Cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece sin exceder o disminuir.
Justicia, imparcialidad en un trato o un reparto.
Tratar a todos por igual respetando y teniendo en cuenta sus diferencias.
la "bondadosa templanza habitual"; a la propensión a dejarse guiar por el
deber o por la conciencia, más que por la justicia o por la ley escrita;1
la justicia natural, opuesta a la ley escrita.
una moderación en el precio de las cosas o en las condiciones.
una "disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece. 1 Este
ideal está íntimamente enlazado con el precepto exclusivamente jurídico
de Ulpiano en sus "Tria Praecepta Iuris" (tres principios del derecho), el suum
cuique tribuere (dar a cada uno lo suyo).
De la misma forma, también se hace uso del término equidad para referirse a lo
que sería la moderación tanto en lo que son las condiciones de los contratos de
diversa tipología como en el precio que tienen todas las cosas en el mercado.
Yendo un poco más allá, y según una de las definiciones que aporta la Real
Academia Española a esta palabra, podríamos referirnos incluir la equidad en la
teoría filosófica y ética del iusnaturalismo. Al definirla como “justicia natural, por
oposición a la letra de la ley positiva”, se nos remarca la idea de la equidad como
algo fundamentado en los derechos del hombre, que a su vez se apoyan en
los valores superiores y universales de la naturaleza humana. Unos valores que
hoy en día atraviesan los principios constituyentes de cualquier sociedad
occidental.
Esta supone una aplicación de derechos de forma igualitaria para todos los
miembros de una comunidad, sin importar las condiciones de vida o económicas
que puedan tener las persona, ya que lo que se busca es que todos puedan
acceder a los mismos beneficios. Lamentablemente en la práctica esto no
funciona en la mayoría de los países, sobre todos en aquellos que se encuentran
en vías de desarrollo, donde los accesos a la educación, sanidad y en muchas
casos electricidad o agua potable no son equitativos entre todos los miembros de
la sociedad.
Se debe entender que la equidad social no busca que todos los individuos vivan
exactamente de la misma manera, dentro de esta se entiende que existen
diferencias sociales y de oportunidades, pero si que los gobiernos locales y
centrales proveen a las personas las necesidades básicas y así poder tener la
opción de reducir las brechas sociales que se crean.
Dentro de este concepto se encuentran también relaciones de poder en las que se
buscan que los miembros de una sociedad pueda desarrollarse en temas
tecnológicos, de educación, gubernamentales y también de como se reciben los
servicios, lo que se encuentra es un equilibrio económico en el que toda la
población encuentre un equilibrio brindado por su trabajo.
No se debe confundir el tema de equidad social con la asistencia social o los
bonos solidarios que ahora muchos gobiernos entregan a las personas, la
diferencia se basa en que todos los individuos de un grupo social puedan recibir
beneficios igualitarios a partir de sus derechos y obligaciones y que se el gobierno
el que los brinde.
Es por ello que es considerado como uno de los valores esenciales del Derecho,
ya que cuenta con una posición si se quiere más humana, ya que se tienen en
cuenta ciertas consideraciones. Cabe aclarar, que esta resulta una postura muy
discutida desde la época de Aristóteles
Desde las Ciencias Económicas se habla de equidad como la justicia que debe
aplicarse al tratamiento de impuestos de las personas. Esto quiere decir que las
cargas impositivas deben variar según cada caso particular para
alcanzar verdaderamente la equidad.
Sin embargo, con el transcurrir de los años las mujeres han demostrado que
poseen capacidades y habilidades para el ámbito económico, político, y social,
debido a grandes decisiones en los mencionados contextos por parte de mujeres.
De igual forma, es de aclarar que las mujeres siguen en la lucha constante, debido
a la existencia de grupos donde se evidencia una falta de equidad de géneros.
Algunos ejemplos más concretos pueden ser, por ejemplo, en un contexto familiar,
el reparto de las tareas domésticas sin valorar aspectos de género.