Implications of vegetational change through the geological record on models for coal-
forming environments (Collison, 1987)
La evolución de la vegetación antigua es primordial para comprender la existencia de las
turberas. Mediante el registro fósil se han podido reconocer diferentes órganos tales como polen, esporas, follaje, troncos, entre otros. Al ser capaces de relacionarlos orgánicamente con las plantas de las cuales proceden, se podrá lograr una comprensión mayor del origen de las turberas. Las investigaciones palinológicas de los carbones ejemplifican lo imperante que resulta la comprensión de la planta como un todo, y no solo la relación entre ellas mediante características anatómicas; aunque es esta última herramienta la más usada. Esta interpretación es un mecanismo de explotación enorme, en cuanto a la evidencia e interpretación del cambio vegetacional a lo largo de la historia geológica. Sin embargo, poco de conoce de las plantas parentales del polen y las esporas encontrados en el carbón.
En cuanto a la biología funcional, esta se puede deducir a partir de la morfología de las
plantas, incluso los mecanismo de dispersión y colonización puede ser inferido de su ornamentación y su tamaño. Además, tanto ambientes de procedencia secos como húmedos pueden ser deducidos a partir de las cutículas y de la anatomía interna de las semillas y las esporas. La estructura celular interna puede reflejar la capacidad que tenían algunas d elas plantas para lograr un crecimiento secundario, el cual permitìa que llegaran a alcanzar la estatura de un árbol. Rastros de uniones en los fósiles hallados pueden indicar la falta de algunas partes que solían pertenecer a la planta, tales como ramas y hojas. La estructura celular interna también puede indicar hábitos antiguos d elas plantas como escalar, trepar o extenderse. Pero la mejor herramienta para detallar la estructura celular de una planta es el material permineralizado de las plantas, un ejemplo de esto en el Carbonífero Superior de Euroamerica, “bolas de carbón” (turba permineralizada por carbonato de calcio) que han sido de gran ayuda para llevar la investigación a una mayor profundidad.
Es imperante comprender la distribución de las comunidades de plantas en la antigüedad,
esto se debe llevar a cabo una vez se han logrado las reconstrucciones anatómicas de las plantas. Se han hecho reconstrucciones bien fundamentadas de comunidades d eplantas a partir de antiguos ambientes de formación de turba, basados en los análisis de la aparición de fósiles en un contexto sedimentológico, combinado con la evidencia de los estudios tafonómicos (estudio de procesos químicos, biológicos y físicosque cambian en los organismos después de su muerte, llevándolos a la preservación) de las comunidades modernas. Al haber una abundancia tan grande de fósiles de plantas preservados por compresión a lo largo de los depósitos de carbón en el mundo, se ha dicho que son estas las plantas formadoras de turba, pues también han sido incorporadas en sedimentos clásticos. Pero se ha demostrado los diferentes ambientes de depositación preservan floras de diferentes comunidades originales de diferentes partes del mundo.