UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD DEPRESIVO
DOCENTE:
DR. ANDRES CRUS
ALUMNA:
JACKELINE SARITAMA VEIRA
JACKELINE SARITAMA
GRUPO 3BVEIRA
GRUPO 3B
PSIQUIATRIA
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD DEPRESIVO
TRASTORNO DEPRESIVO
DEFINICIÓN
Los trastornos depresivos son un conjunto de cuadros clínicos en los que predomina
el síntoma subjetivo de estado de ánimo deprimido (puede no ser manifiesto)
y una reducción del interés. Se presentan en el transcurso de los trastornos del
estado de ánimo uni- o bipolares (afectivos), trastornos somáticos, trastornos de
adaptación causados por conflictos o situaciones difíciles, intoxicaciones, efectos
adversos a medicamentos, otros trastornos psiquiátricos tales como los trastornos
esquizoafectivos, la depresión pospsicótica, trastornos mixtos de depresión
y ansiedad, neurastenia o síndromes de abstinencia.
3) distimia o ciclotimia
Ánimo depresivo casi diario (durante la mayor parte del día), desde hace ≥2
semanas y desde un momento preciso y reconocible, junto con la presencia de al
menos 5 de los siguientes síntomas, incluido ≥1 de los 2 primeros:
2) disminución significativa del interés en casi todas las actividades y/o de las
sensaciones placenteras relacionadas con ellas
2. Síntomas:
1. Estado de ánimo deprimido que se mantiene durante casi todo el día y durante la
mayoría de los días, en un período de ≥2 años.
3. En un período de dos años, los síntomas no remiten durante más >2 meses
seguidos.
El diagnóstico requiere excluir una causa orgánica, así como que se trate de
síntomas de una depresión mayor (síntomas crónicos, remisión parcial).
2. Existe evidencia de que estos síntomas tienen una relación directa con
determinado(s) estado(s) somático(s).
TRATAMIENTO
Recomendaciones generales
Tratamiento farmacológico
Criterios diagnósticos:
CASO CLÍNICO
Motivo de consulta: fue reinternado en un hospital psiquiátrico porque en los últimos dos meses se
había deprimido. Se encerraba en su departamento y cuando su padre fue a visitarlo encontró una
soga sobre la mesa, y el paciente admitió que planeaba ahorcarse. Su padre lo llevó inmediatamente
al hospital psiquiátrico y lo ingresó nuevamente. Cinco meses antes había estado internado en el
mismo hospital por un episodio psicótico. Durante el año anterior se había vuelto progresivamente
introvertido y se recluía. Dijo que tenía la sensación de que sus compañeros de trabajo lo vigilaban
y hablaban de él a sus espaldas. Tenía dificultad para concentrarse y a menudo se retiraba por
mucho tiempo al baño. En la calle la gente lo miraba de manera poco usual y tenía la impresión de
que lo creían homosexual. Sentía que su teléfono estaba intervenido. Cuando estaba en su
departamento escuchaba a sus vecinos de ambos lados hablar acerca de lo que él hacía y pensaban
“ahora está yendo nuevamente al baño -seguro que es homosexual- trataremos de deshacernos de
él”. Eventualmente dejó de ir al trabajo y fue despedido. Después de ello se recluyó en su
departamento y sólo salía de noche. Tenía la sensación de que sus vecinos trataban de molestarlo,
enviando corrientes eléctricas que afectaban sus genitales, por lo que finalmente se mudó a un
hotel. Aún allí oía las voces de los vecinos y sentía la influencia de la electricidad que mandaban;
finalmente fue a la policía. Llamaron a su padre quien manifestó haber estado preocupado por su
hijo desde hacía tiempo. Dijo que éste se había vuelto tan poco comunicativo que se negaba a
contestar el teléfono. Su padre lo llevó al hospital y fue internado de urgencia. En el hospital se lo
trató con haloperidol (6 mg./día) y después de un mes mejoró como para ser dado alta. Continuó
en tratamiento ambulatorio con haloperidol (3 mg/día) y pudo continuar viviendo solo en su
departamento con un subsidio social. Aún oía voces que hablaban de él casi a diario pero ahora se
daba cuenta de que eran parte de su enfermedad y no le daba demasiada importancia. Nada lo
entusiasmaba y pasaba gran parte del tiempo sin hacer nada, mirando por la ventana, o fumando.
Concurría regularmente a sus citas de seguimiento y tomaba sus medicamentos según prescripción
médica. Según su ficha de evaluación aparecía apático e hipoafectivo, pero aparte de eso, se lo veía
en estado de remisión. Para tratar efectos colaterales, recibía biperideno (4mg /día).
Discusión: Al ser reinternado el paciente presentaba un trastorno depresivo que reunía los criterios
para un episodio depresivo moderado: con humor depresivo, pérdida de interés y placer, baja
confianza en sí mismo, pensamientos suicidas recurrentes, dificultad para pensar ( probablemente
debido a discreta inhibición psicomotriz ), perturbación del sueño y pérdida de peso por disminución
del apetito. El episodio depresivo apareció cinco meses después de haber sido internado por