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A mi me parece que la Reforma, especialmente en su versión calvinista, resta

emoción y misterio a la religión. Tanta exaltación de la palabra (de la sola escritura) disipa
el contexto físico y corporal del sacrificio redentor, lo corporal y sexual pierden sentido
religioso. Negar los sacramentos es negar que la vida religiosa impregne el discurrir de la
vida, el mismo bautismo se interpreta desde presupuestos bibliocentricos; no se crece, se
ama y se muere en religión, porque no tiene significado sacramental la confirmación, el
matrimonio, la extremaunción; el Señor se aleja de la vida comunitaria, pues la comunión
ya no es una participación real en el cuerpo de Cristo. La terrible predestinación quita
sentido a la confesión, como arrepentimiento y perdón.
Negar la jerarquía y la tradición es perder también el profundo sentido de la
etiqueta, rito, protocolo y ceremonial de la vida religiosa. Los calvinistas en particular, por
exaltar en exceso la palabra se empachan de idolatría: prohíben las imágenes, suprimen los
vestidos eclesiásticos, exilian la música; la vista, el vestido y el oído ya no expresan la
belleza significativa de compartir el sentimiento de la presencia del Salvador. Echar los
santos de las Iglesias, es mucho más que iconoclastia, y la religión deja de estar escrita en
el paisaje y en el tiempo, y el ser histórico y temporal del hombre deja de estar impregnado
por lo divino; se suprimen la navidad, la pascua; el mismo domingo solo es una
participación en la predicación; el calendario (sin el santoral) deja de tener sentido
conmemorativo de hazañas de santificación, y el transcurrir de los días y las estaciones se
convierte en algo pedestre y terrenal. No hay peregrinaciones, ni romerías, ni estelas
conmemorativas, ni lugares memorables de hazañas sagradas1.El ritual religioso se
simplifica radicalmente hasta convertirse en una mera asamblea o reunión de fieles
estudiosos.
La Reforma, religión basada en la sola escritura, margina la vivencia inmediata de la
presencia del Creador en el devenir cotidiano de la Iglesia y del creyente. Por exaltar la
palabra escrita la Reforma menosprecia la vida monástica y condena lo misterioso y
sublime en la religión: la iluminación sagrada, la inspiración profética, el arrebato místico,
por cuando que la revelación de la divinidad se agota en la escritura misma, fuente primera
de la experiencia religiosa. Y ello tanto en el luteranismo2, como en el calvinismo3.

1
El santoral se sustituye en realidad por las festividades políticas, que pasan a presidir el transcurrir del
calendario y las estaciones: ver D. CRESSY, Bonfires and Bells: National memory and the protestant calendar
in Elizabethan and Stuart England, Berkeley, 1989. Los santos son echados de las Iglesias pero empiezan las
disputas sobre rangos preferentes del asiento de las familias y corporaciones dentro de la Iglesia, y los
complejos ritos funerarios que marcan el predominio social de ciertas estirpes familiares y políticas
protestantes (Para Escocia ver relatada en detalle tales disputas por M. TODD, The culture of Protestantism in
early modern Scotland, New Haven-London, 2002, Pág 320 y sigs).
2
Con todo la aproximación de LUTERO a la mística es contradictoria pues si parece haber afirmado
despectivamente que la mística es cosa de mujeres, algunos estudios presentan a LUTERO fuertemente
influenciado por Tauler, la Teología deutsch y San Bernardo: B. LOHSE, Martin Luther´s Theology, Trad.
Ing. Minneapolis, 1999, Pág., 25 y sigs; M. LIENHARD, La reception des traditions mystiques dans le
lutheranisme du 17e siecle, « Revue d´histoire et de philosophie religieuses », 2007, Pág. 129 y sigs). Es más
los conceptos fundamentales del luteranismo: la indignidad de la naturaleza humana, la falta de mérito y la
justificación por la fe son para algunos típicamente místicos y tomados de la mística (H. GRAEF, Historia de
la mística, trad. esp., 1970., Pág 281). La teología oficial luterana ha sido tradicionalmente contraria a la
mística y Von Harnack afirmaba que un místico que no se convierte al catolicismo es un diletante. Sin
embargo, en la medida en que se admite que la Iglesia es la presencia del Señor en la historia, el luteranismo
no esta completamente cerrado a la experiencia mística y desarrolla en su seno alguna mística importante,
aunque al haber negado el monacato rompe con las tradiciones místicas, y solo disfruta de una mística
artesanal. Entre los místicos luteranos importantes podemos citar a un pastor protestante de origen católico:
Valentín WEIGEL (1553-1588), cuyos textos místicos se publicaron después de su muerte, continuado por K.
SCHWENKFELD, un noble cercano al anabaptismo, y S. FRANK, en cuya línea encontramos a J. BÖHME,
estos dos últimos ya más librepensadores que luteranos (F. CINIBERTO, Jacob Bohme, Brecia, 2000,
presente a Bohme como producto del barroco luterano, ligado a los métodos cabalistas y padre del
pensamiento iniciático de la masonería). También se desarrolla una mística pietista ligada a la mística
germana medieval, y en especial la teología de Tauler, que Speener, alegado fundador del pietismo, alaba
especialmente; la Teología deutsch, y la mística de san Bernardo, influyeron especialmente en Gottfried
Arnold (1666-1714) (P.C. ERB, Pietist, protestant and mysticism, Metuchen and London, 1989, Pág.., 16;
P.A. HAYDEN-ROY, “A foretaste of haven”: Friedrich Holdering in the context of Wurttemberg pietism,
Amsterdam 1994; R. De MATTEI, A sinistra de Lutero, Roma 1999, Pág. 62 y sigs). El pietismo también
aparece estrechamente ligado a la afectiva mística española de Juan de la Cruz y Teresa de Jesús (M.
SCHMIDT, la spiritualité luthérienne et le piétisme dans les relations avec la mystique espagnole “Positions
luthériennes”, 1972, Pág. 132 y sigs).
3
CALVINO, por su parte, afirma que la fase profética y apostólica de la Iglesia se cerró al fijarse el canon de
la escritura, lo que supone marginar la mística como parte de la experiencia religiosa (M. ENGAMAMARE,
Calvin a prophet without a prophecy “Church History”, 1998, Pág. 643 y sigs., aunque algún autor encuentra
misticismo en los escritos de Calvino y exalta la importancia de la mística en la tradición reformada: así C.A.
KELLER, Calvin Mystique. Au coeur de la pensée du réformateur, Genève 2001). Sobre la influencia de la
mística española, en Teersteegen (que era reformado) y la Señora Guyon, ver M.CORNUZ, le protestantisme
et la mystique, Geneve 2003, en especial Pág. 80 y sigs.

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