• los trastornos de la personalidad afectan a mucha gente
joven en cifras variadas con un promedio de 10,98%.
• TRASTORNOS ESPECÍFICOS • Se caracterizan por aparecer en la infancia o la adolescencia (antes de los 16 o 17 años), por persistir en la madurez y por no ser consecuencia de otros trastornos mentales o cerebrales. El diagnóstico apunta a la detección, mediante la entrevista. • TRASFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD • Surge en la adultez después de la recuperación clínica de una situación estresante grave (campos de concentración, secuestros, amenazas de asesinato, cautiverio) o de una enfermedad psiquiátrica. En ambos casos el individuo conceptúa que su autoimagen se encuentra en condición catastrófica y muestra evidencia de deterioro personal, laboral y/o social. • • CLASIFICACIÓN • La CIE-10 presenta la descripción y las pautas del diagnóstico seguidos de los términos de inclusión y de exclusión. Categoriza ocho trastornos específicos principales codificados de F60.0 a F60.7, que se excluyen mutuamente y que tienen sintomatología superpuesta. Son los tipos paranoide, esquizoide, disocial, de inestabilidad emocional (con subtipos impulsivo y límite o borderline), histriónico anancástico (obsesivo-compulsivo), ansioso (con conducta de evitación) y dependiente. Dentro del grupo específico se incluyen también el tipo Otros (F60.8) y Sin especificación (F60-9). Para los casos difíciles de diagnosticar, porque no reúnen certeramente los síntomas de las categorías anteriores, se usa el código F61 con los subtipos mixto (F61.0) y el de variaciones problemáticas de la personalidad (F61-1). El grupo de transformación de la personalidad se caracteriza según sea consecuencia de una experiencia catastrófica (F62- 0) o de una enfermedad psiquiátrica (F62.1). • GRUPO EXCÉNTRICO • Incluye los Trastornos de Personalidad: esquizoide, esquizotípico y paranoide. Los modelos de inadaptación se caracterizan por la propensión al aislamiento y a la cautela, pero los pacientes denotan comportamiento peculiar menos aparatoso que los del grupo dramático y evolucionan con menor tensión subjetiva que la experimentada por los del grupo ansioso. El esquizotípico tiende a presentar síntomas psicóticos; el paranoide destaca por su conducta suspicaz y defensiva. • GRUPO ANSIOSO Comprende los Trastornos de Personalidad por dependencia, evitación y obsesivo compulsivo. El comportamiento anómalo se da, esencialmente, en los modelos de relación que el paciente mantiene permanentemente con otros. • GRUPO DRAMÁTICO • Considera los Trastornos de Personalidad antisocial, histórico, fronterizo (borderline) y narcisista. CATEGORÍAS CLÍNICAS • GRUPO EXCÉNTRICO • Trastorno esquizoide de la personalidad • Condición de infrecuente observación en la práctica clínica, que se manifiesta en la niñez y la adolescencia (más en varones) y cuya prevalencia está aumentada en los parientes de esquizofrénicos y de personalidades esquizotípicas. Diagnóstico. En este modelo prevalece el distanciamiento de las relaciones sociales y el impedimento para expresar las emociones en situaciones interpersonales. Cuatro o más de las siguientes siete características orientan el diagnóstico: • falta de deseo y de disfrute para las relaciones íntimas, incluyendo el relativo a ser parte de una familia; • elección frecuente de actividades solitarias; • escaso o ningún interés para tener experiencias sexuales con otras personas; • dificultad para derivar placer en las escasas actividades que realiza; • carencia de amigos íntimos, aparte de sus familiares; • indiferencia ante los halagos o críticas de los demás; • y frialdad emocional o aplanamiento de la afectividad Trastornos esquizotípico de la personalidad Trastorno más frecuente entre los parientes biológicos en primer grado de esquizofrénicos, a pesar de lo cual son muy pocos los que desarrollan esquizofrenia. Con una prevalencia que gira alrededor del 3% de la población general, empieza generalmente en la adultez temprana y sigue un curso relativamente estable Diagnostico • Es fundamental reconocer el déficit interpersonal y social manifiesto por la angustia que provocan las relaciones interpersonales íntimas y por la incapacidad para establecerlas. • Los diferentes contexto en los cuales se presenta este trastorno están indicados por cinco o más de las siguientes nueve características: • ideas de referencia (excluyendo delusiones de referencia); • creencias extrañas o pensamiento mágico que tienen efectos sobre el comportamiento y son inconscientes con las normas subculturales • experiencias perceptivas insólitas, incluyendo ilusiones corporales • extravagancia del pensamiento y del lenguaje • suspicacia o ideación paranoide • afecto inapropiado o constreñido; • conducta peculiar, extraña o excéntrica; • carencia de amigos íntimos o confidentes, salvo parientes en primer grado; • ansiedad social desmedida que no se atenúa con la familiaridad, Aspectos clínicos
• Son importantes tres aspectos de disfunción: aislamiento
social, relación inadecuada en la interacción cara a cara y ansiedad social o sensibilidad exagerada. • Las otras características representan síntomas psicóticos, aunque más tenues y menos floridos que en las psicosis mayores: pensamiento mágico, ideas de referencia, ilusiones recurrentes, lenguaje raro y suspicacia o ideación paranoide. • Los primeros son parecidos a los síntomas negativos de la esquizofrenia y los últimos pueden considerarse como síntomas positivos atenuados de psicosis. • El curso es crónico. Algunos esquizofrénicos tienen un cuadro clínico premórbido similar al trastorno esquizotípico. • Trastorno paranoide de la personalidad Quienes padecen este trastorno tienen frecuentemente parientes enfermos con esquizofrenia crónica o con trastornos de ideas delirantes persistentes (trastorno delusional) de tipo paranoide. En la población general la prevalencia es de 0.5 a 2.5% en pacientes hospitalizados varía de 10 a 30%. El trastorno empieza en la niñez o la adolescencia y compromete más a los varones, quienes despliegan conducta rara o extravagante, suelen ser solitarios, hipersensibles, pobres en rendimiento académico, ricos en fantasías peculiares, ansiosos para sus relaciones sociales y excéntricos en pensamiento y lenguaje. Tratamiento • Las personalidades paranoides tienen dificultad para someterse psicoterapia individual, aunque algunos se benefician de la relación psicoterapéutica cargada de una intimidad distinta a la que ellos temen y evitan; sin embargo, rara vez adquieren insight psicológico y no son buenos candidatos para psicoterapia de grupo. Los neurolépticos, a dosis bajas, son recomendables, siempre que se haga una cuidadosa apreciación de los resultados benéficos y de los riesgos a largo plazo, especialmente de la disquinesia tardía. Grupo Ansioso • Trastorno de personalidad por dependencia • Es el trastorno de personalidad que con más frecuencia se encuentra en los centros de atención psiquiátrica. Predomina en las mujeres, aunque la prevalencia es similar para ambos sexos cuando se usan instrumentos estructurados de evaluación • Diagnóstico • El comportamiento en este trastorno se caracteriza por la excesiva necesidad de apoyo y cuidado que dar lugar a una conducta sumisa y adhesiva plagada de temores de abandono. • Cinco o más de las siguientes ocho características son significativas; • dificultad para tomar decisiones cotidianas sin contar con consejo y reafirmación reiterada de otros; • necesidad de que otros asuman la responsabilidad ante los actos más importantes • dificultad para expresar desacuerdos con otros por temor de perder apoyo o aprobación; • desasosiego para hacer cosas o iniciar proyectos por sí solo • necesidad de lograr aprecio. • Pueden, sí, establecer una actitud de sumisión desmedida; angustia y sentimientos de desvalimiento cuando está sólo; pues hay conocimiento de una incapacidad para actuar y valerse por sí mismo; búsqueda urgente de otras relaciones para tener una fuente de apoyo y protección; preocupaciones y temores infundados de sufrir abandono. • Aspectos clínicos • El sujeto permite pasivamente que los demás asuman responsabilidad en sus asuntos más importantes, subordinando sus propias necesidades a las que las personas de quienes depende para evitar cualquier posibilidad de tener que confiar en sí mismo, por estar convencido de carecer de capacidad para funcionar independientemente. El enfermo tiene mucha necesidad de afecto, vive pidiendo un agente externo, como si fuera un ayudante mágico que satisfaga todas sus necesidades, tome todas sus decisiones, lo rescate de la infelicidad y le otorgue amor y cuidados, pues sin estas formas de protección cree que no puede vivir. Tolera severos abusos y humillaciones con tal de retener, aunque sólo sea en la fantasía, el contacto con el objeto idealizado y del que depende. El abandono es el peligro máximo, y para evitar esta posibilidad lucha a cualquier costo. Las molestias hipocondríacas acentúan las necesidades o la infelicidad, pero no tanto por los síntomas en sí, sino porque la figura protectora no presta la atención deseada Tratamiento • Es difícil. Con frecuencia existen importantes ganancias secundarias para lograr atención, cuidados y evadir responsabilidades. Debe controlarse los síntomas ansiosos, depresivos o fóbicos. Los ansiolíticos y antidepresivos son útiles transitoriamente para el control de los síntomas agudos. Con psicoterapia prolongada se estimula y apoya el esfuerzo del paciente, para obtener autonomía y recuperación de la autoestima. • Trastorno de la personalidad evitativa • En la población general la prevalencia es de 0,5- 1%; en muestras de pacientes ambulatorios sube al 10%. Afecta por igual a varones y mujeres. El médico será muy cauteloso para adscribir este diagnóstico a niños y adolescentes, ya que en ambos la timidez y la cautela pueden ser manifestaciones normales del proceso evolutivo, expresiones de conducta que normalmente tienden a desaparecer conforme avanza la edad; pero anuncian el paso al trastorno si se incrementan durante la adolescencia y el inicio de la adultez; es decir, cuando adquieren importancia las relaciones sociales con otros • Diagnóstico Lo fundamental es de este modelo de inhibición social se patentiza en los sentimientos de inadecuación y en el desmesurado temor de ser apreciado negativamente. De los siete criterios que siguen, cuatro o más permiten el diagnostico; • evitar actividades ocupacionales que impliquen contacto interpersonal significativo por temor a la crítica; • el rechazo o la desaprobación • incapacidad para relacionarse con la gente, salvo que exista la certeza de ser aceptado, inhibición en las relaciones íntimas por temor de sufrir vergüenza o hacer el ridículo en situaciones sociales, sobre todo en las interpersonales nuevas, con excesivos sentimientos de inadecuación • Aspectos clínicos • Son características distintas la hipersensibilidad a potenciales rechazos, humillaciones y la vergüenza, y renuencia a entrar en relaciones sociales si el enfermo no tiene seguridad de ser aceptado sin críticas. • Como las ansias afectivas no pueden expresarse abiertamente dan paso a un mundo interno fantástico o imaginativo, por lo que las necesidades de contacto y relación pueden manifestarse de otras maneras: poesía, ejercicio intelectual, actividades artísticas, gusto exquisito por los alimentos o el vestido. • Los pacientes se describen a sí mismos como inseguros, ansiosos, melancólicos y llenos de sentimientos de soledad, temor y desconfianza de los demás. Siente que la gente es crítica, traidora y humillante, lo que explica el comportamiento social caracterizado por aversión a la relación interpersonal. • Tratamiento La psicoterapia es recomendable. Gradualmente la atención se dirigía a los atributos positivos, que se toman como medios para construir confianza y para abonar el merecimiento. La terapéutica psicofarmacológica se emplea para controlar o disminuir las manifestaciones secundarias. Las técnicas de modificación de la conducta son útiles como medios de aprender a reaccionar con menos temor ante situaciones realmente amenazantes, y para disminuir la hipersensibilidad fóbica. Las técnicas de familia pueden emplearse apropiadamente para moderar los modelos destructivos de comunicación que contribuyen a intensificar los problemas de evitamiento. La terapia de grupo es útil porque los pacientes aprenden nuevas actitudes y habilidades que les permiten tolerar situaciones sociales que gradualmente encuentran más benignas y aceptables. • Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad • Su prevalencia se estima en 1% para muestras comunitarias y en 3-10% para individuos que se atienten en centros de salud mental. Estudios sistemáticos revelan que los varones duplican a las mujeres. • Diagnóstico • Empieza en la adultez temprana y se tipifica por la preocupación exagerada para lograr orden, perfeccionismo y control mental e interpersonal en desmedro de la flexibilidad, la franqueza y la eficiencia. • Cuatro o más de las ocho siguientes características indican su presencia: l • a preocupación por los detalles, reglas, listados, orden y organización es tan acentuada que se pierde lo fundamental de la actividad • perfeccionismo que interfiere con la capacidad para concluir una tarea; • aunque no hayan necesidades económicas apremiantes, la dedicación al trabajo y a la productividad resultan claramente excesivas; • autocrítica exagerada; • escrupulosidad y rigidez en asuntos éticos y morales); • incapacidad para descartar objetos estropeados o inservibles, • resistencia a delegar tareas o para trabajar con otros • ; mezquindad para el gasto, conceptuando que el dinero debe atesorarse para futuras catástrofes; • rigidez y obstinación. Aspectos clínicos • En la historia del enfermo destacan una capacidad restringida para expresar emociones cálidas y tiernas; el perfeccionismo, que interfiere con la capacidad para obtener una idea integral de los asuntos; la insistencia para que otros hagan las cosas tal como él quiere, y la falta de reconocimiento de los sentimientos que esta conducta provoca; la excesiva dedicación al trabajo y a la productividad con exclusión del placer y del valor de las relaciones interpersonales; indecisión. Las personalidades obsesivo-compulsivas que se encuentran en situaciones de estrés son propensas a desarrollar condiciones depresivas o paranoides • . Los pacientes que sufren este trastorno se describen como personas impedidas de amar porque se quejan, con frecuencia, de trabajar infructuosamente y vivir lacerados por la lucha entre el pavor de las reglas y los límites y el resentimiento producido por la dilación ansiosa; admiten que carecen de sentimientos cálidos, que son obstinados e insensibles con los otros, que son indecisos en un contexto de perfeccionismo, que pretenden seguir rígidamente las reglas, que evitan errores y que mantienen la apariencia de trabajar con tenacidad • Tratamiento • Un paciente con personalidad obsesivo-compulsiva busca tratamiento cuando su equilibrio se halla amenazado. Ocasionalmente, el malestar que el mismo trastorno produce en el paciente lo lleva a buscar ayuda, como sucede cuando aumenta su insatisfacción por la vida rutinaria o por el deslustre de su amistad. El tratamiento recomendable es el psicoanálisis o la psicoterapia psicoanalíticamente orientada de largo plazo. Las técnicas conductuales son beneficiosas para algunos pacientes que además padecen de trastorno obsesivo-compulsivo. Otro tanto puede decirse del tratamiento psicofarmacológico con la clomipramina, o los inhibidores específicos de la recaptación de la serotonina por ejemplo. GRUPO DRAMATICO • Trastorno antisocial de la personalidad • Aunque se admite que el trastorno está relacionado con los niveles socioeconómicos inferiores, ocurre también, y con frecuencia, en los estratos superiores, sólo que en éstos se minimizan u ocultan tales conducta • Los parientes biológicos en primer grado sufren del trastorno con más frecuencia que la observada en la población general. La prevalencia de 1 a 3% (para mujeres y varones, respectivamente) en las muestras comunitarias, aumenta de 3 a 30% en las clínicas; y las cifras son aún mayores en grupos de prisioneros y consumidores de drogas. Las tasas de prevalencia de estudios epidemiológicos peruanos fluctúan entre 4.5 y 28,89%. • El trastorno antisocial, afecta más a hombres que a mujeres (3 a 1) y es de curso crónico, pero conforme avanza la edad se atenúan a desparecer los síntomas, sobre todo alrededor de la cuarta década; lo que tiende a desaparecer es la conducta criminal, mientras que la atenuación se observa para el resto del abanico de comportamientos antisociales y para el consumo de drogas. • Diagnóstico • Corresponde a personas que hacen caso omiso o violan los derechos ajenos • como lo indica la presencia de tres o más de las siguientes siete características: incapacidad para ajustarse a las normas sociales relacionadas con la ley, por lo que hay repetición de actos que justifican reclusiones; • engaño constante, expresado en mentiras repetidas, uso de nombres falsos o explotación de otros por placer o beneficio personal; • impulsividad o incapacidad para realizar proyectos futuros; irritabilidad y agresividad, • El diagnóstico es apropiado sólo para los individuos que al menos tienen 18 años de edad, y cuya historia revela que desde antes de los 15 presentaron síntomas de conducta disocial bajo la forma de trasgresión de las normas sociales fundamentales y de los derechos de otros (agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad, engaño o robo, quebrantamiento de la ley). El diagnóstico es correcto cuando no ocurre exclusivamente durante un episodio de esquizofrenia o maníaco. • Aspectos clínicos • El comportamiento antisocial continuo y claro desde la niñez hasta la adultez, causa prácticamente sin interrupciones tipificándose, además de lo descrito, por una historia de varios años de inactividad laboral responsable. • Los niños y adolescentes no pueden recibir diagnósticos de personalidad antisocial hasta verificar que la conducta agresiva y la delincuencia continúan en la adultez, y siempre que otros criterios diagnósticos se encuentren presentes • Tratamiento • La psicoterapia requiere de mucha dedicación del paciente y del médico. Generalmente, los médicos muestran poca disposición para tratar este tipo de enfermo y éste tampoco tiene disposición para emprender la tarea. En los casos que se les administra tratamiento, generalmente, se debe a la presencia de otros trastornos psiquiátricos agregados. En casos específicos se han empleado tratamientos comunitarios y modelos farmacológicos como, por ejemplo, las inyecciones de depósito de medrox y progesterona o acetato de cyproterona para suprimir con seguridad los niveles de testosterona en psicópatas varones sexualmente agresivos o rapaces. • El Trastorno Histriónico • Que suele aparecer de la adultez se presenta con emotividad excesiva y demanda la atención, • según lo indica la presencia de cinco o más de las ocho características siguientes: • incomodidad si el paciente no logra ser el centro de atención; • sexualidad seductora inapropiada o provocativa en la interacción con otros; • expresión emocional superficial y con cambios rápidos; • permanente uso de la apariencia física para atraer la atención; lenguaje de estilo impresionista pero carente de razones; • Aspectos clínicos • Los síntomas pueden agruparse en dos conjuntos; (a) conducta abiertamente melodramática, reactiva y expresada de modo diverso; y, (b) alteraciones características de las relaciones interpersonales. • El trastorno histriónico se descompensa de la adultez tardía y la vejez. • En las mujeres el comportamiento es egoísta y autocomplaciente, pero con capacidad para combinarlo con la intensa necesidad de dependencia de otros; dependencia adherente que no muestra reciprocidad en las relaciones. Con respecto a las narcisistas, las histriónicas tienen mayor capacidad para compromisos emocionales y poseen muchas adherencias y estabilidad en sus relaciones aunque, por otro lado, notoriamente inmaduras. Las mujeres histriónicas presentan labilidad emocional difusa, relaciones indiferenciadas con personas significativas y compromisos emocionales inmaduros y egocéntricos • Las histriónicas tienen conducta sexualizada en forma cruda e inapropiada para manifestar exhibicionismo y necesidades de dependencia; presentan muy pocos rasgos represivos en la vida sexual y más manifestaciones disociativas. • Las mujeres histriónicas tienen tendencias impulsivas, difusas e impredecibles, que refuerzan las inestables e intensas relaciones con los otros. Además, muestran angustia intensa e inapropiada o falta de control de la angustia y notorios cambios del estado del ánimo. Son mujeres propensas a los gestos e intentos suicidas para atraer la atención de los demás. Las amenazas de suicidios con estos propósitos conforman sólo un aspecto que, con los mismos fines manipulatorios. – Trastorno fronterizo (borderline) de la personalidad (301.83; F60.31) • Del 30 al 60% de individuos de los grupos clínicos con trastornos de la personalidad son fronterizos. En la población general la prevalencia es de 2%; aumenta a 10% en los conjuntos de atención ambulatorio y a 20% en la población de hospitalizados. En comparación con la población general, el trastorno es cinco veces más frecuente entre los parientes biológicos de primer grado de quienes padecen este desorden; el riesgo familiar también está aumentado para los trastornos por uso de sustancias, trastornos del estado de ánimo y personalidad antisocial. • • Diagnóstico • El trastorno aparece en la adultez temprana y sigue un curso muy variable como un estilo de vida de notoria impulsividad asociada con inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la identidad y de los afectos, • se indica por la presencia de cinco o más de las nueve siguientes características; • frenéticos esfuerzos para evitar el abandono real o imaginario de una persona que se interesa o conviene; • relaciones interpersonales intensas e inestables, con alternancia entre extremos de idealización y desvalorización; • disturbios de la identidad, expresados como incertidumbre sobre diversos temas relacionados con la autoimagen, el sexo, las metas lejanas, la elección de carrera, los valores; • impulsividad en no menos de dos áreas peligrosas • comportamiento suicida recurrente • inestabilidad afectiva debido al acentuado cambio de humor (