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CONFLICTO INTERNO EMOCIONAL

¿Se puede extrañar a dos personas a la vez?


Me pregunto ahora, escuchando melodías tristes.
Claro que sí, me responde la conciencia.
No sabes lo que dices, me responde la inconciencia.
¿A quién le hago caso?

En las soleadas mañanas recuerdo a una,


En las lluviosas noches traigo a flote a la otra.
Y en la madrugada es cuando arranca la lucha interna.
¿Me sentiré tranquilo?
¿Es lo mejor para mí?
¿A quién le hago caso?

No fui agradecido con las dos.


Siento que las he fallado.
Rendí pleitesía falsa.
Se engañaron conmigo.
Ahora me arrepiento.
¿Realmente me arrepiento?
¿Lo que siento es verdadero?
Ya no sé qué sentir.
¿Esto me hace bien? ¿Es lo mejor para mí?
¿A quién le hago caso?

Para estar tranquilo necesito estar con las dos.


Pero nuevamente viene el conflicto interno.
Empiezan a estallar las dos voces: una en mi
mente y la otra en mi corazón.
Una a la otra disparan sus misiles invisibles.
¿Quién ganará? Yo siento que las dos a la vez.
Necesito estar con las dos para sentirme aliviado.
¿Es lo mejor para mí?
¿A quién le hago caso?

Esto que entró en una lucha constante recién fue hoy.


¿Y por qué?
Porque las dos marcaron mi vida. ¿Y si lo dejo allí, sin intervenir?
Será peor para tus emociones.
Ya estoy acostumbrado a la fatalidad.
RECUERDOS EN LA LLUVIA
Al caer la lluvia te recuerdo.
Recuerdo aquellos veranos de antaño,
en donde íbamos al parque a besarnos,
en donde íbamos a tus reuniones a
escucharte exponer, en donde venías a
mi casa a conversar con mis abuelos,
y tú los escuchabas atentamente como si
fueran los tuyos, y yo, con una sonrisa,
te cogía la mano y la besaba, y te susurraba al
oído: “por quererlos te quiero”.
Y con eso me alegrabas. Nos alegrábamos.

Recuerdos aquellos momentos de enojo,


principalmente los tuyos, en donde el
único culpable era yo, en donde por mi
cobardía y orgullo no quería reconocer
absolutamente nada; pero tú venías hacia mí,
y me hacías reconocer mi problema. y te
agradecía por eso.
Y me alegrabas. Nos alegrábamos.

Y ahora, al terminar la lluvia, no quiero


recordar cómo fue que te alejé de mi lado;
pero es inevitable.
Con la memoria no se juega.
Hago todo lo posible para impedirlo.
Simplemente quiero decir que ya no estás aquí,
Y que te extraño.
MIREMOS
Miremos el amanecer,
el cantar de los pájaros,
el sol golpeando y calentando
nuestras mejillas.
¿Qué tal se siente?
Eso no sentías antes con otro.
¡Si supieras qué felicidad siento yo!

Ahora miremos el atardecer.


El aire fresco traspasando nuestra piel.
Las nubes ocultando el sol.
¿Qué tal se siente?
Eso no sentías antes con otro.
¡Si supieras que tranquilidad siento yo!

Por último, miremos el anochecer.


El paso de la cortina oscura tapando la claridad.
El enorme círculo brilloso llamada luna.
Escuchando el canto de los grillos, el susurro
de las cigarras.
¿Qué tal se siente?
Eso no sentías antes con otro.
¡Si supieras cuánto deseo sentir esto contigo ahora!

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