FAMILIA

Podemos definirla como el núcleo social y económico más básico formado por

vínculos de consanguineidad o matrimonio. La familia es una de las instituciones más

importantes de la sociedad, porque es evidente que en todas partes cualquier civilización

se inició con una célula familiar. Varios historiadores aseguran esta institución se inicio

desde que los primeros seres humanos empezaron ha agruparse en pequeños clanes para

poder sobrevivir, por ello cada individuo renunciaba a la búsqueda de un beneficio

personal por buscar el bienestar común de todos los miembros del clan. Dentro de la

estructura familiar existe un orden basado en la asignación de tareas para sus miembros,

las cuales ha ido evolucionando a lo largo de la historia.

Una familia es una unidad deliberada que establece un orden espontaneo que

permite la coordinación del conocimiento. Según Hayek esta “pequeña sociedad” u

organización trivial comienza a integrarse a un orden comercial más extenso cuando la

población aumenta y inician lazos comerciales entre familias (1948). Además, son por

naturaleza las primeras que se encargan de la educación, alimentación y cuidado de sus

miembros; las relaciones íntimas son el incentivo para que dichas tareas no sean solo

prácticas de caridad.

Su importancia en la economía y el mercado es que en estas no participan

individuos aislado, sino aquellos que son educados, alimentados y cuidados por familias,

donde los lazos sociales y biológicos son agrupados en lo que Sigmund Freud en su libro

“En Psicología de las masas y análisis del yo” llamo hermandad.

La familia es la que por el trabajo de todos sus miembros posee los recursos para

comprar, vender productos y servicios, es decir, genera riqueza que le permitan cumplir

con la tarea de educar, proporcionar salud y seguridad a sus miembros, funciones que son

intrínsecas y propias de esta entidad. Por el contrario, el estatismo quita los recursos
familiares para encargarse por su cuenta de las tareas históricas de la familia como la

educación pública, la salud pública, etc. Estos bienes y servicios son ineficientes, que las

familias y privados hubieran gestionado de manera menos costosa y con una mejor

calidad.

La familia, al ser una institución, evoluciona y se transforma a lo largo de la

historia dependiendo cada país. Es por ello que existen actualmente diferentes modelos

familiares, entre los que se encuentran: extendido, nuclear o tradicional y el moderno

(monoparental, homosexual, etc). Cada una de ellas brinda una red de seguridad para sus

miembros y les proporciona prosperidad. Además, se constituye como una entidad de

renta con fines no lucrativos, ya que el propósito de la misma no es distribuir su riqueza

entre los miembros sino acumularla para poder lograr que todos sus miembros alcancen

sus fines.

A continuación, se analizan con detalle las instituciones familiares de los

siguientes países: Alemania, Polonia y Ecuador, con el propósito de entender su estructura

social, su grado de desarrollo y su nivel de prosperidad.

Alemania

La familia alemana promedio se compone de un matrimonio con uno o dos hijos.

Los modelos familiares han cambiado a lo largo de la historia, por ello hay un gran

número de hogares monoparentales y uniones de hecho. El auge de este cambio se

constata en el envejecimiento de la población alemana, ya que actualmente en Alemania

se estiman que hay 8 niños por cada 1.000 habitantes y el número de mujeres en edad de

procrearse desciende vertiginosamente. Pese a ello la esperanza de vida alemana empieza

a prolongarse en las mujeres a 85 años y en los hombres a 81.

 Tradicionalmente, la familia a ocupado un puesto central dentro de la economía

alemana. Las empresas en Alemania son en su mayoría familiares, y constituyen casi el

95% de la economía germana. Las Mittelstand cuentan con alrededor de 100 a 150

empleados con planes a largo plazo, con inversión en la capacitación del personal,

sentimiento de responsabilidad social y regionalismo. Según el Institute for Family

Businesses (IFF), cincuenta y una de las cien principales empresas alemanas son de

propiedad familiar. De los 2.058 mil millones de ingresos que generan las 100 principales

empresas alemanas, 915 mil millones corresponden a las empresas familiares que forman

parte de este selecto ranking. Siendo un ejemplo de esto la empresa alemana Grupo

Bertelsmann formada en 1835.

Siendo las tareas domésticas y el cuidado de los hijos pautas seguidas por las

mujeres; hasta nuestros días los dos tercios de las mujeres siguen asumiendo estos

trabajos no remunerados. Aún así, gran cantidad de mujeres germanas se han incorporado

a diferentes plazas laborales, lo que hace que incremente la edad promedio para tener

hijos a casi 30 años (Banco Mundial, 2016). La fundación tardía de la familia a

contribuido al envejecimiento de la población, y por ende perjudicara económicamente

al país en años siguientes al no contar con una fuerza laboral joven.

Si bien es cierto la familia en Alemania resulta importante socialmente, esta a

comenzado a ser más flexible en cuanto a las cifras en las que los jóvenes se emancipan

de sus padres. Dado que, en Alemania la educación se enfoca en la obtención de

conocimientos prácticos y esto es valorado más que un título al momento de conseguir

un empleo, es frecuente que los jóvenes que cursan el bachillerato ya tengan un empleo

y con el tiempo puedan independizarse de sus padres. Incluso, las universidades alemanas

proporcionan a sus alumnos contactos empresariales para que comiencen a generar

ingresos propios, al mismo tiempo que adquieren una formación académica. El enfoque

en el trabajo persevera en la población juvenil, por lo que para un alemán la formación

de la familia se relega a un segundo plano, es decir, cuando se alcance un status

económico estable por el individuo.

Adicionalmente, la incorporación al mercado laboral de la mujer ha marcado un

avance económico importante en Alemania. El 70% de las madres alemanas tiene un

trabajo remunerado fuera de su hogar, aunque el 40% solo a tiempo parcial. Esta es la

razón de la baja tasa de fecundidad, ya que las mujeres no se dedican exclusivamente a la

tarea de concebir hijos y más bien poseen mayor libertad.

En una sociedad donde el trabajo y el conocimiento práctico son puestos en primer

lugar es evidente que el país crecerá económicamente. Es por ello que la economía

alemana es una de las más fuertes en Europa y la cuarta economía más poderosa con

respecto a su PIB, además de tener un PIB per cápita de $46.200