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Pontificia Universidad Javeriana

Violencias de Género y DDHH


Profesora: Diana Carolina Moreno Pabón
Estudiante: Paula Nicole Linares Duque

Trata de blancas: Mujeres de América Latina traficadas en el Reino Unido

Margarita Rodríguez de BBC Noticias publicó el pasado 9 de marzo del presente


año la noticia “La violaban mientras estaba pariendo": el infierno de las mujeres de
América Latina traficadas en Londres, la cual presenta los casos de algunas
mujeres latinoamericanas que fueron víctimas de trata de blancas en el Reino
Unido. Uno de estos es el de una mujer colombiana de 26 años que fue violada
estando colgada y mientras daba a luz; además de no estar consciente de haber
sido trasladada de España a Londres. Esta mujer no sólo tuvo un aborto, sino que
además presentaba múltiples lesiones físicas, entre ellas la falta de algunos dientes,
golpes y cicatrices en el cuero cabelludo, los cuales eran causados por sus captores
cuando ella se rehusaba a hacer algo; lesiones que más allá de ser físicas son
también psicológicas, instaurándose así en su identidad y exigiendo por ende un
acompañamiento efectivo y eficaz.
De igual manera, se presenta el caso de Ana, una mujer que a los 18 años viajó
de Latinoamérica a Londres por invitación de una prima y como una forma de
escapar de una situación de violación sexual sufrida en su país de origen. Tras
diversos obstáculos, inversiones y papeles, logró llegar a Londres, donde la
esperaba su prima quien le expuso que por la inversión que ésta había hecho, Ana
debía trabajar para ella haciendo lo que su prima quisiera. Este “trabajo” duró más
de un año y consistía en estar encerrada en un cuarto pequeño con otras mujeres
jóvenes latinas y esperar a ser elegida por una gran cantidad de hombres para ser
violada repetidamente (Rodríguez, 2017).
La anterior noticia da cuenta de algunos casos que ejemplifican la preocupante
situación de trata de personas especialmente para esclavitud sexual (trata de
blancas) que se presenta en países como Inglaterra, que ha alcanzado proporciones
epidémicas en las últimas décadas, y haciéndose presente en todo el mundo, ya
que ningún país es actualmente inmune a este fenómeno (UNODC, s.f). Además, se
calcula que en el mundo hay entre 21 y 36 millones de personas esclavizadas por la
trata de personas, siendo entre el 80 y 90% de sus víctimas niñas y mujeres.
En consecuencia, realizar un análisis de la trata de blancas viéndola como una
violencia de género, indagando sobre las violencias (directa, estructural y cultural)
presentes y reconociéndola desde una perspectiva de interseccionalidad, es
esencial para lograr no sólo una mayor comprensión de la trata, sino que puede dar
los pilares para construir más y mejores formas de brindar ayuda e intervención
desde áreas como la psicología para explicar, intervenir y prevenir este fenómeno.
Para lograr dicho análisis es primero esencial tener una comprensión básica de lo
que es la trata de blancas o tráfico de personas para esclavitud sexual y tráfico de
mujeres. Acharya (2009) propone que el tráfico de mujeres se considera como un:

“tipo de violencia que involucra el reclutamiento y transporte de una mujer al interior de


un país o entre países, con el fin de emplearlas en algún sector de la industria o para
realizar algún servicio mediante ello el uso de la violencia, amenazas, abuso de
autoridad, o alguna forma de dominación que incluya relaciones de esclavitud u otras
formas de coacción” (p.306).

Adicionalmente, es pertinente retomar a López (2004), quien propone que desde


el marco jurídico internacional, la trata de personas, específicamente trata de
blancas se entiende “como el hecho punible de enganchar o reclutar mujeres,
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menores y mayores de edad, mediante el engaño, o uso de la violencia, para


“arrastrarlas” al ejercicio de la prostitución o vicios afines fuera de su país.” (p.9). Así
mismo, la trata de personas puede comprenderse como la “principal forma de
esclavitud moderna [en tanto] despoja así a toda persona que cae en sus redes de
los atributos humanos inalienables y las transforma en un simple objeto transable de
alta rentabilidad económica” (Viteri, 2015, p.2).
Asi mismo, la trata de blancas o trata de personas para prostitución, es el
mercado más grande de esclavitud en el contexto de Estados Unidos (Viteri, 2015),
y las víctimas de esta moderna forma de esclavitud se encuentran por lo general en
condiciones de desnutrición y privación del sueño, lo que además del miedo y
traumatismos de estas, reduce su capacidad de tomar acción y denunciar su
situación.
Considerando estos datos, es claro que hay un predominio de las mujeres como
víctimas de la trata de personas, especialmente de la trata de blancas, razón por la
cual es pertinente reconocer esta problemática como un ejemplo de violencia de
género, pero en todo caso ¿Qué es la violencia de género? ¿Qué es la violencia
contra la mujer? De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, General O.A
(1993), en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la mujer, la
violencia contra la mujer se entiende como:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria
de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada (p.2).

Por otra parte, la Ley 1257 de 2008, Artículo 2°. presenta una perspectiva similar
a la anterior, entendiendo por violencia contra la mujer en Colombia como

Cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual,
psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas
de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se
presente en el ámbito público o en el privado (párr. 2).

Tomando en cuenta estas definiciones, es evidente que la trata de blancas y la


trata de personas son epresiones de violencia de género, violencias contra la mujer
donde se les explota y deshumaniza a costa de un lucro económico sólo por el
hecho de ser mujeres.
En este punto hemos brindado ya definiciones de lo que es la trata de blancas,
violencia de género y su relación, pero acaso ¿Qué es la violencia? ¿Podemos
hablar de más de un tipo de violencia? Galtung (1969) propone la violencia como
una situación/evento en el que un ser humano es influenciado para que sus
realizaciones somáticas/corporales y mentales estén por debajo de su potencial, es
decir cuando hay un abismo entre las potencialidades de una persona y su realidad.
Tomando esta definición como punto de partida, Galtung (1969) expone que la
violencia puede ser tanto física como psicológica; directa (personal) y estructural;
con y sin objeto de violencia; con y sin sujeto de violencia; y violencia manifiesta y
latente.
Ahora bien, para la temática planteada, la perspectiva de Galtung es de gran
importancia ya que permite indagar y analizar tres tipos de violencia: directa,
estructural y cultural; entendiendo la violencia directa como aquella en la que hay un
actor que la ejerce, la violencia estructural como aquella en la que no hay un actor
que ejerza tal violencia y es por tanto una acción indirecta (Galtung, 1969). La
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violencia cultural por otra parte, se entiende como una forma de violencia simbólica
cuya variada expresión legitima la violencia estructural y directa e inhibe las posibles
respuestas de sus victimas.
En el caso de la trata de personas y específicamente en la trata de personas para
prostitución (trata de blancas), es posible evidenciar la violencia directa manifestada
en la violación sexual ejercida, el encierro de las víctimas, los métodos de castigo
utilizados contra ellas, los cuales en general pueden verse como métodos de tortura.
En contraparte, la violencia estructural se puede ver evidenciada en esta
problemática como lo propone García (2014) al exponer que:

La violencia estructural emana de la misma estructura social e impide satisfacer las


necesidades prioritarias –en este caso, de las mujeres- debido a la exclusión,
desigualdad social, a los ingresos bajos, a la menor escolarización, a la carencia de
vivienda, la discriminación en los diversos tipos de trabajos, la desnutrición y a la
insalubridad entro muchos otros factores. Estas magnas carencias impulsan a las
mujeres a migrar a otras latitudes (p.127).

Y finalmente, en la trata, la violencia cultural se puede entender cómo el conjunto


de ideas, creencias, ideologías y sentimientos de las sociedades y comunidades
sobre las mujeres que permiten que se repliquen múltiples formas de violencia
(tanto directa como estructural) en contra de las mujeres. El carácter distintivo de
este tipo de violencia es que hace ver como natural y normal las violencias ejercidas
sobre las mujeres (en este caso victimas de trata de personas-trata de blancas),
llevando así a “una despersonalización y anulación de tales personas” (García,
2014, p.128) y al hecho de que “su reinserción en su comunidad resulta ser muy
difícil, porque la misma comunidad las revictimiza” (García, 2014, p.127).
Si bien la propuesta de Galtung es pertinente y brinda un gran campo de análisis,
se podría decir que en el caso de la trata de blancas no sólo se presentan violencia
directa, estructural y cultural, sino que además la trata de personas y trata de
blancas “se genera e incrementa en lugares en donde existe un menor desarrollo
social de las mujeres, y se profundiza bajo condiciones temporales o permanentes
de exclusión social y grandes brechas económicas" (Viteri, 2004, p.3). De esta
manera, se puede ver cómo convergen sistemas de género, raza, clase social en la
experiencia de la violencia vivida en este crimen y por ende, una indagacion de esta
problemática desde una perspectiva de interseccionaldiad como la expuesta por
Crenshaw (1991) es fundamental.
Desde esta propuesta, Crenshaw (1991) da cuenta de que en las relaciones e
interesecciones o cruces entre sistemas de género, etnia-raza y clase se producen
experiencias únicas, y además desde Guzmán (2011), se entiende como las
mujeres se posicionan “en los contextos migratorios de formas particulares” (p.8).
Siguiendo esta línea de análisis, Guzmán (2011) ejemplifica la situación de
disciminación vivida en la trata de blancas, entendiendo su existencia como
consecuencia de una “sexualización de las mujeres del tercer mundo, en particular
las Africanas y Latinoamericanas [siendo la] característica fenotípica y cultural
relacionada con la de mujeres que sufrieron la esclavitud o que están precedidas
por un pasado de colonización son juzgadas como exóticas” (Guzmán, 2011, p.9).
Tomando esto en consideración, es preciso ver que la situación de las mujeres
victimas de trata de blancas no sólo se expresa como una violencia de género -a
pesar de que su pertenencia al sexo femenino se establece como eje central de la
discrimianción vivida- sino que esta problemática “encarna una expresión de
racismo que hasta la fecha se sigue manifestando tanto en la esfera pública como
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en la privada” (Guzmán, 2011, p.9), y que además las condiciones de violencia


estructural (falta de oportunidades laborales, desigualdad social, etc) fundamentan
una base de discriminacion basada también en los sistemas de clases sociales.
Dada la vasta complejidad de la trata de blancas, se ve la necesidad del uso de
herramientas que permitan complejizar y ampliar el análisis de esta y otras
problemáticas afines, con las cuales además se pueda trabajar de manera inter y
transdisciplinar a fin de que las investigaciones, intervenciones, leyes, programas y
políticas públicas se sitúen desde una mirada crítica, que comprenda esta
problemática desde perspectivas como la interseccionalidad, la miltidimensionalidad
y multicausalidad de la trata de personas y trata de blancas, sus víctimas y
victimarios.
En este sentido, disciplinas como la psicología cobran especial importanica para
la intervención con víctimas tal como se evidencia en los casos presentados en la
noticia de BBC, en tanto se expone que únicamente tras procesos de terapia
psicológica fue posible que las mujeres víctimas de trata de blancas volviesen a
hablar, no reaccionaran ante la simple visión de hombre cerca, expusieran su
historia y lograsen volver a sus paises de origen para dar cuerda de nuevo a su vida
(Rodríguez, 2017). Es necesario entonces que la psicología actúe no sólo desde sus
saberes y código deontológico, sino que logre incorporar categorías de análisis
como lo son la violencia de Galtung (Violencia Directa, Estructural y Cultural), así
como la interseccionalidad, las teorías del género, sexo y sexualidad, y los pilares
de los DDHH. Si ésta logra tal objetivo podría entonces involucrarse en procesos de
investigación, intervención, planeación de políticas públicas y leyes y programas de
prevención y conscientización de la población civil. Ello permitiría enriquecer
entonces esta disciplina al desdibujar equilibradamente sus límites con otras áreas
del conocimiento.
En términos de la intervención que podemos hacer como psicólogos/as desde la
psicología clínica, es esencial retomar a Otálora (2015), quien expone en su tesis de
maestría que frente al trauma de la escucha, los psicólogos/as deben saber manejar
adecuadamente este fenómeno, administrar sus saberes y tener las herramientas y
formación especializada para brindar una verdadera atención reparatoria. Tal
atención debería lograr reconstruir la confianza de la víctima, dignificar a la misma a
través de la adquisición de recursos básicos y ayuda psicosocial, trabajar con la
persona desde el empoderamiento, buscar poder resignificar su experiencia de
mujer y migrante para asì poder trabajar sobre su proyecto de vida. Así mismo, se
debe reconocer el rol fundamental que cumplen las redes de apoyo para la
integración social sin caer en la revictimización.
Es imperante reconocer además que la intervención que puede hacer la
psicología en cuanto a la trata de blancas y trata de personas no debe limitarse
únicamente a la psicología clínica, sino que otros campos de acción como la
psicología social, psicología organizacional discursiva, psicología jurídica, etc
podrían brindar herramientas esenciales para reconstruir el tejido social de las
víctimas, crear entornos de trabajo que desde propuestas y análisis crìticos aboguen
por el derecho al trabajo digno e igualitario, o en la misma investigación y
elaboración de leyes y políticas públicas.
Adicionalmente, considero clave comprender que en cuanto a la investigación
que puede hacer la disciplina psicológica no se debe caer en el amarillismo y morbo
de crear perfiles psicológicos de posibles víctimas y victimarios de trata de personas
y trata de blancas, en tanto ello haría desconocer que a pesar del componente
psicológico que reside en el ser víctima o victimario de este fenómeno, la trata se
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compone en gran medida también por factores políticos, sociales, culturales y


económicos; y por tal motivo no deberíamos buscar hacer perfiles de individuos sino
más bien un perfil de la sociedad en la que vivimos donde ningún país es inmune a
la trata de personas, y que peor aún silencia e invisibiliza este fenómeno a tal punto
que lo legitima y no interviene asertivamente en él.

Referencias:
Acharya, A. (2009). Un análisis conceptual del tráfico de mujeres y su tipología de
origen. Andamios, 6(12), 299-322.
Congreso de Colombia. (4 de diciembre de 2008). Ley 1257. Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=34054
Crenshaw, K. (1991). Mapping the margins: Intersectionality, identity politics, and
violence against women of color. Stanford law review, 1241-1299.
Galtung, J. (1969). Violence, peace, and peace research. Journal of peace research,
6(3), 167-191.
García, D. E. (2014). La violencia en las migraciones: el caso de la trata de mujeres.
Modus operandi en las formas de engaño y enganche. Dilemata, (16), 121-
142.
General, O. A. (1994). Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
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1993. In Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
Resolución de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993.
ONU.
Guzmán Ordaz, R. (2011). De la perspectiva de género al paradigma interseccional.
Aportaciones para el análisis de las migraciones feminizadas. In Investigación
y género, logros y retos: III Congreso Universitario Nacional Investigación y
Género,[libro de actas]. Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad
de Sevilla, 16 y 17 de junio de 2011.(Coord.) Isabel Vázquez
Bermúdez;(Com. cient.) Consuelo Flecha García...[et al.](pp. 865-877).
Sevilla: Unidad para la Igualdad, Universidad de Sevilla. Universidad de
Sevilla.
López, E. G. T. (2004). Migración internacional, explotación laboral y trata de
blancas en el siglo XXI. Revista Venezolana de Ciencias Sociales, 8(2), 193-
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Otárola Lobos, C. (2015). Trata de personas. Voces y silencios del ilícito en la
sociedad, profesionales y victimas (Tesis de Maestría). Universidad de Chile,
Santiago de Chile.
Rodríguez, M. ( 9 de marzo de 2017). "La violaban mientras estaba pariendo": el
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Mundo. [online] BBC Mundo. Recuperado de:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39118432
UNODC. (s.f) Trata de personas. Recuperado de:
http://www.unodc.org/pdf/HT_GPATleaflet07_es.pdf
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Viteri Burbano, M. A. (2015). Trata de personas: forma moderna de esclavitud.


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