Febrero 23/ 2019 Título: “Dios, cristianismo y antropología filosófica en el concepto de Espíritu absoluto dentro de la Fenomenología del espíritu (1807) de G.W.F Hegel: una aproximación hermenéutica” Pregunta guía: ¿Por qué dentro del análisis del concepto de Espíritu absoluto en la Fenomenología del espíritu de Hegel no se puede desligar su antropología filosófica de su pregunta filosófica sobre Dios? Preguntas específicas: ¿de qué manera el cristianismo tuvo influjo en los postulados filosóficos modernos y cómo estos coadyuvaron a construir una visión moderna del cristianismo? ¿Por qué Hegel ligó la razón teorética kantiana con la razón práctica para justificar nociones como libertad, autoconciencia y Espíritu absoluto y por qué estas nociones descansan sobre un sustrato religioso? ¿Por qué a la hora de hablar dentro de la Fenomenología del espíritu de cuestiones como la ética, la filosofía del derecho, la filosofía de la historia, el Estado, que se hallan insertos en la eticidad y el reconocimiento, no se puede pasar por alto su contenido eminentemente cristiano? Planteamiento del problema: cuando se habla de G.W.F Hegel (1770-1831), se hace referencia a uno de los grandes de la historia de la filosofía occidental, pero, a su vez, también levanta una buena cantidad de prejuicios que corresponden a lecturas sesgadas y no a una buena comprensión del autor y su obra dentro de su “sitz in leben” (espíritu vital). Se le ha tachado a este filósofo de ser totalizante, reaccionario, conservador, e, incluso, partidario recalcitrante del régimen político prusiano de su época. Sin embargo, más allá de todo esto, pareciera que muchos de sus analistas pasan por alto el proceso de construcción de su obra y su historia intelectual, aún más grave, olvidan que un aspecto transversal de su edificio filosófico era el cristianismo y el papel del misterio de la encarnación de Jesucristo, como la irrupción del Geist en la historia que dignifica la experiencia humana en la plena libertad del individuo redimido por Dios. Dios es el ser en sí y para sí, el Espíritu absoluto que reflexiona sobre sí mismo, la autoconciencia en el sentido más universal, por ende, la religión es saber absoluto, acto del conocimiento, conjunción de la subjetividad y objetividad, es la autoconciencia de Dios que se hace historia en el espíritu finito del hombre; además, representa el sustrato más profundo del Estado, el derecho y el arte. El objetivo de la investigación radica en analizar el concepto de Espíritu absoluto dentro de la Fenomenología del espíritu (1807), y cómo en este se conectan la pregunta filosófica sobre Dios, y la antropología filosófica hegeliana, es decir, su concepción del hombre en tanto conjunción del espíritu subjetivo (su ser psicofísico) con el espíritu objetivo (concreción de la razón en el Estado, el derecho, el arte, la religión, la historia universal y, general, su existencia social) y su posterior elevación hacia el Espíritu absoluto, como despliegue autoconsciente y libre de la razón, que se piensa a sí misma, en donde existe la unidad diferenciada del sujeto con su mundo. Es pues, que se van a emplear varias ramas propias de la disciplina filosófica: la antropología filosófica, en primera instancia, para elucidar cómo se constituyó la noción de ser humano dentro de la Fenomenología del espíritude Hegel, la filosofía de la religión en aras de comprender cómo la pregunta sobre Dios sirvió para configurar esta constitución del “sujeto” por parte del autor y, finalmente, la hermenéutica que permitirá acercarse al texto en cuestión para analizarlo desde la intención y el espíritu vital del filósofo, su contexto personal y social, su formación intelectual, sus lecturas, entre otros. En este último punto, los autores que se proponen como teóricos son Friedrich Schleiermacher y Paul Ricoeur. Se va a proceder metodológicamente revisando, en primera instancia, las obras de la juventud de Hegel, escritas entre 1793 y 1800, cuando se estaba formando para ser pastor luterano: Historia de Jesús, Religión pueblo y cristianismo y El espíritu del cristianismo y su destino, pues en estas el autor concibió al hombre, dignificado por Cristo, como un ser proclive de libertad, de encontrar a Dios en su individualidad e intimidad, en la relación racional y vital de lo contingente con lo universal, aunque hay que aclarar que no se deslindó de las categorías kantianas propias de la razón práctica, evidentemente, es importante reconocer esta primera producción bibliográfica por dos asuntos: 1) hará posible reconocer la evolución de dos conceptos importantes para la investigación: “hombre” y “Dios”, 2) se puede estudiar de primera mano cómo el contexto intelectual alrededor de Hegel suscitaba varias discusiones filosóficas que después este autor iría desarrollando hasta proponer un sistema propio; posteriormente, se va a abocar hacia algunos de sus escritos más preponderantes de su período en Jena (1801-1817), entre ellos: Sobre el sistema de eticidad (1802), Filosofía Real (1805), hasta desembocar en su obra principal de esta etapa y objeto primordial de la investigación, La fenomenología del espíritu (1807). En el primero de estos, dedujo que la vida ética del hombre se debía desenvolver en el Estado como garante de las máximas premisas del Geist, en esta, el papel de Dios se circunscribía a nociones éticas que permitieran que el hombre pudiera desarrollarse como individuo y colectividad, como particularidad que se podía identificar en el destino de un pueblo; ahora, en las dos últimas obras, la autoconsciencia era mostrada por Hegel bajo la condición de posibilidad de una existencia libre prefigurada en Cristo, pues el espíritu subjetivo se repliega sobre sí mismo, superando su inmediatez (individualidad abstracta) donde encuentra a Dios y vuelve a la divinidad original que había sido alienada por el pecado, asimismo, en desarrollos importantes como la dialéctica del amo y del esclavo, Hegel demostró nunca haber dejado de ser un ferviente luterano, pues hablaba de la superación de la condición del esclavo gracias a la pérdida del miedo que se origina en la propia conciencia de la libertad y en el reconocimiento del “otro” como momento de la totalidad, como otro de sí mismo. Objetivos específicos: 1. Identificar el rol que jugó el cristianismo, más en concreto, la Reforma protestante, dentro de la configuración de la mentalidad moderna en el mundo occidental y, unido a esto estudiar el influjo de este dentro de la construcción de teorías filosóficas que influyeron dentro del aparataje teórico hegeliano. Para ello se va a proceder haciendo un paneo del contexto europeo entre los siglos XVI al XIX que permita entender las representaciones religiosas, imágenes sobre el mundo y el hombre que repercutieron al interior de la filosofía, más en concreto el idealismo alemán de finales del XVIII y principios del XIX, al cual estaba adscrito Hegel. Posteriormente se debe entrar a examinar algunos teólogos luteranos contemporáneos a Hegel y los filósofos directamente tratados por él con diversas posturas religiosas: Leibniz, Wolff, Jacobi, Lessing, Schleiermacher, Schiller, etc. 2. Develar los conceptos de “hombre”, “libertad” y “razón” dentro de la Fenomenología del espíritu de Hegel e inquirir cómo estos se concatenan a su idea filosófica sobre Dios y, entender, a su vez, cómo todos estos se hallan englobados dentro de la noción de Espíritu absoluto. Para esto se debe efectuar un estudio sobre la concepción del hombre en Kant, Fichte y Schelling, eso en aras de exhibir la novedad hegeliana con respecto a esta tradición. Es más que necesario entender, por ejemplo, por qué Hegel vio la necesidad de unir la razón teorética kantiana con la razón práctica, el plano de la teoría del conocimiento con la metafísica, el sujeto trascendental con el sujeto moral, unión que ayudó a erigir su noción de autoconciencia, que llevó hasta las últimas consecuencias el proyecto de la modernidad empezado en Descartes con su idea del “yo” y la sustancia que piensa y tiene certeza de sí misma. Asimismo, este punto no puede quedar completo sin entrar a estudiar la idea filosófica de Dios, pues según Hegel este es Espíritu absoluto, ser en sí y para sí, objeto y sujeto del pensamiento y la razón universal, que es autoconsciente de sí mismo dentro del hombre en su tránsito del espíritu finito a la totalidad. Para Hegel la religión es conocimiento absoluto del ser de Dios, no netamente sentimiento subjetivo o cosificaciones abstractas objetivas, por tanto, su ideal de razón está permeando las presentaciones religiosas de forma constante. 3. Ahora bien, se precisa entender dentro de la Fenomenología del espíritu la concepción hegeliana sobre el Estado, la ética y el reconocimiento. Ya habiendo comprendido que no se puede entender la razón hegeliana sin el sustrato histórico y social donde el ser humano se desenvuelve, se debe entrar a entablar la relación que existe entre religión, como conocimiento absoluto de Dios, con el derecho, el Estado y la historia universal. Para ello se hará un rastreo de dos conceptos importantes: “reconocimiento” y “eticidad”. La autoconciencia solo puede ser tal en tanto se halla en relación con otras autoconciencias, su individualidad y particularidad subjetiva debe identificarse sin absorberse dentro de un ámbito universal en relación con otras autoconciencias. Esta relación se efectúa en el reino de la ética, que se exterioriza en las normas positivas del derecho y en el Estado que, según Hegel, tiene una esencia religiosa enraizada en la libertad brindada por la redención cristiana. Marco teórico: una de las cosas a las que es necesario enfrentarse es a las traducciones. Resulta bastante evidente que la máxima “toda traducción es una interpretación”, es algo que hay que sortear, pues acá no compete analizar si existen o no realidades extralingüísticas. Hay un mito que recorre el imaginario académico y reza que muchos de los alumnos de Hegel preferían adquirir sus lecciones en francés que en alemán, quizá esto pueda dar cuenta de la naturaleza de la obra del autor, además del contexto en el que se gestó su pensamiento filosófico: existía una élite prusiana de tipo cosmopolita que era reacia al conservadurismo cuasi feudal al cual se veían sumidos desde el régimen de Federico II. Ahora bien, yendo más allá del carácter anecdótico de esto, hay que tener en cuenta que desde el siglo XIX se vienen imprimiendo y editando las obras de Hegel, no sin cierta dificultad, está claro. Es incluso bastante diciente que muchas de sus lecciones hayan sido impresas con los comentarios de sus estudiantes como si esto fuese parte de las palabras de Hegel. La obra a la cual pretendo yo acercarme en esta investigación es la Fenomenología del espíritu, que se encuentra dentro de la famosa compilación de obras de Hegel en alemán llamada Werke en el tomo número III; esta edición será consultada de forma recurrente, pero no corresponderá a la que se use de forma principal debido a deficiencias en el habla del alemán; se hará uso de la edición bilingüe de AKAL que salió en 2010 y de la edición española de la editorial Pre-textos del 2013 con traducción y notas de Manuel Jiménez Redondo. Ahora, dentro de esta obra se pretende desentrañar el concepto de Espíritu absoluto (Geist) para entender cómo esta atañe una relación íntima y sustancial dentro la antropología filosófica hegeliana y la pregunta filosófica de este autor sobre Dios. El Espíritu absoluto es una referencia inmediata a la superación de las dicotomías trasversales en la historia de la filosofía moderna entre sujeto y objeto, concepto y realidad, conciencia y mundo exterior, e incluso de dilemas clásicos como la relación entre devenir y ser; la realidad se hace concepto cuando la razón se vuelca sobre sí misma, es decir, en la medida en que el hombre conoce al mundo se conoce a sí mismo, y cuando ejecuta el acto de conocerse a sí mismo también está develando al mundo. Esta tarea había sido empezada por Kant y continuada por Fichte y Schelling, sin embargo, Hegel se deslinda de las percepciones más clásicas del idealismo alemán y desarrolla su teoría en torno al Espíritu absoluto. Es pues, que se precisa acercar a algunas obras de Kant, Fichte y Schelling para desentrañar la concepción de “hombre”, de sujeto cognoscente sobre la cual se tuvo que parar Hegel. Dentro de la Fenomenología del espíritu se va a hacer hincapié para este efecto al capítulo V, “La razón consciente de sí misma”. Ahora, para enfrentarse con la concepción religiosa de Hegel y con sus aseveraciones acerca de Dios, habría que entender en gran medida en contexto sociohistórico en el cual se hilvanó una forma moderna de ver y vivir el cristianismo. Habría que entrar a entender muchos cambios que acaecieron en el mundo europeo después de la Reforma protestante, que cimentó las bases para nuevos imaginarios sobre el hombre, el mundo y Dios, aspectos representacionales que permearon gran parte de la producción filosófica occidental. Es imperativo reconstruir, así de forma general, los principales rasgos que se esgrimieron en materia del pensamiento alrededor de la Reforma, para ello se precisa revisar a algunos historiadores de la Escuela de Historia de la Religión alemana (Religions-Geschichte Schule) tales como Ernst Troeltsch, y algunos teólogos protestantes que escribieron compendios históricos sobre Teología como Karl Barth. Asimismo, debe haber un diálogo con teólogos y pensadores que desarrollaron teorías sobre Dios y eran contemporáneos o tuvieron gran influjo en la obra de Hegel, entre estos se cuentan: Schleiermacher, Schiller, Kant, Lessing, Jacobi y otros anteriores a él como Leibniz y Wolff. Para poder acercarse a la Fenomenología, debe existir por lo menos una lectura juiciosa de obras pretéritas del autor para evidenciar la evolución y concreción del concepto de Espíritu absoluto, algunos de estos textos son: La vida de Jesús (1797), El espíritu del cristianismo y su destino (1799), Diferencia entre los sistemas de Fichte y Schilling (1801), Creer y saber 1802), Fe y conocimiento (1802), Sistema de Eticidad (1803) y Filosofía Real (1805). Si bien en estas obras no ha madurado totalmente su obra, pues no había emancipado de la sombre de Kant o Schelling, comenzó a esbozar desarrollos teóricos bastante interesantes que vale la pena revisar cómo se resignificaron dentro de la Fenomenología. Por otra parte, hay diversidad de autores que investigan de manera muy prolija la obra de Hegel que permiten acercarse a asuntos exegéticos de forma prístina. Entre estos se cuentan Jean Hyppolite con su Génesis y estructura de la Fenomenología del espíritu, Ramón Valls Plana con Del yo al nosotros, Alexandre Kojeve con Introducción al pensamiento de Hegel¸ Carlos Emel Rendón con Ética y reconocimiento dentro de la obra de Hegel, Charles Taylor con su obra clásica Hegel.