Pero los propósitos y anhelos albergados por los padres de la patria nunca deben
dejar de estar presentes, y más hoy, en la que nuestra sociedad está sumida en sus
contradicciones e incertidumbres.
Si bien aún hay mucho por hacer, hay algo de lo que sí goza todos los argentinos:
del uso de la libertad y de saber que formamos parte de este país del que estamos
todos orgullosos.
Está en cada uno de nosotros seguir luchando para que nuestra vida se desarrolle
adecuadamente haciendo honor a los criollos de 1810.