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Bases de la teoría del Procesamiento Sensorial de Winnie Dunn

El modelo de Procesamiento Sensorial de Winnie Dunn es un modelo ecológico que enfatiza la


importancia de analizar las demandas de la actividad y del entorno del niñ@ para maximizar su
autonomía. Bajo este enfoque, el Terapeuta Ocupacional aplicaría sus conocimientos sobre
Neurodesarrollo, Procesamiento e Integración Sensorial (entre otros), para asesorar sobre las
rutinas de las familias y así modificar las tareas, actividades, contextos o entornos para
favorecer la participación del niñ@ en sus actividades diarias mediante distintas técnicas.

Es un modelo ecológico como decíamos, y por esto entre sus bases teóricas se destaca la
importancia de la interacción entre el niñ@, el entorno y la ocupación. Esta triple interacción
es dinámica y se produce continuamente a lo largo del tiempo y del espacio. Dicho entorno
puede ser un facilitador o un inhibidor de la participación, así que se deben recoger datos y
tener en cuenta la importancia del contexto dónde debe realizar la actividad, además de
analizar las destrezas del niñ@, por supuesto.

Patrones de Procesamiento Sensorial

Winnie Dunn entiende el Procesamiento Sensorial como un continuo y describe 4 patrones de


procesamiento en función del umbral neurológico y de la autorregulación. El umbral
neurológico es la cantidad de estímulo necesaria para que una neurona responda. Si el umbral
es bajo, la neurona responde rápidamente, mientras que si el umbral es alto, la neurona
responde más lentamente. Por otro lado, puede darse una autorregulación activa o pasiva. Si
se produce una autorregulación activa, el niñ@ responde al estímulo tratando de controlar la
cantidad y el tipo de estímulo que recibe; mientras que si se da una autorregulación pasiva,
puede “dejar que las cosas sucedan” y responder más tarde. Esto daría lugar a 4 patrones
distintos:

Búsqueda

 Umbral alto – Autorregulación activa.

 “Siempre quiere más”.

 Grado en el que obtiene sensaciones.

 Por ejemplo: llevará a cabo más acciones para obtener más entradas sensoriales y
permanecer alerta: tocar todo, corretear, morder, dar golpecitos con el lápiz, etc.

Evitación

 Umbral bajo – Autorregulación activa.

 Crea rutinas y le gusta el orden, quiere uniformidad para tolerar mejor el estímulo/ los
estímulos.

 Grado en el que le molestan los inputs sensoriales.

 Ejemplo: se mantiene al margen de las actividades, especialmente de aquellas en las


que sienten que no tienen el control.

Sensibilidad

 Umbral bajo – Autorregulación pasiva.

 “Es exigente, detecta patrones que el resto no haría”.


 Grado en el que detecta las entradas.

 Por ejemplo, quiere silencio absoluto o es muy escrupuloso comiendo, porque “lo
siente todo”.

Registro

 Umbral alto – Autorregulación pasiva.

 “Parece que no se entera”.

 Grado en el que ignora las entradas sensoriales.

 Por ejemplo; ignora señales que para otros podrían ser obvias, por ejemplo, no
escucha cuando le llaman o no se da cuenta de que lleva la ropa mal puesta.

5 aspectos básicos a tener en cuenta

Estos son algunos de los pilares básicos de este tipo de intervención. Como veis son sencillos
de comprender, pero en ocasiones difíciles de llevar a la práctica. Vamos a poner un ejemplo:

“Imaginemos que tenemos un niño muy sensible a los sonidos. Lo pasa muy mal cuando va a
ver a su hermano jugar al baloncesto. Su Terapeuta Ocupacional y sus padres barajan posibles
soluciones para que vaya a los partidos, entre otras: usar unos cascos canceladores, llevar un
mp3 con su música favorita, hacer “descansos sensoriales” saliendo fuera del pabellón para
descansar del ruido o ir al partido sólo un ratito. Pero pensemos… ¿sería otra opción o se
debería considerar que esa actividad no es significativa para el niño y que le hace pasar un mal
rato, y que estaría mejor si se queda jugando en casa con su padre?”. Desde mi humilde
opinión, consideraría con la familia todas las opciones y abordaría junto a ellos la que les
hiciera a todos más feliz.

El Terapeuta Ocupacional, obviamente, tiene el conocimiento técnico, y debe ponerlo a


disposición de las familias. Pero la familia es la que mejor conoce al niñ@ y es la que convive
con él, por lo que dichas soluciones estarían dentro de las rutinas diarias de las familias. Bajo
este modelo los Terapeutas Ocupacionales asesoramos y las familias deciden.

Sin perjuicio de lo dicho anteriormente, creo que cualquier decisión que se tome respecto a la
participación del niñ@ debería estar en consonancia con estos principios generales y creo que
tanto familias como profesionales debemos tenerlos en cuenta:

1. Comprensión. Todos tenemos nuestros puntos fuertes y otros… vamos a llamarlos débiles.
Vamos a tratar de potenciar esos puntos fuertes.

2. Respeto. No hay un patrón “defectuoso” de funcionamiento. Cada uno funcionamos de una


manera y se deben proveer de adaptaciones en las actividades y/o en el entorno para
favorecer la participación. A todos hay alguna experiencia de movimiento, comida o actividad
que no nos gusta. Recordemos el concepto de Equilibrio Sensorial como “la habilidad de usar
estrategias para organizar la sensación interna y externa para funcionar con éxito en la vida
diaria. Esas estrategias nos ayudan a organizarnos y mantienen y optimizan nuestro
desempeño funcional en la vida diaria. Estas estrategias pueden incluir conductas habituales
no conscientes, actividades y ambientes” (Blanche, 2008).
3. No lo hace queriendo. Si se produce una sobrecarga sensorial, no culpabilicemos. Tratemos
de ayudar, pero desde el respeto. Debemos tratar de averiguar qué fue lo que desencadenó
esa crisis para ser proactivos y saber cómo actuar para prevenirlas en lo sucesivo (Apoyo
Conductual Positivo). Os comparto este post del blog Autismo-PDA donde trata las crisis
sensoriales. No obstante, para comprender aspectos relacionados con dichas crisis, os
recomiendo encarecidamente el libro de Isabel Paula sobre Ansiedad y Autismo.

4. Nuestro funcionamiento puede fluctuar en el continuo. Una persona no es totalmente


“buscadora” o “totalmente” sensitiva, sino una mezcla, como se ha explicado. No existen
patrones “buenos ni malos”, podemos tener combinaciones de dichos patrones y además, se
puede tener un patrón predominante en un aspecto, por ejemplo un niño puede ser
eminentemente buscador a nivel oral (recordemos que somos (“mezclas”), mientras que
puede ser más bien evitador a nivel de movimiento. Además este es un modelo ecológico: uno
de los aspectos que va a determinar el éxito en nuestra ejecución, es el contexto.

5. Modificar las actividades y los entornos para favorecer la participación. A Algunos niños les
vendrá bien tener un asiento distinto a una silla (enlace a post Autorregulación en el aula), a
otros les funcionará tener un mordedor (enlace a post sobre Autorregulación oral) y a otros
les puede funcionar realizar actividades con peso y/o propioceptivas (enlace a artículo sobre
Propiocepción). No hay recetas mágicas, cada uno procesamos los estímulos sensoriales de
manera diferente.

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