Dick
Parece difícil imaginar que hayan pasado casi veinte años desde que
"Bladerunner" fue lanzada. Este fascinante e influyente film fue la primera
película que se inspiró en los escritos de ciencia ficción del autor, Philip K. Dick.
Siguieron otras películas, de diverso éxito, incluyendo "Total Recall y
Screamers", pero hasta ahora las películas más "Dickianas" han sido aquellas
que recortaron su sensibilidad distópica y paranoica sin basarse directamente
en uno de sus libros o cuentos. "El Show de Truman", "They Live!",
"Pleasantville", y más notablemente, The Matrix, eran todas en el fondo
películas de Dick, a pesar de su ausencia en los créditos.
Gnosis
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cristianismo católico en su creencia de que este mundo era una creación
defectuosa y engañosa de un Demiurgo despótico que había usurpado la
posición de Dios. A través de la redención de Cristo y su esposa, Sophia
(Sabiduría), los Gnósticos esperaban regresar, al morir, al más alto reino del
Pleroma para unirse con el verdadero Dios Desconocido.
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"Conocimiento" experiencial que resulta de la expansión de la conciencia
Gnóstica al nivel del Intelecto divino, donde la ilusión del yo separado (ego) es
obliterado --al menos temporalmente-- en la vasta perspectiva del Yo superior.
Tal estado, por supuesto, no puede sostenerse indefinidamente. Todo lo que
sube tiene que bajar. Pero habiendo subido a tales alturas, el ego que se
reensambla en su descenso, permanece afectado permanentemente. Ahora
"conoce" su propio lugar en el esquema cósmico de las cosas.
3
obsesiones puede facilitar la práctica de la meditación, pero la Gnosis también
puede estallar en alguien que no es un santo. En ese caso, su comprensión
post-Gnosis de lo Real puede estar bien teñida con su predisposición neurótica.
La Invasión Divina
Pero había mucho más que seguir. Durante un año más o menos, Dick
sintió que su psiquismo era invadido por una "mente trascendentalmente
racional, como si hubiera estado loco toda mi vida y de repente me hubiese
vuelto sano". Experimentó visiones hipnagógicas, audiciones, sueños tutelares
y durante las ocho horas de la noche visiones de millares de gráficos
coloreados que se asemejaban "a las pinturas no objetivas de Kandinsky y
Klee."
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Dick llegó a apodar a la mente racional invasiva como VALIS (por el Vast
Active Living Intelligence System), que se convirtió en el nombre de su novela
de 1981 relatando su experiencia alucinatoria en forma ficticia.
Quizás lo más significativo, es que percibió que "el tiempo real había
cesado en el 70 EC con la caída del templo en Jerusalén. Había comenzado de
nuevo en el 1974. El período intermedio fue una perfecta interpolación espúrea
para la creación de la Mente..."
VALIS (1981)
Pero aquí está la paradoja: no todos los Gnósticos reciben una Gnosis
completa. Algunos Gnósticos, como los Cátaros del sur de Francia,
reconocieron esto al dividir sus miembros entre simples creyentes y los
elegidos (perfecti), y es seguro asumir que no todos los perfecti habían
alcanzado plena conciencia mística.
Los Gnósticos enseñaron que hay varios planos o esferas entre nuestro
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mundo material y el reino puramente espiritual del Pleroma, "hogar" del Dios
Desconocido. Estos planos eran gobernados por los Arcontes, y parte del
desafío para el alma Gnóstica, en la muerte, era navegar más allá de estas
autoridades cósmicas sin enredarse.
Aunque incompleta, esta Gnosis de Arcontes podría ser útil para arrojar
luz sobre nuestro presente mientras que sus ideas no sean tomadas como la
palabra final o el cuadro total.
¿Es esto realmente una gran verdad cósmica? Yo creo que no. Incluso la
década de 1970 tuvo su lado trivial, como la noción de Dick de que la renuncia
del presidente Nixon después del Watergate fue un evento de importancia
cósmica.
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reveló una realidad político-espiritual cada vez más relevante para nosotros,
veinte años después de su muerte. "El Imperio nunca terminó", escribió Dick, y
quien discutiría con eso, mientras observamos a la superpotencia reinante
sacudir sus sables contra sus secuaces y enemigos designados. El coloso
cultural de los conglomerados de los medios de comunicación y Hollywood han
girado una niebla de ensueño que subsume el pasado y el futuro en un
presente eterno de novedad y distracción. Un intento de pensar claramente,
libre de clichés, cantos y consumibles, toma un esfuerzo heroico, similar a
esquivar a los Arcontes a cada paso.
Dick pensó que 1974 fue un punto de inflexión --un momento en que la
Verdad comenzaba de nuevo a penetrar el velo de las apariencias. Uno
desearía que esto fuera realmente cierto, pero la conmoción del 11 de
septiembre y la posterior guerra de los psicópatas nos lleva a concluir que hay
un montón de velos aún en su lugar, tal vez más que nunca.