Anda di halaman 1dari 22

Capítulo 5

SoCiolingüíStiCa de la globalizaCión

FranCiSCo Moreno Fernández


Universidad de Alcalá
Instituto Cervantes at Harvard University
francisco.moreno@uah.es

1. introduCCión

No estoy seguro de que Haver Currie fuera plenamente consciente del


largo recorrido que tendría la palabra sociolingüística cuando la utilizó –en
1949 de forma oral y en 1952 por escrito– para afirmar que “las funciones y
significados sociales de los factores del habla ofrecen un prolífico campo de
investigación”. No era esta la primera vez que se hacía referencia a la socio-
lingüística, escrito con guion en aquella época, porque en 1939 Thomas C.
Hogson, ya había titulado un trabajo suyo “Socio-linguistics in India”, pero
sí era la primera vez que se vislumbraba su interés como materia de estudio.
Ese interés cuajó unos años más tarde con la publicación de dos volúme-
nes colectivos que permitieron hablar de sociolingüística con más continui-
dad (Bright 1966; Lieberson 1966). En esos volúmenes, fruto de reuniones y
simposios celebrados en los Estados Unidos en los años sesenta, se trataron
temas tan variados que dieron la impresión de que la nueva disciplina solo
tenía de común el nombre. De los años sesenta nos quedó clara, al menos, la
consolidación del término sociolingüística, que se incorporó desde entonces
al amplio espectro de los estudios del lenguaje, poniendo el énfasis a veces
en lo social, a la izquierda del guion de aquella socio-linguistics, a veces en
lo lingüístico, al otro extremo del guion, y, más de una vez, sobre el propio
guion, en una especie de cuerda floja en la que no se sabía si la investigación
había de caer a un lado o a otro de la pequeña raya horizontal.
118 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Ahora bien, entre todas las posibilidades de investigación que se maneja-


ron entre los años sesenta y setenta, como es sabido, hubo una que acabó con-
virtiéndose en la sociolingüística por antonomasia; en la sociolingüística
“propiamente dicha”, utilizando una etiqueta repudiada por los “no esencia-
listas”, como Karol Janicki (2006). Me refiero a la sociolingüística liderada
por la figura de William Labov y que recibe el nombre de sociolingüística
urbana o sociolingüística variacionista. Después de 50 años de investigación
sociolingüística, el paradigma del variacionismo pareciera haber monopoli-
zado la disciplina. De hecho, entre los años setenta y la década de 2000, las
investigaciones labovianas ofrecieron la mayor parte de sus mejores frutos
(Labov 1994, 2001, 2008; Trudgill 2003; Chambers, Trudgill y Schilling-
Estes 2002), dejando en la sombra de la sociolingüística a otras líneas de tra-
bajo, como los estudios del bilingüismo o de las lenguas en contacto. Pero,
¿cómo ha evolucionado la sociolingüística en los últimos diez años? ¿en qué
se han modificado sus intereses? ¿cómo están influyendo los cambios socia-
les contemporáneos sobre la sociolingüística? ¿qué derroteros teóricos están
siguiendo las investigaciones actuales? Estas serán las preguntas que han de
guiar este trabajo, que tendrá como objeto principal la presentación de un
panorama general sobre el modo en que la sociolingüística se ha interesado
por el proceso de la globalización y sus consecuencias.

2. de la SoCiedad eStratiFiCada a la globalizaCión

La forma en que convencionalmente se describe la sociolingüística urba-


na o cuantitativa se refiere a una línea de investigación preocupada funda-
mentalmente por los procesos de variación y cambio lingüísticos que apare-
cen en el seno de los grupos y comunidades que los articulan y condicionan
(López Morales 1989; Moreno Fernández 2009). Esta caracterización, sin
embargo, es demasiado amplia y encierra una extensa serie de posibilidades
que han ido surgiendo con el tiempo y que, en buena medida, han simulta-
neado su existencia, por la asincronía de las tendencias investigadoras entre
unas regiones y otras del mundo.
La sociolingüística de William Labov comenzó su andadura en la isla de
Martha’s Vineyard, en el nordeste estadounidense, un curioso lugar comparti-
do por una minoría de pobladores dedicados a la pesca y un gran contingente
de turistas que en épocas de vacaciones casi multiplica por diez la población
de la isla. Fue en Martha’s Vineyard donde, a comienzos de los sesenta,
William Labov (1963) hizo su estudio de los diptongos /ay/, como en wife, y
/aw/, como en house, observando el distanciamiento lingüístico entre la comu-
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 119

nidad estable y la que llegaba estacionalmente del continente. Y fue allí, por
tanto, donde comenzaron a circular algunos conceptos que, en el medio y en
el largo plazo, también se han revelado como fundamentales: la interpretación
contextualizada, el descubrimiento del simbolismo de las variantes y, en defi-
nitiva, la búsqueda del significado social de los usos lingüísticos.
En la evolución del estudio sociolingüístico del significado social de la
variación, Penelope Eckert (2012) ha identificado tres oleadas de práctica
analítica. En la primera de ellas se establecieron amplias correlaciones entre
las variables lingüísticas y categorías sociales como la clase socioeconómi-
ca, el sexo, la edad o la etnia. La segunda oleada se caracterizó por utilizar
métodos etnográficos para la exploración de los rasgos locales que configu-
ran las categorías generales. La tercera oleada se caracteriza, en primer lugar,
por considerar la lengua como un sistema semiótico social, capaz de expre-
sar los componentes sociales relevantes de una comunidad; en segundo lugar,
por interpretar que el significado de las variables es inespecífico y que solo
se concreta en estilos contextualizados; y, finalmente, por entender que la
variación no es un simple reflejo del significado social, sino que lo constru-
ye y lo modifica.
De estas tres oleadas identificadas por Penelope Eckert, la primera ha sido
la de recorrido más largo y la que más ha marcado la proyección de la socio-
lingüística fuera de su radio de acción. Se trata de una sociolingüística de la
estratificación social, basada en una sociología funcionalista nacida en la pri-
mera mitad del siglo XX, cuya conceptualización de la sociedad recuerda la
distribución de grupos e individuos dentro de los grandes barcos de pasaje-
ros transcontinentales, donde las clases estaban tan perfectamente comparti-
mentadas que el contacto entre ellas parecía enormemente dificultoso. Esos
elementos de clase también podían descubrirse en la literatura de finales del
XIX y de la primera mitad del siglo XX, con personajes encasillados en un
rígido sistema de clases, como los protagonistas de Benito Pérez Galdós, de
Herman Melville o de Scott Fitzgerald. Esta sociolingüística funcionalista
trabaja sobre muestras estratificadas de población con las que se realizan
entrevistas desde las que se analizan elementos de variación y cambio, dis-
tinguiendo entre el vernáculo y el habla cuidada, e identificando estilos dife-
rentes en relación con las categorías socioeconómicas de la comunidad.
La sociolingüística de la segunda oleada, por su parte, interpretaba las
sociedades como complejos de redes sociales, donde la interpretación de sus
usos lingüísticos requería de una aproximación etnográfica, más cercana,
capaz de comprender los valores del vernáculo de cada grupo, de cada etnia,
de cada modo de vida. Las descripciones de ciudades incluidas en la litera-
120 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

tura desde mediados de siglo XX refleja bien la dinámica social de que se


trata, como la que E. B. White hizo en su libro Esto es Nueva york, publica-
do en 1949, que aún conserva un cierto sabor de actualidad:

Existen vagamente tres Nueva Yorks. Está, primero, la Nueva York del hombre o
la mujer que ha nacido aquí, que toma la ciudad tal como es y acepta su tamaño
y su turbulencia como natural e inevitable. En segundo lugar, hay una Nueva
York de los commuters, la ciudad que cada día es devorada por langostas y escu-
pida cada noche. En tercer lugar, está la Nueva York de la persona que nació en
otro lugar y vino a la ciudad en busca de algo. De estas tres vibrantes ciudades,
la más grandiosa es esta última: la ciudad del destino final, la ciudad como meta.
Es esta tercera ciudad la que cuenta para la disposición temperamental de Nueva
York, su poética conducta, su dedicación a las artes y sus logros incomparables.
Los commuters le dan a la ciudad su inquietud inagotable, los nativos le aportan
solidez y continuidad, pero los nuevos residentes le dan pasión. Ya sea un cam-
pesino llegado de Italia para abrir una tienducha en un barrio pobre o una joven-
cita recién llegada de su pequeño pueblo de Misisipi para huir de la indignidad
de ser constantemente observada por sus vecinos o un joven que llega de la
región de Corn Belt con un manuscrito en la maleta y mal de amores en el cora-
zón, no hay diferencia: cada uno abraza a Nueva York con la intensa exaltación
del primer amor, …”

La imagen que nos transmite esta descripción literaria nos sitúa en un ambien-
te donde se entrecruzan redes sociales de gente con historias y modos de vida
diferentes, abordables mediante una metodología etnográfica de interpretación
de los significados sociales (Saville-Troike 1982; Milroy 1987).
Tanto la imagen de una sociedad perfectamente estratificada como la de
una Nueva York articulada en distintos modos de vida evidencian algunas
dificultades que la sociolingüística urbana sufrió durante sus primeras déca-
das de existencia. Por un lado, se trata de propuestas epistemológicas pensa-
das y desarrolladas desde y para las comunidades urbanas occidentales;
pecan, por tanto, de “occidencentrismo”. Esto significa que son demasiado
rígidas en su concepción, no tanto en su metodología, como para ser trasla-
dadas a otros contextos sociales, ni siquiera urbanos, o para adaptarse a espa-
cios más dinámicos (Singh 1996; Fought 2004).
Por otro lado, los modelos sociales sobre los que se trabaja muestran un des-
fase notable entre el momento de su propuesta primigenia desde la sociología
–o incluso desde la literatura– y el momento en que se trasladan a la sociolin-
güística. Así, la sociología que sustenta la primera sociolingüística urbana está
fundamentada en unas teorías del consenso emanadas del funcionalismo
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 121

estructuralista norteamericano, representado en la figura de Talcott Parsons,


cuyas principales aportaciones se publicaron en 1937. Del mismo modo, el
concepto de red social, surgido en la sociología del XIX (Tönnies 1889-1905),
tuvo desarrollo en los años sesenta (Granovetter 1973), pero no fue aplicado a
la sociolingüística hasta los años ochenta (Milroy 1987). Es como si la socio-
lingüística fuera continuamente a rebufo de la sociología occidental del
momento, distanciándose de ella a veces en años, a veces en décadas.
Y es que las dinámicas sociales no solo no se detienen, sino que producen
de modo constante nuevos hechos y circunstancias que acaban condicionando
la lengua y su uso. En los últimos tiempos, la realidad social, en sentido
amplio, está diversificando sus formas y planteando situaciones que requieren
unas respuestas analíticas adecuadas. Las reformas ortográficas en las lenguas
internacionales, los movimientos poblacionales, por razones políticas, econó-
micas, de seguridad o de turismo, el alcance internacional de los medios de
comunicación, la velocidad en la transmisión de mensajes; todo ello revela
unas circunstancias de contenido sociolingüístico derivadas del fenómeno lla-
mado globalización. Los tiempos traen nuevas realidades, con nuevos objetos
de estudio que la sociolingüística debe saber tratar, preferiblemente sin nece-
sidad de crear ex ovo una respuesta teórica para cada uno de ellos.
Esta primera referencia al fenómeno de la “globalización” obliga a su
definición, aunque sea mínimamente, dado que la bibliografía generada al
respecto es inmensa (Coupland 2010; Noya y Rodríguez 2010), casi inabar-
cable, sobre todo para los fines de este trabajo. Por ello nos limitaremos a
comentar la forma de entender la globalización propuesta por un sociolin-
güista: Jan Blommaert (2010: 13-14). Blommaert distingue entre globaliza-
ción geopolítica, que afecta al tejido social, político y económico, y globali-
zación geocultural, que afecta a la emergencia de nuevas tecnologías de la
comunicación, así como a los modelos sociolingüísticos de las lenguas den-
tro de las sociedades y a las formas multimodales de comunicación. Por otra
parte, el manejo de este concepto obliga a la consideración de otros fenóme-
nos, como la “localización” y la “indicidad”. Este último se adscribe a la dis-
ciplina denominada etnometodología, que tiene al sociólogo estadounidense
Harold Garfinkel como su principal representante (1968). La indicidad es
una cualidad de los hechos sociales y lingüísticos por la que se ligan de tal
forma a su entorno inmediato que, no solo dependen de él para su existencia,
sino que de él hacen emerger también su significado. Así pues, puede decir-
se que todo hecho discursivo y comunicativo es “indicial” o “indéxico” y que
los significados de las expresiones lingüísticas son esencialmente contexto-
dependientes, por lo que el valor de esas mismas expresiones, incluido su
valor simbólico, también sería contexto-dependiente.
122 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Las teorías de la globalización, en términos generales, ya han alcanzado


un grado suficiente de madurez, a pesar de su diversificación. Estas teorías,
como proponen Noya y Rodríguez (2010), ponen sobre la mesa debates para-
lelos en los que se enfrenta la cooperación a la competencia, el consenso al
disenso, la integración a la fragmentación, la inclusión a la exclusión, la
socialización plena a la socialización diferencial, la complementariedad a la
contradicción y la hegemonía al pluralismo. Todas estas dimensiones meta-
teóricas podrían ser proyectadas sobre la lengua, aunque lo cierto es que la
lengua –las lenguas– apenas han sido incluidas en el entramado teórico de la
globalización, salvo para resaltar dos aspectos: la universalidad del inglés y
el gran alcance de las tecnologías de la información y la comunicación. No
es que sea poco; pero es francamente insuficiente. Por eso Nikolas Coupland
ya comentó en 2003 que los lingüistas están llegando tarde a la fiesta, en el
sentido de que los tratados sobre la globalización habían inundado otras dis-
ciplinas, mientras brillaban por su ausencia en la sociolingüística. De nuevo,
los sociolingüistas aparecen siguiendo la estela que otras materias han crea-
do años antes, como había ocurrido con la sociología funcionalista, primero,
y con la sociología de redes después.

3. ¿nuevaS SoCiolingüíStiCaS?

En cualquier caso, la sociolingüística que ha comenzado a fraguarse a par-


tir de los años noventa, una “sociolingüística de la globalización”, está deci-
didamente volcada en el análisis y la interpretación de esas nuevas realida-
des. Esto podría suponer, en apariencia, un alejamiento de la sociolingüísti-
ca de la variación y el cambio. Pero, ¿quiere esto decir que la sociolingüísti-
ca más propiamente lingüística está dejando de tener sentido? Por supuesto
que no. La sociolingüística preocupada por los procesos y rasgos lingüísti-
cos, principalmente en su variación y cambio, no deja de tener sentido. Como
tampoco lo han perdido las tradicionales sociología del lenguaje y etnografía
de la comunicación. Lo que está viviendo la sociolingüística, en su conjunto,
es una reformulación de los objetos de estudio que más interesan en el pre-
sente y una actualización metodológica allá donde los métodos y las técnicas
son susceptibles de mejora, incluido el crecimiento de la “sociolingüística
aplicada” (Boxer 2002). Una sociolingüística de la variación y el cambio no
puede perder vigencia en sí misma: existirá siempre que alguien se interese
por tales realidades, indefectibles por otra parte, y siempre que esas realida-
des se pongan en relación con factores sociales, practicándola desde una
perspectiva realista, a partir del análisis, cualitativo y cuantitativo, de la len-
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 123

gua hablada. El mismo planteamiento podría hacerse para la sociología de la


lengua: su sentido, como línea de trabajo, existirá siempre que la lengua sea
interpretada como un objeto social sobre el que proyectar métodos socioló-
gicos. Y la línea etnográfica estará activa cuando exista interés por una agru-
pación social, del tipo que sea, y por los procesos comunicativos que se pro-
duzcan en su interior, a partir de un tratamiento cualitativo y etnográfico de
la investigación (Fough 2000). Así pues, si estas tres grandes líneas han teni-
do continuidad y se prevé que la sigan teniendo, cabe preguntarse cómo se
han reformulado sus objetos y cómo se ha actualizado su metodología.

Figura 1. ámbitos generales de la sociolingüística

Figura 2. ámbito primero de la sociolingüística de la globalización

No es objetivo principal de este estudio presentar un panorama general de


la sociolingüística de nuestros días, por lo que se realizará solamente un acer-
camiento superficial sobre ella. Y es que no resulta posible prescindir de
algunos comentarios sobre los espacios sociolingüísticos entre los que está
evolucionando la “sociolingüística de la globalización”. Para empezar, el
punto de arranque de esta sociolingüística puede situarse en el espacio de la
124 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

tradicional sociología del lenguaje. Tal propuesta se deduce claramente de los


antecedentes que establece Nikolas Coupland (2010: 8), con la mención
expresa de autores como Joshua Fishman, Michael Clyne, Heinz Kloss o
William MacKey.
Pero si esto afecta al espacio social de las lenguas, ¿qué está ocurriendo
en el espacio lingüístico y en el espacio etnográfico? En el plano más lin-
güístico, el estudio de la variación sigue ocupando un lugar destacado dentro
de la especialidad, con la permanente referencia de William Labov al fondo.
Pero las cosas se han movido desde 1963. Por un lado, la sociolingüística de
la variación y el cambio ha enriquecido sus componentes y ha reforzado sus
vínculos con dos factores que no le eran ajenos, pero que campeaban con fue-
ros propios: por un lado, la geografía; por otro, el discurso. De este modo
puede hablarse de una sociolingüística urbana, realista y cuantitativa que
aspira a explicar los cambios de forma integral (desde la sociedad y desde la
geografía) e incorporando elementos lingüísticos de todos los niveles (desde
el sonido al discurso), sin las trabas semánticas que en otros tiempos se inter-
pretaban como inexpugnables. De hecho, las cuestiones de significado se han
revelado fundamentales tanto por el peso de lo social y de lo contextual sobre
la semántica lingüística como por el peso de los significados sobre la diná-
mica social (Geeraerts, Kristiansen y Peirman 2010, 2016b).
Al mismo tiempo, la construcción de grandes corpus de lengua hablada
está convirtiendo en posible un objetivo que hace un par de décadas no era
más que un deseo: la práctica de una sociolingüística comparada (Taglia-
monte 2002), estudios lingüísticos a gran escala que permitan vislumbrar los
procesos de cambio en grandes dominios, como el hispánico. Como comple-
mento y soporte de esta nueva sociolingüística de la variación y el cambio,
sigue apareciendo el estudio de las actitudes lingüísticas, pero ahora remoza-
do por la aportación de una lingüística cognitiva (Langacker 1981; Taylor
1995) que está comenzando a extenderse por el ámbito social en forma de
“sociolingüística cognitiva”, presentándose como modelo teórico alternativo
al de base generativista (Geeraerts 2006; Kristiansen y Dirven 2008; More-
no Fernández 2012).
Por el lado de la etnografía, los últimos años han visto surgir dos líneas
de estudio con puntos en común, pero con agenda propia. En primer lugar, la
“sociolingüística de la complejidad o compléxica”, de base ecolingüística y,
por tanto, cercana a la sociología del multilingüismo. Esta línea compléxica,
cultivada en España por Albert Bastardas (2013, 2014), por ejemplo, se pre-
senta como idónea para entender procesos cotidianos como las conversacio-
nes, las interrelaciones de comunidades o los significados sociales que sur-
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 125

gen en distintos grupos y subgrupos socioculturales, siempre dentro del eco-


sistema físico y social en que aparece la lengua.

Figura 3. Sociolingüística en el ámbito lingüístico

En segundo lugar, la llamada sociolingüística crítica se interesa por el


modo en que se establecen y evolucionan las relaciones sociales, especialmen-
te las de desigualdad entre grupos diferentes (Pujolar; Van Dijk 1994; Martín
Rojo 2010; Del Valle 2013). Esta corriente no tiene que ver, pues, con una crí-
tica a la sociolingüística tradicional o alguno de sus componentes, como la que
pudieron practicar Norbert Dittmar (1973), Rajendra Singh (1996) o Carmen
Fought (2004) desde los años setenta. Si la “sociolingüística de la compleji-
dad” encuentra un apoyo fundamental en las teorías ecológicas, tanto ella como
la “sociolingüística crítica” se apuntalan sobre el análisis del discurso, ya que
entienden que las categorías sociales y sus significados asociados son funda-
mentalmente una producción discursiva (Halliday 1978).

Figura 4. Sociolingüística en el ámbito etnográfico


126 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Con todo, no puede dejar de mencionarse que entre estos dos grandes gru-
pos de intereses –los lingüísticos y los etnográficos– existen unos vínculos
que también se han establecido y reforzado durante la última década. De una
parte, el cognitivismo, así como el análisis de actitudes, tan vinculado a él,
proyecta su influencia tanto sobre la “complejidad”, como sobre la “crítica”.
De otra parte, el análisis del discurso, en sentido muy amplio, proyecta su
alcance desde la sociolingüística crítica hasta la más lingüística, facilitando
la incorporación de los significados discursivos a los procesos de variación y
cambio, como se aprecia, por ejemplo, en los trabajos de Rocío Caravedo
(2014). Esta transversalidad del “cognitivismo”, por un lado, y del “discursi-
vismo”, por otro, tampoco ha sido ajena a la evolución de la sociología del
lenguaje ni, por consiguiente, a la “sociolingüística de la globalización”, a la
que haremos referencia específica a partir de este momento.

Figura 5. dominios transversales en sociolingüística

4. SoCiolingüíStiCa de la globalizaCión

Decía Wittgenstein (1996) que una buena metáfora refresca el entendi-


miento y la verdad es que la metáfora de la “globalización” ha servido para
“refrescar” muchos aspectos del pensamiento contemporáneo en el ámbito de
la sociología, la economía, la política, la cultura, la comunicación, la ecolo-
gía humana, entre otros. Antes he anticipado una definición de globalización.
Podría añadirse a ello muchas cosas, como que la globalización supone:

1. una proliferación y una mayor velocidad de las tecnologías de la


comunicación,
2. un crecimiento del sector de los servicios,
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 127

3. un crecimiento de las clases medias, a la vez que una mayor brecha


social,
4. la aparición de una cultura del consumo,
5. el desarrollo de un pluralismo étnico, especialmente en las ciudades,
6. una mayor permeabilidad de las fronteras y
7. una creciente movilidad demográfica.

Estas son algunas de las consecuencias de la globalización tal y como las


explicaba Nikolas Coupland en 2010, aunque se han seleccionado las que
afectan más claramente a las lenguas. A este respecto, resulta interesante dis-
tinguir entre la globalización misma y el concepto de “lengua global” o, más
genéricamente, “lenguas globales” (Ammon 2010). Porque, si los procesos
sociales, económicos, políticos y culturales ligados a la globalización son
innegables, la existencia de un inglés como lengua global, ya en parte des-
mitificada por Alastair Pennycook y David Graddol, plantea serias dudas,
cuando no rechazo por considerarse una lengua significada ideológicamente
(Flaitz 1988). Las razones pueden tomarse de diferentes ámbitos del conoci-
miento: la historia (Ostler 2005), la biología (Wilson 1975), la sociología
(Hawley 1991; Busch 2010), la psicología (Hussin 2001), la sociolingüística
(Moreno Fernández 2016a). Pero resulta, además, que la imposibilidad de la
existencia de las lenguas globales se está viendo apuntalada por otros hechos,
desconocidos hace tan solo unas décadas, que contribuyen a disminuir la
importancia de tal tipo de lenguas. Por un lado, la difusión de una ideología
del multilingüismo está favoreciendo el conocimiento y uso de varias len-
guas por parte de los ciudadanos, más que el empleo franco de una sola de
ellas. Esta ideología está instalada en el seno de organismos de gran reper-
cusión mundial, como la Unión Europea o el sistema de las Naciones Uni-
das. Claro que los más pragmáticos, entre escépticos y realistas, no dudan en
advertir que las legislaciones que protegen el multilingüismo terminan casi
siempre del mismo modo: haciendo un uso exclusivo del inglés. Avram de
Swaan ha venido sosteniendo desde hace años que cuantas más lenguas ofi-
ciales haya en Europa, más inglés se hablará (De Swaan 2002). Tal vez sea
así, pero para una élite privilegiada y muy bien formada de profesionales y
gente acomodada, no necesariamente para el común del pueblo.
Finalmente, hay un factor que solo se ha barajado en los últimos años y
que puede resultar fundamental para la dinámica comunicativa internacional:
la tecnología. Jonathan Pool ha hablado de una “globalización panlingual”
para referirse a la sobrevenida de un nuevo mundo de ingeniería lingüística
que hará posible una realidad impensable hace pocos años: la comprensión
128 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

mutua a partir del uso de lenguas diferentes. Esto no es una utopía; es una
realidad ya puesta en práctica a través del sistema de traducción de Skype, por
ejemplo. La ingeniería de la traducción está ofreciendo ahora soluciones
comunicativas que harán menos necesario el uso de una lengua auxiliar inter-
nacional. Y este es un motivo más por el que la lengua española debe estar
habilitada para todas las innovaciones tecnológicas que hayan de producirse,
haciendo posible que todos los protocolos, aplicaciones y recursos técnicos
desplegados para la comunicación automatizada, la transmisión de informa-
ción y las redes sociales acepten las peculiaridades formales del español,
como de cualquier otra lengua. Si Umberto Eco afirmó hace años que la len-
gua de Europa es la traducción (1994), bien podríamos ampliar su pensa-
miento y afirmar que la verdadera “lengua global” será la traducción, tanto
en su versión humana, como en su versión automática.
Aceptando, pues, que la globalización tiene una incidencia directa sobre
la vida de las lenguas, más allá de que estas sean o no “globales”, nos plan-
teamos cómo definir la sociolingüística de la globalización y cómo explicar
la globalización desde esta particular sociolingüística. A la primera cuestión
puede responderse que la sociolingüística de la globalización es una línea de
investigación de base sociológica, centrada en la forma y el uso de las len-
guas en contextos comunicativos vinculados a las distintas manifestaciones
de la globalización. ¿Cuáles serían los usos de las lenguas que más han inte-
resado como objetos de estudio? Sin ánimo de ofrecer un catálogo completo,
merecen mencionarse los siguientes: los contextos migratorios, los contextos
tecnológicos (correo electrónico, páginas electrónicas, redes sociales), los
medios de comunicación social, los entornos urbanos y sus paisajes, los dis-
cursos de poder, los discursos identitarios, los procesos de estandarización,
los contextos empresariales y financieros.
No puede hablarse, pues, ni de un modelo teórico exclusivo que sustente
a una sociolingüística de la globalización, ni de una metodología que la iden-
tifique unívocamente. De hecho, la forma de abordar el estudio de las lenguas
–en plural, mejor que en singular– refleja diferentes estrategias e intereses de
distinto alcance histórico, sociológico, etnográfico o lingüístico. Y es aquí
donde surgen desacuerdos básicos entre especialistas, dada la disparidad de
enfoques manejados en este campo, aunque a veces se trata más de comple-
mentariedades que de desavenencias.
En la bibliografía, todavía reciente, sobre la sociolingüística de la globa-
lización, aparecen posturas claramente identificables. Veamos algunas de
ellas, de manera breve, para apreciar la multiplicidad de criterios desde los
que pueden abordarse los objetos de estudio.
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 129

a) La perspectiva de Louis-Jean Calvet (pour une ecologie des langues


du monde, 1999) concede prioridad a la manera en que funcionan las
lenguas en el mundo actual y propone una explicación basada en los
conceptos de “ecosistema” y de “sistema gravitacional”. De acuerdo
con este último, las lenguas se disponen en constelaciones dentro de
las cuales establecen relaciones definidas por sus funciones. Así, Cal-
vet distingue entre lenguas centrales y periféricas, con distinta valen-
cia según su capacidad de ocupar más o menos espacios de uso social.
Esta galaxia idiomática está sujeta a un cambio y a un equilibrio cons-
tantes que permiten alcanzar la homeostasis o autorregulación para su
mantenimiento.
b) La perspectiva de Norman Fairclough (Language and Globalization,
2006) está fundamentada en el análisis del discurso. Sus principales
estudios se interesan por los discursos producidos en la era de la pos-
guerra fría, especialmente dentro del pensamiento neoliberal occiden-
tal, y en los campos de la reestructuración mundial, la gestión empre-
sarial, el alcance de los medios de comunicación o la guerra antiterro-
rista. Su propuesta se caracteriza por el protagonismo concedido al dis-
curso, no tanto a la lengua, como instrumento de acción y cambio
social. A su vez, los nuevos procesos sociales dan lugar a nuevos tex-
tos y géneros que resultan claves para comprender la globalización o
el globalismo, como prefiere proponer el propio autor.
c) La perspectiva de Alastair Pennycook (Global Englishes and Transcul-
tural Flows, 2007) presenta la globalización como un fenómeno multí-
voco y diverso, en el que los análisis no pueden abordarse desde posi-
ciones estáticas, sino transversales. Por eso recurre de modo continuo a
términos como transdisciplinar, transcultural, transtextual, translocal o
transidiomático. Pennycook prefiere hablar de una cultura global en
forma de circuitos de flujos y no de predominios absolutos, en la línea
de los estudios sobre imperialismo lingüístico (Phillipson 1992). Sus
trabajos se interesan, no por el concierto idiomático mundial, como Cal-
vet (1999), sino por el inglés, en sus diversas manifestaciones. Por eso
habla de Englishes (Karchru 2001; Kirpatrick 2010) y presta especial
atención al hip-hop como fenómeno mundial, como referencia de una
semiótica transmodal: música, textos, vestido, baile. Por otro lado,
Pennycook (2010) atiende a las manifestaciones locales surgidas en y de
la globalización, como contrapunto que la explica y la complementa.
d) La perspectiva de Jan Bloomaert (The Sociolinguistics of Globalization,
2010) aboga por un cambio paradigmático en la investigación sociolin-
güística, que él fundamenta en los conceptos de “escalas sociolingüísti-
130 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

cas”, “órdenes de indicidad” y “policentrismo”. Las escalas se refieren a


la diversidad de niveles en que se producen los hechos de lengua; los
órdenes de indicidad, a la multiplicidad de sus contextos. Todo ello deri-
vado de dos procesos fundamentales para entender el mundo contempo-
ráneo: la movilidad y la desigualdad. Blommaert habla de “superdiversi-
dad”, aplicando el concepto de Stephen Vertovec (2007), y de “reperto-
rios lingüísticos truncados” como mejor imagen de la competencia mul-
tilingüe de un mundo globalizado, repertorios que afectan a los indivi-
duos, a las ciudades y a las sociedades. Habla incluso de una segunda
relatividad lingüística referida a estructuras que, siendo idénticas, difie-
ren en sus funciones según el lugar que ocupan los recursos lingüísticos
en cada repertorio (Arnaut, Blommaert, Rampton y Spotti 2016).
e) La perspectiva de Mark Ledbetter (Language and Globalizaton. The
History of Us All, 2013) presenta la globalización como un proceso
secular que ha jalonado el desarrollo de la especie humana, por lo que
adopta una perspectiva esencialmente histórica. El trabajo se funda-
menta en el trabajo de Nayan Chanda (2007), que interpreta la globa-
lización como el producto de la acción de cuatro tipos de protagonis-
tas: los comerciantes, los predicadores, los aventureros y los guerreros.

La relación de propuestas que conectan las lenguas y la globalización


podría ampliarse algo más, pero basta con lo dicho para comprender la
diversidad de perspectivas, el distinto grado de finura intelectual desde el
que se aborda la globalización y la escasa consistencia de esta línea de estu-
dio en lo que se refiere a un auténtico entramado epistemológico.

5. HaCia una SoCiolingüíStiCa integral de la globalizaCión

La comentada fragmentación de perspectivas revela que la sociolingüísti-


ca de la globalización aún tiene mucho camino por delante para encontrar un
modelo de análisis lo suficientemente sólido en su teoría y metodología. Por
ello, podría pensarse en dos formas de canalizar la línea de investigación lla-
mada sociolingüística de la globalización. Una de ellas centra su atención
sobre las lenguas; la otra, sobre las ciudades. La primera de ellas consistiría
en utilizar como base una serie conceptual que permita el análisis de las len-
guas en distintos contextos y situaciones, a diferente escala y con distinto
orden de indicidad. La segunda línea consistiría en fijar un esquema de obje-
tos de estudio relevantes en cuanto a la globalización y en proceder a su aná-
lisis en diferentes contextos.
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObrE LA LINGÜÍSTICA y SUS dISCIpLINAS 131

La primera línea que propongo parte de la idea de que las lenguas


podrían caracterizarse, en mi opinión, con referencia a los factores que impli-
can “globalización”, sin que ello suponga jerarquías, ni centros frente a peri-
ferias. Para ello, proponemos recurrir a las ideas de Thomas Eriksen (2007),
razonablemente abarcadoras y aplicables a cuestiones lingüísticas y cultura-
les, quien distingue siete factores definidores de la globalización, factores
que, como digo, pueden proyectarse sobre las lenguas (Moreno Fernández
2016). Los factores son: 1. deslocalización. 2. estandarización. 3. interco-
nectividad. 4. movilidad. 5. mezcla. 6. vulnerabilidad. 7. relocalización.
Según estos criterios, una lengua habilitada para la globalización no esta-
ría necesariamente anclada a un territorio; sería objeto de una estandarización
derivada de acuerdos internacionales; facilitaría la conexión de múltiples
agentes por canales y medios diversos; se vería implicada en desplazamien-
tos humanos debidos a migraciones, placer o negocios; experimentaría mez-
clas en su forma y en sus usos; resultaría más vulnerable a procesos de cam-
bios externos; y admitiría también su interpretación como instrumento de
nuevas identidades locales o regionales.
En principio, todas estas características, en distinto grado, pueden apre-
ciarse en el inglés, como lengua, si no global, sí de globalización. Si hubiera
que ordenar los factores que se manifiestan más claramente en la lengua
inglesa, podrían proponerse la relocalización y la movilidad como los más
característicos, y la estandarización y la relocalización como los más débi-
les, como consecuencia de la interconectividad y la deslocalización, que tam-
bién favorecen la aparición de mezclas y el aumento de la vulnerabilidad al
cambio, como se está observando en diversas regiones del mundo con la apa-
rición de nuevas variedades llamadas Chinglish, Japanglish, Konglish o
incluso Spanglish (me refiero al que hablan los anglos).
El uso del español también refleja la incidencia de estos factores, pero con
diferencias de orden y grado, de forma que podrían disponerse, de menor a
mayor, del siguiente modo:

deslocalización < movilidad < vulnerabilidad < mezcla < interconectividad


< relocalización < estandarización

Esta propuesta aceptaría que la estandarización es uno de los rasgos más


sólidos de la lengua española y su utilidad en la deslocalización, tal vez el
más débil. Como factor de relocalización, el español es un elemento decisi-
vo en los asentamientos beréberes –en el entorno franco-arabófono–, en las
Filipinas, donde funciona como seña de identidad, o en las comunidades
132 FrANCISCO MOrENO FErNÁNdEZ

hispanas de los Estados Unidos. Todos esos factores de globalización se


manifiestan en el español, como lo hacen en inglés y también en otras len-
guas. Sería tarea de la sociolingüística de la globalización ajustar la defini-
ción de cada concepto, establecer las escalas necesarias para cada uno de
ellos y, partir de aquí, caracterizar cada lengua o variedad lingüística.
En cuanto a la segunda propuesta, las dinámicas sociales contemporá-
neas permiten construir un esquema de hechos recurrentes, esquema que
podría contribuir a un mejor análisis de la globalidad de las lenguas en una
multiplicidad de situaciones. Se trataría de establecer una mínima topografía
de objetos de estudio alrededor del concepto de “núcleo urbano”: no olvide-
mos que desde 2008 más del 50% de la humanidad vive en entornos urbanos
y no rurales (United Nations population Fund 2007). Si distribuimos esos
posibles objetos entre elementos de un mundo grande y elementos de un
mundo pequeño, tendríamos que, en el mundo pequeño de las ciudades, se
muestran como objetos de especial interés las consecuencias lingüísticas de
los procesos de urbanización –también la exclusión o las discriminaciones
sociales de base lingüística (Heller 2002)–, la llegada e integración sociolin-
güística de población migrante, las actividades comunicativas de los agentes
mediadores de las ciudades en relación con las migraciones internas y exter-
nas o las expresiones lingüísticas de la superdiversidad incorporadas a la vida
de las ciudades a través de sus paisajes lingüísticos. Esos paisajes lingüísti-
cos, con su multiplicidad de lenguas, no son solamente manifestaciones
callejeras, sino que se evidencian en el uso de la tecnología (en forma de
“tecnopaisajes”), en los medios de comunicación (como “mediapaisajes”) y
en los entornos marcados étnica o ideológicamente (como “ideopaisajes”).
Cuando, por otro lado, prestamos atención a los objetos del mundo gran-
de, apreciamos la incidencia, muy especialmente sobre los habitantes de las
ciudades, de factores como los siguientes: la versatilidad y omnipresencia de
la comunicación por internet para todo tipo de actividades, contactos y ser-
vicios; la presencia de las grandes corporaciones con sus productos y modos
comunicativos, internos y externos; las diferencias provocadas por las bre-
chas sociales y tecnológicas entre grupos y comunidades; o la proliferación
de manifestaciones del multilingüismo y la traducción, bien en su forma
humana, bien en su modalidad automática.
Este repertorio de objetos del mundo urbano grande y del mundo urbano
pequeño ya permitiría abordar una sociolingüística de la globalización, bien
de forma particularizada, bien de forma comparada. En torno a estas realida-
des urbanas, surgen además otros asuntos transversales del mundo grande
que demuestran relevancia en el estudio de la globalización, como las ideo-
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 133

logías de la estandarización lingüística (Milroy 2001), los valores comunica-


tivos de las lenguas (De Swann 2002) o la economía de las lenguas (Grin
2003; Chiswick y Miller 2007, para el inglés; Alonso, García Delgado y
Jiménez 2008, para el español).

6. ConCluSión

En el momento de las conclusiones, podemos echar la mirada atrás y apre-


ciar lo mucho que han cambiado los asuntos de interés sociolingüístico, en la
misma medida en que han cambiado nuestras sociedades. En la sociolingüís-
tica contemporánea, se ha pasado de la preocupación por hacer una buena
sociolingüística urbana, al interés por una sociolingüística capaz de explicar
lo que les está ocurriendo a las lenguas con las migraciones económicas, con
la urbanización intensiva, con la exclusión social, con las comunicaciones
electrónicas, con las ciudades globales, con los refugiados.
Ello supone trabajar desde modelos teóricos más amplios y flexibles, al
tiempo que se requiere una actualización metodológica. Sin embargo, no
se exige un cambio radical en la ordenación de las grandes esferas de inte-
rés sociolingüístico: la lingüística, la sociología, la etnografía. La socio-
lingüística de la globalización está basada en una atención primaria a la
esfera sociológica, pero ello no impide adoptar una perspectiva más etno-
gráfica, en unos casos, o más lingüística, en otros. Y aquí es donde
encuentra también sentido el planteamiento de la tercera de las oleadas
explicadas por Penelope Eckert. Esa tercera oleada proponía –recorde-
mos– una noción de significado social negociado, una dependencia de los
contextos y un análisis del simbolismo social. Es cierto que no se trata de
algo radicalmente nuevo, pero sí lo es como paradigma dominante. En el
fondo, esta tercera oleada está proponiendo un regreso a la sociolingüísti-
ca de Martha’s Vineyard.

reFerenCiaS bibliográFiCaS

Ammon, Ulrich (2010): “World languages: Trends and futures”, Nikolas


Coupland, The Handbook of Language and Globalization, Oxford:
Wiley-Blackwell, pp. 101-122.
Arnaut, Karel; Blommaert, Jan; Rampoton, Ken y Spotti, Massimiliano
(2016): Language and Superdiversity, London: Routledge.
134 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Bastardas, Albert (2013): “Sociolinguistics: Towards a complex ecological


view”, Àngels Massip-Bonet y Albert Bastardas-Boada (eds.), Comple-
xity perspectives on Language, Communication and Society, Berlin:
Springer, pp. 15-34.
Bastardas, Albert (2014): “Towards a complex-figurational socio-linguistics:
Some contributions from physics, ecology and the sciences of comple-
xity”, History of the Human Sciences, Vol. 27, Issue 3, pp. 55-75.
Bloomaert, Jan (2010): The Sociolinguistics of Globalization, Cambridge:
Cambridge University Press.
Boxer, Diana (2002): Applying Sociolinguistics. Amsterdam: John Benjamins.
Bright, William (1966): Sociolinguistics, The Hague: Mouton.
Busch, Brigitta (2010): “New national languages in Eastern Europe”, Niko-
las Coupland, The Handbook of Language and Globalization, Oxford:
Wiley-Blackwell, pp. 182-200.
Calvet, Louis-Jean (1999): pour une ecologie des langues du monde, Paris: Plon.
Caravedo, Rocío (2014): percepción y variación lingüística, Madrid / Frank-
furt: Iberoamericana / Vervuert.
Chambers, Jack K.; Trudgill, Peter y Schilling-Estes, Natalie (eds.) (2002):
The Handbook of Language Variation and Change, Oxford: Blackwell.
Chanda, Nayan (2007): bound Together: How Traders, preachers, Adventurers,
and Warriors Shaped Globalization, New Haven: Yale University Press.
Chiswick, Barry R. y Miller, Paul W. (2007): The Economics of Language:
International Analyses, London: Routledge.
Coupland, Nikolas (2010): The Handbook of Language and Globalization,
Oxford: Wiley-Blackwell.
Crystal, David (1997): English as a Global Language, Cambridge: Cam-
bridge University Press.
Currie, Haver (1952): “The projection of socio-linguistics: The relationship
of speech to social status”, The Southern Speech Journal, 18, pp. 28-37.
De Swaan, Avram (2002): Words of the World. The Global Language System,
Oxford: Wiley.
Dittmar, Norbert (1973): Soziolinguistik. Exemplarische und kritische Dar-
stellung ihrer Theorie und Anwendung. Mit kommentierter bibliographie,
Frankfurt: Athenaum Fischer Taschenbuch. Trad. al ing. A Critical Survey
of Sociolinguistics: Theory and Application, New York: St. Martin’s
Press, 1977.
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 135

Eckert, Penelope (2012): “Three waves of variation study: The emergence of


meaning in the study of variation”, Annual Review of Anthropology, 41,
pp. 87-100.
Eco, Umberto (1994): La búsqueda de la lengua perfecta, Barcelona:
Lumen.
Eriksen, Thomas (2007): Globalization: The Key Concepts, Oxford: Berg.
Fairclough, Norman (2006): Language and Globalization, London: Routledge.
Flaitz, Jeffra (1988): The Ideology of English. French perceptions of English
as a World Language, Berlin: Mouton de Gruyter.
Fought, Carmen (ed.) (2004): Sociolinguistic Variation: Critical Reflections,
Oxford: Oxford University Press.
Garfinkel, Harold (1968): “Discussion: The origin of the term ‘ethnomethodo-
logy’”, Richard Hill and Kathleen Grittenden (eds.), proceedings of the
purdue Symposium on Ethnomethodology, Institute Monograph, pp. 15-18.
Geeraerts, Dirk (ed.) (2006): Cognitive Linguistics: basic Readings, Berlin /
New York: Mouton de Gruyter.
Geeraerts, Dirk; Kristiansen, Gitte y Peirsman, Yves (2010): Advances in
Cognitive Sociolinguistics, Berlin: De Gruyter.
Graddol, David (1997): The Future of English?, London: British Council.
Granovetter, M. S. (1973): “The strength of weak ties”, The American Jour-
nal of Sociology, 78 (6), pp. 1360-1380.
Grin, François (2003): “Language planning and economics”, Current Issues
in Language planning, 4 (1), pp. 1-66.
Hawley, Amos H. (1991): Teoría de la Ecología humana, Madrid: Tecnos.
Helfrich, Uta (2008): “El valor de la diversidad en la conciencia lingüística”,
Antonio Moreno Sandoval (ed.), Actas del VIII Congreso Internacional
de Lingüística General, Madrid: UAM, pp. 1-19.
Heller, Monica (2002): Éléments d’une sociolinguistique critique, Paris:
Didier.
Hogson, Thomas (1939): “Sociolinguistics in India”, Man in India, 19, pp.
23-49.
Hussin, Supyan (2001): “Sustaining an interest in learning English and increa-
sing the motivation to learn English: An enrichment program”, The
Internet TESL Journal, VII-5. Disponible en <http://iteslj.org/Techniques/
Hussin-Motivation/>.
Janicki, Karol (2006): Language Misconceived. Arguing for Applied Cogni-
tive Sociolinguistics, Mawhah, NJ: Lawrence Erlbaum.
136 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Jiménez, Juan Carlos y Narbona, Aránzazu (2010): El español en los flujos


económicos internacionales, Barcelona: Ariel / Fundación Telefónica.
Kachru, Braj (2001): “World Englishes”, Annual Review of Anthropology,
20, pp. 527-550.
Kirkpatrick, Andy (2010): The Routledge Handobook of World Englishes,
London: Routledge.
Kristiansen, Gitte y Dirven, René (eds.) (2008): Cognitive Sociolinguistics.
Language Variation, Cultural Models, Social Systems, Berlin / New York:
Mouton de Gruyter.
Labov, William (1963): “The social motivation of a sound change”, Word,
19, pp. 273-309.
Labov, William (1994): principles of Linguistic Change. Vol. I. Internal Fac-
tors, Oxford: Blackwell.
Labov, William (2001): principles of Linguistics Change. Vol. II. Social Fac-
tors, Oxford: Blackwell.
Labov, William (2008): The Cognitive Capacities of the Sociolinguistic Monitor.
Disponible en <http://www.ling.upenn.edu/~wlabov/home.html>.
Langacker, Ronald W. (1987): Foundations of Cognitive Grammar. Volume
I. Theoretical prerequisites, Standord: Stanford University Press.
Ledbetter, Mark (2013): Language and Globalizaton. The History of Us All,
Amazon Digital Services LLC.
Lieberson, Samuel (1966): Explorations in Sociolinguistics, The Hague:
Mouton.
López Morales, Humberto (1989): Sociolingüística, Madrid: Gredos.
Martín Rojo, Luisa (2010): Constructing Inequality in Multilingual Classrooms,
Berlin: Mouton de Gruyter.
McCrumb, Robert (2010): Globish: How the English Language became the
World’s Language, London: Viking.
Milroy, James (2001): “Language ideologies and the consequences of stan-
dardization”, Journal of Sociolinguistics, 5/4, pp. 530-555.
Milroy, Lesley (1987): Language and Social Networks, Oxford: Blackwell.
Moreno Fernández, Francisco (2009, 4.ª ed.): principios de sociolingüística
y sociología del lenguaje, Barcelona: Ariel.
Moreno Fernández, Francisco (2012): Sociolingüística cognitiva. principios,
escolios y debates, Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert.
Moreno Fernández, Francisco (2016a): “La búsqueda de un español global”,
VII Congreso Internacional de la Lengua Española, San Juan de Puerto
INVESTIGACIONES ACTUALES EN LINGÜÍSTICA. VOL. I: SObRE LA LINGÜÍSTICA y SUS DISCIpLINAS 137

Rico: Instituto Cervantes / Real Academia Española. Disponible en


<http://congresosdelalengua.es/puertorico/ponencias/seccion_5/
ponencias_seccion5/moreno-francisco.htm>.
Moreno Fernández, Francisco (2016b): A Framework for Cognitive Socio-
linguistics, London: Routledge.
Mufwuene, Salikoko (2010): “Globalization, global English, and world
English(es): Myths and Facts”, Nikolas Coupland, The Handbook of Lan-
guage and Globalization, Oxford: Wiley-Blackwell, pp. 31-55.
Noya, Javier y Rodríguez, Beatriz (2010): Teorías sociológicas de la globa-
lización, Madrid: Tecnos.
Ostler, Nicholas (2005): Empires of the Word. A Language History of the
World, New York: Harper.
Parsons, Talcott (1937): The Structure of Social Action, New York: McGraw-Hill.
Pennycook, Alastair (2007): Global Englishes and Transcultural Flows,
London: Routledge.
Pennycook, Alastair (2010): Language as a Local practice, London:
Routledge.
Phillipson, Robert (1992): Linguistic Imperialism, Cambridge: Cambridge
University Press.
Pujolar, Joan [s.a.]: La sociolingüística crítica, Barcelona: Universitat Ober-
ta de Catalunya.
Saville-Troike, Muriel (1982): The Ethnography of Communication. An
Introduction, Oxford: Balckwell.
Singh, Rajendra (ed.) (1996): Towards a Critical Sociolinguistics, Amster-
dam: John. Benjamins.
Steger, Manfred (2009, 2nd ed.): Globalization. A Very Short Introduction,
Oxford: Oxford University Press.
Taylor, John R. (1995, 2ª ed.): Linguistic Categorization. prototypes in Lin-
guistic Theory, Oxford: Oxford University Press.
Tönnies, Ferdinand (1889-1905): Soziologische Schriften 1889-1905. Ed. de
Rolf Fechner, Munich / Vienna: Profil, 2008.
Trudgill, Peter (2003): A Glossary of Sociolinguistics, Edinburgh: Edinburgh
University Press.
United Nations Population Fund (2007): Estado de la población mundial 2007,
New York: UNFP. Disponible en <http://www.unfpa.org/sites/default/files/
pub-pdf/swp2007_spa.pdf>. [Consultado: 30-08-2016].
138 FRANCISCO MORENO FERNÁNDEZ

Valle, José del (2013): “Language, politics and history: an introductory


essay”, José del Valle (ed.), A Political History of Spanish: The Making of
a Language, Cambridge: Cambridge University Press, pp. 3-20.
Van Dijk, Teun (1994): Discurso y poder, Barcelona: Gedisa.
Vertovec, Steven (2007): “Super-diversity and its implications”, Ethnic and
Racial Studies, 30 (6), pp. 1024-1054.
Wilson, Edward O. (1975): Sociobiology: The New Synthesis, Cambridge:
Harvard University Press.
Wittgenstein, Ludwig (1996, 2.ª ed): Aforismos. Cultura y valor, Madrid:
Espasa.

Anda mungkin juga menyukai