Los objetivos deben estar claramente definidos para que ayuden, como
guía de la investigación y que esta no se desvíe por no tener claros los fines
que se quieren lograr y son la parte fundamental en el proceso de la
investigación científica o de cualquier estudio que se quiera realizar, nos
permite, predecir, explicar y describir los fenómenos y adquirir conocimientos
de esos fenómenos estudiados, los objetivos buscan la finalidad de la
investigación, es decir, son la referencia, que guía o permite el desarrollo de
la propia investigación. Los objetivos deben estar claramente redactados o
bien formulados, para lograr transmitir lo que sé está investigando y evitar
confusiones o desviaciones en la investigación.
Cuando los objetivos son claros y precisos nos permiten extender y
desarrollar los conocimientos sobre un tema, profundizar y preguntar acerca
de tesis o argumentos científicos, llevar a la práctica los conocimientos
adquiridos en el diseño de una investigación, además sabremos los alcances
y las limitaciones de la investigación y nos va a permitir dirigir todos los
esfuerzos hacia una misma dirección, los objetivos deben de tener
congruencia con las demás fases de la investigación, ya que es una de las
características propias de la investigación, se tienen que estar revisando en
el proceso de la investigación, para evitar desviaciones o fallas.
En la elaboración de los objetivos es válido plantear un objetivo general
que debe de ser más amplio que cualquiera de los objetivos particulares y lo
más preciso para lograr las metas que se propone el investigador, de este
objetivo general se desprenden los objetivos particulares, que son las fases
del proceso de la investigación, es decir, de lo que se va a investigar, y en su
formulación se utilizan verbos, en infinitivo, es decir, verbos no conjugados.
Además de los objetivos y las preguntas es muy importante justificar la
conveniencia y utilidad exponiendo las razones, que justifican dicha
investigación, los motivos y explicar por qué es conveniente realizar la
investigación y qué beneficios se derivarán de ella, los criterios para evaluar el
valor potencial de una investigación son su conveniencia, su relevancia social,
sus implicaciones prácticas, su valor teórico y su utilidad metodológica, la
mayoría de las investigaciones se realizan con algún propósito definido y éste
debe ser lo suficientemente significativo como para que se justifique una
determinada investigación.
En algunas investigaciones, aunque no sea necesario para fines
estrictamente científicos, habrá que cuestionarse sobre las consecuencias
para los sujetos investigados y/o sobre toda o parte de la sociedad. La
decisión de realizar o no una determinada investigación por las consecuencias
que esta pueda generar va a depender exclusivamente de quien la haya
concebido, es decir, del investigador.
Además de los elementos anteriores es necesario considerar otro aspecto
de suma importancia en el planteamiento del problema y es que se debe
demostrar la viabilidad o factibilidad de la investigación en función de la
disponibilidad real de tiempo y recursos materiales, humanos y financieros que
determinaran en última instancia, los alcances reales de la investigación,
puesto que, los recursos son siempre limitados.
En resumen, la primera fase de la Investigación Científica se puede decir
que está concluida cuando el problema está planteado correctamente y
entonces se considera que está parcialmente resuelta la investigación, por
otra parte, conviene enfatizar que en el momento de realizar una
investigación particular, este aspecto cobra especial relevancia, al extremo
de que un planteamiento de problema que sea poco claro y preciso, puede
conducir a resultados infructuosos, ese es el sentido que tiene la famosa
expresión de Eli de Gortari (1997:54): “En el planteamiento correcto del
problema descansa la posibilidad de su solución”.