Meditación del Viernes Santo

Artículo escrito por Bill Lawarence

Una oración apasionada

El arresto de un traidor
Un cargo falso
Un juicio falso
La negación de un discípulo
Manos lavadas
Un remordimiento inicuo
Un lugar llamado la Calavera
Una remota encrucijada del mundo
Entre dos ladrones
Gobernantes que se mofan
Espectadores escarnecedores
Soldados abusivos
Crucificadores insensibles
Un ladrón arrepentido
Una nueva madre y su nuevo hijo
Mujeres llorando
La adoración de un centurión
Tres horas de tinieblas
La tierra tiembla
Algunos muertos viven
La cruz de un criminal
Una piedra sellada
¡La Salvación!

¿La Salvación? ¿Cómo es que la salvación para toda la humanidad sucedió de esta
manera? ¿Cómo puede ser esto? ¿Qué todos los pecados de todos los que han vivido o
estén vivos o vivirán sean pagados en la cruz de un criminal? ¿No son los criminales los
que tienen más necesidad de ser perdonados? ¿Pueden ser perdonados aún los
criminales? ¿Cómo puede un Hombre que fue colgado de una cruz para criminales,
pagar por los pecados de toda la gente?

Y entre todos los lugares, en Jerusalén. ¿Por qué no en Roma, la capital política del
mundo? ¿O en Atenas, la capital cultural del mundo? ¿O en Alejandría, la capital
educacional del mundo? ¿O en Efeso, una de las capitales económicas del mundo? ¿O
en Corinto, ciertamente una de las capitales más pecaminosas del mundo? Sí, eso es,
¿por qué no fue pagado el pecado en uno de los más grandes centros de pecado en la
historia?
Simplemente no tiene sentido. ¿Cómo puede ser este Viernes Santo? ¿Y cómo pudo
llevarse a cabo la salvación de esta manera?

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Sin trompetas que la proclamaran, sin gloriosos ángeles, sin desfiles de poder y pureza;
solo otro Viernes de crucifixión en el antiguo imperio romano. Asombroso.
Terriblemente doloroso, pero casi aburrido para los soldados romanos. Sólo un
criminal más para lanzar en el basurero de la historia, y nos vamos a tomar unas copas y
a pasar un buen rato jugando.
Y sin embargo, la salvación llegó de esta forma. Sí, ¡así fue!
Dios había trabajado por miles de años para proveer Su salvación. Primero fue Su
creación, después la rebelión, y luego el rechazo, el destierro y la separación –fuimos
separados de Dios y de la Vida. Pero fue entonces cuando Dios comenzó el proceso de
redención. Primero con promesas, luego con profecías, y todo con un propósito, el
propósito de demostrar Su poder a través de Su debilidad mientras Él cumplía Su
promesa y daba cumplimiento a Sus profecías. Su Hijo se hizo uno de nosotros: Su Hijo
se volvió Su Esclavo, Su sacrificio, nuestro Salvador. Y todo esto en Jerusalén.
Dios ama la debilidad, porque la debilidad es la forma más grandiosa en la que Él puede
mostrar Su poder. ¿Cómo puede un Hombre ordinario, que ni siquiera valía la pena de
echarle un segundo vistazo, llegar a ser nuestro Salvador? Pero Él lo hizo, a través del
poder de la debilidad de Dios en Jerusalén.
¿Cómo puede Jerusalén convertirse en el lugar de la salvación? Jerusalén era una
capital del mundo en el antiguo imperio romano. Una de las más grandiosas
estructuras, el Templo de Herodes, estaba en Jerusalén. La ciudad era una capital
espiritual del imperio, pero Jerusalén era diferente de las otras capitales del mundo.
Era…. bueno, era judía, separatista, pródiga en su manera, pero ciertamente no a la
manera romana. Jerusalén fue realmente una capital mundial débil, aplastada bajo la
bota romana. Un lugar poco probable, poblado por gente poco adecuada. ¿Cómo fue
que a Dios le agradó hacer esto?
Esta es mi salvación, mi liberación, mi vida eterna iniciada en la tierra y programada
para durar para siempre. Nuevamente debo preguntar ¿cómo puede ser así? ¿Cómo
puede un niño huérfano y sin familia hacerse de un padre, una madre y una familia en
un abrir y cerrar de ojos? ¿Cómo puede ese pequeño niño recibir un llamado para servir
a Dios? ¿Cómo puede ese niñito crecer y ser bendecido con mentores, y un matrimonio
e hijos y nueras y nietos, y fieles amigos llenos de amor por él? ¿Cómo es eso posible?
Solo porque Dios se gloría en tomar lo débil y hacernos Sus vasos de gloria.
Han pasado ya muchos años desde que Dios me salvó y aún le sirvo. La Salvación jamás
termina; ¿por qué lo haría el servicio? Y puedo morir como Jesús murió; con una cruz
sobre mi espalda, la resurrección en mi corazón, y los intereses de Dios en mi mente.
¿Cómo ha sido tu salvación? ¿Puedes unirte conmigo en ésta época de Viernes Santo, y
regocijarte en la salvación de Dios para ti? Piensa en lo que Él ha hecho por ti, y
acompáñame.
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