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STEPHEN GRAY

con Trent Short

Plantando
Iglesias de
Crecimiento Rápido

STEPHEN GRAY
con Trent Short
Prólogo por Ed Stetzer
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Plantando
Iglesias de
Crecimiento Rápido

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Plantando
Iglesias de
Crecimiento Rápido

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Contenido
Agradecimientos
Prólogo
Prefacio – El Llamado
CAPÍTULO 1
Escuela de Golpes Duros
CAPÍTULO 2
La Importancia de Plantar
CAPÍTULO 3
Llegando a los 200
CAPÍTULO 4
Detalles del Estudio
CAPÍTULO 5
Habilidad de Liderazgo
CAPÍTULO 6
Demasiado ó Muy Poco
CAPÍTULO 7
Libertad Para Ser
CAPÍTULO 8
El Factor Bernabé
CAPÍTULO 9
Reconsiderando el Entrenamiento
CAPÍTULO 10
No Más Llaneros Solitarios
CAPÍTULO 11
El que Lanza en Pequeño, Se Queda Pequeño
CAPÍTULO 12
Planeando Para Crecer
CAPÍTULO 13
De Aquí, ¿hacia Dónde Vamos?
APÉNDICE A
Otros Hallazgos
APÉNDICE B
Cuestionario Sobre Plantación de Iglesias
Bibliografía

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Agradecimientos
QUIERO AGRADECER A JESÚS mi Salvador porque me ha dado el privilegio de estar involucrado en
un proyecto como este. ¡A Dios sea toda la gloria!
A mi esposa e hijas: Marlene, te amo. Gracias por apoyarme en todo. Yo no sería lo que soy si
Dios no te hubiera puesto en mi vida. Ashley, Jennifer y Rebecca, sus oraciones, ánimo y paciencia a lo
largo de tantos días de estudio han significado mucho para mí.
A Jack Connell, Ron Crandall, Leslie Andrews, Judy Steitz, Milton Lowe y toda la facultad de
doctorado del Seminario Teológico de Asbury, gracias por guiarme a través de este proceso.

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Prólogo
Por Ed Stetzer

A TRAVÉS DE LA HISTORIA la gente ha aprendido por medio de la tradición oral o por las
historias de otros. Durante siglos, las habilidades y artesanías de los trabajadores han sido refinadas
primeramente aprendiendo de los logros y derrotas de otros. Hoy esta práctica se ha vuelto menos común,
especialmente en el caso de los ministerios Cristianos como lo es el movimiento de plantación de iglesias.
Parece ser que en la actualidad todos son expertos en plantar iglesias. Son muchos los que hacen
planteamientos sobre lo que funciona y lo que no pero son pocos los que hacen algo para avalar lo que
dicen. Salen libros sobre plantación de iglesias al mercado como si fueran novelas románticas—muchas
promesas y pasión pero pocos hechos sobre lo que ayuda o no a que las iglesias plantadas tengan éxito.
Mientras que el sentido común y la intuición están generalmente en lo correcto, a veces no sucede
así. Igualmente, los datos científicos y los hechos por sí solos a veces nos ayudan a predecir un
comportamiento futuro, pero también son falibles. Sin embargo, el sentido común respaldado por datos
científicos puede ser un recurso y regalo muy valioso, para aquellos cuyo trabajo puede ser facilitado por
estos. Esto es lo que Stephen Gray nos ha dado en este libro.

Probando suposiciones comunes


En este libro, Gray pone a prueba las bases de muchas estrategias y teorías que son generalmente
aceptadas sobre la plantación de iglesias, encuestando iglesias plantadas a lo largo de los Estados Unidos
y analizando las diferencias significativas entre aquellas que luchan por sobrevivir y aquellas que
prosperan. Los resultados de este informe ofrecen una gran gama de conclusiones de interés para
plantadores, entrenadores de plantación y líderes de denominación; les darán tanto ánimo e información
útil así como también unas cuantas advertencias.
Los plantadores de iglesias deberían de sentirse reconfortados de que muchas de las conclusiones
a las que llega Gray apoyan lo que es comúnmente aceptado sobre la plantación de iglesias. Por ejemplo:
el estudio concluye que los plantadores que recibieron un apoyo emocional fuerte, libertad conceptual y
que invirtieron personalmente en la iglesia plantada tenían más probabilidad de éxito que aquellos que
tuvieron una menor cantidad de estas cosas. La investigación también debe motivar a los plantadores de
iglesias a obtener una mayor y mejor preparación, pues confirma la eficiencia de aquellos que destinan
tiempo a recaudar su propia manutención y mantienen contacto con entrenadores y otras personas de
apoyo.

Advertencias que se deben tomar en cuenta


Las conclusiones también deben ser un aviso para algunas personas —advirtiendo en particular
acerca de tres errores en la plantación de iglesias. Cuando plantamos iglesias apresuradamente, sin
libertad de visión, o con un sistema de financiamiento débil estamos en mayor peligro de fracasar. El
primer error es la prisa: cuando se lleva a cabo el lanzamiento de la iglesia plantada pero más adelante
termina luchando a causa de insuficiencia de recursos o de planeación. Puede que esos plantadores hayan
lanzado la iglesia demasiado pronto. Antes de tener los fondos necesarios; sin que el personal o miembros
del grupo principal adecuados hayan sido reunidos.
Dar a luz una iglesia es como dar a luz a un bebé – ciertos sistemas deben estar en posición para
que dé resultado. Puede que un bebé prematuro no sobreviva si él o ella nacen demasiado temprano, y si

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sí sobrevive, su desarrollo tiende a ser más lento. Es igual con la plantación exitosa de iglesias; un
nacimiento saludable requiere de la cantidad correcta de preparación y desarrollo.
El segundo error consiste en plantar una iglesia con una estructura conceptual inestable o
demasiado estricta. Los resultados del estudio muestran que los líderes que no tienen libertad conceptual
son los que probablemente tendrán más problemas. Esta podría ser una iglesia plantada por una iglesia
grande dirigida por un pastor (o denominación, red, etc.) con una personalidad, o énfasis de ministerio
muy específica o reconocible. Tal vez los dirigentes no están dispuestos a involucrarse personalmente,
pero sí a darle dinero a la iglesia plantada—mientras que esta se mantenga fiel a la imagen de la iglesia
madre. El estudio de Gray muestra que estos “clones” tienden a tener una expectativa de vida muy corta.
El tercer error tiene que ver con finanzas. Gray nos ha recordado una vez más que el plantar una
iglesia requiere mucho más que solo una inversión monetaria. Los plantadores de iglesias deben prestar
mucha atención a esta conclusión: Las iglesias que recibieron más fondos a lo largo de periodos extensos
de tiempo son en general, menos eficaces que otras iglesias que recibieron menos dinero a lo largo de
periodos de tiempo más cortos.
Por supuesto, el dinero puede ser un factor primordial para conseguir que una iglesia despegue o
esté captando atención, pero en cuanto a tener una iglesia eficiente se refiere, en el largo plazo, parece
ser que demasiado dinero tiene el efecto contrario. Un número significativo de las iglesias nuevas exitosas
en el estudio de Gray lograron llegar a la autosuficiencia económica dentro de los primeros 6 meses
después del lanzamiento.

Escucha y presta cuidado


¿Hacia dónde vamos ahora? “¡Escucha, escucha, escucha!” se repite en el libro de Proverbios
recordando a nuestros oídos las recompensas que son fruto de la sabiduría. Este consejo es esencial
cuando se lleva a cabo un trabajo tan importante para el Reino como lo es la plantación de iglesias. El
informe de Gray es un agregado importante a la discusión sobre estrategias para la plantación de iglesias
y, siempre y cuando el plantador esté dispuesto, es una nueva herramienta para ayudarle a plantar más y
mejores iglesias.
No es muy seguido que se recibe el consejo de 112 iglesias plantadas con claros resultados de
algunas que están prosperando y otras que están luchando. Así que, tome la oportunidad provista por este
libro único.
Será reanimado mientras lee este libro. Si no ha plantado una iglesia todavía, deje este estudio
permear en usted; usted tiene mucho que aprender pero nunca se permita perder el espíritu moldeable
que tiene ahora. Si usted es un plantador de iglesias experimentado, será desafiado a pensar un poco
diferente sobre el tipo de iglesias que funda. De cualquier forma, considere esto como una historia oral
de lecciones que han llegado a usted a través de este libro.

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Prefacio

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El Llamado
Un día frío en enero me encontraba contemplando los árboles congelados a través de la ventana
de mi oficina. En vez de escribir un sermón como se suponía que debía estar haciendo, me encontré a mí
mismo soñando sobre las maravillas que haría Dios a través de mi iglesia durante ese nuevo año. También
reflexionaba acerca del ministerio que esta humilde pero próspera iglesia de Nebraska había efectuado
durante los seis años anteriores. Dios nos había bendecido y movido de manera poderosa. La pequeña
iglesia había triplicado su tamaño y parecía que reventaría. Habíamos puesto una guardería infantil que
estaba comenzando a alcanzar a más de 45 familias. Habíamos logrado transformar exitosamente uno de
nuestros cultos de los domingos por la mañana en una versión más actual, alegre y contemporánea. Dios
había llamado a más de 65 personas a tener una relación primeriza con Jesucristo. Y por si eso fuera
poco, también habíamos empezado una nueva iglesia de habla hispana que estaba funcionando a toda
máquina. En esta iglesia nueva presenciamos más de 50 conversiones primerizas tan solo durante el
primer año. Yo miraba por la ventana, distraído y sonriente. ¿Qué podría hacer el Señor para bendecirnos
más?

Y aun así, dentro de mí, una sensación incomoda comenzó a molestarme.

Todo parecía ser perfecto —todo menos esa sensación. El “suave murmullo” de Dios me hablaba
diciéndome que Él tenía algo más preparado para mí. Otro pastor se habría emocionado de estar en mi
situación. Otro pastor podría haber mirado a su alrededor a los demás y optado por seguir su rumbo, pero
esa sensación me consumía y yo sabía que había algo que no estaba del todo bien. ¿Más? Me preguntaba.
¿Qué más podría tener Dios para mí que no fuera lo que ya tengo?
— Muy bien Dios, —murmullé—: ¿qué me estás tratando de decir?—. La voz de Dios no se
manifestó como un trueno en mi oficina. En vez de eso, permanecía la sensación de incomodidad. Me
levanté, me estiré y decidí que orar sería la mejor forma de averiguar lo que Dios me quería decir.
Supongo que esta es una reacción natural para cualquier cristiano que cree en la Biblia. Y supongo
que usted seguro pensará: “¿No es eso acaso lo que haría cualquier pastor que tiene una sensación
extraña?” Esta sería una teoría muy razonable… si no fuera porqué se trata de mí. Soy una persona que
me guío por metas, que me dejo llevar por tareas pero que no sirve para lo “lento.” Justamente, no me
era de mucho agrado la idea de pasar tiempo solo, sin hacer nada, esperando la voz de Dios y
posiblemente una revelación gradual.
Pero amo a Dios, y aunque esperar en el Señor no es algo que me venga natural, me decidí a pasar
los siguientes siete días en ayuno y oración. Tal vez serviría para apresurar la voz de Dios; incluso Dios
podría darme alguna otra cosa por la cual guiarme que no fuera una sensación rara. Mi instinto me decía
que sería una semana peligrosa. El llamado de Dios generalmente involucra mucho riesgo y mi intuición
me decía que Dios estaba a punto de pedirme algún tipo de cambio. Si Dios quería que yo hiciera algún
cambio drástico en mi iglesia lo haría. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera que Dios pudiera pedirme.
Después de tres días de oración y de consumir agua helada, Dios me dio una respuesta definitiva.
Acababa de entrar a mi casa cuando sonó el teléfono.
— ¿Hola? —Contesté.
— Buenas tardes, Steve. ¿Tienes tiempo para hablar? —. Era David, y sí tenía tiempo para hablar
siendo que solamente había agua helada en el menú del día. David era mi superintendente de conferencia
y un amigo estimado, alguien con quien siempre disfrutaba hablar.
Después de las formalidades conversacionales de siempre, preguntas sobre nuestras respectivas
familias y una voleada de noticias sobre las conferencias de la iglesia, David llegó al meollo de su
llamada. Hizo una pausa momentánea, lo cual me anunció que yo estaba en problemas.
— Sabes, Steve… he estado pensando.
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Escuché pacientemente mientras que David me intentaba explicar lo que Dios le había estado
comunicando durante las semanas pasadas. Para no hacer el cuento largo, David sentía que Dios había
estado guiando sus pensamientos hacia la expansión de la iglesia. Aclaro que, todas las denominaciones
eclesiásticas han sido llamadas a esparcir el evangelio, algo que requiere de crecimiento; una iglesia
podría construir un edificio más grande o aumentar la capacidad de un estacionamiento, eso es expansión,
pero no es a lo que se refería David.
David llegó al punto—: Desde hace unas semanas Dios ha puesto un peso sobre mi corazón. Creo
que nuestra denominación necesita moverse, crecer, más agresivamente de lo que lo ha estado haciendo
en tiempos recientes. Me refiero a la plantación de iglesias. He orado mucho al respecto, lo he investigado
y es un riesgo financiero muy serio. Y mientras que he estado contemplándolo y orando al respecto…
Mi estómago se encogió un poco. Aquí venía. La respuesta sobre el cambio me había llegado por
teléfono.
—Y Steve… —pausó—. ¿Alguna vez has considerado ser un plantador de iglesias?
Un pensamiento revoloteó dentro de mi cabeza en ese instante y se elevó hacia Dios—: ¡Estás
bromeando! —. No es que estuviera molesto, sino solamente sorprendido. Jamás se me hubiera ocurrido
la idea de empezar otra iglesia. ¿Por qué querría hacerlo? Ya tenía una iglesia —una buena iglesia— con
la que había trabajado muy duro durante mucho tiempo para nutrirla y hacerla llegar a esta nueva etapa.
Después de recomponerme un poco, le conté a David que yo había estado sintiendo la necesidad
de acercarme más a Dios pidiendo dirección. Le conté que precisamente era esa la razón por la cual
estaba a la mitad de una semana de oración. También admití que había estado presintiendo que Dios
quería que aceptara algún desafío o cambio nuevo, pero que la plantación de iglesias jamás me había
cruzado por la cabeza. Me sentía inseguro.
— ¿Oye, David?
—Dime Steve
— ¿Te molestaría si te llamo cuando termine la semana?
— Adelante Steve —. Me dijo— Tomate el tiempo que necesites. Sé que lo que te propongo
cambiaría tu vida. Termina tu tiempo con Dios y después me avisas, eso es lo mejor.
Me encantaría poder decirle que después de haber escuchado la voz de Dios por teléfono y de que
me dijeran detalladamente cual era mi llamado, me decidí inmediatamente. De verdad que me gustaría
estarle contando que preparé a mi familia y que sin tener dudas sobre lo que estaba haciendo, recogí
nuestras pertenencias y nos marchamos hacia un nuevo campo misionero… pero no fue así. La realidad
es que me resistí a tan brusco llamado. Había estado buscando una nueva dirección para el ministerio
que ya tenía. Buscaba algo nuevo que hacer; yo no quería un nuevo ministerio. No quería dejar la fiesta;
mucho menos empezar de nuevo de la nada. No quería entregarle mi rebosante iglesia a nadie más; era
fruto de mi arduo esfuerzo. ¿Qué pasaría si esa otra persona la arruinaba? ¿Si todo lo que yo había logrado
se echaba a perder? ¿O si yo lo hacía y fallaba? No, esta idea no era lo que Dios quería. No podía serlo.
Ahora que lo pienso, creo que yo supe inmediatamente que Dios me estaba llamando a plantar
iglesias. Pero me enojaba la idea de tener que dejar a mi amada iglesia. Di vuelta tras vuelta en la cama
esa noche tratando de entender por qué Dios me pediría algo tan ridículo. Desafortunadamente, me había
convertido en uno más de los tipos de la Biblia que habían sido llamados por Dios a hacer algo que no
tenía sentido para ellos.
— Oye Jonás, —dijo Dios—, ¿por qué no vas a Ninivé y le dices a esa gente que te odia tanto que
Yo los amo? —. ¿Qué?
— Oye Gedeón, —dijo Dios—, ¿por qué no juntas un ejército para ir a la guerra por mí? —Y cuando
Gedeón finalmente se anima a hacerlo, Dios le dice—: Muy bien, ahora manda a la mayoría de regreso
a sus casas. —¿Qué?
Y Dios me estaba diciendo—: Oye Steve, ¿por qué no dejas atrás esa comunidad próspera de
creyentes en la que tanto trabajamos? —¿Qué?
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No tenía sentido, y eso me causaba ansiedad. No tenía idea de lo que hace un plantador de iglesias y
no estaba seguro de querer averiguarlo. Eventualmente compré el único libro sobre plantación de iglesias
que pude encontrar: Planting Growing Churches (Plantando Iglesias que Crecen) por Aubrey Malphurs.
Me senté a leer y rápidamente me sentí envuelto por este libro. No podía dejarlo. Malphurs hace
énfasis en la necesidad que existe en los Estados Unidos de tener nuevas iglesias, en particular, iglesias
que alcancen a los inconversos. Escribe acerca de cómo las iglesias de hoy en día se encuentran
estancadas, encogiéndose y muriendo. Luego Malphurs lleva a sus lectores a las Escrituras y resalta la
importancia del trabajo de la Gran Comisión. En respuesta, mi corazón comenzó a latir más fuerte. Mis
manos tomaron el libro y literalmente lloré por aquellos inconversos desconocidos para mí y por los
vecinos de mi comunidad. En el libro, me recordó el juicio final y puso a mis pies el destino eterno que
les espera. Sentí una necesidad de ser la persona que se acerque a ellos. De ser la persona que les diga
que Jesús los ama. Experimenté un avivamiento de pasión, se me rompió el corazón por causa de los
perdidos y mi llamado personal fue reformado.
Había más por descubrir. Nerviosamente, me reía mientras que Malphurs describía las características
típicas que comúnmente se encuentran en la personalidad de los plantadores de iglesias. Finalmente
entendí por qué durante mi tercer año de universidad se me había dicho que yo nunca sería un buen
pastor. Me dijeron que no encajo con el típico molde pastoral. Mis pruebas de personalidad me describían
como alguien con poca compasión, mucha energía, una inmensa cantidad de ideas y una manera de actuar
algo radical. Las pruebas no mentían y no niego su verdad. El resultado es que la mayoría de mi carrera
como pastor me sentí como una figura cuadrada tratando de entrar en un hueco redondo. Siempre he
hecho las cosas de forma distinta, siempre estoy cuestionando el por qué hacemos algunas cosas de la
manera en que lo hacemos. Soy el tipo de persona que continuamente irrita a sus supervisores con
preguntas, ideas extrañas y sugerencias que involucran algún cambio. Esos rasgos de mi personalidad
hicieron que me sintiera extraño como pastor, pero este libro, este maravilloso libro finalmente me dio
la explicación de mí mismo—. No es que seas raro —me insistía— es que eres un plantador de iglesias.
El Señor me había utilizado durante la transición que hicieron tres congregaciones diferentes a lo
largo de mis dieciséis años de ministerio. El desafío siempre había sido el mismo. Se me encargaba una
congregación tercamente tradicional y moribunda que luchaba por sobrevivir y que yo tenía que guiar
hacia una forma de pensar más abierta y dispuesta al alcance. Viéndolo bien, sé que Dios había usado
esas tres iglesias y la experiencia que yo había conseguido para prepararme para el siguiente nivel de mi
ministerio.
Llamé a David al día siguiente y me ofrecí a plantar una iglesia.

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Capítulo 1
Escuela de golpes
duros

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LA PLANTACIÓN DE IGLESIAS ME RECUERDA a las películas de Indiana Jones. Cada iglesia
plantada es una nueva aventura llena de emoción y posible perdición. Indiana siempre estaba
persiguiendo algún trofeo elusivo y nunca sabía qué clase de trampa se encontraría a la vuelta de la
esquina. Sin embargo, seguía adelante y enfrentaba cada problema de una manera creativa y novedosa.
¿Recuerda la escena en la tercera película donde Indiana estaba parado frente a un precipicio viendo
la entrada a la que tenía que llegar situada al otro lado? Para poder llegar al otro lado, conseguir el Santo
Grial y salvar a su padre tenía que dar un paso de fe. Él no sabía que había un puente escondido que lo
atajaría y le permitiría llegar a salvo al otro lado. La plantación de iglesias es muy parecida a ese momento
tan dramático. Para hacerlo, uno tiene que dar un paso de fe monstruoso. Plantar iglesias es el ministerio
más emocionante, más frustrante y más brutal que cualquiera pueda ejercer. Es emocionante porque se
trata de hacer algo grande para Dios. Es lo más frustrante y brutal porque pondrá a prueba cada aspecto
de su vida. Los plantadores de iglesias deben ser soñadores, visionarios, planeadores y al igual que
Indiana, deben tener nervios de acero y ser hombres curtidos.
Plantar iglesias te hará sentirte vivo y al mismo tiempo puede mandarte al manicomio. Te dará una
nueva comprensión de la presencia de Dios y te convencerás de que Satanás sigue vivo y coleando.
Celebrarás el nacimiento de una nueva iglesia con gran alegría, y experimentarás la traición de amigos y
familiares en formas que nunca pensaste posibles. Como plantador de iglesias, experimentarás los altos
muy altos y los bajos muy bajos. Es peligroso y dramático. Y tal como dicen en televisión: no hagan esto
en casa niños.
Tras dieciséis años de ministerio pastoral, Dios me llamó al movimiento de plantación de iglesias.
Dios me llamó a mí, Stephen Gray; un individuo defectuoso y sesgado. ¿Qué clase de persona soy? Soy
de esos individuos decididos. No solamente me gusta ganar, me gusta dominar. Todo me tiene que salir
a la perfección. Me han diagnosticado una personalidad tipo “A” con un muy útil síndrome de déficit de
atención con hiperactividad. ¿Y Dios me llamó?
Mi preparación para esta aventura fue difícil y frustrante a la vez. Mientras la llevaba a cabo descubrí
que la plantación de iglesias no es un proceso muy refinado. Hay una multitud de modelos y filosofías
distintas así como también opiniones contradictorias en esta sección. Cada experto ofrece su opinión
acerca del proceso confiadamente y con autoridad; cada seminario o libro apunta en diferentes
direcciones. Dentro de poco tiempo, la idea en su totalidad se volvió inaguantable. Tuve ganas de escribir
los nombres de los expertos en una diana y jugar dardos con ellos. La verdad es que todos los libros, los
seminarios y los expertos fueron de ayuda, pero ninguno me preparó en realidad para lo que me esperaba.
Pasé un año entero preparándome para mudarme al centro de Missouri. Durante ese año obtuve la
seguridad de que a causa de mis estudios e investigaciones, al igual que mi interacción personal con los
expertos en el campo, sería poco el tiempo antes de que mi iglesia se convirtiera en la siguiente gran
mega iglesia. Sabía que tenía todo lo necesario para lograrlo.
Cuando llegué a Missouri comencé a trabajar a todo vapor. Junté a un pequeño grupo principal de
creyentes e inconversos. Establecí un lugar para adoración y anuncié la apertura de mi pequeña iglesia.
Le dediqué toda mi energía y entusiasmo a esta iglesia plantada y traté de mantener la esperanza. Durante
el primer culto de prueba, uno de los cultos que tuvimos antes de la apertura oficial, tuvimos más de
setenta personas inconversas y escépticas. ¡Fue emocionante! Había sido bendecido con la oportunidad
de guiar a estas personas a los pies de Cristo. Ese primer domingo, fuimos la tercera iglesia más grande
en el distrito y ni siquiera habíamos abierto nuestros cultos al público todavía. Teníamos la esperanza de
hacer el lanzamiento público tres meses después y tener ahí a más de doscientas personas. Da tristeza
decirlo, pero no sucedió así. Después de ese culto de prueba todo comenzó a deshacerse. Los otros
pastores y laicos en el distrito comenzaron a sospechar de mi familia y de mí. Además, los fondos
provenientes de nuestra denominación iban a ser recortados; Puesto que tienes suficientes personas para
mantener la iglesia —me dijeron.

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Un año después mi iglesia plantada solamente atraía a alrededor de setenta y cinco personas por
domingo y perdía impulso rápidamente. Un tren de problemas abastecía mi iglesia de obstáculo tras
obstáculo. El dinero se convirtió en una fuente de frustración. La iglesia tenía que pagar cuentas por lo
que nos quedaba poco para invertir en algo que pudiera atraer a la gente. Mi enfoque dejó de ser buscar
crecimiento a ser buscar sobrevivir. El resultado fue que mi iglesia dejó de crecer y los que asistían
regularmente comenzaron a aburrirse. Mi iglesia se había estancado y tan solo llevaba un año; todos en
la iglesia, incluyéndome a mí habíamos perdido esa sensación de enfoque y emoción.
Las cosas empeoraron cuando me di cuenta de que mi supervisor y yo no teníamos la misma visión en
cuanto a la filosofía detrás del movimiento de plantación de iglesias. Como consecuencia de ello, los
conflictos comenzaron a escalar, se acabó el financiamiento de la iglesia plantada y me dejaron luchando
solo. Mi esposa y yo habíamos gastado todos nuestros ahorros y habíamos llenado nuestras tarjetas de
crédito porque no creíamos que el distrito nos abandonaría. Me dejaron solo plantando una iglesia
únicamente contando con mi inteligencia y recursos —Lo cual no dice mucho—. Nos quedamos sin
amigos, en bancarrota y desmoralizados. Pero no me importaba. Con o sin ellos, yo iba a plantar una
iglesia. Sabía que Dios me había llamado.

Dios tenía un plan.


Me gustaría decir que me dediqué a investigar y que se me ocurrió una idea genial que salvó esa
pequeña iglesia. Me gustaría decir que clamé a Dios y que Él mandó a cientos de visitantes ricos y
generosos el próximo domingo. Desearía no tener que admitir que hice lo que muchos pastores hacen en
medio de dificultades en el ministerio: comenzar a cuestionar mi llamado y canalizar culpa. Me encontré
agonizando mientras veía cómo florecían otras iglesias plantadas en el área. Incluso, una de las más
cercanas había sido lanzada el mismo día que la mía y ya había alcanzado un promedio de asistencia de
casi doscientas personas. Mi iglesia plantada había quedado muy por debajo de mis expectativas.
Pasé muchas noches en que no pude dormir. Me paseaba frente al televisor repasando las
decisiones que había tomado durante ese año. Había seguido el consejo de mi mentor y había utilizado
los materiales más novedosos sobre plantación de iglesias. Me había asegurado de aprovechar cada
oportunidad que se me había presentado.
La lista mental no me ayudó a salvar mi visión de una iglesia próspera y dinámica aunque la
repasaba una y otra vez. Mi sueño se marchitaba a toda velocidad a pesar de todo lo que había estudiado
y de que hubiera hecho las preparaciones adecuadas.
Muchos pastores deciden renunciar al púlpito al llegar a este punto. Y no crea que no estuve
tentado. Estaba humillado, desmoralizado y confundido. Desde mi punto de vista limitado de mortal,
Dios, me había llevado a un desierto y me había abandonado. Mi denominación me había retirado su
apoyo y me había dado la espalda. Me sentí más solo de lo que jamás me había sentido.
Estaba posicionado en uno de los puntos de decisión más oscuros de mi vida. Había entrado a una
escuela de golpes duros. Pero en medio de ese abismo, Dios estaba ahí —sí, ahí conmigo. Él tenía un
plan y esto era parte de él. Porque Él me conoce. Conoce cada fibra de mí. Conoce como reaccionaré a
cualquier circunstancia. Él sabía que esta experiencia asoladora y degradante daría fruto en mí.
A lo largo de este proceso, un pastor de otra denominación, —ahora un buen amigo— Dean
Trivett, había sido uno de mis compañeros de oración. El me vio llorar y agonizar a causa de mis
dificultades. Me presentó al director de plantación de iglesias de la General Baptist Denomination
(Denominación Bautista General) y para no alargar la historia, me pidieron que me uniera a su
movimiento. Llegaron tal y como lo hacía la caballería en las películas de vaqueros de antes, justo a
tiempo. No, mi pequeña iglesia no se convirtió en la siguiente mega iglesia, pero mis problemas
financieros se acabaron y más importante aún, mi filosofía original sobre la plantación de iglesias fue
tomada en serio. La iglesia creció a una tasa constante a lo largo del siguiente año y luego Dios me dio
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otra sorpresa. Me ascendieron. Esto solamente podría haber sucedido por causa de la soberanía de Dios.
Me ofrecieron y yo acepté un puesto dentro de mi nueva familia denominacional como Director de
Plantación de Iglesias.
Aunque me sentía como si ángeles enviados del cielo me habían llevado a un lugar más seguro,
la mala experiencia me había dejado una sensación de fracaso y un deseo ardiente de descubrir los
factores que habían llevado a mi iglesia plantada al estancamiento. Pasé horas revisando mis estrategias
y métodos. Había utilizado las mismas técnicas que las iglesias plantadas que sí habían crecido rápido.
Tenía la “colección adecuada” de dones espirituales, la personalidad “indicada” para un plantador y una
visión atrevida de lo que Dios podía hacer. Ya había pasado exitosamente por tres iglesias y con la ayuda
de un pastor de México ya había plantado una iglesia hispana muy exitosa. Mi falla no tenía sentido para
mí y esta contradicción a la lógica me provocaba un dolor mental. ¿Por qué, —me preguntaba en
repetidas ocasiones— es que mi iglesia no prospera mientras que otras iglesias en condiciones similares
sí lo logran y llegan a tener una asistencia de doscientas o más personas antes de que pasen los primeros
tres años?
La experiencia me embrujaba y pronto descubrí que no era el único plantador a quien le había
sucedido esto mismo. Después de muchas conversaciones con otros plantadores me di cuenta de que mi
falla no era algo que solo me había sucedido a mí. De hecho, esas conversaciones hacían que pareciera
que el fracaso es lo normal cuando se trata de la plantación de iglesias. Aprendí que muchas iglesias
plantadas no pasan de la asistencia de ochenta miembros.
Las sesiones largas y llenas de preguntas con otros plantadores despertaron una pequeña
esperanza dentro de mí y una aventura personal que buscaría una respuesta. Este libro es el resultado de
esa aventura. Mi esperanza es que las lecciones que aprendí darán aliento a otros plantadores.
Aunque el empuje tras de mi investigación es personal, las preguntas que buscaba responder no
lo son. Si tuviera que definir mi propósito en un solo enunciado, sería el revelar los factores que
diferencian las iglesias dinámicas y de crecimiento rápido de las iglesias plantadas de crecimiento más
lento y que luchan para sobrevivir.

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Capítulo 2
La Importancia
De plantar

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PERMÍTAME INTRODUCIR TODO lo que voy a decir con esta firme convicción: la iglesia
local es la única esperanza que tiene el mundo. La Iglesia no es una invención humana, una organización
hecha por el hombre para oprimir o controlar las mentes de las personas. Es un organismo decretado por
Dios, divino, encomendado por Jesucristo para que sea la extensión de su obra. Su propósito es ofrecer
la salvación, la llenura, la sanidad y la transformación a un mundo enfermo de pecado. La iglesia local
es la única esperanza que tiene la humanidad de encontrar el perdón y el esplendor que se requiere para
estar frente a un Dios santo y justo. Sin la Iglesia, el mundo no tiene salida. Si usted no lo cree entonces
no tiene caso que siembre una iglesia. Mejor guarde todo, regrese a casa y olvide siquiera haber pensado
en sembrar una iglesia.
Jesús ejemplifico la importancia de evangelizar a lo largo de su ministerio. Habló con la verdad
intrépida acerca del Padre a donde quiera que fuera. Cuando su tiempo en la tierra estaba por terminar,
dispuso la siguiente fase de su ministerio. La Gran Comisión de Mateo 28:19 fue su llamado a la Iglesia
a participar en la tarea de evangelismo: “Por tanto vayan y hagan discípulos de todas las naciones”. Justo
antes de su ascensión, Jesús reafirmo estas palabras. “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes,
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines
de la tierra.” (Hechos 1:8 NVI). La Gran Comisión debía ser entendida como un llamado a empezar
nuevas comunidades dondequiera que fueran los discípulos.
Cualquier estudiante verdadero de la Biblia observará que “la naturaleza de Dios está en la raíz
de las misiones. El Dios viviente que se muestra en la Biblia es un Dios de envíos. Él manda a causa de
su amor por el mundo.”1 La Iglesia es llamada a ser la expresión viva del reino de Dios en la tierra. Existe
para alcanzar con la verdad y la realidad del Evangelio a los que están perdidos. Existe para formar
comunidades amorosas de nuevos creyentes que estimulen el crecimiento. Haciendo esto y a través del
poder del Espíritu Santo, la Iglesia debe poder sanar a los enfermos espirituales.
La Gran Comisión no es un llamado hecho al pueblo de Dios que sea de última instancia, se remonta
a la época del Génesis cuando Dios le dio una tarea muy similar a Abram:
Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre y vete a la tierra que te mostraré. Haré de
ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán
bendecidas todas las familias de la tierra! (Gen. 12:1-3)
El llamado de Abram muestra que el deseo de Dios era que Israel se convirtiera en un movimiento
que alcanzara al mundo entero, no solamente una organización regional. El deseo de Dios era bendecir a
“todas las familias de la tierra” a través de Abram. Dios tenía un proyecto para el futuro de la raza de
Abram que debía trascender las fronteras socioeconómicas y étnicas de Israel. La obediencia de Abram
para con Dios se transformó en la nación israelita después de muchas generaciones. La misma obediencia,
retomada por los discípulos de Jesús también se transformó en la Cristiandad de hoy. Dios tenía la
intención desde el principio —su llamado a Abram— de que su Espíritu fluyera desde esa nación hacia
todas las naciones de la tierra. Israel, la nación que salió del linaje de Abram, fue el prototipo de la Iglesia.
Génesis 12:1-3 es el fundamento sobre el cual se erige la Gran Comisión.
De acuerdo con el Nuevo Testamento, los hijos de Dios ya no se limitan o definen por sangre o el
linaje de Abram. Si no que se entiende que los verdaderos Israelitas son aquellos que han sido adoptados
en la familia a través de la sangre de Jesús. “En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes
naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa” (Rom. 9:8 NVI).
Aquellos que son seguidores de Jesucristo y que son parte de su Iglesia son ahora, por causa de su
obediencia al Espíritu Santo, transformados en los “hijos” de Abraham. Esta clasificación se torna
importante, pues los seguidores entienden que la gran comisión es una confirmación del llamado original
hecho a Abraham. La Iglesia, como Israel, no debe ser una organización solitaria sino un organismo que
otorgue vida y que pueda influenciar al mundo.

18
La plantación de iglesias no es una nueva ocurrencia de las denominaciones. El movimiento de
plantación de iglesias es y siempre ha sido una “búsqueda intencional de gente perdida”2 que fluye de
manera natural de la Gran Comisión. Mientras que la Iglesia se involucra en esta tarea, lleva a cabo su
vocación original, dada a Abram; el ser una bendición a todas las familias de la tierra. Plantar iglesias
pues, es llevar a cabo ese llamado.
Muchas Escrituras del Nuevo Testamento pueden ser usadas para mostrar la importancia de plantar
iglesias, en especial el libro de Hechos. Hechos ofrece al lector un testimonio de primera mano y libre
de compromisos de las acciones de la Iglesia primitiva. Hechos se presenta a sí mismo como una
dinámica importante porque muestra perfectamente las luchas y triunfos de creyentes que ejercen los
ideales de la Gran Comisión. En esencia, es el récord histórico del primer movimiento de plantación de
iglesias. Aun si la frase “plantación de iglesias” no se menciona directamente en Hechos, creo que la
creación de nuevos cuerpos de creyentes se entiende implícitamente como una “expresión normal de la
Misiología Neo-Testamentaria.”3 Si el construir y establecer nuevos cuerpos de creyentes es plantación
de iglesias, entonces la plantación de iglesias era sin duda el centro de la actividad de la Iglesia primitiva.
En el día de Pentecostés, Dios hizo posible que el Espíritu Santo rebozara más allá de las fronteras
de Israel. Hechos 2:5 nos dice que ese día de Pentecostés, “estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos,
procedentes de todas las naciones de la tierra” a causa de las celebraciones de la Pascua (NVI). Dios
aprovechó que había viajeros ahí que llevarían el evangelio a sus hogares y comenzarían cuerpos locales
de creyentes dentro de sus propias comunidades. Los grupos de orígenes geográficos variados presentes
durante esa celebración son un factor significativo cuando uno considera el esparcimiento tan rápido que
tuvo el evangelio. En ese día, tres mil personas “recibieron su mensaje [y] fueron bautizados” (Hechos
2:41). El mensaje de Pedro y las conversiones subsecuentes marcan el comienzo de la inercia que llevaría
a cabo el nacimiento de la Iglesia. El impacto de ese día alcanzó más allá de las murallas de Jerusalén;
se convirtió en un evento de toda la región.
El ministerio, propulsado como un cohete desde Jerusalén, se extendió velozmente. El movimiento
Cristiano se esparció apresuradamente por Jerusalén, Antioquia y los territorios adyacentes. Para cuando
se llega al sexto capítulo de Hechos, las buenas nuevas del mensaje de Cristo ya habían llegado al
noroeste en Grecia. Hechos 6:1 nos dice que “se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla
aramea.” Bueno, se están quejando, pero el caso es que sorprendentemente, han escuchado y aceptado
las buenas nuevas.
Y luego, por su providencia, Dios usó el arresto y ejecución de Esteban como un ímpetu para mayor
expansión. La campaña brutal de Saulo para destruir a la Iglesia llevó a un apedreamiento
extremadamente público de Esteban, convirtiéndolo así en el primer mártir del movimiento Cristiano. A
su vez, este derramamiento de sangre y las tácticas opresivas de Saulo solidificaron la fe y la resolución
de muchos de los nuevos creyentes y esta receta acelera el crecimiento de la Iglesia más allá de Jerusalén.
“Si estos primeros Cristianos se hubieran quedado todos en un solo lugar, el evangelio no se hubiera
esparcido tan rápidamente como lo hizo.”4 Sin embargo, al discutir la persecución de los primeros
creyentes, se debe aclarar que esta no fue la única causa del movimiento de plantación de iglesias. Los
nuevos creyentes no hinchaban su número para sobrevivir, contraatacar o formar un sistema comunal de
protección. Aún antes de que Saulo comenzara su campaña en contra del movimiento naciente, el crear
nuevos cuerpos de creyentes ya era el modo normal de divulgar el evangelio.
Tras la conversión de Saulo, “la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea,
Galilea y Samaria” (Hechos 9:31). El desarrollo rápido de la Iglesia subraya que la persecución no
ocasionó que la Iglesia se moviera a las regiones aledañas buscando puramente la supervivencia; sino
que la Iglesia ya existía en esas áreas antes de que Saulo comenzara su campaña sangrienta. Por ende, el
movimiento de plantación de iglesias de Hechos no debe ser visto como una reacción a la persecución
sino un resultado normal y esperado del llamado evangelista de Jesús.

19
Ni siquiera Saulo pudo escapar al derramamiento del Espíritu Santo. Fue confrontado y convertido
por Jesús en persona en el camino a Damasco. Saulo, arrepentido, se cambió el nombre a Pablo y
prontamente se volvió la fuerza motora del movimiento Cristiano. Con lo determinado y ambicioso que
era, Pablo llegó a realizar tres viajes misioneros. Su visión era plantar y establecer tantas iglesias como
pudiera en las ciudades que aceptaran el evangelio. Sobre estas misiones, Pablo afirma: “En efecto, mi
propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento
ajeno” (Rom. 15:20 NVI). El enunciado de Pablo revela su deseo de no construir sobre el trabajo de otra
persona, sino empezar obras nuevas.
Pablo era un verdadero misionero, y actuaba como un plantador de iglesias nómada e insaciable.
Mientras que la historia no da una cifra clara sobre el número de iglesias que fundó Pablo durante sus
tres viajes, el libro de Hechos revela que plantar iglesias sí era su modo de operar. Iba de un lugar a otro
fundando nuevos cuerpos de creyentes a donde quiera que fuera. Y no los olvidaba después de haberlos
dejado. Respondía a noticias sobre el desarrollo de cada iglesia mandándoles muchas cartas
personalizadas llenas de amor, aliento, disciplina y crítica constructiva.
Sin embargo, el libro de Hechos abarca más que solo la obra de Pablo. Pedro hizo sus propios
viajes misioneros en dos ocasiones y los discípulos restantes llevaron el evangelio a las regiones aledañas.
Hechos está repleto de evidencia que ratifica un movimiento de plantación de iglesias en la Iglesia
primitiva.
Yo tengo la convicción de que el deseo de Dios para su pueblo —tanto los Israelitas en el Viejo
Testamento como los creyentes en el Nuevo Testamento— es que influyeran al mundo. A ambos se les
dio una gran comisión. Los creyentes del libro de Hechos entendieron el llamado a esparcir el evangelio
a todas las ciudades en todas las regiones que se encuentra en la Gran Comisión de Jesús. La acción de
llevar a cabo ese llamado fue un movimiento de plantación de iglesias. Plantar iglesias se volvió una
expresión natural y práctica de la Gran Comisión.
¿Por qué es tan importante reconocer y entender este movimiento primitivo de plantación de
iglesias? Porque la cultura occidental en la que vivimos lo hace creer a uno que la Iglesia no es más que
una organización humana. Muchos norteamericanos modernos creen que uno no necesita participar en
las actividades de la iglesia local para ser Cristiano. La creencia de que el Cristianismo es algo puramente
individual y personal es un concepto exclusivamente occidental y aun así los pastores han permitido que
personas dentro y fuera de la iglesia crean esta mentira. En cambio, los creyentes de la Iglesia primitiva
entendían que el Cristianismo debía vivirse dentro del contexto de una comunidad de pensamiento
similar. Al igual que esos creyentes, deberíamos entender teológicamente que no es posible ser Cristiano
fuera del contexto de un cuerpo local de creyentes.
Aunque Jesús sí murió en la cruz por los pecados del individuo, teológicamente, la discusión no
termina ahí. El sacrificio de Jesús fue también por causa de su Iglesia. Pablo establece en Efesios 5:25-
27:
“Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para
hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a
sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección,
sino santa e intachable.”
Jesús murió para limpiar los futuros cuerpos de creyentes. Su sangre fue derramada por ti y por mí,
pero también fue derramada para cubrir a su amada esposa, la Iglesia.
Sin esos cuerpos locales de creyentes, sin la comunidad que es la iglesia, el Cristiano individual no
estaría interconectado, apoyado o en capacidad de vivir su vida como Dios tenía propuesto.
Desafortunadamente, los últimos reportajes de asistencia a las iglesias en Estados Unidos nos
muestran que solamente el 17.5 % de la población estadounidense asiste a la iglesia algún domingo
cualquiera.5 En ese reportaje, David Olsen también señala que la población estadounidense ha crecido,
mientras que el número total de iglesias en Estados Unidos se ha reducido. Según la Asociación de
20
Archivos de Datos Religiosos (Association of Religious Data Archives), solamente hay 139,791 iglesias
evangélicas en los Estados Unidos. Siendo que la población estadounidense está llegando a los 300
millones, eso significa que hay una iglesia por cada 2,200 habitantes.6 Lo cual sugiere que aunque todos
los estadounidenses quisieran ir a la iglesia un domingo por la mañana, no habría suficientes asientos
para ellos. Si creemos que la gente necesita a la Iglesia, entonces solo podemos llegar a una conclusión:
¡necesitamos más iglesias!

21
Capítulo 3
Llegando a los 200

22
UNA IGLESIA PLANTADA ES MUY SIMILAR A UNA ROCA al costado de una montaña.
Usted ha visto rocas como esas muchas veces en películas de aventuras. Tal vez en una ocasión usted vio
a dos vaqueros tratando desesperadamente de soltarla, y después la vio caer. Rápidamente toma
velocidad, soltando otras piedras mientras baja. Piedras golpeando otras piedras, soltándolas del lugar
donde descansaban. Y de repente, le sigue un ruido clamoroso, se levanta el polvo y ahora todo el lado
de la montaña está vivo con el movimiento violento de la caída de piedras y escombro. Este derrumbe es
lo que querían los vaqueros, y gritan felices por su logro. Una iglesia plantada exitosa es muy similar a
esta imagen.
Para esta investigación me enfoque en iglesias plantadas que, al igual que una piedra rodante,
generan suficiente impulso para alcanzar una asistencia semanal promedio de 200 personas dentro de los
primeros tres años de lanzamiento público. Podría haber utilizado cualquier número, pero la convención
entre los expertos en crecimiento de iglesias es que la barrera de 200 personas es un punto significativo
en la vida de una iglesia. Steve Sjogren, uno de muchos expertos en plantación de iglesias escribe: “Una
iglesia con menos de doscientas personas tendrá que luchar para sobrevivir. No se ha alcanzado un ritmo
de trabajo si se tiene un número menor de personas. Es inevitable que la atención de los líderes se
enfocará en tratar de mantener las necesidades básicas de una iglesia.”1 Según Peter C. Wagner, una
iglesia plantada debería “tener esperado sobrepasar la barrera de los 200 alrededor del doceavo mes
después del lanzamiento público. Si no la ha pasado después de dos años, algo anda mal y las
probabilidades de lograrlo algún día son muy bajas.”2 Una iglesia plantada que ha logrado superar la
barrera rápidamente, ganará impulso y tendrá mayores posibilidades de mantener un patrón de
crecimiento.
Entonces, ¿qué tan rápido se espera que una iglesia plantada alcance los 200 miembros? Algunos
dicen que debería suceder en el primer año, otros creen que se debe llegar dentro de los primeros 18
meses. Lo que yo descubrí es que ambos son válidos, pero que el momento en que esa ventana se cierra
está más cerca de los 24 meses.
Según los datos, 77% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido involucradas en este estudio
lograron la asistencia semanal de 200 personas antes de terminar los 24 meses. Solamente el 23% de esas
iglesias de crecimiento rápido llegaron a los 200 después de eso. Estadísticamente, es importante
entender que si una iglesia plantada no ha pasado esa barrera dentro de los primeros dos años, la
posibilidad de que nunca lo haga aumenta.

MESES DESDE EL LANZAMIENTO PÚBLICO

30% 27% Alcanzó las 200


25% asistencias
20%
20% 18%
15% 15%
15%

10%
5%
5%

0%
0a6 7 a 12 13 a 18 19 a 24 25 a 30 31 a 36

La gráfica muestra que solo el 15% de esas iglesias de crecimiento rápido llegaron a los 200
miembros dentro de los primeros seis meses; 20% llegaron al final del primer año y otros 15% al final
de los 18 meses. Esto es revelador en el sentido de que muchos dentro del movimiento de plantación de
23
iglesias creen que si no se alcanza la asistencia de los 200 dentro de los primeros 18 meses, ya nunca se
alcanzará. Pero estadísticamente, solo el 50% de estas iglesias plantadas logra llegar dentro de ese tiempo.
Porcentualmente hablando, la agrupación más grande está entre los meses 19 y 24. En total, el
27% de estas iglesias plantadas llegan a las 200 asistencias dentro de este espacio temporal. Si
combinamos los porcentajes hasta ese punto veremos que el verdadero momento de transición se
encuentra en algún lugar entre los 19 y los 24 meses. Si una iglesia plantada no alcanza y excede la
asistencia de 200 personas dentro de los primeros años, tendrá solo un 23% de probabilidad de lograrlo.
El impulso es una cuestión importante que puede trabajar a favor o en contra de una iglesia
plantada. Si todo va bien, un grupo pequeño y emocionado puede alcanzar a sus vecinos e invitarlos a ir
a su nueva iglesia con ellos. Los invitados, a su vez, invitan a sus vecinos, etc. La esperanza es que se
forme una avalancha espiritual. Pero a diferencia de lo que sucede en las películas, y de manera más
realista, la piedra rueda por la montaña, golpeando unas cuantas otras, levantando mucho polvo pero
bajando solitariamente y sin control en dirección al abismo sin lograr el impacto esperado.
El impulso no es algo que les importa solamente a las iglesias plantadas. A muchas iglesias ya
establecidas les hace falta impulso. Investigaciones recientes muestran que “el 80% de todas las iglesias
tienen menos de 200 adoradores los domingos por la mañana.”3 Esa investigación muestra también que
la iglesia estadounidense promedio tiene una asistencia promedio de 75 personas los domingos por la
mañana. Sorprendentemente, muchas de las iglesias plantadas que luchan por sobrevivir que se
examinaron en nuestro estudio mostraron esta característica. Especulo que estas iglesias plantadas
también experimentan los problemas de supervivencia comunes a la iglesia estadounidense promedio.
La barrera de los 200 es una marca crítica en la vida de cualquier iglesia. Una iglesia plantada
que no logre llegar rápidamente con mucha probabilidad se convertirá en parte de las estadísticas. Será
como la piedra descontrolada e inútil que llega a detenerse al fondo del cañón. Se puede inferir que entre
más rápido alcance una iglesia plantada una masa crítica de asistencias, mayor será el impulso que gane.
Esta masa crítica ayudará a la joven iglesia a evitar las dificultades intrínsecas a una asistencia limitada.
Si una iglesia plantada logra sobrepasar la barrera de los 200 rápidamente, tendrá mayor probabilidad de
empezar una avalancha espiritual.
La importancia de alcanzar una asistencia promedio de 200 no debe ser tomada a la ligera. Un
grupo numeroso puede lograr más cosas. Evangelismo, el ministerio de alcance y servir a las necesidades
de una iglesia naciente puede ser una tarea más fácil cuanto más grande sea el grupo de personas de las
cuales se puede escoger trabajadores. “En general, los pastores de iglesias grandes tienen la sensación de
que pueden lograr el trabajo de evangelismo y desarrollo de crecimiento mejor que los pastores de iglesias
pequeñas.”4 Si una iglesia plantada puede alcanzar y sobrepasar la barrera de los 200 rápidamente,
entonces se convierte en una fuente potente de evangelismo y experimenta una tasa de conversión
acelerada.
Carl George y Warren Bird escriben en How to Break Growth Barriers (Cómo romper barreras
de crecimiento): “Esta cifra [200] no es un número mágico ni exacto —el rango en realidad está entre
150 y 350—, pero sí representa una limitante de crecimiento crítico que la mayoría de las iglesias
alcanzan.”5 Varios expertos, incluyendo a Bill Sullivan, Steve Sjogren, Lyle Schaller y Peter Wagner
coinciden con y han contribuido a la convención sobre la barrera de las 200 personas.
Cada organización pasa por puntos críticos en los cuales o gana o pierde su habilidad para
moverse con impulso.6 Éste punto crítico se ha a travesado en múltiples momentos y situaciones de la
historia y ha llegado a ser conocido como “la regla de los 150.”7 La regla dice que una vez que un grupo
crece más allá de las 150 personas, comenzará a tener una forma y estructura distinta. Grupos de más de
150 personas necesitarán más de un líder para mantenerlos enfocados y creciendo. Por ejemplo, la
mayoría de las iglesias con más personas necesitarán un pastor asociado o un grupo de líderes activos
para ayudar. Grupos con menos personas son mejor controlados y guiados por un solo individuo.

24
Aunque el 200 no es un número mágico, se cree que es absolutamente imperativo buscar y
mantener el impulso necesario para llevar la iglesia plantada al siguiente nivel. Los científicos entienden
que la fórmula de impulso es masa multiplicada por velocidad. La masa de cualquier ente, al ser movida,
influye sobre el impulso que lo propulsa hacia delante. Entre más masa, más impulso. Lo mismo sucede
en el nacimiento de una iglesia. Al concepto se le llama generalmente “masa crítica”. Una vez que se
alcanza, la masa crítica es difícil de detener y se mantendrá en movimiento con mayor facilidad.
Admito, sin embargo, que el tamaño correcto de una iglesia es relativo a su contexto. Una iglesia
de 75 personas puede ser muy grande para un pueblo pequeño o una zona rural. Puede que incluso sea
una congregación muy efectiva dadas sus circunstancias. Pero por otro lado, una iglesia que ha mantenido
un asistencia de 75 en una zona metropolitana está, con alta probabilidad, estancada y ensimismada.
El tamaño de la congregación determinará el paso de su efectividad y viabilidad futura. Entienda
por favor, que no estoy cuestionando ni el compromiso ni el llamado de las iglesias plantadas que no
alcanzan las 200 asistencias rápidamente, solamente digo lo que 20 años de experiencia me han enseñado:
que a menos que las iglesias plantadas lleguen a los 200 rápidamente, el ministerio es retrasado y se
aumenta el peligro de caer en modo de supervivencia.

El problema con la iglesia pequeña


Muchas veces las iglesias pequeñas tienen problemas para crecer. Principalmente porque las
personas de las iglesias pequeñas, aunque son efectivas en algunas cosas, tienden a ser muy unidas y no
permiten que las visitas se sientan en casa con facilidad. Lyle Schaller llama a las iglesias que están por
debajo de las 200 asistencias iglesias “Collie”: “Algunos se preguntan por qué estas iglesias se mantienen
a un nivel de tamaño parejo o por qué las visitas que buscan iglesia no regresan una segunda vez. Los
Collies tienden a tener mucho afecto a los miembros de la familia pero le ladran a los extraños.” 8 Tener
crecimiento es casi imposible cuando una iglesia comienza a operar de esta manera. Se han escrito
inmensas cantidades de libros y artículos acerca de los problemas de crecimiento de las iglesias pequeñas.
La clave para evitar este tipo de problemas del todo es que la iglesia nueva llegue pronto a las 200
asistencias. Las iglesias nuevas que no crecen suficientemente rápido desarrollan una mentalidad de
“Collie” dañando así su habilidad de impactar a su comunidad. Plantar nuevas iglesias debe ser un intento
de sobrepasar problemas de crecimiento, no emularlos.
Una iglesia en la ciudad que nunca alcanza las 200 asistencias podría tener un futuro de ministerio
muy limitado. ¿Por qué? Porqué 200 “es el número mínimo de adultos que se requieren, en un contexto
metropolitano, para otorgar los servicios que la gente requiere de las iglesias.”9 Una iglesia plantada no
es la excepción, al igual que cualquier otra iglesia, es capaz de experimentar una asistencia constante. Si
a la iglesia le sucede con menos de 200 asistencias, su eficiencia para predicar el evangelio a través de
varios ministerios será truncada.

Opciones de ministerio
Vivimos en una cultura a la que le encantan las opciones y de hecho, esperamos que nos las den.
Si uno va a una tienda de autoservicio buscando un refresco, ¿cuántas opciones espera encontrar? ¿Dos?
Ni pensarlo. ¿Cuatro? Seguro que no. Estoy adivinando, pero apuesto a que la mayoría tiene al menos
ocho tipos distintos. El mismo concepto sobre opciones se aplica a la iglesia de hoy. Cuando una iglesia
plantada se encuentra limitada por el bajo número de asistencias y de recursos, inevitablemente, también
estará limitada en cuanto a los servicios que podrá ofrecer a la comunidad. Este límite de servicios hará
que un mayor crecimiento sea muy difícil de lograr. En contraste, una iglesia plantada que supera las 200
asistencias en el tiempo adecuado, podrá proveer las múltiples opciones de ministerios y así no perder el
impulso que necesita para llevar a cabo un ministerio efectivo. Así que, si una iglesia nueva no logra
25
ofrecer múltiples ministerios rápidamente, no podrá competir con la gran cantidad de iglesias ya
establecidas que sí los ofrecen.
Hasta cierto punto, cada iglesia lucha con este problema, pero la iglesia plantada es más
vulnerable. Mientras que una iglesia ya establecida puede lograr tener un ministerio adecuado con menos
de 200 personas durante un periodo de tiempo extendido, una iglesia plantada no podrá hacerlo. Las
iglesias establecidas tienen varias ventajas con las que no cuentan las iglesias nuevas.

Credibilidad
La mayoría de las iglesias establecidas tienen edificios que les dan visibilidad. Estas iglesias
también han podido ganar cierta credibilidad a lo largo de varios años dentro de una comunidad. En
algunos casos, estas iglesias más viejas se han convertido en una institución comunal. Ya han probado
su resistencia y una reputación aceptada que una iglesia nueva no ha tenido tiempo de cultivar. Las
iglesias plantadas son vistas con sospecha y en demasiadas ocasiones, incluso son denominadas “sectas”.
El crecimiento rápido de una iglesia nueva puede generar suficiente ruido como para lograr ganar la
credibilidad que necesita.

Finanzas
Las iglesias establecidas han tenido tiempo de lograr una membresía leal. Muchas veces esta
membresía consiste de familias extensas que han dado mucho de sí mismos a lo largo de la historia de la
iglesia. Esa lealtad crea una base financiera fuerte. Los miembros dan porque siempre han dado, o porque
Mamá y Papá dieron. A diferencia de esto, una iglesia plantada casi nunca tiene la ventaja de contar con
diezmos tradicionales o institucionalizados. Una iglesia plantada casi siempre comienza con un pequeño
número de personas y por ende está limitado a sus recursos financieros. El obtener cosas simples como
mesas, sillas, sistemas de sonido y computadoras puede ser una carga financiera muy grande para una
iglesia plantada.

Autoestima Corporativa
De todos los problemas por los que pasan las iglesias nuevas, esta puede ser la más difícil de
superar. Las muchedumbres atraen otras muchedumbres. Piense acerca de la última vez que estuvo en
una población desconocida y necesitaba escoger un restaurante donde comer. ¿No fue parte de su método
de elección el contar el número de autos en el estacionamiento? Seguramente se volteo y le dijo a su
esposo o esposa algún comentario parecido a: “Mira lo lleno que está ese lugar, debe ser muy bueno.”
Aunque usted no se haya dado cuenta, el número de gente que había ahí lo atrajo, no fue el rótulo, ni el
edificio, ni la fachada.
Para crear misiones que logren romper el molde de las iglesias enfocadas en supervivencia,
ensimismadas o que sean organizaciones familiares, los líderes deben encontrar una manera de plantar
iglesias que puedan llenar sus asientos y estacionamientos lo más pronto posible. Crecer rápidamente
incrementa el impulso porque fomenta una actitud saludable a sus miembros. “Una diferencia principal
entre iglesias crecientes y decadentes es su actitud. Las iglesias crecientes sienten que tienen algo valioso
que ofrecer a su comunidad. Su nivel de autoestima da la energía y fuerza para compartir el evangelio de
Cristo con la gente de la comunidad.”10
Las iglesias plantadas que no crecen más allá de las 200 asistencias en promedio pierden su
impulso dentro de unos años y caen en la trampa de la iglesia pequeña que resultará en una sensación de
baja auto estima congregacional. Las iglesias plantadas se empapan con una alta expectativa de éxito.
Muchas veces, esas nuevas personas tienen un deseo de cambiar el mundo. Ese deseo y las expectativas
26
altas hacen que la iglesia nueva sea muy vulnerable. Cuando las esperanzas de esas personas no se
cumplen, puede entrar en juego el desánimo y esto puede ser un golpe fatal para una iglesia joven.
Los miembros involucrados en una iglesia ya establecida generalmente tienen expectativas muy
razonables. La mayoría tiene una rutina en su forma de “llevar a cabo” la iglesia.
Puede que los miembros oren y esperen crecimiento, pero el nivel de expectativas sobre cambios
rápidos y dramáticos no son tan altos como los de una iglesia nueva. En cambio, las expectativas de
aquellos involucrados con una iglesia plantada deben ser de crecimiento rápido dentro de un periodo
corto de tiempo. Cuando las expectativas no son alcanzadas en el nivel que se esperaba, comienza a haber
una sensación de fracaso.
Una vez que la actitud de derrota entra a los corazones y mente del plantador de iglesias, pueden
comenzar a verse a sí mismos como: “débiles, pequeños, poco atractivos, indefensos y frustrados con un
futuro limitado”11 Desafortunadamente, esta actitud es el estado en el que se encuentran muchas iglesias.
Si lo que comúnmente se sabe es verdad, dos tercios de todas las iglesias plantadas comenzaran a
desarrollar una autoimagen de iglesia pequeña. El punto es que las iglesias plantadas necesitan alcanzar
la asistencia de 200 personas rápidamente o enfrentar un sin fin de problemas.

Bueno no es suficiente
Plantar iglesias es un negocio difícil y brutal por lo que muchas iglesias plantadas simplemente
se esfuman. De aquellas que si sobreviven, muchas se dedican a imitar los problemas de la iglesia
estadounidense promedio mientras que otras, como la mía, pasan por una pérdida de impulso y decaen.
“La mayoría de las iglesias plantadas comienzan demasiado pronto y terminan conformándose con ser
iglesias de 75 a 150 personas.”12 Una vez que una iglesia logra este nivel de estancamiento y decadencia,
su habilidad para reenfocarse en el crecimiento y ministerio está severamente limitada.
Según la investigación de George Barna: “la experiencia típica parece ser que cuando una iglesia
pierde su impulso, el resultado más probable es que la iglesia muera o se estabilice con un tamaño
reducido.”13 Ningún plantador de iglesias comienza con la meta de empezar una iglesia que se vaya a
encoger o tener problemas para sobrevivir, pero muchos acaban en esa situación. Cada denominación
tiene la intención de impactar a la nación con el evangelio de Jesucristo y todos los plantadores de iglesias
sueñan con plantar una iglesia dinámica de crecimiento rápido. Al menos yo así lo quería. Quería ser el
catalizador detrás de la siguiente gran mega iglesia.
Llevar a cabo la Gran Comisión fue el móvil que propulsó a la iglesia moderna a su lugar actual
en la sociedad. El Espíritu Santo esparció su trabajo a lo largo de la geografía e historia de los Estados
Unidos y muchos se convirtieron. Nacieron iglesias; uno no necesita caminar demasiado dentro de un
pueblo o ciudad para encontrar las iglesias que produjo este mover. Pero si usted mira dentro de ellas un
domingo por la mañana, ¿son el crecimiento y la emoción algo normal? Tal vez algunas estén creciendo,
pero en conjunto, las estadísticas sobre crecimiento de iglesias nos muestran una imagen estacionaria y
decadente.
Muchos líderes de denominación están enfrentando este problema serio y planeando para el
futuro. Cuando consideran las consecuencias que resultarían de ignorar el problema, ellos preguntan en
oración —¿Cómo podemos salir adelante y sobrevivir a esta decadencia manteniendo las ganas de
compartir el evangelio?—. Los líderes han encontrado la respuesta a esto una y otra vez plantando nuevas
iglesias.
Yo creo que están en lo correcto. Para cruzar este mar de estancamiento, debemos comenzar a
plantar iglesias a las cuales la gente recurrirá en grandes cantidades. Debemos diferenciar entre las
grandiosas iglesias jóvenes y aquellas que simplemente existen. En su libro Good to Great (De bueno a
grandioso), Jim Collins nos da un proverbio sencillo para la iglesia moderna: “Ser bueno es el enemigo
de ser grandioso.”14 El libro de Thom Rainer: Breakout Churches (Iglesias que irrumpen) apoya esta
27
aseveración con esta pequeña gema de sabiduría: “es un pecado ser bueno, cuando Dios nos ha llamado
a ser grandiosos.”15 Esta mentalidad de “grandiosidad” debe ser utilizada en el movimiento de plantación
de iglesias por dos razones.
Primero, las denominaciones están gastando millones de dólares cada año en programas de
plantación de iglesias con resultados mediocres. Lo extraño es que muchos líderes parecen estar
conformes con plantar iglesias de bajo calibre. Puede que eso suene muy atrevido, pero el hecho es que
de las 2,285 iglesias plantadas que calificaron para este estudio, solo 168 de ellas habían llegado a las
200 personas dentro de un periodo de tres años. La mayoría de ellos terminaron reflejando el tamaño
promedio de las iglesias establecidas (de sesenta y cinco a ochenta) en Estados Unidos. Debemos ser
mayordomos sabios de los recursos que Dios ha puesto en nuestras manos. La parábola de los talentos
que contó Jesús en Mateo 25 es el ejemplo perfecto. Termina la historia diciendo: Porque a todo el que
tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. (NVI) Como
líder de denominación, siento la presión de los que me observan para asegurarse de que uso las
donaciones de la gente de manera apropiada, efectiva y excelente.
Segundo, y más importante aún, la manera en que plantamos una iglesia puede tener un efecto
tanto positivo como negativo en las personas que decidan asistir. Una iglesia mal planeada podría crear
experiencias negativas que afecten la visión futura del Cristianismo o amargar a los nuevos convertidos.
En cambio, una iglesia bien planeada, joven y vigorosa alimentará, animará y entusiasmará a los recién
conversos a que caminen con Jesús toda la vida. El destino eterno de nuestros amigos, familiares, vecinos
y compañeros de trabajo depende de nuestra habilidad para compartir el evangelio de manera que
conmueva a una humanidad desesperada y necesitada. Plantar iglesias es un requisito imprescindible
para compartir ese evangelio de salvación. Es demasiado importante como para que lo dejemos en pura
especulación y pensamientos esperanzados.

28
Capítulo 4
Detalles del estudio

29
Principales
Mi intención al escribir este libro ha sido revelar los ingredientes comunes en las iglesias plantadas
dinámicas, ingredientes que hacen falta en las iglesias plantadas que al compararlas, no se ven tan bien.
Mi esperanza es que estos descubrimientos permitirán a los plantadores de iglesias, denominaciones, y
otras agencias patrocinadoras a tener una mejor comprensión de estas iglesias plantadas extraordinarias.
Lo que hace este proyecto de investigación en particular diferente de otros estudios sobre iglesias
plantadas es la separación intencional de los dos grupos. Mi enfoque no ha sido identificar porque una
iglesia plantada se mantiene abierta o cierra, sino más bien identificar las diferencias específicas entre
las iglesias plantadas ordinarias y aquellas que se han vuelto claramente extraordinarias.
La mayoría de la gente estaría de acuerdo de que una iglesia plantada se levantará o caerá según
su liderazgo. Pero el liderazgo es solamente un factor. ¿Debe, acaso, el plantador llevar toda la culpa de
tener una iglesia anémica? ¿O es que los plantadores son utilizados como chivos expiatorios por otros
factores que contribuyen al fracaso de una iglesia plantada? A lo largo de mis conversaciones con otros
plantadores de iglesias, líderes de denominación, y jefes de departamentos de plantación de iglesias,
desarrollé un cuestionario que se refería a cuarenta y tres asuntos de interés en la plantación de iglesias.
(Una copia de este cuestionario se puede hallar en el apéndice de este libro.) El cuestionario fue diseñado
para responder tres tipos de preguntas distintas:
1. ¿Tiene algo que ver la personalidad de un plantador de iglesias con el crecimiento de ella?
La personalidad del plantador es considerada uno de los factores primordiales determinantes de
si una nueva iglesia se convierte y se mantiene siendo viable. Generalmente, los plantadores de iglesias
son percibidos como personas extrovertidas, visionarias y líderes experimentados que pueden enfrentar
la adversidad. Cada plantador debe tener la habilidad de desarrollar un plan estratégico para la iglesia
nueva. Él o ella deben poder contagiar la visión a otros y crear una solidaridad entre los que le siguen.
Usé la Evaluación del Dr. Charles Ridley que fue desarrollada para probar las personalidades de los
plantadores de iglesias para descubrir el nivel de habilidad de liderazgo de cada uno de los plantadores
participantes. Esta prueba es generalmente utilizada de diferentes formas por varias denominaciones.
Discutiré ésta prueba con más detalle en el capítulo cinco el cual trata sobre la habilidad de liderazgo.
Mi intención no era descubrir si el individuo era en realidad o no un plantador de iglesias sino
que quería saber si la calificación del plantador tenía alguna relación con el que la iglesia plantada llegara
a tener el estatus de iglesia de crecimiento rápido y dinámica.
2. ¿Qué rol tuvo el apoyo de la agencia patrocinadora en determinar si la iglesia plantada se
hizo dinámica o si lucho para sobrevivir?
Los plantadores de iglesias piensan demasiadas veces que la palabra apoyo es un sinónimo de
dinero. Pero apoyo significa mucho más que solo un derroche de dinero. Para poder crear un ambiente
sano para una nueva iglesia, el apoyo debe cubrir al menos cuatro áreas: finanzas, libertad creativa, apoyo
emocional y entrenamiento para plantación de iglesias.
La manera en que un agente patrocinador apoya en estas cuatro áreas tendrá un efecto en el
crecimiento y la viabilidad de la iglesia.
3. ¿Hay diferencias en los métodos que utilizan las iglesias plantadas de crecimiento rápido y
las iglesias plantadas que luchan para sobrevivir?
Cada plantador se enfrenta con un sinfín de decisiones durante el primer año de una iglesia, desde lo más
mundano hasta lo más importante —donde se plantará la iglesia, hacia quién estará dirigida, que clase
de establecimiento se utilizará y muchas otras cosas—. Las soluciones que se den a esas preguntas tienen
un impacto duradero en el desarrollo de la iglesia plantada. Dos decisiones cruciales que hace el plantador
tienen que ver con el método que se usa para armar el grupo principal y la estrategia antes del
lanzamiento. La tercera pregunta está diseñada para determinar el impacto de los métodos variados
utilizados por una iglesia plantada y descubrir cómo es que esos métodos influyen en el crecimiento de
la iglesia.
30
Participantes
Todas las iglesias plantadas y los plantadores involucrados en este estudio fueron parte de una
denominación o algún cuerpo patrocinador más grande. Para poder calificar para el estudio, se tenía que
cumplir con tres criterios.
Primero, para tener un estudio actual y relevante, no quise incluir iglesias plantadas de mucha
edad. Por esto, todas las iglesias plantadas tenían que tener entre tres y seis años. Los tiempos cambian
y los inconversos también cambian con las corrientes sociales. Así que quise tener los datos más frescos
posibles.
Segundo, para que las iglesias plantadas calificaran, los plantadores tenían que estar en su primera
experiencia como tales. La mayoría de los plantadores son novatos en este campo misionero tan
especializado. Aquellos que han plantado antes y vuelven a hacerlo ya han aprendido y experimentado,
y saben lo que se debe hacer o no. Si hubiera incluido a ese grupo, habría sesgado mis datos.
Tercero, todas las iglesias plantadas tenían que haber sido plantadas dentro de una ciudad de al
menos treinta mil personas. Plantar una iglesia en una zona rural es muy diferente y, en algunas formas,
una tarea aún más especializada que hacerlo en una zona urbana. Muchas iglesias en las zonas rurales
nunca pasarán la barrera de las 200 personas. Porqué la densidad de población más baja no lo permite.
De hecho, en algunas zonas rurales, se puede considerar que una iglesia de 125 personas es una mega
iglesia. No tiene sentido comparar iglesias de corte más metropolitano con aquellas que son de zonas
urbanas.
Una vez que la iglesia plantada calificaba, era puesta en alguno de estos dos grupos: crecimiento
rápido o que lucha para sobrevivir. Para calificar como una iglesia plantada de crecimiento rápido, la
iglesia tiene que haber alcanzado la autosuficiencia económica y haber cruzado la barrera de las 200
asistencias dentro de los primeros tres años desde su lanzamiento público. En contraste, puede ser que
las iglesias plantadas que luchan para sobrevivir hayan logrado una de estas cosas pero no que no hayan
podido conseguir la otra dentro del límite de tiempo de tres años.
Para este estudio calificaron en total 2,285 iglesias plantadas que están dentro de cinco
denominaciones. Me sorprendió descubrir que solo 168, o el 7%, de las 2,285 iglesias plantadas que
calificaron pudieron ser contadas entre las de crecimiento rápido. Aunque mucha gente cuente historias
de iglesias plantadas dinámicas y de crecimiento rápido, parece que éstas son la excepción a la regla en
vez de algo común. De hecho, solo el 7% de las iglesias plantadas dentro de estas cinco denominaciones
a lo largo de un periodo de tres a seis años pudieron lograr la autosuficiencia y el promedio de 200
asistencias. Creo que podemos extrapolar ese porcentaje con toda confianza al movimiento de plantación
de iglesias en su totalidad, lo que significa que el 93% de los intentos de plantación de iglesias no alcanza
el promedio de las 200 asistencias y que corren el riesgo de conformarse a tener una asistencia
potencialmente debilitada dentro de los primeros tres años de existencia, o el riesgo de morir por
completo.
El estudio le proveerá al lector información sobre los factores clave relacionados con las iglesias
plantadas de crecimiento rápido. Esperamos que también le dé la habilidad para aumentar la probabilidad
de plantar una iglesia de crecimiento rápido.

Consiguiendo la información
Puesto que el grupo de iglesias plantadas que luchan era mucho más grande que el de crecimiento
rápido, creé un grupo de comparación del mismo tamaño —168 de las iglesias plantadas que luchan
escogidas aleatoriamente. El total de la muestra fue, entonces, 336 iglesias plantadas.
El 7 de enero de 2007 mandé 336 cuestionarios a las iglesias plantadas invitadas a participar en
este estudio. De todas, 131 cuestionarios fueron llenados y eventualmente enviados de regreso,
estableciendo la tasa de participación de este estudio en 38.9%.

31
El grupo de iglesias plantadas de crecimiento rápido llenó y regresó 79 de los 131 cuestionarios;
una tasa de participación de 60.3%. Cuando examinaba su información, tuve que descalificar dieciocho
de estos setenta y nueve cuestionarios. Aunque las dieciocho eran consideradas como iglesias plantadas
de crecimiento rápido por sus líderes, no cumplían la lista de criterios del grupo de iglesias plantadas de
crecimiento rápido que se utilizó en el estudio. Al final pude mover tres de las descalificadas al grupo de
las iglesias plantadas que luchan para poder usar sus datos. En total, los datos de 60 iglesias de
crecimiento rápido fueron utilizados para este estudio.
Las iglesias plantadas que luchan llenaron y regresaron 52 de los 131 cuestionarios, una tasa de
participación de 30.9%. Sin embargo, una fue descalificada y dos fueron pasadas al grupo de crecimiento
rápido porque eran autosuficientes y habían logrado superar la barrera de 200 personas. Al final, los datos
de 52 iglesias plantadas que luchan fueron utilizados para el estudio.

Encontrando significancia
Entonces, ¿cómo determiné si un hallazgo era significativo o no? Es una buena pregunta, y es
una que le tuve que hacer a un estadístico. Yo puedo manejar números bastante bien, pero nunca me he
considerado aficionado a las matemáticas. Pero sí que sé usar un teléfono para conseguir a alguien que
sí lo es. Tras unas cuantas conversaciones desconcertantes y de hacer muchas preguntas, finalmente
entendí cómo se puede declarar que un hallazgo es significativo.
Trataré de explicar brevemente para evitar una explicación larga. Los hallazgos que se hicieron a
través de éste estudio se midieron utilizando dos medias distintas.
Primero, tres de las secciones fueron medidas utilizando una prueba estadística t de Student,
mostrando diferencias entre las medias promedio de dos grupos. En el cuestionario, las preguntas sobre
libertad conceptual, apoyo personal y la calificación Ridley del plantador de iglesias requirieron de este
método para encontrar la significancia.
Segundo, usé una simple diferencia porcentual para descubrir la significancia en el resto de las
preguntas. Según el estadístico con quien hablé, cualquier cosa por encima de una diferencia de 15% se
puede considerar significativo.

Iluminación
En marzo de 2006 comencé una búsqueda de respuestas a mis preguntas. Desde entonces dediqué
muchas horas a llamadas telefónicas, correos electrónicos y cartas. He pasado muchos días encerrado en
mi cuarto revisando datos. Aunque hubiera resultado que lo que descubriría solo me hubiera servido a
mí eso me hubiera bastado para sentirme realizado. No alcanzaba a comprender el impacto que tendría
esta investigación. Lo que empezó como una búsqueda personal y un poco egoísta se ha convertido en
un periodo de descubrimiento emocionante y motivador. Se descubrieron en total, veintiuna diferencias
significativas entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan. Aunque se hicieron
muchas preguntas a los plantadores, solo aquellas que fueron significativas forman parte de este libro. Si
usted desea tener una copia completa de éste estudio, envíeme una petición a
fastgrowingchurchplants@yahoo.com.
Mi esperanza es que los hallazgos que se lograron a través del estudio ayuden a plantadores,
denominaciones, iglesias madres, y otras agencias patrocinadoras a plantar iglesias fuertes y saludables.
Miles de intentos se hacen cada año y solo unos cuantos se convierten en verdaderas iglesias de
crecimiento rápido. Los siguientes capítulos le mostrarán lo que estas iglesias plantadas extraordinarias
tenían en común.

32
Capítulo 5
Habilidad de
liderazgo

33
EXISTEN TODO TIPO DE LÍDERES y de estilos de liderazgo. Está por ejemplo el que guía por
medio del ejemplo, el dictador, el persuasivo, el orador dotado y el líder que está dispuesto a ensuciarse
las manos trabajando. Pero ¿qué tipo de líder se necesita para plantar una iglesia de crecimiento rápido?
Antes de que saque su propia conclusión, veamos que dijo Pablo sobre ese mismo asunto a la iglesia en
Corinto: “En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer
lugar, maestros…” (1 Cor. 12:28 NVI).
Examinemos éste versículo un momento. Aquí, el mismísimo Pablo hace una lista de diferentes
tipos de líderes de iglesia: apóstoles, profetas y maestros. ¿Cuál es su intención y porqué llamo su
atención a éste pasaje? Tan sólo por esto: dentro de la iglesia, Dios da diferentes dones a la gente para
llevar diferentes tareas a cabo. Note cómo Pablo ha organizado diferentes tipos de liderazgo en categorías
muy diferentes. Más que eso, incluso las llega a poner en un orden específico. En este breve versículo,
da la lista de los grupos de liderazgo de su iglesia desde el rango más alto hacia abajo. Pablo sabía que
hay diferentes tipos de liderazgo dentro de la Iglesia y que no todos eran adecuados para ser el líder más
alto. De hecho, después dice que ésta configuración es el diseño de Dios. En palabras más simples, la
Iglesia tendrá por naturaleza muchos líderes, pero la mayoría no serán llamados a ser el jefe.
Lo que me lleva a otro punto: cuando un líder trata de escalar a una esfera de influencia más alta,
a una posición para la que no fue diseñado, enfrentará un tope. En su libro The 21 Irrefutable Laws of
Leadership (Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo), John Maxwell comienza con su “Ley del Tope”.
Esa ley se refiere a la habilidad máxima de un líder para dirigir eficientemente. Puede que usted sea un
líder nato, pero todo el que lidera tiene un tope o límite a su habilidad de liderazgo. John Maxwell lo
explica utilizando dos escalas del uno al diez para medir el liderazgo y la eficiencia en esto de la siguiente
manera:
“Si su liderazgo califica en un 8, entonces su eficiencia no puede pasar de 7. Si su liderazgo
es un 4, su eficiencia no puede ser más que 3. Su habilidad de liderazgo siempre determina
la eficiencia y el potencial de impacto de su organización, para bien o para mal.”1
Esa ley es relevante en el ámbito de plantación de iglesias. No todos los que dicen o quieren ser
plantadores de iglesias lo son en realidad. Tampoco es cierto que todos los plantadores de iglesias puedan
guiar una iglesia en un mismo nivel. Los plantadores de iglesias efectivos son un grupo de gente con
características muy especiales. También son un grupo que tiene un llamado específico. Si Dios no lo ha
llamado a ser un plantador de iglesias no tendrá mucho éxito en sus intentos de plantar iglesias. Puede
que sea un buen líder en algún otro ministerio o negocio, pero si Dios no lo ha llamado específicamente
y dado la capacidad para plantar una iglesia, ni siquiera lo piense.
Hay personas que están mejor diseñadas que otras para liderar en cuanto a plantación de iglesias
se refiere. No cualquiera es llamado o tiene la capacidad de ser un Bill Hybels, Rick Warren, Ed Young
Jr. o un Troy Gambling. Aunque muchos aspiren a ser como ellos, la mayoría no podrá.
He defendido a muchos plantadores de iglesias de críticas— de verdad que los comprendo. Pero al
igual que cualquier otro investigador sobre este tema, debo afirmar que el liderazgo es un elemento
crucial en el desarrollo de una iglesia plantada. La habilidad para liderar de una persona puede salvar o
destruir una iglesia plantada. El que algunas personas sean dotadas con mayor habilidad de liderazgo que
otros es un hecho de la vida. El meollo del asunto es esto: ¿hay una diferencia significativa entre las
habilidades de liderazgo de los plantadores de iglesias que tienen una iglesia de crecimiento rápido y de
los que tiene una que lucha para sobrevivir? ¿De qué manera afectan las características personales del
plantador su habilidad para plantar una iglesia de crecimiento rápido? No era mi intención revisar que
estas personas fueran plantadoras de iglesias o no; sino más bien busqué descubrir si había alguna
diferencia entre sus niveles de habilidad de liderazgo.
En 1984 el Dr. Charles Ridley, un profesor de psicología en la Universidad de Indiana llevó a cabo
un estudio que involucraba plantadores de iglesias de 13 denominaciones distintas, dándole así cuarenta
y ocho características distintivas de un plantador de iglesias. De esas cuarenta y ocho características listó
34
trece como las más esenciales, las cuales se han convertido en el estándar para evaluar a los plantadores
de iglesias. Las trece características se pueden encontrar en How to Select Church Planters (Cómo
Seleccionar a los Plantadores de Iglesias) del Dr. Charles Ridley, y son:
1. Capacidad visionaria
2. Motivación intrínseca
3. Crea el dominio del ministerio
4. Se relaciona con los incrédulos
5. Cooperación marital
6. Construye relaciones interpersonales efectivamente
7. Comprometido al crecimiento eclesiástico
8. Receptivo a la comunidad
9. Utiliza los dones de los demás
10. Flexibilidad y adaptabilidad
11. Construye la unidad de grupo
12. Resiliencia
13. Ejercita la fe2
Cada plantador que hace esta prueba contesta una serie de preguntas diseñadas para exponer y medir
esas trece características. Las preguntas usan una escala del 1 al 5, de manera que 1 (Estoy en completo
desacuerdo) es lo más bajo y 5 (Estoy en completo acuerdo) es lo más alto. Después de que se completa
la evaluación, la respuesta numérica de cada pregunta se suma y promedia de acuerdo al número de
preguntas. Entre más alto sea el promedio, la mayor probabilidad de que un individuo cuente con las
características necesarias para plantar una iglesia.
El cuestionario de la investigación que se envió a los plantadores les preguntó específicamente su
calificación de la Evaluación de Ridley, si es que alguna vez la llevaron a cabo. De los ciento doce
plantadores que contestaron, ochenta y cinco nos revelaron su calificación. Cuarenta y siete de estos
lideraban una iglesia plantada de crecimiento rápido y el resto lideraban iglesias plantadas que luchan.
Los resultados fueron sorprendentes. En promedio, los plantadores de iglesias que lideraban iglesias
plantadas de crecimiento rápido tuvieron una calificación más alta que los de las iglesias plantadas que
luchan. Los de las iglesias plantadas de crecimiento rápido obtuvieron en promedio 4.26 de un total de 5
puntos posibles. Los que están a cargo de las que luchan obtuvieron un promedio de 3.82. Aunque a
primera vista el margen parezca pequeño, después de aplicar la prueba estadística estándar t a las
calificaciones de los participantes, los resultados evidentemente eran relevantes. Según la prueba
estadística cualquier diferencia menor a .05 se considera significativa. Se descubrió una diferencia de
.000 entre los dos grupos de iglesias plantadas, lo cual indica que esto el hallazgo tiene significancia.
CALIFICACIONES RIDLEY

5,00% Crecimiento Rápido


Lucha por Sobrevivir
4,00%

3,00%

2,00%

1,00%

0,00%

35
El hallazgo es importante porque entre más alta sea la calificación del plantador en potencia en esta
evaluación, mayor será la posibilidad de plantar una iglesia de crecimiento rápida. Aunque solamente
sea una pieza del rompecabezas, se trata de una pieza grande.
El éxito de una iglesia plantada tiene mucho que ver con lograr que la “gente adecuada se una.”3
Para mí, esto se volvió más evidente al comparar las calificaciones Ridley de los cuestionarios de las
iglesias plantadas que luchan con las de las de crecimiento rápido. El resultado implica que cualquier
agencia patrocinadora interesada en plantar una iglesia de crecimiento rápido debería tomar en serio la
evaluación Ridley, o cualquier otro proceso de evaluación formal.
Encontrar al plantador de iglesias de mayor calidad posible es indispensable si la meta es plantar
una iglesia de crecimiento rápido. Los plantadores deben ser capaces de generar una visión, reunir a un
grupo principal de gente a su alrededor que esté suficientemente emocionada para llevar a cabo esa
visión. El plantador de iglesias correcto estará motivado internamente a recaudar fondos adicionales,
armar un grupo principal más grande y permitir a esas personas la libertad de agregar a la visión de la
iglesia. Entre más alto sea la calificación Ridley, mayor será la capacidad que tendrá esa persona de hacer
todas esas cosas.
Debo advertir una cosa. El lograr una calificación alta en la evaluación Ridley es un hecho que
por si solo no significa que un plantador será un súper plantador de iglesias. De hecho, a algunos de los
plantadores que lideraban las iglesias plantadas de crecimiento rápido no les había ido mejor que a los
que lideraban iglesias plantadas que luchan. En varios casos, los de las iglesias plantadas que luchan
sacaban mejor calificación. Aunque es extremadamente importante, la calificación de la evaluación es
solo un factor de entre muchos. La calificación por si sola que haya obtenido un plantador no puede
determinar el éxito o fallo si hacen falta otros factores.
Ahora veamos otro de los factores que se requieren para tener una iglesia plantada dinámica:
dinero.

36
Capítulo 6
Demasiado ó
Muy poco

37
LA CANTIDAD DE DINERO QUE SE REQUIERE para empezar una nueva iglesia siempre es
un asunto complicado. Cuando estaba tratando de empezar la mía, gasté miles de dólares en cosas como
renta, anuncios, equipo, los gastos de todos los días, etc. Y cada dólar que gastaba me hacía sentirme
mal. Sentía que estaba derrochando dinero en cosas que eran muy necesarias, pero que siempre necesitaba
más. Y entonces, me sentí apenado al explicar mi estado financiero a mis jefes. He escuchado a un sinfín
de individuos, plantadores y líderes de denominación quejarse acerca de lo mucho que cuesta empezar
una nueva iglesia.
La mayoría de los pastores y congregaciones en las iglesias establecidas toman por sentado sus
estados financiero y material. ¡Cuán fácil olvidamos a los pioneros que empezaron la iglesia donde
adoramos el día de hoy! Tal vez esos hombres y mujeres valientes que fundaron la iglesia que amamos
y protegemos no estén vivos para contarnos los sacrificios que hicieron. Edificios grandes, una bonita
alfombra, asientos forrados, vidrieras policromadas, mesas y sillas, y todas las cosas materiales dentro
de una iglesia local costaron el sudor y sangre de nuestros antepasados. Estamos tan distantes de esos
comienzos, que no reconocemos los costos allegados a la fundación de una nueva iglesia.
No hay que negarlo, la plantación de iglesias es cara. Si usted no está dispuesto a invertir miles
en una iglesia plantada, ni siquiera empiece. Hay un dicho en inglés que dice que uno compra según lo
que paga. Quien sea que lo haya dicho primero debió ser un plantador de iglesias. Si usted es un líder de
denominación y quiere fundar una iglesia cuidando su bolsillo, solo recuerde que uno compra según lo
que paga. La forma más rápida de matar una iglesia plantada o condenarla a una vida anémica es dejarla
sin dinero.
Por otro lado, si usted es un plantador de iglesias y usted cree que su denominación o agencia
patrocinadora debería darle todo lo que usted pide, también está equivocado. Demasiado dinero también
puede tener un efecto negativo sobre una iglesia nueva. El objetivo de las iglesias plantadas es que se
vuelvan autosuficientes tan pronto sea posible. Son demasiadas las veces en que las peticiones de
plantadores—: ¡Más, más, más! —son satisfechas y la iglesia cae en un patrón de comportamiento de
beneficiario.
La plantación de iglesias es, en muchas formas, como criar a un niño. Uno jamás piensa en tener
un hijo sin estar dispuesto a gastar dinero en él. El bebé llora porque tiene hambre y uno compra leche y
se la da. El bebé bosteza, se acomoda en sus brazos, y uno le provee una cuna. Instintivamente, uno busca
satisfacer las necesidades básicas del bebé. Después de crecer y luego aprender a hablar, puede que él
empiece a desear diferentes cosas. Pero uno no le facilita todo lo que trata de agarrar. Si uno hiciera eso
con el niño, se malcría y se vuelve dependiente. Una iglesia plantada es exactamente igual. Tendrá
muchas necesidades, pero eso no implica que la denominación o agencia patrocinadora deba satisfacer
ciegamente todas esas necesidades.
Si un plantador no puede llevar una iglesia a la autosuficiencia dentro de tres años, puede
significar que se escogió al líder equivocado. Aunque estoy de acuerdo con que plantar una iglesia
requiere dinero, si el plantador de su elección le pregunta repetidamente—: ¿Cuánto dinero me van a
dar? —. ¡Huya! Si realmente tiene el llamado y ese fuego en el interior, el plantador seguirá adelante sin
importar cuánto dinero se le dé.
Entre 1979 y 1984, Rudee Boan investigó las iglesias plantadas de la Convención Bautista del
Sur. Descubrió que existía poca evidencia de que las “finanzas tengan influencia alguna sobre los
resultados de una misión.”1 De hecho, su investigación concluyó que las iglesias sin patrocinador tenían
mayores probabilidades de constituirse. También concluyó que es más importante la administración
adecuada de las finanzas que la cantidad recibida de éstas. Pero aunque estoy de acuerdo en que la buena
administración de recursos es un asunto importante en la vida de cualquier iglesia plantada, es difícil
lograr una buena mayordomía si la iglesia no comienza con una cantidad realista de recursos.
Por el otro lado, en 2000, Dennis Powell hizo un estudio sobre cinco denominaciones y sus métodos
de plantación de iglesias. Su investigación reveló que una de las cosas que hace la diferencia entre la
38
supervivencia y el fracaso de una iglesia plantada era “el nivel de fondos a su disposición.”2 La
investigación de Powell también mostró que los ingresos de los primeros tres años de una iglesia plantada
son de vital importancia para determinar si podrá volverse autosuficiente. Powell resume este fenómeno
así:
Revisando el ingreso disponible total de los primeros tres años de una iglesia nueva, aquellas
que tenían un ingreso superior a $30,000, incluyendo ofrendas, donaciones y subsidios,
tenían una ventaja significativa. Aquellas con menos de $30,000 de ingreso total cada año se
volvieron autosuficientes a una tasa de 23%. Las que tenían más de $30,000 se volvían
autosuficientes a una tasa de 77%.3
De todas las iglesias involucradas en el estudio de Dennis Powell, solo una logró alcanzar las 200
asistencias en los primeros tres años. Esta iglesia logró tener más de 350 personas al final del primer año.
Sin embargo, la cantidad de ayuda financiera que se le ofreció a esa iglesia en particular no es
mencionada.
El financiamiento es extremadamente importante en la vida de una congregación nueva y “una
iglesia nueva requerirá un flujo estable de dinero.”4 Hasta donde yo sé, existen pocas investigaciones
sobre el rango apropiado de financiamiento para empezar una nueva iglesia. El apoyo financiero es un
tema muy debatido entre los plantadores de iglesias y líderes de denominación, y los recursos alocados
se dejan generalmente para los que están involucrados. La cantidad de financiación generalmente varía
según el modelo de plantación de iglesias que se utiliza. Mi investigación buscó la respuesta a esa
pregunta.
¿Cuánto dinero se le debe dar a un plantador de iglesias para que funde una iglesia nueva? El
cuestionario enviado a los plantadores involucrados en el estudio tenía ocho preguntas que buscaban la
respuesta a esa pregunta. Descubrí que hay un balance delicado entre demasiado y demasiado poco.

Estado Laboral
La primera pregunta en el cuestionario se refiere al estado laboral del plantador de iglesias. A
muchos plantadores se les pide que suministren su ingreso personal mientras plantan una iglesia. Esto
significa que deben mantener un trabajo y plantar una iglesia al mismo tiempo. Por esto, mi estudio
buscaba determinar si es mejor que el plantador sea de tiempo completo o bi-vocacional. Mi cuestionario
le preguntaba a cada plantador acerca de su estado laboral. Los datos revelan que tanto en el grupo de
crecimiento rápido y el de iglesias plantadas que luchan existe un alto porcentaje de plantadores de
tiempo completo. Sin embargo, el grupo de crecimiento rápido tenía una tasa 16.8% más alta de pastores
de tiempo completo que la del grupo de iglesias plantadas que luchan. Recuerde que algo tiene
significancia si la diferencia es mayor a 15%. Esta es una diferencia significativa.
STATUS DE TRABAJO
78,3% Crecimiento Rapido
80%
70% Luchan por Sobrevivir
61,5%
60%
50%
38,4%
40%
30% 21,6%
20%
10%
0%
Tiempo Completo Bi-Vocacional

39
No me sorprendió el hecho de que la mayoría de los plantadores de las iglesias plantadas de
crecimiento rápido hayan sido de tiempo completo. Imagine estar en una población nueva, y tener que
buscar trabajo, tal vez en una ferretería o en alguna oficina. Después de lograr esto hay que aprender todo
lo que se requiere para hacer un buen trabajo. Y además de todo esto, imagine tener que pasar por todas
las situaciones desmoralizantes generalmente asociadas con plantar una nueva iglesia. La prioridad de
concentración que una persona dedique a una tarea determinará un mayor grado de éxito. Si el plantador
se preocupa de trabajar para proveer a su familia, su atención está dividida y probablemente disminuirá
su capacidad de mantener la concentración en la iglesia plantada. Creo que no estoy asumiendo
demasiado al decir que la concentración del plantador es de absoluta vitalidad en los primeros años de
vida de una iglesia plantada.

Años de Apoyo Salarial


Aquí es donde se pone interesante. En general, a los plantadores de las iglesias de crecimiento
rápido no se les dio apoyo salarial más allá de tres años. No se descubrieron diferencias significativas
entre los dos grupos de iglesias plantadas en el primer año. Con respecto a eso debe decirse, que fueron
muy pocas las iglesias plantadas a las que se les dio apoyo financiero por solo un año. Sin embargo, sí
se descubrieron diferencias importantes en el apoyo del segundo y quinto año, que es cuando se acababa
el apoyo financiero de las iglesias plantadas. Había 23,4% más iglesias plantadas de crecimiento rápido
que iglesias plantadas que luchan cuando el apoyo financiero se acababa al final del segundo año. Cuando
el apoyo terminaba al final del quinto año, había un 25.5% más iglesias plantadas que luchan. Ambas
son diferencias significativas. Recuerde, dije que había un balance delicado entre demasiado y muy poco.
Este hallazgo comienza a demostrar esto.
Viéndolo de otro modo, el 91.2% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron apoyo
salarial a lo mucho por tres años. Por el otro lado, el 77.6% de las iglesias plantadas que luchan recibieron
apoyo salarial durante tres años o más. Estos datos parecen implicar que un apoyo sostenido durante un
periodo extendido puede sofocar el desarrollo de la iglesia plantada.
AÑOS DE APOYO SALARIAL

50% 44,4% Crecimiento Rápido


40,0%
Luchan por Sobrevivir
40%
33,3%
27,7%
30%

20% 16,6% 16,6%

10% 6,6% 5,5% 6,6%


2,2%
0%
1 2 3 4 5

Puede que parezca contra intuitivo decir esto, pero apoyar durante demasiado tiempo tiene un efecto
negativo sobre la iglesia plantada. Un plantador al que se le da demasiado apoyo salarial durante mucho
tiempo tiene más probabilidad de caer en un patrón más lento de crecimiento con menos posibilidad de
llegar a la autosuficiencia. Puede ser que la promesa de tener estabilidad financiera durante un periodo
de tiempo extendido haga que el plantador se relaje e incluso llegue a ser perezoso. Piénselo un momento,
si usted sabe que tiene el salario asegurado durante los próximos cinco años, ¿no se diría usted
continuamente: “No hay problema, todavía hay tiempo”? Si el plantador sabe que su salario está fijo y
asegurado durante los próximos cinco años, puede que no se sienta presionado a ayudar a crecer a la

40
iglesia ni estará apresurado a enseñar la buena mayordomía económica. Un periodo más corto de apoyo
financiero fuerza al plantador a ser más agresivo al hacer crecer a la iglesia, recaudando fondos
adicionales y enseñando una comprensión bíblica adecuada de la mayordomía económica.
Entonces, ¿cuánto apoyo salarial debería de recibir el plantador de tiempo completo? ¿Cuánto se
necesita de salario a lo largo de un periodo de dos a tres años? No investigué esa parte de la pregunta
financiera. Sin embargo, creo que es válido decir que se debe tener en cuenta la zona donde se está
llevando a cabo la plantación. Un plantador en el medio oeste de los Estados Unidos probablemente no
necesitará tanto como lo haría una persona que va a plantar una iglesia en Nueva York. Al plantador se
le debe pagar suficiente salario para que mantenga a su familia.

Dinero Adicional para Comenzar


También me interesó descubrir una diferencia significativa entre las iglesias plantadas de
crecimiento rápido y las que luchan en relación con dinero adicional al comienzo de la plantación. El
dinero adicional para comenzar son fondos que van más allá del salario del plantador. Es dinero destinado
exclusivamente a la nueva iglesia y generalmente se gasta bajo la discreción del plantador. Se le preguntó
a cada plantador si recibió dinero adicional a su salario y, de ser el caso, la cantidad que recibió y durante
cuánto tiempo.
Un porcentaje significativamente alto de iglesias plantadas de crecimiento rápido (26.9%) recibió
apoyo financiero de parte de su agencia patrocinadora más allá del apoyo salarial.

DINERO ADICIONAL PARA COMENZAR

80% 75%
Crecimiento Rápido
70%
Luchan por Sobrevivir
60% 51,90%
48,10%
50%
40%
30% 25%
20%
10%
0%
Sí No

De nuevo, esto no me es sorprendente. Recuerde, se requiere de dinero para empezar una iglesia.
Se necesita dinero para anunciar la apertura de una iglesia plantada; para comprar un sistema de sonido,
pagar la renta, agua y electricidad. Se requiere dinero —y punto. Sin embargo, me sorprendieron las
cantidades de apoyo adicional que se dieron, al igual que los tiempos durante los cuales fue dado.

Cantidad de Apoyo Adicional


Según los datos, habían diferencias significativas entre el grupo de crecimiento rápido y el de
iglesias plantadas que luchan en el rango de $10,001 y $25,000 y por encima del de $100,000. Treinta y
cinco punto cinco por ciento de las iglesias plantadas de crecimiento rápido solo recibieron entre $10,001
y $25,000 de fondos adicionales. En cambio, solo el 8% de las iglesias plantadas que luchan recibieron
esta menor cantidad de recursos. En este rango de fondos, la diferencia entre los grupos fue sorprendente:
27.5%. Asombrosamente, la tendencia se invirtió en el rango de $100,000 o más. Solo el 6.6% de las
iglesias plantadas que lograron calificar como de crecimiento rápido recibieron más de $100,000 de
fondos adicionales. Y desafortunadamente el 32% de las iglesias plantadas que se situaron entre las que
41
luchan recibieron más de $100,000 en fondos adicionales. En ese rango, se encontró una diferencia
significativa de 25.4%.
CANTIDAD DE FONDOS ADICIONALES
40,0%
40% 35,5%
33,3%
35% 32,0%
30% $1.000 a $10.000
24,0%
25% $10.001 a $25.000
20% $25.001 a $50.000
13,3%
15% 11,1% $50.001 a $100.000
10% 6,6% 8,0% Más de $100.000
5%
0,0%
0%
Crecimiento Rápido Luchan por Sobrevivir

El balance delicado se vuelve más claro cuando se estudia ésta última gráfica. Las iglesias
plantadas que luchan parecen estar o en un extremo o en el otro. O recibían muy poco, o demasiado. En
cambio, las iglesias plantadas de crecimiento rápido se agrupan en el centro.
Sin embargo, es interesante notar también que las iglesias plantadas de crecimiento rápido
recibieron una mucha menor cantidad de recursos adicionales para comenzar que lo que recibió el otro
grupo. Una forma distinta de verlo es combinando los primeros tres rangos de apoyo y comparándolos
en ambos grupos con los últimos dos rangos. En total, un 44% de las iglesias plantadas que luchan
recibieron $50,000 o menos en fondos adicionales. En comparación, la gran mayoría (82%) de las iglesias
plantadas del grupo de crecimiento rápido cayó en este rango. De manera similar, un total combinado de
56% de las iglesias plantadas que luchan recibió más de $50,000 en fondos extra mientras que solo el
18% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron esa cantidad. La diferencia significativa
en estos rangos combinados de apoyo adicional entre ambos grupos fue de 38%. En este rango elevado
de financiamiento, hubieron más iglesias plantadas que luchan que de crecimiento rápido.
FINANCIAMIENTO TOTAL COMBINADO

100% Crecimiento Rápido


82%
Luchan por Sobrevivir
80%

56%
60%
44%
40%
18%
20%

0%
$1.000 a $50.000 Más de $50,000

Para mí, estos hallazgos fueron sorprendentes. En esencia, esto nos muestra que hay
denominaciones que vierten grandes cantidades de dinero en iglesias plantadas con la esperanza de que
de alguna manera comiencen a vivir. Pero al mismo tiempo, nos muestra que al parecer ese flujo
financiero puede estar ahogando el fervor que se requiere para crear una nueva iglesia. Lo digo porque
el mayor porcentaje de iglesias de crecimiento rápido cae claramente en los rangos de menor
financiamiento.

Tiempo de Apoyo

42
Uno podría imaginarse que el plantador de iglesias es llevado a la oficina de su líder de
denominación y éste le escribe un enorme cheque. Tal vez diga: —Aquí tiene, vaya plante una iglesia—
. Por supuesto que no es así como sucede. El apoyo financiero para la iglesia plantada, generalmente, se
da en abonos. Puesto que mi investigación ya estaba examinando la materia de apoyo adicional, pensé
que sería prudente y que me sería de ayuda, también estudiar los periodos de tiempo en que se recibió
ese dinero.
Según los resultados del cuestionario, la mayoría de las iglesias de crecimiento rápido (60%) recibieron
todo sus recursos adicionales dentro del primer año. A diferencia de esto, sólo el 38.4% de las iglesias
plantadas que luchan recibieron el total de su apoyo adicional dentro del primer año. La diferencia entre
las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan que recibieron el apoyo en el primer año es
de 21.6%.
Solo el 2.2% de las iglesias plantadas que recibieron recursos en abonos durante un periodo de
cinco años son de crecimiento rápido. En cambio, 23% de las iglesias plantadas que luchan recibieron
apoyo durante cinco años. Es una diferencia de 20.8%.
DURACIÓN DE AÑOS
60,0%
60% Crecimiento Rápido
Luchan por Sobrevivir
50%
38,4%
40%

30% 24,4% 23,0% 23,0%


20% 15,3% 13,3%
10%
0,0%0,0% 2,2%
0%
1 2 3 4 5 o más

Al igual que con el tema anterior, la significancia de este hallazgo se amplifica cuando
combinamos y comparamos esos cinco años. Un número relevante de iglesias plantadas de crecimiento
rápido (60%) recibió el total de sus recursos durante el primer año. Y como si fuera un reflejo en el
espejo, las iglesias plantadas que luchan están al otro lado de ese año. Un 61.6% de las iglesias que
luchan, casi el mismo porcentaje, recibió el apoyo adicional a lo largo de los siguientes cuatro años.
Mientras que un mayor porcentaje de iglesias plantadas dinámicas recibieron más fondos que sus
contrapartes que luchan por sobrevivir, la mayoría recibió $25,000 o menos dentro de un periodo de un
año. Especulo que esto indica que a esas iglesias plantadas se les otorgó una subvención para comenzar.
En cambio, las iglesias plantadas que luchan que recibieron fondos adicionales recibieron mucho más
dinero a lo largo de más tiempo. De hecho, un número significativo de iglesias plantadas que luchan
recibió más de $50,000 durante un periodo de cuatro a cinco años.
De nuevo, podría ser que dar demasiado dinero a una iglesia nueva hará que caiga en una
mentalidad de beneficiario, lo cual es algo que se vuelve muy difícil superar. Puede ser que la iglesia
plantada comience a creer que la agencia patrocinadora que hizo la inversión inicial también la rescatará
de cualquier problema financiero que pueda surgir en el futuro. Si comienzan a pensar que tienen una
generosa hermana mayor con mucho dinero de sobra, puede que se sientan relajados e ignoren su propio
sentido de responsabilidad financiera.

Intervención Personal
La habilidad de financiar una iglesia plantada no debería de ser solo la responsabilidad de la
agencia patrocinadora. El plantador también debe involucrarse en la recaudación de apoyo financiero.
43
Después de todo, estará a cargo de ella. Hasta este punto en el cuestionario, todas las preguntas
financieras tenían que ver con la participación de la agencia patrocinadora. El cuestionario termina
dirigiéndose a la intervención personal del plantador en la recaudación de fondos. Se le preguntó al
plantador si tuvo que recaudar fondos adicionales a lo que ya se le había dado la agencia patrocinadora.
Cuando se tabularon los resultados, 63.3% de los plantadores de las iglesias de crecimiento rápido
indicaron que habían estado involucrados personalmente en la recaudación de fondos adicionales a lo
que había proporcionado la agencia patrocinadora. De las iglesias plantadas que luchan, solo el 23% de
los plantadores indicaron haber estado involucrados así. La diferencia es de 40.3%.
No se necesita a un estadístico para ver que un porcentaje más alto de los plantadores de
crecimiento rápido se involucró personalmente en la recaudación de fondos adicionales que los
plantadores de iglesias plantadas que luchan. Creo que este hallazgo revela una correlación entre el
sentido de responsabilidad personal del plantador en encontrar recursos adicionales y el éxito de la iglesia
plantada.
INTERVENCIÓN PERSONAL EN LA RECAUDACIÓN DE
FONDOS
76,9%
80% Crecimiento Rápido
70% 63,3% Luchan por Sobrevivir
60%
50%
36,6%
40%
30% 23,0%
20%
10%
0%
Sí No

Conclusión
Se revelaron varios descubrimientos significativos al hacer un estudio minucioso de las
diferencias entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan. Descubrí que la mayoría
de los plantadores de iglesias de crecimiento rápido trabajaron tiempo completo en la iglesia. Estos
plantadores de tiempo completo ganaron un paquete salarial que duraba no más de tres años y un alto
porcentaje de ellos tenía uno que terminaba después del segundo año. A la mayoría de los plantadores
con iglesias plantadas de crecimiento rápido se les dio un paquete financiero adicional de parte de una
agencia patrocinadora de hasta $25,000 en un tiempo de corto plazo. (La gran mayoría de estos recibió
el total de sus fondos dentro del primer año.) Estos plantadores exitosos también estuvieron mucho más
involucrados personalmente en la recaudación de fondos adicionales a los que les proveyó su agencia
patrocinadora.
En cambio, los plantadores que lideran iglesias plantadas que luchan generalmente trabajaron
también en algún otro lado. La mayoría de esos plantadores recibieron apoyo salarial por tres años o más.
(Casi el 45% de los plantadores de este grupo recibieron apoyo salarial hasta por cuatro o cinco años.)
Solamente alrededor de la mitad de ellos recibió algún apoyo adicional por parte de su agencia
patrocinadora. Sin embargo, el 48.1% que si lo consiguió, recibió más de $50,000 a lo largo de un periodo
de tiempo extendido. También, estos plantadores no estuvieron involucrados personalmente en la
recaudación de fondos adicionales para la iglesia plantada.
De este análisis, podemos formar el perfil financiero ideal para un plantador de iglesias. Un
plantador de iglesias debe ser remunerado, por no más de dos años por trabajar a tiempo completo con
una cantidad que está basada en el ingreso mediano promedio de la zona donde está plantando. El
44
plantador también debe recibir entre $25,000 y $50,000 en manera de subvención para comenzar y se le
debe exigir que se involucre personalmente en la recaudación de fondos para la iglesia plantada.
Ultimadamente, creo que la cantidad necesaria para plantar una iglesia de crecimiento rápido se
encuentra en el rango de $200,000 y $30,000 dentro de un periodo de dos años. Esa cantidad cubriría
gastos como: un salario para dos líderes de tiempo completo, (hablaré más sobre eso en el capítulo diez)
renta, utilidades, equipo y currículo para jóvenes, adolescentes y adultos. Además de este enorme costo,
está lo que una iglesia plantada debe asumir para poder completar una estrategia de mercadeo fuerte.
El mercadeo es un área que no estudié. Sin embargo, yo ayudo a las iglesias plantadas a mi cargo
a implementar estrategias de mercadotecnia que costarán entre treinta y cuarenta mil dólares —sólo para
el lanzamiento del primero culto público. Claro, todo esto depende del estilo de iglesia que usted piense
plantar.

45
Capítulo 7
Libertad para ser

46
PARA FUNDAR IGLESIAS NUEVAS, para empezarlas desde cero, debemos ser innovadores
en nuestra manera de hacerlo. Según lo que dice Leonard Sweet, autor de Aqua Church, “La iglesia debe
emplear su inmensa cantidad de recursos creativos al servicio del enriquecimiento y mejoramiento
espiritual.”1 La iglesia no puede continuar haciendo lo que hasta ahora si espera alcanzar a esta nueva
generación de visiones tan distintas. La televisión, computadoras, iPods, la Internet y los videojuegos
han llevado a la cultura occidental a una nueva era de comunicaciones y entretenimiento. “Si queremos
comunicarnos, tendremos que aprender una nueva retórica.”2 Debido a los cambios tan rápidos que se
han experimentado, las iglesias establecidas y las iglesias plantadas tienen que competir con estos
avances tecnológicos y culturales nos guste o no. La iglesia debe adaptarse a esta cultura sumergida en
tecnología si va a lograr la Gran Comisión efectivamente. O los líderes de denominación deciden qué
innovaciones se utilizarán en la creación de una nueva iglesia, o lo harán los plantadores de iglesias.
La nueva iglesia necesita un plan, una estrategia sólida, antes de su lanzamiento. Un mapa de las
decisiones inmediatas delineando un lanzamiento adecuado es vital para la supervivencia de cualquier
iglesia plantada. Se espera que haya algún control, con límite razonable, para cualquier estructura: “Uno
de los desafíos que enfrenta una denominación es dar una cantidad adecuada de libertad a la iglesia local.
La energía necesaria para la plantación de iglesias no se genera en un edificio de oficinas centrales.”3
Generalmente, las denominaciones invierten a diferentes grados en la vida de estas iglesias nuevas, por
lo que es de esperar que las iglesias tengan la responsabilidad de dar cuentas a ellas. ¿Pero qué tanto se
le debe rendir cuentas? ¿Cuánta libertad se le debe dar al líder para tomar las decisiones iniciales de la
plantación de la iglesia? Lo que se debe aclarar es qué tanto afecta el grado de rendición de cuentas
ejercido al crecimiento de la nueva iglesia.
Lyle Schaller cree que el control le pertenece principalmente a la denominación porque tiene los
recursos apropiados para diseñar, organizar, e implementar un plan comprensivo para la iglesia plantada.4
Otra línea de pensamiento dice que los líderes deben dar la mayoría del control al plantador. En su libro
Church-planting: The Next Generation (Plantación de Iglesias: La Nueva Generación), Kevin Mannioa
argumenta fuertemente a favor de dar más libertad al plantador:
Apártese de su camino. Tal vez le duela a su ego cuando se dé cuenta de que no necesitan su
experiencia para funcionar. Tal vez ellos tengan más conocimiento y experiencia. Incluso
puede ser que ellos tengan todo bajo control. El que usted asuma que necesitan su ayuda
podría ser una asunción errónea o incluso dañina. Tal vez su mayor ministerio sea
reafirmarlos y no estorbar. Son suficientemente inteligentes como para llamarlo si necesitan
ayuda. Y aun así, deles la libertad de llamar a alguien más que no sea usted.5
Yo creo que Mannioa está en lo correcto. Los plantadores de iglesia en el campo tienen una buena
comprensión de las necesidades de la comunidad y de cómo la nueva iglesia puede responder a esas
necesidades. Son los que ven y oyen en el lugar. Ellos escuchan las quejas diarias y las alegrías de sus
congregaciones. Ellos lo viven. Un individuo en un edificio de oficinas centrales no está tan íntimamente
conectado a la comunidad ministrada. Una vez que se ha escogido la locación y que se han hecho algunos
estudios demográficos, creo que el plantador debe ser dado el control total.
En su investigación, Rudee Boan indica que cuando una nueva iglesia es dominada por una agencia
patrocinadora, la relación amo y sirviente “dañará la misión a causa de su paternalismo.”6 Mi estudio
intentó descubrir si el control de una agencia patrocinadora tiene consecuencia alguna sobre si la iglesia
plantada se convertirá en una de crecimiento rápido, dinámica.
El cuestionario que fue enviado a los plantadores hizo una serie de seis preguntas relacionadas al
control.
1. ¿Cuánta influencia tuvo usted en crear la visión de la iglesia?
2. ¿Cuánta influencia tuvo usted en determinar su estilo de adoración?
3. ¿Cuánta influencia tuvo usted en contratar a su personal de apoyo?
4. ¿Cuánta influencia tuvo usted en determinar donde se plantó su iglesia?
47
5. ¿Cuánta influencia tuvo usted en determinar cuál sería su audiencia principal?
6. ¿Cuánta influencia tuvo usted en determinar cómo se gastarían los fondos?
Después de cada pregunta, se le pedía a cada plantador que evaluara la cantidad de control que
tuvieron sobre estas decisiones básicas. Sus respuestas se cuentan con una escala Likert del uno al cinco.
Si se califica uno o dos, entonces el plantador opinaba que la mayoría del control sobre esta área estaba
en manos de la agencia patrocinadora. Una calificación de tres dice que había un balance en el control
entre el plantador y la agencia. Y finalmente, la calificación de cuatro o cinco representa un área donde
el plantador sentía como si las decisiones o el control estuvieran en sus manos.
Se descubrieron tres diferencias significativas de sus respuestas. Los plantadores liderando
iglesias de crecimiento rápido dijeron haber tenido mayor libertad en la formulación de la visión de la
iglesia plantada, mayor libertad en escoger a su audiencia principal y mayor libertad en determinar cómo
se gastaron los fondos.
Como se mencionó anteriormente en el libro, varias áreas de mi investigación utilizaron una
prueba estadística para ver si los hallazgos tenían significancia o no. A esta prueba se le llama “prueba
t”. Mide las medias y la desviación estándar de los datos recolectados. Al comparar y contrastar los datos
de ambos grupos, se determina un valor para mostrar significancia. De acuerdo con la “prueba t”
cualquier valor menor a .05 se considera como una diferencia significativa. De las seis áreas de libertad
conceptual estudiadas, tres tuvieron diferencias significativas entre las iglesias plantadas de crecimiento
rápido y las que luchan: visión, audiencia primordial, y gasto de recursos.
LIBERTAD CONCEPTUAL
4,96% 4,95% Crecimiento Rápido
5,0% 4,88%
4,84%
4,78% 4,81% Luchan por Sobrevivir
4,8% 4,68%
4,65%
4,57%
4,6% 4,50%
4,42%
4,4% 4,34%

4,2%

4,0%
Visión Estilo de Personal Locación Audiencia Gasto de
Adoración Principal Recursos

En m opinión, es de vital importancia tener la libertad de tomar decisiones propias en el campo


misionero. Específicamente, se vuelve cierto a la hora de desarrollar una visión para la iglesia plantada.
Los resultados muestran claramente que el plantador de iglesias con control sobre su propia visión para
la iglesia tiene mayores probabilidades de tener éxito. En esa área, hubo una diferencia significativa entre
los grupos de iglesias plantadas de crecimiento rápido y el de las que luchan.
La visión para una iglesia plantada es algo que debe nacer en el corazón del individuo que planta
la iglesia. Cuando una entidad patrocinadora forma la visión y le pide a alguien más que la lleve a cabo,
hay una alta probabilidad de que la iglesia plantada tendrá que luchar para sobrevivir.
Un plantador me dijo una vez que se le había acercado un líder de denominación con el sueño de
plantar una iglesia. El líder tenía planeado el lugar: una ciudad que crecía rápidamente en el suroeste
estadounidense. Por años, ese líder había llevado en su corazón la visión para esta ciudad. En respuesta
a esto, el plantador se subió a un avión, voló a la ciudad e inmediatamente se enamoró del área. Éste
hombre era un verdadero plantador de iglesias. Tenía el llamado y le gustaba ser desafiado. Tenía una
motivación profunda y santa por llevar a cabo la Gran Comisión. Y sin embargo, tres años y $250,000
después, la iglesia plantada luchaba por sobrevivir y finalmente terminó cerrando sus puertas.
Al interrogar a ese plantador, descubrí que aunque al plantador le encantó la idea en un principio,
su alegría pronto se difuminó. Aunque él era un líder maravilloso y capaz, la visión para ésta iglesia

48
plantada no había nacido de su corazón. En vez, venía del corazón de otro, y él solo la había adoptado.
Éste hombre actuó noble y obedientemente; creyó que estaba haciendo la voluntad de Dios. Pero sea
advertido: si Dios no se mueve en su corazón; si Dios no está moldeando una visión personal, ¡espere!
Es peligroso forzar una visión predeterminada sobre un plantador de iglesias. Si se le permite al plantador
la libertad adecuada para responder a la visión que ha puesto Dios en su corazón, se creará una mayor
probabilidad de que la iglesia plantada se convierta en una de crecimiento rápido. Creo que es seguro
decir que dejarle esta libertad conceptual al plantador le dará una mayor probabilidad de plantar una
iglesia dinámica, de crecimiento rápido porqué hay una relación personal más grande.
La selección de la audiencia principal fluye naturalmente de la visión del plantador de iglesias.
Si el plantador siente una carga por los jóvenes adultos, por ejemplo, su visión puede incluir música
movida y un estilo casual. Si el plantador siente una carga por las comunidades granjeras o rurales, su
visión podría incluir muchas comidas, sermones al aire libre y actividades orientadas a la familia. Imagine
forzar a un plantador con un tipo de llamado muy particular a un área o campo misionero que no es el
suyo. Los resultados van a estar por debajo del estándar. Así que no me sorprendió el que la libertad para
escoger la audiencia principal haya sido otro factor significativo. Los plantadores liderando iglesias
plantadas de crecimiento rápido tuvieron mucho mayor libertad de elegir la audiencia principal.
Finalmente, a los plantadores liderando iglesias plantadas de crecimiento rápido también se les
dio mayor libertad de escoger como gastar sus fondos. Creo que esto nos hace referencia a la idea de
micro administración. Nadie sabe mejor que la persona que ésta en el lugar, cuáles son los recursos que
se necesitan. Si la congregación se queja continuamente acerca de que el sistema de sonido rechina y
falla por razones misteriosas, ¿no debería el plantador estar a cargo de las reparaciones o del reemplazo
de ése aparato? Si el plantador fue lo suficientemente inteligente para ganarse la confianza de una
denominación acerca de fundar una iglesia plantada, ¿no debería asumirse también que es lo
suficientemente inteligente como para tomar sus propias decisiones? Aunque todo plantador puede
esperar que una agencia patrocinadora ejerza cierto grado de control administrativo, creo que la mayoría
de las decisiones financieras deberían estar a cargo del plantador.
En cada categoría, las iglesias plantadas dinámicas, de crecimiento rápido promediaron un menor
control y manejo de parte de la agencia patrocinadora. Los datos acumulados indican que las agencias
patrocinadoras deben dar las libertades adecuadas a los plantadores.
Debe dársele al plantador la oportunidad de orar por y formar la visión que Dios ha puesto en su
corazón. Es difícil llevar a cabo la visión de otra persona. Si un plantador no puede articular una visión,
no se le debe permitir plantar. La gente sigue las visiones y si el plantador no puede compartir la suya
claramente, o si no está seguro acerca de alguna que ideó, entonces será difícil que los demás la puedan
seguir.
La audiencia principal del plantador se reflejará probablemente en la visión. Si el plantador se
visualiza empezando un servicio contemporáneo entonces la asistencia probablemente será joven. El
grupo de edad principal generalmente refleja la edad del plantador. No estoy sugiriendo que un plantador
no puede cruzar las barreras generacionales, sino que una iglesia plantada intergeneracional puede
requerir de un individuo especial. Un plantador debe tener la libertad de escoger la audiencia principal
que Dios ha puesto en su corazón.
Finalmente, un plantador necesita tener la libertad de gastar los fondos como él lo considere
adecuado. El plantador es el que está cerca del proyecto. Aunque una agencia patrocinadora debe ayudar
al plantador a formular un plan financiero sólido, nadie puede planificar para cualquier circunstancia. Se
debe confiar en que el plantador usará sus recursos financieros adecuadamente. Si una agencia
patrocinadora tiene que administrar a un plantador porque no confía en él, tal vez deba reconsiderar su
decisión de plantar una iglesia con esa persona.

49
Capítulo 8
El Factor
Bernabé

50
¿ALGUNA VEZ SE HA PREGUNTADO sobre lo que hubiera sido el ministerio de Pablo sin
Bernabé? Cierto, Pablo era un hombre motivado; tenía una mentalidad siempre dispuesta a seguir
adelante y si hubiera tomado la evaluación de plantador de iglesias, hubiera pasado con todo perfecto.
Estoy seguro de que aunque no hubiera tenido alguien como Bernabé a su lado, habría tenido un gran
impacto sobre la cultura; plantado algunas iglesias; e incluso creo que hubiera disfrutado de un periodo
de éxito. Y sin embargo, me pregunto: ¿Bernabé tuvo algún rol importante en el éxito del ministerio de
Pablo? ¡Yo creo que sí!
Pablo necesitaba a Bernabé. Permítame explicar. Para cuando Pablo se convirtió, tenía ya una
reputación negra entre los judíos. Pablo, antes conocido como Saulo, era notoriamente violento, lleno de
ira y perseguidor mortal de los seguidores de Jesús. En donde se derramara la sangre de los conversos,
ahí estaba Pablo, como un depredador vicioso, bebiendo figurativamente de cada muerte. Obviamente
era bueno en descubrir a los nuevos creyentes porque todos le tenían miedo. Cuando fue Saulo,
probablemente fue uno de los líderes judíos más poderoso de su tiempo. Se describió a sí mismo como
alguien que fue “circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura
cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto
a la justicia que la ley exige, intachable.” (Fil. 3:5-6 NVI). Saulo no era un don nadie.
De repente, Saulo se convierte, y más aún, dice que fue el mismísimo Jesús el que lo convirtió.
Estoy seguro que esa anécdota tan poco probable fue tomada por cuento por los más escépticos. Apuesto
a que los judíos y los gentiles pensaron que Pablo estaba infiltrando el movimiento religioso naciente
para atrapar a sus líderes. Los Cristianos de ésa época sospechaban de Pablo. Ellos sabían que si lo
dejaban entrar a los altos círculos y resultaba ser un impostor, sus vidas y las vidas de sus familias podrían
terminar en cualquier momento. ¿Habría usted confiado en Pablo? Yo no estoy seguro de que yo lo
hubiera hecho. En todo caso, las Escrituras nos dicen que no confiaban en él. Muchos hubieran preferido
dejarlo sólo.
Pero ahí es donde entra Bernabé. Bernabé estaba involucrado en la nueva Iglesia y tenía una buena
reputación entre los creyentes… y aceptaba a Pablo. La Biblia no nos permite saber las conversaciones
entre ellos, pero de alguna manera, Bernabé pudo creer la historia de la conversión de Pablo. De no haber
sido por la confianza que demostró Bernabé en las intenciones de Pablo, seguramente nunca hubiera sido
aceptado dentro de las filas de los creyentes; ni habría sido aprobado por ellos; y mucho menos ser
mandado en viajes misioneros de parte de la iglesia en Antioquía. Bernabé era la clave que necesitaba
Pablo para comenzar su nueva misión de vida. Dios usó a Bernabé de una manera muy importante. La
confianza de Bernabé propulsó el ministerio de Pablo a otro nivel. Los que antes desconfiaban de Pablo,
pronto lo apoyaban y al igual que Bernabé, buscaban la forma de elevar y apoyar el llamado de Pablo de
ir y esparcir el evangelio.
¿A qué quiero llegar? Los plantadores de iglesias casi siempre son tratados como Pablo,
comienzan en su nuevo puesto como forasteros. Son vistos como competencia, se desconfía de ellos y se
les deja solos mientras trabajan para plantar la nueva iglesia. En muchas maneras, constantemente se
enfrentan a una marea de estrés que amenaza con derribarlos. Muchas veces ignoramos el apoyo
emocional y personal que necesita el plantador de iglesias. El patrón de plantación va algo parecido a
esto: “Aquí tiene su entrenamiento. ¿Entendido? Bien. Aquí está su dinero. Cuídelo. Ah, ésta es la
cantidad de libertad que tiene para darle forma a su iglesia. ¿Comprendido? Bien. Muy bien amigo, ¡déles
guerra!” Esto suena bien, pero entonces el plantador es dejado para enfrentar solo al mundo feroz —solo
y con un paquete de angustias emocionales listas para rodearlo.
Todo ministerio es solitario, pero la naturaleza del movimiento de plantación de iglesias amplifica
esa soledad. Muchas veces ocurre que al vivir en una nueva población sin amigos, lejos de la agencia
patrocinadora, los plantadores de iglesias se sienten aislados, distanciados, y malentendidos. El agregado
de las presiones involucradas en la plantación de iglesias puede elevar esa soledad a un nivel tan alto que
puede llevar a una crisis. Por esto, animar es un asunto importante entre los plantadores. El nivel de
51
apoyo emocional que recibe un plantador de iglesias por parte de su agencia patrocinadora jugará un
papel enorme en el bienestar emocional de la iglesia plantada.
Mi primera experiencia en la plantación de iglesias comenzó con grandes esperanzas pero terminó
en fracaso. No estaba preparado para lo que enfrenté de parte de mis pastores y colegas ministros una
vez que estuve en el campo. Esperaba encontrar falta de confianza de parte de los inconversos de mi
nueva comunidad, pero no esperaba la animosidad que enfrenté de parte de algunos líderes religiosos de
los alrededores. Mi sorpresa creció aún más al enfrentar la animosidad que me dirigieron algunos colegas
dentro de mi propia denominación. Toda esta falta de aprobación me pesó demasiado y me llevó a un
estado de depresión. Al terminar mi primer año de plantar iglesias, casi dejo el ministerio.
En 1984, el Journal for Advent Christian Thought (Revista del Pensamiento Cristiano Adventista)
publicó un artículo de John Roller sobre los éxitos y fracasos en la plantación de iglesias dentro de la
Iglesia Adventista. Roller descubrió que las nuevas iglesias plantadas Adventistas situadas en una zona
donde tienen otras trece iglesias adventistas más, tienen una “tasa de supervivencia 16% más alta” que
las iglesias nuevas plantadas en una zona con menos de trece iglesias adventistas.1 Roller atribuye sus
conclusiones a lo que él llama el “factor comunión.” El estudio de Roller, también encontró que las
iglesias plantadas tienen una “tasa de supervivencia 19% más alta”2 en estados (dentro de Estados
Unidos) que intentan plantar más iglesias. Su juicio es que entre más intentos haga un estado, ese grupo
de iglesias darán más apoyo y serán más abiertas al movimiento de plantación de iglesias en esas áreas.
En 1995, Larry McCrary estudió los elementos esenciales para la plantación de iglesias. Su
investigación estaba diseñada para estudiar temas relacionales pertinentes a las iglesias plantadas sólidas.
De éste estudio, se desarrollaron diecisiete principios para empezar iglesias sólidas nuevas. El quinto
principio de McCrary tiene que ver con el apoyo emocional y personal otorgado al plantador de parte de
la agencia patrocinadora. McCrary revela que el apoyo emocional de una agencia patrocinadora es vital
para la salud y el bienestar de ambos la iglesia y el plantador.3
En mi propia experiencia, aprendí que soportar las burlas y el resentimiento de parte de mi propio
grupo añadió una presión intolerable. Estaba necesitado de un Bernabé o dos. Haber recibido apoyo o
aliento regularmente de parte de los pastores de mi distrito me hubiera dado suficiente fuerza para seguir
adelante cuando las cosas se volvieron insoportables. En vez de eso, la intriga y ataques verbales de parte
de mis colegas me empujaban en la dirección opuesta. La resistencia que experimenté de mis colegas
finalmente me llevó a cuestionar mis habilidades.
Debido a mi experiencia, quise saber si el apoyo —o la falta de apoyo— hacía alguna diferencia
en el hecho de que la iglesia plantada se convierta en una iglesia plantada dinámica y de crecimiento
rápido. Lo que descubrí tiene significancia.
Mi cuestionario le hacía a los plantadores seis preguntas sobre el tema. La serie de preguntas usó
una escala Likert del 1 al 5. Una respuesta con 1 o 2 representa poco apoyo, 3 representa algo de apoyo
de parte de la agencia patrocinadora, y una con 4 o 5 representa una gran cantidad de apoyo. Las seis
preguntas que hechas fueron:
1. ¿Cuánto apoyo recibió de parte de sus jefes?
2. ¿Qué tan bien sintió usted que fue apoyado por sus colegas pastores?
3. ¿Qué tan bien fue aceptado usted por las iglesias del área dentro de su propia denominación?
4. ¿Tenía usted comunión regularmente con otros pastores?
5. ¿Se celebraba su trabajo dentro de la denominación?
6. ¿Cuánta negatividad tuvo que enfrentar de parte de su agencia patrocinadora?
Al igual que con libertad conceptual, esta cuestión también requirió de una prueba t para
determinar la relevancia. Cualquier diferencia entre los dos grupos con un valor menor a .05 se considera
de significancia. De las seis preguntas hechas, se descubrieron cinco diferencias significativas en esta
sección. La única pregunta a la que ambos grupos respondieron igual fue sobre el apoyo que sintieron de
parte de sus jefes inmediatos. En todas las otras áreas, los plantadores liderando iglesias plantadas de
52
crecimiento rápido experimentaron un mayor grado de apoyo personal y emocional que aquellos
liderando iglesias plantadas que luchan.
APOYO EMOCIONAL RECIBIDO

5% 4,48% Crecimiento Rápido


3,65% Luchan por Sobrevivir
4% 3,41% 3,40% 3,31%
3,20% 3,23%
2,85%
3% 2,46% 2,61%
2,15% 2,15%
2%

1%

0%

JefeInmediato Colegas Iglesias Adoración Celebrado Baja


Alrededor Regularmente Abiertamente Negatividad

Los plantadores liderando iglesias plantadas de crecimiento rápido sintieron más apoyo en
cantidades relevantes de parte de sus pastores colegas, experimentaron mayor aceptación de las iglesias
locales, tuvieron más comunión con otros pastores, se les celebró más abiertamente en sus
denominaciones y experimentaron menos negatividad de parte de sus agencias patrocinadoras. Tal vez
estos datos muestran que la alabanza es solamente para los victoriosos. Tal vez muestra que el apoyo
generalmente es negado a las iglesias plantadas que luchan a causa de sus circunstancias. Tal vez es más
fácil apoyar a una iglesia dinámica. Sin embargo, yo no creo que éste sea el caso, y tampoco creo que
importe. Si una iglesia plantada está luchando, necesita apoyo. De cualquier manera, las iglesias
plantadas que sienten más apoyo de fuentes externas lograron un mayor grado de éxito. Esto es claro.
Es vital que los plantadores de iglesias reciban el apoyo emocional adecuado. Las implicaciones
de este descubrimiento son que la salud emocional del plantador tendrá un gran efecto sobre la salud
emocional de toda la congregación neófita. Si el plantador se deprime y se frustra a causa de una falta de
apoyo o de aliento entonces la iglesia plantada sufrirá. Empero, una sensación de apoyo fuerte de parte
de sus colegas, iglesias y entidades patrocinadoras solo pueden traer beneficio para el plantador y la
iglesia plantada.
Mi esposa habló frente a un grupo de líderes del movimiento de plantación de iglesias en enero
de 2005. Ella iba a aclarar algunos puntos acerca de la plantación de iglesias y por extraño que parezca,
nunca antes había visto las cosas desde su punto de vista. Marlene entro con una pizarra y dibujó dos
líneas dividiendo la pizarra en cuartos. Escribió las palabras “Iglesia Establecida” sobre una de sus dos
líneas. Sobre la otra, escribió “Iglesia Plantada”.
Díganme, —preguntó— ¿qué tipo de cosas le suceden al pastor y su familia cuando llegan a una
iglesia establecida? ¿Qué tipo de ventajas tienen inmediatamente?
Tenía la atención de esos líderes. Cómo ráfagas, comenzaron a mencionar lo normal.
Seguridad —dijo alguien.
Una familia espiritual nueva —ofreció otro.
El grupo continuó haciendo una lista de ventajas: un sueldo, amigos ya hechos, una red social,
etc.
Ahora —dijo Marlene—, ¿qué sucede con el plantador de iglesias y su familia cuando llegan a
una nueva ciudad para comenzar su obra?
Se podía escuchar crecer el pasto. No se dijo ni una sugerencia positiva y ¡vaya! Estaba orgulloso
de ella. El punto de Marlene les cayó a estos hombres como ladrillos del cielo. Comprendieron que las
estructuras y sistemas de apoyo con las que se cuenta en las iglesias establecidas no existen para una
iglesia plantada.

53
Lo que hizo mi esposa fue muy simple, pero tuvo un impacto profundo sobre esos líderes de
plantación de iglesias. Sin excepción, cada uno confesó su necesidad de comprometerse a una mejor
calidad de apoyo emocional para los plantadores de iglesia activos. Ese apoyo es crítico para plantar
iglesias de crecimiento rápido que sean dinámicas.

54
Capítulo 9
Reconsiderando el
entrenamiento

55
CUANDO ESTABA EN LA UNIVERSIDAD, estuve en el equipo de fútbol americano —o por
lo menos, me dejaban entrenar con ellos. Las primeras semanas del entrenamiento siempre eran
moledoras. Durante esa etapa, el entrenador nos hacía realizar porciones horrorosas de ejercicio. Tenía
un nombre especial para esas prácticas: “dos al día.” Yo las llamaba “Infierno en la tierra.” Yo estaba
convencido de que alguien había olvidado enseñarle a contar. Nos reuníamos a las 6:00 de la mañana
todos los días y el entrenador comenzaba nuestra rutina haciéndonos correr dos millas (alrededor de tres
kilómetros) siguiendo esto con otros ejercicios. Después, por la bondad de su corazón, nos permitía un
pequeño descanso para desayunar. Pero para nada que habíamos terminado. Después salíamos al campo
para hacer dos horas de sentadillas, lagartijas y otras maniobras tortuosas. Esos ejercicios eran tan
intensos que muchos de nosotros perdíamos rutinariamente nuestros desayunos en el campo. Cuando
terminábamos esa ráfaga de condenas, estábamos listos para ponernos el equipo y entrenar en serio.
Habiéndonos ganado el derecho de usar el equipo, el entrenador pasaba tiempo repitiendo algunos de los
patrones básicos de juego. De ahí, nos íbamos a almorzar.
Después del almuerzo, podíamos descansar un rato mientras estudiábamos más tácticas de juego
en un salón de clases. No sabíamos que el entrenador nos tenía más ejercicio preparado. ¿Cómo se
atrevía? ¿Se imagina? Ya nos había hecho verter sudor y sangre y no estaba satisfecho. Tras estudiar las
jugadas en papel nuestro entrenador nos hacía salir al campo y demostrarle que las habíamos aprendido.
Para cuando llegaba la noche, a duras penas podíamos quitarnos las camisetas, tomar una ducha y caer
en la cama. Mientras estaba tendido en mi cama, mis músculos me decían en conjunto: “renuncia,
renuncia, renuncia…”
Pero nuestro entrenador tenía un propósito y un método detrás de su crueldad. Con cada día
agonizante de práctica, nos metía esto en la cabeza: los partidos de fútbol no se ganan en la primera mitad
del juego. De hecho, le gustaba recordarnos que la mayoría de los juegos se ganan en el último cuarto.
El entrenador nos estaba condicionando para que pudiéramos aguantar los rigores y presiones del juego.
Teníamos que estar listos para llegar al final, y la capacidad de lograrlo se había generado a través de
nuestra preparación. Aunque no ganamos ningún campeonato nacional, nuestro equipo era bastante
bueno.
Nuestro entrenamiento para la obra de Cristo no debería de ser menos riguroso. Después de todo,
estamos en una batalla sin misericordia ni descanso por las almas de la humanidad. Mire lo que dicen
estas porciones de las Escrituras:
¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio?
Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha
disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio,
por uno que dura para siempre. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho
como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después
de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado. (1 Cor. 9:24-27 NVI)
Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse
y que interpreta rectamente la palabra de verdad. (2 Tim. 2:15)
Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero
a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos
y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él y dirán: “Este
hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir.” O supongamos que un rey está a
punto de ir a la guerra contra otro rey. ¿Acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil
hombres puede enfrentarse al que viene contra él con veinte mil? (Lucas 14:28-31 NVI)
Dios no nos ha llamado a ser tontos acerca de nuestra preparación para el trabajo que nos ha
delegado. Cualquier denominación que planea empezar la obra de plantar una nueva iglesia necesita
enfocarse en la cuestión del entrenamiento. No malinterprete; cuando hablo de entrenamiento, no hablo

56
acerca de un seminario o algún tipo de educación formal. Estoy hablando de un entrenamiento diseñado
específicamente para preparar a un plantador de iglesias para la obra en el campo.
Plantar iglesias es muy diferente de pastorear una iglesia establecida, y se requiere de un grupo de
habilidades distintas. Creo que estas habilidades son un factor importante en el éxito de las iglesias
plantadas dinámicas y de crecimiento rápido.
Mis dieciséis años de experiencia en el púlpito no me prepararon para los rigores que conlleva la
plantación de iglesias. La mayor parte de lo que aprendí sobre el tema, lo aprendí de libros y de unos
cuantos mentores. Y extrañamente, estos valiosos guías estaban fuera de mi propia denominación. Me
faltaban muchos fundamentos requeridos para ser un plantador de iglesias efectivo y aunque hicieron lo
posible por enseñarme algunas, sentí que me habían lanzado a un campo de batalla, que trataba de
escuchar, a pesar de todo el ruido de disparos enemigos, a unos cuantos buenos sargentos gritándome
consejos que me salvarían la vida. Me ayudó, pero fue muy poco y demasiado tarde. Hubiera tenido
mayores probabilidades de éxito si hubiera recibido un entrenamiento adecuado.
A lo largo de la última década, ha crecido el número de gente que reconoce que es necesario tener
entrenamiento especializado para la plantación de iglesias. Bob Logan fue uno de los primero en ofrecer
un “campamento de entrenamiento básico” para plantadores de iglesias. Estos campamentos han tenido
cierto grado de éxito, y esto ha llevado al surgimiento de otros. Ahora, hay docenas de organizaciones
paraeclesiásticas que ofrecen entrenamiento especializado, preparando plantadores con mejor adecuación
para la tarea de plantar iglesias.
En 2003, la North American Mission Board (Junta de Misión Norte Americana) completó un
análisis que estudió el proceso de plantación de iglesias de la Southern Baptist Convention (Convención
Bautista del Sur). El estudio mostró que el entrenamiento tuvo un impacto tremendo en la efectividad de
sus esfuerzos en la plantación de iglesias. La asistencia al culto de adoración de las iglesias cuyos pastores
recibieron ese entrenamiento especializado era tres veces mayor que la de los que no recibieron
entrenamiento.1 Es difícil negarlo: el entrenamiento para la plantación de iglesias es un componente clave
en el proceso de plantación de iglesias.
Al llevar a cabo la investigación, quise saber cómo es que el entrenamiento impactó el crecimiento
de una iglesia plantada. A través del cuestionario, le pregunté a los plantadores si su agencia
patrocinadora les había otorgado algún tipo de entrenamiento especializado en plantación de iglesias
antes del lanzamiento de su nueva iglesia.
ENTRENAMIENTO DE PLANTACIÓN DE IGLESIAS

80 Crecimiento Rápido
70 65 65 Luchan por Sobrevivir
60
50
40 35 35
30
20
10
0
Recibió Entrenamiento No Recibió Entrenamiento

Como se puede ver de la gráfica, no hubo una diferencia significativa entre los dos grupos. Debo
ser honesto, me sorprendieron dos cosas acerca de la información. Primero, esperaba ver un porcentaje
más alto de plantadores entrenados activos. Segundo, esperaba ver una diferencia significativa entre los
dos grupos acerca de esto. Antes de recibir los cuestionarios, estaba convencido de que los plantadores
que lideran iglesias plantadas de crecimiento rápido habrían recibido un mayor grado de entrenamiento
que sus contrapartes.
57
La diferencia significativa entre los dos grupos no apareció sino hasta que se contó la información
de la siguiente pregunta. Se les pidió a los plantadores que sí recibieron entrenamiento que revelaran
cuanto se les había dado. Ahí es donde se puso interesante el asunto.
Los plantadores que desafortunadamente se encontraban liderando iglesias plantadas que luchan
indicaron que habían recibido significativamente menos entrenamiento sobre plantación de iglesias que
los líderes de las iglesias plantadas de crecimiento rápido, por mucho. La mayoría de los que lideraban
iglesias plantadas que luchan —un 76.5%— habían recibido menos de una semana de entrenamiento.
Otro 11.8% del grupo de iglesias plantadas que luchan recibieron una semana de entrenamiento. Y sólo
11.8 de ellos recibieron entrenamiento por dos o más semanas.
En cambio, la mayoría de los líderes de las iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron
una mayor cantidad de entrenamiento. Se encontró que el 45% de los plantadores de iglesias de
crecimiento rápido recibió más de dos semanas de entrenamiento. Otro 28.2% de ellos recibió al menos
una semana de entrenamiento. Y los últimos 25.6% de los plantadores de las iglesias plantadas de
crecimiento rápido recibieron menos de una semana de entrenamiento.
La diferencia entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan, en cuanto a
entrenamiento se refiere, se ve de manera más dramática si uno combina los porcentajes de las clases “al
menos una semana de entrenamiento” y “más de dos semanas de entrenamiento”; después, utilizando
ese porcentaje, compararlo con el porcentaje de la clase “menos de una semana de entrenamiento.”
Reacomodar de esta manera nos permite ver un resultado muy interesante. La mayoría de las iglesias
plantadas de crecimiento rápido, un 74.4%, recibió una o más semanas de entrenamiento. Las iglesias
plantadas que luchan en cambio, recibieron menos de una semana de entrenamiento en casi la misma
cantidad (76.5%).
CANTIDAD DE ENTTRENAMIENTO

80% 76,5% 74,4% Crecimiento Rápido


70% Luchan por Sobrevivir
60%
50%
40%
25,6% 27,5%
30%
20%
10%
0%
Menos de Una Semana Una Semana o Más

La diferencia entre estos dos grupos es significativa. En palabras simples, la mayoría de los
plantadores de iglesias que terminaron liderando iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron al
menos una semana de entrenamiento. Los números lo aclaran: menos de una semana de entrenamiento
no es suficiente.
Lo que implica este hallazgo es importantísimo. La mayoría de los seminarios de plantación de
iglesias son eventos de dos o tres días. Pero hemos visto que dos o tres días de entrenamiento no es
suficiente. Sea que ese entrenamiento para plantación de iglesias sea administrado intensivamente o
dividido en varias partes es sin consecuencia. Pero esta parte de mi estudio claramente implica que se
necesita desarrollar el entrenamiento más para extenderlo para que nuestros plantadores de iglesias estén
mejor preparados para el campo especializado que es la plantación de iglesias.
Mi entrenador de fútbol americano nunca nos hubiera dejado jugar contra nuestros oponentes
después de solo tres días de entrenamiento. Hubiéramos dejado en ridículo a nuestra escuela, al
entrenador y a nosotros mismos. Y al igual que mi entrenador, la mayoría de las denominaciones ni
siquiera soñarían con mandar misioneros a trabajar en el extranjero sin la preparación adecuada. Los
58
misioneros en el extranjero son enseñados extensamente acerca de la cultura, las tradiciones, y los asuntos
relacionados al campo misionero. Muchos misioneros pasan meses en escuelas de lenguas aprendiendo
a hablar el idioma para poder compartir el evangelio de Jesucristo. Y sin embargo, cuando se trata del
campo misionero en nuestro patio trasero, mandamos a los plantadores de iglesias a seminarios de tres
días y les deseamos suerte. Si el movimiento de plantación de iglesias es tan importante como decimos,
entonces tenemos que hacer algo acerca de entrenar a nuestros plantadores. Debemos entrenar con la
intención de obtener el éxito.
¿Por qué creo que el entrenamiento debe tomar más tiempo? Un plantador de iglesias necesita
volverse capaz en múltiples áreas. Cada plantador debe aprender a desarrollar:
1. Valores centrales
2. Visión
3. Misión
4. Liderazgo
5. Recaudación de fondos
6. Estrategias de mercadeo
7. Planes de discipulado
8. Estrategias de asimilación
9. Presupuestos
10. Metas para cinco o diez años
11. Planes de construcción
Estas son solo algunas de las cosas sobre las que debe aprender un plantador. Apresurar el proceso
o diluirlas porque se está tratando de ajustar todos los temas a un seminario de tres días puede hacer que
el plantador esté mal preparado y que al final lleve la iglesia plantada al punto de un fracaso ocasionado
por una mala planeación.
Sin embargo, la cantidad de tiempo no es lo único importante. El entrenamiento debe ser de la
mejor calidad. Sí estudié la calidad que cada plantador percibió haber recibido. No mostré esa
información en este capítulo porque no encontré ninguna diferencia significativa entre los dos grupos de
iglesias plantadas. Usted puede encontrar esa información en el Apéndice A. El hecho de que no se haya
encontrado una diferencia significativa entre los grupos en cuanto a la calidad del entrenamiento
recibido, no quiere decir que éste no se debe llevar a cabo con excelencia.

59
Capítulo 10
No Más Llaneros
Solitarios

60
EL LLANERO SOLITARIO es parte de la historia del entretenimiento estadounidense. El 2 de
febrero de 1933, apareció por primera vez en la radio. El programa pasó a la televisión el 14 de septiembre
de 1949 y la serie continuó hasta 1957. Durante esos años, estadounidenses de todo el país se sintonizaban
para ver a su héroe enmascarado favorito luchar contra los chicos malos. Cada episodio terminaba en que
este personaje, montado en su caballo, gritaba —¡Jai-yo Silver!— mientras que el caballo se encabritaba
y luego se iban galopando. Los estadounidenses amaban al Llanero Solitario porque representaba la
verdad, la justicia y el sueño americano. El Llanero Solitario montando hacia el sol poniente se convirtió
en un ícono y símbolo del individualismo que forjó a los Estados Unidos.
Hasta el día de hoy, la frase “llanero solitario” es usada por predicadores para referirse a alguien
que podría ser espiritualmente solitario o alguien que no cuadra muy bien dentro del cuerpo de Cristo.
De forma irónica, muchos pastores caerían bien dentro de esa descripción y tristemente, muchos pastores
se sienten como el Llanero Solitario. Esos pastores solitarios sienten que su congregación y líderes de
denominación esperan que ellos reflejen el espíritu recio, individualista de un hombre que se hace a sí
mismo. Se espera que ellos lleguen en el momento necesario, arreglen todo y luego cabalguen hacia el
horizonte mientras que las personas quedan preguntándose entre ellas —¿Quién era ese hombre?—.
Esperar esto ha provocado una epidemia de problemas de salud, exhaustividad, infidelidad y depresión
entre los pastores.
Y si los pastores sufren de éste síndrome, los plantadores de iglesias son aún más susceptibles.
“Muchos plantadores de iglesias tienden a ser del tipo recio, individualista.”1 Está en su naturaleza estar
dispuesto a enfrentarse al mundo y sus problemas con su fuerza de voluntad recia y solitaria. Incluso
puede ser que prefieran enfrentar los desafíos solos; nuestra manera de operar respecto a la plantación
de iglesias de por sí anima este tipo de metodología. Los plantadores de iglesias son enviados a trabajar
como el Llanero Solitario. A la mayoría ni siquiera les dan un Toro. Como líderes, creo que debemos
preguntarnos esto: ¿Siquiera es bíblico mandar a nuestros plantadores de iglesias sin el apoyo personal
de algún colaborador?
En el sexto capítulo de Marcos, Jesús manda a sus discípulos a ministrar en grupos de dos. Una
lectura rápida del libro de Hechos mostrará que también la iglesia primitiva mandaba a sus misioneros
en grupos de dos. Ahora que lo pienso, cuando veo el programa de televisión COPS, ellos también son
enviados en grupos de dos. Al igual que la seguridad pública, el ministerio es un asunto peligroso. ¿No
deberíamos tomarnos precauciones? ¡Los grupos numerosos tienen poder y seguridad! Es momento de
reincorporar éste concepto bíblico al movimiento de plantación de iglesias. Plantar una iglesia ya es
suficientemente difícil con apoyo como para tener que hacerlo sin él.
En vez de mandar a un plantador emprendedor a empezar una iglesia solo, ¿por qué no mandar
un equipo? En su libro Planting Missional Churches (Plantando Iglesias Misionales), Ed Stetzer explica
que un equipo de plantación de iglesias aporta “una división de dones, y una basa de liderazgo sólida.”2
Los plantadores de iglesias que comienzan con la ayuda de un equipo y comparten la carga de trabajo
tienen una mayor probabilidad de alcanzar la asistencia de 200 personas más rápidamente.
¿Pero, los datos respaldan esto?

Este fue el hallazgo con más significancia de todo el estudio. A los plantadores se les preguntó si
habían plantado sus iglesias solos o si habían comenzado con un equipo de plantadores. El 88% de las
iglesias plantadas de crecimiento rápido tuvieron un equipo de plantación de iglesias funcional antes del
lanzamiento público. En cambio, sólo el 12% de las iglesias plantadas que luchan tuvieron un equipo.
¡Esa es una diferencia de 76 por ciento entre los dos grupos! ¡Ouch —creo que le han disparado al Llanero
Solitario!

61
SOLO O EN EQUIPO

100% Crecimiento Rápido


88% 88%
Luchan por Sobrevivir
80%

60%

40%

20% 12% 12%

0%
Indiual Equipo

Plantar en equipo tiene un impacto positivo en el crecimiento de una nueva iglesia y es un factor
importante que distingue a las iglesias plantadas de crecimiento rápido de las demás. Antes de recibir la
información, ya estaba seguro de que una metodología de plantación de iglesias en equipo crearía una
sinergia única. Por mi propia experiencia, ya sabía dentro de mí que los que intentan plantar una iglesia
al estilo puro del Llanero Solitario tienen un mayor riesgo de acabar luchando.
Lo que me pareció más interesante, o tal vez incluso, perturbador fue el grado de reclusión o
aislamiento al que se han expuesto los plantadores de las iglesias que luchan. A cada plantador se le pidió
que indicara cuantos voluntarios no remunerados tenían dentro de su personal. Los resultados son
iluminadores, No es nada más que la mayoría de los plantadores solitarios no tienen personal remunerado,
sino que además es significativo notar que el 73.1 % de los líderes involucrados en iglesias plantadas que
luchan dijeron que no cuentan con voluntarios siquiera. En cambio, la mayoría de los plantadores que
lideran iglesias plantadas de crecimiento rápido (65%) tuvieron al menos un voluntario con quien contar.
PERSONAL VOLUNTARIO

80% 73,1%
Crecimiento Rápido
70%
Luchan por Sobrevivir
60%
50%
40% 35,0%

30%
18,3%
20% 15,0% 13,3%
11,5% 10,1% 8,3% 7,7%
10% 3,8% 3,8%
0,0%
0%
Cero Uno Dos Tres Cuatro Cinco o
Más

Otro descubrimiento que salió a la luz durante el estudio de este tema fue que encontré un
candidato para ser el número óptimo de personal remunerado. Tener demasiadas personas en la nómina
puede ser un dolor muy grande para cualquier iglesia nueva. De las iglesias plantadas que indicaron tener
un equipo de plantación, tuve la curiosidad de descubrir con cuantas personas remuneradas contaban.
Según los datos anteriores, el 88% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido tuvieron un equipo
funcional antes del lanzamiento público. Aunque las iglesias plantadas de crecimiento rápido utilizaron
varias cantidades diferentes de personal remunerado, la sección más grande de las iglesias plantadas
exitosas (48.3%) empleó solamente a dos personas, el plantador y otra persona. Mirando la gráfica de
abajo, difícilmente se puede negar que éste sea el número óptimo de miembros de personal remunerado
que una iglesia plantada debe emplear antes de su lanzamiento público.

62
PERSONAL REMUNERADO DE LAS IGLESIAS PLANTADAS
DE CRECIMIENTO RÁPIDO
48,3%
50%

40%

30%

20% 16,7% 16,7%


10,0% 8,3%
10%

0%
Uno (Solo) Dos Tres Cuatro Cinco o Más

Los plantadores que lideran iglesias plantadas que luchan pueden terminar experimentando un
aislamiento terrible. Como hemos mencionado en el capítulo anterior, esos líderes padecen de una
cantidad de apoyo significativamente menor de parte de sus colegas, iglesias locales, y su agencia
patrocinadora. Para empeorar las cosas, esos plantadores son solitarios y no tienen quien los ayude en
nada. La gran mayoría de esos plantadores son el único personal remunerado y no tienen personal
voluntario con quien contar. Náufragos en una isla espiritual, deben construir solos una iglesia usando
su propio intelecto, dejados a encontrar la forma de construir relaciones interpersonales saludables y
además soportar toda la carga de trabajo.
En cambio, los plantadores de las iglesias plantadas de crecimiento rápido generalmente tienen
un equipo que les permite compartir la carga de trabajo. El equipo de trabajo hace que el trabajo sea fácil.
El equipo además provee una red social ya establecida.
Espero que esta investigación nos lleve a reconsiderar la estrategia de plantación de iglesias del
Llanero Solitario. Tal vez el Llanero Solitario de la televisión podía esquivar todas las balas que le
disparaban los chicos malos ficticios, pero esto no es una película. Es la vida real. Nuestros plantadores
de iglesias si reciben balazos espirituales en esta batalla espiritual. Inclusive, algunos son heridos y no
se levantan. Si usted es un líder de denominación, deténgase un momento y pregúntese: “¿Es mandar a
un plantador solo con su familia el uso más sabio de sus tiempo y energía?” Los datos muestran
claramente que la plantación de iglesias en equipo dará una mayor posibilidad de crear una iglesia
plantada fuerte, saludable, de crecimiento rápido. Tal vez suene gracioso, pero todo Llanero Solitario se
merece tener al menos un buen Toro.

63
Capítulo 11
El que lanza en pequeño,
Se queda pequeño

64
UNA MUCHEDUMBRE ATRAERÁ MÁS GENTE. Es simplemente un hecho. Juan Wesley,
fundador del movimiento metodista, dijo alguna vez—: Si uno se incendia a sí mismo, a la gente le
encantará llegar a verlo quemarse. Wesley quería decir que a la gente le atraen los eventos grandes. En
el segundo capítulo de Hechos, cuando descendió el Espíritu Santo sobre los discípulos, ¿qué sucedió?
“Al oír aquel bullicio, se agolparon…” (2:6). Fue una respuesta típica de humanos. Al igual que la gente
en Hechos, no queremos perdernos de lo que está sucediendo y salimos a ver con nuestros propios ojos.
Los eventos de ese día fueron una novedad y llamaron la atención por la ciudad de Jerusalén y ocurrió el
lanzamiento de la Iglesia. Esto es lo que intentamos hacer con el lanzamiento público de una iglesia
nueva. Tratamos de ser la novedad al hacer ese primer culto algo emocionante y poderoso para que la
gente venga a ver lo que sucede desde kilómetros a la redonda.
En 2004, mi denominación me dio la luz verde para plantar una iglesia en el centro de Missouri.
Comencé diligentemente, sabiendo que debía reunir un grupo principal apresuradamente. Tenía que
reunir a un grupo de gente, en una ciudad extraña, que me ayudarían a empezar mi iglesia nueva. Estaba
listo para la obra. Meses antes, había ido a una conferencia sobre plantación de iglesias de Una Iglesia
con Propósito. Fue ahí donde aprendí una técnica llamada “Cultos de Prueba.” Ese tipo de cultos serían
especialmente diseñados para atraer multitudes, y de ésta forma, armaría mi grupo principal. Se suponía
que haría un culto de prueba una vez al mes, tres o cinco veces antes del lanzamiento verdadero. Esos
cultos me darían la oportunidad de esbozar una visión, formar relaciones interpersonales clave e invitar
a un grupo de gente a unirse a mí en ésta gran aventura.
Para poder fomentar esas relaciones, se debía usar una segunda técnica junto al culto de prueba.
Dos semanas después de cada culto, realizaba seminarios llamados eventos de “Regreso.” El evento de
regreso es diseñado de manera más social y divertida. Mi primer evento de regreso fue una parrillada en
el parque. Así, en un lugar sin compromisos, pude ir construyendo relaciones interpersonales mientras
que también intentaba delinear una visión clara de lo que sería esa nueva iglesia. Juntos, los dos tipos de
reunión serían lo que me permitiría consolidar un grupo principal saludable para la iglesia —o al menos
eso pensaba.
Asistieron setenta personas nuevas al primer culto de prueba y de este primer grupo, convencí a
cuatro adultos de unirse a mí. Un mes después, tuve el segundo culto de prueba y ahí convencí a dos
adultos más. Para cuando llegó el tercero, yo me estaba poniendo nervioso. Sólo había podido reunir a
unos cuantos adultos. Se trataba de algo imprevisto. En ese momento, tenía cuatro trabajos para que mi
familia y yo lográramos sobrevivir, lo cual me dejaba muy poco tiempo para fomentar relaciones. El
tercer y último culto de prueba fue una decepción. Alrededor de sesenta y cinco personas fueron a ese
culto, y de esos, sólo seis familias eran nuevas. Desafortunadamente, solo pude convencer a tres personas
más a unírseme. Después de todo, los tres cultos de prueba me habían permitido reunir un grupo principal
conformado por alrededor de diecisiete adultos. Supuse que “si a Jesús le bastó con doce, ¿por qué no
me van a bastar diecisiete a mí?” A veces me sorprendo a mí mismo con la ingenuidad de mi optimismo.
Dentro de mí, sabía que estaba en problemas, pues no tenía suficientes adultos en mi grupo
principal como debía. Debido al ya mencionado optimismo, decidí seguir adelante a pesar del tamaño
del grupo. Ahora que está en el pasado, desearía no haberme apresurado y haberlo reconsiderado.
Después de todo, había sido advertido. Mis mentores me habían dicho que no efectuara el lanzamiento
sin un mínimo de al menos 40 adultos en mi grupo principal. Desearía haberles hecho caso, pero la
presión que sentía de parte de mi supervisor, mis colegas y de mis semejantes me llevó a efectuar el
lanzamiento a pesar de mis instintos. El pequeño lanzamiento marcó un rumbo para la iglesia del cual no
pudimos escapar. Ahora creo que el lanzamiento pequeño se convirtió en una profecía que se cumplió a
sí misma.
¿Entonces, qué se necesita para hacer un lanzamiento grande? ¿Cuántas personas necesito tener
en un grupo principal antes del lanzamiento? ¿A quién se debe invitar a estar en el grupo principal?
¿Cómo armo mi grupo principal y con cuántas personas puedo efectuar el lanzamiento para generar una
65
novedad? Todas son buenas preguntas, y hablaré de ellas una a la vez. Comencemos con el tamaño del
grupo principal.

Tamaño del grupo principal


Un grupo principal está compuesto de individuos que se han comprometido a ser parte de la
iglesia desde antes del lanzamiento público. Entre más grande sea éste grupo, mejor. En su libro, Church
Planting for a Greater Harvest (Plantando Iglesias para una Mayor Cosecha), Peter Wagner declara, “Si
el plan a largo plazo de la iglesia es tener menos de 200 personas, la masa crítica puede ser de tan solo
25 o 30 adultos. Sin embargo, si el plan es que la iglesia crezca a tener más de 200 personas, 25 o 30 son
muy pocas.” 1 En mi opinión, el desarrollo del grupo principal es uno de los pasos más cruciales para
cualquier iglesia plantada. Hacer el lanzamiento y tener “cultos de adoración públicos antes de consolidar
un grupo principal adecuado es algo que no es recomendable.”2 El plantador debe armar un grupo
principal grande para que la nueva iglesia crezca rápidamente y consiga el impulso necesario.
En 2000, Dennis Powell realizó un estudio donde reveló que las iglesias plantadas que son
lanzadas sin un grupo principal tienen más probabilidad de fracasar. De las veinticinco iglesias plantadas
que se estudiaron, cinco no tuvieron grupo principal antes del lanzamiento y esas cinco iglesias plantadas
cerraron sus puertas después de cinco años.3 Una iglesia plantada debe ser capaz de generar una multitud
de gente rápido si va a sobrevivir. Si el plantador de la iglesia no puede conformar un grupo principal
suficientemente grande, el plantador y su grupo principal no podrán llevar a cabo un lanzamiento público
capaz de generar una novedad. Recuerde que las multitudes atraen más multitudes.
Si el grupo inicial es demasiado pequeño, se puede formar una atmosfera familiar y muy cercana.
Creo que yo experimenté éste problema en mi iglesia. La gente que asistió a los cultos públicos asumieron
inconcientemente que esta iglesia sería íntimamente pequeña. Una de las familias que asistieron el primer
domingo llamó a sus familiares y los invitaron a que vinieran a visitar su nueva iglesia. Al poco tiempo,
esa familia era el grupo más grande de toda la iglesia, e hicieron todas las de quedarse. Pronto comenzó
a decaer toda la emoción inicial y la gente dejó de invitar a sus vecinos. Yo siempre me he imaginado
que ellos debieron haberse codeado sentados en las bancas murmurándose entre ellos—: que iglesia más
linda, pequeña y familiar, es justo lo que andábamos buscando. No es que sea malo que las iglesias sean
íntimas y pequeñas, pero eso no era lo que estaba tratando de lograr con la mía. Un grupo principal
pequeño tiende a limitar la emoción de boca en boca que es tan importante para el desarrollo de una
iglesia.
¿Cuánta gente se necesita tener en un grupo pequeño antes del lanzamiento? En el cuestionario
les pregunté a los plantadores cuantos adultos tenían en su grupo principal antes del lanzamiento público
de la iglesia. Se descubrieron dos diferencias importantes a raíz de la pregunta. La mayoría de las iglesias
plantadas luchadoras, 69.2%, tenían veinticinco individuos o menos en su grupo principal antes del
lanzamiento público. El segundo grupo más grande de estos, 19% tuvo un grupo principal inicial de entre
veintiséis y cincuenta personas antes del lanzamiento público. En consecuencia, después de tres años, la
mayoría de estas iglesias plantadas seguían siendo pequeñas.
En cambio, solo el 20% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido tuvieron menos de
veinticinco personas dentro de su grupo principal. Entre éstas, la agrupación más grande, 55%, tuvieron
un grupo principal de entre veintiséis y cincuenta personas. ¿Ve usted algún patrón? Las iglesias
plantadas de crecimiento rápido tenían más individuos involucrados en el grupo principal antes del
lanzamiento que los que tuvieron las iglesias plantadas que luchan. Entre las iglesias plantadas de
crecimiento rápido, el número de personas involucradas en el grupo principal más adecuado fue de entre
veintiséis a cincuenta personas. Solamente un quinto del grupo de iglesias plantadas de crecimiento
rápido reportó haber tenido menos personas.

66
GRUPO PRINCIPA ANTES DEL LANZAMIENTO PÚBLICO

80% Crecimiento Rápido


69,20%
70% Luchan por Sobrevivir
60% 55%

50%
40%
30%
20% 19,20%
20% 11,50%
8,30% 10%
6,70%
10%
0% 0,00%
0%
1 a 25 26 a 50 51 a 75 76 a 100 Más de 100

(Nota: Muchos de los plantadores de iglesias involucrados en el estudio me hicieron el favor de


escribirme junto a la pregunta el verdadero número de personas que tuvieron en su grupo principal.
Tomando esto en cuenta, el verdadero promedio fue alrededor de cuarenta personas.)
En esencia, comenzar con poco lleva a una visualización pequeña y esto se convierte en algo así
como una profecía que se cumple a sí misma. Alcanzar una masa crítica es absolutamente vital para
conseguir el crecimiento rápido. Las muchedumbres atraen más gente. Eso no es un mito; es un hecho
de la dinámica de grupos. Si una iglesia plantada desea tener un lanzamiento grande, necesitará bastantes
trabajadores: ujieres, voluntarios para una guardería, líderes de adolescentes y niños, músicos y un gran
grupo para ayudar a instalar y desinstalar el equipo. Tener un grupo pequeño es el equivalente a tener
solo unas cuantas formas de ministrar a la asistencia del lanzamiento público. (Permítame mencionar que
las iglesias plantadas de crecimiento rápido generalmente tenían al menos tres ministerios listos en el
momento de su lanzamiento público: adoración para adultos, cultos infantiles y ministerios de jóvenes.
Hablaré más al respecto después.) Una iglesia plantada que comienza con un grupo principal pequeño
que tiene que cargar con todas las responsabilidades se cansará pronto si no se consiguen otros
trabajadores prontamente.
Según la información recogida, casi el 70% de las iglesias plantadas que luchan tenían veinticinco
personas o menos involucradas en su grupo principal antes del lanzamiento. En cambio, 80% de las
iglesias plantadas de crecimiento rápido tenían veintiséis o más personas en su grupo principal. Repita
después de mí: “Grupo principal grande: bueno. Grupo principal pequeño: malo.” Este hallazgo muestra
que para que una iglesia plantada tenga un lanzamiento grande, se debe tener más de veintiséis personas
involucrados en el grupo principal antes del día en que la iglesia plantada se abra al público.

Reunir el grupo principal


Las iglesias plantadas de crecimiento rápido reportaron un número significativamente más alto
de adultos en su grupo principal que el que reportaron las iglesias plantadas que luchan. Así que ¿cuál
fue el mejor método para reunir a los miembros del grupo principal? Revisé los dos métodos más
populares para formar un grupo principal: estudios de células y cultos de prueba.
Veamos el grupo de iglesias plantadas que luchan. El mayor número de líderes de las iglesias
plantadas que luchan, 46.2%, utilizó los estudios de células como método principal para formar un grupo
principal. Otro 16.9% de las iglesias plantadas que luchan dependieron principalmente de los cultos de
prueba para poder consolidar un grupo principal. Así, vemos que el 63% de las iglesias plantadas que
luchan utilizaron solo un método para poder formar el grupo principal.
Ahora veamos lo que hicieron las iglesias plantadas de crecimiento rápido. De éste grupo, 55%
utilizaron más de un método para atraer a la gente al grupo. Estos plantadores usaron una combinación
adecuada de células y cultos de prueba para formar su grupo principal.
67
MÉTODO USADO PARA FORMAR UN GRUPO PRINCIPAL

60% 55% Crecimiento Rápido

50% 46,20% Luchan por Sobrevivir

40% 35%

30% 26,90%

20% 16,90%
10%
10%

0%
Culto de Prueba Células Ambos

Lo que me sorprendió más sobre éste hallazgo fue el bajo porcentaje —solamente un 10%— de
iglesias plantadas de crecimiento rápido que utilizaron los cultos de prueba como forma primaria de
armar un grupo principal. De igual manera me sorprendió notar que fueron muchas las iglesias plantadas
de crecimiento rápido que prefirieron usar el método de células en lugar de los cultos de pruebas. De esto
podemos concluir ligeramente que las relaciones fomentadas dentro de las células son más benéficas que
todo el glamour de un culto de prueba bien planeado.
Por los datos, pareciera ser que un método combinando tanto las células como los cultos de prueba
es la mejor manera de armar un grupo principal. Probablemente es un error depender demasiado de uno
de estos métodos.

¿Involucrar a una familia “semilla”?


¿Entonces, quiénes deberían estar en el grupo principal de una iglesia plantada? Puede que
parezca una pregunta rara, pero hay muchas opiniones al respecto. Algunos expertos creen que el
plantador de iglesias debe utilizar solamente recién conversos porque los que ya eran creyentes tienen
ideas preconcebidas acerca de la iglesia que los puede hacer difíciles de moldear. Otros creen que el
plantador necesita una base pequeña de creyentes para armar el grupo principal, puesto que al menos
ellos tienen alguna idea de lo que debe hacer una iglesia. ¿Quién tiene la razón?
Mi cuestionario le preguntó a cada plantador sobre el porcentaje de su grupo principal que fue
conformado por familias “semilla” de otras iglesias. Una familia semilla es una familia proveniente de
alguna iglesia madre que se une a una iglesia plantada intencionalmente. Una familia semilla es un grupo
que ya tiene experiencia en la tradición Cristiana. No han tomado este paso porque están enojados con
su antigua iglesia. Son una familia o unidad Cristiana que sabía, planeó y de manera intencional y
estratégica se hizo parte de ésta iglesia plantada con la bendición de su pastor. Por supuesto, los demás
individuos que se vuelvan parte del grupo principal de una iglesia plantada no son considerados familias
semillas.
Comencemos con las iglesias plantadas que luchan. Una mayoría de ellas, 62% no involucraron
familias semillas en su grupo principal. Eso significa que estas iglesias plantadas que luchan o no tuvieron
grupo principal, o éste estaba conformado por recién conversos, gente que buscaba iglesia, gente que
salta de iglesia en iglesia o individuos que se unieron cuando el plantador de iglesias hizo un llamado
para conseguir seguidores. Solo el 38% de las iglesias plantadas que luchan tuvieron familias semilla
dentro de su grupo principal. En cambio, 35% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido indicaron
no haber tenido familias semilla. El resto del 65% tuvo familias semilla involucradas dentro de su grupo
principal.

68
FAMILIAS SEMILLA

80% Crecimiento Rápido


70% 65% Luchan por Sobrevivir
62%
60%
50%
35% 38%
40%
30%
20%
10%
0%
Sin Familias Semilla Con Familias Semilla

Este es un hallazgo tiene significancia. ¿Por qué? Estas familias semilla aceptaron la visión de la
nueva iglesia y llevaron una porción de la carga de esta. Con toda seguridad estaban diezmando,
trabajando y asumiendo ministerios desde el comienzo. Por su experiencia, sabían a lo que se estaban
comprometiendo. Empezar una iglesia sin usar familias semilla es una estrategia riesgosa y rigurosa. Si
un plantador espera hasta que esté en el campo antes de reunir a un grupo principal, podría acabar
teniendo un grupo principal de gente de poca madurez espiritual o incluso inconversa. No me
malinterprete; estas son las personas que estamos tratando de alcanzar, pero si las necesidades de una
iglesia joven van a quemar al recién converso con responsabilidades que no esperaba, habrá problemas
serios.
Lo más probable es que una persona espiritualmente inmadura o algún inconverso, simplemente
no entenderán lo que usted intenta hacer. No tendrán esa sensación de pertenencia y puede que no estén
dispuestos a hacer sacrificios de la manera que necesite el plantador que los hagan. De la misma manera,
los recién conversos generalmente no tienen una clara idea de lo que significa “ser” la iglesia. Lo
importante es que el plantador de iglesias tiene que tener un grupo de creyentes convencidos de que
entienden a Jesús y la iglesia.
Creo que mis hallazgos revelan que en muchos casos, hubo una iglesia madre involucrada. Estas
iglesias madres debieron haber tenido suficiente visión para enviar a un gran contingente de sus familias
a empezar una nueva iglesia. Cualquiera que haya sido el caso, el estudio revela que es más saludable
para la iglesia plantada tener familias semilla involucrados en el grupo principal. Aunque la iglesia
plantada busca principalmente a los perdidos, necesita una basa de creyentes maduros dispuestos a hacer
los sacrificios necesarios para propulsar hacia el futuro a una iglesia joven. No digo que no se pueda
hacer sin ellos, sino que estos miembros más maduros del grupo principal permitirán que el proceso tenga
menos problemas.

El número de cultos de prueba


Aunque uno de los hallazgos de anteriores mostró que no se debe depender de los cultos de prueba
como forma principal de armar un grupo principal, aun así ayudan a presentar una iglesia plantada a la
comunidad. Un culto de prueba es un culto realizado una vez al mes con el propósito de ayudar a los
cristianos en potencia y nuevos miembros a entender lo que será el futuro de la iglesia plantada. Ambos
grupos de iglesias plantadas utilizaron cultos de prueba de una forma u otra, 65% de las de crecimiento
rápido y 53.8% de las que luchan. Así, si un plantador de iglesia escoge utilizar los cultos de prueba,
¿cuántos cultos debería tener antes de hacer el lanzamiento público de la iglesia? ¿Hay un número
mágico?
Según el Modelo con Propósito, cualquiera que use cultos de prueba debe llevar a cabo al menos
tres, pero no más de cinco. Parte del genio detrás de este método es el uso de un culto de “regreso”, un
69
evento divertido y casual llevado a cabo dos semanas después del culto de prueba. Ese evento debe ser
utilizado por el plantador para fomentar relaciones interpersonales y esbozar una visión más presentable
a los individuos interesados. A mí me recomendaron que no efectuara más de cinco cultos de prueba. En
mi caso, esa fórmula no me llevó a tener un lanzamiento exitoso. Eso no quiere decir que seguir la
fórmula fue la única razón de que me resultaran tan mal las cosas; solamente fue una de las razones.
Ahora tengo una investigación que examina el número de cultos de prueba realizados por otras iglesias
plantadas.
Esta parte del cuestionario dio resultados sorprendentes: las iglesias plantadas de crecimiento
rápido efectuaron más cultos de prueba que las iglesias plantadas que luchan. Casi el 70% de las iglesias
plantadas que luchan tuvieron tres cultos de prueba o menos antes del lanzamiento público. Por otro lado,
un 94% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido efectuaron tres o más cultos de prueba. De hecho,
casi la mitad de todas las iglesias plantadas de crecimiento rápido, un 46%, efectuaron cinco o más cultos
de prueba.
NÚMERO DE CULTOS DE PRUEBA

0,6 52,9% Crecimiento Rápido

0,5 46,20% Luchan por Sobrevivir

0,4

0,3 25,10% 25,7%


23,10%

0,2 14,3%

0,1 5,60% 7,1%


0 0,0%
0
Uno Dos Tres Cuatro Cinco o Más

Interesantemente, de las iglesias plantadas de crecimiento rápido que efectuaron cinco o más
cultos de prueba, muchas indicaron haber hecho estos cultos dos veces al mes. Esto significa que entraron
a la comunidad con todo al tener cultos de prueba cada otra semana. También, el culto de regreso no se
usó mucho en estos casos. ¿Qué debemos hacer con éste hallazgo? Creo que una frecuencia elevada de
eventos y contacto con la asistencia es necesaria para generar impulso. Según los datos, la preparación
para el lanzamiento es mejor si se hace de manera rápida y frecuente. Cuando una iglesia plantada intenta
reunir a gente totalmente inconversa o totalmente sin iglesia o a la gente que no está acostumbrada a ir a
la iglesia, podría ser que una espera de un mes completo sea demasiado larga. Ciertamente, la gente que
busca iglesia, la que se quiere alcanzar, podría no estar lista para asistir semanalmente pero también
podría ser que un mes sea demasiado tiempo entre un culto y otro para ellos, lo cual deja una ventana de
oportunidad muy pequeña.

El tamaño el día del lanzamiento


Si una persona nueva llega ese día y mira a su alrededor a la gente emocionada, provocará que él
o ella se sienta aún más emocionada y orgullosa de la nueva iglesia. A su vez, será más probable que
regrese al domingo siguiente e invite a sus amigos. Si llegan suficientes personas nuevas como ésta, se
genera una novedad en la comunidad, lo cual dará una mayor probabilidad de lograr romper esa barrera
importantísima de las 200 personas.
La afluencia en el día del lanzamiento generalmente determina el paso del desarrollo de la nueva
iglesia. Schaller explica este punto al escribir, “empezar en pequeño casi siempre crea un ciclo de
comportamiento mientras que empezar en grande generalmente impulsa a la nueva misión hacia una

70
nueva forma de ministerio.”4 Ese primer día prepara el escenario para la tan importante masa crítica.
Entonces, ¿cuál fue el tamaño en el día de lanzamiento de las iglesias plantadas de crecimiento rápido?
La información del cuestionario reveló tres diferencias significativas en cuanto al tamaño del
primer culto público. De las iglesias plantadas que luchan, el 65% tuvo cincuenta o menos personas
asistiendo al primer culto público. De las iglesias plantadas de crecimiento rápido, solo el 10% tuvieron
cincuenta o menos personas en el lanzamiento público de la iglesia. Para ambos grupos, alrededor del
15% atrajo a una muchedumbre de entre cincuenta y unas cien personas para el primer culto público.
Estos son números muy reveladores, sobre todo al observar con cuidado los datos restantes. Note que la
gran mayoría de las iglesias plantadas de crecimiento rápido, un 75% de ellas, atrajo a una cantidad de
cien o más individuos el primer domingo. Solo 19.2% de las iglesias plantadas que luchan pudieron
conseguir esto.
ASISTENCIA AL PRIMER CULTO

80% 75% Crecimiento Rápido


70% 65,4% Luchan por Sobrevivir
60%
50%
40%
30%
19,2%
20% 15% 15,4%
10%
10%
0%
1 a 50 51 a 100 Más de 100

Al igual que antes, si combinamos los datos, podemos tener una visión más clara de las diferencias
significativas entre la asistencia del grupo de iglesias plantadas de crecimiento rápido y la asistencia del
grupo de las que luchan. Un gran número de iglesias plantadas que luchan, 80.8%, llevó a cabo el
lanzamiento con menos de 100 personas en el primer culto. En cambio, un 75% de las iglesias plantadas
de crecimiento rápido tuvieron más de cien personas en el primer culto. La evidencia aquí no puede ser
más clara. Viendo estas estadísticas, parece ser que los plantadores deberían de buscar conseguir un
mínimo de cien personas asistiendo al primer culto.
Si ocurre un lanzamiento con algo menor, deténgase, y reconsidere su estrategia. Incluso podría
ser un paso sabio regresar a los cultos de prueba y hacer el lanzamiento más adelante. Recuerde, la
mayoría de las iglesias plantadas que hicieron el lanzamiento en pequeño se quedaron pequeñas.
Lo diré de nuevo: las muchedumbres atraen más gente. Para crear misiones nuevas que rompan
el esquema de la iglesia que se sirve a sí misma, que lucha por sobrevivir y que es dirigida por una
familia, los líderes deben encontrar la manera de plantar iglesias que crezcan rápidamente en tamaño y
en un periodo de tiempo corto. Cuando una iglesia logra crecer rápido y alcanzar impulso, fomentará una
actitud saludable, orientada al alcance entre los miembros.
Las iglesias plantadas que no crezcan rápidamente más allá de la barrera de las doscientas
personas dentro de pocos años, perderán su impulso y caerán en la trampa de la iglesia pequeña. Ese
estancamiento resultará en un sentido reducido de autoestima de congregación. Las iglesias plantadas
son más vulnerables a la moral baja debido a una expectativa de éxito elevada. Cuando no se logra ese
éxito inmediatamente, la mayoría de las iglesias plantadas caen presa del desánimo.
Una vez que la actitud de derrota se filtra en los corazones y mentes del plantador de iglesias y
de la nueva congregación, comienzan a verse como “pequeños, débiles, poco atractivos, inútiles y
frustrados con un futuro limitado.”5 Desafortunadamente, esa actitud es un estado en el cual se encuentran
muchas iglesias plantadas.

71
Ahora que ha atravesado las gráficas y estadísticas confusas, permítame resumir los hallazgos
revelados en este capítulo.
 Cualquier iglesia plantada que busca un nivel de crecimiento rápido necesita entre veintiséis y
cincuenta adultos en un grupo principal antes del lanzamiento público.
 Se debe buscar armar el grupo principal con métodos múltiples como lo son el uso de células y
el de los cultos de prueba.
 Si un plantador de iglesias opta por usar los cultos de prueba, debería considerar efectuar más de
tres —posiblemente uno cada otra semana durante unos meses.
 El grupo principal debe estar conformado por un grupo de familias semilla comprometidas
colocadas intencionalmente, que se hayan apropiado de la visión de la iglesia.
 Finalmente, el plantador debe de planear para y tener la expectativa de tener más de cien personas
el primer domingo.

72
Capítulo 12
Planeando para
Crecer

73
LA PARTE FINAL DE LA INVESTIGACIÓN cubrió las diferentes estrategias utilizadas por las
iglesias plantadas. Cada iglesia, sea nueva o establecida, necesita una buena estrategia. Un problema que
he encontrado en los libros de plantación de iglesias es que cada autor tiene su propia opinión sobre lo
que funciona y lo que no. Esas opiniones variadas no ayudan cuando hay una gama tan amplia de posibles
decisiones estratégicas que cada plantador debe tomar antes de hacer el lanzamiento de una nueva iglesia:
¿Qué tipo de ministerios deben estar en su lugar antes de llevar a cabo el lanzamiento público? ¿Qué tipo
de música se deberá usar durante los cultos de adoración? ¿Qué clase de instalaciones se usarán? Todas
esas preguntas y muchas otras necesitan tener una respuesta antes del lanzamiento. No hay duda de que
una buena estrategia es vital para el desarrollo de cualquier iglesia.
Las preguntas del cuestionario estaban enfocadas en cuatro áreas estratégicas con las que cada
plantador debe lidiar: tipos de ministerio listos al momento del lanzamiento, estilo de adoración,
instalaciones, y mayordomía. Quise descubrir si hay una estrategia óptima para plantar iglesias de
crecimiento rápido.

Ministerios listos
Tener muchos ministerios listos a tiempo para el lanzamiento público es algo que se debe hacer.
Cualquiera que desee plantar una iglesia en esta era de elecciones y opciones abundantes debe estar
preparado a ofrecer múltiples puntos de conexión a los inconversos. Algunos expertos que estudian el
movimiento de plantación de iglesias creen que el construir un ministerio multi-dimensional debe ser un
proceso lento. Una iglesia nueva debería estar “en disposición de avanzar a un paso más lento.”1 Aun así,
otros enseñan que todos los ministerios deben estar en su lugar al momento del lanzamiento público.
Estos pueden incluir todo desde los ministerios infantiles, hasta los ministerios para la gente de edad
avanzada. En el cuestionario, decidí preguntar a los plantadores el tipo de ministerios que tenían listos al
momento del lanzamiento público. Con esta información, podría ver si la cantidad o tipos de ministerios
ofrecidos al momento del lanzamiento ocasionaron alguna diferencia entre las iglesias plantadas de
crecimiento rápido y las iglesias plantadas que luchan. Lo que descubrí tuvo significancia. La manera
en que ambos grupos trataron con la cuestión de los ministerios listos es increíble.
Las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan tuvieron una diferencia radical en
el uso de ministerios infantiles y de jóvenes. De las iglesias plantadas de crecimiento rápido, un total de
96.7% de ellas tuvieron listo el ministerio infantil y el 48.3% tuvo un ministerio para jóvenes listo al
momento del primer culto público. De las iglesias plantadas que luchan, solo un 42.3% tuvo un ministerio
infantil listo y un 15.4% tuvo ministerios para jóvenes listo al momento de efectuar el lanzamiento. Se
trata de una diferencia de 54.4% entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan que
utilizaron un ministerio infantil, y una diferencia de 32.9% entre las iglesias plantadas de crecimiento
rápido que utilizaron ministerios para jóvenes y las que luchan que hicieron lo mismo. Lo que realmente
le llama la atención a uno es ver que la mayoría de las iglesias plantadas que luchan solamente ofrecieron
el culto de adoración a las personas que asistieron al primer culto público. Es decir, las iglesias plantadas
de crecimiento rápido ofrecieron más opciones de ministerios desde el principio.

74
MINISTERIOS LISTOS AL MOMENTO DEL LANZAMIENTO
PÚBLICO
100%
98,3% 96,7% Crecimiento Rápido
100%
Luchan por Sobrevivir
80%
60% 48,3%
42,3%
40%
15,40% 13,3% 15,0%
20% 7,70% 7,70% 7,70% 7,70%
3,3% 3,3%
0%
Adoración Infantil Adolescentes Hombres Mujeres Adultos Otros
May ores

Permítame repetirlo, las iglesias plantadas ofrecían múltiples puntos de conexión desde el
principio. Una diferencia significativa que no es tan evidente en la gráfica es el número total de
ministerios listos al momento del lanzamiento público. La siguiente gráfica muestra que casi el 92% de
las iglesias plantadas de crecimiento rápido ofrecían tres o más oportunidades ministeriales en su
apertura. Por otro lado, el 64% de las iglesias plantadas que luchan ofrecieron solo un culto de adoración
para los adultos que asistieron al primer culto.
NÚMERO TOTAL DE MINISTERIOS LISTOS

100% 92% Crecimiento Rápido


Luchan por Sobrevivir
80%
64%
60%

40%
23%
20% 13%
8%

0%
Uno Dos Tres o Más

Según la gráfica pasada, la mayoría de las iglesias plantadas de crecimiento rápido tenían tres
ministerios listos al momento del lanzamiento: Adoración, Infantil y Jóvenes. Podríamos llamar esto la
“Santa Trinidad” de los ministerios. Esta combinación parece separar a las iglesias plantadas de
crecimiento rápido de las que luchan. De cualquier forma, los datos muestran que cualquiera que sea el
ministerio listo, tener múltiples puntos de conexión tiene más beneficio que hacerlo de manera uni-
dimensional.
Rick Warren dijo, “Cuando fundé la Iglesia Saddleback, lo único que ofrecimos durante el primer
año fue un culto de adoración y un programa de iglesia infantil limitado. No tratamos de ser una iglesia
de servicio completo.”2 Aunque le dice a otros que no hagan lo que él hizo, es difícil no tomar en cuenta
el éxito y la autoridad que le ha dado. Pero aunque su método sirvió hace veinte años, vivimos en un
mundo diferente al de cuando se fundó Saddleback. Yo creo que el manifiesto de Rick Warren, y otros
como el suyo, han ayudado a perpetuar de forma no intencional la idea de que todo lo que las iglesias
plantadas necesitan ofrecer durante el primer año son cultos de adoración.
Mis datos muestran precisamente lo opuesto. Las iglesias que comenzaron sin una agenda de
servicio completo lucharon, mientras que las iglesias que ofrecieron servicios a varios grupos de edades
se convirtieron en iglesias de crecimiento rápido. En una cultura donde se ofrecen tantas opciones para
todo, ofrecer múltiples puntos de conexión tiene todo el sentido del mundo. La lógica dicta que muchos
75
padres llevan a sus hijos a la iglesia para inculcarles algún tipo de educación moral. La iglesia que logre
ofrecer un servicio de calidad a esas familias jóvenes y sus hijos tendrá un mayor potencial para
retenerlos. Como padre, yo sé que amo ir a la iglesia, pero mis hijos necesitan aprender eso también. Si
tuviera que escoger entre dos iglesias, escogería la que ofrece un programa para mis hijos.

Estilo de Adoración
En un estudio realizado por el Dr. Ed Stetzer en conjunto con la North American Mission Board
(NAMB[ Junta de Misión de Norte America]) de la Convención Bautista del Sur, se descubrió que el
estilo de adoración utilizado por sus nuevas iglesias tiene un impacto relevante sobre la asistencia tras
un periodo de cuatro años. El estudio reveló que los estilos de adoración correspondientes a números
grandes de asistencia son contemporáneos, sensibles a las necesidades de los que buscan iglesia y son
mixtos.3 Durante la última década, por la convención social y dada una modernización de los cultos
eclesiásticos estadounidenses este tipo de adoración es recomendada como la más efectiva y ahora, la
investigación del Dr. Stetzer da increíble evidencia de que estos estilos atraen a más personas. Mi
investigación busca examinar estos estilos de adoración en un contexto más amplio. Aquí está lo que
descubrí.
Según el cuestionario, una mayoría de las iglesias plantadas de crecimiento rápido, un 75%,
usaron un estilo contemporáneo de adoración. En cambio, un número menor de iglesias plantadas que
luchan, 42.3% de ellas, utilizaron un estilo de adoración más contemporáneo. Otro 34.6% de las iglesias
plantadas que luchan pusieron en práctica un estilo mixto y un 19.2% utilizó un estilo más tradicional de
adoración.
ESTILO DE ADORACIÓN

75,0% Crecimiento Rápido


80%
Luchan por Sobrevivir
70%
60%
50% 42,3%
40% 34,6%

30%
19,2%
20% 15,0%

10% 5,0%3,8% 3,3%


1,7%
0%
Liturgico Tradicional Contemporaneo Mixto Posmoderno Otro

Pablo nos dice que nos volvamos todas las cosas para los hombres, con el propósito de ganar
algunos. Creo que éste hallazgo se refiere a esta cuestión. Deténgase y reflexione al respecto un momento.
¿A quiénes trata de alcanzar? ¿Qué tipo de música escuchan? ¿Qué programas de televisión ven? ¿En
dónde pasan su tiempo? Usted debe de hacer una exégesis efectiva de su cultura y comunidad si es que
va a lograr tener un impacto.
Si quiere alcanzar a un grupo de edad más avanzada, adelante, comience una iglesia usando un
modelo tradicional. Creo que existe el momento y el lugar ideal para comenzar una iglesia tradicional.
Sin embargo, solo el 2% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido usaron un modelo tradicional de
adoración. Ponga atención a su entorno, aún si eso implica que tenga que utilizar un estilo de adoración
que está fuera de su zona de comodidad.
Una iglesia debe ser plantada de manera que sea relevante en el contexto de la cultura que la
rodea. Recuerde, Jesús vino a una cultura específica en un momento específico. Vino a los judíos, no a
los gentiles. Tomó parte en los rituales, las tradiciones y las reglas de la cultura a la que vino. No vino
como un romano, griego, fenicio o meda. ¡Vino como un judío! Así que, si el plantador llega a una ciudad
76
grande, debe saber lo que es ser cosmopolita. Y si el plantador va a la gente del campo, más le vale tener
en mente las preferencias específicas de ellos para una iglesia.

Instalaciones
¿En dónde deberíamos adorar? Hay muchos tipos de edificios donde se puede empezar una iglesia
plantada, y el tipo de instalaciones que se usa para una iglesia plantada es más o menos importante.
Schaller explica que el tipo de instalaciones utilizada para hospedar a la iglesia podría afectar la
percepción que la gente tendrá de la nueva iglesia. Lo riesgoso de escoger las instalaciones equivocadas
“es que los posibles futuros miembros podrían alejarse cuando comprendan las limitaciones en la
programación” debido a la elección que se hizo para hospedar la iglesia plantada.4 Mi investigación, sin
embargo, no reveló que ésta cuestión sea un factor increíblemente relevante. El cuestionario preguntó a
los plantadores acerca de qué tipo de instalaciones usaron cuando empezaron, y los datos resultantes
revelaron muy poca diferencia entre los grupos de iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que
luchan.
INSTALACIONES QUE SE USARON

50% Crecimiento Rápido


41,7%
Luchan por Sobrevivir
40% 34,6%

30%
18,3% 19,2%
20% 13,3% 15,4% 15,4%
11,5% 10,0%
10% 5,0% 5,0%
3,8% 5,0%
1,7%
0%
Escuela Teatro Hotel Centro Hogar Local Iglesia Otro
Comunitario Comercial

He incluido esta gráfica, no porque haya diferencias grandes, sino que más bien como una
curiosidad que muestra los diferentes tipos de instalaciones que se utilizan. Note que el tipo de
instalaciones más utilizadas por ambos grupos son las escuelas. La única diferencia porcentual notable
entre ambos grupos se encuentra en el uso de templos. Pero, la diferencia no es suficientemente grande
como para ser significativa.

Mayordomía Financiera
La última área que se estudió de las iglesias plantadas fue el tema de mayordomía. Existe mucho
debate entre las iglesias y los líderes eclesiásticos sobre cuál es el momento correcto de introducir el
concepto de mayordomía financiera al recién converso. He escuchado en muchos seminarios de
plantación de iglesias que el plantador no debe hablar sobre dinero durante el primer año de existencia
de la iglesia. Pero al mismo tiempo, varios líderes en la investigación sobre el movimiento de plantación
de iglesias argumentan que la introducción temprana de la mayordomía financiera es un factor crítico
que afecta el tamaño y supervivencia de una nueva iglesia.
De hecho, un investigador mostró una diferencia consistente y marcada entre esas nuevas iglesias que
esperaban que sus miembros diezmaran y las que no lo esperaban. Según esta investigación, después de
cuatro años, las iglesias plantadas que esperaban que sus miembros diezmaran experimentaron una
asistencia promedio de 120. Las iglesias nuevas que no enseñaron ningún tipo de mayordomía financiera
promediaron alrededor de noventa personas.5 Yo quería saber cómo afecta el enseñar mayordomía
financiera al crecimiento y eventual autosuficiencia de una iglesia plantada.
77
Para poder estudiar estas cuestiones, mi cuestionario le preguntó a los plantadores de iglesias si
habían enseñado sobre mayordomía financiera a sus nuevas congregaciones dentro de los primeros seis
meses del lanzamiento público. Descubrí que enseñar la mayordomía financiera es un factor en el que
una iglesia plantada se vuelva una de crecimiento rápido.
Un total de 56.7% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido indicó que enseñaron sobre
mayordomía dentro de los primeros seis meses, mientras que solo un 38.5% de los plantadores liderando
iglesias plantadas que luchan indicaron haber enseñado ese tema en ese periodo de tiempo. Esos
resultados muestran una diferencia significativa de 18.2%. Recuerde que cualquier diferencia mayor a
un 15% se considera significativa.
ENSEÑÓ MAYORDOMÍA EN LOS PRIMEROS SEIS MESES

80%
Crecimiento Rápido
70% 61,5%
56,7% Luchan por Sobrevivir
60%
50% 43,4%
38,5%
40%
30%
20%
10%
0%
Sí No

El Dr. Dennis Powell llevó esta cuestión más lejos. En su investigación sobre tasas de
supervivencia de iglesias plantadas, las iglesias nuevas que dedicaron al menos 3% de su ingreso total a
ministerios de alcance y misiones, alcanzaron la autosuficiencia más rápido que las iglesias que no lo
hicieron.6 Esto muestra que el diezmo corporativo es un paso crucial que ayuda a las iglesias nuevas a
lograr la autosuficiencia rápidamente.
Conozco ambos lados de la discusión. Algunos dicen que los buscadores no deben ser presionados
a dar dinero porque en primer lugar ellos ya creen que en las iglesias sólo se pide dinero. Otros dicen que
aun los buscadores comprenden que llevar una iglesia cuesta dinero. Mis datos muestran que un
porcentaje significativamente más alto de iglesias plantadas de crecimiento rápido enseñaron acerca de
la mayordomía financiera dentro de los primeros seis meses. Estoy seguro de que éste fue un factor
determinante en su transición hacia la autosuficiencia, pero también creo que les ayudó en su crecimiento.
Enseñar con prontitud a la gente acerca de la necesidad de ofrendar acelerará naturalmente la habilidad
de una iglesia de llevar a cabo más ministerios. Piénselo, si la iglesia tiene más dinero, puede satisfacer
más necesidades. Si satisface más necesidades, atraerá más gente.

Dando a la obra misionera


Es importante que una nueva iglesia implante en su ADN un enfoque orientado a los ministerios
de alcance. El espíritu de la Gran Comisión no termina su viaje en las puertas de la iglesia plantada. Sin
embargo, muchas iglesias plantadas demasiado preocupadas con su propia supervivencia reducirán por
instinto su enfoque en los ministerios de alcance y de misiones. Aunque la mayoría de las iglesias
florecientes dicen querer poner en práctica ministerios de alcance y de evangelismo, su presupuesto real
para esos ministerios dice más acerca de sus prioridades que cualquier cantidad de discursos.
Tenía curiosidad por ver si las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan tenían
alguna diferencia significativa en cuanto al diezmo corporativo; les pregunté cuánto dinero destinaba
cada iglesia plantada a las misiones y al alcance cada mes de su presupuesto general. Los datos que

78
devolvieron en el cuestionario revelaron que un número significativamente mayor de iglesias plantadas
de crecimiento rápido, 80% de ellas, dedicó 10% o más de su presupuesto para alcance y misiones. De
las iglesias plantadas que luchan, solo 41.3% dieron a ese nivel. Esto muestra una diferencia de 38.7%
entre ambos grupos. Solo 3.3% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido dieron 4% o menos al área
de misiones o alcance. Y debido a lo que solamente puedo asumir es la mentalidad de supervivencia
comenzando a mostrarse, un 43.3% de las iglesias plantadas que luchan dieron un 4% o menos al área
de misiones y alcance. Dentro de este rango de 0 a 4%, nos quedamos con una diferencia de 40% entre
las iglesias plantadas que luchan y las de crecimiento rápido.
CANTIDAD QUE DAN IGLESIAS PLANTADAS A MISIONES

100% Crecimiento Rápido


80,0% Luchan por Sobrevivir
80%

60%
43,3% 41,3%
40%

16,7% 15,4%
20%
3,3%
0%
0a4 5a9 10 o Más

Una iglesia plantada enfocada en sí misma tiende a tener una probabilidad más alta de quedarse
siendo una iglesia plantada que lucha. Las Escrituras, nos recuerdan continuamente que Dios bendice la
obediencia. Malaquías 3:10 dice, “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo y así habrá
alimento en mi casa. Pruébenme ahora en esto —dice el SEÑOR Todopoderoso—, y vean si no abro las
compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.” Según lo que dice la
Palabra de Dios, diezmar de las bendiciones que nos ha dado Dios jamás ha sido una opción, sino algo
que se espera de nosotros. Siendo que el plantar una iglesia es materia espiritual, no se puede descontar
el que el compromiso de una iglesia plantada, o falta de ello, al diezmar tenga un efecto directo sobre la
iglesia.
La idea de que una iglesia plantada debe de diezmar puede sonar contra intuitivo, pero es avalada
bíblicamente. Las nuevas iglesias necesitan todo el dinero que puedan encontrar en sus primeros días,
pero sabemos que la Biblia nos dice que Dios bendice nuestra fidelidad. Puede que algunos pidan que
las iglesias comiencen en pequeño y que poco a poco crezcan hasta lograr un diezmo. Mi respuesta a esto
es: ¿acaso Jesús nos pide que obedezcamos en partes y que poco a poco vayamos obedeciendo más ó es
más bien que nos pide una obediencia completa e inmediata?
Podría entrar en un sermón de veinte minutos acerca de la obediencia y nuestra responsabilidad
de diezmar, pero no lo haré. Podría delirar como loco sobre cómo los pastores le piden a los feligreses
que diezmen y lo hipócrita que es el que una iglesia no haga lo que les pide a sus miembros que hagan,
pero tampoco lo haré. Podría darme un ataque de rabia mientras menciono todas las Escrituras que dicen
explícitamente lo que Jesús pensaba acerca de compartir y dar, pero no lo haré. Sin embargo, sí
mencionaré que nuestras iglesias plantadas nunca podrán esperar recibir la bendición de Dios si ellas no
están obedeciendo a Su Palabra.

79
Capítulo 13
De aquí,
¿hacia dónde vamos?

80
EN EL PRIMER CAPÍTULO conté mi decepcionante experiencia personal en la plantación de
iglesias. La experiencia, además de ser dolorosa me dejó plagado de sensaciones de fracaso,
incompetencia y frustración. No podía comprender por qué la iglesia que había plantado no había crecido
al ritmo en que otras lo habían hecho. De muchas maneras, los hallazgos de esta investigación me han
ayudado a conocer al menos unas de las razones de mi experiencia frustrante en la plantación de iglesias.
Antes de comenzar mi tarea, había estado confiado en que yo había sido diseñado para la
plantación de iglesias. El perfil de mi personalidad era el correcto y había tenido una calificación alta en
la evaluación de Ridley. Simplemente sabía dentro de mí que estaba destinado a una gran aventura y que
pronto estaría pastoreando la siguiente mega iglesia.
Pero en la realidad, me faltaba algo. Aunque me encanta leer, y de que aprendí todo lo que pude
sobre la plantación de iglesias por mi propia cuenta, me dieron poco entrenamiento que estuviera
diseñado para ayudarme a comprender lo que estaba a punto de hacer. Además, los sistemas de apoyo
con los que contábamos mi esposa y yo de parte de nuestro distrito no nos ayudaron. En vez de eso, nos
enfrentamos a sentimientos de enojo, sospecha y de envidia. Después de un tiempo así, mi esposa y yo
comenzamos a sentirnos aislados y sentir una gran negatividad de parte del grupo al que servíamos.
Probablemente esto tuvo la influencia de los cuatro trabajos que necesitaba tener (aparte del ministerio)
para poder mantener a mi familia. A ese paso, añadiendo las presiones de lidiar con nuestros
patrocinadores, pronto estuvimos exhaustos y frustrados. Todo ese tiempo, el desánimo estaba avanzando
sigilosamente a causa del progreso lento de la iglesia plantada.
Eventualmente, recibí fondos adicionales de parte de mi agencia patrocinadora, pero fue muy
poco, demasiado tarde. La iglesia ya había sido lanzada y mi oportunidad de crear una atmósfera de
excelencia había pasado. A pesar de mis intentos, solo pude asegurarme de tener diecisiete adultos en mi
grupo principal antes del lanzamiento. No lo sabía en ese momento, pero no estaba listo para el
lanzamiento. El gran día del lanzamiento solamente llegaron sesenta y cinco personas, adultos y niños.
A pesar de mis mayores esfuerzos, nunca logramos salir de ese molde de iglesia pequeña.
Más aún, las finanzas se volvieron un verdadero problema porque opté por no enseñar el tema de
mayordomía financiera; no quise ahuyentar a la gente a la que buscaba atraer. El resultado de esto fue
que las ofrendas fueron mermadas y a duras penas podíamos pagar los gastos fijos. El presupuesto de la
iglesia ni siquiera nos permitía dar algo, pues todo lo necesitábamos para sobrevivir.
Está bien, está bien. Dejaré de revolcarme en esos factores que dejaron impresiones dolorosas en
mi psique. Algún día depositaré toda la experiencia en las manos del Padre, pero por ahora, me duele
como a cualquier otro ser humano. Lo que sí puedo hacer ahora es darme cuenta de que tengo una mejor
comprensión de los factores que contribuyeron al crecimiento trunco de mi iglesia plantada.
En Mayo de 2006 comencé a poner en práctica esta información para probar mi investigación.
Después de todo, nada de esto sirve para nada si solo lo tratamos como una colección de hechos y
números. La pregunta por responder era: ¿funciona?
La primera iglesia plantada modelada a la luz de esta investigación sería situada en Wesley
Chapel, Florida. Todo estaba listo para un lanzamiento enorme. Mantuve la respiración y oré para que
pasara lo mejor. El 10 de Septiembre de 2006, abrió sus puertas la iglesia con 324 visitantes de primera
ocasión. Hoy en día, habiendo pasado un año, la iglesia tiene una asistencia de 280, ha experimentado
sesenta y cinco conversiones y, si todo va bien, llegará a tener más de 500 personas dentro de un año o
dos.
Antes de cerrar este libro, quisiera reconocer que no a todos los plantadores, denominaciones, o
agencias patrocinadoras les interesa plantar una iglesia grande. Si sé y reconozco que las iglesias grandes
no son la única forma válida de ministerio en los Estados Unidos. En el ambiente correcto, una iglesia
pequeña puede llegar a ser tan efectiva como una iglesia pequeña. Sería ridículo de mi parte creer que el
Espíritu Santo radica solamente en las iglesias grandes.

81
Después de haber plantado cuatro iglesias, ayudar en la plantación de otras cuatro y ahora liderar
el movimiento de plantación de iglesias, tengo confianza en que tengo razón acerca de algunas cosas. Se
gastan millones de dólares en intentos de plantar iglesias por todos los Estados Unidos y la mayoría de
esos intentos solo obtienen resultados mediocres. Si la plantación de iglesias es, como dice Peter Wagner,
la más grande expresión de evangelismo bajo el cielo, entonces deberíamos darle toda nuestra atención.
Los intentos futuros de plantar iglesias deben estar llenos de ciencia y excelencia. Debemos descubrir
nuevas e innovadoras formas de alcanzar a la gente que agoniza espiritualmente.
Para aquellos que han leído este libro y apreciado sus descubrimientos, aquí está una síntesis de
lo que yo creo se necesita para plantar una iglesia dinámica y de crecimiento rápido. Como mencioné
antes, es importante entender que cada uno de estos hallazgos existía, a diferentes grados, en ambos
grupos. Así que es importante no dar demasiada importancia a ningún hallazgo solo. En vez, lo
significativo de éste estudio se encuentra al estudiar su totalidad.
Los resultados del estudio revelaron que hay diferencias significativas entre las iglesias plantadas de
crecimiento rápido y las que luchan.
1. Se debe utilizar la evaluación de Ridley. Ningún plantador debe ser permitido comenzar a trabajar
a menos que haya sido evaluado adecuadamente. Al buscar un plantador que pueda romper la
barrera de las 200 personas, busque un plantador que éste por encima del promedio. Aquellos que
lideraban iglesias plantadas de crecimiento rápido y dinámicas tuvieron una calificación
promedio de 4.26, mientras que los que lideraban iglesias plantadas que luchan tuvieron una
calificación promedio de 3.82.
2. El apoyo financiero para una iglesia plantada es importantísimo. La experiencia de plantar una
iglesia es costosa y requiere de un balance apropiado de fondos de parte de la agencia
patrocinadora. Los fondos para la iglesia plantada deben provenir en combinación del agente
patrocinador y el plantador. Cada plantador debe responsabilizarse y tomar parte personalmente
en la recaudación de fondos. Si usted encuentra a un plantador que no está dispuesto o que no
puede hacer esto, tal vez él o ella no sean la persona indicada. Tenga en mente que financiar una
de estas nuevas iglesias requieren mucha consideración, porque existe un balance muy delicado
entre darle al plantador demasiado apoyo financiero, y demasiado poco.
3. La mayoría de las iglesias plantadas de crecimiento rápido eran lideradas por plantadores de
tiempo completo. No permita que su plantador vaya y luche por sobrevivir. Dele al plantador la
posibilidad de enfocarse completamente en la tarea frente a él. Si él o ella se preocupa demasiado
por mantenerse, esa preocupación divide la atención del plantador, ocasionando una capacidad
reducida de mantener una intensa concentración en la iglesia plantada.
4. La mayoría de los líderes de tiempo completo de las iglesias plantadas de crecimiento rápido
recibían un apoyo salarial por dos años o menos. Casi el 80% de los plantadores involucrados en
iglesias plantadas que luchan recibieron apoyo salarial por periodos de tres a cinco años. Estos
datos parecen implicar que un periodo largo recibiendo apoyo salarial no es bueno para una iglesia
plantada. Podría ser que la seguridad que se provoca durante ese lapso genere una tendencia a la
procrastinación, lo cual es dañino para el desarrollo de la iglesia plantada.
5. Un más alto porcentaje de plantadores involucrados en iglesias plantas dinámicas y de
crecimiento rápido recibieron apoyo financiero adicional al salario inicial. Aunque no hice
preguntas específicas con respecto a este apoyo adicional, creo que los fondos extra fueron dados
como una subvención para fundar la iglesia. Seguramente fue utilizado para la compra de equipo
y para anunciarse.
6. Aunque un porcentaje más alto de iglesias plantadas dinámicas y de crecimiento rápido recibieron
dinero adicional, la mayoría recibió el dinero dentro de un periodo de un año. Un número
significativo de iglesias plantadas que luchan recibieron muchísimo dinero en un periodo de

82
cuatro a cinco años. Una vez más, dar demasiado dinero puede ser igual de nocivo para una nueva
iglesia que lo que sería dar muy poco.
7. Los plantadores de iglesias plantadas de crecimiento rápido estuvieron más involucrados en la
recaudación de fondos adicionales a lo que les fue otorgado por la agencia patrocinadora. Una
agencia patrocinadora debe desarrollar un programa que asista al plantador a aumentar el nivel
de información sobre la necesidad de tener fondos.
8. La visión de una iglesia plantada debe nacer en el corazón del individuo que la vaya a plantar.
Anteriormente, conté la historia del líder de denominación que le pidió a un pastor que empezara
una iglesia en un lugar donde nunca antes había pensado hacerlo. El resultado fue que, el
plantador lo intentó, pero la visión que le dio el líder se había marchitado y muerto. Aunque puede
que éste no sea el caso siempre, la información revela una mayor probabilidad de que una iglesia
plantada crezca rápido si la visión viene del individuo que la planta.
9. La libertad de escoger a su audiencia principal también fue un factor importante. Los líderes de
las iglesias plantadas de crecimiento rápido contaron con mayor libertad de escoger el tipo de
audiencia en el que más les interesaba enfocarse con la iglesia plantada.
10. A los plantadores de las iglesias plantadas de crecimiento rápido, dinámicas se les dio más
libertad para gastar su financiamiento como mejor vieran necesario.
11. En general, se ejerció menor control y/o administración de parte de la agencia patrocinadora en
las iglesias plantadas de crecimiento rápido. La información indicó que las agencias
patrocinadoras deben dar las libertades adecuadas al plantador de iglesias en lugar de imponer un
plan de plantación de iglesias con un patrón predeterminado. Las iglesias plantadas que son parte
del grupo que lucha estaban generalmente atadas a un control ajeno.
12. Es vital que los plantadores de iglesias reciban apoyo emocional adecuado. Deben haber redes
sociales fuertes e inmediatas listas para recibir al plantador de iglesias recién reubicado. La salud
emocional del plantador, ya sea buena o mala, tendrá un efecto en la salud emocional de la
congregación entera. Los plantadores de las iglesias plantadas, dinámicas, de crecimiento rápido
se sintieron apoyados significativamente más por parte de sus colegas pastorales, experimentaron
más aceptación de las iglesias locales, tuvieron más comunión con otros pastores, se les celebró
más ampliamente dentro de su denominación y experimentaron menos negatividad de parte de su
agencia patrocinadora.
13. Las agencias patrocinadoras deben desarrollar un programa de entrenamiento de calidad. Los
líderes de las iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron una o más semanas de
entrenamiento diseñado para prepararlos para la plantación de iglesias. En cambio, los
plantadores involucrados en las iglesias plantadas que luchan indicaron que habían recibido
menos de una semana de entrenamiento.
14. Se debe plantar una iglesia con un equipo de al menos dos personas remuneradas. Por favor no
mande a un plantador y a su familia a plantar una iglesia como un llanero solitario. Una mayoría
impresionante de líderes de iglesias plantadas dinámicas, de crecimiento rápido, 88.3%, indicaron
haber empezado con un equipo. Al otro lado de la balanza, 88.5% de los líderes de iglesias
plantadas que luchan indicaron haber empezado la iglesia solos. No subestime la fortaleza que se
encuentra en los números.
14.15. Las iglesias plantadas de crecimiento rápido reportaron un número significativamente más
alto de adultos en su grupo principal antes del lanzamiento. Una iglesia plantada que no tenga al
menos 40 personas en su grupo principal antes del lanzamiento debería reconsiderar esperar más
tiempo.
15.16. Según los resultados del cuestionario, las iglesias plantadas de crecimiento rápido tuvieron
al menos tres ministerios básicos listos al momento de llevar a cabo el lanzamiento público:
adoración para adultos, cultos infantiles y ministerios de jóvenes. Vivimos en una cultura cruel
83
que no perdona nada. Puede que los padres visiten una iglesia una o dos veces, pero si no se les
provee algo emocionante y entretenido a sus hijos, pronto se perderá su interés.
16.17. Las iglesias plantadas de crecimiento rápido no solamente utilizaron cultos de prueba, sino
que también usaron células para armar su grupo principal. No sea uni-dimensional en su manera
de armar el suyo.
17.18. Los líderes de las iglesias plantadas de crecimiento rápido utilizaron cinco o más cultos
de prueba cada dos semanas en el tiempo antes del lanzamiento. La gente inconversa y los que
no tenían iglesia tienen tantas cosas por hacer en la semana que es muy probable que no asistan
a los cultos por falta de tiempo. Considere hacer cultos de “práctica” cada otra semana. Esperar
todo un mes antes de hacer otro es demasiado tiempo. Las conexiones frecuentes son clave.
19. Las iglesias plantadas de crecimiento rápido fueron lanzadas con un número grande de asistencia
al primer culto público. Haga todo lo posible por conseguir gente en los asientos. Dele gracias a
Dios por cada persona que logre conseguir. Tiene que lograr ser una novedad y llamar la atención
en la comunidad si quiere ganar impulso.
18.20. Entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido, a la mayoría se les enseñó la
importancia de la mayordomía financiera dentro de los primeros seis meses. No piense por un
segundo que los inconversos no saben que se requiere de dinero para mantener una iglesia. No
sea tímido, déjeles saber. No sea altanero, ni lloriquee, y tampoco haga de sus finanzas un secreto.
La forma de luchar con las ideas preconcebidas sobre escándalos de dinero en las iglesias que
tienen los inconversos es siendo abierto y honesto al respecto. Sea transparente acerca de lo que
hace con el dinero y la gente dará con más probabilidad.
19.21. Por último, haga lo imposible por mantener el enfoque de su ministerio hacia fuera. Si no
lo hace desde el principio, recuerde que será más difícil lograrlo más adelante. Un porcentaje alto
de las iglesias plantadas de crecimiento rápido diezmaban desde el comienzo, mientras que las
iglesias plantadas que luchan eran generalmente orientadas a sí mismas con respecto a su dinero.
Más del 40% de ellas dedicó menos del 4% de su ingreso a las misiones y al alcance.
Entiendo que hay muchos otros factores relevantes a la plantación de iglesias. Los factores
enumerados en este libro no tenían la intención de formar una lista exhaustiva. Sin embargo, sí proveen
una buena perspectiva general de las diferencias significativas entre las iglesias plantadas de crecimiento
rápido y las que luchan. Aunque no son una garantía del éxito, estoy convencido plenamente de que
aquellos que implementen estos hallazgos, tendrán una mayor probabilidad de comenzar una iglesia
plantada dinámica de crecimiento rápido. Que Dios los bendiga a todos y vaya con ustedes en esa gran
aventura que es la plantación de una nueva iglesia.

84
Apéndice A
Otros
Hallazgos

85
SE ESTUDIARON LOS SIGUIENTES TEMAS aunque no se encontraron diferencias
significativas entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan. Por favor comprenda
que estos hallazgos y/o temas son importantes en la plantación de iglesias, pero que dentro de las
restricciones de este estudio, no se encontraron diferencias con significancia estadística.
Recuerde que una diferencia calificaba como significativa si se descubría que la diferencia
porcentual entre el grupo de iglesias plantadas de crecimiento rápido y el de las que luchan era de más
de 15% para un mismo tema. Los hallazgos en este capítulo, aunque son interesantes y de gran beneficio
saber, no califican dentro del grupo de los que tienen significancia.
Estos hallazgos son valiosos para poner lineamientos y formar sistemas de plantación de iglesias
que den como resultado iglesias plantadas más saludables.

Apoyo Salarial
El apoyo salarial de cualquier pastor es un tema crítico. Se les preguntó a los plantadores el tipo
de apoyo salarial que recibieron de su agencia patrocinadora. Las opciones posibles fueron: salario
completo, salario parcial, o ningún salario. De las iglesias plantadas de crecimiento rápido, un 26.6 %
reportó haber recibido un salario completo, 48.3% recibió un salario parcial y 25% no recibió salario de
parte de su agencia patrocinadora. Las iglesias plantadas que luchan reportaron porcentajes similares:
30.7% recibió un salario completo, 38% recibió un salario parcial y 30.7% no recibió salario alguno.
TIPO DE APOYO SALARIAL

48,3% Crecimiento Rápido


50%
Luchan por Sobrevivir
38,4%
40%
30,7% 30,7%
30% 26,6% 25,0%

20%

10%

0%
Completo Parcial Ninguno

Aunque en ambos grupos de plantadores de iglesias los resultados son similares, me pareció
interesante descubrir que la forma más común de compensación salarial fue otorgar un salario parcial.
Sospechaba que encontraría una diferencia significativa aquí. Antes de hacer este estudio, estaba
convencido de que los pastores que lideran iglesias plantadas de crecimiento rápido habrían recibido un
salario completo con mayor frecuencia que las iglesias plantadas. Aunque no hubo una diferencia
significativa, el hallazgo tiene valor para aquellos que lideran movimientos de plantación de iglesias,
pues es relevante al momento de poner lineamientos para estructuras salariales.

Apoyo al Comprar Propiedad


Solo el 10% de los grupos de iglesias plantadas de crecimiento rápido y de las que luchan
indicaron haber recibido algún tipo de ayuda de su agencia patrocinadora para la compra de propiedad.
He escuchado comentarios de plantadores de iglesias diciendo: “Si tan solo mi denominación me ayudara
a comprar una propiedad, podríamos construir una iglesia y llenarla.” Muchos han tratado la compra de
una propiedad y la construcción de un edificio como si fuera lo mismo que plantar frijoles mágicos. Tome
en cuenta que este hallazgo no revela si una iglesia plantada compró propiedad o si construyo un edificio,
solamente muestra si la agencia patrocinadora le ayudó a comprar la propiedad.

86
AYUDA CON LA COMPRA DE PROPIEDAD

100% 90% 92,0%


Crecimiento Rápido
80% Luchan por Sobrevivir

60%

40%

20% 10% 7,6%

0%
Recibieron Ayuda No Recibieron Ayuda

Edificio Temporal
Hablaré de mi propia experiencia y diré que cuando una iglesia plantada se mantiene en un
edificio temporalmente por más de dos años, ella corre el riesgo de perder su impulso. Estar
desensamblando y ensamblando constantemente desgasta a los líderes y provoca en las personas que
asisten a la iglesia plantada una sensación de encontrarse sin hogar. Mi opinión personal es que una
iglesia plantada debe planear estar en un edificio propio al final del tercer año.

Porcentaje que recibió ayuda con propiedad


De las iglesias plantadas de crecimiento rápido que recibieron ayuda para comprar una propiedad,
el 66% recibió ayuda financiera hasta por 50% del costo y el 34% de ellas recibieron más que un 51%
de ayuda. De las iglesias plantadas que luchan que recibieron ayuda para comprar una propiedad, 50%
recibieron ayuda financiera hasta por 50% del costo y 50% recibieron más de 51% de ayuda financiera
con la compra de propiedad.
PORCENTAJE QUE RECIBIÓ AYUDA CON PROPIEDAD

80% Crecimiento Rápido


70% 66%
Luchan por Sobrevivir
60%
50% 50%
50%
40% 34%
30%
20%
10%
0%
Hasta 50% Más de 50%

Mientras que hay una diferencia de 16% entre estos dos grupos, estadísticamente hablando la
muestra es demasiado pequeña como para poder contar este como un hallazgo significativo. Siendo que
solo el 10% de cada grupo reportó haber recibido ayuda con la compra de propiedad, sería demasiado
presuntuoso decir que se trata de un hallazgo significativo.

Redes de oración
La oración es una parte importante de cualquier tarea espiritual. De hecho, la oración es
típicamente una de las cosas a las cuales los plantadores de iglesias no le ponen suficiente atención. ¿Por
qué? Los plantadores son generalmente de tipo A, gente agresiva, emprendedora, motivada. Se ocupan
87
tanto en lograr cosas, que se olvidan de pasar tiempo con Dios. No lo hacen con intención; es más un
asunto de personalidad. Pero asediar el territorio del enemigo es una tarea imposible si no se invoca el
poder de Dios a través de la oración.
A los plantadores de iglesias se les preguntó si habían armado redes de oración que oraran por
ésta nueva obra. Me alegró ver que un porcentaje tan alto de plantadores de ambos grupos (65% de las
de crecimiento rápido y 64.4% de las que luchan) respondieron con un “Sí.”
REDES DE ORACIÓN

70% 65% 64,4%


60% Crecimiento Rápido

50% Luchan por Sobrevivir

40% 35% 34,6%

30%
20%
10%
0%
Tuvo Red de Oración No Tuvo Red de Oración

Me encantaría haber probado otros marcadores espirituales de los plantadores de iglesias, pero
eso podría requerir de otra investigación completa. Además, encontrar una manera de evaluar disciplinas
espirituales objetivamente no es una tarea fácil. Por esto, simplemente hice una pregunta que sentí
demostraría una pequeña porción de la disposición espiritual del plantador de iglesias.

Evaluación del entrenamiento


Le pedí a aquellos plantadores de iglesias que calificaran el entrenamiento que recibieron. Los
plantadores tenían la oportunidad de calificarlo como: malo, regular, bueno, muy bueno y excelente. Fue
interesante ver que ambos grupos calificaron su entrenamiento de manera similar.
EVALUACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

50% 47,1% Crecimiento Rápido


Luchan por Sobrevivir
38,5%
40%

30%
23,5%23,1%
17,6%17,9% 17,9%
20%

10% 5,9% 5,9%


2,6%

0%
Malo Regular Bueno Muy Bueno Excelente

Entrenador de plantación de iglesias


Creo que cada plantador de iglesias necesita un entrenador. Un buen entrenador le ayudará al
plantador a mantenerse enfocado ayudándole a encontrar su camino a través de un sin fin de problemas.
Se le preguntó a cada plantador si la agencia patrocinadora le había provisto un entrenador. No se
encontraron diferencias significativas entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan
para sobrevivir.
88
PROVISTOS DE ENTRENADOR

56,7% 57,7%
60% Crecimiento Rápido
Luchan por Sobrevivir
50% 43,3% 42,3%
40%

30%

20%

10%

0%
Sí No

Me sorprendió mucho que no se les haya provisto de un entrenador a más de los plantadores de
iglesias involucrados en este estudio. Esperaba que hubiera un mayor número de “sí” en esta pregunta.
Solamente un 56.7% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido y 57.7% de las iglesias plantadas
que luchan tuvieron un entrenador. Aunque esto no haya sido un hallazgo significativo, creo que el
beneficio de tener un entrenador no debe ser subestimado.

Instalaciones permanentes
Finalmente, me interesó averiguar si una iglesia plantada que haya comenzado en instalaciones
permanentes tenía alguna ventaja sobre las que hayan tenido que rentar algún lugar y preparar todo cada
semana. Me he preguntado en varias ocasiones si tener instalaciones permanentes provoca que una iglesia
plantada transmita una sensación de credibilidad a la comunidad. La credibilidad es vital para una
comunidad con muchas iglesias establecidas. Entonces, pregunté a los plantadores de iglesias si el lugar
donde llevaban a cabo sus cultos semanales era uno de residencia permanente o si tenían que preparar
las instalaciones cada semana.
INSTALACIONES PERMANENTES

100% Crecimiento Rápido


86,7%
Luchan por Sobrevivir
80% 73,1%

60%

40%
26,7%
20% 13,3%

0%
Permanentes Semanal

Aunque no haya sido revelada ninguna diferencia significativa con esta pregunta, las iglesias
plantadas que luchan sí tuvieron una tasa mayor de uso de instalaciones permanentes que las iglesias
plantadas de crecimiento rápido. La cuestión más importante que surge del hallazgo es el hecho de que
un porcentaje enorme en ambos grupos (86.7% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido y 73.1%
de las iglesias plantadas que luchan) utilizaron instalaciones de alquiler donde se tenía que preparar todo
cada semana. Es importante recordar que rentar instalaciones para una residencia permanente puede ser
mucho más caro y que una iglesia nueva necesita administrar su dinero sabiamente.

89
Nota sobre la Autosuficiencia
La autosuficiencia debería de ser la meta de toda iglesia plantada. Así como un padre desea ver
que sus hijos crezcan y se mantengan solos, de la misma manera, toda iglesia madre o agencia
patrocinadora desea que su nueva iglesia crezca y cubra sus propios gastos. Desafortunadamente, he
escuchado demasiados cuentos de terror acerca de denominaciones que mantienen iglesias plantadas
durante más de quince años.
MESES DESPUÉS DEL LANZAMIENTO PÚBLICO
35%
35% Autosuficientes

30%
25% 23%
20%
20%
15%
15%
10%
5%
5% 2%
0%
0a6 7 a 12 13 a 18 19 a 24 25 a 30 31 a 36

Interesantemente, el 35% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido lograron la


autosuficiencia dentro de los primeros seis meses después del lanzamiento público. Otro 20% logró la
autosuficiencia al final del primer año, 5% para los dieciocho meses y 23% para el final del segundo año.
Esto también es interesante, un total de 83% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido alcanzó la
autosuficiencia para cuando terminó el segundo año.

90
Apéndice B
Cuestionario sobre
Plantación de Iglesias

91
Por favor lea cuidadosamente cada pregunta y responda lo mejor que pueda. Por favor sea tan
específico como pueda en cada una de las preguntas subsecuentes. Si tiene algún comentario sobre un
tema al que no se dirige la pregunta, escríbalo junto a la pregunta correspondiente. Por favor asegúrese
de que el pastor plantador de la iglesia, sea quien llene este cuestionario. Toda esta información tendrá
un carácter confidencial.

Información Biográfica

Nombre de la Iglesia: Fecha:

1. ¿Usted fundó la iglesia?


 Sí
 No

2. ¿Usted ha fundado alguna otra iglesia?


 Sí
 No
3. ¿Cuál fue el año de su lanzamiento público?

4. ¿Cuántas personas asisten actualmente a sus cultos dominicales?

Si el promedio de personas asistentes es mayor a 200, ¿cuántos meses contando a partir del

lanzamiento público tardó en llegar a 200?

5. ¿Su iglesia es autosuficiente?


 Sí
 No
Si sí lo es, ¿cuántos meses contando a partir del lanzamiento público tardó en lograr esto?

I. APOYO DE LA AGENCIA PATROCINADORA

(Denominación, iglesia Madre, Asociación, Distrito)

Finanzas

Estas preguntas fueron diseñadas para ayudar a tener claridad sobre el tipo de apoyo financiero que
recibieron el plantador y la iglesia plantada. Encierre la respuesta que mejor aplique y conteste cualquier
pregunta subsecuente que aplique.
92
6. ¿Usted empezó siendo un plantador de iglesias de tiempo completo o fue bi-vocacional?
 Tiempo completo
 Bi-vocacional
7. ¿Recibió usted algún salario de parte de su agencia patrocinadora?
 Completo
 Parcial
 Ninguno
¿Durante cuántos años?

1 2 3 4 5+

8. ¿La agencia patrocinadora le proveyó dinero para comprar una propiedad?


 Sí
 No
¿Con qué porcentaje del costo total de la propiedad se le ayudó?
9. ¿El agente patrocinador le dio algún dinero adicional para comenzar?
 Sí
 No
10. ¿Tuvo usted que recaudar fondos adicionales personalmente antes del lanzamiento?
 Sí
 No

Libertad conceptual
Las siguientes seis preguntas fueron diseñadas para descubrir la libertad que cada plantador tuvo al
determinar el desarrollo de la iglesia plantada. ¿La agencia patrocinadora fue la que tuvo el control del
plantador/equipo? Las respuestas están dentro de un rango del 1 al 5, 1 indica control de parte de la
agencia patrocinadora y 5 indica control por parte del plantador. Por favor lea el texto debajo de cada set
de números y circule el número que mejor aplique.

¿Cuánta influencia tuvo usted en las siguientes áreas?


11. ¿En crear una visión para la iglesia?
1 2 3 4 5
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador
12. ¿En determinar un estilo de adoración?
1 2 3 4 5
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador
13. ¿En contratar a su propio personal?
1 2 3 4 5
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador
14. ¿En determinar donde se plantó la iglesia?
1 2 3 4 5
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador
15. ¿En determinar cuál sería su audiencia principal?
1 2 3 4 5
93
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador
16. ¿En determinar cómo se gastarían los recursos?
1 2 3 4 5
Control de la agencia patrocinadora Control compartido Control del plantador

Apoyo Personal
Esta sección fue diseñada con la intención de descubrir el papel que jugó el apoyo emocional en la vida
de la iglesia plantada. Cada pregunta tiene un rango entre 1 y 5, 1 indica un nivel bajo de apoyo y 5 indica
un nivel alto de apoyo. Por favor lea el texto debajo de cada set de números y circule el número que
mejor aplique.

17. ¿Cuánto ánimo recibió de parte de sus jefes?


1 2 3 4 5
Poco Ánimo Ánimo Moderado Mucho Ánimo
18. ¿Qué tanto se sintió usted apoyado por sus colegas pastorales?
1 2 3 4 5
Poco Apoyo Apoyo Moderado Mucho Apoyo
19. ¿Qué tan bien fue aceptado por las iglesias locales de su denominación?
1 2 3 4 5
Poca Aceptación Aceptación Moderada Mucha Aceptación
20. ¿Tuvo usted comunión regularmente con otros pastores?
1 2 3 4 5
Poca Comunión Comunión Moderada Mucha Comunión
21. ¿Se celebró su trabajo dentro de la denominación?
1 2 3 4 5
Poca Celebración Celebración Moderada Mucha Celebración
22. ¿Cuánta negatividad tuvo que enfrentar usted de parte de su agencia patrocinadora?
1 2 3 4 5
Poca Negatividad Negatividad Moderada Mucha Negatividad
23. ¿Tuvo usted una red de oración?
 Sí
 No

Entrenamiento
Esta sección del cuestionario se refiere a la cuestión que concierne el entrenamiento y la evaluación. Su
respuesta ayudará a entender el papel que juega un entrenamiento adecuado y las evaluaciones en la vida
de una iglesia plantada. Circule las respuestas que mejor apliquen y conteste las preguntas subsecuentes
que apliquen.
24. ¿Ha contestado usted la Evaluación de Ridley?
 Sí
 No
Si es así, ¿estaría usted dispuesto a compartir su calificación? Calificación:
25. ¿Se le otorgó un entrenamiento especialmente enfocado a la plantación de iglesias?
 Sí
 No
94
Si es así, ¿cuánto?
 Menos de 1 semana
 1 semana
 2 semanas o más
26. ¿Cómo calificaría usted su entrenamiento?
 Malo
 Regular
 Bueno
 Muy Bueno
 Excelente
 N/A
27. ¿Fue provisto con un entrenador de plantación de iglesias por parte de su agencia patrocinadora?
 Sí
 No

II. MÉTODOS

Desarrollo del Grupo


Esta sección se refiere al armado del grupo principal en el desarrollo de la iglesia plantada. Circula la
respuesta que mejor aplique y la respuesta de cualquier pregunta subsecuente que aplique.

28. ¿Cuál modelo describe mejor el lanzamiento de su iglesia plantada?


 Madre/ Hija
 Paracaidista
 Otro
Explique:
29. ¿Esta iglesia plantada comenzó con un equipo de plantación de iglesias o con un plantador
individual?
 Equipo
 Individuo
¿Con cuántas personas remuneradas contaba al comienzo? (incluyendo al plantador)
¿Con cuántas personas voluntarias contó al comienzo?
30. ¿Cuántas personas tenía en su “grupo principal” antes del lanzamiento público?
 1-25
 26-50
 51-75
 76-99
 Más de 100
31. ¿Qué porcentaje de su grupo principal eran familias “semilla” de otras iglesias?

32. ¿Usó usted el “culto de prueba” o los estudios de células como método principal para armar su
grupo principal?

95
 Culto de Prueba
 Células
 Ambos
Si usted usó los cultos de prueba, ¿cuántos realizó antes del lanzamiento público?
33. ¿Cuántas personas asistieron a su culto de lanzamiento público?
 1-50
 51-100
 101-150
 151-200
 201-250
 Más de 250

Esta última sección fue diseñada para descubrir las estrategias que uso cada plantador para desarrollar la
iglesia plantada. Circule la respuesta que mejor aplique y conteste cualquier pregunta subsecuente que
aplique.

34. Señale los ministerios que tenía listos al momento de llevar a cabo el lanzamiento público.
 Adoración
 Infantil
 Adolescentes
 Solteros
 Hombres
 Mujeres
 Adultos Mayores
 Otros
35. ¿Qué estilo de adoración utilizó?
 Litúrgico
 Tradicional
 Contemporáneo
 Mezclado
 Pos moderno
 Otro
36. ¿Qué tipo de instalaciones utilizó?
 Escuela
 Teatro
 Hotel
 Centro Comunitario
 Hogar
 Local Comercial
 Iglesia
 Otro
37. ¿El lugar donde adoraban era de residencia permanente al momento del lanzamiento público o
tenían que preparar todo cada semana?
 Permanente
 Semanal
38. ¿Enseñó usted la mayordomía financiera dentro de los primeros seis meses después del
lanzamiento público?
96
 Sí
 No
39. ¿Qué porcentaje de su presupuesto del primer año utilizó destino usted a la obra misionera y al
alcance?
 0 a 4%
 5 a 9%
 10% o más
40. Basándose en su experiencia, ¿cuáles son los factores más críticos que contribuyen a la tasa de
crecimiento alta o baja de una iglesia plantada?

97
Capítulo 6
Demasiado ó
Muy poco

98
LA CANTIDAD DE DINERO QUE SE REQUIERE para empezar una nueva iglesia siempre es
un asunto complicado. Cuando estaba tratando de empezar la mía, gasté mucho dinero en cosas como
renta, anuncios, equipo, los gastos de todos los días, etc. Y cada dólar que gastaba me hacía sentirme
mal. Sentía que estaba derrochando dinero en cosas que eran muy necesarias, pero que siempre necesitaba
más. Y entonces, me sentí apenado al explicar mi estado financiero a mis jefes. He escuchado a un sinfín
de individuos, plantadores y líderes de denominación quejarse acerca de lo mucho que cuesta empezar
una nueva iglesia.
La mayoría de los pastores y congregaciones en las iglesias establecidas toman por sentado sus
estados financiero y material. ¡Cuán fácil olvidamos a los pioneros que empezaron la iglesia donde
adoramos el día de hoy! Tal vez esos hombres y mujeres valientes que fundaron la iglesia que amamos
y protegemos no estén vivos para contarnos los sacrificios que hicieron. Edificios grandes, una bonita
alfombra, asientos forrados, vidrieras policromadas, mesas y sillas, y todas las cosas materiales dentro
de una iglesia local costaron el sudor y sangre de nuestros antepasados. Estamos tan distantes de esos
comienzos, que no reconocemos los costos allegados a la fundación de una nueva iglesia.
No hay que negarlo, la plantación de iglesias es cara. Si usted no está dispuesto a invertir en una
iglesia plantada, ni siquiera empiece. Hay un dicho en inglés que dice que uno compra según lo que
paga. Quien sea que lo haya dicho primero debió ser un plantador de iglesias. Si usted es un líder de
denominación y quiere fundar una iglesia cuidando su bolsillo, solo recuerde que uno compra según lo
que paga. La forma más rápida de matar una iglesia plantada o condenarla a una vida anémica es dejarla
sin dinero.
Por otro lado, si usted es un plantador de iglesias y usted cree que su denominación o agencia
patrocinadora debería darle todo lo que usted pide, también está equivocado. Demasiado dinero también
puede tener un efecto negativo sobre una iglesia nueva. El objetivo de las iglesias plantadas es que se
vuelvan autosuficientes tan pronto sea posible. Son demasiadas las veces en que las peticiones de
plantadores—: ¡Más, más, más! —son satisfechas y la iglesia cae en un patrón de comportamiento de
beneficiario.
La plantación de iglesias es, en muchas formas, como criar a un niño. Uno jamás piensa en tener
un hijo sin estar dispuesto a gastar dinero en él. El bebé llora porque tiene hambre y uno compra leche y
se la da. El bebé bosteza, se acomoda en sus brazos, y uno le provee una cuna. Instintivamente, uno busca
satisfacer las necesidades básicas del bebé. Después de crecer y luego aprender a hablar, puede que él
empiece a desear diferentes cosas. Pero uno no le facilita todo lo que trata de agarrar. Si uno hiciera eso
con el niño, se malcría y se vuelve dependiente. Una iglesia plantada es exactamente igual. Tendrá
muchas necesidades, pero eso no implica que la denominación o agencia patrocinadora deba satisfacer
ciegamente todas esas necesidades.
Si un plantador no puede llevar una iglesia a la autosuficiencia dentro de tres años, puede
significar que se escogió al líder equivocado. Aunque estoy de acuerdo con que plantar una iglesia
requiere dinero, si el plantador de su elección le pregunta repetidamente—: ¿Cuánto dinero me van a
dar? —. ¡Huya! Si realmente tiene el llamado y ese fuego en el interior, el plantador seguirá adelante sin
importar cuánto dinero se le dé.
Entre 1979 y 1984, Rudee Boan investigó las iglesias plantadas de la Convención Bautista del
Sur. Descubrió que existía poca evidencia de que las “finanzas tengan influencia alguna sobre los
resultados de una misión.”1 De hecho, su investigación concluyó que las iglesias sin patrocinador tenían
mayores probabilidades de constituirse. También concluyó que es más importante la administración
adecuada de las finanzas que la cantidad recibida de éstas. Pero aunque estoy de acuerdo en que la buena
administración de recursos es un asunto importante en la vida de cualquier iglesia plantada, es difícil
lograr una buena mayordomía si la iglesia no comienza con una cantidad de recursos realista.
Por el otro lado, en 2000, Dennis Powell hizo un estudio sobre cinco denominaciones y sus métodos
de plantación de iglesias. Su investigación reveló que una de las cosas que hace la diferencia entre la
99
supervivencia y el fracaso de una iglesia plantada era “el nivel de fondos a su disposición.”2 La
investigación de Powell también mostró que los ingresos de los primeros tres años de una iglesia plantada
son de vital importancia para determinar si podrá volverse autosuficiente.
De todas las iglesias involucradas en el estudio de Dennis Powell, solo una logró alcanzar las 200
asistencias en los primeros tres años. Esta iglesia logró tener más de 350 personas al final del primer año.
Sin embargo, la cantidad de ayuda financiera que se le ofreció a esa iglesia en particular no es
mencionada.
El financiamiento es extremadamente importante en la vida de una congregación nueva y “una
iglesia nueva requerirá un flujo estable de dinero.”3 Hasta donde yo sé, existen pocas investigaciones
sobre el rango apropiado de financiamiento para empezar una nueva iglesia. El apoyo financiero es un
tema muy debatido entre los plantadores de iglesias y líderes de denominación, y los recursos alocados
se dejan generalmente para los que están involucrados. La cantidad de financiación generalmente varía
según el modelo de plantación de iglesias que se utiliza. Mi investigación buscó la respuesta a esa
pregunta.
¿Cuánto dinero se le debe dar a un plantador de iglesias para que funde una iglesia nueva? El
cuestionario enviado a los plantadores involucrados en el estudio tenía ocho preguntas que buscaban la
respuesta a esa pregunta. Descubrí que hay un balance delicado entre demasiado y demasiado poco.

Estado Laboral
La primera pregunta en el cuestionario se refiere al estado laboral del plantador de iglesias. A
muchos plantadores se les pide que suministren su ingreso personal mientras plantan una iglesia. Esto
significa que deben mantener un trabajo y plantar una iglesia al mismo tiempo. Por esto, mi estudio
buscaba determinar si es mejor que el plantador sea de tiempo completo o bi-vocacional. Mi cuestionario
le preguntaba a cada plantador acerca de su estado laboral. Los datos revelan que tanto en el grupo de
crecimiento rápido y el de iglesias plantadas que luchan existe un alto porcentaje de plantadores de
tiempo completo. Sin embargo, el grupo de crecimiento rápido tenía una tasa 16.8% más alta de pastores
de tiempo completo que la del grupo de iglesias plantadas que luchan. Recuerde que algo tiene
significancia si la diferencia es mayor a 15%. Esta es una diferencia significativa.
STATUS DE TRABAJO
78,3% Crecimiento Rapido
80%
70% Luchan por Sobrevivir
61,5%
60%
50%
38,4%
40%
30% 21,6%
20%
10%
0%
Tiempo Completo Bi-Vocacional

No me sorprendió el hecho de que la mayoría de los plantadores de las iglesias plantadas de


crecimiento rápido hayan sido de tiempo completo. Imagine estar en una población nueva, y tener que
buscar trabajo, tal vez en una ferretería o en alguna oficina. Después de lograr esto hay que aprender todo
lo que se requiere para hacer un buen trabajo. Y además de todo esto, imagine tener que pasar por todas
las situaciones desmoralizantes generalmente asociadas con plantar una nueva iglesia. La prioridad de
concentración que una persona dedique a una tarea determinará un mayor grado de éxito. Si el plantador
se preocupa de trabajar para proveer a su familia, su atención está dividida y probablemente disminuirá
100
su capacidad de mantener la concentración en la iglesia plantada. Creo que no estoy asumiendo
demasiado al decir que la concentración del plantador es de absoluta vitalidad en los primeros años de
vida de una iglesia plantada.

Años de Apoyo Salarial


Aquí es donde se pone interesante. En general, a los plantadores de las iglesias de crecimiento
rápido no se les dio apoyo salarial más allá de tres años. No se descubrieron diferencias significativas
entre los dos grupos de iglesias plantadas en el primer año. Con respecto a eso debe decirse, que fueron
muy pocas las iglesias plantadas a las que se les dio apoyo financiero por solo un año. Sin embargo, sí
se descubrieron diferencias importantes en el apoyo del segundo y quinto año, que es cuando se acababa
el apoyo financiero de las iglesias plantadas. Había 23,4% más iglesias plantadas de crecimiento rápido
que iglesias plantadas que luchan cuando el apoyo financiero se acababa al final del segundo año. Cuando
el apoyo terminaba al final del quinto año, había un 25.5% más iglesias plantadas que luchan. Ambas
son diferencias significativas. Recuerde, dije que había un balance delicado entre demasiado y muy poco.
Este hallazgo comienza a demostrar esto.
Viéndolo de otro modo, el 91.2% de las iglesias plantadas de crecimiento rápido recibieron apoyo
salarial a lo mucho por tres años. Por el otro lado, el 77.6% de las iglesias plantadas que luchan recibieron
apoyo salarial durante tres años o más. Estos datos parecen implicar que un apoyo sostenido durante un
periodo extendido puede sofocar el desarrollo de la iglesia plantada.
AÑOS DE APOYO SALARIAL

50% 44,4% Crecimiento Rápido


40,0%
Luchan por Sobrevivir
40%
33,3%
27,7%
30%

20% 16,6% 16,6%

10% 6,6% 5,5% 6,6%


2,2%
0%
1 2 3 4 5

Puede que parezca contra intuitivo decir esto, pero apoyar durante demasiado tiempo tiene un efecto
negativo sobre la iglesia plantada. Un plantador al que se le da demasiado apoyo salarial durante mucho
tiempo tiene más probabilidad de caer en un patrón más lento de crecimiento con menos posibilidad de
llegar a la autosuficiencia. Puede ser que la promesa de tener estabilidad financiera durante un periodo
de tiempo extendido haga que el plantador se relaje e incluso llegue a ser perezoso. Piénselo un momento,
si usted sabe que tiene el salario asegurado durante los próximos cinco años, ¿no se diría usted
continuamente: “No hay problema, todavía hay tiempo”? Si el plantador sabe que su salario está fijo y
asegurado durante los próximos cinco años, puede que no se sienta presionado a ayudar a crecer a la
iglesia ni estará apresurado a enseñar la buena mayordomía económica. Un periodo más corto de apoyo
financiero fuerza al plantador a ser más agresivo al hacer crecer a la iglesia, recaudando fondos
adicionales y enseñando una comprensión bíblica adecuada de la mayordomía económica.
Entonces, ¿cuánto apoyo salarial debería de recibir el plantador de tiempo completo? ¿Cuánto se
necesita de salario a lo largo de un periodo de dos a tres años? No investigué esa parte de la pregunta
financiera. Sin embargo, creo que es válido decir que se debe tener en cuenta la zona donde se está
llevando a cabo la plantación. Un plantador en el medio oeste de los Estados Unidos probablemente no

101
necesitará tanto como lo haría una persona que va a plantar una iglesia en Nueva York. Al plantador se
le debe pagar suficiente salario para que mantenga a su familia.

Dinero Adicional para Comenzar


También me interesó descubrir una diferencia significativa entre las iglesias plantadas de
crecimiento rápido y las que luchan en relación con dinero adicional al comienzo de la plantación. El
dinero adicional para comenzar son fondos que van más allá del salario del plantador. Es dinero destinado
exclusivamente a la nueva iglesia y generalmente se gasta bajo la discreción del plantador. Se le preguntó
a cada plantador si recibió dinero adicional a su salario y, de ser el caso, la cantidad que recibió y durante
cuánto tiempo.
Un porcentaje significativamente alto de iglesias plantadas de crecimiento rápido (26.9%) recibió
apoyo financiero de parte de su agencia patrocinadora más allá del apoyo salarial.

DINERO ADICIONAL PARA COMENZAR

80% 75%
Crecimiento Rápido
70%
Luchan por Sobrevivir
60% 51,90%
48,10%
50%
40%
30% 25%
20%
10%
0%
Sí No

De nuevo, esto no me es sorprendente. Recuerde, se requiere de dinero para empezar una iglesia.
Se necesita dinero para anunciar la apertura de una iglesia plantada; para comprar un sistema de sonido,
pagar la renta, agua y electricidad. Se requiere dinero —y punto. Sin embargo, me sorprendieron las
cantidades de apoyo adicional que se dieron, al igual que los tiempos durante los cuales fue dado.

Tiempo de Apoyo
Uno podría imaginarse que el plantador de iglesias es llevado a la oficina de su líder de
denominación y éste le escribe un enorme cheque. Tal vez diga: —Aquí tiene, vaya plante una iglesia—
. Por supuesto que no es así como sucede. El apoyo financiero para la iglesia plantada, generalmente, se
da en abonos. Puesto que mi investigación ya estaba examinando la materia de apoyo adicional, pensé
que sería prudente y que me sería de ayuda, también estudiar los periodos de tiempo en que se recibió
ese dinero.
Según los resultados del cuestionario, la mayoría de las iglesias de crecimiento rápido (60%) recibieron
todo sus recursos adicionales dentro del primer año. A diferencia de esto, sólo el 38.4% de las iglesias
plantadas que luchan recibieron el total de su apoyo adicional dentro del primer año. La diferencia entre
las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan que recibieron el apoyo en el primer año es
de 21.6%.
Solo el 2.2% de las iglesias plantadas que recibieron recursos en abonos durante un periodo de
cinco años son de crecimiento rápido. En cambio, 23% de las iglesias plantadas que luchan recibieron
apoyo durante cinco años. Es una diferencia de 20.8%.

102
DURACIÓN DE AÑOS
60,0%
60% Crecimiento Rápido
Luchan por Sobrevivir
50%
38,4%
40%

30% 24,4% 23,0% 23,0%


20% 15,3% 13,3%
10%
0,0%0,0% 2,2%
0%
1 2 3 4 5 o más

Al igual que con el tema anterior, la significancia de este hallazgo se amplifica cuando
combinamos y comparamos esos cinco años. Un número relevante de iglesias plantadas de crecimiento
rápido (60%) recibió el total de sus recursos durante el primer año. Y como si fuera un reflejo en el
espejo, las iglesias plantadas que luchan están al otro lado de ese año. Un 61.6% de las iglesias que
luchan, casi el mismo porcentaje, recibió el apoyo adicional a lo largo de los siguientes cuatro años.
Podría ser que dar demasiado dinero a una iglesia nueva hará que caiga en una mentalidad de
beneficiario, lo cual es algo que se vuelve muy difícil superar. Puede ser que la iglesia plantada comience
a creer que la agencia patrocinadora que hizo la inversión inicial también la rescatará de cualquier
problema financiero que pueda surgir en el futuro. Si comienzan a pensar que tienen una generosa
hermana mayor con mucho dinero de sobra, puede que se sientan relajados e ignoren su propio sentido
de responsabilidad financiera.

Intervención Personal
La habilidad de financiar una iglesia plantada no debería de ser solo la responsabilidad de la
agencia patrocinadora. El plantador también debe involucrarse en la recaudación de apoyo financiero.
Después de todo, estará a cargo de ella. Hasta este punto en el cuestionario, todas las preguntas
financieras tenían que ver con la participación de la agencia patrocinadora. El cuestionario termina
dirigiéndose a la intervención personal del plantador en la recaudación de fondos. Se le preguntó al
plantador si tuvo que recaudar fondos adicionales a lo que ya se le había dado la agencia patrocinadora.
Cuando se tabularon los resultados, 63.3% de los plantadores de las iglesias de crecimiento rápido
indicaron que habían estado involucrados personalmente en la recaudación de fondos adicionales a lo
que había proporcionado la agencia patrocinadora. De las iglesias plantadas que luchan, solo el 23% de
los plantadores indicaron haber estado involucrados así. La diferencia es de 40.3%.
No se necesita a un estadístico para ver que un porcentaje más alto de los plantadores de
crecimiento rápido se involucró personalmente en la recaudación de fondos adicionales que los
plantadores de iglesias plantadas que luchan. Creo que este hallazgo revela una correlación entre el
sentido de responsabilidad personal del plantador en encontrar recursos adicionales y el éxito de la iglesia
plantada.

103
INTERVENCIÓN PERSONAL EN LA RECAUDACIÓN DE
FONDOS
76,9%
80% Crecimiento Rápido
70% 63,3% Luchan por Sobrevivir
60%
50%
36,6%
40%
30% 23,0%
20%
10%
0%
Sí No

Conclusión
Se revelaron varios descubrimientos significativos al hacer un estudio minucioso de las
diferencias entre las iglesias plantadas de crecimiento rápido y las que luchan. Descubrí que la mayoría
de los plantadores de iglesias de crecimiento rápido trabajaron tiempo completo en la iglesia. Estos
plantadores de tiempo completo ganaron un paquete salarial que duraba no más de tres años y un alto
porcentaje de ellos tenía uno que terminaba después del segundo año. A la mayoría de los plantadores
con iglesias plantadas de crecimiento rápido se les dio un paquete financiero adicional de parte de una
agencia patrocinadora en un tiempo de corto plazo. (La gran mayoría de estos recibió el total de sus
fondos dentro del primer año.) Estos plantadores exitosos también estuvieron mucho más involucrados
personalmente en la recaudación de fondos adicionales a los que les proveyó su agencia patrocinadora.
En cambio, los plantadores que lideran iglesias plantadas que luchan generalmente trabajaron
también en algún otro lado. La mayoría de esos plantadores recibieron apoyo salarial por tres años o más.
(Casi el 45% de los plantadores de este grupo recibieron apoyo salarial hasta por cuatro o cinco años.)
Solamente alrededor de la mitad de ellos recibió algún apoyo adicional por parte de su agencia
patrocinadora. Sin embargo, el 48.1% que si lo consiguió, recibió muchísimo dinero a lo largo de un
periodo de tiempo extendido. También, estos plantadores no estuvieron involucrados personalmente en
la recaudación de fondos adicionales para la iglesia plantada.
De este análisis, podemos formar el perfil financiero ideal para un plantador de iglesias. Un
plantador de iglesias debe ser remunerado, por no más de dos años por trabajar a tiempo completo con
una cantidad que está basada en el ingreso mediano promedio de la zona donde está plantando. El
plantador también debe recibir el dinero en manera de subvención para comenzar y se le debe exigir que
se involucre personalmente en la recaudación de fondos para la iglesia plantada.
Ultimadamente, creo que la cantidad necesaria para plantar una iglesia de crecimiento rápido
deberá cubrir gastos como: un salario para dos líderes de tiempo completo, (hablaré más sobre eso en el
capítulo diez) renta, utilidades, equipo y currícula para jóvenes, adolescentes y adultos. Además, está lo
que una iglesia plantada debe asumir para poder completar una estrategia de mercadeo fuerte.
El mercadeo es un área que no estudié. Sin embargo, yo ayudo a las iglesias plantadas a mi cargo
a implementar estrategias de mercadotecnia—a veces, sólo para el lanzamiento del primero culto público.
Claro, todo esto depende del estilo de iglesia que usted piense plantar.

104
Bibliografía

Capítulo 2
1
Jones, Tom., et al. Planting Churches from the Ground Up. (Joplin, MO: College, 2004), 10.
2
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3
Stetzer, Ed. Entrevista telefónica. Planting Missional Churches.(Nashville: Broadman, 2006), 47.
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Gutzke, Manford George. Plain Talk on Acts. (Grand Rapids: Zondervan, 1976), 81.
5
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Capítulo 3
1
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2
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3
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5
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6
Gladwell, Malcom. The Tipping Point. (New York: Little, Brown, 2002), 173.
7
Ibid., 173.
8
Schaller, Lyle. Looking in the Mirror. (Nashville: Abingdon, 1984), 20.
9
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10
McIntosh, Gary L. One Size Doesn’t Fit All: Bringing Out the Best in Any Size Church. (Grand Rapids:
Revel, 2005), 131.
11
Schaller, Lyle. Growing Plans: Strategies to Increase Your Church’s Membership. (Nashville:
Abingdon, 1989), 21.

Capítulo 4
1
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2
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2
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3
Collins, Jim. Good to Great. (New York: Harper, 2001), 13.

Capítulo 6
1
Boan, Rudee Devon. “Southern Baptist Church-Type Missions: Origin, Development and Outcome,
1979-1984.” (Diss. Southern Baptist Theological Seminary, 1985), 143.
2
Powell, Dennis D. “Church-planting Programs of Similar-Sized Denominations in the United States.”
(Diss. Asbury Theological Seminary, 2000), 55.
105
3
Ibid., 59.
4
Stetzer, Ed. Planting Missional Churches.(Nashville: Broadman, 2006), 221.

Capítulo 7
1
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4
Schaller, Lyle. 44 Questions for Church Planters. (Nashville: Abingdon, 1991), 169-72.
5
Mannioa, Kevin. Church-planting: The Next Generation. (Indianapolis: Light and Life, 1994), 59.
6
Boan, Rudee Devon. “Southern Baptist Church-Type Missions: Origin, Development and Outcome,
1979-1984.” (Diss. Southern Baptist Theological Seminary, 1985), 92.

Capítulo 8
1
Filipenses 3:5-6 (NVI).
2
Roller, John. “Advent Christian Church-planting Efforts.” Henceforth: Journal for Advent Christian
Thought 8.1 (Otoño 1984), 12.
3
Ibid.,
4
McCrary, Larry. “More Than Money.” (Diss. Trinity International, 2001), 65.

Capítulo 9
1
North American Mission Board. An Analysis of Church-planting Process and Other Selected Factors o
the Attendance of Southern Baptist Church Plants: A NAMB Self Study. (Edward J. Stetzer. 2003), 3.

Capítulo 10
1
Sjogrn, Steve. Community of Kindness: A Refreshing New Approach to Planting and Growing a Church.
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2
Stetzer, Ed. Planting Missional Churches. (Nashvile: Broadman, 2006), 71.

Capítulo 11
1
Wagner, C. Peter. Church Planting for a Greater Harvest. (Ventura CA: Regal, 1990), 120.
2
Bulley, Gary. An Introduction to Church-planting-Part 3, Developing a Contextualized Church-
planting Strategy, 34.
3
Powell, Dennis D. “Church-planting Programs of Similar-Sized Denominations in the United States.”
(Diss. Asbury Theological Seminary, 2000), 54.
4
Schaller, Lyle. 44 Questions for Church Planters. (Nashville: Abingdon, 1991), 67.
5
Schaller, Lyle. Growing Plans: Strategies to Increase Your Church’s Membership. (Nashville:
Abingdon, 1989), 21.

Capítulo 12
1
Sjogren, Steve. Community of : A Refreshing New Approach to Planting and Growing a Church.
(Ventura, CA: Regal, 2003), 78.
2
Warren, Rick. The Purpose Driven Church. (Grand Rapids: Zondervan, 1995), 90.
3
North American Mission Board. An Analysis of Church-planting Process and Other Selected Factors o
the Attendance of Southern Baptist Church Plants: A NAMB Self Study. (Edward J. Stetzer. 2003), 9.
4
Schaller, Lyle. 44 Questions for Church Planters. (Nashville: Abingdon, 1991), 61.

106
5
North American Mission Board. An Analysis of Church-planting Process and Other Selected Factors
o the Attendance of Southern Baptist Church Plants: A NAMB Self Study. (Edward J. Stetzer. 2003), 10.
6
Powell, Dennis D. “Church-planting Programs of Similar-Sized Denominations in the United States.”
(Diss. Asbury Theological Seminary, 2000), 83.

Capítulo 6 (Versión MAC)


1
Boan, Rudee Devon. “Southern Baptist Church-Type Missions: Origin, Development and Outcome,
1979-1984.” (Diss. Southern Baptist Theological Seminary, 1985), 143.
2
Powell, Dennis D. “Church-planting Programs of Similar-Sized Denominations in the United States.”
(Diss. Asbury Theological Seminary, 2000), 55.
3
Stetzer, Ed. Planting Missional Churches.(Nashville: Broadman, 2006), 221.

107
ED STETZER DICE EN EL PRÓLOGO: Parece ser que en la actualidad todos son expertos en
plantar iglesias. Son muchos los que hacen planteamientos sobre lo que funciona y lo que no pero
son pocos los que hacen algo para avalar lo que dicen. Salen libros sobre plantación de iglesias al
mercado como si fueran novelas románticas—muchas promesas y pasión pero pocos hechos sobre
lo que ayuda o no a que las iglesias plantadas tengan éxito.

Mientras que el sentido común y la intuición están generalmente en lo correcto, a veces no sucede
así. Igualmente, los datos científicos y los hechos por sí solos a veces nos ayudan a predecir un
comportamiento futuro, pero también son falibles. Sin embargo, el sentido común respaldado por
datos científicos puede ser un recurso y regalo muy valioso, para aquellos cuyo trabajo puede ser
facilitado por estos.

No es muy seguido que se recibe el consejo de 112 iglesias plantadas con claros resultados de
algunas que están prosperando y otras que están luchando. Así que, tome la oportunidad provista
por este libro único.

El Dr. Stephen Gray ha sido pastor durante 20 años y es ahora el Director de Misiones Nacionales de la
Asociación General de Bautistas Generales. El Dr. Gray recibió su Doctorado en Ministerio del
Seminario Teológico de Asbury en Wilmore Kentucky. A lo largo de los últimos seis años, el Dr. Gray
ha plantado varias iglesias por sí mismo y ahora lidera un movimiento de plantación de iglesias para los
Bautistas Generales. El Dr. Gray también ha publicado “Recommissioned: A fresh look at church
planning” (La recomisión: Una revisión fresca al movimiento de plantación de iglesias) al igual que
múltiples guías y herramientas de plantación de iglesias para los Bautistas Generales. El Dr. Gray es
asesor principal y entrenador de plantación de iglesias en New Church Specialties. Su pasión es entrenar
a personas jóvenes a alcanzar al mundo a través de la plantación de iglesias.

Trent Short vive en Alliance Nebraska donde es dueño de una cafetería/ librería. Ama y es fiel a su
esposa Terri, su hija Teagan y su hijo Thomas. Antes de ajustarse a la vida en un pueblo pequeño,
consiguió su maestría en Ingles en la Universidad de Nebraska en Omaha.

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ISBN: 1-889638-69-2

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