Marc Ferro nació en Paris en 1924. Su estudio se centra en la historia europea de principios
del siglo XX, especialmente en la historia de la URSS, así como la Historia del Cine. Es Director de
Estudios en Ciencias Sociales en la École des hautes études en sciences sociales. Es co-director
de la revista Annales. También ha dirigido y presentado documentales televisivos sobre el ascenso
del nazismo, Lenin y la Revolución Rusa, así como de la representación de la historia en el cine.
Podemos decir que hay una marcada tendencia historiográfica de la Escuela de los Annales en la
que fue co-director de la revista, llevándolo a analizar las "fuerzas profundas" que influyen en los
acontecimientos.
Mar Ferro, nos dice Pierre Renouvin – es conciente de los riesgos de las generalizaciones
apresuradas y de las opiniones arbitrarias, por lo que nos brinda esbozos de la conciencia colectiva
sin profundizar o dar cátedra. Resalta como crítica que seguramente hubo mas sentimientos
nacionalistas de las poblaciones beligerantes que los que Marc Ferro parece admitir.
La primera parte ¿Por qué tuvo lugar la guerra? Está dividida a su vez en 6 Capítulos en la que
expresa las variantes que hacen que se llegue a declarar la guerra, sobre todo los factores o
alianzas de poder, la psicología colectiva en los futuros países beligerantes, las nociones o ideas
generalizadas de cómo podía llegar a hacerse la guerra. Establece conectores que permiten
visualizar con relativa claridad, el pensamiento político e imperialista, las revanchas y los miedos, la
necesidad de la ofensiva para evitar dejar al enemigo que “avance”sobre territorios centrales, las
fantasías de superioridad de algunos y las ansias de expansión de otros. La guerra fue un cúmulo
de presagios intencionados muchos y otros no esperados. Analizaremos poco a poco este primer
capítulo.
La segunda parte es el comienzo de la Guerra, las formas en que se dieron, los métodos y los
fines. Se divide en 7 capítulos. El primero de ellos de la idea al comienzo de la movilización de las
fuerzas, en segundo lugar las primeras perspectivas o maneras de ver como se podía llegar a
ganar la guerra, mirando el “punto fuerte y el punto débil del enemigo”, luego ya a la batalla del
Verdun y las grandes batallas. Una cuarta parte se dedica al material humano y la guerra material,
en la que da números de bajas y de artillerías, luego va hacia los estilos de la guerra (directo e
indirecto) donde relata mucho sobre la guerra de trincheras, y utiliza testimonios de cartas
redactadas por soldados que la vivieron.
Pasa luego ya a relatar como se pasa se una Guerra Mundial a una Total, con la incorporación de
nuevas potencias a la misma
Por último en este capítulo expone “lo posible y lo imposible”, es decir aquello que pudo lograrse,
las aspiraciones y sueños que jamás pudieron ser, las derrotas y sufrimientos inútiles, el
alargamiento de una guerra que parecía infinita y que al principio parecía corta.
En la tercera parte que divide en tres sub partes, nuestro autor la titula “la Guerra en tela de
juicio”, en donde en primer lugar nombra las tensiones nuevas y las viejas, la crisis de la guerra y
por último la paz revolucionaria, la paz de compromiso y la victoriosa.
En la 4 y última parte que denomina con razón “LA METAMORFOSIS” y que divide en dos sub partes,
la primera denominada “Entre la guerra y la cruzada” y la última “Las ilusiones de la victoria” en la
que relata el fervor de los últimos cambios, y la estructura de la nueva Europa. El mapa físico y
político del mundo a partir de la guerra
Pierre Renouvin nació en París, el 9 de enero de 1893 – y muere el 9 de diciembre de 1974. Fue
un reconocido historiador francés, especializado en la historia de las relaciones internacionales.
Fue alumno del también historiador Alphonse Aulard.
Combatió durante la Primera Guerra Mundial, donde en la batalla de Chemin des Dames fue
mutilado en la primavera de 1917. Se especializó en el estudio de la Primera Guerra Mundial y de
las relaciones internacionales. Renouvin se vio influenciado como muchos de su época por la
"Escuela de los Annales", fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch, que lo llevó a analizar lo que
denominaban "fuerzas profundas" que influyen en los acontecimientos.
La guerra liberadora
Esta primera parte del libro nos dice que para la mayoría de jóvenes ir a la guerra suponía evitar
ser agredidos antes, de modo que habrían de ser los soldados y demás combatientes los que
establecieran con ella la paz. Ello les hacia partir a ella con entusiasmo con la idea que sería de
corta duración.
Ya a finales del siglo XIX había comenzado con la industrialización a “acercarse” el mundo, a que
las distancias fueses cada vez mas cortas, “el mundo se encoge” dice Marc Ferro. Las crisis de los
cambios de la globalización que marcan los precios agrícolas de Europa, provocando la ruina en el
campo. Un mundo nuevo emerge, el que trae consigo la finalización de actividades milenarias, y
nacen nuevos oficios en menos de una generación, el crecimiento demográfico, incertidumbre,
urbanización. Masas nuevas que migran del campo a la ciudad sin participar en los asuntos
públicos, surgen los periódicos de gran tiraje, que exponen propagandas políticas e ideas de
confrontación con otras naciones, las tensiones internas de cada nación hacen que ante estos
cambios surjan dos formas de escapar- revolución o emigración. La miseria y la persecución racial
o política han empujado a 30 millones de europeos a cruzar el Atlántico. Van en busca de una vida
nueva, pocos retornan ya. Los que no se van eligen ser “revolucionarios”, generalmente son los
que padecen mayor opresión, los que desean la anarquía, o tenemos aquellos que sueñan con
otro tipo de régimen donde tengan mayor seguridad. Socialistas o comunistas, que critican con
fervor el capitalismo feroz que les cambio sus formas de vivir. Ellos esperan “despertar” al resto de
los oprimidos aunque sean minorías.
Entre 1840 y 1914 no es sin embargo en los países de mayor desarrollo capitalista como
G.Bretaña, Francia y Alemania, donde aumentan las posibilidades de un violento cambio, sino en la
Rusia zarista. “Es el retraso económico de este país se traduce en el plano social, por la debilidad de sus clases medias,
incapaces de neutralizar la voluntad conciente de las clases populares, que desean una subversión total de las reglas de
Pero el caso de la minoría servia era diferente. La anexión de Bosnia Herzegovina por Austria en
1908, contrariaba la idea de la Gran Servia. Las organizaciones secretas servias, alentaban la
lucha contra los Habsburgo, practicando el terrorismo contra los funcionarios austriacos en territorio
ocupado. “La Mano Negra”, ocupaban cargos de alta responsabilidad.
Marc Ferro nos habla de la Guerra “inevitable” en donde revela el carácter imperialista del estallido
de la Gran Guerra. Se remonta a siglos anteriores, expresando lo importante del desarrollo
industrial y la primacía de Inglaterra como potencia en el siglo XIX, pero advierte que la distancia
que separa a ésta nación en el avance técnico e industrial se reducía decenio tras decenio. Fueron
primero Francia, luego Bélgica, Estados Unidos, Rusia, Japón y al final y con fuerza Alemania.
En este capítulo nuestro autor analiza las razones imperialistas de cada uno de los países
beligerantes. Austria Hungría amenazada desde dentro y Turquía estaban asociadas a Alemania,
pues la amenaza principal venía de los eslavos del sur, sostenidos por Rusia. Inglaterra ahora se
encontraba asociada al zarismo y Turquía se sentía desprotegida, buscando apoyo en Alemania,
quien ya le había apoyado en las Guerras balcánicas (1912-1913).
Pero a Rusia no le interesaba en absoluto tener a Alemania de vecina e intenta un acercamiento
con Turquía. Austria y Alemania consideraron una necesidad vigorosa prevenir esa alianza y
deciden castigar a Servia después del asesinato del archiduque en Sarajevo, logrando con ello que
Turquía solicitase formalmente su entrada en la Triple Alianza. Alemania se valió además de ser la
abogada del derecho de los pueblos coloniales a la independencia como medio de debilitar a sus
enemigos imperialistas. Italia fue un caso especial. La idea de expansión podía aportar solución al
problema de la emigración,
Conclusión es que nunca se imaginaron aquellos asesinos de Francisco Fernando que de un
conflicto austro-servio vendría una guerra de tales dimensiones, pero las alianzas tenían su lógica
y no se tomó en cuenta las rivalidades existentes históricas, nos dice con sus palabras Ferro.
La guerra había sido “imaginada” de forma muy diferente. Corta, rápida, y sin la inclusión de
Inglaterra en la misma. Eso Alemania no se lo esperaba. Y los franceses tampoco se imaginaron
que los alemanes podían llegar tan lejos. Porque Alemania además tenía dos frentes enemigas.
La idea de la Guerra dominaba la mayoría de los espíritus. La Internacional no había cesado de
militar a favor de la paz, uno de los líderes fue Jean Jaurés, pero el austriaco Victor Adler, el
alemán Kart o el ruso Lenin no opinaban así. Nuestro autor analiza que los conflictos en la
Internacional paradójicamente reflejaban las relaciones de los Estados.
Marc Ferro nombra a Eduard Bernstein como uno de los teóricos del revisionismo, que analiza que
los partidos socialistas del momento se habían convertido en máquinas electorales cada vez mas
absorbidos por la lucha parlamentaria. Terminaban funcionando igual que lo que criticaban a pesar
de ser oposición. Cuando el 28 de junio de 1914 los dirigentes socialistas se enteran de lo ocurrido
en Sarajevo, ninguno imagino que desembocaría en la guerra. El ultimátum austriaco del 23 de
julio los sorprendió. Camille Huysmans se apresuró a reunir al Comité de la Internacional, pero no
juzgaron dramática la situación, creyendo en una solución diplomática del conflicto. Se caracterizan
por no actuar ante los hechos. El 1 de agosto los periódicos anuncian la movilización general y la
muerte de Jaurés: el gran pacifista había sido asesinado por un militante de la Acción francesa.
La Declaración de la Guerra – El atentado era el pretexto justo para una guerra preventiva contra
Servia. Por lado se temía que Rusia pudiese intervenir. Por otro en Berlín los medios dirigentes
estaban divididos. Los militares querían una guerra preventiva contra los servios, además
pensaban que podía ser un ataque rápido que no diera lugar a la movilización rusa en su defensa.
Kaiser lo decide: Ahora o nunca. El Consejo de ministros decide entonces lanzar un ultimátum a los
servios redactado de tal manera que fuese imposible que lo aceptasen. En suma ya era una
declaración. Pero se consideraba sólo una crisis balcánica. Nada más.
La noticia del ultimátum estalló como trueno en San Petersburgo y en París.
Obviamente los servios no aceptaron las condiciones ofensivas del ultimátum. Pronto se
convencieron los franceses y los rusos de que los austro alemanes deseaban la guerra, pues
rechazaron la mediación inglesa.
La Parte II de su libro se titula “La Gran Guerra: Formas, métodos y fines”
_ 7. DEL MOVIMIENTO A LA INMOVILIDAD
_ 8. EL PUNTO FUERTE Y EL PUNTO DÉBIL
_ 9. VERDUN Y LAS GRANDES BATALLAS10. EL MATERIAL
_ 10. HUMANO Y LA GUERRA DEL MATERIAL
_ 11. ESTILO DIRECTO Y ESTILO INDIRECTO
_ 12. GUERRA MUNDIAL, GUERRA TOTAL
_ 13. LO POSIBLE Y LO IMPOSIBLE “
De esta parte la que mas me gusta destacar de este autor, son las fuentes primarias es decir las
cartas escritas por sus propios protagonistas en un intento de este historiador de que el lector
“vivencie los momentos angustiantes y reales de una guerra cruel y eterna”. Mas allá de los planes,
las retiradas, el análisis que realiza Marc Ferro sobre buscar el punto fuerte y débil del enemigo
como estrategia, la victoria de los aliados en Verdum y las grandes batallas, está el capítulo
dedicado al ser humano en sí, capitulo titulado “El material humano y la guerra material”. En él
escribe sobre la guerra vivida por los combatientes, la etapa larga y terrible de la llamada guerra de
trincheras. Nos ilustra con testimonios como el de una decoración de una trinchera en la región de
Champaña: “Un olor infecto se nos agarra a la garganta al llegar a nuestra trinchera (…) Llueve a torrentes y nos
encontramos con que hay lonas de tiendas de campaña clavadas en los muros de la trinchera. Al alba del día siguiente
constatamos con estupor que nuestras trincheras están hechas sobre un montón de cadáveres y que las lonas que han
colocado nuestros predecesores están para ocultar a la vista los cuerpos y restos humanos que allí hay.” (pág. 169)
Nos confirma que muchos soldados murieron enterrados. En Verdun, toda una sección del campo
de batalla reunía sus heridos en un túnel fuera de uso, el túnel de Tabannes.
El “papel” de la caballería: describe “el escuadrón llegará a caballo, al anochecer, al emplazamiento fijado, situado
habitualmente a tres km de las trincheras. Pondrá pie a tierra, a excepción de un jinete por cada tres, al que incumbe el
cuidado de volverse con dos caballos en mano, uno a la derecha y otro a la izquierda del suyo propio….Evítese en las
trincheras el sueño profundo (…)”
La “Artillería”: los franceses disponían en 1914 de 3793 cañones del 75, que era el arma para todos
los usos de la artillería de campaña. El material pesado no existía a nivel de batallón ni de cuerpo,
sino únicamente del ejército. Según los franceses la artillería no preparaba los ataques sino que los
apoya. Los alemanes no compartían esa opinión.
Aeroplanos y dirigibles: era una nueva arma que valía para el bombardeo sobretodo o como
espionaje hasta que en 1918 se creo de parte de Alemania las escuadras de ataque y protección,
flotillas que, volando bajo, apoyaban la marcha de la infantería. El aporte a la guerra de la flota
aérea de los Estados Unidos comenzaba a inclinar la guerra en forma definitiva.
Los “tanques” los tanques según Ferro fueron los artífices de la victoria aliada.
En noviembre había más de 2000 carros franceses en la línea de combate, que pronto se
denominarían “carros de la victoria”.
El problema entonces lo resume Ferro que la I Guerra fue una guerra caballeresca en una era
industrial, que la falta de espíritu científico caracterizó a sus dirigentes
partidos socialistas de los países en guerra mantienen la Unión Sagrada. Nuestro autor analiza
que los conflictos en la Internacional paradójicamente reflejaban las relaciones de los Estados. De
esa manera es como que da a entender de que la Internacional cae por el peso de su propio
momento histórico, quitándole fuerza para cumplir su misión, de manera tal que no hay de su
parte como historiador a mi juicio, una crítica un poco mas severa de la impotencia con que
actuaron.
Justifica que la guerra fue vista y pensada en la mayoría de las naciones como una
“defensa”. Es decir el ataque como manera de defenderse ya que una victoria enemiga