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Los miedos de los docentes

El ejercicio de la profesión de docente es una de las importantes para la formación


de una sociedad, de ella dependerá como se desenvolvieron los individuos en sus
trabajos, si a lo.largo de la vida se tuvieron profesores sin capacidad de enseñanza
es muy probable que el.individuo no cuente con todas las herramientas necesarias
para llevar a cabo su trabajo de manera satisfactoria. Además de ser de la mas
importantes, también es una de las que menos se presta atención acerca de que
emociones se generan en el docente, ya que culturalmente se piensa que son seres
que por su nivel de conocimientos no tienen miedos o controlan de mejor manera
sus emociones. Su preparación como profesores es muy superficial, los temas
para tratar a las personas son demasiado rápido, no se les enseña la medida en que
deben mostrar autoridad sin pasarse a mostrar autoritarismo, o en qué medida
demostrar cariño con sus alumnos puesto que pueden caer en ser vistos como
inútiles para ser docentes.

Actualmente vivimos un modelo de enseñanza que tiene profundas raíces históricas,


estas se fueron formando de manera muy sutil con el pasar del tiempo. Una de las
formas más arraigadas acerca de cómo se está educando es la de anteponer los
aspectos racionales, intelectuales, tecnológicos, eficaces y objetivos que tiene el ser
humano antes que las subjetividades que posee como lo es el afecto, las emociones
y los factores sociales.
Estamos en una cultura donde existan contradicciones de las cosas que
conocemos, no podemos tener razón y al mismo tiempo emociones, si gozamos es
que no hay esfuerzo, el placer proviene de no trabajar y hasta la teoría es lo
contrario a la práctica. Dentro de esta cultura también encontramos uno de los más
grandes problemas que puede tener una sociedad, siendo este las personas que
cumplen la función de docentes, aquellas personas que encontramos a lo largo de
toda nuestra vida y la cual para ejercer su papel como docente es despojada de su
creatividad y sometida a un régimen en el cual debe ocultar todo aquello que no sea
funcional para el cumplimiento satisfactorio de su rol.
No se pueden formar profesores sin hacer opciones ideológicas. Según el
modelo de sociedad y de ser humano que se defiendan, las finalidades que
se asignen a la escuela no serán las mismas y en consecuencia, el rol de los
profesores no se definirá de la misma manera. Eventualmente, se pueden
formar químicos, contadores o informáticos haciendo abstracción de las
finalidades de las empresas que los emplearán. Podemos decirnos, de
manera un poco cínica, que un buen químico sigue siendo un buen químico si
fabrica medicamentos o si fabrica droga. Que un buen contador sabrá,
indiferentemente, blanquear dinero sucio o aumentar los recursos de una
organización humanitaria. (Frida, D., & Hernández Rojas Gerardo coaut,
2002, p.1)

Todo ser humano desempeña multitudes de roles a lo largo de su vida, en


ocasiones somos hijos, padres, amigos, amantes, estudiantes y profesores. En el
caso de los docentes, se tienen un conjunto de valores, ideales, habilidades y
acciones.
Las personas que han asumido el rol de docente donde su trabajo posee una lista
casi interminable de de expectativas y creencias acerca de lo que debe ser su
trabajo, estas expectativas provienen de alumnos, padres, compañeros, y de la
misma sociedad. Algo que nunca es tomado en cuenta el que el docente lleva a su
lugar de trabajo algo más que conocimientos adquiridos a lo largo de su vida, lleva
consigo una forma personal de enseñanza, además de un repertorio de lo que debe
ser ante el mismo, lo prohibido y las capacidades que posee y lo que puede hacer
con ellas. El miedo por su parte, como lo imaginamos, conduce voluntariamente al
sujeto a la apacible tranquilidad de la vida pero lo obliga a renunciar a ciertas
actitudes de resistencia. Korstanje (2010) citado en (Motta Castro, Burbano Cleves
& Pedorromo Serrano, 2018)
Estas subjetividades que posee el docente, hace que como todo ser humano tenga
miedo a diferentes situaciones y no saber qué hacer o cómo enfrentarlas y salir de
la mejor manera, algunas de estas situaciones pueden ser el no saber explicar, no
ser comprendido, que su público se salga de control, ser criticado por sus
compañeros profesores.
En su cotidianidad profesional, un coordinador de grupos es sobresaltado por
una regular cantidad de escenas temidas (sobre sexo, violencia, economía,
actitudes permisiva o autoritarias, etc.). Si profundiza su reflexión sobre cada
escena temida hacia su propio interior, puede encontrarse con una escena
grupal de su propia historia personal que le es consonante. Si ésta escena
consonante se exterioriza y se comparte con un grupo de coordinadores
como él, vale decir, sus compañeros, a través de una representación
dramática, resuena en el conjunto y adquiere una visión enriquecida,
transformándose en una escena descubridora: escena resonante, que puede
ser reincorporada por el coordinador con el objeto de muñirse de un
repertorio mayor de recursos para volver a examinar amplificadamente las
escenas temidas de la vida cotidiana profesional: escena resultante.
(Kesselman, 1978, p. 11)

¿De donde provienen los miedos o escenas temidas de los docentes y cómo es que
se pueden enfrentar? De acuerdo con el psicoanálisis, los temores que se tienen en
la etapa adulta provienen de experiencias traumáticas durante la infancia, las cuales
se reviven parcialmente en una situación similar a la que se haya vivido
originalmente.
En el caso de las escenas temidas del coordinador de grupos, en este caso de los
docentes es cuando se presenta una situación que sale de su control y las
herramientas que posee, les son insuficientes para afrontar el reto que tiene delante
de sí. En estos casos donde el docente no sabe qué hacer se puede recurrir a una
psico-dramatización. La psico-dramatización es un ejercicio que se lleva a cabo con
otros coordinadores de grupos, ya sean terapéuticos, coordinadores de grupos
operativos, de expresión corporal, algunos pueden tener experiencia y otros apenas
haber comenzado a coordinar. El objetivo de la psico-dramatización es la de una
vez terminado el ejercicio, el coordinador de grupo haya obtenido o mejorado las
herramientas que poseía y en el momento que se presente su escena temida pueda
enfrentarla y manejarla de una mejor manera siendo todo un profesional.
Otro de los problemas que enfrenta el docente durante el ejercicio de su trabajo es
el de enfrentarse con los padres de familia, en algunas ocasiones los padres de los
alumnos pueden ser agresivos si sienten que a su hijo lo han tratado mal a pesar de
que el docente haya ejercido correctamente algunos castigos o alzarle la voz en
clase para que preste atención, en la actualidad los padres sobreprotegen
demasiado a sus hijos. En este caso el docente es limitado en la forma de cómo
puede actuar al enfrentarse a diversas situaciones durante su clase, eso suele
llevar a una frustración que a medida que se llega a presentar va siendo más
profunda y limitante, llegando hasta el punto a generar un miedo para el docente e
incluso siendo motivo para abandonar su trabajo.
Esto se puede observar cuando los alumnos no prestan atención a la clase y el
maestro alza la voz y los castiga, algunos alumnos con tal de molestar al maestro lo
acusas con sus padres, ellos a su vez van a reclamar al maestro por que no tiene
derecho a gritarle a su hijo, el director de la institución le niega volver a hacer un
acto así o es despedido, ahora durante su clase teme que vuelva suceder una
situación similar por qué no sabrá cómo hacer que los alumnos no le hagan caso.

La dramatización costa de cuatro partes, las cuales tienen un objetivo separado y un


objetivo en conjunto.
La primer parte es la exteriorización de la escena temida de los coordinadores, en
esta fase los coordinador se abren ante los miembros del grupo para que se pueda
trabajar con su miedo, el objetivo es la de generar una cohesión grupal a través de
la autorrevelación.[1] Durante esta parte, se pueden realizar diferentes juegos
grupales.
La segunda parte es la escena consonante, en esta fase, se busca el origen de la
escena temida, la cual es llamada escena consonante, está en su mayoría se
encuentra en la infancia del coordinador; una vez que se encuentra la escena
consonante, se procede a dramatizar por parte de los miembros del grupo, esta
dramatización puede causar angustia, por lo cual se realizan algunos soliloquios
durante el ejercicio.
La tercer fase es la escena resonante, esta escena es la combinación de la escena
original y la escena consonante, en esta la escena deja de ser únicamente del
coordinador y pasa a ser de cada uno de los miembros por que esta ahora resuena
dentro de ellos; esto origina que compartan su subjetividad, su experiencia o la
forma en la que actuarían en una situación similar.
La cuarta y última parte es la escena resultante, en esta se unió la escena
consonante y resultante, así como las opiniones de los demás miembros, este punto
el coordinador ahora posee diversas formas en las que puede actuar cuando se
presente una escena parecida mientras está coordinando un grupo.

Conclusión
El docente es un individuo preparado para enfrentar los problemas que lleguen a
surgir durante su trabajo de enseñanza, sin embargo sigue siendo una persona que
comete errores, tiene sentimientos, hay cosas que le dan ansiedad, que le generan
miedo. Al igual que todos los trabajos se tiene ciertas expectativas de cómo se debe
desempeñar y que es lo que no le está permitido, aún así habrá ocasiones que
escapen de su control por que durante su vida a tenido experiencias negativas que
le generaron un trauma y que siempre lleva consigo. Una forma de poder enfrentar
estas situaciones es con terapia psicológica. También se puede recurrir a la psico-
dramatización, en la cual más que superar la experiencia traumante, se llena de
herramientas prácticas con lo cual en el momento pueda enfrentar de mejor manera
esas situaciones.
Referencias Bibliográficas

Frida, D., & Hernández Rojas Gerardo coaut. (2002). Estrategias docentes para un
aprendizaje significativo: una interpretación constructivista.

Motta Castro, J., Burbano Cleves, L., & Pedorromo Serrano, D. (2018). El docente
una aproximación a sus miedos. Plumilla Educativa, (9), 102-119. Retrieved from
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4319804

Kesselman, H.; Pavlovsky, E.; Frydlewsky. Las escenas temidas del coordinador de
grupos. Ed. Fundamentos. 1978 (Madrid). Pág. 11.

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