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ACTIVIDADES LECTORAS EN LA ESCUELA INFANTIL Y

PRIMARIA

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MATERIALES PARA EDUCADORES
Últimos títulos publicados

90. Un centro 3 S. Irene Monferrer.


91. Cosas de niños. Pilar Montes-Eduardo Soler.
92. Versos para aprender lengua y literatura. Ana Riofrío.
93. Sembrar valores, recoger futuro. Fernando Lafuente-Noelia Cisneros-Emilio Gómez.
94. Animación a la lectura con niños. Isabel Agüera.
95. Formación humana en Primaria/3. Sonia López-Yolanda López.
96. Educar con imágenes/3. Herminio Otero.
97. Adolescentes, inmigración e interculturalidad. Fabián Moradillo-Socorro Aragón.
98. Ortografía castellana. Francisco Javier Diosdado.
99. Educar en la interculturalidad. José Real.
100. Cuentos populares y creatividad. Rosa Huertas.
101. Animar a la lectura jugando. Mª Jesús Otero.
102. La solidaridad es vida plena. Edgardo Rubén Cárdenas.
103. La lectura a escena. Isabel Agüera.
104. Cuentos para portarse bien en el colegio. Jesús Jarque.
105. Animación a la lectoescritura. Purificación Cavia.
106. Poesía popular infantil y creatividad. Rosa Huertas.
107. Adolescentes y educación para la convivencia. Fabián Moradillo.
108. Aprovechamiento didáctico de Internet. Jesús María Nieto.
109. Amor y sexualidad. Santiago Galve.
110. Fábulas del siglo XXI. Fernando Lafuente-Noelia Cisneros-Emilio Gómez.
111. Personajes de la Historia Antigua y Media. José Luis Sierra.
112. Los cuentos de la tortuga. Eduardo Soler.
113. Aprender a pensar en Primaria. Blanca Gómez-Luis Carrascosa (coords.).
114. La vuelta al curso en 80 días. Jesús Villegas Saldaña.
115. Personajes de la Historia Moderna y Contemporánea. José Luis Sierra.
116. Educar en la sostenibilidad. AA.VV.
117. Cómo mejorar la convivencia. Ana Prieto-Manuela Guzmán.
118. Motricidad en Educación Infantil. Ana Ponce de León-Rosa Ana Alonso (coords.).
119. ¡Hoy es fiesta! Carmen Gil.
120. Fonética inglesa práctica. Jelena Bobkina-Miriam Fernández de Caleya.
121. Lecturas y juegos para los más pequeños. Isabel Agüera.
122. Infancia y ciudadanía. Mª Jesús Picot-Fabián Moradillo.
123. Coeducación en el cole. Carmen Gil.
124. Cuentos para educar en valores. Laureano Benítez.
125. Dificultades de aprendizaje en Educación Infantil. Jesús Jarque.
126. Creatividad, lenguaje y nuevas tecnologías. Isabel Agüera.
127. Cuentos para educar jugando. Miguel Ángel Carroza.
128. Educación emocional para la prevención de la violencia en la pareja. AA.VV.
129. La tutoría en la escuela. José Quintanal-Miguel Ángel García.
130. Dos mundos. Two worlds. Beatriz Montero-Geeta Ramanujam.
131. Buenos tratos: cuidando los derechos de todos. Mª Ángeles de la Caba-Rafael López.

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132. Educar en valores inteligentes. Alfonso Barreto.
133. La programación de aula en Educación Infantil paso a paso. A. Ponce de León-R. A. Alonso (coords.).
134. Desarrollo de la conducta prosocial a través de la educación emocional en adolescentes. AA.VV.

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JOSÉ QUINTANAL DÍAZ

ACTIVIDADES LECTORAS EN LA
ESCUELA INFANTIL Y PRIMARIA
Guía para la organización y el desarrollo de programas de Animación Lectora

EDITORIAL CCS

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Tercera edición: junio 2013

Página web de EDITORIAL CCS: www.editorialccs.com

© José Quintanal

© 1999. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID


Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de
reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de
esta obra sin con tar con autorización de los titulares de la propiedad
intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser
constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del

6
Código Penal). El Centro Español de Derechos Re pro gráficos
(www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Diagramación editorial: Concepción Hernanz (Oficina Técnica CCS)


Dibujo de portada: Amaya de Andrés
ISBN (pdf): 978-84-9023-690-1
Fotocomposición: M&A, Becerril de la Sierra (Madrid)

7
Para ti,
que «vives» la Escuela
con ilusión renovada

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Índice

Presentación

CAPÍTULO PRIMERO
LA ANIMACIÓN A LA LECTURA

1. Importancia de la Animación escolar

CAPÍTULO SEGUNDO
DESDE EL PRINCIPIO, EN EDUCACIÓN INFANTIL
1. Las actividades de Animación lectora en el aula de Educación Infantil
2. ¡Cuéntame un cuento!, una sencilla forma de «Animar a Leer»
3. Empecemos por el principio… (paradojas)

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CAPÍTULO TERCERO
LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA
1. El animador
2. La animación

CAPÍTULO CUARTO
LA ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN
LECTORA

1. Actividad escolar ordinaria


2. Actividades de carácter especial

CAPÍTULO QUINTO
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN
1. Actividades informativas
1.1. Visitas escolares
1.2. Investigación
1.3. Campañas de sensibilización
1.4. Exposiciones
1.5. Charlas-Coloquio
1.6. Encuesta
1.7. Acopio de materiales
1.8. Informe de la Biblioteca

2. Actividades formativas
2.1. Juegos escolares con el lenguaje
2.2. Proyecciones
2.3. Sesión de Animación Lectora
2.4. Cuentacuentos
2.5. Concursos
2.6. Creaciones literarias y plásticas
2.7. El Museo del Cuento
2.8. Semana temática

3. La lectura en el aula

Bibliografía

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Presentación

Estimado lector, quiero agradecerte en principio la atención que manifiestas al ojear


estas páginas. Han sido escritas con la sana intención de aportar alguna referencia
práctica al entusiasmo que en el Claustro de un Centro docente suscita la necesidad de
organizar para sus alumnos, sesiones de Animación Lectora, bien sean en la
cotidianeidad del aula o en las celebraciones especiales.

Por un lado, se observa una preocupación creciente del profesorado por


dinamizar la atención pedagógica que se brinda a la lectura. Por otro, es un hecho
constatado que todos los años, ciertas fechas nos interpelan, reclamando algún tipo de
programa especial que nos depare la convocatoria de una conmemoración digna.
Cuando la efemérides tiene algo que ver con la lectura, esta inquietud se acrecienta un
poquito más. Impulsar ese estímulo y de alguna manera colaborar contigo para que
puedas dar respuesta satisfactoria a estas cuestiones, han sido motivos que me
animaron a preparar este trabajo.
Porque en realidad se trata de eso: la concertación de numerosas experiencias
llevadas a cabo en aulas de muy variada índole. Profesores y profesoras de diversos
Centros han sido sus artífices, proporcionándome cuanta información fue necesaria.
Quiero reconocerlos como verdaderos inspiradores de la iniciativa, y así, expresar un
agradecimiento muy especial para todos, pues de otro modo, si no hubiera encontrado
esa colaboración en las escuelas y colegios con los que he tenido el privilegio de poder
trabajar, esta obra no habría visto nunca la luz. A ellos se lo brindo, lo mismo que a
todos vosotros, pues me mueve el deseo sincero de que os resulte práctica y
verdaderamente eficaz; vuestros propios alumnos, estoy seguro, serán, o al menos
habrán de serlo, sus más inmediatos beneficiarios.
J.Q.D.

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CAPÍTULO PRIMERO

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LA ANIMACIÓN A LA LECTURA

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Desde siempre, éste ha sido uno de los temas que más ha interesado y a la vez
preocupado al profesorado. El alumno participa siempre de la actividad escolar, con
mayor o menor interés, pero al fin y a la postre, resolviendo una serie de necesidades
básicas de su aprendizaje. La motivación y la mediación docentes aquí tienen una gran
importancia, no lo ponemos en duda. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con el tema
de la lectura, parece que se nos escapa de las manos, pues el verdadero logro pedagógico
del trabajo en el aula, ha de manifestarse fuera de él, y de una forma espontánea y
sincera, consiguiendo del alumno que lea simplemente porque disfrute con su lectura.
Resulta muy difícil encontrar un grupo en el cual no haya algún sujeto que se nos queda
fuera de esta dinámica, pese al esfuerzo continuado de sus maestros y maestras, por
incardinarle en ese tren. Entonces, ¿qué hacer?

La animación ha surgido como un intento de recuperar el tema y encauzarlo de


una forma adecuada. Pero no todos los autores manifiestan una misma opinión al
respecto. Por un lado, encontramos quien opina que la «acuñación feliz de animación a
la lectura sea una fórmula hueca»1. Desde luego, que esta afirmación no resulta valdía,
sino que está bien fundada en la apreciación del tema desde una óptica excesivamente
reduccionista; limita el campo de animación al propio libro, con el objeto de que sea
éste, por sus propios valores, quien estimule la sensibilidad del niño lector. Del lado
opuesto, nos parece más optimista la propuesta de Fabregat, quien propugna un
encuentro gozoso con los libros2. Propone una «metodología que enlace con el medio
familiar, que proponga situaciones simuladas, imágenes visuales y esquemas de lengua
globales, como paradigmas en los que apoyar su desarrollo»3.
De una forma más ecléctica, nosotros nos manifestamos partidarios de articular
desde el aula, experiencias y dinámicas en las que al sujeto lector se le brinde la
oportunidad de introducirse en el mundo de la recreación imaginativa. Para ello, el
docente (mediador) habrá de conocer tanto el mundo de la literatura como el de la

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pedagogía, a fin de participar de ambos en su actividad cotidiana, lo que les convierte, en
palabras de Cervera, en «animadores natos en acción permanente»4. La animación
docente ha de responder, en cierto modo, a una actitud, un estilo propio y particular de
«vivir» la experiencia lectora personal, en la que el Animador transmita un sentimiento
que guarda íntimo, individual, y que además lo propone como modelo.
Así, pues, dejamos bien clara nuestra defensa de la Animación Lectora en el aula,
como transmisión de una sensibilidad especial, con un cierto interés por conocer la
profundidad del mensaje literario, y del deseo de discurrir por el camino lúdico de la
imaginación, el único donde «cada ser humano inventa su propia vida y descubre el
mundo»5.
Recreación y sensibilidad deben ser los dos componentes que tilden nuestra acción
mediadora en el aula. Una sabia combinación de ambas, debidamente proyectadas en el
alumno, nos permitirán conseguir que éste se aproxime al libro, y pueda degustar su
contenido, saboreando las mieles de la lectura.
La Escuela, como institución socialmente establecida, ha de ser la principal
generadora de dicha actividad. No podemos olvidar que es el espacio donde tienen lugar
las experiencias más importantes en la vida del niño, o al menos la mayor parte de su
tiempo y en los años más decisivos. Incluso, de alguna forma, se convierte en el único
recurso que tiene la sociedad para configurar en él un carácter apropiado, pues, al salir de
ésta, las riendas de su vida futura trascienden ya incluso al propio sujeto, lo superan.
Conscientes de lo importante que resulta el papel que se juega, hemos de asegurarnos de
que el ambiente escolar en que viva el niño, de alguna manera «rezume» un halo de
motivación lectora, y genere medios y fórmulas de aproximación a la literatura.
Que exista ese ambiente lector, implica la existencia de Bibliotecas, dinámicas,
que transmitan vida y atraigan el interés del educando; además, que los agentes sociales
implicados en la educación (el profesorado y los padres) resulten auténticos modelos a
imitar, favorecedores de los medios precisos para conseguir que se entable esa relación
con el libro, abiertos al diálogo y la participación, asegurándonos poder contar con
medios de difusión apropiados y suficientes, en los que el alumnado exprese y capte la
sensibilidad de la comunicación con sus semejantes. De alguna manera, se trata
sencillamente de que nuestros alumnos sientan una valoración positiva tanto del lector
como de la propia lectura.
A la sazón, resultará muy importante una planificación bien coordinada del equipo
docente, en la que se consideren y dinamicen todos los medios y recursos disponibles, en
aras de un objetivo común: el de estimular la vida literaria del centro. Sin olvidar que los
padres son agentes activos de la educación del niño, por lo que su colaboración también
resultará valiosísima, desde el propio aula. Los docentes no sólo han de apoyar lo que
acabamos de señalar, sino que precisan asumir un papel más importante, por cuanto se
convierten en verdaderos agentes generadores de medios para su desarrollo. La

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participación y el estímulo del grupo de alumnos será consecuencia de una auténtica
«vida» en clase, en casa, en sus conversaciones…, en el aula, donde los medios y los
espacios favorezcan esa primera aproximación al texto, y estimulen la recreación
imaginativa. El maestro o la maestra, al igual que la madre o el padre, serán los primeros
agentes sociales a quienes el niño participará sus descubrimientos, por lo que habrán de
tomar conciencia de ello, generando medios y asumiendo la responsabilidad que implica
disponer momentos y situaciones para ello.
«La ciencia del crear condiciones para que la planta humana adquiera lo que
necesita, y acepte, aunque sin deseos, la inoculación de la cultura, y tenga necesidad de
lo mejor, y dé en suma, todos los frutos que puede dar, en la práctica dando aún en sus
primeros pasos. Una técnica se puede aprender con pescozones: así la técnica de la
lectura. Pero el amor por la lectura no es una técnica, es algo bastante más interior y
ligado a la vida, y con pescozones (reales o metafóricos) no se aprende.»6

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1. IMPORTANCIA DE LA ANIMACIÓN ESCOLAR

La importancia de la Animación lectora escolar nadie la pone en duda. Todos estamos de


acuerdo en su necesidad y en la validez pedagógica de su aplicación, sabedores de que
con ella se consigue generar en el alumno un sentimiento favorable hacia el acto lector.
Éste de por sí ya resulta laborioso, toda actividad humana lo es, e implica
necesariamente la voluntariedad del sujeto en su ejecución. Por eso, la complicidad del
alumno será condición «sine qua non» para el éxito didáctico de la lectura.

Conviene que el docente tenga bien claro que el sujeto lector ha de estar
psicológica y fisiológicamente bien preparado para leer. En primer lugar será importante
su capacitación. En nuestro libro «La Lectura»7, ya dejábamos bien sentado que resulta
clave para el lector discurrir por el texto de una forma fluida. Otros autores como
Colomer-Camps8 o Cassany9 comparten esta opinión. Esto no sólo le va a permitir al
niño centrar la atención en el paisaje que conforma su paseo por el libro, sino que
generará en su interior un fuerte sentimiento de seguridad ejecutoria, fundamental para
esa implicación. Y además, se debe disfrutar. En palabras de Janer Manila10, «el
sentimiento lúdico debe ser la base de la actividad humana». El niño ha de ser capaz de
desentrañar del texto un fuerte contenido imaginativo que le permita discurrir por
mundos insospechados y sentirse protagonista de aventuras disparatadas.
Estos dos elementos, capacitación (seguridad) y deleite (evasión), han de constituir
una meta clara en nuestra actividad escolar de animación lectora. En el entorno social del

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niño, encontraremos otras fuentes similares que complementen dicha acción didáctica.
Con agrado asistimos a un desarrollo amplio de actividades dinamizadoras en las
Bibliotecas, lo mismo que convocan organismos de la oficialidad cuando planifican
sesiones y salones de difusión editorial, o los propios padres al participar en la selección
y adquisición de lecturas para sus hijos. Todos enfocan su efecto en la misma dirección,
quieren provocar en el niño un sentimiento favorable hacia la lectura.
Aunque, seamos realistas, este mismo objetivo ya lo comparte la escuela
complementado por la capacitación. La sociedad no se cuestiona el modo en que el niño
aprenda a leer, o la manera en que éste descubra sus posibilidades de extraer la
información del texto, sino que lo da por supuesto y se desembaraza de dicha
responsabilidad atribuyéndosela al estamento docente. Desde el aula, tendremos que
tomar conciencia de esta necesidad, dando respuesta a la función social del «enseñar» a
leer, pero de una forma genérica y profunda, pues hay que tener muy en cuenta que
leyendo se trasciende el umbral del acto decodificador y se eleva al alumno al mundo de
esa recreación imaginativa, a la que ya nos hemos referido. Como nos indica Moreno,
citando a Barthes11, «en el acto de la lectura se involucran niveles de apetencia y
satisfacción biológicas, y, al mismo tiempo, destilaciones de las neuronas».

De este modo, conscientes de esta doble vertiente que pueda tener la lectura
escolar, hemos de propugnar en el aula, actividades que permitan responder a ambas. Por
un lado, planificando sistemáticamente el proceso didáctico de capacitación lectora, lo
que ha conseguirse con un diseño curricular que atienda convenientemente esa
progresión constante de las facultades del sujeto, en forma de Metodología específica,
completa, fundamental y eficaz. Pero sin descuidar de ningún modo la faceta lúdica que
tiene, considerándola como la aproximación que debe hacerse al libro recreativo, de
evasión. Y ya desde los primeros años, cuando el niño domina únicamente el habla y aún
desconoce el mecanismo de la destreza lectora, pues desde el principio es posible
provocar esta aproximación mediante recursos de estimulación imaginativa, a través de

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las imágenes y de las lecturas dirigidas, lo que hemos venido en denominar lectura de
regazo12. La maestra o el maestro de Educación Infantil (lo mismo que en otro ámbito,
la familia), cuenta con recursos suficientes como para provocar la creación imaginativa
de los niños, en la cual, no nos costará comprobar cómo participan éstos de una forma
activa e intensa (por ejemplo, no tenemos más que cambiar algún dato en la narración de
un cuento para que los pequeños nos corrijan el error, lo cual confirma la facilidad con
que se «enganchan»).
Más adelante, cuando la pedagogía y la didáctica hayan ejercido su influencia
benéfica y los niños sean capaces de adentrarse en el texto por sus propios medios, las
posibilidades de acción son mucho más variadas, lo que nos va a permitir una mejor
operatividad favoreciendo la participación del niño. La lectura de corrillo, en la que no
sólo se lea de forma participada, sino que se hagan comunes los sentimientos, deseos y
recreaciones lectoras, brindará una intensidad que además favorecerá el protagonismo
que le corresponde a todo alumno.

De ahí que estimemos al igual que el profesor García Padrino13, «conveniente una
mejora cualitativa de la llamada Animación Lectora, y que creemos corresponde a las
tareas de la escuela». Igualmente, se observará, en la propuesta que hacemos, una
notable diferencia con la actividad profesional de acercamiento del niño a la lectura (nos
referimos a las sesiones programadas de encuentros literarios, semanas…). Ésta, puntual,
esporádica y fuertemente motivadora, complementa muy bien la dinámica escolar en
todo proceso de Enseñanza-Aprendizaje, pero reconoceremos que posee componentes
más genéricos y por supuesto, fundamentales en la maduración psicológica de los niños.
Se trata sencillamente de hacer que el docente, en un momento preciso, se convierta en
cuentacuentos, en su aula; pero no sólo en eso, porque si no el carácter didáctico de la
lectura quedaría peligrosamente sesgado. Estos momentos de animación lúdica han de
complementarse con los de interés por la lectura personal, con la generación de recursos
para compartir la recreación, el interés y la orientación de las lecturas del hogar, y… con
otras múltiples facetas, que vienen a configurar una sola acción pedagógica: la
generación en el aula de un buen ambiente lector.
Por último, para completar el espectro social de la lectura escolar, hemos de
reclamar la necesaria actividad y preocupación del entorno por el tema. En nuestra vida
cotidiana existen numerosos momentos, actividades y medios que participan de la actitud
lectora de nuestros alumnos. Todos ellos han de recuperar su protagonismo en el tema,
por lo que resulta tan importante y motivador para el niño que cuando se acerque a la
librería, pueda entablar una relación directa con los libros, en la visita a una muestra
tiene que conocer directamente los protagonistas y creadores de su mundo imaginativo, y
la biblioteca ha de aportarle una satisfacción lúdica bien fuerte (el «flechazo» que dicen
algunos autores14), lo que también es importante, sentir que todo el mundo que le rodea,
padres, familia, amigos, adultos y medios de comunicación social (en los que participe
muy activamente) valoran su necesidad de aproximación al libro y favorecen ésta de una

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manera positiva, pues entre todos pueden contribuir eficazmente a la configuración de su
carácter como pequeño lector. La escuela pues, juega un papel clave, focalizando la
orientación que tomen todos estos elementos en una misma dirección, la que
corresponde a la formación y maduración del niño.

20
CAPÍTULO SEGUNDO

21
DESDE EL PRINCIPIO, EN EDUCACIÓN
INFANTIL

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Como hemos dicho, ya desde el principio, cuando el niño se encuentra en Educación
Infantil ha de ser objeto de nuestro interés y preocupación para facilitar su acceso a la
lectura, la recreación imaginativa, el paseo creativo por el texto, la vivencia de
narraciones y fabulaciones, compartiendo estímulos, iniciativas, inquietudes… Todos
son elementos favorecedores que contribuirán a conformar una personalidad lectora, la
cual dependerá del modo en que se manifieste esa preocupación por el hecho de
facilitarles oportunidades propicias para su desarrollo.

Una cuestión de suma importancia en los niveles inferiores de educación


(fundamentalmente Infanitl) es la necesaria coordinación que tiene que existir con la
familia, al objeto de «empujar» la acción escolar, dirigiendo todos los esfuerzos en la
misma dirección. Aportamos en este sentido una experiencia desarrollada en el seno de
un centro educativo15, cuando el profesorado se planteó no sólo la necesidad, sino
también la imperiosa inquietud por resolver de una manera práctica y efectiva el tema,
implicando a los padres en la tarea que en el ámbito de la lectura puede llevarse a cabo.
El hogar comparte con la Escuela, la práctica totalidad del tiempo del niño en estas
edades, lo cual supone una plataforma ideal para desarrollar experiencias comunes
puesto que inciden plenamente sobre el alumnado. Ahora que los niños son todavía
pequeños, carecen prácticamente de agentes distorsionadores, salvo los que nos
encontremos en el propio ámbito de actuación, como pueda ser el caso de la televisión
presente en el hogar, o la acción de los niños mayores en el patio del colegio. Pero
incluso éstos pueden ser perfectamente controlables por nosotros, reconvirtiéndolos en
aliados de nuestra propia intervención, y acabar por contribuir positivamente al logro de
objetivos en nuestros programas. De este modo, por ejemplo, el diálogo familiar ante la
pantalla televisiva o el intercambio de narraciones con los alumnos de cursos superiores,
pueden resultar beneficiosos para nuestros objetivos en algún momento dado.

23
CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA ANIMACIÓN LECTORA EN LA
EDUCACIÓN INFANTIL

Planteándonos el nivel de atención que puede brindarse a la Lectura en los niveles


de Educación Infantil, tres cuestiones concitan el objeto de nuestra preocupación: El
valor preopedéutico que conlleva la formación lectora, la necesidad de plantear
actividades de animación que estén en perfecta sintonía con el ámbito familiar (lo cual
resolveremos presentando la experiencia «¡Cuéntame un Cuento!», del citado colectivo
pedagógico «Quento»), y por último, la necesidad de obtener una correcta resolución de
la destreza lectora en este período escolar, por cuanto las actividades que planifiquemos
después, y que serán objeto de este trabajo en próximos capítulos, siempre tomarán
como punto de partida el supuesto de que nuestros alumnos (potenciales lectores que
vamos a «animar»), ya tienen un dominio autónomo y personal sobre su técnica.

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1. LAS ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA
EN EL AULA DE EDUCACIÓN INFANTIL

No estará de más conocerlas, no sólo ver cuáles son las que se aplican, sino determinar
también las necesidades intrínsecas que surgen, de qué manera se consigue un desarrollo
óptimo de las mismas, y al mismo tiempo, obtener referencias prácticas para su
aplicación.

El tratamiento que recibe la lectura en los primeros niveles de escolarización


resulta meticulosamente exquisito. En cierto modo, y quizá debido a la necesidad
pedagógica que implica considerarlo una plataforma para cualquier otro aprendizaje
posterior, la lectura tiene una atención prioritaria, preocupa al profesorado y despierta
todo su interés deseando enfocarla bajo criterios que sepan complementar la efectividad
dinámica con la comodidad del niño durante su aprendizaje. La lectura, podemos decirlo
así, preocupa y se atiende, hasta con especial dedicación.
Si nos planteáramos conocer cómo es el tratamiento que se le da en los niveles que
comprenden entre los tres y los cinco años, un período muy especial puesto que el texto
se limita a jugar un papel referencial, empezaríamos por significar el procedimiento que
se sigue para dicho tratamiento. La lógica que se impone viene determinada, quizá
impuesta por la necesidad, por el propio alumno, que es quien a fin de cuentas, marca el
ritmo que ha de seguir su aprendizaje. El profesorado sabe, y así lo manifiesta, la
importancia que tiene ese acomodo a las circunstancias, personales y medioambientales

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de los niños, lo cual le permitirá imprimir un ritmo más fluido al aprendizaje lector, lo
mismo que en cualquier otra materia que se trate:
❏ De entrada, podemos ver en estas edades la relación que se plantea entre el
cuento y el niño (no olvidemos el carácter de «mediador» que se atribuye a la función
docente16), se determina en reciprocidad. Son tan abundantes las referencias (de todo
tipo) que una lectura aporta al niño, como los matices de individualidad que el texto
recibe al entrar en contacto con el lector. Así, en un análisis detallado de esa relación,
desde el punto de vista del niño, observaremos que sigue tres etapas sucesivas (en cierto
modo madurativas) de implicación personal progresiva (no necesariamente han de
identificarse con los niveles que conforman el segundo ciclo de la Educación Infantil):
• El primer contacto que se tiene con la lectura le asigna al niño el papel de
mero ser receptivo de la narración; pasivo, se le leen cuentos (o se le
presentan en soportes técnicos como el casete, el CD-Rom o el vídeo…), al
objeto de despertar su curiosidad, que tome conocimiento de esa existencia,
y de algún modo que también se sensibilice con la bondad intrínseca de todo
acto de lectura. Aquí resaltaríamos fundamentalmente el plano afectivo,
pues el niño identifica cuento o narración, con adulto que se centra en él, le
acompaña, le atiende y se regodea en su propia narración haciéndole
partícipe y aliado en ella. Esto le agrada.
El profesorado en estos momentos iniciales, que podríamos
perfectamente situar en los tres o cuatro años, presenta la recreación de
cualquier lectura en base a fórmulas muy variadas e incluso enfatizando la
importancia de este acto (se crea por ejemplo la «hora del cuento»). La
exposición por lo general es oral, lo que no quita que otras veces se apoye
en imágenes (láminas o muñecos) referenciales, lea o narre él mismo. Lo
que sí es cierto es que siempre han de implicarse en dicha actividad cuantos
recursos (dicción, expresividad, gesticulación, inflexiones, sugerencias…)
estén al alcance de su mano, buscando cualquier estímulo que permita
despertar la motivación y favorecer sobre manera la recreación imaginativa
del niño.

• Más adelante, cuando el niño cuente con alguna experiencia como espectador
de las lecturas que le vienen de los adultos, generalmente a lo largo de su
primer curso escolar, va asumiendo un papel más participativo, si no en el
propio acto lector, al menos en lo que se refiere a su relación con el libro.
Así se aprovecharán algunos recursos lúdicos de gran valor pedagógico
como son los pictogramas o las ilustraciones propias de los libros de
imágenes, los cuales permitirán al niño seguir una historia apoyándose
únicamente en la representatividad de las escenas que reflejen los dibujos.
Paralelamente cuando ya su experiencia en este tipo de lecturas le empiece a

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resultar gravosa, veremos cómo surge la curiosidad por el texto, asociándolo con los
contenidos ideográficos de las escenas que se le representan. En este momento ya
podremos entender que responde a su rol de «lector», en el sentido pleno de la palabra
(se le supone dicha función cuando el sujeto controla de manera autónoma su propio
proceso de lectura, lo personaliza, lee lo que desea y controla la dirección de su mirada,
lo mismo que la de su intelecto). Eso sí, haríamos la matización de que este control aún
es muy elemental, pero empieza a esbozarse lo que es un proyecto de «niño lector»,
hacia el que acabamos de emprender nuestra andadura.
En el aula la iniciativa estará más orientada a brindar al pequeño la disponibilidad
de medios, que al propio dirigismo de la acción. Se crean en este sentido los «rincones»
donde los niños tienen multitud de cuentos a su alcance, lo mismo que se propician
momentos en los que cada uno pueda narrar y compartir sus lecturas personales. La
sesión de lectura animada o recreada asume un esquema diferente al que tenía en el
período anterior. Si primero entendíamos que había dos protagonistas (niño-libro) uno
frente al otro, uno que lee y otro que recibe, ahora se socializará la lectura, y resultará
más participativa repartiéndose los papeles de emisor y receptor entre los miembros del
grupo. No quita que los niños que se encuentren en este momento madurativo se deleiten
del mismo modo con las lecturas de sus mayores (cosa que les encanta y que seguirá
agrandándoles por más años que vayan cumpliendo), pero ya lo ven desde una
perspectiva diferente; no se muestran ajenos a ese texto que les llega cuando se les lee,
sino que entienden cómo tiene lugar la magia de la lectura, e interpretan ese mundo
desde un punto de vista más comprensivo y participativo, quizá más activo en su
receptividad, se meten de lleno en la historia que se lee, y eso se traduce de inmediato en
un incremento grande de su implicación en los diálogos, lo mismo que en un
enriquecimiento mayor de éstos.

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• Por último, el lector, receptor primero y actor luego, acabará convirtiéndose
de algún modo en lector, creador y protagonista excelso de su propia
historia. Este será el estadio último de la recreación imaginativa de un
cuento, cuando el niño sea capaz de generarla en su propia mente, cuando
controle y despierte el mecanismo de la imaginación, finamente expuesta
por la expresión. E insistimos una vez más, el hecho de que el alumno se
encuentre en este estadio (nunca antes de los cuatro-cinco años) no excluye
otras formas anteriores de lectura. De hecho en estos niveles escolares aún
se les lee, favoreciéndose el contacto con materiales simbólicos, pues al ser
mucho mayor su control imaginativo, los niños se deleitan con mayor
satisfacción en recursos de lectura muy superados para ellos, como las
imágenes o los pictogramas.
❏ Nuestro análisis podríamos plantearlo también enfocando la relación con el
niño desde la perspectiva del propio cuento. En este sentido, descubriríamos que son
diversos los recursos que le brindan para que haga suyo un contenido recreado. Entre
otros, podemos citar los siguientes:
• Los Juegos de manipulación lingüística. El juego, por naturaleza, atrae y
gusta al niño. Además, no podemos olvidar que toda actividad llevada a
efecto en el aula ha de resultar eminentemente lúdica. Cuando el lenguaje
(el texto, el mensaje, la historia), focaliza todo el interés, conviene permitir

28
al niño (neolector) la experiencia de su control, y la recreación en el juego.
En este marco tienen sentido muchas de las actividades que se llevan a cabo,
por ejemplo, a los tres o cuatro años, en las cuales las palabras se convierten
en objeto de sus ejercicios, se manipulan, generan otras nuevas, o se recrean
en torno a las situaciones en que fueron descubiertas en el texto. Es decir, se
dota de vida y dinamismo toda la actividad lingüística en torno al cuento.
Únicamente cuando el bagaje léxico (enriquecido como hemos visto en el
capítulo anterior por la propia experimentación lectora) resulte amplio y
variado, al niño le surgirá un nuevo reto, el de la manipulación de unidades
más amplias y de contenido complejo (frases), y sobre todo, la posibilidad
de generar producciones personales (se identificaría con el momento
creativo del niño, y cuando puede inventar cuentos, situaciones variadas).
• Existe una variante de esta manipulación lingüística, que es aplicar cambios
en la narración o la búsqueda de finales distintos a ésta, que supera un poco
el aspecto lúdico del ejercicio. Pero favorece el desarrollo creativo que se ha
señalado. De este modo se permite al niño expandir su mente, explorando
nuevas posibilidades para su recreación. Es interesante y da mucho juego,
educando fundamentalmente la capacidad de abstracción del alumno y
despertando con facilidad su interés.
• Del mismo modo, y en grados de diferente complejidad, se le pueden
proponer al niño recursos de recreación basados en la tradición popular:
rimas, retahílas, canciones… que aseguren su identificación personal con el
objeto de contenido, y permitan la generación de referencias personales para
recreaciones variadas, debido a que propician el enriquecimiento léxico y la
expresión personal.
• Por último, contaremos con el apoyo léxico, que le permitirá el
descubrimiento del contenido (y a veces el sentido) de las palabras, pues
estimulará la creatividad y potenciará el desarrollo de la imaginación.
Todos son recursos didácticos que contribuirán, en diferente medida, a conformar
una relación pedagógica con los alumnos, una relación que se entiende literaria, por
cuanto es a través de la lectura como descubriremos que el texto escrito recobra sentido,
gracias a la comunicación interpersonal.

29
2. ¡CUÉNTAME UN CUENTO!, UNA SENCILLA
FORMA DE «ANIMAR A LEER»

Esta experiencia supone uno de los múltiples intentos que en todo Centro Educativo se
llevan a cabo a lo largo del curso escolar, con el fin de estrechar los lazos que se
establezcan entre la familia y el profesorado, dado que el niño o la niña resultan
sumamente beneficiados con ella.

La cordialidad es uno de los factores que ha de distinguir esta relación; en esto


estoy seguro de que coincidimos todos. No obstante, la frecuencia ha de ser otro de los
elementos que contribuyan al correcto desarrollo de la misma. Abrir las puertas del
centro, invitar a los padres a participar de la vida escolar, y al mismo tiempo lograr de
éstos la respuesta adecuada, en la forma y en el contenido, son auténticas «experiencias»
que no siempre resultan todo lo exitosas que desearíamos, pero que de hecho, de uno u
otro modo, redundan en una amabilidad latente en el ambiente escolar que rodea a los
niños.
Cuando reflexionamos sobre todo esto, y más concretamente en el momento de
diseñar algún tipo de dinámica en torno a la cual enfocar el tratamiento pedagógico que
se pudiera dar a la lectura en los niveles inferiores de la escolarización obligatoria, surge
la pregunta: ¿Sería posible educar a los padres, y plantearnos en virtud de esta
intervención un modo de incrementar la actividad lectora en la familia? Responder estas
cuestiones con efectividad es el «leit motiv» que puso en marcha al Colectivo «Quento»,

30
sencillamente un grupo de profesores con una inquietud común.
La primera respuesta fue por supuesto que sí; de todas formas, nuestra intención
(educativa) última estaba en el seno familiar, seguros de que la atención que al tema
lector se le conceda en el seno materno, o del padre, la abuela o el tío, se proyecta en el
intelecto del niño, depositándose en él un sedimento importante de bondad y aprecio por
el ejercicio de lectura, despertando un sentimiento noble, de cariño por el libro, y sobre
todo convenciéndolo, en lo más profundo de su sensibilidad, de la contribución que
puede suponer para su cultura personal, porque el niño, cuando ha experimentado una
lectura en circunstancias positivas, desde entonces se aproxima al libro con otro talante,
plenamente convencido de su bondad.
En este marco se detecta una necesidad imperante por dar respuesta efectiva a
nuestras inquietudes, desde la realidad cotidiana del aula. Lo cual implica el necesario
acercamiento a la vida familiar, con el cuidado exquisito de evitar cualquier injerencia en
la intimidad que el niño viva en su seno. Así, nos preguntamos, ¿sería posible
incrementar o estimular la actividad lectora en la familia, desde nuestra acción
educadora en el aula?
Nuevamente la respuesta es afirmativa, pero lógicamente necesitada de un
proyecto pedagógico que plasme tanta inquietud y todo nuestro convencimiento, que se
muestre firme en hechos reales y tangibles. Así pues, ponemos manos a la obra, del
mismo modo como se empiezan todos los proyectos, es decir, planteándonos claramente,
los objetivos a los cuales se pretende llegar, que serán los que orienten todo el proceso,
tanto en su fase de diseño, como luego en el propio desarrollo y por supuesto la
evaluación del mismo.

a. Objetivos

Una primera idea clara, interpreta al niño como objeto directo de nuestra actividad, en el
sentido de permitirle una experimentación placentera de la lectura. Por supuesto que
contando con el tratamiento didáctico que en nuestro currículo tiene el aprendizaje
lector, pero de modo que no se olvide que éste se pueda ver complementado con
vivencias positivas de experimentación lectora en el propio aula.

Además, y en el marco oculto, se encuentran los miembros de la unidad familiar


del niño. Fundamentalmente los padres, que en nuestro caso pretendemos convertir en
mediadores, y buenos mediadores, que logren la conexión que los niños y niñas deban
establecer con el texto (en forma de libro o narración personalizada, apoyada con el
soporte papel…).

31
Por último, no podemos negar nuestra voluntad de integrar a la familia en la vida
escolar. Eso sí, no en forma de invitación abierta y espontánea, sino del mismo modo en
que tiene lugar toda nuestra intervención educativa, bajo un programa, y en el contexto
de un diseño curricular específico; por eso la experiencia deberá responder a un plan, y
contar con los pasos necesarios de Planificación (que resuelve igualmente la
organización que la formación de los mediadores), Desarrollo y Evaluación, como más
adelante veremos.
Y con la garantía que nos proporciona la bondad de este planteamiento, ya nos
podemos poner en marcha. Tenemos presentes dos aliados de excepción: una importante
carga de ilusión, convencidos de la buena aceptación que la idea original pueda tener
tanto en el claustro como en las familias de nuestros alumnos, y además, la seguridad de
que toda acción que se planifique en el aula, con la mirada puesta en los niños, si cuenta
con la debida estructura, siempre deparará algún beneficio pedagógico en ellos.

32
33
b. Planificación

El primer paso a dar ha sido la convocatoria de los padres informándoles de nuestro


proyecto, y animándoles a colaborar. La respuesta plenamente satisfactoria. En una
reunión se les sensibiliza con nuestra inquietud, despertando su interés por aportar una
colaboración activa en el Programa y transmitiéndoles pautas de actuación referenciales
precisas, que les permitan afrontar la intervención sin ningún género de duda. Además
aprovecharemos para organizar todo el programa de intervenciones17.

c. Desarrollo

La puntualidad, una tónica general de todos los padres, fruto como hemos dicho de la
enorme ilusión que han demostrado por colaborar en la experiencia. Bajas y ausencias,
cero; y disponibilidad, atención, nervios, nervios, y más nervios, muchos y muchísimos.
Todos se acercan unos días antes a la profesora responsable del aula donde les
corresponde intervenir, al objeto de comentar con ella la obra seleccionada; en algunos
casos con ciertas connotaciones personales, como quien eligió para narrar a los pequeños
un cuento que aún conservaba de cuando ella era pequeña, que le había gustado
muchísimo, que a sus hijos también se lo había leído, con el mismo resultado, y que
deseaba compartir ahora con los niños de la clase. Es estupendo ver cómo luego les
explican todo esto a los niños, y la acogida tan cariñosa que le dan ellos. Otros nos
vienen pertrechados de un abanico amplio de posibilidades, al objeto de solicitar nuestra
ayuda en la selección del cuento que mejor se adapte a los pequeños. Y tampoco faltan
los muy muy convencidos, que ya tienen su elección bien meditada, o los más tímidos
que piden sencillamente que se les proporcione un cuento, el que sea, que ellos lo leen.
¿Conclusión? La Biblioteca ha sido muy visitada, lo que nos confirma la seriedad con la
que los padres se han tomado la tarea de selección.

Y llegado el momento de la actuación encontramos una gran diversidad de formas


bajo las cuales se les presenta el cuento a los niños. Veamos algunas de ellas:
— Una primera clasificación nos lleva a considerar aquellos que optan por leer
el cuento, diferenciándolos de quienes lo narran, incluso en esta segunda opción, unos se
sirven de cuentos ya conocidos y alguno, muy ingenioso lo inventa sobre la marcha,
atendiendo a las reacciones manifestadas por los niños. Podríamos distinguir incluso una
tercera fórmula, que algunos padres utilizan de forma muy creativa, que es ayudarse de

34
muñequitos para representar el cuento en forma de guiñol. Un auténtico alarde de
profesionalidad improvisada, pero muy saboreada por los pequeños que lo viven con
entusiasmo.

FÓRMULAS DE INTERVENCIÓN

• Cuento leído:
— Los niños escuchan un cuento que se les lee
— Apoyo gráfico, mostrando las ilustraciones al tiempo que se lee
— Interpretando el texto, adaptándoselo al lenguaje propio de los niños
— Representándolo de modo personal (voces, gestos, muecas…)
• Cuento narrado:
— Sin apoyo textual, narrando lo que sabemos
— Escenificación personal de una narración aprendida
— Invención pura: sobre la marcha, partiendo de unas bases de referencia

• Cuento escenificado:
— Guiñol, tablillas, niños… (conviene prever la implicación personal)

— A la hora de leer el cuento, también encontramos fórmulas variadas. Los hay


que respetan la fidelidad de la narrativa, limitándose a exponer en forma oral cuanto la
escritura reproduce en el texto. Puede parecer un tanto fría, pero hemos de reconocer que
resulta muy socorrida para aquellos que no poseen mucha iniciativa pero sí una gran
voluntad. Más dinámica es aquella otra en que la lectura no se sigue fiel al texto, sino
que éste se interpreta resultando un lenguaje más próximo a los pequeños. Muchos lo
que hacen es que muestran las ilustraciones del libro a los alumnos mientras leen el texto
en alta voz, y ya los más curiosos, le añaden una interpretación muy personal del cuento,
con variaciones en las inflexiones de la voz, tonos diversos y el muestrario de muecas y
gestos más diverso que se pueda uno imaginar.
El resultado es muy enriquecedor, pues la libertad le permite a cada uno
manifestar su espontaneidad, lo cual favorecerá que los niños obtengan un deleite
supremo con cada intervención.
Tras haber presenciado todas ellas, nuestra reflexión nos permite confirmar que
hemos encontrado distintas reacciones, tanto en los niños como en los padres y madres
que han colaborado. Los nervios son un hándicap importante a superar. Se observa que a

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medida que la narración transcurre, el narrador gana en serenidad y ya controla mucho
mejor al grupo. ¿Tanto impondrán estos pequeños? Deben ser más bien las ganas de
hacerlo bien, y el cuidado y el respeto que a los adultos nos merecen, algo que se
muestra como muy positivo.

d. Evaluación

La evaluación se desarrolla en dos planos diferentes: por un lado el profesorado


implicado realiza una valoración de los resultados deparados por la experiencia, y por
otro se lleva a cabo el análisis junto con los propios padres participantes, lo cual nos
permite uno de los mejores momentos.

Conscientes del riesgo que puede suponer explotar la experiencia, en la


evaluación, se acuerda distanciar ésta en el tiempo y sistematizarla quincenalmente a lo

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largo del curso. De este modo se podrán alternar perfectamente con las intervenciones
docentes que también son necesarias, y no restar nada a la inquietud y el deseo de los
propios niños.
Para concluir, al objeto de refrendar convenientemente la ocasión, a todos y cada
uno de los padres y madres que han colaborado, se les entrega un diploma
conmemorativo de su experiencia. Terminamos nuestra descripción con una carta que
puede reflejar mucho mejor cuanto queremos expresar. Ha sido escrita por uno de los
padres implicados en la experiencia que hemos descrito, dirigiéndosela a «sus colegas»,
los demás padres:

Estimados Padres de Alumnos:

Me dirijo a vosotros con el propósito de hablaros de una experiencia que he


vivido esta tarde con vuestros hijos. Atendiendo a la invitación que nos
cursaron los profesores, me comprometí a asistir a una clase para contar un
cuento a los niños. No me imaginaba la revolución que esto iba a suponer en
mí. Lógicamente, al principio tuve muchos nervios, porque estos pequeños
imponen un montón, pero pronto fui centrándome, y la intranquilidad dejaba
paso a un profundo sentimiento de satisfacción.

El cuento que narré en clase no lo tenía programado; esto me doy cuenta que
no importa, ellos se adaptan a todo, y creo que valoran más la voluntad que
implica la visita, que mi propia intervención, porque demostraron un magnífico
respeto, y muchas, muchas ganas de colaborar para que aquello saliera bien.
Son estupendos. Os animo a hacer lo mismo. Fijaos, sólo por vivir el placer
que supone ir por el patio y que se te acerquen, que te hablen, que te saluden…
sólo por eso, ya mereció la pena.

Personalmente me siento satisfecho de haber aceptado la invitación, pues veo


claramente lo enriquecedora que puede ser la experiencia; pero tanto para
nosotros, los padres, como para los propios niños. Animaros a practicarlo,
aunque sólo sea en casa donde no siempre contamos con todo el tiempo que
ellos necesitan; en la clase… da un poco más de corte, pero la experiencia es
mucho más gratificante… ahora que lo he vivido, os aseguro que es así.

37
Además, convencido de lo bien que les viene a los niños, lo calificaría de
necesario. ¡Como que ya estoy apuntado para el próximo año! Hasta entonces
practico en casa.

Ánimo, salud y gracias.

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3. EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO…
(PARADOJAS)

Uno de los riesgos que con mayor peligro sufre la Educación Infantil es el dar por
cerrados proyectos que no se hayan rematado convenientemente. Y me refiero
específicamente al de la lectura. Aprovechando la circunstancia natural del paso de ciclo,
no es difícil que suceda esto con algún alumno, dándole por terminado el proceso de
aprendizaje sin haberlo completado debidamente en la etapa anterior, cuando aún se
encuentra incipiente, pero lejos de su dominio, y debe recorrer el camino que falta a
trompicones, un camino que sin necesidad se torna enormemente largo y penoso para él.

Este es un problema harto frecuente en nuestras aulas, que con una sencilla
planificación, coordinación, se puede salvar y satisfacer convenientemente. Pero aún así,
desde la pedagogía es necesario responder al hecho con el diseño de materiales
adecuados que permitan al docente «rematar» debidamente la lectura de sus alumnos,
más que bombardearlos con fichas, libros y otras propuestas muy completas, muy bien
diseñadas, pero en ocasiones, carentes de sentido. En algunos casos se precisaría más un
programa de lenta transición para acomodarse a la nueva estructura que les brinda la
Educación Primaria, donde la lectura ya no es objeto de aprendizaje sino que se ha
convertido en un instrumento para el aprendizaje, y donde la comunicación interpersonal
cobra gran terreno con el grupo y lo pierde con la personalización docente.
Es así, por paradógico que parezca. Reclamamos una gran atención escolar a la

39
lectura en estos primeros meses de la Educación Primaria. Y puede sorprender esta
postura, cuando hablamos precisamente del nivel escolar que mayor dedicación ya le
presta. Las estadísticas nos lo confirman. Es tal su importancia que todo el interés que le
apliquemos resultará insuficiente. Conviene cuidarla con especial esmero en estos
momentos, atendiendo a una meticulosa programación, y resolviendo una secuencia de
actividades específicamente diseñadas al efecto, para alcanzar el objetivo deseado. Esto
todos lo sabemos, y en ello coincidimos. Me consta que así es. Pero… se precisan
soluciones, respuestas desde la experiencia y la práctica diaria en el aula. Esta es la
perspectiva que queremos darle: un enfoque más realista que se pueda proyectar mañana
mismo. Así pues, nos preguntamos…

a. ¿Qué hacer?

La respuesta puede resultar igualmente (y por segunda vez) paradógica: leer. Sí, leer,
leer en clase, leer los niños, leer con los niños y sobre manera resolver que esa lectura les
resulte conveniente y adecuada. Leer con frecuencia, leer con un cierto sistema
(sistematización de la lectura)… leer, leer, leer. Mucho podríamos escribir al respecto,
pero sin ningún valor si no explicamos cómo ha de plantearse tanta lectura con un
grupito de caritas infantiles que están esperándonos en el aula.

Cuando abordamos el paso interciclo, la lectura ha de entenderse ya en su doble


vertiente, didáctica y dinámica, lo que implica simultanear el desarrollo de capacidades
lectoras en el niño con su animación intimista y personal para leer. Es un momento clave
para conformar actitudes lo mismo que recursos. Y será propicio para ocuparnos de que
en el subconsciente del niño se genere un sentimiento positivo ante el acto de leer. Toda
su experiencia ha de resultar pues, bien planificada y por supuesto, sumamente
gratificante.
El desarrollo didáctico de la lectura se especifica en dos modos concretos de
actuación en el aula: La lectura en voz alta y la silenciosa. Ambas simultáneas, pues
tanto con la una como con la otra, el niño interacciona, respondiendo no sólo a esa
inquietud natural por comunicarse con su entorno, sino que le resultan fuente inagotable
de informaciones y experiencias.
El hecho de leer en voz alta en el aula trasciende el simple acto fónico, de emisión
sonora, para convertirse en una acción consciente, controlada por el lector, motor de su
relación, en virtud de la cual abre una línea de comunicación con el auditorio que le
rodea. Por eso nos conviene asegurar:
• Una correcta vocalización fonética. Tengamos en cuenta que la expresión
sonora del texto no es un aprendizaje natural como el del habla. Por mucho

40
que nos empeñemos en tildar de naturalidad esa expresión, también se
obtiene con una adecuada habituación y con el adiestramiento. De hecho el
niño cuando lee, no suena del mismo modo que cuando habla. Pierde
espontaneidad. De ahí que nuestra preocupación por asegurar en todos los
alumnos una correcta integración del esquema fónico de su lengua materna
con claridad y precisión, resulte evidente.
• El ritmo es otro de los factores de control. El niño irá progresivamente, con
los modelos lectores aportados por el docente, asimilando un tempo propio,
una cadencia personal para leer, la cual más adelante, cuando controle de
una manera independiente su expresión, podrá ya variar a voluntad, jugar
con ella y deleitarse lo mismo en un poema que en un simple recorte de
prensa.
• La entonación. Este es el más reconocido por el profesorado. Entonar bien es
importante, pues de hecho toda la comunicación (del texto) dependerá de
ello. Pero conocer los matices tonales de una lectura, y aplicar
correctamente la inflexión que precisa cada frase, es harto difícil para un
niño de esta edad, que no aprende si no se le inicia en este juego; eso sí, se
trata de un aprendizaje largo y laborioso, al que habrá que dar continuidad
en etapas sucesivas, perfeccionando progresivamente su técnica expresiva.
Entendemos pues, la lectura en voz alta como un recurso didáctico valioso, que
favorecerá la interacción docente puesto que al estar manifestada sonoramente, no
costará detectar las deficiencias y articular los medios de corrección necesarios. Pero
estaremos todos de acuerdo en que tampoco esa forma de lectura representa un fin en sí
mismo. El auténtico objetivo de todo acto lector se encuentra más bien en la
comprensión y asimilación del texto por parte del lector. Por eso, no podemos limitar a
esta actuación docente toda la actividad didáctica. Reducir toda la lectura al
adiestramiento para pronunciar correctamente los fonemas gráficos, entonar
adecuadamente y con buen ritmo, no sería suficiente si el lector actuara mecánicamente.
Es más, diríamos que resulta imposible que lo lleve a efecto con éxito si no se
comprende el texto, porque ¿cómo es posible detectar las inflexiones necesarias si no es
transmitiendo un contenido específicamente interpretado por el lector? Así pues, la
acción educativa ha de ampliar su horizonte a nuevas formas, más personalizadoras de
lectura, donde el niño entre en acción directa, íntima, con el texto. Y para ello, también
tenemos dos sugerencias que atender en las ejercitaciones llevadas a efecto con estos
niños, que cuando apliquen su lectura en forma silenciosa serán objeto de nuestra
preocupación:
• La atención. Una nueva paradoja puede aparecernos aquí, cuando la edad del
niño dispersa ampliamente su motivación, para percibir ambiguamente
cuanto le rodea, precisamente será la escuela, y concretamente la lectura, el
mejor ámbito para llevar a efecto este ejercicio, yo diría que esfuerzo, de

41
concreción. Contaremos para ello con un buen aliado, que será su
imaginación. Cuanto más se centre un niño en su lectura, mejor volará su
creación imaginativa. Así que brindándole la oportunidad de expresar ésta
(con un dibujo, una representación o bien oralmente), podemos detectar su
grado de atención.
• Y la interiorización. Será clave que nos aseguremos que toda lectura acaba
generando un poso «personal» de contenido en cada niño. Que lo interprete
a su modo, pero que lo interprete, que lo aloje convenientemente en su
intelecto, pero ante todo que lo aloje; para acostumbrarlo a dar sentido a
cuanto se lee. Cuando se da sentido, se asimila, se integra. Habrán de ser
nuestros aliados el tiempo y la paciencia.
Recomendamos, pues, saber «perder tiempo en clase» (¿nueva paradoja?), sana e
inteligentemente, lo cual significará ralentizar debidamente el ritmo de lectura, y
asegurarnos buenas ejecuciones por parte de todos los niños haciendo que comprendan e
interpreten los textos. Y eso es imposible conseguirlo con tres paquetes de fichas
esperando encima de la mesa, a menos que esas fichas resuelvan precisamente cuanto
aquí estamos planteando.
Porque no podemos olvidar que la interacción en el aula resulta capital en esta
edad. El proceso de Enseñanza-Aprendizaje reclama de la actuación docente un
protagonismo personal para cada niño. De modo que la mediación en los aprendizajes se
debe llevar a efecto en base a mucho diálogo, y sobre todo, generando riquísimas
experiencias de comunicación oral entre los propios alumnos.
Ahora, ya se podrá entender por qué habíamos situado a la par,
complementariamente, todo lo que implique didáctica y animación a la lectura. Hemos
de leer a los niños, leer con los niños, leer para los niños y sobre todo, tener tiempo para
que los niños lean, lo que implica no sólo un recurso material a su alcance cómodo y
fácil, un detalle que por supuesto es importante considerar, sino además unas formas
habituales de acceder al hecho lector (naturalidad y espontaneidad en el aula para llevar
a cabo actividades de lectura personal, bien sea en base a talleres, u otro tipo de
organización escolar), y más que nada tiempo para compartir con ellos sus
descubrimientos y experiencias más directamente satisfechas. El niño precisa contar,
necesita saborear y reclama del adulto fórmulas y estilos que le permitan esa recreación
imaginativa, que lo interroguen y lo lancen a la búsqueda de nuevas sensaciones y
experiencias. Eso es tiempo y paciencia. La segunda es muy frecuente en nuestros
compañeros docentes, pero la primera resulta cada vez más escasa (¿nueva paradoja?,
pasamos ya de paradojas). Leer es una realidad y tal y como están las cosas; si el niño no
resuelve adecuadamente dicho aprendizaje, arrastrará una escolarización problemática,
llena de tropiezos y malamente rota por una falta de delicadeza y atención en momentos
en que resultaba más que fácil marcar un ritmo de aprendizaje que estuviera mejor
acomodado a su necesidad concreta.

42
Así pues, terminamos especificando con precisión que las dos formas de lectura
descritas con anterioridad, en voz alta y silenciosa habrán de estar consuetudinariamente
presentes en el aula durante el arranque de la Educación Primaria, resueltas con el triple
objetivo de asimilar e integrar comprensivamente tanto las lecturas escolares como las
personales, planificar convenientemente (y de forma personalizada) el proceso de
formación requerido por los alumnos, y articular medios, tiempos y fórmulas que
permitan dinamizar la relación del niño con el libro. Pues, claramente entendemos que
sólo así la lectura se convertirá en la columna vertebral de cuantos aprendizajes deban
resolver nuestros alumnos en el futuro, por lo que nos parecería paradógico introducirnos
en ese juego del aprendizaje, dejando de lado el dominio de dicho recurso: abogamos
pues, por la LECTURA, así, con mayúsculas.

43
CAPÍTULO TERCERO

44
LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA

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La necesidad de leer, y más vista desde una perspectiva escolar, es una realidad que
como ya se ha señalado resulta innegable. Todo en la vida (lo mismo escolar que social)
del alumno va a girar en torno a este acto de leer, convirtiéndose para él, después de la
palabra, en su medio de comunicación por excelencia. De hecho, los primeros años de su
vida van a girar en torno al aprendizaje y el perfeccionamiento de dicha técnica,
afianzando su adquisición de la manera más completa posible; precisamente por esa
necesidad que va a surgirle más adelante.

Como tampoco podemos ignorar la importancia que ha ido adquiriendo el hecho


lector en los últimos años, convirtiéndose de algún modo en centro de la atención (e
incluso de la intención) de toda la vida docente. Cada vez este estamento lo ve con
mayor preocupación y asistimos incluso a una mejor consideración familiar del mismo
hecho. Hasta ahora parecía que preocupaba únicamente a las familias cuando el niño o la
niña cursaban el período preescolar, o la Educación Infantil, de modo que en Primaria se
daba por resuelto el tema, y abordaban su enseñanza desde planteamientos que obviaban
la lectura. Afortunadamente eso ya ha pasado, y vemos con satisfacción que las librerías
se pueblan de padres que acompañan a sus hijos, cómo las Escuelas de Padres asumen
dicho contenido y cómo en las familias crece la preocupación por leer.
No obstante, reconocemos que será misión de la Escuela dar una respuesta
práctica y eficaz al tema, de modo que el alumnado lo desarrolle desde su formación
básica, y corresponderá precisamente a la Educación Primaria hacerlo realidad, de la
manera más completa posible, el siguiente esquema:
— El alumno o la alumna se verán capacitados para intervenir en un ambiente
de comunicación lingüística, desde su papel de «receptor» activo, capaz de
percibir, procesar e integrar cuantos mensajes se le presenten, codificados
convenientemente, de acuerdo con una normativa socialmente establecida.
Éste será objeto de tratamiento didáctico, a partir de una metodología

46
específica, y tendrá un estilo educativo propio. La capacitación lectora
plena se alcanzará cuando el alumno lea (decodifique), comprenda y además
resulte capaz de valorar la información recibida integrándola en su bagaje de
conocimientos.
— Además, será necesario conseguir que el alumno alcance un cierto grado de
autonomía en su lectura; pero no una simple independencia ejecutoria, que
se la brinda de por sí la capacitación señalada en el apartado anterior, se
trata de contar con un cierto grado de iniciativa personal, la búsqueda
individual de la experiencia (o mejor la vivencia) que le pueda proporcionar
el texto literario. Sólo cuando el niño aplique su formación lectora
(capacitación) en una experiencia personal (por motu e interés propio),
tendrá sentido completo (pedagógicamente hablando) la actividad escolar.
Por eso que sea objeto de nuestra consideración en el aula dar una respuesta
adecuada a la motivación.
Con lo cual se concluye que la función lectora del docente trasciende la propia
aproximación del hecho literario al sujeto, para convertirlo en una relación íntima
personal y propia, de unos valores específicos, los que proporciona el mismo hecho de
leer cuando trasciende su función didáctica en búsqueda de la actividad animadora.

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1. EL ANIMADOR

Desde una posición de observadores, podemos entender que el papel desarrollado por el
animador será más el de la mediación, como favorecedor del contacto del niño con el
libro.

Como docentes podemos todos resolver un recurso fundamental en la vida de los


escolares, aproximándoles al mundo del texto literario, y su posesión como sujetos
lectores protagonistas del mismo. Contamos con la excelente oportunidad de conseguir
una relación agradable, rica en experiencias novedosas y por supuesto eficazmente
arrebatadora. En este sentido, podemos entender esta acción mediadora como una
respuesta en tres formas diferentes que potencian la actividad del lector:
— Provocando su derroche imaginativo, y estimulando la recreación personal.
— Organizando experiencias de lectura, tanto a nivel personal (que serán
íntimas y estarán sujetas al propio control del lector) o compartidas (en el
que la función docente desarrollará un papel fundamental en la
intercomunicación de la propia experiencia de lectura).
— Llevando a efecto actividades lúdicas, con los textos literarios o a partir de
ellos.
Estas tres funciones del animador será posible llevarlas a efecto igualmente desde
la Escuela, como institución organizada, de una forma estructural, a partir de un

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currículo que eso sí, haya considerado la comunicación escrita no sólo como una acción
didáctica, sino que supere ésta en pos de su carácter motivante.

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2. LA ANIMACIÓN

Desde la Escuela, la animación se identificará incluso con carácter de sinonimia, con


crear un Ambiente de lectura en el centro, en el aula, en torno a la propia vida social de
los alumnos, donde la letra impresa se mueva, físicamente, trasladando los textos a sus
mentes, y metafóricamente, con el intercambio comunicativo de experiencias,
sentimientos y vivencias. Dos aspectos hemos de considerar en esta creación del
ambiente:

❥ Desde el aula…

… el docente asumirá el papel que anteriormente definíamos para el Animador,


convertido en esto, y respondiendo con su actividad cotidiana a esa triple función que ya
hemos señalado: estímulo de la imaginación, organizador de actividades experienciales y
proponiendo el juego literario en el aula.
Pero habrá de ser algo más. Consideramos que su función, tal y como la definimos
en el párrafo anterior, lo convierte en un auténtico técnico en lectura, y que su magisterio
le permite un papel más activo, por lo que abogamos para él una función relacional,
personalizadora podríamos decir, en virtud de la cual se convierta en modelo (como
auténtico lector que se supone será) y compañero de experiencias (al cual sus alumnos

50
comunicarán con inquietud y satisfacción los propios descubrimientos).

❥ De carácter institucional…

… será la creación, organización y dinamización de la Biblioteca Escolar, en la


que (no olvidemos este aspecto) los alumnos, y más cuando cursen la Educación
Primaria, deberán asumir una función de protagonistas activos, sin olvidar, ni tampoco
limitarse a su papel de usuarios.
También habrá de responder con la organización de campañas de participación
activa del alumnado (en próximos capítulos intentaremos aportar propuestas en este
sentido), donde el texto, respondiendo al lema, criterio, planteamiento, eje dinamizador,
o función específica que se nos antoje, pueda entrar en contacto directo con el lector
(alumno) y aplicar en él su acción lúdica correspondiente. Experiencias que, por
novedosas, extraordinarias o minuciosamente estudiadas, consiguen imprimir en el
sujeto una huella profunda (necesaria y favorable para su posterior implicación personal
en el hábito lector).
En este tema no podemos prescindir tampoco de la familia. En el período de
Educación Infantil veíamos que desempeñaba un papel fundamental, del cual no debe
desembarazarse aún. Los padres serán un frente importante a abordar desde la institución
escolar. Son aliados eficaces (si saben responder a su papel en este tema): dinamizadores
activos y sobre todo colaboradores fieles de las directrices emanadas de la propia
escuela. Es necesario, en la sociedad actual, educar a los padres sobre el papel que
juegan en lo que hemos definido (y ellos así lo entienden) como actividad fundamental
en el crecimiento madurativo y social del niño. Pueden asumir roles diferentes: modelo,
aliado, confidente, observador, potenciador de experiencias y consejero próximo para
cualquier decisión en la selección de los libros, el simple comentario de la lectura, o la
reflexión literaria más bien crítica.
Desde esta perspectiva, también podemos entender que la actividad escolar puede
llevarse a efecto, precisamente, en estos mismos ambientes.

❥ En el aula

• Personalización para compartir la lectura

Siendo el animador un estímulo para la imaginación, generando actividades como:

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— Colecciones personales, de cromos, libros dedicados, textos, diario personal,
dedicatorias…
— Teatro leído
— Jornadas literarias
— Campañas de sensibilización (publicidad, eslogan…)
Resultando el animador, un organizador de actividades experienciales, como:
— Creaciones personales y grupales (temas, autores, estilos…)
— Planes metodológicos de lectura
— Participación en concursos
— Encuestas, exposiciones orales escolares…
— Estudio temático (autor, estilo, lugar, historia…)
Fomentando el animador el juego literario en el aula, mediante:
— Juegos escolares (Cuento prohibido, técnicas de Rodari…)
— Libro Forum
— Juegos con el lenguaje: composiciones, manipulaciones, recopilaciones…
— Talleres literarios, a partir de textos para ampliar, modificar…
— Lectura compartida (creadora)
Convirtiéndose en modelo:
— De lectura personal
— Participando como grupo en sus experiencias de lectura
— En la lectura oral

52
Y por supuesto, compañero, confidente, aliado, con disponibilidad plena para el
diálogo y enorme interés por el contenido de las lecturas de los alumnos.

• Con un carácter más institucional → Socializando la lectura escolar

Mediante una debida dinamización de la Biblioteca Escolar, favoreciéndose:

— La gestión de la misma por parte del alumnado


— La creación de un servicio organizado de préstamo
— Manteniendo viva la información de la misma, mediante paneles
informativos, o las publicaciones periódicas.
— Recopilando creaciones personales, críticas, opiniones, estudios…
Publicación Escolar.

En las circunstancias actuales no resultará nada compleja la gestión de una


Biblioteca Escolar. En este sentido, el Ministerio de Educación y Cultura envía
gratuitamente (puede bajarse incluso directamente desde la página web de Internet) a
los centros escolares que lo soliciten, una copia del programa ABIES, gestor de la
Biblioteca Escolar, que brinda todas las prestaciones necesarias, desde la elaboración
del catálogo a la gestión del préstamo o el etiquetado, de una forma cómoda y
sencilla.18

53
Organizando Campañas de sensibilización sobre el tema:
— Exposiciones y Museos: de cuentos, de objetos, de textos…
— Concursos: literarios, creativos, o de búsqueda de información
— Visitas, de diversa índole a lugares que tengan estrecha relación con la
lectura
— Visitas, que se pueden recibir en el propio centro, de autores,
cuentacuentos…
— Información Mural, aprovechando los paneles informativos del centro
Favoreciendo la tarea educadora de los padres, aportándoles:
— Listados de títulos que orienten sus selecciones
— Orientando sus compras
— Organizando charlas formativas
— Sensibilizándolos con el tema y el papel que pueden jugar en él
Con todo se nos plantea un amplio abanico de posibilidades que podemos llevar a
efecto desde un Centro educativo. No conviene que el bosque nos pierda, sino marcar
muy bien el rumbo a seguir y sobre todo estructurar las posibilidades de trabajo que
tenemos. A esa tarea nos entregaremos a partir de este momento, deshojando los
próximos capítulos en el intento de conseguir aportar un manual de referencia con el que
orientar, ayudar y colaborar a la organización de actividades lectoras en el seno de un
Centro escolar.

54
CAPÍTULO CUARTO

55
LA ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
DE ANIMACIÓN LECTORA

56
Sentados los principios didácticos que fundamentan la atención que se le deba dar a la
lectura, discurriremos por derroteros propios de la experiencia, descubriendo cómo la
organización de actividades de Animación Lectora, presupone mucha ilusión y esfuerzo
por parte de todos los agentes que socialmente intervienen en el proceso formativo del
alumno. De la intención, destinatarios, o medios disponibles, va a depender la
envergadura de cualquier proyecto al que nos lancemos. No obstante, lo verdaderamente
importante, será tener claro el objetivo señalado, a fin de hacer que toda la actividad
converja en él.

❥ Criterios de clasificación

Cuando la organización de actividades de Animación Lectora tiene a los padres como


objetivo, resulta evidente la necesidad de conseguir fundamentalmente:

— Su sensibilización con la problemática lectora, dada la importancia que tiene


adquirir un compromiso cotidiano en el estímulo de sus hijos, y
— Una formación en cuanto agente mediador, que habrá de establecer un orden
de prioridades que le permitan responder a las necesidades madurativas de
sus hijos.
A tal fin, podemos estimular esta actividad en el centro, bien sea de forma
esporádica, mediante la convocatoria de alguna charla formativa (iniciativa ésta que
tiempo atrás no hubiésemos propuesto pero que afortunadamente ahora ya vuelven a
recuperar el interés necesario consiguiendo que los padres llenen los salones preparados
al efecto) o encuadrándola dentro de un marco formativo, más amplio y estructurado
temáticamente como es el de una Escuela de Padres. En ambos casos, el resultado puede

57
ponerles de nuestro lado, con lo que conseguíamos alargar la mano de nuestra acción
mediadora hasta el ámbito familiar.
En el caso de tener al alumnado como destinatario de la actividad, hemos de
considerar el nivel o niveles a los cuales va a ir destinada nuestra acción, y la propia
condición de las actividades que programemos, con el objeto de:
— Dar una respuesta lúdica a la participación del alumno, y así favorecer su
implicación en la misma, y además
— Provocar un sentimiento de proximidad con el texto impreso, a fin de generar
en su interior el estímulo de la iniciativa.
En ambos casos, será necesario preparar actividades en las que el niño intervenga
sin ningún esfuerzo, y a la vez disfrute enormemente, despertando en su interior esa
atracción por el libro, en búsqueda de sensaciones verdaderamente agradables.
Pudiéramos añadir un tercer objetivo a lograr con nuestro programa, como sería el
conocimiento de los medios y recursos de que se dispone para dar satisfacción plena a
las necesidades que, como anteriormente ya hemos comentado, íbamos a generar en él.
Me refiero a todas las posibilidades que el ambiente escolar brinda y que muchas veces
se desconocen sin razón aparente para ello.

58
1. ACTIVIDAD ESCOLAR ORDINARIA

Cotidianamente podemos programar actividades en el aula que motiven y estimulen la


lectura de los alumnos. Las sesiones han de perseguir, evidentemente, objetivos
formativos, a fin de dar una respuesta didáctica al Proyecto Educativo, pero han de ser
complementadas con otras más sencillas de Animación, pues de lo contrario, podríamos
acabar por generar en los alumnos un cierto desazón y su consiguiente repulsa. No
quiero con esto decir que deba aportarse el carácter lúdico al proceso de Enseñanza-
Aprendizaje, que por supuesto ha de ser así, sino más bien la prevención de organizar
actividades que desde el propio currículo, y de una forma evidentemente participativa,
deben brindar al alumno oportunidad para recrear sus lecturas y participar sus vivencias
personales en el grupo. En resumidas cuentas, que en el aula es preciso generar un
núcleo de actividad lectora, verdaderamente dinámico.

A tal efecto, proponemos actividades tan simples como la narración de las lecturas
personales, o el comentario de éstas, pues resultan muy estimulantes y sobre todo
participadas por parte de los niños y niñas. Además, conviene articular momentos que
inviten a la lectura personal (Rincón de Lectura, Biblioteca de Aula, Tiempo del
Lector…).
Dos medios más podemos proponer a nuestros alumnos (en función de la edad y el
nivel de aprendizaje), pero conscientes de que, a priori, precisan una mayor implicación
docente:

59
Por un lado tenemos las actividades de investigación en la Biblioteca, que
depararían al alumno, no sólo el conocimiento de cada rincón de ésta, sino la generación
de actividades propiamente recreativas y la ampliación de sus conocimientos. Dinamizar
la Biblioteca significa precisamente esto, hacer que el alumno tenga motivos para su
asistencia, que se encuentre en ella, y se sienta, de algún modo miembro activo y
partícipe. Hoy para conocer a un poeta, mañana para localizar la respuesta a una
pregunta y… más adelante para satisfacer sus necesidades formativas. Desde bien
pequeños nuestros alumnos han de participar de este mundo, buscando su hueco en él.
Una vez allí dentro, su curiosidad, o el comentario estimulante (del amigo, compañero o
profesor o profesora) serán suficientes para que se introduzca en la literatura recreativa.
Es más, serán caminos que él mismo recorrerá paralelamente.
Por otro, contar con un Diario de Lecturas, en el que anotar y registrar cuantas
experiencias vaya desarrollando en este campo, y constatar sus opiniones y sentimientos
al respecto le servirá de referencia. Será su complemento, verdaderamente importante en
su maduración, pues el propio niño (y muy especialmente, por su sensibilidad, la niña) lo
valorará en extremo: es algo hecho por ellos mismos día a día, y por ende, contiene lo
más íntimo de su vivencia lectora.
Terminemos refiriéndonos a un hecho especial que se produce como consecuencia
de lo anterior, y es que todo buen lector, tarde o temprano se convierte en escritor.
Bueno o malo, prolijo o sucinto, estilista u ordinario, mejor o peor, nada importa. Quien
entra en la dinámica de la comunicación no puede relegarse a desempeñar únicamente el
papel receptivo. Tarde o temprano le surgirá la necesidad, imperiosa, de expresarse. Lo
verdaderamente importante es que los niños exterioricen su sentimiento y den rienda
suelta a su recreación literaria. Por eso, desde el aula, hemos de articular vías que
favorezcan su difusión y la participación del entorno en esa vivencialidad.
Gracias a esta constancia, se podrá ir configurando una pequeña Biblioteca
personal. Ésta y no otra, será la auténtica, porque en ella se conservará lo más preciado
de nuestra intimidad: aquellas experiencias en las que se habrá colaborado de forma más
activa, y a las que se les habrá dedicado los momentos más entrañables. Fórmulas como
la colección de obras dedicadas por el autor (circunstancia que hoy en día resulta fácil y
accesible para nuestros alumnos, dada la proximidad a la que se brindan los autores, no
sólo en Salones y Exposiciones temáticas, sino también en los propios centros, mediante
encuentros programados), estimulan la configuración (y manipulación, por qué no) de
esta colección particular. La familia, en este sentido, puede favorecer con el simple
hecho de destinar un espacio en el hogar a dicha colección, amén de mostrar un cierto
interés por las lecturas de sus hijos, convirtiéndose en unos efectivos continuadores de la
acción escolar.
Por último, es preciso que nos planteemos la responsabilidad pedagógica de
acercar el niño al libro, desde la óptica de la diversidad; podemos favorecer la
aproximación con los distintos «itinerarios», término éste que utiliza Moret19 para

60
ilustrar cómo los canales de relación que existen entre el texto literario y el niño, pueden
favorecer este conocimiento. Así, la autora citada, propone a sus alumnos la
organización de distintas excursiones, que bien descritas cierran paulatinamente el cerco
en torno al libro: el itinerario desde la escuela a la biblioteca, el recorrido de las propias
estanterías de ésta o el curioso discurrir por el interior de la narración, pueden acabar
convirtiendo a los niños en propios libros (cada uno asume su rol en el juego de
ordenar/desordenar los libros en los estantes), o bien, animándolos a confeccionar unos
propios (en este sentido, cada nivel condicionará la forma de organizar este trabajo). Lo
que sí podemos asegurar es que los «Libros elaborados en el aula», además de resultar
muy significativos, favorecen el conocimiento de cada alumno, y por consiguiente su
aproximación espontánea.
A partir de ahí comenzará el estímulo de la Animación Lectora, que le permitirá
adquirir el hábito cotidiano de abrir un libro. Otro ejemplo sobre las actividades
propuestas son los trabajos de Bartch-Mallet20 que enmarcan muy bien una línea
dinamizadora en la que todo son ventajas; o Fredericks21 quien nos presenta un amplio
abanico de posibilidades. Se trata de actividades cotidianas que tienen al texto escrito por
protagonista: juegos y manipulaciones del lenguaje, metamorfoseando los textos,
manipulando sus contenidos y títulos, alterándolos mediante narraciones orales y
escritas, composiciones personales, cómics… ejercicios creativos y recreativos que
consiguen no sólo sensibilizar, sino también estimular y en cierto modo conformar el
carácter de la población lectora infantil. «Se trata de que, el profesorado tome medidas
especiales en sus nuevos enfoques metodológicos, de que sea el puente efectivo entre el
niño/adolescente y el libro, para que los alumnos salgan de la Escuela con la afición de
devorar los libros, el deseo de sumergirse y dejarse llevar por la magia, la intriga o la
belleza de sus historias.»22

61
2. ACTIVIDADES DE CARÁCTER ESPECIAL

Igualmente, queremos destacar las grandes posibilidades que nos brinda la estructura
escolar para organizar en el seno de la misma actividades que, con un cierto carácter
especial, también estimulen la valoración y el uso del libro, por parte del alumnado. Las
sesiones específicas de Animación Lectora pueden darnos buen juego en la organización
de fiestas escolares, o encontrar cabida en las festividades que se celebren. Del mismo
modo, pueden suponernos una gran aportación, no sólo para el estímulo personal, sino en
la línea de trabajo coordinado, las Semanas Monográficas y temáticas. El espectro, como
se ve, resulta amplio y variado; sólo precisa un par de ingredientes que lo sazonen
adecuadamente: ilusión y creatividad. Con ellos, está asegurado el éxito.

En la organización de este tipo de actividades, hemos de tener muy presentes los


dos elementos dinamizadores que continúan desempeñando un papel que se les supone
importante: el profesorado, verdadero brazo ejecutor, y la familia, donde el niño
necesitará detectar algún tipo de estímulo e interés. Por ahí ha de comenzar nuestro
planteamiento organizador: sensibilizando a estos dos estamentos de los objetivos
pretendidos con dicha actividad. En la ilustración de la página siguiente recogemos un
texto utilizado a tal, que nos parece muy apropiado y sencillo.
A partir de aquí hemos de cuidar la planificación y el desarrollo de las distintas
actividades, a fin de que nos resulte un plan lo más equilibrado y coordinado posible.
Todas las acciones son factibles, pero no siempre resultan acordes para nuestros
intereses, objetivos o las características de los propios alumnos. Cubrir los tiempos

62
disponibles e intentar la mejor correspondencia de alumnos/actividad será fruto de un
estudio detallado en el claustro del Plan a seguir. En cierto modo, el éxito de la actividad
dependerá de esta programación.
Con el objeto de facilitar la tarea al lector, presentaremos en el capítulo siguiente
un «vademécum» de posibilidades. El profesorado tendrá en él una referencia, que
intentaremos explicitar de la mejor manera posible para que le resulte suficientemente
ilustrativa.

LA ANIMACIÓN LECTORA EN UN CENTRO DOCENTE

La Lectura es una actividad cultural de primer orden que conviene potenciar y, sobre todo, es necesario
aprender.

Es la Escuela quien proporciona al niño los medios para leer. De la forma en que le proporcione esos
medios va a depender su relación posterior con el libro: si el aprendizaje de la lectura es una experiencia
placentera, la Escuela le proporcionará al niño la posibilidad de transformar «imaginación que consume en
imaginación que crea».
Para desear leer, el niño tiene que saber que la lectura será posteriormente útil para él, ha de estar
convencido de que se le abrirá todo un mundo de experiencias maravillosas, disipará su ignorancia, le
ayudará a comprender el mundo y a dirigir su destino.
Por Animación a la Lectura entendemos aquellos estímulos, comentarios, actividades… procedentes
de la familia, de la Escuela, de los Medios de Comunicación o del resto de la sociedad, que tengan como
objetivo primordial suscitar el acto lector en aquel sujeto que no siente necesidad o no comprende la
importancia de la lectura. En este marco nos proponemos con nuestros alumnos, que sean lectores habituales,
lo que dependerá de la conjunción de tres variables esenciales:

• SABER LEER, es decir, dominar las técnicas de decodificación, interpretación, anticipación,


dominio del vocabulario, análisis, síntesis… comprensión de un texto escrito.
• QUERER LEER, o lo que es lo mismo, sentir que la respuesta a lo que buscamos se encuentra
en el libro, motivación.
• PODER LEER, es decir, disponer de unas condiciones físicas, temporales y materiales
adecuadas, el ambiente.
Mediante la Animación a la Lectura se pretende impulsar estas dos últimas variables sin abandonar la
actividad escolar que está desarrollando la primera. Por eso, se programan, junto al diseño curricular de la
metodología lectora, las Semanas de Animación a la Lectura, que nacen para promover el libro, pero no sólo
para que se lea más (eso sería una campaña comercial), sino, y sobre todo, para que se lea mejor.
Se trata, pues, de sacarle el mayor partido posible a los libros de lectura, formando al mismo tiempo
los lectores del mañana.

Lo ideal sería que el lector se convierta también en escritor, por lo que entre todos tendremos que
despertar esta aficción en los alumnos.
La participación en las actividades de animación y dinamización lectoras y el uso de la biblioteca
pretenden descubrir al niño valores, utilidades y estrategias de lectura que estimulen ese interés por la lectura.

63
Todo esto se concreta en los siguientes objetivos:
• Aproximar al niño a la literatura infantil y juvenil.
• Crear un hábito de lectura.
• Estimular la utilización de la biblioteca escolar, como medio para conseguir la creación y el
desarrollo de una biblioteca personal.
• Sensibilizar al alumno en el respeto que merecen el libro y su entorno.
• Conocer las normas básicas de la manipulación del libro.
• Adquisición de la lectura como recurso para obtener información.
• Reconocer el libro como un material básico e imprescindible en el trabajo escolar.
• Enriquecimiento del Vocabulario personal.
• Desarrollo de la lengua oral y escrita, favoreciendo las vías de comunicación interpersonal.

Texto de presentación temática de una Semana de Animación a la Lectura en un Centro Escolar de Educación
Primaria.

Otra de las cuestiones a considerar será el momento elegido o la efemérides que


nos sirva de pretexto para la celebración. En el calendario escolar encontraremos muchas
y variadas, por lo que no nos costará buscar la fecha más conveniente para programarla
(de modo que consiga la mejor sensibilización en el alumnado). Otras resultan más
oficiales, como el 3 de febrero que se conmemora la muerte de J. Gutemberg (en el año
1468), el 2 de abril declarado Día Internacional del Libro Infantil por celebrarse el
nacimiento de H.C. Andersen (que tuvo lugar en el año 1805), el 23 de abril que en
España se celebra el Día del Libro, al coincidir la muerte de Miguel de Cervantes y de
W. Shakespeare (la misma fecha ambos, 1616), o el 24 de octubre, que se ha señalado
como Día de la Biblioteca (esta conmemoración se celebra únicamente desde 1997).
A éstas se pueden añadir las propias de cada región (como el Día das Letras
Galegas que tiene lugar el día 17 de mayo, dedicado cada año a un autor ilustre), la
Comarca (puede ser motivo para la exaltación del folclore popular o la idiosincrasia del
lugar en la temática literaria), la Localidad (tal es el caso de la presencia de algún ilustre
literato de la tierra) o el propio Centro, con motivo de una conmemoración especial. Ya
fuera de todo formalismo, se puede encontrar ocasión en las publicaciones de obras
célebres, nominaciones de premios literarios o la siempre socorrida organización de una
«Semana Cultural», para lo cual, todo momento es propicio.
Además, podemos aportar alguna sugerencia de carácter práctico para la
organización de este tipo de actividades. En este sentido, conviene tener muy presente
que el resultado vendrá condicionado por los siguientes elementos:
❏ COORDINACIÓN. La tarea de conjunto permite una mayor operatividad y
multiplica el efecto conseguido. Desde la planificación, hasta la evaluación,
pasando por todas las fases de desarrollo, resulta fundamental que exista
este entendimiento…

64
• entre el profesorado,
• con los diferentes estamentos del Centro (A.P.A. - Consejo Escolar -
Equipo Directivo…),
• con los padres, a quienes corresponderá el cuidado y conservación de
la semilla sembrada.
❏ PLANIFICACIÓN. Ya hemos hablado de su importancia. Será
consecuencia de lo anterior, registrando en un dossier específico cuantas
aportaciones se hagan (Proyecto). Su redacción ha de resaltar
fundamentalmente tres aspectos: Objetivos programados (a los que pueden
acompañarse los textos de sensibilización de los distintos estamentos
implicados), actividades a desarrollar (con la especificación del proceso de
ejecución, horarios, locales…) y el programa de desarrollo de la ejecución y
la evaluación.
❏ COLABORACIÓN. Son muchos los organismos, sedes y establecimientos
(oficiales y privados) que pueden aportar una colaboración directa a nuestro
programa. Contar con ellos nos supone optar por la diversidad, aprovechar
unos medios, que siempre son importantes, y, en algunos casos, también una
ayuda o subvención (que no tiene por qué ser crematística).
❏ TEMÁTICA. Un eje focalizador de toda la actividad, en torno al cual
podamos converger la mirada de los alumnos. Éste puede variar de un año
para otro, lo que nos permitirá programar actividades distintas: así por
ejemplo, un concurso se acomoda mejor a una temática en torno al Cuento,
y una velada literaria a la Poesía.
❏ ORGANIZACIÓN. Será consecuencia de todo lo anterior. Pero
reconozcamos que en este pilar se sustentará buena parte del éxito de
nuestro programa. Dos son las claves que denotan una buena organización:
• Información, en el sentido de que todos los implicados sepan qué se va
a hacer, y cómo, en sentido general, y cuál es su papel específico en
todo el entramado organizativo. Tener esto muy claro implica al
sujeto en la efectividad de su ejecución.
• Distribución de funciones, de modo que cada uno de los implicados
aporte al conjunto lo mejor de sus cualidades, se rentabilice el
esfuerzo y aflore el sentido de equipo. Aquí, toda personalización es
rechazable.

65
❏ DIFUSIÓN. Un conocimiento pleno por parte de los alumnos, de toda la
comunidad educativa y por toda la sociedad del entorno, contribuirá a que la
actividad se valore positivamente por parte de todos, ejecutores y receptores,
e incluso por el público espectador que desde el exterior se aproxime a
curiosear nuestro «juego». En este sentido, los Medios de Comunicación
Social pueden favorecer bantante, pero no nos limitemos a ellos, pues a
nivel interno contamos con recursos suficientes como para organizar una
verdadera campaña de difusión: panfletos, anuncios, carteles, octavillas,
paneles informativos, «hombres anuncio» como en la foto superior.. aquí
podemos dar rienda suelta a la imaginación.
❏ EVALUACIÓN. Será el mejor modo de evolucionar, acomodándose a los
cambios sociales del entorno, y mejorando la experiencia en el futuro.
Nuestro Dossier de Actividades (memoria) no sólo ha de dejar constancia de
cómo han transcurrido éstas, sino la valoración de los implicados y sus
sugerencias de cambio o modificación para posteriores ediciones. En ella
podrán participar todos los implicados, y también recoger las aportaciones
que se nos pueden hacer llegar.
(Nota: En las páginas 116-118 presentamos un programa desarrollado de una Semana
de Animación Lectora organizada en un Centro Escolar.)

66
CAPÍTULO QUINTO

67
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN

68
Pretendemos a continuación, presentar una relación de posibles actividades de
Animación lectora que pueden programarse en un Centro educativo. No queremos que
sea exhaustiva, ni mucho menos cerrada, pero sí tildarle de una cierta dosis de variedad,
que sirva de referencia práctica y a la vez estimule la imaginación del profesorado en la
planificación de nuevas fórmulas.

Seguiremos un criterio de clasificación muy sencillo, en función de la


intencionalidad de las actividades:
a) Informativas: aquellas cuyo objetivo se centra en el campo de la literatura,
en torno al conocimiento del libro y su mundo. Algo verdaderamente
complejo, que el alumno puede ir desentrañando poco a poco y que, en
cierto modo, le resultará atractivo y muy estimulante.
b) Formativas: serán actividades que pretenden favorecer la motivación y el
interés del alumno, y cuyo objetivo último es conseguir que éste entre en
contacto, íntimo y personal, con el texto literario. Podemos situarnos en el
terreno de la recreación, un mundo donde la imaginación se absolutiza y
brinda al lector la oportunidad de desarrollarla sin ningún tipo de límite.
Dentro de cada uno de estos apartados, recogeremos actividades diversas que se
acomodarán a situaciones distintas y con objetivos claramente diferenciadores. Todo ello
va con la sana intención de aportar una referencia variada de sus posibilidades.
Presentamos en la página siguiente un cuadro que recopila todas.

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ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA

INFORMATIVAS FORMATIVAS
Visitas: Juegos con el lenguaje
Imprenta Imaginativos
Librería Manipulaciones
Biblioteca Búsqueda y localización
Ferias Composiciones
Muestras
Exposición escolar Proyecciones:
Diapositivas
Investigación: Vídeo
El libro y su mundo
Géneros literarios Sesiones de Animación lectora:
Estudios temáticos Encuentros con autores
Estudios de autor Ilustradores
Narraciones
Campañas de sensibilización:
Lecturas colectivas
Publicidad
Cuentacuentos
Eslogan
Manifiesto de la lectura Concursos
Álbum de cromos
Creaciones literarias y plásticas:
Exposiciones:
Inventiva
Ilustraciones Publicación Escolar
Portadas Oralizaciones
Temática Expresión Plástica
Libros
Velada literaria
Charlas-Conferencias: Museo
Autor
Editor Semanas Temáticas

70
Encuesta:
Padres-Alumnos
Acopio de Materiales:
Campañas de ayuda
humanitaria
Recopilaciones
Informe de la Biblioteca

71
1. ACTIVIDADES INFORMATIVAS

1.1. Visitas escolares

El campo de sus posibilidades resulta amplio y variado, pero nuestra actividad se verá
condicionada por el entorno escolar y los medios que éste brinde al Centro. Podemos
reseñar como posibles las siguientes:

❥ Visitamos una imprenta

Donde queremos conocer el proceso de reproducción que se aplica mediante cualquier


medio tipográfico; incluso actualmente este tipo de actividad se encuentra ya
informatizada, por lo que resultará atractivo para el alumno conocer sus posibilidades.
Presentan variedad de trabajos y formatos: desde el cartel anunciador, al libro, pasando
por los documentos de secretaría y facturación comercial, que el niño ya conoce de
antemano, y que se interesará por conocer su proceso de confección.

Una variedad de este tipo de salida lo encontramos en la Prensa. La visita a los


periódicos, al amparo del Programa Prensa-Escuela suscrito entre el Ministerio de
Educación y Ciencia y la Asociación de Editores de Diarios de España, en otoño de

72
1985, ha conseguido que prácticamente todos ellos articulen medios que faciliten la
visita, y proporcionen incluso un guía debidamente formado en esta tarea. El niño
encuentra tanto en la redacción, como en los talleres, todo un mundo de posibilidades
para dar rienda suelta a su imaginación.

❥ Visitamos una librería

Aquí hay un auténtico tesoro por descubrir. Ya de entrada su disposición, con estantes
abiertos, materiales luminosos, radiantes de colorido, y de fácil acceso, incitan al
contacto. El niño, ante tan sugerente proposición lanza la mano, coge, abre, mira, ojea
y… hojea, con placer irremediable. Un derroche de sensaciones que pueden colmar
cualquier cabecita que se preste al juego.

Resulta curioso tener conocimiento de los criterios que orientan la elección del
libro. El niño a esta edad aún no lo tiene formado, por lo que el sentido de la visita será
en que oriente dicha elección: el color, la forma, el dibujo… Puede resultar un momento
muy oportuno para educarles este criterio, y hacerles conocer cuanta información
contiene el exterior del libro.
Igualmente, los libreros en muchas ocasiones son verdaderos profesionales
especializados en el tema, los cuales seguro que estarán encantados con aprovechar
nuestra visita para informar a los alumnos sobre cómo es el establecimiento, su oferta y
la variedad de material con que cuente e incluso hacerlo de una manera muy dinámica y
atractiva para el niño (muchos cuentacuentos han descubierto su vocación gracias al
contacto diario con los niños, precisamente detrás de un mostrador). No obstante, lo
importante es que nuestros alumnos conozcan la librería, se sientan cómodos allí y con la
visita aprendan a seleccionar y adquirir aquellas lecturas que mejor correspondan a su
interés.

❥ Visitamos una biblioteca

El mismo cariz puede tener la Biblioteca. Se diferencia de la librería en la consecuencia:


mientras que en ésta el niño compra el libro para llevárselo a su propia colección, la
Biblioteca brinda la oportunidad de disfrutarlo, pero temporalmente (bien sea con una
lectura en su propia sala, o mediante la modalidad de préstamo). Es un mundo
igualmente curioso y peculiar. Muchos lectores se cultivan en él, gracias a la experiencia
de compartir las lecturas con sus compañeros y amigos, consiguiéndose en algunos casos

73
un verdadero ambiente de solidaridad, relación y convivencia. La idea de biblioteca
aburrida, donde cada uno está aislado del vecino, resulta impensable en el caso de la
lectura infantil. De ahí que reclamemos secciones específicas en las que los niños puedan
vivenciar su experiencia lectora, y la participen al entorno más cercano, de una manera
espontánea.

La visita puede resultarnos fructífera en un doble sentido: por un lado, al conseguir


desentrañar para el niño el contenido de la Biblioteca (ficheros, estantes, cartelera,
revisteros, consultas, inscripciones…) y por otro, al adiestrarles en su uso y disfrute:
conociendo la distribución de materiales en cada elemento citado, practicando algún
ejercicio de solicitud de préstamo, y devolución, y… jugando a colocar libros, a localizar
obras, temas o autores, a representar situaciones y personajes concretos, e incluso
mediante sesiones extraordinarias de animación, las cuales ya resultan bastante
frecuentes en estas salas.
Lo que sí desechamos es la idea de convertir la Biblioteca en un museo de papel,
donde la literatura encuentra una buena salvaguardia y la obligación del usuario es
responder a este criterio de buen uso y conservación. Sin caer en el derroche, ni el
destrozo, dentro de la norma generalmente educativa del orden y el respeto, a las
personas y los materiales (más si como en este caso son culturales), reclamamos vida y
dinamismo para la Biblioteca infantil, generando un ambiente lúdico y fuertemente
motivador, en el que la experiencia le resulte al niño también intensa, y pueda participar
de ella de un modo directo.

❥ Visitamos una Feria del Libro

Muchas ciudades disfrutan de la ocasión de una Feria o Semana dedicada precisamente


al Libro o la lectura. En su marco, generalmente atendiendo a criterios temáticos o
monográficos, podemos encontrar múltiples posibilidades de aproximar el libro a
nuestros alumnos. Exposición de materiales, salas de lectura y recreación, actos paralelos
de presentación de obras, conocimiento de autores, sesiones organizadas de animación
lectora… Hay muchas posibilidades de disfrute y sobre todo aprendizaje. A la vista del
programa, previamente conocido, no nos resultará nada difícil establecer unos criterios
de selección y organización de una visita en la que cada nivel de alumnos tenga la
oportunidad de participar en aquellas actividades que más se acomoden a su edad, ya que
la Exposición y los servicios resultan permanentes y pueden ser perfectamente visitados
por todos.

Durante la visita será criterio nuestro el intentar evitar la anarquía tanto en la


asistencia y comportamiento como en el aprendizaje, por lo que programaremos

74
previamente los objetivos que consideremos oportunos en función de las actividades en
que se vaya a participar. En este sentido es loable la labor que están realizando los
municipios que, ya demostrada su sensibilidad con la creación de Bibliotecas
(municipales y de barrio), han dado continuidad a esta difusión en Exposiciones y
Muestras periódicas que, aprovechando fechas significativas, brindan a los escolares la
oportunidad de aproximarse al mundo de la literatura y sus protagonistas.
Estamos seguros de que una ojeada a cualquier programa de los muchos que se
editan con motivo de la organización, hoy en día en prácticamente todas las ciudades
españolas con motivo del Día del Libro, o de Semanas Culturales sobre la Literatura
Infantil, nos deparará la constatación de que se cuenta con actividades programadas para
todos los sectores de la población lectora. Pero ciñéndonos al carácter educativo de las
mismas, podemos encontrarnos con actos temáticos, encuentros con autor, formación de
mediadores (bibliotecarios y docentes), presentación de obras, estudios de autores
consagrados, muestra monográfica de literatura y de ilustración y experiencia familiar en
la lectura. La oferta resulta variada e interesante, y nos brinda la oportunidad ya no sólo
de participar del mundo de la lectura, sino además de enriquecer muy intensamente (pues
estas experiencias fuera del aula resultan sumamente motivadoras) el conocimiento de
nuestros alumnos.

❥ Visitamos una exposición

75
No siempre es necesario salir del ámbito escolar para obtener alguna experiencia
gratificante (o no siempre es posible), lo que nos obliga a generar los medios de una
forma interna. Con distribuir los temas de una exposición por niveles y aulas, y solicitar
a cada tutor que prepare un pequeño stand de materiales sobre dicho tema (con libros
que aporten los propios alumnos del hogar), complementándolo con una decoración
oportuna y acorde con la temática seleccionada, nos va a permitir montar una buena
exposición, sencilla pero muy sugerente y extremadamente motivadora para los alumnos.

Su visita puede estar abierta en los momentos de descanso escolar (incluso al


público en general), y no nos parezca extraño encontrar alumnos que allí precisamente se
interesan por lo que en su hogar les habría pasado desapercibido. A tal efecto, es
importante preparar un «Rincón del Lector» en el que disfrutar del contenido
bibliográfico. Una visita organizada a dicha exposición, comentándoles su estructura y
organización, la distribución temática, y algunos materiales expuestos interesantes por su
contenido u origen, puede ser el complemento ideal a una actividad que, sin mucho
esfuerzo (será más el necesario en su conservación, dado que la manipulación de los
libros hará que no siempre queden bien colocados), conseguirá que el niño sienta y
valore como algo importante su propia biblioteca.
En alguna ocasión, podemos optar porque la exposición escolar no sea
precisamente de obras actuales ni siquiera bibliográficas, sino que podemos también
desempolvar los recuerdos de nuestras familias y organizar con ellos una muestra en
torno al libro y su historia, lo que puede concluir en una exposición verdaderamente
interesante. En todo caso, concluimos la necesidad de que el maestro o la maestra
aproximen los materiales de la exposición al niño, a fin de que éste llegue a captar la
esencia de su contenido.

1.2. Investigación

El alumno posee innata una curiosidad irrefrenable por toda forma de conocimiento.
Nosotros, desde la Escuela, conscientes de esa necesidad vital, podemos utilizarla en
beneficio de la propia formación del niño. ¿Cómo? Encauzándola y brindándole la
oportunidad de desarrollarla, en actividades específicas, programadas al efecto. Éstas
pueden resolverse tanto de una forma individual como grupal. En ambas modalidades
encontramos valores importantes que beneficiarán lo mismo su sensibilidad que su
propia formación.

Unas veces podemos orientar la actividad hacia el trabajo y la profundización de


alguna obra específica, lo cual le permitirá al niño introducirse en el seno de la misma de
una forma mucho más intensa que con una simple lectura:

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— Conocimiento de los elementos del texto, situaciones, ambientes, personajes,
acciones.
— Ilustración personal de la obra.
— Expresión de ciertos elementos: cualidades de personajes, valores presentes
en la acción, técnicas y recursos estilísticos o expresivos que destacan en el
texto.
— Esquematización y resumen de su contenido.
— Obtención de información paralela (por ejemplo de una situación o hecho
histórico concreto citado en el libro) que complemente o amplíe la que
aporta el texto.
— Biografiar al autor, desde diversas fuentes.
En este tema no existen, ni mucho menos, límites acotados, sino que será la propia
obra que seleccionemos la que nos marcará sus posibilidades.
A modo de ejemplo, presentamos dos sesiones diferentes que fueron programadas
para alumnos de Segundo Ciclo de Educación Primaria, a partir de sendos cuentos de un
mismo autor, recogidos en la obra: Los Cuentos de mi Escuela. A. M. Fabregat. Col.
Altamar. Ed. Bruño.

❥ Actividad nº 1: Cuento: «Cuadro para una princesa rubia». Páginas 76-85

Resumen del Cuento

El cuento recrea el modo en que se imagina el autor que aconteciera en la corte de


Felipe IV la composición por parte de Velázquez, del cuadro Las Meninas. Así narra el
modo en que los distintos personajes se colocan en la escena, y cómo los niños se
entretienen jugando con el perro. Nos va descubriendo los distintos elementos que
componen el cuadro, y sobre todo, la inmensa paciencia que demuestra tener el pintor,
ya anciano, deseando recrearse en la obra más que nadie.

Diseño de la Actividad
El cuento está basado en el cuadro Las Meninas de Velázquez. Intenta explicar su contenido,
desde las palabras del propio autor, lo cual el escritor utiliza como pretexto para describir el cuadro de
forma precisa y detallada, en un estilo narrativo. Podemos realizar una lectura grupal del cuento,
apoyándonos en la proyección de las siluetas del cuadro, mediante una transparencia en acetato. Ésta
nos servirá para ir leyendo el cuento con los propios alumnos y centrar su atención en los detalles que
narra el escritor. Será una forma de lectura compartida, muy especial.

77
Por grupos (o bien de forma personal) inventamos narraciones similares, a partir de obras
famosas de pintores ilustres. Para ello se le proporciona a los alumnos una amplia variedad de
fotografías de estas obras, a fin de que seleccionen aquellas que más les gusten. En su elaboración
seguiremos las instrucciones siguientes (tomadas de la página 116 de dicho libro):
1. Observar: los personajes, los vestidos, los colores, los detalles.
2. Inventar unos hechos que realizarán estos protagonistas.
3. Exprésalo de forma divertida.

❥ Actividad nº 2: Cuento: «El canguro contrabandista». Páginas 48-55

Resumen del cuento

Debido a la barbarie a que se ven sometidos, los peces de la Isla de los atunes, deciden
realizar una protesta seria ante los pescadores. Coincide ésta con la visita del canguro
Marsupio, quien se suma a ellos, trayéndoles todo el oro que tienen los pescadores.
Para que éstos no le descubran, funde el oro y lo pega a los lomos de los libros en forma
de letras. Desde entonces, las redes de los pescadores se encuentran repletas de letras
doradas… hasta que un día, el guardia de la aduana descubre al canguro
contrabandista condenándole a la cárcel. Los pescadores al perder su fuente de oro,
protestaron, haciendo ver al juez la bondad de la acción del canguro, quien lo dejó en
libertad, eso sí, haciéndole prometer no volver a hacer más contrabando.

Diseño de la actividad
a) Lectura personal del cuento. Comentario grupal (a fin de reforzar su asimilación), centrando su
atención en dos aspectos concretos:
VALORES: Respeto a la naturaleza. Ecología.
ESQUEMATIZAR la narración, al tiempo que tiene lugar el diálogo:

78
ACTIVIDADES:
1. EL CANGURO. Dibujo y Reseña bibliográfica de este animal. (Búsqueda en alguna
Enciclopedia.) Insistir en por qué se le llama Marsupio.
2. Títulos de los cuentos citados en la narración. Inventa uno de ellos.
3. Juego de las sílabas: Inventa palabras (con sentido) a partir de las sílabas que se citan.
Inventar palabras formadas por sílabas que a su vez son palabras, por ejemplo: SOL +
DAR = SOLDAR.

La biblioteca, en cualquiera de sus modalidades, nos brinda la oportunidad de


implicar al alumno en la tarea investigadora. Llevada de una forma adecuada, bien
programada, permitirá que éste aprenda, trabaje y, sobre todo, descubra un sinfín de
posibilidades para su propia formación.
El objetivo puede ser:
— Por un lado, adiestrar a los alumnos en el conocimiento de las técnicas de uso
y manipulación bibliográfica,
— y por otro, ampliar su espectro de conocimiento.
Tengamos en cuenta que la consulta de fuentes será una constante en su proceso
de aprendizaje posterior. Conviene por ello educarla en la medida de lo posible.
Su preparación supone tres fases consecutivas:
— Focalizar el tema a desarrollar, planteando el abanico de posibilidades que
éste nos brinde. Sobre él, expresar unos objetivos de forma clara y precisa.
— Seleccionar las posibilidades de actuación que tengan los alumnos, prever las
fuentes bibliográficas, los momentos disponibles para trabajar y un esquema
general del desarrollo de la misma (fases a seguir hasta la obtención del
producto final).

79
— Organizar a los alumnos, sensibilizándoles con el tema y clarificando su
programa de actuación.
A continuación presentamos un ejemplo concreto de esta actividad, preparada para
los alumnos de Primer Ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, en el marco de una
Semana de Animación a la Lectura.

Diseño de la actividad

Dividida la clase en Grupos, se le asigna a cada uno un género literario. Se distribuye la actividad en las cinco
sesiones previstas a lo largo de la semana, del modo siguiente:
SESIONES 1-2: Recopilación de Información sobre el género en cuestión: BIBLIOTECA (de
Centro + Personal).
SESIONES 3-4: Montaje de un PERIÓDICO MURAL, que recoja toda la información recopilada.

— Descripción del género.


— Clasificación y situación histórica.
— Autores y obras representativas.
— Modelo de fragmento de una de ellas.
— … … (Cuanta información resulte procedente)
— Los trabajos realizados se expondrán en el MURAL de
clase.
SESIÓN 5: Dramatización de una obra (o fragmento o adaptación) correspondiente al género en

80
cuestión. (En su defecto podemos optar por una presentación oral del trabajo
realizado.)
Comentario crítico de la clase.

Se puede complementar el trabajo con una exposición temática de los géneros literarios. Cada
expositor contiene:
• Periódico - Mural elaborado en el trabajo de la semana.
• Ejemplares de obras representativas del tema.
• Fotos - Dibujos alusivos (significativos).

1.3. Campañas de sensibilización

Conocer el mundo de la literatura infantil, apreciar los valores que posee el hábito lector,
descubrir la vida (apasionante) que encierra el libro, imaginar, descubrir, abrir nuestro
espíritu a nuevas sensaciones y aventuras soñadas… no siempre es posible, o mejor
dicho, no siempre se ha llevado este mensaje a nuestros alumnos de una forma muy
intensa. Podríamos organizar una campaña de publicidad, en la que se den a conocer los
valores que contiene la lectura y su mundo… No está mal la propuesta, si el Claustro la
aprueba nos ponemos manos a la obra.

81
Orientamos el esfuerzo en varios frentes a la vez: carteles publicitarios, octavillas,
publicidad sonora (megafonía), expositor de recogida de firmas de adhesión (aquellos
que secundan el objetivo de la campaña se registran con sus datos personales,
posteriormente esta relación será hecha pública a fin de que con sus actos cotidianos
respondan a dicho compromiso), todos con un mismo objetivo: hacer llegar al niño el
mensaje de que leer es algo bueno, positivo, importante, pero además divertido y muy
agradable.
En la publicidad no todo es malo, consigue llegar a mucha gente, con poco
esfuerzo. Lo importante es que dejemos bien claro el mensaje que queremos reflejar en
los distintos medios, y en torno a él, preparar todos aquellos que nos permitan «plagar»
el centro con dicho mensaje. Esto provocará en principio un efecto de choque en los
alumnos, cuya reacción inmediata será la curiosidad por su contenido. A continuación
hemos de prever momentos de reflexión (en las propias aulas) sobre el tema, en los que
los alumnos lo critiquen, comenten y valoren, asumiendo una postura personal clara y
firme.
De nuestro campo de acción no pueden tampoco salirse los propios padres, incluso
reclamando su participación y compromiso en actos organizados al efecto, como pueda
ser una conferencia formativa sobre el tema.
Actividades posibles a organizar:
— Carteles de mensaje: pueden ser elaborados por los propios alumnos, y
expresar en ellos, a su manera, el mensaje de la campaña. Esta decoración
no sólo embellece el Centro, sino que la actividad provoca una reflexión
profunda de los alumnos, y en cierto modo, su adhesión personal (de manera
subliminal).
— Octavillas y panfletos, que elaborados por algún grupo específico, sirvan para
difundir su mensaje. Son fáciles de reproducir por medio de fotocopia.
Publicidad móvil: del mismo modo que hemos presentado los equipos de
propaganda en el apartado referido a la organización de campañas de
difusión.
— Mensajes de información directa: un grupo de alumnos pasa por las distintas
clases explicando a sus compañeros un mensaje claro y breve al respecto.
Puede concretarse en una acción específica posterior.
— Compromiso y adhesión: tal y como hemos explicado, mediante un pequeño
expositor, situado estratégicamente en un lugar de paso general, para que
todos con sus firmas manifiesten su adhesión a la campaña, y luego lo
materialicen… mediante acciones concretas, como por ejemplo, regalar un
libro a su mejor amigo, recogida de libros para zonas desfavorecidas, leer un
ratito a una persona imposibilitada, compartir un día de lectura con sus

82
padres…
— Eslóganes publicitarios: bien sean recopilados (en esta página y las dos
siguientes recogemos algunas frases célebres), o creados por los propios
alumnos, para difundir mediante los distintos soportes publicitarios que
hemos ido señalando.
— La megafonía del Centro, será un medio ideal para dar a conocer nuestra
campaña en todos los momentos de descanso, a modo de emisora de radio,
en cuya grabación pueden colaborar diversos grupos de alumnos preparando
la maqueta sonora del mensaje.
Todas estas actividades conviene enmarcarlas en campañas más amplias que nos
permitan rematarlas con actos más protocolarios (a modo de complemento) con los que
sellar el mensaje de una forma más intensa.

VERDADES, SEMIVERDADES, AXIOMAS, FLORES DEL GENIO Y DEL INGENIO DE


LOS GRANDES PENSADORES, ESCRITORES Y HOMBRES CÉLEBRES DE TODOS LOS
TIEMPOS

Mediante la lectura nos hacemos contemporáneos de todos los hombres y ciudadanos de todos los
países.
LAMOTTE-HOURDARD
No hay libro tan malo que no contenga algo provechoso.
PLINIO EL JOVEN (siglo II)
No importa leer mucho como la regularidad en la lectura.
Oliver GOLSMITH
Un libro es un amigo que jamás engaña.
DESBARREAUX-BERNARD
Los libros son más que libros: son la vida, el verdadero corazón y meollo de las edades pasadas; la
razón por la cual los hombres vivieron, trabajaron y murieron; la esencia y quintaesencia de sus vidas.
Amy LOWELL
Los libros deben encaminar a uno de estos cuatro fines: sabiduría, piedad, deleite o utilidad.
Jhon DENHAM
Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas deliciosas.
Ch. de MONTESQUIEU

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¡Ay de quien no lee más que un libro!
George HERBERT
Cuando oramos hablamos con Dios, mas cuando leemos, es Dios quien habla con nosotros.

SAN AGUSTÍN
Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje.
Michel de MONTAIGNE
La lectura es el modo de viajar de aquellos que no pueden tomar el tren.
F. de CROISSET
Los libros hacen libre a quien los quiere bien.
Vicente ESPINEL
El amor a los libros es amor a la sabiduría.
Richard de BURY
La letra mata, el espíritu vivifica.
SAN PABLO
La virtud de un libro es que sea legible.
Ralph W. EMERSON
Los libros son la pasión de las personas honradas.
Guilles MANAGE
Las leyes mueren, pero los libros jamás.
BULWER-LYTTON
Los libros antiguos, como sabéis, son los libros de la juventud del mundo, y los nuevos son el
fruto de su tiempo.
Oliver W. HOLMES
El afortunado hallazgo de solo un buen libro puede cambiar el destino de un alma.
Marcel PREVOST
El que lee mucho, intentará algún día escribir.
William COWPER
Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar.
Joseph ROUX
La gloria máxima de un pueblo proviene de sus escritores
Samuel JHONSON
La literatura y la soledad: he aquí mi elemento.
F. de CROISSET

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Mientras haya libros, no existe el pasado.
BULWER-LYTTON
Los libros que más me han aprovechado siempre y más placer me han dado, son aquellos que
más me han hecho pensar.

J. C. y A. W. HARE

❥ Manifiesto de lectura

El manifiesto de la lectura, es una de las numerosas ideas que podemos llevar a efecto en
el seno del aula, con muy poquito esfuerzo y con un gran beneficio en cuanto a la
sensibilización del alumnado por el tema. Está tomada de un libro que publicó el Equipo
Peonza23 y que resultará interesante colocar en nuestra Sala de Profesores, puesto que
nos brindará ideas y sugerencias a cada cual más interesante. El Manifiesto que
presentamos en la ilustración corresponde al elaborado en una Biblioteca Pública24, pero
resulta una actividad perfectamente extrapolable al aula; es más, en su ámbito puede
obtenerse un mayor beneficio de la misma, puesto que puede enriquecerse con el diálogo
compartido entre los niños, reforzándose mutuamente su sensibilización lectora. ¿De qué

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se trata? Sencillamente de expresar qué descubre cada uno en la lectura, y presentar con
una selección de estas definiciones, aquéllas que destaquen por su originalidad, un mural
debidamente decorado, aunque se presta igualmente para ilustrar cualquier publicación
que se tenga en el Centro docente. Aquí tienes un ejemplo de este último.

❥ Álbum de cromos

Otra de las experiencias propuestas por Peonza, que a nosotros nos llama más
profundamente, por cuanto intenta recuperar una de las esencias infantiles que
tristemente se iba perdiendo en la vorágine de consumo que nos invade, es el
coleccionismo de cromos. Tomando como referencia las ilustraciones de personajes
célebres de la literatura infantil, de todos los tiempos, se compone una preciosa
colección de viñetas y cromos que en el álbum se completa con un fragmento
significativo de la referida obra.

86
87
DÍA DEL LIBRO
23 de abril 1998

Manifiesto a favor de la lectura

«Leer es ser tú el protagonista»

(Ma del Mar Arce Marcos, 12 años)

«Leer es hacer nuevos amigos»


(Cristina González Gutiérrez, 12 años)

«Leer es abrir una puerta hacia la fantasía»


(Héctor Sánchez Diego, 9 años)

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«Leer es alimentar tu imaginación»
(Miguel Daniel González Pérez, 13 años)

«Leer es soñar, navegar, viajar y el placer de experimentar»


(Laura Rivero Rivero, 10 años)

«Leer es estar en distintos países sin moverte de la silla»


(Saúl Villalba Gómez, 13 años)

«Leer es una forma de entender la vida»


(Cristina Cano Gómez, 13 años)

«Leer es ver con los ojos de mi corazón»


(Matilde Solar Santamaría, 6 años)

«Leer es navegar en el océano de las letras»

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(Marta González Andaluz, 10 años)

Manifiesto de la Biblioteca Pública (Anverso).

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«Leer es alegrar el corazón con historias»
(Marta García Huerta, 10 años)

«Leer es soñar un mundo mágico»


(Alberto Saiz García, 6 años)

«Leer es poner una televisión en la mente»

(Ma Belén González Gallardo, 10 años)

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«Leer es como encontrarse con un amigo lejano»
(Javier Fernández Morín, 9 años)

«Leer es la cara buena de esta vida»


(Olga Rasilla Sandoval, 12 años)

«Leer es compartir la tristeza y alegría de otros niños»


(César Díez Olea, 7 años)

«Leer es como ser testigo del pasado, partícipe del presente y adivino del futuro»
(Laura Sáinz-Pardo Sáinz, 12 años)

«Leer es …»

Manifiesto de la Biblioteca Pública (Reverso).

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Álbum realizado por Ana Isabel Calvo (Biblioteca Municipal de Camango (Cantabria) y Ana Mª Aria
Escagedo (de la Biblioteca Municipal de los Conales de Buelna (Cantabria) motivo del día del libro de 1997.

1.4. Exposiciones

Las que se puedan visitar fuera de nuestro ámbito, programadas o aprovechando las
excursiones, ya nos hemos referido a ellas, de una forma más o menos explícita. Este
apartado lo dedicaremos a las denominadas «Exposiciones Escolares», aquellas que
podemos montar en el seno del recinto escolar, en cuya organización y montaje
participan los alumnos de manera intensa. Este ya de por sí es un valor formativo, que
potencia y estimula la creatividad, favorece la convivencia y regula su autocontrol.

Un Centro puede aglutinar en su interior diversas modalidades de exposiciones,


unas para ser vistas, deleitadas a través del sentido de la vista, y otras para ser recreadas
con todos los sentidos. Nosotros vamos a hacer referencia escueta a cinco de ellas:
— Ilustraciones. Es un tema no siempre valorado e interpretado dentro del
libro. Algunas de ellas son verdaderas obras de arte; tal es así que últimamente estamos
asistiendo a una recuperación del estatus que corresponde al colectivo de ilustradores, y
su reconocimiento por parte del público lector.
Una ilustración no sólo aparece en el libro como apoyo para el texto, ni mucho
menos; no se trata de llenar un hueco y siquiera descongestionar el encasillamiento
tipográfico de la narración. Se trata de una auténtica interpretación plástica de la obra
literaria, hecha por un artista y expresada a través de sus pinceles o lápices. Nuestra
exposición puede servir para hacer llegar a los alumnos este reconocimiento de la obra
ilustradora, bien sea mediante una simple recopilación de las mejores obras de nuestra
biblioteca, o bien centrándonos de forma temática en distintos autores reflejando obras
distintas de ellos. Esto nos permitirá poder valorar y apreciar mejor su estilo.
— Portadas. ¡Cuánta información contienen las portadas de los libros! Nuestros
pequeños, que son muy observadores, no tendrán ninguna dificultad en desentrañarlas.
Puede ser esto un motivo importante para clasificar la diversidad de muestras que
contiene nuestra biblioteca y montar una pequeña exposición que lo ilustre. La
curiosidad de los títulos, la ilustración de personajes ya famosos entre los niños, hasta la
simbología y pictogramas que definen las colecciones o editoriales, resultan llamativos e
importantes para ellos.
Recreémonos, brindemos la oportunidad de entablar un animado diálogo en torno
a sus presentaciones y, en cierto modo, estaremos contribuyendo a la configuración del

94
espíritu crítico en los pequeños lectores. Porque, no olvidemos que la portada, y el lomo,
son las claves para que el niño se interese o no por el libro. Según las sensaciones que
éste le provoque, se traducirán en un contacto físico, o en la más absoluta indiferencia.
Así, pues, hagamos que se conozcan, que lo que se disfruta es lo que más se aprecia y
valora.
— Temática literaria. Puede ser muy amplia y variada. ¿Alguna vez nos hemos
planteado la posibilidad de recopilar materiales en torno a un tema muy específico?
Podremos llevarnos una gratísima sorpresa. ¿Qué fue de aquellos carteles murales que se
utilizaron en el aprendizaje de los primeros silabarios?, ¿dónde guardamos aquellos
catones o cartillas de las primeras letras?, ¿a quién le puede resultar extraña la
Enciclopedia de los años cincuenta y sesenta?… Con todo, el tema del aprendizaje lector
puede resultar interesante, curioso, y, nos permitirán, acercar al niño de hoy, la cultura y
la historia de sus predecesores más inmediatos.
— Libros. Ya hemos hecho referencia, en la página 67, con motivo de la visita a
la Exposición Escolar, de la posibilidad de organizar ésta con libros aportados por los
propios alumnos, de su biblioteca familiar. Organizada con detalle, y presentada con
tacto, no resultará nada difícil conseguir que sus stands resulten curioseados y hasta
escudriñados por todos, lectores y no lectores.
— Cuento Popular. Por último, esta modalidad nos puede brindar la
oportunidad de montar en torno a la recreación literaria tradicional un auténtico mundo
de fantasía. El cuento resulta muy socorrido a la hora de recopilar materiales, y podemos
complementarlo perfectamente con objetos que ilustren su contenido de una forma muy
espectacular. La tradición popular es muy rica, y a partir de una recopilación oral por
parte de los propios alumnos (puede realizarse con grabación sonora incluida), cada uno
desde su entorno más cercano (familiar, de barrio o pueblo) puede aportar algunas de las
historias populares más curiosas e inverosímiles. Y con ellas organizar una breve
exposición, en la que junto al texto, escrito por el alumno, se recree su contenido de una
forma singular, con aperos, objetos o situaciones que en el mismo aparecen.
Conseguiremos fundir la etnografía y la tradición oral en una muestra fundamentalmente
literaria.

1.5. Charlas-Coloquio

Se trata de una buena manera de formar al auditorio; favorecer el contacto con expertos
en temas específicos que permitan transmitir informaciones precisas y sensibilizar al
público asistente con el tema debatido. Resulta muy interesante la actividad tanto para
los alumnos como para los propios padres. En uno u otro caso, hemos de proceder con
sumo tino, a fin de cuidar todos los detalles, que hagan que el público se sienta a gusto, y

95
el ponente desarrolle la charla de forma amena e interesante. Ambas serásn cualidades
que condicionarán el éxito de nuestra iniciativa.

Cuando nos corresponda preparar una acto de este tipo, no debemos olvidar:
— Anunciarlo debidamente, especificando el tema a desarrollar, y disponer
programas de mano con toda la información pertinente.
— Preparar adecuadamente la sala, ambientándola con respecto al tema de la
conferencia, y decorándola de modo que el público asistente se encuentre
confortablemente en ella.
— Disponer cuantos materiales sean solicitados por el ponente. Todos con
buena visibilidad por parte del auditorio, y con los complementos
necesarios.
— Acoger al público en su llegada, invitándoles a entrar y recibiendo con
agrado su presencia.

— Presentar al ponente antes de iniciar su conferencia, de manera documentada,


breve y clara, con el fin de que el público conozca la personalidad que les
dirige la palabra. Permanecer a su lado en el transcurso de la intervención.
— Brindar a los asistentes la oportunidad de intervenir, en el turno
correspondiente de preguntas, con orden y concisión.
— Concluir el tema, con una breve reflexión a modo de corolario, y cerrar el

96
acto con unas palabras de agradecimiento al ponente por su intervención y al
público por su asistencia.
Por cuanto respecta a los temas a presentar, pueden resultar de lo más variopinto,
si bien estarán en función del público destinatario:
— Para alumnos, nos parece interesante la presencia de autores conocidos de
literatura infantil, ilustradores que durante la intervención realicen algún
dibujo (mediante el recurso del proyector de transparencias, o bien de
opacos), o algún personaje famoso, que oriente su intervención en cuanto a
su experiencia o su implicación personal en la lectura.
— Sin embargo, las charlas destinadas a los padres habrán de poseer un marcado
cariz formativo, enfocando su estilo al modo de educar la lectura de los hijos
y marcando pautas de referencia para la animación lectora en el hogar.

1.6. Encuesta

Esta es una buena fórmula para conocer la opinión que se tenga de la lectura, descubrir
los hábitos lectores de la población de nuestro entorno y la valoración que les suponga.

El proceso a seguir en su aplicación puede ser el siguiente:


— En primer lugar, centrar el objetivo de la encuesta: Qué información (precisa)
queremos conocer. Dicho interrogante lo explicitaremos en una serie de
preguntas, que serán las que configuren el temario de la encuesta.
— Paralelamente, determinaremos el retrato de la población a la cual va a ser
aplicada, y el proceso que se ha de seguir para ello.
— Elaboración del cuestionario, reproducción y desarrollo por parte de personal
perfectamente adiestrado.
— Recogida de los protocolos y clasificación de los mismos.
— Procesamiento de la información (relación de respuestas obtenidas en cada
opción).
— Presentación de resultados, de forma percentilada, porcentuada o gráfica
(mediante diagramas que los simbolicen).
— Valoración del resultado, expresando de forma desarrollada nuestras propias
conclusiones al respecto.
El tema de la Encuesta puede ser muy diverso, pero dejemos bien claro que lo

97
importante es tener bien acotada la hipótesis que fundamenta nuestro trabajo y las
razones que lo animan.
A continuación presentamos un protocolo de encuesta de referencia que ha sido
aplicada en diversos centros, por lo que responde con efectividad al fin propuesto.
Respecto de su valoración, presentamos un modelo de referencia.
Intencionadamente planteamos una presentación de Ítems que no se corresponde con la
encuesta anterior, puesto que de este modo, el lector podrá contar con dos modelos
diferentes de contenidos. En esta ocasión nos servimos para ilustrar nuestro modelo, una
encuesta que fue aplicada con la intención de conocer los hábitos lectores de nuestros
alumnos25.

OBJETIVO: Conocer el ambiente y estimulación


lectora del alumnado.
NIVEL DE APLICACIÓN: Educación Primaria.
RESPUESTA: Personal, durante la aplicación en un
momento escolar.
APLICADOR: Tutor de cada nivel educativo.
PROCESAMIENTO: Porcentuación de resultados en cada
opción.

CUESTIONARIO:

98
99
Los ítems nº 1 - 3 - 4 - 7, permitían al sujeto señalar varias opciones, por eso su porcentaje es acumulado.

1.7. Acopio de materiales

Un doble sentido podemos atribuir a esta actividad:

— Ampliar el stock de materiales disponibles en el Centro.


— Participar en algunas campañas humanitarias de recopilación de material

100
didáctico.
En caso del primero, el destino de nuestra acción estará lejos del propio Centro,
pues precisamente lo que se pretende con ello es ampliar las existencias lectoras que
tengamos. Dirigiremos nuestra petición a organismos que frecuentemente colaboran al
respecto:
— Ministerio de Cultura.
— Dirección General del Libro y la Biblioteca.
— Editoriales, para la aportación de sobrantes de serie y descatalogados.
— Embajadas de los distintos países, que suelen hacer donaciones muy
interesantes, con el fin de promocionar autores y obras nacionales.

101
102
— Instituciones privadas que realizan aportaciones de material bibliográfico
(como la Fundación Santa María, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez o
la Fundación Bettelsman, entre otras).
Con sus donaciones, podemos conseguir un buen acopio con el que ampliar la
Biblioteca escolar o de aula. Paralelamente observaremos cómo se despierta la
curiosidad de los alumnos, especialmente por aquellas obras que resulten más curiosas
por su rareza o novedad en la presentación.
Por cuanto respecta a las campañas de sensibilización y recogida de material
didáctico, suelen ir destinadas a países que sufren el azote de la guerra, con el objeto de
mantener la educación de su población infantil. Otras veces, se destina a países
subdesarrollados, que se ven necesitados de ello. En cualquier caso, resulta fuertemente
motivador para los alumnos, lo que les servirá para valorar positivamente los medios que
poseen ellos mismos, al sensibilizarse con la carencia de su semejante.
Cualquiera de ellas pierde todo su valor pedagógico si no va reforzada por el
diálogo y la motivación docentes en el aula, explicando detalladamente el sentido de
nuestra campaña, y el modo en que cada uno de los niños puede colaborar y participar de
mejor forma.

1.8. Informe de la Biblioteca

La Biblioteca, como estamos viendo a lo largo de esta obra, será una referencia constante
de la vivencia lectora de un Centro. De algún modo, se convierte en el termómetro que
nos permitirá graduar su evolución y transcendencia, dado que podemos conocer su
movimiento y con él, la implicación que manifiesten los alumnos.

Es importante que a lo largo del curso, en su seno tengan lugar numerosas


actividades de Animación Lectora, todas ellas encaminadas a la dinamización y al
estímulo de nuestros alumnos.
Además de su organización, tal y como numerosos manuales ya explican
detalladamente, podemos estructurar diversos medios que hagan que los alumnos
participen de su movimiento y le den vida, tales como:
— Su propia responsabilidad en la organización y gestión.
— El panel informativo que permita el control y la referencia constante a
cuantos allí acuden.
— La organización periódica de actividades de animación lectora, muchas de las

103
cuales tienen cabida en este trabajo: concursos, anuncios de obras inéditas,
publicación de novedades…
Por último, conviene periódicamente, presentar y hacer pública una memoria de
actividades. Tanto al profesorado como a los alumnos, en el cual, no se recojan
solamente los datos fríos de las lecturas y movimientos de libros, sino que se recuerden
los actos habidos, sus implicados, participantes y resultados valorativos de los mismos.
Veamos un informe presentado por un Centro de enseñanza antes de la Reforma, y
su evolución con la experiencia:

INFORME DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR

Como en años anteriores, ha estado funcionando la Biblioteca de Ciclo, dedicada a los alumnos de
Ciclo Inicial y Medio.
En el presente curso comenzó a funcionar con un total de 629 títulos. Cada nivel podía hacer el
cambio de libros un día a la semana. Al finalizar el curso, se puede presentar el siguiente balance:

Número total de libros retirados: 2.927

Distribución por cursos:


Todos no han podido disponer de libros el mismo número de semanas, y a efectos comparativos, se
han ponderado los valores medios que reflejamos en el siguiente gráfico:

104
El centro anterior, con el tiempo, practica una consciente evolución de su gestión
bibliotecaria, con una doble intencionalidad:
— Por un lado implicar a toda la comunidad educativa en su funcionamiento.
— Dinamizar y aproximar la lectura a los propios alumnos.
Este tipo de control no tiene ningún sentido si no va de algún modo
complementado con una política de feed-back que permita generar iniciativas de mejora
y perfeccionamiento, a la vez que una implicación personal más efectiva en el
compromiso de la animación lectora del centro.
De este modo, el mismo centro que presentaba el informe anterior, un lustro más
tarde nos mostraba el siguiente:

BIBLIOTECA DE LITERATURA INFANTIL EN EDUCACIÓN PRIMARIA

Tras diez años de funcionamiento podemos decir que la animación lectora ya es una realidad en el
Centro. Han contribuido eficazmente a ello la Asociación de Madres y Padres y la propia dirección del
Centro que han permitido la creación de medios para aproximar la literatura a los alumnos (mediante la
construcción de vagoncitos-biblioteca que se desplazan por las aulas, así como la adquisición de fondos que
permiten no solamente reponer y actualizar éstos, sino ampliarlos debidamente.

De su ubicación inicial, en una sala fría y alejada, la biblioteca se ha acercado a los alumnos, pasando
el vagón-biblioteca dos días a la semana por cada aula (disponemos en estos momentos de dos, con fondos
adaptados a cada uno de los niveles [uno de Educación Infantil y Primer ciclo y otro de segundo y tercer ciclo
de Primaria]), siempre en horario de tarde, permaneciendo una hora en cada una de las aulas
correspondientes. De este modo es el tutor/a quien se encarga de realizar el préstamo, dentro del horario
escolar.
Respecto a la selección de obras, diremos que muchas veces son los propios alumnos quienes instan a

105
sus compañeros a optar por un determinado título, lo cual nos resulta sumamente gratificante, pues esta
implicación personal genera un sentimiento de protagonismo muy eficaz. No obstante, con motivo de las
celebraciones especiales, como la Semana de la Animación lectora, hemos dado variedad al tema,
permitiendo introducir en el aula nuevas iniciativas, técnicas y obras, en virtud de las campañas organizadas.
De la catalogación, listado informatizado, cuidado y forrado, reparación… se encargan las propias
madres. El sistema de «tejuelos» se reduce al registro de las obras, por cuanto para el préstamo se usa una
ficha (con los datos del libro y del alumno) que el niño se encuentra en el interior del libro (portafichas dentro
de la cubierta) y entrega a la profesora o profesor correspondiente cuando retira el libro, y repone con una
nueva ficha en blanco cuando lo devuelve y coloca en su sitio correspondiente del vagón.

El seguimiento estadístico que venía aplicándose, ha sido realizado por cada tutor en su propia aula,
habiéndolo participado al claustro en una reunión específica de evaluación. A su vez son ellos quienes llevan
a cabo toda la tarea de dinamización y control lector de sus alumnos, lo que ha generado una implicación más
personalizada en la gestión bibliotecaria del Centro.

En el que se aprecian valores muy positivos, como el compromiso adquirido por


todos los estamentos educativos (incluidos los propios alumnos), así como una mayor
aproximación a criterios generadores de «ambiente» lúdicamente lector en el seno de las
aulas, más distendido y a su vez personalizador.
Es necesaria la presencia de una Biblioteca, cerca de los alumnos, funcionando y
con dinamismo. En este sentido, nos parece muy importante el apoyo institucional que
han lanzado distintos organismos como hizo la UNESCO con su Manifiesto sobre las
Bibliotecas escolares, en el año 1980, y el propio Ministerio de Educación y Cultura
Español con su documento «Educar en una Sociedad de Información», publicado en
1995. En la actualidad, el servicio de información del Ministerio de Educación ofrece a
través de su página web (http://www.pntic.mec.es/recursos/biblioteca/proyecto.htm) un
documento de referencia para orientar la implantación de la Biblioteca escolar en
cualquier centro docente que lo desee. Es bueno trabajar en este sentido, sensibilizándose
todos, desde sus respectivos estamentos, con la importancia que tiene el tema para el
futuro de nuestros pequeños. Estamos seguros de que el futuro nos podrá deparar muy
agradables sorpresas en este sentido.

106
2. ACTIVIDADES FORMATIVAS

2.1. Juegos escolares con el lenguaje

El juego brinda la oportunidad de desarrollar en el aula una intensa actividad, en la que


el niño se implica directamente. Su carácter lúdico favorece la relación y no da lugar al
desánimo ni al aburrimiento. Por eso, respresenta un recurso muy práctico para
dinamizar la lectura de nuestros alumnos.

Contamos con múltiples posibilidades; la variedad de juegos de lenguaje es muy


grande. No obstante, intentaremos ceñirnos a aquellos que simplemente estimulan y
fomentan al lector. Por el programa que hemos desarrollado de Lectura Eficaz26 tenemos
una referencia clara de posibles ejercicios lectores con una gran significatividad para el
niño; no obstante, no son éstos el objeto de este trabajo, dado que fueron concebidos
como recursos para trabajar la capacitación lectora del sujeto, y lo que nosotros nos
planteamos ahora, es el modo de motivarlo, favorecer su aproximación al texto con el
objeto no ya de que lo lea, sino de que transfiera su contenido al intelecto y lo recree, se
implique y participe imaginativamente en el desarrollo del acto lector, transcienda la
simple decodificación comprensiva, para implicarse en el propio contenido.
Ya hemos señalado que contamos con una gran variedad de ejercicios.
Procederemos a relacionar algunos de ellos, acomodados a niveles diversos de la
Educación Primaria y Secundaria Obligatoria, con el objeto de que el docente lector de

107
esta obra, pueda recurrir a algunos como referente para inspirar su propia creatividad:
❏ Ensalada de cuentos. El cuento tradicional el niño lo conoce, y posee un
fuerte sentido emotivo para él, dado que ha formado parte de su entrañable
inicio como lector (la lectura de regazo). Recurriremos a él para organizar
una original «ensalada», en la que unos cuentos interfieran en otros, con la
provocación de originales mezclas y suculentos deleites, porque luego nos
permitirán crear el final que más nos guste:
Caperucita Roja se encuentra en el bosque con Blancanieves…
Pinocho llega a casa de los enanitos del bosque…
El gato con botas se pone al servicio de Hansel y Gretel…
Cenicienta se hace amiga de la ratita presumida….

❏ Juego de títulos. Se trata de estimular la memoria y potenciar la narración


oral de cuentos y lecturas entre los propios alumnos.
Recordar cinco títulos de lecturas que hagan referencia al tema literario
que se mencione (temas: cuento tradicional, ciencia ficción, ambiente rural,
terror, sentimental, policíaco, fantástico…).

A continuación, intentamos adivinar su contenido a partir del título,


ocupándose el niño que lo leyó de corregir nuestras confusiones
imaginativas.

❏ Cuentos al revés. ¿Habéis probado alguna vez a decir lo que ya todos


sabemos, pero al revés? A los niños les encanta destruir la historia, porque
estimula bastante su creatividad imaginativa. Intentaremos narrar alguno de
los cuentos conocidos (tradicionales, populares) con el argumento
completamente cambiado en su desarrollo:
Caperucita Roja es mala y el lobo bueno.
Blancanieves se encuentra en el bosque con siete gigantes que son unos
feroces bandidos.
Hansel y Gretel echan de casa a su padre y a su madrastra que son
bellísimas personas.

❏ Final de una historia. También puede darnos bastante juego estimular la


simple inventiva del niño. No nos resultará nada difícil presentarle un
cuento que él no conozca, con el objeto de que pueda inventarse el final que
mejor le parezca. El comentario posterior de los distintos finales, favorecerá
la intercomunicación en el aula, pero además, le servirá al niño para tomar
conciencia de su propia recreación literaria.
❏ Tiras de papel. No siempre la construcción de una historia tiene por qué

108
contar con una lógica, sino que el «non sense», como bien nos han
demostrado afamados autores literarios, tiene cabida en el aula. Este juego
nos permite alcanzar un momento bastante divertido, y sobre todo estimula
la imaginación de los alumnos, en esa línea del absurdo.
Para su desarrollo hemos de preparar unas tiras de papel, que se
reparten entre los alumnos participantes. Se escoge un tema a desarrollar, y
cada niño anota en su tira de papel un verso, o una frase relacionada con el
tema propuesto. A continuación procedemos a su lectura, en el orden en que
hayan sido recogidos, observando la disparidad de su contenido, pero al
mismo tiempo, atenderemos al hecho de que nuestra imaginación puede
darle una línea de continuidad a este desbarajuste.

❏ Poemas colectivos. En la misma línea que señalábamos anteriormente,


podemos componer poemas entre todos. Algunos serán muy divertidos:
Un niño pone un verso en el primer renglón de la hoja. No importa el
tema. Pasa el folio a su compañero, que escribirá debajo otro verso
relacionado con el anterior. Éste doblará la hoja de modo que sólo permita
ver el último verso escrito, y se lo entrega al siguiente compañero, que
procederá de igual modo. Así sucesivamente, hasta que todos hayan
participado en esta composición colectiva, cuya lectura generará las más
inverosímiles situaciones.

❏ Inventar el texto. Con una simple sucesión de dibujos, una tira de cómic o
cualquier otra secuencia plástica que se brinde al alumno, podemos
componer bonitas e interesantes historietas.
Ellos sólo han de completar el dibujo con el texto que mejor les
parezca. A continuación pueden colorearlo, con lo que en realidad de un
mismo soporte escénico (el cómic), obtenemos historias muy distintas.

❏ Adivinar el personaje. Nuevamente el cuento tradicional y popular nos va a


permitir un bonito juego. Señalamos a un alumno para que piense en un
personaje protagonista de alguno de los cuentos más conocidos. El grupo
general del aula procede a interrogarle sobre las características que definen a
este misterioso personaje, con la única condición de que las preguntas sólo
pueden ser respondidas con un «sí» o un «no» ¿Quién será el primero que
descubra de quién se trata? A medida que avanza el juego, las pistas resultan
más claras.
❏ Crear tu portada. Aquí el texto va a ser respetado. Vamos a favorecer la
creación plástica, pero tomando como punto de partida la imagen mental
que del cuento tenga el alumno, con el objeto de que nos lo plasme en una
portada. Se trata sencillamente de completar los cuentos que ellos mismos

109
hayan podido seleccionar y escribir, adornárdolos con sugestivas portadas,
mediante distintas técnicas: collage, pintura, recordado, picado, siluetas,
dibujo… Lo importante es que las nuevas imágenes reflejen el contenido del
libro escogido, la idea del argumento, creándose así un complemento
perfecto para el título en cuestión. ¡Menuda exposición que podemos
organizar con nuestras creaciones!
❏ Cómic. Ésta será una técnica expresiva que nos va a dar mucho juego, dado
que se trata simplemente de que el alumno refleje en un papel las imágenes
que en su cerebro provoca la lectura o recreación imaginativa de un cuento.
Podemos tomar como referencia los ya tradicionales y conocidos, o
bien pedir al alumno que invente su propia historia. A partir de esa narración
ya le resultará más fácil el representar sus dibujos.

Es importante, mantener un orden en esta composición, para lo cual,


una vez pensada la historia, haremos que el alumno prepare su propio guión
(de dibujo y texto, haciéndose corresponder), determinando el espacio y el
contenido de los textos, las onomatopeyas a incluir, la configuración de las
imágenes, así como todos los elementos que han de complementar el dibujo
(disposición de la página, calles entre viñetas, tamaño y forma de éstas…).

❏ Crear pósters. Ya nos referimos al tema cuando abordamos las diversas


fórmulas de desarrollar la publicidad. No obstante insistimos en el refuerzo
de la idea plástica de nuestra recreación literaria. Se trata de partir de una
idea específica, un cuento conocido o un personaje famoso, para componer
un póster, que se vea complementado con un eslogan apropiado. Puede
configurarse igualmente una escena significativa del cuento o bien
aprovecharse alguna expresión específica para hacer referencia a la
necesidad de leer de nuestros alumnos. De este modo conseguiremos
interrelacionar esta actividad del aula con lo que puede ya ser una campaña
mucho más amplia.
❏ Metamorfosis. Sobre todo con los más creciditos, la imaginación suele ser
muy buena aliada de la composición. Emulando a Kafka, podemos proponer
a nuestros alumnos que nos describan el modo en que se van, lentamente,
transformando en:
una esponja,
una motocicleta,
una gaviota,
una silla…

y nos permitirán con ello llevar nuestra neurona imaginativa a cotas muy
pero que muy altas. Ejemplo: «Mi pies van tomando un color canela, la piel

110
y todo mi cuerpo va encogiendo levemente los músculos, transformándolos
en auténticos guiñapos que poco a poco, fruto de la sequedad dejan
orificios entre ellos. Resulta asfixiante esta sensación de sequedad, tanto es
así que la mínima gota de agua resulta gratificante…».

❏ Al pie de la letra. Son muchas las expresiones que forman parte de nuestro
argot cotidiano, que los alumnos utilizan con verdadera espontaneidad, pero
muchas veces carecen de sentido, o por lo menos, no hemos tomado
conciencia de su contenido. Con este juego pretendemos realizar una breve
reflexión en torno a ellas. Procederemos del modo siguiente: en primer
lugar, seleccionaremos una lista de estas expresiones (tener la cabeza a
pájaros, andar de cabeza, echar un jarro de agua fría, estar como un crío con
zapatos nuevos…).
A partir de ellas, los alumnos pueden inventar un cuento, describiendo
en él un mundo en el que esas expresiones obtengan contenido y formen
parte de una realidad específica.

❏ Acrósticos. Se denominan así, aquellas composiciones que en forma de


poema, expresan un contenido específico, pero que poseen la cualidad de
que con la primera letra de cada verso, obtenemos una nueva palabra o
mensaje que lo resume a modo de conclusión. Para favorecer su
composición, con los alumnos procederemos del modo inverso: cuando
hayan pensado la palabra o el mensaje con el que resumir el tema, lo
escriben verticalmente, y a partir de cada palabra, inventan una frase que de
forma narrativa sirva de secuencia.
❏ Encadenados poéticos. Entre todos elaboraremos un listado de palabras que
rimen con una dada, y a partir de ese listado, compondremos encadenados
que se relacionen entre sí en función del contenido de dichas palabras. Por
ejemplo:
En el monte una palmera,
en la palmera un dátil,
en el dátil un hueso,
en el hueso una semilla,
y en la semilla, otra palmera.

No necesariamente ha de coincidir el final con el origen, pero sí nos


van a permitir crear recorridos variados y muy exóticos, en algún caso.

❏ ¿Cómo te lo imaginas? Escogemos a un autor: Julio Verne, Andersen, G.


Rodari, R. Dahl… se fotocopian sus retratos y se pegan sobre cartulina, con
el objeto de que los alumnos dibujen el resto del cuerpo de nuestro escritor.

111
Para ello han de imaginarse al personaje en la época en la que vive, sus
ideas, qué hace y su biografía…, según lo que nos sugiera la expresión de su
cara.
Esta actividad puede realizarse individualmente o por equipos, en cuyo
caso, podemos llegar a hacer el dibujo de un tamaño natural, con el que
ambientar cualquier actividad literaria en el Centro.

❏ Preguntas-Respuestas. Se trata de una actividad a desarrollar en grupo:


Se establecen, previamente, una serie de preguntas con las que dar
forma a una historia, narrativa. Así, por ejemplo:

¿Quién era?
¿Dónde estaba?
¿Qué hacía?
¿Qué dijo?
¿Qué respondieron los demás?
¿Cómo terminaron todos?

Cada uno del grupo responde a una pregunta por escrito, sin que los
demás conozcan su respuesta. Cuando ya se han contestado todas, van
leyéndose las respuestas a cada pregunta, con lo que obtendremos una
historia inverosímil, que perfectamente puede darnos pie para representar
una tira cómica con ella.

❏ Poemas. Lejos de lo que puede ser una creación literaria, estilista en el más
puro sentido de la palabra, podemos estimular la imaginación del alumno,
allanándole el camino de la síntesis expresiva mediante el poema.
Procederemos del modo siguiente:
Recopilamos un listado de palabras que rimen todas ellas entre sí.

Las pondremos como final de frases, con la única condición de que


todas respondan a un mismo tema, o bien sigan una secuencia narrativa,
muy cortita, apenas unos pocos versos.

Descubriremos que la imaginación del niño puede llegar a cotas


insospechadas.

Y, ¡cómo no!, descubrirnos ante tan ilustre creador como fue Gianni
Rodari. Auténtico innovador de la imaginación, con él se abre una nueva
etapa en la que la composición literaria entró en el aula por la puerta grande.
No hemos recogido ninguna de sus técnicas, dado que numerosos

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especialistas han hecho hincapié en ellas:

— Binomio fantástico. — Falsa adivinanza.


— Cuentos con varios finales. — Limerick.
— Palabra interrogada. — Juegos surrealistas.
— ¿Qué pasaría si…? — Fábulas en clave.
— Desarrollo de una palabra. — Mecantología fantástica.

Quiero terminar señalando que la relación de juegos y ejercicios no está cerrada.


Nos hemos limitado a recoger una pequeña muestra de ellos, si bien el lector, en la
bibliografía de referencia podrá encontrar obras muy sugerentes que le permitirán
ampliar el espectro que hemos iniciado. La lista puede si nos lo proponemos, resultar
interminable, tan extensa como la propia imaginación lo es.
Lo que sí acompañaremos, a continuación, son algunos ejemplos prácticos de
composiciones elaboradas por los propios alumnos en alguna de las Semanas de
Animación Lectora que han servido de referencia para desarrollar nuestro trabajo.

EL SOLDADITO DE PLOMO Y LA LÁMPARA MARAVILLOSA

Érase una vez que un niño pidió a los Reyes Magos una caja de soldaditos de plomo, y los Reyes se la
trajeron, pero, eso sí, por el camino a un soldadito se le rompió una pierna. El niño vio la pierna rota del
soldadito y entonces lo tiró por la ventana.
El soldadito lo pasó muy mal por las alcantarillas, pero, cuando el agua lo arrastró, el soldadito
encontró una lámpara maravillosa; como estaba mojada, el soldadito la secó con un paño y resulta que de la
lámpara salió un hombre que le dijo:
— Me llamo Aladino… ¿Qué deseo quieres que te haga? ¿Uno, dos o tres?
— El soldadito le pidió un deseo: que le devolviera la pierna.

Y Aladino le devolvió su pierna al soldadito.


Y así fue como el soldadito, a partir de entonces, ya pudo andar y correr y brincar, como los demás
soldaditos de plomo.
Alexandre Campos. 8 años.

POEMA POEMA

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En la cumbre del monte Yo tengo un coche
encontré un bisonte; muy pequeñito
tenía en una oreja un corte. que no sabe andar
Le pregunté qué le pasó por los caminos.
y él me contestó:
—Me caí en el monte, No tiene batería
tropecé con una fuente ni tiene gasolina
y así fue y no puede ver
como me hice el corte; porque tiene miopía.
también tropecé Yo tengo un cochecito
con una piedra muy fuerte. muy grandecito
Sabela Morato. 8 años. que ya puede andar
por los caminitos.
Trabajo realizado por alumnos de 8
años.

2.2. Proyecciones

Los medios audiovisuales no pueden quedar al margen de toda la actividad de


dinamización de la lectura. Son el gran reto del futuro y, necesariamente, la acción
didáctica va encaminada indefectiblemente en esa línea. Pero no únicamente por el
hecho de que para su aplicación y uso, los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías
de la comunicación se apoyen en el texto, por lo que la lectura será una destreza
imprescindible en su aplicación, sino porque estos mismos recursos pueden estimular el
aprendizaje y posterior desarrollo de la capacidad de nuestros alumnos.

La fotografía ha sido quizá el primero de estos medios que ha entrado en la


Escuela. Ya de todos es conocido el recurso de ilustrar narraciones y cuentos con una
selección de diapositivas hecha por el propio alumno entre las diversas colecciones que
existen en el mercado, y complementarlo con una grabación sonora: música de fondo y
teatro leído por ellos mismos. Nadie pone en duda tanto el valor pedagógico de este
ejercicio como el resultado, eminentemente plástico, que nos depara. Su realización ha
de seguir el mismo proceso que hemos señalado para el cómic, con la preparación de un
guión técnico previo, que sirva de guía y orientación. En esa línea podemos ampliar el
espectro hacia la imagen fija (fotografía en papel), con el diseño y realización de cómics
no con dibujo, sino lo que se denomina fotonovela. Las lecturas de los alumnos nos
brindan numerosas posibilidades de ser ilustradas y representadas mediante estos
sencillos recursos de la imagen, para lo cual no es necesario recurrir a la pose de estudio

114
y la cámara, sino que la profusión de revistas y suplementos que pueblan nuestros
hogares ya nos brindan recursos suficientes para ello.
En el mercado existen, igualmente, numerosos cuentos tradicionales que han sido
montados en base a diapositivas, que con el apoyo sonoro permiten al alumno seguir la
narración. En la misma línea se encuentra el vídeo, con películas ya más sofisticadas,
dadas las inmensas posibilidades que ofrece el cine. Prácticamente todo el espectro de
cuentos tradicionales ya han sido comercializados por Walt Disney, tanto en forma de
dibujos animados (muy apropiados para los alumnos de niveles inferiores) como con
cinematografía escénica (que mejor se acomoda a los adultos). Al respecto, en las
videotecas existe un catálogo verdaderamente amplio y bien surtido.
Por último, hacer una referencia a las obras literarias que han sido llevadas a la
pantalla grande (y que nosotros podemos encontrar fácilmente en Vídeo). Prácticamente
todas las grandes obras ya han sido abordadas por el mundo del séptimo arte, y las
multinacionales de la animación aún nos sorprenden todos los años con una novedad
interesante con que ampliar la oferta.
Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Cómo organizar una actividad de este tipo con
los alumnos?, ¿qué criterios han de guiarnos? Por lo que respecta a la fotografía y la
diapositiva, creo que ya ha quedado suficientemente detallado el modo de proceder, con
lo que el lector alcanza ya a valorar sus posibilidades en el aula. En cuanto al vídeo,
iríamos más en la línea de lo que tradicionalmente se denominó el Cineforum, con
ciertas adaptaciones a nuestras necesidades. Las pautas de referencia pudieran ser las
siguientes:
— En primer lugar, proceder a una selección minuciosa de la obra a proyectar,
en función del programa, la edad de los alumnos y la sensibilidad que éstos
presenten para cierta tipología de obras. Sí es recomendable recurrir a los
clásicos, de cuya efectividad no hay ninguna duda, aunque también existen
muy buenas obras actuales (como «El guardián de las palabras», que
citamos porque nos cautiva de modo especial, y ofrece mucho juego).
— De la misma, tomaremos en consideración la presentación cinematográfica
que se haga (dibujos o animación real), narración ilustrada o representación
escénica, valorando la efectividad que pueda tener para con nuestros
alumnos.
— Una vez seleccionada conviene que realicemos un primer visionado, en el
cual se valoren los criterios anteriormente señalados, y en función de ellos,
ya preparar la sesión práctica con los niños.
— Ésta se iniciará con una breve presentación tanto de la obra como del autor,
en la que se haga de valer el argumento que sustenta, las características que
definen a cada personaje y las cualidades que encierran. Se trata de despertar

115
en los niños todo tipo de expectativas. La introducción no conviene que sea
larga, pero sí que deje claras las características que hemos señalado, con el
objeto de que el alumno recupere toda esta información en el transcurso del
visionado de la obra.
— A posteriori, el diálogo ya es más difícil, pero sí podemos preparar una ficha
de actividad en la que el alumno refleje su conocimiento de la obra, y la
valoración que haga de ciertos hechos, personajes, actitudes o situaciones,
las pueda representar mediante el dibujo, o las complemente con una breve
reseña del contenido o del autor. Todo, contribuirá a reforzar su aprendizaje
y a estimular el espíritu crítico durante la proyección.
A partir de aquí el catálogo de Juegos que poder aplicar tomando como referencia
y base la obra visionada, ya resulta interminable: jugar con los nombres, con textos, con
los personajes o con las acciones narradas. De una y mil maneras, jugar con la obra. Lo
importante es sentar el principio de reflexión y aplicación que en todos ellos debe
imperar, reflexión de la obra que sustenta la representación animada, completando su
contenido, localizando erratas en nuestras presentaciones, estructurando la información
que pueda dársele al niño, y el principio de aplicación que refuerce el sentimiento lúdico
que puede derivarse del visionado anterior.

2.3. Sesión de Animación Lectora

El Animador es aquel que crea inquietud, despierta curiosidad, estimula e interesa por el
libro, compromete al niño en la aventura de una lectura. Desde el centro escolar,
nosotros podemos y debemos favorecer este tipo de actividades con nuestros alumnos.
Por un lado, ya hemos hablado de ello, conviene no olvidar que la actividad cotidiana ha
de contar con momentos programados al respecto, pero también podemos hacer un alto
en el camino y preparar algo especial. Esa es la palabra clave: preparar. Significa contar
con una planificación. La persona (mediador) que lleve a efecto la animación (que puede
ser cualquiera de los agentes que ya citamos al hacer referencia a las charlas
informativas) será una mera disculpa para conseguir el objetivo de que el niño haga un
auténtico viaje de placer por el libro.

Para esto, nos sirve de disculpa cualquier obra y cualquier autor, ilustrador o
persona que haya participado directamente en ella. Evidentemente deberemos contar con
una sesión de mediación directa, muy especial, pero ésta habrá de ser consecuencia de un
compendio de actividades previas que le hagan destacar.
Tomemos como referencia un libro de todos conocido que además de ser uno de
los títulos más leídos por nuestros escolares, ha servido en numerosas ocasiones para

116
este fin, ya que se acomoda perfectamente a las características de esta actividad: El
abrazo del Nilo, de Montserrat del Amo. (Col. Altamar. Ed. Bruño.)
Durante la semana precedente, los niños van a realizar diversas actividades, todas
acomodadas a su nivel y características del grupo en cuestión. No obstante, nos
atrevemos a sugerir algunas de referencia, con el objeto de que el lector pueda apreciar
cómo se favorece la implicación del alumno en el texto, y al mismo tiempo la vivencia
(intensa) y participación en la vida escolar de dicha obra:
— Leer el libro. Realizar una selección de actividades del comentario de texto.
— Por grupos, comentarlo y reflejar su contenido en un pequeño esquema.
— Señalar los valores que están presentes en el libro. De cada uno se prepara un
pequeño mural, que al título de dicha cualidad acompañe una selección de
fragmentos de la obra, para que lo ilustren. El dibujo puede ser un buen
remate.
— Una actividad similar podemos hacer con algunos de los personajes que se
mencionan en la obra, como por ejemplo Nefertiti, con el objeto de
aproximarnos a esta cultura.
— Investigar cuanto podamos conocer de Egipto: sus monumentos, sus
costumbres, forma de vida, población, geografía… A grandes rasgos, se
trata de tomar contacto con una cultura que difiere de la nuestra, pero somos
conscientes de que este conocimiento favorecerá la apreciación de nuestra
narración. Todo ello se plasmará en murales temáticos que adornarán la sala
donde vaya a tener lugar la Sesión con la autora.
— Aproximación a la autora: vida y obras. Preparación de la sesión de
Animación Lectora: ¿Qué le preguntarías a Montserrat del Amo?
— Y el mejor remate a todo ello pudiera ser un «Encuentro con el/la autor/a»
(facilidades que en la actualidad brindan todas las editoriales para hacerlos
llegar a los centros) que están demostrando (cuantos he conocido hasta el
momento así me lo han confirmado) una enorme capacidad de adaptación
para desarrollar sesiones eminentemente inolvidables27.
Organizamos la sesión de Animación, teniendo muy en cuenta la persona que se
selecciona como mediador (preferentemente el/la autor/a o ilustrador/a, ya que son
quienes mejor han concebido e interpretado el texto), pues será importante que en
animado diálogo sepa mantener perfectamente (encontramos actualmente auténtica
profesionalidad en los autores de nuestra literatura infantil) la atención de los niños,
haciéndoles rememorar, recrear… vivir la historia del libro seleccionado, y
complementar cuantas inquietudes hayan surgido a raíz de su lectura. Tal es así, que
sesiones de este tipo resultarán inolvidables para ellos, y en muchos casos, servirán de
aliciente para que se valore la lectura, e incluso para introducirlos en este mundo de

117
forma voluntaria. Obtendremos tal carga de emotividad, tanta significatividad y tal grado
de emoción, que en el futuro, su intelecto albergará una cierta atracción hacia el libro y
todo lo que él representa.
La relación autor/a-lector/a es importante y marca. Incluso en la distancia y sin la
presencia física de ambos. Tuve ocasión de dinamizar con mis alumnos de Primaria el
contacto epistolar con una escritora novel en aquel entonces, poetisa (Ayes Tortosa,
autora de obras para niños, tanto en verso como en prosa), a quien caracteriza
sobremanera una gran sensibilidad. Los alumnos supieron captarlo perfectamente, de
modo que periódicamente, a lo largo de aquel curso escolar, leímos algunas de sus obras
(Los cuentos de María del Charco o los Versos, Canciones y Nanas para Nana); con
gran sentido de la responsabilidad, ellos la escribían, haciéndole saber su opinión sobre
las obras leídas, aportando sugerencias, y sobre manera, viviendo con intensidad en su
imaginación esa experiencia lectora. Su colaboración, armada de paciencia para dar
respuesta puntual a todos ellos, fue ejemplar. No es necesario destacar la transcendencia
que para los niños tuvo este hecho.

2.4. Cuentacuentos

Podemos considerar esta actividad una variante de la anterior. La profesionalidad aquí


llega a su grado más alto, donde un personaje pasa a segundo plano, fundiéndose de
algún modo en el etéreo mundo de la imaginación, ya no es una figura en concreto, sino
que adquiere una nueva configuración, mezcla de payaso, mantenedor, narrador (al más
puro estilo del abuelo o la abuela) y, sobre todo, imagen real de la ficción infantil. Es lo
que hemos dado en llamar, el CUENTACUENTOS.

Su función es precisamente esa, narrar (o leer, según la modalidad adoptada por


cada uno) cuentos a los niños, recrear historias variadas y fantásticas, hacerles sentir, y
vivir, y vibrar con la emoción, el sentimiento, la angustia y sobre todo satisfacción de
cualquier cuento. Es la magia, el encanto de sus gestos, la expresividad, el control
corporal y la manipulación caprichosa de la inflexión sonora, la que hacen que el niño
discurra por los recovecos de la imaginación, y pueda lo mismo volar en alfombra, que
nadar en profundidades abisales, habitar una casita de chocolate que caer en un profundo
sueño al contacto con una manzana malignamente envenenada. Con ellos todo es
posible, y el Cuentacuentos, simplemente posibilita esta expresión.
Ver alguno de estos profesionales en acción causa verdadera admiración; para el
niño, ni que decir tiene que resulta algo fantástico, al más puro estilo Disneyniano, pero
para el docente no lo es menos, ya que le pesenta el modelo de cómo él puede
convertirse en animador del aula, recreando del mismo modo algunos de los cuentos que

118
se pasean por la Biblioteca.

La receta sería sencilla: toma un cuento, breve (8-10 minutos de lectura), sienta a
los alumnos (volvemos irremediablemente a la lectura de corrillo a la que aludíamos
anteriormente), baja el tono de voz y, con cierto aire de misterio, no tienes más que
pronunciar el título del cuento para que las puertas mágicas del corazón de los niños se
abran, sus ojos adquieran el tamaño de platos y se dipongan a captar todos los gestos,
expresiones o sensaciones que se les va a transmitir. Ahora, de una manera sugerente,
continúa la narración, variando mucho la inflexión de la voz, y sobre todo, expresando
toda tu emoción, todo el sentimiento que tu interior pueda proyectar en el auditorio.
Resultará tan gratificante que no será ni mucho menos la última vez que lo hagas, porque
como todo lo agradable (tanto para el alumno como para el docente), será repetido, y
repetido, y repetido, y repetido… y si no, te lo pedirán, que lo repitas, que lo repitas, que
lo repitas y que se lo repitas. Resultan incansables. Les gusta. Y es bueno para ellos.
Con respecto al estilo de trabajar que tenga el Cuentacuentos, podemos encontrar
tres variantes (ver pág. 31):
— Lectura de cuentos. Ponen toda su fuerza en la expresión oral, por lo que se
limitan a la lectura entonada del texto.
— Narración de cuentos. Resulta más participativos para el público, pero

119
requiere una gran dosis de improvisación por parte del narrador. Puede
contar con una amplia parafernalia (vestuario, objetos, máscaras…) con los
que se complemente su exposición.
— Escenificación de cuentos. Las narraciones son escenificadas de formas
diversas, bien por el propio mediador o bien haciendo participar a los
alumnos, ayudándose de pequeñas paletas que continen el dibujo del
personaje, o los siempre socorridos títeres y objetos plásticos.
En cualquier caso, el objetivo resulta claro: hacer llegar al auditorio el contenido
de un texto, de forma interactiva, participando de una manera intensa en él, con la
imaginación, la expresión o la simple recreación personal.
Recogemos una experiencia singular, narrada por Paco Martín y publicada en la
revista Peonza, en la que nos describe al PROFESOR PERGAMINO, personaje curioso,
en el mundo de la Animación Lectora, cuando visitó su aula28.

EL PROFESOR PERGAMINO:
UNA EXPERIENCIA DE ANIMACIÓN LECTORA

El profesor Pergamino es un personaje peculiar. Extravagante, miope y despistado recorre


escuelas y bibliotecas de nuestra región con su llamativo atuendo: un clásico birrete, una bata blanca
con una flor en la solapa y una extraordinaria maleta repleta de libros y cuentos. En sus encuentros con
niños y maestros alienta los deseos de leer, desgrana su repertorio de poemas y relatos, propone juegos
aventureros y trata de transmitir el misterio que habita en los libros. Los niños reciben al profesor
Pergamino con sorpresa que en seguida se transforma en risas, ¡menuda pinta!, para que, a medida que
le escuchan y observan los tesoros que van saliendo de su maletón, la expectación se apodere de sus
ánimos.
En la biblioteca de Pergamino, como en todas las bibliotecas grandes y pequeñas, habita un
travieso trastolillo, enredador y juguetón, que se divierte desordenando todos los libros (aunque en el
fondo es un gran amante de la lectura). El Profesor suele contar aventuras del trasto de su trastolillo, lo
cual pone a los niños y maestros que le escuchan tras la pista de aquél que, inevitablemente, ha de
vivir en su escuela y que pasa a convertirse en responsable de desórdenes y desapariciones de todo
tipo.

2.5. Concursos

120
La modalidad del concurso siempre ha tenido una gran aceptación entre el público
infantil. La competencia estimula su implicación y despierta en ellos un verdadero
interés por alcanzar la meta propuesta. Ésta siempre ha de estar a un nivel proporcionado
a su edad y nivel, con el objeto de exigir del alumno un esfuerzo en su logro, pero
perfectamente alcanzable. De ahí que en casi todos los concursos, la prueba sea superada
de manera satisfactoria por una mayoría de sujetos, y se decidan al azar. Esta fórmula
permite una aceptación conformista del fallo.

A nivel escolar nos servirán para favorecer la actitud lectora del niño de forma que
el hándicap que imponga la prueba propuesta actúe de estimulante para que éste
intervenga de forma activa en la ejecución y manipulación del texto literario. Tres son
las modalidades de concurso que en nuestra opinión podemos proponer a los alumnos:

❥ Concurso de localización

En el que la memoria a largo plazo favorecerá la localización de respuestas en el bagaje


literario personal.

Tanto en las lecturas personales (tradicionales, populares o actuales) como en la


Biblioteca, podemos encontrar argumentos suficientes como para hacer que el niño lea,
busque, investigue, localice y… participe. Así por ejemplo:
En su lectura personal, pueden:
• De un libro previamente determinado, extraer cierto tipo de información:
palabras, nombres, ambientes… Podemos desarrollarlo de forma abierta o
presentarlo a modo de cuestionario.
• Nominar personajes que se corresponden a una serie de valores propuestos:
el bueno, el malo, la bruja, el generoso, el vengativo…
• Poner títulos (clásicos) a obras, que son definidas por… un objeto, un hecho,
una cualidad o un momento. Por ejemplo, algo propio de la Navidad
(cuentos de Navidad), de Arabia (Aladino), del bosque (Caperucita), una
flauta (el burro flautista)…
• Corresponder títulos de cuentos clásicos a fragmentos presentados.
En la Biblioteca pueden:
• localizar portadas, o bien
• localizar títulos,
• clasificar bibliografía,
• ordenar libros en sus estanterías,

121
• extraer títulos temáticamente, o también,
• a partir de un autor propuesto, localizar el título de la obra donde… (y se
adjunta una serie de características propias de personajes, situaciones o
hechos de cada una de sus obras).
Un ejemplo de concurso de localización lo recogemos a continuación, tal y como
lo llevamos a efecto en una de nuestras Semanas de Animación Lectora.

CONCURSO:

«Leones de Oro»
convocado entre los alumnos de Educación Primaria

BASES DE LA CONVOCATORIA
¡Ánimo!, podéis participar todos los alumnos que lo deseeis.
Además, es muy sencillo. Sólo tienes que ser un poco observador, y demostrar tus buenas cualidades
de «lector».
Por el pasillo encontrarás estratégicamente colocados, fragmentos de CUENTOS muy, pero que muy
famosos.
Cada fragmento aparece numeado, para que no tengas pérdida.
Sólo tienes que tomar una HOJA DE RESPUESTAS, en el RINCÓN DEL LECTOR, y anotar en ella,

122
los títulos de dichos cuentos, en el orden correspondiente.

Puede haber grandes sorpresas para los acertantes.


Otorgaremos los premios LEONES DE ORO.

CONCURSO:

«Leones de Oro»

Nombre: ……………………………………………………………

Curso: ……………………………………… N.°: …………

RESPUESTAS:

1. ………………………………………………….

2. ………………………………………………….

3. ………………………………………………….

4. ………………………………………………….

5. ………………………………………………….

6. …………………………………………………….

7. …………………………………………………….

8. …………………………………………………….

9. …………………………………………………….

10. …………………………………………………….

123
FRAGMENTOS DE CUENTOS QUE SE UTILIZARON PARA ESTE
CONCURSO

124
125
❥ Concurso de expresión

Donde se pone a prueba la sensibilidad del niño como sujeto lector. Cuando lee, éste
participa de forma activa en el proceso recreativo, de tal modo que nos servimos del
cuento como disculpa para que él nos manifieste su propia recreación.

Podemos utilizar diversos recursos para favorecer dicha expresión:


— La composición escrita (cuento, poema, descripción…).
— La expresión plástica (dibujo, ilustración…).
— O la combinación de ambas, en una actividad más completa.
Cualquier tema y cualquier momento son válidos para animarnos a convocar un
concurso.
Todo dependerá de que se haga un planteamiento serio y responsable del tema. En
esta modalidad, la acción del jurado será clave, por lo que hemos de cuidar
especialmente su ecuanimidad. Una elaboración precisa de condiciones previas, la
información pública de todo el desarrollo y la exposición de trabajos presentados serán
determinantes para demostrarla.

❥ Concurso de acción

La habilidad, el interés y la actividad serán necesarias para superarlo.

Al niño no se le valora su interés o sus conocimientos, tampoco la expresión


personal de unas vivencias lectoras. Ahora nos interesa que se mueva, que actúe de una
manera práctica. Así, por ejemplo, podemos convocar un concurso de:
• Teatro leído, donde un grupo de alumnos demuestre sus habilidades lectoras.
• Escenificación, donde la mímica y la modulación de la voz cualifiquen a los
participantes.
• Localización y búsqueda de información en las distintas bibliotecas del
Centro, para lo cual habrá que señalar un tiempo de referencia y los
concursantes habrán de someterse a una organización previa de la actividad
(convocado para un día y un lugar determinado, presentación individual o
por grupos mediante inscripción y conocer el objeto de búsqueda en el

126
momento preciso de la resolución).
• Visitar diversas Bibliotecas de la ciudad, para lo cual se deberán acreditar
dichas visitas con el sello de cada Biblioteca.
• Elaboración de actividades propias de la Biblioteca: premiar a los mejores
lectores, los más asiduos, los más «leones», los más ordenados… o bien, la
confección de fichas bibliográficas o de solicitud.
El procedimiento a seguir en el desarrollo de los concursos es el siguiente:
1º) Definición previa del concurso: motivo, tema, modalidad, forma de
presentación, desarrollo y exposición, calendario y personas implicadas en
cada actividad.
2º) Anuncio público de las bases, en las que se especifique:
— Motivo y razón de la convocatoria.
— Personas o Entidades que convocan.
— Características de los destinatarios. Definir los requisitos que han de
cumplir los concursantes.
— Características de los trabajos sometidos a concurso.
— Formato de presentación de trabajos.
— Lugar y modo de presentación.
— Fechas de plazo. Persona o dirección responsable de la recogida.
Horario.
— Premios que se otorgarán. Componentes del jurado y fecha de la
deliberación.
— Publicación del fallo. Lugar y fecha de entrega de premios.
— Forma de publicación o exposición de trabajos presentados.
3º) Publicidad del concurso. Será clave, pues de ella dependerá el que tenga una
mayor o menor acogida. La información y el ver que hay movimiento en
torno al concurso hace que el niño se anime a participar.
4º) Recogida de trabajos presentados. Actividad del Jurado. Publicación del fallo.
5º) Exposición de trabajos, durante un período prudencial, que permita a todos
valorar la calidad de los mismos.

2.6. Creaciones literarias y plásticas

Toda lectura ha de generar en el lector una cierta reacción. Ésta no puede ser prevista,
pues dependerá de la propia idiosincrasia del sujeto y de las características del texto. De
ahí, la magia de la interacción lectora. No obstante, lo que sí podemos conocer es la
necesidad que tiene el alumno de expresar su propia vivencia. Y nosotros, desde el aula,

127
al encauzar dicha expresividad, estamos favoreciendo su implicación lectora. De ahí que
las actividades de este tipo estimulen a los niños.

Éstas pueden ser de diversos tipos, y en cierto modo, habremos de determinar


cuáles desarrollar en función de las circunstancias del momento lector de nuestos
alumnos. En este trabajo nos limitaremos a presentar una relación de las mismas, con el
objeto de que el docente cuente con una simple orientación:

❥ Expresión oral

Las técnicas de Rodari, que ya hemos señalado anteriormente, nos van a permitir crear y
recrear nuestros propios cuentos. El niño posee una gran imaginación; podemos
estimularla provocando este tipo de composiciones, bien sea individualmente o bien en
grupo, a partir de dichas técnicas. Y no necesariamente ha de plasmarse con
posterioridad por escrito; al respecto compartimos la opinión de Fabregat, cuando nos
dice que «la lectura se puede disfrutar a través del juego y la creatividad, proponiendo
situaciones simuladas, imágenes visuales y esquemas de lengua globales», en los que se
prime y premie la imaginación.

BASES DE CONVOCATORIA DE UN CONCURSO DE BIBLIOTECAS

• Podrán participar los alumnos de 2o y 3er Ciclo de Primaria.


• El trabajo es de grupo. En cada uno habrá de cuatro a seis alumnos.
• El trabajo se realiza durante la semana del ______ al ______ del mes de
______
• Cada grupo entregará un resumen escrito antes del día ______.
• Los tres grupos que mejor lo realicen recibirán un premio.
• El desarrollo de la actividad consiste en:
— Visitar el mayor número de Bibliotecas de la ciudad.
— De cada Biblioteca visitada deberéis recoger y presentar estos datos:
• Nombre de la Biblioteca.

128
• Calle y número donde se encuentra.

• De quién depende (Ayuntamiento, Diputación, Asociación de


Vecinos, privada…).

• Nombre de la persona encargada.

• Horario de apertura al público.

• Número de títulos.

• Número de títulos de literatura infantil.

• Modelo de fichas que se utilizan para pedido y préstamo.

• Número de lectores y usuarios (diario, mensual, anual).

• Número de plazas de lector.

• Condiciones de acceso y uso.

• Sello de la misma en la hoja de participación.

• Los trabajos serán entregados al profesor _______________ y quedarán


expuestos en la Biblioteca Colegial durante la Semana de Animación Lectora.

❥ Narraciones personales

El niño lector, puede posteriormente narrar su propia vivencia. No se trata en esta


ocasión de inventar (creativamente), tema que correspondía al apartado anterior, sino de
favorecer la expresión de su propia recreación, con el objeto de hacer partícipes a los
demás de sus propias sensaciones. Esta actividad, por supuesto, que favorecerá la
expresión oral y la intercomunicación en el aula, pero además, a nivel emotivo, dará
sentido a la lectura del niño, cuando los propios sentimientos son compartidos y
participados con el grupo. Es una forma de hacerle sentir la importancia de su esfuerzo
(la lectura de por sí es una actividad que precisa del ejercicio voluntario), y encontrar
una forma de correspondencia en los demás.

Al respecto, el docente será la clave de la mediación, cuando sea él mismo el


primero en interesarse por la lectura del muchacho, le plantee alguna cuestión que no vea

129
clara, se manifieste públicamente que se le dedica esa atención, ese tiempo a su lectura,
entonces nuestro alumno, lector, se ve estimulado, y los demás, auditorio partícipe,
cuentan con una forma de colaborar en el diálogo.

❥ Diario de lecturas

Sirve para registrar las lecturas cotidianas de los alumnos. No obstante, en nuestra
animación lectora habrá de encontrar un pequeño rincón en el que se le valore dicho
registro, en el que se le aprecie su presentación y se le brinde la oportunidad de
compartir esa recopilación de sentimientos tan propia y personal. Estas tres serán, pues,
actividades de desarrollo muy directo en el aula, con todo el grupo, y de un modo
interactivo.

❥ Creación literaria

Tanto en su forma poética como narrativa, el alumno irá progresivamente, a medida que
avanza en su escolarización, depurando una forma personal de expresión literaria. Desde
el aula hemos, no sólo de favorecer y estimular su realización, sino que a través del
diálogo (personal) y la crítica (grupal) podemos perfeccionar dicha técnica y aportar
referencias para que cada uno las aplique en sus propias composiciones.

Luego ya será cuestión de canalizar la difusión de las mismas, a través de las


publicaciones a nuestro alcance (escolares, locales, comarcales, o incluso en la prensa
general), lo que refrendará la validez de su esfuerzo y estimulará el interés de los
pequeños creadores.

❥ Publicación escolar

Puede tener diversos ámbitos y modalidades. Cualquiera de ellas será un buen canal para
favorecer la difusión de la experiencia tanto lectora como creadora de nuestros alumnos.

Puede tratarse de una publicación general en cuanto a su contenido (de Aula,


Sección, Colegio o incluso en un ámbito más amplio), pero también podemos proponer a
los alumnos una publicación esporádica, con relación a un tema, una modalidad literaria,
o con objeto de una conmemoración específica.

130
Cualquiera de ellas es eficaz, dado que articula un medio de difusión y toda la
información y comunicación entre los alumnos, donde se canalicen las distintas formas
de expresión (literaria, plástica, imaginativa, decorativa). Esto estimulará la participación
de los escolares.

❥ Composiciones plásticas

El pincel, el color, el lapicero, cualquier material es válido para que el alumno exprese su
forma de entender tanto el acto de leer como el contenido de sus lecturas. Especialmente
con los más pequeños, donde aún la expresión escrita resulta una tarea ardua y poco
menos que imposible, el dibujo puede generar su propia expresividad. Colorear pósters,
dibujos o fotografías de ilustraciones, componer carteles de difusión, o el sencillo
separador de la lectura (adjuntamos modelos), que luego el niño va a tener muy presente
todos los días, cuando abra su libro, serán referentes claves para transportar a lo
cotidiano, aquello que de forma esporádica realizamos en el aula.

Las publicaciones a que hemos hecho referencia pueden canalizar la difusión de


estas obras; otra forma de difusión la podemos encontrar en las revistas infantiles, o bien
en los periódicos locales y regionales que cuentan con una sección específica que acoge
estos trabajos.
Para la realización colectiva, proponemos una fórmula sencilla con la que
favorecer esta recreación plástica: destinar una pared (grande) del pasillo al rincón de
expresión literaria, cubrirla con un papel blanco, y permitir a los alumnos plasmar en ella
sus lecturas (con la técnica y los materiales que ellos mismos vayan determinando), para
lo cual podemos dividir la clase por grupos, y que cada día de la Semana de Animación,
sea uno el que disponga de la posibilidad de hacer uso de este rincón. El resultado final
puede ser un collage francamente sorprendente, pero muy plástico. Si queremos darle
algo más de estructura, ciñamos toda la ilustración a un tema específico.

❥ Velada literaria

No necesariamente, la creación literaria del alumno ha de encontrar cauce en la


publicación impresa. La expresión oral, especialmente cuando se trata de composiciones
poéticas, aunque en las narraciones y otros géneros (como la epístola o la descripción)
también, nos brinda la oportunidad de organizar una bonita velada literaria, en la que los
propios alumnos reciten y lean sus propias obras.

131
Amén de la propia decoración, la lectura puede verse complementada con otras
artes creativas, como pueda ser la proyección de diapositivas, la ilustración del cuadro
(como pueda ser el caso de la lectura de alguna descripción), o la escenificación (mímica
o simbólica) o el canto del texto. Todo ello nos permitirá dar una gran plasticidad y
dinamismo a este evento que tradicionalmente se ha concebido como monótono y
aburrido.

❥ Cómic

Terminamos con uno de los recursos que más posibilidades nos brinda a la hora de
combinar la expresión plástica con la recreación literaria: el CÓMIC. En sus diversas
facetas, todos los alumnos, desde los más pequeños a los mayores, pueden generar en
torno a él, un variopinto mundo de imaginación y colorido, que difícilmente podrá
resistir su encanto infantil.

Entre las diversas formas de abordar su tratamiento, señalamos las siguientes


actividades:
— Colorear un cómic, que continene un cuento, previamente trabajado en sesión
específica de Animación Lectora.
— Seleccionar imágenes (a partir de un compendio de ilustraciones) con las que
ilustrar el cuento que hemos narrrado.
— Completar los globos vacíos de un cómic presentado a los alumnos.
— Organizar la secuencia ilustrada de un suceso, en el cual se presentan las
viñetas totalmente desordenadas. Luego podemos pegarlo en un folio y
decorarlo.
— Recopilación de historietas, inventadas, dibujadas y recreadas por los propios
alumnos.
— Manipulación de TBOS. Recoger situaciones, personajes, hechos, diálogos…
que correspondan a un hecho previamente planteado: un enfado, un engaño,
una ayuda… Selección de elementos que componen los cómics:
onomatopeyas, caligramas, pensamientos, aclaraciones, expresiones
peculiares, manipulaciones del lenguaje, expresiones de los personajes…
— Análisis de TBOS. Estudio crítico y detallado del argumento, valores,
personajes, disposición de viñetas, resolución de situaciones, enfoque de los
planos, elementos complementarios de la imagen…
— Colección de CÓMICS, complementando en una exposición su pequeña

132
historia, procedencia y equipo de diseño y elaboración, y un análisis del
contenido, con el objeto de favorecer la reflexión del espectador.
— Estudio de un dibujante, a través de los diversos personajes que ha creado.
De forma complementaria, con ciertos personajes ya famosos, como puedan
ser Mafalda o Tintín…, analizaremos su evolución y veremos cómo han ido
adaptándose a las circunstancias históricas a través del tiempo.
— Con motivo de alguna festividad especial, podemos ponernos de acuerdo
diversos Centros (de la localidad, comarca o región) y preparar
conjuntamente un cómic, con cuya distribución se logre un doble objetivo:
aportar una colaboración económica a alguna necesidad humanitaria que se
estime conveniente, y lo que es más importante, que los alumnos encuentren
una forma de canalizar la difusión de su propia creatividad, lo que reforzará
su implicación personal en el hecho.
Con todo, podremos complementar originalidad y creatividad, en una fórmula que
bien organizada y desarrollada conjuntamente, permita a cada alumno aportar sus
mejores valores en torno a la recreación imaginativa de una composición, donde un buen
texto literario se le acompañe con una bonita representación gráfica.

2.7. El Museo del Cuento

Se trata de una adaptación del tema de la Exposición, a lo que es la realidad del niño,
favoreciendo su imaginación y permitiéndole un paseo por el mágico mundo de la
ilusión.

133
Imaginación, y un poco de iniciativa son los únicos ingredientes que nos
permitirán crear este nuevo Museo. Ya desde la entrada, al niño se le propone una
incursión por el túnel del tiempo, a fin de traspasar por ella la barrera de la realidad. Una
vez dentro, distintos espacios señalan stands, curiosos y sobre todo bellamente
decorados, en los que resalta un objeto, claramente definitorio de un cuento clásico,
acompañado por una ilustración adecuada y el correspondiente fragmento del cuento en
el cual se menciona dicho objeto. Así, una brillante y apetitosa manzana de color rojo
nos sugiere el sueño de Blancanieves, la casita de chocolate a Hansel y Gretel, o
materiales tan dispares como el ladrillo, la paja o el barro a las casitas de los tres
cerditos. Cualquier objeto estimula la imaginación, un tarrito de miel, una flauta, la bota
o el huevo cocido y bien pintado. El cómo no importa, sólo interesa el resultado, o
mejor, la impresión que el objeto provoque en los niños, y el modo como consigue que la
imaginación vuele hasta el mundo de la ilusión.
En frente de cada objeto, y decorando el ambiente, se puede colocar un fragmento

134
de la obra, aquel donde se haga mención a lo que presentamos en ese caso. Además, si
cada niño confecciona su propia entrada, personalizamos la visita, perpetuándola al
adherirla a la pared. Un buen complemento para el ya de por sí curioso decorado.

2.8. Semana temática

¿Cómo organizar toda una semana, en la que los alumnos mantengan el interés sobre un
tema, relacionado directamente con la lectura? He aquí nuestro reto, no difícil, pero que
sí precisará dejar claras una serie de cuestiones:

En primer lugar, hemos de determinar el motivo del evento, es decir, la fecha o


conmemoración y el elemento central en torno al cual habrá de girar toda la actividad (en
el caso del ejemplo que vamos a presentar va a ser el cuento, en su sentido tradicional,
en un intento de recuperar las sensaciones que posean los alumnos más pequeños
respecto de la lectura de regazo).
A partir de ahí, hemos de situarla, tanto temporal como pedagógicamente:
— Con unas fechas y unos momentos previamente establecidos.
— Y unos objetivos a cumplir, en los que el motivo de la celebración quede bien
reflejado.
Luego ya nos será más fácil determinar qué hacer cada uno de los días, en las
distintas sesiones que se dediquen al tema. Hemos de cuidar que vayan en progresión
creciente por lo que se refiere a la implicación del niño y a su dificultad.
Procuremos rematar todo ello con algo verdaderamente especial, que se salga de lo
cotidiano, que en cierto modo sirva para culminar toda la actividad previa: puede ser una
actuación, una exposición o la simple representación de un símbolo, entre lo que nos
encaja tanto un pasacalles por las aulas del Centro, como el pintar un personaje a tamaño
gigante en el suelo del patio con tizas de colores, como cualquier mural en el que se
pinten diversas escenas de nuestro motivo. Lo importante es reflejar en ello toda la
actividad y que el niño lo pueda sintetizar de manera plástica.
A modo de ejemplo recogemos una Semana organizada en un Centro docente, con
alumnos de Educación Infantil y Primer Ciclo de Educación Primaria, en torno al tema
del cuento popular

135
EL CUENTO POPULAR

Las actividades programadas giran en torno al personaje de CONTY CUENTACUENTOS que irá
configurándose en la imaginación de los niños, hasta que el último día, éste les visite en el propio Centro (es
un cuentacuentos con figura de payaso).

El lunes, se les presenta a CONTY, de acuerdo con un guión preparado al efecto, procediéndose a
continuación a colorearlo en una ficha.

136
El martes, trabajan en torno a la «maleta» de CONTY, en la que él les va a traer los más conocidos cuentos.
Aquellos que ellos ya conocen, los simbolizan dibujando, en el interior de la maleta, objetos que aparecen en
estos cuentos.

El miércoles ya se centra la actividad en el Cuento clásico, cuando el profesor o la profesora les lee algunos
de ellos a los niños, procediendo a continuación a decorar el Gran Libro de los Cuentos.

El jueves, la recreación imaginativa llegará de la mano de Rodari, componiendo entre todos un bonito cuento,
y plasmándolo en una ficha.

Y ya el viernes, será el propio CONTY quien visite a los niños, y motive sus lecturas, permitiéndoles
compartir los cuentos que ellos conocen y «leyéndoles» uno de su propia cosecha.

137
3. LA LECTURA EN EL AULA

Procedimiento a seguir en la organización de una Semana de Animación


Lectora

Como simple referencia para aquellos que reclamen alguna en este sentido presentamos
un esquema de los pasos a seguir en la organización de una Semana de Animación
Lectora, tal y como nosotros en alguna ocasión hemos hecho:

1º) PLANIFICACIÓN:
Planificación previa, en la que todo el equipo determine el tema central
de la Semana, seleccione las actividades a desarrollar, y prepare tanto el
Calendario como el Programa a seguir.

Serán éstas las líneas maestras que delimitarán tanto el alcance como la
transcendencia que vaya a tener nuestra actividad.

2º) PROGRAMACIÓN:
La idea anterior, bastante general, va delimitándose y adquiriendo una
cierta consistencia, por medio de:

Documentación: En la que se redacte una serie de textos de Motivación

138
tanto para el profesorado como para los alumnos y los padres de éstos.

Bibliografía y documentos hemerográficos que complementen al anterior


y sirvan de referencia para las iniciativas personales.

Explicación de las actividades a desarrollar y el modo en que han de


tener lugar.

Programas: Detallando el desarrollo de las distintas actividades


preparadas:

— Por clases, conocer lo que le corresponderá a cada una.


— Diario, para saber qué tendrá lugar cada día, con su correspondiente
horario.
— De visitas, para preparar el plan de salidas.

139
140
3º) DOSSIER:
Dossier de materiales, para cada uno de los responsables de la
organización de las distintas actividades: Carpeta que incluya tanto el
Plan General de la Semana de Animación Lectora, como la
documentación que cada uno vaya a precisar en el transcurso de la
misma.

4º) REUNIÓN:
Preparatoria, en la que se ultime el programa, y a su vez se distribuyan
las funciones y responsabilidades de cada uno.

5º) SOLICITUDES:
Por un lado hemos de cuidar el detalle de concertar previamente, y con
suficiente antelación, las visitas que pensemos organizar.

Pero además, es el momento de iniciar los trámites de solicitud de


ayudas y colaboraciones, que nos permitan llevar a efecto la experiencia.

6º) PREPARACIÓN:
De todos los contactos y diversos materiales que vayan a ser necesarios,
con el objeto de que su disponibilidad favorezca la eficacia de los
distintos actos.

Igualmente, se inician los preparativos de las distintas actividades, según


sean éstas.

7º) ENVÍOS:
Envío de documentos, publicidad, programas e invitaciones
correspondientes.

8º) EVALUACIÓN:
A posteriori, es conveniente una valoración crítica de la experiencia, así
como la redacción de una Memoria final, que nos sirva de referencia en
posteriores ediciones.

141
142
Y hasta aquí lo que no ha tenido mayor pretensión que aportar alguna
referencia, con la que contribuir eficazmente a la dinamización de la lectura
escolar. Quiero expresar mi sincero agradecimiento a cuantos Centros
docentes me han proporcionado el bagaje y las experiencias aquí plasmadas, y
de manera especial a los Centros La Salle del Distrito de Valladolid: tanto sus
respectivos equipos directivos, como el profesorado de los mismos, con los
correspondientes coordinadores de Lectura Eficaz al frente, han hecho un
alarde de paciencia y bondad, brindándome su colaboración y su apoyo a
cuantas iniciativas se les han ido planteando. A los miembros de la Asociación
Española de lectoescritura que comparten la ilusión por un futuro mejor, más
lector y sobre todo, un poquito más humano. Igualmente quiero tener presentes
a todos aquellos que de una u otra forma alguna vez se me acercaron con la
sana intención de compartir una iniciativa, porque no sólo me permitieron
profundizar en la reflexión, sino que la enriquecieron con sus ideas, propuestas
y sugerencias siempre valiosas. De otro modo, esta tarea hubiera resultado
baldía. Por último, es necesario un reconocimiento expreso para mis alumnos,
unas veces pacientes sufridores, las más compañeros de viaje, que tantas
satisfacciones, lectoras, me han proporcionado. A todos, muchas, muchas,
muchas gracias.

143
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PEONZA (1995): ABCdario de la Animación a la Lectura. Madrid: Asociación de Amigos


del Libro.

QUINTANAL, J. (1997): La lectura. Madrid: Bruño.

QUINTANAL, J. (1999): La lectura de Regazo. Madrid: Dykinson.

RECASENS, Margarita (1988): Cómo jugar con el lenguaje. Barcelona: CEAC.

RODARI, Gianni (1985): Gramática de la fantasía. Barcelona: Hogar del libro.

RUEDA, R. (1994): Recrear la lectura. Actividades para perder el miedo a la lectura.


Madrid: Narcea.

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SASTRIAS DE PORCEL, M. (1992): Cómo motivar a los niños a leer. México: PAX.

SEVILLANO, Mª Luisa (1988): Prensa: su didactica, teoría. Madrid: UNED.

TEJERINA, I. (1994): Dramatización y teatro infantil. Madrid: Siglo XXI.

VENTURA, N. (1986): Cuentacuentos: una colección de cuentos… para poder contar.


Madrid: Siglo XXI.

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VILLEGAS, J. y IGLESIAS, X. C. (Coord.) (1997): Animación y libros. Ferias y


exposiciones creativas en torno al libro. Madrid: Editorial CCS.

YEPES, L. B. (1997): La promoción de la lectura: conceptos, materiales y autores.


Medellín (Colombia): Comfenalco.

147
1 CALLEJA, S. (1998): Lecturas animadas. Bilbao: Mensajero, p. 15.
2 FABREGAT, A. M. (1993): El encuentro gozoso con los libros. Madrid: Cincel, p. 31.
3 FABREGAT, A. M.: op. cit., p. 12.
4 CERVERA, J. (1992): Teoría de la Literatura Infantil. Bilbao: Mensajero, p. 329.
5 JANER MANIILA, G. (1989): Pedagogía de la imaginación poética. Barcelona: Aliorna, p. 20.
6 RODARI, G. (1899): «Nuevas maneras de enseñar a los niños a odiar la literatura», en CELA-FLUVIA,
Libros de Aliorna. Sugerencias para una lectura creadora. Barcelona: Aliorna, p. 20.
7 QUINTANAL, J. (1997): La lectura: sistematización didáctica de un plan lector. Madrid: Bruño.
8 COLOMER, T., CAMPS, A. (1996): Enseñar a leer, enseñar a comprender. Madrid: Celeste-MEC, p.
70.
9 CASSANY, D. y otros (1994): Enseñar lengua. Barcelona: Graó, p. 195.
10 JANER MANILA, G. (1989): Pedagogía de la imaginación poética. Barcelona: Aliorna, p. 13.
11 MORENO, V. (1993): El deseo de leer. Pamplona: Pamiela, p. 11.
12 Un amplio y detallado estudio sobre la Lectura de Regazo fue presentado por el autor en el transcurso
del XX Congreso Mundial de la OMEP (Organización Mundial de la Educación Preescolar) celebrado en
Copenhague en agosto de 1998.
13 GARCÍA PADRINO, J. (1990): El adulto, mediador en la relación niño-literatura, pp. 85-99. En
GARCÍA PADRINO, J., CERRILO, P. (coords.) Literatura infantil. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Castilla-La Mancha, p. 87.
14 IGLEXIAS, X. C., VILLEGAS, J. (1997): Animación y libros. Madrid: Editorial CCS, p. 11.
15 Esta experiencia de Animación Lectora fue desarrollada por el Equipo Pedagógico «Quento» en el
Colegio San Juan Bautista de Los Corrales de Buelna (Cantabria) y presentada en el marco de las Jornadas
Pedagógicas del Profesorado desarrolladas en Santander en el mes de junio de 1998. El Equipo Pedagógico
«Quento» está formado por las profesoras M.a del Carmen Martín Ruiz y Gloria Fernández Bengoechea, además
del propio autor de esta obra.
16 GARCÍA PADRINO, J. (1990): El adulto, mediador en la relación niño-literatura, pp. 85-99. En
García Padrino, J., Cerrillo, P. (coords.) Literatura infantil. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad
de Castilla-La Mancha, p. 86.
17 Se les proporcionó una copia del artículo publicado por ASENSI en el BOLETÍN AEL, que nos pareció
que ilustra convenientemente la situación:
ASENSI DÍAZ, J. (1998): «El canto oral y sus valores educativos». BOLETÍN AEL, nº 2, marzo, pp. 3-7.
18 La implantación del programa ABIES es aún reciente, por lo que resulta un programa aún sujeto a
numerosas imperfecciones. Por parte del Ministerio existe el compromiso formal de actualizarlo
convenientemente, y eso sí, contar con un recurso gestor realmente eficiente. La página web
(http://www.pntic.mec.es/indice.html) nos permite cualquier información actualizada sobre el tema.
19 MORET, S. E. (1987): «Relación libro/niño en espacios alternativos», Lectura y vida, 4, pp. 30-33.
20 BARTCH, M. R.-MALLETT, J. J. (1991). ¿Qué libro lees? México: Trillas.
21 FREDERICKS, A. D. (1992). Ideas para la comprensión de la Lectura. México: Trillas.
22 MORA VILLAREJO, L. (1993). «El profesor como puente entre el niño y el libro». ALACENA, 14, 25.
23 Equipo Peonza (1995). ABCedario de la Animación a la lectura. Madrid: Asociación Española de
Amigos del Libro Infantil y Juvenil.
24 Biblioteca Municipal Guillermo Arce de Los Corrales de Buelna (Cantabria) que dirige Ana Mª Ara
Escagedo.
25 Encuesta presentada por el autor junto a Luis Horacio Valdés, en el marco del I Congreso Nacional del
Libro, celebrado en Ávila en septiembre de 1993.
26 QUINTANAL, J. (1997). «La lectura eficaz, una ilusión de futuro». En VV.AA. Congreso de Lectura
Eficaz. Madrid: Bruño.

148
27 Tal es así que no me resisto a contar una anécdota que me sucedió con mis alumnos de Educación
Primaria quienes habían conocido a Elvira Menéndez en una de estas sesiones cuando cursaban el segundo ciclo
de Primaria, y al coincidir de nuevo con ellos en la ESO, años más tarde, reclamaban la misma autora para una
nueva sesión (esta vez con media docena de añitos más), pues aún recordaban con sumo agrado el primer
encuentro que habían tenido con aquella «escritora».
28 PEONZA «El profesor Pergamino: una experiencia de animación lectora», por Paco Martín. (Nº 26.
Octubre 1993. Págs. 22-24.)

149
Índice
Portada 2
Créditos 6
Dedicatoria 8
Índice 9
Presentación 11
CAPÍTULO PRIMERO: LA ANIMACIÓN A LA LECTURA 12
1. Importancia de la Animación escolar 17
CAPÍTULO SEGUNDO: DESDE EL PRINCIPIO, EN
21
EDUCACIÓN INFANTIL
1. Las actividades de Animación lectora en el aula de Educación Infantil 25
2. ¡Cuéntame un cuento!, una sencilla forma de «Animar a Leer» 30
3. Empecemos por el principio... (paradojas) 39
CAPÍTULO TERCERO: LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA 44
1. El animador 48
2. La animación 50
CAPÍTULO CUARTO: LA ORGANIZACIÓN DE LAS
55
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA
1. Actividad escolar ordinaria 59
2. Actividades de carácter especial 62
CAPÍTULO QUINTO: ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN 67
1. Actividades informativas 72
1.1. Visitas escolares 72
1.2. Investigación 76
1.3. Campañas de sensibilización 81
1.4. Exposiciones 94
1.5. Charlas-Coloquio 95
1.6. Encuesta 97
1.7. Acopio de materiales 100
1.8. Informe de la Biblioteca 103
2. Actividades formativas 107
2.1. Juegos escolares con el lenguaje 107
2.2. Proyecciones 114

150
2.3. Sesión de Animación Lectora 116
2.4. Cuentacuentos 118
2.5. Concursos 120
2.6. Creaciones literarias y plásticas 127
2.7. El Museo del Cuento 133
2.8. Semana temática 135
3. La lectura en el aula 138
Bibliografía 144

151

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