1 Tipos de ritmos
Desde el punto de vista compositivo y formal podemos distinguir varios tipos de ritmos, muchos de ellos
reconocibles en tu entorno como en baldosas, azulejos, frisos decorativos, etc. En esta ocasión nos centraremos en
el estudio de varias clases: ritmos monoformes, por traslación, por giro, por textura y color, binarios,
modulares, concéntricos, radiales y progresivos. Veamos como distinguirlos mediante ejemplos de la Historia
del Arte de cada uno de ellos.
El ritmo binario es aquel que está determinado por una alternancia de formas a partir
de algunos de sus atributos visuales: tamaño, posición, color, etc.
El ritmo progresivo o modular es cuando las formas visuales cambian con una cierta
progresión (o escala) que puede ser bien ascendente, bien descendente. Un ritmo
puede crecer por tamaño, por grosor, por altura, por color, etc. Observamos una
progresión rítmica cuando el efecto se intensifica en una dirección. Por ejemplo, una
escala cromática del blanco al negro estaría marcando un ritmo progresivo, así como
una sucesión de líneas paralelas que vamos separando o acercando cada vez más en
una determinada dirección.
Los ritmos en espiral son variantes de los anteriores que generan desarrollos
formales vertiginosos a partir de un punto central dilatándose hacia afuera, creando
estructuras de gran belleza artística, como por ejemplo en una concha de Nautilus. La
fusión de ritmos concéntricos, radiales o espirales determinan efectos dinámicos que
con frecuencia han sido utilizados en las modernas investigaciones cinético-visuales
del arte cinético y el Op Art, como podrás comprobar en el apartado tres de este
mismo tema.
siempre han sido muy debatidos, aunque por regla general se cita que procede de una fusión que llevaron a cabo los
provinientes de África en el Caribe cuando oyeron la música europea y quisieron mezclarla con sus tambores.
Esos orígenes se centran especialmente en el mambo, el danzó, el cha cha chá, la guaracha y el son montuno,
enriquecidos más tarde con instrumentos como el saxofón, la trompeta o el trombón. (¡Por cierto, si quieres aprender a
bailar salsa, te dejamos nuestro directorio con más de 700 escuelas que imparten salsa!)
siglo XX. Pero no fue sino hasta el último tercio de este mismo siglo cuando el baile de salsa comenzó a hacer furor en
todo el mundo.
Cuba tuvo un papel protagonista en el origen de la salsa. Ya en la década de los 30 del siglo pasado sonaban en la
isla caribeña melodías y ritmos provenientes de África. Entre ellos estaba el danzón, una pieza musical que habían
el guagancó y el sonero para comenzar a crear ritmos afro-cubanos propios, entre los que se encontraban el jazz
La exquisita melodía de estos nuevos ritmos pronto cuajó en otros países de América Latina. Puerto Rico y Colombia
fueron los primeros que acogieron estos nuevos sonidos llegados desde el país cubano.
Sin embargo, no fue sino hasta su aparición en Estados Unidos, y más concretamente en el barrio del Bronx
neoyorquino, cuando estos ritmos adquirieron una mayor repercusión. Fue el momento en el que se fueron
agregando nuevos instrumentos musicales que hoy forman parte indisoluble de la salsa.
Los grandes músicos cubanos que se trasladaron a Nueva York junto a la ola de estos nuevos ritmos crearon las
famosas tumbadoras, las congas o el son montuno, y fueron los encargados de introducir los trombones y la
guaracha.
Ejemplo de canción de son montuno, "Mi chiquita quiere guarachar" de Beny Moré
A partir de aquí, la salsa comenzó a cobrar un auge inesperado. Los grandes músicos continuaron agregando nuevos
ritmos e instrumentos musicales, como la trompeta, el violín, la flauta o la charanga entre otros.
Este proceso se realizó de forma muy curiosa: Izzy Sanabria, diseñador gráfico en los estudios de Fania All Stars,
reunió a todos los ritmos de origen cubano que había hasta entonces bajo una misma denominación.
De esta manera, el término que utilizó para aglutinar a todos estos sonidos dispersos fue el de salsa, una acepción
con la que se animaba a las bandas para aumentar la energía durante la actuación.
Así pues, y teniendo en cuenta lo visto hasta ahora, se puede decir que la salsa, como conjunto de una serie de
ritmos y estilos, nació en Cuba pero fue en Estados Unidos donde se desarrolló principalmente y se lanzó hacia todo
el mundo.Se suele decir que la principal influencia de la salsa es el son cubano. Pero, a la vista de su origen en la
sucesión de estilos y ritmos, también es cierto apuntar que tiene influencias reconocidas del mambo, el cha cha chá, la
los africanos al Caribe y los bailes europeos que se bailaban en Cuba desde los años 30.
Tanto es así que los pasos básicos de la salsa son precisamente los mismos pasos del son cubano, al igual que
La salsa, en realidad, tiene un paso básico que es común en todos los estilos. Pero cada uno de estos estilos tiene su
El origen de estas variantes está en las regiones de donde proviene dicho estilo, que son las que fueron desarrollando
No es de extrañar, entonces, que la salsa se defina como el resultado de una serie de condiciones sociales y la
evolución de una serie de ritmos y melodías provenientes de Cuba, que se desarrollaron y lograron repercusión en
Estados Unidos.
Hay quien asegura frente a esta mezcolanza que la salsa no es ni un ritmo ni un estilo, sino más bien un término que
sirve para representar a toda la música de origen afrocubano surgida en las primeras décadas del siglo XX.
En definitiva, el origen de la salsa siempre ha sido, y seguirá siendo, muy discutido. No le faltaba razón al músico
estadounidense Tito Puente cuando dijo: “La salsa no existe. A lo que ahora llaman salsa es lo que he tocado yo
durante muchos años, y esto es mambo, guaracha, cha cha chá y guagancó”.