2.- ORACIÓN
Nos disponemos
Comenzamos este compartimiento, antes de la lectura de la palabra, invocando al Espíritu Santo. Le pedimos
que abra nuestros corazones para acoger la Palabra de Dios.
Nos dirían que compartir con otros creyentes la llamada de Jesús les ayudó a profundizar en su fe, a
descubrir la riqueza y aceptar la pluralidad de respuestas. Nos animarían a contarnos unos a otros
nuestra vida de fe, y a compartir entre nosotros.
¿Qué puedo aprender de la respuesta de los primeros discípulos a la llamada de Jesús? ¿Qué puedo
aprender del grupo, de la comunidad, respecto a la fe? ¿Estoy dispuesto a ofrecer con humildad y
franqueza mi experiencia?
Relatarían cómo, a partir de ese momento, su vida cambió. Como comenzaron a compartir la vida y la
misión de Jesús, a predicar el reino, a vivir en nueva fraternidad con otros discípulos y discípulas.
Querrían saber cómo se traduce hoy en nuestras vidas el seguimiento.
¿Cómo se nota que vivo al estilo de Jesús? ¿En que los notan los que viven conmigo? ¿Cómo vivo la
fraternidad en mi propia comunidad o grupo?
El evangelio hoy nos interpela y nos saca del letargo en que a veces está sumida nuestra vida cristiana.
Leamos de nuevo el pasaje bíblico y a La luz de lo que nos ha aportado la Palabra, la meditación
compartida y la oración, formulo un compromiso y los compartimos en el grupo.
8. ORACIÓN FINAL
Orar entregándonos a Jesús como discípulos en Galilea, respondiendo a tu llamada, pidiendo fuerza
para anunciar tu reino. Porque Jesús es la perla preciosa, el tesoro escondido, nuestro gozo para
ponernos al servicio de su reino