INTRODUCCIÓN
En este módulo, se espera que las estudiantes desarrollen las competencias necesarias para generar experiencias de
aprendizaje que favorezcan el desarrollo del lenguaje en niños y niñas, además de aprender a seleccionar y a leer
obras literarias. Junto con esto, se busca que cada estudiante logre seleccionar, con creatividad y precisión, una
diversidad de recursos de apoyo al aprendizaje que favorezcan el goce estético y la libre expresión de las emociones y
sentimientos de las niñas y los niños, de acuerdo a sus etapas de desarrollo y nivel de aprendizaje.
Por su parte, el juego sociodramático, aporta a los niños y las niñas instancias para la expresión de sí mismo y la
comunicación con el otro. En este aspecto, quien ejerza como técnica en párvulos debe propiciar que los intereses de
los niños y las niñas sean considerados como base de su accionar personal, su interacción con los demás, sus modos
de expresión y de comunicación. De tal modo, durante la experiencia de aprendizaje, el niño y la niña puede expresar
lo que quiere y siente, descubrir su sensibilidad y las posibilidades comunicativas del cuerpo y la voz, recreando la
realidad y la imaginación.
En este marco, la docente debiese promover estrategias de carácter lúdico que intencionen la expresión simbólica y
propicien la comunicación entre los niños y las niñas, por medio de actividades significativas y cercanas, pues se asume
que el lenguaje –en sus distintos tipos– es una herramienta fundamental para el desarrollo de niños y niñas. Así, la
actividad artístico-lúdica se configura como un escenario privilegiado para la construcción y el fortalecimiento integral
en esta etapa formativa.
En síntesis, el presente módulo otorga a las estudiantes una instancia para desarrollar su narrativa utilizando la voz
como instrumento, mediante la identificación de elementos esenciales al momento de leer obras literarias
(apropiadas para los niños y las niñas) y la aplicación de diversas técnicas de expresión. Además, se espera que las
estudiantes logren generar experiencias educativas que propicien el desarrollo –por parte de los niños y las niñas– del
pensamiento reflexivo sobre sus propias vivencias y sobre el entorno sociocultural que lo acompaña tanto a él o ella
como a sus familias.
Finalmente, las estudiantes desarrollarán las competencias necesarias para guiar a las niñas y los niños en la creación
de manifestaciones artísticas de carácter teatral o literario (como las dramatizaciones simples), y que sean capaces de
utilizar recursos de apoyo (como títeres) para representar expresiones literarias y artísticas sencillas, adaptadas o de
su propia elaboración.
OA 1 Realizar y evaluar actividades educativas con párvulos de los distintos niveles, creando ambientes pedagógicos
adecuados a sus necesidades y a su desarrollo cognitivo, emocional, social y psicomotor, de acuerdo a las Bases
Curriculares de la Educación Parvularia y a las orientaciones e instrumentos recibidos de las educadoras.
ACTIVIDAD: Lea en voz alta el siguiente cuento. Recuerde utilizar un correcto tono de voz y expresión corporal.
PINOCHO
1. Había una vez, un viejo carpintero de nombre Gepetto, que como no tenía familia, decidió hacerse un muñeco
de madera para no sentirse solo y triste nunca más.
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2. “¡Qué obra tan hermosa he creado! Le llamaré Pinocho” – exclamó el anciano con gran alegría mientras le
daba los últimos retoques. Desde ese entonces, Gepetto pasaba las horas contemplando su bella obra, y
deseaba que aquel niño de madera, pudiera moverse y hablar como todos los niños.
3. Tal fue la intensidad de su deseo, que una noche apareció en la ventana de su cuarto el Hada de los Imposibles.
“Como eres un hombre de noble corazón, te concederé lo que pides y daré vida a Pinocho” – dijo el hada
mágica y agitó su varita sobre el muñeco de madera. Al momento, la figura cobró vida y sacudió los brazos y
la cabeza.
– Soy yo, papá. Soy Pinocho. ¿No me reconoces? – dijo el niño acercándose al anciano.
5. Cuando logró reconocerle, Gepetto lo cargó en sus brazos y se puso a bailar de tanta emoción. “¡Mi hijo, mi
querido hijo!”, gritaba jubiloso el anciano.
6. Los próximos días, fueron pura alegría en la casa del carpintero. Como todos los niños, Pinocho debía alistarse
para asistir a la escuela, estudiar y jugar con sus amigos, así que el anciano vendió su abrigo para comprarle
una cartera con libros y lápices de colores.
7. El primer día de colegio, Pinocho asistió acompañado de un grillo para aconsejarlo y guiarlo por el buen
camino. Sin embargo, como sucede con todos los niños, este prefería jugar y divertirse antes que asistir a las
clases, y a pesar de las advertencias del grillo, el niño travieso decidió ir al teatro, a disfrutar de una función
de títeres.
8. Al verle, el dueño del teatro quedó encantado con Pinocho: “¡Maravilloso! Nunca había visto un títere que se
moviera y hablara por sí mismo. Sin dudas, haré una fortuna con él” – y decidió quedárselo. Este aceptó la
invitación de aquel hombre ambicioso, y pensó que con el dinero ganado podría comprarle un nuevo abrigo a
su padre.
9. Durante el resto del día, Pinocho actúo en el teatro como un títere más, y al caer la tarde decidió regresar a
casa con Gepetto. Sin embargo, el dueño malo no quería que el niño se fuera, por lo que lo encerró en una
caja junto a las otras marionetas. Tanto fue el llanto de Pinocho, que al final no tuvo más remedio que dejarle
ir, no sin antes obsequiarle unas pocas monedas.
10. Cuando regresaba a casa, se topó con dos astutos bribones que querían quitarle sus monedas. Como era un
niño inocente y sano, los ladrones le engañaron, haciéndole creer que si enterraba su dinero, encontraría al
día siguiente un árbol lleno de monedas, todas para él.
11. El grillo trató de alertarle sobre semejante timo, pero Pinocho no hizo caso a su amigo y enterró las monedas.
Luego, los terribles vividores esperaron a que el niño se marchara, desenterraron el dinero y se lo llevaron
muertos de risa.
12. Al llegar a casa, Pinocho descubrió que Gepetto no se encontraba, y empezó a sentirse tan solo, que rompió
en llantos. Inmediatamente, apareció el Hada de los Imposibles para consolar al triste niño. “No llores Pinocho,
tu padre se ha ido al mar a buscarte”.
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13. Y tan pronto supo aquello, Pinocho partió a buscar a Gepetto, pero por el camino tropezó con un grupo de
niños:
– Vamos al País de los Dulces y los Juguetes – respondió uno de ellos – Ven con nosotros, podrás divertirte sin
parar.
– No lo hagas, Pinocho – le dijo el grillo – Debemos encontrarnos con tu padre, que se ha ido solo y triste a
buscarte.
– Tienes razón, grillo, pero sólo estaremos un rato. Luego le buscaré sin falta.
15. Y así se fue Pinocho acompañado de aquellos niños al País de los Dulces y los Juguetes. Al llegar, quedó tan
maravillado con aquel lugar que se olvidó de salir a buscar al pobre de Gepetto. Saltaba y reía Pinocho rodeado
de juguetes, y tan feliz era, que no notó cuando empezó a convertirse en un burro.
16. Sus orejas crecieron y se hicieron muy largas, su piel se tornó oscura y hasta le salió una colita peluda que se
movía mientras caminaba. Cuando se dio cuenta, comenzó a llorar de tristeza, y el Hada de los Imposibles
volvió para ayudarle y devolverlo a su forma de niño.
17. – Ya eres nuevamente un niño bello, Pinocho, pero recuerda que debes estudiar y ser bueno.
– Oh sí, señora hada, a mí me encanta estudiar – dijo Pinocho y al instante, le quedó crecida la nariz.
– No, para nada, nunca he dicho una mentira – pero la nariz le creció un poco más – ¡Y siempre me porto muy
bien!
18. Pero al decir aquello la nariz le creció tanto, que apenas podía sostenerla con su cabeza. Con lágrimas en los
ojos, Pinocho se disculpó con el Hada y le prometió que jamás volvería a decir mentiras, por lo que su nariz
volvió a ser pequeña. Entonces, él y el grillo decidieron salir a buscar a Gepetto. Sin embargo, cuando llegaron
al mar, descubrieron que el anciano había sido tragado por una enorme ballena.
19. Enseguida, se lanzó al agua, y después de mucho nadar, se encontró frente a frente con la temible ballena.
“Por favor, señora ballena, devuélvame a mi padre”. Pero el animal no le hizo caso, y se tragó a Pinocho
también. Al llegar al estómago, se encontró con el viejo Gepetto y quedaron abrazados un largo rato.
– Hagamos una fogata papá. El humo hará estornudar a la ballena y podremos escapar.
21. Y así fue como Pinocho y su padre quedaron a salvo de la ballena, pues estornudó tan fuerte que los lanzó
fuera del vientre y lograron escapar a tierra firme. Cuando llegaron a casa, este se arrepintió por haber
desobedecido a su padre, y desde entonces no faltó nunca a clases, y fue tan bueno y disciplinado, que el Hada
de los Imposibles decidió convertirlo en un niño de carne y hueso, para alegría de su padre, el viejo Gepetto,
y del propio Pinocho.