzado la fase de madurez, tenía debidamente en cuenta la mayoría
de los fenómenos de corrientes descendentes y de frentes de ráfagas que se observan, pero quedan por lo
menos dos fenómenos cuya explicación no es enteramente satisfactoria. El primero es que a veces se
producen en una tormenta lluvias muy fuertes y localizadas que no van, o casi no van, acompañadas de
corrientes descendentes que lleguen hasta el suelo, ni de vientos rafagosos fuertes en la superficie. El
segundo es mucho más importante, porque se sitúa en el otro extremo, en el sentido de que después de la
observación de los daños sufridos por los árboles, a veces se llega a la conclusión de que las velocidades
del viento en las corrientes descendentes habían alcanzado valores sumamente elevados, sin que la
intensidad de las lluvias que las acompañaban pareciese haber sido más elevada que en las corrientes
descendentes habituales.
3.5.12 En 1947 Faust había procedido al estudio detallado de los daños causados a los árboles
durante una tormenta, que mostrase las direcciones en que los árboles, el maíz, el trigo, etc., habían sido
derribados por el viento. De estos estudios pudo deducir las características y la intensidad de los vientos de
que se trataba. Fue también este método que empleó Fujita que, respecto a una serie especialmente
violenta de tornados en 1974, observó que, a cierta distancia de las trayectorias de los tornados, los árboles
de los bosques habían sido derribados en direcciones radiales, como si el soplo los hubiese proyectado
hacia fuera. Se supuso que estos árboles habían sido derribados o abatidos por vientos violentos que
soplaban hacia fuera desde el centro de la ráfaga (véase la Figura 3-12).36 Byers y Fujita (1976) clasificaron
tales corrientes descendentes como “ráfagas descendentes”, que definieron como “una corriente
descendente localizada de gran intensidad, en la cual las corrientes verticales descendentes alcanzan una
velocidad superior a 3,6 m/s o 720 ft/min a 90 m (300 ft) por encima de la superficie”.36 En 1978, Fujita
había generalizado la definición como “fuerte corriente descendente que ocasiona una ráfaga que sopla
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-19
hacia fuera con vientos destructores en el suelo o en su proximidad”. De la magnitud de los daños
ocasionados a los árboles debido a tales ráfagas descendentes, resultó evidente que los vientos muy
violentos podían llegar hasta el nivel del suelo y que el área afectada era relativamente pequeña, y
ciertamente lo bastante pequeña para que pudiera pasar totalmente inadvertida de los sistemas de
observación normalmente utilizados en las operaciones.
3.5.13 Se han ofrecido varias explicaciones de las apreciables diferencias (p. ej., velocidades de las
corrientes descendentes y de las que soplan hacia el exterior) entre la usual corriente descendente
engendrada por una tormenta, que se describe en 3.5.6 y 3.5.7 y la ráfaga descendente enunciada como
hipótesis por Fujitaf y que posteriormente definió de manera concluyente. Se considera, por un lado, que la
ráfaga descendente es una “super ráfaga descendente” que tiene su origen a muy altos niveles en la
tormenta, mientras que, por el otro, se ha indicado que se produce en los niveles intermedios de la
Tipo de tormentas
Estructura celular Multicelular poco Multicelular organizada Multicelular organizada Unicelular muy
organizada organizada
Fenómenos causantes Fuertes vientos Frente de ráfagas, Frente de ráfagas, Frente de ráfagas,
de daños que rafagosos locales, ráfagas descendentes, ráfagas descendentes, ráfagas descendentes
probablemente posibles ráfagas trombas marinas sobre microrráfagas, trombas y microrráfagas,
acompañen a las descendentes, pero extensas superficies marinas sobre familias de tornados,
tormentas y que pueden poco frecuentes de agua, granizo local extensas superficies granizo en extensas
afectar especialmente de agua, granizo, zonas
a las aeronaves que tornados
aterrizan o despegan
Movimiento Generalmente con Con la corriente media, Con movimiento Más frecuentemente
la corriente media. pero la formación frontal, formación de a la derecha
Pueden ser sucesiva de células nuevas células al nivel de la corriente media
principalmente puede ocurrir en un de frente de ráfagas (a veces se divide
estacionarias cuando costado propicio que especialmente entre en dos tormentas).
se forman cerca dé la impresión células existentes Estacionarias en casos
de montañas de movimiento raros, con daños
en esa dirección locales catastróficos
f. En su libro “The Downburst”, Fujita hace un análisis completo de los conocimientos que se tenían en 1985 sobre la ráfaga
descendente (véase la sección de bibliografía).
3-20 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
atmósfera. La última explicación parece concordar con los resultados obtenidos por observación y
simulación de las “supercélulas tormentosas” (véase 3.5.28). Wolfson 37 hace un interesante examen
comparativo de las diversas aclaraciones que se han ofrecido y llega a la conclusión de que, si bien todas
son plausibles, hasta ahora no ha quedado demostrado que alguno de los mecanismos propuestos sea la
causa real de las ráfagas decendentes.
3.5.14 Después del accidente ocurrido en 1975 en el Aeropuerto internacional JFK de Nueva York a
un B727 de la Eastern Airlines, que efectuaba el vuelo 66, se prestó mayor atención a los peligros
inherentes a las ráfagas descendentes, especialmente en relación con la aviación. El Dr. Fujita preparó un
análisis detallado de las tormentas que se desencadenaron por encima del aeropuerto en ese momento, en
el cual exponía la existencia de una serie de ráfagas descendentes para explicar la sucesión de
acontecimientos en aquel aciago día. Llegaba a la conclusión de que “los resultados de las investigaciones
y las deducciones referentes a los fenómenos que se examinan en esta nota hacen pensar que en
determinadas tormentas existen células del tipo de ráfagas descendentes. Estas células es probable que se
caractericen por ecos (radar) en punta de lanza, definición recientemente introducida en el presente estudio.
En el área de Nueva York, la principal zona de interés de nuestra investigación, un 2% de los ecos eran
ecos en punta de lanza”.36
LA MICRODESCENDENTE
3.5.15 El examen de la configuración de los daños ocasionados por las ráfagas descendentes reveló
que frecuentemente existían, embutidas en el campo de la corriente de aire de la ráfaga descendente
principal, ráfagas descendentes más pequeñas, pero incluso de mayor intensidad, a las que Fujita dio el
nombre de “microdescendentes” y las definió como “una corriente descendente que origina una repentina
corriente de vientos horizontales que ocasiona estragos en una extensión horizontal de 0,4 a 4 km”.38 La
pequeña escala de la microdescendente, en el espacio y en el tiempo, hace que su observación sea casi
imposible con los sistemas actuales. Desgraciadamente, esta escala es precisamente la más importante
para la aviación, lo que ha conferido considerable urgencia a las investigaciones sobre la dinámica de las
tormentas. Las microdescendentes pueden producirse aisladamente o en llamadas “familias” y pueden o no
ir acompañadas de lluvia, y aun cuando se las asocia frecuentemente con violentas tormentas, pueden
también ser generadas por cualquier nube de convección.
g. Según se explica en el Capítulo 5, para la medición a distancia de las tres components del viento real, mediante el radar Doppler,
por lo menos dos radares deben observer simultáneamente el mismo volumen de la atmósfera. Un solo radar proporciona
únicamente datos sobre la velocidad radial del aire en relación con el radar.
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-21
Célula
tormentosa
Dirección del movimiento
de la tormenta
Corriente
descendente
nte e
orrie dent
C cen
as Aire caliente
extendido sobre
Aire caliente el aire frío
Fre
nte
Corriente e de
descendent
Salto de Salto de
rá
aire frío
fagas
aire frío
gas
ráfa
de a
frí
nte
te
en
e
rri
Fr
Co
nta
me
tor
faga
de la rá
la
C entro scendente ta
Borde de
Corriente de en
rm ga
fría o
ntr ráfa ente
to
e a
Borde de la
C e l nd
d sce to
de ien
Co dial
ra
im
rri frí
v
en a
m o ta
te
d el rmen
n o
ció a t
irec de l
D
Frente de ráfagas
Figura 3-12. Más de 300 árboles derribados por una intensa erupción rafagosa
cerca de Beckley (Virginia occidental, Estados Unidos). El autor fotografió
configuraciones parecidas de árboles derribados en numerosos
lugares al paso de las tormentas y tornados que el 3 de abril de 1974
irrumpieron en los Estados Unidos
(Fujita, 1976)
instrumentos, etc. La fase de observación y recopilación de datos de este proyecto se llevó a cabo durante
el verano de 1982 y a ésta siguió en 1983–84 una fase de compilación y análisis de datos. Si bien el
análisis aún más detallado se proseguirá en el futuro, los resultados han confirmado la existencia y la
gravedad de las ráfagas descendentes y de las microdescendentes. Al mismo tiempo, la ráfaga
descendente/microdescendente es más compleja de lo que al principio se había imaginado. Por ejemplo,
hay indicios de que dentro de las microdescendentes existen estructuras aún más pequeñas y de mayor
intensidad que suelen producir, dentro de la corriente de aire general, daños en una faja larga y estrecha
muy parecidos a los de un tornado. Para describir estas estructuras, Fujita acuñó el término “burst swath”
(“faja segada por la ráfaga”).
3.5.17 Por lo menos 236 microdescendentes fueron los “pescados”, por así llamarlos, capturados en
las “redes” de observación de los proyectos NIMROD y JAWS; la Figura 3-13 indica su frecuencia diurna
durante el período de los proyectos. La Figura 3-14 muestra la frecuencia de las microdescendentes que
ocasionaron las diferencias seleccionadas de velocidad máxima de los vientos en la superficie, medidas en
las 186 microdescendentes observadas durante el proyecto JAWS. Las microdescendentes “secas”
constituyeron el 36% de las observadas en el proyecto NIMROD y el 83% de las observadas en el proyecto
JAWS. 40 El elevado porcentaje de microdescendentes secas fue sorprendente, a pesar de que la
climatología del área de que se trata es conocida porque en ella se forman tormentas de alta base en
condiciones relativamente secas en altura. En las áreas más húmedas, por ejemplo, en el sudeste de los
Estados Unidos, la mayoría de las microdescendentes son del género “húmedo”. La Figura 3-1541 ofrece un
ejemplo de los campos de viento relacionados con una de las microdescendentes estudiadas en el marco
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-23
del proyecto JAWS que indica la posible existencia de un vórtice anular en torno a la microdescendente, lo
que pudiera explicar la rápida intensificación de la corriente descendente y su carácter concentrado y
localizado. Se ha indicado que estos vórtices anulares pueden formarse en serie, según se muestra en la
Figura 3-16. 42,43 La Figura 3-17 44 ilustra la posible sucesión de acontecimientos y su escala durante la
formación de una microdescendente, según el análisis de los datos del proyecto JAWS.
30
Número de microdescentes violentas
6 p.m.
20 Secas
Húmedas
10
00 03 06 09 12 15 18 21 00 MDT
00 03 06 09 12 15 18 21 00 CDT
Microdescentes violentas húmedas: 0,01 pulgadas de lluvia o más durante el período de vientos máximos.
Microdescentes violentas secas: Menos de 0,01 pulgadas de lluvia entre el principio de los vientos fuertes y el fin de los vientos de
microdescentes violentas, comprendido, si lo hubiere, el período de calma.
3.5.18 La microdescendente tiene carácter efímero y, por lo general, alcanza su máxima intensidad en
menos de diez minutos. Como continuación directa y aplicación práctica de los resultados del proyecto
JAWS, el National Center for Atmospheric Research (NCAR) de los Estados Unidos y la FAA llevaron a
cabo un programa de investigaciones denominado CLAWS (classify, locate, avoid wind shear) que tenía por
objeto lograr mayor seguridad operacional. El programa CLAWS, concentrado en la detección y pronóstico
de microdescendentes en el Aeropuerto Stapleton de Denver, estaba destinado a proporcionar a los pilotos
y a las dependencias de servicios de tránsito aéreo (ATS) avisos previos de cizalladura del viento en tiempo
real y a elaborar los procedimientos operacionales necesarios. 45 Durante el proyecto (2 de julio-15 de
agosto de 1984, entre las 11 00 y las 20 00 hora local) se expidieron los avisos siguientes:
Avisos de microdescendentes 30
Avisos de línea de microdescendentes 5
Avisos de cambio de dirección del viento (o de frente de ráfagas) 32
Avisos de tornados 1
3.5.19 Los avisos facilitados al ATC referentes a los cambios de dirección del viento en las pistas
ayudaron a los controladores a elegir las pistas apropiadas para los despegues o los aterrizajes. El análisis
inicial del proyecto según McCarthy y Wilson (1985)45 era el siguiente:
Secas
Número de microdescentes violentas
Húmedas
15
10
0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 m/s
10 20 30 40 50 60 70 80 90 kt
Diferencia de la velocidad máxima del viento
a)
Horizontal — 16–33 AGL 40 kt
0
Distancia al sur de CP-2 (millas)
3
7 8 9 10
Distancia al este de CP-2 (millas)
b)
Vertical 30 kt
5 000
4 000
Altura (ft)
3 000
2 000
1 000
0
7 8 9 10
Distancia al este de CP-2 (millas)
(CP-2, emplazamiento radar Doppler Banda-S)
b) Circulación en vórtice anular relacionada con el borde anterior de una microdescente violenta.
(Ségun T. Fujita y B. Smith, Universidad de Chicago, 1985)
5–10 m/s 0 1 2 3 4 5
>10 m/s Escala (km)
b) los pilotos han afirmado claramente que necesitan estimaciones cuantitativas precisas de
la cizalladura del viento real a lo largo de las pistas de aproximación o salida, en lugar de
una indicación semicualitativa sobre la ubicación de microdescendentes; y
3.5.20 La FAA46 ha publicado un informe sobre los aspectos operacionales del proyecto. En dicho
informe se llega a la conclusión de que el proyecto CLAWS deparó a la FAA la oportunidad y la experiencia
para evaluar la utilidad funcional de dos productos muy simples ligados al radar Doppler para su utilización
por las torres de control, es decir, los avisos de microdescendentes y de frentes de ráfagas; el proyecto
demostró su utilidad en el Aeropuerto Stapleton — incluso en sus formas primitivas actuales. También
proporcionó un acopio de experiencia profesional en lo tocante al empleo de dichos productos.
3.5.21 Además del constante análisis de los datos recopilados durante el proyecto JAWS, se llevaron
a cabo investigaciones adicionales sobre microdescendentes en virtud del proyecto “MIST” (microburst and
severe thunderstorm), emprendido conjuntamente por la NASA, la Universidad de Chicago y el Marshall
Space Flight Centre en los Estados Unidos. Se emplearon hasta cinco radares Doppler, 55 estaciones de
observación PAM y radiovientosondas lanzadas cada hora durante los días en que ocurren tormentas.
EL TORNADO
3.5.23 Si bien las microdescendentes producen vientos muy fuertes y peligrosos, el tornado genera los
más fuertes de todos los vientos en la superficie. En numerosos aspectos, el tornado es la antítesis de la
3-28 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
microdescendente; procede de un sistema de baja presión sumamente concentrado cuyo vórtice aspira
literalmente el aire circundante, mientras que la microdescendente es un sistema localizado de alta presión
en el que los vientos a baja altura divergen a partir de su centro. La Figura 3-1847 muestra la estructura y
escala generalizadas de los diversos sistemas de presión que producen vientos de superficie destructores,
su clasificación con arreglo a las escalas planetarias aceptadas y las velocidades máximas del viento que
se prevén, según Fujita (1981). En esta figura, las velocidades máximas del viento están relacionadas con
la llamada “escala F”, que se basa en la escala de daños causados por seis clases de velocidad del viento
F0 [70–124 km/h (35–62 kt)] hasta F5 [454–552 km/h (227–276 kt)].
3.5.25 La mayoría de los tornados (y todos los violentos) se forman dentro los denominados
“mesociclones” h que frecuentemente también figuran en los informes de intenso granizo y vientos de
ráfagas descendentes destructores [véase la Figura 3-18 a)]30. Habida cuenta de que no todos los
mesociclones producen tornados, la presencia de un mesociclón es una condición necesaria, aunque no
suficiente, para su formación.
3.5.26 El análisis de los daños ocasionados por los vientos de un tornado indica la existencia de
intensos “vórtices de succión” organizados dentro del tornado que los engendró [su escala se indica en la
Figura 3-18 a)]. En la Figura 3-19 se muestra un modelo de un tornado de este género presentado por
Fujita47. Con frecuencia, los tornados son inicialmente visibles como una “tromba” suspendida por debajo de
la nube tormentosa que los engendró. La tromba suele tener la forma de cono, pero también puede tener
muchas otras formas, entre ellas la parecida a una larga cuerda arrastrada. Los tornados que se forman
h. Un mesociclón es un vórtice ciclónico a mesoescala cuyo núcleo tiene un diámetro de 3 a 9 km que frecuentemente produce una
“signatura” radar que puede ser reconocida.
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-29
Masociclón Masoanticiclón
(anticiclón)
Alta
sión
presión
prea
Alt Frente frío
1 000 km 1 000 km
Mesociclón Mesoanticiclón
n
nte (cúpula de presión)
sió
fre
pre
a
Alt
e o
tilín Frente de ráfagas
Eco en gancho
to rec
n
Vie
e frio
10 km Frent 100 km
Misociclón Misoanticiclón
(tornado) n te
neo f re
rectilí
nto
Vie
de
Rá e n d
Frente de ráfagas
sc
fag ent
descendentes
as es
1 km 10 km
Mosociclón Mosoanticiclón
(vórtice de succión)
"Fu
F rerst swa
nte th"
Ráfagas
de
descendentes Frente de
"Furst swath"
100 m 1 km
a) Maso-, meso-, miso- y mososiclones con arreglo b) Maso-, meso-, miso- y mosoanticiclones con arreglo
a escalas planetarias generalizadas. La succión a escalas planetarias generalizadas.
sigue el orden de las vocales a, e, i, o y u.
m/s rá
r F2
50 icro mph
F0
1 000 km 100 km 10 km 1 km 100 m 10 m 1m
MASO MESO MISO MOSO
sobre el agua tienen la configuración de “trombas marinas” i cuya distribución mundial es mucho más
extensa que la de los tornados que se forman sobre tierra firme.51
3.5.27 Es evidente que los tornados representan un caso extremo de la cizalladura del viento y que
constituyen un peligro para las aeronaves que aterrizan y despegan. Dicho peligro podría mitigarse en
cierta medida, habida cuenta de que:
a) los tornados suelen ser visibles y las aeronaves deberían poder maniobrar en torno a
ellos; y
b) aun cuando se haya notificado la presencia de tornados en muchas zonas del mundo,
éstos suelen producirse con mayor frecuencia en la zona central y sudoriental de los
Estados Unidos y, por consiguiente, constituyen un “peligro conocido” en esas zonas.
No puede tomarse demasiado a la ligera el peligro que representan los tornados para la aviación puesto
que no siempre son visibles. Por ejemplo, pueden formarse en las corrientes ascendentes a lo largo del
frente de ráfagas que precede a la tormenta o hallarse encubiertos por nubes o fuertes lluvias y también
pueden producirse de noche (véase el Capítulo 4). Además, si un tornado atraviesa la trayectoria de vuelo
de una aeronave, puede haber peligro si ésta encuentra el aire perturbado y la cizalladura del viento en la
estela del vórtice o en el vórtice del tornado dentro de nubes.
LA SUPERCÉLULA TORMENTOSA
3.5.28 En 3.5.5 y en la Tabla 3-1 se mencionan las “supercélulas” tormentosas, cuyas características
principales, que las distinguen de otras formaciones tormentosas violentas, son:
a) su carácter unicelular;
e) los desmesurados daños que puede producir el granizo que las acompaña y, en algunas
regiones del mundo, los ocasionados por las familias de tornados y microdescendentes.52
El término “supercélula” fue acuñado por Browning en 1962 en relación con una tormenta de granizo muy
violente que ocasionó extensos daños cerca de Wokingham (Inglaterra) en julio de 1959. La Figura 3-20.53
muestra un esquema de la estructura característica de una supercélula tormentosa que ha sido posible
obtener de forma bastante detallada sirviéndose de las observaciones de tales tormentas efectuadas con
radares Doppler múltiples y simulaciones en computadora.29
3.5.29 La más importante de las características de una tormenta con supercélula quizás sea la
corriente ascendente muy intensa y casi estacionaria alimentada por aire húmedo, potencialmente inestable,
procedente de los niveles inferiores en el costado derecho de la tormenta. Se ha estimado que las
i. Hay dos tipos de trombas marinas: una que se forma extendiéndose hacia abajo desde la base de nubes cumulonimbus y que
puede considerarse como un tornado sobre el agua; la otra se forma extendiéndose hacia arriba como una columna de agua
giratoria desde la superficie del mar, que no está directamente relacionada con una nube y que se asemeja más a los “remolinos
de polvo” que se levantan del suelo.
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-31
Vórtice de
succión
o V–T
izquierd
ímit e lateral Vórtice de
L
succión
Centro del
tornado
ro s
o mb
esc
o de
cens
Faja de
succión o zona de des
V+T
ho
latera l derec
Límite
Fujita, 1971
velocidades máximas en la corriente ascendente eran superiores a 40 m/s (o casi 8 000 ft/min) y que la
corriente ascendente puede persistir y mantener una identidad definida hasta durante dos horas. El aire
arrastrado en la corriente ascendente tiene también la tendencia a adquirir, al elevarse, un movimiento de
rotación ciclónica que crea condiciones especialmente favorables a la formación de tornados.
3.5.31 Como se ha mencionado en 3.5.5, las condiciones atmosféricas necesarias para la formación
de supercélulas tormentosas, suponiendo que las condiciones sean lo suficientemente inestables, son que
el viento gire en el sentido de las agujas del reloj (hemisferio norte) que su fuerza aumente con la altura
(cizalladura ≥ 0,001 s–¹) y que existan a todos los niveles vientos bastante fuertes. El aire muy seco en lo
alto origina la formación de fuerte granizo. Afortunadamente, las supercélulas tormentosas no son muy
extensas ni ocurren con frecuencia, porque el granizo, las microdescendentes y los tornados que las
acompañan son sumamente peligroso para el aterrizaje y el despegue de las aeronaves.
3.6.1 La Figura 3-2155 muestra la distribución anual de la frecuencia de tormentas en todo el mundo y
la Figura 3-2256 ilustra su distribución sobre los Estados Unidos. La Tabla 3-257 muestra las regiones de los
Estados Unidos de mayor actividad tormentosa, con las correspondientes variaciones diurnas y
estacionales. La Figura 3-2358 indica la distribución mundial de los accidentes e incidentes en los cuales se
confirmó o se supuso que las microdescendentes habían sido la causa contribuyente, mientras que la
Figura 3-2459 muestra las trayectorias de los tornados violentos confirmados, señalados en los Estados
Unidos entre 1880 y 1982.
3.6.2 En la Figura 3-21 se ve que las tormentas ocurren con más frecuencia en regiones conti-
nentales tropicales. Sin embargo, se sabe que la distribución geográfica de los tornados no se ajusta a esta
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-33
configuración. Aun cuando los tornados se producen ocasionalmente en muchas regiones del mundo y las
trombas tienen una distribución más extensa por encima de lagos y océanos, la mayoría de los tornados
ocurren en el centro y en el sudeste de los Estados Unidos. No se conoce la distribución mundial de las
microdescendentes violentas, debido principalmente a que no suelen ser visibles directamente, e incluso a
que sus efectos, tales como los daños ocasionados en los bosques y las cosechas, tal vez no se atribuyan
a una microdescendente violenta, a no ser que se haga un reconocimiento aéreo minucioso de los daños.
3.6.3 Las microdescendentes violentas no alcanzaron notoriedad hasta hace sólo unos 10 años, al
habérseles atribuido varios accidentes o incidentes de aviación; su distribución aparente se centrará como
consecuencia en torno a las áreas terminales de tránsito aéreo de mucha actividad. Las microdescentes
violentas son bastante comunes, pero como son relativamente pequeñas y de corta duración, es bastante
escasa la probabilidad de que una aeronave las encuentre durante el aterrizaje o el despegue, si bien,
como lo han demostrado varios accidentes importantes, la posibilidad de que ello ocurra no es en modo
alguno insignificante.
3.7.1 Se ha obtenido un considerable volumen de datos de todo el mundo sobre la cizalladura del
viento a baja altura en la proximidad de los aeródromos sirviéndose de los sistemas de a bordo de registro
de datos (AIDS) de los aviones de reacción de fuselaje ancho B-747 de la British Airways (BA)60 y B-747 y
DC-10 de la Royal Dutch Airlines (KLM)61,62. En 1984, en la base de datos figuraban ya 10 000 aterrizajes
de KLM, de los cuales 8 573 han sido ya analizadosj,63 y publicados algunos datos seleccionados, así como
9 136 aterrizajes de BA, todos los cuales han sido analizados y sus resultados publicados. En Alemania, se
han recopilado durante un año, almacenado y luego analizado los datos obtenidos mediante sistemas AIDS
instalados en aeronaves Airbus A300 de la Deutsche Lufthansa.64
3.7.2 El Royal Aircraft Establishment (RAE) del Reino Unido analizó los datos relativos a los
aterrizajes de BA, aplicando el método de ráfagas discretas. En la Tabla 3-360 se muestran las estadísticas
de las probabilidades de que en uno de cada mil aterrizajes se encuentre cizalladura del viento con
determinados tipos de cambios de la velocidad del viento de frente; estas probabilidades han sido
calculadas basándose en más de 9 000 aterrizajes de BA. Respecto a los datos de KLM, se ha publicado
un análisis detallado referente a 1 909 aterrizajes efectuados en el Aeropuerto de Schiphol (Países Bajos) y
un análisis de los aeropuertos mundiales que constituyen “los casos peores”. Estos datos han permitido
calcular diversas estadísticas de probabilidades: la Figura 3-25 muestra la distribución de la densidad de
probabilidades de cambio del viento longitudinal por 30 m (100 ft) de altura, mientras que en la Figura 3-26
se ilustran las probabilidades de que se excedan determinados valores de cizalladura del viento, todos los
cuales corresponden al Aeropuerto de Schiphol.61
3.7.3 Una de las razones que indujeron a organizar estos proyectos de investigación consistía en
suministrar datos de los cuales se pudieran obtener modelos prácticos de cizalladura del viento destinados
a los ensayos de los sistemas de control y de presentación instalados en las aeronaves, así como de los
sistemas de detección y de aviso de cizalladura del viento a poca altura instalados a bordo de las
aeronaves. Al mismo tiempo, estos proyectos suministran datos valiosos relativos al tipo e intensidad de la
cizalladura del viento en muchos aeródromos de todo el mundo.k En la nota de Woodfield y Woods se
analizan las variaciones de la cizalladura del viento en distintos aeródromos en los términos siguientes:
j. El Netherlands National Aerospace Laboratory ha publicado ya (1984) los datos restantes analizados junto con una evaluación de
diveros tipos de equipo de detección de cizalladura del viento instalado a bordo. La publicación existe en neerlandés con un
resumen en inglés.
k. Los lectores interesados en cizalladura del viento en determinados aeródromos podrían consultar las notas originales de
60 62
Woodfield y Woods (1984) , así como de Haverdings (1981) .
3-34 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Sea cual fuere el grado de cambio excesivo, en el aeropuerto en que existen las mayores
cizalladuras del viento se originan cambios de velocidad que no exceden aproximadamente del doble
de los que ocurren en los aeropuertos en que se producen las cizalladuras más pequeñas. Entre
estos aeropuertos, los más bajos niveles de cizalladura se registraron en Nairobi (NBO), Kuala
Lumpur (KUL) y Singapur (SIN). Los aterrizajes en NBO se realizan en su mayor parte poco después
de la salida del sol, cuando la actividad atmosférica se encuentra más en calma. En cambio, en KUL
y SIN los aterrizajes se efectúan durante las últimas horas de la tarde; estos aeropuertos son
también conocidos por sus niveles de actividad tormentosa durante el verano.
Por consiguiente, por ser un aeropuerto focal [de la British Airways], LHR es uno de los
aeropuertos de importantes cizalladuras del viento y, habida cuenta de que la selección general de
aeropuertos es representativa de una gran variedad de condiciones en todo el mundo, se estima que
las distribuciones generales son representativas de la mayoría de los sistemas de rutas
internacionales.
Haverding62 hace la clasificación siguiente de los aeropuertos que constituyen “los casos peores”
(basándose en 300 aterrizajes o más), desde el más elevado al más bajo porcentaje de aterrizajes con
cizalladura del viento: JFK (Nueva York), Houston, Montreal, Schiphol (Ámsterdam), Dubai, Singapur y
Bangkok.
3.7.4 El Laboratorio aeroespacial nacional (NLR) de los Países Bajos ha analizado también los datos
mundiales de KLM por el método de ráfagas discretas. Se prevé que RAE y NLR intercambien sus datos y
que se incluyan datos de otras fuentes, tales como los de Lufthansa. En conjunto, la base de datos tal vez
contenga más de 20 000 aterrizajes efectuados en todo el mundo, en una gran variedad de condiciones
estacionales. Se prosigue la recopilación de datos sobre importantes cizalladuras del viento como proyecto
permanente en el marco del United Kingdom Civil Aviation Airworthiness and Data Recording Programme
(CAADRP). Esto proporcionará más datos “extremos” que quizás permitan mejorar la clasificación de la
intensidad de la cizalladura del viento (véanse 5.2.5 a 5.2.14).
3.8.1 Por detrás de toda aeronave en vuelo se produce una cizalladura del viento, principalmente
como vórtices en los extremos de las alas que adoptan la forma de dos masas de aire cilíndricas que giran
en sentido contrario y que forman una estela por detrás de los extremos de ala. Estos vórtices son
especialmente violentos cuando son engendrados por aviones de reacción de grandes dimensiones; los
que son generados por las aeronaves durante el despegue pueden constituir un importante peligro para las
aeronaves que las siguen muy cerca. Aun cuando los vórtices de estela constituyen un caso especial de
cizalladura del viento, no se les trata del mismo modo. Ello se debe a que puede evitarse su efecto en las
aeronaves que aterrizan y despegan mediante la aplicación de las mínimas de separación apropiadas por
las ATS. En los Capítulos 6 y 7 de los Procedimientos para los servicios de navegación aérea — Gestión
del tránsito aéreo (Doc 4444) figuran detalles y orientación sobre los procedimientos que siguen las
dependencias ATS para aplicar las mínimas de separación entre aeronaves, con objeto de reducir los
riesgos inherentes a los vórtices de estela y la cizalladura del viento.
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-35
70
5 1
60 10
5
20
20 1
50
40 10
40 20 30 20
40 5
60 40 10
40 20
60 60
30 40
80
40 60
20 80 60
80 20 60
100
30 40 10 140 5 40 40
10 20 20 60 180
5 10
20 140 140 20 80
60 40 80 100 180 100
80 140
0 100 180 20
10 5 140 10 40
100 5 10 40 60
20 80 100 60
10 60 120 40
30 80 100 80
40 60 100 5
140
20 60
60 60 60 20 5 40
30 80
40 10
10 5
40
40 20
10 20
10 10
5 5
50 5 5
60 1 1 1
1
70
180 165 150 135 120 105 90 75 60 45 30 15 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150 165 180
ntico
Atlá
ano
Océ
Golfo de México
Tabla 3-2. Regiones de los Estados Unidos más afectadas por las tormentas
(según Easterling y Robinson, 1985)
3.8.2 Varios países (p. ej., Alemania, Estados Unidos, Países Bajos y el Reino Unido) están llevando
a cabo investigaciones para elaborar un “sistema destinado a evitar los vórtices de estela” que, basándose
en información meteorológica en tiempo real pertinente, permita a los controladores de tránsito aéreo
(ATCO) evaluar el momento en que la pista quede libre de vórtices, lo cual, a su vez, contribuirá a reducir
los intervalos medios entre los aterrizajes (es decir, las mínimas recomendadas de separación entre
vórtices de estela) con objeto de hacer frente al incremento del tráfico aéreo. 65 , 66 Sin embargo, cabe
observar que si bien estos experimentos tienden a confirmar la viabilidad técnica del sistema, ha sido difícil
implantarlo operacionalmente debido a razones de carácter práctico. Sin embargo, a medida que se cuente,
en los aeropuertos de mayor tráfico y con capacidad limitada (véase 5.1.10), con sistemas de observación
meteorológica plenamente integrados que proporcionen una imagen cuadridimensional del campo del
viento sobre el aeropuerto, la introducción de pronósticos sobre vórtices de estela podría llegar a ser
económica y operacionalmente viable para contribuir al aumento de la capacidad de las pistas y del espacio
aéreo terminal.
3.8.3 En la elaboración de sistemas relacionados con vórtices de estela en los Estados Unidos se
toma plena ventaja de los diversos sistemas de detección del viento ya instalados en numerosos
aeródromos, como parte del ITWS (véanse 5.1.31 y siguientes). Se elaboraron algoritmos específicos para
combinar estos datos, tales como el algoritmo Doppler de establecimiento de perfiles, que constituía el
sistema de análisis del viento AVOSS (AWAS) prototipo. Estos han demostrado que pueden obtenerse
perfiles precisos del viento con una resolución vertical de 50 m a partir de los datos del radar meteorológico
terminal Doppler (TDWR) 67 (véanse 5.1.17 a 5.1.42). La próxima etapa consistirá en diseñar un algoritmo
para formatear un mensaje apropiado para el ATC y los pilotos a fin de avisar sobre cizalladuras de perfil
que sean suficientemente fuertes como para afectar a su aproximación y aterrizaje en el aeródromo.
3-38 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
3.9.1 A juicio de algunos investigadores68, en varios accidentes de aviación en que la cizalladura del
viento se había considerado como una de las causas contribuyentes (p. ej., el accidente de la Eastern
Airlines en el Aeropuerto internacional JFK en 1975), la degradación de la actuación de la aeronave puede
explicarse en gran parte por los efectos aerodinámicos negativos resultantes de las fuertes lluvias. Las
fuertes lluvias pueden afectar a la actuación de una aeronave por lo menos de los cuatro modos siguientes:
a) las gotas de lluvia que golpean la aeronave ocasionan en ésta una presión orientada
hacia abajo y hacia atrás;
b) la delgada película de agua formada por la lluvia en la célula aumenta la masa de la
aeronave;
c) esta película de agua que puede hacerse “rugosa” por el efecto de las gotas que siguen
cayendo y de las tensiones superficiales, lo cual puede ocasionar efectos negativos en
la sustentación/resistencia al avance en relación con una superficie sustentadora seca y
lisa; y
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-39
3.9.2 Después de analizar esta hipótesis mediante una computadora, empleando un modelo
hidrodinámico, los investigadores llegaron a las conclusiones siguientes:
0,6
Aterrizajes 1 909
Altitud 30–300 m
Desviación
característica 0,89
Promedio 0,20
Frecuencia de casos
0,4
0,2
0,0
–0 –4 –2 0 2 4 m/s–1/30 m 6
Cambio del viento longitudinal/30 m
3.9.4 Al margen del debate que se está sosteniendo con respecto a los efectos aerodinámicos
negativos de las intensas precipitaciones, ha habido casos en que las aeronaves que habían penetrado
violentas tormentas habían sufrido una pérdida total de potencia en todos sus motores. Un ejemplo es el del
DC-9 que se estrelló en 1977 mientras efectuaba un aterrizaje de emergencia después de una pérdida total
de potencia de los motores en vuelo; la National Transport Safety Board de los Estados Unidos (NTSB)
atribuyó esto a la ingestión directa de enormes cantidades de agua y granizo en una violenta tormenta,
combinada con un movimiento de la palanca de potencia, lo que ocasionó una considerable pérdida de
sustentación e importantes daños en los compresores de los motores. 69 Se están llevando a cabo
investigaciones para evaluar si los álabes de los sensores del ángulo de ataque utilizados en el advertidor
de pérdida, los advertidores de cizalladura del viento y las características de transmisión/recepción del
radomo del radar meteorológico pudieron haber sido afectados por la lluvia. Se ha indicado que los errores
pudieron haber sido causados por una alineación parcial de estos álabes en el ángulo que formaba la lluvia
que se acercaba, que debería ser del orden de 8º respecto a la horizontal, a las velocidades normales de
aproximación de una aeronave.
Schiphol, 1977–1978
1 917 aterrizajes
300
Mediana
Probabilidad 5%
de cambio excesivo
del viento/30 m
200
Probabilidad 1%
Altura (m)
de cambio excesivo
del viento/30 m
100
0
–10 –5 0 5 m/s –1 /30 m 10
Cambio del viento longitudinal/30 m
— — — — — — — —
Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-41
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Capítulo 3. Condiciones y fenómenos meteorológicos que ocasionan cizalladura del viento a poca altura 3-43
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Capítulo 4
4.1 GENERALIDADES
4.1.1 Para comprender el efecto que la cizalladura del viento ejerce sobre la actuación de la
aeronave, conviene repasar algunos de los principios básicos del vuelo. En la Figura 4-1 se indican las
fuerzas principales que actúan sobre una aeronave en vuelo: el empuje de los motores, la masa de la
aeronave, la sustentación proporcionada primordialmente por las alas, y la resistencia aerodinámica. Las
ilustraciones se han simplificado un poco; por ejemplo, se supone aquí que el empuje se ejerce
exactamente en la misma dirección que la trayectoria de vuelo. Esta simplificación permite comprender los
principios con mayor facilidad, sin afectar mucho las conclusiones.
4.1.2 Cuando las fuerzas que actúan sobre la aeronave se hallan en equilibrio, en el caso del vuelo
uniforme no acelerado, no se produce fuerza resultante alguna y, por consiguiente, la suma de todas las
fuerzas de ascenso normales a la dirección de vuelo debe ser igual a la suma de todas las fuerzas de
descenso normales a la dirección de vuelo. De modo similar, la suma de todas las fuerzas de avance en la
dirección de vuelo debe ser igual a la suma de todas las fuerzas de retroceso en la dirección de vuelo. La
aeronave se encuentra entonces en equilibrio y, de acuerdo con la primera ley del movimiento de Newton,
continuará en ese estado ya ascienda, descienda o mantenga el vuelo horizontal, hasta tanto se perturbe el
equilibrio de fuerzas.
4.1.3 Aunque estas ecuaciones son sencillas, permiten sacar conclusiones importantes. En el vuelo
horizontal no acelerado, el empuje tiene que equilibrar la resistencia aerodinámica y la sustentación tiene
que equilibrar la masa [Figura 4-1 b)]. En el vuelo ascendente no acelerado, el empuje también tiene que
equilibrar parte de la masa (W sin γ), de modo que se requiere más empuje que para el vuelo horizontal,
siendo el empuje necesario proporcional al ángulo de ascenso. Los ángulos de ascenso posibles pueden
calcularse simplificando la ecuación (1) de la Figura 4-1. Para los ángulos de ascenso, que en general son
pequeños, sin γ • γ, resultando la ecuación (1):
T = D + Wγ
y, de ese modo,
T −D
γ=
W
Por consiguiente, el ángulo de ascenso es una función directa del exceso de empuje sobre la resistencia
aerodinámica y una función inversa de la masa. En el vuelo descendente no acelerado [Figura 4-1 c)], la
ecuación (5) indica que se necesita menos empuje que para el vuelo horizontal debido a que parte de la
masa (W sin γ) actúa ahora en el mismo sentido que el empuje.
4.1.4 Toda esta información es pertinente en relación con la cizalladura del viento como puede verse
al examinar el alcance de cada una de las cuatro fuerzas principales que actúan sobre la aeronave. El peso
es simplemente W = mg (masa de la aeronave × la aceleración de la gravedad); el empuje (T) es la fuerza
4-1
4-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
directa producida por los motores; la sustentación (L) y la resistencia aerodinámica (D) resultan
proporcionales a la densidad del aire (ρ), el área del velamen (S) y al cuadrado de la velocidad del aire
sobre las alas (V), o sea que L y D son proporcionales a ρ, S y V². Las constantes de proporcionalidad CL y
CD, llamadas coeficiente de sustentación y coeficiente de resistencia aerodinámica, que se representan
como:
L= 1
2
CL ρ S V 2
y
D= 1
2
CD ρ S V 2
dependen, entre otras variables, del ángulo de ataque (α) del ala. Estas ecuaciones indican que la
sustentación y la resistencia aerodinámica dependen del ángulo de ataque (mediante CL) y del cuadrado de
la velocidad relativa, y que la cizalladura del viento puede afectar tanto al ángulo de ataque como a la
velocidad relativa, que a su vez influyen sobre la sustentación y la resistencia aerodinámica, que perturban
en último término el equilibrio de la aeronave (véase el Apéndice 3).
4.1.5 La aseveración de que “el viento afecta a la velocidad relativa” parece contradecir la regla
aprendida en la instrucción básica de pilotaje de que “el viento sólo afecta a la velocidad respecto al suelo y
la deriva”.1 Esta contradicción aparente puede haber causado confusión en la mente de algunos pilotos y
quizás contribuyera a que experimentaran dificultades en la comprensión de los graves efectos que puede
tener la cizalladura del viento sobre la actuación de la aeronave. Pueden armonizarse las dos afirmaciones
introduciendo la palabra “transitorio” en la primera de ellas, de modo que diga “el viento (es decir, el cambio
del viento) tiene un efecto transitorio sobre la velocidad relativa” y teniendo en cuenta la estabilidad
longitudinal de la aeronave, que trata de recuperar la velocidad relativa original compensada. Esto significa
que, en condiciones de viento uniforme o cuando el viento horizontal varía gradualmente, el viento no ejerce
efecto alguno sobre la velocidad relativa, por lo cual es verdadera la conocida ecuación:
Velocidad respecto al suelo (GS) = velocidad verdadera (TAS) ± velocidad del viento a lo largo
de la derrota (WIND)
Sin embargo, en condiciones de cizalladura del viento, el viento horizontal (el viento a lo largo de la derrota
es el factor importante en esta situación, o sea, el viento que se encuentra de frente o de cola en el
aterrizaje o el despegue) no es uniforme ni varía gradualmente, sino que puede cambiar abruptamente en
una distancia relativamente corta. Es evidente que si una aeronave se encuentra con un cambio abrupto de
viento de frente o de cola, debido a su inercia no puede acelerar ni decelerar instantáneamente para
recuperar la velocidad relativa original compensada; durante un período breve y finito, la velocidad relativa
varía de acuerdo con la variación del viento. Esta variación “transitoria” de la velocidad relativa altera la
sustentación y la resistencia aerodinámica y perturba el equilibrio de las fuerzas que actúan sobre la
aeronave. La situación de cambio gradual del viento puede ilustrarse del modo siguiente:
Nota.— En el ejemplo que precede, se ha utilizado la unidad “nudo” (kt) que no pertenece al
sistema internacional (SI). De conformidad con el Anexo 5, podría utilizarse en su lugar la unidad
correspondiente “kilómetros por hora” (km/h).
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-3
La velocidad respecto al suelo se ajusta continuamente al régimen cambiante del viento y no tiene efecto
alguno sobre la velocidad relativa. Con todo, la siguiente es una ilustración de la secuencia de sucesos
durante un encuentro con un cambio abrupto del viento:2
velocidad respecto al suelo 140 kt sin viento
140 kt (GS) = 140 kt (TAS) – 0 (WIND)
un cizallamiento rápido con viento de frente hasta de 20-kt da por resultado temporalmente
140 kt (GS) = 160 kt (TAS) – 20 kt (WIND)
cuando se restablece el equilibrio y se recupera la velocidad relativa compensada (o sea,
cuando la aeronave ha decelerado respecto al suelo)
120 kt (GS) = 140 kt (TAS) – 20 kt (WIND)
como en el ejemplo anterior.
El modo en que la aeronave restablece el equilibrio sobre la base de su estabilidad longitudinal se trata en
4.1.11 a 4.1.13.
4.1.6 La perturbación del equilibrio de fuerzas que actúan sobre la aeronave crea una fuerza
resultante, de modo que en lugar de la ecuación (1), que se escribe T = D + W sen γ o T – D – W sen γ = 0
(o sea, sen fuerza resultante), una vez que se ha perturbado el equilibrio, la ecuación debe escribirse T – D
– W sin γ = F (fuerza resultante) y la aplicación de una fuerza resultante a la aeronave causa
inmediatamente una aceleración. Esta se debe a la segunda ley del movimiento de Newton, que dice que
“la rapidez de modificación de la cantidad de movimiento de un cuerpo es proporcional a la fuerza que
actúa sobre el cuerpo, en dirección de la fuerza aplicada”. Esta ley se expresa comúnmente como:
W
F = ma (masa × aceleración) o F = a
g
Bajo el efecto transitorio de la cizalladura del viento cuando se perturba el equilibrio, las ecuaciones (1) a (6)
deberían escribirse del modo siguiente:3
(ascenso) T – D – W sen γ W
(vuelo horizontal) T – D = • aceleración a lo largo de la trayectoria de vuelo
g
(descenso) T + W sen γ – D
(ascenso/descenso) L – W cos γ W
= • aceleración a lo largo de la trayectoria de vuelo
(vuelo horizontal) L–W g
La aeronave acelera en la dirección en la cual actúa la fuerza perturbadora (resultante) hasta que se
vuelve a lograr el equilibrio. En la parte en negrilla se realza el hecho de que, aunque el equilibrio se
restablece, la aeronave no puede evitar de volar en una nueva trayectoria y, de acuerdo con la primera ley
del movimiento de Newton, permanecerá en la nueva trayectoria de vuelo hasta que el equilibrio se
perturbe nuevamente. La aeronave busca siempre una trayectoria de vuelo que dará como resultado el
equilibrio entre las fuerzas que actúan sobre ella. En otras palabras, la cizalladura del viento modifica la
trayectoria de vuelo de la aeronave y, para que ésta vuelva a la trayectoria de vuelo prevista, el piloto tiene
que intervenir. Los cambios iniciales en la trayectoria de vuelo debidos a los cambios transitorios de la
velocidad relativa, causados por la cizalladura del viento, se indican en la Figura 4-2. Estos efectos son
producidos por los cizallamientos en el viento horizontal como los que podrían encontrarse en los perfiles
de vientos fuertes próximos al suelo (especialmente corrientes en chorro a bajo nivel), sistemas frontales,
etc.
4-4
Empuje (T)
Resistencia (D)
Figura 4-1.
Empuje (T)
Resistencia (D)
L = W .......................(4)
Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Sustentación (L) Sustentación (L) Sustentación (L)
Capítulo 4.
Empuje (T)
R
Resistencia (D)
R
Resistencia (D) Empuje (T)
R
Resistencia (D)
Nota.— En cuanto al efecto transitorio de la cizalladura del viento sobre la velocidad relativa, un
viento de frente en disminución tiene exactamente el mismo efecto transitorio sobre la velocidad relativa
(disminución) que un viento de cola en aumento. De modo similar, un viento de frente en aumento tiene
exactamente el mismo efecto transitorio sobre la velocidad relativa (aumento) que un viento de cola en
disminución. Otras consideraciones se aplican, una vez restablecido el equilibrio, particularmente para una
aeronave que aterriza, punto que se analiza en 4.2.6.
4.1.7 En 4.1.4 se estableció que la cizalladura del viento puede afectar al ángulo de ataque. En el
párrafo 2.1.1 se analizaron casos especiales en la atmósfera, en los cuales la componente vertical del
viento no es cero (ni muy pequeña) y que puede llegar a predominar sobre las componentes de viento de
frente o de cola y viento de costado. Estos casos comprenden las ondas orográficas y especialmente las
corrientes descendentes asociadas con las nubes convectivas (véanse 3.2.8 y 3.5.11 a 3.5.14,
respectivamente). En los párrafos 4.1.8 y 4.1.9 se concentrará en el efecto de la cizalladura del viento de
las corrientes descendentes porque representan indudablemente el peligro más grave de la cizalladura del
viento, aunque los principios se aplican asimismo a cualquier situación en la cual la componente vertical del
viento predomina sobre las componentes horizontales y cambia rápidamente.
4.1.8 En vuelo horizontal (sin virajes), una aeronave vuela en una actitud de cabeceo que presenta
un ángulo de ataque (α) del ala, apropiado para la velocidad relativa. La relación entre el ángulo de ataque
y la velocidad relativa supone que el aire choca con el borde de ataque del ala en sentido horizontal (o sea,
con una componente despreciable hacia arriba o hacia abajo) y, generalmente, éste es el caso más
frecuente. Sin embargo, si una aeronave volara en una corriente descendente o ascendente, el aire no
incidirá horizontalmente sobre el ala, sino que formará un pequeño ángulo con la horizontal, que depende
de las magnitudes relativas de la velocidad relativa y de la componente vertical del viento (corriente
descendente o ascendente). De este modo, el ángulo de ataque se habrá modificado realmente, sin que se
produzca ningún cambio en la actitud de cabeceo.4 En la Figura 4-3 se indica el modo en que la corriente
descendente reduce el ángulo de ataque, mientras que el ángulo de actitud de cabeceo permanece
invariable. El ejemplo que se ofrece es el de una corriente descendente de 5 m/s (1 000 ft/min) y una
aeronave con una velocidad relativa de 280 km/h (140 kt) que reduce su ángulo de ataque en unos 4º, sin
cambio alguno en la actitud de cabeceo.
Nota.— Aunque las velocidades de 5 m/s (1 000 ft/min) son probablemente bastante típicas de
la mayoría de las corrientes descendentes, en las tormentas fuertes se han medido velocidades máximas
superiores a los 25 m/s (5 000 ft/min).
4.1.9 Como en el caso de una variación en la velocidad relativa causada por la cizalladura del viento,
tratado en 4.1.5, una variación en el ángulo de ataque debida a una corriente descendente o ascendente es
una variación transitoria hasta la recuperación del ángulo de ataque original por la estabilidad longitudinal
de la aeronave. Una corriente descendente causa una reducción transitoria del ángulo de ataque, lo que a
su vez causa una reducción del coeficiente de sustentación y perturba el equilibrio de las fuerzas que
actúan sobre la aeronave, generando así una fuerza resultante que actúa por debajo de la trayectoria de
vuelo prevista (véase la Figura 4-4). La corriente descendente actúa en el sentido opuesto. Por
consiguiente, una corriente descendente tiene el mismo efecto inicial sobre una aeronave que un viento de
frente en disminución o un viento de cola en aumento y una corriente ascendente tiene el mismo efecto
inicial que un viento de frente en aumento o un viento de cola en disminución. Con todo, el efecto de la
corriente descendente o ascendente se debe a una variación transitoria del ángulo de ataque, mientras que
el efecto del viento de frente o de cola se debe a una variación transitoria en la velocidad relativa. El
equilibrio se restablece mediante la estabilidad longitudinal después de la perturbación, aunque la aeronave
se encontrará volando en una nueva trayectoria. Una vez restablecido el equilibrio, se aplican otras
consideraciones, como se indica en 4.2.6.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-7
Cu
e rda
Sección del ala
n te
re sulta Vector de
e flujo
Ángulo de actitud Vec tor d corriente
descendente
de cabeceo 4° 10 kt
Flujo horizontal normal Vector de velocidad relativa 140 kt
debido a la velocidad relativa
Ángulo de ataque
Ángulo de ataque en flujo anormal
reducido en
flujo anormal
(Escala vertical exagerada)
ue 18°
ataq
25 m/s 5 000 ft/min
de
ulo 16°
ng
elá
en 14°
nte
20 m/s 4 000 ft/min ta
ul
res
n 12°
ció
i nu
sm
Di 10°
15 m/s 3 000 ft/min
8°
6°
10 m/s 2 000 ft/min
4°
5 m/s 1 000 ft/min
2°
Componente
vertical
(corriente
descente)
80 90 100 110 120 130 140 150 160 kt Velocidad
148 167 185 204 222 241 260 278 297 km/kt relativa
4.1.10 Hasta ahora la consideración de la cizalladura se ha restringido a las componentes del viento
de frente o de cola y a su efecto sobre la velocidad relativa y la cizalladura de las componentes verticales
del viento (corriente descendente o ascendente) y asimismo a su efecto sobre el ángulo de ataque. Como
se mencionó en 2.1.3, debido a que las pistas están orientadas, en lo posible, en la dirección de la
componente menor de viento lateral, la cizalladura en las componentes de viento de frente o de cola y los
casos especiales de cizalladura en las componentes verticales del viento (p. ej., corrientes descendentes)
tienden a preponderar en las discusiones sobre cizalladura del viento. Esto no significa que no haya
cizalladura de la componente de viento lateral ni que su efecto sobre la aeronave sea nulo. En realidad, casi
siempre se encuentra cierta cizalladura de la componente de viento lateral, aunque, en general, no afecta a
la velocidad relativa ni al ángulo de ataque y, por consiguiente, no modifica el equilibrio de fuerzas sobre
la aeronave en el plano vertical. En cambio, afecta a los ángulos de deriva y de derrape, aumentando
las complicaciones para el piloto en una situación ya compleja; algunas de estas complicaciones se
analizan en 4.2.8.
4.1.11 Es necesario considerar el modo en que la aeronave recupera las condiciones de equilibrio
después de una perturbación que podría causar la cizalladura del viento. El efecto de recuperación
corresponde a la estabilidad de la aeronave, o sea, su capacidad para volver a una condición de vuelo dada
después de sufrir una ligera perturbación de esa condición. La aeronave se ha proyectado para que tenga
estabilidad en los tres ejes (cabeceo, balanceo y guiñada). En una perturbación debida a cizalladura del
viento, reviste particular interés la estabilidad sobre el eje de cabeceo, o sea la estabilidad longitudinal. Ésta
asegura que, si varía el ángulo de ataque, las fuerzas de recuperación comenzarán a actuar de modo
inmediato y automático para que el ángulo de ataque recupere su valor original.5 (El análisis detallado de
estas fuerzas es una cuestión sumamente compleja que no se tratará aquí.) En lo tocante a la estabilidad
longitudinal, las fuerzas de recuperación provienen principalmente del estabilizador horizontal. Para las
condiciones de vuelo particulares de interés (vuelo horizontal, ascenso o descenso, o sea, esencialmente
vuelos sin virajes), a cada ángulo de ataque corresponde una velocidad relativa indicada equivalente, por lo
cual la aeronave posee también estabilidad “en velocidad”. Esto significa que una aeronave en general
cabeceará hacia abajo y acelerará para recuperar la velocidad relativa perdida y que cabeceará hacia arriba
y decelerará para suprimir el aumento de velocidad relativa (o sea, recuperar la velocidad relativa
primitivamente establecida).
4.1.12 Las respuestas “naturales” de una aeronave a las variaciones del viento se indican usualmente
en los textos comunes para el caso de una aeronave con mandos fijos. En estas circunstancias, los
cambios de la velocidad relativa producen una oscilación ligeramente amortiguada en la velocidad relativa y
en la altura que se llama un fugoidea con un período de oscilación de unos 40 segundos. Si la oscilación
fugoide no se controlara, la aeronave no volaría satisfactoriamente a baja velocidad, como en el despegue y
en el aterrizaje, sino que se comportaría del modo irregular que se observa con frecuencia en los avioncitos
de papel. Por fortuna, el período de oscilación fugoide es muy largo, por lo cual el piloto puede controlarlo
normalmente manteniendo una actitud de cabeceo continua. Las variaciones en el ángulo de ataque, por
ejemplo las provenientes de corrientes descendentes o ascendentes producen una oscilación bien
amortiguada en cabeceo, con un período de unos cinco segundos, que suele llamarse oscilación de período
corto (véase la Figura 4-3).
a. El término “fugoide” poco usual, fue creado por Frederick Lanchester, especialista inglés en aerodinámica a principios del siglo XX,
a partir de dos palabras griegas que significan literalmente “tipo fugaz”; lamentablemente, utilizó la palabra griega correspondiente
a “vuelo” como “fuga” y no como “vuelo de un pájaro”, que era su intención.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-9
GENERALIDADES
4.2.1 En la presente sección y en las siguientes, la teoría MET y aerodinámica tratada hasta ahora se
aplica a situaciones prácticas con condiciones de cizalladura del viento particulares y a técnicas
recomendadas para los pilotos en caso de un encuentro por inadvertencia con las mismas. Se observará
que la conclusión que surge es que, en lo posible, debe evitarse un encuentro con cizalladura del viento. Se
dedica mucho tiempo para analizar en detalle el fenómeno y su efecto en la aeronave a fin de asistir a los
meteorólogos aeronáuticos y proporcionar una base sólida para asistir a los pilotos a fin de que reconozcan
y eviten las situaciones posibles de cizalladura del viento. Al conocer la gama de tipos e intensidades de
esta última que se han registrado, el piloto adquiere un respeto saludable para dicho fenómeno. Al conocer
la respuesta de la aeronave ante la cizalladura del viento, el piloto puede entender más fácilmente lo que
sucede; dicho conocimiento explica los motivos de las técnicas recomendadas para un encuentro por
inadvertencia con cizalladura del viento, algunas de las cuales pueden aparecer diferentes a las prácticas
“normales” de vuelo. En consecuencia, es preciso tener presente que las discusiones siguientes no
persiguen el propósito de alentar a los pilotos en el sentido de que intenten volar en condiciones de
cizalladura del viento conocida o sospechada; por el contrario, el consejo primordial consiste en EVITAR,
EVITAR y EVITAR.
4.2.2 Las situaciones en las cuales podrían encontrarse cerca del suelo cizalladuras del viento de
frente o de cola (o sea, componentes del viento de frente o de cola normalmente en relación con la
orientación de la pista) comprenden el aterrizaje o el despegue con gradientes de viento fuertes
(especialmente las corrientes en chorro a bajo nivel), por superficies frontales y en la proximidad de
tormentas. El efecto sobre la aeronave de las cizalladuras del viento asociadas con las tormentas, tales
como las que podrían ser causadas por frentes de ráfaga y ráfagas descendentes, se trata en 4.2.9 a 4.2.13
ya que comprende cizalladura en la componente vertical del viento (corriente descendente o ascendente),
además de la cizalladura del viento de frente o de cola. La cizalladura asociada con gradientes (o perfiles)
del viento a poca altura y superficies frontales, se describe en 3.1 y 3.3, respectivamente. Puede
considerarse que una superficie frontal es un caso especial de perfil del viento en lo tocante a sus efectos
sobre una aeronave. Los perfiles del viento varían considerablemente con respecto a la rapidez de
variación de la velocidad del viento con la altura (medida, por ejemplo, en kt/100 ft) y a la magnitud total de
la variación de la velocidad del viento (medida, por ejemplo, en nudos), desde la parte superior del estrato a
la inferior. En general, la cizalladura del viento solo representa un problema cuando ambas características
son significativas.
4-10 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Resistencia (D)
Corriente
descendente
Empuje (T)
R
Peso (W)
Nota.— Las dos características del estrato de cizalladura, o sea, la intensidad (rapidez de
variación de la velocidad del viento con la altura) y la variación total en la velocidad del viento, reflejan el
estado de la atmósfera en un momento y en un lugar determinados y existen con independencia de la
aeronave. Ambas influyen en el aterrizaje o el despegue, pero el efecto depende asimismo de la rapidez
con que la aeronave transite por el estrato de cizalladura, o sea, la velocidad del encuentro medida, p. ej.,
en nudos por segundo.6
4.2.3 En el ejemplo que se indica en 2.4.3, la intensidad de la cizalladura del viento es de 8,4 km/h
por 30 m (4,2 kt/100 ft) y la velocidad de descenso de la aeronave es de 3,9 m/s (13 ft/s); con lo cual el
4,2 x 13
viento encontrado por esta aeronave tendrá una deceleración de = 0,546 kt por cada segundo.7
100
Las variaciones aproximadas en la velocidad relativa con diferentes intensidades de cizalladura del viento y
diferentes velocidades de descenso de la aeronave en una pendiente de planeo de 3º, se indican en la
Figura 4-5. La cizalladura total del viento sobre el estrato en este ejemplo, de 300 m (1 000 ft) AGL a 150 m
(500 ft) AGL es de 42 km/h (21 kt); si se supone que haya una variación del viento de frente en relación con
la orientación de la pista, para una aeronave que aterriza la cizalladura causaría una deceleración en la
velocidad relativa de 42 km/h (21 kt) a un ritmo de 1,09 km/h por s (0,546 kt/s). Es necesario especificar la
fase de la operación, debido a que el mismo gradiente del viento tiene efectos opuestos en el despegue y el
aterrizaje. En el ejemplo citado anteriormente, el viento de frente disminuye a lo largo de la pendiente de
planeo para una aeronave que aterriza, pero aumenta a lo largo de la trayectoria de ascenso para una
aeronave que despega (véase 2.3.2).
4.2.4 En el caso de una aeronave que aterrice con viento de frente que disminuye rápidamente o un
viento de cola que aumenta rápidamente, la velocidad relativa decelera aproximadamente al mismo ritmo
que la deceleración del viento de frente o la aceleración del viento de cola. Como se indica en la Figura 4-2
a), esto hace que la aeronave vuele por debajo de la pendiente de planeo. El nuevo ángulo de descenso
establecido debido al desequilibrio transitorio de las fuerzas que actúan sobre la aeronave, se mantendrá
mientras continúe la cizalladura y la velocidad permanezca invariable y el piloto no intervenga. El aterrizaje
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-11
Velocidad 20 kt/
vertical 100 f
t
de descenso
1 400 ft/min 30
k t/10
0 ft
1 200 ft/min 40 k
t/10
3)
0 ft
n
3° x t a
50
de , 3
00
ft
ne ( 1
p la G x
de =
800 ft/min
te so
ie n c e n
n d es
pe d
600 ft/min
a de
un al
ra tic
pa v er
400 ft/min
ad
c id
lo
Ve
200 ft/min
con viento de frente en aumento o viento de cola en disminución causa una aceleración en la velocidad
relativa equivalente a la velocidad de la cizalladura y, en consecuencia, la aeronave vuela por encima de la
pendiente de planeo. Ambos efectos son muy similares a lo que sucedería si los motores repentinamente
perdieran o ganaran, respectivamente, la magnitud equivalente de empuje suficiente para establecer el
nuevo ángulo de descenso por debajo o por encima de la pendiente de planeo. Se dice entonces que la
trayectoria de vuelo “mejora” si la aeronave pasa por encima de la trayectoria real (o prevista) sin
cizalladura y que “se deteriora” si pasa por debajo de la trayectoria de vuelo sin cizalladura. Con todo, no es
seguro que una desviación respecto a la trayectoria de planeo pueda considerarse como trayectoria de
vuelo “mejorada”. Otros modos de describir los mismos efectos son el aumento de la cizalladura sobre la
actuación (viento de frente en aumento, viento de cola en disminución) y la disminución de la cizalladura
sobre la actuación (viento de frente en disminución, viento de cola en aumento).
4.2.5 Desde el punto de vista del piloto, la secuencia efectiva de acontecimientos que podría
observarse, con los instrumentos del puesto de pilotaje, depende en gran medida de la combinación
especial de circunstancias que comprendan la propia cizalladura, la altura de comienzo de la cizalladura
sobre el terreno, la configuración de la aeronave y las medidas del piloto. Sin embargo, la secuencia de
acontecimientos es relativamente directa si se considera la respuesta de la aeronave con mandos fijos. Con
estas limitaciones, la secuencia es la variación de la velocidad relativa que se presenta inmediatamente al
4-12 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
comenzar la cizalladura, seguida de perfiles divergentes de altitud y de cabeceo, como se indica en las
Figuras 4-6 y 4-7. En situaciones de viento de frente en disminución (o viento de cola en aumento), la
reacción de la aeronave (debida a la estabilidad longitudinal) y la reacción natural del piloto ante la
disminución de la velocidad relativa consiste en cabecear para recuperar la velocidad relativa perdida. Sin
embargo, durante el aterrizaje y el despegue, el factor crítico es el empeoramiento de la trayectoria de vuelo
tan cerca del suelo y de los obstáculos y no la velocidad relativa, en tanto esta última permanezca
suficientemente por encima de la velocidad de pérdida.
4.2.6 Las técnicas recomendadas para utilización por parte de los pilotos para controlar la trayectoria
de vuelo se tratan en 4.3; sin embargo, es necesario examinar primero el razonamiento que sirve de base
para las técnicas utilizadas en determinadas situaciones de cizalladura del viento. El piloto utiliza el timón
de profundidad (actitud de cabeceo y por ende ángulo de ataque) y los mandos de empuje para modificar la
velocidad y la altura de la aeronave y, en consecuencia, la velocidad de ascenso o descenso. Estos son los
medios principales por los cuales el piloto puede controlar la trayectoria de la aeronave cuando se
encuentra por inadvertencia con cizalladura del viento. Los efectos de los mandos de profundidad y empuje
en la aeronave son interdependientes, por lo que no es posible establecer el efecto cuando se modifica un
mando sin especificar asimismo la medida adoptada con el otro mando. Un aumento del empuje tiene como
consecuencia una aceleración hacia adelante, que, en función del mando del timón de profundidad, puede
proporcionar una velocidad ascensional o una aceleración (aumento de la velocidad relativa) o una
combinación de ambas. Como se explicó en 4.2.2 y 4.2.3, para una aeronave, una de las características
importantes de la cizalladura del viento es la velocidad del encuentro. En el caso de la cizalladura del viento
en disminución, si el piloto puede acelerar la aeronave aumentando el empuje al mismo ritmo en que la
aeronave decelera, puede compensarse la cizalladura. Una posibilidad de aceleración típica para una
aeronave de transporte de reacción en configuración de aterrizaje con todos los motores en marcha es de
6 km/h por s (3 kt/s) (0,1375 g), lo cual significa que podría mantener el vuelo horizontal con una velocidad
relativa constante ante una cizalladura del viento en disminución de 6 km/h por s (3 kt/s). Sin embargo,
debería observarse que la intensidad de la cizalladura del viento puede ser superior a esta capacidad. Si
varía la velocidad de la cizalladura, debe variar asimismo la aplicación del empuje. Esto presenta una
complicación adicional debido a que si la cizalladura cesara por encima del nivel del suelo durante el
aterrizaje, o sea, si el viento permaneciera constante con la altura desde la parte inferior del estrato de la
cizalladura hasta la toma de contacto con el suelo, la aeronave aterriza con viento constante, por lo cual la
variación del empuje necesario al salir de la capa de cizalladura para permanecer en la pendiente de planeo
dependerá de que el viento hasta la toma de contacto sople de frente o de cola. El viento relativo
experimentado por una aeronave que aterrice en diferentes condiciones de viento estable se indica en la
Figura 4-8. Se indica que, al aterrizar con viento de frente o de cola, el ángulo de ataque y la velocidad del
viento relativo varían en comparación con las condiciones del aire en calma. El piloto ajusta en
consecuencia el empuje y la actitud de cabeceo para permanecer en la pendiente de planeo. Con el viento
de frente, la aeronave se encuentra en una actitud de cabeceo más pronunciada, un ángulo de trayectoria
de vuelo menos pronunciado y una velocidad vertical inferior que en caso de ausencia de viento, por lo cual
se requiere un nivel de empuje mayor para volar en la trayectoria de planeo. En cambio, al aterrizar con
viento de cola, la aeronave se halla con una actitud de cabeceo más baja, un ángulo de trayectoria de vuelo
más pronunciado y una velocidad vertical mayor que en caso de ausencia de viento y se requiere menos
empuje para mantenerse en la pendiente de planeo.2
4.2.7 Aparte de utilizar el empuje para controlar la trayectoria de vuelo, el piloto puede utilizar el
control de cabeceo para modificar el ángulo de ataque, lo que le permite compensar entre energía potencial
(altura) y energía cinética (velocidad) y viceversa.4 Se puede ganar velocidad y perder altura haciendo
cabecear la aeronave, con lo cual se logrará aceleración pero se volará a menos altura y se puede ganar
altura y perder velocidad encabritando la aeronave, por lo cual se decelerará pero se volará a una altura
mayor. Por supuesto, esta es una operación única, ya que la aeronave, en cualquier momento dado, posee
una cantidad de energía finita que comprende la energía potencial (en función de la altura) más la energía
cinética (en función de la velocidad). La compensación de una por otra no modifica la energía total.
En cambio, un aumento o una disminución en el empuje modifica la energía total y tiene un efecto
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-13
Viento de frente
100
Velocidad del viento Comienzo de la cizalladura Viento de frente
horizontal (kt) en aumento
0
Viento de cola
en aumento
–100
0 4 8 12 16
Tailwind
1 000
800
600
Altitud radar
(ft)
400
200
0
0 4 8 12 16
200
Velocidad relativa
160
V2 + 10
(KCAS)
120
80
0 4 8 12 16
40
Actitud de cabeceo
de la aeronave (°)
20
0 4 8 12 16
20
Ángulo de ataque
del fuselaje (°)
10
0
0 4 8 12 16
Tiempo (s)
Trayectoria de
Componente de viento Componente de ascenso nominal
de frente viento de cola
Pendiente
de planeo 3°
Componente de viento Componente de
de frente viento de frente Trayectoria de
vuelo proyectada
Trayectoria de vuelo de la aeronave sin
Componente proyectada de la aeronave Componente de
de viento de frente viento de frente intervención del piloto
sin intervención del piloto
3°
a) Aterrizaje con viento de frente en disminución b) Despegue con viento de frente en disminución
Trayectoria de
ascenso nominal
Trayectoria de
vuelo proyectada
Componente de la aeronave sin
de viento de frente Componente de viento Trayectoria de
intervención de frente vuelo proyectada
del piloto de la aeronave
sin intervención
Componente de viento Componente de viento del piloto
de frente Pendiente de frente
de planeo 3°
Componente de viento Componente
de frente de viento de frente
3°
c) Aterrizaje con viento de frente en aumento d) Despegue con viento de frente en aumento
Figura 4-7. Efecto de la cizalladura del viento con viento de frente (de cola)
sobre la aeronave, suponiendo que no intervenga el piloto
cizalladura del viento, el piloto ignora la fuerza de la cizalladura que está frente a la aeronave o su duración.
En consecuencia, si se excedieran ciertos parámetros, as discussed en 4.3.42 a 4.3.71, se lleva a cabo el
procedimiento de “motor y al aire”.
4.2.8 El efecto sobre una aeronave de la cizalladura en la componente de viento de costado se trató
en 4.1.10. Dicha cizalladura tiene un efecto inicial directo sobre los ángulos de deriva y de derrape, lo cual
hace que la aeronave guiñe y balancee, pero sin efecto inicial sobre la velocidad relativa ni la altura. La
aeronave balancea apartándose de la cizalladura, guiña hacia esta última y se desplaza en sentido lateral
derivando respecto a la trayectoria de vuelo prevista, como se indica en la Figura 4-9. En consecuencia, los
métodos normales de vuelo en balanceo y en guiñada son suficientes para contrarrestar los efectos de la
cizalladura con viento de costado. Por supuesto, puede ser necesario iniciar un procedimiento de “motor y
RW
RW 2
1 RW
1
HW
RW4
RW DD
1 RW
1
RW3
TW
RW3 = Viento relativo en el viento de cola RW4 = Viento relativo en la corriente descente
TW = Viento de cola DD = Corriente descendente
C uerda
Ángulo de
ataque
Viento relativo
e) Viento relativo y
Figura 4-8. Viento relativo experimentado por una aeronave que aterriza
en diversas condiciones de viento constante
4-16 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
al aire” debido a la presencia de una cizalladura intensa con viento de costado, pero también aquí los
métodos que se utilizan en caso de viento de costado intenso pero constante, se aplicarán también para el
caso de cizalladura intensa con viento de costado. Las componentes de viento de costado variables, que se
presentan con cizalladura de viento de frente o de cola aumentan considerablemente el trabajo del piloto en
una situación ya sumamente recargada y dificultosa.
4.2.9 La cizalladura del viento causada por componentes verticales intensas y de variación rápida del
viento (corrientes ascendentes y descendentes) es, con mucho, la situación más peligrosa para la aeronave.
El efecto general de las corrientes ascendentes y descendentes sobre la aeronave se describe en 4.1.7 a
4.1.9, donde se indica que las causas principales son las corrientes descendentes y microdescendentes
asociadas con nubes convectivas. En una ráfaga descendente (una microdescendente es simplemente una
forma concentrada de la ráfaga descendente), como se describe en 3.5.11 a 3.5.22, las fuertes corrientes
descendentes bajan por la base de la nube y se abren radialmente poco antes de llegar al suelo. Se cree
que las microdescendentes intensas forman un vórtice anula alrededor de la base de la corriente
descendente poco más arriba del nivel del suelo (véanse las Figuras 3-15 y 3-16). El efecto de una ráfaga
descendente sobre una aeronave que por desgracia se encuentra con una de ellas depende de la
configuración de la aeronave, la intensidad y el lugar de la ráfaga (en sentido lateral o vertical) respecto a la
trayectoria de vuelo. En la Figura 4-10 se indican tres casos típicos de ráfagas descendentes sobre la
trayectoria de planeo y desplazada a un lado u otro de la misma.
4.2.10 El primer caso que ha de considerarse es el de una aeronave que penetra en una ráfaga
descendente que se encuentre más o menos en la trayectoria de vuelo, por ejemplo en la pendiente de
planeo, como se indica en la Figura 4-10 a). Cuando la aeronave se encuentra con la ráfaga descendente,
suele enfrentar primero un viento de frente en aumento y quizás torbellinos o rotores en el flujo de salida.
Sin embargo, hay casos en que el eje de la ráfaga descendente no es vertical, lo cual, según sea la
inclinación, puede reforzar el flujo de salida por un lado de la ráfaga y debilitar el flujo de salida del lado
opuesto. Por consiguiente, el viento de frente en aumento puede no encontrarse en todos los casos. Dicho
viento causa una mayor velocidad relativa, la aeronave cabecea hacia arriba y vuela por encima de la
pendiente de planeo o de la trayectoria de ascenso. Aunque el piloto puede contrarrestar esta tendencia y
recuperar la trayectoria de vuelo prevista disminuyendo el empuje, si sospecha que el viento de frente
aumenta debido a la presencia de una ráfaga descendente (ver 4.2.11), la disminución del empuje no es
aconsejable y se recomienda, en cambio, iniciar inmediatamente un procedimiento de “motor y al aire”. A
medida que la aeronave avanza a través de la ráfaga descendente, la componente vertical llega a ser cada
vez más predominante hasta que se sobrepase el centro (o eje) de dicha ráfaga. A medida que la aeronave
va llegando al centro de la ráfaga descendente, el viento de frente desaparece y es reemplazado por la
corriente descendente (componente vertical), el ángulo de ataque disminuye a medida que la velocidad
relativa cambia en respuesta al cambio de viento de frente a corriente descendente y continúa
disminuyendo mientras aumenta la velocidad de la corriente descendente [véase la Figura 4-8 d)]9. Esto
hace que la aeronave cabecee y vuele de nuevo a través y por debajo de la pendiente de planeo o la
trayectoria de ascenso. Cuando la aeronave sale de la ráfaga descendente, la corriente descendente se ve
reemplazada por un viento de cola en aumento que causa una disminución de la velocidad relativa y una
variación más acentuada en la trayectoria de vuelo. Una vez que se halla dentro del eje vertical del núcleo
de la ráfaga descendente, la aeronave desciende a la velocidad de esta última (o sea, “deriva” hacia abajo
en el nuevo régimen de viento vertical de un modo similar a la deriva lateral con viento de costado, aunque
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-17
en el caso de la ráfaga descendente la deriva será más intensa). Para contrarrestar la corriente
descendente constante, es preciso generar una velocidad ascensional equivalente aumentando el empuje y
la actitud de cabeceo. La secuencia de sucesos, suponiendo que el piloto no intervenga, y la respuesta
inicial de la aeronave con mandos fijos en presencia de la corriente descendente y la cizalladura con viento
de cola se indican en las Figuras 4-11 y 4-12, respectivamente.
Componente de
Componente de
viento de costado
viento de costado
Componente de
Componente de
26
Figura 4-9. Efecto de la cizalladura con viento de costado sobre una aeronave,
suponiendo que el piloto no intervenga
4-18 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
08
y ligera disminución deriva izquierda velocidad relativa a la derecha de la
de la velocidad vertical y deriva y ligero trayectoria de planeo
de descenso aumento de la velocidad
vertical de descenso
Ráf
Ráfaga de viento de frente
aga de
de cola
vien
Trayectoria de
vuelo prevista
to
08
Aumento de la velocidad Disminución de la
relativa y disminución de la velocidad relativa y
velocidad vertical mayor aumento de
de descenso la velocidad vertical
de descenso
Aumento de la
Trayectoria de vuelo prevista velocidad relativa y Aumento de la Diminución de la
08
deriva derecha deriva derecha velocidad relativa
y ligera disminución y deriva y ligero
de la velocidad
vertical de descenso aumento de la velocidad
Ráfaga de viento de costado vertical de descenso
Figura 4-10. Efecto sobre una aeronave que aterriza a través de una ráfaga descendente
en tres puntos respecto a la trayectoria de planeo, suponiendo que
no intervenga el piloto (vista en planta)
Base de la
tormenta Ráfaga
descendente
neo
e pla
toria d Trayectoria de vuelo proyectada
ec
Tray de la aeronave sin intervención
del piloto
Corriente ascendente
100
Aumento
Velocidad vertical Comienzo
del viento (ft/s)
de la corriente
de la cizalladura ascendente
0
Aumento
de la corriente
–100 descendente
0 4 8 12 16
Corriente descendente
1 000
800
600
radar (ft)
Altitud
400
200
0
0 4 8 12 16
200
relativa (KCAS)
160
Velocidad
V2 + 10
120
80
0 4 8 12 16
40
Actitud de cabeceo
de la aeronave (°)
20
0 4 8 12 16
20
Ángulo de ataque
del fuselaje (°)
10
0
0 4 8 12 16
Tiempo (s)
4.2.12 En 3.5.8 a 3.5.10, se describen las características principales de los frentes de ráfagas. Éstos
pueden encontrarse a distancias considerables de las tormentas que los originan, especialmente los frentes
de ráfagas generados por líneas de turbonada. Los frentes de ráfagas pueden causar cambios súbitos y
totalmente inesperados del viento en la superficie durante el aterrizaje y el despegue. La mayor parte de los
encuentros de aeronaves con frentes de ráfagas se presentan como un viento de frente en aumento y
consecuentemente con una cizalladura que aumenta la performance porque la aeronave vuela
normalmente en dirección del viento. Sin embargo, hay casos de frentes de ráfagas que causan una
cizalladura intensa e inesperada con viento de costado y no hay motivo para descartar totalmente la
posibilidad de que un frente de ráfagas cause un aumento del viento de cola, especialmente durante el
despegue.
4.2.13 En el párrafo 3.5.27 se mencionaron las consecuencias posibles para una aeronave que
atravesara un tornado o la estela del tornado. Un caso particular de este fenómeno, documentado por
Roach y Findlater (1983),10 se refiere a la pérdida de un Fokker F-28 que despegó de Rotterdam a las 1604
UTC (tiempo universal coordinado) en octubre de 1981 con destino a Eindhoven (Países Bajos). Según la
investigación, Roach y Findlater establecen que “Había tormentas en la zona y la aeronave, que volaba a
900 m (3 000 ft), entró en una de ellas pocos minutos después del despegue. Después de un breve período
de turbulencia moderada en las nubes, la aeronave halló de repente una turbulencia extrema en la cual se
desprendió el ala de estribor y, a las 1612 UTC, la aeronave se estrelló cerca de Moerdijk, unos 25 km al
sudeste de Rotterdam, pereciendo todos sus ocupantes.” Se había notificado la presencia de un tornado un
poco al oeste de Moerdijk pocos minutos antes del accidente; en un operativo se tomaron varias fotografías
del tornado y, menos de un minuto después, del humo del lugar del accidente. La Administración de
aviación civil de los Países Bajos demostró, con ésta y otras pruebas, que era muy probable que la
aeronave encontrara el tornado en la nube poco después de que el embudo del tornado se hubiera elevado
desde el suelo.
GENERALIDADES
4.3.1 Antes de poder aplicar las técnicas de recuperación que se describen en 4.3.42 a 4.3.71, el
piloto debe estar en condiciones de reconocer que la aeronave se encuentra con una cizalladura del viento.
Forzosamente, transcurre cierto tiempo desde el momento en que el piloto advierte los signos y los
reconoce, aplica a los métodos de recuperación apropiados y la aeronave responde en consecuencia. La
reducción al mínimo del tiempo transcurrido exige el reconocimiento temprano del estado de cizalladura del
viento por parte del piloto y la aplicación sin vacilaciones de los correspondientes métodos recomendados
de recuperación.
de aviso de cizalladura del viento, a avisos de cizalladura del viento o informes al respecto de otros pilotos
o mediante claves meteorológicas externas. Además, el modo y la rapidez con que el piloto reconoce los
signos de los instrumentos y de la meteorología como cizalladura del viento dependen de factores como
avisos previos al piloto sobre la posibilidad de encontrarse con cizalladura del viento, por lo que estaría
alerta ante esa posibilidad y la medida en que la cizalladura del viento ha formado parte de su instrucción
[en particular la frecuencia y una instrucción reciente sobre cizalladura del viento en simulador (véase
el Capítulo 6)].
Volar en
aproximación
estabilizada
¿
Aviso sí
de cizalladura no
del viento
?
¿
no Continuar Iniciar medidas
sí preventivas por
la
aproximación cizalladura del
? viento
¿
Sospecha sí
de
cizalladura
?
no
¿
Encuentro Aplicar
sí inmediatamente
con
cizalladura técnicas
? de
recuperación
no
Ejecutar el
Continuar la procedimiento
aproximación de aproximación
estabilizada frustrada ¿
¿ Mantenerse en Nuevo sí
Desviar hacia no intento hacia el
alternativa
el área aeropuerto
? exterior de destino
?
sí no
Aeropuerto de Aeropuerto de
destino alternativa
b) nube lenticular (altocumulos en forma de lente suave) que indica la presencia de ondas
estacionarias, generalmente vientos orográficos descendentes (véanse 3.2.8 y 3.2.9);
c) virga, o sea la precipitación que se desprende de la base de una nube pero que se
evapora antes de llegar al suelo (especialmente en caso de nube convectiva) ya que
pueden seguir existiendo corrientes descendentes que llegan al suelo, aun cuando la
precipitación misma se haya evaporado (véanse 3.5.6 y 3.5.7);
d) nube rollo que circunda la base de una tormenta y avanza al frente de la zona de
precipitación, lo cual indica la presencia de un frente de ráfaga (véase 3.5.10);
e) zonas de polvo levantado por el viento, particularmente en forma de anillo por debajo de
nubes de convección, lo cual indica la presencia de una ráfaga descendente (véanse 5.1.2
y la Figura 3-16);
h) tormentas de las que siempre debe suponerse que pueden producir una cizalladura del
viento peligrosa.
4.3.4 En el Capítulo 5 se dan descripciones y ejemplos de avisos sobre cizalladura del viento que
pueden difundirse en un aeropuerto. Tienen el propósito de alertar al piloto sobre la posibilidad de la
presencia de cizalladura del viento y permitir que se adopten medidas apropiadas. En los aeropuertos que
carezcan de sistemas de teledetección de cizalladura del viento, que seguirán siendo la mayoría, estos
avisos se basan en gran medida en las aeronotificaciones. En consecuencia, incumbe a todos los pilotos,
en lo posible, comunicar informes sobre cizalladura del viento durante la aproximación y el aterrizaje y
durante el despegue y el ascenso, siguiendo los ejemplos que se indican en el Capítulo 5.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-23
4.3.5 Los indicios proporcionados por el puesto de pilotaje pueden provenir del comportamiento de
los instrumentos y, en ciertas aeronaves, de los sistemas especiales de a bordo de aviso de cizalladura del
viento. El reconocimiento de una situación de cizalladura del viento sobre la base de las indicaciones de los
instrumentos del puesto de pilotaje durante la aproximación para aterrizar resulta mucho más fácil si el
piloto vuela siempre en aproximación estabilizada como rutina normal. Una aproximación estabilizada que
en lo posible se realice con velocidad relativa, velocidad vertical y ángulo de cabeceo constantes, permite
que el piloto reconozca con rapidez toda desviación anormal de dichos parámetros. Una aproximación
estabilizada supone que la aeronave se sitúe lo antes posible en la pendiente de planeo en la configuración
de aterrizaje con la velocidad relativa, la actitud de cabeceo y, en consecuencia, la velocidad de descenso
apropiadas, mediante una aplicación moderada del mando de empuje/timón de profundidad, descendiendo
hasta el enderezamiento. Es sumamente difícil reconocer sino las desviaciones más extremas en la
velocidad relativa, el mantenimiento de la pendiente de planeo y la velocidad vertical de descenso debido a
la cizalladura del viento si la aeronave no está realizando una aproximación estabilizada. Esto quizás no
represente más que buenos métodos de pilotaje, pero es un hábito que podría ahorrar segundos valiosos
en un encuentro con una cizalladura del viento, por lo cual debería alentarse desde la instrucción inicial.
4.3.6 Los indicios de cizalladura del viento que el piloto debería observar al leer los instrumentos son
los cambios importantes en la velocidad relativa, la posición relativa a la trayectoria de planeo al aterrizar y
la velocidad vertical (velocidad de ascenso o descenso) y el reglaje del empuje. Los cambios importantes
en el reglaje del empuje necesarios para mantener la trayectoria de vuelo son con frecuencia el primer
indicio de cizalladura del viento. En consecuencia, la vigilancia de los reglajes del empuje son un factor
sumamente importante, especialmente si se utiliza el mando de gases automático. Las desviaciones
anormales y súbitas respecto a la trayectoria de vuelo prevista también pueden observarse en el variómetro,
el indicador de pendiente de planeo, el altímetro o el sistema de advertencia de la proximidad del terreno. El
radar meteorológico de a bordo puede contribuir para poder detectar y evitar las células de convección. Los
mencionados indicios están al alcance de los pilotos de la mayoría de las aeronaves de transporte y, en las
aeronaves equipadas con sistemas de a bordo de aviso de cizalladura del viento, el piloto debería disponer
de advertencias adicionales. En presencia de cualquiera de estos indicios sobre la presencia de cizalladura
del viento a poca altura durante la aproximación para aterrizar, el piloto tiene que decidir si ha de postergar
o no la aproximación o si, en presencia de la cizalladura del viento, ha de aplicar el procedimiento de “motor
y al aire”. Antes del despegue, el piloto dependerá en gran medida de indicios externos sobre cizalladura
del viento y, basándose en los mismos, tendrá que decidir si posterga o no el despegue. La presencia de
cizalladura del viento puede detectarse asimismo por el aumento anormal de la velocidad relativa durante el
recorrido de despegue. Si se detectara cizalladura del viento durante una etapa temprana del recorrido de
despegue, sería aconsejable abandonar el despegue.
4.3.7 Como parte de la Wind Shear Training Aid de la FAA (véase la Tabla 4-1), se han preparado
directrices subjetivas para evaluar las probabilidades relativas y acumulativas de los diferentes indicios
observados de cizalladura del viento de convección, para ayudar al piloto a tomar decisiones apropiadas
para evitar la cizalladura del viento. Las probabilidades se clasifican del modo siguiente:
4.3.8 En la Tabla 4-1 se indican las probabilidades de cada observación. Sin embargo, los indicios de
cizalladura del viento deberían considerarse como acumulativos; así, si se observara más de un indicio,
puede aumentarse el índice de probabilidad total a fin de tener en cuenta el conjunto de observaciones,
como se indica en el ejemplo siguiente:
Ejemplo.— Cerca del punto de destino, se observa que la VIRGA desciende desde nubes de
base alta sobre el aeropuerto (PROBABILIDAD MEDIA). Al comenzar la aproximación, se recibe una
aeronotificación que indica que otro vuelo acaba de experimentar una pérdida de velocidad relativa de 10 kt
en la aproximación final al mismo aeropuerto (PROBABILIDAD MEDIA). Por consiguiente, sería pertinente
elevar la ponderación de la decisión de evitar totalmente el fenómeno hasta ALTA PROBABILIDAD (lo que
indica que es pertinente adoptar la decisión de evitar la cizalladura).
4.3.9 Las directrices de la Tabla 4-1 se aplican a las operaciones en las cercanías del aeropuerto
[dentro de los 3 m (10 ft) de despegue o de aterrizaje a lo largo de la trayectoria prevista de vuelo por
debajo de 300 m (1 000 ft) AGL]. Aunque se encontraran las condiciones meteorológicas que se describen
en la Tabla 4-1 por encima de los 300 m (1 000 ft), las mismas pueden ser menos críticas en lo que atañe a
la trayectoria de vuelo y esos encuentros pueden presentar otros riesgos importantes relacionados con las
condiciones atmosféricas. Por consiguiente, se insta a los pilotos a ser prudentes al tomar decisiones.
El uso de la Tabla 4-1 no debe reemplazar el sano juicio al adoptar decisiones para evitar la cizalladura
del viento.
MEDIDAS PREVENTIVAS
4.3.10 Si, después de evaluar cuidadosamente toda la información disponible, el piloto decidiera
continuar la aproximación hasta el aterrizaje o de proseguir el despegue, es preciso prepararse para
posibles encuentros con cizalladura del viento, tomando las medidas preventivas especificadas en los
manuales de operaciones de la aeronave y en los manuales de vuelo de las líneas aéreas. Los pilotos no
deben proceder en el sentido de que suponen que la aeronave en cuestión puede hacer frente a todas las
cizalladuras del viento, ya que la experiencia indica lo contrario. Un ejemplo de estas medidas figura en el
extracto del manual de operaciones del B737 que se reproduce en el Apéndice 11, bajo “prevención”. Las
medidas preventivas para la aproximación y el aterrizaje tienen por objeto configurar la aeronave para el
aterrizaje, pero con la mayor reserva posible para las técnicas de recuperación o el procedimiento de “motor
y al aire” que puedan tener que aplicarse, seleccionando las posiciones apropiadas de los flaps para el
aterrizaje en circunstancias particulares y disponiendo de velocidad relativa superior para corrección con
respecto al viento hasta un máximo dado, etc. Del mismo modo, las precauciones para el despegue
comprenden el uso del empuje máximo y de la pista más larga apropiada. Las medidas preventivas y las
técnicas de recuperación que se describen en el presente capítulo se toman de las técnicas preparadas
como parte del Wind Shear Training Aid de la FAA (1987)11 y se reproducen con autorización de esta última.
Esta ayuda para la instrucción fue preparada por Boeing como contratista principal, con la participación de
Douglas y de Lockheed en la preparación de conclusiones técnicas que aseguran la aplicación “dentro de la
gama más amplia de aeronaves de transporte de reacción fabricadas en los Estados Unidos” (véase la
Tabla 4-2). La ayuda para la instrucción contiene la cláusula exonerativa de responsabilidad e
indemnización siguiente:
Este documento, Wind Shear Overview for Management, y los documentos anexos, Pilot Wind Shear
Guide, Example Wind Shear Training Programme, Wind Shear Substantiating Data, y las presentaciones
en vídeo A Wind Shear Avoided y Wind Shear — What the Crew Can Do se prepararon en cumplimiento
del contrato DFTA01-86-C-00005 de la Federal Aviation Administration con la compañía Boeing como
ayuda para la instrucción en condiciones de vuelo con cizalladura del viento. La información que figura
en el presente documento y en los documentos anexos se preparó sobre la base de información
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-25
redactada originalmente para el Boeing 727 y proporciona un programa de instrucción fundamental con
recomendaciones adicionales, preparadas y aprobadas por Boeing, Douglas o Lockheed para sus
respectivas aeronaves teniendo presente el modo en que ese programa puede adaptarse para utilizar
en determinadas aeronaves de transporte comercial fabricadas por Boeing (727, 737, 747, 757 y 767),
Douglas (DC-9, MD-80 y DC-10) y Lockheed (L-1011). No se autoriza el uso de estos documentos para
ningún objeto relacionado con la aeronave ni con condiciones fuera de los especificados anteriormente,
ya que podría tener como consecuencia un funcionamiento inadecuado o la pérdida de mando de la
aeronave, daños y pérdida de la aeronave y de vidas humanas. Todo uso, adaptación o utilización
posterior a la adaptación del contenido de estos documentos por cualquier entidad y para cualquier
objetivo relacionado con aeronaves, condiciones o programas de instrucción que no sean los
especificados anteriormente, serán totalmente por cuenta y riesgo de la entidad responsable del uso,
adaptación o utilización de la adaptación de estos documentos, por lo cual esa entidad, mediante ese
uso, adaptación o uso después de la adaptación, asume ese riesgo y renuncia y abandona toda
reclamación que pueda tener en contra de Boeing Company, McDonnell Douglas Corporation,
Lockheed Corporation, United Airlines, Aviation Weather Associates, Helliwell, Inc., sus divisiones,
subsidiarias, afiliadas y sus oficiales, directores, subcontratistas y empleados, respecto a cualquier
responsabilidad, sea sobre la base de contrato (inclusive pero sin limitarse a reclamaciones en concepto
de garantías expresas e implícitas), perjuicios (inclusive pero sin limitarse a reclamaciones por
negligencia y responsabilidad estricta) o de otro modo debido a dicho uso, adaptación o uso de esa
adaptación. Cualquiera de esas entidades (inclusive pero sin limitarse a cualquier fabricante de otras
aeronaves o explotador con otro programa de instrucción, aunque no el Gobierno de los Estados Unidos)
que utilice estos documentos y los adapte o utilice una adaptación de los mismos respecto a esas otras
aeronaves, condiciones o programa de instrucción, conviene en consecuencia en dejar a salvo y sin
perjuicio alguno a la Boeing Company, McDonnell Douglas Corporation, Lockheed Corporation, United
Airlines, Aviation Weather Associates, Helliwell Inc., sus divisiones, subsidiarias y afiliadas y a sus
oficiales, directores, agentes, subcontratistas y empleados, de cualquier responsabilidad, sea sobre la
base de contratos (inclusive pero sin limitarse a reclamaciones en concepto de garantías expresas e
implícitas), perjuicio (inclusive aunque no limitados a reclamaciones por negligencia y responsabilidad
estricta) o de otro modo, debido a dicho uso, adaptación o uso de esa adaptación.
Aparte de cualquier otra disposición de este contrato en sentido contrario, la FAA aceptará los artículos
entregados en virtud del mismo, junto con una salvedad agregada por el contratista, acordando no
retirar esa salvedad por ninguna razón.”
4.3.11 La mejor precaución es evitar. Con todo, se presentan situaciones en las cuales los indicios de
cizalladura del viento no dictan claramente la necesidad de una demora, sino que puede interpretarse en el
sentido de que se dan las condiciones para que haya actividad de cizalladura del viento. En tales casos, los
pilotos deben considerar el próximo paso en las medidas de la tripulación de vuelo, o sea la aplicación de
precauciones. Se han preparado varias técnicas precautorias que pueden adoptar las tripulaciones con el
propósito de reducir el efecto de la cizalladura del viento, si se presentara una cizalladura intensa imprevista
en el despegue o la aproximación. Estas precauciones comprenden el reglaje del empuje, la selección de la
pista, la selección de flaps, la velocidad relativa, la utilización del piloto automático, el mando automático de
gases y el director de vuelo. Estas precauciones se prepararon mediante un análisis detallado y la
simulación con piloto de varios encuentros de aeronaves con cizalladura del viento y microdescendentes.
En muchos casos fue preciso refundir las soluciones, ya que no fue posible preparar recomendaciones
“óptimas” para todas las condiciones.
4.3.12 La aplicación de precauciones junto con la mejor pericia de pilotaje para recuperación no puede
garantizar una salida exitosa de muchas cizalladuras del viento con microdescendente. Es importante tener
presente que las precauciones recomendadas tienen un efecto relativamente reducido en el resultado de un
encuentro por inadvertencia con cizalladura del viento. En consecuencia, las precauciones no deben
reemplazar el sano juicio del piloto, al decidir si es o no seguro proseguir la operación. Al aplicar las
precauciones, no se debe alterar una decisión sobre proseguir o interrumpir en el sentido de proseguir.
4-26 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Probabilidad de
cizalladura
Observación del viento
Aviso a bordo del sistema de detección de cizalladura del viento (notificada u observada) Alta
Nota.— Estas directrices se aplican a las operaciones en la proximidad del aeropuerto (dentro de 3 millas del
punto de despegue o de aterrizaje a lo largo de la trayectoria de vuelo prevista y por debajo de los 1 000 ft AGL). Los
indicios deben considerarse como acumulativos. Si se observara más de un indicio, debe aumentarse la probabilidad
de ponderación. El peligro aumenta con la proximidad a la atmósfera convectiva. La evaluación meteorológica debe
efectuarse continuamente.
PRECAUCIÓN.— Actualmente no existe ningún medio cuantitativo para determinar la presencia ni la intensidad de la
cizalladura del viento con microdescendente. Se insta a los pilotos a tomar precauciones al tomar decisiones.
4.3.13 Para el despegue debe utilizarse el empuje máximo de régimen. De este modo se acorta el
recorrido de despegue y se reduce el riesgo de sobrepasar el extremo de la pista. El empuje máximo
asegura asimismo la velocidad óptima de ascenso, aumentando la altura disponible para recuperación, si
fuera necesario. Por último, los despegues con empuje máximo pueden eliminar el nuevo reglaje del
empuje en caso de recuperación, aumentando de ese modo al máximo la posibilidad de aceleración y
reduciendo la carga de trabajo de la tripulación.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-27
Selección de la pista
4.3.14 Debe utilizarse la pista apropiada más larga que permita evitar las zonas de cizalladura del
viento sospechadas. La selección de una pista apropiada comprende la consideración de la exposición a
los obstáculos después de levantar vuelo y de las limitaciones debido a viento de costado y de cola.
De este modo se asegura la pista máxima disponible para acelerar hasta la velocidad de rotación y puede
tener como consecuencia más separación respecto al suelo al final de la pista y durante el perfil de ascenso.
Si se decidiera interrumpir el despegue, se dispondría de más pista para detener la aeronave.
4.3.15 La selección del reglaje de los flaps para el despegue depende del tipo de aeronave. Deben
considerarse los reglajes de la Tabla 4-2, salvo limitación por franqueamiento de obstáculos o pendiente
ascensional.
Los estudios realizados respecto a los reglajes de flaps disponibles para el despegue indican que el reglaje
máximo de flaps aseguraba la mejor actuación en caso de encuentro con cizalladura del viento en la pista.
Sin embargo, los reglajes menores de flaps ofrecen una mejor actuación en caso de encuentro con
cizalladura del viento en el aire. Los reglajes indicados en la Tabla 4-2 permiten lograr una actuación algo
mejor en una amplia gama de condiciones, pero la diferencia de actuación entre los reglajes es pequeña.
B727 15
B737 5 a 15
B747 20
B757 20
B767 20
DC-9-10 10 ó 20
DC-9-20, -30, -40, -50 5 ó 15
MD-80 5 ó 15
DC-10 5 ó 20
L-1011 10 a 22
4.3.17 Demorar la rotación hasta una velocidad relativa mayor parece significar que aumenta el riesgo
de exceder los límites de la pista disponible. Sin embargo, debido al modo en que se calcula la mayor
velocidad de rotación, simplemente se utiliza la pista como si la aeronave estuviera cargada hasta la masa
límite considerando la longitud del campo para esa pista. Si el despegue se realizara en condiciones límite
respecto a la longitud del campo, el riesgo de exceder el límite de pista disponible aumenta debido a que no
4-28 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
se dispone de pista adicional. Aumenta asimismo el riesgo de exceder el límite de la pista si la cizalladura
del viento redujera la velocidad relativa por debajo de la mínima requerida para levantar vuelo con la actitud
máxima admisible (contacto del fuselaje). Con todo, al comenzar la rotación no más allá de 600 m (2 000 ft)
desde el extremo de la superficie de la pista útil, se reduce la probabilidad de exceder el límite de la pista y
aumenta la energía disponible después de levantar vuelo.
4.3.18 Si se ha de utilizar una mayor VR, el método para programar y utilizar una velocidad relativa de
rotación superior es el siguiente:
a) determinar las velocidades de V1, VR y V2 para la masa máxima real de la aeronave y el
reglaje de los flaps. Es preciso regular en los instrumentos (los topes) de velocidad
relativa que representan estos valores del modo normal.
b) determinar la masa máxima límite teniendo en cuenta la longitud del campo y la VR
correspondiente para la pista seleccionada.
c) si la VR límite para la longitud de campo fuera mayor que la VR de masa máxima real,
utilizar la VR que sea mayor [hasta 40 km/h (20 kt) en exceso de la VR de masa] con masa
máxima real para el despegue. Los topes de velocidad relativa no deben reajustarse a
estas velocidades superiores.
d) rotar hasta la actitud de ascenso inicial normal a la VR aumentada y mantener esta actitud.
Esta técnica produce una velocidad ascensional inicial mayor que desciende lentamente
hasta la velocidad de ascenso inicial.
Director de vuelo
4.3.20 No utilizar directores de vuelo con referencia de velocidad, a menos que estén equipados con
guía de recuperación de cizalladura del viento.
4.3.21 Algunos directores de vuelo están equipados con un modo de actitud de cabeceo seleccionable.
Si en los procedimientos normales se utiliza este modo, se lo puede utilizar eficazmente en caso de
encuentro con cizalladura del viento, siempre que la actitud seleccionada se halle dentro de la gama
aceptable. Con todo, si fuera necesario adoptar una actitud diferente a la seleccionada, el director de vuelo
debe descartarse y, si el tiempo lo permite, ser desconectado por el PNF. En la Tabla 4-3 se proporciona un
resumen de precauciones para el despegue.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-29
Aproximación estabilizada
4.3.22 Debe establecerse una aproximación estabilizada no más allá de los 300 m (1 000 ft) AGL, a fin
de aumentar la capacidad para reconocer una cizalladura del viento.
Selección de la pista
4.3.24 Utilizar la pista más apropiada apartada de la zona de posible cizalladura del viento y que sea
compatible con las limitaciones en lo tocante al viento de costado y de cola. Una pista más larga asegura el
margen más amplio para un mayor recorrido en tierra para el caso de vientos imprevistos y la posibilidad de
una mayor velocidad después de la toma de contacto. Son también convenientes la aproximación de
precisión (por instrumentos) y otras ayudas de control de la trayectoria de planeo (VASI, etc.) ya que
realzan el reconocimiento de la cizalladura del viento proporcionando información oportuna y precisa sobre
la desviación de la trayectoria de vuelo.
4.3.25 La selección del reglaje de los flaps depende del tipo de aeronave. Deben considerarse los
reglajes de los flaps en la Tabla 4-4. Los estudios realizados en cuanto a cizalladura del viento utilizando
todos los reglajes posibles de flaps indican que los reglajes recomendados en la Tabla 4-4 aseguran la
actuación óptima de recuperación general para una amplia gama de cizalladura del viento.
4-30 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
B727 30
B737 5 a 30
B747 25 a 30
B757 30
B767 30
DC-9-10 *
MD-80 28
DC-10 35
L-1011 33
4.3.27 Si lo permite la longitud del campo de aterrizaje, la velocidad relativa puede aumentarse hasta
un máximo de 40 km/h (20 kt). Esta mayor velocidad debe mantenerse hasta el enderezamiento. La toma
de contacto debe ocurrir dentro de la zona normal de contacto con el suelo; no se debe hacer flotar a la
aeronave a lo largo de la pista.
4.3.28 Como intervienen numerosas variables, no resulta práctico proporcionar una guía exacta sobre
el efecto de la velocidad adicional de 40 km/h (20 kt) sobre la distancia real hasta la detención. El viento en
la superficie puede ser un factor importante, ya que la distancia hasta la detección se ve afectada por la
velocidad con respecto al suelo y no por la velocidad relativa. Si se utilizara una mayor velocidad relativa y
se encontrara una cizalladura que va en aumento, puede ser necesario el procedimiento de “motor y al aire”
debido a la longitud insuficiente del campo de aterrizaje en razón de la mayor velocidad de aproximación.
Además, si el piloto puede estar razonablemente seguro de que los cambios del viento (debido a la
topografía o las condiciones locales especiales) no producirán una actuación menor, puede resultar
inconveniente aplicar una mayor velocidad de aproximación.
4.3.29 Deben también tomarse en cuenta otros factores que afectan a la distancia hasta la detención,
por ejemplo la disponibilidad y la eficacia de los inversores de empuje, el estado de los neumáticos y los
frenos, el estado de la superficie de la pista, etc.. En una pista seca que no se vea afectada por factores
adversos, la longitud del campo de aterrizaje puede permitir una velocidad adicional de 40 km/h (20 kt) en la
toma de contacto. En otros casos puede necesitarse mayor longitud de campo. En caso de duda, utilizar la
pista apropiada más larga que no signifique para la aeronave un mayor riesgo debido a una posible
cizalladura.
4.3.31 Con el propósito de ayudar a las tripulaciones para el pronto reconocimiento de un caso de
encuentro con cizalladura del viento, se ha formulado una serie de recomendaciones bajo el título general
de técnicas operacionales normalizadas (SOT), que se dividen en dos capítulos generales: toma de
conciencia de la tripulación y coordinación de la tripulación.
4.3.32 La necesidad de destacar las SOT provenía del reconocimiento de que en la mayoría de los
accidentes causados por cizalladura del viento durante el despegue, se había reducido la actitud de
cabeceo de la aeronave por debajo de la actitud que mantendría el vuelo horizontal. Se adoptaba esta
actitud cuando la aeronave ya estaba descendiendo hacia tierra e indicaba falta de conocimiento de la
trayectoria de vuelo de parte de las tripulaciones. Esta falta de conocimiento se observó asimismo durante
los estudios con simulador de pilotaje para el caso de los encuentros con cizalladura del viento. Los
programas tradicionales de instrucción y los vuelos de rutina quizás no hayan destacado debidamente el
control apropiado de la trayectoria de vuelo ni el problema de la pérdida de altura. El mantenimiento de la
trayectoria de vuelo debería ser el punto principal respecto a la cizalladura del viento. Los métodos tales
como la observación estricta de la velocidad relativa tienen que modificarse en favor del mantenimiento de
la trayectoria de vuelo mediante una actitud de cabeceo controlada.
4.3.33 Las SOT que siguen destacan la trayectoria de vuelo y la actitud de cabeceo para operaciones
en la proximidad del terreno. Su observación tiene como consecuencia una mejor actuación de la tripulación
durante las operaciones corrientes y durante los encuentros con cizalladura del viento. Tanto en el
despegue como en la aproximación para aterrizar, la toma de conciencia y la coordinación de la tripulación
son elementos vitales para reconocer oportunamente la cizalladura del viento, particularmente de noche o
en condiciones meteorológicas marginales.
4-32 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
4.3.34 Es importante que la tripulación tome conciencia de cualquier cambio en las condiciones,
teniendo presente que la cizalladura del viento puede formarse y disiparse rápidamente. Los casos de
cizalladura más peligrosos siempre han sido aquéllos que tomaron a la tripulación por sorpresa.
4.3.35 La tripulación debe estar al tanto de las indicaciones de trayectoria de vuelo vertical normal, de
manera que las desviaciones inducidas por la cizalladura del viento puedan reconocerse con mayor
facilidad. En el despegue esto comprendería la actitud, la velocidad ascensional y el aumento de la
velocidad relativa. En la aproximación, la información más valiosa proviene de la velocidad relativa, la
actitud, la velocidad de descenso y la posición del mando de gases. El conocimiento de estos datos
asegura el pronto reconocimiento de desviaciones de la trayectoria de vuelo.
4.3.36 Durante el despegue y la aproximación, es preciso estar alerta en lo tocante a las fluctuaciones
de la velocidad relativa, que pueden constituir el primer indicio de cizalladura del viento. Pueden resultar
fuerzas sobre la palanca de mando sumamente diferentes a las que cabe esperar durante un despegue
normal o un procedimiento normal de “motor y al aire”, si la velocidad relativa se encuentra por debajo
del nivel previsto o si el aumento de la velocidad relativa es reducido durante la rotación y la elevación
inicial. Deben utilizarse presentaciones de trayectoria de vuelo vertical para verificar las órdenes del director
de vuelo.
4.3.37 Durante el despegue y a una altura relativamente baja [menos de 300 m (1 000 ft) AGL],
las SOT exigen atención y aplicación de actitud de cabeceo normal en ascenso y menos insistencia en un
control estricto de la velocidad relativa. Es preciso conocer la actitud de cabeceo en ascenso inicial con
todos los motores. La rotación debe realizarse a la velocidad normal en esta actitud para todos los
despegues. Debe reducirse al mínimo la reducción de la actitud de cabeceo como reacción a una velocidad
relativa baja hasta que se haya asegurado el franqueamiento del terreno y de los obstáculos.
4.3.38 Durante la aproximación es preciso prescindir de toda gran reducción de empuje y de cambios
en la compensación en respuesta a aumentos súbitos en la velocidad relativa, ya que a continuación puede
disminuir esta última. Deben vigilarse con atención los instrumentos de trayectoria de vuelo vertical, por
ejemplo velocidad vertical, altímetros y desplazamiento de la pendiente de vuelo. Por otro lado, la
comparación de la velocidad respecto al suelo y las indicaciones de velocidad relativa pueden proporcionar
más información para el reconocimiento oportuno de cizalladura del viento. Debe lograrse una aproximación
estabilizada no más allá de los 300 m (1 000 ft) AGL.
Coordinación de la tripulación
Despegue/aproximación Aproximación
Despegue Aproximación
Generalidades
amplia variedad de métodos para establecer el que cumpla mejor con este objetivo. Se obtuvieron los
mejores resultados cabeceando hacia una actitud prevista inicial, aplicando simultáneamente el empuje
necesario. En la preparación de este método se consideraron varios factores.
4.3.43 Los estudios indican que los encuentros con cizalladura del viento se producen con poca
frecuencia y que sólo se dispone de unos pocos segundos para iniciar una recuperación eficaz. Además,
durante las situaciones de alta tensión, es típico que el piloto se vea limitado en la lectura de los
instrumentos y que en los casos extremos sólo observe uno. Por último, la pericia en la recuperación no es
un ejercicio cotidiano. Estos factores indican que el método de recuperación no sólo ha de ser eficaz sino
sencillo, fácil de recordar y de aplicación general.
4.3.44 Se han llevado a cabo amplios ensayos y evaluaciones por parte de los pilotos. Aunque en una
gama de actitudes de recuperación (que comprende 15º y la serie de actitudes de ascenso inicial con todos
los motores) se observa una buena capacidad de recuperación para una amplia variedad de cizalladuras
del viento, se seleccionó el valor de 15º como actitud de cabeceo prevista inicial para el despegue y el
aterrizaje. Otras ventajas de la actitud de cabeceo inicial prevista de 15º consisten en que se recuerda
fácilmente en situaciones de emergencia y se presenta destacadamente en los indicadores de director de
actitud.
despegue = 17,5º,
aproximación = 15º.
Nota 2.— Los explotadores que utilizan actitudes de cabeceo prevista calculadas de antemano,
tales como actitud de cabeceo con todos los motores para despegues y el procedimiento de “motor y al
aire” normales, pueden utilizar estas actitudes en lugar de la actitud de recuperación prevista inicial
recomendada.
4.3.45 Aunque existen otros métodos más complicados que quizás aprovechen mejor la actuación de
la aeronave, no cumplen con la condición de sencillez y de facilidad de recordar. Las evaluaciones indican
que el método recomendado proporciona un medio sencillo y eficaz de recuperación en un encuentro con la
cizalladura del viento.
4.3.46 A continuación figura un análisis del método de recuperación recomendado. Se examinan los
métodos de recuperación en el despegue y la elevación inicial y asimismo durante la aproximación, ya que
el método es el mismo para ambas situaciones. Más tarde se presentará el método de recuperación para
los encuentros durante el despegue en la pista.
4.3.47 El reconocimiento de la cizalladura del viento es el punto fundamental para poder adoptar una
decisión oportuna de recuperación. El procedimiento de recuperación recomendado debe iniciarse en el
momento en que la trayectoria de vuelo se vea amenazada por debajo de los 300 m (1 000 ft) AGL en el
despegue o la aproximación. Se repiten en la Tabla 4-8 las directrices relativas a los valores inaceptables
de deterioro de la trayectoria de vuelo.
4.3.48 Se reitera que estos valores deben considerarse como directrices, ya que no es posible
establecer criterios exactos. En todos los casos, incumbe al PF evaluar la situación y utilizar su sano juicio
para determinar la medida más segura. En ciertos casos en que se presentan cambios significativos, puede
ser necesario iniciar la recuperación antes de que se exceda cualquiera de los valores citados.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-35
4.3.49 Si se encontrara por inadvertencia la cizalladura del viento después de la elevación inicial o
durante la aproximación, debe iniciarse inmediatamente el método de recuperación recomendado. Si
ocurriera durante la aproximación, no intentar el aterrizaje. (Con todo, si durante la aproximación se
encontrara una cizalladura en aumento, puede procederse al procedimiento normal de “motor y al aire” en
lugar de la maniobra de recuperación.) El método de recuperación después de la elevación inicial o durante
la aproximación es igual para ambos casos y se describe a continuación.
Empuje
4.3.50 Aplicar dinámicamente el empuje necesario para asegurar una actuación apropiada de la
aeronave. Desacoplar el mando automático de gases si fuera necesario. Evitar de exigir excesivamente los
motores, salvo que sea necesario para evitar el contacto con el suelo. Una vez lograda la seguridad de la
aeronave, regular el empuje a fin de mantener los parámetros de la aeronave dentro de los límites
indicados.
Cabeceo
4.3.51 El método de control del cabeceo para la recuperación de un encuentro con cizalladura del
viento después de la elevación inicial o durante la aproximación, es el siguiente:
Despegue/aproximación Aproximación
e) Controlar el cabeceo de un modo suave y continuo (en etapas de unos 2º) para evitar que
se sobrepase demasiado o que falte demasiado para alcanzar la altura deseada.
Configuración
4.3.52 Mantener la posición de los flaps y del tren hasta estar seguro del espacio libre sobre el terreno.
Aunque se dispusiera de un ligero aumento de la actuación después de replegar el tren, la actuación inicial
puede verse afectada cuando las tapas del tren se abren para el repliegue. Aunque la extensión de los flaps
durante la recuperación después de la elevación inicial puede ser beneficiosa para la actuación, no es un
método que se recomienda por las razones siguientes:
a) Los flaps que se repliegan accidentalmente (dirección usual del movimiento) tienen una
repercusión sumamente perjudicial sobre la actuación.
b) Si se inicia el repliegue del tren antes de reconocer la presencia de cizalladura del viento,
la extensión de los flaps en un ángulo superior al del despegue puede tener como
consecuencia la excitación de la bocina de advertencia, lo cual distrae a la tripulación.
Otras consideraciones
4.3.55 Algunos directores de vuelo están equipados con un modo de actitud de cabeceo que puede
seleccionarse. Si en los procedimientos normales se utiliza esta característica, el modo de actitud de
cabeceo seleccionable puede utilizarse eficazmente en caso de encuentro con cizalladura del viento,
siempre que la actitud seleccionada se halle dentro de la gama aceptable. Sin embargo, si fuera necesario
seleccionar una actitud diferente, el director de vuelo debe dejarse de lado y, si el tiempo lo permite, ser
desconectado por el PNF.
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-37
4.3.56 Es preciso evitar los cambios de compensación del estabilizador en respuesta a breves
cambios de velocidad relativa o fuerzas sobre la palanca producidos por la cizalladura del viento. Con todo,
debe utilizarse la compensación del estabilizador para anular la fuerza sobre la palanca debida a la
aplicación del empuje.
4.3.57 Durante la recuperación, el PNF debe anunciar las desviaciones en la trayectoria de vuelo
vertical utilizando el baroaltímetro, el radioaltímetro o el indicador de velocidad vertical, según sea el caso.
Por ejemplo, “descenso 500, altura 200, ascenso 400, altura 300, etc.” Los operadores de aeronaves que
exigen la presencia de un mecánico a bordo pueden encargar al segundo oficial que comunique las
diferencias.
4.3.58 Los vientos que cambian con rapidez pueden causar desviaciones rápidas en cabeceo y en
balanceo, prácticamente sin intervención del piloto, así como variaciones de la actitud que causan la
activación del sacudidor de palanca.
4.3.59 Es preciso informar lo antes posible a la torre el encuentro con la cizalladura del viento, ya que
las aeronaves que vienen a continuación pueden carecer de la actuación necesaria para la recuperación
necesaria. Puede suceder asimismo que la cizalladura del viento aumente de intensidad, con lo cual el
vuelo a través de la misma sería aún más peligroso. (La notificación de encuentros con cizalladura del
viento por el piloto se trata en el Capítulo 5.) Tanto los pilotos como los controladores deben tener
conciencia de que su intervención oportuna puede evitar un desastre inminente y que unos pocos segundos
pueden salvar muchas vidas. En la Tabla 4-9 figura un resumen del método de recuperación de cizalladura
del viento después de la elevación inicial o durante la aproximación.
Empuje
• aplicar el empuje necesario
Cabeceo
• regular hacia los 15º
• aumentar más allá de los 15º si fuera necesario
para asegurar una trayectoria de vuelo aceptable
• respetar siempre la indicación del sacudidor de palanca
Configuración
• mantener la configuración existente
4.3.60 La cizalladura del viento es difícil de reconocer durante el recorrido de despegue debido a que
la velocidad relativa cambia con rapidez. Además de los indicios visuales descritos anteriormente, las
fluctuaciones inhabituales en la velocidad relativa, el aumento escaso o errático de la velocidad relativa
pueden ser indicios del encuentro con cizalladura del viento.
puede no resultar posible detener la aeronave en la pista durante un despegue interrumpido. La capacidad
para la elevación inicial depende de la velocidad relativa; la capacidad de detener la aeronave depende en
gran medida de la velocidad respecto al suelo.
Antes de V1
Después de V1
Empuje
4.3.64 Debe aplicarse dinámicamente el empuje necesario para asegurar una actuación suficiente de
la aeronave. Evitar de exigir demasiado al motor, a menos que sea necesario para garantizar la seguridad
de la aeronave. Una vez lograda esta seguridad, regular el empuje para mantener los parámetros del motor
dentro de los límites indicados. Sin embargo, el empuje de los motores más allá de los límites normales NO
es suficiente por sí solo para compensar los efectos de un encuentro por inadvertencia con cizalladura del
viento. El factor más importante en la recuperación en esas condiciones es el control apropiado de la actitud
de cabeceo.
La velocidad
Microdescendente indicada
violenta alcanza V1
¡Distancia
V1 = 130 kt insuficiente
para detenerse!
AS = 80 kt AS = 120 kt AS = 130 kt
Pista
GS = 80 kt GS = 130 kt GS = 170 kt
Distancia normal para V1
Figura 4-14. Efectos de cizalladura del viento sobre el punto de decisión para proseguir
o interrumpir el despegue. La velocidad de decisión V1 podría no alcanzarse
hasta un punto en que quede un tramo de pista insuficiente
para interrumpir el despegue
(según Wind Shear Training Aid de la FAA, 1987)
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-39
Cabeceo
4.3.65 Una vez que se ha logrado la VR, entrar en rotación al ritmo normal hacia la actitud de cabeceo
de 15º. Sin embargo, en caso de encuentro con cizalladura del viento intensa, podría no alcanzarse VR ni
tampoco existir la posibilidad de interrumpir el despegue. En este caso debe iniciarse la rotación no más
allá de los 600 m (2 000 ft) a partir del extremo de la superficie útil (Figura 4-15).
4.3.66 No deben restringirse ni la actitud de cabeceo ni la velocidad de rotación para evitar el contacto
de la cola del fuselaje con la pista, ya que puede requerirse una plena actitud de cabeceo para la elevación
inicial en el tramo restante de pista. Véase en la Tabla 4-10 un resumen del método de recuperación de
despegue (en la pista). Una vez en el aire, seguir el “método de recuperación después de la elevación
inicial” analizado anteriormente.
4.3.67 La pista restante durante el despegue puede determinarse en las pistas que tengan marcas y
luces apropiadas. Aunque las señales en cuestión por lo general tienen el propósito de ayudar a las
aeronaves que aterrizan, también pueden utilizarse para determinar la pista disponible durante un
despegue. En la Figura 4-16 pueden apreciarse las señales y la iluminación típicas de las pistas para
aproximación de precisión de la OACI y de la FAA. Para una aeronave que se desplaza desde la izquierda
hacia la derecha en la figura, el primer par de señales sombreadas sencillas a cada lado del eje indica
900 m (3 000 ft) de pista restante [o sea 300 m (1 000 ft) hasta el momento en que haya que iniciar la
rotación]. A medida que continúa el despegue, el punto restante a 600 m (2 000 ft) se indica con el primer
par de marcas de sombreado doble que se encuentre. Todas estas marcas de sombreado se hallan a
intervalos de 150 m (500 ft) a partir del umbral del extremo de partida.
Empuje
• aplicar el empuje necesario
Cabeceo
• hacer rotar hacia 15º [no más allá de los 600 m (2 000 ft) restantes]
• aumentar más allá de los 15º si fuera necesario para la elevación inicial
Nota.— Después de la elevación inicial, seguir el método de recuperación
correspondiente.
4.3.68 Otra indicación de pista restante puede ser la iluminación. Las pistas de aproximación de
precisión de la OACI y de la FAA tienen luces de borde amarillas y no blancas para los últimos 600 m
(2 000 ft) de pista, vistas en la dirección de despegue. Además, puede utilizarse la iluminación del eje de
la pista para determinar la longitud de pista restante. La tripulación de una aeronave que despegue en
el sentido de izquierda a derecha en la Figura 4-16 vería luces de eje de color blanco hasta los 900 m
(3 000 ft) a partir del extremo de la pista [300 m (1 000 ft) hasta el momento de iniciar la rotación]. Desde
los 900 m (3 000 ft) hasta el punto del tramo restante de 300 m (1 000 ft), las luces del eje alternan entre
el color blanco y el rojo. Las luces de eje son todas rojas en los últimos 300 m (1 000 ft) de la pista.
Una línea de luces rojas perpendicular a la pista indica el fin de la superficie útil.
4.3.69 En la Figura 4-17 se ilustran las señales y luces de una pista para aproximaciones que no sean
de precisión de la FAA. El indicador principal de la distancia restante en estas pistas consiste en señales
de distancia fija a ambos lados del eje, a unos 300 m (1 000 ft) a partir del umbral de la pista. En las pistas
4-40 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
que posean estas señales, es necesario que el piloto aplique su criterio y esté familiarizado con las
características particulares a lo largo de la pista para estimar el punto de tramo restante de 600 m (2 000 ft).
4.3.70 En la Figura 4-18 se ilustran las señales y luces de una pista para aproximaciones que no sean
de precisión de la OACI. Esta figura representa la configuración óptima que puede presentarse. La mayoría
de estas pistas comprendería algunas de estas características, aunque no forzosamente todas. Poseen
señales sombreadas sencillas a ambos lados del eje de la pista a intervalos de unos 150 m (500 ft) a partir
del umbral de la pista. Puede también haber señales de distancia fijas a unos 300 m (1 000 ft) del umbral.
Además, las luces de borde de pista pueden ser de clave de colores similares a las pistas para
aproximaciones de precisión, con luces amarillas en lugar de blancas, aproximadamente en los últimos 600
m (2 000 ft) de la pista.
Microrráfaga
Figura 4-15. Efectos de la cizalladura del viento sobre la decisión de iniciar la rotación.
Dichos efectos pueden forzar la rotación a velocidades inferiores a VR.
La rotación debe comenzar no más allá de los 2 000 ft a partir del comienzo de la pista.
(según Wind Shear Training Aid de la FAA, 1987)
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-41
Luces de eje
y de borde
Blanco
Vuelo nocturno — Pies restantes aproximadamente Rojo
Amarillo
3 000 2 000 1 000
27
3 000 2 000 1 000
Vuelo diurno — Pies restantes aproximadamente
Luces de eje
y de borde
Blanco
Pies restantes aproximadamente Rojo
1 000
27
Figura 4-17.
Señales y luces en una pista para aproximaciones
que no sean de precisión de la FAA
(según Wind Shear Training Aid de la FAA, 1987, con adaptación por la OACI)
4-42 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
f) El empleo del método de “picado” (descenso del morro de la aeronave para acelerar,
encabritando luego a cierta altura mínima predeterminada) expone a la aeronave a vientos
horizontales de intensidad posiblemente mayor, produce altitudes de recuperación
mínimas más bajas, requiere altas velocidades de cabeceo y complica el procedimiento
de recuperación.
Se recuerda que se logran los mejores resultados de recuperación mediante el control apropiado de la
actitud de cabeceo en combinación con el empuje.
Luces de eje
y de borde
Blanco
Rojo
Vuelo nocturno — Pies restantes aproximadamente Amarillo
2 000
27
— — — — — — — —
Capítulo 4. Efecto de la cizalladura del viento a poca altura sobre la actuación de la aeronave 4-43
Referencias
1. Manningham, 1980: Staying current, a proficiency guide for serious pilots, Ziff-Davis Publishing Co., New York.
2. Torosian, 1986: Wind shear, a pilot’s point of view, McDonnell Douglas Corp.
3. Federal Aviation Administration, 1987: FAA Wind Shear Training Aid, Volume II, Substantiating Data.
5. Kermode, 1972: Mechanics of flight, Pitman Publishing (London, New York and Toronto).
6. Melvin, 1980: What you don’t know about wind shear can kill you, Flight Crew, Vol. 2, No. 3.
9. Krauspe, 1985: Contributions on the subject of longitudinal movement of aircraft in wind shears, NASA Technical
Memorandum NASA TM-77837.
10. Roach and Findlater, 1983: An aircraft encounter with a tornado, Meteorological Magazine, Meteorological Office,
London, United Kingdom.
11. Federal Aviation Administration, 1987: FAA Wind Shear Training Aid, Volume I, Pilot Wind Shear Guide.
Capítulo 5
GENERALIDADES
5.1.1 Con arreglo a la exposición de requisitos operacionales, debe comunicarse al piloto información
sobre la cizalladura del viento a poca altura (véase el Apéndice 1). Esta observación puede proceder de
observaciones (en tierra o en vuelo) o de pronósticos. El éxito con el que se desarrolló e instaló el TDWR y
las mejoras significativas realizadas en los sistemas de detección y aviso de cizalladura del viento, basados
en anemómetros, significan que se ha logrado la detección y observación operacionales en tiempo real de
cizalladura del viento a poca altura mediante equipo terrestre. Sin embargo, dicho equipo perfeccionado es
costoso para la compra y el mantenimiento y, por lo mismo, probablemente se limitará a aeropuertos de
gran intensidad de tráfico que también estén afectados por cizalladura del viento y especialmente
microrráfagas. En la mayoría de los aeropuertos se seguirá contando con una variedad de métodos de
observación, principalmente indirectos, para detectar la presencia y, cuando sea posible, la intensidad de la
cizalladura del viento.
OBSERVACIONES EN TIERRA
a. También se ha informado de la posible presencia de microdescendentes en condiciones de nieve, en cuyo caso, además de los
1
consiguientes efectos de cizalladura del viento, también disminuyó la visibilidad debido a fuertes vientos en la superficie.
5-1
5-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
k) trombas marinas;
l) tornados.
Estos efectos de la cizalladura del viento no tendrían todos forzosamente importancia alguna para las
aeronaves que aterrizan y despegan; este aspecto tendría que ser objeto de una evaluación caso por caso,
basándose en las condiciones locales reinantes. Muchos de estos efectos son frecuentemente visibles en
tierra al igual que en el aire y, como se indica en el Capítulo 4, podrían constituir indicios útiles para el piloto
sobre posible cizalladura del viento.
5.1.4 Sondeos con globos. Otra forma de obtener información sobre cizalladura del viento es,
evidentemente, mediante el lanzamiento de radiovientosondas y globos piloto. Sin embargo, como se ha
mencionado en 2.5.3, cada uno de los vientos observados de este modo ya es un viento medio respecto a
una capa y representa únicamente una muestra muy pequeña de la atmósfera en el espacio y el tiempo. El
lanzamiento de una radiovientosonda permite también detectar las inversiones de temperatura a poca altura,
lo que indica, en algunos casos, la presencia de cizalladura del viento (véase 3.1.5 en lo tocante a las
corrientes en chorro a poca altura). Si bien los datos sobre el viento obtenidos mediante sondeos con
globos serían sumamente útiles para indicar cizalladura del viento en perfil (vertical), es poco probable que
estos datos sean muy útiles para detectar las cizalladuras del viento que acompañan a las nubes de
convección (frentes de ráfagas, ráfagas descendentes, microdescendentes, etc.). Sin embargo, aun cuando
los datos de los sondeos puedan ser de escasa utilidad operacional para la observación de cizalladura del
viento, son sumamente útiles para pronosticar condiciones favorables a su formación (véase 5.2).
5.1.5 Radar meteorológico terrestre. El borde anterior de un frente de ráfagas, especialmente cuando
éste lo ocasionan líneas de turbonada, es a veces visible en los radares meteorológicos convencionales
(especialmente en los radares que funcionan en una longitud de onda de 10 cm y también de 3 cm) en la
forma de arcos o líneas finas, pero muy definidas. Los ecos de este género suelen llamarse “ángeles radar”;
aunque algunos de ellos pueden atribuirse a nubes de insectos o bandadas de aves, etc., en la mayoría de
los casos se deben simplemente a fuertes gradientes de temperatura o de humedad que ocasionan
cambios relativamente bruscos del índice de refracción de la atmósfera. Los ecos en arcos o líneas
ocasionados por frentes de ráfagas marcan el borde anterior de las corrientes descendentes de aire frío y
mantienen a menudo su identidad durante un período de hasta una hora en algunos casos a medida que se
mueven de un lado a otro de la pantalla radar a la velocidad del frente de ráfagas. Sin embargo, no todos
los frentes de ráfagas producen ángeles radar identificables, porque su formación parece depender de una
combinación relativamente rara de variables atmosféricas y de reflectividad radar. Además, a distancias de
más de 50 km (31 NM), la señal radar pasa por encima de los frentes de ráfagas relativamente bajos y, por
consiguiente, no los puede detectar. No obstante, si se observa un frente de ráfagas y se sigue con el radar,
el pronosticador puede pronosticar la manera y el momento en que afectará al aeródromo de que se trate
(véanse 5.2.37 a 5.2.40). Existen varias técnicas de tratamiento radar que permiten a los meteorólogos
evaluar la intensidad de los ecos de tormentas y deducir la probabilidad de que produzcan algunos o todos
los fenómenos de cizalladura del viento peligrosos para la aviación. Estas técnicas se basan por lo general
en el coeficiente de reflexión de la señal radar y en la representación de curvas de coeficientes de reflexión
radar (dBZ).c Una de estas técnicas, utilizada en los Estados Unidos y denominada sistema trazador de
curvas de ecos radar, emplea un integrador y procesador vídeo automático (VIP). Las seis curvas que
produce suelen llamarse niveles VIP (dBZ). Estos métodos se examinan más a fondo en 5.2.38. La
exploración radar puede efectuarse en el plano horizontal [indicador panorámico (PPI)] o vertical [indicador
de distancia y altitud (RHI)].
5.1.6 Satélites meteorológicos. Los frentes de ráfagas también se han observado con bastante
frecuencia en las imágenes de los satélites meteorológicos. La característica más fácilmente observada es
la nube rollo (stratus), que se forma frecuentemente por encima de la nariz de un frente de ráfagas,
especialmente frentes de ráfagas que se forman a partir de líneas de turbonada (véase 3.5.10). Un buen
ejemplo de imágenes de este tipo es el amplio arco de nubes que se desplaza radialmente hacia el exterior
a partir de un racimo de nubes cumulonimbus, indicado en la Figura 5-1. 3 Esta imagen plantea una
dificultad porque, si bien la parte del arco L’L representa realmente una nube rollo (stratus) asociada al
frente de ráfagas, al efectuar una comprobación de imágenes infrarrojas y visuales, la parte L’U del arco de
nubes parece ser una nube cirrus.
5.1.7 El sistema original LLWAS4 comprende cinco sensores del viento en la superficie situados en
puntos estratégicos del perímetro del aeródromo, un sensor central del viento en la superficie con
microprocesador y unidades de presentación visual que permiten verificar y comparar continuamente la
diferencia vectorial entre las observaciones de los vientos en la superficie de la periferia y del centro del
campo. Los sensores periféricos miden el viento instantáneo y cada diez segundos la dependencia central
de control extrae muestras de las observaciones. El sensor central proporciona cada dos minutos el viento
medio en la superficie con el cual se comparan los valores de los vientos en la superficie de la periferia.
5.1.8 Las dependencias ATC reciben presentaciones visuales e indican continuamente los vientos en
la superficie del centro del campo y, según las velocidades del viento, un factor de ráfagas. La dependencia
de control compara constantemente el viento que sopla en la periferia con el viento del centro del campo y,
si su diferencia vectorial es superior a 15 kt, también se presenta el viento periférico y se activa una alarma
audiovisual. El controlador puede decidir en cualquier momento la presentación visual de uno o de todos los
vientos periféricos.
5.1.9 El sistema LLWAS fue diseñado e instalado después de varios accidentes de aviación ocurridos
a mediados de los años setenta y se instaló en más de cien aeródromos de los Estados Unidos.
Inicialmente se destinó a detectar los frentes de ráfagas cuando cruzaban el perímetro del aeródromo y,
desde este punto de vista, el sistema funcionó bien, aunque el nivel de falsas alarmas ha causado
problemas (exceso de avisos). A raíz de investigaciones adicionales sobre cizalladura del viento a poca
altura asociada con nubes de convección, quedó evidente que los frentes de ráfagas constituían
únicamente parte del problema: el problema principal consistía en los precursores de dichos frentes que se
forman por encima del nivel del suelo, o sea, ráfagas descendentes y microrráfagas, más bien que el propio
frente. A este respecto, el LLWAS es limitado porque sólo puede detectar cizalladura del viento horizontal a
nivel del suelo, lo que excluye la detección por la trayectoria de planeo o de ascenso inicial. Dada la
resolución original temporal y espacial del sistema, las microrráfagas pueden fácilmente tener lugar entre
dos sensores de perímetro sin afectarlos.
5.1.10 A fin de resolver estos problemas, el LLWAS fue objeto de tres mejoras importantes que
mejoraron considerablemente su eficacia operacional, la frecuencia de falsas alarmas y su facilidad de
mantenimiento. La mejora en la eficacia de observación se centró en ampliar la cobertura del sistema hasta
5,5 km (3 NM) alrededor de las áreas críticas, tales como las aproximaciones a la pista y los corredores de
despegue, y proporcionar mayor capacidad para detectar microrráfagas. La ampliación de la cobertura
significó un aumento en el número de sensores, que pasó del número original de cinco hasta 32 en el
Aeropuerto internacional de Denver. Mejorar la detección de microrráfagas exigió que se elaborara un
nuevo algoritmo que calculara la divergencia en triángulos de tres sensores y en los bordes de los
triángulos entre los sensores. Dichos resultados se resuelven en componentes por las orientaciones de la
pista y las estimaciones de ganancia o pérdida del viento de frente o de cola (véase 2.1.3). El cálculo de los
modelos de divergencia por todo el sistema permitió detectar divergencia positiva generada por
microrráfagas cuando alcanzan el nivel del suelo y divergencia negativa (convergencia) a lo largo de los
frentes de ráfagas que atraviesan el aeródromo y por delante de los mismos. Esta información se convierte
en los avisos de cizalladura del viento enviados a los pilotos. La divergencia no tiene interés para el piloto,
de modo que en los avisos se indica la ganancia o pérdida estimada del viento de frente. Estas cizalladuras
se calculan sobre trayectorias de vuelo de 4 km, con una pérdida de viento de frente superior a 30 km/h
(15 kt), pero igual a, o menos que, 60 km/h (30 kt), indicándose, “cizalladura del viento con pérdida”. Una
pérdida del viento de frente superior a 60 km/h (30 kt) sobre 4 km se indica como microrráfaga. Las
cizalladuras sobre distancias superiores a los 4 km nominales se consideran un riesgo reducido por su
carácter menos abrupto. Una ganancia del viento de frente de 30 km/h (15 kt) o más sobre 4 km se indica
como “cizalladura del viento con ganancia”, representando áreas de convergencia (divergencia negativa)
normalmente por delante y a lo largo de un frente de ráfagas.
5.1.11 Los algoritmos del LLWAS han sido generalmente eficaces [la última mejora importante ha sido
el algoritmo de detección de cizalladura del viento y microrráfagas (WSMD)5], aunque se considera que
otras mejoras son posibles, particularmente para detectar frentes de ráfagas. La eficacia de los algoritmos
depende en gran medida de las cizalladuras de umbral seleccionadas y de la calidad de los datos de los
sensores. A este respecto las falsas alarmas tienen importancia crítica, especialmente cuando activan la
emisión de un aviso de microrráfaga que, a su vez, da lugar a importantes decisiones operacionales por
parte del piloto. Un nivel elevado de falsas alarmas socava también la confianza en el sistema entre pilotos
y controladores de tránsito aéreo. La cuestión de las falsas alarmas es más bien complicada y, hasta cierto
punto, depende de cada aeródromo en particular. Las falsas alarmas pueden ser causadas por condiciones
de viento con ráfagas, por emplazamientos menos que ideales de los anemómetros, p. ej., obstáculos
respecto a ciertas direcciones (que pueden ser conocidos pero con imposibilidad de escoger otro
emplazamiento), por anemómetros con lectura excesiva o insuficiente o que fallan, pero que siguen
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-5
insertando datos erróneos en el sistema. Todos estos factores son objeto de estudio, 6 por ejemplo,
señalándose mediante el soporte lógico los sensores que no funcionen bien y suprimiéndose los avisos
correspondientes o remplazándose los sensores originales por anemómetros mejorados (véase más
adelante).
5.1.12 El emplazamiento de los anemómetros en la red LLWAS en un aeródromo recibió serio examen
desde el principio, como puede verse de las directrices al respecto en la Orden 6560.21ª de la FAA7. Dichas
directrices abarcan estudios detallados relativos a los emplazamientos y referencia a factores pertinentes
de carácter climatológico, ambiental, logístico y operacional en cada aeródromo. La selección de
emplazamientos sufrió varias limitaciones, incluidos el acceso a los terrenos, la potencia y propiedad del
aeródromo, etc., y a veces no podía utilizarse el emplazamiento ideal. Al principio, se trataba de cinco o
seis anemómetros en cada aeródromo, pero en el último programa de mejoramiento dicho número
aumentará para cubrir 5,5 km (3 NM) más allá de las pistas, lo que constituye una tarea logística importante.
Además de la instalación de nuevos anemómetros, en dicho programa se examinará el emplazamiento y
la altura de los anemómetros instalados en la fase anterior, reemplazándolos o elevándolos según
correspondiera. Se estima que la mejora del LLWAS en todos los aeródromos en cuestión exigirá
200 mástiles de anemómetros que deberán desplazarse, reemplazarse o añadirse. Anteriormente, el
sistema mejorado se llamaba desplazamiento y mantenimiento del LLWAS (LLWAS-RS),8 aunque en la
documentación se utiliza ahora LLWAS-NE para indicar la ampliación de la red. Inicialmente, las plenas
mejoras se aplicarán en ocho de los principales aeródromos de los Estados Unidos donde están instalados
TDWR (véase más adelante).
5.1.14 Se han ensayado también sensores de presión (p. ej., microbarógrafos) como instrumentos de
perímetro para detectar el “salto de presión” asociado debido al aire más frío de los frentes de ráfagas, etc.,
y, en algunas circunstancias, dichos sensores han detectado un frente de ráfagas que se aproxima hasta
tres minutos antes de los sensores del viento en la superficie. Se han ensayado sensores combinados de
viento en la superficie y presión y podrían utilizarse como complemento al sistema LLWAS.
5.1.15 El sistema SODAR es análogo al radar, pero utiliza ondas sonoras (˜ 1 500 Hz) para detectar
las inversiones de temperatura a poca altura. El empleo de técnicas Doppler permite al sistema medir la
velocidad y la dirección del viento a diferentes niveles de la atmósfera. A partir de los perfiles del viento,
puede efectuarse el cálculo y la presentación de información sobre cizalladura del viento. Hasta hace poco,
este sistema era imperfecto porque perdía eficacia en medios ruidosos (p. ej., aeropuertos) y en presencia
de precipitaciones de intensidad superior a determinados valores. Estas limitaciones existen todavía
en cierta medida, pero los valores umbral en los que empiezan a afectar a la eficacia operacional han sido
elevados apreciablemente. Hasta ahora, los períodos de integración de los datos SODAR han sido del
orden de 10 a 20 minutos, lo que es demasiado largo para poder expedir oportunamente avisos de
cizalladura del viento de convección. Con las recientes mejoras se espera poder reducir estos períodos a
menos de cinco minutos. Además, el empleo del SODAR triaxial permite ya medir la componente vertical
del viento.
5.1.16 El equipo SODAR actual está limitado al estudio de la atmósfera directamente por encima del
sitio de observación, aunque se está perfeccionando el haz sonoro del SODAR para que apunte a
determinado ángulo, lo que permitiría la vigilancia continua de las tres componentes del perfil del viento a lo
largo de las trayectorias de ascenso y de aproximación en los aeródromos.9 El equipo es especialmente
apropiado para la observación de cizalladuras del viento que cubran toda un área y no sean transitorias,
tales como las corrientes en chorro a poca altura que acompañan las fuertes inversiones de temperatura.10
El SODAR se utiliza operacionalmente en los aeródromos de varios países especialmente en el Canadá;
Dinamarca, Francia, Hong Kong (China) y Suecia. Turesson y Dahlquist han informado sobre la utilización
de varias instalaciones SODAR para observar y medir, con un período de integración de datos de
20 minutos, una ráfaga descendente en el Aeropuerto de Copenhague; la cizalladura del viento que se
produjo en este caso se indica en la Figura 5-2.11
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-7
Radar Doppler
5.1.18 Con objeto de detectar los objetivos de interés MET, los radares meteorológicos suelen
funcionar en longitudes de onda de 3 a 10 cm [siendo las más corrientes, p. ej., 3,2 (banda X);
5,5 (banda C); y 10 cm (banda S)]. En el caso de un radar Doppler, un objetivo con una velocidad radial
de 1 m/s produce un desplazamiento de frecuencia de 62 Hz, 36 Hz y 20 Hz para longitudes de onda radar
de 3,2, 5,5 y 10 cm, respectivamente. En 5.1.5 se indica que las heterogeneidades del índice de refracción
en la atmósfera, tales como la interfaz entre el aire frío del frente de ráfagas y el aire ambiente más caliente
pueden, a veces, detectarse y seguirse en forma de ángeles radar en los radares meteorológicos normales
que funcionan en una longitud de onda de 3 cm. Se observó que los radares de una longitud de onda de
10 cm en onda continua y modulación de frecuencias (FM-CW) son especialmente aptos para detectar
ángeles radar y turbulencia en aire claro (CAT).
5.1.19 En lo que atañe a la detección y medición de cizalladura del viento en los aeródromos, lo ideal
es medir continuamente las tres componentes del viento hasta unos 500 m (1 600 ft) por encima del nivel
del suelo (AGL) a lo largo de las trayectorias de aproximación y ascenso. Como ya se ha mencionado en
3.5.16, sólo la velocidad radial (a lo largo de los radios en dirección hacia el radar y a partir de éste) puede
obtenerse de un solo radar Doppler. Naturalmente, si el radar efectúa una exploración vertical puede
obtener información sobre la componente vertical del viento en dicho punto, es decir, sobre corrientes
descendentes y ascendentes. Mediante una exploración azimutal a un ángulo de elevación dado, se
obtiene una variación casi sinusoidal de la velocidad Doppler a medida que la antena efectúa su
exploración contra el viento, a través del viento, en el sentido del viento y a través del viento en cada
rotación. De estos datos es posible obtener perfiles del viento, suponiendo que los vientos sean uniformes
en el área. A primera vista, esto no parece servir para detectar cizalladura del viento cuando es probable
que el campo del viento no sea uniforme; sin embargo, se observó que muchos fenómenos que producen
cizalladura del viento, tales como los frentes de ráfagas, microdescendentes y tornados, pueden
reconocerse por su “signatura” en un solo radar Doppler (es decir, la configuración del gradiente de
velocidad radial). Se han desarrollado a partir de los datos radiales del campo de propagación de un solo
radar Doppler, algoritmos fiables que permiten detectar modelos de divergencia (+ve y –ve) causados por
fenómenos de cizalladura del viento. En el TDWR se utiliza una serie de dichos algoritmos. Se trata de un
radar Doppler de banda C, desarrollado especialmente para detectar frentes de ráfagas y microrráfagas.
Esto se llevó a cabo paralelamente con la continuación de la investigación sobre algoritmos de detección y
productos (datos de salida), beneficiándose de la contribución y los comentarios de todos los grupos de
usuarios interesados. 14 Además, al observar los niveles más bajos de la atmósfera, la señal del radar
Doppler sigue siendo objeto de considerable deterioro debido a los ecos parásitos en tierra. Se indican a
continuación las características técnicas del TDWR15:
5-8 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
b) antena de haz estrecho con una anchura de banda de 0,5º y lóbulos laterales inferiores a
–27 dB;
c) exploración de volumen PPI por el aeropuerto cada 2,5 minutos, con exploración de la
superficie cada minuto;
d) supresión de ecos parásitos mediante filtros de paso alto, así como eliminación de
residuos del objetivo en puntos y ecos parásitos en tierra;
e) selección PRF para reducir al mínimo la contaminación de datos cerca del aeropuerto
causada por ecos ajenos a la zona de exploración y eliminación de datos contaminados
por condiciones meteorológicas fuera de la misma utilizando datos de exploración de baja
PRF (325 Hz);
5.1.20 Los investigadores de la NCAR elaboraron los algoritmos MET del TDWR. En el algoritmo de
microrráfagas del TDWR se utilizan datos radiales relativos a la velocidad a partir de la elevación más baja
explorada. Esto permite detectar segmentos de velocidad radial en aumento a lo largo del haz radar y los
reúne en grupos. Se supone que éstos estén asociados con microrráfagas, cuyo contorno irregular está
constituido por la envoltura externa de dichos grupos. Una pérdida de viento de frente se estima luego para
cada configuración y, según la pérdida estimada del viento de frente y el emplazamiento de la configuración
respecto a los corredores de aproximación y despegue de la pista, se expide una alerta de “microrráfagas”
o “cizalladura del viento con pérdida”, como se describe en 5.1.10. Para detectar los frentes de ráfagas, se
utiliza una técnica similar determinando las regiones de convergencia radial, que se ajustan mediante una
curva polinomial para representar el frente de ráfagas. Se estima la ganancia del viento de frente a través
del frente de ráfagas y, según la ganancia [30 km/h (15 kt) o más] y si el frente afecta a los corredores de
aproximación o despegue de la pista, se expide una alerta de “cizalladura del viento con ganancia”.16
5.1.21 Uno de los principales problemas con el radar Doppler consiste en la contaminación inevitable
por las señales de retorno de ecos parásitos en tierra, que han sido y, hasta cierta medida, siguen siendo
fuente de falsas alarmas. Se contrarresta este efecto utilizando mapas y polígonos de dichos ecos para
sustraer señales significativas de objetivos terrestres estacionarios dentro del alcance del radar. Es difícil
perfeccionar dichos mapas y esto varía de un aeropuerto a otro. Inicialmente, la eliminación de los ecos
parásitos en tierra de la señal del TDWR deterioraba la entrada de señales y la eficacia global de los
algoritmos de detección de cizalladura del viento, perdiendo así algunos avisos auténticos.17 Fue menester
limitar la eliminación de ecos parásitos en tierra hasta lograr un equilibrio razonable entre dicha eliminación
y el deterioro de la señal. Continúa la investigación para mejorar esta situación. 18 El algoritmo de
microrráfagas del TDWR ha demostrado una probabilidad de detección superior al 90% y una frecuencia
de falsas alarmas de aproximadamente el 6%. Dicho algoritmo exige confirmación de la signatura de
reflectividad, que señala nubes de convección, antes de validar la detección de una microrráfaga.
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-9
La mayoría de las falsas alarmas del TDWR se sitúan en la categoría de 30–50 km/h (15–25 kt) (o sea,
cizalladura del viento con pérdida). A este respecto, la última versión del algoritmo de frentes de ráfagas del
TDWR [algoritmo de frentes de ráfagas basado en inteligencia artificial (MIGFA)] tiene una probabilidad
de detección del 85–95% para cizalladuras de 40 km/h (20 kt) o más, pero para cizalladuras en la gama
de 30–40 km/h (15–20 kt), la frecuencia de falsas alarmas puede acercarse al 20%. Aunque éstas se sitúan
en la categoría más ligera de cizalladuras, los avisos a los que dan lugar pueden, no obstante, persistir en
un aeropuerto durante un período considerable, lo que es molesto, oneroso y contribuye a quitarle
confianza al sistema. El MIGFA no exige la presencia de una signatura de reflectividad en altitud para
validar la detección de un frente de ráfagas; la introducción de dicha validación plantea un dilema difícil
porque los frentes de ráfagas pueden desplazarse por cierta distancia a partir de la nube cumulonimbus de
la que proceden (véase 3.5.8); por consiguiente, la ausencia de una signatura de reflectividad no debería
excluir la presencia de un frente de ráfagas. Continúa la investigación para determinar si puede reducirse la
frecuencia de falsas alarmas en el caso de cizalladuras por debajo de los 50 km/h (25 kt).19
5.1.22 El TDWR, un radar de banda C, proporciona también información fiable sobre el tipo de
precipitación en el aeropuerto, lo que permite proporcionar datos útiles para el ATC y los pilotos, además de
los avisos (o alertas, como se dice en los Estados Unidos) de cizalladura del viento, tales como lluvia o
llovizna engelantes y nieve. No obstante, eso también significa que el TDWR es muy susceptible a la
atenuación debido a la lluvia, aún más que los radares de banda S, tales como el NEXRAD (radar
meteorológico Doppler polivalente) y el canal meteorológico de radar ATC (ASR-9). Además, el TDWR es
particularmente susceptible al deterioro de la señal debido a la lluvia que cae sobre su radomo. El soporte
lógico del TDWR señala la atenuación normal de la señal de retorno (de la antena del radar hasta el
objetivo y retorno), causada por la lluvia, pero la lluvia sobre el propio radomo da lugar a pérdidas aún
mayores de señal (hasta 20 dB); se está investigando la mejor manera de que el soporte lógico señale este
hecho y rebaje automáticamente ciertos umbrales basados en los valores de reflectividad del TDWR.20
5.1.23 Se indica en 3.3 que la cizalladura del viento puede estar asociada con superficies frontales.
Los algoritmos del TDWR han detectado la convergencia a poca altura debida a la cizalladura del viento de
un frente frío, aun sin la presencia de nubes de convección. Sin embargo, ha habido unos pocos casos en
que se ha detectado cizalladura de frente caliente, especialmente cuando la superficie frontal caliente está
en altitud.16 Además, normalmente el sistema LLWAS no puede detectar una cizalladura de frente caliente.
Lo que no es sorprendente, debido a las limitaciones inherentes a una red de anemómetros.
5.1.24 De lo expuesto resulta claro que el LLWAS y el TDWR tienen sus propios puntos fuertes y
débiles. Además, como se mencionó anteriormente, el hecho de que produzcan falsos avisos tiende en
gran medida a corresponder a diferentes categorías de cizalladura del viento, de modo que puede utilizarse
uno de ellos para verificar al otro. En la Tabla 5-1 se indican otras ventajas e inconvenientes del TDWR y el
LLWAS.
5.1.25 Por estos motivos, los sistemas LLWAS-NE fueron instalados primero en ocho aeropuertos que
ya contaban con el TDWR. De ese modo, en teoría, cada sistema podía apoyar al otro con una ventaja
global para los sistemas de aviso de cizalladura del viento del aeropuerto. Pese a ello, era
operacionalmente poco práctico que proporcionaran en el mismo aeropuerto avisos de cizalladura del
viento que podían ser diferentes. Mientras es posible desconectar el sistema que tenga la menor eficacia
global, el apoyo que cada sistema proporcionaba a las deficiencias del otro favorecía una decisión diferente.
Esto significaba que era necesario integrar los productos de ambos sistemas, lo que dio lugar a la
elaboración de algoritmos perfeccionados de integración.
5-10 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Altura (m)
Componente horizontal del viento (u. v)
400
m/s
W E
246
300
S
15,0 m/s
200
12,1
m/s
100
Viento medido
4,1 m/s 10,2 por el
m /s anemómetro
SW NE SW NE
Altura (m)
Componente vertical del viento (w)
400
300
200
6,8 m/s
100
6,7 m/s
5.1.26 Existían tres opciones para integrar la información procedente del TDWR y el LLWAS. En orden
creciente de complejidad, se trataba de nivel de mensajes, nivel de productos y nivel de datos; se indican a
continuación los atributos de cada nivel:
Nivel de mensajes. Los sistemas TDWR y LLWAS producirían avisos de cizalladura del viento
independientemente para cada pista operacional. Estos avisos se combinarían para producir un aviso
único para cada pista basándose en la lógica del caso más desfavorable. Esta opción es la más simple y
podría implantarse rápida y fácilmente. Sin embargo, a pesar de que mantendría la mejor probabilidad
de detección de los dos sistemas, la frecuencia de falsas alarmas tendería a ser más elevada porque no
es fácil aprovechar la posible validación mutua entre el TDWR y el LLWAS, que es significativa, como ya
se ha indicado.
Nivel de productos. Esta opción combinaría los resultados o “productos” del algoritmo intermedio y final
para producir avisos de cizalladura del viento. Podría considerarse como un sistema “experto” con
mutua validación de sistemas. Las ventajas abarcan la capacidad de simultáneamente aumentar al
máximo la detección precisa y reducir al mínimo las detecciones imprecisas o falsas. No obstante, la
interdependencia adicional entre los sistemas exige cuidado para evitar que se cancelen los avisos
correctos y para tomar medidas respecto a los modos de falla. Además, la comparación de la
información entre dos sistemas autónomos introduciría hipótesis algorítmicas y estadísticas, lo que
podría causar problemas respecto a determinados casos.
Nivel de datos. La integración al nivel de datos brutos constituiría una tarea considerable y onerosa.
Además, no se ha demostrado que podía efectivamente obtenerse una mejora respecto a las dos
opciones anteriores, aunque era factible. Se ignoraba la mejor manera de sintetizar dichos datos
bidimensionales y tridimensionales, que eran muy diferentes respecto al espacio y al tiempo.
simplificado. Trató de reducir los falsos avisos que procedían de los sistemas TDWR y LLWAS y los falsos
avisos de microrráfagas eliminando las detecciones débiles que no se confirmaban independientemente por
su proximidad a condiciones peligrosas. A raíz de esta evaluación, los avisos más fuertes producidos por el
TDWR o el LLWAS se expiden para cada pista operacional. El algoritmo de integración a nivel de mensajes
también fue elaborado en el MIT/LL.22 Se trataba de reducir los falsos avisos de tipo cizalladura del viento y
de microrráfagas del TDWR y el LLWAS, más o menos del mismo modo que el algoritmo a nivel de
productos del MIT/LL. Dado que este algoritmo funciona a nivel de mensajes, las únicas indicaciones de
condiciones peligrosas procedían de los propios mensajes de avisos. Se eliminaban los avisos débiles del
nivel de cizalladura del viento procedentes de un solo sistema y los avisos débiles de microrráfagas,
procedentes de un solo sistema, se reducían a avisos de nivel cizalladura del viento. A diferencia de los
algoritmos a nivel productos, cuando ambos sistemas expiden un aviso de cizalladura del viento con
pérdida, la estimación integrada de la pérdida del viento de frente se deriva de una técnica de cálculo del
promedio a fin de precisar la pérdida estimada del viento de frente.
5.1.28 La comparación de los tres algoritmos se basó en datos compilados en el emplazamiento del
banco de ensayos del MIT/LL en el Aeropuerto internacional de Orlando. Los datos del LLWAS fueron
compilados a partir de tres redes de anemómetros: un LLWAS de seis sensores, otro de nueve sensores y
una mesonet de quince sensores. Las dos redes LLWAS eran normalizadas de fase II, pero se modificó el
emplazamiento y la altura de los sensores, según correspondía. Se integraron los datos asíncronos
procedentes de las tres redes correspondientes a diez días en registros de archivo síncronos de diez
segundos mediante nuevo muestreo, conteniendo cada registro los vientos observados por el sensor para
la totalidad de los 30 sensores, correspondientes a un período de diez segundos. Este modo de proceder
era paralelo al plan de registro utilizado en el LLWAS-NE operacional (o de fase III, como se le conoce
ahora). Se utilizó el radar del banco de ensayos del TDWR del MIT/LL para producir los avisos TDWR y se
generó un campo de vientos de un Doppler doble utilizando datos adicionales del radar Doppler de la
Universidad de Dakota del Norte. Se elaboró un algoritmo de detección de cizalladura del viento con un
Doppler doble y se compararon los avisos que producía con los de los tres algoritmos de integración de
ensayo. Había una diferencia fundamental entre el algoritmo a nivel de productos del NCAR y los dos
algoritmos del MIT/LL en que en el primer caso no se utilizó la integración de la cizalladura en la trayectoria
de vuelo, mientras que sí se hizo en el caso de los algoritmos del MIT/LL. Si bien los tres algoritmos
produjeron buenos resultados, basándose en el amplio examen, evaluación, metodología y resultados de
los ensayos, el NCAR y el MIT/LL formularon una recomendación conjunta a la FAA de que se seleccionara
el algoritmo de integración a nivel de mensajes del MIT/LL como algoritmo de integración TDWR/LLWAS de
la producción. Esta recomendación fue aceptada y el fabricante del TDWR (Raytheon) la incorporó en la
quinta versión del soporte lógico del TDWR. El MIT y el NCAR realizaron luego ensayos operacionales en
los aeropuertos de Orlando y Stapleton, respectivamente,23 que indicaron que las ventajas de la integración
TDWR/LLWAS eran mucho más importantes en el Aeropuerto Stapleton.
5.1.29 Estos desarrollos no eran aislados, dado que tuvieron lugar en los últimos 15 años, cuando la
congestión en los aeropuertos y el espacio aéreo y las demoras de las llegadas y salidas empezaron a
producir considerables limitaciones en los sistemas de aviación del mundo entero, especialmente en
Norteamérica y Europa. Por consiguiente, era necesario examinar de nuevo todos los aspectos del sistema
de aviación para determinar las posibilidades de mejoras, considerándose importante cada pequeña mejora
adicional, dado que contribuía a mejorar globalmente la eficacia del sistema. Es bien conocido que las
condiciones meteorológicas adversas y la calidad de las observaciones y pronósticos meteorológicos en
general tenían un efecto importante sobre las demoras de las aeronaves, los cambios de rutas y la
congestión consiguiente. Dada esta situación, en los aeropuertos focales de gran intensidad de tráfico en
los Estados Unidos afectados gravemente por cizalladura del viento, cada uno de estos peligros MET no
podía considerarse separadamente sino como parte de un sistema meteorológico integrado de aeropuerto.
5.1.30 La primera etapa consistía en asegurarse de que los pilotos en el área terminal tenían acceso,
por medio de enlace de datos, a la misma información de avisos que se proporcionaba al ATC, procedente
del TDWR, incluida la información sobre tormentas y cizalladura del viento. Este servicio recibió el nombre
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-13
de información meteorológica de área terminal para pilotos (TWIP). El MIT/LL elaboró en 1995 las
especificaciones relativas al soporte lógico TWIP; el conjunto de soporte lógico fue construido por Raytheon
y aceptado por la FAA en 199719; el mismo año, la FAA y Aeronautical Radio, Inc. (ARINC) finalizaron la red
correspondiente y los perfeccionamientos de las comunicaciones. Se prevé instalar TWIP en 45
aeropuertos de los Estados Unidos. Su uso depende de la decisión de cada línea aérea. Existen dos modos
de utilizar el TWIP: petición/respuesta y envío/cancelación. Los mensajes TWIP se expiden cada minuto en
condiciones meteorológicas adversas y, si no cada 10 minutos. Los pilotos que utilizan el método
petición/respuesta reciben los mensajes más recientes; por consiguiente, sin una petición, no se actualizan
los mensajes cuando ocurren cambios significativos en las condiciones meteorológicas. Los pilotos que
utilizan el servicio envío/cancelación reciben todos los mensajes TWIP, incluidos aquéllos que señalan un
cambio significativo. Este servicio utiliza el soporte lógico de distribución de la misma línea aérea,
obteniendo los mensajes de una base de datos central. El inconveniente de recibir todos los mensajes
TWIP consiste en que producen indicios sonoros y visuales en el puesto de pilotaje que incitan al piloto a
buscar y leer los mensajes. Si éstos son frecuentes, causan molestia, particularmente durante los períodos
de elevada carga de trabajo para la tripulación, cuando la aeronave esté a cierta distancia del aeropuerto.
Además, los falsos avisos amplían el problema. Algunas líneas aéreas tomaron medidas adicionales para
restringir la recepción de mensajes TWIP enviados a las aeronaves hasta 40 minutos de la hora prevista de
llegada y durante el rodaje y el despegue. Por lo menos una línea aérea conserva todos los mensajes TWIP
de modo que estén al alcance de los despachadores y meteorólogos, pero no envía los mensajes a las
aeronaves por enlace ascendente que indiquen “ninguna tormenta en un radio de 24 km (15 NM)” y avisos
de cizalladura del viento inferiores a 60 km/h (30 kt).
5.1.31 El servicio TWIP tomó el paso inicial para facilitar la toma de decisión de los pilotos
proporcionándoles prácticamente la misma información MET en el área terminal que estaba al alcance del
ATC. El paso siguiente consistió en mejorar el nivel y la calidad global de la información MET en el área
terminal, integrando todos los datos disponibles y proporcionándolos al ATC y a los pilotos en un formato de
fácil utilización. En el área terminal, el ATC necesita pronósticos y avisos precisos de fenómenos MET que
afectan a la seguridad operacional, la planificación ATC a corto plazo y la mejor utilización de la capacidad
de las pistas. Debe proporcionarse de manera rápida y fiable y en forma simplificada que idealmente
elimina o reduce al mínimo toda interpretación por parte del ATC. A fin de lograrlo, la FAA inició el ITWS,
cuya planificación empezó en 1991,24 su pleno uso en 1995 y su uso operacional entre 2000 y 2004.20
5.1.32 La cizalladura del viento constituye únicamente uno de los importantes fenómenos MET
incluidos en el ITWS. Se proporciona a continuación una breve descripción del ITWS, destacándose la
cizalladura del viento y los aspectos relacionados con esta última y lo que se supone que el sistema permita
lograr:
c) presentaciones en tiempo real en las oficinas de las líneas aéreas (despacho de vuelo y
control operacional central), con la misma capacidad que las presentaciones de la FAA,
para facilitar la coordinación entre las dependencias de gestión del tránsito aéreo de la
FAA y los despachadores de vuelo de las líneas aéreas con objeto de aumentar la eficacia
y la seguridad operacional.
5.1.33 La fusión, en tiempo real, de los datos procedentes de estos múltiples sensores proporcionaría
lo siguiente:
5-14 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
En la Tabla 5-2 se indican los beneficios que traería la implantación eficaz del ITWS.
5.1.34 Las cizalladuras del viento más fuertes se asocian con tormentas fuertes. El objetivo del ITWS
consiste en proporcionar productos al ATC para pronosticar el desarrollo, movimiento y disminución de las
tormentas en el área terminal. 25 A este respecto, el pronóstico de condiciones meteorológicas de
convección en el área terminal (TCWF)20 fue elaborado y bien recibido por los usuarios en los Estados
Unidos. Los atributos principales del TCWF abarcan actualizaciones frecuentes (cada seis minutos),
elevada resolución espacial (1–2 km), elevada resolución en el tiempo de pronóstico (cada diez minutos) y
establecimiento de la fiabilidad por el propio programa para proporcionar al usuario una medida cuantitativa
de su precisión. En la Figura 5-3 se muestra un prototipo de presentación de los productos del TCWF, que
fue ensayado en cuatro aeropuertos en 1999–2000 y fue bien recibido por los usuarios. Se considera que
es muy eficaz para asistir a las dependencias ATC en lo siguiente:
a) planificar de antemano los procedimientos para evitar condiciones meteorológicas de gran
intensidad, así como las demoras en tierra durante el período de coordinación;
b) permitir que las aeronaves regresen más rápidamente a las rutas normales, evitando así
cambios de ruta innecesarios;
c) evitar una reacción prematura al inicio de los cierres de aeropuertos a fin de que un mayor
número de aeronaves evite las esperas en vuelo y las desviaciones del tráfico;
d) seleccionar de manera más apropiada la posición para las esperas en vuelo en relación
con condiciones meteorológicas adversas a fin de que, en cuanto éstas desaparezcan, se
puedan establecer las mejores secuencias de aproximación y aterrizaje;
e) cambiar las rutas para las llegadas a una mayor distancia del espacio aéreo terminal,
evitando así las esperas en vuelo y las desviaciones del tráfico a altitudes menores; y
f) aumentar las ventajas del ITWS que se indican en la Tabla 5-2.
Beneficios
Venatajas demostradas para el usuario ($ millones al año)
5.1.35 Las medidas descritas en 5.1.34 a) hasta f) representan una serie de mejoras posibles para los
algoritmos de detección de cizalladura del viento. Una mejora que ya se ha llevado a cabo en el algoritmo
original de microrráfagas introdujo la validación de una detección de microrráfagas utilizando la reflectividad
en altitud, específicamente el contenido de líquido integrado verticalmente (VIL) de agua, para reducir el
número de falsas alarmas. Sin embargo, en determinadas situaciones los entornos bajo las nubes pueden
también producir microrráfagas con muy baja reflectividad en altitud (véase la Figura 3-13). En tales casos,
la prueba del umbral VIL podría invalidar una detección válida de microrráfagas. Limitándose a reducir el
umbral VIL sólo aumenta la frecuencia de falsas alarmas en numerosos casos. El método preferido consiste
en reducir la selectividad del umbral del VIL. 26 Varios aeropuertos importantes en los Estados Unidos
cuentan con más de un radar Doppler en el área terminal o cerca de la misma. Podrían mejorarse
considerablemente los pronósticos de cambios del viento debido a frentes de ráfagas, por ejemplo en estos
aeropuertos, si se combinaran los datos procedentes de todos los radares Doppler en el área terminal y se
proporcionaran al ATC como un mosaico.
5.1.36 El objetivo siguiente que traería mejoras considerables a la seguridad operacional y la eficacia
consistía en elaborar un algoritmo para pronosticar de manera automática, precisa y oportuna el desarrollo
de frentes de ráfagas y microrráfagas en el área terminal. Esto constituía una parte importante del ITWS,
incluidos productos concretos de predicción que fuesen apropiados para el ATC. El algoritmo de predicción
de microrráfagas del ITWS, elaborado por MIT/LL, se basaba en los principios físicos fundamentales de
la evolución de tormentas y el desarrollo de corrientes descendentes. Se utilizan datos de reflectividad
reticulares tridimensionales, junto con la estructura de la temperatura ambiente (altura del nivel de
engelamiento y gradiente adiabático en el nivel inferior), emplazamiento y movimiento de las tormentas y
frecuencia total de los rayos, etc.27 El algoritmo de predicción de microrráfagas del ITWS proporciona un
aviso de dos a tres minutos de una microrráfaga, antes de recibirse el aviso del TDWR. En la Tabla 5-3 se
enumeran productos prototipos del ITWS.
5.1.37 Los algoritmos de detección y predicción de microrráfagas del ITWS utilizan datos de
precipitación del TDWR y datos sobre temperatura procedentes de observaciones en la superficie y en
altitud y de aeronaves comerciales. En la torre ATC y la aproximación radar se presentan avisos gráficos
sobre la situación. El ATC transmite al piloto mensajes de textos oralmente. El algoritmo proporciona
también el ritmo y el alcance de los cambios en la velocidad del viento.
5.1.38 El producto combinado sobre frentes de ráfagas y cambios del viento del ITWS proporciona al
ATC el emplazamiento y la intensidad de los frentes de ráfagas detectados, así como pronósticos sobre el
movimiento de estos últimos y los cambios en el viento en la superficie asociados a través de las pistas. El
algoritmo28 utiliza reflectividad radar, datos de velocidad Doppler y datos sobre el viento de referencia, junto
con análisis de líneas finas de la configuración de reflectividad y análisis de las líneas de convergencia
detectadas a partir del mapa de velocidad Doppler. Se sigue cada frente de ráfagas y, basándose en su
velocidad y dirección estimadas, se pronostican las futuras posiciones. Esta información se actualiza
aproximadamente cada cinco minutos. Cuando un frente de ráfagas atraviesa una pista en uso y la
cizalladura del viento es superior a 15 kt, el ATC transmite un aviso a los pilotos. En la Figura 5-4 se indican
los productos característicos del ITWS que se presentan al ATC.
5.1.39 En los párrafos precedentes se describen el desarrollo y uso de TDWR automatizado en los
Estados Unidos, donde se elaboró inicialmente el sistema. Se ha instalado también un sistema TDWR en el
nuevo aeropuerto internacional de Hong Kong (HKIA) en Chek Lap Kok para proporcionar avisos de
cizalladura del viento y turbulencia. El área terminal alrededor del aeropuerto internacional Kai Tak,
reemplazado por el HKIA en julio de 1998, tenía un problema de cizalladura del viento y turbulencia que se
había resuelto instalando una red de anemómetros en las colinas circundantes. Durante la planificación
para el nuevo HKIA, los análisis MET del emplazamiento del aeropuerto indicaron que sería objeto de
cizalladura del viento de nubes de convección y cizalladura del viento y turbulencia ocasionadas por el
terreno. 29 Por consiguiente, en 1993, el Gobierno de Hong Kong (China) otorgó un contrato para el
desarrollo de un sistema operacional de aviso de cizalladura del viento (OWWS) con los algoritmos
necesarios. El OWWS se instaló en 1997 y ha funcionado con éxito desde entonces (véase el Apéndice 4).
5-16 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
-30
-20
-10
+10
+20
+30
+40
Los dos matices de gris oscuro y ligero indican
+50
probabilidad moderada y elevada de condiciones
meteorológicas de "nivel 3" (característicamente, fuerte +60 min Pronóstico
lluvia). Los pronósticos continuos enlazan los últimos
30 minutos al tiempo de pronóstico (30 a 60 minutos Estimaciones
en el futuro). Pueden enlazarse diversas subseries de la precisión
de tiempo. Los usuarios pueden seleccionar también
una presentación estacionaria de cualquier tiempo de
de los pronósticos
pronóstico. Se actualiza continuamente en tiempo real en tiempo real
la precisión de los pronósticos, basándose en criterios
de superposición de pixel, y se presenta tan pronto
como esté disponible.
5.1.40 Se han elaborado también sistemas integrados semejantes al ITWS en otros Estados, entre
otros Alemania, Francia, el Japón, el Reino Unido y Suecia, pero no tienen una función principal en la
detección de cizalladura del viento en los aeropuertos. Estos sistemas se describen más apropiadamente
como sistemas integrados de previsión inmediata que combinan datos MET procedentes de numerosas
fuentes diversas para proporcionar pronósticos y avisos a corto plazo. Utilizan datos procedentes de varias
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-17
5.1.41 Estos sistemas combinan, en una imagen compuesta, datos radar digitalizados a partir de una
red radar organizada (convencional o Doppler) y superponen estos datos sobre el estado atmosférico actual
procedentes de satélites meteorológicos, radiovientosondas y redes de observación de mesoescala, etc.
Los datos combinados se presentan visualmente al analista en tiempo real y virtualmente en cualquier
configuración que se desee. El analista puede intervenir interactivamente mediante el teclado de
presentación para producir previsiones inmediatas. En la Figura 5-5 se presenta un ejemplo de productos
actuales de previsión inmediata elaborados por Météo-France para uso por los ATCO. A partir del aspecto
de la cizalladura del viento, estos sistemas asisten de manera importante para pronosticar tormentas
fuertes y proporcionar así un marco mejorado para los pronósticos locales de la cizalladura del viento a
poca altura asociada con dichas tormentas. Es también posible que, durante el uso de dichos sistemas,
reconocer y clasificar determinadas configuraciones o signaturas precursoras de cizalladura del viento, lo
que finalmente tendría repercusiones directas en los pronósticos de cizalladura del viento.
5.1.42 demás del radar Doppler y los diversos sistemas integrados que se basan en el mismo, varios
fabricantes privados de equipo MET han emprendido diversas estrategias relativas al radar Doppler. Por
ejemplo, el radar Doppler infrarrojo evita gran parte del problema de los ecos parásitos en tierra y los
problemas de los lóbulos laterales y se presta particularmente para la detección de microrráfagas secas
(o sea, presencia de pocos elementos de identificación en la atmósfera). Estos “radares” funcionan en
longitudes de onda que se acercan al espectro visual y a menudo se llaman LIDAR Doppler (fotodetección y
telemetría). En varios Estados se ha logrado considerable progreso en la elaboración de sistemas LIDAR
Doppler terrestres de ondas infrarrojas continuas que pueden medir vientos tridimensionales hasta una
altura de 6 a 8 km (20 00 a 26 00 ft). Debido al haz estrecho y colimado, las mediciones del LIDAR quedan
menos afectadas por los ecos parásitos en tierra, lo que permite que se obtengan datos a unos pocos
metros de la superficie. En Alemania se desarrolló un sistema de este tipo que se presta particularmente a
mediciones continuas del perfil del viento en tiempo real y, por ende, para vigilar numerosos tipos no
convectivos de cizalladura del viento, tales como corrientes en chorro a poca altura.31 Sea cual fuere la
estrategia que se seleccione, siempre constituirá un compromiso, dado que cada serie de frecuencias y
longitudes y ondas radar tiene ventajas e inconvenientes inherentes.
Perfilógrafos
5.1.43 Pueden realizarse mediciones continuas de los vientos (sus tres componentes) hasta la
tropopausa de VHF Y UHF de radares Doppler.32 Entre ambos tipos, el perfilógrafo radar Doppler UHF es
más apropiado para medir los vientos en la capa límite casi en tiempo real y proporcionar perfiles horarios
del viento en las cercanías del aeródromo. Los perfilógrafos revisten considerable interés desde el punto de
vista de la investigación porque su posibilidad de aumentar y tal vez reemplazar la red radioviento actual a
un costo repetitivo menor, produciendo al mismo tiempo perfiles del viento más frecuentes y de resolución
más elevada, podría revolucionar los pronósticos en la mesoescala. Los perfilógrafos son útiles para
detectar y vigilar cizalladura del viento no transitoria, como la que acompaña a las corrientes en chorro a
poca altura y la cizalladura del viento ocasionada por el terreno. Sin embargo, aparte del hecho de que
proporcionan datos adicionales para pronosticar tormentas fuertes, etc., no permiten detectar cizalladura del
viento de convección a lo largo de las trayectorias de aproximación y despegue. Varias instituciones de
investigación, particularmente en los Estados Unidos, han instalado perfilógrafos radar Doppler VHF y UHF
para fines de ensayo y los resultados son muy alentadores. Además, un perfilógrafo forma parte integrante
del OWWS del aeropuerto HKIA en Chek Lap Kok, que se describe en 5.1.39 y en el Apéndice 4. Francia
también tiene un perfilógrafo VHF en el aeropuerto Nice Côte d’Azur, que es muy útil para las dependencias
ATC. En la Tabla A5-1 del Apéndice 5 se proporciona información acerca de los datos brutos y la
visualización.
5-18 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
5.1.44 El empleo de instrumentos corrientes del puesto de pilotaje para observar la cizalladura del viento
se ha examinado en detalle en el Capítulo 4 en relación con el reconocimiento de la cizalladura del viento
por los pilotos. Se mencionó que podía obtenerse una indicación de la presencia de cizalladura del viento
del indicador de velocidad relativa, indicador de velocidad vertical y altímetro instalados a bordo de todas
las aeronaves y, en las aeronaves que los llevan, del indicador de actitud, indicador de situación horizontal,
sistema advertidor de proximidad del suelo (el modo 1 indica una velocidad de descenso excesiva y los
modos 3 y 5 una pérdida de altitud después del despegue y una desviación por debajo de la pendiente de
planeo, respectivamente), del sistema advertidor de pérdida (sacudidor de palanca) y de las lecturas de la
velocidad respecto al suelo y de la velocidad y dirección del viento proporcionadas por el sistema de
navegación inercial (INS).
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-19
Datos sobre
rayos
Datos de fusión
Indicación de células de convección
Algoritmo de previsión inmediata
Adaptaciones a las necesidades de visualización
del controlador
5.1.45 Uno de los sistemas más viejos que funciona eficazmente utiliza los datos de los sensores
convencionales de a bordo tales como el tubo de pitot (velocidad aerodinámica), giróscopo vertical (actitud
en cabeceo) y sensor advertidor de pérdida (ángulo de ataque), junto con otros datos suplementarios
procedentes de acelerómetros horizontal/vertical especiales que forman parte del propio sistema advertidor.
Utilizando estos datos, la computadora del sistema calcula instante por instante la cizalladura en las
componentes verticales y horizontales del viento y, teniendo en cuenta las medidas compensatorias que
puede tomar el piloto, el sistema presenta la pérdida o ganancia de energía debida a la cizalladura y, a un
umbral fijado de antemano, produce una alerta sonora. El umbral se fija en un valor de 3 kt/s para una
pérdida de viento de frente o una ganancia de viento de cola o (en una corriente descendente) en un valor
de 0,15 radianes (8,6º) para una reducción del ángulo de ataque o en cualquier combinación de los dos que
proporcione un nivel de señal equivalente (deceleración de 0,15 g).
5.1.46 Otro sistema que se encuentra en el mercado desde 1986, proporcionaba medios de detección
y advertencia de cizalladura del viento en el marco de un sistema de control de la actuación. Este sistema
se desarrolló en dos fases, la fase I destinada a la elaboración de componentes de detección y alerta y la
fase II destinada a proporcionar indicaciones al piloto. El sistema utiliza la información obtenida de los
sensores de datos aéreos, así como de los acelerómetros especializados que forman parte de la
computadora de gestión de la actuación. Las entradas de datos comprenden el ángulo de cabeceo, ángulo
de ataque, velocidad verdadera, aceleración vertical y longitudinal. La computadora del sistema compara
continuamente la aceleración inercial y la aceleración de la masa de aire, así como el ritmo de variación de
estas aceleraciones relativas, que permite advertir a la tripulación de vuelo acerca de desviaciones
importantes que indiquen la presencia de cizalladura del viento.
5.1.47 Ambos sistemas mencionados en 5.1.45 y 5.1.46 se llaman equipo de detección y evasión de
cizalladura del viento de tipo “reactivo” (de reacción) porque sólo pueden avisar al piloto acerca de la
presencia de cizalladura del viento cuando la aeronave entra en dicho fenómeno. No obstante, aun con esta
limitación, permiten detectar y avisar acerca de cizalladura del viento unos pocos segundos vitales antes del
momento en que normalmente el piloto reconocería la situación. Paralelamente con el desarrollo del equipo,
a principios de los años ochenta, la FAA inició la elaboración de criterios de aeronavegabilidad para la
aprobación de sistemas de a bordo de aviso de cizalladura del viento en las aeronaves de transporte, así
como criterios para su aprobación operacional que, finalmente, se publicaron como circulares de
asesoramiento en 1987.33 En dichas circulares se proporcionaba orientación para la certificación en lo que
atañe a la aeronavegabilidad del equipo de a bordo de aviso de cizalladura del viento, de tipo reactivo, de
categoría tanto de “aviso solamente” y ”aviso con orientación para la evasión”.
5.1.48 A fin de caracterizar plenamente las repercusiones de la cizalladura del viento en la actuación
de las aeronaves desde el punto de vista de la energía cinética y potencial en tiempo real, se elaboró,
basándose en los trabajos de Bowles34, un índice no dimensional para cuantificar la amenaza de cizalladura
del viento en comparación con los datos de actuación de la aeronave procedentes de los sensores y
compuradoras de a bordo. Después de ensayos llevados a cabo por la NASA y la FAA, se adoptó este
índice como base para certificar los sistemas de a bordo de aviso de cizalladura del viento. Dicho índice se
derivó de las ecuaciones de vuelo descritas en la Figura 4-1 y la ecuación habitual de la energía (cinética
más potencial). La energía específica total (ET) de la aeronave se define así:
1 Va 2
ET = z +
2 g
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-21
siendo Va la velocidad relativa, g la aceleración gravitatoria y z la altitud por encima del terreno. En esta
ecuaciónd se utiliza la energía cinética de la masa de aire, dado que la velocidad relativa (y no la velocidad
respecto al suelo) describe la capacidad de la aeronave de ascender y mantener su altitud. En el caso de la
energía potencial, la altitud por encima del terreno puede intercambiarse por la velocidad relativa y
viceversa (véase 4.2.7). El cambio del ritmo temporal de ET, o la velocidad vertical de ascenso potencial de
la aeronave, es el diferencial y puede equipararse a la entrada de energía de la aeronave procedente del
empuje y la resistencia al avance (véase la Figura 4-1), como se indica a continuación:
V (T − D )
ET = z + a Va = Va
g W
La ecuación que precede se aplica únicamente a una masa de aire uniforme. Si se tiene en cuenta la
corriente del viento, y se descuidan los términos de segundo orden, la relación puede escribirsed del modo
siguiente:
(T - D ) U x w (T - D ) U w
ET = Va - + = Va - F , donde F = x +
W g Va W g Va
F es el índice sin dimensiones que combina U x , la componente horizontal del viento a lo largo de la
trayectoria de vuelo, de aquí U x es el ritmo de cambio de la componente horizontal del viento o el término
de la cizalladura del viento, y “w” la componente vertical del viento (corriente ascendente o descendente
dentro de la masa de aire). El factor F o índice, un parámetro definido por Bowles, representa los términos
del campo de viento de importancia para la respuesta de la aeronave a la cizalladura del viento y se utiliza
para definir los valores de umbral de cizalladura del viento peligrosos en el equipo de a bordo de aviso de
cizalladura del viento. De las ecuaciones precedentes se observa que un factor F +ve disminuye el estado
de energía de la aeronave, lo que ocurre para una masa de aire descendente (w es –ve) y para un viento
de cola en aumento o un viento de frente en disminución (o sea, U x es +ve). Como se describe en el
Capítulo 4, en una cizalladura del viento en disminución, donde F es +ve, el piloto puede mantener o ganar
altitud añadiendo empuje o elevando el cabeceo (de ese modo intercambiando la velocidad relativa por la
altitud o la energía cinética por la potencial).
5.1.49 Las ecuaciones que se analizan en 5.1.48 describen el efecto instantáneo de la cizalladura en
una aeronave y deben, por consiguiente, integrarse en una longitud de escala apropiada a fin de que
caracterice plenamente el peligro que representa la cizalladura del viento. Por ejemplo, valores muy
elevados del factor F pueden ocurrir sobre una longitud limitada y se acercan más a la turbulencia. La
longitud de escala por la que existe cizalladura del viento es, por consiguiente, crítica y objeto de muchas
investigaciones35 (véase 2.5.2). Basándose en éstas, la FAA adoptó la longitud de escala de 1 km y un
factor F medio de 0,13 o más para el umbral de alerta. Para la certificación de equipo de a bordo de aviso
de cizalladura del viento, la FAA considera la cizalladura del viento potencialmente peligrosa con factores F
superiores a 0,1 y se requiere un aviso (o alerta, en los Estados Unidos) para el factor F 0,13.36 Para ilustrar
factores F característicos en los fenómenos que producen cizalladura del viento, es poco probable que las
corrientes en chorro a poca altura produzcan valores superiores al umbral de 0,1; no obstante, un piloto que
no esté atento podría aún experimentar dificultad, mientras que si se le avisa podría normalmente enfrentar
dichas situaciones añadiendo empuje. En las microrráfagas, se supera el umbral de 0,1 en alrededor de la
mitad de los casos bien documentados, mientras que los centros de las micorráfagas fuertes producen
valores entre 0,25 y 0,36, lo que para la mayoría de las aeronaves de reacción de transporte se considera
condiciones en que es imposible efectuar un vuelo.
dz dET dU x
d. La notación z equivale a y, del mismo modo, ET y U x equivalen a y , respectivamente.
dt dt dt
5-22 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
5.1.50 La certificación del equipo de a bordo de aviso de cizalladura del viento exige que se verifique,
entre otras cosas, si puede producir las alertas requeridas al alcanzar valores de umbral correctos, de
manera fiable y dentro del nivel aceptable de falsas alarmas y modos de falla, etc. A fin de lograrlo, la FAA
elaboró una serie de modelos de cizalladura del viento basándose en los datos JAWS y campos de viento
derivados de los datos relativos a accidentes de aviación causados por cizalladura del viento (véase 3.5.17
a 3.5.20). El fabricante de equipo de aviso de cizalladura del viento debe demostrar que el equipo puede
funcionar según sus especificaciones cuando se ensaye en un simulador con los modelos de cizalladura del
viento de la FAA.
La aplicación de esta tecnología [de tipo reactivo] requiere inherentemente la entrada del
avión en cierto nivel de cizalladura del viento con una pérdida o ganancia de la pendiente ascensional
posible. No obstante, estos sistemas proporcionan un valioso servicio para detectar, anunciar
oportunamente y confirmar condiciones de cizalladura del viento potencialmente peligrosas,
generalmente antes de que el piloto se dé cuenta de la situación. En el caso de los sistemas que
proporcionan características de orientación del mando, la energía disponible del avión se controla
eficazmente para mejorar el control de la trayectoria del vuelo durante la maniobra de evasión.
Idealmente, la elaboración de un sensor situado en una plataforma en movimiento que permita
detectar el movimiento del aire claro por delante del avión, teniendo la superficie de la tierra como
fondo, tendría todas las ventajas de un sistema frontal. La FAA ha determinado un requisito para
definir los requisitos relativos a los sistemas para estos dispositivos y pidió a la NASA que se
encargara de sus aspectos técnicos, dado que se necesitaban amplias investigaciones y ensayos.
Sólo el equipo frontal de a bordo de aviso de cizalladura del viento podría satisfacer plenamente los
requisitos operacionales aprobados por la Comisión de Aeronavegación de la OACI en 1982, que se
reproducen en el Apéndice 1. En los párrafos que siguen se describe el desarrollo de equipo frontal de a
bordo de aviso de cizalladura del viento, que se realizó con éxito.
5.1.52 En 1990, la FAA enmendó su FAR 121.358 — “Low-altitude wind shear system requirements”
para abarcar sistemas frontales de detección (de predicción) de cizalladura del viento y de evasión de esta
última como una alternativa reconocida a los sistemas de tipo reactivo. Como se indicó en los párrafos
precedentes, los requisitos operacionales de la OACI sólo pueden satisfacerse mediante sistemas frontales.
A partir de 1990, la FAA permitió el uso de tales sistemas, tan pronto como se hubiesen producido, ofrecido
en el mercado y certificado. 37 Como resultado de esta ampliación de este FAR, cuatro líneas aéreas
importantes de los Estados Unidos solicitaron a la FAA una ampliación respecto a la fecha de cumplimiento
mencionada en FAR 121.358 a fin de finalizar una evaluación y certificación de sistemas de predicción. Las
cuatro empresas presentaron un plan completo en que se mencionan sus objetivos para la evaluación y un
calendario para llevarla a cabo. Luego la FAA aprobó sus solicitudes, otorgando una exoneración para una
ampliación de dos años. A fin de facilitar el desarrollo de la tecnología necesaria, la FAA, la NASA,
fabricantes de equipo para cizalladura del viento y las mencionadas líneas aéreas se reunieron en un
“Grupo de trabajo sobre sistemas frontales de detección de cizalladura del viento”, que elaboró unas
“modalidades de certificación” que finalmente dieron lugar a la elaboración de la metodología general de
certificación y a los requisitos a nivel de sistemas que se acaban de mencionar.
5.1.53 Aunque algunos de los criterios y métodos básicos ya empleados para certificar sistemas de
tipo reactivo podrían también utilizarse para los sistemas frontales, ese no era el caso para las simulaciones,
dado que los sistemas de tipo reactivo experimentan la cizalladura en tiempo real, mientras que los
sistemas frontales tienen que detectar la cizalladura peligrosa que se halla por delante de la aeronave y
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-23
estimar una pérdida prevista de actuación a lo largo de la trayectoria de vuelo. En particular, la serie de
datos atmosféricos utilizada para la simulación debería incluir, además del campo de viento, las condiciones
MET presentes durante una cizalladura del viento que podrían afectar a la capacidad de detección de los
sistemas. Fueron también necesarios mediante ensayos en vuelo, modelos de entornos de fuertes ecos
parásitos en tierra en aeropuertos importantes representativos que tuviesen un tráfico terrestre en
movimiento significativo en las cercanías; fue, asimismo, necesario integrar estos datos con las
capacidades de telemetría dinámica para la detección de cizalladuras del viento simuladas del sistema
objeto de certificación. En el Apéndice 6 figuran la metodología de certificación, los requisitos de los
sistemas y los relativos a alerta, aviso y presentación de la FAA para los sistemas frontales de a bordo de
aviso de cizalladura del viento.
5.1.54 Se ensayaron diversas tecnologías como parte del programa de desarrollo y certificación de
sistemas frontales de a bordo de aviso de cizalladura del viento de la FAA, como se indica a continuación:
a) infrarrojo pasivo;
b) radar Doppler;
d) LIDAR.
La tecnología del infrarrojo pasivo se basó en la detección de la diferencia de temperatura (más fría) que
tiene lugar en las microrráfagas, en comparación con la atmósfera circundante y estableciendo la relación
con la velocidad vertical (intensidad) de la corriente descendente. Los sensores del radiómetro eran
instrumentos de exploración multiespectral que funcionan en la “ventana” atmosférica de 10–14 µm. Se han
ensayado también dichos instrumentos para detectar CAT y cenizas volcánicas; en el Manual sobre nubes
de cenizas volcánicas, materiales radiactivos y sustancias químicas tóxicas (Doc 9691) se describe esta
última aplicación. La eliminación del ruido en la señal debido, entre otras cosas, a turbulencia o
precipitación entre el sensor y el objetivo, es un problema difícil, aunque no necesariamente insuperable,
para toda forma de tecnología de sensores de infrarrojo pasivo. Además, a menos que se combinaran los
sensores con otros de infrarrojo, tales como para turbulencia y cenizas volcánicas, que podrían llegar a ser
equipo obligatorio en el futuro, sería necesario instalar un sensor de infrarrojo especializado por separado
para detectar cizalladura del viento. Tiende a ser objeto de considerable resistencia de los fabricantes y
líneas aéreas, por diversos motivos, la instalación de equipo completamente nuevo en el puesto de pilotaje,
que ya tiene demasiados instrumentos; por consiguiente, normalmente los esfuerzos deberían concentrarse
en desarrollar, en la medida de lo posible, el equipo existente del puesto de pilotaje.
5.1.55 Este último aspecto corresponde a los radares meteorológicos ya disponibles e instalados en
todas las aeronaves de reacción de transporte. La última generación de radares meteorológicos existente,
procedentes de varios fabricantes de radares meteorológicos de a bordo, ya utilizaban técnicas de
procesamiento de señales Doppler para detectar áreas de turbulencia en las tempestades y tenían antenas
apropiadas y transmisores coherentes de estado sólido que funcionan en la banda X que podrían
modificarse. Por consiguiente, era posible que se pudiesen utilizar dichos radares para detectar cizalladura
del viento, tal vez incluida la modificación de los radares meteorológicos existentes de modelos más viejos,
modificando algunos módulos y elaborando algoritmos adicionales de detección y aviso de microrráfagas.38
No obstante, el desarrollo del radar Doppler de a bordo para detectar cizalladura del viento seguía
presentando varias dificultades. Debía resolverse el problema perenne de las “falsas alarmas”, que es
pertinente para todos los sensores. Luego, existía el problema del ruido debido a los ecos parásitos en
tierra en los lóbulos principal y laterales del transmisor, que era particularmente serio para los radares que
se observan bajando la vista para la aproximación y el aterrizaje, debido a edificios de la ciudad o el
aeropuerto y vehículos terrestres en movimiento, etc. Después de todo, dichos radares meteorológicos ya
se utilizaban intencionalmente por los pilotos en un modo de trazado bajando la vista, en que las señales de
retorno de las características terrestres y la topografía eran las entradas necesarias. Por consiguiente, era
5-24 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
claro que se necesitaría un modo separado de detección de cizalladura del viento que permitiera eliminar
los ecos parásitos en tierra de las señales de retorno. Esto significaría tres modos operacionales:
meteorológico y de trazado, detección de turbulencia y detección de cizalladura del viento.
5.1.56 La NASA emprendió la investigación inicial de radares Doppler de a bordo en los años ochenta
utilizando diversas aeronaves con instrumentos de investigación. Los datos obtenidos de estos ensayos en
vuelo definieron el problema y señalaron diversas soluciones posibles y válidas para que los fabricantes las
prosiguieran.39 El programa de investigaciones de la NASA produjo también una serie básica de parámetros
relativos a cizalladura del viento, incluidas las microrráfagas húmedas y secas, que podrían utilizarse para
la simulación del peligro, entre otras cosas, para ensayar equipo frontal de a bordo de aviso de cizalladura
del viento.40 A medida que continuaba el desarrollo, los fabricantes de radares de a bordo interesados
efectuaron sus propios ensayos en vuelo y se juntaron a las cuatro líneas aéreas que habían solicitado y
obtenido una ampliación de dos años para el cumplimiento de la instalación de equipo de a bordo de aviso
de cizalladura del viento. Se utilizó también el factor F, descrito en 5.1.48, como el nivel de determinación
del peligro de la cizalladura del viento en los algoritmos elaborados para los sistemas frontales de a bordo
de aviso de cizalladura del viento. El requisito relativo a la probabilidad de detección y las falsas alarmas
fue perfeccionado. También se tomó nota de que era necesaria mucha cautela para el mantenimiento del
radomo. A mediados de los años noventa, varios fabricantes de radares de a bordo habían elaborado con
éxito y certificado eficaces sistemas frontales de a bordo de aviso de cizalladura del viento como
modificaciones de sus “viejos” radares meteorológicos de a bordo. En vista de la importancia de estos
sistemas para combatir la cizalladura del viento, en el Apéndice 6 se describe en detalle un modo frontal
característico de a bordo de aviso de cizalladura del viento en un radar meteorológico de a bordo disponible
en el mercado.
5.1.57 Con el éxito del desarrollo y la certificación de sistemas frontales de a bordo de aviso de
cizalladura del viento, la OACI enmendó en 1998 el documento de reglamentación pertinente (Anexo 6 —
Operación de aeronaves, Parte I — Transporte aéreo comercial internacional — Aviones) para recomendar
la instalación de estos sistemas en las aeronaves con motores de turbina con una masa de despegue
superior a 5 700 kg. Estas enmiendas se basaban en la Exposición de requisitos operacionales que figuran
en el Apéndice 1 del presente manual. Al elaborar la propuesta de enmienda, se pidió especialmente a los
Estados y a las organizaciones internacionales interesadas su opinión sobre la pertinencia o no de que el
requisito de instalar equipo frontal de a bordo de aviso de cizalladura del viento se aplicara también a las
aeronaves de turbohélice. A este respecto, se consideraba que normalmente dichas aeronaves no sufrían
los efectos de la cizalladura del viento del mismo modo que las aeronaves con motores de turbina. Esto se
debía principalmente al hecho de que la aplicación de la plena potencia por el piloto en una aeronave de
turbohélice producía un aumento casi inmediato de la corriente de aire (corriente de las hélices) encima de
las alas y mayor velocidad relativa y sustentación. En el caso de una aeronave con motores de turbina,
después de la aplicación de la plena potencia por el piloto, debe acelerarse la totalidad de la masa de la
aeronave antes de que se transforme en mayor velocidad relativa y sustentación, lo que, inevitablemente,
exige unos pocos segundos vitales. Se decidió que, por el momento, la recomendación se limitara a los
aviones con motores de turbina con una masa máxima de despegue certificada superior a 5 700 kg o
autorizados para transportar a más de nueve pasajeros.
5.1.58 En el caso del radar de ondas milimétricas, la mayoría de los esfuerzos de investigación se han
centrado en desarrollar un sistema que pudiese utilizarse para aterrizajes por instrumentos con visibilidad
virtualmente cero, permitiendo al piloto que percibiese la pista con un colimador de pilotaje (HUD) aun al
aterrizar en lluvia y niebla. Si los resultados son positivos, se prevé que podría añadirse al sistema un modo
frontal de aviso de cizalladura del viento. Los resultados son prometedores y continúan las investigaciones,
pero hasta el momento ningún sistema se ha sometido a certificación.
5.1.59 Durante los últimos dos decenios, el posible uso de LIDAR de a bordo para detectar cizalladura
del viento ha sido objeto de investigaciones en varios Estados. El Royal Aircraft Establishment (RAE) en
Bedford (Reino Unido) y la NASA han estado examinando el uso del LIDAR Doppler para medir la velocidad
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-25
y dirección del viento en vuelo.41,42,43 El LIDAR Doppler funciona exactamente según el mismo principio que
el radar Doppler pero utiliza luz infrarroja coherente producida por un láser infrarrojo de CO2 (véanse 5.1.17
a 5.1.42). En el sistema RAE, llamado sistema láser de velocidad verdadera (LATAS), el haz láser se
enfocó a 500–600 m por delante de la aeronave y se midió el movimiento del aire en ese punto respecto al
transmisor en movimiento. De este modo, el sistema podía informar al piloto acerca de los posibles cambios
en la velocidad relativa debido a cizalladura del viento unos cuatro segundos por delante de la aeronave. El
instrumento medía el movimiento de las partículas aerosol en el aire respecto a la aeronave y a lo largo de
la trayectoria de vuelo (viento de frente y de cola) de modo que no podía, según su diseño actual, medir la
componente vertical y las componentes del viento de costado (p. ej., ráfagas descendentes). Sin embargo,
si se utilizara el sistema LATAS en modo de exploración cónica, podrían también medirse las componentes
vertical y transversal del viento por delante de la aeronave. Durante el aterrizaje y el despegue, el haz de
exploración puede también dirigirse hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la trayectoria de vuelo prevista.
La aeronave HS-125 en la que se instaló el sistema participó también en el proyecto JAWS (véase 3.5.16).
Se informó que el sistema era robusto, fiable y ligero, que exigía mantenimiento, ajustes y calibración
mínimos y podía medir la “velocidad relativa” hasta 800 m por delante de la aeronave en aire claro o en
nubes. Funcionaba más eficazmente por debajo de 6 km (20 000 ft) donde abundan los aerosoles; aunque
disminuye el retorno de señales por encima de dicho nivel, se hicieron mediciones del viento hasta la altitud
operacional máxima del HS-125 [13 km (43 000 ft)].
5.1.60 En los Estados Unidos, el LIDAR Doppler ha sido objeto de investigación y desarrollo durante
varios años, para medir velocidades del viento44,45 y detectar CAT. Si bien estos sistemas pueden medir
velocidades del viento por delante de la aeronave, hasta el momento ninguno de ellos ha sido presentado
para certificación como sistema frontal de aviso de cizalladura del viento. Respecto a CAT, sin embargo,
0,08
0,06
2
Aceleración vertical, m/s
0,04
0,02
0 0,05 0,1
esto puede dar lugar a la certificación de un sistema LIDAR que tal vez podría servir un doble objetivo para
detección y aviso de cizalladura del viento y CAT. Este último fenómeno MET ha adquirido en el último
decenio una importancia creciente debido al número de accidentes de aviación que han causado
numerosos heridos y muertos entre pasajeros y tripulación como resultado de CAT fuerte a nivel de crucero.
Uno de los más recientes trabajos en esta esfera 46 indica excelentes posibilidades y sería interesante
observar si los sistemas frontales de a bordo de detección y aviso de CAT se convierten en el futuro en
equipo “requerido” en las aeronaves de reacción de transporte. La investigación indica que aun una CAT
moderada podría detectarse a distancias de 5–8 km y hasta 100 s por delante de la aeronave. Dicho aviso
anticipado permitiría un cambio de altitud o una verificación para asegurarse de que todos los pasajeros y la
tripulación estén sentados en condiciones de seguridad. Las investigaciones recientes sobre turbulencia
que la aeronave debe notificar en vuelo indican el parámetro llamado “índice de disipación de los remolinos
(EDR)”, que es una medida viable de la turbulencia y un medio razonable de predicción de un aumento de
variación en la aceleración vertical. En la Figura 5-6 se indica un ejemplo de la comparación entre la
aceleración vertical y el EDR durante ensayos en vuelo. El EDR es de interés particular porque en los
requisitos de la OACI ya forma la base de la notificación automatizada de turbulencia desde la aeronave.
Dado que el EDR puede integrarse como variable en los modelos de predicción meteorológica atmosférica
numérica, su futuro uso en sistemas de a bordo de detección y aviso permitiría lograr resultados completos,
ya que la observación, aviso y notificación automatizada de la turbulencia y la pronosticación de turbulencia
del Sistema mundial de pronósticos de área (WAFS) en pronósticos de tiempo significativo (SIGWX) para la
documentación de vuelo se basarían en el mismo parámetro.
5.1.61 Los HUD han sido equipo regular en las aeronaves de combate por muchos años y se han
instalado también en aeronaves comerciales de ciertas líneas, pero no específicamente para avisos de
cizalladura del viento. El HUD es un sistema para presentar al piloto orientación esencial e información de
control reflejada en un vidrio parcialmente transformado en espejo, pero por lo demás transparente,
instalado a determinado ángulo entre los ojos del piloto y el parabrisas del puesto de pilotaje. El piloto
puede tener la vista habitual del exterior a través de dicho vidrio y del parabrisas; al mismo tiempo, se
proyectan en dicho vidrio orientación simbólica e información de control, y un porcentaje se refleja hacia el
piloto y así se superimpone directamente sobre la visión que el piloto tiene del exterior. La información de
control se halla siempre directamente a la vista sin que el piloto tenga que mirar hacia abajo, ajuste el foco
o examine diversos instrumentos de vuelo. Además de la información en símbolos habitual proporcionada
en los HUD tradicionales, se han efectuado ensayos en varios Estados para proporcionar indicadores de
trayectoria de vuelo (FPI) específicos, por ejemplo un símbolo FPI que represente el punto de toma de
contacto en la pista previsto en relación con la trayectoria de vuelo real y un símbolo de “trayectoria de
vuelo posible (PFP)” que indica aceleración o deceleración de la aeronave (suponiendo que el FPI se
mantiene en el punto de visada, por ejemplo ajustando el timón de altura). Cuando se superponen ambos
símbolos, la aeronave no está acelerando ni decelerando y se indica cizalladura del viento cuando los
símbolos se separan en la presentación.47 La mayoría de los pilotos que tomaron parte en los ensayos HUD
indicaron que los ensayos los ayudaron considerablemente para enfrentar condiciones de cizalladura del
viento simuladas.
5.1.62 En esta sección se examinan los modelos de cizalladura del viento y turbulencia y su uso para
certificar sistemas de a bordo de aviso de cizalladura del viento y simuladores de instrucción de vuelo. El
desarrollo de modelos de viento progresó rápidamente en los Estados Unidos, principalmente como parte
integrante del programa sobre cizalladura del viento y turbulencia de la FAA, de mediados hasta finales de
los años ochenta. Los modelos fueron diseñados para diversas aplicaciones y se contaba con varias
opciones cuyo valor relativo debía atribuirse antes de seleccionarlos para uso operacional. Se han
desarrollado modelos con numerosos niveles de complejidad, siendo los más complejos los utilizados para
fines de investigación (tridimensionales o cuadridimensionales), mientras que los que se utilizan en los
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-27
simuladores de vuelo para la instrucción diaria de pilotos, por motivos obvios, son probablemente los menos
complejos (sobre todo bidimensionales). Los datos sobre el viento utilizados como base para los primeros
modelos de cizalladura del viento para fines de investigación se obtuvieron de dos fuentes principales: el
proyecto JAWS y las subsiguientes series de datos sobre el viento de proyectos conexos y reconstitución
de los vientos en accidentes de aviación donde se indicaba la cizalladura del viento como factor48 (véanse
3.5.16 y siguientes). Además, se necesitaban con urgencia modelos de cizalladura del viento y turbulencia
para desarrollar sistemas terrestres y de a bordo de detección y aviso, para la certificación de sistemas de a
bordo de detección y aviso utilizando la simulación y para los simuladores de vuelo utilizados para la
instrucción de pilotos.
5.1.63 Inicialmente, los modelos, llamados modelos de la fase I, seleccionados por la FAA para
certificar sistemas de a bordo para cizalladura del viento “de tipo reactivo” y para uso en simuladores de
instrucción se basaban en información proporcionada por los registradores de los datos de vuelo de
accidentes de aviación reales relacionados con cizalladura del viento. En este método se centraron los
modelos en cizalladura del viento “peligrosa” conocida y proporcionaron suficientes parámetros de
aeronave registrados durante dichos encuentros, tales como velocidad relativa, rumbo, altitud y aceleración
de la aeronave, para permitir el desarrollo de campos o perfiles del viento modelos que presentaban
cizalladura del viento peligrosa.
Nota.— En esa época la mayoría de las aeronaves tenían registradores de datos de vuelo de
cuatro canales, aunque los registradores más recientes deben registrar un mayor volumen de datos.
Los modelos de la fase I eran relativamente simples, utilizando datos procedentes de dos accidentes
causados por cizalladura del viento (Eastern Airlines B727 en Nueva York e Iberia DC-10 en Boston).
Dichos modelos no resultaron satisfactorios para su uso en simuladores de instrucción de vuelo. Por
consiguiente, la FAA otorgó un contrato a SRI International para reunir a un equipo de expertos de las
disciplinas pertinentes, tales como meteorología, dinámica de fluidos y tecnología de simuladores, para
revisar los modelos sin perder el vínculo importante con los accidentes reales causados por cizalladura el
viento en los que se basaban. Este esfuerzo combinado produjo un campo de viento más representativo de
la cizalladura del viento peligrosa, que se incluyó como ejemplo en la Circular de asesoramiento 120-41 —
Criteria for Operational Approval of Airborne Wind Shear Alerting and Flight Guidance Systems, de 1983,
de la FAA.
5.1.64 Después de haberse expedido los datos de campos de viento modelo iniciales de SRI, se han
revisado y mejorado continuamente los modelos de cizalladura del viento utilizados por la FAA para la
certificación de sistemas de a bordo, la validación de sistemas terrestres y la instrucción de pilotos, etc. Se
cuenta actualmente con una serie relativamente estable de modelos cuya complejidad relativa es apropiada
para el uso previsto. A este respecto, se utiliza para la certificación de sistemas de a bordo de aviso de
cizalladura del viento una serie de datos detallada de los campos de viento conocida como TASS (sistema
de simulación del área terminal) de la NASA. En la Tabla A7-1 del Apéndice 7 se indican el uso y el
contenido de esta serie de datos para fines de simulación y para las situaciones de certificación aplicadas.
En dicha tabla se indica que los modelos abarcan una mezcla de datos de accidentes reconstituidos, datos
de sondeos de aeródromo y sondeos derivados que ilustran situaciones de cizalladura del viento y datos de
vuelo particulares.
5.1.65 Por motivos de orden logístico y económico, los modelos de campos de viento en los
simuladores de vuelo utilizados para la instrucción de pilotos no pueden y, normalmente, no deben ser tan
perfeccionados y complejos, ni tan amplios como la serie de datos de campo de viento TASS utilizada para
la certificación de sistemas de a bordo. Los campos de viento del simulador de instrucción de piloto
recomendados por la FAA son principalmente perfiles bidimensionales, pero cada punto de datos contiene
componentes u, v y w a lo largo de la pendiente de planeo de 3º y las trayectorias de ascenso inicial
derivadas de los datos de accidentes, aunque algunos explotadores utilizan modelos tridimensionales de
una microrráfaga. La instrucción de pilotos es una parte importante de la ayuda para la instrucción sobre
5-28 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
cizalladura del viento de la FAA, que contiene un volumen de datos pertinentes, entre otras cosas, incluida
una serie de perfiles de viento de cizalladura del viento recomendados. (Véase el Capítulo 6 respecto a la
instrucción de pilotos.)
GENERALIDADES
5.2.1 En los aeródromos afectados por cizalladura del viento, pero que carecen de equipo
operacional para observarla o detectarla y medirla (véase 5.1), es muy difícil pronosticar la cizalladura del
viento. Por lo general, el único método viable consiste en tratar de pronosticar la aparición de fenómenos
MET que se sabe que producen cizalladura del viento, en la inteligencia de que en realidad puede o no
producirse una cizalladura del viento significativa y que incluso si se produce no puede predecirse su
intensidad. Esta dificultad significa también que se carece de estadísticas climatológicas detalladas sobre
frecuencia, distribución e intensidad de la cizalladura del viento a poca altura en las cercanías de los
aeródromos.
5.2.2 Los esfuerzos de investigación concentrados se desplegaron durante estos últimos años y los
progresos más notables se han realizado en dos frentes. El primero es la utilización creciente del radar
Doppler para investigaciones en la esfera de la estructura y dinámica de las tormentas y de las cizalladuras
del viento que ocasionan y el segundo es la acumulación regular de datos para una base de datos a escala
mundial sobre cizalladura del viento encontrada durante el aterrizaje y el despegue, obtenidos de los
sistemas de a bordo de registro de datos (AIDS) con que están equipados los grandes aviones de reacción
de transporte (véase 3.7). Estos esfuerzos permiten comprender mejor la cizalladura del viento y,
especialmente, concentrar la atención en los tipos específicos de cizalladura del viento que parecen ser los
más peligrosos para las aeronaves.
5.2.3 Mientras tanto, la mayoría de los aeródromos deben recurrir a diversas “reglas empíricas” de
predicción que han sido elaboradas basándose en la teoría de los fenómenos MET y en los amplios
conocimientos del área en cuestión. Un ejemplo de ello es la serie de reglas empleadas por la oficina MET
del Reino Unido durante los ensayos de predicción de cizalladura del viento efectuados en 1977. Las
actuales reglas resultantes de dichos ensayos, utilizadas operacionalmente desde 1985, figuran en el
Apéndice 8. Un conjunto semejante de reglas, modificadas en la medida necesaria para hacer frente a
situaciones diferentes, se emplean actualmente por el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados
Unidos.49
5.2.4 Un pronóstico meteorológico para determinada área tiene normalmente información sobre los
fenómenos previstos que se clasifican bajo tres títulos principales: “tipo”, “hora” e “intensidad”, es decir,
cuáles son los fenómenos que se prevén, a qué hora deben producirse y cuál será su duración, así como
su intensidad. La cuestión de la intensidad es de importancia crítica para pronósticos de cizalladura del
viento. Un simple pronóstico o informe de cizalladura del viento en la trayectoria de aproximación en un
momento dado alerta a los pilotos que realizan la aproximación y, desde este punto de vista únicamente,
les proporciona información útil. En realidad lo que el piloto necesita conocer es la intensidad de la
cizalladura del viento para evaluar su probable efecto en la aeronave. Habida cuenta de la importancia que
tiene la intensidad de la cizalladura del viento, deberían examinarse los numerosos problemas que plantea
la clasificación de la cizalladura del viento desde el punto de vista de su intensidad.
5.2.5 En el Capítulo 2 se analizan varios métodos de cálculo de la cizalladura del viento, así como las
distintas unidades actualmente utilizadas. Tradicionalmente, la cizalladura del viento, considerada como la
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-29
diferencia vectorial entre dos vientos en distintos puntos en el espacio, ha sido habitualmente calculada en
unidades de velocidad por una distancia dada, por ejemplo, en kt por 100 ft o m/s por 30 m. A primera vista,
parece que la clasificación de la intensidad de la cizalladura del viento en determinado número de clases,
definidas por valores obtenidos empíricamente en kt/100 ft o m/s por 30 m, no ofrecería ningún problema.
Este fue el método que se siguió en la quinta Conferencia de navegación aérea (Montreal, 1967), durante la
cual se recomendaron los criterios provisionales sobre intensidad de la cizalladura del viento que figuran en
la Tabla 5-4. En esta tabla inicial, las intensidades de cizalladura del viento se dividieron en cuatro clases
que variaban entre ligera y muy fuerte, expresándose sus valores en kt por 30 m; se agregaron
ulteriormente criterios cualitativos determinados con arreglo al efecto probable de cada clase de cizalladura
en los mandos del avión.
5.2.6 En esa época, se estimaba que el peligro principal de la cizalladura del viento se relacionaba
con los frentes, incluidos los frentes de ráfagas procedentes de tormentas y los perfiles de vientos extremos
en la proximidad del suelo que podían visualizarse fácilmente en forma de gradientes de la velocidad del
viento. Sin embargo, ha resultado luego evidente que este método relativamente simple de clasificación de
la intensidad de la cizalladura del viento no es del todo satisfactorio por los motivos siguientes:
a) la misma intensidad de cizalladura del viento, con arreglo a la clasificación de la Tabla 5-4,
puede afectar de manera distinta a cada tipo de aeronave; lo que podría considerarse
como cizalladura muy fuerte para un tipo de aeronave sólo se considera como cizalladura
moderada para otro tipo. Esto es especialmente cierto en el caso de aeronaves
pertenecientes a categorías de masa muy diferentes;
b) el efecto que la cizalladura del viento tiene en una aeronave depende, entre otras cosas,
de la velocidad a la cual ésta pasa a través del fenómeno y la distancia que cubre la
cizalladura del viento, por consiguiente, del tiempo en que la aeronave está expuesta a
esta última;
d) la cizalladura del viento más peligrosa es la que acompaña las tormentas, o sea,
microdescendentes en las que las tres componentes del viento varían todas al mismo
tiempo; y
5.2.7 El hecho de que haya un número de problemas no resueltos, relacionados con los criterios
provisionales aplicables a la intensidad de la cizalladura del viento ha tenido dos efectos principales.
Primero, no es posible ahora utilizar los calificativos “ligera”, “moderada”, “fuerte” y “muy fuerte” en relación
con la cizalladura del viento en las disposiciones referentes a la cizalladura del viento que figuran en el
5-30 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Anexo 3 — Servicio meteorológico para la navegación aérea internacional (Capítulos 4, 5 y 7). Por
consiguiente, en las disposiciones del Anexo 3 se exigen informes de observación, pronósticos y avisos de
cizalladura del viento sin especificación de la intensidad. No obstante, se reconoce en el Anexo 3,
Apéndice 6, 6.2.4, Nota 2, que “los pilotos, al notificar la cizalladura del viento, la caractericen utilizando
expresiones tales como ‘moderada’, ‘fuerte’ o ‘muy fuerte’, que se basan, en gran medida, en una
apreciación subjetiva de la intensidad de la cizalladura del viento con que se han enfrentado.” Segundo, a
pesar de que se formularon varias propuestas para mejorar los criterios provisionales, la tendencia parece
consistir en eludir la cuestión basando los futuros sistemas de aviso (de a bordo o terrestres) en el cálculo
de la reacción aerodinámica prevista de cada tipo de aeronave a modelos normalizados de cizalladura del
viento en simulador (véanse 5.2.8 a.14 para más detalles).
5.2.8 Una propuesta destinada a mejorar los criterios sobre intensidad de la cizalladura del viento fue
presentada por Woodfield y Woods en su análisis de los datos sobre cizalladura del viento basados en más
de 9 000 aterrizajes efectuados por aeronaves B747de BA50. Su propuesta se basa en el hecho de que, en
la práctica, son dos los factores principales de cizalladura del viento que afectarán a las aeronaves.
El primero es el ritmo de variación de la velocidad del viento en la cizalladura en comparación con la
aceleración que puede alcanzar la aeronave recurriendo al margen de empuje sobrante disponible
[normalmente 6 km/h por s (3 kt/s) en el caso de las grandes aeronaves de reacción de transporte en la
configuración de aproximación]. El segundo factor es la magnitud total de la variación de la velocidad del
viento comparada con el margen de velocidad por encima de la velocidad de pérdida [característicamente
20% de VRef o unos 50 a 60 km/h (25 a 30 kt) para las grandes aeronaves de reacción de transporte]. En
general, la cizalladura del viento sólo constituirá un problema si el ritmo de variación de la velocidad del
viento y la magnitud de la cizalladura son importantes. Se puede ilustrar esta situación examinando dos
casos extremos: en el primero, una aeronave puede hacer frente incluso a una variación de la velocidad del
viento de 200 km/h (100 kt) si el ritmo de variación es sólo de 0,2 km/h por s (0,1 kt/s); análogamente, en el
otro caso, si la variación de la velocidad del viento es solamente de 10 km/h (5 kt), el ritmo de variación
puede llegar hasta 20 km/h por s (10 kt/s) sin que ello suponga problema alguno.
5.2.9 Además, el examen de la reacción de las aeronaves parece indicar que cuando el ritmo de
variación de la velocidad del viento es superior a la aceleración disponible a pleno empuje, entonces la
magnitud de la variación de la velocidad del viento prevalece sobre la capacidad de maniobra de la
aeronave. En cambio, cuando sea reducido el ritmo de variación de la velocidad del viento, la magnitud de
las variaciones no tendrá ninguna importancia. Basándose en ello, los investigadores indican que el ritmo
de variación del viento de frente y la relación entre la variación total del viento de frente y la velocidad de
aproximación normal de la aeronave podrían considerarse como los factores principales para determinar los
criterios de intensidad. Los investigadores proponen que el factor “I” de intensidad de la cizalladura del
viento se determine con arreglo a la fórmula siguiente:
2 3
dV ⎛ ∆V ⎞ 1 ∆V
I= ⋅⎜ ⎟⎟ =
dt ⎜V V 1
⎝ app ⎠ app R 3
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-31
donde
dV
= ritmo de variación de la velocidad del viento,
dt
∆V = variación total de la velocidad del viento,
R = longitud de la rampa [distancia (en m) sobre la cual se produce la variación de la
velocidad del viento o tiempo de exposición (en s), si se conoce la velocidad relativa],
Vapp = velocidad de aproximación normal.
∆V
El parámetro principal es o la cizalladura del viento “normalizada”. La forma propuesta de los límites
1
R 3
de intensidad se ilustran en la Figura 5-7.50 Los investigadores recomiendan que estos criterios de
intensidad sean objeto de pruebas en simuladores de vuelo apropiados.
5.2.10 Swolinsky51 propone una solución diferente para el problema de la intensidad de cizalladura del
viento, señalando que en el factor de intensidad propuesto por Woodfield y Woods50 no se tienen en cuenta
los cambios en la componente vertical del viento (véase 5.2.9). La propuesta de Swolinsky se basa en
consideraciones de energía (potencial y cinética) para la aproximación y el aterrizaje y se denomina “error
de altura por energía” (∆HE), como sigue:
∆HE =
(V 2
− V 2 Ref ) + H −H
Ref
2g
donde V, VRef son la velocidad a la altura H y la velocidad de referencia para la aproximación a la altura de
referencia HRef, respectivamente.
5.2.11 En 5.1.48 y en el Apéndice 5 se describe la derivación del factor F y su creciente utilidad para
definir el peligro de la cizalladura del viento para los sistemas de a bordo de aviso de cizalladura del viento
y los simuladores de vuelo.
Escala de
intensidad 2,5
2
0,5 s
1,5 m/
1,0
0,4
Muy fuerte
0,3
0,5
( VV)
Fuerte 0,20
0,2 Moderado
0,25
0,10
0,1
Ligero
0 10 20 30 40 50
“Muy fuerte.— Cizalladura del viento de tal intensidad y duración que, si se produjera, superaría la
capacidad de actuación de determinado tipo de aeronave y ocasionaría pérdida imprevista de control o
contacto con el suelo si el piloto no dispusiera de información procedente de un sistema de alerta y de
guía instalado a bordo en caso de cizalladura del viento que corresponda a los criterios enunciados en el
párrafo 4 b).”
“Sistema de a bordo de alerta de cizalladura del viento y de guía de vuelo. Dispositivo o sistema que
detecta la presencia de fenómenos de cizalladura del viento muy fuerte y proporciona al piloto,
oportunamente, alerta y guía de vuelo en las condiciones siguientes:
2) despegue y ascenso para permitir que el piloto utilice, en los tramos de ascenso inicial o
en los tramos de ascenso después del despegue, la capacidad máxima de actuación de
que dispone la aeronave sin pérdida inesperada de control y sin contacto con el suelo,
quedando aún un excedente de energía.”
En el texto anterior se suponía que existía otra clase de intensidad de cizalladura del viento, además de la
cizalladura “muy fuerte” de tal intensidad que no puede atravesarse con seguridad incluso utilizando
sistemas de a bordo de detección. En esa época, la circular de asesoramiento se aplicaba a los sistemas
de aviso de cizalladura del viento de tipo “reactivo”.
5.2.13 Aunque no constituye estrictamente una medición de la intensidad de la cizalladura del viento
per se, como se analizó en 5.1.48, el factor F resultó un índice de intensidad de la cizalladura del viento
muy útil en el estado de energía cambiante de una aeronave debido a cizalladura del viento. Este índice
depende de las situaciones y se utiliza principalmente para certificar sistemas de a bordo de aviso de
cizalladura del viento y, por ende, en los algoritmos del sistema que determinan la situación de alerta y en
los simuladores de vuelo. Sin embargo, puesto que el factor F depende en una medida relativamente
limitada de la velocidad relativa en estas situaciones, se seleccionan velocidades relativas nominales para
el aterrizaje y el despegue, por ejemplo de 240, 300 y 400 km/h (120, 150 y 200 kt), lo que abarca en
general las velocidades relativas características para el aterrizaje y el despegue de la mayoría de las
aeronaves de reacción de transporte. De manera general, parece que la aplicación del factor F sea
probablemente la más apropiada para el equipo automatizado, tales como los sistemas de a bordo de aviso
de cizalladura del viento y los simuladores de vuelo. De otro modo, en los avisos (especialmente los que se
deriven manualmente), la “intensidad” de la cizalladura del viento seguirá expresándose en una pérdida o
ganancia de velocidad relativa (kt) sobre una distancia de escala apropiada, como 1 km, y, en el caso de
componentes verticales fuertes, sencillamente como “microrráfagas”.
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-33
5.2.14 Cuando se llegó a desarrollar sistemas frontales de a bordo de aviso de cizalladura del viento,
la FAA publicó en 1990 una Technical Standing Order (TSO) C117 — Airborne Wind Shear Warning and
Escape Guidance Systems for Transport Airplanes.53 En la TSO se modificó ligeramente la definición de
cizalladura del viento “muy fuerte” para fines de certificación, del modo siguiente:
“Cizalladura del viento muy fuerte. Cizalladura del viento de tal intensidad y duración que superaría la
capacidad de actuación de determinado tipo de aeronave y podría causar pérdida imprevista de control
o contacto con el suelo si el piloto no dispusiera de información procedente de un sistema de a bordo de
aviso de cizalladura del viento y orientación para la evasión que satisfaga los criterios de la presente
TSO.”
Como se indicó en 5.1.53, muchos de los criterios de certificación ya se utilizan con éxito para sistemas de
tipo reactivo que podrían utilizarse para sistemas frontales. Sin embargo, ya en 1990 Bowles había
propuesto el factor F y, a partir de ese momento, este factor definió la intensidad de la cizalladura del
viento detectada por los sistemas de tipo reactivo o frontales, según lo descrito en 5.1.48 y 5.1.49,
respectivamente.
5.2.15 Desde el punto de vista de los pronósticos, la cizalladura del viento a poca altura puede
fácilmente clasificarse en dos tipos, transitoria o no transitoria. Hasta cierto punto, esta distinción es artificial
y de ningún modo absoluta, ya que la mayoría de las cizalladuras del viento pueden reconocerse como
pertenecientes más a un tipo que a otro (véase la Tabla 5-5). La cizalladura del viento del tipo no transitoria
que puede relacionarse, por ejemplo, con apreciables inversiones de la temperatura a poca altura, ondas
orográficas o corrientes de aire en torno a obstáculos, tiende a afectar a determinada área y persistir
durante períodos relativamente largos (medidos en horas). Actualmente este tipo de fenómeno se está
pronosticando a los fines de las operaciones por varios Estados, con resultados relativamente satisfactorios.
Por otro lado, la cizalladura del viento de tipo transitorio que puede acompañar a las nubes de convección y
especialmente a las tormentas, suele ser de corta duración (medida en minutos), de reducida escala, rápido
movimiento y muy intensa, por lo que es sumamente difícil pronosticarla. Desafortunadamente, por diversos
motivos, el tipo transitorio de cizalladura del viento a poca altura, especialmente cuando este fenómeno se
relaciona con tormentas, es con mucho el más peligroso para la aviación.
De origen convectivo (incluidos frentes de ráfagas, ráfagas Superficies frontales de masas de aire
descendentes, microdescendentes y tornados) (principalmente)
Ondas gravitatorias (principalmente) Superficies frontales de brisa de mar (principalmente)
Ondas orográficas
Obstáculos a la corriente del viento dominante
Corrientes en chorro a poca altura
5.2.17 Los métodos de identificación de la ubicación, evolución y movimientos de las masas de aire
son muy bien conocidos para que sea necesario repetirlos. En el pasado, estos métodos se basaron en el
análisis sinóptico detallado de las observaciones de superficie y en altura. En los últimos 20 años, el
análisis sinóptico se ha incrementado considerablemente mediante la utilización de información
proporcionada por los satélites meteorológicos en órbita polar y, especialmente en los últimos cinco años,
por los satélites meteorológicos geoestacionarios. Los principales proporcionan información pertinente a un
determinado lugar, cada seis horas mientras que los segundos realizan observaciones casi continuas. Los
satélites geoestacionarios (GOES), además de proporcionar imágenes de las nubes cada 30 minutos,
facilitan también en tiempo real imágenes multiespectrales de la distribución de la temperatura y del vapor
de agua en la atmósfera y, aproximadamente cada hora, perfiles verticales de la temperatura y de la
humedad. El acceso a este manantial de datos permite efectuar análisis muy precisos de los frentes de
gran amplitud. A estos métodos se agrega a la escala local la utilización de radares para la vigilancia de la
evolución, intensidad y movimiento de las áreas de precipitación (de origen convectivo y no convectivo) que
acompañan a los frentes.
5.2.18 Una vez que el frente ha sido localizado y que, mediante la información de sus posiciones
sucesivas, han sido calculadas su velocidad y la dirección de su movimiento en relación con el aeródromo
de que se trate, la etapa siguiente consiste en determinar la pendiente del frente en la región que ofrece
interés especial para la aviación, es decir, a menos de 500 m (1 600 ft) AGL. El método más sencillo para
ello consiste en determinar la ubicación del frente en el mapa de superficie en un momento determinado y,
basándose en los datos de radiosonda viento o satélite, determinar al mismo tiempo la altura por encima del
suelo de la superficie frontal por delante de un frente caliente de superficie o por detrás de un frente frío de
superficie. Tal vez sea necesario efectuar un análisis más detallado utilizando cortes verticales
(especialmente isentrópicos e ) de la superficie frontal. En el pasado, estos análisis exigían demasiado
trabajo, pero recientemente es posible efectuarlos sirviéndose de computadoras de manera relativamente
fácil. Dadas la velocidad de movimiento y la pendiente, se puede tener una idea del tiempo que transcurrirá
para que la cizalladura a lo largo de la superficie frontal atraviese y sobrepase las cercanías de un
aeródromo, especialmente los corredores de aproximación y ascenso. En la Figura 5-849 se presenta un
ejemplo de nomogramas simples, pero eficaces que pueden ser de ayuda a este respecto. Sólo se ilustran
dos velocidades características y una selección de pendientes típicas para cada frente, si bien es muy
sencillo obtener información respecto a otras velocidades y pendientes por comparación e interpolación,
respectivamente.
5.2.19 Se plantea la cuestión de si todos los frentes deben considerarse con el mismo grado de
minuciosidad o si existen criterios para determinar los frentes que podrían contener cizalladura del viento a
poca altura (es decir, de origen no convectivo) que pueden ser de importancia para la aviación. La
cizalladura a lo largo de la superficie frontal es proporcional a la intensidad del frente que, a su vez, es
e. Este análisis de cortes verticales fue tratado detalladamente por Saucier en Principles of Meteorological Analysis, 1955.
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-35
proporcional al gradiente de temperatura a lo largo del frente. Se propuso y utilizó con éxito a este respecto
un gradiente de temperatura crítico de 5ºC por 90 km (50 NM).49 La experiencia adquirida en el análisis de
centenares de frentes en determinado aeródromo permitiría perfeccionar estos criterios. La diferencia
vectorial entre los vientos a lo largo del frente y la velocidad de un movimiento de este último pueden
también indicar la presencia de una importante cizalladura del viento en la superficie frontal. A este respecto,
se propuso fijar en 40 km/h por 90 km (20 kt por 50 NM) la magnitud de la diferencia vectorial del viento;
normalmente se proporcionan al pronosticador simples monogramas para ayudarle a calcular directamente
la magnitud de la diferencia vectorial entre dos vientos aplicando la relación examinada en la Figura 2-2 c),
o sea, a = b 2 + c 2 − 2bc cos A . Análogamente, en los frentes que se mueven a velocidades de 30 kt o más,
suele estar presente cizalladura del viento significativa. Deben tenerse en cuenta dos aspectos respecto a
los criterios basados en la velocidad del movimiento frontal. Mientras los frentes que avanzan a velocidades
de 30 kt o más (suele tratarse de frentes fríos de pendiente escarpada) tienden a generar cizalladuras del
viento frontal apreciables, el hecho de que los frentes avancen tan rápidamente significa que cualquier
efecto de cizalladura del viento por debajo de 500 m (1 600 ft) es probable que sólo afecte al aeródromo
durante un corto período. Esto significa, quizás algo paradójicamente, que los frentes que avanzan más
lentamente, incluidos los frentes calientes, aun cuando presenten condiciones de cizalladura del viento
frontal (de origen no convectivo) menos notables, al moverse muy lentamente o incluso al permanecer casi
estacionarios, pueden tener, en términos generales, un efecto más apreciable en las operaciones de las
aeronaves (p. ej., numerosas aproximaciones frustradas) que los frentes fríos intensos que avanzan
rápidamente.
5.2.20 Puede efectuarse una estimación cuantitativa de la cizalladura del viento a lo largo de la
superficie frontal analizando los campos de viento y sus perfiles en las cercanías del frente. En el caso poco
probable de que una estación radiovientosonda/globo piloto esté situada en un emplazamiento apropiado
en relación con la superficie total, la cizalladura del viento puede calcularse directamente como se indica en
el Capítulo 2, habida cuenta de las deficiencias inevitables de este método. De otro modo, o además, deben
analizarse los campos de viento en las cercanías del frente. A este respecto, se observó que el viento
geostrófico medido en el sector caliente da una buena estimación de la velocidad y dirección del viento
inmediatamente por encima de las superficies del frente frío y del frente caliente por debajo de 500 m
(1 600 ft) (lo que proporciona una estimación del viento “en altitud” a los fines de cálculo de la cizalladura
para frentes fríos y calientes). Por delante del frente frío, en la masa de aire “frío”, los vientos medios en la
superficie son suficientemente representativos del viento por debajo de la superficie frontal (lo que da una
estimación del viento “en las capas bajas” para calcular la cizalladura en el caso de un frente caliente). En
un frente frío, el viento geostrófico en la masa de aire frío por detrás del frente es más representativo del
viento existente por debajo de la superficie frontal que los vientos en la superficie (lo que proporciona una
estimación del viento “en las capas bajas” para calcular la cizalladura de un frente frío). Todos los vectores
viento “en altitud” y “en las capas bajas” anteriormente indicados, que han sido utilizados para calcular la
cizalladura frontal, deberían reducirse a componentes paralelas y normales a la orientación de la pista que
sea la más probablemente afectada, o bien debería reducirse del mismo modo la diferencia vectorial final
obtenida49 (véase 5.1.10). De este modo, la magnitud de la cizalladura se relaciona directamente con los
cambios del viento de frente o de cola (velocidad relativa) y con los cambios del viento de costado (ángulo
de deriva) que podrían afectar a las aeronaves que utilicen dicha pista.
5.2.22 Según lo expuesto en 3.4.2, aun cuando la brisa de mar implica el desplazamiento del aire
caliente o del aire frío, la pendiente de la superficie frontal y los gradientes de temperatura se parecen más
5-36 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
a los de un frente caliente poco profundo que a los de un frente frío (prácticamente un frente caliente
moviéndose hacia atrás). En vista de ello, los métodos y criterios de análisis de la cizalladura del viento que
acompaña los frentes calientes, expuestos en 5.2.19, pueden aplicarse para analizar los frentes de brisa de
mar. Sin embargo, existen varias consideraciones adicionales: principalmente, que la brisa de mar no se
produce constantemente por advección en el conjunto del mapa sinóptico, como ocurre con los frentes de
masa de aire, y su formación debe pronosticarse cada 24 horas. La formación de la brisa de mar no ocurre
de manera sistemática y está sometida, en gran medida, a la situación sinóptica general, así como a
influencias locales sutiles (p. ej., la topografía). Por consiguiente, deben tenerse en cuenta variables tales
como si el frente se formará efectivamente y, en caso afirmativo, en qué momento, a qué distancia
penetrará tierra adentro y cuál será la densidad de la masa de aire procedente de un mar o lago. Una vez
que se haya formado el frente de brisa de mar, pueden aplicarse los procedimientos descritos respecto al
análisis de un frente caliente. La disponibilidad de información detallada sobre el perfil vertical del viento, la
temperatura y la humedad a lo largo del frente de brisa de mar constituye un elemento crítico para
pronosticar la cizalladura del viento correspondiente. Esto, a su vez, depende de la disponibilidad de datos
representativos de las cercanías proporcionados por una radiovientosonda/globo piloto/SODAR. Además,
con objeto de pronosticar con precisión los efectos de la brisa de mar, nada puede reemplazar los
conocimientos y la experiencia de las condiciones locales que posea el pronosticador.
5.2.23 En la Figura 5-9 se indica un ejemplo particularmente elocuente de un caso real de un frente de
brisa de mar cerca de Boston.3,12 Al efectuar una estimación de la cizalladura del viento a lo largo de la
superficie frontal en este caso, el viento en superficie en Providence (PVD) se considera como
característico del aire caliente por encima de la superficie frontal, aunque hubiese sido preferible utilizar el
viento de la cizalladura, lo cual quizá hubiese dado un viento ligeramente más fuerte que el de 30 kt en la
superficie. El viento en la superficie en Boston (BOS) se considera como característico del viento por debajo
de la superficie frontal. La magnitud de la diferencia vectorial (cizalladura del viento) entre los dos es por lo
menos de 40 kt. Las temperaturas de superficie (en grados Fahrenheit) se inscriben también a lo largo del
círculo de la estación en la Figura 5-9. Aparte de la cizalladura en la velocidad del viento por encima de la
superficie, el cambio repentino en la dirección del viento en la superficie al paso del frente podría también
ser muy importante en un aeródromo. Si bien es evidente que este fenómeno tiene suma importancia para
los aeródromos costeros, debería observarse que los intensos frentes de brisa marina pueden penetrar
hasta 50 km tierra adentro cuando concurran condiciones apropiadas.
5.2.24 Aunque la cizalladura del viento ocasionada por particularidades del terreno es notoria por sus
variaciones de intensidad y, por consiguiente, suele ir acompañada de CAT, desde el punto de vista de la
predicción, es mejor considerarla como no transitoria porque, en determinadas condiciones meteorológicas
favorables, este tipo de cizalladura del viento tiende a formarse en determinados lugares en relación con
obstáculos y permanecer allí mientras persistan dichas condiciones MET particulares (véase 3.2). Para
pronosticar este tipo de cizalladura del viento, además de las predicciones sinópticas generales del viento
en el área considerada, es preciso tener un conocimiento a fondo de la topografía local y su efecto en los
vientos dominantes. La mejor manera de determinar si un aeropuerto está expuesto a cizalladura del viento
ocasionada por el terreno o los edificios consiste en aplicar las técnicas siguientes:
Distancia (NM)
60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0
800 800
600 600
500 500
Altura (m)
Altura (m)
400 400
300 300
200 200
100 100
0 0
30 kt 120 110 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0
15 kt 240 220 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0
Duración (minutos)
a) Frente frío
Distancia (NM)
0 15 30 45 60 75 90 105 120
800 800
700 700
600 600
500 500
Altura (m)
Altura (m)
1/100 1/150 1/200 1/250 1/300 1/350 1/400 1/450 1/500
400 400
300 300
200 200
100 100
0 0
15 kt 0 60 120 180 240 300 360 420 480
7.5 kt 0 120 240 360 480 600 720 840 960
Duración (minutos)
b) Frente caliente
d) petición de informes de observación del viento a poca altura y de cizalladura del viento o
CAT a los pilotos que lleguen al aeródromo y comparación de estos informes de
observación con las condiciones locales a la misma hora;
e) consultas con los controladores de la torre, quienes deben prestar detenida atención a las
variaciones caprichosas del viento en la superficie mediante observación de las
presentaciones de los anemómetros y de los conos indicadores del viento, etc.; y
f) en casos especiales en que lo justifique el costo f (p. ej., Peñón de Gibraltar), pueden
efectuarse ensayos hidrodinámicos en modelos a escala o simulaciones con
computadoras.
5.2.25 Los datos climatológicos y los datos de los ensayos sobre el terreno pueden analizarse de
diversas maneras, desde el análisis periódico de la frecuencia de los vientos hasta el complejo análisis
espectral. Uno de los métodos que permite obtener buenos resultados relativamente rápidos consiste en
calcular los factores medios de las ráfagas respecto a cada anemómetro instalado (ya se trate de
instalaciones permanentes o temporales para ensayos sobre el terreno). El método más simple consiste en
calcular la desviación media y la desviación característica de la relación entre la velocidad de la ráfaga y la
velocidad media, mensual o anualmente. En la Figura 5-10 se indica un ejemplo de este tipo de análisis
(anual) efectuado en el aeropuerto internacional de las Seychelles.56 En este ejemplo, aparece claramente
que los vientos del sudoeste son realmente muy rafagosos. Esto coincide con el hecho de que es elevado
el terreno que se encuentra relativamente próximo al lado oeste del emplazamiento del anemómetro.
5.2.26 Una vez que se conozcan la naturaleza, persistencia y, cuando sea posible, intensidad media
de la cizalladura del viento ocasionada por el relieve del terreno o por los edificios próximos a un aeródromo
y se hayan determinado las condiciones MET particulares necesarias y suficientes para su formación,
puede elaborarse una serie de reglas empíricas de pronóstico aplicables concretamente a cada aeródromo,
destinadas a ayudar a los pronosticadores. Debería también incluirse en la publicación de información
aeronáutica (AIP) del Estado un breve resumen de las características de esta cizalladura del viento no
transitoria que ocurre en determinados aeródromos.
5.2.27 La cizalladura del viento relacionada con ondas orográficas es un caso particular de corriente
de aire en torno o por encima de obstáculos (véanse los detalles en 3.2.8 a 3.2.10). En general, esto sólo
afecta a los aeródromos situados a sotavento de elevadas y largas cordilleras orientadas a través de los
vientos dominantes (p. ej., las Rocosas en el Canadá y los Estados Unidos). Las ondas orográficas suelen
formarse normalmente en niveles superiores a 500 m (1 600 ft) a manera de trenes de ondas estacionarias
de amplitud decreciente que fluyen hacia sotavento desde la línea de crestas o de determinadas cimas
montañosas. Sin embargo, existen circunstancias en que la amplitud del tren de ondas es lo suficiente-
mente grande como para influir en la corriente del viento por debajo de 500 m (1 600 ft). En estos casos,
el viento que desciende por la ladera en el lado de sotavento de la cordillera forma parte de la primera onda
y, por consiguiente, tiene mayor amplitud y refuerza el efecto usual del viento Foehn (véase 3.2.10).
f. Si bien estos experimentos son normalmente onerosos, no es siempre así; véase, por ejemplo, en la referencia 22 el análisis de
las corrientes de aire en Chipre.
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-39
NM
M
80 N 58° del viento
40
87°
Fr e mar
80° en
te te de brisa d
d eb Fren Aire del mar
BDL r is a
PVD
de m
ar BOS
° 350° 020° 050° 080° 110° 140° 170° 200° 230° 260° 290° 320°
VRBL
kt 010° 040° 070° 100° 130° 160° 190° 220° 250° 280° 310° 340°
1
a 0
3 1,8 1,90 0
2,0
4
a 1,72 1,70 1,74 1,71 1,95 1,92 2,00 2,17 2,08 1,83 1,95 1,86 2,15
6
7
a 1,51 1,61 1,73 1,60 1,63 1,82 2,01 2,08 2,04 1,83 1,78 1,59 2,01
10
11
a 1,46 1,70 1,88 1,53 1,59 1,74 1,96 1,82 1,77 1,82 1,68 1,49 0
16
17
a 1,63 1,43 0 1,76 1,73 1,76 0 1,71 1,78 1,62 1,52 0
21
22
a 0 0 0 0 0 1,64 0 0 1,66 1,76 0 0 0
27
28
a 0 0 0 0 0 0 0 0 1,61 1,52 0 0 0
33
34
a 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
40
41
a 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
47
Esto puede dar lugar a la irrupción repentina de vientos en la superficie que son muy fuertes, rafagosos
y apreciablemente calientes y secos. En casos extremos, se han observado velocidades superiores a
200 km/h (100 kt). La presencia de una inversión acentuada de la temperatura a nivel del suelo puede
impedir que este viento llegue realmente a la superficie, con lo que se produce una zona de cizalladura
en la cima de la capa de inversión. En casos extremos, la amplitud de las ondas puede bastar para que se
formen corrientes de remolinos por separado y muy turbulentas, con o sin las correspondientes nubes de
remolinos, en la primera cresta de ondas y posiblemente las siguientes. En ciertos casos, dichas corrientes
de remolinos se han extendido hasta el nivel del suelo e invertido la dirección habitual del viento en la
superficie (véanse las Figuras 3-4 y 5-11). Las intensas corrientes de remolinos pueden contener corrientes
descendentes o ascendentes que lleguen hasta 25 m/s (5 000 ft/min).57
5.2.28 Pueden pronosticarse los vientos Foehn que descienden por la ladera y las ondas orográficas
de tipo normal, aunque a menudo resulta difícil pronosticar cuantitativamente la velocidad real de los
vientos y la cizalladura del viento.58,59 La presencia de nubes lenticulares y de nubes de remolinos es un
indicio inconfundible de la presencia de ondas orográficas. Por lo que se refiere a los pronósticos, debe
prepararse una serie de reglas empíricas para cada lugar, que contendrán normalmente criterios basados
en lo siguiente:
a) la velocidad crítica del viento en la cresta de las montañas (probablemente superior a
15 kt), aumentando la velocidad del viento con la altura;
b) una capa contra el viento estable o una inversión por debajo del nivel de 600 hPa y
preferiblemente intercalada entre dos capas menos estables;
c) vientos flojos en la capa estable;
d) la eliminación de la humedad en la ladera a barlovento de la cordillera, en forma de
precipitación; y
e) la diferencia de presión reducida al nivel medio del mar a lo largo de la cordillera.
Remolino
Borrasca
descendente
Oeste Este
Divisoria Boulder Fuertes vientos del oeste
continental
40 km 10 km
Un monograma simple pero eficaz para pronosticar el desarrollo y la intensidad de ondas orográficas se
basa en dos de estos factores: diferencia de presión reducida al nivel medio del mar a lo largo de la
cordillera y velocidad normal del viento en la cordillera.60,61 En el caso de cordilleras orientadas de norte a
sur, el paso de un frente frío puede desencadenar fuertes ondas orográficas.
5.2.29 En la mayoría de las circunstancias, los pronósticos de cizalladura del viento asociada con
ondas orográficas daría lugar a mensajes SIGMET o AIRMET, o los dos. En el Anexo 3, Capítulo 7, se
indican los requisitos para expedir tales mensajes. A este respecto, en el Anexo 3, Apéndice 6 —
Especificaciones técnicas relativas a información SIGMET y AIRMET, avisos de aeródromo y avisos de
cizalladura del viento, 4.2.8, se define también la intensidad de las ondas orográficas como se indica a
continuación:
a) fuertes, cuando se observa o se pronostica una corriente descendente adjunta de 3,0 m/s
(600 ft/min) o más o si se observa o pronostica turbulencia fuerte; y
5.2.30 Este tipo de corriente de viento es de especial interés para los aeródromos situados en un valle.
Entre las condiciones MET propicias para su formación figuran noches claras y calmas bajo los efectos de
un anticiclón (véase 3.2.7). La irrupción y la fuerza del viento catabático local puede normalmente
pronosticarse con relativa precisión basándose en reglas empíricas establecidas para cada lugar. Aparte de
su evidente importancia para el pronóstico de los cambios del viento en la superficie en el aeródromo, el
propio viento catabático no constituye de por sí ningún problema en la mayoría de los aeródromos, salvo en
casos extremos. En estos casos, tales como en áreas en que las mesetas del interior se encuentran
situadas cerca de regiones costeras, y especialmente en invierno en fuertes condiciones anticiclónicas, el
aire por encima de la costa es apreciablemente más caliente que el aire intensamente frío por encima de la
meseta. Si el gradiente de presión está dispuesto de modo que fuerza al aire frío a descender a lo largo de
las laderas de la meseta, los vientos fríos rafagosos muy fuertes y de velocidades cada vez mayores soplan
por la planicie costera y hacia el mar, alcanzando a veces velocidades superiores a 200 km/h (100 kt) (p. ej.,
el “Bora” del Adriático).
5.2.31 Sólo es probable que se produzca cizalladura del viento local significativa por encima del nivel
del suelo, debida a los vientos catabáticos normales que descienden por la ladera, si la inversión en la
superficie que se forma durante la noche es lo suficientemente fuerte para impedir la mezcla en los niveles
inferiores de la atmósfera.62 En estas condiciones se forma un “pantano estancado” de aire frío en el fondo
del valle, que finalmente impide al viento descendente por la ladera subsiguiente que llegue hasta la
superficie, lo que le hace deslizarse a lo largo de la cima de la inducción. Esto da lugar a una situación en
que el viento en la superficie está mayormente en calma o sopla ligeramente, con una zona de cizalladura
en la cima de la inversión [habitualmente entre 75 m (250 ft) y 150 m (500 ft) AGL].63 Después de la salida
del sol, la inversión se eleva y debilita y la zona de cizalladura también se eleva. Los vientos por encima de
la inversión aumentan frecuentemente después de la salida del sol, lo que da por resultado que, a medida
que se eleva la zona de la cizalladura del viento, éste puede también intensificarse poco después del
amanecer. Puede obtenerse una estimación de la cizalladura del viento de la diferencia vectorial entre los
vientos en la cresta y el viento en la superficie en el fondo del valle. Todo valor superior a 5 kt/30 m es
probable que tenga efectos significativos en las operaciones de las aeronaves.
5-42 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
5.2.32 Se utiliza la expresión “corriente en chorro a poca altura” para describir este fenómeno, puesto
que se origina en la forma de una banda larga y estrecha de vientos fuertes cuyas líneas de corrientes y
las isotacas se parecen a las de las corrientes en chorro que se encuentran a los niveles superiores de
la atmósfera. Como se describe en 3.1.5, el eje de la corriente en chorro a poca altura suele situarse
por debajo de los 500 m (1 600 ft), aunque el eje tiende en realidad a elevarse gradualmente después de
su formación inicial. Ésta depende de varios factores, el más importante de los cuales es el rápido
enfriamiento nocturno que ocurre en la superficie. Se forma después de la puesta del sol y alcanza su
punto máximo cerca del amanecer, 64 a las horas en que, según la longitud geográfica del aeródromo,
puede o no coincidir con al disponibilidad de información detallada sobre la temperatura y el viento a
poca altura proporcionada por radiovientosondas lanzadas entre las 0000 y las 1200 UTC. El empleo
de SODAR Doppler es particularmente conveniente para seguir la evolución de la inversión a poca
altura y la medición del perfil del viento a poca altura, hora tras hora, directamente por encima del
aeródromo (véase 5.1.18).
5.2.33 Se han elaborado varias reglas empíricas de pronóstico para los aeródromos afectados por
corrientes en chorro a poca altura. Si se dispone de información procedente de una radiovientosonda local
cerca del momento de formación de dicha corriente, entonces pueden formularse reglas relativamente
detalladas. De lo contrario, pueden aplicarse las reglas siguientes propuestas por Badner49 para su
utilización en los Estados Unidos:
b) Los vientos de superficie deberían soplar del sector sur con una velocidad próxima a la
geostrófica, según se determine de la separación isobárica en los mapas de superficie de
la tarde ≥40 km/h (≥20 kt). El gradiente de presión no debería descender por debajo de la
separación suficiente para producir la velocidad máxima del viento de 40 km/h (20 kt)
durante la noche.
c) La velocidad del viento debería disminuir con la altura por encima de la inversión a poca
altura en la capa más baja de 900 m (3 000 ft) alrededor de la puesta del sol. Este
fenómeno puede ser evidente basándose en la información más reciente relativa a los
vientos en altitud.
Generalidades
5.2.34 Es sumamente difícil pronosticar la cizalladura del viento a poca altura asociada con nubes de
convección, especialmente tormentas en estado de madurez, que tiene importancia crítica para la aviación.
Además es necesario pronosticar las nubes de convección, particularmente las tormentas, en el área de
interés, pero esto no es suficiente en el caso de la cizalladura del viento a poca altura. En 3.5 se describen
en detalle los diversos tipos de cizalladura del viento a poca altura de interés para la aviación que pueden
estar asociados con tormentas, incluidos frentes de ráfagas, ráfagas descendentes, microdescendentes y
tornados. No obstante, no todas las tormentas producen necesariamente tales cizalladuras del viento,
mientras que, a veces, las producen nubes de convección de origen no tormentoso.
La expresión “predicción inmediata” representa un método que se basa en gran medida en las
observaciones para preparar pronósticos locales sirviéndose oportunamente de datos actualizados
en que la teledetección desempeña una función preponderante ... La propia expresión “predicción
inmediata” crea una imagen viva de un método de predicción que depende más de lo usual de la
descripción del estado actual [de la atmósfera] .... Los fenómenos meteorológicos que son objeto de
predicción inmediata se relacionan con sistemas mesoescalares. La mesoescala se encuentra entre
la escala sinóptica y la escala cúmulos: de ahí su nombre. Su dimensión puede variar entre unos
pocos kilómetros y varios centenares de kilómetros, cuyas escalas cronológicas varían entre una
hora y un día. Los frentes, sistemas tormentosos y diversas clases de efectos ocasionados por la
topografía del terreno local, ocurren todos en la mesoescala.
5.2.36 Respecto a tormentas violentas y tormentas organizadas en líneas o áreas (estos últimos dos
tipos de tormentas pueden también comprender tormentas violentas aisladas), las técnicas de pronósticos
locales eficaces de formación de tormentas (cambios en su intensidad y extensión) y movimiento, ya se
trate de predicción inmediata o de otro tipo de pronóstico, suelen basarse en información obtenida de una o
todas las fuentes siguientes:
a) observación visual directa;
b) radar meteorológico (desde instalaciones de un solo radar que funciona en una longitud de
onda de 3 cm hasta redes organizadas de radares de 10 cm);
c) observaciones sinópticas e informes de aeronaves;
d) observaciones recibidas continuamente en tiempo real de sistemas de observación
mesoescalar (incluidas estaciones automáticas instaladas estratégicamente);
e) mayor frecuencia o densidad de los sondeos de radiovientosonda o globo piloto;
f) datos meteorológicos obtenidos por satélites (incluso fotografías semihorarias de la
distribución de nubes y de vapor de agua y perfiles verticales de temperatura y humedad);
g) radar Doppler (incluso instalaciones múltiples);
h) SODAR;
i) sistemas de detección y localización de relámpagos en tiempo real; y
j) procesamiento y presentación automática en tiempo real de datos procedentes de las
mencionadas fuentes.67
5.2.37 Cabe prever, sin excepción alguna, que todas las tormentas produzcan ráfagas en el viento en
la superficie. Existen varias reglas empíricas de predicción para pronosticar la velocidad máxima probable
de dicho viento, especialmente en el caso de tormentas de masa de aire; la mayoría de estas reglas se
basa en la estimación de la diferencia entre la temperatura en la superficie antes y después de la irrupción
de la corriente descendente rafagosa procedente de la tormenta. En el método de Fawbush y Miller se
utilizan los sondeos más recientes disponibles y representativos trazados en un diagrama termodinámico
normalizado (p. ej., tefigrama). Las temperaturas de termómetro húmedo se calculan y trazan en el
diagrama hasta el nivel de engelamiento. El punto en que la curva de termómetro húmedo llega a 0ºC
(denominado a veces “nivel de congelación de termómetro húmedo”) se reduce a la superficie a lo largo de
una línea adiabática saturada. Luego se resta la temperatura de este último punto de la temperatura en
superficie observada o de la temperatura pronosticada antes de la irrupción de la tormenta. La diferencia es
proporcional a la ráfaga máxima, según se indica en el gráfico de la Figura 5-12.g,68. El pronóstico de la
dirección de las ráfagas es un tanto más difícil, aunque, en términos generales, la dirección media del
viento en la capa situada entre 700 y 600 hPa da una buena indicación. La observación del movimiento de
la tormenta en los radares facilita a menudo la estimación de la dirección probable de las ráfagas.69 Tras
haber pronosticado la ráfaga máxima probable, no puede garantizarse que afecte a determinada área
situada en la trayectoria de la tormenta, tal como un aeródromo.
5.2.38 Las reglas empíricas utilizadas para pronosticar ráfagas de las tormentas descritas más arriba
se aplican generalmente al área situada inmediatamente en torno a las tormentas de masa de aire. Las
tormentas violentas y las tormentas frontales o líneas de turbonada suelen producir el sistema más
50
45
35
30
25
20
15
10
5
20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
Ráfaga máxima probable (kt)
organizado y de mayor propagación de ráfagas conocidas con el nombre de “frentes de ráfagas”, que
pueden alcanzar velocidades de ráfagas mucho más elevadas y pueden, a veces, avanzar hasta 35 km
(19.5 NM) por delante de la tormenta o de la línea de turbonada que las ha producido (véase 3.5.2). Las
ráfagas ocasionadas por tormentas surgen de corrientes descendentes frías que penetran la base de las
nubes acompañadas o no de intensas lluvias. El frente de ráfagas proviene de corrientes descendentes
especialmente fuertes que llegan al suelo y que, cuando los vientos divergentes en la superficie son de tal
intensidad que pueden causar considerables daños, fueron definidos como “ráfagas descendentes”
por Fujita (véase 3.5.3). Es difícil pronosticar la velocidad máxima probable de una ráfaga ocasionada
por un frente de ráfagas, pero si pueden determinarse la velocidad y orientación de este último basándose
en su paso por estaciones de observación o sirviéndose de radar, etc., entonces la velocidad máxima del
viento normal al frente de ráfagas, cerca del suelo, será aproximadamente 1,5 veces la velocidad del
frente de ráfagas. Resulta también difícil decidir si en realidad una tormenta producirá o no frentes de
ráfagas. Se ha propuesto que se emplee como criterio reflectividades centrales radar procedentes de la
tormenta superiores a 40 dBZ (lo que equivale a una precipitación de más de una pulgada por hora).70
Pueden también aplicarse las técnicas de pronóstico de la formación de ráfagas descendentes que se
examinan en 5.2.39, puesto que los frentes de ráfagas nacen de ráfagas descendentes. Siempre debería
preverse que los frentes de ráfagas precedan a las líneas de turbonada y se formen en áreas organizadas
de tormentas activas. Como se indica en 3.5.10 y 5.1.5, el frente de ráfagas aparece de vez en cuando
en los radares meteorológicos convencionales de dBZ, especialmente en el radar de 10 cm dispuesto
para recibir ecos más débiles de lo habitual (hasta ≤10). El seguimiento de estos ecos radar permite hacer
pronósticos muy precisos; desafortunadamente, no todos los frentes de ráfagas producen ecos tan fáciles
de identificar. La observación de nubes rollo de frentes de ráfagas en los satélites meteorológicos
(véanse 5.1.6 y Figura 5-11), aunque excepcional, puede también servir de base para un pronóstico preciso.
5-46 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
La utilización de una red de sensores del viento por el perímetro de un aeródromo para detectar frentes de
ráfagas tales como el LLWAS instalados en numerosos aeródromos de los Estados Unidos, se describe en
detalle en 5.1.7 a 5.1.14. Este sistema fue inicialmente diseñado para producir avisos a corto plazo de
frentes de ráfagas y microrráfagas que cruzan el perímetro del aeródromo y funciona bien a este fin.
5.2.39 Las técnicas de “predicción inmediata” generalmente disponibles para pronosticar tormentas
que puedan producir ráfagas descendentes (y, por consiguiente, frentes de ráfagas), microdescendentes y
tornados, dependen en gran medida de la interpretación de las características de los ecos en el radar
convencional, es decir no Doppler, así como en las características de las fotografías de las cimas de las
nubes de las imágenes infrarrojas obtenidas por satélites meteorológicos geoestacionarios. Se han
analizado desde los años cincuenta las características de los ecos en los radares convencionales
inherentes a tormentas violentas; la colección de tipos identificables incluye ahora “ecos altos”, “ecos en
forma de gancho”, “ecos en forma de arco”, “ecos en forma de coma” y “ecos en forma de punta de lanza”.
En la Figura 5-13 a) se indican en un diagrama los ecos en forma de gancho y de arco y posibles áreas de
ráfagas descendentes;70 en la Figura 5-13 b) se indican la evolución característica de los ecos radar en las
diversas etapas y la ubicación de las ráfagas descendentes. El concepto de “ecos en punta de lanza” fue
introducido por Fujita y Byers en sus análisis (1976) de los aspectos MET del accidente de Eastern Airlines
ocurrido en el Aeropuerto internacional JFK, de Nueva York, en 1975. En la Figura 5-14 se presentan las
vistas en planta y en elevación de un eco en forma de punta de lanza;71 debería también establecerse la
comparación con la Figura 3-11. En la Figura 5-15 se indican las vistas en planta y en elevación de las
cimas de nubes características obtenidas de imágenes infrarrojas de las tormentas que producen ráfagas
descendentes70. No siempre resulta fácil identificar estas configuraciones de ecos radar y su ausencia no
excluye la posibilidad de que se formen tormentas violentas. Véanse las referencias 49, 70 y 74 al final del
presente capítulo para los pormenores sobre la interpretación y pronóstico de tormentas severas
sirviéndose de estas técnicas.
5.2.40 Según lo descrito en 5.1.32, el ITWS abarca una variedad de productos, la mayoría de los
cuales podría clasificarse como predicciones instantáneas. El estudio publicado por Browning en 198365
relativo a la situación y el futuro progreso de la predicción instantánea, se ha realizado en gran medida en el
ITWS y otros sistemas integrados MET de observación, pronóstico y aviso.
GENERALIDADES
5.3.1 Los primeros dos párrafos de la exposición de requisitos operacionales que figura en el
Apéndice 1 tratan de la necesidad de transmitir a los pilotos información sobre cizalladura del viento y
turbulencia a poca altura. A primera vista, el procedimiento utilizado para proporcionar a los pilotos la
información disponible sobre cizalladura del viento no parece ser muy diferente a los que se utilizan para
proporcionar información sobre cualquier otro fenómeno meteorológico peligroso a poca altura. Sin
embargo, en la práctica existen varias dificultades poco habituales que vale la pena examinar a fin de dar al
personal operacional una idea al respecto.
5.3.2 Actualmente, la información sobre cizalladura del viento a poca altura en los aeródromos puede
obtenerse de los informes de los pilotos durante el aterrizaje y el despegue, basados en observaciones
visuales directas efectuadas en tierra, de los pronósticos preparados con arreglo a la información MET
general o sirviéndose de instrumentos o de sistemas de instrumentos especializados instalados en el
aeródromo. En la Figura 5-16 se ilustra en forma de diagrama la transmisión de información sobre
cizalladura del viento. Esencialmente, la transmisión de información sería también aplicable a otros
fenómenos meteorológicos peligrosos a poca altura notificados por los pilotos o que se comuniquen a éstos.
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-47
5.3.3 Los motivos de las dificultades particulares que plantea el suministro a los pilotos de
información sobre cizalladura del viento pueden reunirse en dos categorías principales: “factor tiempo” y
“terminología”. El factor tiempo es importante porque la cizalladura del viento a poca altura más peligrosa
pertenece al tipo transitorio, que puede relacionarse con cualesquiera nubes de convección, pero
especialmente con tormentas. La duración de las microdescendentes (la manifestación invisible más
peligrosa de la cizalladura del viento que acompaña a una tormenta) suele ser inferior a 15 minutos.
Durante el proyecto JAWS, el 50% de las 40 microdescendentes examinadas por radar Doppler alcanzaron
su intensidad máxima en menos de 5 minutos después de haberse detectado, mientras que el 95% llegó a
su intensidad máxima en menos de 10 minutos a partir del momento en que la corriente divergente llegaba
al suelo (véanse 3.5.16 y Figura 3-16). Algunas se disiparon en 5 a 10 minutos, durante cuyos períodos la
diferencia máxima de la velocidad del tiempo de un extremo a otro de la microdescendente aumentaba
pasando de 50 a 100 km/h (25 a 50 kt). Se trata de fenómenos de reducida escala, cuyo diámetro es de tan
solo 1,8 km cuando son inicialmente detectados y se desarrollan para llegar solamente a 3,1 km como
media en unos 6,4 minutos. Lo expuesto ilustra la dificultad que entraña el factor tiempo: para ser eficaces,
las aeronotificaciones y los avisos relativos a cizalladura del viento deben transmitirse a las aeronaves con
la mínima demora posible.
5.3.4 Las dificultades relativas a la segunda categoría, terminología, se deben en gran parte a la
complejidad intrínseca del tema y la falta de equipo operacional que permita detectar y medir la cizalladura
del viento en unidades y clases de intensidad que sean fácilmente comprensibles por un piloto desde el
punto de vista de la actuación del tipo de aeronave de que se trate. Por ejemplo, el hecho de avisar a un
piloto acerca de la presencia de lluvia engelante en la trayectoria de aproximación le proporciona
información suficiente para que tome medidas apropiadas. Si se le avisa que se prevé cizalladura del viento
o que se ha notificado en la trayectoria de aproximación, al menos se alerta al piloto, aunque surge así una
serie de cuestiones en la mente del piloto, p. ej., de qué tipo de cizalladura se trata, cuál es su intensidad y
su altura. No se trata de cuestiones ligeras, puesto que las medidas que el piloto debería tomar dependen
de las respuestas al respecto.
5.3.5 Dos ejemplos de dificultades de terminología ilustrarán este punto. Como se describe en el
Capítulo 4, la cizalladura del viento puede aumentar la actuación aparente de la aeronave (aumento del
viento de frente, disminución del viento de cola o corrientes ascendentes) o bien reducir la misma (por
disminución del viento de frente, aumento del viento de cola o corrientes descendentes). Sería simple,
directo o informativo calificar estos tipos de cizalladura del viento como “cizalladura del viento positiva” y
“cizalladura del viento negativa”, respectivamente. Desde el punto de vista teórico, la idea es atractiva y
conveniente; desde el punto de vista de los pilotos, esas expresiones permiten establecer una relación
inmediata con la actuación potencial, aplicable a todas las aeronaves. Desafortunadamente, en inglés la
expresión “cizalladura del viento negativa” puede significar también que “no hay cizalladura del viento”, lo
que podría tener consecuencias desastrosas. Incluso agregando palabras tales como “tipo” (con lo que se
formaría la expresión “cizalladura del viento de tipo negativo”) para superar esta dificultad no se quedaría a
salvo de errores, puesto que la utilización de la palabra “tipo” por sí sola podría no comprenderse durante la
transmisión o suprimirse deliberadamente debido a la tendencia natural de acortar las expresiones
utilizadas en radiotelefonía. El Grupo de estudio sobre la cizalladura del viento y la turbulencia a poca altura
(WISTSG) propuso otros términos: “efecto de aterrizaje demasiado largo” (overshoot) y “efecto de aterrizaje
demasiado corto” (undershoot). Estas expresiones son más largas, pero los pilotos las comprenden
inmediatamente. Inicialmente, en inglés estas expresiones originaban alguna dificultad, puesto que si el
piloto comprendía bien la palabra “overshoot”, podía interpretarla en el sentido de que se trataba de una
instrucción del ATC para el procedimiento “motor y al aire”. Esta posibilidad de confusión ha sido ya
eliminada al introducir la OACI las expresiones “procedimiento de aproximación frustrada” y procedimiento
de “motor y al aire”.
5.3.6 La dificultad para resolver los problemas de clasificación de la intensidad de la cizalladura del
viento, cuestión que se trata en 5.2.5 a 5.2.14, significa que la utilización de calificativos tales como ligera,
moderada, fuerte y muy fuerte, basados en criterios cuantitativos acordados, no se recomienda actualmente
5-48 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
en el Anexo 3, Capítulo 7, para avisos de cizalladura del viento. Los criterios provisionales para la
notificación de cizalladura del viento recomendados por la 5ª Conferencia de navegación aérea (Montreal,
1967) constituyen orientación y los Estados pueden utilizarlos a su discreción en la inteligencia de que, a
pesar de que tienen algunos inconvenientes, un análisis reciente de datos mundiales sobre cizalladura del
viento efectuado por el RAE ha puesto de manifiesto que los criterios provisionales, respecto a la
cizalladura en las componentes horizontales del viento, pecan, probablemente, de prudentes 72 [véanse
Tabla 5-4 y 5.2.6 e), respectivamente].
5.3.7 Habida cuenta de la falta de equipo de teledetección para detectar y medir la cizalladura del
viento a poca altura, la información sobre cizalladura del viento se basa en gran medida en
aeronotificaciones, situación que se reconoce en el Anexo 3, Capítulos 4 y 7. Dichas aeronotificaciones
deberían comunicarse de conformidad con las disposiciones del Capítulo 5, 5.6, del Anexo 3. Dado que
puede constituir la única fuente de información, la notificación de cizalladura del viento por los pilotos es de
vital importancia para garantizar la seguridad de otras aeronaves. Idealmente, los pilotos deberían
proporcionar el mayor volumen posible de información pertinente para ayudar a otros pilotos a evaluar el
efecto probable de la cizalladura del viento en sus propias aeronaves. Sin embargo, debe también
reconocerse que una cizalladura del viento es un fenómeno dinámico que supone una carga de trabajo
elevada en el puesto de pilotaje durante un período muy breve de tiempo, por lo que no es realista esperar
que los pilotos puedan presentar informes detallados en todos los casos.
5.3.8 Se ha elaborado, con la ayuda del Grupo de estudio WIST, orientación destinada a los pilotos
para ayudarles a preparar informes sobre cizalladura del viento. Esta orientación se basa en la hipótesis de
que los pilotos proporcionarán tanta información pertinente como sea posible, teniendo en cuenta la carga
de trabajo en el puesto de pilotaje en el momento del suceso (y también de los recursos disponibles para
preparar y transmitir el informe), así como el equipo especial que se lleve a bordo, mediante el cual puede
obtenerse información sobre cizalladura del viento. Teniendo presentes las mencionadas condiciones, las
aeronotificaciones deberían contener la información siguiente:
5.3.9 Se ha elaborado asimismo, con la asistencia del Grupo de estudio WIST, orientación sobre los
términos relativos a cizalladura del viento, cuyo uso se recomienda para comunicaciones aeroterrestres.
Basándose en dicha orientación, se indican a continuación modelos de informes:
5.3.10 Como se indica en la Figura 5-16, las dependencias ATS constituyen el enlace crítico de
comunicaciones entre aeronaves y entre aeronaves y dependencias MET. Al recibir una aeronotificación de
“cizalladura del viento”, la dependencia ATS interesada debería:
5.3.11 En los Procedimientos para los servicios de navegación aérea — Gestión del tránsito aéreo
(Doc 4444, PANS-ATM), 6.4.1, 6.6 y 7.3.1.2.2, se trata la transmisión de aeronotificaciones de cizalladura
del viento a otras aeronaves y el suministro de información sobre cizalladura del viento a los pilotos en
general. La aeronotificación debería retransmitirse sin modificación alguna de su contenido, si bien debería
añadirse la información objetiva pertinente suplementaria que falte en el informe original, si se conoce (p. ej.,
tipo de aeronave, pista). Los informes deberían transmitirse en el orden normal siguiente, cuyo contenido
dependerá de los pormenores que contenga el informe original:
5-50 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Centro de reflectividad
Posible ubicación de
ráfagas descendentes
ig
col
t tig
Nuev
An An
eva
Anticiclónico
Nu
A B C D E
b) Una forma característica de los ecos radar relacionados con fuertes y extensas ráfagas descendentes. Algunos de los ecos en
forma de arco se desintegran antes de convertise en ecos en forma de coma. Durante el período de las ráfagas descendentes
más fuertes, el eco toma frecuentemente la forma de punta de lanza o de rizo que apunta en la dirección del movimiento (“DB”
indica la situación de la ráfaga).
Vie
o nto
Vien ío F rí má
to máx Fr xim
imo o
C
A
Orificio BAND
Frío
edio edio
to m to m
Vien Vie n
Av
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te
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nte
orm
de
Inf y/o
de
lv
e s
lv
ie n
orm
ie n
to
Inf
to
Información MET
general
A este respecto, en el Anexo 3, las “diferencias” del viento en la superficie se refieren a un cambio del
viento medio (es decir, determinado salto a un nuevo viento dominante) registrado ya sea en un
anemómetro o entre varios, mientras que las “variaciones” del viento en la superficie se refieren a
condiciones en las que dicho viento (dirección y velocidad) fluctúa en torno a algún valor medio, si bien el
propio valor medio no varía. Figura a continuación un ejemplo de un informe en que se indica un cambio del
viento medio en la superficie a lo largo de la pista:
“FASTAIR 345 AUTORIZADO A ATERRIZAR VIENTO EN LA ZONA DE TOMA DE CONTACTO 270º
7 NUDOS EXTREMO FINAL DE PISTA VIENTO 160º 15 NUDOS”.
Figura a continuación un ejemplo de un informe en que se indica una fluctuación del viento en la superficie:
“FASTAIR 345 AUTORIZADO A ATERRIZAR VIENTO 270 A 350º 20 NUDOS CON RÁFAGAS HASTA
10 A 30 NUDOS”.
transmiten a las aeronaves los dos valores relativos al viento. La información relativa a la diferencia
vectorial real no se transmite a las aeronaves. A continuación figuran ejemplos de dichos informes:
“CIZALLADURA DEL VIENTO (ALERTA) VIENTO CENTRO CAMPO 270º 20 NUDOS LÍMITE OESTE
180º 25 NUDOS”; o
“CIZALLADURA DEL VIENTO (ALERTA) TODOS LOS CUADRANTES VIENTO CENTRO CAMPO 210º
14 NUDOS LÍMITE OESTE VIENTO 140º 22 NUDOS”.
5.3.16 Las dependencias ATS deberían seguir transmitiendo información sobre las condiciones de
cizalladura del viento hasta que se confirme, ya sea por informes ulteriores de aeronaves o bien por los
avisos de la oficina MET correspondiente, que dichas condiciones ya no son significativas para las
operaciones en el aeródromo. En el Anexo 3, Capítulo 7, se trata de la cancelación de los avisos de
cizalladura del viento por la oficina MET, lo que se analiza más en detalle en 5.3.23. La dependencia ATS
debería continuar transmitiendo a las demás aeronaves interesadas las aeronotificaciones de cizalladura
del viento hasta que la oficina MET correspondiente incluya dichos informes en un aviso de cizalladura del
viento. Seguidamente, se transmitirá a todas las aeronaves interesadas el aviso de cizalladura del viento
hasta que lo cancele la oficina MET.
5.3.17 En los aeródromos que cuenten con redes de anemómetros automatizados, TDWR u otros
sistemas de teledetección, los avisos deberían transmitirse de conformidad con los ejemplos que figuran en
el Anexo 3, Capítulo 7. En 5.1.20 se proporciona la base para dichos mensajes.
5.3.18 La oficina MET designada para prestar servicio al aeródromo debería proporcionar a las
dependencias ATS y a los explotadores, etc., información sobre cizalladura del viento a poca altura en un
aeródromo, de la manera siguiente:
a) en los avisos de cizalladura del viento (Anexo 3, Capítulo 7 y Apéndice 6, Tabla A6-3); y
b) en la sección de información suplementaria de los informes MET ordinarios y especiales
(Anexo 3, Capítulo 4).
5.3.19 Los avisos de cizalladura del viento pueden basarse en informes de aeronaves recibidos por
conducto de una dependencia ATS (véase 5.3.13), observaciones directas mediante equipo MET
convencional (p. ej., anemómetro), pronósticos de fenómenos MET que se sabe producen cizalladura del
viento (p. ej., nubes de convección) y equipo terrestre de aviso de cizalladura del viento (p. ej.,
anemómetros instalados en torre). Los avisos deberían prepararse en lenguaje claro abreviado de
conformidad con el modelo en el Anexo 3, Apéndice 6, Tabla A6-3, e identificarse como “WS WRNG”, por
ejemplo:
“YUDO WS WRNG 01 211230 VALID 211245/211330 WS APCH RWY12 FCST SFC WIND 320/10 KT
60 M-WIND: 360/25 KT”
[o sea, suponiendo que se dispone de datos sobre vientos reales].
Cuando se utilice un informe de aeronave para preparar un aviso o confirmar un aviso expedido
previamente, debería transmitirse sin modificaciones el informe de aeronave correspondiente, incluido el
tipo de aeronave, por ejemplo:
“YUCC WS WRNG 02 201500 VALID TL 201545 MOD WS IN APCH REP AT 1455 B747 30 KT
ASPEEDL 2 NM FNA RWY13”.
5.3.20 En lo que atañe a los avisos de cizalladura del viento basados en pronósticos de fenómenos
MET pertinentes, resulta difícil mostrarse dogmático respecto a la forma de presentación preferida. En
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-55
general, no será posible suministrar pronósticos cuantitativos fiables sobre cizalladura del viento
relacionada con los fenómenos, lo que significa que sólo pueden proporcionarse descripciones cualitativas.
Habida cuenta de estas circunstancias, puede sentirse la tentación de incluir información que no sea
estrictamente pertinente, lo que debería evitarse, y los avisos deberían siempre ser lo más concisos posible
y de conformidad con el modelo que figura en el Anexo 3, Apéndice 6, Tabla A6-3. Debería indicarse
claramente que se trata de un “pronóstico”, utilizando la abreviatura FCST.
5.3.21 Debe también considerarse la cuestión de la cizalladura del viento de origen convectivo y no
convectivo y tal vez tengan que examinarse éstos por separado. Mientras es preciso que los pilotos y el
personal ATS comprendan que, cuando se pronostican tormentas, éstas suelen ir acompañadas
sistemáticamente de cizalladura del viento, así como de engelamiento, turbulencia, granizo, etc., sigue
siendo necesario señalar a la atención condiciones especiales, p. ej., microrráfagas. En este caso, el aviso
podría formularse de la manera siguiente:
“YUDO WS WRNG 231530 VALID 231600/231605 MBST CLIMBOUT RWY26 FCST”.
De poco serviría que una plétora de avisos de cizalladura del viento se expidiera cada día para cada
tormenta aislada. Las autoridades competentes deben evaluar la situación en sus aeródromos y elaborar
procedimientos locales en consecuencia.
5.3.22 En el caso de cizalladura del viento de origen no convectivo (p. ej., corriente en chorro a poca
altura), es mucho mayor la posibilidad de pronosticar los fenómenos MET en cuestión. Se indica a
continuación un ejemplo de un aviso de este tipo:
“YUDO WS WRNG 01 240600 VALID 240700/240900 WS IN APCH FCST SFC WIND: 270/10 KMH
600 M-WIND: 360/100 KMH”.
Cuando la cizalladura del viento no transitoria constituye una característica corriente de la climatología del
aeródromo en condiciones MET conocidas y periódicas, tales como cizalladura del viento ocasionada por el
terreno, deberían incluirse pormenores al respecto en la sección MET de los AIP de los Estados como
información general útil para los pilotos; por su parte, los explotadores deberían incluirla en las guías de
ruta apropiadas.
5.3.23 Con arreglo a lo dispuesto en el Anexo 3, Capítulo 7, deberían cancelarse los avisos de
cizalladura del viento cuando los informes de aeronaves indiquen que ya no hay cizalladura del viento o
después de un tiempo acordado, si no se reciben otros informes. Deberían fijarse localmente para cada
aeródromo los criterios que regulan la cancelación de un aviso de cizalladura del viento, por acuerdo entre
las autoridades MET y ATS y los explotadores interesados. A este respecto, es preciso tener en cuenta la
mezcla de tráfico normal en el aeródromo para asegurarse de que, por ejemplo, los avisos de cizalladura
del viento que se basan en informes de aeronaves ligeras no se cancelen demasiado pronto simplemente
porque los informes ulteriores transmitidos por grandes aeronaves de reacción de transporte no hayan
confirmado su existencia (es decir, tal vez porque la cizalladura del viento no sea de intensidad suficiente
como para afectarlas). Nunca se insistirá demasiado en la importancia que reviste a este respecto una
coordinación efectiva entre ATS, MET y explotadores. En el Manual sobre coordinación entre los servicios
de tránsito aéreo, Servicios de información aeronáutica y los Servicios de meteorología aeronáutica
(Doc 9377) se tratan estas cuestiones más en detalle.
5.3.24 Durante muchos años, la inclusión de información sobre cizalladura del viento en la sección de
información suplementaria de los informes MET ordinarios y especiales, ha figurado como método
recomendado en el Anexo 3, Capítulo 4. Por consiguiente, los observadores conocen bien el procedimiento
y resulta innecesario dar aquí consejos al respecto. Sin embargo, cabe señalar que si se pone en práctica
en un aeródromo la expedición de avisos de cizalladura del viento, sería preciso asegurarse de que las
instrucciones y procedimientos, etc., destinados al personal local en lo tocante a “avisos” y los relativos a
“inclusión de cizalladura del viento en la información suplementaria” sean compatibles y no se contradigan
de modo alguno. Un problema que debería tenerse en cuenta, si se proyecta el procesamiento y la
presentación automáticos de informes MET en los aeródromos, consiste en que debería preverse lo
5-56 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
necesario en los soportes lógicos de comunicaciones y de presentación para poder incluir al azar en los
informes la información suplementaria de los informes de cizalladura del viento. Se indica a continuación un
ejemplo de dicha información suplementaria en lenguaje claro abreviado:
“SPECIAL YUDO 151115 Z WIND 050/25 KT MAX 37 MNM 10 VIS 2500 M TSRA CLD BKN CB 500 FT
T25/DP22 QNH 1008 HPA WS IN CLIMBOUT”.
5.3.25 Esta parte del programa trata de la elaboración de procedimientos relativos a la transmisión
oportuna a los pilotos de información sobre cizalladura del viento en el entorno terminal. Abarca el uso
de sistemas como radar meteorológico, LLWAS y TDWR (véanse 5.1.5, 5.1.7 a 5.1.14 y 5.1.19,
respectivamente).
5.3.26 Puede servir para ilustrar lo que puede hacerse en la práctica ante el problema concreto73 de
cizalladura del viento no transitoria, un examen final del “sistema de aviso de cizalladura del viento” básico
característico establecido en el aeropuerto de Helsinki-Vantaa en Finlandia. En el Apéndice 4 figura un
ejemplo de un sistema más complejo para resolver el problema de la cizalladura del viento transitoria.
5.3.27 En Finlandia, en Escandinavia y en otras partes del mundo, la cizalladura del viento relacionada
con inversiones de temperatura a poca altura es un fenómeno bastante corriente. Constituye una
preocupación importante para las autoridades la posibilidad de pérdida de actuación de las aeronaves al
aterrizar y despegar en estas condiciones debido al encuentro de temperaturas más elevadas que el
gradiente vertical de temperatura normal, combinadas con componentes de viento de frente o de cola que
cambian rápidamente. Con objeto de resolver este problema, se instalaron sensores de viento, temperatura
y humedad a niveles seleccionados en un mástil de transmisión de televisión existente de 300 m (1 000 ft) a
20 km (12 NM) al suroeste del aeropuerto. Los datos de estos sensores se transmiten al aeropuerto y se
analizan en tiempo real por computadora. Los datos sobre el viento obtenidos de este mástil se
correlacionan con datos INS notificados por aeronaves durante el aterrizaje y el despegue y la correlación
entre ambas series de datos fue de +0,85 respecto a la velocidad y +0,99 respecto a la dirección. Se
expiden avisos de cizalladura del viento y de inversiones significativas [>10°C según el requisito provisional
(Recomendación 3/5) formulado por al octava Conferencia de navegación aérea (Montreal, 1974)]. Los
avisos se presentan en los puestos de televisión en circuito cerrado del aeródromo y contienen información
sobre los vientos reales a determinados niveles seleccionados, así como la magnitud de la inversión, del
modo siguiente:
“WS WRNG
WIND AT 700 FT 160/30 KT
WIND AT 300 FT 090/05 KT
INVERSION 12°C BELOW 900 FT”.
Un aviso de cizalladura del viento o inversión que esté vigente en cualquier momento se indica también
como una observación que se adjunta al informe MET ordinario; se presenta también automáticamente en
el sistema de televisión de circuito cerrado del aeródromo. El sistema de avisos se usa en forma ordinaria
desde 1978 y se considera muy útil. En otros lugares funcionan sistemas semejantes, p. ej., en Dinamarca,
Hong Kong (China), Suecia y la Federación de Rusia. En el caso de Hong Kong (China), los anemómetros
fueron instalados en colinas, en lugares estratégicos a lo largo de la pendiente de aproximación.74
— — — — — — — —
Capítulo 5. Observación, pronóstico y notificación de cizalladura del viento a poca altura 5-57
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Capítulo 6
INSTRUCCIÓN
6.1 GENERALIDADES
6.1.1 Si bien la cizalladura del viento no es un fenómeno meteorológico (MET) nuevo y no constituye
verdaderamente el único riesgo MET posible para la aviación, existen al menos dos motivos por los que se
le atribuye tanta importancia. Primero, durante los últimos años se ha tenido un mayor conocimiento de sus
efectos peligrosos en la actuación de los aviones al ser cada vez mayor el número de grandes aviones de
transporte de reacción y al haber ocurrido una serie de accidentes mortales en los años setenta y ochenta.
Segundo, en todos los medios aeronáuticos todavía parece que reina la confusión y la incomprensión
respecto a las causas de la cizalladura del viento, lo que es exactamente este fenómeno y cuáles son sus
efectos. Esto pudiera ser debido en parte a la complejidad innegable del tema y a las incertidumbres que lo
rodean y, en parte, a la naturaleza efímera de la propia cizalladura del viento. En realidad, el éxito del
desarrollo en los años noventa de sistemas eficaces de aviso de cizalladura del viento terrestres y de a
bordo permitió inclinar la balanza a favor del piloto. Sin embargo, ningún sistema puede ser totalmente a
prueba de fallas y, en cualquier caso, pocos Estados tienen los recursos para instalar y mantener equipo
terrestre perfeccionado de aviso de cizalladura del viento, como el TDWR. Sea cual fuere el equipo con el
que se cuente, para sobrevivir a un encuentro con fuerte cizalladura del viento se necesitan siempre
reacciones rápidas y aptitudes por parte del piloto. La dificultad más importante con que se enfrentan el
piloto y el meteorólogo es la de pronosticar con precisión la presencia de cizalladura del viento a poca altura.
A ello se añade que aun cuando se haya pronosticado cizalladura del viento y se manifieste
verdaderamente en determinada zona, una aeronave que vuele en dicha área tal vez no la encuentre
debido a sus efectos localizados y transitorios. Por ello es tan importante notificar un encuentro con
cizalladura del viento (véase 6.8). La instrucción constituye la única forma de contrarrestar esta confusión e
incomprensión y proporcionar al piloto una base para ejercer un sano juicio y reaccionar rápidamente en un
encuentro por inadvertencia con cizalladura del viento.
6.1.3 Aunque es preciso estudiar algunos aspectos del tema más o menos a fondo, basándose en la
especialidad de cada individuo y el grado y objeto de la instrucción debe adaptarse a sus cometidos; todo el
personal dedicado a las operaciones debe poseer un conocimiento apropiado de la cizalladura del viento a
poca altura, las condiciones en que puede producirse y la posible gravedad de sus efectos en los vuelos.
6-1
6-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
6.1.4 El Apéndice 1 contiene una exposición de requisitos operacionales, en cuyo párrafo 4, referente
a la instrucción, se expone la necesidad de capacitar a los pilotos para contrarrestar los efectos de la
cizalladura del viento a poca altura. Debido a que parte de la instrucción es esencialmente de tipo selectivo,
los constructores de aeronaves tienen que proporcionar la mayor cantidad posible de la información
necesaria, ampliada y adaptada según las necesidades, para que armonice con sus procedimientos
operacionales y métodos de instrucción.
6.2.1 Los pilotos y los mecánicos de a bordo deberían seguir el mismo programa de instrucción. Es
esencial que los ejercicios con simulador de vuelo se lleven a cabo con una tripulación de puesto de pilotaje
completa para que todos sus miembros adquieran la capacidad de reconocer un encuentro con cizalladura
del viento y comprender bien las medidas simultáneas que la tripulación debe tomar. La capacidad de
reconocer tal encuentro y tomar las medidas necesarias dependerá en gran medida del equipo de a bordo y
la intensidad del fenómeno.
6.2.2 Los objetivos mínimos de todo programa de instrucción de la tripulación de vuelo deberían ser:
6.2.3 De estos cuatro objetivos, los dos primeros pertenecen esencialmente a la instrucción en tierra,
mientras que para los dos últimos es preciso disponer de un simulador de vuelo para que pueda
proporcionarse una instrucción eficaz.
6.3.2 El Manual de instrucción, Parte F-1 — Meteorología para controladores de tránsito aéreo y
pilotos (Doc 7192) contiene detalles sobre la instrucción relacionada con la cizalladura del viento para la
licencia de piloto comercial. En el Apéndice 9 se reproducen pasajes pertinentes de dicho manual.
6.3.3 La FAA publicó en 1987 un excelente documento titulado Wind Shear Training Aid,1 en el que
se explican detalladamente los efectos de la cizalladura del viento en las operaciones de vuelo junto con
una amplia documentación al respecto.
6.3.4 Según se ha explicado en el Capítulo 4, las dimensiones y la masa de una aeronave son
factores importantes que determinan la medida en que la cizalladura del viento afectará la actuación de
determinado tipo de aeronave. Por consiguiente, debe prestarse atención especial a la instrucción sobre
Capítulo 6. Instrucción 6-3
aeronaves de grandes dimensiones respecto a las cuales los pilotos deben ser titulares de una habilitación
de tipo. Así, además de una ampliación de la instrucción dada para satisfacer los dos primeros objetivos, en
la instrucción en tierra relativa a determinado tipo de aeronave proporcionada por los explotadores a las
tripulaciones de vuelo DEBEN tenerse en cuenta las características especiales de dicho tipo de aeronave,
incluso los pormenores de cualquier equipo de detección de cizalladura del viento que pueda llevarse a
bordo. Esta instrucción debería también guardar relación con la climatología de la zona geográfica en que
tendrá que operar la tripulación de vuelo, especialmente si en dicha zona existe un mayor riesgo de
cizalladura del viento. Se debería insistir en los puntos siguientes:
a) para prevenir una catástrofe, es preciso evitar un encuentro con cizalladura del viento;
b) un encuentro real con una cizalladura del viento puede ser reconocido en vuelo en una
etapa muy avanzada para que el piloto pueda tomar las medidas necesarias; y
Es preciso destacar que esta instrucción en tierra debe darse a todos los pilotos que soliciten habilitaciones
de tipo para aeronaves de grandes dimensiones, sea cual fuere la categoría de la licencia de piloto de que
sea titular el solicitante.
6.3.5 Existen varias ayudas audiovisuales de que pueden disponer los Estados y los explotadores
para ayudarles a elaborar sus programas de instrucción relacionados con la cizalladura del viento (véase el
Apéndice 10).
6.4.1 El programa de instrucción de las tripulaciones de vuelo debe también abarcar la manera de
reconocer en vuelo la presencia de cizalladura del viento, así como los procedimientos y las maniobras que
han de efectuarse en caso de tal encuentro.
Debido a que la instrucción en simulador no suele ser accesible a los tripulantes de vuelo que no
pertenecen a empresas de transporte aéreo, ello es razón de más para que sean capaces de reconocer la
presencia posible de cizalladura del viento y traten de evitarla por todos los medios.
6.4.3 Es esencial que los constructores de aeronaves y los explotadores colaboren para elaborar
técnicas y procedimientos apropiados para determinados tipos de aeronaves y equipo de a bordo disponible
y que estos procedimientos se expongan detalladamente en el manual de operaciones del explotador. El
programa de instrucción en vuelo debe concebirse de modo que garantice que los pilotos aprendan las
diversas técnicas elaboradas y recomendadas por los constructores y explotadores para reconocer la
cizalladura del viento, contrarrestar sus efectos y mantener o recuperar el dominio de la aeronave. Cuando
sea posible, la instrucción debería llevarse a cabo en un simulador de tipo que cuente con el soporte lógico
necesario para reproducir modelos de cizalladura del viento que se ajusten a la realidad. Los fabricantes de
simuladores tienen fácil acceso a modelos tridimensionales realistas de cizalladura del viento de convección
(ráfagas descendentes o microrráfagas), elaborados basándose en la reconstitución de los datos de
accidentes y en modelos de campos de viento. Los explotadores deben asegurarse de que dichos modelos
figuran en las especificaciones de todo sistema de simulación que instalen. Por consiguiente, no hay razón
para que los pilotos de aeronaves de transporte a reacción no reciban instrucción regular con un simulador
que incluya encuentros con estos peligrosos fenómenos. En el Manual de criterios para calificar los
simuladores de vuelo (Doc 9625) figura amplia información y textos de orientación relacionados con los
requisitos en materia de simulación, la validación y los ensayos de las funciones en un encuentro con
cizalladura del viento.
6.4.5 Numerosos explotadores ofrecen instrucción en simuladores en los cuales utilizan modelos
completos de cizalladura del viento en tres dimensiones en los que los puntos de datos del viento se
especifican en una serie de perfiles y de trayectorias de vuelo que pueden seguirse durante las maniobras
de la aeronave y en las reacciones a las diversas maniobras de restablecimiento efectuadas por el piloto.
Uno de estos sistemas de instrucción comprende un modelo tridimensional de una microrráfaga obtenido de
los datos JAWS que puede programarse de modo que el centro de la microdescendente quede situado a lo
largo o fuera de la trayectoria de vuelo (véase 3.5.16). Este modelo particular fue construido por el RAE del
Reino Unido; en la Figura 3-16 a) se ilustra el modelo de microrráfaga utilizado.4,5 Otro sistema simula las
tres componentes del viento en el espacio y el tiempo, turbulencia, temperatura, presión, precipitación
(intensidad variable) y visibilidad y, para que sea más cabal el realismo, las correlaciona con los indicios
visuales y sonoros y la salida de datos característica del radar meteorológico que de a bordo.6
6.4.6 Los procedimientos de operación que se recomiendan en caso de cizalladura del viento figuran
normalmente en los manuales técnicos de operaciones proporcionados por los constructores para cada tipo
de aeronave, así como en los manuales de operaciones de los explotadores. Existen otras fuentes de
información, tales como las circulares de asesoramiento [p. ej., la Circular consultiva AC 00-54 (1988) de la
Capítulo 6. Instrucción 6-5
FAA, párrafo 7] publicadas por las administraciones nacionales. Los procedimientos recomendados por los
constructores se examinan en el Capítulo 4 y, a manera de ejemplo, los procedimientos suplementarios
aplicables en caso de condiciones meteorológicas desfavorables recomendados para el B737, figuran en el
Apéndice 11. Si bien todos los procedimientos están basados en los mismos principios aerodinámicos, en
cierta medida, cada combinación de tipo de aeronave/motor reacciona de modo distinto a la cizalladura del
viento y, según sean los programas de cada explotador respecto a equipo, en el puesto de pilotaje puede
haber instrumentos y equipo diferentes.
Fue objeto de preocupación para la industria aeronáutica el hecho de que la existencia de muchos
programas diferentes de instrucción sobre cizalladura del viento pudiera resultar contraproducente y
contribuir a sembrar la confusión entre el personal de operaciones. Como ya se ha indicado, el programa de
instrucción de la FAA apareció en 1987; con el concurso de constructores y explotadores de aeronaves, su
objetivo fue la elaboración de una “ayuda destinada a la instrucción sobre cizalladura del viento” definitiva
que incluiría documentos distribuidos a los pilotos, un ejemplo de programa de instrucción sobre cizalladura
del viento y un examen general de gestión, todos basados en datos corroborados y debidamente
documentados. Además de las publicaciones, se prestó considerable atención a la producción de ayudas
para la instrucción en vídeo.
6.6.1 El controlador de tránsito aéreo (ATCO) es normalmente el enlace de comunicación vital entre
el meteorólogo y el piloto, así como entre los pilotos, para la notificación de cizalladura del viento. Para ello,
es esencial que se prevea un programa de instrucción para todos los controladores. Debería insistirse
principalmente en la necesidad de que reciban instrucción los controladores empleados en los servicios de
control de aproximación y de aeródromo, puesto que el despegue, la aproximación y el aterrizaje son las
fases más críticas de vuelo en caso de encuentro con cizalladura del viento a poca altura.
6.6.2 El Manual de instrucción, Parte F-1 — Meteorología para controladores de tránsito aéreo y
pilotos (Doc 7192) asiste en la elaboración de un programa de instrucción apropiado para los ATCO. En
particular, comprende en 3.4 (Relación entre la presión y el viento) el conocimiento necesario de la
definición de cizalladura del viento. En 3.10.2 se requiere también el estudio de la cizalladura del viento
asociada con las tormentas (incluidos los frentes de ráfagas y las microrráfagas secas y húmedas) y los
efectos de este fenómeno en las operaciones de aeronave. El nivel recomendado de conocimiento
necesario se describe como “... conocimientos del tema y la capacidad, de ser aplicable, de ponerlos en
práctica, con la ayuda de los textos de referencia e instrucciones“.
6.6.3 Los objetivos del programa de instrucción sobre cizalladura del viento destinado a los ATC
deberían ser:
a) proporcionar una comprensión de la cizalladura del viento y sus probables efectos en la
actuación de la aeronave;
b) ayudarles a reconocer las condiciones en que puede producirse cizalladura del viento; y
c) adquirir un conocimiento de los procedimientos de notificación de cizalladura del viento y
puesta en práctica de estos procedimientos (véase 6.8).
6.6.4 Los incisos a) y b) del párrafo 6.6.3 abarcan casi las mismas cuestiones que las del programa
de instrucción en tierra para las tripulaciones de vuelo en 6.3. Así, el material disponible para las
6-6 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
tripulaciones de vuelo es también útil para la instrucción de los ATCO. Además, sería conveniente dar la
oportunidad a los controladores, cuando sea posible, para que asistan en calidad de observadores a las
clases de instrucción de los pilotos con simulador de vuelo, cuando se examinen los procedimientos
relativos a cizalladura del viento.
6.7.1 En virtud del modus vivendi concertado entre la OACI y la OMM, “si bien la OMM determinará
los conocimientos meteorológicos que debe poseer el personal meteorológico dedicado al suministro de
servicios meteorológicos para la navegación aérea internacional, la determinación de los conocimientos que
este personal debe poseer, aparte de los meteorológicos, sobre lo aeronáutico, será de incumbencia de la
OACI, lo que comunicará a la OMM mediante recomendaciones” (véase el Doc 7475). Habida cuenta del
mencionado modus vivendi, se han elaborado directrices para la instrucción y capacitación del personal en
la esfera de la meteorología aeronáutica, que se han publicado en WMO-No. 258, Capítulos 2 y 4, y
WMO/TD No. 1101, Capítulo 3.3.
6.7.3 Para los técnicos MET BIP-MT, el conocimiento MET aeronáutico recomendado es menos que
para el meteorólogo BIP-M1, y en el programa de estudios recomendado para especialización sólo
se mencionan las regiones de cizalladura del viento en el Capítulo 4.3 de WMO-Núm. 258. No obstante,
se recomienda que se incluya información general sobre cizalladura del viento y los fenómenos que la
producen en 4.2 d) movimiento atmosférico; corriente geotrópica, en la publicación de instrucción de
la OMM.7
6.7.4 La OMM publica también una recopilación de notas de conferencia para la instrucción de todas
las clases de meteorólogos en WMO-Núm. 364, Volumen II. La Parte 2 de dicha publicación está dedicada
a la meteorología aeronáutica para meteorólogos y técnicos MET. En los lugares apropiados de dicha
publicación se examina la cizalladura del viento a poca altura.
Dado que se ha desarrollado con éxito equipo operacional de teledetección de cizalladura del viento, el
adelanto más importante que puede lograrse para resolver dicho problema consiste en que los Estados
apliquen terminología y procedimientos de notificación de cizalladura del viento que sean normalizados. La
introducción en los programas de instrucción pertinentes de procedimientos y terminología de notificación
que se basen en los que figuran en el presente manual sería un paso importante hacia la normalización a
escala mundial, incluidos los formatos de notificación tanto para los aeródromos que cuentan con sistemas
TDWR o LLWAS como aquéllos que carecen de ellos, pero que son afectados por cizalladura del viento.
Capítulo 6. Instrucción 6-7
6.9 RESUMEN
6.9.1 La cizalladura del viento siempre ha existido, aunque no siempre nos hemos dado cuenta de
ella. A raíz de varios accidentes de aviación mortales, se ha adquirido mayor conocimiento de sus
características potencialmente mortales. Al mismo tiempo, ha aumentado nuestro conocimiento de sus
efectos y han mejorado los medios a nuestro alcance para pronosticarla y enfrentarla. La instrucción tiene
suma importancia para la seguridad de vuelo; es esencial para todos los explotadores un programa de
instrucción efectivo sobre todos los aspectos de la cizalladura del viento. Debe siempre tenerse en cuenta
que, debido a la naturaleza intrínsecamente caprichosa de la cizalladura del viento, en la instrucción debe
insistirse en la necesidad de que los pilotos sigan aplicando vigilancia, especialmente cuando vuelen cerca
de tormentas o por zonas donde se pronostique cizalladura del viento.
6.9.2 De todos los conocimientos y de la experiencia adquiridos hasta ahora se ponen de manifiesto
los siguientes principios fundamentales que los pilotos deben tener presentes:
a) EVITE las áreas en que se sabe que se produce cizalladura del viento.
d) Esté alerta y tome las precauciones necesarias cada vez que sea elevada la probabilidad
de que se produzca cizalladura del viento.
— — — — — — — —
6-8 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Referencias
1. United States Federal Aviation Administration, 1987: FAA Wind Shear Training Aid, Volumes 1 and 2.
2. Campbell, 1983: A conceptual framework for using Doppler radar — Acquired atmospheric data for flight simulation,
NASA Technical Paper No. 2192.
3. Frost, et al., 1985: Microburst wind shear models from the JAWS project, United States Department of Transport,
Report No. DOT/FAA-PM — 85/18.
6. Klehr, 1986: Wind shear simulation enters the fourth dimension, ICAO Bulletin.
7. World Meteorological Organization, 2002: Guidelines for the education and training of personnel in meteorology and
operational hydrology, WMO Publication No. 258, Volume I, Fourth Edition.
Apéndice 1
1.1 Es necesario para las operaciones proporcionar información al piloto sobre cizalladura del
viento y turbulencia a baja altura (sea cual fuere la causa) a fin de que pueda afrontarlas y conservar el
dominio de la aeronave en condiciones de seguridad.
1.2 Hasta que se logre el perfeccionamiento de equipo de a bordo y en tierra fiable en las
operaciones, esta información debería basarse en los informes de las aeronaves o en las observaciones
meteorológicas efectuadas en tierra o en una evaluación de las condiciones meteorológicas presentes.
2. EQUIPO TERRESTRE
Es necesario para las operaciones instalar en tierra equipo que permita obtener la información
siguiente, que se proporcionará a los pilotos antes del despegue o antes del comienzo de la aproximación
inicial:
Nota.— El valor de 500 m (1 600 ft) no debería considerarse como un límite si debido a las
condiciones locales se estima necesario elevarlo.
3. EQUIPO DE A BORDO
Es necesario para las operaciones instalar equipo de a bordo que pueda detectar la presencia
de cizalladura del viento o turbulencia significativa a baja altura (sea cual fuere la causa) y pueda:
AP 1-1
AP 1-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
b) indicar que se están alcanzando los límites especificados para la certificación del equipo
de aterrizaje automático.
4. INSTRUCCIÓN
Es necesario para las operaciones que los pilotos hayan recibido instrucción para contrarrestar
los efectos de la cizalladura del viento y la turbulencia a baja altura. Debería proporcionarse toda la
información relativa a esta cuestión, al igual que las técnicas de vuelo recomendadas, los datos de perfiles
de vuelo y la información sobre la actuación del tipo de aeronave de que se trate.
Apéndice 2
Nota.— Se reproduce el texto que sigue con la autorización del Comité de la National Academy
of Sciences de los Estados Unidos.
Las recomendaciones del Comitéa de la Academia nacional de ciencias se clasifican en cuatro amplias
categorías: generalidades, detección y pronóstico, actuación y operaciones de las aeronaves e
investigaciones. La numeración de las recomendaciones no supone ningún orden de prioridad. La extensa
serie de recomendaciones concretas pone de manifiesto la complejidad del problema de la cizalladura del
viento a baja altitud.
1. GENERALIDADES
1.1 Para velar por la seguridad de los pasajeros, la FAA y el sector aeronáutico deberían
considerar en su conjunto las numerosas facetas del problema de la cizalladura del viento a baja altitud.
La FAA debería elaborar e implantar un programa coherente y persistente que abarque los aspectos de
instrucción, meteorológicos, tecnológicos y operacionales de los riesgos que supone la cizalladura del
viento a baja altitud.
1.2 La FAA y el sector aeronáutico deberían elaborar y difundir lo más ampliamente posible
información actualizada sobre cizalladura del viento que provenga de fuentes competentes. Esta
información debería insistir especialmente en el modo de evitar la cizalladura del viento y describir las
técnicas de dominio del avión para el restablecimiento después del encuentro con este fenómeno. En dicha
información deberían tenerse en cuenta todos los tipos de aeronaves con orientación apropiada para cada
clase. Debería contener recomendaciones sobre los medios más eficaces de instrucción para los pilotos.
a. Aunque es satisfactorio señalar que, cuando se publique el presente manual, muchas de las recomendaciones del Comité ya se
habrán aplicado, no obstante, se reproducen estas últimas textualmente a fin de ilustrar los problemas que se presentaron en
materia de cizalladura del viento durante los últimos dos decenios.
AP 2-1
AP 2-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
1.3 La FAA debería revisar y actualizar su Circular consultiva de 1979 (AC 00-50A) sobre la
cizalladura del viento, así como el Airman’s Information Manual (AIM) para ofrecer la información más
reciente, incluso las técnicas de detección, procedimientos de alerta y aviso, los efectos de la cizalladura
del viento en la actuación de la aeronave y los procedimientos de restablecimiento después del encuentro
con cizalladura del viento.
1.5 La FAA debería elegir un emplazamiento para ensayar las técnicas de detección directa y a
distancia en un sistema completo de detección de cizalladura del viento a baja altitud y de comunicación de
información a los pilotos y a los controladores, así como para comprobar la utilización de la información
obtenida de este modo en el sistema de control de tránsito aéreo. Estos ensayos deberían efectuarse en un
aeropuerto importante donde ocurre con relativa frecuencia cizalladura del viento.
2. DETECCIÓN Y PRONÓSTICO
2.1 LLWSAS es el único sistema actualmente disponible a breve plazo para detectar cizalladura del
viento a baja altitud con carácter operacional y debería hacerse todo lo posible para evaluar y mejorar su
rendimiento. Entre las posibilidades que ofrece el sistema, figuran mejor tratamiento de las señales, menor
separación entre un mayor número de sensores, mejor reacción de los sensores y técnicas mejoradas de
presentación visual del viento, así como criterios relativos a la expedición de avisos de cizalladura del viento
y la posible utilización de sensores de presión instalados en tierra para completar la información LLWSAS.
Se está perfeccionando actualmente un sistema LLWSAS para instalarlo en el Aeropuerto internacional de
Nueva Orleáns que se ensayará operacionalmente a principios de 1984 y debería servir de base para la
modificación de las instalaciones LLWSAS actuales y la mejora del rendimiento para futuras instalaciones.
Con arreglo a los resultados de los ensayos en Nueva Orleáns, la FAA debería modificar los sistemas
LLWSAS actuales e instalar sistemas mejorados en todos los aeropuertos de gran densidad de tránsito que
disponen de sistemas automáticos de área terminal (153 aeropuertos) donde es probable que se produzcan
cizalladuras del viento peligrosas.
Apéndice 2. Recomendaciones sobre la cizalladura del viento a baja altitud AP 2-3
2.2 Los datos de las mediciones del viento proporcionados por el LLWSAS deberían registrarse y
analizarse con objeto de evaluar el rendimiento del sistema y obtener más información sobre las
propiedades climáticas de la cizalladura del viento a baja altitud. Este ejercicio debería efectuarse en todos
los aeropuertos equipados con LLWSAS.
2.3 La red actual de radares meteorológicos, cuyo funcionamiento está a cargo del NWS, debería
utilizarse más eficazmente con objeto de juzgar la probabilidad de que se produzcan condiciones de
cizalladura del viento. Estos radares detectan chubascos de lluvia, tormentas y fenómenos frecuentemente
relacionados con cizalladura del viento. La información procedente de los radares meteorológicos debería
ponerse a disposición de los controladores de tránsito aéreo en el momento oportuno y en forma fácilmente
comprensible.
2.6 Con objeto de que el radar Doppler de terminal aérea sea de suma utilidad para los
controladores de tránsito aéreo y los pilotos, deberían desplegarse esfuerzos concertados para elaborar
procedimientos de análisis, presentación y utilización de sus observaciones.
2.7 Deberían proseguirse las investigaciones sobre la utilización de lidars Doppler de a bordo y de
radares Doppler que funcionen en microondas como medio para detectar la cizalladura del viento a baja
altitud.
AP 2-4 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
3.2 La FAA debería asegurarse de que los transportistas y otros explotadores comerciales den
instrucciones a sus tripulaciones de vuelo respecto a las medidas que deben tomar si inesperadamente
encuentran cizalladura del viento a baja altitud durante el despegue o el aterrizaje. Además, debería alentar
a los explotadores de aeronaves de reacción a que incluyan en sus manuales los procedimientos
operacionales recomendados en la Circular de asesoramiento sobre cizalladura del viento. Los
constructores de aeronaves deberían recomendar secuencias de modificación de la configuración (tren de
aterrizaje, flaps, potencia, expoliador, etc.) que ofrezcan la más alta probabilidad de restablecimiento en
caso de encuentro con cizalladura del viento. Debería enseñarse a los pilotos a que rebasen los límites
normales de empuje máximo y apliquen el empuje de emergencia, de ser necesario.
3.3 Los sensores y las ayudas de guía instalados a bordo deberían evaluarse sistemáticamente
para determinar sus ventajas con miras a su futuro perfeccionamiento y posible instalación en las
aeronaves actuales. Se trata de directores de vuelo modificados, sistemas de gestión de vuelo para la
velocidad respecto al suelo y la velocidad aerodinámica, sensores de aceleración vertical y sensores de
régimen de energía. Deberían agregarse indicadores de ángulo de ataque a los instrumentos de a bordo de
las aeronaves de transporte para utilizarlos en las maniobras necesarias en caso de cizalladura del viento.
El ángulo de ataque debería preverse ya sea en la forma de una variable por separado o de presentación
de información en el tablero de mando. Los sensores deberían dar a las tripulaciones de vuelo un aviso
sonoro en caso de cizalladura del viento peligrosa.
3.4 La FAA debería patrocinar un programa que tenga por objeto elaborar y definir modelos
normalizados de cizalladura del viento basados en los datos meteorológicos más recientes. Estos modelos
son necesarios para diseñar y certificar subsistemas de aeronave, así como para utilizar simuladores
destinados a la instrucción. La FAA debería tratar de conseguir la participación en el programa de otros
organismos gubernamentales, constructores de aeronaves, explotadores comerciales y otras partes
interesadas.
Apéndice 2. Recomendaciones sobre la cizalladura del viento a baja altitud AP 2-5
3.5 La FAA debería actualizar sus requisitos relativos a la certificación de los sistemas de a bordo
de alerta de cizalladura del viento, de guía y de mando automático de vuelo.
4. INVESTIGACIONES
4.1 Deberían proseguirse las investigaciones respecto al modo en que las lluvias intensas afectan a
las características aerodinámicas de las aeronaves cuando vuelan a poca velocidad. Debería prestarse
atención a los posibles efectos perjudiciales de las lluvias intensas en la sustentación, actuación y
manejabilidad de las aeronaves, incluso sus efectos en los sistemas de detección de cizalladura del viento y
en los sensores de a bordo.
4.2 Aún queda bastante por averiguar respecto a las diversas clases de cizalladura del viento, así
como sobre las condiciones meteorológicas que ocasionan este fenómeno o que lo acompañan. Estos
conocimientos son necesarios para reducir los riesgos que presenta la cizalladura del viento a baja altitud.
Las investigaciones deberían abarcar observaciones suplementarias sobre el terreno, así como la
elaboración de modelos teóricos a las escalas pertinentes — ya sea entre unos 1 000 ft y 10 a 20 millas y
entre algunos minutos y varias horas.
4.3 El conjunto actual de datos obtenidos mediante diversos programas de investigación debería
examinarse y completarse de nuevo, en el momento oportuno, aplicándose un programa de investigaciones
sobre el terreno en la zona sudeste de los Estados Unidos, que se caracteriza por su humedad. El análisis
de los datos obtenidos mediante el proyecto JAWS debería utilizarse para planificar cualquier otra nueva
investigación sobre el terreno. Las investigaciones básicas sobre los orígenes de las fuertes corrientes
descendentes originadas de las tormentas y los posibles métodos de pronóstico deberían constituir un
elemento importante de todo nuevo programa.
Apéndice 3
Nota.— El textoa siguiente se reproduce con la amable autorización del Dr. T.T. Fujita. La OACI
ha modificado los números de la tabla y la figura en el presente apéndice.
La corriente de aire que afecta a las operaciones de aeronaves se divide aproximadamente en “turbulencia”
y “cizalladura del viento”. Una aeronave en vuelo que encuentre corriente turbulenta muestra movimientos
irregulares y errátiles al mismo tiempo que mantiene, más o menos, su trayectoria de vuelo prevista. La
cizalladura del viento, con o sin turbulencia, altera la fuerza de sustentación que actúa en la aeronave, lo
que da por resultado un movimiento descendente o ascendente importante.
En meteorología, la cizalladura del viento es la variación local de la velocidad del viento en una dirección
dada. Las tres componentes de la cizalladura del viento pueden describirse expresando la velocidad del
viento W por:
W = iu + jv + kw (1)
donde i, j, k son vectores unitarios que apuntan hacia las direcciones x, y, z, mientras que u, v, w son las
componentes x, y, z del vector viento.
Desde el punto de vista de la aviación, la cizalladura del viento es la variación en el tiempo de la velocidad
del viento a lo largo de la trayectoria de una aeronave dada, que puede expresarse como:
∆W ∂W ∂W
=G + (2)
∆t ∂L ∂t
donde L es la distancia medida a lo largo de la trayectoria de vuelo. El segundo término de esta ecuación
indica la variación local de los vientos causada por la formación o el desarrollo de un sistema de viento en
el que penetra una aeronave. Es decir, el segundo término puede que no exista antes de la penetración,
mientras que el primer término indica el cambio de los vientos a medida que una aeronave entra en un
sistema de cizalladura del viento existente.
Observando que la trayectoria de vuelo está incluida en el plano x-z en la Figura A3-1, definimos la
cizalladura de los tres vientos componentes u, v, w por:
a. Extraído del libro “The Downburst” del Dr. Fujita, publicado por el Satellite and Mesometeorological Research Project (SMRP),
Departamento de Ciencias Geofísicas, Universidad de Chicago.
AP 3-1
AP 3-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
∆u
= cizalladura del viento de frente, + viento de frente; — viento de cola (3)
∆t
∆v
= cizalladura del viento de costado, + de la derecha; — de la izquierda (4)
∆t
∆w
= cizalladura vertical del viento, + ascendente; – descendente (5)
∆t
Una aeronave con una velocidad verdadera A, que vuela dentro de un viento W tridimensional, avanza con
la velocidad G respecto al suelo. La fuerza de sustentación que actúa sobre la aeronave es perpendicular al
vector A y la fuerza de resistencia al avance apunta en sentido opuesto al vector A. Empleado los símbolos
de la Figura A3-1, la fuerza de sustentación puede expresarse por:
1
F= ρ A2 CL S (6)
2
∆A
G≅A+u ó 0= +1 (7)
∆u
w ∂α 1
α =θ −γ + ó = 0−0 + (8)
G ∂w G
1 ⎛ 2 ∂A 1 ∂CL ∂α ⎞
∆FL = ρ CL A2S ⎜ ∆u + ∆w ⎟ (9)
2 ⎝ A ∂u C L ∂α ∂w ⎠
∆FL 2 k
=− ∆u + ∆w (10)
FL A G
se determina por las características del coeficiente de sustentación durante la penetración en una
cizalladura del viento. Esta ecuación indica que la pérdida de sustentación no la ocasiona únicamente la
pérdida de velocidad aerodinámica sino también la pérdida de ángulo de ataque, lo cual, a su vez, reduce el
coeficiente de sustentación.
Apéndice 3. Análisis matemático del efecto de la cizalladura del viento en la sustentación AP 3-3
Ángulo de ataque
En la Figura A3-2 se indica una curva representativa del coeficiente de sustentación para una aeronave de
ala en flecha durante una configuración de despegue con flaps desplegados. Los valores que figuran en
la Tabla A3-1, calculados con arreglo a la figura, revelan que es constante la pérdida de sustentación
resultante de un viento de cola, independientemente del ángulo de ataque en que vuela una aeronave.
Por otro lado, la pérdida de sustentación aumenta apreciablemente al disminuir el ángulo de ataque.
La ecuación 10 indica que la reducción del ángulo de cabeceo, seleccionado para ganar velocidad
aerodinámica en una cizalladura del viento de cola/corriente descendente, puede ocasionar una pérdida
de sustentación y un fuerte descenso subsiguiente.
z
Fuerza de F Ángulo de ataque
vuelo
sustentación L to ria de
Trayec
Actitud en cabeceo
Fuerza de G
W w
resistencia
al avance FD A u
x
Ángulo de la trayectoria de vuelo
respecto al suelo
Ángulo de la trayectoria
Fuerza gravitatoria FG de vuelo respecto al aire
CL Coeficiente de sustentación
2,0
1,0
Sustentación
cero
Nota.— El texto siguiente se reproduce con el permiso del Observatorio de Hong Kong (China).
La OACI ha modificado los números de las figuras en el presente apéndice.
1. ANTECEDENTES
1.2 Geográficamente, se construyó el HKIA en terreno que antes ocupaba el mar, al norte de la isla
de Lantau, más bien montañosa, con picos que se elevan hasta unos 1 000 m con valles que bajan hasta
unos 400 m entre ellos. En la Figura A4-1 se ilustra el terreno de la isla y el emplazamiento del HKIA en el
mismo. Al noreste del aeropuerto están situadas varias colinas más pequeñas con picos que se elevan
entre 400 y 600 m. En dicho entorno de costa y colinas, una amplia variedad de fenómenos meteorológicos
puede traer cizalladura del viento y turbulencia al HKIA, por ejemplo:
a) vientos que soplan por terreno montañoso, o sea, ocasionados por el terreno
(Figura A4-2);
b) microrráfagas y frentes de ráfagas, o sea, ocasionados por tormentas (Figuras A4-3
y A4-4);
c) convergencia de brisa de mar con vientos ambientes (de tierra) (Figura A4-5); y
d) corriente en chorro a poca altura (Figura A4-6).
2.1 Entre los sensores meteorológicos para vigilar la cizalladura del viento y la turbulencia en el
HKIA y sus alrededores cabe señalar los siguientes:
a) un radar Doppler meteorológico en la terminal (TDWR) instalado estratégicamente a unos
12 km al noreste del aeropuerto (Figura A4-7);
b) una red de anemómetros en la superficie, valles y cimas de las colinas;
c) tres boyas meteorológicas (Figura A4-8) entre una o dos millas marinas (NM) de los
umbrales de las pistas;
d) dos perfilógrafos del viento en la isla Lantau; y
AP 4-1
AP 4-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
2.2 El TDWR es eficaz para detectar microrráfagas y frentes de ráfagas ocasionados por tormentas
en la presencia de precipitación. El LIDAR constituye un complemento al TDWR para detectar cizalladura
del viento en condiciones meteorológicas normales. Los anemómetros situados en diversos emplaza-
mientos proporcionan información sobre la cizalladura del viento horizontal y vertical. Los perfilógrafos
efectúan mediciones a diferentes alturas para proporcionar información sobre la cizalladura del viento
vertical.
2.4 También se expiden como alertas para radiodifusión a las aeronaves que siguen los informes
de los pilotos sobre la presencia de cizalladura del viento y turbulencia encontradas por debajo de los
500 m (1 600 ft) y recibidos dentro de un breve plazo por HKO. Dichas alertas son normalmente eficaces
durante al menos una hora después del informe de piloto en cuestión.
Anemómetro
LIDAR
Boya meteorológica
HKIA
Perfilador del viento
Isla Lantau
2.5 Las alertas automáticas sobre cizalladura del viento se clasifican según dos niveles: “alerta de
microrráfaga” (MBA) para cizalladura del viento con pérdida de viento de frente de 30 kt o más,
acompañada de precipitación; y “alerta de cizalladura del viento” (WSA) para cizalladura del viento con
pérdida o ganancia de viento de frente de 15 kt o más (salvo MBA). Se proporciona una alerta refundida
para cada corredor de aproximación o salida basándose en un sistema prioritario en el que se tienen en
cuenta la gravedad de las alertas y el nivel de fiabilidad de las diversas fuentes de datos que generan las
alertas.
2.6 Utilizando datos procedentes de la serie de sensores meteorológicos, el pronosticador
aeronáutico de HKO expide también alertas de cizalladura del viento como suplemento a las alertas
automatizadas basadas en técnicas elaboradas mediante el estudio de los informes de los pilotos sobre
cizalladura del viento y las condiciones meteorológicas que la acompañan. Estas técnicas se automatizan
progresivamente basándose en su eficacia, que se determina después de su verificación respecto a los
datos de vuelo de a bordo y los informes de los pilotos.
Alertas de turbulencia
2.7 Las alertas automáticas de turbulencia se clasifican en dos niveles, basándose en los mismos
umbrales de intensidad que los que se adoptan para la notificación automática de turbulencia a las
aeronaves y se expiden con referencia a aeronaves de categoría pesada: “turbulencia moderada” para
turbulencia con un régimen de disipación de remolinos (EDR) entre 0,3 y 0,5; y “turbulencia fuerte” para
turbulencia con un EDR de 0,5 o más. La fuerza de la turbulencia ocasionada por el terreno en los
corredores de llegada o salida se determina basándose en la velocidad y dirección del viento y sus
fluctuaciones medidas por la red de anemómetros.
Colinas
Tormenta
Frente de ráfagas
Corriente
descendente
Viento
ambiente
Brisa
Mar de mar
Tierra Vientos
ambientes
Figura A4-5. Cizalladura del viento ocasionada por una brisa de mar
AP 5-1
AP 5-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Nota.— El texto que sigue se ha extraído del Código de reglamentos federales de los Estados
Unidos, 14 CFR, Capítulo 1, Parte 121, y se reproduce con el permiso de la Administración Federal de
Aviación.
a) Aviones fabricados después del 2 de enero de 1991. Ninguna persona puede explotar un
avión propulsado por turbina, fabricado después del 2 de enero de 1991, a menos que el
avión esté dotado de un sistema aprobado de a bordo de aviso de cizalladura del viento y
de guía de vuelo o un sistema aprobado de detección y evasión de a bordo o una
combinación aprobada de tales sistemas.
1) Las marcas, modelos y series que se enumeran a continuación deben estar dotados
de un sistema aprobado de a bordo de aviso de cizalladura del viento y de guía de
vuelo o un sistema aprobado de detección y evasión de a bordo o una combinación
aprobada de tales sistemas:
i) A-300-600;
v) B-747-400;
AP 6-1
AP 6-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
2) Todos los demás aviones propulsados por turbina que no se hayan enumerado
deben estar dotados como requisito mínimo de un sistema aprobado de a bordo de
aviso de cizalladura del viento. Dichos aviones deben estar equipados con un
sistema aprobado de a bordo de detección y evasión de cizalladura del viento o una
combinación aprobada de dichos sistemas.
2) Demostrar que todos los aviones del titular del certificado que deben estar
equipados de conformidad con la presente sección estarán equipados para la fecha
final de cumplimiento establecida para la modificación TCAS II.
d) Definiciones. Para los fines de la presente sección, se aplican las definiciones siguientes:
1) Avión propulsado por turbina abarca, p. ej., aviones de turborreactor con soplante,
turborreactor, hélice transónica y propulsada por soplante de muy elevada relación
de dilución. En la definición se excluyen especialmente los aviones con turbohélice.
Para obtener la aprobación del simulador por la FAA para determinado nivel, debe demostrarse lo siguiente
a satisfacción del Administrador:
Apéndice 6. Requisitos de equipo de un sistema de cizalladura del viento a baja altitud AP 6-3
1. Prueba documentada del cumplimiento de los requisitos apropiados relativos al simulador, sistema
visual y requisitos relativos a la instrucción adicional del presente apéndice para el nivel para el que se
solicita aprobación.
2. Una evaluación del simulador para asegurar que su actuación en tierra, en vuelo y en aterrizaje
corresponde al tipo de avión que se simula.
3. Una evaluación de los requisitos apropiados relativos al simulador y sistema visual al nivel para el que
se solicita la aprobación.
Si bien se necesita cierta flexibilidad al cambiar el programa de soportes lógicos, es esencial examinar a
fondo dichos cambios para asegurar que el simulador mantenga su capacidad de reproducir las
características de la aeronave en vuelo o en tierra. Por consiguiente, debe seguirse el procedimiento
siguiente para permitir dichos cambios sin afectar a la aprobación de un simulador del Apéndice H:
1. Debe proporcionarse por escrito a la oficina de la FAA responsable de llevar a cabo la evaluación
periódica de un simulador 21 días civiles antes de hacer cambios en el programa de soportes lógicos
que puedan tener repercusiones en la dinámica en vuelo o en tierra de un simulador del Apéndice H,
una lista completa de los cambios previstos, incluida la dinámica relacionada con los sistemas de
movimiento y visual.
2. Si la FAA no se opone al cambio previsto en un plazo de 21 días civiles, el explotador puede hacer el
cambio.
3. Los cambios que puedan afectar a la guía de ensayo de nivel B aprobada del simulador deben
ensayarse, a cargo del explotador, en el simulador para determinar las repercusiones del cambio antes
de la presentación a la FAA.
4. Los cambios de soporte lógico ya instalados deben resumirse y proporcionarse a la FAA. Cuando el
ensayo del explotador indica una diferencia en la actuación del simulador debido al cambio, se
proporcionará también un ejemplar enmendado de la página del guía de ensayo que incluya los nuevos
resultados de ensayo a fin de actualizar el ejemplar de la guía de ensayo de la FAA.
5. La FAA puede examinar los datos de apoyo o verificar el simulador en vuelo o adoptar ambas medidas,
para asegurar que no ha disminuido la calidad aerodinámica del simulador debido a un cambio en la
programación del soporte lógico.
6. Todas las solicitudes relativas a cambios se evalúan basándose en los mismos criterios aplicados en la
aprobación inicial del simulador para los niveles B, C o D.
Debido a las estrictas tolerancias y otros requisitos aprobados respecto a los simuladores del Apéndice H,
el simulador puede proporcionar una instrucción realista aun si ciertos elementos no esenciales no
funcionen. Por consiguiente, un explotador puede utilizar su simulador en virtud de una MEL aprobada por
el Administrador para dicho simular. La MEL abarca componentes del simulador y en la misma se indica el
tipo de instrucción o verificación que se autoriza si el componente deja de funcionar. Para lograrlo, el
componente se pone en una de las categorías siguientes, junto con las observaciones aplicables al uso del
componente en el programa de instrucción:
AP 6-4 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
3. Certificación y verificación.
A fin de que un explotador pueda realizar instrucción de nivel C o D en el marco del presente apéndice,
deben realizarse todas las instrucciones y verificaciones del simulador requeridas en el marco de un
programa de instrucción avanzada con simulador que el Administrador haya aprobado para el explotador.
Mediante dicho programa debe también asegurarse que todos los instructores e inspectores de vuelo que
participan en la instrucción y verificación correspondiente al Apéndice H son sumamente calificados para
proporcionar la instrucción requerida en el programa de instrucción. El programa de instrucción avanzada
con simulador abarcará lo siguiente:
3. Documentación de que cada instructor e inspector ha servido durante al menos un año en dicha función
en un programa de titular de certificado aprobado o ha prestado servicio durante al menos un año como
piloto al mando o segundo de a bordo en un avión del grupo en el que el piloto instruye o verifica.
4. Un procedimiento para asegurar que cada instructor e inspector participa activamente o en un programa
aprobado de vuelo de línea regular como miembro de la tripulación de vuelo o un programa aprobado
de observación de línea en el mismo tipo de avión para el que dicha persona instruye o verifica.
5. Un procedimiento para asegurar que se otorgue a cada instructor o inspector un mínimo de cuatro
horas de instrucción cada año para que se familiarice con el programa de instrucción avanzada con
simulador del explotador, o los cambios correspondientes, y destacar sus funciones respectivas en el
programa. La instrucción para instructores e inspectores de vuelo con simulador abarcará políticas y
procedimientos de instrucción, métodos y técnicas de instrucción, utilización de los controles del
simulador (incluidos el tablero sobre el medio ambiente y el tablero indicador de problemas),
limitaciones del simulador y equipo mínimo necesario para cada curso de instrucción.
6. Un programa especial de instrucción de vuelo orientada a las líneas aéreas (LOFT) para facilitar la
transición del simulador al vuelo de la línea. Dicho programa LOFT consiste al menos en un curso de
instrucción de cuatro horas para cada tripulación de vuelo. También contiene al menos dos tramos de
vuelo representativos de la ruta del explotador. Uno de los tramos de vuelo contiene procedimientos
operacionales estrictamente normales desde la maniobra de empuje en un aeropuerto hasta la llegada
a otro. Otro tramo de vuelo contiene instrucción respecto a operaciones de vuelo anormales y de
emergencia apropiadas.
Apéndice 6. Requisitos de equipo de un sistema de cizalladura del viento a baja altitud AP 6-5
NIVEL B
3. Aterrizajes en una verificación de aptitudes sin el aterrizaje según los requisitos de la línea (§121.441).
a. Efecto de tierra — p. ej., etapa previa a la toma de contacto, enderezamiento y toma de contacto.
Esto exige datos sobre ascenso, resistencia al avance y momento de cabeceo en el efecto de
tierra.
b. Reacción en tierra — reacción del avión al tomar contacto con la pista durante el aterrizaje,
abarcando las deflexiones del montante, la fricción de los neumáticos y las fuerzas laterales.
c. Características del manejo en tierra — los mandos de dirección deben abarcar viento de costado,
frenado, empuje negativo, deceleración y radio de viraje.
3. Guía de ensayo de maniobra de aterrizaje de nivel B para verificar los datos del simulador respecto a
los datos reales del ensayo en vuelo del avión y proporcionar ensayos de actuación del simulador para
aprobación inicial de nivel B.
Requisitos visuales
2. El tiempo de respuesta del sistema visual desde la entrada de control del piloto hasta la salida del
sistema visual no será superior a 300 milisegundos más que el movimiento del avión a una entrada
similar. El tiempo de respuesta del sistema visual se define como el examen completo de la
presentación visual del primer campo vídeo que contiene información diferente procedente de una
entrada de control abrupta.
3. Un medio para registrar el tiempo de respuesta visual para fines de comparación con los datos del
avión.
4. Indicios visuales para evaluar la percepción de la velocidad y profundidad de la caída durante los
aterrizajes.
5. Correlación entre la escena visual y los instrumentos para excluir demoras perceptibles.
AP 6-6 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
NIVEL C
1. Para todos los pilotos, instrucción de transición entre aviones del mismo grupo, y para el piloto al
mando, verificación de certificación exigida en §61.153(g) del presente capítulo.
a. haya logrado anteriormente la calificación de segundo de a bordo con el equipo para el que el piloto
recibe instrucción de ascenso de categoría;
b. tiene al menos 500 horas de tiempo real de vuelo como segundo de a bordo en un avión del mismo
grupo; y
c. desempeña actualmente las funciones de segundo de a bordo en un avión del mismo grupo.
a. desempeña actualmente las funciones de segundo de a bordo en un avión del mismo grupo;
b. tiene un mínimo de 2 500 horas de vuelo como segundo de a bordo en un avión del mismo grupo; y
c. ha desempeñado las funciones de segundo de a bordo en al menos dos aviones del mismo grupo.
4. Para todos los candidatos a segundo de a bordo que satisfacen los requisitos en materia de experiencia
aeronáutica según §61.159 del presente capítulo para ese avión, la instrucción y verificación iniciales y
de perfeccionamiento exigidos en la presente parte y los requisitos de verificación de la certificación en
§61.153 del presente capítulo.
2. Fuerzas representativas de frenado y de control direccional para al menos las siguientes condiciones en
la pista basándose en datos relacionados con los aviones:
a. Seco.
b. Húmedo.
c. Engelado.
4. Un sistema de movimiento que proporcione indicios de movimiento iguales o superiores a los que se
obtienen con un sistema de libertad de movimientos en seis ejes.
6. Medios para ensayar rápida y eficazmente la programación del simulador y su soporte físico.
7. Una mayor capacidad, precisión, resolución y respuesta dinámica de la computadora del simulador para
satisfacer las exigencias de nivel C. Se necesita una resolución equivalente al menos a la de una
computadora con longitud de palabras de 32 bits para los programas aerodinámicos críticos.
8. Actualización oportuna permanente del soporte físico y la programación del simulador según las
modificaciones de los aviones.
9. Sonido de precipitación y ruidos significativos del avión perceptibles para el piloto durante operaciones
normales y sonido del impacto cuando el simulador se aterriza sobrepasando los límites del tren de
aterrizaje.
10. Las dinámicas de sensación de control de la aeronave reproducirán el avión simulado. Esto se
determinará comparando un registro de las dinámicas de sensación de control del simulador con las
mediciones del avión en las configuraciones de despegue, vuelo de crucero y aterrizaje.
11. Las respuestas relativas del sistema de movimiento, sistema visual e instrumentos del puesto de
pilotaje se juntarán para proporcionar indicios integrados para los sentidos. Dichos sistemas
responderán a mandos abruptos de cabeceo, balanceo y guiñada en los puestos del piloto dentro de
150 milisegundos del tiempo, pero no antes del momento en que el avión respondería en las mismas
condiciones. Los cambios de escena visual a partir de la perturbación del estado constante no ocurrirá
antes de que se inicie el movimiento resultante, pero dentro de la tolerancia de respuesta dinámica del
sistema de 150 milisegundos. El ensayo para determinar el cumplimiento de dichos requisitos abarcará
simultáneamente el registro de la salida análoga de la palanca de mando y el timón de dirección del
piloto, la salida de un acelerómetro conectado a la plataforma del sistema de movimiento, situado en un
emplazamiento aceptable cerca del asiento de los pilotos, la señal de salida de la presentación del
sistema visual (incluidas las demoras análogas del sistema visual) y la señal de salida del indicador de
actitud del piloto o un ensayo equivalente aprobado por el Administrador. Los resultados de los ensayos
en una comparación del registro de la respuesta del simulador a los datos de respuesta reales del avión
en las configuraciones de despegue, vuelo de crucero y aterrizaje.
Requisitos visuales
1. Escenas visuales de crepúsculo y noche con al menos tres representaciones de aeropuertos concretos,
incluida la capacidad de un mínimo de diez niveles de intermitencia de la luz, características generales
del terreno y puntos de referencia significativos.
2. Ayudas para la radionavegación debidamente orientadas respecto al trazado de la pista del aeropuerto.
3. Procedimientos de ensayo para confirmar rápidamente el color, RVR, foco, intensidad, horizonte
estable y actitud del sistema visual, en comparación con el indicador de actitud del simulador.
AP 6-8 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
4. Para la fase de aproximación y aterrizaje del vuelo, a una altitud de 2 000 pies por encima del
aeropuerto y por debajo de la misma y dentro de un radio de 10 millas del aeropuerto, representaciones
meteorológicas incluidas las siguientes:
c. Disipación gradual.
d. Niebla en bancos.
5. Campo visual continuo mínimo de 75° horizontales y 30° verticales por asiento de piloto. Habrá casos
de visibilidad limitada únicamente como sucederían en el avión simulado o lo exija el soporte físico del
sistema visual. Deben poder funcionar simultáneamente los sistemas visuales de ambos asientos de
piloto.
6. Capacidad para presentar los peligros en tierra y el aire, tales como otro avión que cruza la pista en uso
o tráfico convergente en vuelo.
NIVEL D
Salvo en lo que atañe a los requisitos enumerados en la frase siguiente, la totalidad de la instrucción y
verificación de vuelo para el piloto requerida en la presente parte y los requisitos de verificación de
certificación en §61.153(g) del presente capítulo. La verificación de ruta requerida en §121.440, los
requisitos de avión estático del Apéndice E y los requisitos en materia de experiencia operacional en
§121.434 de la presente parte deben seguir llevándose a cabo en el avión.
1. Los movimientos característicos con sacudidas causados por la operación del avión (p. ej., sacudidas a
alta velocidad, tren de aterrizaje desplegado, flaps, arrastre de la rueda de proa, pérdida) que pueden
percibirse en el puesto de pilotaje. El simulador debe estar programado y tener instrumentos de modo
que los modos de sacudidas características puedan medirse y compararse con los datos del avión. Se
necesitan también los datos del avión para definir los movimientos en el puesto de pilotaje cuando el
avión se somete a turbulencia atmosférica, como la causada por aire turbulento y turbulencia con
sacudidas. Se aceptan modelos de perturbación para fines generales que se acerquen a los datos
demostrables de ensayos en vuelo.
2. Establecimiento de modelos aerodinámicos para aeronaves para las cuales se expide un certificado de
tipo original después del 1 de junio de 1980, incluidos baja altitud, efecto de tierra en vuelo horizontal,
efecto Mach a elevada altitud, efectos del engelamiento de la célula, efecto dinámico del empuje normal
Apéndice 6. Requisitos de equipo de un sistema de cizalladura del viento a baja altitud AP 6-9
3. Amplitud y frecuencia realistas de los ruidos y sonidos en el puesto de pilotaje, los sonidos del ruido de
parásitos de precipitación y del motor y la célula. Los sonidos deben coordinarse con las
representaciones meteorológicas exigidas en el requisito visual núm. 3.
4. Autoensayo para el soporte físico y la programación del simulador para determinar el cumplimiento de
los requisitos para simuladores de nivel B, C y D.
5. Análisis diagnóstico de los resultados impresos de las fallas del simulador que permita determinar el
cumplimiento con la MEL. El explotador conservará estos resultados impresos entre las evaluaciones
periódicas del simulador por la FAA, como parte del registro de anomalías diarias exigido en virtud de
§121.407(a)(5).
Requisitos visuales
1. Escenas visuales diurnas, crepusculares y nocturnas con suficiente contenido para reconocer
determinado aeropuerto, el terreno y los principales puntos de referencia alrededor del aeropuerto y
realizar con éxito un aterrizaje visual. La escena visual diurna debe ser parte de un entorno diurno
completo en el puesto de pilotaje que represente al menos la luminosidad en el puesto de pilotaje en un
día de cielo cubierto. Para los fines de la presente regla, el sistema visual diurno se define como un
sistema visual capaz de producir, como mínimo, plenas presentaciones de color, contenido de escenas
comparable en su detalle con el que se produce con 4 000 bordes o 1 000 superficies para luz diurna y
4 000 puntos de luces para escenas nocturnas y crepusculares, lamberts de luz de 6 ft a la altura del ojo
del piloto (luminosidad total), una resolución de tres minutos de arco para el campo de visión a la altura
del ojo del piloto y una presentación que esté libre de cuantificación aparente u otros efectos visuales
que puedan distraer mientras el simulador está en movimiento. La simulación de la iluminación
ambiente del puesto de pilotaje debería ser dinámicamente conforme con la escena visual presentada.
Para escenas diurnas, la iluminación ambiente no debería eliminar la escena visual presentada ni caer
por debajo de lamberts de luz de 5 ft como se refleja de una planilla de aproximación a altura de la
rodilla en el puesto del piloto o de lamberts de luz de 2 ft que se refleja de la cara del piloto.
2. Escenas visuales que ilustren las relaciones físicas representativas que se sabe causan ilusiones en el
aterrizaje para algunos pilotos, incluidos una pista corta, el aterrizaje sobre el agua, la pendiente de la
pista, características topográficas visuales y terreno que se eleva.
3. Representaciones meteorológicas visuales que abarquen los efectos sonoros, visuales y de movimiento
al entrar en una precipitación ligera, media o fuerte cerca de una tormenta en el despegue, la
aproximación y los aterrizajes a una altitud de 2 000 ft por encima del aeropuerto o por debajo de dicha
altitud y dentro de un radio de 10 millas del aeropuerto.
5. Representaciones de pista húmeda y, si corresponde para el explotador, cubierta de nieve, incluidos los
efectos en la iluminación de la pista.
7. Presentaciones del radar meteorológico en las aeronaves en las que la información radar aparece en los
instrumentos de navegación del piloto. [Artículos 313, 601, 603 y 604 del Federal Aviation Act de 1958
enmendado (49 U.S.C. 1354, 1421, 1423, 1424); Artículo. 6(c), Department of Transportation Act
(49 U.S.C. 1655(c)].
[Doc. No. 19758, 45 FR 44183, 30 de junio de 1980; 45 FR 48599, 31 de julio de 1980, enmendado por la
Enmienda 121-258, 61 FR 30732, 17 de junio de 1996; 61 FR 39859, 31 de julio de 1996; Enmienda 121-
267, 62 FR 68137, 30 de diciembre de 1997].
Apéndice 7
JUEGOS DE DATOS DE SIMULACIÓN DE CIZALLADURA DEL VIENTO
(véase 5.1.4.3)
Nota.— La tabla y las notas 1 a 10 se reproducen con la autorización de la FAA. La OACI ha enumerado la tabla para usarla en el presente apéndice.
Separación Diámetro
Serie de datos del sistema (metros) de aproximativo FBAR Modelos Condiciones del vuelo
de simulación en el área la retícula Reflectividad Reflectividad de salida @ máximo de Presencia Gradiente de ecos Ubicación y velocidad relativa
terminal (TASS) de la horizontal máxima de salida máximo_V Etapa de 1 km aprox. de lluvia vertical de parásitos
Núm. NASA [1] (dBz) (dBz) (km) aumento [2] [3] temperatura Simetría radar [4]
1 Accidente DFW 50 55 35 a 42 3,5 N/A 0,2 No Adiabático Asimétrico Newark Alineado para despegue al este con el
4R/22L borde anterior de la microrráfaga a
SERIE DE 3,0 NM del lugar en que se sueltan los
DATOS/TIEMPO: 111 frenos.
Microrráfaga húmeda
AP 7-1
4 20/06/91 100 50 37 a 45 3,5 Desarrollo 0,06 Sí Adiabático Irregular Newark Aproximación directa –3º hacia el este
Vuelo de investigación 4R/22L con la microrráfaga situada a la altura de
de la NASA Caso por la radiobaliza intermedia a 1,2 NM del
Orlando (Florida) debajo del umbral de la pista.
umbral
SERIE DE [6] Velocidad relativa: 150 ktas
DATOS/TIEMPO: 237
Microrráfaga húmeda
5 20/6/91 100 50 37 a 45 3,5 N/A 0,19 Sí Adiabático Irregular Newark Procedimiento de “motor y al aire” a
Vuelo de investigación 4R/22L 100 ft hacia el oeste, con la microrráfaga
de la NASA a 1,8 NM del punto de 100 ft en el
Orlando (Florida) extremo de la pista.
9 11/7/88 100 25 13 a 27 1,5–3,0 N/A 0,19 Sí Adiabático Varía Newark Alineado para el despegue hacia el este
AP 7-3
AP 7-4
Separación Diámetro
Serie de datos del sistema (metros) de aproximativo FBAR Modelos Condiciones del vuelo
de simulación en el área la retícula Reflectividad Reflectividad de salida @ máximo de Presencia Gradiente de ecos Ubicación y velocidad relativa
terminal (TASS) de la horizontal máxima de salida máximo_V Etapa de 1 km aprox. de lluvia vertical de parásitos
Núm. NASA [1] (dBz) (dBz) (km) aumento [2] [3] temperatura Simetría radar [4]
14 11/7/88 100 40 13 a 27 1,5–3,0 N/A 0,13 Sí Adiabático Varía Newark Aproximación directa –3º hacia el
Caso de incidente entre 4R/22L sudeste con un rumbo de 135º. La
Denver (Colorado) micro- microrráfaga está situada a la altura de
rráfagas la radiobaliza intermedia a 0,5 NM del
SERIE DE umbral de la pista.
DATOS/TIEMPO: 351
Varias microrráfagas Velocidad relativa: 150 ktas
15 11/7/88 100 40 13 a 27 1,5–3,0 N/A 0,17 Sí Adiabático Varía Newark Aproximación directa –3º hacia el oeste
Caso de incidente entre 4R/22L con un rumbo de 270º. La microrráfaga
Denver (Colorado) micro- está situada a la altura de la radiobaliza
rráfagas intermedia a 0,5 NM del umbral de la
SERIE DE pista.
DATOS/TIEMPO: 351
Varias microrráfagas Velocidad relativa: 150 ktas
16 11/7/88 100 40 13 a 27 1,5–3,0 N/A 0,13 Sí Adiabático Varía Newark Aproximación directa –3º hacia el
Caso de incidente entre 4R/22L noroeste con un rumbo de 315º. La
Denver (Colorado) micro- microrráfaga está situada a la altura de
rráfagas la radiobaliza intermedia a 0,5 NM del
SERIE DE umbral de la pista.
DATOS/TIEMPO: 351
Varias microrráfagas Velocidad relativa: 150 ktas
17 11/7/88 100 40 13 a 27 1,5–3,0 N/A 0,15 Sí Adiabático Varía Denver Vuelo horizontal a 1000 ft AGL,
19 14/7/82 50 27 0 a 10 1,0 N/A 0,24 No Capa Asimétrico Newark Aproximación directa –3º hacia el este
AP 7-5
[10]
AP 7-6
Separación Diámetro
Serie de datos del sistema (metros) de aproximativo FBAR Modelos Condiciones del vuelo
de simulación en el área la retícula Reflectividad Reflectividad de salida @ máximo de Presencia Gradiente de ecos Ubicación y velocidad relativa
terminal (TASS) de la horizontal máxima de salida máximo_V Etapa de 1 km aprox. de lluvia vertical de parásitos
Núm. NASA [1] (dBz) (dBz) (km) aumento [2] [3] temperatura Simetría radar [4]
24 8/7/89 100 17 a 20 –10 a –4 3,0 N/A 0,17 No Adiabático Irregular Newark Procedimiento de “motor y al aire” a
Sondeo 4R/22L 100 ft hacia el norte, con la microrráfaga
Denver (Colorado) a 1,8 NM del punto de 100 ft en el
extremo de la pista.
SERIE DE
DATOS/TIEMPO: 540 Velocidad relativa: 150 ktas
Microrráfaga muy seca
[10]
25 8/7/89 100 17 a 20 –10 a –4 3,0 N/A 0,16 No Adiabático Irregular Denver Vuelo horizontal a 1000 ft AGL,
Sondeo 26L velocidad de viraje normalizada al
Denver (Colorado) localizador, limitado por un ángulo de
inclinación lateral de 25º. La
SERIE DE microrráfaga debería situarse de modo
DATOS/TIEMPO: 540 que esté directamente delante de la
Microrráfaga muy seca aeronave al captarse el localizador.
[10]
Velocidad relativa: 200 ktas [8]
26 8/7/89 100 5 –11 3,0 N/A 0,15 No Adiabático Irregular Newark Aproximación directa –3º hacia el norte
Sondeo 4R/22L con la microrráfaga situada a la altura de
Denver (Colorado) la radiobaliza intermedia a 0,5 NM del
umbral de la pista.
SERIE DE
28 Sondeo derivado 100 50 40 a 47 1,0 N/A 0,15 Ligera Adiabático Asimétrica Newark Aproximación directa –3º hacia el norte
AP 7-7
AP 7-8
Separación Diámetro
Serie de datos del sistema (metros) de aproximativo FBAR Modelos Condiciones del vuelo
de simulación en el área la retícula Reflectividad Reflectividad de salida @ máximo de Presencia Gradiente de ecos Ubicación y velocidad relativa
terminal (TASS) de la horizontal máxima de salida máximo_V Etapa de 1 km aprox. de lluvia vertical de parásitos
Núm. NASA [1] (dBz) (dBz) (km) aumento [2] [3] temperatura Simetría radar [4]
33 Sondeo derivado 100 50 40 a 47 1,0 N/A 0,13 Ligera Adiabático Asimétrica Newark Aproximación directa –3º hacia el
Florida 4R/22L noroeste con un rumbo de 315º. La
microrráfaga está situada a la altura de
SERIE DE la radiobaliza intermedia a 0,5 NM del
DATOS/TIEMPO: 614 umbral de la pista.
Microrráfaga
sumamente asimétrica Velocidad relativa: 150 ktas
34 2/8/81 100 20 18 a 20 N/A N/A 0,12 No Adiabático Asimétrica Newark Alineado para el despegue hacia el
Sondeo ajustado 4R/22L oeste con el borde anterior de la
de Knowlton En área microrráfaga situado de modo que el
Montana de FBAR avión esté en condiciones de viento de
máxima frente en la salida.
SERIE DE
DATOS/TIEMPO: 727 Velocidad relativa: 0 ktas [5]
Frente de ráfagas
35 2/8/81 100 20 18 a 20 N/A N/A 0,13 No Adiabático Asimétrica Newark Aproximación directa –3º hacia el oeste.
Sondeo ajustado 4R/22L La microrráfaga está situada a la altura
de Knowlton En área de la radiobaliza intermedia a 12 NM del
Montana de FBAR umbral de la pista.
máxima
SERIE DE Velocidad relativa: 150 ktas
DATOS/TIEMPO: 727
NOTAS:
[1] Se entregarán todas las series de datos TASS de la NASA con una resolución de 50 metros.
[2] Los factores F serán diferentes en las series de datos elaboradas para velocidades relativas de 120, 150, y 200 ktas. Dado que el cálculo del factor F
depende de manera limitada de la velocidad verdadera (TAS) del avión, una velocidad relativa característica de 150 kt se ha seleccionado para normalizar
la evaluación de estos sistemas. Sin embargo, los algoritmos del sistema de cizalladura del viento pueden ser sensibles respecto a la velocidad verdadera;
la velocidad relativa elevada es crítica para la evaluación del régimen de actualización del sistema en relación con un tiempo de detección mínimo y una
velocidad relativa baja debería evaluarse sencillamente para indicar que el sistema funcionará realmente a bajas velocidades relativas. Por consiguiente,
debe evaluarse una serie limitada a 120 y 200 ktas. Se ha seleccionado 120 ktas como mínimo característico para despegues y aterrizajes con flaps
máximos de peso ligero a nivel del mar en un día normal, mientras que 200 ktas es un máximo característico para operaciones de flaps mínimos de peso
elevado en aeropuertos a gran altitud en un día caluroso.
[3] La presencia de lluvia puede afectar negativamente a la actuación del sistema. Éste debería poder detectar una cizalladura del viento peligrosa con al menos
un aviso anticipado de 10 segundos para que se clasifique como un sistema de pronosticación (“de corto o largo alcance”). Dado que las cizalladuras del
viento pueden estar contenidas en un entorno con lluvia fuerte, debería ser posible detectarlas en dichas condiciones.
Apéndice 7.
El análisis de los datos TDWR obtenidos en Orlando ha indicado que la mayor diferencia en reflectividad observada entre dos células que producen
microrráfagas a una distancia de 5 km una de la otra era de 10 dBz. En Denver, este número aumentó hasta un máximo de 30 dBz, lo que sólo se observó
dos veces. Por consiguiente, para los fines de evaluación de la actuación de los sensores en presencia de lluvia, se han orientado las trayectorias de vuelo
ilustradas en el Apéndice E1 cuando fue necesario, de modo que pasaran por áreas significativas de lluvia antes de llegar al peligro de las microrráfagas.
[4] Las trayectorias de vuelo que se describen en el Apéndice Ea se han orientado, cuando fue necesario, para lograr áreas con presencia de lluvia antes de
No sería lógico exigir que se evalúe en su totalidad la matriz de ensayos para cada configuración; por consiguiente, convendría que los fabricantes de
sistemas determinaran y justificaran las condiciones críticas (relativas a detección, supresión de parásitos, presentación, etc.) para sus sistemas.
Los vuelos de compilación de ecos parásitos radar de tierra deberían efectuarse utilizando las fases y características de vuelo que se describen en el
Apéndice E. Todos los ensayos en vuelo deberían realizarse utilizando ángulos de cabeceo de los sensores y del avión que sean críticos para la actuación
del sistema.
[5] Estas situaciones de vuelo tienen por objeto demostrar la detección de cizalladura del viento antes de soltarse los frenos. Si no se logra la detección en esas
condiciones, debería iniciarse el recorrido de despegue y continuarse hasta el punto de detección.
[6] Se han seleccionado trayectorias de vuelo y series de datos TASS de la NASA para proporcionar situaciones FBAR cerca del límite entre ALERTA
NECESARIA y ALERTA NO NECESARIA y dentro de los criterios correspondientes a ALERTA POSIBLE para varias situaciones de microrráfagas. Dichas
situaciones se han seleccionado para ilustrar las características de desarrollo, fuerza máxima y disminución de las microrráfagas.
La reflectividad, atenuación, fuerzas relativas de campo de viento vertical y horizontal, simetría del Caso 237, 349, y 614, etc., pueden cambiar a medida que
se desarrolla y disminuye una microrráfaga. Estos ensayos tienen por objeto mostrar que el sistema es insensible respecto a las relaciones modeladas
concretas. Los factores F para varios de estos casos se seleccionan para aproximarse al factor F ALERTA NECESARIA. Sin embargo, según el umbral
escogido para la alerta, las situaciones que estén dentro de los criterios de ALERTA NECESARIA pueden no producir alerta alguna. Además, varios de esos
casos tienen por objeto mostrar que el sistema está libre de falsas alertas cuando la cizalladura del viento se halla por debajo del límite de ALERTA NO
NECESARIA.
[7] La serie de simulaciones puede empezar en el despegue a la altura en que se repliega el tren de aterrizaje >50 ft AGL.
[8] En los ensayos en vuelo relativos a datos de ecos parásitos debería tratarse de reproducir la derrota especificada ajustando el ángulo de inclinación lateral,
que no debe ser inferior a 20º.
[9] Los vuelos para compilar ecos parásitos de tierra deberían efectuarse con la aeronave en su ángulo máximo seguro de derrape a fin de simular un ángulo
de deriva de 25º en la aproximación. Toda pérdida de 25º debería compensarse mediante ajustes aceptables.
[10] Las situaciones más secas que la reflectividad básica de 5 dBz son raras. Una reflectividad de 5 dBz corresponde a 0,001 pulgadas de agua por hora en la
superficie. Véase también la justificación para el caso TASS: 540 y 545 de la NASA.
AP 7-9
a. El Apéndice E no se reproduce en el presente manual.
Apéndice 8
REGLAS DE PRONÓSTICO
Nota.— El texto que sigue se reproduce con la autorización de la Oficina Meteorológica del
Reino Unido.
Criterios meteorológicos
a) Pruebas en invierno
1) V10 > 30 kt
AP 8-1
AP 8-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
8) INFORMES DE AERONAVES sobre cizalladura del viento a poca altura recibidos durante
la hora anterior.
b) Pruebas en verano
1) V10 > 30 kt
3) VG − V10 > 40 kt
~ ~
4) VG − V10 > 30 kt con presencia de una capa de inversión o isoterma por debajo de
600 m
~ ~
5) hay
Notas
1) Un aviso expedido en virtud de las Reglas 1-7 anteriores debe presentarse como sigue:
“Cizalladura del viento prevista por debajo de 2 000 ft.”
Criterios que han de someterse a prueba a las horas de observación siguientes 2100, 0000,
0300 y 0600 GMT.
Cabe suponer la presencia de una corriente en chorro (nocturna) a baja altura si se satisfacen
todos los criterios siguientes:
1) La hora está comprendida entre (puesta del sol + 3 horas) y (salida del sol + 1 hora)
2) Hay presente una capa de inversión o isoterma al nivel del suelo y lo ha estado durante
por lo menos las tres observaciones anteriores, y
Notas
1) V10 (máx) y TaTa (máx) son los valores máximos notificados de V10 y TaTa entre las 1300 y las
1800 GMT inclusive (tarde anterior).
[TaTa es la temperatura de la superficie (en abrigo).]
2) Si se satisfacen todos los criterios, entonces cabe suponer la presencia de una corriente en chorro
a poca altura en el transcurso de la hora presente y en las dos horas siguientes; los avisos se
expedirán durante todo este período de tres horas.
Nota.— Se expiden también alertas teniendo en cuenta los informes recientes de los pilotos
referentes a cizalladura del viento en la aproximación o el ascenso.
2.2 El mensaje de alerta se transmite en las difusiones ATIS a la llegada y la salida de Heathrow y
por R/T a las aeronaves que llegan y salen en Aldergrove, en uno de los tres formatos siguientes:
2.3 Los informes sobre cizalladura del viento encontrada en la aproximación o el ascenso
transmitidos por pilotos pueden mejorar considerablemente la eficacia operacional de este servicio. Los
informes sirven también para la constante evaluación de los criterios en relación con los cuales se
pronostican las alertas. Por consiguiente, se pide a los pilotos que encuentren durante la aproximación o el
ascenso cizalladuras del viento cuya intensidad varía entre moderada y muy fuerte que notifiquen el
fenómeno al ATC tan pronto como les sea posible hacerlo. Los criterios aplicables a la notificación de
cizalladura del viento figuran a continuación.
Los pilotos que se sirvan de sistemas de navegación que proporcionen lecturas directas de la
velocidad del viento, deberían notificar el viento y la altitud/altura por encima y por debajo de la
capa de cizalladura, así como su ubicación. Otros pilotos deberían notificar la pérdida o
ganancia de velocidad aerodinámica o la presencia de corrientes ascendentes o descendentes
y todo cambio significativo en el efecto del viento de costado, la altitud/altura y ubicación, su
fase de vuelo y tipo de aeronave. Los pilotos que no puedan notificar la cizalladura del viento en
estos términos precisos, deberían hacerlo indicando su efecto en la aeronave, la altitud/altura y
ubicación y el tipo de aeronave, por ejemplo: “Cizalladura del viento repentina a 500 ft QFE en
fases finales de vuelo, necesario empuje máximo, B707”. Se pide a los pilotos que encuentren
cizalladura del viento que transmitan un informe aun cuando ya se haya pronosticado o
notificado previamente.
Apéndice 9
Nota.— El texto que sigue se ha extraído del Manual de instrucción, Parte F-1 — Meteorología
para controladores de tránsito aéreo y pilotos (Doc 7192) de la OACI.
2. Los extractos siguientes provienen de las secciones pertinentes de la Parte F-1 del Manual de
instrucción respecto a la cizalladura del viento y los conocimientos y pericia mínimos que son necesarios
para que los controladores de tránsito aéreo, los pilotos privados y comerciales y los pilotos de transporte
de las líneas aéreas lleven a cabo sus funciones de manera eficaz y productiva.
Capítulo 3
PROGRAMA DE ESTUDIOS
…
3.4 RELACIÓN ENTRE LA PRESIÓN Y EL VIENTO
…
3.4.2 Conocimientos y pericia requeridos
AP 9-1
AP 9-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
• fuerza centrípeta
• rozamiento en la superficie
…
3.10 TORMENTAS
…
3.10.2 Conocimientos y pericia requeridos
…
Tiempo en la superficie asociado a tormentas
• vientos en ráfagas, turbulentos:
— derivas del viento
• cizalladura del viento (incluidos frentes de ráfaga y microrráfagas secas y húmedas)
• precipitación fuerte (lluvia o granizo)
• cambios de la temperatura y de la presión
• rayos
…
3.26.2 Conocimientos y pericia requeridos
…
Avisos
• información SIGMET/AIRMET:
— en ruta
— criterios para su expedición
— función de la información SIGMET en relación con los ciclones tropicales y las nubes
de cenizas volcánicas
— formato
• avisos de aeródromo:
— área terminal
— contenido
• avisos de cizalladura del viento:
— área terminal
— formato
• turbulencia de estela
Ejercicio de aula
• examen de mapas ordinarios y previstos para fines de planificación de los vuelos e
incluidos en la documentación de vuelo
• práctica en descifrar e interpretar los pronósticos de aeródromo y los pronósticos de
aterrizaje de tipo tendencia
• práctica en leer los avisos de aeródromo y los avisos de cizalladura del viento
…
Apéndice 10
1. Con objeto de ayudar a los Estados y a los explotadores a elaborar sus diversos programas de
instrucción, la OACI dispone de un gran número de ayudas audiovisuales para la instrucción que están a la
venta. Se trata de carteles y vídeos, algunos de los cuales han sido producidos por la OACI y otros que han
sido puestos a su disposición por Estados contratantes.
2. Por lo que se refiere a la cizalladura del viento, existe un cartel que trata de esta cuestión:
Frente de ráfagas, turbulencia y gradiente del viento (P621) trata este asunto. En él se señalan los peligros
que entrañan los frentes de ráfagas que acompañan a las tormentas. En el cartel P683, Cortante del viento
— Microdescendente, se destaca que la evasión es la mejor técnica al tratarse de cizalladura del viento con
microrráfaga. Existe también el cartel P686, Microcorriente — Cortante del viento, en que se describen e
ilustran numerosas características de una cizalladura del viento con microrráfagas características. Existen
dos vídeos sobre cizalladura del viento titulados Cizalladura del viento — El presunto culpable (V645) y
El factor del gradiente del viento (V647).
3. Estas ayudas audiovisuales son particularmente apropiadas para las personas que siguen
cursos de instrucción. En el Catálogo de publicaciones y ayudas audiovisuales de la OACI se proporcionan
plenos detalles sobre todos los carteles y vídeos. Las solicitudes de ejemplares del catálogo o los pedidos
de cualquier ayuda audiovisual para la instrucción deben dirigirse a:
AP 10-1
Apéndice 11
Nota.— El texto que sigue se ha extraído del Manual de operaciones del B737 (2002) y se
reproduce con la autorización de la Boeing Company.
Generalidades
La cizalladura del viento es un cambio de la velocidad o la dirección del viento en una corta distancia a lo
largo de la trayectoria de vuelo. Se considera como fuerte la cizalladura que produce cambios de velocidad
aerodinámica superiores a 15 kt o de velocidad vertical superiores a 500 ft por minuto.
Evitación
La tripulación de vuelo debería tratar de descubrir algún indicio de la presencia de cizalladura del viento a lo
largo de la trayectoria de vuelo prevista. Manténgase a distancia de las células tormentosas y de
precipitaciones intensas, así como de las áreas en las que se sabe que se producen cizalladuras del viento.
Si hay indicios de cizalladura del viento fuerte, retarde el despegue o interrumpa su aproximación.
— actividad tormentosa;
— PIREP; y
— avisos del sistema de alerta de cizalladura del viento a poca altura (LLWAS).
Prevención
Si sospecha la existencia de cizalladura del viento, esté especialmente atento a cualquier indicio de peligro
y esté dispuesto a actuar ante un posible encuentro repentino.
Si se sospecha que existe cizalladura del viento, se recomienda que se tomen las medidas preventivas
siguientes:
AP 11-1
AP 11-2 Manual sobre cizalladura del viento a poca altura
Despegue
Aproximación y aterrizaje
— Seleccione la posición de flaps mínima para el aterrizaje con arreglo a la longitud del terreno.
— Agregue una corrección apropiada de velocidad relativa (del mismo modo que para una ráfaga), la
velocidad de mando máxima no debería ser superior al valor más bajo entre: Vref + 20 kt o velocidad
de diseño en función de la altitud con los flaps para el aterrizaje menos 5 kt.
— Evite hacer grandes reducciones de empuje o cambios de compensación del empuje en caso de
aumentos repentinos de la velocidad aerodinámica, puesto que estos aumentos pueden ir seguidos
de disminución de la velocidad aerodinámica.
— Verifique los mandos del director de vuelo mediante los indicadores de trayectoria de vuelo en el
plano vertical.
— Es muy importante la coordinación y vigilancia por parte de los miembros de la tripulación,
especialmente de noche o en condiciones meteorológicas próximas a las mínimas. Obsérvense
atentamente los instrumentos indicadores de trayectoria de vuelo en el plano vertical, tales como
indicadores de velocidad vertical, altímetros e indicadores de desviación respecto a la trayectoria de
planeo. El piloto que no esté a los mandos debería señalar cualquier desviación respecto a la
normal. Utilizando el piloto automático y el mando automático de gases para la aproximación,
puede disponerse de más tiempo para la vigilancia e inspección.
Apéndice 11. Procedimientos suplementarios B737 — Condiciones meteorológicas desfavorables AP 11-3
Aviso anticipado de cizalladura del viento durante el recorrido de despegue: (alerta sonora “CIZALLADURA
DEL VIENTO POR DELANTE”)
— Si hay un encuentro con cizalladura del viento antes de V1, tal vez no quede pista suficiente para
detenerse si se inicia un despegue interrumpido en V1. En VR, aplicar el encabritamiento a una
velocidad normal hacia una actitud de cabeceo de 15º. Una vez en el aire, efectuar la maniobra de
evasión de cizalladura del viento.
— Si hay un encuentro con cizalladura del viento cerca de la velocidad normal de encabritamiento y
disminuye repentinamente la velocidad relativa, tal vez no quede pista suficiente para acelerar y
recuperar la velocidad normal de despegue. Si la pista no es suficiente para detenerse, iniciar un
encabritamiento normal al menos 2 000 ft antes del extremo de la pista, aun con baja velocidad
relativa. Pueden necesitarse actitudes más elevadas que las normales para elevarse en la pista
restante. Asegurarse de que se aplica el empuje máximo.
Aviso anticipado de cizalladura del viento durante la aproximación: (alerta sonora “PROCEDIMIENTO DE
MOTOR Y AL AIRE, CIZALLADURA DEL VIENTO POR DELANTE”):
— aplicar la maniobra de evasión de cizalladura del viento o, a discreción del piloto, aplicar un
procedimiento normal de “motor y al aire”.
Nota.— Los elementos siguientes indican que el avión se encuentra en cizalladura del viento:
— aviso de cizalladura del viento (sirena de dos tonos seguida de “CIZALLADURA DEL VIENTO,
CIZALLADURA DEL VIENTO”) o
— actitud de cabeceo de 5°
Vuelo manual
Vuelo automático
Nota.— A medida que disminuye la velocidad relativa, aumenta la fuerza de la palanca de mando
posterior. En todos los casos, la actitud de cabeceo que da lugar a intermitencia del sacudidor de palanca o
de sacudidas iniciales es el límite superior de la actitud de cabeceo. Puede ser necesario el vuelo con
sacudidor de palanca intermitente para obtener una separación positiva respecto al terreno. Un control
ligero y constante evitará un exceso de actitud de cabeceo y la pérdida.
*Nota.— El empuje máximo significa “empuje máximo certificado”. En el caso de motores sin
capacidad electrónica de limitación del empuje, la sobrealimentación o el bloqueo de la palanca de empuje
debería considerarse únicamente durante situaciones de emergencia cuando se han tomado todas las
demás medidas disponibles y el contacto con el terreno es inminente.
***ADVERTENCIA. — Una fuerte cizalladura del viento puede ser superior a la actuación del AFDS.
El piloto al mando debería estar preparado para desconectar el piloto automático y el mando automático de
gases y efectuar un vuelo manual.
BIBLIOGRAFÍA
Fujita. The Downburst. SMRP Research Paper No. 210. Library of Congress No. 85-50115. 1985.
Kermode. Mechanics of Flight. Pitman Publishing. 1976 Edition. ISBN 0 273 31623 0.
Kraupse. Contributions on the subject of longitudinal movement of aircraft in wind shear. NASA Technical
Memorandum NASA TM-77837. June 1985.
McIntosh. Meteorological Glossary. ISBN No. 11 400208 8. Her Majesty’s Stationery Office. 1972.
Pettersen. Weather Analysis and Forecasting. McGraw Hill. Library of Congress No. 55-11568. 1956.
Report by the United States National Academy of Sciences Committee on Low Altitude Wind Shear and its
Hazard to Aviation. National Academy Press. Washington, D.C., Library of Congress No. 83-63100.
Stewart. The Atmospheric Boundary Layer. Third WMO lecture (1979). WMO ISBN 92-63-10523-5.
Wind Shear and Flight Safety. A select bibliography. United Kingdom Civil Aviation Authority Paper
No. 86003. 1986.
— FIN —
PUBLICACIONES TÉCNICAS DE LA OACI
Este resumen explica el carácter, a la vez que describe, detalladas para su inclusión en un Anexo, o que son
en términos generales, el contenido de las distintas series susceptibles de frecuentes enmiendas, por lo que los proce-
de publicaciones técnicas editadas por la Organización de dimientos previstos en el Convenio resultarían demasiado
Aviación Civil Internacional. No incluye las publicaciones complejos.
especializadas que no encajan específicamente en una de
las series, como por ejemplo el Catálogo de cartas aero- Procedimientos suplementarios regionales (SUPPS).
náuticas, o las Tablas meteorológicas para la navegación Tienen carácter similar al de los procedimientos para los
aérea internacional. servicios de navegación aérea ya que han de ser aprobados
por el Consejo, pero únicamente para su aplicación en las
Normas y métodos recomendados internacionales. El respectivas regiones. Se publican englobados en un mismo
Consejo los adopta de conformidad con los Artículos 54, volumen, puesto que algunos de estos procedimientos
37 y 90 del Convenio sobre Aviación Civil Internacional, afectan a regiones con áreas comunes, o se siguen en dos
y por conveniencia se han designado como Anexos al o más regiones.
citado Convenio. Para conseguir la seguridad o regularidad
de la navegación aérea internacional, se considera que
los Estados contratantes deben aplicar uniformemente las
especificaciones de las normas internacionales. Para con-
seguir la seguridad, regularidad o eficiencia, también se
considera conveniente que los propios Estados se ajusten a
los métodos recomendados internacionales. Si se desea Las publicaciones que se indican a continuación se
lograr la seguridad y regularidad de la navegación aérea preparan bajo la responsabilidad del Secretario General,
internacional es esencial tener conocimiento de cualesquier de acuerdo con los principios y criterios previamente
diferencias que puedan existir entre los reglamentos y aprobados por el Consejo.
métodos nacionales de cada uno de los Estados y las
normas internacionales. Si, por algún motivo, un Estado no Manuales técnicos. Proporcionan orientación e infor-
puede ajustarse, en todo o en parte, a determinada norma mación más detallada sobre las normas, métodos recomen-
internacional, tiene de hecho la obligación, según el dados y procedimientos internacionales para los servicios
Artículo 38 del Convenio, de notificar al Consejo toda de navegación aérea, para facilitar su aplicación.
diferencia o discrepancia. Las diferencias que puedan
existir con un método recomendado internacional también Planes de navegación aérea. Detallan las instalaciones
pueden ser significativas para la seguridad de la navegación y servicios que se requieren para los vuelos internacionales
aérea, y si bien el Convenio no impone obligación alguna en las distintas regiones de navegación aérea establecidas
al respecto, el Consejo ha invitado a los Estados contra- por la OACI. Se preparan por decisión del Secretario
tantes a que notifiquen toda diferencia además de aquéllas General, a base de las recomendaciones formuladas por las
que atañan directamente, como se deja apuntado, a las conferencias regionales de navegación aérea y de las
normas internacionales. decisiones tomadas por el Consejo acerca de dichas reco-
mendaciones. Los planes se enmiendan periódicamente
Procedimientos para los servicios de navegación para que reflejen todo cambio en cuanto a los requisitos, así
aérea (PANS). El Consejo los aprueba para su aplicación como al estado de ejecución de las instalaciones y servicios
mundial. Comprenden, en su mayor parte, procedimientos recomendados.
de operación cuyo grado de desarrollo no se estima sufi-
ciente para su adopción como normas o métodos recomen- Circulares de la OACI. Facilitan información especia-
dados internacionales, así como también materias de un lizada de interés para los Estados contratantes. Comprenden
carácter más permanente que se consideran demasiado estudios de carácter técnico.
© OACI 2006
12/06, S/P1/200